EduaRod Veterano
Registrado: 21 Ene 2006 Mensajes: 3275
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Publicado:
Lun Ene 23, 2006 10:33 pm Asunto:
Tema: ¿Se atreven a opinar o prefieren la tiniebla sobre el tema? |
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Lo siento, no me di cuenta de que había dos temas sobre lo mismo, me imagino que fue el producto de moverlo, pero como respondí en el otro tema y al parecer nadie lo vió, reproduzco aquí mi respuesta:
Su Eco:
Yo creo que eres sincero y voy a responderte, pero si tengo que decirte que en las teorías expuestas hay diversos errores e imprecisiones, pero aclarar todo sería demasiado extenso, de modo que hare lo posible, aunque de todos modos va a ser largo:
En primer lugar, la Biblia tiene, tanto componentes históricos que a veces son completamente verificables, como también muchos pasajes simbólicos. En ocasiones la historicidad es esencial, como por ejemplo en el caso de la Resurrección de Cristo, pues si tal hecho fuera simbólico y no histórico, entonces nos aplicarían las palabras de San Pablo "si Cristo no ha resucitado los cristianos somos los más infelices de todos los hombres"; pero en muchas otras ocasiones la historicidad es francamente secundaria, siendo importante tan sólo la enseñanza que se está transmitiendo a través del texto.
En general, para la teología mientras más antiguo el texto o el tiempo al que se refiere, menor importancia tiene el detalle histórico de la narrativa (que tiende a ser menos preciso) y mayor será la importancia simbólica de la narración. Incluso un historiador que analice las narrativas de la creación del Génesis puede rápidamente mostrar inconsistencias internas. En cambio, para el teólogo, esos pasajes son muy consistentes en la enseñanza que nos quieren revelar. Así pues, si bien parece históricamente demostrable que las narrativas de la creación del Génesis son derivadas de una mezcla de la mitología de los pueblos del Medio Oriente y del África Norte Antiguos (Babilonia, Hititas, Persia, Egipto, etc.), de entre los cuales surgió Abraham y con los que Israel tuvo mucho contacto; también es claro para el católico que tal "selección" de mitos no es en modo alguno incidental, sino, como dice Pedro y nos enseña la Iglesia, inspirados por el Espíritu fue que los hombres hablaron de parte de Dios. Finalmente, también es necesario subrayar que usar la palabra "mito" como se usa popularmente, es decir equivalente a "historia falsa" es un craso error. Por el contrario, los pueblos antiguos los usaban al modo de en que Cristo usaba sus parábolas: lo importante no era la precisión histórica de la historia, sino la enseñanza implícita en la misma, la que se consideraba (y muchas veces era) verdadera. En este sentido y pese a las diferencias de detalle en las narrativas, es de llamar la atención la similitud en la mitología de pueblos de contextos culturales sumamente distantes, lo que ha llevado a concluir la existencia de lo que se ha dado ha llamar una "revelación primitiva" la cual parece haber sido una tradición oral de lo que la humanidad conoció sobre Dios desde el principio, es decir, quizá desde antes del pecado original.
Así pues, de los remanentes presentes de esa revelación primitiva en la mitología de los diferentes pueblos de la región, el Espíritu Santo inspiró a los hombres, dirigidos de acuerdo a la tradición por Moises, para seleccionar al escribir el Génesis aquella mezcla de textos que de manera completa revelara la verdad que Dios nos quiso transmitir con respecto a la creación.
