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9a. sesión. Séptimo: No robarás
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Beatriz Eugenia
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Registrado: 03 Oct 2005
Mensajes: 426

MensajePublicado: Lun Mar 10, 2008 12:49 am    Asunto: 9a. sesión. Séptimo: No robarás
Tema: 9a. sesión. Séptimo: No robarás
Responder citando

P Antonio Rivero escribió:


No robarás ni tomarás lo que no te pertenece

¿Te parece bien si hago un breve resumen de los mandamientos anteriores?

En el quinto mandamiento el Señor defiende la vida del hombre; en el sexto, la misma fuente de la vida. Pero, ¡qué solicito es nuestro buen Padre Dios con nosotros, sus hijos! En los mandamientos restantes da un paso más y defiende las condiciones que se requieren para una vida digna de ser llamada humana, para una vida social en orden: defiende la seguridad de los bienes y el honor de la palabra humana.

El séptimo dice: “No hurtarás”. Incluso los que no honran a Dios, ni santifican el domingo, que nada quieren oír de pureza moral…aún éstos reciben con satisfacción el quinto y el séptimo mandamiento, porque les gusta ver aseguradas la propia vida y la propia fortuna. ¿No es así?

Déjame hacerte unas preguntas: ¿Tienes el corazón apegado a algo? ¿Hay alguna cosa material que te aleja de Dios? ¿Cuáles son ahora tus máximas preocupaciones? ¿Te preocupas realmente de la gente necesitada y pobre? ¿Dios está en el centro de tu vida o vives tan metido en las preocupaciones materiales que no te acuerdas de Él? ¿Haces buen uso de las cosas que tienes? ¿Por qué crees que algunos roban a los demás? ¿Por qué está mal robar? Si eres gerente de una empresa, ¿debes o no debes dar los salarios justos a tus trabajadores?

No debes extrañarte de que se den robos. Entre los doce que Jesús escogió, uno salió ladrón. Fue Judas. Un ladrón que hasta pensó que podría hacer negocios traicionando a su Maestro. “¿Qué me daréis si os lo entrego?”-preguntó Judas a los sumos sacerdotes. Y por treinta monedas y un beso vendió a Jesús. ¿Tan poco valía Jesús?

El fundamento de este mandamiento, unido al décimo, es simple: la dignidad que nos identifica a todos los hombres como hijos de Dios, creados a su imagen. En manos de sus hijos, Dios puso toda la creación “Creced y multiplicaos, llenad la tierra y dominadla” , Génesis 1, 28) para administrarla, sin que nadie tenga mayor derecho para ese dominio y uso sobre el resto de los hijos (38) .

¿Qué te parece si enfocamos bien este mandamiento?

Este séptimo mandamiento te prohíbe el acto exterior de apropiarte de la propiedad ajena, y al mismo tiempo, este mandamiento encauza el principio de la propiedad privada. Y prescribe el respeto y la promoción de la dignidad de la persona humana en materia de bienes materiales y económicos. Además este mandamiento exige estas virtudes: la justicia, la caridad, la templanza.

Por tanto, detrás de este mandamiento se esconden estos problemas y algunos más, querido joven:


+ ¿Son malos esos bienes que tú tienes y que has adquirido rectamente?

+ ¿Los bienes son de unos pocos o de todos? ¿Por qué unos tienen más que otros?

+ ¿Cómo hay que tratar los bienes, los propios y los ajenos?

+ ¿Se contraponen la propiedad común y la propiedad privada? ¿Es lícita la propiedad privada? ¿A qué obliga la propiedad privada? ¿Qué peligro tiene la propiedad privada?

+ ¿El trabajo es un deber?

+ ¿Es legítima la huelga?

+ ¿Qué es la justicia conmutativa, legal y distributiva?

+ ¿Qué es el salario justo?

+ ¿Hay que restituir lo robado? ¿Se puede robar alguna vez?

+ ¿Qué es el fraude, la retención injusta?

+ ¿Obliga en conciencia el pagar los impuestos económicos que impone el Estado?

+ ¿Hay obligación moral de cumplir las promesas y contratos?

+ ¿Qué medios emplear contra los ricos injustos? ¿Puedes tomarte la justicia por tu propia mano?

+ ¿Qué hacer para ayudar a los pobres? ¿Cómo promoverles humanamente?

Como ves, hay muchos problemas que debe resolver y aclarar este séptimo mandamiento de la Ley de Dios. Así que sigue leyendo, que es muy interesante. Estos son los apartados que te propongo:

I. Unos principios claros.
II. El tema de la propiedad privada.
III. Los atropellos contra este mandamiento.
IV. Tres formas de cumplir este mandamiento: austeridad, justicia, generosidad.

I. TE DEJO UNOS PRINCIPIOS BIEN CLAROS

Dios puso al hombre como administrador de los bienes de la tierra; y le dejó todo para que el hombre viviera tranquilo, digno, y llegara a Él.

Le confió la tierra y sus recursos para que tuviera cuidado de ellos, los dominara mediante su trabajo y se beneficiara de sus frutos. Por tanto, el trabajo es un deber, honra los dones del Creador y los talentos recibidos, puede ser redentor, pues soportando el peso del trabajo, en unión con Jesús, el carpintero de Nazaret y el crucificado del Calvario, el hombre colabora en cierta manera con el hijo de Dios en su obra redentora.

Además, el trabajo puede ser un medio de santificación y de animación de las realidades terrenas en el espíritu de Cristo. Del trabajo, el hombre saca los medios para sustentar su vida y la de su familia y presta un servicio a la comunidad humana. El acceso al trabajo debe estar abierto a todos sin discriminación injusta, a hombres y mujeres, sanos y disminuidos, autóctonos e inmigrados.

La misma sociedad debe ayudar a los ciudadanos a procurarse un trabajo y un empleo. Y el salario justo es el fruto legítimo del trabajo. Negarlo o retenerlo puede constituir una grave injusticia. Para determinar la justa remuneración se han de tener en cuenta a la vez las necesidades y las contribuciones de cada uno.

Estos bienes de la creación están destinados a todo el género humano. Sin embargo, la tierra está repartida entre los hombres para dar seguridad a su vida, expuesta a la penuria y amenazada por la violencia.

La apropiación de bienes es legítima para garantizar la libertad y la dignidad de las personas, para ayudar a cada uno a atender sus necesidades fundamentales y las necesidades de los que están a su cargo.

Pero por culpa del pecado, el hombre se hizo avariento y envidioso, y nació en él una fuerte tendencia a tener más que los demás, apareciendo así como el más poderoso. Cuando el hombre se deja llevar por esta tendencia, entonces es más fácil que comiencen los robos, las injusticias, los abusos, el reparto injusto de las riquezas, las injusticias de los ricos hacia los pobres, las estructuras injustas.

El camino para solucionar estas injusticias y atropellos no es la lucha armada, ni la revolución, ni el comunismo, ni el mercantilismo, ni el liberalismo radical, ni el sindicalismo autogestionario, ni el capitalismo salvaje. La solución a todo eso no viene de las estructuras, sino del corazón de cada hombre, de sus relaciones con Dios y con los demás. Si tu corazón es generoso y desprendido, nunca te permitirás los abusos contra este séptimo mandamiento.

Los bienes de la tierra, las riquezas son medios, no son el fin en la vida. Tu fin en la vida, ya sabes quién es: Dios, conocerle cada día más aquí en la tierra, amarle, servirle, y después llegar a Él en la eternidad. ¡Qué noble fin tienes! ¿No es cierto? Las demás cosas y las riquezas son medios para vivir con dignidad tu vida y la de tus futuros hijos; medios también para ayudar a los necesitados. Cuando los bienes materiales se convierten en fin, entonces viene el descontrol, el apego.

Tenemos el ejemplo elocuente del joven rico en el Evangelio, a quién Jesús le proponía dejar todo y darlo a los pobres, y así seguir a Cristo y ser su amigo íntimo dentro de su misma compañía. Y él prefirió los bienes y riquezas, y rechazó al autor de los bienes, despreciando la voluntad de Dios que le proponía: Dejar todo, ser generoso, y seguirle. ¿Cómo terminó el encuentro de este joven con Jesús? Se marchó triste el joven rico porque no supo desprenderse de las cosas materiales para seguir a Cristo con corazón libre (39) .

Ojalá no seas tú como ese joven rico, que decepcionó y entristeció a Jesús. ¡Cuántas ilusiones se había hecho Jesucristo de este joven! Podía haber sido un amigo íntimo de Jesús y un santo, y prefirió ser del montón de los mediocres.

Dios no desprecia el dinero ni el trabajo humano. Al revés, ambos son medios para que el hombre se realice, sea santo y desempeñe su misión en este mundo, en el trabajo, en la actividad económica. Dios quiere que uses todos los bienes para tu propia dignidad, para sacar adelante tu carrera, para tu familia y para hacer el bien a los necesitados. Así tiene sentido profundo la riqueza y los bienes materiales, y son bendición. De lo contrario son piedra de escándalo y se convierten en maldición.

Aunque los bienes están al servicio del hombre y hay un destino universal de los bienes, también es verdad que la propiedad privada es un derecho natural y fundamental del ser humano, de las personas, para que tú atiendas a tus necesidades propias y a las de tu familia.

Esta propiedad privada refleja dos cosas: la primacía del hombre sobre las cosas, y la capacidad del hombre, gracias a su inteligencia y libertad para administrarlos rectamente. Por ser un derecho natural, la propiedad privada no se puede considerar como una concesión del Estado ni un medio para alcanzar mayor eficacia económica. Y debe ser respetada por todos al igual que se respeta la libertad ajena.

Ahora bien, la propiedad privada, de todos modos no es un derecho absoluto; está al servicio de la libertad y de la seguridad personal, pero también debe estar ordenada al bien de la comunidad y, por eso, la autoridad política tiene el derecho de regular el ejercicio legítimo del derecho de propiedad en función del bien común.

De estos principios deducimos que no se puede quitar al otro lo que es suyo. ¡Perfecto! Pero tampoco, acumular fortuna perjudicando a otros, o no ayudando a otros necesitados. Sería una injusticia y puro egoísmo.

En palabras del Papa Juan Pablo II: “El derecho de propiedad es válido y necesario…, pero los bienes de este mundo están destinados a todos” (Encíclica, “Sollicitudo rei socialis, número 42).

Para expresar la voluntad de Dios en este tema, Jesús expuso un día la parábola del rico Epulón, desentendido injustamente y contra la caridad del pobre Lázaro (cf. Lucas 16, 19-31).


II. EL PRINCIPIO DE LA PROPIEDAD PRIVADA

Es un tema delicado, éste de la propiedad privada.

Parto de esta afirmación: el principio de la propiedad privada tiene su raigambre en la naturaleza humana.

Para probar esta afirmación, apelo al testimonio de la historia de la humanidad. En formas diversas, en diferentes marcos, pero de un modo fundamental, existían en formas diversas la propiedad privada en todos los pueblos, aun en los pueblos nómadas, en las tribus primitivas que vivían de pesca y de caza. Pues bien, si ha existido siempre, y por todas partes, es que brota de la naturaleza humana; y si brota de ésta, entonces no es posible abolirla, ¿no crees, querido joven?

La propiedad es legítima, como la libertad.

Te cuento esta anécdota para que te rías un poco conmigo, y así pruebo esto que te digo. Dos ladrones riñeron. Dice uno de ellos:

- Yo soy el dueño de este reloj de oro.
- ¿Qué vas a serlo tú? –le replica el otro.
- Sí, lo soy; porque fui yo quien lo robé, y no tú.

Con esto se ve cómo es imposible borrar del pensar humano la idea del derecho de propiedad.

¿Qué pasaría si suprimiéramos este derecho de la propiedad privada?

La supresión de la propiedad privada, en primer lugar, conmovería la vida del individuo. El ensueño de adquirir propiedad es lo que suaviza y hace más llevadera la difícil labor de la vida diaria. Es lo que hace capaz al hombre, no sólo de atender a las necesidades del momento, sino también de proveerse para el porvenir, para los días de la vejez, y reunir fondos para la familia. Es lo que le impulsa constantemente a trabajar, es lo que le dota de virtudes. ¿Trabajarías tú con diligencia y constancia, si no ha de ser tuyo lo que ganes con tu esfuerzo y honestidad? ¿Cómo darás a los pobres, si nada tienes economizado? ¿Cómo practicarías la virtud de la templanza, si nada tienes en el banco?

Lo que el hombre ha tocado con su mano y moldeado con el trabajo de sus miembros, y regado con el sudor de su frente se trueca en propiedad suya.

Además, en segundo lugar, la supresión de la propiedad privada conmovería la vida familiar. ¡Cuántas cosas necesita una familia! Casa, muebles, vestidos, comida…; y todo esto han de procurarlo los padres. Ellos sienten la responsabilidad, y esta responsabilidad les acucia, los mueve al trabajo y a la economía doméstica. Y los hijos también sienten lo que deben a sus padres, y este sentimiento los educa para el respeto y la obediencia.

Se conmovería el amor de la familia y el respeto mutuo si, por suprimirse la propiedad privada, el Estado tuviera que cargar con el deber de educar a los hijos. El padre de familia quiere preocuparse, no sólo del presente, sino también del porvenir de la familia; quiere reunir un pequeño fondo, que después de su muerte pase a su familia. Con gran verdad alguien ha dicho que la herencia paterna es la mano que alarga el padre desde la tumba para ayudar al hijo y a toda la familia.

En tercer lugar, la propiedad privada es también la garantía del orden social y de la paz. Sin la propiedad privada no hay hogar en paz, y sin hogares no hay nación.

Finalmente, te diré que la supresión de la propiedad privada sería también un golpe para la civilización. El progreso de la ciencia cuesta dinero; hay que hacer sacrificios por el arte; cada paso que se da en bien de la cultura exige grandes dispendios. ¿Quién pensará en progreso, en cultura, si no tiene asegurado el pan de cada día?

Si es así, te pregunto, ¿por qué y qué necesidad había del séptimo y del décimo mandamiento de la Ley de Dios? Si el principio de la propiedad privada es una exigencia de la naturaleza humana y además la protegen leyes estatales, ¿por qué hubo de meterse Dios y obligar aun en conciencia al hombre? ¿No bastan los guardias y policías secretos, las multas y la reclusión…?

Ciertamente se necesita la ley humana para proteger la propiedad privada…pero no basta por sí sola. ¡Cuántas son hoy las leyes que la defienden! Y, sin embargo, ¡cómo surgen bandas de ladrones bien organizadas, con ramificaciones internacionales, con ensayos, con estatutos!

Hay muchos guardias…; pero no bastan para que haya uno en cada cuarto de oficina, en cada caja, en cada mesa de vendedor, en cada puesto de mercado. Por esto es necesario tener en el séptimo y décimo mandamiento, una ley que ata toda maldad, unos artículos que no tienen escapatoria, un guarda que no suelta la presa.

Es verdad todo lo que te he dicho. Pero en honor a la verdad, tengo que decirte que también la propiedad privada lleva anejos ciertos peligros y ciertas desventajas. Y sólo el Mandamiento de Dios puede frenar estos peligros y desventajas. Te enumero algunos.

La propiedad privada a veces puede ser causa de cierta desigualdad social; por ella hay ricos y pobres. ¿Es o no es cierto? Y la pobreza pesa siempre.

Es necesaria también la propiedad para librar a los ricos del egoísmo. El hombre no llega por sí mismo a descubrir esta verdad. Nacemos de suyo egoístas. La propiedad privada te da la oportunidad de ejercitarte en la generosidad con el necesitado. Cada uno de nosotros deberíamos decir: “Debo algo al prójimo”. Debemos ayudarnos como hermanos.

Ya Jesús nos lo dijo en el evangelio: i<>“Porque tuve hambre y me diste de comer; tuve sed y me diste de beber…” (Mateo 25, 35). Acuérdate lo que le pasó a ese rico epulón del evangelio por no compartir su propiedad privada con el pobre Lázaro. ¿A dónde fue a parar? Lo encuentras en el evangelio de san Lucas, capítulo 16, del versículo 19 al 31, como te había dicho anteriormente.

Así, pues, la propiedad privada tiene también sus deberes, además de sus derechos. Pues la propiedad privada no constituye para nadie un derecho incondicional y absoluto (40) . No hay ninguna razón para reservarse en uso exclusivo lo que supera a la propia necesidad cuando a los demás les falta lo necesario. Tienes que ayudar a los necesitados.

Por eso podemos decir, citando al Papa Juan Pablo II: “El derecho a la propiedad privada está subordinado al derecho al uso común, al destino universal de los bienes” (41) . Lo que tú tienes de más le pertenece a ese pobre que se está muriendo de hambre y de frío. Comparte, por favor.

La propiedad, si no la compartes, te hace duro y cruel contigo mismo. ¡El poder tiránico del dinero! Infeliz en quien hace presa el dinero. Olvidará el honor, el alma, la palabra dada, la veracidad, el deber, la compasión, al amigo, a la familia, al pobre. Nadie puede servir a Dios y al dinero, nos dijo Jesús (cf. Lucas 16, 13). ¡Cuidado con que la fortuna no te haga cruel, sin entrañas para contigo mismo y para con los pobres!

Este principio de propiedad privada, sigue diciendo Juan Pablo II en la misma encíclica sobre el trabajo, se aparta radicalmente del colectivismo (42) , proclamado por el marxismo; y del capitalismo (43), practicado por el liberalismo y por los sistemas políticos que se refieren a él.

No seas avaro. Comparte tu dinero y tendrás paz y harás un mundo mejor.

Y no te olvides: la propiedad privada tiene sus propios derechos, no hay que dudarlo. Pero también sus deberes. Así se balancea y se equilibra. ¡Qué bien pensado lo tiene Dios!

Te hago un breve resumen.

Si el hombre tiene el deber de conservar su vida, ha de tener derecho a procurarse los medios necesarios para ello. Estos medios se los procura con su trabajo. Luego el hombre tiene derecho a reservar para sí y para los suyos lo que ha ganado con su trabajo.

Este derecho del hombre exige en los demás el deber de respetar lo que a él le pertenece: esto se llama derecho de propiedad.

El derecho de propiedad, en sentido cristiano, no es la facultad de disponer de las riquezas según el libre antojo o capricho, atendiendo únicamente al propio placer o utilidad. Este concepto, que es el de la escuela liberal, está altamente reprobado por la moral católica; que, si bien reconoce por uno de sus principios fundamentales el respeto a la propiedad legítima, también cuenta entre sus terminantes enseñanzas la ley de la justicia social y la de que el rico debe ser, sobre la Tierra, la providencia del pobre.

Es cierto que la justa posesión de los bienes lleva consigo la obligación del uso justo de los mismos; pero aunque el abuso en el uso sea pecado, no anula la realidad del derecho. Y si los propietarios, faltando a su obligación, no hacen buen uso de su propiedad, corresponde al Estado -guardián del bien común- poner sanciones convenientes que pueden llegar, si las circunstancias lo requieren, a la expropiación y a la confiscación.

Ya se entiende que esta intervención del Estado no debe ser arbitraria, sino que siempre debe estar subordinada al bien común. La autoridad política tiene el derecho y el deber de regular en función del bien común el ejercicio legítimo del derecho de propiedad.

Los bienes de la Tierra fueron creados para que todos y cada uno de los hombres pudiesen satisfacer sus necesidades. Bien lo expresó Pío XII : «Dios, Supremo Proveedor de las cosas, no quiere que unos abunden en demasiadas riquezas mientras que otros vienen a dar en extrema necesidad, de manera que carezcan de lo necesario para los usos de la vida».

Hay que ayudar a los demás. Y esto se logra no sólo dando dinero, sino también creando puestos de trabajo, capacitando profesionalmente a los demás, ofreciendo oportunidades de educación, etc. Así podrán entrar todos en “el teatro del mundo” para disfrutar de los bienes que nos ha regalado el Creador. La comparación es de San Basilio.

Los animales están al servicio del hombre. Por eso es indigno invertir en ellos sumas que deberían remediar, más bien, las miserias de los hombres.



