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maro Esporádico
Registrado: 08 Jul 2006 Mensajes: 73
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Publicado:
Dom Abr 13, 2008 1:15 am Asunto:
Sentido del humor
Tema: Sentido del humor |
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no se si lo conocen ya...
Es un cuento escrito por Mamerto Menapace (si, si, se llama asi jaja), que es un monje ( o cura, no estoy seguro) que es argentino.
Este es mi cuento preferido de el y hay muchos mas...disfruten
"Tengan sal en ustedes y paz entre ustedes" (Marcos 9, 50).
El canto del río brota desde su cauce. Desde allí se desparrama. El fuego brota del corazón de la leña, y desde allí se comunica y se comparte. Si no hay fuego en los troncos, no hay llamarada entre ellos.
Es del corazón de donde brotan las realidades que se comparten entre los corazones. La paz y la alegría estarán entre nosotros si es que previamente están en nuestro corazón.
Para poder estar en paz entre nosotros, es necesario relativizar, es necesario tener un corazón unificado, enraizado hondamente en una realidad fiel. Y ser flexible a todo lo demás. Igual que los árboles.
Ellos se confían a la tierra por sus raíces y entregan su ramaje al empuje de los vientos así sus ramas ríen, cantan, gimen y se hamacan, y con ello dan vida al bosque entero.
Los árboles tienen sentido del humor. Porque tienen fe en sus raíces que se alimentan del humus que la vida ha ido creando con todos los vegetales que los precedieron. Así logran crear la unidad del bosque, y pueden tener paz entre ellos.
La paz sólo es posible en una comunidad que tienen sentido del humor. El humor es la sal del corazón: es lo que da sabor a cada acontecimiento. Es intuitivo y logra siempre desdramatizar lo que es relativo. Nada de lo auténticamente humano es dramático. Porque el dramatismo es la careta que se pone un acontecimiento cuando uno es incapaz de vivirlo desde la seguridad de sus raíces.
El Señor les decía a sus discípulos:
- También ustedes están tristes ahora, pero volveré a verlos y su corazón se alegrará. Y a ustedes nadie podrá quitarles su alegría.
Nosotros hemos puesto nuestra seguridad en el Señor. Como el mar ha puesto la garantía de su incorruptibilidad en la sal. Por eso el mal canta en paz, aun en medio de las tormentas.
Menapace Mamerto, Madera Verde, "Sentido del humor", Editorial Patria Grande, Buenos Aires, decimoséptima edición, mayo 1999. |
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Yaniale Veterano
Registrado: 11 Mar 2008 Mensajes: 4487 Ubicación: Córdoba-Argentina
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Publicado:
Lun Abr 14, 2008 1:23 am Asunto:
Tema: Sentido del humor |
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Yo tuve la bendición de poder conocer personalmente al Padre Mamerto Menapace y asistí a una presentación que hizo en mi ciudad.
Se dedica a evangelizar con humor, porque como el dice:"El humor hace bien. Sana el corazón".
Tengo dos libros de cuentos que escribió y son muy lindos.
Hasta me autografió uno
Quiero aprovechar y transcribirles un cuento de estos libros:
La parroquia del padre Damian contaba con una atracción especial en el rubro devoción a los santos. Se había hecho popular el acudir a una estatuita para rezar delante de ella pidiendo la gracia que uno anduviera necesitando.
Pero el santo en cuestión tenía su caracter. No le gustaba que lo atosigaran. Y por ello sus devotos tenían que atenerse rigurosamente a su turno de llegada. Mientras atendía a uno de sus devotos, el siguiente no tenía mas remedio que esperar pacientemente a que su Patrono estuviera desocupado. Parece que en la tierra el dicho santo había trabajado en una oficina pública. De ahí la costumbre de atender de a uno y con tiempo.
