imanol2005 Nuevo
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Publicado:
Lun Feb 18, 2008 12:27 am Asunto:
BIENAVENTURADOS LOS QUE TIENEN HAMBRE Y SED DE JUSTICIA
Tema: BIENAVENTURADOS LOS QUE TIENEN HAMBRE Y SED DE JUSTICIA |
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BIENAVENTURADOS LOS QUE TIENEN HAMBRE Y SED DE JUSTICIA: PORQUE ELLOS SERAN SACIADOS
SIGNIFICADO
De JUSTICIA
- Tiene que ver no solamente con rectitud de conducta, sino también con el pensamiento recto en cada aspecto de la Vida.
QUE DEBEMOS HACER
1°.•• Si queremos Salud, pensemos en Salud no solo en el cuerpo físico, sino también en pensamientos de paz, gozo, buena voluntad, etc ... porque las emociones negativas son causas de enfermedades.
2°._ Si queremos crecer espiritualmente concentremos nuestra atención en Dios antes que en las limitaciones.
3º- Si queremos prosperar materialmente debemos tener pensamientos de prosperidad y hacer hábitos de esta forma de pensar.
4°._ Si queremos tener el afecto de los demás y tener compañeros amables, nuestros pensamientos deben ser amorosos y de buena voluntad.
5º_ Tratar de poner orden en nuestra casa y mantener solo pensamientos amorosos
6a._ Abandonar el hábito que teníamos de pensar en negativo
7°._ No nos permitamos el desaliento y no nos condenemos a nosotros mismos, porque eso es un pensamiento negativo
8°._ Pidamos la Presencia de Dios en nuestra vida y oremos pidiendo Poder, Sabiduría, Amor, Prosperidad, etc
9°._ Revisemos nuestra conducta: si hemos perdonado todo a todos, si tenemos algún odio, rencor, envidia personal o profesional, penas, etc ...
CONSECUENCIAS
1º_ Tenemos el poder de guiar nuestros pensamientos por lo que, de acuerdo a la Ley de Dios, somos quienes hacemos nuestra vida
2a._ Lo que pensamos, en eso convertimos. Por eso, si queremos
controlar las circunstancias que nos rodean para hacerlas armoniosas y felices, primero tenemos que convertir en armoniosos y felices nuestros pensamientos |
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Lula Moderador

Registrado: 04 Oct 2005 Mensajes: 3995
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Publicado:
Vie Feb 22, 2008 4:22 pm Asunto:
Tema: BIENAVENTURADOS LOS QUE TIENEN HAMBRE Y SED DE JUSTICIA |
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Hola imanol!
Veo que has hecho tu propia reflexiòn basándote en la Bienaventuranza que mencionas. Dices cosas que pueden tener algo de cierto, pero que tambièn, mal interpretadas, podrìan desviar a màs de alguno del correcto pensamiento catòlico. De hecho, toda la reflexiòn que hiciste no es la correcta explicaciòn de esta Bienaventuranza, asumo que no pretendiste que lo fuera.
Por ejemplo: el pensar con actitud positiva, siempre serà bueno. Ello serà reflejo de la paz y confianza en Dios que llevamos en nuestro corazòn. Sin embargo, no son nuestros "pensamientos en sì" los que determinan lo que nos sucederà en la vida, no es el "poder de nuestra mente", que no es enseñanza catòlica. Si bien es cierto que una actitud positiva siempre ayuda. Pero la cosa creo que va mejor asì: vivimos confiados y con fè en Dios, en Su Amor por nosotros esto nos hace tener una actitud positiva y de agradecimiento en todo lo que emprendamos en nuestra vida, sabiendo que el resultado, sea o no sea de nuestro agrado, serà el mejor para nosotros porque Dios nos ama y asì lo ha dispuesto para nuestro bien esto nos seguirà haciendo vivir con actitud positiva, descansando siempre en el Amor de nuestro Padre por nosotros, independientemente de nuestras circunstancias.
Como ves, el solo hecho de tener pensamientos positivos no quiere indispensablemente decir que todo saldrà como a nosotros nos guste, no. No es nuestra mente la que define lo que nos sucede. Es Dios el que permite o no ciertas cosas, de acuerdo con Su Amor por nosotros.
Pero como iniciaste el tema mencionando la Bienaventuranza que citaste, copio acà un extracto de la explicaciòn que al respecto nos dio el año pasado el padre Raniero Cantalamessa O.F.M. Cap., predicador de la Casa Pontificia. Que por cierto, tiene mucha relaciòn con el mensaje de Cuaresma del Santo Padre de este año.
La explicaciòn completa puedes leerla acà:
http://www.zenit.org/article-23094?l=spanish
Si luego de leerla, te queda alguna duda con respecto a este tema, por favor plantea tu duda en el sub-foro de Preguntas y respuestas.
