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Tomás Bertrán Mercader Veterano
Registrado: 01 Oct 2005 Mensajes: 1503 Ubicación: España
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Publicado:
Jue May 22, 2008 9:32 am Asunto:
¿Qué o quién es el Cuerpo Místico?.
Tema: ¿Qué o quién es el Cuerpo Místico?. |
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De Forum Libertas:
'La Iglesia, rostro de Cristo', por Benedicto XVI
A Jesucristo lo conocemos por los apóstoles; y a ellos los conocemos mejor con estas homilías de Benedicto XVI.
No sé si con algo de maldad alguien ha dicho que las multitudes acudían a San Pedro para ver a Juan Pablo II, pero que ahora se acercan para escuchar a Benedicto XVI. También algunos empiezan a llamarle “el Papa de las homilías”.
Lo cierto es que los escritos y catequesis de Benedicto XVI no dejan de sorprendernos tanto por su forma novedosa como por su capacidad para conjugar profundidad y sencillez. Dice cosas muy grandes, pero en todo momento se superpone el Pastor que desea alimentar a los fieles con la verdad del Evangelio.
En este volumen se recogen las catequesis que entre marzo de 2006 y febrero de 2007 el Papa dedicó a los apóstoles de la Iglesia. De ellos dijo que nos permiten ver el rostro de Cristo.
El Papa, que realiza un entrañable y acertado perfil de cada uno de ellos fijándose en algunos hechos significativos, muestra de esta manera que no es posible, como pretenden algunos, separar a Jesucristo de su Iglesia. Precisamente el hecho de que eligiera a los Doce y les comunicara su poder nos indica su deseo de comunicarse, a través de la Iglesia, con los hombres.
Dice: “Es del todo incompatible con la intención de Cristo un eslogan que estuvo de moda hace algunos años: “Jesús sí, Iglesia no”. Este Jesús individualista elegido es un Jesús de fantasía. No podemos tener a Jesús prescindiendo de la realidad que él ha creado y en la cual se comunica”.
Es decir, no se puede separar a Jesús de su Iglesia y quienes lo hacen traicionan la voluntad de Jesús. De forma agradable, porque la fisonomía de cada apóstol y de otros personajes de la Iglesia primitiva es presentada con gran atractivo, el Papa nos recuerda que el cristianismo se vive en la Iglesia y que, sin ella, vivimos una ficción.
Lamentablemente algunos siguen sin entender esta realidad tan sencilla. Podemos pensar en los patéticos sacerdotes de la Iglesia de San Carlos en el barrio madrileño de Entrevías o en todos aquellos que se refugian en una supuesta fidelidad al Señor para atacar a su Iglesia. Es como prometer fidelidad a un señor y denigrar a su esposa.
Por otra parte el libro muestra como la misma experiencia que tuvieron los apóstoles al encontrarse con el Señor sigue sucediendo hoy.
Jesús es contemporáneo nuestro y la Iglesia, en sus miembros, sigue siendo el lugar para contemplar el Rostro de Cristo. A veces, como sucede con Benedicto XVI, y también sucedía con su predecesor, ello nos resulta más fácil. _________________ NO SOY VETERANO

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Pepa Veterano
Registrado: 02 Oct 2005 Mensajes: 4183
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Publicado:
Vie May 23, 2008 2:56 am Asunto:
Tema: ¿Qué o quién es el Cuerpo Místico?. |
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Código: | A veces, como sucede con Benedicto XVI, y también sucedía con su predecesor, ello nos resulta más fácil.
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Totalmente de acuerdo con que no se puede separar la Fe y la fidelidad (¿es lo mismo) a Jesús de la Fe a la Iglesia. Sería como querer separar la cabeza del cuerpo.
Pero esta última frase me produce un cierto resquemor. Es que por ahí vienen a veces algunos problemas. Conozco gente que durante el Papado de Juan Pablo II era (aparentemente) fidelísima a la Iglesia y al Papado. Pero al subir Benedicto XVI, les pareció más "cerrado" o "intransigente" o como quieran llamarlo, y su fervor se enfrió. Entonces, ¿era una adhesión humana?
Cuando asumió Juan Pablo II yo trabajaba en una librería y recuerdo un corredor de libros que me llevaba todos esos libros con fotos de Juan Pablo II esquiando, haciendo campamento, paseando por la montaña, etc., etc. Yo le decía que me trajera libros sobre Juan Pablo II Sacerdote, y Juan Pablo II Papa, y su Doctrina, etc. Y que también me trajera libros sobre Pío XII, Y San Pío X, y otros; que uno debía ser fiel a la Iglesia, y al Papa, porque era el Papa, el Sucesor de Cristo, no porque fuera fotogénico, o carismástico humanamente hablando, o porque supiera esquiar...
En fin... _________________ No os engañéis: de Dios nadie se burla. |
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Tomás Bertrán Mercader Veterano
Registrado: 01 Oct 2005 Mensajes: 1503 Ubicación: España
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Publicado:
Vie May 23, 2008 5:57 am Asunto:
Tema: ¿Qué o quién es el Cuerpo Místico?. |
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Pepa escribió: |
Pero esta última frase me produce un cierto resquemor. Es que por ahí vienen a veces algunos problemas. Conozco gente que durante el Papado de Juan Pablo II era (aparentemente) fidelísima a la Iglesia y al Papado. Pero al subir Benedicto XVI, les pareció más "cerrado" o "intransigente" o como quieran llamarlo, y su fervor se enfrió. Entonces, ¿era una adhesión humana?
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Sobre los Papas Juan Pablo II y Benedicto XVI es sabido que en el Concilio Vaticanos II, cuando eran Cardenal Wotyla y Ratzinger, pasaron por Cardenales "progres", y en su Papado han pasado por Papas "carcas". Progre y carca, terminología que la Iglesia rechaza rotundamente. Y aprovechando este rechazo, ya que la Doctrina de la Iglesia sigue el curso que marca el Espíritu Santo, paso a contestar a Miles.
Cita: | Y si por mor o mal del diablo viniera un papa torcido o Dios no lo quiera, un antipapa, que sea este legado el que nos oriente en la justicia para congregarnos como las águilas allí donde esté el cuerpo. |
En una ocasión, en que se estaba atacando a la Iglesia y que dentro de los Papados hubo Papas que dejaron mucho que desear (los Borgia) les pregunté que me enseñaran un solo documento escrito y rubricado por ellos, en cuanto a Doctrina, que se apartara de la Doctrina fiel de la Iglesia. A pesar de su vida disoluta, en su vida particular, no hubo ninguno de ellos que promulgase algo en contra de la Doctrina siempre actual (he dicho siempre actual, ni carca ni progre, términos que no existen en la Iglesia) de la Iglesia, lo que demuestra que a pesar de su vida llena de pecado y de su falta de vocación (eran cargos políticos) el Espíritu Santo seguía gobernando la Iglesia.
¿Y por qué esta seguridad?. ¿Qué o quién es el Cuerpo Místico?. Un sacerdote me dio la definición. El Cuerpo Místico es la prolongación de Cristo en la Historia. Es Cristo que no abandona a su esposa la Iglesia, aunque a veces Esta le sea infiel. Como me dijo también otro sacerdote, nadie ha sido más engañado y sufrido más infidelidades en la Historia que Cristo. Y sin embargo la Iglesia es Santa, ya que su Fundador y Cabeza es Santo, el infinitamente Santo, y su cuello, a través del cual pasan todas las Gracias de Cristo es le Llena de Gracia, la Virgen María.
Y la cabeza visible en la tierra es el Papa y sus miembros somos todos nosotros, y si un miembro está enfermo todo el Cuerpo se resiente. De ahí, como dice Miles, la importancia de procurar vencer incluso los pecados veniales, y de dejarnos podar por Dios y liberarnos de nuestros apegos, porque donde está tu corazón allí está tu tesoro.
