A. Ma. Betania Veterano
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Publicado:
Vie Jun 27, 2008 8:56 pm Asunto:
El Catolicismo Mexicano (Para NACIDO DE NUEVO)
Tema: El Catolicismo Mexicano (Para NACIDO DE NUEVO) |
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Ante la escaza sensatez de algunos foristas, que con mucha pena tendré que decirles que no me gusta que sigan sometidos a una ignorancia. Pues he abierto este tema no para discutir sobre las apariciones Marianas de Ntra. Señora de Guadalupe, sino más bien algunos puntos que el forista NACIDO DE NUEVO ha tocado, y que sin embargo, son puntos que quisiera aclarar porque es un tema profundo; y pienso, además, que tratar de refutarle a éste forista con tres simples párrafos no es la manera adecuada.
Y aún así, aunque le traiga todo el compendio de la historia de la Iglesia en México (y no es necesario que lo haga), y de la Evangelización de los primeros siglos de colonización en la Nueva España, tal vez "aún no abra los ojos", y se preferiría tirar por la borda toda una historia, toda una realidad, toda una verdad....con tal de no reconocer que el error nunca ha estado en la Iglesia Católica sino en el prejuicio de unos cuantos que no les importa seguir en la ignorancia o ¿ se podría decir Miedo a la verdad?
Comenzaré citando una afirmación que el sr. julio velasques a NACIDO DE NUEVO le ha dicho de nosotros, sin tener pena de haberse equivocado:
julio velasques escribió: | Hermano estas personas no quieren abrir los ojos. |
Bueno aquí vamos a ver quien es el que no quiere abrir los ojos, o mejor dicho: quienes han hecho que los demás no habran los ojos de tal manera que sólo vean de la Iglesia Católica sus supuestos "errores" tapando así con un sólo dedo, toda la realidad tanto histórica como actual.
Yo opino que hay que ser realistas; para poder afirmar una cosa dentro de una cultura y dentro de la Historia misma, tenemos que ser realistas. Porque si no, esas afirmaciones son cimientadas en arena.
La Iglesia Católica siempre ha sido REALISTA, y opino que todo el trabajo que la Iglesia ha hecho a lo largo de los años siempre ha dado frutos y nunca ha sido en vano tanto esfuerzo; esfuerzo que nos lo han heredado muchas generaciones atrás. Por eso, todo católico debe ser realista, y vivir su catolicismo REALMENTE y no superficialmente. Porque quien lo vive superficialmente, son los pobres ignorantes vueltos protestantes. Que es lo que el forero NACIDO DE NUEVO y sus hermanos de templo, y de paso me dirijo a los demás foristas, nunca han entendido.
La Iglesia siempre ha luchado para sostener una Única Verdad. Si no lo saben, ha de ser porque siemrpe se han apoyado en medios seculares, medios medriocres, medios hipócritas, medios tendenciosos; mismos que no les importa lo que la Iglesia haga o lo que la Iglesia diga.
Decir, por ejemplo, que la Iglesia Católica en Latinoamérica no ha hecho nada, es ponerse una benda en los ojos, y lo peor es que entonces se hace lo que enseña aquél refrán: "No hay peor ciego que el que no quiere ver". Y si dicen que no ha venido a hacer nada, entonces es como decir que Benedicto XVI nunca vino a Aparecida - Brazil para el CELAM. Dudo que NACIDO DE NUEVO Y Julio Velasques se acuerden de cómo se llama el Documento, y que se hayan sentado cómodamente en un sofá para leerlo como para decir que la Iglesia, sobretodo aquí en México, "es un país ancestral y culturalmente idólatra" .
Dudo, también, que no se acuerde (si es que lo han escuchado) cómo se llamó el lema con que se proyectó dicha conferencia en Latino- América. Yujuuuuu ¡Se los dejo de tarea!!! .