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MensajePublicado: Lun Mar 10, 2008 12:52 am    Asunto: 9a. sesión. Séptimo: No robarás
Tema: 9a. sesión. Séptimo: No robarás
Responder citando

P Antonio Rivero escribió:


III. ATROPELLOS CONTRA ESTE MANDAMIENTO

Creo que este mandamiento de la Ley de Dios es, a veces, un tanto descuidado por nosotros; pensamos que no es tan importante, pues “hay otros pecados más gordos”, y sin embargo, es quizá uno de los que en el día a día pisoteamos sin grandes remordimientos.

Por eso, quiero hacerte luz para que veas de cuántas maneras se puede quebrantar el séptimo mandamiento.

Este mandamiento prohíbe quitar, retener, estropear o destrozar lo ajeno contra la voluntad razonable de su dueño. Por ejemplo: le quitas a un compañero su reloj de pulsera y lo vendes a otro; o no quieres devolverlo a quien te lo ha prestado; o en un momento de enfado le das al reloj un fuerte martillazo para vengarte de tu amigo. ¿Ves? Todo esto es pisotear el séptimo mandamiento.

Este mandamiento prohíbe también el fraude: robar con apariencias legales, con astucia, falsificaciones, mentiras, hipocresías, pesos falsos, ficciones de marcas y procedencias, etcétera. Todo esto en algunas partes es “pan cotidiano” que algunos amasan y se comen tranquilamente, y como si nada. Tú, ¡atento, de ahora en adelante!

Algunos modos modernos de robar son la emisión de cheques sin fondo, o la firma de letras de cambio que no podrán nunca ser pagadas. Tan ladrón es el atracador con metralleta, como el que roba con guante blanco aprovechándose de la necesidad para sacar el dinero abusivamente. ¿Te ha tocado ver, sufrir algo de esto…o hacer? ¿Sabías que todo esto es atentado contra este mandamiento de la ley de Dios? ¡Afina bien tu conciencia! La conciencia es el santuario donde Dios habla. Si la corrompes, corres peligro de que ya no puedas escuchar la voz de Dios que siempre te dirá: “Haz el bien; evita el mal”.

Pueden ser pecado grave los precios injustos que se ponen en ciertas circunstancias en tiendas de comidas, ropa o en comercios.

Ladrones con guante blanco son también aquellos que exigen dinero por un servicio al que por su cargo estaban obligados. Es distinto recibir un regalo hecho libremente por quien está agradecido a tu servicio.

Roban igualmente los que cobran sueldo por un puesto, cargo, destino, servicio, etc., y no lo desempeñan o lo desempeñan mal. Como me contaron en un cierto colegio: cada mes venía a recoger su cheque un profesor que nunca daba clases, pues mandaba un sustituto, a quien también daban su respectivo cheque. ¡Puros amaños con la administración del colegio! ¡Qué descaro! ¿No crees? Eso no es honestidad ni transparencia.

Puede haber robos que la justicia humana no pueda castigar, pero que no dejará Dios sin castigo. Por ejemplo, el que se niega a pagar una deuda cierta porque al acreedor se le ha extraviado el documento y no tiene testigos.

Otras clases de robo son la usura, las trampas jugando dinero y en las compraventas, etc. Para la justicia en las compraventas hay que tener en cuenta que ninguno de los contratantes quiere hacer un regalo al otro; sino que ambos aspiran a un servicio recíproco, cambiando objetos de igual valor, pero de distinta utilidad para cada uno. En todo intercambio de bienes, cada una de las partes ha de recibir la justa y correspondiente contrapartida.

¿Me dejas contarte una anécdota?

Un campesino iba con frecuencia a la ciudad para llevar a un panadero la manteca necesaria para la elaboración del pan, y por cada kilo de manteca recibía un kilo de pan. Una vez tuvo el panadero la curiosidad de comprobar cuánto pesaba la manteca que le acababan de entregar, y descubrió que de la entrega última -cinco kilos- faltaba medio; así que pidió explicaciones. El campesino, que estaba prevenido, contestó tan tranquilo:

- No sé qué decirle. Como en mi casa tengo balanzas, pero sin pesas, me arreglo siempre poniendo en un platillo de la balanza el pan que usted me da, y en el otro un peso igual de manteca.

Ni que decir tiene que el panadero quedó avergonzado.

Algo parecido va a ocurrir en el Juicio. Dios hará como el campesino, pues el mismo Cristo ha dicho: Con la medida con que midiereis, seréis medidos. (Mateo 7,2).

Cuando el robo ha sido con violencia personal, el pecado es más grave, y por lo tanto debe manifestarse esta circunstancia en la confesión. Lo mismo cuando se trata de un robo sacrílego: por ejemplo, robar un cáliz consagrado, o robar de las alcancías de una iglesia.

También se falta a la justicia, y a veces gravemente, cuando por negligencia se retrasan los salarios o pagos, pudiendo hacerlo a tiempo. Mientras se pueda, convendría pagar al contado, sobre todo a los que lo necesitan, y al día siguiente de terminar el mes.

Las cosas perdidas tienen dueño, por lo tanto, no pueden guardarse sin más. Hay que procurar averiguar quién es el dueño y devolverlas, pudiendo deducir los gastos que se hayan hecho (anuncios, etc.), para encontrar al dueño. Y tanta más diligencia habrá que poner en buscar al dueño, cuanto mayor sea el valor de la cosa encontrada. Solamente puedes quedarte con lo encontrado, cuando, después de una diligencia proporcionada al valor de la cosa, no has podido saber quién es su dueño.

Cuidar bien las cosas que usamos (autobuses, ferrocarriles, jardines, etc.) es señal de buena educación y cultura. Maltratarlas es propio de gamberros. Y además queda la obligación de reparar.

Ahora te resumo un poco los atropellos:

a) Robo:

El robo es apoderarse de algo ajeno sin conocimiento o libre asentimiento de su legítimo propietario.

El robo puede cometerse de diferentes maneras:


Simple hurto: es el robo cometido ocultamente, y por ello se produce sin inferir violencia al dueño.


Rapiña: es el robo cometido violentamente, ante el dueño que se opone, por ejemplo, amenazándolo con una pistola. Además del pecado de robo, se lesiona también la caridad con el prójimo.


Fraude: es obtener ilícitamente un bien ajeno a través de engaños o maquinaciones. Se puede cometer de muchas maneras: ejecutando mal un trabajo, vendiendo mercancía mala como si fuera buena, aprovechando la ignorancia del comprador, vendiendo a un precio excesivo, engañando en los contratos, no cumpliendo las especificaciones en una obra de construcción, engañando en el peso de la balanza, falsificando documentos, etc. El pecado de fraude es uno de los más frecuentes en la actualidad, y desgraciadamente son muchos los que lo pasan por alto con ligereza.


Usura: es exigir por un préstamo un interés excesivo, aprovechando la gran necesidad del deudor.


Extorsión: amenaza de pública difamación o daño semejante que se hace contra alguien a fin de obtener de él dinero u otro provecho.


Despojo: es el robo de bienes inmuebles: casas, terrenos, etc.


Plagio: es el robo de derechos o bienes intangibles; por ejemplo, señalar como propias obras literarias ajenas.

El robo atenta gravemente contra la justicia y la caridad.

Reflexiona en esta anécdota.

Un califa de Córdoba, cuenta una tradición árabe, quiso agrandar sus jardines y construir un pabellón sobre un pequeño campo que lo rodeaba. Este campo era lo único que poseía una pobre viuda. Ésta se negó a vendérselo y entonces el príncipe se apoderó con violencia del campo y edificó en él un brillante palacio.

La pobre mujer, desolada y llorando, fue a quejarse al cadí. El asunto era difícil. ¿Quién se atrevía a oponerse a la voluntad omnipotente del príncipe?

Sin embargo, el cadí, hombre de bien, montó sobre su asno y se presentó al califa cuando éste, rodeado de su corte, se encontraba en su palacio. Él cadí llevaba con él un gran saco. Hechas sus reflexiones, pidió permiso al príncipe para llenar el saco con tierra del jardín. El príncipe, que con todo era bueno, consintió.

Llenó el saco, con una familiaridad oriental, y dijo al príncipe:

- No basta; para completar tu obra es preciso que me ayudes a cargar el saco en mi asno.

El califa lo intentó y encontró el saco demasiado pesado.

- Príncipe -dijo entonces gravemente el cadí-, si este saco, que no encierra más que una parte de esta tierra, te ha parecido pesado, ¿cuánto pesará en tu conciencia y cómo podrás presentarte delante de Dios con la tierra entera que has usurpado a esa pobre viuda?

Al príncipe le hizo impresión la parábola, y mandó devolver a la viuda el campo con el palacio y todas las riquezas que contenía.

¿Qué aprendiste?

El robo es de suyo pecado grave contra la justicia, pero admite parvedad de materia. Se prueba la parvedad de materia porque es evidente que quien roba una cosa de poco valor no quebranta gravemente el derecho ajeno, ni la caridad –así dice santo Tomás de Aquino en su gran obra “La Suma Teológica”44.

Para atender a la gravedad del robo, es decir, para ver si el pecado es grave o no, hay que considerar:


El objeto en sí mismo. La magnitud del bien hurtado es la primera realidad a considerar sobre la gravedad de la acción. Si la magnitud es considerable aunque se le robe a una persona que no resienta la pérdida es ya pecado mortal.


La necesidad que el dueño tenga de la cosa robada. Así, una cantidad pequeña robada a un pobre puede ser pecado grave; lo mismo si se roba una cosa de mucho aprecio afectivo, por ejemplo, un recuerdo de familia o que cause a la víctima un daño grave, por ejemplo, robar unos utensilios de labranza a un campesino pobre. Sin ellos no podrá hacer su trabajo, y tal vez no tenga dinero para comprar otros.


El que comete varios robos pequeños distanciados, con intención de llegar a robar una cantidad grande, incurre en el pecado grave desde la primera vez que roba. Esto se explica porque desde el inicio tiene intención de cometer un pecado grave; si, por ejemplo, el cajero de un banco se propone robar 1.000.000 dólares, sustrayendo cada día 100 dólares para no hacerse notar, el primer día que toma esa cantidad comete ya pecado grave. La acumulación de materia (una suma de robos pequeños) llega a constituir un pecado grave.

¿Hay algunas causas excusantes del robo o dicho de otro modo, hay justa apropiación de bienes ajenos?

Bajo ciertas condiciones, puede ser lícito tomar los bienes ajenos. Esto no quiere decir que existan excepciones a la Ley de Dios pues, por ser ésta perfecta, prevé todas las eventualidades. Lo que en realidad sucede es que la formulación completa de este precepto podría ser: “no tomarás injustamente los bienes ajenos” En casos de extrema necesidad, cuando no hay otra forma de solución, el derecho a la vida y el destino universal de los bienes está por encima de la propiedad privada.

Estas acciones pueden llevarse a cabo siempre y cuando no se ponga al prójimo en la misma necesidad que uno padece. Además, una vez que ha pasado la necesidad extrema, y el deudor está en condiciones, ha de buscar el modo de restituir el daño causado. El principio general en que se basa esta causa excusante del robo es que “en caso de extrema necesidad, el derecho primordial a la vida está por encima del derecho de propiedad”.

El Catecismo de la Iglesia Católica en el número 2408 dice lo siguiente: “No hay robo si el consentimiento puede ser presumido o si el rechazo es contrario a la razón y al destino universal de los bienes. Es el caso de la necesidad urgente y evidente en que el único medio de remediar las necesidades inmediatas y esenciales (alimento, vivienda, vestido…) es disponer y usar de los bienes ajenos”.

Por tanto, siguiendo el principio de que los bienes están al servicio del hombre y hay un destino universal de los bienes... hay unos casos en que se permite o se considera justa la apropiación de bienes ajenos.

Por ejemplo, te vuelvo a decir: una persona que se está muriendo de hambre o que no tenga recursos para comprar una medicina fundamental para salvar la vida de su hijo, puede apropiarse de lo que necesita, pues el derecho a la vida es superior al derecho a la propiedad privada. También hay obligación, una vez pasada la necesidad, de restituir lo tomado, si fuera posible.

Así mismo, puede cobrarse uno mismo lo que se le debe sin consentimiento del deudor siempre y cuando se cumplan estas condiciones: que la deuda sea verdadera; de estricta justicia; que el pago no se pueda obtener de otro modo, y que no se cause ningún daño.

Esto no significa que tú puedes tomar la justicia por tu mano en casos de flagrante injusticia, sino que, agotados todos los procesos ordinarios para obtener lo que es propiedad legítima, el obtenerla directamente sin conocimiento o consentimiento del injusto propietario, no puede considerarse robo.

Esto, en la práctica, es muy difícil de aplicar en moral, pues se presta fácilmente a interpretaciones subjetivas o a abusar de la justicia contra la caridad.

Paso a otra cosa, pero siempre relacionada con el robo: ¿es pecado la cleptomanía?

Hay personas que roban cosas pequeñas por un impulso interior. Se trata de una enfermedad que recibe el nombre de cleptomanía. Conviene curarla, pues puede poner, al que la padece, en situaciones vergonzosas.

Pero hay otras personas que roban en hoteles y comercios por puro deporte, por la vanidad de presumir de ingeniosos. Esto es inmoral, vergonzoso y rebaja al que lo realiza. Y además queda la obligación de restituir al perjudicado; y si esto no es posible, dando de limosna el importe de lo robado.

También peca contra este mandamiento el que en alguna manera coopera al robo, ya sea mandando, aconsejando, alabando, ayudando, encubriendo o consintiendo, pudiendo y debiendo impedirlo.

Por ejemplo: un día a las 5.10 de la tarde, aprovechando la poca concurrencia en la calle, un taxi se detiene delante de una joyería. Descienden del automóvil tres individuos enmascarados, pistola en mano. Entran en el establecimiento y se apoderan de joyas por valor de muchos miles de pesos o de dólares o de euros. Suben de nuevo al taxi y desaparecen veloces.

En este ejemplo han pecado gravemente:


El jefe de la banda de atracadores, que no iba en el taxi, pero fue quien los mandó.

El otro atracador, que tampoco estuvo en el robo, pero animó a los otros, algo indecisos, a hacerlo.

El taxista, que libre y voluntariamente se ofreció a llevarlos con una buena participación en el negocio.

Desde luego los tres atracadores.

El pariente de uno de los atracadores que ocultó el maletín de joyas en su casa, sabiéndolo todo de antemano.

Incluso el transeúnte que ve a los atracadores y no reacciona, no coopera en el robo, pero tampoco es inocente pues no hizo lo que estaba en su mano para evitar que se cometiera.

Como el robo fue grave, todos éstos pecaron gravemente. Si el robo hubiera sido leve, también hubieran pecado todos ellos; pero su pecado hubiera sido venial.

La colaboración al pecado tiene diversos aspectos: formal y material.

Se llama cooperación formal cuando se desea el hecho pecaminoso. Esto siempre es pecado. Se llama cooperación material cuando no se desea el hecho pecaminoso, aunque se coopere a él. Esta cooperación material puede ser inmediata o mediata. Inmediata será si esta cooperación es necesaria para el hecho pecaminoso. Esta cooperación también es pecado. Será mediata, si esa cooperación no es necesaria para el hecho pecaminoso.

La cooperación mediata puede ser lícita con tal de que:


La acción del cooperante sea, en sí misma, buena o indiferente.

La intención del cooperante no apruebe el pecado al que coopera.

Haya un motivo para cooperar, pues lo que se desea es un efecto bueno.

El efecto bueno no sea consecuencia del efecto malo.

No creas que para que sea robo tiene que ser algo grande en cantidad. Cuida de no llevarte ese bolígrafo o esas hojas de la oficina donde trabajas, pues no son tuyos. Si necesitas algo de esto, pídeselo a tu jefe. Cuando vayas al supermercado, no cambies los precios; no cojas esos caramelos, pues esto también son pequeños robos, que te corrompen poco a poco tu conciencia. ¡Sé íntegro y honesto siempre!

Alguien ha dicho “Quien no comparte, roba”, “Todo egoísta es ladrón”. Algo de verdad encierran estas frases. Tienes que compartir…Compartir, ¿qué? Lo que se tenga. Dinero, a quien algo le sobre. Amistad, el que sólo tenga eso para dar. Alegría y consuelo, quien los haya recibido de Dios. Compartir también tu fe, porque hasta la fe se roba cuando no se difunde.

b) La retención injusta:

Consiste en conservar o retener, sin un motivo legítimo, lo que es de otro. Es una forma de atentar contra el derecho a la propiedad privada.

¿Quieres unos ejemplos? Ya antes habían salido, pero ahora los enuncio simplemente y añado algunos más:


El patrón que retrasa el pago del salario a los obreros, sin causa justa.

El que se niega a pagar sus deudas pudiendo hacerlo.

Los que no devuelven las cosas prestadas o las devuelven en mal estado.

Los que engañan en la administración de bienes ajenos.

Los que falsifican dinero.

Estafar a quien le confió la administración de sus bienes.

Los que guardan la cosa perdida sin buscar al dueño.

El que con gastos excesivos se imposibilita para pagar sus deudas.

Los comerciantes que provocan quiebras ficticias para declararse insolventes.

El que sabiendo que en el supermercado se ha equivocado la cajera y le ha dado dinero de más, y no hace nada por devolverlo.

Es una forma de robo más o menos encubierto que puede presentar grandes agravantes según la dimensión del daño causado con este delito.


c) El daño injusto:

Hay un daño injusto siempre que, por malicia o por culpable negligencia, se provoca un daño al prójimo en su persona o en sus bienes. Cometen, por tanto, daño injusto:


los que causan grave perjuicio al prójimo en sus bienes, destruyéndolos o deteriorándolos;

los que por habladurías hacen que la persona pierda el empleo, o el crédito, etc.;

los que descuidan las obligaciones de la justicia anexas a su cargo, por ejemplo, los abogados que por descuido dejan perder un pleito, los médicos que por ineptos comprometen la vida o la salud de los pacientes, etc.

¿Abarca más cosas este mandamiento de la Ley de Dios?

En este séptimo mandamiento hay algunas cosas delicadas, sobre las que trataré de hacer luz.

¿Qué sabes de la oculta compensación?

La compensación oculta consiste en pagarse uno mismo lo que se nos debe, sin consentimiento del deudor. Es, por tanto, el acto por el cual el acreedor toma ocultamente lo que se le debe.

La moral católica ha admitido tradicionalmente dos posibilidades en las que un acto aparentemente en contra de la propiedad privada no es considerado como robo: son los casos de extrema necesidad y de compensación oculta. «Quien se haya en situación de necesidad extrema tiene derecho a tomar de la riqueza ajena lo necesario para sí, con tal de no poner al dueño en el mismo grado de necesidad» (Concilio Vaticano II, Gaudium et Spes 69).

Extrema necesidad es más que «grave y apremiante necesidad»; es una situación tal en la que no sería posible continuar viviendo si no es a costa de los bienes del prójimo apropiados por su propia cuenta.

Oculta compensación es la posibilidad mediante la cual uno mismo toma lo que en justicia se le debe, adueñándose ocultamente de los bienes propios del deudor y equivalentes a esta deuda.

Este tipo de compensación es de suyo ilícita, aunque puede llegar a ser lícita si se cumplen algunas condiciones:


la deuda sea clara y verdadera -y no sólo probable- y de estricta justicia; es decir que el derecho propio sea moralmente cierto;

el pago no se pueda obtener de otro modo sin grave molestia; por ejemplo, por la vía legal, pues en toda sociedad organizada nadie puede tomarse justicia por su mano;

la voluntad de no satisfacerla también,

los otros medios para recuperar lo debido han de estar agotados,

y la compensación no ha de dañar a un tercero.

En la práctica, es muy difícil juzgar por sí mismo los casos de licitud en la compensación oculta, ya que fácilmente se cae en apreciaciones subjetivas. Por ejemplo, está dicho en el Magisterio de la Iglesia45 (cfr. Dz. 1187) que no es lícito a los empleados del hogar quitar ocultamente a sus patrones para compensar su trabajo, que juzgan superior al sueldo que se les da.

La oculta compensación, por los peligros y abusos a que se puede prestar, rarísima vez debe ejecutarse, lo mejor es consultar al confesor previamente, y en general debe desaconsejarse.

