Pepitas de Oro para todos...

[LucasGabriel]

Hola a todos!

Estos textitos que voy a poner acá, los quiero compartir porque son para almas sedientas de cosas ricas espirituales! A mi conmueven mucho.

Hace pocos años me llegaron tres volúmenes de colecciones de varias hojitas individuales que Monseñor Adriano Sylvain había escrito para que "anduvieran por el mundo". Desde 1868 hasta 1887 esta casa religiosa francesa editaba los papelitos llamados "Pepitas de Oro".
Fueron recibidas con gran alegría por los pontifices Pio IX, y luego Pio X.
Son textos de años, llenos de espiritualidad rica y cotidiana del cristiano.
Bueno aquí van unas. Mientras voy tipeando otras. Bendiciones!



Mi oración

Decía un alma santa: Dios mío, permitidme que tenga cada día un poco de trabajo para ocupar mi imaginación, un poco de sufrimiento para santificar mi alma, una ocasión de hacer el bien para consolar mi corazón.



Más buena que justa

Santa Chantal se excusaba un día ante San Francisco de Sales por haber hablado con viveza a uno, pretextando que ella había sostenido los derechos de la justicia. El Santo le respondió: Habeís sido más justa que buena; hay que ser más buena que justa.



Paciencia y limosna

Hay dos caminos fáciles para ir al cielo, los cuales acortan prodigiosamente las distancias: para el pobre, la paciencia, para el rico, la limosna.


Impotencia para el bien

Uno de los mayores castigos que Dios puede inflingir a un alma, es privarla de los medios para hacer el bien.
Dios envía momentáneamente este castigo a los que hace mucho tiempo espera y le son infieles.
Hoy, por ejemplo, no habéis encontrado ni un solo pobre en vuestro camino. Es que Dios ha hecho que se alejen todos.
Os habéis sentido conmovidos a la vista de un mendigo que os alargaba la mano....y no habéis encontrado en vuestro bolsillo ni siquiera una pequeña moneda. Es que Dios ha permitido que olvidareis el dinero que queríais dar.
Sondead vuestro corazón; quizás no erais dignos de dar hoy limosna.
Estas palabras harán sonreir a algunas personas, aún piadosas: fácilmente lo entederéis vosotros, almas profundamente católicas, a quienes me dirijo: dar limosna es una gracia que no concede Dios a todo el mundo.


Ya escribiré mas.

Bendiciones!
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Carmelitas Descalzos Seglares

[Nubeia]

Paz y bien

Hola LucasGabriel,

Gracias por compartirnos estas pepitas de oro, son muy buenas para reflexionarlas y ponerlas en práctica.

Esperaré las próximas

Dios te bendiga
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Claudia

"Padre... Hágase Tu Voluntad así en la tierra como en el cielo"

[ANUKI]

Gracias por compartir las Pepitas con todos nosotros.Un abrazo en el Señor

[teny]

gracias por compartirlas con nosotros

[Pepa]

Gracias, LucasGabriel, son buenísimas!! Espero tengas tiempo de tipear más.

La oración primera es fantástica:
"Dios mío, permitidme que tenga cada día un poco de trabajo para ocupar mi imaginación, un poco de sufrimiento para santificar mi alma, una ocasión de hacer el bien para consolar mi corazón."
Ya la hago mía.
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No os engañéis: de Dios nadie se burla.

[Nubeia]

Paz y bien

A mi me llamo también la atención estas frases:

"quizás no erais dignos de dar hoy limosna."

"dar limosna es una gracia que no concede Dios a todo el mundo"

No había pensado antes en esto, es bueno reflexionarlo
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Claudia

"Padre... Hágase Tu Voluntad así en la tierra como en el cielo"

[LucasGabriel]

Oh, hermanitas y hermanitos del alma, gracias por darle buena acogida. Escribirlas también me hacen masticarlas más despacio. Ahi van otras muy buenas.


Pequeños cuidados de la Providencia

¿Querés aprender algo que no hallareís en vuestros libros, repletos de fuertes conmociones?
Escuchad lo que refiere un simple pastor: "No sé quién me dijo un día: Juan Bautista, ¿eres muy pobre? - Sí, ciertamente. -Si cayeras enfermo, ¿carecerías de recursos para tu mujer y tus hijos?-Así es en verdad.
Y todo el día me sentí inquieto.