Entonces, NACIDO DE NUEVO y Julio Velasques, y sus demás hermanos de templo que participan en éste foro: a mí me da un poco de pena tener que abrir temas y explicar un poco de historia de la Iglesia en México. Pero ¿saben algo? esto no lo hago por ustedes, ni por mi, sino por los demás hermanos católicos que por aquí pasan y necesitan conocer de su historia. De esta manera, dudo que de veras se conviertan a los "clásicos cuentos de hadas" venidos de protestantes.
Pues empecemos, NACIDO DE NUEVO:
NACIDO DE NUEVO escribió: | En Mexico el 90% es catolico... |
Pues bueno, ya que tanteaste una cantidad quizá imprecisa, entonces ¿cuantos protestantes sabrán a cerca de la historia de la Iglesia Católica en México?.
Es más, ya que me topé con otra confesión muy sincera y honesta de tu parte:
NACIDO DE NUEVO escribió: | ES MAS NUNCA HE VISITADO MEXICO.. |
No importa que no hayas visitado nunca mi País y su rica cultura, tanto religiosa, como tradicional. Y que tampoco te hayas parado dentro de la Basilica de Guadalupe u otros templos arquitectónicos de la época colonial, por ejemplo. Pero lo puedes hacer por medio de un libro ¿o no?... dime ¿qué te cuesta saber un poco de historia a cerca del catolicismo en México?...¡hacer un esfuerzo por salir del micro-mundo protestante para abrirse a la verdad.
Este pequeño trabajo que te presentaré (y de paso a tus hermanos foristas) no me costó trabajo hacerlo, porque investigué y porque de ahí te trataré de refutar una afirmación tan puéril y absurda que la engendraste, no porque de veras te hayas tomado la molestia y estudiar historia de México y la Iglesia Católica en México, sino porque la sacaste ya nada más porque de plano no diste a más!!!..., o porque ya es costumbre tuya dar esos aires un poco jocositos; Por eso, lo que es vano es tu argumento, y no la fe católica de mi País.
NACIDO DE NUEVO escribió: | En México la fe católica es muy vana y dista mucho de la espiritualidad o solidez en la doctrina que exponen muchos catolicos en este foro. |
muy vana!!!... lo de "muy"...
Bueno, vamos a presentarle al hermano NACIDO DE NUEVO: un poco de la guerra cristera y de las Leyes de la Constitución Mexicana que en el siglo pasado no permitieron la libertad de culto. Supongo que no los conoce, y quizá ni le importa. Tal vez ignore la evidencia, tal vez ignore todo el tema. No lo sé. Pero lo que sí quisiera es que este tema no se pierda como evidencia de que alguna vez en este foro se discutió sobre la fé católica en México y sus Mártires...¡Para la Gloria de Dios!.
Mártires Mexicanos, "Cristeros".
fuente: http://www.corazones.org
En 1926 el gobierno del presidente Mexicano Plutarco Elías Calles se propuso "descatolizar" a México para abrir el país a la "modernidad". Con ese fin puso en marcha una feroz persecución contra la Iglesia Católica. Una de las medidas fue la supresión del culto católico en toda la nación. Para defender su religión y libertad de culto, miles de campesinos y rancheros empuñaron las armas en lo que se conoce como la última Cruzada de Occidente. El heroísmo de aquellos hombres, mujeres y niños, en su mayoría gente sencilla y sin entrenamiento militar, produjo una formidable resistencia al tirano. Los soldados del gobierno llamaron despectivamente "cristeros" a los valientes cruzados porque llevaban la cruz sobre el pecho y gritaban "Viva Cristo Rey" antes de ser fusilados.
No todos los llamados cristeros formaban parte de la resistencia armada. Innumerables mártires, entre ellos sacerdotes y religiosas fueron perseguidos solo por su fe.