Y una vez dicho esto, una vez vista la importancia de la Iglesia, ya que quien persigue a la Iglesia persigue a Cristo (Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?. Pedro, tú eres roca, y sobre esta roca edificaré MI Iglesia), - aunque si alguien quiere aportar más que lo haga (a lo mejor aporto más sobre la definición aunque creo que en este foro hay personas mejor preparadas que yo) - paso a una pregunta que creo es esencial:
¿Está dentro del Cuerpo Místico el que se halla en pecado mortal?. _________________ NO SOY VETERANO

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Tomás Bertrán Mercader Veterano
Registrado: 01 Oct 2005 Mensajes: 1503 Ubicación: España
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Publicado:
Vie May 23, 2008 6:52 am Asunto:
Tema: ¿Qué o quién es el Cuerpo Místico?. |
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De vatican.va.
Concilio Vaticano II. Lumen Gentium:
La Iglesia, Cuerpo místico de Cristo
7. El Hijo de Dios, encarnado en la naturaleza humana, redimió al hombre y lo transformó en una nueva criatura (cf. Gal., 6,15; 2Cor., 5,17), superando la muerte con su muerte y resurrección. A sus hermanos, convocados de entre todas las gentes, los constituyó místicamente como su cuerpo, comunicándoles su Espíritu.
La vida de Cristo en este cuerpo se comunica a los creyentes, que se unen misteriosa y realmente a Cristo, paciente y glorificado, por medio de los sacramentos. Por el bautismo nos configuramos con Cristo: "Porque también todos nosotros hemos sido bautizados en un solo Espíritu" (1Cor., 12,13). Rito sagrado con que se representa y efectúa la unión con la muerte y resurrección de Cristo: "Con El hemos sido sepultados por el bautismo, par participar en su muerte", mas si "hemos sido injertados en El por la semejanza de su muerte, también lo seremos por la de su resurrección" (Rom., 6,4-5). En la fracción del pan eucarístico, participando realmente del cuerpo del Señor, nos elevamos a una comunión con El y entre nosotros mismos. "Porque el pan es uno, somos muchos un solo cuerpo, pues todos participamos de ese único pan" (1Cor., 10,17). Así todos nosotros quedamos hechos miembros de su cuerpo (cf. 1Cor., 12,27), "pero cada uno es miembro del otro" (Rom., 12,5).
Pero como todos los miembros del cuerpo humano, aunque sean muchos, constituyen un cuerpo, así los fieles en Cristo (cf. 1Cor., 12,12). También en la constitución del cuerpo de Cristo hay variedad de miembros y de ministerios. Uno mismo es el Espíritu que distribuye sus diversos dones para el bien de la Iglesia, según sus riquezas y la diversidad de los ministerios (cf. 1Cor., 12,1-11). Entre todos estos dones sobresale la gracia de los apóstoles, a cuya autoridad subordina el mismo Espíritu incluso a los carismáticos (cf. 1Cor., 14). Unificando el cuerpo, el mismo Espíritu por sí y con su virtud y por la interna conexión de los miembros, produce y urge la caridad entre los fieles. Por tanto, si un miembro tiene un sufrimiento, todos los miembros sufren con el; o si un miembro es honrado, gozan juntamente todos los miembros (cf. 1Cor., 12,26).
La cabeza de este cuerpo es Cristo. El es la imagen del Dios invisible, y en El fueron creadas todas las cosas.. El es antes que todos, y todo subsiste en El. El es la cabeza del cuerpo que es la Iglesia. El es el principio, el primogénito de los muertos, para que tenga la primacía sobre todas las cosas (cf. Col., 1,5-18). El domina con la excelsa grandeza de su poder los cielos y la tierra y lleva de riquezas con su eminente perfección y su obra todo el cuerpo de su gloria (cf. Ef., 1,18-23).
Es necesario que todos los miembros se asemejen a El hasta que Cristo quede formado en ellos (cf. Gal., 4,19). Por eso somos asumidos en los misterios de su vida, conformes con El, consepultados y resucitados juntamente con El, hasta que reinemos con El (cf. Fil., 3,21; 2Tim., 2,11; Ef., 2,6; Col., 2,12 etc). Peregrinos todavía sobre la tierra siguiendo sus huellas en el sufrimiento y en la persecución, nos unimos a sus dolores como el cuerpo a la Cabeza, padeciendo con El, para ser con el glorificados (cf. Rom., 8,17).
Por El "el cuerpo entero, alimentado y trabado por las coyunturas y ligamentos, crece con crecimiento divino" (Col., 2,19). El dispone constantemente en su cuerpo, es decir, en la Iglesia, los dones de los servicios por los que en su virtud nos ayudamos mutuamente en orden a la salvación, para que siguiendo la verdad en la caridad, crezcamos por todos los medios en El, que es nuestra Cabeza (cf. Ef., 4,11-16).
Mas para que incesantemente nos renovemos en El (cf. Ef., 4,23), nos concedió participar en su Espíritu, que siendo uno mismo en la Cabeza y en los miembros, de tal forma vivifica, unifica y mueve todo el cuerpo, que su operación pudo ser comparada por los Santos Padres con el servicio que realiza el principio de la vida, o el alma, en el cuerpo humano.
Cristo, en verdad, ama a la Iglesia como a su propia Esposa, como el varón que amando a su mujer ama su propio cuerpo (cf. Ef., 5,25-28); pero la Iglesia , por su parte, está sujeta a su Cabeza (Ef., 5,23-24). "Porque en El habita corporalmente toda la plenitud de la divinidad" (Col., 2,9), colma de bienes divinos a la Iglesia, que es su cuerpo y su plenitud (cf. Ef., 1,22-23), para que ella anhele y consiga toda la plenitud de Dios (cf. Ef., 3,19). _________________ NO SOY VETERANO

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Tomás Bertrán Mercader Veterano
Registrado: 01 Oct 2005 Mensajes: 1503 Ubicación: España
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Publicado:
Vie May 23, 2008 10:15 am Asunto:
Tema: ¿Qué o quién es el Cuerpo Místico?. |
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¿Está dentro del Cuerpo Místico el que se halla en pecado mortal?.
Para romper el hielo quiero exponer mi criterio. La Iglesia dice que el que está en pecado mortal sigue acogido a la Iglesia (cuerpo Místico) pero como si fuera una rama muerta. Conforme. Pero, ¿cuál es esta adhesión?. ¿Qué injertado está en la Iglesia el que está en pecado mortal?. ¿Está dentro de la Iglesia como si no lo estuviese ya que a través de esta rama no pasa savia?.
La excomunión es una pena canónica ante pecados que por su gravedad deben ser señalados; también para salvaguardar a los otros miembros de la Iglesia, y por misericordia para dar a entender al excomulgado de la gravedad de su pecado. Hasta ahí de acuerdo. Pero mi pregunta es: ¿Está "excomulgado" el que está en pecado mortal?. Lo digo ya que en pecado mortal no puede participar de la Eucaristía, de la Comunión, ya que sería un sacrilegio.
Si esta rama, que está injertada en la Iglesia, ya sea excomunión canónica como "excomunión" no canónica, se confiesa (los primeros a la fuerza ante un Obispo y los otros ante un sacerdote) volverá a estar sanamente injertada en el Cuerpo Místico y a través de ella correrá la savia y volverá a embellecer al Cuerpo Místico. Si por el contrario, el que está en pecado mortal deja de pertenecer al Cuerpo Místico, si se confiesa volvería a pertenecer a él. La diferencia que veo es que mientras la rama muerta está injertada alguien puede decir que la Iglesia es pecadora, ya que dicha rama sigue injertada en la Iglesia. Pero si la rama muerta está fuera de la Iglesia, aunque por la confesión y la Gracia de Dios puede penetrar otra vez, nadie podrá decir que la Iglesia es pecadora, ya que la rama está fuera y la Iglesia permanece limpia, Santa.