Por la noche, al toque del Angelus, se hicieron más prudentes mis reflexiones, y me dije: Juan Bautista, hace ya más de treinta años que existes en este mundo; jamás tuviste nada, y esto no obstante, vives; ni un sólo día te ha faltado la comida, ni una sola noche el albergue. En cuanto a trabajos, jamás te envío Dios más de los que podías resistir, y en materia de auxilios, lo esencial no te ha faltado nunca. ¿Quién te ha dado todo esto?
Dios sin duda alguna.
Juan Bautista, no seas ingrato, desecha tu inquietud, porque ¿quién puede inducirte a pensar que cuando llegues a viejo y tengas más necesidades, has de ver cerrarse la mano de la cual tanto bien has recibido?...
Hice mi oración, y todo quedó concluido para siempre.


Hacer dichosos

Ocuparse cada día en hacer dichoso a alguien, ¡oh, que hermosa empresa! Es asemejarse a Dios del modo más íntimo. ¿No es esta la ocupación continua de este buen Maestro?


¡Dejarlo correr!

¡Dejémoslo correr!...¡Oh cuántas almas, a punto de inquietarse, y perturbarse, han conservado, merced a estas palabras su paz y su sonrisa!
¿Nos hieren, por su falta de delicadeza, cierto proceder!...¡Dejémoslo correr! Nadie pensará más en ello.
¿Nos irrita una frase agria o injusta?
¡Dejémoslo correr! El que la ha pronunciado se alegrará mucho de que la olvidemos.
¿va a separarnos de un antiguo amigo un chisme doloroso?....¡Dejémoslo correr! Conservaremos la paz del alma y la santa caridad.
¿Está a punto de enfríar nuestro afecto un aire sospechoso?.... ¡Dejémoslo correr! Nuestro rostro confiado devolverá la confianza.

¿Pues qué? Apartaríamos con cuidado las espinas del camino para evitar sus heridas, y nos complaceríamos en amontonar y hundir nuestro corazón las que se encuentran en familia?
En verdad que seríamos poco razonables.



Dios lo quiere

-Nunca está Ud. de mal humor -decían a una mujer, cuyas desgracias eran notorias- ¿Por ventura no siente Ud. la injusticia de los hombres ni las durezas de la suerte?
-Las siento tanto como Ud. -respondió- pero no me lastiman.
-¿Es que posee Ud. un bálsamo especial?
-Sí; contra las contrariedades de las personas, tengo el afecto; contra las de los cosas, la oración, y sobre cada una de las heridas que sangran, pronuncio estas palabras: "Dios lo quiere".

Bendiciones!
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Carmelitas Descalzos Seglares

[LucasGabriel]

Hacer vale más que aprender

San Luis Gonzaga, en el mometno en que asistía a una instrucción que vivamente deseaba oír, fue llamado por un visitante que le habían pintado como importuno y al que le aconsejaban que no recibiera.
-"No -dijo- al sermón iré a aprender a vencerme, pero aquí puedo poner en práctica inmediatamente este imperio sobre mi mismo".



¿De donde procede la fuerza?

Cierto religioso, hablaba del sacrificio que se le había exigido al empezar su vida de claustro, y decía que le había costado mucho.
-¿No refunfuñó Ud. un poco?
-¡Oh! ¿Cómo hubiera podido hacerlo?- respondió. - Mi superrior, que conocía la repugnancia que iba a experimentar, escogió para pedirmelo el preciso momento en que acababa yo de comulgar. ¿Quién podría negarse teniendo a Jesús en el corazón?



Entre Dios y el alma olvidadiza

-¿Ha notado Ud. decía a un excelente cura de aldea, la criada que le servía - ¿ha notado Ud. la postura de este hombre en la iglesia, el aire fastidioso de aquel otro, la distracción de....
-Sí, sí lo he visto, lo he notado -interrrumpió el piadoso sacerdote sonriendo tranquilamente. - Por eso he puesto empeño en ser hoy más fervoroso que de costumbre, para que Dios, atento a mi plegaria, no advierta tanto las faltas de estas pobres criaturas.
He aquí lo que hacen los buenos corazones a la vista de las debilidades de su prójimo.
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Carmelitas Descalzos Seglares

[Pepa]

Hacer dichosos

Ocuparse cada día en hacer dichoso a alguien, ¡oh, que hermosa empresa! Es asemejarse a Dios del modo más íntimo. ¿No es esta la ocupación continua de este buen Maestro?

!!!!!
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No os engañéis: de Dios nadie se burla.

[LucasGabriel]

Que bueno que estas pepitas viajan ahora por este medio, y puede llegar a muchos... y que dichoso me siento de compartir...
Gracias hermanos por leer.


