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FAMILIAS FELICES

 
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Autor Mensaje
de la mancha
Esporádico


Registrado: 06 Mar 2008
Mensajes: 59

MensajePublicado: Mie Mar 12, 2008 8:39 am    Asunto: FAMILIAS FELICES
Tema: FAMILIAS FELICES
Responder citando

Una de las cosas que más he admirado en este mundo, ha sido las familias que son verdaderamente felices. Que derrochan un manantial de permanente alegría, aunque en estos tiempos que vivimos, resulte un tanto raro decirlo y por supuesto teniendo en cuenta los clásicos problemas comunes que sufren toda clase de familias, en este mundo nuestro en el que vivimos.
Quizás porque yo la he vivido en el entorno de la mía, no acierto a comprender los motivos, que seguro tendrán, aquellas familias que mantienen un estado de desunión que conlleva una infelicidad, desgraciadamente casi permanente.
Por ello, yo disfruto cuando me encuentro entre familias sencillas que mantienen entre sus componentes, tal caudal de comprensión y cariño que incluso podrían repartir a otras familias, menos afortunadas que ellas, que luchan incansablemente por conseguir esa felicidad tan hermosa que aunque parezca difícil, es posible a poco que se lo propusieran.
Sin embargo y aunque sea una pena el reconocerlo, estoy convencido que actualmente, junto a las familias realmente felices, que por supuesto son muchísimas más que las que por desgracia carecen de ese don, existen otras familias en las que la felicidad no se ha conseguido o se está deteriorando.
Yo pienso, que parte de culpa de ello, son las cada día más frecuentes familias rotas, por separaciones o divorcios que cada vez proliferan más, en esa carrera desenfrenada que parece no tener final, pero que indudablemente conduce a la tragedia del fracaso familiar.
Y no cabe bajo ningún concepto, justificar la infelicidad de una familia bajo la absurda creencia de que el mundo actual está así. Mas bien yo diría que el problema existe, sencillamente porque no soportamos nada, por la simple razón de que nuestra independencia económica nos permite no tolerar lo más mínimo y como consecuencia no aceptamos a nuestra pareja tal y como es con sus fallos y defectos. Y lo que es peor, olvidamos de reconocer las virtudes que seguro tiene, con lo que la convivencia nos parece, algo insuperable.
En cualquier caso, si se llegaran a razonar algunos reproches de la pareja, sería más positivo antes de “tirar por la borda” y destrozar una familia, dedicarse unos minutos para destacar la lista de cosas buenas que ambos puedan tener y de este modo intentar ayudarse mutuamente a luchar contra esos posibles fallos, en lugar de condenarse sin más.
Pero me parece a mi, que entender que el auténtico amor verdadero no puede ser otra cosa que una entrega apasionada, sin esperar nada a cambio y buscando la felicidad de la persona amada fuera de egoísmos, desgraciadamente, solo lo creen los santos y unos cuantos ingenuos y locos.
Ante estas reflexiones, sería necesario recordar con frecuencia, el ejemplo recibido por la primera familia feliz de la historia del mundo. La de la Sagrada Familia compuesta por José modesto y noble carpintero, María una sencilla mujer y Jesús el niño pobre nacido en Belén.
Una familia que siguiendo la ley de Moisés, presentó a su hijo en el Templo para consagrarlo al Señor (Lc.2, 22ss.) encontrándose con el anciano Simeón, quien reconociendo al niño, lo tomó en sus brazos y alabó a Dios agradeciéndole el que sus ojos hubieran visto antes de morir, al salvador del pueblo de Israel.
De regreso a Galilea a su ciudad de Nazaret, el niño crecía y se desarrollaba lleno de sabiduría y descubriendo la vida como cualquier niño de su edad, creando la felicidad en esa familia Sagrada.
Cumplidos los doce años, la familia peregrinó a Jerusalén para cumplir con el precepto de asistir a las fiestas de Pascua. Una vez terminadas, los padres regresaron a Nazaret, perdiendo a su hijo que quedó en el Templo, sentado en medio de los Maestros de la Ley, sin pensar que debería haber avisado a sus padres, para evitarles la angustia de creer que se había perdido. Al encontrarlo Jesús volvió con sus padres y siguió obedeciéndoles.
Fue un niño normal, que se cansaría en las largas caminatas, sufriría los dolores propios de su niñez y sentiría hambre y sed estando a merced de todas las debilidades de los seres humanos.
Posiblemente vería algún día nublado motivado por esas pequeñas discusiones inevitables en cualquier familia, que nunca durarían más que una tormenta de verano. Ayudaba a su padre en el trabajo de carpintería y a su madre en las tareas del hogar. En definitiva, hasta que llegó la hora de comenzar la misión por la que su Padre Dios le envió al mundo, vivió en el entorno de una familia feliz.
Por todo ello, es hermoso que nos empeñemos en crear familias felices y cuidar con todas nuestras fuerzas para que existan matrimonios que vayan desterrando de sus conciencias, la idea de separación. Que los jóvenes adquieran el sentido de crear familias que vivan en felicidad, sin tener en cuenta todas esas quiebras que hoy tiene la vida familiar, sino únicamente procurando que el fruto que obtengan de su matrimonio, nazca en un ambiente de seguridad, para conseguir que la familia multiplique la vida de sus miembros en lugar de dividirlos.
Me viene a la familia el positivo razonamiento de aquel filósofo que se preguntaba: ¿De que nos servirá conquistar y descubrir el mundo entero, sino amamos y somos amados por las cuatro o cinco personas que hemos elegido para formar una familia?
Sinceramente, opino que de nada.
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peacendhope
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Registrado: 13 Mar 2008
Mensajes: 22
Ubicación: Argentina