¿Y los fraudes al fisco?

En este inciso te haré breve mención de las obligaciones del ciudadano o la empresa relativas a la contribución fiscal, y del caso, no infrecuente, de la imposición de cargas desproporcionadas por parte de la legislación tributaria.

La cuestión de la defraudación al fisco es un tema muy actual. El problema es complejo y envuelve un círculo vicioso: la administración exagera los líquidos imponibles para compensarse del fraude; los contribuyentes falsifican sus declaraciones para defenderse del fisco. Además, no raramente la recaudación no es destinada al menos en su totalidad para los fines propios del Estado.

Por las complejidades que presenta el caso, hemos de guiarnos con base en los siguientes principios generales:


La autoridad legítima tiene perfecto derecho a imponer a los ciudadanos los tributos que realmente necesita para atender a los gastos públicos y promover el bien común.

Las leyes que determinan impuestos justos obligan en conciencia, o sea bajo pecado ante Dios.

La infracción de las leyes que determinan los impuestos y tributos justos quebranta la justicia legal, en algunos casos la justicia conmutativa46.
, e impone, por consiguiente, la obligación en conciencia de restituir.

Si los tributos que fijara la autoridad pública fueran manifiestamente abusivos, en la parte que excedieran de lo justo no obligarían en conciencia ni inducirían el deber de restituir.

Tampoco obligan en conciencia aquellas contribuciones que, en todo o en parte, no son destinadas a la atención de los gastos públicos o a la promoción del bien común.

Es necesario, llegados aquí, advertir que muy fácilmente uno, llevado por sus propios intereses, puede pensar que algún impuesto es injusto o excesivo. La valoración sobre la licitud y justicia de un impuesto es muy compleja y nada fácil.

Por eso, a partir de las reglas anteriores podrían formularse dictámenes morales para los casos específicos. Sin embargo, y como regla general para cualquier decisión análoga, es conveniente no limitarse a juzgar según el propio criterio, sino consultar con un sacerdote docto y piadoso.

¿Restituir lo robado?

Hemos hablado de robos y más robos. La pregunta que salta ahora es ésta: ¿hay que restituir todo lo que robamos?

Restituir es la reparación de la injusticia causada, y puede comprender tanto la devolución de la cosa injustamente robada como la reparación o compensación del daño injustamente causado.

Jesús bendijo a Zaqueo por su resolución: “Si en algo defraudé a alguien, le devolveré‚ el cuádruplo" (Lc. 19, 8).

Los que, de manera directa o indirecta, se han apoderado de un bien ajeno, están obligados a restituir o devolver el equivalente en naturaleza o en especie, si la cosa ha desaparecido, así como los frutos y beneficios que su propietario hubiera obtenido legítimamente de ese bien.

Sobre la restitución conviene tener presente las circunstancias:


Quién: en general, está obligado a restituir el que injustamente posee el bien de otro o le ha causado un daño. Si el daño ha sido causado por varias personas de común acuerdo y todas contribuyeron por igual, todas están por igual obligadas a restituir, y cada una tiene obligación de restituir su parte del daño. Se debe tener en cuenta lo siguiente:

- Si uno no puede restituir todo lo que debe, tiene que restituir, al menos, lo que pueda; y procurar llegar cuanto antes a la restitución total. Quien no puede restituir actualmente debe tener la intención de hacerlo cuanto antes, y procurar ponerse en la posibilidad de restituir, trabajando y evitando todo gasto inútil.
- El que no puede restituir enseguida, debe tener el propósito firme de restituir cuando le sea posible.
- El que no pueda hacer la restitución personalmente, o prefiere hacerla por medio de otro, puede consultar con el confesor.
- El que pudiendo no quiere restituir, o no quiere reparar los daños causados injustamente al prójimo, no obtiene el perdón de Dios: no puede ser absuelto.


A quién: Debe, pues, restituirse a las personas que han sido injustamente perjudicadas. Si éstas han muerto, a sus herederos. Y si no hay herederos, a los pobres o a obras piadosas. Pero nadie puede beneficiarse de lo que robó.


Cuándo: lo más pronto posible, sobre todo si retrasando se sigue causando daño al prójimo. Si no puedes restituir de momento, debes evitar gastos inútiles y superfluos para poder restituir todo cuanto antes. Quien se halle en absoluta imposibilidad de restituir, que procure hacer el bien al damnificado y orar por él.


Cómo: no es necesario que la restitución se haga públicamente o por sí mismo, o a sabiendas del dueño verdadero; se puede hacer por otra persona a título que sea. El modo de restituir ha de ser tal que repare de manera equivalente la justicia quebrantada; es decir, con la debida igualdad.

Nos dice el Catecismo de la Iglesia católica que están igualmente obligados a restituir, “en proporción a su responsabilidad y al beneficio obtenido, todos los que han participado de alguna manera en el robo, o que se han aprovechado de él a sabiendas; por ejemplo, quienes lo hayan ordenado o ayudado o encubierto” (Catecismo, n. 2412).

Por tanto, todo el que tiene algo que no le pertenece, o que ha causado un daño injusto, debe restituir. La obligación de hacerlo, en el caso de materia grave, es absolutamente necesaria para obtener el perdón de los pecados en la confesión, como ya habíamos dicho.

La Sagrada Escritura lo afirma expresamente: “Si el impío hiciere penitencia y restituye lo robado tendrá la vida verdadera” (Ezequiel 33, 14-15). Otros textos análogos son: Éxodo 22, 3; Lucas 19, 8-9.

La razón nos lleva también a afirmar la obligación de restituir: el derecho natural manda a dar a cada uno lo suyo; sin restitución todo derecho podría ser injustamente violado.

¿Hay algunas causas que eximen de la obligación de restituir?

Sí, son tres:


la imposibilidad física, por ejemplo, la pobreza extrema;

la imposibilidad moral; por ejemplo, si el deudor hubiere de sufrir un daño mucho mayor, como perder la vida o la fama;

la condonación del acreedor: si expresamente perdona la deuda.

La restitución no es siempre fácil. El confesor puede orientar sobre el modo más a propósito para hacerla.

Respetemos las cosas de los demás. Y si podemos, ayudemos a los necesitados, como hacían los primeros cristianos.

Tenemos que demostrar con los hechos, con nuestro desprendimiento, que creemos en Dios y no en el dinero. ¿Sabes cuál es la clave de esta crecida de infracciones del séptimo mandamiento? La idolatría del dinero a la que podemos sucumbir todos, si no nos cuidamos. Decimos creer en Dios, pero pensamos en Él mucho menos que en el dinero que esperamos ganar. Dedicamos a Dios mucho menos tiempo que a pelearnos por el dinero o la comodidad.

Y así es como está teniendo de hecho más seguidores Judas que Cristo. Que nunca se dé esto en ti.

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MensajePublicado: Lun Mar 10, 2008 12:58 am    Asunto: 9a. sesión. Séptimo: No robarás
Tema: 9a. sesión. Séptimo: No robarás
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P . Antonio Rivero escribió:


IV. FORMAS DE CUMPLIR ESTE SÉPTIMO MANDAMIENTO

Son tres: la austeridad, la justicia y la generosidad.

1. La austeridad

Es el justo equilibrio entre la opulencia y la miseria. Es tener lo necesario y lo suficiente para cumplir, lo más eficazmente posible, con la misión que Dios te ha encomendado.

Los bienes materiales son buenos, como te he dicho. Dios quiere que los tengamos y los usemos para conseguir nuestro fin último, pero debemos usarlos solamente como medio y nunca verlos como un fin en sí mismos.

La austeridad consiste en adquirir y poseer aquellos bienes que son necesarios para cumplir con eficacia la misión encomendada por Dios, de acuerdo con el estado y condición de vida de cada persona.

Un coche, por ejemplo, puede ser una necesidad real para alguien que necesita moverse de un lugar a otro, pero puede ser un lujo innecesario para alguien que tiene cinco coches más estacionados en el garaje de su casa y que compra otro “sólo porque lo vio y le gustó”.


2. La justicia


Es el saber dar a cada persona lo que se merece. La virtud de la justicia te ayudará a saber administrar correctamente tus bienes materiales, usándolos para tu propio bien y el de los demás. La justicia te ayudará a conocer cuáles son tus necesidades reales y cuáles han sido creadas por las trampas de la publicidad, haciéndote creer que necesitas algo que realmente no necesitas.

La justicia te llevará directamente a poner a disposición de los demás todo lo que exceda a tus necesidades reales, pues te hará consciente de que los bienes de la tierra pertenecen a todo el género humano y no sólo a unos cuantos. Y esto se logra, no sólo dando limosna, sino creando fuentes de trabajo, capacitando a profesionales, ofreciendo oportunidades de educación, impulsando obras en beneficio de los necesitados, etc.

La justicia te ayudará a saber pagar lo justo por los servicios que los demás te presten, sin querer estafarlos o engañarlos.

3. La generosidad

Es la virtud que te ayudará a desprenderte de los bienes que posees a favor de los otros. Te lleva a compartir más allá de la justicia, sacrificando tal vez alguna necesidad real, pero no indispensable, para ayudar a alguien que no tenga siquiera lo necesario para sobrevivir.

Es el caso de la madre de familia que se queda sin comer, siendo el alimento una necesidad real, para que sus hijos coman lo suficiente, o aquella otra que permanece en vela toda noche, siendo el sueño una necesidad real, por cuidar a su hijo enfermo.

Es el caso también de aquel muchacho que, en vez de comprarse un suéter de marca, compra dos suéteres sencillos, pero bonitos y abrigadores y regala uno de los dos a alguien que tiene frío y no tiene dinero para comprárselo.

Aquí entra el ancho campo de la limosna. ¿Estás obligado a dar limosna?

Digamos aquí algo del deber de dar limosna. El que tuviere bienes de este mundo y viendo a su hermano pasar necesidad le cierra las entrañas, ¿cómo mora en él la caridad de Dios? (1 Juan 3, 17).

No confundamos los deberes de caridad con los deberes de justicia. Sería una equivocación querer suplir con obras de caridad los deberes de justicia. Pero siempre habrá lugar para la caridad, porque siempre habrá desgracias en este mundo. Y desde luego, mejor que dar pan hoy, es dar la posibilidad de que los pobres no tengan que pedirlo mañana: puestos de trabajo, escuelas, etc.

Siempre será verdad aquello de que: «la limosna beneficia más al que la da que al que la recibe». A la caridad están obligados todos los hombres. Los que tienen mucho, mucho. Los que tienen poco, poco. Cada cual, según sus posibilidades, debe cooperar a remediar las necesidades de los que tienen menos.

Dice el Concilio Vaticano II en la Constitución “Gaudium et Spes” número 69 que la limosna debe darse no sólo de los bienes superfluos, sino también de los necesarios. El Nuevo Código de Derecho Canónico confirma lo mismo: “Todos tienen el deber de promover la justicia social, así como ayudar a los pobres con sus propios bienes” (número 222, 2). Quizás la limosna callejera se preste a abusos y engaños; aunque muchas veces se presentan necesidades reales que no deberíamos desoír.

Pero hoy día hay una caridad organizada que permite encauzar las limosnas hacia necesidades reales y urgentes.

Dice el Concilio Vaticano II: Para que este ejercicio de la caridad sea verdaderamente extraordinario y aparezca como tal, es necesario que se vea en el prójimo la imagen de Dios según la cual ha sido creado, y a Cristo Jesús a quien en realidad se ofrece lo que se da al necesitado; se considere con la máxima delicadeza la libertad y dignidad de la persona que recibe el auxilio; que no se manche la pureza de intención con ningún interés de la propia utilidad o por el deseo de dominar; se satisfaga ante todo a las exigencias de la justicia, y no se brinde como ofrenda de caridad lo que ya se debe por título de justicia; se quiten las causas de los males, no sólo los efectos; y se ordene el auxilio de forma que quienes lo reciben se vayan liberando poco a poco de la dependencia externa y se vayan bastando por sí mismos (Decreto sobre el apostolado de los seglares, 69).

Afortunadamente el deber de dar limosna va entrando poco a poco en la conciencia de las personas. Aunque algunos todavía no acaban de comprender que ellos son meros administradores de los bienes que Dios ha puesto en sus manos, y que Dios, que es el Dueño de todo, desea que esos bienes ayuden también a otros, después de haber remediado sus propias necesidades. No es justo que la primera parcela que recibe el agua para regar la absorba toda y se encharque, impidiendo que el agua fluya a otras parcelas que también la necesitan.

Desde que se ha permitido en España el juego, éste se ha convertido en un vicio nacional.

El hecho de que los españoles se gasten en juegos de azar en un año 4.000.000.000.000 de pesetas (¡doce ceros!) es una atrocidad. España es el país del mundo que más gasta en juegos de azar, por persona, después de Filipinas. Hay personas que se gastan en el bingo lo que necesitan en su casa. Esto es una inmoralidad.

Y si lo que gastan es lo que les sobra, que lo den de limosna a personas que lo necesiten. Pero el dinero no es para jugárselo. A no ser que sea en pequeñas cantidades. Pero el juego es un vicio en el que se empieza por cantidades pequeñas y a veces se termina jugándose lo inconcebible.

La ludopatía (adicción al juego) es hoy en España un problema tan grave como las drogas. Los juegos de azar, están convirtiendo a España en un pueblo de ludópatas.

Con tanta lotería el vicio cunde hasta el punto de que el Hospital Ramón y Cajal ha puesto en marcha el ensayo de un medicamento para tratar la ludopatía. Casi dos millones de españoles tienen adicción a los juegos de azar.

Según Ramón Marrero, Consejero de Trabajo y Asuntos Sociales, el 5% de la población andaluza -unas 350.000 personas- padece ludopatía. El año 1994 gastaron en juegos de azar 500.000 millones de pesetas. Un solo ludópata, de 58 años, se autodenunció de estar esclavizado por el juego. Llegó a robar del Banco donde trabajaba 243 millones de pesetas. Habitualmente jugaba 70.000 pesetas diarias.

El Dr. Román Fernández, Presidente de ACOJER, una asociación para la rehabilitación de jugadores empedernidos, afirma que hoy hay en España 380.000 enfermos por adicción al juego. La ludopatía provoca problemas familiares, laborales, económicos y sociales, ya que el enfermo necesita jugarse todo el dinero que encuentra, y por ello llega a romper con su trabajo, sus amigos y su familia. La necesidad de dinero para jugárselo le lleva hasta a robar.

Los ludópatas experimentan una necesidad de jugar como la que tiene un heroinómano de pincharse. La ludopatía es una enfermedad mental. Es una enfermedad que esclaviza. Cierto hombre atracó veintidós Bancos para gastárselo todo en el juego. Él mismo afirma que se pasaba diez horas seguidas en la mesa, y se jugaba millones cada noche. El fiscal pidió para él 154 años de cárcel.

Otro hombre asesinó a dieciséis amantes, ricos y ancianos, envenenándolos, después de lograr su testamento a favor de ella, para jugarse el dinero a la ruleta en diversos casinos.

En el programa televisivo «Cita con la vida» de Nieves Herrero en Antena 3, salió una persona el miércoles 27 de Septiembre de l995, a las once y media de la noche. Manifestó que se quedó viuda y empezó a ir al bingo por entretenimiento, pero terminó enganchada por el vicio del juego hasta el punto de arruinarse, perdiendo varios millones; y lo que es peor, perdiendo el cariño de su hija, a quien no ve desde hace ocho años.

Basta ya con todo esto. ¿Te he aburrido? Perdóname, pero me entusiasmó este séptimo mandamiento. Para mí mismo fue un gran descubrimiento, pues había olvidado tantos aspectos que abarcaba. Te he compartido todo esto para que te cuides mucho y lleves una vida íntegra y honesta, por encima de todo.

Sólo así podrás dormir con la conciencia tranquila, sin necesidad de tomar medicamentos soporíferos.

Termino con esto.

Según datos publicados recientemente, si combinásemos nuestra capacidad tecnológica actual y el potencial productivo del planeta sería posible producir alimentos para unos veinte mil millones de personas. Sin embargo, somos “sólo” cinco mil quinientos millones y las tres cuartas partes de la humanidad mueren de hambre. ¿Qué pasa?

A todas luces, no se trata de que la tierra sea incapaz de dar de comer a todos, sino de un problema de injusticia, de reparto no equitativo de la riqueza.

Era algo que san Basilio (329-379) ya tenía claro en el siglo IV, como demuestran estas palabras: “Es del hambriento el pan que tú retienes; es del desnudo el vestido que guardas escondido; es del que está descalzo el calzado que se enmohece retenido por ti; es del necesitado el dinero que tienes amontonado. Por eso, tú te haces responsable del mal que le viene al necesitado a quien puedes ayudar”.



Resumen del Catecismo de la Iglesia católica


2450 ‘No robarás’ (Deuteronomio 5, 19). ‘Ni los ladrones, ni los avaros..., ni los rapaces heredarán el Reino de Dios’ (1 Corintios 6, 10).

2451 El séptimo mandamiento prescribe la práctica de la justicia y de la caridad en el uso de los bienes terrenos y de los frutos del trabajo de los hombres.

2452 Los bienes de la creación están destinados a todo el género humano. El derecho a la propiedad privada no anula el destino universal de los bienes.

2453 El séptimo mandamiento prohíbe el robo. El robo es la usurpación del bien ajeno contra la voluntad razonable de su dueño.

2454 Toda manera de tomar y de usar injustamente un bien ajeno es contraria al séptimo mandamiento. La injusticia cometida exige reparación. La justicia conmutativa impone la restitución del bien robado.

2455 La ley moral prohíbe los actos que, con fines mercantiles o totalitarios, llevan a esclavizar a los seres humanos, a comprarlos, venderlos y cambiarlos como si fueran mercaderías.”

2456 “El dominio, concedido por el Creador, sobre los recursos minerales, vegetales y animales del universo, no puede ser separado del respeto de las obligaciones morales frente a todos los hombres, incluidos los de las generaciones venideras.

2457 Los animales están confiados a la administración del hombre que les debe benevolencia. Pueden servir a la justa satisfacción de las necesidades del hombre.

2458 La Iglesia pronuncia un juicio en materia económica y social cuando lo exigen los derechos fundamentales de la persona o la salvación de las almas. Cuida del bien común temporal de los hombres en razón de su ordenación al supremo Bien, nuestro fin último.

2459 El hombre es el autor, el centro y el fin de toda la vida económica y social. El punto decisivo de la cuestión social estriba en que los bienes creados por Dios para todos lleguen de hecho a todos, según la justicia y con la ayuda de la caridad.

2460 El valor primordial del trabajo atañe al hombre mismo que es su autor y su destinatario. Mediante su trabajo, el hombre participa en la obra de la creación. Unido a Cristo, el trabajo puede ser redentor.

2461 El desarrollo verdadero es el del hombre en su integridad. Se trata de hacer crecer la capacidad de cada persona a fin de responder a su vocación y, por lo tanto, a la llamada de Dios (cf Encíclica de Juan Pablo II, Centesimus Annus 29).

2462 La limosna hecha a los pobres es un testimonio de caridad fraterna; es también una práctica de justicia que agrada a Dios.

2463 En la multitud de seres humanos sin pan, sin techo, sin patria, hay que reconocer a Lázaro, el mendigo hambriento de la parábola (consulta Lucas 16, 19-31). En dicha multitud hay que oír a Jesús que dice: ‘Cuanto dejasteis de hacer con uno de éstos, también conmigo dejasteis de hacerlo’ (Mateo 25, 45).

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MensajePublicado: Lun Mar 10, 2008 1:06 am    Asunto: 9a. sesión. Séptimo: No robarás
Tema: 9a. sesión. Séptimo: No robarás
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P. Antonio Rivero escribió:


Del Compendio del Catecismo de la Iglesia católica

503. ¿Qué declara el séptimo mandamiento?

El séptimo mandamiento declara el destino y distribución universal de los bienes; el derecho a la propiedad privada; el respeto a las personas, a sus bienes y a la integridad de la creación. La Iglesia encuentra también en este mandamiento el fundamento de su doctrina social, que comprende la recta gestión en la actividad económica y en la vida social y política; el derecho y el deber del trabajo humano; la justicia y la solidaridad entre las naciones y el amor a los pobres.