El que no puede comulgar significa que no está en comunión con sus hermanos ni con Dios, luego está separado.
Todo esto me surgió al meditar sobre la parábola del hijo pródigo. El hijo se separa del padre y pierde la filiación, y digo que la pierde ya que al regresar el padre le pone el anillo (el sello) que significa que lo vuelve a admitir como de la familia, recupera la filiación.
Mi búsqueda es que a lo mejor (o a lo peor) mi amor por la Iglesia quiere verla lo más limpia posible, y si las ramas sucias y podridas están fuera, la Iglesia no pierde su belleza. No sé si me explico. _________________ NO SOY VETERANO

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Tomás Bertrán Mercader Veterano
Registrado: 01 Oct 2005 Mensajes: 1503 Ubicación: España
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Publicado:
Vie May 23, 2008 2:28 pm Asunto:
Tema: ¿Qué o quién es el Cuerpo Místico?. |
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Gracias Miles. Es cierto lo que dices ya que el Bautismo imprime carácter, y aunque con el pecado se pierde la filiación divina queda como un remanso de este sello en el bautizado, por pura misericordia de Dios.
Ahora bien, creo que el no bautizado, aunque no esté dentro del Cuerpo Místico, no por eso deja de estar de la mano de Dios, ya que por caminos inexcrutables la Gracia de Dios puede llegar a él, conocer el Evangelio, bautizarse y adherirse al Cuerpo Místico. De ahí la importancia de las misiones. O el no bautizado, que sin culpa propia de no conocer a Cristo, vive según la Ley natural inscrita por Dios en su corazón, y sigue los dictados de una sana conciencia. Aunque no esté dentro del Cuerpo Místico la sangre de Cristo llega hasta él. Y no olvidemos que en estado de pecado no hay sólo un camino de arrepentimiento y de llegar a Cristo por vía directa, sino que también se puede hacer por vía de la Virgen María, refugio de pecadores, y Ella llevarnos a la reconciliación con Dios. _________________ NO SOY VETERANO

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Sitibundo (2) Asiduo
Registrado: 22 May 2007 Mensajes: 465 Ubicación: Puerto España
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Publicado:
Vie May 23, 2008 2:46 pm Asunto:
Tema: ¿Qué o quién es el Cuerpo Místico?. |
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El tema es extraordinario y naturalmente demasiado amplio para tratarse en profundidad en este foro.
Como ejemplo para empezar baste esta cita:
Es decir, no se puede separar a Jesús de su Iglesia y quienes lo hacen traicionan la voluntad de Jesús. De forma agradable, porque la fisonomía de cada apóstol y de otros personajes de la Iglesia primitiva es presentada con gran atractivo, el Papa nos recuerda que el cristianismo se vive en la Iglesia y que, sin ella, vivimos una ficción.
Esto es fundamental y cierto pero a Cristo no se le puede separar de la humanidad toda.
Cristo es irreductible por lo tanto el Cuerpo de Cristo, lo de Místico no lo dice san Pablo, lo formamos todos. _________________ Quieren abnegar su Gracia |
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Tomás Bertrán Mercader Veterano
Registrado: 01 Oct 2005 Mensajes: 1503 Ubicación: España
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Publicado:
Vie May 23, 2008 3:33 pm Asunto:
Tema: ¿Qué o quién es el Cuerpo Místico?. |
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Cuerpo Místico: se llama Místico porque en él está el cuerpo de Cristo y la Iglesia formando un mismo Cuerpo. La Iglesia nació del costado de Cristo al brotar sangre y agua. Por eso el sacerdote en la Consagración pone al vino unas gotas de agua, ya que las gotas de agua representan a nosotros, a los miembros de la Iglesia.
Cita: | Se le llama místico, no sólo para distinguirlo del cuerpo natural de Cristo, sino para indicar el carácter sobrenatural e íntimo a la vez de la unión de Cristo con la Iglesia; unión que está fundada y mantenida por misterios perceptibles tan sólo a la fe. La Iglesia es un organismo vivo, con la vida de la gracia de Cristo que el Espíritu Santo le va inoculando]. «Cristo se va formando en nosotros» (Gál 4,19), y «nosotros debemos crecer en El» (Ef 4,15). Esta es una de las ideas con las que más encariñado vemos al gran Apóstol, que la hace resaltar al comparar la unión de Cristo y de la Iglesia con la que media en el organismo humano entre la cabeza y el cuerpo. [Esta idea la expone con mayor viveza, sobre todo, en la primera carta a los de Corinto (12, 12-30)]. Oídle: «Así como en un solo cuerpo tenemos muchos miembros, así también, no obstante ser muchos los bautizados, formamos un solo cuerpo en Cristo...» (Rm 12, 4-5). La Iglesia es el cuerpo y Cristo la cabeza» (1Cor 12,12). En otra parte llama a la Iglesia «complemento de Cristo» (Ef 1,23), como los miembros son complemento del organismo; y concluye: «Sois todos uno en Cristo» (Gál 3,28).
La Iglesia forma, pues, un solo ser con Cristo. Según la bella expresión de San Agustín, eco fiel de San Pablo, Cristo no puede concebirse cumplidamente sin la Iglesia: son inseparables, del mismo modo que la cabeza es inseparable del cuerpo vivo. Cristo y su Iglesia forman un solo ser colectivo, el Cristo total. «El Cristo completo está formado por la cabeza y el cuerpo: el Hijo Unigénito de Dios es la cabeza, la Iglesia es su cuerpo» [totus Christus caput et corpus est: caput Unigenitus Dei Filius, et corpus eius Ecclesia. De unitate Ecclesiæ, 4. Nadie como San Agustín ha expuesto esta doctrina, que el santo Doctor desarrolla sobre todo en las Enarr. in Psalmos]. ¿Por qué es Cristo cabeza y jefe de la Iglesia? -Porque el Hijo de Dios posee la primacía.- En primer lugar, la primacía de honor: «Dios otorgó a su Hijo un nombre sobre todo nombre para que toda rodilla se le doble» (Fil 2,9); además, la primacía de autoridad: «Todo poder me ha sido dado» (Mt 28,18); pero sobre todo una primacía de vida, de influencia interior: «Dios se lo ha sometido todo, e hizo de El cabeza de la Iglesia» (Ef 1,22). |
De encuentra.com. "La Iglesia, Cuerpo Místico de Jesucristo" por Dom Columba Marmion. _________________ NO SOY VETERANO

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Sitibundo (2) Asiduo
Registrado: 22 May 2007 Mensajes: 465 Ubicación: Puerto España
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Publicado:
Vie May 23, 2008 5:26 pm Asunto:
Tema: ¿Qué o quién es el Cuerpo Místico?. |
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Lo de Místico es un tecnisismo que se empezó a usar en la edad media para diferenciar el cuerpo del Cristo Total, una idea muy profunda de san Pablo, con el Corpus Chisti, la carne verdadera y la sangre verdadera de Nuestro Señor Jesucristo. que se nos ofrece en la Eucaristía
El cuerpo del Cristo Total cuya mejor representación, pero no la única es la Iglesia, valdría si se considerara la Iglesia Total.
Hoy alguna parte de la teología estudia la posibilidad del Cuerpo del Cristo Cosmico.