Ahora bien, si la historicidad resulta crítica a veces y otras no ¿Cómo saber entonces qué es importante en cada texto de la escritura? Bueno, pues precisamente por eso dice San Pedro que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada. Para eso está la Iglesia, para hacer la correcta interpretación. Ahora bien, es claro que la Iglesia no se ha pronunciado oficialmente sobre el significado de cada pasaje de la Biblia. Por eso la expresión que se hizo por ahí en el sentido de que existe LA teología de la Iglesia es imprecisa. Ciertamente existe un acervo teológico muy importante en la Iglesia y ciertas líneas o escuelas de interpretación han sido autorizadas en multitud de oportunidades y documentos como las más fidedignas, destacando en este sentido la Teología Tomista (de Santo Tomás de Aquino). Pero de ahí a afirmar que "Todo" está definido y que no existe espacio para la investigación y la opinión, hay muchísima distancia. Ciertamente de vez en vez algunas opiniones comienzan a desviarse demasiado y a arrastrar a muchas personas al error, es entonces cuando parece adecuado a la Iglesia, bajo la autoridad dada a ella por Jesucristo, hacer la correcta interpretación del tema en cuestión y efectuar una definición dogmática, la que a partir de entonces es de absoluta obligatoriedad para todos los católicos, como dijera San Agustín: "Roma ha hablado, la causa ha terminado".
En concreto la mayor parte de las teorías que mencionas, si bien no puede decirse que hayan sido objeto de una definición dogmática específica; sin embargo, indirectamente, si tocan algunos puntos delicados.
Analicemos:
En primer lugar hablas de tres parísos: el cielo al que estamos destinados, el Paraíso Terrenal de Adan y Eva; y mencionas como tercero aquel del que fue expulsado Caín. Este último sería "la novedad". Con respecto a este punto no me parece que exista una definición dogmática, por lo que eres libre de opinar dentro de cierto margen. Pero me parece que el mismo texto lo desmiente: Dios no expulsa a Caín del Edén, lo expulsa de la tierra en la que mató a Abel. Y como mencionas, luego dice que "se fue al Este del Edén", pero eso señala tan sólo la localización de su nueva morada con respecto al Edén, no que en ese momento fuera expulsado del Eden o que hubiera salido del Edén para llegar a ese punto. En este sentido la lógica interpretación es que se esté hablando del mismo Edén del que fueron expulsados sus padres, cerca del cual (pero fuera de él) tanto los padres continuaron viviendo después de la expulsión y luego los hijos.
Podrias argumentar que Caín y Abel vivieron en un "paraíso" en el contexto que decimos que Hawaii es un paraíso, mientras que al matar Caín a Abel fue desterrado, digamos a un desierto. Esto sería materia de opinión. Si al emitir dicha opinión consideras que el paraíso de Adán y Eva es también material y terrenal, entonces el asunto no tiene el menor problema en cuanto a la fé; pero la verdad creo que estarás de acuerdo en que entonces se vuelve demasiado trivial el asunto y de cualquier manera, como ya vimos, dicha interpretación no es muy probable en función de la narrativa. Sin embargo, me parece que no es ese el sentido que le quieres dar, sino este otro que es quizá de donde comienzas tu punto: si Caín fuera expulsado de tal paraíso meramente natural, es decir, equivalente al mundo moderno, entonces quiere decir - así lo interpretas -que el de Adán y Eva era sobrenatural o distinto al mundo actual. Ahora bien, si dentro del significado simbólico del Génesis lo más importante con respecto al paraíso no era el lugar físico, sino el estado del alma en ese lugar o condición (en lo cual, dicho sea de paso, todos estamos de acuerdo), por tanto -sería tu deducción- ese estado distinto sería sobrenatural o un estado puramente espiritual. Por extensión, el paraiso sería también espiritual y no material y eso explicaría porqué el Génesis dice "a imagen y semejanza de Dios lo creo". También explicaría porque nadie encuentra el paraiso en el mundo e incluso evitaría discusiones con la paleontología con respecto a la posibilidad de tal situación. Más aún, aparentemente explicaría porqué entonces no había muerte, mientras que al ser desterrado a un universo y cuerpo material, el hombre habría sido sujeto a la corrupción de la materia y, por tanto, a la muerte.