Un pudiente colono de la zona se dirigió una mañana a la Iglesia para hacerle un urgente ruego al santo varón de Dios. Resulta que había hecho un negocio importante y necesitaba con rapidez la intervención celestial para no malograr el resultado. Pero, para su desgracia, cuando llegó a los pies de la estatuita, ya otra persona se le había adelantado y prolongaba indefinidamente su súplica, que podía ser escuchada por quie estuviera cerca. En ella, aquel pobrecito pedía:
-Por la intercesión de tu Santo, te pido Señor Dios que no me abandones. Ando necesitando 50 pesos para comprar los remedios para mi hijo. ¡Señor Dios, no me abandones! Necesito ahora mismo los 50 pesos. Y no me iré de los pies de este santo hasta que no me lo hayas dado.
Y así continuaba su pedido, ante la impaciencia del otro que estaba esperando su turno. Hasta que al fin, éste perdió la paciencia y metiendo la mano en su bolsillo, sacó 50 pesos, y tomando del hombro al primer devoto le entregó el dinero, mientras le dijo nerviosamente:
-¡Tome y váyase de una buena vez. Y no me lo entretenga al santo!."
Moraleja: Si nos ocupáramos nosotros de hacer lo que está en nuestras manos, Dios tendría más libres las suyas para lo que nosotros no podemos.
Menapace Mamerto, Humorterapia Cura con cuentos,
Editorial Patria Grande, Buenos Aires. _________________
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Nubeia + Moderador

Registrado: 14 Ene 2006 Mensajes: 9171 Ubicación: México
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Publicado:
Mar Abr 22, 2008 1:53 am Asunto:
Tema: Sentido del humor |
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Paz y bien
¡Muy buenos Yaniale y maro!
No conocía sobre el, gracias por compartirnos sus cuentos
Dios los bendiga _________________ Claudia

"Padre... Hágase Tu Voluntad así en la tierra como en el cielo" |
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Yaniale Veterano
Registrado: 11 Mar 2008 Mensajes: 4487 Ubicación: Córdoba-Argentina
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Publicado:
Mar Abr 22, 2008 6:37 pm Asunto:
Tema: Sentido del humor |
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Me alegro Nubeia que te haya gustado.
Aprovecho y envio otro cuento del Padre Menapace:
Intercesores no son solo aquellos que ya estan en el cielo. Tambien pueden interceder los unos por los otros aquellos que están todavía en este valle de lágrimas, que es la Tierra. El problema está cuando alguno pide una cosa por otro que, por su parte, no tiene ninguna gana de conseguirla.
El padre Damián había organizado una peregrinación al Santuario de San Cayetano, considerando, por una parte, que en su parroquia le tenían verdadera devoción, y, por otra, que eran muchos quienes tenían necesidad de trabajo. Y la invitación fue general. Y como sucede siempre, no faltaron quienes se anotaron, mas que por devoción, porque no tenían nada mejor que hacer.
Y de esta manera, Nemesio se encontró frente al santo, rodeado por la fe de sus amigos, sumamente interesados en ayudarlo. Porque Nemesio tenía un problema físico. De chico había quedado estropeado de una pierna, y ello lo había eximido de trabajar y a la vez le había atraído la compasión de los demas, que de una u otra manera le arrimaban lo necesario para su sustento y hasta para los vicios, como se dice en el campo.
No es que Nemesio fuera un hombre de mucha fe. Pero sus amigos sí lo eran. Y cuando se encontró frente al santo, se percató de ello. Y le entró como un terror. No precisamente un terror frente a lo sagrado. Sino un pánico bien humano frente a la posibilidad de que el Milagroso se mandara una de las suyas, y él tuviera que volver a la triste realidad de todos los mortales y empezar a ganarse la vida por su cuenta. Esto sí que lo aterrorizó, porque no estaba prepardo para semejante cambio.
Y recurriendo a toda la fe de la que era capaz, le rezó desde lo mas hondo de su corazón:
-Escuchame, Milagroso San Cayetano, por favor: ¡que no pase nada!
Moraleja: A veces hay quien recurre a la fe, para defenderse de la inoportuna fe los demás.
Menapace Mamerto, Humorterapia Cura con cuentos,
Editorial Patria Grande, Buenos Aires. _________________
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