EL DESPRECIO FINAL

[sergio]

MEDITACIÓN 16 DE ENERO,

“Bienanventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os presigan, y digan toda clase de mal contra vototros, mintiendo.” (Mateo 5:11)

El cristiano no sólo ha sido llamado a creer en Jesús sino a padecer por El, y cualquier tipo de acusación, desprecio o insultos que recibiera, siempre serían menos que los que su Señor recibió. ¿No fué Jesús escupido, insultado, despreciado y crucificado? Es por ello por lo que todos los padecimientos que en la tierra un cristiano pudiera padecer, serían pocos comparados con los que su Señor Jesús padeció. El Señor dice que hemos de gozarnos y alegrarnos cuando esto nos ocurra, porque nuestro galardón será grande en los cielos. Y es que en todo momento el cristiano habrá de vivir con sus ojos puestos en Jesús, el autor y consumador de la fe, y así, podrá tener su mirada en las cosas eternas, en el reino eterno que le espera, sabiendo que su Señor nunca lo abandonará, y aunque otros rían ante el mensaje de salvación, el gozo del cristiano aún será mayor, ya que sabrá que su presente tristeza se convertirá en gozo. Pero en cambio, la alegría del incrédulo y de aquel que pisotea el nombre de Jesús, pronto también se convertirá en profunda tristeza y dolor perpétuo, en llantos de eterna condenación, cuando el Señor venga y juzgue tanto a los vivos como a los muertos. Oh!! Horrenda cosa será entonces caer en las manos del Dios vivo para aquellos que negaron a Jesús en vida. Para estos ya será demasiado tarde. Pero cuán grande también será la dicha de aquellos que perseveraron en la fe, de aquellos que guardaron su palabra, cuando vean al Señor en aquel gran día, bajando de una nube, con gran Poder y Gloria, no para condenarlos, sino para recibirlos en su seno, eternamente y para siempre. Que así sea.

Quiera Dios hacerte padecer temporalmente por El en vida, como parte de las pruebas del cristiano. De lo contrario, tendrás que padecer eternamente por haberlo rechazado. ¿Cual de estos padecimientos anhela tu alma?
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sergio gil nebro

[Rey Zen]

¿Estamos comprometidos con el Señor entera y totalmente para lo que Él dispusiere y quisiere?

¿O somos en cambio de los que Le seguimos, pero nunca terminamos de dar el paso que el Señor desea?

¿Somos de los que decimos: yo no sé lo que quiere el Señor de mí?

¿No lo sabes o no quieres saberlo, porque el saberlo compromete y quieres ser de los del montón, sin una responsabilidad o un serio compromiso?

¿Eres de los que quieren estar en todo, saberlo todo para luego no hacer nada y menos cumplir el deseo del Señor, aun sabiéndolo?

¿Somos acaso de los rezagados, siempre esperando que nos digan, nos inviten, nos llamen?

¿No tienes iniciativas de seguimiento al Señor?

¿O eres de los que les gusta hacer cosas vistosas, cosas que puedan ser agradecidas?

¿Eres silencioso en el hacer o te gusta en cambio que te aplaudan tu buen y gran obrar?

¿Eres de los que haciendo oración, alardean de ella, y en ese alardear poco vale, por no decir pobre? Pobre, pobre es la oración alardeada, haciendo hincapié en la misma, sin poner remedio a desterrar el pago humano.

¿Consultas a tu director espiritual los pormenores y te dejas aconsejar de él?
O en cambio ¿eres de los que tienes que dar tú el consejo, y la última palabra es la propia en que impera con claridad soberbia, que es carencia de humildad, orgullo propio, etc. etc.?

¿Eres de estos? Medita.

¿Eres de los hijos agradecidos, que sabe dar gracias a Dios en todo momento y lugar?

¿Eres comprensivo? ¿Te has abandonado en las manos de Dios dejándote en sus manos y siendo tú barro?

¿Te has anulado a ti mismo o todavía te queda mucho que desterrar de ti para conseguir ser nada, nada, siendo nada? (cf LC 17,10)

¿Te has abandonado al querer diario de Dios en ti, de preguntarte que quiere Dios de ti, y que te dice cada día?

Pues si esto te preguntas y te has abandonado al querer de Dios diario, día a día en ti, vas por buen camino, sigue así y en todo momento y lugar abandónate al querer diario de Dios, ese querer que Dios desea de ti (cf 1P 5, 6-7)
¡Enhorabuena! Si eres de estos: pero nunca bajar la guardia y dejar al querer de Dios obrar en el alma, en la persona

Estos puntos son para meditar y profundizar, en todo momento y lugar, si eres del grupo, que todavía no ha llegado al querer de Dios diario en la propia alma, en total abandono y aceptación, pon remedio, no seas a medias.
Anula tu voluntad, tus deseos y caprichos, que son los que te alejan del querer de Dios, de aceptar ese dulce querer de Dios en ti mismo.

El compromiso hay que aceptarlo y no tener miedos que impidan el camino de perfección y mayor santidad de vida, vida ofrecida a Dios, vida entregada a Dios, a su amor y Voluntad y al querer diario de Dios.
Haced en todo momento el querer y Voluntad de Dios en uno mismo