Hasta aquí podría sonar muy lógico y, sobre todo me parece que la parte de "armonizar" la fé con la ciencia puede parecer tentadoramente atractiva. Pero ¡cuidado! ya el Génesis nos cuenta lo que pasa por caer en las tentaciones ... Y aquí pasaría también, pues la teoría tiene una falla fundamental que reside precisamente en el centro de la misma: considerar que el paraíso de Adán y Eva no era un "paraíso terrenal". Esto equivaldría a afirmar, como de hecho lo haces explícitamente, que el hombre fue creado originalmente como un ser puramente espiritual, de tal modo que la parte material no le era esencial, sino fue agregada posteriormente como un elemento meramente accidental requerido por su naturaleza caída. Pero aquí es justo donde entra y es muy importante el significado simbólico del Génesis:
"Entonces el Señor Dios modeló al hombre del barro de la tierra y le sopló el aliento vital en los poros de la nariz: así quedó convertido el hombre en ser viviente".
De este texto se desprenden dos enseñanzas fundamentales:
1. La esencia del hombre incluye tanto la parte material, como la parte espiritual, por lo que no existe un hombre completo sin ambas. Esta verdad es sumamente importante y es una constante teológica universal de la Iglesia el considerar que ambos elementos son esenciales a la naturaleza humana, y este texto del Génesis es una base sólida para ello.
2. La creación material del hombre antecede a la espiritual. Es decir, no sólo la materia es esencial al hombre, sino que Dios tomó de la materia que había creado (por evolución o como tú quieras) y le infundió un espíritu. En tu teoría habría ocurrido exactamente al revés: Dios habría condenado a un espíritu pre-existente a vivir en la materia.
Finalmente y para reafirmar lo anterior el mismo Génesis te da dos pistas adicionales: "Por lo cual dejará el hombre a su padre y a su madre y se juntará con su mujer y los dos serán una sola carne". Es decir, desde el principio, desde la creación, existieron hombre y mujer, y en carne, es decir en materia. Cristo mismo reafirma este principio al citar este pasaje del Génesis.
La otra pista del Génesis es el contexto del texto que usaste: "Hagamos al hombre a nuestra imagen y a nuestra semejanza, para que domine sobre los peces del mar... y sobre cuantos animales se mueven sobre ella. Así creó Dios al hombre a su imagen. Sí, lo creó a la imagen de Dios: lo creó hombre y mujer. Luego los bendijo Dios, y les dijo: 'Sed fecundos y multiplicaos...'". Bien sabemos que esto indica que el hombre, a diferencia del resto de la creación (que es "diferente" de Dios, pues sólo tiene materia), es "semejante" a Dios, pues también es espíritu; que es de donde interpretas tu teoría. Pero la parte interesante es lo que sigue a "la imagen de Dios"; dice que lo creó hombre y mujer, como si eso fuera la explicación del porqué a imagen de Dios. Sería muy trivial pensar que es porque Dios abarca todo lo que hay en los hombres y todo lo que hay en las mujeres, pues en ese caso también abarca todo lo que hay en cualquier otra creatura sin que de estas se diga "a la imagen de Dios". Mucho más indicado es seguir leyendo y darnos cuenta del mandato que sigue de inmediato, en el cuál se encuentra la clave: el hombre es llamado a ser fecundo y multiplicarse. Pero a diferencia del resto de los seres vivos de la creación el hombre no se multiplicará en seres puramente materiales, que sólo "rearreglarían" la materia que ya existe; sino que se multiplicará en seres que tendrán también espíritu, que no pre-existe, sino que debe ser creado al ser engendrado cada hombre a partir de la materia que lo consituye (las células germinales que se acaban de unir). En otras palabras, el hombre es llamado a colaborar en la obra Creadora de Dios, y es llamado a través de la entrega del hombre y la mujer, es decir, es llamado a través del Amor. Por tanto, se dice que el hombre es creado a imagen y semejanza de Dios, más que simplemente por ser espíritu, porque es capaz de amar. Y al igual que Dios Padre realiza la creación Por Cristo y En Cristo, es decir, por amor a Cristo, el hombre, al amar como Dios ama, es capaz de colaborar con Dios en la creación, todo lo cual le hace semejante a Él.