Cita: | Predicador del Papa: «Bienaventurados los que tenéis hambre ahora, porque seréis saciados»
Tercera predicación de Cuaresma al Papa y a la Curia
CIUDAD DEL VATICANO , viernes, 23 marzo 2007 (ZENIT.org).- «Bienaventurados los que tenéis hambre ahora, porque seréis saciados – Las bienaventuranzas evangélicas» es el tema de la tercera predicación de Cuaresma que, ante Benedicto XVI y la Curia, pronunció este viernes el padre Raniero Cantalamessa O.F.M. Cap., predicador de la Casa Pontificia.
"...5. «Bienaventurados los que tienen hambre de justicia»
Decía al principio que las dos versiones de la bienaventuranzas de los hambrientos, la de Lucas y la de Mateo, no se presentan alternativamente, sino que se integran recíprocamente. Mateo no habla de hambre material, sino de hambre y sed de «justicia». De estas palabras se han dado dos interpretaciones fundamentales.
Una, en línea con la teología luterana, interpreta la bienaventuranza de Mateo a la luz de lo que dirá San Pablo sobre la justificación mediante la fe. Tener hambre y sed de justicia significa tomar conciencia de la propia necesidad de justicia y de la incapacidad para procurársela solos con las obras y por lo tanto esperarla humildemente de Dios. La otra interpretación ve en la justicia «no la que Dios mismo pone por obra o la que Él concede, sino la que Él reclama al hombre» [5], en otras palabras, las obras de justicia.
A la luz de esta interpretación, con mucho la más común y exegéticamente más fundada, el hambre material de Lucas y el hambre espiritual de Mateo ya no carecen de relación entre sí. Estar de lado de los hambrientos y de los pobres entra en las obras de justicia y será, más aún, según Mateo, el criterio según el cual ocurrirá al final la separación entre justos e injustos (Cf. Mt 25).
Toda la justicia que Dios pide del hombre se resume en el doble mandamiento del amor a Dios y al prójimo (Cf. Mt 22, 40). Es el amor al prójimo por lo tanto el que debe impulsar a los hambrientos de justicia a preocuparse de los hambrientos de pan. Y éste es el gran principio a través del cual el Evangelio actúa en el ámbito social. En cuanto a este punto, lo había percibido adecuadamente la teología liberal:
«En ninguna parte del Evangelio –escribe uno de sus más ilustres representantes, Adolph von Harnack- encontramos que enseñe a mantenernos indiferentes ante los hermanos. La indiferencia evangélica (no preocuparse del alimento, del vestido, del mañana) expresa más que nada lo que cada alma debe sentir ante el mundo, sus bienes y sus lisonjas. Cuando se trata, en cambio, del prójimo, el Evangelio no quiere ni oír hablar de indiferencia, sino que impone amor y piedad. Además, el Evangelio considera absolutamente inseparables las necesidades espirituales y temporales de los hermanos» [6].
El Evangelio no incita a los hambrientos a hacerse solos justicia, a alzarse, también porque en tiempos de Jesús –a diferencia de hoy- aquellos no tenían instrumento alguno, ni teórico ni práctico, para hacerlo; no les pide el inútil sacrificio de ir a dejarse matar detrás de algún agitador celote o cualquier Espartaco local. Jesús actúa sobre la parte fuerte, no sobre la parte débil; afronta, Él, la ira y el sarcasmo de los ricos con sus «ay»( Lc 16, 14), no deja que sean las víctimas las que lo hagan.
Buscar a toda costa, en el Evangelio, modelos o invitaciones explícitas dirigidas a los pobres y a los hambrientos par que se empleen en cambiar solos la propia situación es vano y anacrónico, y hace perder de vista la verdadera contribución que él puede dar a su causa. En esto tiene razón Rudolph Bultmann cuando escribe que «el cristianismo ignora cualquier programa de transformación del mundo y no tiene propuestas que presentar para la reforma de las condiciones políticas y sociales» [7], si bien su afirmación necesitaría alguna distinción.
El de las bienaventuranzas no es el único modo de afrontar el problema de la riqueza y pobreza, hambre y saciedad; hay otros, hechos posibles por el progreso de la conciencia social, a los cuales justamente los cristianos dan su apoyo y la Iglesia, con su Doctrina Social, su propio discernimiento.
El gran mensaje de las bienaventuranzas es que, independientemente de lo que hagan o no por ellos los ricos y saciados, incluso así, en el estado actual, la situación de los pobres y de los hambrientos por la justicia es preferible a la de los primeros.
Existen planos y aspectos de la realidad que no se perciben a simple vista, sino sólo con la ayuda de una luz especial, rayos infrarrojos o ultravioletas. Se usa ampliamente en las fotografías de satélite. La imagen obtenida con esta luz es muy distinta y sorprendente para quien está acostumbrado a ver el mismo panorama a la luz natural. Las bienaventuranzas son una especia de rayos infrarrojos: nos ofrecen una imagen distinta de la realidad, la única verdadera, porque muestra lo que al final quedará, cuando haya pasado «el esquema de este mundo».
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Saludos y Bendiciones. _________________
¿Ya platicaste hoy con tu Angel Custodio? |
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