Los cristeros fueron vencidos por la traición y el engaño pero no sin antes enriquecer a México con innumerables mártires, algunos de ellos canonizados o beatificados por Juan Pablo II. Los cristeros fueron y son una inspiración para los mexicanos y todos los fieles. Gracias a su sacrificio la Iglesia Católica pudo sobrevivir, aunque ilegal, a lo largo de buena parte del siglo XX.
Durante este tiempo fueron asesinados muchos católicos que no participaban en el levantamiento armado. Uno de ellos es el padre Pro. En la foto, momentos antes de ser fusilado, extendió sus brazos en cruz. Tenía un rosario en una mano y un Crucifijo en la otra. Exclamó: "¡Viva Cristo Rey!".
NACIDO DE NUEVO escribió: | En México la fe católica es muy vana y dista mucho de la espiritualidad o solidez en la doctrina que exponen muchos catolicos en este foro. |
Veamos de nuevo, por qué lo vez así, sin embargo no vez lo otro que "ocasionó" la perdida del verdadero fervor cristiano en méxico desde un siglo atrás.
¿Por qué tus pastores no te lo han enseñado?... nada mas te dicen que la V. de Guadalupe es un invento o que adoramos a María, y que somos idolatras los mexicanos, pero no lo de la Cristiada...¡¡¡¡ahhh mira, que listos e inteligentes son!!!
LEY DE NACIONALIZACIÓN DE LOS BIENES DEL CLERO REGULAR Y SECULAR
Palacio del Gobierno General en Veracruz, a 12 de julio de 1859.
Artículo 1.- Entran al dominio de la nación todos los bienes que el clero secular y regular ha estado administrando con diversos títulos, sea cual fuere la clase de predios, derechos y acciones en que consistan, el nombre y aplicación que hayan tenido.
[...]
Artículo 5.- Se suprimen en toda la República las órdenes de los religiosos regulares que existen, cualquiera que sea la denominación o advocación con que se hayan eregido, así como también todas las archicofradías, congregaciones o hermandades anexas a las comunidades religiosas, a las catedrales, parroquias o cualesquiera otras iglesias.
[...]
Artículo 6.- Queda prohibida la fundación o erección de nuevos conventos de regulares, de archicofradias, cofradias, congregaciones o hermandades religiosas, sea cual fuere la forma o denominación que quiera dárseles. Igualmente queda prohibido el uso de los hábitos o trajes de las órdenes suprimidas.
[...]
Artículo 13.- Los eclesiásticos regulares de las órdenes suprimidas que después de quince días de publicada esta ley en cada lugar continúen usando el hábito o viviendo en comunidad, no tendrán derecho a precibir la cuota que se les señala en el Artículo 8, y si pasado el término de quince días que fija este artículo se reunieren en cualquier lugar para aparentar que siguen la vida común, se les expulsará inmediatamente fuera de la República.
[...]
Artículo 21.- Quedan cerrados perpetuamente todos los noviciados en los conventos de las señoras religiosas. Las actuales novicias no podrán profesar y al separarse del noviciado se les devolverá lo que hayan ongresado al convento.
[...]
Artículo 23.- Todos los que directa o indirectamente se opongan o de cualquier manera enerven el cumplimiento de lo mandado en esta ley serán, según que el gobierno califique la gravedad de su culpa, expulsados fuera de la República y consignados a la autoridad judicial. En estos casos serán juzgados y castigados como conspiradores. De la sentencia que contra estos reos pronuncien los tribunales competentes no habrá lugar de recurso de indulto.
LEY QUE EXTINGUIÓ LAS COMUNIDADES DE RELIGIOSAS
Benito Juárez, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos
(Y de paso le pongo: Extra-Ultra-requeterre- [i]Masón[/i])
Artículo 1.- Quedan extinguidas en toda la República las comunidades de señoras religiosas.
[...]
México, 26 de febrero de 1863
LEY DE SECULARIZACIÓN DE HOSPITALES Y ESTABLECIMIENTOS DE BENEFICENCIA
El C. Benito Juárez, Presidente interino constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, a sus habitantes, hago saber:
Artículo 1.- Quedan secularizados todos los hospitales y establecimientos de beneficencia que hasta esta fecha han administrado las autoridades o corporaciones eclesiásticas.