Surgue casi naturalmente la pregunta ¿entonces porque no sólamente hay personas que no se casan, sino que incluso la Iglesia lo incentiva al prohibir a los sacerdotes y religiosos hacerlo? Pues es muy simple: el Génesis habla del estado original del hombre. Por la redención el hombre a sido sublimado a un estado muy superior del que originalmente tenía, aún antes de la caída; por tanto, los que por amor al Reino han renunciado a colaborar en esta obra creadora, en realidad lo han hecho por algo que es en sí mismo mucho mayor: la colaboración en la obra redentora de Cristo, es decir, no colaboran ya simplemente en crear un ser espiritual; sino en hacer de ese ser un verdadero Hijo de Dios, lo cual, obviamente, es mucho más excelso. Claro, todos los bautizados estamos llamados en mayor o menor grado a esta segunda colaboración en la redención, incluso los padres particularmente en la persona de nuestros hijos, pero los consagrados lo han hecho de manera más especial, "han elegido la mejor parte".
¿Porqué entonces en la muerte el espíritu se separa del cuerpo? Pues es parte del castigo, y en verdad el hombre se haya entonces en un estado incompleto. Por eso Cristo y María fueron librados de permanecer en ese estado (incluso es probable que María nunca haya estado asi, pues si bien Cristo murió y estuvo separado de su cuerpo por tres días, eso es porque debía pagar por nuestros pecados; pero María, al no pecar y ser libre del pecado original, no mereció la muerte, por lo que un punto de verdadera discusión teológica es si, uniéndose a la obra redentora de Cristo, murió realmente, pero resucitando de inmediato; o si simplemente se trató de lo que se ha dado ha llamar "dormición", proceso por el cual habría caído en una especie de descanso durante el cual su cuerpo paso de un simple cuerpo humano normal, a un cuerpo glorioso, para luego, en ambos casos ser Asunta al cielo. Ahora bien, si el cuerpo glorioso tiene otras características que el que tenemos, eso no quiere decir que sea inmaterial, definitivamente es material: por eso Cristo les dice a sus discípulos que le den de comer, y de hecho come; por eso Tomás puede meter sus dedos en la llaga; por eso les dice que no teman cuando ellos pensaron, equivocadamente, que se trataba de un fantasma. Así pues, esto demuestra que el ser humano completo siempre tendrá un componente material. Y es esta plenitud la que esperamos todos los católicos en la resurrección del juicio final, pues sabemos que, mientras tanto, por mucho que tras la muerte nuestro espíritu sea sostenido por Dios de manera temporal sin su componente material, y por mucho que durante esa transición tengamos ya la posibilidad (si lo hemos merecido) de ya disfrutar de la visión de Dios en nuestro espíritu, la plenitud no la alcanzaremos hasta que seamos reunidos con nuestro cuerpo glorioso. Y eso último definitivamente es un artículo de fé (es decir, ha sido definido de manera infalible y negarlo equivale a dejar de ser católico) y lo recitamos siempre que rezamos en el Credo: "espero la resurrección de los muertos". Así pues, si nuestro estado más glorioso y de plenitud absoluta incluye nuestra parte material, eso es una clara demostración de que la parte material es completamente esencial a nuestra condición humana, original, caída o redimida. Por si te interesa, Santo Tomás de Aquino no sólo es de esta opinión, sino que llega hasta el punto de detallar que resucitaremos con pelo y las uñas, pues los considera aspectos de ornato material integrales de la naturaleza humana.
Otro detalle por ahí: no es del todo correcto decir "el paraiso que habito siempre Dios" pues recuerda que Dios si que es un espiritu absolutamente puro e infinito, por tanto es absolutamente omnipresente. No esta ni aquí, ni allá, sino mas bien todo está en Él (paraisos y seres espirituales incluidos), no que todo se confunda con Él (eso sería panteismo y es un error filosófico y teológico), sino que está en Él de una forma que se ha llamado "eminente". No te gastes en tratar de entenderlo ahora, es un misterio de los más profundos y simplemente en explicarlo bien me llevaría más de lo que ya he escrito.
