de la mancha Esporádico
Registrado: 06 Mar 2008 Mensajes: 59
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Publicado:
Lun Mar 10, 2008 8:59 am Asunto:
Y DESPUES QUE...
Tema: Y DESPUES QUE... |
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Hace unos días, he compartido, con mi viejo amigo y excompañero de trabajo, Miguel, el dolor, que le ha supuesto, el fallecimiento de su esposa, Virtudes. Y he sufrido, con él, ese golpe inesperado que se lleva a un ser tan querido, cuando en su frente brillaba todavía, la luz de la esperanza de vida.
Y ahora, Miguel, ese hombre que vive su fe, sin intentar meterse en profundidades teológicas, le asusta mirar al presente y menos pensar en un futuro, que tendrá que afrontar sin Virtudes.
Y cuando, uno, intenta consolarle y decirle que ha de seguir adelante, pidiendo a Dios que le alumbre con intensidad, para coger esa antorcha que le ayude a encontrar un camino de luz y de esperanza, salta esa pregunta tan importante que el ser humano, siempre se ha hecho desde su aparición sobre la tierra ¿Y después, que?.
Miguel, abatido y triste, hace a su amigo, esa pregunta, que surge ante un atardecer sereno, que se lleva una vida. Es la pregunta que, refiriéndose al después de esta vida, orienta y consuela a unos, mientras otros, la solucionan creyendo que la nada es la respuesta.
Estoy convencido, así se lo digo a Miguel, que esta es la pregunta, que se hacen los niños y los adultos, los sanos y los enfermos. Que, se formula en el bullicio del día y en el silencio de la noche, acompañada por el calor suave de la creencia o por la soledad, del que nada espera después de la muerte.
Tengo que confesar, que ante una pregunta que no esperas, la mente queda en blanco, y de nuevo, has de recurrir a la Biblia, para encontrar, esa respuesta que ilumine como una estrella, tu fe.
Lo importante, creo yo, es que al no saber cuando será el día ni la hora, lo lógico sería, estar bien preparados y vigilantes, haciendo madurar el Reino de Dios, con nuestro esfuerzo y nuestras oraciones, y por supuesto, escuchando lo que Jesús, como ser humano y con conciencia humana frente al Padre Dios, con toda claridad nos dice: “Nadie sabe cuando será la hora, ni los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino solo el Padre (Mc.13,32.33). Y por supuesto, pensar que Dios es el único, que sabe ese día y hora en la eternidad, pero que ello no implica, que se corresponda con una fecha concreta, en nuestro tiempo.
Y, estar convencidos de algo, que a muchos les cuesta creer, como es, la resurrección de los muertos. Una resurrección, que al ser Vida, será como un gozo eterno, al poder disfrutar, como sus hijos, de la presencia, del mismo Dios, que no es un Dios de muertos, sino de vivos.
Así mismo, Jesús, también dió respuesta a esta pregunta, manifestándonos: “Yo soy la Resurrección y la Vida, el que cree en mí vivirá para siempre”, y “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida (Jn.14.6)”, por lo que para nosotros, la tristeza de la muerte, ha de ser esperanza y conquista de vida, que no termina, ya que la Resurrección, se convierte en la verdad fundamental de nuestra fe, como nos lo recuerda San Pablo, “Si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra fe”.
Por todo ello, el Evangelio, mediante Cristo, que fué el primero que resucitó de entre los muertos, nos invita, a vivir un modo de vida con “el aquí y ahora” a la luz del “día después”, trabajando en las tareas del mundo, a favor de la paz, la justicia y la esperanza, con aquellos hermanos que se abran a la fé.
Y entiendo, querido amigo Miguel, que ante la separación física de tu esposa, te encuentres triste, intranquilo y casi desesperado, y busques la paz. Pero debes seguir adelante, para que no pierdas la paz, el sosiego y sobre todo la fé.
Finalmente y ante tu pregunta; “Y después, que”, me viene a la mente, el recuerdo de aquel cura que llevaba casi toda su vida en la parroquia de su pueblo. Su Obispo, al jubilarlo, le envió a una misión más tranquila en un convento.
Al despedirse de sus feligreses, les pidió que a la hora de su muerte, lo llevaran a enterrar a ese pueblo que abandonaba. Pero no solo para estar junto a ellos, sino porque quería resucitar con ellos y celebrar con gran alegría, el final de los tiempos, encabezando la comitiva para dirigirse todos juntos, al encuentro final con Cristo.
Esta emocionante historia, nos debe hacer olvidar, esas preguntas que a veces nos hacemos: “¿como sucederá todo, después de nuestra muerte”?, “¿como será nuestro encuentro con Dios?”, o “¿como será, esa segunda vida?”. En realidad nada sabemos hoy, ni sabremos nunca en este mundo y son dudas que puede tener cualquier persona, creyente o no, Lo sensato, es pensar, que son problemas que no pueden demostrarse con argumentos científicos. Y tener en cuenta, que al fin y al cabo, si todo fuera demostrable, que sentido tendría nuestra fé. _________________ 2506 |
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R Real Fan de Jesucristo
Registrado: 27 Mar 2007 Mensajes: 3917 Ubicación: Tierra Azteca
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Publicado:
Vie Mar 14, 2008 2:05 pm Asunto:
Tema: Y DESPUES QUE... |
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Hola de la mancha;
Podemos entender que lo de la vida eterna, ya lo sabemos;
es algo inherente y profundo,
pero: lo vivimos por etapas:
de modo físico: es impactante y perturbador que alguien que hoy está;
en el siguiente instante ya no;
al menos como lo deseamos; que nos mire y nos abrace físicamente,
espiritualmente no sucede el abandono; nuestros seres queridos están,
nos "miran" desde su nuevo estado, nos desean bien, nos piden oración;
y piedad, perdón y perdonan.
Pero el dolor es tan grandem, y el deseo de que no haya sucedido es tan irracional,
que no podemos sentirlos como ya ellos pueden "hablarnos"
entre los susurros del espíritu o en sueños, o en aromas,
o en voces y recuerdos.
La imagen del ser querido como cadáver, es muy fuerte,
aunque éste ya no esté allí, y duele mucho
y cuesta superar éste hecho,
A tu amigo hoy; no le sirve que le consuelen diciendo "fué para bien"
o "es mejor", "por algo será"...........
le sirve la compañía, que no le dejen hasta que su vida sea normal
que le hagan el súper, o le ayuden con los quehaceres que Virtudes hacía,
mientras se entera que ella no los hará jamás, y le tocan a él
y se organiza sin ella .
El silencio no es silencio, son voces que no queremos oír con el alma
sino con los oídos , porque al reconocerlas con el alma,
entenderemos que son eternos y nosotros los queremos en el mundo,
no en la vida eterna.
Orar y acompañar, pedir por ella y dejar que Dios y el tiempo sanen.
aplicar una indulgencia plenaria al menos por ella, para que si necesita oración, sea pronta su partida al Cielo.
Orar por ésa familia sin mamá , por ése hombre sin esposa,
y por el amigo que los ve y se duele...........
Rezo por ustedes. _________________
¡Ven Señor Jesús!........ |
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