Un saludo _________________ Quieren abnegar su Gracia |
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Tomás Bertrán Mercader Veterano
Registrado: 01 Oct 2005 Mensajes: 1503 Ubicación: España
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Publicado:
Vie May 23, 2008 6:15 pm Asunto:
Tema: ¿Qué o quién es el Cuerpo Místico?. |
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Del Catecismo de la Iglesia Católica:
Cita: | Cristo, Cabeza de este Cuerpo
792 Cristo "es la Cabeza del Cuerpo que es la Iglesia" (Col 1, 18). Es el Principio de la creación y de la redención. Elevado a la gloria del Padre, "él es el primero en todo" (Col 1, 18), principalmente en la Iglesia por cuyo medio extiende su reino sobre todas las cosas:
793 El nos une a su Pascua: Todos los miembros tienen que esforzarse en asemejarse a él "hasta que Cristo esté formado en ellos" (Ga 4, 19). "Por eso somos integrados en los misterios de su vida ..., nos unimos a sus sufrimientos como el cuerpo a su cabeza. Sufrimos con él para ser glorificados con él" (LG 7).
794 El provee a nuestro crecimiento (cf. Col 2, 19): Para hacernos crecer hacia él, nuestra Cabeza (cf. Ef 4, 11-16), Cristo distribuye en su cuerpo, la Iglesia, los dones y los servicios mediante los cuales nos ayudamos mutuamente en el camino de la salvación.
795 Cristo y la Iglesia son, por tanto, el "Cristo total" ["Christus totus"]. La Iglesia es una con Cristo. Los santos tienen conciencia muy viva de esta unidad:
Felicitémonos y demos gracias por lo que hemos llegado a ser, no solamente cristianos sino el propio Cristo. ¿Comprendéis, hermanos, la gracia que Dios nos ha hecho al darnos a Cristo como Cabeza? Admiraos y regocijaos, hemos sido hechos Cristo. En efecto, ya que El es la Cabeza y nosotros somos los miembros, el hombre todo entero es El y nosotros ... La plenitud de Cristo es, pues, la Cabeza y los miembros: ¿Qué quiere decir la Cabeza y los miembros? Cristo y la Iglesia (San Agustín, ev. Jo. 21, 8).
Redemptor noster unam se personam cum sancta Ecclesia, quam assumpsit, exhibuit ("Nuestro Redentor muestra que forma una sola persona con la Iglesia que El asumió") (San Gregorio Magno, mor. praef.1,6,4)
Caput et membra, quasi una persona mystica ("La Cabeza y los miembros, como si fueran una sola persona mística") (Santo Tomás de Aquino, s.th. 3, 42, 2, ad 1).
Una palabra de Santa Juana de Arco a sus jueces resume la fe de los santos doctores y expresa el buen sentido del creyente: "De Jesucristo y de la Iglesia, me parece que es todo uno y que no es necesario hacer una dificultad de ello" (Juana de Arco, proc.).
La Iglesia es la Esposa de Cristo
796 La unidad de Cristo y de la Iglesia, Cabeza y miembros del Cuerpo, implica también la distinción de ambos en una relación personal. Este aspecto es expresado con frecuencia mediante la imagen del Esposo y de la Esposa. El tema de Cristo esposo de la Iglesia fue preparado por los profetas y anunciado por Juan Bautista (cf. Jn 3, 29). El Señor se designó a sí mismo como "el Esposo" (Mc 2, 19; cf. Mt 22, 1-14; 25, 1-13). El apóstol presenta a la Iglesia y a cada fiel, miembro de su Cuerpo, como una Esposa "desposada" con Cristo Señor para "no ser con él más que un solo Espíritu" (cf. 1 Co 6,15-17; 2 Co 11,2). Ella es la Esposa inmaculada del Cordero inmaculado (cf. Ap 22,17; Ef 1,4; 5,27), a la que Cristo "amó y por la que se entregó a fin de santificarla" (Ef 5,26), la que él se asoció mediante una Alianza eterna y de la que no cesa de cuidar como de su propio Cuerpo (cf. Ef 5,29):
He ahí el Cristo total, cabeza y cuerpo, un solo formado de muchos ... Sea la cabeza la que hable, sean los miembros, es Cristo el que habla. Habla en el papel de cabeza ["ex persona capitis"] o en el de cuerpo ["ex persona corporis"]. Según lo que está escrito: "Y los dos se harán una sola carne. Gran misterio es éste, lo digo respecto a Cristo y la Iglesia."(Ef 5,31-32) Y el Señor mismo en el evangelio dice: "De manera que ya no son dos sino una sola carne" (Mt 19,6). Como lo habéis visto bien, hay en efecto dos personas diferentes y, no obstante, no forman más que una en el abrazo conyugal ... Como cabeza él se llama "esposo" y como cuerpo "esposa" (San Agustín, psalm. 74, 4:PL 36, 948-949). |
Lo del Cuerpo del Cristo Cósmico, ¿es de Theilard de Chardin?. _________________ NO SOY VETERANO

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Tomás Bertrán Mercader Veterano
Registrado: 01 Oct 2005 Mensajes: 1503 Ubicación: España
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Publicado:
Vie May 23, 2008 6:31 pm Asunto:
Tema: ¿Qué o quién es el Cuerpo Místico?. |
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En la Consagración, significado del agua en el vino:
De mercabá:
http://www.mercaba.org/FICHAS/aciprensa/gestos_y_simbolos.htm
LAS GOTAS DE AGUA EN EL VINO
Con este signo el sacerdote le pide a Dios que una nuestras vidas a la suya. AI momento de preparar sobre el Altar el pan y el vino "el Diácono u otro ministro, pasa al sacerdote la panera con el pan que se va a consagrar; vierte el vino y unas gotas de agua en el cáliz.." (Misal Romano Nº 133). El instante en que se echa el agua se acompaña con una oración que se dice en secreto: "El agua unida al vino sea signo de nuestra participación en la vida divina de quien ha querido compartir nuestra condición humana".
San Cipriano, a mediados del siglo II, escribió sobre este gesto litúrgico, lo siguiente:
“en el agua se entiende el pueblo y en el vino se manifiesta la Sangre de Cristo. Y cuando en el cáliz se mezcla agua con el vino, el pueblo se junta a Cristo, y el pueblo de los creyentes se une y junta a Aquel en el cual creyó. La cual unión y conjunción del agua y del vino de tal modo se mezcla en el cáliz del Señor que aquella mezcla no puede separarse entre sí. Por lo que nada podrá separar de Cristo a la Iglesia (...) Si uno sólo ofrece vino, la Sangre de Cristo empieza a estar sin nosotros, y si el agua está sola el pueblo empieza a estar sin Cristo. Más cuando uno y otro se mezclan y se unen entre sí con la unión que los fusiona, entonces se lleva a cabo el sacramento espiritual y celestial” (Carta Nº 63, 13). _________________ NO SOY VETERANO

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Pepa Veterano
Registrado: 02 Oct 2005 Mensajes: 4183
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Publicado:
Vie May 23, 2008 6:45 pm Asunto:
Tema: ¿Qué o quién es el Cuerpo Místico?. |
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Tomás y Miles, totalmente de acuerdo con ustedes, desde ya. Mi comentario fue un poco por recordar (con tristeza) a los que se aferran a lo humano. _________________ No os engañéis: de Dios nadie se burla. |
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Sitibundo (2) Asiduo
Registrado: 22 May 2007 Mensajes: 465 Ubicación: Puerto España
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Publicado:
Vie May 23, 2008 6:57 pm Asunto:
Tema: ¿Qué o quién es el Cuerpo Místico?. |
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Lo del Cuerpo del Cristo Cósmico, ¿es de Theilard de Chardin?.
Teilhard fue un gran pensador y un eminente científico pero no fue propiamente un teólogo.
A él se le deben estas ideas de un Cristo enraizado en toda la creación Jesucristo es por su doble naturaleza el puente perfecto entre la Realidad de Dios y la antirrealidad de su creación por lo tanto es imperativo considerarlo redentor de los hombres pero también redentor de la creación, "De todas las cosas" gracias a él la creación entera regresará a Dios tal como lo dice san Pablo en su primera epístola a los corintios en todo el capítuo 15 y específicamente en el versículo 28.