El otro detalle es que dices "apologetico o enemigo de la Iglesia". Como si la apologetica fuera el ataque a la Iglesia, cuando en realidad es lo contrario: se trata de la ciencia (pues realmente lo es, no en el sentido del método experimental de Descartes, etc. sino en el sentido más completo y tradicional de "conocmiento de las cosas por sus causas") que trata de la justificación o defensa de la fé ante los errores de la misma. Digamos que es la medicina de la fé. Por tanto la apologia o el apologeta es lo que o el que defiende la fé, no el que la ataca. Como te habrás dado cuenta, técnicamente, aunque me es claro que sin proponértelo, sí atacaste al menos un artículo de fé, por tanto la apologética es la instancia correcta para corregirlo.
¿Qué pasa entonces con la paleontología y el paraíso? Pues nada, como ya dijimos antes lo que si es verdad es que en todo el tema del Paraíso lo más importante no es el lugar físico donde terrenamente se encontraba, ni qué características físicas tenía; sino el estado de inocencia y pureza que entonces el alma humana tenía, eso sí, viviendo sobre la tierra. Lo más grave de la expulsión no es la salida del lugar físico, sino el perder ese estado de inocencia, ver con ello muy disminuidas nuestras capacidades en todos los ámbitos de nuestra existencia y quedar expuestos continuamente a la concupisencia (tendencia al pecado) y a la muerte. Así pues, por ejemplo, algún amigo me preguntaba ¿es posible pensar que entonces no temblara? La ciencia parecería indicar que no es posible pensar que haya existido un planeta Tierra con esas características. Tal vez de hecho no ocurriera en el lugar concreto donde se localizaba el paraíso, pues en verdad aún hoy en día existen zonas llamadas "asísmicas", pero ni siquiera eso tiene porqué ser así: quizá con la inteligencia no obstruida por el pecado, simplemente habríamos sabido que hacer para que no nos afectaran los temblores.
En fin, lo importante aquí es el aspecto espiritual, como es también lo importante en el tema del fruto que ocasionó la expulsión (que, contra la creencia popular, no es una manzana; y al menos yo no he visto en ninguna huerta "el árbol del conocimiento del bien y del mal"; el bien y el mal sólo pueden ser conocidos por el espíritu, por tanto es obvio que se trata de un aspecto espiritual. De hecho el pecado no fue "comer del fruto" en sí, sino "querer ser como Dios", lo cual ya va implícito en la desobediencia). En cambio, si el paraíso era un lugar geográfico a todo dar, si temblaba o no y si estaba aquí o allá, pues eso es completamente secundario y si es tema de libre discusión. Discusión en la que, desde luego, para un hombre culto resulta indispensable tomar en consideración también lo que la ciencia nos vaya indicando con un nivel razonable de seguridad.
Y ya para finalizar un consejo: en teología, como en cualquier otra ciencia, ciertamente hay un lugar para la investigación y la "innovación" (lo cual en muchas ciencias significa descubrir lo que siempre estuvo ahí, pero nadie se había dado cuenta). Sin embargo, debes tomar en cuenta que muchos grandes hombres te han precedido, por lo que, típicamente para realmente traer algo nuevo, te tienes que subir primero sobre sus hombros (es decir, aprender lo que ellos ya hicieron) y luego podrás llegar más allá. En otras palabras: es casi imposible en cualquier campo del conocimiento lograr una verdadero avance si antes no aprendes muchísimo sobre el tema. Claro que ese proceso de aprendizaje puede pasar por elaborar teorías y ver que han dicho esos grandes hombres (y la Iglesia, en el caso concreto de la teología) al respecto, de modo que veas si vas por el camino correcto o no, pero ante todo con mucha humildad. Pues dejame decirte por último, que particularmente en teología esta humildad es siempre indispensable, pues quienes aún contando con inmensos conocimientos, en ese espíritu de innovación han perdido la humildad, son a quienes recordamos como los autores de los grandes cismas y herejías; pues deleitándose como el Maligno en su propia inteligencia y conocimiento, no han sabido aceptar la corrección que Cristo a través de su Iglesia en su momento les hizo. Por el contrario, quienes han sabido mantener esa humildad, son quienes han sido prestos a aceptar la corrección desde temprano, de modo que al final han logrado aportar grandes enseñanzas y hoy los recordamos como Padres y Doctores de la Iglesia.
Saludos |
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