504. ¿Qué condiciones se requieren para el derecho a la propiedad privada?
Existe el derecho a la propiedad privada cuando se ha adquirido o recibido de modo justo, y prevalezca el destino universal de los bienes, para satisfacer las necesidades fundamentales de todos los hombres.

505. ¿Cuál es la finalidad de la propiedad privada?
La finalidad de la propiedad privada es garantizar la libertad y la dignidad de cada persona, ayudándole a satisfacer las necesidades fundamentales propias, las de aquellos sobre los que tienen responsabilidad, y también las de otros que viven en necesidad.

506. ¿Qué otras cosas prescribe el séptimo mandamiento?
El séptimo mandamiento prescribe el respeto a los bienes ajenos mediante la práctica de la justicia y de la caridad, de la templanza y de la solidaridad. En particular, exige el respeto a las promesas y a los contratos estipulados; la reparación de la injusticia cometida y la restitución del bien robado; el respeto a la integridad de la creación, mediante el uso prudente y moderado de los recursos minerales, vegetales y animales del universo, con singular atención a las especies amenazadas de extinción.

507. ¿Cuál debe ser el comportamiento del hombre para con los animales?
El hombre debe tratar a los animales, criaturas de Dios, con benevolencia, evitando tanto el desmedido amor hacia ellos, como su utilización indiscriminada, sobre todo en experimentos científicos, efectuados al margen de los límites razonables y con inútiles sufrimientos para los animales mismos.

508. ¿Qué prohíbe el séptimo mandamiento?
El séptimo mandamiento prohíbe ante todo el robo, que es la usurpación del bien ajeno contra la razonable voluntad de su dueño. Esto sucede también cuando se pagan salarios injustos, cuando se especula haciendo variar artificialmente el valor de los bienes para obtener beneficios en detrimento ajeno y cuando se falsifican cheques y facturas. Prohíbe además cometer fraudes fiscales o comerciales y ocasionar voluntariamente un daño a las propiedades privadas o públicas. Prohíbe igualmente la usura, la corrupción, el abuso privado de bienes sociales, los trabajos culpablemente mal realizados y el despilfarro.

509. ¿Cuál es el contenido de la doctrina social de la Iglesia?
La doctrina social de la Iglesia, como desarrollo orgánico de la verdad del Evangelio acerca de la dignidad de la persona humana y sus dimensiones sociales, contiene principios de reflexión, formula criterios de juicio y ofrece normas y orientaciones para la acción.

510. ¿Cuándo interviene la Iglesia en materia social?
La Iglesia interviene emitiendo un juicio moral en materia económica y social, cuando lo exigen los derechos fundamentales de la persona, el bien común o la salvación de las almas.

511. ¿Cómo ha de ejercerse la vida social y económica?
La vida social y económica ha de ejercerse según los propios métodos, en el ámbito del orden moral, al servicio del hombre en su integridad y de toda la comunidad humana, en el respeto a la justicia social. La vida social y económica debe tener al hombre como autor, centro y fin.

512. ¿Qué se opone a la doctrina social de la Iglesia?
Se oponen a la doctrina social de la Iglesia los sistemas económicos y sociales que sacrifican los derechos fundamentales de las personas, o que hacen del lucro su regla exclusiva y fin último. Por eso la Iglesia rechaza las ideologías asociadas, en los tiempos modernos, al “comunismo” u otras formas ateas y totalitarias de “socialismo”. Rechaza también, en la práctica del “capitalismo”, el individualismo y la primicia de las leyes del mercado sobre el trabajo humano.

513. ¿Qué significado tiene el trabajo para el hombre?
Para el hombre, el trabajo es un deber y un derecho, mediante el cual colabora con Dios Creador. En efecto, trabajando con empeño y competencia, la persona actualiza las capacidades inscritas en su naturaleza, exalta los dones del Creador y los talentos recibidos; procura su sustento y el de su familia y sirve a la comunidad humana. Por otra parte, con la gracia de Dios, el trabajo puede ser un medio de santificación y de colaboración con Cristo para la salvación de los demás.

514. ¿A qué tipo de trabajo tiene derecho toda persona?
El acceso a un trabajo seguro y honesto debe estar abierto a todos, sin discriminación injusta, dentro del respeto a la libre iniciativa económica y a una equitativa distribución.

515. ¿Cuál es la responsabilidad del Estado con respecto al trabajo?
Compete al Estado procurar la seguridad sobre las garantías de las libertades individuales y de la propiedad, además de un sistema monetario estable y de unos servicios públicos eficientes; y vigilar y encauzar el ejercicio de los derechos humanos en el sector económico. Teniendo en cuenta las circunstancias, la sociedad debe ayudar a los ciudadanos a encontrar trabajo.

516. ¿Qué compete a los dirigentes de empresas?
Los dirigentes de las empresas tienen la responsabilidad económica y ecológica de sus operaciones. Están obligados a considerar el bien de las personas y no solamente el aumento de las ganancias, aunque éstas son necesarias para asegurar las inversiones, el futuro de las empresas, los puestos de trabajo y el buen funcionamiento de la vida económica.

517. ¿Qué deberes tienen los trabajadores?
Los trabajadores deben cumplir con su trabajo en conciencia, con competencia y dedicación, tratando de resolver los eventuales conflictos mediante el diálogo. El recurso a la huelga no violenta es moralmente legítimo cuando se presenta como el instrumento necesario, en vistas a unas mejoras proporcionadas y teniendo en cuenta el bien común.

518. ¿Cómo se realiza la justicia y la solidaridad entre las naciones?
En el plano internacional, todas las naciones e instituciones deben obrar con solidaridad y subsidiaridad, a fin de eliminar, o al menos reducir, la miseria, la desigualdad de los recursos y e los medios económicos, las injusticias económicas y sociales, la explotación de las personas, la acumulación de las deudas de los países pobres y los mecanismos perversos que obstaculizan el desarrollo de los países menos desarrollados.

519. ¿De qué modo participan los cristianos en la vida política y social?
Los fieles cristianos laicos intervienen directamente en la vida política y social, animando con espíritu cristiano las realidades temporales, y colaborando con todos como auténticos testigos del Evangelio y constructores de la paz y de la justicia.

520. ¿En qué se inspira el amor a los pobres?
El amor a los pobres se inspira en el evangelio de las bienaventuranzas y en el ejemplo de Jesús en su constante atención a los pobres. Jesús dijo: “Cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis” (Mt.25,40). El amor a los pobres se realiza mediante la lucha contra la pobreza material, y también contra las numerosas formas de pobreza cultural, moral y religiosa. Las obras de misericordia espirituales y corporales, así como las numerosas instituciones benéficas a lo largo de los siglos, con un testimonio concreto del amor preferencial por los pobres que caracteriza a los discípulos de Jesús.


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(38) Consulta al respecto el Catecismo de la Iglesia católica 2402-2405

(39) Lo puedes leer en el evangelio de Marcos capítulo 10, versículos 17- 31.

(40) Así lo dijo el Papa Pablo VI en su encíclica “Populorum progresio”, es decir, sobre el progreso de los pueblos, escrita el 26 de marzo de 1967, número 23.

(41) En su encíclica “Laborem exercens”, sobre el trabajo, número 14

(42) El colectivismo es contrario a la dignidad de la persona, pues “sacrifica los derechos fundamentales de la persona y de los grupos en aras de la organización colectiva de la producción. Toda práctica que reduce a las personas a no ser más que medios con vistas al lucro, esclaviza al hombre, conduce a la idolatría del dinero y contribuye a difundir el ateísmo” (Catecismo de la Iglesia católica, número 2424).

(43) También la Iglesia “ha rechazado en la práctica del capitalismo, el individualismo y la primacía absoluta de la ley del mercado sobre el trabajo humano. La regulación de la economía por la sola planificación centralizada pervierte en su base los vínculos sociales; su regulación únicamente por la ley de mercado quebranta la justicia social, porque existen numerosas necesidades humanas que no pueden ser satisfechas por el mercado. Es preciso promover una regulación razonable del mercado y de las iniciativas económicas, según una justa jerarquía de valores y con vistas al bien común” (Catecismo de la Iglesia católica, número 2425).

(44) Si algún día te haces con la Suma Teológica de santo Tomás de Aquino, encontrarás esto que te digo en II-II, q. 59, a. 4; q. 66, a. 6.

(45) Consulta el así llamado Denzinger 1187, donde están los pronunciamientos de la Iglesia en materia de fe y moral, desde el siglo II hasta el pontificado de Pablo VI.

(46) Aquí es el momento de explicar qué es justicia conmutativa y justicia distributiva. Dice el Catecismo de la Iglesia católica: “Los contratos están sometidos a la justicia conmutativa, que regula los intercambios entre las personas y entre las instituciones en el respeto exacto de sus derechos. La justicia conmutativa obliga estrictamente; exige la salvaguardia de los derechos de propiedad, el pago de las deudas y el cumplimiento de obligaciones libremente contraídas. Sin justicia conmutativa no es posible ninguna otra forma de justicia. La justicia conmutativa se distingue de la justicia legal, que se refiere a lo que el ciudadano debe equitativamente a la comunidad, y de la justicia distributiva que regula lo que la comunidad debe a los ciudadanos en proporción a sus contribuciones y a sus necesidades” (número 2411). “En virtud de la justicia conmutativa, la reparación de la injusticia cometida exige la restitución del bien robado a su propietario…” (número 2412).



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El curso se encuentra en el Podcasting de Catholic.net descárgalo aquí y escúchalo

http://www.podcast.catholic.net/rss/diezclavesparavivireternamente.xml


También puedes escuchar este tema entra aquí y escúchalo en Podcast

http://www.podcast.catholic.net/pantoniorivero/10mandamientos/10_SeptimoDM.mp3


Esta sesión también se publica en la Sección de Conoce tu fe dentro de Catholic.net:

http://es.catholic.net/conocetufe/843/2923/articulo.php?id=35492
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TEMAS DE RESPUESTA EN EL FORO

1. ¿Por qué las riquezas y bienes de la tierra ejercen tanta fascinación sobre el hombre? ¿Es que son malos de por sí?
2. ¿Cuáles son las encíclicas de los Papas sobre la Doctrina Social de la Iglesia?
3. Pros y contras de la propiedad privada.
4. ¿Es digno el trabajo?



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Preguntas o comentarios al autor P. Antonio Rivero LC

arivero@legionaries.org

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Que la Palabra de Dios nos ilumine a todos
Beatriz Eugenia
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Elsa Yolanda
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MensajePublicado: Lun Mar 10, 2008 5:29 pm    Asunto: Tema: 9a. sesión. Séptimo: No robarás
Tema: 9a. sesión. Séptimo: No robarás
Responder citando

1. ¿Por qué las riquezas y bienes de la tierra ejercen tanta fascinación sobre el hombre? ¿Es que son malos de por sí?

Dios puso al hombre como administrador de los bienes de la tierra; y le dejó todo para que el hombre viviera tranquilo, digno, y llegara a Él..
Las riquezas y bienes de la tierra no son malos Dios nos los dio la intención y el uso que hace el hombre de ellos y el ver a ellos como un fin eso es un mal uso de los bienes que Dios nos confio.
Loo vemos en el evangelio del joven rico, el apego que tiene el hombre a las cosas y no le permite vivir de acuerdo a que Dios es el centro de su vida no las riquezas. Pero por culpa del pecado, el hombre se hizo avariento y envidioso, y nació en él una fuerte tendencia a tener más que los demás, apareciendo así como el más poderoso. Cuando el hombre se deja llevar por esta tendencia, entonces es más fácil que comiencen los robos, las injusticias, los abusos, el reparto injusto de las riquezas, las injusticias de los ricos hacia los pobres, las estructuras injustas En el mundo actualmente es más importante el tener que el ser.
Nosotros estamos llamados a este peregrinaje para retornar a la casa del Padre, a ver lo que es justo, digno Dios le confió al hombre la tierra y sus recursos para que tuviera cuidado de ellos. Cuando lleguemos a su presencia en nuestro juicio personal nos va a preguntar que uso le dimos a los bienes que el nos confio.
2. ¿Cuáles son las encíclicas de los Papas sobre la Doctrina Social de la Iglesia?
Rerum novarum (1891), sobre los problemas del capital y el trabajo. León XIII

Quadragésimo anno (1931), sobre la reconstrucción del orden social. Pío XI

Mater et magistra (1961), sobre el Cristianismo y el progreso social. Juan XXIII
Populorum progresio (1967), sobre el desarrollo de los pueblos. Pablo VI
Laboren exercens (1981),sobre el trabajo humano. Juan Pablo II
Sollicitudo rei socialis (1987), sobre la preocupación social de la Iglesia. Juan Pablo II
Centesimus annus (1991), sobre varias cuestiones de la doctrina social. JuaPablo
. Pros y contras de la propiedad privada.
En palabras del Papa Juan Pablo II: “El derecho de propiedad es válido y necesario…, pero los bienes de este mundo están destinados a todos” (Encíclica, “Sollicitudo rei socialis, número 42).
Ante las graves injusticias que padecen los pobres, y ante el progresivo desorden que impone el sistema económico reinante, de corte capitalista, neoliberal y economicista, algunos han propuesto un nuevo socialismo. Sin embargo, ya desde fines del siglo XIX, el Papa León XIII, en su Encíclica Rerum novarum, decía: “Para solucionar este mal (la injusta distribución de las riquezas), los socialistas instigan a los pobres al odio contra los ricos y tratan de acabar con la propiedad privada, estimando mejor que, en su lugar, todos los bienes sean comunes...; pero esta teoría es tan inadecuada para resolver la cuestión, que incluso llega a perjudicar a las propias clases obreras” (No. 99). Y comenta al respecto el Papa Juan Pablo II: “No se podían indicar mejor los males acarreados por la instauración de este tipo de socialismo como sistema de Estado, que sería llamado más adelante ‘socialismo real’ ” (Encíclica Centesimus annus, 12).

Pero el mismo Papa se pregunta: “¿Se puede decir quizá que, después del fracaso del comunismo, el sistema vencedor sea el capitalismo, y que hacia él estén dirigidos los esfuerzos de los Países que tratan de reconstruir su economía y su sociedad?... La respuesta obviamente es compleja... La solución marxista ha fracasado, pero permanecen en el mundo fenómenos de marginación y explotación, especialmente en el Tercer Mundo, así como fenómenos de alienación humana, especialmente en los Países más avanzados; contra tales fenómenos se alza con firmeza la voz de la Iglesia. Ingentes muchedumbres viven aún en condiciones de gran miseria material y moral” (Ib 42).
504. ¿Qué condiciones se requieren para el derecho a la propiedad privada?
Existe el derecho a la propiedad privada cuando se ha adquirido o recibido de modo justo, y prevalezca el destino universal de los bienes, para satisfacer las necesidades fundamentales de todos los hombres.


4. ¿Es digno el trabajo?
El hombre debe someter la tierra, debe dominarla, porque como "imagen de Dios" es una persona, es decir, un ser subjetivo capaz de obrar de manera programada y racional, capaz de decidir acerca de sí y que tiende a realizarse a sí mismo. Como persona, el hombre es pues sujeto del trabajo. Como persona él trabaja, realiza varias acciones pertenecientes al proceso del trabajo; éstas, independientemente de su contenido objetivo, han de servir todas ellas a la realización de su humanidad, al perfeccionamiento de esa vocación de persona, que tiene en virtud de su misma humanidad. Las principales verdades sobre este tema han sido últimamente recordadas por el Concilio Vaticano II en la Constitución Gaudium et Spes, sobre todo en el capítulo I, dedicado a la vocación del hombre"
En la perspectiva del hombre como sujeto del trabajo, nos conviene tocar, al manos sintéticamente, algunos que definen con mayor aproximación la dignidad del trabajo humano, ya que permiten distinguir más plenamente su específico valor moral Hay que hacer esto, teniendo siempre presente la vocación bíblica a "dominar la tierra", en la que se ha expresado la voluntad del Creador, para que el trabajo ofreciera al hombre la posibilidad de alcanzar el "dominio" que le es propio en el mundo visible. La intención fundamental y primordial de Dios respecto del hombre, que El "creó... a su semejanza, a su imagen", no ha sido revocada ni anulada ni siquiera cuando el hombre, después de haber roto la alianza original con Dios, oyó las palabras: "Con el sudor de tu rostro comerás el pan". Estas palabras se refieren a la fatiga a veces pesada, que desde entonces acompaña al trabajo humano; pero no cambian el hecho de que éste es el camino por el que el hombre realiza el "dominio", que le es propio sobre el mundo visible "sometiendo" la tierra. Esta fatiga es un hecho universalmente conocido, porque es universalmente experimentado. Lo saben los hombres del trabajo manual, realizado a veces en condiciones excepcionalmente pesadas. Lo saben no sólo los agricultores, que consumen largas jornadas en cultivar la tierra, la cual a veces "produce abrojos y espinas", sino también los mineros en las minas o en las canteras de piedra, los siderúrgicos junto a sus altos hornos, los hombres que trabajan en obras de albañilería y en el sector de la construccióncon frecuente peligro de vida o de invalidez. Lo saben a su vez, los hombres vinculados a la mesa de trabajo intelectual; lo saben los científicos; lo saben los hombres sobre quienes pesa la gran responsabilidad de decisiones destinadas a tener una vasta repercusión social. Lo saben los médicos y los enfermeros, que velan día y noche junto a los enfermos. Lo saben las mujeres, que a veces sin un adecuado reconocimiento por parte de la sociedad y de sus mismo familiares, soportan cada día la fatiga y la responsabilidad de la casa y de la educación de los hijos. Lo saben todos los hombres del trabajo y, puesto que es verdad que el trabajo es una vocación universal, lo saben todos los hombres."
513. ¿Qué significado tiene el trabajo para el hombre?
Para el hombre, el trabajo es un deber y un derecho, mediante el cual colabora con Dios Creador. En efecto, trabajando con empeño y competencia, la persona actualiza las capacidades inscritas en su naturaleza, exalta los dones del Creador y los talentos recibidos; procura su sustento y el de su familia y sirve a la comunidad humana. Por otra parte, con la gracia de Dios, el trabajo puede ser un medio de santificación y de colaboración con Cristo para la salvación de los demás.
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luzmagpe
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MensajePublicado: Lun Mar 10, 2008 6:56 pm    Asunto: Re: 9a. sesión. Séptimo: No robarás
Tema: 9a. sesión. Séptimo: No robarás
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1. ¿Por qué las riquezas y bienes de la tierra ejercen tanta fascinación sobre el hombre? ¿Es que son malos de por sí?
Los bienes de la tierra son buenos, todo lo que existe, en principio es bueno, porque es obra de Dios y Él todo lo hizo bien, y lo hizo para todos. Las personas somos las que hacemos mal uso de las cosas, porque la fragilidad que recibimos como herencia por el pecado original, que crece por nuestros pecados personales; nos inclina a la comodidad, a desear dominar a los demás y poseer más que los demás. Las riquezas pueden ser un medio para lograr el bien común, pero también pueden acumularse injustamente.

2. ¿Cuáles son las encíclicas de los Papas sobre la Doctrina Social de la Iglesia?
León XIII.- Rerum novarum (sobre las cosas nuevas) sobre la cuestión social en 1891
Pío XI.- Quadragessimo anno* (a cuarenta años) sobre las cuestiones laborales en 1931 Juan XXIII.- Mater et Magistra (Madre y Maestra) sobre los campesinos en 1961
Pacem in terris (Paz en la Tierra) en 1963
Pablo VI.- Populorum progressio (el progreso de los pueblos) en 1967
Octogesima Adveniens* (Ochenta Aniversario) Carta Apostólica sobre los nuevos problemas sociales en 1971.

Juan Pablo II.- Laborem Exercens (Ejercer el trabajo) sobre el trabajo del hombre en 1981
Sollicitudo rei socialis (Solicitud de la cosa social) temas sociológicos y metodológicos de la situación de la humanidad en 1988
Centessimus annus* (Centésimo año) cosas nuevas de hoy en 1991, cuestiones agrícolas,
Veritatis splendor en 1993, esplendor de la verdad
Evangelium vitae de 1995, sobre la vida humana, evangelio de vida sobre el valor de la vida.
Obtenido de: http://catequista.catolico.ws/documents/Doctrina_Social_de_la_Iglesia.doc.