Presidencia de Sebastián Lerdo de Tejada (1872-76).
NACIDO DE NUEVO escribió: | El inconciente colectivo de la gente de México los lleva a ser un pueblo muy pagano. |
El periódico subsidiado por el Gobierno llamado "el federalista" en su edición del 21 de mayo de 1873 consignó textualmente:
"los sacerdotes naturales del país seguirán purgando en la cárcel su desobediencia a las leyes; las monjas no podrán volver a consagrarse y los sacerdotes extranjeros, particularmente los jesuitas, serán desterrados del país como ciudadanos perniciosos".
Persecución religiosa
Presidencia del General Venustiano Carranza Garza (1916-1920)
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos 1917
NACIDO DE NUEVO escribió: | Esto no se limita a una condicion social especifica ni a un nivel cultural o academico. |
Artículo 3º: Declara que la educación será laica y prohíbe que cualquier religión o ministro de culto imparta clases, ni dirija centros escolares; enseñanza laica.
[...]
Artículo 5º: Se prohen los votos religiosos, lo conventos y las órdenes monásticas.
[...]
Artículo 24: Habla de la libertad religiosa; se prohíbe toda manifestación pública de Fe; supresión del culto externo.
[...]
Artículo 27º: Todas las propiedades de la Iglesia pasan a ser del Estado.
[...]
Artículo 130º : No se le reconoce personalidad jurídica a la Iglesia; control del clero.
Ahí te puse todos los obstáculos que le ponían a la Iglesia Católica para no evangelizar.
¡¡¡Héchenle la culpa a la Iglesia!!! ...¡¡¡Héchenle la culpa a los católicos que no leyeron la Biblia!!!
Presidencia del General Plutarco Elías Calles (1924-1929)
Fuente: http://www.conocereisdeverdad.com
La lealtad a su jefe Obregón le valió obtener la silla presidencial, pero como gobernante no pudo consolidarse porque la sombra del caudillo lo opacaba. Todos sabían que el Gral. Álvaro Obregón había impuesto al Gral. Plutarco Elías Calles y poco a poco se fue generando un clima de inconformidad, particularmente en el grupo militar. Varios generales se sentían con el derecho de partir el pastel revolucionario y exigieron cuotas de poder, lo cual fue bloqueado y nulificado por Obregón quien tenía luz verde de Calles para tomar decisiones en ese sentido; varios militares inconformes fueron castigados y algunos asesinados misteriosamente. El 21 de febrero de 1925, los caudillos de la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM), empeñados en hacer méritos políticos de manera que el gobierno de Elías Calles se sintiera cada vez más comprometido con ellos, intentaron se proclama la "Iglesia Católica Apostólica Mexicana", a cargo del ex-sacerdote Joaquín Pérez, como "patriarca de la Iglesia nacional mexicana" -antes de ser sacerdote había contraído matrimonio, había sido soldado y estaba afiliado a la masonería-; tuvo repercusión alguna en la población. A Pérez le sucedió otro falso sacerdote, nunca ordenado, llamado Eduardo Dávila, un grado 33 de la masonería mexicana, que llegó a escribir: "Iglesia Católica y masonería se complementan... y se puede ser como yo, gran iluminar de la masonería y arzobispo primado de México". Solo tres sacerdotes respondieron, retractándose posteriormente. El proyecto fracasó rotundamente Gracias a la devoción del pueblo mexicano y su testimonio de firmeza frente a las leyes señaladas, SS Pío XI en la Encíclica “Quas Primas”, del 11 de diciembre de 1925, declara de manera universal la Festividad de Cristo Rey. México fue la primera nación en consagrarse como vasallo de Cristo Rey y el primer monumento fue construido en 1920. El 2 de febrero de 1926, SS Pío XI dirige al Episcopado mexicano su carta “Paternae Sanae Solicitudo”, en la que exhorta a los católicos a emprender la acción cívica contra las leyes persecutorias, pero absteniéndose de