Un saludo. _________________ Quieren abnegar su Gracia |
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Tomás Bertrán Mercader Veterano
Registrado: 01 Oct 2005 Mensajes: 1503 Ubicación: España
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Publicado:
Sab May 24, 2008 12:11 pm Asunto:
Tema: ¿Qué o quién es el Cuerpo Místico?. |
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De Catholic.net
http://es.catholic.net/conocetufe/365/819/articulo.php?id=5971
Autor: SS Juan Pablo II | Fuente: vatican.va
El Espíritu Santo, alma de la Iglesia
Catequesis del Papa Juan Pablo II del miércoles 8 de julio de 1998.
1. «Si Cristo es la cabeza de la Iglesia, el Espíritu Santo es su alma». Así afirmaba mi venerado predecesor León XIII en la encíclica Divinum illud munus (1897: Denzinger-Schönmetzer, n. 3.328). Y después de él, Pío XII explicitaba: el Espíritu Santo en el cuerpo místico de Cristo es «el principio de toda acción vital y verdaderamente saludable en todas las partes del cuerpo místico» (encíclica Mystici Corporis, 1943: Denzinger-Schönmetzer, n. 3.808).
Hoy queremos reflexionar en el misterio del cuerpo de Cristo, que es la Iglesia, en cuanto vivificada y animada por el Espíritu Santo.
Después del acontecimiento de Pentecostés, el grupo que da origen a la Iglesia cambia profundamente: primero se trataba de un grupo cerrado y estático, cuyo número era de «unos ciento veinte» (Hch 1, 15); luego se transformó en un grupo abierto y dinámico al que, después del discurso de Pedro, «se unieron unas tres mil almas» (Hch 2, 41). La verdadera novedad no es tanto este crecimiento numérico, aunque sea extraordinario, sino la presencia del Espíritu Santo. En efecto, para que exista la comunidad cristiana no basta un grupo de personas. La Iglesia nace del Espíritu del Señor. Se presenta, para utilizar una feliz expresión del recordado cardenal Congar, «completamente suspendida del cielo» (La Pentecoste, trad. ital., Brescia 1986, p. 60).
2. Este nacimiento en el Espíritu, que tuvo lugar para toda la Iglesia en Pentecostés, se renueva para cada creyente en el bautismo, cuando somos sumergidos «en un solo Espíritu», para ser injertados «en un solo cuerpo» (1 Co 12, 13). Leemos en san Ireneo: «Así como de la harina no se puede hacer, sin agua, un solo pan, así tampoco nosotros, que somos muchos, podemos llegar a ser uno en Cristo Jesús, sin el agua que viene del cielo» (Adv. haer. III, 17, 1). El agua que viene del cielo y transforma el agua del bautismo es el Espíritu Santo.
San Agustín afirma: «Lo que nuestro espíritu, o sea, nuestra alma, es para nuestros miembros, lo mismo es el Espíritu Santo para los miembros de Cristo, para el cuerpo de Cristo, que es la Iglesia» (Serm. 267, 4).
El concilio ecuménico Vaticano II, en la constitución dogmática sobre la Iglesia, recurre a esta imagen, la desarrolla y la precisa: Cristo «nos dio su Espíritu, que es el único y el mismo en la cabeza y en los miembros. Éste de tal manera da vida, unidad y movimiento a todo el cuerpo, que los santos Padres pudieron comparar su función a la que realiza el alma, principio de vida, en el cuerpo humano» (Lumen gentium, 7).
Esta relación del Espíritu con la Iglesia nos orienta para que la comprendamos sin caer en los dos errores opuestos, que ya la Mystici Corporis señalaba: el naturalismo eclesiológico, que se detiene unilateralmente en el aspecto visible, llegando incluso a considerar a la Iglesia como una simple institución humana; o bien, por el contrario, el misticismo eclesiológico, que subraya la unidad de la Iglesia con Cristo, hasta el punto de considerar a Cristo y a la Iglesia como una especie de persona física. Se trata de dos errores que tienen una analogía, como ya subrayaba León XIII en la encíclica Satis cognitum, con dos herejía cristológicas: el nestorianismo, que separaba las dos naturalezas en Cristo, y el monofisismo, que las confundía. El concilio Vaticano II nos proporcionó una síntesis, que nos ayuda a captar el verdadero sentido de la unidad mística de la Iglesia, presentándola como «una realidad compleja en la que están unidos el elemento divino y el humano» (Lumen gentium, 8).
3. La presencia del Espíritu Santo en la Iglesia hace que ella, aunque esté marcada por el pecado de sus miembros, se preserve de la defección. En efecto, la santidad no sólo substituye al pecado, sino que lo supera. También en este sentido se puede decir con san Pablo que donde abunda el pecado, sobreabunda la gracia (cf. Rm 5, 20).
El Espíritu Santo habita en la Iglesia, no como un huésped que queda, de todas formas, extraño, sino como el alma que transforma a la comunidad en «templo santo de Dios» (1 Co 3, 17; cf. 6, 19; Ef 2, 21) y la asimila continuamente a sí por medio de su don específico que es la caridad (cf. Rm 5, 5; Ga 5, 22). La caridad, nos enseña el concilio Vaticano II en la constitución dogmática sobre la Iglesia, «dirige todos los medios de santificación, los informa y los lleva a su fin» (Lumen gentium, 42). La caridad es el «corazón» del cuerpo místico de Cristo, como leemos en la hermosa página autobiográfica de santa Teresa del Niño Jesús: «Comprendí que la Iglesia tenía un cuerpo, compuesto por diversos miembros, y no faltaba el miembro más noble y más necesario. Comprendí que la Iglesia tenía un corazón, un corazón ardiente de amor. Entendí que sólo el amor impulsaba a los miembros de la Iglesia a la acción y que, si se hubiera apagado este amor, los Apóstoles no habrían anunciado el Evangelio, los mártires ya no habrían derramado su sangre (...). Comprendí que el amor abrazaba todas las vocaciones, que el amor era todo, que se extendía a todos los tiempos y a todos los lugares (...), en una palabra, que el amor es eterno» (Manuscrito autobiográfico B 3 v).
4. El Espíritu que habita en la Iglesia, mora también en el corazón de cada fiel: es el dulcis hospes animae. Entonces, seguir un camino de conversión y santificación personal significa dejarse «guiar» por el Espíritu (cf. Rm 8, 14), permitirle obrar, orar y amar en nosotros. «Hacernos santos» es posible, si nos dejamos santificar por aquel que es el Santo, colaborando dócilmente en su acción transformadora. Por eso, al ser el objetivo prioritario del jubileo el fortalecimiento de la fe y del testimonio de los cristianos, «es necesario suscitar en cada fiel un verdadero anhelo de santidad, un fuerte deseo de conversión y de renovación personal en un clima de oración cada vez más intensa y de solidaria acogida del prójimo, especialmente del más necesitado» (Tertio millennio adveniente, 42).
Podemos considerar que el Espíritu Santo es como el alma de nuestra alma y, por tanto, el secreto de nuestra santificación. ¡Permitamos que su presencia fuerte y discreta, íntima y transformadora, habite en nosotros!
5. San Pablo nos enseña que la inhabitación del Espíritu Santo en nosotros, relacionada íntimamente con la resurrección de Jesús, es también el fundamento de nuestra resurrección final: «Y si el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, aquel que resucitó a Cristo de entre los muertos dará también la vida a vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que habita en vosotros» (Rm 8, 11).