3. Pros y contras de la propiedad privada.
La propiedad privada es buena en cuanto permite que la persona, la familia y la sociedad, tengan los medios para tener una vida digna; puedan disfrutar, siempre con austeridad y con caridad, de los frutos de su trabajo y tener previsto lo necesario para formar el patrimonio familiar.
La propiedad privada se vuelve en contra de la dignidad de la persona humana, cuando se acaparan los bienes en unas personas, mientras otras pasan necesidad; es decir, no se logra el bien común, sin embargo, la violencia o el robo no se justifican por ello. Se puede tomar lo ajeno; sin causar daños, solamente en casos de extrema necesidad y siempre con la intención de restituir lo tomado.

4. ¿Es digno el trabajo?
El trabajo es digno, es un deber de justicia poner los dones que recibimos de Dios, al servicio de los demás; es también un derecho, por la satisfacción que conlleva el ser copartícipes de la creación, con Dios, quien creo todo y nos dio el poder de transformarlo para beneficio de la humanidad; es además, si se ofrece al Señor y se realiza de manera consciente de que Él está presente, una oración, una ofrenda grata y puede adquirir dimensión redentora, uniendo las dificultades y fatigas a las de Cristo Nuestro Señor.
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Dios bendiga a todos.
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GABRIELA PEDRERO
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MensajePublicado: Lun Mar 10, 2008 8:40 pm    Asunto:
Tema: 9a. sesión. Séptimo: No robarás
Responder citando

Hola:
Me resultó muy interesante éste mandamiento en donde aprendemos a regular las riquezas y a ser generosos con los demás de aquello que poseemos.

1. ¿Por qué las riquezas y bienes de la tierra ejercen tanta fascinación sobre el hombre?
Yo creo que primero, porque han sido obtenidas mediante el esfuerzo del trabajo y segundo porque aparentemente parecen llenarnos de felicidad.

¿Es que son malos de por sí?
No, no son malos, pues todo lo ha hecho Dios y él no puede hacer algo malo.
Nos han sido dados como muestra de amor y de confianza, ya que somos los administradores de ellos para el correcto uso y para aplicar las virtudes del orden y la generosidad, entre otras.

2. ¿Cuáles son las encíclicas de los Papas sobre la Doctrina Social de la Iglesia?

“Populorum progresio”
“Laborem exercens”
"Dominum et vivificantem"
"Centesimus Annus"
«Deus caritas est»

3.- Pros y contras de la propiedad privada.
Pros:
La propiedad privada es buena en cuanto permite el sano desarrollo de una familia, satisfaciendo las necesidades fundamentales de todos los hombres. Garantizando la libertad y la dignidad de cada miembro de la familia.
La propiedad privada es también la garantía del orden social y de la paz.
Permite la educación y la práctica de la generosidad y la justicia.
Contras:
Todos los bienes han sido creados para todos los hombres, no sólo para unos cuantos. Así que como contras están la avaricia, el egoísmo, el desequilibrio en la posesión y el manejo de los bienes materiales.
El deseo desordenado de poseer provoca la injusticia, las guerras, el abuso de las personas en nuestro beneficio. Por último el olvido de Dios como Señor y dador de todas las cosas.

4. ¿Es digno el trabajo?
El trabajo no sólo es necesario para subsistir, también es un medio de santificación; dignifica a la persona y le permite romper las barreras del egoísmo en cuanto que trabaja para el bienstar de otros, ya sean los suyos o para el bien de terceros.
_________________
GABRIELA
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Columba Rico Sulayes
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MensajePublicado: Lun Mar 10, 2008 9:19 pm    Asunto: 9a. sesión. Séptimo: No robarás
Tema: 9a. sesión. Séptimo: No robarás
Responder citando

Tomando las enseñanzas del P. Antonio, las preguntas y respuestas son:
1. ¿Por qué las riquezas y bienes de la tierra ejercen tanta fascinación sobre el hombre? ¿Es que son malos de por sí?
Las personas podemos ser avarientas, envidiosas y egoístas, querer tener más que los demás y ser más poderosos. Cuando nos dejamos llevar por estas tendencias, entonces es más fácil que comiencen los robos, las injusticias, los abusos, el reparto injusto de las riquezas, las injusticias de los ricos hacia los pobres, las estructuras injustas.
No son malos las riquezas y bienes, de hecho, Dios no desprecia el dinero ni el trabajo humano, son medios para vivir con dignidad la vida y la de los futuros hijos; medios también para ayudar a los necesitados. Cuando los bienes materiales dejan de ser medios y se convierten en fin, entonces viene el descontrol, el apego, la acumulación de riquezas.

2. ¿Cuáles son las encíclicas de los Papas sobre la Doctrina Social de la Iglesia?
Fuente: www.geocities.com/derecholaboraluno/doctrinasocialenlasenciclicas
- Encíclica Rerum Novarum, (De Las Cosas Nuevas Inicia el interés de la Iglesia por los problemas sociales León XIII
- Encíclica Quadragésima Anno, A los Cuarenta Años de la Rerum Novarum Ataca tímidamente el corporativismo fascista Pío XI
- Encíclica Mit brenneder sorge Pío XI
- Encíclica Divinis redemptoris Pío XI
- Encíclica Mater et magistra, (Madre y Maestra de todos los pueblos...la Iglesia Universal... Critica el capitalismo y el socialismo que no tienen en cuenta al hombre como personaje central del trabajo Juan XXIII
- Encíclica Populorum progressio PauloVI
- Encíclica Laborem exercens , (Sobre el trabajo) Publicada con ocasión del nonagésimo aniversario de la titulada Rerum novarum, dirigida por León XIII. Critica el “capitalismo salvaje”. Juan Pablo II
- Encíclica Sollicitudo rei sociales Publicada con ocasión del vigésimo aniversario de la titulada Populorum progressio. Juan Pablo II
- Encíclica Centesimus annus (Centenario de la Rerum Novarum)
Denuncia las violaciones de los derechos individuales y colectivos cometidas en los países sometidos a regímenes comunistas, y señala las amenazas que se ciernen sobre los países capitalistas (consumismo, crisis moral y problemas medioambientales). Juan Pablo II

3. Pros y contras de la propiedad privada.
Pros
- La propiedad privada es legítima, para la libertad y dignidad de los seres humanos.
- El ensueño de adquirir una propiedad es lo que suaviza y hace más llevadera la difícil labor de la vida diaria.
- El padre de familia se preocupa y ocupa, no sólo del presente, sino también del porvenir de la familia; quiere reunir un pequeño fondo, que después de su muerte pase a su familia.
- Es la garantía del orden social y de la paz.
- La supresión de la propiedad privada sería un golpe para la civilización, el progreso de la ciencia, el desarrollo del arte, y la cultura.
Contras
- La propiedad privada a veces puede ser causa de la desigualdad social; por ella hay ricos y pobres.
- Es la propiedad causante del egoísmo de los ricos. Pues nacemos egoístas.
- Por la distribución desproporcionada de las riquezas se dan los robos, desigualdades, injusticias.

4. ¿Es digno el trabajo?
Sí, debería serlo, pues del trabajo, el hombre saca los medios para sustentar su vida, la de su familia y presta un servicio a la comunidad humana
Dios le confió a los hombres, la tierra y sus recursos para que tuviera cuidado de ellos, los dominara mediante su trabajo y se beneficiara de sus frutos. Por tanto, el trabajo es un deber, honra los dones del Creador y los talentos recibidos, puede ser redentor, pues soportando el peso del trabajo, en unión con Jesucristo, los hombres colaboran en cierta manera con el hijo de Dios en su obra redentora. Además, el trabajo puede ser un medio de santificación y de animación de las realidades terrenas en el espíritu de Cristo.
El acceso al trabajo debe estar abierto a todos sin discriminación injusta, a hombres y mujeres, sanos y disminuidos, autóctonos e inmigrados.
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Mary Rodriguez
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Registrado: 01 Feb 2008
Mensajes: 14

MensajePublicado: Lun Mar 10, 2008 9:59 pm    Asunto: Las Diez claves para vivir eternamente.
Tema: 9a. sesión. Séptimo: No robarás
Responder citando

saludos a todos.
paz y Amor.

1.-Por que las riquezas y bienes de la tierra ejercen tanta fascinacion
sobre el hombre? Es que son malas de por si?

Bueno en primer lugar Dios nos regalo tantas riquezas en la tierra ya
que El es el dueno absoluto de ellas y puso al hombre como
administrador de esas riquezas,pero por el libre albedrio que se tiene
y por la descendencia del pecado original el hombre se deslumbra por
tal riqueza que lo lleva a poseerla y hacer mal uso de ella ya sea por la
avaricia,el egoismo y la vanidad y porsu propio egocentrismo.

2.-Cuales son las enciclicas de los papas sobre la doctrina social de la
iglesia?,

FECHA
DOCUMENTO
Comentario
Autor

15 may 1891
Encíclica Rerum Novarum, (De Las Cosas Nuevas
Inicia el interés de la Iglesia por los problemas sociales


León XIII

15 mayo 1931
Encíclica Quadragésima Anno, A los Cuarenta Años de la Rerum Novarum
Ataca tímidamente el corporativismo fascista


Pío XI

14 marzo 1937
Encíclica Mit brenneder sorge

Pío XI

19 marzo 1937
Encíclica Divinis redemptoris

Pío XI

1 junio 1941
Discurso

Pio XII

11 junio 1943
Discurso

Pio XII

24 Diciembre 1942
Mensaje De Navidad

Pio XII

15 mayo 1961
Encíclica Mater et magistra, (Madre y Maestra de todos los pueblos...la Iglesia Universal...
Critica el capitalismo y el socialismo que no tienen en cuenta al hombre como personaje central del trabajo


Juan XXIII

1962 – 65
Constitución Pastoral Gaudium et spes

Concilio Vaticano II

26 marzo 1967
Encíclica Populorum progressio

PauloVI

15 mayo 1971
Carta Octagesima advenians

PauloVI

14 septiembre 1981
Encíclica Laborem exercens , (Sobre el trabajo)
Publicada con ocasión del nonagésimo aniversario de la titulada Rerum novarum, dirigida por León XIII.



Critica el “capitalismo salvaje”.



Considera el trabajo como la “clave esencial” de toda cuestión social.

Se opone a las concepciones economicistas y materialistas del trabajo


Juan Pablo II

30 diciembre 1987
Encíclica Sollicitudo rei sociales
Publicada con ocasión del vigésimo aniversario de la titulada Populorum progressio.



Critica la riqueza del Norte y la miseria de las naciones del Sur. Esta encíclica precisaba que la Iglesia católica no posee soluciones técnicas que ofrecer como respuesta a estas cuestiones, pero hacía un llamamiento para potenciar los elementos que posibilitaran un auténtico desarrollo humano, centrado en los valores de la persona, de la espiritualidad, del destino universal de los bienes de la Tierra, de la igualdad entre los pueblos y de la solidaridad internacional.


Juan Pablo II

1 mayo 1991
Encíclica Centesimus annus (Centenario de la Rerum Novarum)
Denuncia las violaciones de los derechos individuales y colectivos cometidas en los países sometidos a regímenes comunistas, y señala las amenazas que se ciernen sobre los países capitalistas (consumismo, crisis moral y problemas medioambientales).


Juan Pablo II


Postulados
Monseñor Guerry señala que las enseñanzas de la Iglesia, contenidas en todos estos documentos están dirigidas a aportar:

Una concepción del hombre fundada en la dignidad de la persona, en la igualdad de los hombres y los derechos inalienables de hombre, como “sujeto” y nunca como “objeto”

Una concepción de la economía social

Una concepción de la comunidad humana.



3.-Pros y contra de la propiedad privada?.

la propiedad privada como libertad y liberacion por que permite que
las personas y sus familiares y la socied en general tenga fuentes de
trabajos y recursos economicos para vivie dignamente.
pero esta misma sociedad privada muchas veces se vuelve
maquiavelica y crea un propblema de libertad impopular creando
individuos indefinidos y colectivamente ilimitados que son explotados,
debido al anti-aristoletismo de las clases politicas.

4.-Es digno el trabajo?.

Si es digno trabajar por que se esa manera se gana el sustento diario
para la familia para proveer una vida digna ya que todas las personas
deben realizar o servir en sus trabajos como si estuvieran trabajando
para el Senor jesus-Dios.
_________________
El que tiene mis mandamientos,y los guarda,ese es el que me ama,y el que me ama sera amado por mi padre, y yo le amare,y me manifestare en el. Juan 14:21
Mary.
New York.
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Registrado: 02 Feb 2008
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MensajePublicado: Lun Mar 10, 2008 11:49 pm    Asunto: Respuestas 9a sesión
Tema: 9a. sesión. Séptimo: No robarás
Responder citando

*Porque no se ven como algo común a todos, sino como un fin último (por lo que se le da una importancia desmedida) o como un medio para someter a los demás; lo anterior debido al pecado.
Por otra parte, siendo que Dios ha creado todo, no son malos los bienes de la tierra, sino que el hombre es quien les da un mal uso.

*Diuturnum Illud
Sobre el origen del poder
Carta Encíclica del Sumo Pontífice León XIII
26 de junio de 1881

Immortale Dei
Sobre la constitución cristiana de los estados
Carta Encíclica del Sumo Pontífice León XIII
1 de noviembre de 1885

Libertas
Sobre la libertad humana
Carta Encíclica del Sumo Pontífice León XIII
20 de junio de 1888

Sapientiae Christianae
Sobre los deberes de los ciudadanos cristianos
Carta Encíclica del Sumo Pontífice León XIII
10 de enero de 1890

Rerum Novarum
Sobre la cuestión social
Carta Encíclica del Sumo Pontífice León XIII
15 de mayo de 1891

Quod Iam Diu
Oraciones públicas por la paz
Carta Encíclica del Sumo Pontífice Benedicto XV
1 de diciembre de 1918

Pacem Dei Munus
Sobre la restauración de la paz
Carta Encíclica del Sumo Pontífice Benedicto XV
23 de mayo de 1920

Quadragesimo Anno
Sobre la restauración del orden social y su perfeccionamiento de conformidad con la ley evangelizadora
Carta Encíclica de Santidad Pío XI
15 de mayo de 1931

Miranda Prorsus
Sobre el cine, la radio y la televisión
Carta Encíclica del Sumo Pontífice Pío XII
8 de septiembre de 1957

Mater et Magistra
Sobre el reciente desarrollo de la cuestión social a la luz de la Doctrina Cristiana
Carta encíclica de Santidad Juan XXIII
15 de mayo de 1961

Pacem In Terris
Sobre la paz entre todos los pueblos que ha de fundarse en la verdad, la justicia, el amor y la libertad.
Carta Encíclica de su Santidad Juan XXIII
11 de abril de 1963

Populorum progressio
Sobre el desarrollo de los pueblos
Carta Encíclica del Sumo Pontífice Pablo VI
26 de marzo de 1967

Laborem Exercens
Sobre el trabajo Humano
Carta Encíclica del Sumo Pontífice Juan Pablo II en el 90 aniversario de la Rerum Novarum
14 de septiembre de 1981

Sollicitudo rei socialis
Sobre la preocupación social de la Iglesia
Carta Encíclica del Sumo Pontífice Juan Pablo II
30 de diciembre de año 1987

Centesimus Annus
Sobre la cuestión social
Carta Encíclica del Sumo Pontífice Juan Pablo II en el Centenario de la Rerum Novarum
1 de mayo de 1991

Veritatis Splendor
Sobre el esplendor de la Verdad
Carta Encíclica del Sumo Pontífice Juan Pablo II
6 de agosto de 1993

Evangelium Vitae
Sobre el valor y el carácter inviolable de la Vida Humana
Carta Encíclica del Sumo Pontífice Juan Pablo II
25 de marzo de 1995

*Pros:
-Garantiza la libertad y la dignidad de las personas.
-Ayuda a cada uno a atender sus necesidades fundamentales y las necesidades de los que están a su cargo, y también las de otros que viven en necesidad.
-Sin la propiedad privada no hay hogar en paz, y sin hogares no hay nación.

Contras:
-Puede ser causa de cierta desigualdad social.
-La propiedad, si no se comparte, hace dura y cruel a la persona.

*Sí, ya que "Para el hombre, el trabajo es un deber y un derecho, mediante el cual colabora con Dios Creador. En efecto, trabajando con empeño y competencia, la persona actualiza las capacidades inscritas en su naturaleza, exalta los dones del Creador y los talentos recibidos; procura su sustento y el de su familia y sirve a la comunidad humana. Por otra parte, con la gracia de Dios, el trabajo puede ser un medio de santificación y de colaboración con Cristo para la salvación de los demás."
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MensajePublicado: Mar Mar 11, 2008 3:17 am    Asunto: 9° Sesion
Tema: 9a. sesión. Séptimo: No robarás
Responder citando

1. ¿Por qué las riquezas y bienes de la tierra ejercen tanta fascinación sobre el hombre? ¿Es que son malos de por sí?
Simplemente porque el hombre, desde Adan, ha tratado de asemejar a la vida de Dios, pese a lo que tenga y pueda obtener, asi que siempre buscara tener mas, no importe lo que tenga que hacer para conseguirlo.
2. ¿Cuáles son las encíclicas de los Papas sobre la Doctrina Social de la Iglesia?
*Diuturnum Illud
Sobre el origen del poder
Carta Encíclica del Sumo Pontífice León XIII
26 de junio de 1881

Immortale Dei
Sobre la constitución cristiana de los estados
Carta Encíclica del Sumo Pontífice León XIII
1 de noviembre de 1885

Libertas
Sobre la libertad humana
Carta Encíclica del Sumo Pontífice León XIII
20 de junio de 1888

Sapientiae Christianae
Sobre los deberes de los ciudadanos cristianos
Carta Encíclica del Sumo Pontífice León XIII
10 de enero de 1890

Rerum Novarum
Sobre la cuestión social
Carta Encíclica del Sumo Pontífice León XIII
15 de mayo de 1891

Quod Iam Diu
Oraciones públicas por la paz
Carta Encíclica del Sumo Pontífice Benedicto XV
1 de diciembre de 1918

Pacem Dei Munus
Sobre la restauración de la paz
Carta Encíclica del Sumo Pontífice Benedicto XV
23 de mayo de 1920

Quadragesimo Anno
Sobre la restauración del orden social y su perfeccionamiento de conformidad con la ley evangelizadora
Carta Encíclica de Santidad Pío XI
15 de mayo de 1931

Miranda Prorsus
Sobre el cine, la radio y la televisión
Carta Encíclica del Sumo Pontífice Pío XII
8 de septiembre de 1957

Mater et Magistra
Sobre el reciente desarrollo de la cuestión social a la luz de la Doctrina Cristiana
Carta encíclica de Santidad Juan XXIII
15 de mayo de 1961

Pacem In Terris
Sobre la paz entre todos los pueblos que ha de fundarse en la verdad, la justicia, el amor y la libertad.
Carta Encíclica de su Santidad Juan XXIII
11 de abril de 1963

Populorum progressio
Sobre el desarrollo de los pueblos
Carta Encíclica del Sumo Pontífice Pablo VI
26 de marzo de 1967

Laborem Exercens
Sobre el trabajo Humano
Carta Encíclica del Sumo Pontífice Juan Pablo II en el 90 aniversario de la Rerum Novarum
14 de septiembre de 1981

Sollicitudo rei socialis
Sobre la preocupación social de la Iglesia
Carta Encíclica del Sumo Pontífice Juan Pablo II
30 de diciembre de año 1987

Centesimus Annus
Sobre la cuestión social
Carta Encíclica del Sumo Pontífice Juan Pablo II en el Centenario de la Rerum Novarum
1 de mayo de 1991

Veritatis Splendor
Sobre el esplendor de la Verdad
Carta Encíclica del Sumo Pontífice Juan Pablo II
6 de agosto de 1993

Evangelium Vitae
Sobre el valor y el carácter inviolable de la Vida Humana
Carta Encíclica del Sumo Pontífice Juan Pablo II
25 de marzo de 1995
3. Pros y contras de la propiedad privada.
Pros: Intimidad, seguridad, armonia.
Contras: Envidias, corajes, resentimientos
4. ¿Es digno el trabajo?
Si. Solo porque nos ayuda a vivir dignamente
_________________
"Vivir es caminar. Moverse, seguir adelante, abrir caminos y otear horizontes. Quedarse quieto no es vivir, es pasividad, inercia y muerte. Correr tampoco es vivir, es atropellar acontecimientos sin tiempo para saber lo que son"
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Teserita
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Ubicación: Hermosillo, Sonora, México

MensajePublicado: Mar Mar 11, 2008 3:18 am    Asunto: Séptimo Mandamiento
Tema: 9a. sesión. Séptimo: No robarás
Responder citando

1.- ¿Porqué las riquezas y bienes de la tierra ejercen tanta fascinación sobre el hombre? ¿Es que son malos de por sí?