MensajePublicado: Jue Mar 27, 2008 12:29 pm    Asunto:
Tema: FAMILIAS FELICES
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Hermosa y profunda reflexión, de la mancha.

Como dices, la vorágine de la vida actual nos lleva inconcientemente hacia un mundo material que está muy lejos de la espiritualidad y de Dios. Se comienza por justificarse con la falta de tiempo para practicar nuestra religión ya que el mundo en el que vivimos demanda cada vez más dinero para llevar una vida "digna" y responder a las necesidades de nuestros hijos. Entonces llega el domingo y estamos muy cansados para dedicar un par de horas al Señor. Así vamos debilitando nuestras almas y creando una coraza que nos convierte en robots. Ya no nos podemos dar el lujo de sentir. Esas "necesidades" que debemos satisfacer hoy antes eran LUJOS totalmente prescindibles. Lo hacemos como autómatas día tras día hasta que llega el momento en que ese agotamiento físico y mental, que a mi entender es enfermedad espiritual por falta de Dios en nuestra vida, nos hace decir BASTA! YA NO SOPORTO NADA! NI A MI FAMILIA QUE ME EXPRIME, NI AL MUNDO QUE NO TIEME SENTIDO! ESTO NO ES VIDA! Y allí está la cuestión. La VIDA... Vinimos al mundo por gracia de Dios que nos dio el ejemplo de la Sagrada Familia para seguirlo. Con un objetivo que se pierde al errar el camino.

Pero la debilidad del hombre ante la tentación ha ido creciendo cada vez más y es la verdadera causante de tantos hogares y familias destruídas. Tolerancia es una palabra ya casi desconocida y así llegamos al final del camino habiendo hecho mil cosas sin haber logrado nada.

Quienes hemos caído en ese error, y tuvimos la oportunidad de revertirlo y revivir nuestra esencia que es el espíritu a través de Dios, debemos agradecer por ser bendecidos y encomendarnos la misión de salvar a otros. El punto de partida está en nuestro hogar. El trabajo no es sencillo, pero con perseverancia y verdadera Fe todos los corazones se abren al Señor y entonces habrá paz y armonía.

Una familia feliz no es aquella que nunca ha vivido desdichas, sino aquella que las ha sobrellevado con unidad. Nadie es feliz sin conocer la desdicha. Pero el verdadero sentido de la felicidad familiar está en el sentimiento de unidad como pilar social.

La mayoría de las veces esa armonía tan codiciada se ve quebrada por interferencia externa y entonces nos planteamos: Debemos aislarnos para mantenernos felices? Debemos ignorar a aquel que siembra discordia? La respuesta correcta a esto sería NO! Debemos ser caritativos, humildes y solidarios, e intentar ayudar a esa persona a ser feliz en vez de envidiar la felicidad ajena. Es esto posible? Claro que lo es, pero para lograrlo la unión familiar debe ser fuerte y verdadera y esta misión debe emprenderse en conjunto. Esa es la misión de nuestra gran familia "la Iglesia"

A quienes estén pasando por problemas familiares, como yo, les envío el consejo de mi sacerdote que lo repite siempre: "iluminen sin encandilar" Significa que la luz que emana nuestra alma ilumina con mucha más claridad que el brillo de la riqueza material o belleza física.

Dios ilumine a todas las familias perdidas y confundidas para que encuentren el camino a la verdadera felicidad.

Que la Paz del Señor esté ahora y siempre con ustedes!

Olga
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