Los pequeños oficios: Perseguir almas


Perseguir un alma, es -ordinariamente sin que lo sepa ella misma- unírsele para salvarla a toda costa.
Es dirigir a este fin todo lo que hay en nosotros de vida sobrenatural, de desinterés, de habilidad.
Es, interiormente, tener esa alma a la vista en nuestras plegarias, en nuestros padecimientos, en nuestras limosnas; y, exterioremente, multiplicar en torno suyo, siempre con mucho tacto, delicadeza y aún misterio, las ocasiones que puedan dirigirla al bien, a la virtud, a Dios.
Y si nos atrevieramos a tanto, diríamos que es tomar al demonio por modelo, y hacer para salvar, purificar y engrandece a un alma, lo que él hace para dañarla, mancharla, rebajarla. ¿No hay por ventura sujetos que esparcen, sin respeto humano ni provecho material, grabados que mancillan la vista, libros que enseñan la blasfemia, hojas que pervierten el corazón?
!Ah, quien rehusará, tratándose de la gloria de Dios, la lucha con el demonio, el sacrificio, la paciencia? El demonio no cuenta las horas; años gasta para hacer cometer un pecado mortal.

***

¿Quién no tiene en torno suyo un alma cuya pérdida le sería infinitamente más sensible que la de cualquier otra, la de un padre, de un hermano, o de un bienechor?...
!Ah, para conducrilas al cielo, para hacerlas felices por toda una eternindad, Dios mío. Para salvarla voy a agotar las fuerzas divinas que me habéis dado: orar todos los días, sufrir todos los días, volver a comenzar cada día a orar y sufrir.

***

Hay almas a las cuales el demonio se apega con obstinación y persigue con encarnizamiento y actividad increíbles; tales son las almas infantiles para mancharlas, las almas de los sacerdotes para paralizar el bien que tratan de hacer.
¿No habrá entre todos los lectores de las Pepitas un corazón bastante generoso para unirse al alma de un sacerdote, y ofrecerle, sin que lo sepa jamás, todas sus plegarias, a fin de formar como un muro en torno suyo, y todas sus buenas obras, para que Dios bendiga su ministerio?
!Oh que consuelo para el que, entregado enteramente a un ministerio absorbente puede decirse: Puedo gastar con largueza; a cada hora del día y de la noche, una plegaria viene a reprar las fuerzas de mi alma. ¿Quién ha salvado más almas, quien ora o el ascerdote que predica, cuando ambos aunan sus esfuerzos?
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Carmelitas Descalzos Seglares

[LucasGabriel]

Pequeñas industrias para devolver la paz al alma y adquirir méritos


No quejarse demasiado, antes bien, guardar algún tiempo, oculta en el fondo del alma, la prueba enviada por Dios.
Quejarse es sin duda un consuelo, pero momentáneo; quejarse no cura en realidad de nada.
La queja importuna a los demás; La queja exaspera al que la profiere, aumenta la turbación de su alma, excita la irritación de su espíritu y de su corazón.
La queja rara vez está exenta de pecado, porque exagera los agravios de los que nos han herido.
La queja, sobre todo, impide que la prueba ejerza sobre el alma el efecto de santificación para el cual la permite Dios.

***

!Ah, si tan sólo supiéramos guardar algunas horas, en el silencio y la paz, esa mala expresión que nos han dirigido, esa calumnia, esa sospecha que Dios nos ha enviado para curar nuestro orgullo, nuestra envidia, nuestra sensualidad, defectos que roen y manchan nuestra alma, !cuánto nos haría ese remedio!
¿No permanecemos inmóviles días enteros para no estropear un aparato que nos molesta, pero que debe curarnos?
¿No nos prestamos a soportar la soledad, la privación, la molestia para dar tiempo a que un remedio penetre en el punto en que radica el mal y produzca su efecto?
!Ah, cuántas almas serían santas si hubieran dejado a los remedios enviados por Dios tiempo para producir su efecto!
Pero si os sacudís rápidamente tal humillación, si os incomodáis contra ese suceso que contaría, adiós remedio; preciso es volver a empezar.

***

Toda prueba: malevolencia, fracaso, calumnias, sospechas, enfermedades, soledad, olvido...es realmente un remedio que Dios nos aplica o nos hace aplicar para curar nuestras almas enfermas, para prevenir una grave enfermedad, para impedir una falta que íbamos cometer.
Dios como los médicos, tiene remedios curativos; y remedios preventivos, como los médicos; obra sobre nosotros por medio de los criaturas, que son instrumentos, pero no olvidemos que son instrumentos de los cuales se sirve con mano ejercitad, y sobre todo, paternal.