R.- Las riquezas y bienes de la tierra en sí son buenas ya que han sido creadas por Dios para satisfacer las necesidades básicas del ser humano, de la familia y la sociedad, para que su paso por la tierra viviendo en justicia y sencillez le lleven a Él (Dios); la maldad de ellas radica en el mismo corazón del hombre que por el pecado original se inclina al mal, al goce desmedido de dichos bienes que le llevan al egoísmo total mediante la satisfacción no sólo de lo básico para vivir sino de esa sed de poder que le hace pisotear a los demás con tal de obtener lo que desea aunque no sea una necesidad en sí, le envilece de manera tal que incluso llega a ser egoísta consigo mismo.

2.- ¿Cuáles son las encíclicas de los Papas sobre la Doctrina Social de la Iglesia?

R.- Pablo VI: Populorum Progressio.
Juan Pablo II: Laborem Exercens, Sollicitudo Rei Socialis y Centesimus Annus.

3.- ¿Cuáles son los pros y los contras de la propiedad privada?

R.- Pros: Permite el sano desarrollo de una familia mediante la satisfacción de las necesidades básicas y el sueño de adquirir una propiedad; Garantiza la libertad y dignidad del ser humano; Garantiza el orden social y la paz; Permite el desarrollo de la generosidad.

Contras: Puede ser causa de la desigualdad social (brecha entre ricos y pobres); Puede conducir a la avaricia y al egoísmo que debido a la desproporcionada distribución de los bienes en la sociedad, permiten la proliferación de robos, atropellos, fraudes, homicidios, etc. y toda clase de atrocidades que el hombre comete para saciar su hambre y la de su familia, para tratar de vivir dignamente. De igual manera, ante tanta injusticia cometida y tanto afán de riqueza y poder lleva a los más poderosos a las guerras cometiendo así atropellos mayores contra los más desposeídos. Finalmente, tanta ceguera lleva al olvido mismo de Dios y al reconocimiento pleno del verdadero fin de los bienes creados por Dios.

4.- ¿Es digno el trabajo?

R.- Jesús siendo hombre dignificó el trabajo con sus manos. Por lo tanto, el trabajo es para el ser humano una participación en la obra redentora y salvadora de Cristo. Es un deber que tenemos como cristianos para poner al servicio de los demás los dones y talentos que hemos recibido, de obrar con justicia, rectitud y sencillez para bien propio y de los demás.

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Teresita Dorantes Salazar @--;--
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Monica L. Moreno y G.
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Ubicación: Mexico D.F.

MensajePublicado: Mar Mar 11, 2008 3:35 am    Asunto: Comentario Respuesta
Tema: 9a. sesión. Séptimo: No robarás
Responder citando

1.-¿Por qué las riquezas y bienes de la tierra ejercen tanta fascinación sobre el hombre? ¿Es que son malos de por sí?

La riquezas de la tierra, están dadas por Dios para que el hombre sea su administrador con un orden.

Su uso equivocado y egocéntrico de la repartición de los bienes es lo que está mal y depende del hombre en sí.

El hombre se deja llevar pos su codicia de poseer más corrompiéndose, pensando que el que más tiene, obtiene mayor poder, llega hasta matar y robar para obtener lo que quiere.

El oro, petróleo y diamantes, siempre han existido, pero el hombre le ha dado el valor, precio, riqueza y beneficio para ciertos pueblos o unos cuantos, por tener caprichos, lujos, de una clase social o una “economía”.
Los objetos, riquezas, propiedades, tecnología, oro, diamante, petróleo, o aquello que demos más valor de lo que realmente es, eso está erróneo.
Fue lo que le pasó al Joven Rico. Estaba tan apegado a lo que tenía, que realmente eso era su tesoro y su Dios.

“Es mas fácil que pase un camello por el ojo de la aguja, que un rico”
No quiere decir que el camello no pueda pasar, el camello tiene una joroba es mas grande que un rico, lo que pasa es que el camello está pegado a la joroba y el rico está apegado a todo lo que posee, por eso nada lo llena y quiere pasar con todo lo que tiene.

Lázaro era rico, pero un hombre con orden, caridad, justo, y centrado en la realidad del mundo y de Dios.


2-¿Cuáles son las encíclicas de los Papas sobre la Doctrina Social de la Iglesia?

26 de junio de 1881
Carta Encíclica “Diuturnum Illud”
Referente al origen del poder.
León XIII

1 de noviembre de 1885
Carta Encíclica “Immortale Dei”
Referente a la constitución cristiana de los estados
León XIII

10 de enero de 1890
Carta Encíclica “Sapientiae Christianae”
Concerniente a los deberes de los ciudadanos cristianos
León XIII

15 may 1891
Carta Encíclica “Rerum Novarum”,
El principio de la preocupación de la Iglesia, concerniente por los problemas sociales
León XIII

1 de diciembre de 1918
Carta Encíclica “Quod Iam Diu”
Oraciones públicas por la paz
Benedicto XV.

23 de mayo de 1920
Carta Encíclica “Pacem Dei Munus”
Concerniente a la restauración de la paz
Benedicto XV

15 mayo 1931
Encíclica “Quadragésima Anno”,
Después de Cuarenta Años de la “Rerum Novarum”, Afronta apocadamente el corporativismo fascista
Pío XI

14 marzo 1937
Encíclica “Mit Brenneder Sorge”
Pío XI

19 marzo 1937
Encíclica “Divinis Redemptoris”
Pío XI

1 junio 1941
Discurso
Pio XII

11 junio 1943
Discurso
Pio XII

24 Diciembre 1942
Mensaje De Navidad
Pio XII

8 de septiembre de 1957
Carta Encíclica “Miranda Prorsus”
Referente al cine, la radio y la televisión
Pío XII

15 mayo 1961
Encíclica “Mater et Magistra
Reprocha el capitalismo y el socialismo. Concerniente al desarrollo del tema a la Luz de la doctrina cristiana.
Juan XXIII

11 de abril de 1963
Carta Encíclica “Pacem In Terris”
Relativo a la paz entre todos los pueblos que ha de fundarse en la verdad, la justicia, el amor y la libertad.
Juan XXIII

1962 – 65
Constitución Pastoral “Gaudium et Spes”
Concilio Vaticano II

26 marzo 1967
Encíclica “Populorum Progressio”
Paulo VI

15 mayo 1971
Carta “Octagesima Advenians”
Paulo VI

14 septiembre 1981
Encíclica “Laborem Exercens” ,
Concerniente al trabajo humano. Publicada con ocasión del nonagésimo aniversario de la titulada Rerum Novarum, dirigida
León XIII.

Critica el “Capitalismo Salvaje”.
Considera el trabajo como la “clave esencial” de todo factor social.
Enfrenta a las conceptos economistas y materialistas del trabajo
Juan Pablo II

30 diciembre 1987
Encíclica “Sollicitudo Rei Sociales”
Se publicó por aniversario numero del vigésimo de “Populorum Progressio”.
Reprocha la riqueza del Norte, de los países desarrollados y la miseria de las naciones del Sur, los países en vía de desarrollo.
Juan Pablo II

1 mayo 1991
Encíclica “Centesimus Annus” (Centenario de la Rerum Novarum)
Acusa las violaciones de los derechos individuales y colectivos, hechos en los países de regímenes comunistas, y las amenazas que están sobre los países capitalistas (consumismo, materialismo, crisis moral y dificultades del medio ambiente).
Juan Pablo II

6 de agosto de 1993
Carta Encíclica Veritatis Splendor
Concerniente Al riqueza y esplendor de la Verdad
Juan Pablo II

25 de marzo de 1995
Carta Encíclica “Evangelium Vitae”
Concerniente Al valor y el carácter inviolable de la Vida Humana
Juan Pablo II.


3.-Pros y contras de la propiedad privada.

PRO
En la propiedad privada, responde ala necesidad de la libertad y la dignidad de la persona humana, atendiendo sus necesidades básicas y primordiales, se usa para el bienestar con orden, caridad de familia y sociedad, dándonos la oportunidad de resguardo, de compartir los objetos materiales con nuestros prójimos, familias y amigos, nos ayuda a una armonía y convivencia sana. Dándonos la paz y comunidad.

CONTRA
El problema de la propiedad privada es que, existen hombres que el que posee un casa, quiere dos; un auto, quiere otro de lujo y más veloz. Ambicionando más, y más, y más y más.....y más....y más.... Volviéndose avaricioso, causando desigualdades, abusos de poder, y para obtener hace fraudes, engaña, miente, roba y mata. Sintiéndose dueño y señor hasta dios. Saca di si lo peor que es. Y llega a la destrucción de su propia alma. Y la persona se vuelve de corazón de piedra y no le importa pasar por encima de nadie.


4.-¿Es digno el trabajo?

Si, da la oportunidad de ganarse el pan honrado, y con dignidad, es un derecho del trabajador ser tratado con DIGNIDAD. Para que pueda alimentarse, vestirse, tener techo, el y su familia.
El trabajando deja ver los dones con que Dios lo dotó, y le da Gloria a Dios por los Bienes obtenidos. Colaborando así con el plan del Señor.
Es un gran pecado que los patrones sean abusivos del trabajo de los empleados.

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IreneLupe
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MensajePublicado: Mar Mar 11, 2008 7:10 am    Asunto: 9a. Sesión.
Tema: 9a. sesión. Séptimo: No robarás
Responder citando

1. ¿Por qué las riquezas y bienes de la tierra ejercen tanta fascinación sobre el hombre? ¿Es que son malos de por sí?

No, no son malos... Los bienes materiales son buenos, Dios quiere que los tengamos y los usemos para conseguir nuestro fin último: la misión que nos ha encomendado;pero debemos usarlos solamente como medio y nunca verlos como un fin en sí mismos.

Ejercen fascinación porque proporcionan "Seguridad".

El hombre pone su empeño en conseguir riquezas con la creencia de que se ES lo que se TIENE pone en peligro su dignidad humana, puede errar el camino y volverse egoísta obsesionándose con la idea de poseer.


2. ¿Cuáles son las encíclicas de los Papas sobre la Doctrina Social de la Iglesia?

Principales Encíclicas Sociales

León XIII
• Rerum Novarum (1891)
Pío XI
• Quadragesimo Anno (1931)
• Divini Redemptoris
• Mit Brennender Sorge (1937)
Juan XXIII
• Mater et Magistra 1961
• Pacem in Terris ( 1963)
Pablo VI
• Populorum Progressio (1967)
• Humanae Vitae 1968
• Octogesima Adveniens (1971)
Juan Pablo II
• Laborem Exercens (1981)
• Sollicitudo Rei Socialis ( 1987)
• Centesimus Annus (1991)
• Veritatis Splendor (1993)
• Evangelium Vitae (1995)
• Fides et Ratio (1998)
Benedicto XVI
• Deus Caritas Est (2005)


3. Pros y contras de la propiedad privada.

Pros:
. Es Garantía del orden social y de la paz.
- Garantiza la libertad y la dignidad de cada persona, ayudándole a satisfacer las necesidades fundamentales propias, las de aquellos sobre los que tiene responsabilidad y también las de otros que viven en necesidad.
- Te da la oportunidad de ejercitarte en la generosidad.

Contra:
- Puede ser causa de desigualdad social.
- Si no la compartes te hace duro y cruel contigo mismo; por ende con los demás.


4. ¿Es digno el trabajo?
Lo es. Es un deber, honra los dones del Creador y los talentos recibidos, redentor y santificador mediante el cual se colabora con Dios para la salvación de los demás.
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claoreal
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MensajePublicado: Mar Mar 11, 2008 4:12 pm    Asunto:
Tema: 9a. sesión. Séptimo: No robarás
Responder citando

1. Los bienes y riquezas ejercen fascinacion en el hombre xq el hombre siempre quiere tener mas y mas, le llama la atencion tener cosas materiales, y en si no son malos el problema es cuando el hombre pone estos bienes y riquezas primero q Dios y con tal de tener mas bienes pisotea al projimo y hace daño, eso es lo malo..xque esta bien tenerlos para ayudar a salir adelante a tu familia, que no le falte nada, pero ya cuando x culpa de los bienes cometes fraudes para tener mas y mas etc, entonces ya no esta bien.

2.

Rerum novarum (1891), sobre los problemas del capital y el trabajo.
León XIII

Quadragésimo anno (1931), sobre la reconstrucción del orden social.
Pío XI

Mater et magistra (1961), sobre el Cristianismo y el progreso social.
Juan XXIII

Populorum progresio (1967), sobre el desarrollo de los pueblos.
Pablo VI

Laboren exercens (1981),sobre el trabajo humano.
Juan Pablo II

Sollicitudo rei socialis (1987), sobre la preocupación social de la Iglesia.
Juan Pablo II

Centesimus annus (1991), sobre varias cuestiones de la doctrina social.
Juan Pablo II
Tomado de :http://www.monografias.com/trabajos40/doctrina-social-iglesia/doctrina-social-iglesia2.shtml

3.La propiedad privada es buena pues nos permite reunir los medios necesarios para vivir en paz y sin q nos falte nada y nos protege de que otras personas quieran quitarnos lo que es nuestro, es mala por que la propiedad privada desmedida te puede llevar a la desigualdad social.

4.El trabajo para el hombre es un bien y un derecho incluso puede ser algo q lo ayude a santificarse, el trabajo nos ayuda a ser coparticipes en la creacion de Dios, el trabajo dignifica.

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mario a. garcia tarello
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MensajePublicado: Mar Mar 11, 2008 6:15 pm    Asunto: 9SESION SEPTIMO:NO ROBARAS NI TOMARAS LO QUE NO TE PERTENECE
Tema: 9a. sesión. Séptimo: No robarás
Responder citando

BUENOS DÍAS HERMANOS LA PAZ DEL SEÑOR ESTE CON USTEDES
CON RESPECTO AL TEMA:


1. ¿POR QUÉ LAS RIQUEZAS Y BIENES DE LA TIERRA EJERCEN TANTA FASCINACIÓN SOBRE EL HOMBRE? ¿ES QUE SON MALOS DE POR SÍ?
LOS BIENES MATERIALES EJERCEN FASCINACIÓN SOBRE EL HOMBRE POR QUE ES UNA FORMA DE MANIFESTAR ANTE LOS DEMÁS PODER, Y MUCHAS VECES PISOTEAR A LOS DEMÁS POR QUE TODO LO MATERIAL LO DUDEN COMPRAR Y TAMBIÉN LO HUMANO, ES UN DESEO DE GOBERNAR Y DESTRUIR NO IMPORTANDO LAS CONSECUENCIAS, EL EGOÍSMO DE NO AYUDAR A LOS DEMÁS EL SIEMPRE YO, Y ES MALO POR QUE NOS OLVIDAMOS DE LO ESPIRITUAL Y HASTA DEL EL SEÑOR POR QUE NO CEGA EL DINERO SE POSESIONA DE NUESTROS VERDADEROS SENTIMIENTOS DE NUESTRA VERDADERA RAÍZ DE LA EXISTENCIA SE OLVIDAN DE DIOS Y PREFIEREN VIVIR CON UNA MENTALIDAD DE LA VIDA TERRENAL AUNQUE PIENSAN QUE YA DESPUÉS VERÁN DE QUE MANERA RESUELVEN LO ESPIRITUAL, SIN HACER CONCIENCIA QUE A DIOS NO LO VAN A ENGAÑAR EL DINERO ES Y ESTA ECHO PARA PROGRESAR SI PERO TAMBIÉN PARA AYUDAR A LOS DEMÁS.



2. ¿CUÁLES SON LAS ENCÍCLICAS DE LOS PAPAS SOBRE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA?

15 MAY 1891
ENCÍCLICA RERUM NOVARUM
LEÓN XIII

15 MAYO 1931
ENCÍCLICA QUADRAGÉSIMA ANNO, A LOS CUARENTA AÑOS DE LA RERUM NOVARUM
PÍO XI

14 MARZO 1937
ENCÍCLICA MIT BRENNEDER SORGE
PÍO XI

19 MARZO 1937
ENCÍCLICA DIVINIS REDEMPTORIS
PÍO XI

1 JUNIO 1941
DISCURSO
PIO XII

11 JUNIO 1943
DISCURSO
PIO XII

24 DICIEMBRE 1942
MENSAJE DE NAVIDAD
PIO XII

15 MAYO 1961
ENCÍCLICA MATER ET MAGISTRA,
JUAN XXIII

1962 – 65
CONSTITUCIÓN PASTORAL GAUDIUM ET SPES
CONCILIO VATICANO II

26 MARZO 1967
ENCÍCLICA POPULORUM PROGRESSIO
PAULOVI


15 MAYO 1971
CARTA OCTAGESIMA ADVENIANS
PAULOVI

14 SEPTIEMBRE 1981
ENCÍCLICA LABOREM EXERCENS , (SOBRE EL TRABAJO)
JUAN PABLO II

30 DICIEMBRE 1987
ENCÍCLICA SOLLICITUDO REI SOCIALES
JUAN PABLO II


1 MAYO 1991
ENCÍCLICA CENTESIMUS ANNUS (CENTENARIO DE LA RERUM NOVARUM)


VERITATIS SPLENDOR (1993)

EVANGELIUM VITAE (1995)

FIDES ET RATIO (1998)
BENEDICTO XVI

DEUS CARITAS EST (2005)



3. PROS Y CONTRAS DE LA PROPIEDAD PRIVADA.
LOS PROS ES QUE HAY PAZ Y RESPETO A LA PRIVACIDAD ENTRE INDIVIDUOS, Y EL DERECHO ATENER BIENES PROPIOS, EL LUCHAR POR OBTENER UNA VIDA DIGNA, DE CALIDAD PARA NUESTRAS FAMILIAS CON LIBERTAD, CLARO POR NUESTRO PROPIO TRABAJO LEJOS DE PERJUDICAR Y TRATAR A LOS DEMÁS COMO UNA PERSONA INFERIOR, BUSQUE TRANSFORMAR DE UN CORAZÓN DE PIEDRA UN CORAZÓN DE CARNE Y EL VIVIR COMO VERDADEROS HERMANOS EL PODER CONVIVIR BIEN DURANTE NUESTRA ESTANCIA EN ESTE MUNDO Y PODER AYUDAR A LOS DEMÁS

Y LOS CONTRAS ES QUE LA GENTE SE VUELVE EGOÍSTA, AMBICIOSA Y SE VA ENVENENANDO CADA DÍA MAS CON LO MATERIAL, A TAL GRADO DE AMBICIONAR LO DE LOS DEMÁS Y MUCHAS VECES HASTA DESEAR LO QUE LE PERTENECE A OTROS Y NO PENSAR QUE ABUSAR DE LOS DEMÁS Y/O DE LAS CONDICIONES CREAN UN ODIO Y LA SEPARACIÓN DE LA MISMA HUMANIDAD


4. ¿ES DIGNO EL TRABAJO?
SI ES DIGNO EL TRABAJO SIEMPRE Y CUANDO SEA HONRADO Y PODER PROPORCIONAR UN BIEN A LOS DEMÁS Y A NUESTRAS FAMILIAS, EL PODER OBTENER BENEFICIOS SIN CAUSAR DESORDEN NI DAÑO ALGUNO, EL PODER DISFRUTAR LO DEVENGADO POR EL TRABAJO Y SABER QUE PUEDE SER ÚTIL TODA PERSONA QUE TENGA INTENCIÓN DE SERVIR A LOS DEMÁS SIN OLVIDAR QUE TODA OBRA BUENA ES PARA GLORIA DE DIOS Y ALCANZAR LA SANTIDAD.

