San Luis Rey de Francia

[Luciana Belén]

San Luis Rey de Francia
Terciario Franciscano

Luis IX de Francia, hijo de Doña Blanca de Castilla, no sólo había conseguido dar al país sólido prestigio exterior, sino que él mismo, por su benignidad, actuaba a menudo como moderador de los litigios europeos.
Luis, En efecto, era un hombre de Dios, a quien su madre le repetía cada mañana:
_Mil veces preferiría verte muerto, hijo mío, que manchado por un pecado mortal.
La gran preocupación de Luis eran los pobres, a los que, a imitación de Cristo, lavaba los pies el día del Jueves Santo. Como Jenville, su consejero, se escandalizase de ellos, Luis le respondía piadosamente:
_ ¿ Por qué tanta repugnancia? ¿ Somos acaso más que Nuestro Señor? Ahí tienes al Rey de Inglaterra, mi primo, que no conforme con lavar los pies de los leprosos, se los besaba.
Atacado por la peste, El rey Santo, al pie de las ruinas de Cartago, sucumbiría el 25 de agosto de 1270. Francia le lloró con desconsuelo y un poeta anónimo de la época llegaría a escribir: “¿ A quién acudirían ahora los pobres, muerto el rey que tanto los amaba?. Sin lugar a dudas ésta historia parece como convincente a los ojos de quienes recuerdan muchas de terribles historias de los reyes. Sin embargo, y éste es el verdadero sentido de la realeza, la santidad es posible para los que han recibido éste encargo, es más es un deber que deben cumplir, pues a ellos les ha sido confiado el destino de las naciones.

Luciana.
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"Aspira a lo celeste que siempre dura, fiel y rico en promesas Dios no se muda."

[Luciana Belén]

SAN LUIS REY DE FRANCIA
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"Aspira a lo celeste que siempre dura, fiel y rico en promesas Dios no se muda."

[clauabru]

Del testamento espiritual de San Luis a su hijo
(Acta Sanctorum Augusti 5 [1868]1, 546)

Hijo amadísimo, lo primero que quiero enseñarte es que ames al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con todas tus fuerzas; sin ello no hay salvación posible. Hijo, debes guardarte de todo aquello que sabes que desagrada a Dios, esto es, de todo pecado mortal, de tal manera que has de estar dispuesto a sufrir toda clase de martirios antes que cometer un pecado mortal. Además, si el Señor permite que te aflija alguna tribulación, debes soportarla generosamente y con acción de gracias, pensando que es para tu bien y que es posible que la hayas merecido. Y, si el Señor te concede prosperidad, debes darle gracias con humildad y vigilar que no sea en detrimento tuyo, por vanagloria o por cualquier otro motivo, porque los dones de Dios no han de ser causa de que le ofendas. Asiste, de buena gana y con devoción, al culto divino, mientras estés en el templo, guarda recogida la mirada y no hables sin necesidad, sino ruega devotamente al Señor con oración vocal o mental. Ten piedad para con los pobres, desgraciados y afligidos, y ayúdalos y consuélalos según tus posibilidades. Da gracias a Dios por todos sus beneficios, y así te harás digno de recibir otros mayores. Obra con toda rectitud y justicia, sin desviarte a la derecha ni a la izquierda; ponte siempre más del lado del pobre que del rico, hasta que averigües de qué lado está razón. Pon la mayor diligencia en que todos tus súbditos vivan en paz y con justicia, sobre todo las personas eclesiásticas y religiosas. Sé devoto y obediente a nuestra madre, la Iglesia romana, y al sumo pontífice, nuestro padre espiritual. Esfuérzate en alejar de tu territorio toda clase de pecado, principalmente la blasfemia y la herejía. Hijo amadísimo, llegado al final, te doy toda la bendición que un padre amante puede dar a su hijo; que la Santísima Trinidad y todos los santos te guarden de todo mal. Y que el Señor te dé la gracia de cumplir su voluntad, de tal manera que reciba de ti servicio y honor, y así, después de esta vida, los dos lleguemos a verlo, amarlo y alabarlo sin fin. Amén.
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¿Rezás el rosario todos los días, querés hacerlo?

[clauabru]

25 de Agosto

San Luis IX, ruega por nosotros




ORACIÓN DE SAN LUIS REY



Señor enséñame a ser generoso,



a servirte como lo mereces,



a dar sin medida



a combatir sin miedo a que me hieran,



a trabajar sin descanso,



y a no buscar más recompensa



que el saber que hago



tu santa y divina Voluntad.



Amén.
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¿Rezás el rosario todos los días, querés hacerlo?