formar un partido confesional, para evitar que el gobierno acuse a la Iglesia católica de sedición y de intervenir en política; detalló las normas concretas que habían de aplicarse en la República mejicana para lograr el desarrollo disciplinado y eficaz de esta acción católica. Con respecto a la situación política, SS Pío XI estableció tres normas: los católicos deben abstenerse de favorecer a cualquier partido político; no pueden formar un partido político con denominación católica; el clero debe evitar toda intervención en la política de los partidos. Era está la manera de quitar toda base a un posible ataque del Gobierno contra el catolicismo por razones de orden político. Sin embargo, el Papa aclaró que los católicos podían y debían ejercer todos los derechos y deberes civiles comunes. En relación con el clero, advirtió además que esté no podía ni debía desentenderse por completo de los graves problemas sociales y políticos: como ciudadano, el sacerdote debe ejercer sus derechos, y como ministro sagrado, debe ungir la conciencia de los fieles para que éstos cumplan con fortaleza sus deberes políticos. El Gral. Calles obedeció al Gral. Obregón y decidió concentrar el poder a base de imposiciones, alianzas y dictadura; hizo aprobar la ley reglamentaria del artículo 130º constitucional, la cual fue promulgada y publicada el 6 de enero de 1926, prohibiendo terminantemente las manifestaciones religiosas, misas y peregrinaciones. Calles ordenó a los gobernadores de los estados que hicieran aplicar estrictamente las disposiciones legales; y ante tal ofensiva el clero no se cruzó de brazos; el Arzobispo de México, Mons. José Mora y del Río dijo públicamente: “... el Gobierno de Calles manipulado por Obregón ha puesto la gota que derramó el vaso". El Arzobispo de la Ciudad de México, José Mora y del Río, en una entrevista del diario “El Universal” el 4 de febrero, criticó los artículos 2º, 5º, 7º y 30º de la Constitución, señalando que los católicos no reconocían las leyes constitucionales que atentaban contra la libertad religiosa y que lucharían por su derogación. Textualmente expresó: "... la doctrina de la Iglesia Católica es invariable, porque representa la verdad inobjetable revelada por Dios a los mortales. Los prelados mexicanos hicimos una enérgica protesta en 1917 contra la Constitución y nos opusimos abiertamente a las disposiciones contenidas en los artículos que atentan contra la libertad de cultos y contra los dogmas religiosos. Nuestra inconformidad se mantiene firme, no ha sido modificada sino robustecida porque se inspira en la santa doctrina de la Iglesia. Emprenderemos una campaña nacional contra las leyes injustas y contrarias al derecho natural del hombre. El clero católico, el episcopado y los feligreses no reconocemos, jamás respetaremos y siempre combatiremos con fuerza los artículos tercero, quinto, veintisiete y ciento treinta de la Constitución vigente". La entrevista se convirtió en la oportunidad del gobierno para justificar el cierre de las escuelas católicas y de los conventos, la expulsión de los sacerdotes extranjeros y la limitación del número de los sacerdotes, aplicando estrictamente la Constitución, especialmente el artículo 130º. Cuando el Gral. Calles leyó el periódico a temprana hora, exclamó: "¡Es un reto al Gobierno y a la Revolución!". Seguidamente ordenó que se encarcelara al arzobispo, quien para evitar ser llevado a la prisión, se retractó públicamente de sus declaraciones pero pidió auxilio a SS Pío XI. El Papa ordenó suspender las misas en todo el país y cerrar los templos. Éste fue el primer chispazo de la “Epopeya Cristera". La reacción fue inmediata entre los católicos mexicanos, asociaciones como la ACJM (Asociación Católica de la Juventud Mexicana), la "U" Unión Popular, Círculos de Oración y Estudio, La Cruzada Femenina de la Libertad, fundadas por el seglar Anacleto González Flores; junto con la CNCT (Confederación Nacional Católica de Trabajadores), la Unión de Damas Católicas y la Unión Nacional de Padres de Familia, fundaron el 9 de marzo, con el beneplácito del Episcopado, la LIGA NACIONAL DE LA DEFENSA DE LA LIBERTAD RELIGIOSA, la cual defendería los derechos de profesar, confesar y promover la Fe Católica y buscar la reforma de los artículos antirreligiosos de la Constitución de 1917. Fueron sus principales dirigentes: el Lic. Cisneros y Villarreal, Miguel Palomar y Vizcarra, Andrés Barquín y Ruiz, René Capistrán, José González Pacheco. El 22 de marzo fue declarada sediciosa por el gobierno, y sus dirigentes encarcelados El 2 de julio, el Gral. Calles expidió la “Ley que Reforma el Código Penal para el Distrito y Territorios Federales sobre delitos del fuero común y para toda la República sobre delitos contra la Federación”; ley que debía entrar en vigor el 31 de julio, de hondo contenido anticatólico. El 25 de Julio, el Episcopado Mexicano emite una “Carta Pastoral” colectiva, donde señala que la ley del 2 de julio vulnera los derechos divinos de la Iglesia, es contraria al derecho natural, es opuesta al derecho constitucional mexicano y violatoria de los valores morales; por tal motivo se pide la derogación de las leyes antirreligiosas. El 29 de julio, muere fusilado en la ciudad de Puebla el primer mártir: José García Farfán, comerciante de 66 años. En el aparador de su tienda había un gran letrero que decía: "¡Viva Cristo Re! ¡Cristo vive, Cristo reina, Cristo impera! ¡Sólo Dios no muere ni morirá jamás!"; el no arrancarlos fue su delito. El 20 de julio pasaba en su automóvil el Jefe de Operaciones de aquel estado, Gral. Amaya, acompañado del Gral. Sánchez, quién irritado trató de golpear al anciano, que se defendió; fue conducido preso a la Jefatura de la Guarnición. La gestión de sus familiares no pudo obtener nada a su favor; su abogado defensor fue amenazado de muerte si proseguía su gestión. Muy de madrugada fue sacado, con el pretexto de llevarlo a una cárcel pública; en el camino, simulando un ataque, le dieron muerte. Al fusilarlo, el jefe del pelotón lo provocó: "¡A ver cómo mueren los católicos!"; "Así", repuso el viejo, apretó un crucifijo contra el pecho y gritó: "¡Viva Cristo Rey!". En 31 de Julio, se promulga la "Ley Calles", consistente en unas reformas al Código Penal: prohibía los actos de culto, suministro de sacramentos, catequesis, supresión de monasterios y conventos, suprime la libertad de prensa religiosa y la expropiación de los templos entre otros, las penas iban desde una multa, cárcel hasta un "castigo más grave" que era la muerte por fusilamiento. Ante tal situación, el Episcopado Mexicano, previa consulta a la Santa Sede, ordena la suspensión del culto en toda la República como parte de una resistencia pasiva, ya que el número de sacerdotes que les permitirían ejercer el ministerio "bajo autorización del Gobierno" fue dado de manera arbitraria y era ilógico en comparación con las necesidades de cada estado. Inmediatamente, una docena de Obispos, entre ellos el Arzobispo de México, son sacados bruscamente de sus sedes, y sin juicio previo, son expulsados del país. Ese mismo día en Oaxaca, las tropas del gobierno querían tomar la Iglesia de los Siete Príncipes. Debido a que la población se encontraba amotinada y enfurecida por este hecho y se encontraban custodiando la iglesia, murieron 2 soldados. En respuesta a esto, el gobierno ordeno fusilar a muchas personas que se encontraban ahí. A partir del 1 de agosto, los templos permanecerían cerrados por tiempo indefinido, como medida de presión para evitar la Ley Calles.