QUE MAMITA MARIA Y LA SANTISIMA TRINIDAD ESTEN SIEMPRE CON USTEDES Y QUE DIOS BENDIGA
_________________
GRACIAS POR LA BIENVENIDA Y QUE EL SEÑOR LOS COLME DE BENDICIONES LE PIDO A MAMITA MARIA Y A LA SANTISIMA TRINIDAD QUE NOS ILUMINE A TODOS Y QUE SEA PARA GLORIA Y ALABANZA DE DIOS DIOS BENDIGA
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adolf
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MensajePublicado: Mar Mar 11, 2008 6:21 pm    Asunto: 9ª Sesion 7º Mandamiento
Tema: 9a. sesión. Séptimo: No robarás
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1º- A)Por tener poder ,orgullo,sentirse superiores a los demas,ser mejor que los demas.etc.etc.
B) No,siempre que se repartan bien
2º- Enciclica."Sollicitudo Rei Socialis"nº42. JUAN PLABLO II
"Centesimus Annus" nº29. JUAN PLABLO II
3º- Deberes y Obligaciones.Dar al necesitado siempre que se pueda,repartir la riqueza con el necesitado o pobre.
4º- Para el trabajador es un deber y un derecho.
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Julieta Leonor Rodríguez
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MensajePublicado: Mar Mar 11, 2008 6:44 pm    Asunto:
Tema: 9a. sesión. Séptimo: No robarás
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1.- Por que el hombre lo pone sobre Dios le da el primer lugar en su vida equivocandose obviamente al 100% Dios nos hizo administradores de todo lo que hay en la Tierra pero no hemos sido buenos solo logramos explotarla y acabar con todo lo bello que El Señor nos ha dado. No los bienes no son malos pues Dios nos los ha dado inclusive el trabajo porque sin su ayuda no seriamos nada todo se lo debemos a Dios solo que nosotros mismos los hacemos malos pues nos dejamos llevar por la envidia y el egoísmo.

2.- Diutunum Illud: sobre el origen del poder S.S. León XIII (1881)
Inmortale Dei: sobre la constitución cristiana de los estados S.S. León XIII (1885)
Libertas: sobre la libertad humana S.S. León XIII (1888)
Sapientiae Chirstianae: sobre los deberes de los ciudadanos cristianos S.S. León XIII (1890)
Renum Novarum: sobre cuestión social S.S. León XIII (1891)
Pacem Dei Munus: sobre la restauración de la paz S.S. Benedicto XV (1920)
Quadragesimo Anno: sobre restauración del orden social S.S. Pío XI (1931)
Miranda Prorsus: sobre cine, radio y t.v. S.S. Pío XII (1957)
Mater et Magistra: sobre la cuestión social a la luz de la doctrina cristiana S. S. Juan XXIII el Papa Bueno (1961)
Pacem In Terris: sobre la paz entre los pueblos S. S. Juan XXIII (1963)
Populorum Progressio: sobre el desarrollo de los pueblos S. S. Pablo VI ( 1967)
Laborem Exercens: sobre el trabajo humano S.S. Juan Pablo II (1981)
Sollicitudo rei socialis: sobre la preparación social de la Iglesia S.S. Juan Pablo II (1987)
Centesimus annus: sobre la cuestión social S. S. Juan Pablo II (1991)
Veritatis Splendor: sobre el esplendor le la verdad S.S. Juan Pablo II (1993)
Evangelium Vitae: sobre el valor y carácter inviolable de la vida humana S. S. Juan Pablo II (1995)

3.- Bueno estando consientes de que Dios nos ha dado todo porque sin que El quiera no se mueve ni una hoja de un árbol los bienes y el trabajar para vivir dignamente no es malo al contrario se trabaja para el reino de nuestro Señor y así contamos con justicia y paz y sobre todo para encontrar hogares bien establecidos ; ahora los contras son más porque aqui interviene que nosotros acaparamos todo al grado de que la riqueza no esta repartida justamente y de que hay quien tiene en exceso y quien no tiene ni lo mínimo para vivir dandonos cuenta de que lo que debemos hacer como reino de Dios en la Tierra es ayudar a nuestro prójimo y haciendo obras de caridad tratando de ser justo.

4.- Claro el trabajo dignifica al hombre Dios nos dotó de fuerza y de inteligencia para trabajar en profesiones u oficios diferentes y a nosotros nos toca no hacer menos a nadie porque tan digno es un abogado como un albañil sin el no tendriamos casas, edificios o lugares de diversión Dios lo creo todo tan perfecto que sin uno no estaría el otro.

Agradezco al Padre por este tema me dio un jalón de orejas y lo único que me resta es ser como Dios nos pide que seamos y transmitir a mis hijos lo aprendido para que se formen un criterio desde ahora para tratar de cometer los menos errores en la vida.
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Alan Josué Saldaña García
Asiduo


Registrado: 27 Feb 2007
Mensajes: 330
Ubicación: En todo el mundo

MensajePublicado: Mar Mar 11, 2008 7:11 pm    Asunto:
Tema: 9a. sesión. Séptimo: No robarás
Responder citando

1. ¿Por qué las riquezas y bienes de la tierra ejercen tanta fascinación sobre el hombre? ¿Es que son malos de por sí?

Los bienes no son un mal, pueden convertirse en un mal pero en su más arduo inicio no lo es. Las riquezas han llegado en todos los tiempos a ser un fanatismo, una fascinación del hombre porque se ha convertido en un paso o un brinco a creerse poderoso, invencible, casi inmortal. Superior a los demás, envidioso. No se debe jamás ver como un fin o lo que hace que el mundo de vea como alguien grande, un rico que no piensa, que no hace nada por los demás, que no paga bien, que sólo anda socializando, con objetos o cosas materiales no es nada ni nadie en la vida porque no ofrece ni da nada. Es más grande el pobre que inventa algo, que escribe, que ofrece intelectualidad, ciencia, que evangeliza que agrándese a Dios y a su Iglesia. Es grande como persona y en verdad alguien que da y ofrece frutos.

2. ¿Cuáles son las encíclicas de los Papas sobre la Doctrina Social de la Iglesia?
Doctrina social de la Iglesia
en el
MAGISTERIO PONTIFICIO
RERUM NOVARUM - Carta encíclica del Sumo Pontífice LEÓN XIII sobre la "condicion" de los obreros - 15 de mayo de 1891.

PACEM DEI MUNUS- Carta encíclica del Papa Benedicto XV promulgada el 23 de mayo de 1920 Sobre la reconciliacion cristiana por la paz.

QUADRAGESIMO ANNO - Carta Encíclica del Papa Pío XI en el 40 aniversario de la "Rerum Novarum".

DIVINI REDEMPTORIS - Carta encíclica del Papa Pío XI promulgada el 19 de marzo de 1937. Sobre el comunismo ateo.

MIT BRENNENDER SORGE - Carta encíclica de S.S. Pío XI sobre la situación de la Iglesia en el Reich Germánico - 14 de marzo de 1937

NON ABBIAMO BISOGNO. Encíclica para la Acción Católica de Italia 29 de junio de 1931.

INTRODUCCIÓN Y TEXTOS DE ALGUNOS RADIOMENSAJES - Doctrina Social de la Iglesia en Pío XII

SUMMI PONTIFICATUS. Carta Encíclica del Sumo Pontífice Pío XII sobre los errores y verdades de hoy. Del 20 de Octubre de 1939.

MATER ET MAGISTRA - Carta Encíclica del Papa Juan XXIII en el 70 aniversario de la "Reum Novarum" Sobre los recientes desarrollos de la cuestión social a la luz de la doctrina cristiana 15-V-1961.

PACEM IN TERRIS - Carta Encíclica del Papa Juan XXIII. Sobre la paz entre los pueblos -11-IV-1963.

GAUDIUM ET SPES - Constitución pastoral del Concilio Vaticano II sobre la Iglesia en el mundo actual.

POPULORUM PROGRESSIO - Carta Encíclica del Papa Pablo VI. Promulgada el 26 de Marzo de 1967.

OCTOGESIMA ADVENIENS - Carta Apostólica del Papa Pablo VI en el 80 aniversario de la "Rerum Novarum"

LABOREM EXERCENS - Carta Encíclica del sumo pontífice JUAN PABLO II. sobre el trabajo humano en el 90 aniversario de la Rerum Novarum.

SOLLICITUDO REI SOCIALIS - Carta Encíclica del Papa Juan Pablo II. AL cumplirse el vigésimo aniversario de la POPULORUM PROGRESSIO.

CENTESIMUS ANNUS - Carta Encíclica del Papa Juan Pablo II en el centenario de la "Rerum Novarum".

DISCURSO DE JUAN PABLO II A LA QUINCUAGÉSIMA ASAMBLEA GENERAL DE LAS NACIONES UNIDAS en 1995.

ENTREVISTA A KAROL WOJTYLA SOBRE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA en 1978. (pdf)

LIBERTAD CRISTIANA Y LIBERACIÓN. Instrucción para la Congregación de la Doctrina de la Fe. 22 de Marzo de 1986.

Declaración final de la Asamblea Especial para Europa del Sínodo de los Obispos para Europa. Del 28 de Noviembre al 14 de Diciembre de 1991. (pdf)

PACEM IN TERRIS, UNA TAREA PERMANENTE. Mensaje de su Santidad el Papa Juan Pablo II, para la celebración de la Jornada Mundial de la Paz. 1 de Enero de 2003.

EL HOMBRE, LA CULTURA Y LA CIENCIA A LA LUZ DEL MENSAJE DE CRISTO. Discurso de Juan Pablo II a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. (pdf)

ECCLESIA IN EUROPA. Exhortación Apostólica Postsinodal. Del Santo Padre Juan Pablo II a los obispos, a los presbíteros y diáconos, a los consagrados y consagradas y a todos los fieles laicos, sobre Jesucristo vivo en su Iglesia y fuente de esperanza para Europa. 28 de Junio de 2003.

UN COMPROMISO SIEMPRE ACTUAL, EDUCAR A LA PAZ. Mensaje de su Santidad Juan Pablo II en la XXXVII Jornada Mundial de la Paz - 2004 (1º de enero de 2004).

Carta de los Obispos de la Iglesia Católica sobre la Colaboración del Hombre y la Mujer en la Iglesia y en el Mundo. Congregación para la Doctrina de la Fe. Roma, 31 de Julio de 2004.


3. Pros y contras de la propiedad privada.
ES un derecho fundamental del ser humano para atender las necesidades personales y los de la familia. Logrado por el trabajo, sudor y tiempo nuestro no por medio del robo, del fraude.

ES la capacidad del hombre por su inteligencia y capacidad de administrar. Es un bien para todos.
 Ahora no es un bien absoluto, lo que es de uno por medio de la honestidad y trabajo también es para el bien de la comunidad, el compartir. En contra es cuando se aferra uno a sus bienes. No comparte, no ayuda, no copera, no da a los demás. Malos salarios, no compartir, ayudar, crear instituciones, ayudar. Se vuelve en contra cuando se es envidioso., aferrado y no se desea compartir.

4. ¿Es digno el trabajo?

Claro que sí, el trabajo hace que lo que se tenga sea sinceramente y profundamente sano y justo. El trabajo es un camino al proveer y al ser humilde incluso, las riquezas que se logran por medio del trabajo y sudor de uno, es para vivir, para ayudar y para ser mejores personas espiritualmente y como persona. Es un medio para ayudar a los demás, a los más necesitados. Jamás se deberá tomar el dinero o los bienes como el fin o lo fundamental de la vida. Sino un medio para progresar y ayudar a progresar.
_________________
DIOS es AMOR y ha creado al Hombre por AMOR y para AMAR. He aquí la formula de la PAZ que el MUNDO busca AMAR A DIOS Y AL PROJIMO

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Perlanda
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Registrado: 11 Feb 2008
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MensajePublicado: Mie Mar 12, 2008 2:44 am    Asunto: Septimo Mandamiento
Tema: 9a. sesión. Séptimo: No robarás
Responder citando

1.-Los bienes de la tierra son buenos de por sí, lo malo es la tanta fascinación que ejercen sobre el hombre por causa del pecado original, en donde el hombre quiere tener y acaparar para sí los bienes en vez de compartir para el bien común.

2.- La Encíclica de 100 Años después; y la Encíclica escrita 100 años antes acerca de la Doctrina Social de la Iglesia.

3.- La propiedad privada es necesaria para la estabilidad de las familias y del individuo. El contra es acaparar o poseer en exceso sin compartir.

4.-El trabajo es digno y necesario para el hombre, es el modo de su supervivencia.
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marina
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Registrado: 13 Oct 2005
Mensajes: 3909

MensajePublicado: Mie Mar 12, 2008 3:09 am    Asunto:
Tema: 9a. sesión. Séptimo: No robarás
Responder citando


Los animales están al servicio del hombre. Por eso es indigno invertir en ellos sumas que deberían remediar, más bien, las miserias de los hombres.

una vez que ha pasado la necesidad extrema, y el deudor está en condiciones, ha de buscar el modo de restituir el daño causado. El principio general en que se basa esta causa excusante del robo es que “en caso de extrema necesidad, el derecho primordial a la vida está por encima del derecho de propiedad”.

El Catecismo de la Iglesia Católica en el número 2408 dice lo siguiente: “No hay robo si el consentimiento puede ser presumido o si el rechazo es contrario a la razón y al destino universal de los bienes. Es el caso de la necesidad urgente y evidente en que el único medio de remediar las necesidades inmediatas y esenciales (alimento, vivienda, vestido…) es disponer y usar de los bienes ajenos”.

Por tanto, siguiendo el principio de que los bienes están al servicio del hombre y hay un destino universal de los bienes... hay unos casos en que se permite o se considera justa la apropiación de bienes ajenos.

agotados todos los procesos ordinarios para obtener lo que es propiedad legítima, el obtenerla directamente sin conocimiento o consentimiento del injusto propietario, no puede considerarse robo.

Esto, en la práctica, es muy difícil de aplicar en moral, pues se presta fácilmente a interpretaciones subjetivas o a abusar de la justicia contra la caridad.
Cómo: no es necesario que la restitución se haga públicamente o por sí mismo, o a sabiendas del dueño verdadero; se puede hacer por otra persona a título que sea. El modo de restituir ha de ser tal que repare de manera equivalente la justicia quebrantada; es decir, con la debida igualdad.

Era algo que san Basilio (329-379) ya tenía claro en el siglo IV, como demuestran estas palabras: “Es del hambriento el pan que tú retienes; es del desnudo el vestido que guardas escondido; es del que está descalzo el calzado que se enmohece retenido por ti; es del necesitado el dinero que tienes amontonado. Por eso, tú te haces responsable del mal que le viene al necesitado a quien puedes ayudar”.


505. ¿Cuál es la finalidad de la propiedad privada?
La finalidad de la propiedad privada es garantizar la libertad y la dignidad de cada persona, ayudándole a satisfacer las necesidades fundamentales propias, las de aquellos sobre los que tienen responsabilidad, y también las de otros que viven en necesidad.

513. ¿Qué significado tiene el trabajo para el hombre?
Para el hombre, el trabajo es un deber y un derecho, mediante el cual colabora con Dios Creador. En efecto, trabajando con empeño y competencia, la persona actualiza las capacidades inscritas en su naturaleza, exalta los dones del Creador y los talentos recibidos; procura su sustento y el de su familia y sirve a la comunidad humana. Por otra parte, con la gracia de Dios, el trabajo puede ser un medio de santificación y de colaboración con Cristo para la salvación de los demás.



TEMAS DE RESPUESTA EN EL FORO

1. ¿Por qué las riquezas y bienes de la tierra ejercen tanta fascinación sobre el hombre? ¿Es que son malos de por sí?
por el pecado
no son malos de por si
2. ¿Cuáles son las encíclicas de los Papas sobre la Doctrina Social de la Iglesia?
Pablo VI: Populorum Progressio.
Juan Pablo II: Laborem Exercens, Sollicitudo Rei Socialis y Centesimus Annus

3. Pros y contras de la propiedad privada.
creo que pross son muchos
contras no le encuentro mas bien. cuando no se hace lo que Dios manda cualquier cosa tendria un contra.

4. ¿Es digno el trabajo?

claro
Para el hombre, el trabajo es un deber y un derecho, mediante el cual colabora con Dios Creador. En efecto, trabajando con empeño y competencia, la persona actualiza las capacidades inscritas en su naturaleza, exalta los dones del Creador y los talentos recibidos; procura su sustento y el de su familia y sirve a la comunidad humana. Por otra parte, con la gracia de Dios, el trabajo puede ser un medio de santificación y de colaboración con Cristo para la salvación de los demás.
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El que llegue primero es un feto. (Los espermatozoides)
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vero avila
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Registrado: 23 Sep 2006
Mensajes: 18

MensajePublicado: Mie Mar 12, 2008 2:26 pm    Asunto:
Tema: 9a. sesión. Séptimo: No robarás
Responder citando

1. ¿Por qué las riquezas y bienes de la tierra ejercen tanta fascinación sobre el hombre? ¿Es que son malos de por sí?
Creo que es por que muchas veces estamos tan alejados de Dios y nos volvemos egoistas y avariciosos y siempre queremos mas de lo que tenemos no estamos contentos con lo que Dios nos ha dado.

2. ¿Cuáles son las encíclicas de los Papas sobre la Doctrina Social de la Iglesia?
Papa Pablo VI -- encíclica Populorum progresio
Papa Juan Pablo II -- encíclica Laborem exercens
-- Encíclica Sollicitudo rei socialis


3. Pros y contras de la propiedad privada.
Las ventajas es que permite al hombre adquirir lo necesario para vivir el y su familia y es garantia de orden social, las desventajas son que existe la desigualdad social y los hombre se vuelven avariciosos para adquirir mas de lo que tienen.

4. ¿Es digno el trabajo?
Si,creo que todo trabajo honrado es digno lo que muchas de las veces no es digno son los salarios que se pagan.
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ArturoM
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Registrado: 11 Feb 2008
Mensajes: 11

MensajePublicado: Mie Mar 12, 2008 5:10 pm    Asunto: Las diez claves para vivir eteranamente
Tema: 9a. sesión. Séptimo: No robarás
Responder citando

1. ¿Por qué las riquezas y bienes de la tierra ejercen tanta fascinación sobre el hombre? ¿Es que son malos de por sí?
Todo ha sido creado por Dios, por lo tanto nada es malo, el problema que los hombres y por nuestra libertad dada por Dios hemos mal interpretado los deseos de Dios, y hemos cambiado nuestra escala de valores.

2. ¿Cuáles son las encíclicas de los Papas sobre la Doctrina Social de la Iglesia?
Las desconozco

3. Pros y contras de la propiedad privada.
La propiedad privada es un derecho que tenemos como fruto de nuestro trabajo y esfuerzo, pero debe ser: Que el trabajo sea licito, que los bienes sean para tener un modo digno y humano de vivir, y que no sea para dañar al projimo, mas bien debe ser para ayudar a los que tienen mas necesidad de nosotros -debemos cuidar la avaricia-

4. ¿Es digno el trabajo?
El trabajo es digno, por nuestros pecados algunas de las acciones del hombre hemos llamado a la forma de obtener dinero o riquezas trabajo cuando en realidad no lo es, en si es un pecado que hacemos como forma de vida.
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Chachi
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Registrado: 03 Oct 2007
Mensajes: 91
Ubicación: México

MensajePublicado: Mie Mar 12, 2008 5:17 pm    Asunto: 9a. sesión No robarás
Tema: 9a. sesión. Séptimo: No robarás
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Buenos días a todos


* 1.- Las riquezas y bienes de la tierra son medios para vivir con dignidad, sin embargo, el tener más ejerce una gran fascinación sobre el hombre por el pecado. El pecado de la avaricia y de la envidia hacen que los seres humanos deseemos tener más cosas, más dinero, más propiedades... más poder. Los bienes heredados por Dios a los hombres no son malos por sí mismos, lo negativo aparece cuando el hombre los usa como fin único de su existencia y no como medio para satisfacer sus necesidades elementales.