En la bienaventuranza eterna, viviremos en la gozosa participación, que ahora está prefigurada y anticipada por la Eucaristía. Entonces el Espíritu hará madurar plenamente todas las semillas de comunión, de amor y de fraternidad, que hayan florecido durante nuestra peregrinación terrena. Como afirma san Gregorio de Nisa, «envueltos por la unidad del Espíritu Santo, así como por el vínculo de la paz, todos serán un solo cuerpo y un solo Espíritu» (Hom 15 in Cant.). _________________ NO SOY VETERANO

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Tomás Bertrán Mercader Veterano
Registrado: 01 Oct 2005 Mensajes: 1503 Ubicación: España
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Publicado:
Sab May 24, 2008 4:40 pm Asunto:
Tema: ¿Qué o quién es el Cuerpo Místico?. |
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Del libro "Informe sobre la fe". Card. Joseph Ratzinger y Vittorio Messori.(B.A.C.). Madrid 1985.
Cap III.- La raíz de la crisis: La idea de Iglesia.
Copio el párrafo comprendido entre las págs. 54 y 56 inclusive:
¿Cómo es para los católicos?
«Para los católicos —explica— la Iglesia está compuesta por hombres que conforman la dimensión exterior de aquella; pero, detrás de esta dimensión, las estructuras fundamentales son queridas por Dios mismo y, por lo tanto, son intangibles. Detrás de la fachada humana está el misterio de una realidad suprahumana sobre la que no pueden en absoluto intervenir ni el reformador, ni el sociólogo, ni el organizador. Si, por el contrario, la Iglesia se mira únicamente como mera construcción humana, como obra nuestra, también los contenidos de la fe terminan por hacerse arbitrarios: la fe no tiene ya un instrumento auténtico, plenamente garantizado, por medio del cual expresarse. De este modo, sin una visión sobrenatural, y no sólo sociológica, del misterio de la Iglesia, la misma cristología pierde su referencia a lo Divino: una estructura puramente humana acaba siempre en proyecto humano. El Evangelio viene a ser entonces el «proyecto-Jesús», el proyecto liberación-social, u otros proyectos meramente históricos, inmanentes, que pueden incluso parecer religiosos, pero que son ateos en realidad».
Durante el Vaticano II se insistió mucho —en las intervenciones de algunos obispos, en las relaciones de sus consultores teólogos y también, en los documentos finales— en el concepto de Iglesia como «pueblo de Dios». Una concepción que parece haberse impuesto en las eclesiologías posconciliares.
«Es verdad; se ha dado y continúa dándose esta insistencia, la cual, sin embargo, en los textos conciliares se halla compensada con otras que la completan; un equilibrio que muchos teólogos han perdido de vista. Y es el caso que, a diferencia de lo que éstos piensan, por este camino se corre el peligro de retroceder en lugar de avanzar. De aquí proviene el peligro de abandonar el Nuevo Testamento para volver al Antiguo. En realidad, «pueblo de Dios» es, para la Escritura, Israel en sus relaciones de oración y de fidelidad con el Señor. Pero limitarse únicamente a esta expresión para definir a la Iglesia significa dejar un tanto en la sombra la concepción que de ella nos ofrece el Nuevo Testamento. En éste, la expresión «pueblo de Dios» remite siempre al elemento veterotestamentario de la Iglesia, a su continuidad con Israel. Pero la Iglesia recibe su connotación neotestamentaria más evidente en el concepto de «cuerpo de Cristo». Se es Iglesia y se entra en ella no a través de pertenencias sociológicas, sino a través de la inserción en el cuerpo mismo del Señor, por medio del bautismo y de la eucaristía. Detrás del concepto, hoy tan en boga, de Iglesia como sólo pueblo de Dios» perviven sugestiones de eclesiologías que vuelven, de hecho, al Antiguo Testamento; y perviven también, posiblemente, sugestiones políticas, partidistas y colectivistas. En realidad, no hay concepto verdaderamente neotestamentario, católico de Iglesia que no tenga relación directa y vital no con la sociología sino con la cristología. La Iglesia no se agota en el «colectivo» de los creyentes: siendo como es «cuerpo de Cristo», es mucho más que la simple suma de sus miembros».
Para el Prefecto, la gravedad de la situación viene acentuada por el hecho de que —en un punto tan vital como la eclesiología— no parece posible intervenir de manera resolutiva mediante documentos. Aunque éstos no hayan faltado, sería necesario, a su juicio, un trabajo en profundidad: «Es necesario recrear un clima auténticamente católico, encontrar de nuevo el sentido de la Iglesia como Iglesia del Señor, como espacio de la presencia real de Dios en el mundo. Es el misterio de que habla el Vaticano II con palabras terriblemente comprometedoras, en las que resuena toda la Tradición católica: «La Iglesia o reino de Cristo, presente actualmente en misterio» (Lumen gentium n.3)». _________________ NO SOY VETERANO

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Tomás Bertrán Mercader Veterano
Registrado: 01 Oct 2005 Mensajes: 1503 Ubicación: España
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Publicado:
Mar May 27, 2008 5:52 am Asunto:
Tema: ¿Qué o quién es el Cuerpo Místico?. |
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APERTURA DEL XLVII CONGRESO EUCARÍSTICO INTERNACIONAL
VÍSPERAS SOLEMNES DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD
HOMILÍA DEL SANTO PADRE JUAN PABLO II
Domingo 18 de junio de 2000
1. "Un solo Cuerpo y un solo Espíritu, como una es la esperanza a que habéis sido llamados" (Ef 4, 4).
¡Un solo cuerpo! En estas palabras del apóstol san Pablo se concentra esta tarde de modo particular nuestra atención, durante estas Vísperas solemnes, con las que inauguramos el Congreso eucarístico internacional. Un solo cuerpo: nuestro pensamiento va, ante todo, al Cuerpo de Cristo, ¡Pan de vida!
Jesús, que nació hace dos mil años de María Virgen, quiso dejarnos durante la última Cena su cuerpo y su sangre, inmolados por toda la humanidad. En torno a la Eucaristía, sacramento de su amor a nosotros, se reúne la Iglesia, su Cuerpo místico. Cristo y la Iglesia, un solo cuerpo, un único y gran misterio. Mysterium fidei!
2. Ave, verum corpus, natum de Maria Virgine! ¡Salve, verdadero cuerpo de Cristo, nacido de María Virgen! Nacido en la plenitud de los tiempos, nacido de mujer, nacido bajo la ley (cf. Ga 4, 4).
En el corazón del gran jubileo y al comienzo de esta semana dedicada al Congreso eucarístico, volvemos a aquel acontecimiento histórico que marcó el pleno cumplimiento de nuestra salvación. Nos arrodillamos como los pastores ante la cuna de Belén; como los magos que llegaron de Oriente, adoramos a Cristo, Salvador del mundo. Como el anciano Simeón, lo estrechamos entre los brazos, bendiciendo a Dios porque nuestros ojos han visto la salvación que ha preparado ante todos los pueblos: luz para iluminar a los gentiles y gloria del pueblo de Israel (cf. Lc 2, 30-32).
Recorremos las etapas de su existencia terrena hasta el Calvario, hasta la gloria de su resurrección. Durante los próximos días, iremos espiritualmente sobre todo al Cenáculo para volver a meditar en cuanto Jesucristo hizo y sufrió por nosotros.
3. "In supremae nocte cenae... se dat suis manibus". Durante la última cena, celebrando la Pascua con sus discípulos, Cristo se entregó a sí mismo por nosotros. Sí, la Iglesia, convocada para el Congreso eucarístico internacional, vuelve durante estos días al Cenáculo y permanece allí en adoración. Revive el gran misterio de la Encarnación, fijando su mirada en el sacramento en que Cristo nos dejó el memorial de su pasión: "Esto es mi cuerpo que es entregado por vosotros. (...) Este cáliz es la nueva alianza en mi sangre, que es derramada por vosotros" (Lc 22, 19-20).
Ave, verum corpus... vere passum, immolatum!
