Un negocio

[Montalvo]

Amigos y hermanos en la fe, y hombres de negocios.

Antes Dios los bendiga a todos. El motivo de mi presencia, es solicitarles sus experiencias en esto para como o en base a que puedo fijar un precio para vender a credito con pagos pequeños.

Sin otro particular por el momento me despido de ustedes...esperando alguna respuesta que me pueda ser útil.

Atte. Victor Ramos

[Emiliogf]

Estimado Montalvo:

Solicitás experiencias en negocios para como, o en base a que, es posible fijar un precio para vender a credito con pagos pequeños.

Bien, aquí hay varias cuestiones que tratar:

Santo Tomás habla ya en la Edad Media de Justo Precio y de Justo Salario. Esto fue asumido por la Doctrina Social de la Iglesia.

Justo salario es aquél con el cual una persona puede sostener una familia con dignidad acorde, para no vivir en la miseria y con carencias que no son compatibles con la dignidad de la persona humana. La pobreza no es mala, ya que se cubren las necesidades básicas y además existe un margen para el ocio y recreación siempre necesarias. La miseria sí es un mal. Es decir: al calcular en una actividad el margen que se ha de aplicar, siempre se debe tener en cuenta el justo salario.

Justo precio es aquél que contempla los costos de lo producido, en lo cual es abarcado el justo salario y la justa ganancia. Contablemente, existen diversos modos de calcular los costos.

Pero todo esto hace a una cuestión interna de la Empresa. En los trabajos, no todo depende del Empresario, sino que existe un mercado que determina el medio económico en que la Empresa se desenvuelve. Indudablemente, el Empresario Católico se enfrenta al "mundo" en el mal sentido del término, en el sentido de medio social que arrastra al pecado... y el mercado muchas veces forma parte de ese "mundo", del cual el demonio es gobernante. Y de allí las dificultades.

Ahora bien: En ese mercado, existen variables que se deben contar, tales como las actualizaciones por inflación ¿Cómo calcular esto? En Argentina por ejemplo, los índices actuales de inflación no son científicamente determinados, sino que por imposición política no reflejan la realidad del mercado, frente a una economía concreta existen índices muy "optimistas". Quien hoy en Argentina quiera considerar índices oficiales para actualizar deudas, indudablemente no podrá adquirir en el tiempo un bien equivalente al que inicialmente se tome como referencia. Es decir: si con un Peso ($ 1) al principio del período puede adquirir 10 caramelos, al año puede adquirir por ese mismo valor solamente un caramelo. En este cálculo, indudablemente la Empresa va a la quiebra si pretende establecer cuotas que no contemplen esta variable, o que la considere pero utilizando índices oficiales de inflación.

Otra cuestión es el trabajo humano empleado en la percepción de las cuotas, que encarece el valor del bien ofrecido, como agregado de mano de obra (o de "servicio diferenciado"), donde nuevamente talla el "justo salario" y el "justo precio" al considerar los gastos y la inversión, con su respectiva "justa ganancia".

Generalmente, quien no abona en término recibe una sanción. Así como en muchos juegos deportivos existen sanciones, en el ámbito comercial también existen. Y así aparecen los intereses moratorios, compensatorios y punitorios. Y aquí es donde el panorama se complica. La usura siempre estuvo, está y estará condenada por la Iglesia. Veamos:

1- Los intereses moratorios corresponden a la sanción por no abonar en término.
2- Los intereses compensatorios tienen como objetivo restablecer el equilibrio patrimonial, impidiendo que se produzca un enriquecimiento indebido en favor de una parte, e imponiendo a quien aprovecha del dinero o de cualquier otro bien ajeno una retribución adecuada por su uso. El problema aquí es el desequilibrio inicial entre quien presta de alguna manera (con una situación de ventaja y superioridad) y quien queda obligado y endeudado (con su correspondiente desventaja e inferioridad, puesto que ante dificultades económicas se verá en graves problemas).
3- Los intereses punitorios son los específicamente pactados como sanción fija e inamovible por el incumplimiento moroso por parte del deudor.

La mora, evidentemente, genera gastos de cobranza. Eso es cierto, y genera toda una actividad que busca la cobranza. Sin embargo, el equilibrio debe estar en que las tasas que se aplican en el contexto de una economía concreta, no resulten usurarias. Porque la lógica de la usura es que el deudor jamás logre salir de esa condición de deudor. ESTO NO ES CRISTIANO.

En el Antiguo Testamento se dice que no hay que prestar con interés. En sí, el interés no es algo reprochable, sino la usura.

Y un dato más: Los colapsos económicos impiden todo tipo de cálculos. Incluso deudas usurarias pueden quedar licuadas por situaciones que afectan a todo un país. ¿Y qué se debe contemplar para estos casos? El diálogo y la resolución amistosa de las diferencias.

Dar un bien para ser abonado en cuotas, no es algo malo. Lo que sí, es necesario analizar el caso particular para analizar la justicia del precio de las cuotas.

[erika_dany]