Un sacrificio

Cuando se trata de hacer un sacrificio, por ejemplo, romper con un afecto, no esperemos a que Dios ponga directamente la mano en el asunto.
Cuando somos nosotros los que obramos, Dios nos presta su gracia, y sin gran esfuerzo, se cumple el sacrificio.
Cuando Dios obra solo, toma menos precauciones; y allí donde El y nosotros habríamos sencillamente destado, corta.



Un buen pensamiento

Un buen pensamiento propagado es un ángel que, en nombre y provecho del que lo envía, hace el bien en todas partes donde tiene la misión de penetrar.
Querrías hacer algunas de esas obras de misericordia para el cielo, dar limosna, por ejemplo....pero sois pobres. Pues enviad un pensamiento que exprese simplemente la dicha de dar, y guiado por la Providencia, penetrará en el alma de una persona rica, la conmoverá, repartirá liberalmente su riqueza, y Dios misericordioso tendrá entonces dos personas a quienes recompensar: la que da y la que le ha inspirado dar.


Ser muy simpático

Una de las funciones más importantes de este mundo consiste en ser uno muy simpático. Uno de los cometidos más importantes de la mujer consiste principamente en hacer florecer las virtudes, cultivando felicidades.
Sembrad, pues, la alegría en las almas, oh vosotros los que deseais ver crecer las virtudes;
Antes de querer hacer santos a los que amáis y teméis no encontrarlos cerca de Dios, procurad que estén contentos.
Nada prepara tanto al alma para la gracia de Dios, como la dicha que en ella depositamos. Sólo Dios, puede convertir por el padecimiento y la desgracia.[b]

Bendiciones!
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Carmelitas Descalzos Seglares

[roberto viera gonzalez]

¡Qué buenas pepas, Lucas, LucasG.! Ahora me voy a perseguir almas a www.bibliotecasvirtuales.com ¡Ay, ayaicito! ¡Si supieras hermanito, cómo me tratan esos incrédulos en los foros! reza por mi si tienes un tiempito.
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me interesan los temas sobre santidad

[LucasGabriel]

Roberto, rezo por ti. No te olvides de rezar por ti antes de hablarle a otro. Así no nos equivocamos al aconsejar.


Otra pepita....

Lo que muestra la vida de los santos


¡Oh, si se supiera la bueno que es dejarse penetrar dulcemente de esa cosa divina que brota de la conducta de los Santos, de sus cartas íntimas principalmente, cómo nos apresuraríamos, después de un día de movimiento y actividad, algunas veces febril, a recobrar, antes del descanso de la noche, un poco de calma y un poco de paz, meditándolos algunos minutos!

Los santos son buenos
Buenos para ceder de su derecho personal

Un poco más, un poco menos ¿Qué les importa eso a ellos?
Esas palabras, tan verdaderas en el lenguaje humano: “estoy en mi derecho; es preciso no dejarse despojar de toda autoridad”, las entienden ellos como nosotros, pero las comprenden de manera distinta que nosotros, y se contentan con sonreír y continuar su vida desinteresada y útil.

Restringen en lo posible sus derechos personales, y amplían cuanto les es posible sus deberes.
Se hacen pequeños, humildes, serviciales, pero jamás se abaten ni se doblan.
Son dignos a fuerza de grandeza interior y acaban, cualquiera que sea su posición social, por inspirar respeto.


Los santos son buenos para dar

La gran divisa de los santos, en todo lo que se refiere a lo que llamamos comodidades de la vida, es esta frase de Jesucristo a su Padre: No lo que yo quiero, sino lo que quieren los demás”.
¿Es necesario ceder un asiento? Lo ceden.
¿Es necesario prestar un libro? Lo prestan.
¿Es necesario soportar una corriente de aire que los molesta un poco, pero que contenta a los demás? Lo soportan.
¿Es preciso privarse de un objeto que posee y que desea vivamente un miembro de su familia? Se privan de el.
¿Es necesario esperar a alguno cuya calma habitual les causa una especie de terror? Lo esperan.
¿Es preciso perder el tiempo en conversaciones sin interés pero que consuelan a algunas almas que padecen? Lo pierden.
¿Es necesario aplicarse a algún trabajo que en cierto modo va contra su gusto y aún contra sus aptitudes, pero que aliviará a uno de sus amigos o que le producirá algún goce? Se aplican.
¿Es necesario fastidiarse e interrumpir una plegaria, un estudio, un trabajo absorbente, para escuchar a alguien y prestarle un servicio? Se fastidian.
¿Es preciso renunciar a un proyecto largo tiempo esperado para facilitar a otro la satisfacción que desea? Renuncian a el.