Te adoramos, verdadero Cuerpo de Cristo, presente en el Sacramento de la nueva y eterna Alianza, memorial vivo del sacrificio redentor. ¡Tú, Señor, eres el Pan vivo bajado del cielo, que da vida al hombre! En la cruz diste tu carne para la vida del mundo (cf. Jn 6, 51): in cruce pro homine!
Ante un misterio tan sublime la mente humana queda desconcertada. Pero, confortada por la gracia divina, se atreve a repetir con fe: Adoro te devote, latens Deitas, quae sub his figuris vere latitas. Te adoro, oh Dios escondido, que bajo las sagradas especies te ocultas realmente.
4. "Un solo Cuerpo y un solo Espíritu, como una es la esperanza a que habéis sido llamados" (Ef 4, 4).
En estas palabras, que acabamos de escuchar, el apóstol san Pablo habla de la Iglesia, comunidad de los creyentes congregados en la unidad de un solo cuerpo, animados por el mismo Espíritu y sostenidos por la participación en la misma esperanza. San Pablo piensa en la realidad del Cuerpo místico de Cristo, que en su Cuerpo eucarístico encuentra el propio centro vital, del que fluye la energía de la gracia hacia cada uno de sus miembros.
El Apóstol afirma: "El pan que partimos ¿no es comunión con el cuerpo de Cristo? Porque, aun siendo muchos, somos un solo pan y un solo cuerpo" (1 Co 10, 16-17). Así, todos los bautizados nos convertimos en miembros de ese cuerpo y, por consiguiente, en miembros unos de otros (cf. 1 Co 12, 27; Rm 12, 5). Con íntimo reconocimiento, demos gracias a Dios, que ha hecho de la Eucaristía el sacramento de nuestra plena comunión con él y con nuestros hermanos.
5. Esta tarde, con las Vísperas solemnes de la Santísima Trinidad, comenzamos una semana singularmente densa, durante la cual se reunirán en torno a la Eucaristía obispos y sacerdotes, religiosos y laicos de todas partes del mundo. Será una extraordinaria experiencia de fe y un testimonio elocuente de comunión eclesial.
Os saludo a vosotros, queridos hermanos y hermanas que participáis en este acontecimiento jubilar, que se puede considerar el corazón de todo el Año santo. Mi saludo se dirige, en particular, a los fieles de la diócesis de Roma, nuestra diócesis, que, bajo la guía del señor cardenal vicario y de los obispos auxiliares, y con la colaboración del clero, de los religiosos y las religiosas, así como de tantos laicos generosos, ha preparado en sus diversos aspectos este Congreso eucarístico. La diócesis de Roma se dispone a asegurar su desarrollo ordenado en los próximos días, consciente del honor que tiene al acoger este acontecimiento central del gran jubileo.
También deseo dirigir un saludo especial a las numerosas Hermandades, reunidas en Roma para un significativo "camino de fraternidad". Su presencia, más sugestiva aún por sus artísticas cruces y notables imágenes sagradas transportadas hasta aquí en majestuosas andas, es un marco digno de la celebración eucarística para la que nos hemos congregado aquí.
En esta plaza confluyen la mente y el corazón de numerosos fieles del mundo entero. Invito a los creyentes y a las comunidades eclesiales de todos los rincones de la tierra a compartir con nosotros estos momentos de profunda espiritualidad eucarística. Pido especialmente a los niños y a los enfermos, así como a las comunidades contemplativas, que ofrezcan su oración por la feliz y fructuosa realización de este encuentro eucarístico mundial.
6. El Congreso eucarístico nos invita a renovar nuestra fe en la presencia real de Cristo en el sacramento del altar: Ave, verum corpus!
Al mismo tiempo, nos dirige una apremiante exhortación a la reconciliación y a la unidad de todos los creyentes: "Un solo cuerpo... una sola fe... un solo bautismo". Por desgracia, divisiones y contrastes desgarran aún el cuerpo de Cristo e impiden a los cristianos de diversas confesiones compartir el único Pan eucarístico. Por eso, invoquemos unidos la fuerza sanante de la misericordia divina, sobreabundante en este año jubilar.
Y tú, oh Cristo, única Cabeza y Salvador, atrae hacia ti a todos tus miembros. Únelos y transfórmalos con tu amor, para que la Iglesia resplandezca con la belleza sobrenatural que brilla en los santos de todas las épocas y naciones, en los mártires, en los confesores, en las vírgenes y en los innumerables testigos del Evangelio.
O Iesu dulcis, o Iesu pie, o Iesu, fili Mariae!
Amén. _________________ NO SOY VETERANO

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Abraham Diaz Constante
Registrado: 05 Ene 2006 Mensajes: 842
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Publicado:
Jue May 29, 2008 9:11 pm Asunto:
Tema: ¿Qué o quién es el Cuerpo Místico?. |
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Pregunta para los bien entendidos en este tema, los catolicos ortodoxos y los protestantes de las iglesias historicas, es decir no las sectas, pertenecen tambien al cuerpo mistico de Cristo o no?
En el caso de los protestantes, hablo de aquellos q tienen el bautismo valido y reconocido por la Iglesia catolica romana.
Saludos _________________ "El teólogo se prostituye cuando, en vez de buscar la verdad, persigue los aplausos de la dictadura de las opiniones comunes". Cardenal Joseph Ratzinger Prefecto de la CDF. |
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Tomás Bertrán Mercader Veterano
Registrado: 01 Oct 2005 Mensajes: 1503 Ubicación: España
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Publicado:
Vie May 30, 2008 9:23 am Asunto:
Tema: ¿Qué o quién es el Cuerpo Místico?. |
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No soy entendido como teólogo, ya que no estudié teología, pero por si vale copio un extracto de un artículo de este link:
http://www.churchforum.org/info/Iglesia/elcuerpo.htm
Los miembros que forman parte del cuerpo místico de Cristo pueden ser perfectos o imperfectos.
Son miembros perfectos todos los bautizados, de cualquier raza o condición (ICor.12,12-13; Gál.3,27-28). Estar bautizados e incorporados a la Iglesia es idéntico. Pero, así como Dios pone condiciones para entrar en la Iglesia, las pone también para permanecer en ella. Podemos resolverlas en dos:
1. aceptar todas las verdades predicadas por los apóstoles y
2. obedecer a la legítima autoridad por El establecida. Jesús dijo que el que no crea se condenará (Mc. 16, 16) y confió todo su rebaño a Pedro para que lo defienda y lo apaciente (Jn.21,15 ss)
Quedan por lo tanto fuera de la Iglesia: quiénes voluntaria y conscientemente niegan una verdad revelada por Cristo y propuesta por el Magisterio; quiénes niegan obediencia al Romano Pontífice, sucesor de Pedro; los excomulgados, ya que la Iglesia recibió el poder de alejar de sí los miembros que resistan sus órdenes (Mt.18, 17-18).
Los luteranos y calvinistas del siglo XVI enseñaron erróneamente que sólo los justos y predestinados son miembros de la Iglesia.
Jesús no concibió su Iglesia como una agrupación de justos y predestinados al paraíso, sino como una sociedad en la que viven justos buenos y malos (Mt. 13, 47-50), vírgenes necias y prudentes (25, 1-13), trigo y cizaña (13, 24 ss.). Precisamente por esto Jesús instituyó el sacramento de la penitencia para perdonar los pecados (Jn. 20, 23).
Los miembros imperfectos de la Iglesia son:
1. Los catecúmenos, que, aunque todavía no están incorporados a Cristo por el bautismo, tienen la explícita voluntad de recibir el sacramento, de aceptar las enseñanzas de la Iglesia y de obedecer a sus legítimos pastores.