**2.-Las encíclicas papales de la Doctrina Social de la Iglesia son :

-Rerum Novarum de León XIII (1891)

-Quadragésima Anno de Pío XI (1931)

-Mit brenneder sorge de Pío XI (1937)

-Divinis redemptores de Pío XI (1937)

-Mater et magistra de Juan XXIII (1961)

-Popularum progresio de Pablo VI (1967)

-Laborem exercen de Juan Pablo II (1981)

-Sollicitudo rei sociales de Juan Pablo II (1987)

-Centesimus Annus de Juan Pablo II (1991)


***3.-PROS DE LA PROPIEDAD PRIVADA.- Garantiza la libertad y dignidad de cada persona, satisface sus necesidad fundamentales y de los que están a su cargo; garantiza el orden social y la paz de la sociedad y da la oportunidad al hombre de ejercitarse en la generosidad.

CONTRAS DE LA PROPIEDAD PRIVADA.- Favorece la acumulación de riquezas, es causa de desigualdad social y si el hombre no comparte sus riquezas se vuelve duro y cruel consigo mismo y con los que lo rodean.

****4.-Sí, el trabajo es digno, ya que es un deber y un derecho por medio del cual el ser humano colabora con Dios Creador en la administración de los bienes de la tierra; el trabajo le procura al hombre el sustento necesario para él y su familia y sirve para el desarrollo de la humanidad. Así mismo, el trabajo puede ser un medio de santificación y de colaboración con Cristo para salvar a otros.


Que Dios los bendiga
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CADURAN
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Registrado: 01 Feb 2008
Mensajes: 40
Ubicación: Guatemala

MensajePublicado: Mie Mar 12, 2008 8:16 pm    Asunto:
Tema: 9a. sesión. Séptimo: No robarás
Responder citando

1 ¿Por qué las riquezas y bienes de la tierra ejercen tanta fascinación sobre el hombre? ¿Es que son malos de por sí?
Muchas personas creen que las cosas materiales lo son todo, pero no lo es, de nada te sirve a ti tener riquezas y bienes si realmente no eres feliz, y esa felicidad solo te la da Dios.

2 ¿Cuáles son las encíclicas de los Papas sobre la Doctrina Social de la Iglesia?
León XIII Rerum Novarum (1891)
Pío XI Quadragesimo Anno (1931), Divini Redemptoris , Mit Brennender Sorge (1937)
Juan XXIII Mater et Magistra 1961, Pacem in Terris ( 1963)
Pablo VI Populorum Progressio (1967), Humanae Vitae 1968, Octogesima Adveniens (1971)
Juan Pablo II Laborem Exercens (1981), Sollicitudo Rei Socialis ( 1987),
Centesimus Annus (1991), Veritatis Splendor (1993), Evangelium Vitae (1995),
Fides et Ratio (1998)
Benedicto XVI Deus Caritas Est (2005)

3 Pros y contras de la propiedad privada
PROS
Ayuda a superarte, pero no olvidándote de Dios.
Es buena para la administración de tu vida.
Sirve para dar alimento a los mas necesitados, siempre y cuando veamos que en el necesitado esta Jesucristo.
CONTRAS
Es mala en la acumulación de la propiedad.
No es equitativa.
Es acto de codicia y avaricia.
Te empuja a matar, por poseer propiedad que no te pertenece.

4 ¿Es digno el trabajo?
Claro que el trabajo dignifica, hace a la persona digna de merecerse, un trabajo es el que ayuda a la persona a desarrollarse en sus capacidades y habilidades que posee. Pero todo depende de hacer el trabajo y recibir una remuneración pero debe aceptarse la remuneración siempre y cuando se trabaje y no robar algo que no se ha ganado adecuadamente.
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CADURAN
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Registrado: 01 Feb 2008
Mensajes: 40
Ubicación: Guatemala

MensajePublicado: Mie Mar 12, 2008 8:17 pm    Asunto:
Tema: 9a. sesión. Séptimo: No robarás
Responder citando

1 ¿Por qué las riquezas y bienes de la tierra ejercen tanta fascinación sobre el hombre? ¿Es que son malos de por sí?
Muchas personas creen que las cosas materiales lo son todo, pero no lo es, de nada te sirve a ti tener riquezas y bienes si realmente no eres feliz, y esa felicidad solo te la da Dios.

2 ¿Cuáles son las encíclicas de los Papas sobre la Doctrina Social de la Iglesia?
León XIII Rerum Novarum (1891)
Pío XI Quadragesimo Anno (1931), Divini Redemptoris , Mit Brennender Sorge (1937)
Juan XXIII Mater et Magistra 1961, Pacem in Terris ( 1963)
Pablo VI Populorum Progressio (1967), Humanae Vitae 1968, Octogesima Adveniens (1971)
Juan Pablo II Laborem Exercens (1981), Sollicitudo Rei Socialis ( 1987),
Centesimus Annus (1991), Veritatis Splendor (1993), Evangelium Vitae (1995),
Fides et Ratio (1998)
Benedicto XVI Deus Caritas Est (2005)

3 Pros y contras de la propiedad privada
PROS
Ayuda a superarte, pero no olvidándote de Dios.
Es buena para la administración de tu vida.
Sirve para dar alimento a los mas necesitados, siempre y cuando veamos que en el necesitado esta Jesucristo.
CONTRAS
Es mala en la acumulación de la propiedad.
No es equitativa.
Es acto de codicia y avaricia.
Te empuja a matar, por poseer propiedad que no te pertenece.

4 ¿Es digno el trabajo?
Claro que el trabajo dignifica, hace a la persona digna de merecerse, un trabajo es el que ayuda a la persona a desarrollarse en sus capacidades y habilidades que posee. Pero todo depende de hacer el trabajo y recibir una remuneración pero debe aceptarse la remuneración siempre y cuando se trabaje y no robar algo que no se ha ganado adecuadamente.
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Marina del Ángel Ruiz
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Registrado: 13 Feb 2008
Mensajes: 8
Ubicación: Colima, Col. México

MensajePublicado: Mie Mar 12, 2008 11:41 pm    Asunto: Respuesta a la 9a. Sesión: Séptimo mandamiento
Tema: 9a. sesión. Séptimo: No robarás
Responder citando

1.- Por qué las riquezas y los bienes de la tierra ejercen tanta fascinación sobre el hombre?

R= Porque por culpa del pecado los bienes lo hacen aparecer más poderoso y ese poder es lo que le da la fascinación.

¿Es que son malos de por sí?
No pueden ser malos poque esas riquezas permiten que el hombre pueda satisfacer sus necesidades básicas sin las cuales no podría sobrevivir, pero el asunto es que cuando esas riquezas no se distribuyen correctamente comienzan las injusticias y el acumulamiento de riquezas por sólo unos cuantos y esto es lo que les da el poder y entonces en ese momento ya no está bien porque entonces esas riquezas se convierten en el fin.


2.-Cuáles son las encíclicas de los papas sobre la doctrina social de la iglesia?

R= Populorum progresio (23) y Laborem exercens (14)


3.- Pros y contras de la propiedad privada

R= Es bueno porque permite tener seguridad a su vida, garantiza la libertad y su dignidad, además es una oportunidad para ser generosos al compartirla pero es malo cuando no se reparte equitativamente y entonces sólo algunos acumulan riquezas que en realidad corresponden a los que menos tienen, entonces existe desigualdad social (ricos y pobres) y si no se comparte hace al hombre duro y cruel.

4.- ¡Es digno el trabajo

R= El trabajo dignifica al hombre y además que es un deber, honra los dones del creador y es un medio de santificación del espíritu. Del trabajo se obtienen los medios para sustentar su vida y la de su familia, además que se realiza y desempeña su misión en este mundo
_________________
Marina del Ángel, Colima, México
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Eliza Mac
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Registrado: 05 Feb 2008
Mensajes: 16
Ubicación: Mexico

MensajePublicado: Jue Mar 13, 2008 12:01 am    Asunto: 7o mandamiento
Tema: 9a. sesión. Séptimo: No robarás
Responder citando

1. ¿Por qué las riquezas y bienes de la tierra ejercen tanta fascinación sobre el hombre? ¿Es que son malos de por sí?
Por la avaricia, al tener un poco, surge la necesidad de tener cada vez más, aunado esto a la popularidad, por decirlo de alguna manera, que produce la acumulación de estos bienes, automáticamente se convierten en héroes y modelos a imitar, sin importar que tan positiva sea su conducta
No son malos por sí mismos, sino es mala o poco constructiva la forma de utilizarlos, solo para beneficio y placer personal y no para ayudar a aquellos que más lo necesitan.
2. ¿Cuáles son las encíclicas de los Papas sobre la Doctrina Social de la Iglesia?
Fuente: http://es.catholic.net/biblioteca/libro.phtml?consecutivo=171&capitulo=1550
Diuturnum Illud
Sobre el origen del poder
Carta Encíclica del Sumo Pontífice León XIII
26 de junio de 1881

Immortale Dei
Sobre la constitución cristiana de los estados
Carta Encíclica del Sumo Pontífice León XIII
1 de noviembre de 1885

Libertas Sobre la libertad humana
Carta Encíclica del Sumo Pontífice León XIII
20 de junio de 1888

Sapientiae Christianae
Sobre los deberes de los ciudadanos cristianos
Carta Encíclica del Sumo Pontífice León XIII
10 de enero de 1890

Rerum Novarum
Sobre la cuestión social
Carta Encíclica del Sumo Pontífice León XIII
15 de mayo de 1891

Quod Iam Diu
Oraciones públicas por la paz
Carta Encíclica del Sumo Pontífice Benedicto XV
1 de diciembre de 1918

Pacem Dei Munus
Sobre la restauración de la paz
Carta Encíclica del Sumo Pontífice Benedicto XV
23 de mayo de 1920

Quadragesimo Anno
Sobre la restauración del orden social y su perfeccionamiento de conformidad con la ley evangelizadora
Carta Encíclica de Santidad Pío XI
15 de mayo de 1931

Miranda Prorsus
Sobre el cine, la radio y la televisión
Carta Encíclica del Sumo Pontífice Pío XII
8 de septiembre de 1957

Mater et Magistra
Sobre el reciente desarrollo de la cuestión social a la luz de la Doctrina Cristiana
Carta encíclica de Santidad Juan XXIII
15 de mayo de 1961

Pacem In Terris
Sobre la paz entre todos los pueblos que ha de fundarse en la verdad, la justicia, el amor y la libertad.
Carta Encíclica de su Santidad Juan XXIII
11 de abril de 1963

Populorum progressio
Sobre el desarrollo de los pueblos
Carta Encíclica del Sumo Pontífice Pablo VI
26 de marzo de 1967

Laborem Exercens
Sobre el trabajo Humano
Carta Encíclica del Sumo Pontífice Juan Pablo II en el 90 aniversario de la Rerum Novarum
14 de septiembre de 1981

Sollicitudo rei socialis
Sobre la preocupación social de la Iglesia
Carta Encíclica del Sumo Pontífice Juan Pablo II
30 de diciembre de año 1987

Centesimus Annus
Sobre la cuestión social
Carta Encíclica del Sumo Pontífice Juan Pablo II en el Centenario de la Rerum Novarum
1 de mayo de 1991

Veritatis Splendor
Sobre el esplendor de la Verdad
Carta Encíclica del Sumo Pontífice Juan Pablo II
6 de agosto de 1993

Evangelium Vitae
Sobre el valor y el carácter inviolable de la Vida Humana
Carta Encíclica del Sumo Pontífice Juan Pablo II
25 de marzo de 1995


3. Pros y contras de la propiedad privada.
La propiedad privada nos ayuda a hacer nuestro trabajo más eficiente, ya que sabemos que estamos obteniendo una recompensa que servirán para darle a aquellos que amamos lo que necesitan para vivir confortablemente y ayudar a nuestros hermanos mas necesitados
Se convierte en algo negativo cuando crece la necesidad de acumular propiedades, como ya mencione, para el placer y la gloria personal .

4. ¿Es digno el trabajo?
Por supuesto que sí, más aún el trabajo dignifica al hombre, puede ofrecerse también como ofrenda al Señor, haciéndolo con amor .
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"Cuando Dios borra, es por que quiere escribir algo"
Eliza
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MALLY
Esporádico


Registrado: 29 Sep 2007
Mensajes: 60

MensajePublicado: Jue Mar 13, 2008 12:33 am    Asunto:
Tema: 9a. sesión. Séptimo: No robarás
Responder citando

1. ¿Por qué las riquezas y bienes de la tierra ejercen tanta fascinación sobre el hombre?
Porque el que gana la riqueza por su esfuerzo y tezoneria se siente satisfecho por su logro, tambien por que nos dan seguridad y hay gente que con la riqueza obtienen poder y nos da placer.

¿Es que son malos de por sí?
por supuesto que no pues cuando alguien se gana la riqueza con honradez y la sabe administrar esta bendita por Dios es como los denarios no a todos les dio los mismo, y al que lo supo administrar le dio más solo debemos sentirnos verdaderos administradores de Dios pues el nos confia las cosas para ayudar a los demás

2. ¿Cuáles son las encíclicas de los Papas sobre la Doctrina Social de la Iglesia?
Novarum Ataca tímidamente el corporativismo fascista Pío XI
- Encíclica Mit brenneder sorge Pío XI
"Dominum et vivificantem"
«Deus caritas est»
“Populorum progresio”
“Laborem exercens”
"Centesimus Annus

3.- Pros y contras de la propiedad privada.
Pros:
La propiedad privada es un regalo que Dios nos da para dar una estabilidad a la familia, tambien para poder ayudar a los demás, porque pensemos que sin las personas que tienen un corazón generoso y entienden lo que Dios pide al confiarles los bienes no podrian subsistir las congregaciones religiosas ni las iglesias serían restauradas. ni habria fuentes de trabajo etc.
Y como contra pues cuando las personas sustituyen a Dios por las cosas materiales, y se obsecionan por tener riquezas sindo ábaros y teniendo como unico fin para vivir atesorar olvidandose de los demás y de Dios mismo


4. ¿Es digno el trabajo?
El trabajo es muy digno por que hasta la palabra de Dios dise el que no trabaje que no coma, dignifica a la persona y sirve como medio de santificación.
_________________
¡Venga tu Reino!
Jesús y María vivan por siempre en nuestros corazones.
Su afectisima en Cristo y el Movimiento:
Mally.
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Yuvia
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Registrado: 14 Feb 2008
Mensajes: 68
Ubicación: Mexico

MensajePublicado: Jue Mar 13, 2008 1:27 am    Asunto: Tema: 9a. sesión. Séptimo: No robarás
Tema: 9a. sesión. Séptimo: No robarás
Responder citando

1. ¿Por qué las riquezas y bienes de la tierra ejercen tanta fascinación sobre el hombre? ¿Es que son malos de por sí?

Las riquezas son atractivas al hombre por lo que proporcionan como el poder, el placer, la comodidad al adquirir cuanto bien material se antoja. La riqueza producto del trabajo no es mala en si, porque proporciona bienes para la persona y su familia y puede dar cierta tranquilidad en la vejez. Lo que lo hace malo es el hecho del apego y el no querer compartir con quienes tienen la desdicha de no tener lo necesario.


2. ¿Cuáles son las encíclicas de los Papas sobre la Doctrina Social de la Iglesia?

Diuturnum Illud
Sobre el origen del poder
Carta Encíclica del Sumo Pontífice León XIII
26 de junio de 1881

Immortale Dei
Sobre la constitución cristiana de los estados
Carta Encíclica del Sumo Pontífice León XIII
1 de noviembre de 1885

Libertas Sobre la libertad humana
Carta Encíclica del Sumo Pontífice León XIII
20 de junio de 1888

Sapientiae Christianae
Sobre los deberes de los ciudadanos cristianos
Carta Encíclica del Sumo Pontífice León XIII
10 de enero de 1890

Rerum Novarum
Sobre la cuestión social
Carta Encíclica del Sumo Pontífice León XIII
15 de mayo de 1891

Quod Iam Diu
Oraciones públicas por la paz
Carta Encíclica del Sumo Pontífice Benedicto XV
1 de diciembre de 1918

Pacem Dei Munus
Sobre la restauración de la paz
Carta Encíclica del Sumo Pontífice Benedicto XV
23 de mayo de 1920

Quadragesimo Anno
Sobre la restauración del orden social y su perfeccionamiento de conformidad con la ley evangelizadora
Carta Encíclica de Santidad Pío XI
15 de mayo de 1931

Miranda Prorsus
Sobre el cine, la radio y la televisión
Carta Encíclica del Sumo Pontífice Pío XII
8 de septiembre de 1957

Mater et Magistra
Sobre el reciente desarrollo de la cuestión social a la luz de la Doctrina Cristiana
Carta encíclica de Santidad Juan XXIII
15 de mayo de 1961

Pacem In Terris
Sobre la paz entre todos los pueblos que ha de fundarse en la verdad, la justicia, el amor y la libertad.
Carta Encíclica de su Santidad Juan XXIII
11 de abril de 1963

Populorum progressio
Sobre el desarrollo de los pueblos
Carta Encíclica del Sumo Pontífice Pablo VI
26 de marzo de 1967

Laborem Exercens
Sobre el trabajo Humano
Carta Encíclica del Sumo Pontífice Juan Pablo II en el 90 aniversario de la Rerum Novarum
14 de septiembre de 1981

Sollicitudo rei socialis
Sobre la preocupación social de la Iglesia
Carta Encíclica del Sumo Pontífice Juan Pablo II
30 de diciembre de año 1987

Centesimus Annus
Sobre la cuestión social
Carta Encíclica del Sumo Pontífice Juan Pablo II en el Centenario de la Rerum Novarum
1 de mayo de 1991

Veritatis Splendor
Sobre el esplendor de la Verdad
Carta Encíclica del Sumo Pontífice Juan Pablo II
6 de agosto de 1993

Evangelium Vitae
Sobre el valor y el carácter inviolable de la Vida Humana
Carta Encíclica del Sumo Pontífice Juan Pablo II
25 de marzo de 1995


3. Pros y contras de la propiedad privada:

Pros:
La apropiación de bienes es legítima para garantizar la libertad y la dignidad de las personas, para ayudar a cada uno a atender sus necesidades fundamentales y las necesidades de los que están a su cargo.
Los bienes de la tierra, las riquezas son medios de santificacion cuando los ponemos en bien de la comunidad y de los menos afortunados para tener lo basico.

Dios quiere que uses todos los bienes para tu propia dignidad, para sacar adelante tu carrera, para tu familia y para hacer el bien a los necesitados. Así tiene sentido profundo la riqueza y los bienes materiales, y son bendición.


La propiedad privada es también la garantía del orden social y de la paz.

Contras:
Por el pecado nacio en el ser humano la fuerte tendencia a tener más que los demás, apareciendo así como el más poderoso.

Acumular fortuna perjudicando a otros, o no ayudando a otros necesitados seria una injusticia y puro egoísmo.

La propiedad privada a veces puede ser causa de cierta desigualdad social; por ella hay ricos y pobres.

La propiedad, si no la compartes, te hace duro y cruel contigo mismo.

4. ¿Es digno el trabajo?

Con el trabajo el hombre colabora, en cierta manera, con el Hijo de Dios en su obra redentora. El trabajo ofrece una dignidad al permitir a las personas solventar las necesidades de su familia y es un deber al honrar los dones del Creador y los talentos recibidos, puede ser redentor. El trabajo nos ocupa, nos ayuda a manteneros alejados de las tentaciones y somos productivos usando aquellas habilidades que Dios nos regala a cada quien. Es preferible ayudar a alguien a adquirir su propio pan que solo darle un pan para saciar su hambre por el momento.

Yuvia

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Donde quiera que Dios nos pone debemos florecer y ser instrumento de Su Amor a la humanidad.
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