Y todo esto lo hacen sin esfuerzo, con buen humor, con cierta amabilidad que parece siempre decir: Soy yo quien a ello estoy obligado.
Los santos viven habitualmente con Dios, y Dios les basta.
Dios les hace compañía durante los largos minutos de espera, Dios les devuelve su bienestar interior, todo lo que pierden para complacer a alguno.

¡Ah, la presencia real de Dios vale mucho más que una fiesta a la cual no se ha asistido, más que un objeto, aunque sea muy precioso, del cual se vean privados por causa de El, pues por El es por quien se hacen buenos!

La norma que dirige a los Santos en la abnegación de si mismos, está contenida en estas palabras de San pablo: Ser todo de todos, a fin de ganarlos todos en Jesucristo.
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Carmelitas Descalzos Seglares

[Lula]

Hola LucasGabriel!

Mil gracias por venir a compartirnos esta riqueza. Que Dios multiplique en bendiciones para ti y tu familia, el tiempo que estás invirtiendo en transcribir todo esto. Y que nos haga a todos nosotros, terreno fèrtil.

Están buenìsimas todas las reflexiones, no sabría decir cuàl me ha gustado màs, porque todas me encantan y me parecen tan ciertas, tan ùtiles.

Dios te bendiga, que nuestra Madre te cubra.

Saludos.
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¿Ya platicaste hoy con tu Angel Custodio?

[LucasGabriel]

Hola Lula, gracias por todas tus bendiciones, de seguro llegarán, como siempre.


Con tanta limosna, aquí va otra..

Lo que daba miedo a los santos

Predicaba en Lión, el P. Lacordaire. Jamás, dice un historiador, se había visto éxito semejante; era un verdadero delirio. En la época que la Cámara y la prensa atizaban el fuego de las pasiones antirreligiosas y procuraban ahogar bajo el desprecio el intento de restauración monástica, un fraile, con su hábito de la Edad Media, encadenaba a su palabra lo mejor de la población lionesa, y renovaba, en pleno siglo XIX, las maravillas de los predicadores de la fe.

A las cinco de la mañana, una multitud considerable invadía la gran metrópoli y compraba por siete u ocho horas de espera la dicha de algunos minutos de elocuencia cristiana. ¿Era tan arrobadora, se elevaba tan alto, lejos muy lejos de las preocupaciones materiales, aquella elocuente palabra! Y cuando aquella inmensa asamblea, inflamada por el soplo inspirado del profeta, fermentaba y temblaba, sólo el respeto del santo lugar reprimía los murmullos de aprobación y los aplausos entusiastas.

Cierta noche, después de una de sus hermosas conferencias, en la humilde morada en donde el P. Lacordaire se retiraba para orar y recogerse, llegó la hora de la comida sin que el Padre bajase; se esperó, y como no compareciera, él, que de ordinario era tan exacto, subió a su aposento un sacerdote.
Como nadie respondiese a su llamada, entró y vio al P. Lacordaire a los pies de un crucifijo, con la cabeza entre las manos, absorbido en una oración entrecortada por sollozos. Se acercó, y arrojándose en sus brazos le dijo:

-¿Qué tiene Ud. Padre mío?
-¡Tengo miedo!- contestó el religioso, con el rostro bañado en lágrimas.
-¡Miedo, Padre mío, Pero ¿de que?
- ¡Tengo miedo del éxito!
Así, pues, ¿el éxito da miedo?
Sí, da miedo…a los santos.

El éxito es el sol arrojando todo su ardiente calor sobre la flor delicada, que sólo necesita un pequeño rayo para abrirse.
El éxito es la lluvia del cielo cayendo a torrentes sobre el talle que sólo necesitaba, para sostenerse, algunas gotas de agua.
El éxito es el licor generoso que, tomando gota a gota, levanta reanima, fortalece; pero que, absorbido sin medida, embriaga, debilita, enerva.
A los santos les causa miedo el tener demasiado en la tierra; les parece que se les arrebata una parte de su recompensa en el cielo aplaudiéndole demasiado; y cuando el éxito los envuelve en su aureola, y cuando el ruido del renombre los persiguen, tienen miedo, se esconden, gritan: ¡Señor, perdóname!
Su oración es el deseo de la violeta, cuando pide al ángel de las flores, que le ofrece una recompensa en cambio del aroma que exhala: Un poco de hierba para esconderme.
Posible es que si se quisiera saber cuál es en la tierra el alma más santa, podría decirse: La que hace más escondiéndose más.
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Carmelitas Descalzos Seglares

[LucasGabriel]

Después de un tiempo otras pepitas vuelven al ruedo....



