Orpam Saretnoc Laverz Veterano
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Publicado:
Dom May 31, 2009 8:53 am Asunto:
Pentecostés, rito y oración contemplada
Tema: Pentecostés, rito y oración contemplada |
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Mis queridos amigos foreros, liturgistas, personas de oración, hombres y mujeres, ayer encontré un texto que me gustó, me ha costado lo mío poder traerlo a vuestras miradas atentas y orantes en el alma, pero al final aquí está. Es para una Lectio Divina preparada por Salesianos en América.
Ved, y que os pueda servir para adelantar no sólo en la oración sino en el amor a Dios, la Trinidad Santa, hoy sobre todo que os lleve hacia el Espíritu Santo.
"El Espíritu Santo es el aliento de Jesús. Lo que respira la Iglesia es el Espíritu de Jesús. Lo que nosotros oramos en el Espíritu es la oración de Jesús. Toda nuestra vida íntima es la vida de Jesús, que el Espíritu nos comunica.
El mismo día de Pascua, el Señor resucitado, rebosante de Espíritu, exhaló su aliento sobre sus discípulos. Un gesto vitalista que recuerda el de la creación. Cristo quiso recrear a sus discípulos desanimados, sin «espíritu de vida»; por eso, sopló sobre ellos el Espíritu vivificador.
El Espíritu que resucitó a Jesús de entre los muertos, resucitaría también a sus discípulos medio muertos.
Y aquellos hombres se llenaron de vida nueva. Fue el primer día de la semana cuando Dios se puso a crear.
Este sería el primer día de la nueva creación. Empezaba así la era del Espíritu. El Espíritu es el regalo que el Padre nos hace en Jesús a los creyentes, para llenarnos de vida.
Es quien nos enseña a saborear la vida en toda su hondura, a no malgastarla de cualquier manera, a no pasar superficialmente junto a lo esencial…
Es quien nos infunde un gusto nuevo por la existencia ynos ayuda a encontrar una armonía nueva con el ritmomás profundo de nuestra vida.
Es quien nos abre a una comunicación nueva y másprofunda con Dios, con nosotros mismos y con los demás.
Es quien nos invade con una alegría secreta, dándonos una transparencia interior, una confianza en nosotros mismos y una amistad nueva con las cosas.
Es quien nos libra del vacío interior y la difícil soledad, devolviéndonos la capacidad de dar y recibir, de amar y ser amados.
Es quien nos enseña a estar atentos a todo lo bueno y sencillo, con una atención especialmente fraterna a quien sufre porque le falta la alegría de vivir.
Es quien nos hace renacer cada día y nos permite un nuevo comienzo a pesar del desgaste, el pecado y el deterioro del vivir diario.
Este Espíritu es la vida misma de Dios que se nos ofrece como don. Este Espíritu no se compra, no se adquiere, no se inventa ni se fabrica. Es un regalo de Dios. Lo único que podemos hacer es preparar nuestro corazón para acogerlo con fe sencilla y atención interior.
Por eso la Iglesia nos propone para este día en que culminan las fiestas de Pascua y como una oración para cada día: "Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles". "Envía, Señor, tu Espíritu, que renueve la
faz de la tierra". Amén.
Ver puies: Juan 20, 19-23.
Menos mal que ya os lo puedo enviar. ¡A gozar con Él!
Orpam Saretnoc Lavers [/i] |
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