2. Los bautizados que no poseen la integridad de la fe, que no aceptan lo que enseña la Iglesia, que no admiten la autoridad del Papa. Sin embargo, son muchos todavía los vínculos que los une a la Iglesia Católica: admiten la Escritura como norma de fe y conducta moral; tienen un bautismo válido y poseen también otros sacramentos como la confirmación y la eucaristía, y en el caso de los ortodoxos, los siete; tienen algunos el episcopado y veneran a la Virgen María, madre de Dios. Todo lo cual hace que el Espíritu Santo produzca en ellos, aunque de modo limitado frutos de santidad. Estos vínculos confieren un fundamento teológico sobre el que se apoya la actividad ecuménica que trata de evitar el escándalo de la división a cuantos sienten la llamada de Cristo.
3. Los no cristianos, especialmente el pueblo judío, que, aunque no aceptó a Cristo, fue depositario de las promesas mesiánicas y es descendiente de aquellos patriarcas de quiénes los cristianos son hijos espirituales. Por tener fe en el verdadero Dios y el hecho que un día, que sólo Dios sabe, aceptarán a Cristo, permite decir que los hebreos están también ordenados al pueblo de Dios.
4. Los paganos, que no han conocido jamás el Evangelio del Dios viviente, pero que lo buscan todavía siempre que intentan vivir en armonía con la ley natural grabada en su corazón y en la que, al menos implícitamente, reconocen la voz de Dios que desea que todos al conocimiento de la verdad (I Tim. 2, 4).
Así pues, el pueblo de Dios está dotado de un dinamismo particular y por su misma naturaleza es ecuménico y misionero. Ecuménico porque está llamado a convertir en miembros perfectos del pueblo de Dios a todos los que se adhieran a Cristo; misionero porque quiere llevar el Evangelio a todos los hombres invitándolos a entrar en la Iglesia para gozar la plenitud de la vida. Este dinamismo se prolongará hasta que no exista un solo infiel que sin culpa ignore el Evangelio.
Justamente puede llamarse este pueblo "familia de Dios" porque El la engendró, "templo de Dios" porque El lo habita, "rebaño de Dios" porque El lo gobierna, y especialmente "Cuerpo de Cristo" porque la vida que circula por el es la que Cristo le infundió. Es "IGLESIA", es decir, comunidad de elegidos. _________________ NO SOY VETERANO

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Tomás Bertrán Mercader Veterano
Registrado: 01 Oct 2005 Mensajes: 1503 Ubicación: España
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Publicado:
Vie May 30, 2008 9:58 am Asunto:
Tema: ¿Qué o quién es el Cuerpo Místico?. |
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De la Encíclica Mystici Corporis Christi de Pío XII.
Cita: |
Ni se ha de creer que su gobierno se ejerce solamente de un modo invisible[59] y extraordinario, siendo así que también de una manera patente y ordinaria gobierna el Divino Redentor, por su Vicario en la tierra, a su Cuerpo místico. Porque ya sabéis, Venerables Hermanos, que Cristo Nuestro Señor, después de haber gobernado por sí mismo durante su mortal peregrinación a su pequeña grey[60], cuando estaba para dejar este mundo y volver a su Padre, encomendó el régimen visible de la sociedad por El fundada al Príncipe de los Apóstoles. Ya que, sapientísimo como era, de ninguna manera podía dejar sin una cabeza visible el cuerpo social de la Iglesia que había fundado. Ni para debilitar esta afirmación puede alegarse que, a causa del Primado de jurisdicción establecido en la Iglesia, este Cuerpo místico tiene dos cabezas. Porque Pedro, en fuerza del primado, no es sino el Vicario de Cristo, por cuanto no existe más que una Cabeza primaria de este Cuerpo, es decir, Cristo; el cual, sin dejar de regir secretamente por sí mismo a la Iglesia -que, después de su gloriosa Ascensión a los cielos, se funda no sólo en El, sino también en Pedro, como en fundamento visible-, la gobierna, además, visiblemente por aquel que en la tierra representa su persona. Que Cristo y su Vicario constituyen una sola Cabeza, lo enseñó solemnemente Nuestro predecesor Bonifacio VIII, de i. m., por las Letras Apostólicas Unam sanctam[61]; y nunca desistieron de inculcar lo mismo sus Sucesores.
Hállanse, pues, en un peligroso error quienes piensan que pueden abrazar a Cristo, Cabeza de la Iglesia, sin adherirse fielmente a su Vicario en la tierra. Porque, al quitar esta Cabeza visible, y romper los vínculos sensibles de la unidad, oscurecen y deforman el Cuerpo místico del Redentor, de tal manera, que los que andan en busca del puerto de salvación no pueden verlo ni encontrarlo. |
_________________ NO SOY VETERANO

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Tomás Bertrán Mercader Veterano
Registrado: 01 Oct 2005 Mensajes: 1503 Ubicación: España
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Publicado:
Dom Jun 01, 2008 4:17 am Asunto:
Tema: ¿Qué o quién es el Cuerpo Místico?. |
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La Gran Medianera
María respecto a los hombres es Medianera...
Medianera entre Dios y nosotros. Intercesora de las gracias. Empezó en Caná, cuando le dice Cristo: «Mujer, a nosotros, qué más nos da que no tengan vino. No ha llegado mi hora». Eso es lo que suelen traducir los Evangelios: «Qué tenemos que ver tú y yo. No ha llegado mi hora».
Un autor explica así eso de «qué tenemos que ver tú y yo». Cuenta una anécdota que le pasó en Palestina.
Estaba dando un paseo por el Mar de Galilea con un pescador. De repente le dice el teólogo:-¿Por qué no vamos a Cafarnaún?Y contesta el pescador:¿Qué tenemos que ver tú y yo? Es la frase del Evangelio. Significa: «¿Qué hilo misterioso hay entre tú y yo? Porque eso mismo estaba yo pensando».Cuando Jesús le dice a su Madre «¿Qué tenemos que ver tú y yo?», lo que quiere decir es: «Precisamente eso es lo que yo estaba pensando ahora mismo.Me has adivinado el pensamiento».
Hay que resolver una dificultad, porque San Pablo dice en la Primera Carta a Timoteo, 2:5, «Cristo es el único Mediador».
Si Cristo es el único Mediador, porque lo dice San Pablo, ¿cómo María va a ser Medianera ?
Sí. María es Medianera a pesar de la frase de San Pablo.
¿Por qué?
Porque la frase de San Pablo excluye toda mediación paralela, pero no excluye una mediación dependiente y subordinada. María es mediación subordinada. Cristo es el mediador principal para con el Padre Eterno. Es mediador por sus propios méritos, sin dependencia a ninguna otra persona. En cambio la mediación de María es secundaria, subordinada a la mediación de Cristo.
Nadie está obligado a ir a Dios por medio de María. Todos podemos ir a Dios directamente. Pero qué duda cabe que nuestras peticiones en manos de María son más agradables a Dios que en nuestras manos sucias y pecadoras.
María nos lleva a Jesús. El lema de las Congregaciones Marianas: «A Jesús por María».
María nos lleva a Jesús. «María nos lleva a Cristo, como la aurora precede al sol». La frase no es mía. Es muy bonita. Es del Padre Gracia. En brazos de María, nos acercamos a Dios. Como el niño pequeño que en brazos de su madre se acerca al corazón del padre.
San Bernardo llama a María, cuello. ¿Por qué la llama cuello? Porque une la cabeza con el cuerpo. Cristo es la cabeza del Cuerpo Místico. Nosotros somos el cuerpo del Cuerpo Místico. Y lo mismo que el cuello une la cabeza con el cuerpo, y todo pasa por el cuello, María une a Cristo con el Cuerpo Místico. Es el cuello. Todo pasa por María. Por eso María es la Medianera. La Gran Medianera.
P. Jorge Loring
Extrato de: La Conferencia pronunciada en
la Asamblea Nacional de los Montañeros de Santa María.
Madrid. _________________ NO SOY VETERANO

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