Un cristiano que se creía caritativo


De rodillas ante su crucifijo, un anciano que sentía lenta, pero progresivamente llegar la hora de la inacción, de las enfermedades, de la parálisis, completa, decía Dios: "Lo acepto todo, todo, Dios mío. ¡Tengo tanto que expiar! pero ¿no podrías vos que sois tan bueno, aumentando mis dolores, ahorrar a los que amo fatigas, los disgustos, los gastos que va a imponerles mi humillante posición?"

Y le pareció que su crucifijo le decía: ¿Querrías pobre ignorante de las cosas de Dios, no dejar a los tuyos más que dulces recuerdos?

¡Ah, Señor, me aman tanto! ¡Tienen ya tantas contrariedades materiales! ¡Voy a ser para ellos un aumento de trabajo y de molestia! ¡Señor, ahorradselo!

Te quieren, según dices; pero tu, ¡Oh, cuán pocos los amas! ¡Pobre, pobre ignorante, si supieras que tesoros de gracias le reservaba por los cuidados que te dispensarán! En pago de las horas que sacrificarán por ti, de los negocios que por ti descuidarán, de los gastos que les ocasionarás, les reservaba esa paz del corazón, esas alegrías del alma, ese estremecimiento del sacrificio, que son como un gusto anticipado del Paraíso; y allá arriba, ¡oh, cómo te habrían dado gracias a ti, causa de su felicidad!

No quieres todo esto para ellos; pues bien acepto tu oración. Serán privados de ello, pero durante la eternidad, te reprocharán tu afecto tan poco sobrenatural.

El anciano bajó un momento la cabeza y se puso a llorar...Después, levantando lentamente los ojos, a la imagen de Jesús Crucificado, se detuvo su mirada un momento sobre la cara tan dolorosamente afligida de la Santísima Virgen, que su Hijo, dejaba padecer, y del fondo de su corazón, brotaron estas palabras: "Para mí y para cuantos me aman, ¡Todo lo que queráis, Dios mío, todo!"
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Carmelitas Descalzos Seglares

[LucasGabriel]

El premio del Catecismo

La fiesta ha terminado en la escuela; repartidos los premios, se aleja radiante, coronadas de laureles, la alegre bandada de niños.
La fiesta va a continuar en casa. ¡Se pone tan pronto de fiesta la casa! ¡Es tan fácil la alegría con niños felices!

Uno de ellos -cuenta 10 años- tiene en sus manos, y muestra a toda la familia reunida su único premio, su hermoso premio de Catecismo.

¡Oh, cuanto te quiero, hijo mío! exclama la vieja abuela, llorando a lágrima viva.

Estoy muy contento -añade el padre- ¡Pero nada más que esto, nada mas que el premio de Catecismo! ¿y el premio de historia? ¿y el premio de aritmética? Estos, hijo mío, me harían más dichoso y te serían más útiles, porque al fin y al cabo, tu premio de Catecismo no te servirá gran cosa en tus exámenes, porque el Catecismo no abre ninguna de las puertas de lo por venir.
Apagóse un momento la sonrisa en la boca del niño; abrió sus grandes ojos, como si de lo alto le viniera una luz, y con acento de gravedad que dejó asombrado a todo el mundo dijo:
Se engaña papá; el premio de Catecismo me abrirá las puertas del Cielo.

Gracias, querido niño, por la lección que das a tu padre y nos das a todos.
Llegará un día en que por tu memoria, por esa memoria en donde se amontonan tantas y tantas cosas, pasará algo así como un soplo que dispersará todo el saber humano, como el soplo de la tempestad dispersa los montones de arena, y sólo quedaren para responder al examen de Dios las lecciones de Catecismo.
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Carmelitas Descalzos Seglares

[Nubeia]

Paz y bien

Estan preciosas éstas pepitas de oro que nos compartes LucasGabriel, muchas gracias por seguir trayendo estas reflexiones tan bellas.

Dios te bendiga
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Claudia

"Padre... Hágase Tu Voluntad así en la tierra como en el cielo"

[Pepa]

[Lula]

Hola de nuevo LucasGabriel!

Qué alegrìa volver a leerte. Muchas gracias por seguir compartièndonos todo esto. De verdad que es alimento para nuestras almas.

Dios te siga bendiciendo hermano.



Pepa linda...què cierto lo que dices.
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¿Ya platicaste hoy con tu Angel Custodio?