La "Ley Calles"
En los años 1925 y 1926 el régimen intensificó deliberadamente el conflicto. En octubre, el estado de Tabasco prohibió el culto católico, y en Chiapas, Hidalgo, Jalisco y Colima se adoptaron severas medidas contra los practicantes de la religión. Los acontecimientos se precipitaron con la Ley Calles de julio de 1926, que equiparaba las infracciones en materia de cultos con los delitos de derecho común. En ella se limitaba el número de sacerdotes a uno por cada seis mil habitantes y se ordenaba que aquellos se registraran ante las autoridades municipales, quienes otorgarían su respectiva licencia para ejercer. La Ley incluye también delitos relativos a la enseñanza confesional y sus disposiciones hacen desaparecer prácticamente la libertad de enseñanza en el país y el derecho de los padres a educar a sus hijos en la fe. Inmediatamente después de su entrada en vigor, se clausuraran numerosos templos, así como capillas particulares y conventos, y se incautaran escuelas religiosas en todos los rincones de la república.
Guerra Cristera
Al frente del movimiento, para darle unidad de plan y de acción, se puso la Liga Nacional Defensora de la Libertad Religiosa, con el fin que su nombre expresa, y que se había extendido en poco tiempo por toda la república. Jean Meyer, en el volumen I de su obra “La Cristiada”, describe al detalle las vicisitudes que corrió al paso de los años la “Epopeya Cristera” , que él divide en estas fases: Incubación, de julio a diciembre de 1926; Explosión del alzamiento armado, desde enero de 1927; Consolidación de las posiciones, de julio 1927 a julio de 1928, es decir, desde que el Gral. Gorostieta asume la guía de los cristeros hasta la muerte del Gral. Obregón; Prolongación del conflicto, de agosto 1928 a febrero de 1929, tiempo en que el Gobierno comienza a entender que no podrá vencer militarmente a los cristeros; Apogeo del movimiento cristero, de marzo a junio de 1929; Licenciamiento de los cristeros, en junio 1929, cuando se producen los mal llamados Arreglos entre la Iglesia y el Estado. Aquellos, a quienes el Gobierno por burla llamaba cristeros, no tenían armas a los comienzos, como no fuesen machetes y tranchetes, rosaderas, hachas, o en el mejor caso rifles viejos y escopetas; pero pronto las fueron consiguiendo de los soldados federales, los juanes callistas, en las guerrillas y ataques por sorpresa. Todos se decían “soldados de Cristo Rey” y tenían como bandera la nacional tricolor con la imagen bordada de Santa María de Guadalupe. En relación a los jefes cristeros, el 30 % era militar y el 70% no lo era, aunque supieran perfectamente montar a caballo o manejar las armas; el 92% era rurales, ya que la inmensa mayoría eran rancheros modestos, gente de pueblo, aunque también se unieron a ella algunos estudiantes, licenciados o profesionales; el analfabetismo era tan grande entre los jefes como entre los soldados, siendo tan solo la mitad de los que habían hecho o iniciado estudios secundarios los que ocuparon puestos de mando; la edad se escalonaba entre los 18 y los 70 años.