[LucasGabriel]

Gracias por sus alegrías con estas pepitas humildes!

Sigo con otras selectas de estos libritos...
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Carmelitas Descalzos Seglares

[LucasGabriel]

Una historia atractiva

Este título promete mucho, y, con todo, no promete demasiado.
Hará llorar, hará sonreír, también causará miedo.

Después del placer de oír contar historias - ha dicho alguien- no conozco otro más apacible que el de contarlas uno por sí mismo.

Pues bien, este es el placer que deseo procurar hoy a los lectores de las Pepitas; cada uno de nosotros referirá esta atractiva historia. ¿A quién la referirá?
En primer lugar a Dios; a El, que es paciente para escuchar, bueno para juzgar favorablemente, misericordioso para excusar y perdonar ¿A quién más?

A sí mismos...¡Oh! por cierto que todos tenemos necesidad de contárnosla. Es atractiva sobre todo para nosotros: es la historia de nuestra vida.

Procure cada uno de nosotros, en nuestro aposento, cuando reina el silencio de la noche, que nunca deja de impresionar, procure, decimos, llenar el cuadro que vamos a trazar; desafiamos a todo hombre de grandeza de alma, a que más de una vez no baje la cabeza con sentimiento de confusión; y si tiene un crucifijo delante de él, a que no acuda a este juez, a quien no se engaña nunca, para decirle: Perdonádme y olvidad.


MIS IGNORANCIAS

Sus causas y su culpabilidad
• Hubiera debido estudiar, y no lo he hecho, por pereza y por amor al placer.
• Hubiera debido consultar, y no lo he hecho por soberbia.
• Hubiera debido orar, y no lo he hecho por tedio.

Sus efectos
• Ha venido el mal a mi alma como la planta venenosa nace en el camino: - La ha desfallecido - La ha infectado - La ha apartado del deber
• Se ha propagado el mal de mi a los demás y los ha hecho cobardes e independientes.

MIS IMPRUDENCIAS
• He abierto mi corazón a todo lo que me ha atraído.
• He leído todo lo que me ha venido a las manos.
• He corrido hacia todo lo que me ha embelesado.
• He dicho cuanto me ha venido a los labios.

MIS DEFECTOS

Innatos
• Que no he tratado de destruir
• Que me han impedido hacer el bien que debía.
• Que han alejado de mi aquellos a quienes debía dirigir.
• Que me han ocasionado inquietudes, turbaciones, humillaciones.

Adquiridos
• Que ha paralizado y destruido mis buenas cualidades.
• Que me han hecho quisquilloso, impaciente, celoso, suspicaz, egoísta.


MIS ILUSIONES

De la inteligencia
• Que me han falseado el juicio.
• Que me han llenado de soberbia, de vanidad, de obstinación.

Del corazón
• Que he dejado formar por descuido.
• Que he excusado por soberbia.
• Que he mantenido por sensualidad.


MIS DECEPCIONES

Que tiene por causa
• Mi apresuramiento.
• Mi imprevisión.
• Mi soberbia.
• Mi ligereza

Que me han procurado
• Humillaciones.
• Desalientos.
• Despecho y cobardía.

Que han destruido
• Mis más suaves amistades.
• Mis más brillantes proyectos.
• Mis más útiles trabajos.


MIS ABUSOS

• Del tiempo, de la salud.
• Del talento, de la fortuna.
• De la amistad, del consejo.
• De las gracias particulares de Dios.


MIS COBARDÍAS

Para con Dios
• A quien no me he atrevido a orar.
• A quien no me he atrevido a defender.

Para con mis padres y amigos
• En sus penas, por que me costaba consolarlos.
• En la necesidad, porque me costaba imponerme privaciones.
• En el olvido, porque me imponía molestias.

Para con mis deberes diarios
• Que he descuidado por pereza.
• Que he cumplido: -Sin regularidad - Sin constancia - Sin intención.


MIS HÁBITOS
• Que empezaron, en tal época, por tal acto que rechazaba mi conciencia.
• Que me dominan, me tiranizan, me arrastran...me sonrojan.


MIS INJUSTICIAS

Reputaciones que he empañado, destruido tal vez. Secretos confiados que he revelado:
• Por imprudencia
• Por maldad
• Por celos

Bienes ajenos confiados a mi custodia que he perdido o cuidado muy poco

Amistades santas y abnegadas:
• Que he abandonado cobardemente
• Que he traicionado

No vayamos más lejos. ¡Ah! ¿No hubiéramos debido poner por título de este artículo Historia atractiva, sino Historia espantosa?
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Carmelitas Descalzos Seglares

[LucasGabriel]

Una historia atractiva

Este título promete mucho, y, con todo, no promete demasiado.
Hará llorar, hará sonreír, también causará miedo.

Después del placer de oír contar historias - ha dicho alguien- no conozco otro más apacible que el de contarlas uno por sí mismo.

Pues bien, este es el placer que deseo procurar hoy a los lectores de las Pepitas; cada uno de nosotros referirá esta atractiva historia. ¿A quién la referirá?
En primer lugar a Dios; a El, que es paciente para escuchar, bueno para juzgar favorablemente, misericordioso para excusar y perdonar ¿A quién más?

A sí mismos...¡Oh! por cierto que todos tenemos necesidad de contárnosla. Es atractiva sobre todo para nosotros: es la historia de nuestra vida.

Procure cada uno de nosotros, en nuestro aposento, cuando reina el silencio de la noche, que nunca deja de impresionar, procure, decimos, llenar el cuadro que vamos a trazar; desafiamos a todo hombre de grandeza de alma, a que más de una vez no baje la cabeza con sentimiento de confusión; y si tiene un crucifijo delante de él, a que no acuda a este juez, a quien no se engaña nunca, para decirle: Perdonádme y olvidad.


MIS IGNORANCIAS

Sus causas y su culpabilidad
• Hubiera debido estudiar, y no lo he hecho, por pereza y por amor al placer.
• Hubiera debido consultar, y no lo he hecho por soberbia.
• Hubiera debido orar, y no lo he hecho por tedio.

Sus efectos
• Ha venido el mal a mi alma como la planta venenosa nace en el camino: - La ha desfallecido - La ha infectado - La ha apartado del deber
• Se ha propagado el mal de mi a los demás y los ha hecho cobardes e independientes.

MIS IMPRUDENCIAS
• He abierto mi corazón a todo lo que me ha atraído.
• He leído todo lo que me ha venido a las manos.
• He corrido hacia todo lo que me ha embelesado.
• He dicho cuanto me ha venido a los labios.

MIS DEFECTOS

Innatos
• Que no he tratado de destruir
• Que me han impedido hacer el bien que debía.
• Que han alejado de mi aquellos a quienes debía dirigir.
• Que me han ocasionado inquietudes, turbaciones, humillaciones.

Adquiridos
• Que ha paralizado y destruido mis buenas cualidades.
• Que me han hecho quisquilloso, impaciente, celoso, suspicaz, egoísta.


MIS ILUSIONES

De la inteligencia
• Que me han falseado el juicio.
• Que me han llenado de soberbia, de vanidad, de obstinación.

Del corazón
• Que he dejado formar por descuido.
• Que he excusado por soberbia.
• Que he mantenido por sensualidad.


MIS DECEPCIONES

Que tiene por causa
• Mi apresuramiento.
• Mi imprevisión.
• Mi soberbia.
• Mi ligereza

Que me han procurado
• Humillaciones.
• Desalientos.
• Despecho y cobardía.

Que han destruido
• Mis más suaves amistades.
• Mis más brillantes proyectos.
• Mis más útiles trabajos.


MIS ABUSOS

• Del tiempo, de la salud.
• Del talento, de la fortuna.
• De la amistad, del consejo.
• De las gracias particulares de Dios.


MIS COBARDÍAS

Para con Dios
• A quien no me he atrevido a orar.
• A quien no me he atrevido a defender.

Para con mis padres y amigos
• En sus penas, por que me costaba consolarlos.
• En la necesidad, porque me costaba imponerme privaciones.
• En el olvido, porque me imponía molestias.

Para con mis deberes diarios
• Que he descuidado por pereza.
• Que he cumplido: -Sin regularidad - Sin constancia - Sin intención.


MIS HÁBITOS
• Que empezaron, en tal época, por tal acto que rechazaba mi conciencia.
• Que me dominan, me tiranizan, me arrastran...me sonrojan.


MIS INJUSTICIAS

Reputaciones que he empañado, destruido tal vez. Secretos confiados que he revelado:
• Por imprudencia
• Por maldad
• Por celos

Bienes ajenos confiados a mi custodia que he perdido o cuidado muy poco

Amistades santas y abnegadas:
• Que he abandonado cobardemente
• Que he traicionado

No vayamos más lejos. ¡Ah! ¿No hubiéramos debido poner por título de este artículo Historia atractiva, sino Historia espantosa?
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Carmelitas Descalzos Seglares

[Pepa]

¡Qué buen examen de conciencia! Gracias...
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No os engañéis: de Dios nadie se burla.