El movimiento Cristero tenía en sí toda la fuerza de quien sabe estar haciendo la voluntad de Dios. No sólo consistió en tomar las armas para defender a Dios, a la Religión Católica, a su Madre, que es la Santa Iglesia, y así luchar contra el ejército federal que iba a las poblaciones a aprehender a los sacerdotes, sino fue para muchos unos ejercicios espirituales continuados. La Santa Misa, en latín y de cara a Dios, sobre todo era, cuando había sacerdote, lo más apreciado por los cristeros, el centro de todo, cada día; en los campamentos cristeros, cuando esto era posible, el Santísimo Sacramento estaba expuesto, y los soldados, por grupos de quince o veinte, practicaban la adoración perpetua. La comunión frecuente era la regla. Los sacerdotes que permanecían con los cristeros se pasaban el tiempo confesando, bautizando, casando, organizando ejercicios espirituales y haciendo misiones. Era más frecuente que no hubiese ya sacerdote, y entonces un seglar tomaba la dirección de la vida religiosa: en las mañanas se leía el Oficio de la Iglesia, en presencia de los fieles, y todas las tardes el Santo Rosario. Estas misas blancas iban acompañadas de otras innovaciones; los cánticos y el Rosario acompañaban todos los instantes de la vida, en la marcha o en el campamento. Los cristeros oraban y cantaban a altas horas de la noche, rezando colectivamente el Santo Rosario, de rodillas, y cantando los Laudes a la Virgen o a Cristo, entre las decenas. Pero para el gobierno solo era "una reacción de indios embrutecidos por el clero y sumidos en el fanatismo". Prevalecía en ellos la visión teológica de la guerra. Conocían bien, en primer lugar, el deber moral de obedecer a las autoridades civiles, pues toda autoridad procede de Dios, pero también sabían que hay que obedecer a Dios antes que a los hombres, cuando éstos hacen la guerra a Dios; consideraban a la persecución del gobierno una acción poderosa del Maligno. “La religión de los cristeros era, salvo excepción, la religión católica romana tradicional, fuertemente enraizada en la Edad Media hispánica. El catecismo del P. Ripalda, sabido de memoria, y la práctica del Rosario, notable pedagogía que enseña a meditar diariamente sobre todos los misterios de la religión, de la cual suministra así un conocimiento global, dotaron a ese pueblo de un conocimiento teológico fundamental asombrosamente vivo. A Cristo conocido en su vida humana y en sus dolores, con los cuales puede el fiel identificarse con frecuencia, amado en el grupo humano que lo rodea: la Virgen, el patriarca San José, patrono de la Buena Muerte, y todos los santos que ocupan un lugar muy grande, completamente ortodoxo, en la vida común, se le adora en el misterio de la Trinidad. Esta religión próxima al fiel la califican de superstición los misioneros norteamericanos (protestantes y católicos) y los católicos europeos no la juzgan de manera distinta”.
Los federales, malos jinetes, eran peores soldados, que disparaban de lejos, gastaban mucha munición, perdían las armas con facilidad, y no conocían bien el terreno por donde andaban. Eso explica que los cristeros, cuyas características de lucha eran las contrarias, les infligieran tantas bajas. Los callistas eran muy crueles, pero la dureza de la represión, la ejecución de todos los prisioneros, la matanza de los civiles, el saqueo, la violación, el incendio de los pueblos y de las cosechas, dejaban en la estela de los federales otros tantos nuevos levantamientos en germen. Sin duda los gritos de ambas fuerzas revelan la magnitud íntima de aquel antagonismo; las alabanzas de los cristeros: “¡Viva Cristo Rey! y ¡Viva la Santísima Virgen de Guadalupe!”, eran contestados con las blasfemias callistas: “¡Viva el Demonio! ¡Viva el Diablo Mayor! ¡Qué mueran Cristo y su Madre!”.
b. Desarrollo
1. Año 1926
El pueblo mexicano siempre que sabía que el ejército intervendría y tomarían las iglesias para destruirlas, se preparaba, se armaban y se iba a vivir ahí. Unos custodiando desde adentro y otros desde afuera. El ejercito al llegar al lugar y al encontrar alguna resistencia y como poseía mejores y más armas, simplemente abría fuego directo contra las personas. El 3 de Agosto de 1926, en el Santuario de la Virgen de Guadalupe, en Guadalajara, corrió un rumor como en Oaxaca; ante la noticia, la gente se preparó, vigilando todo el pueblo y viviendo en las iglesias. Al llegar un grupo de federales rápidamente se amotinaron contra ellos; más tarde volvieron a la carga con 250 soldados federales fuertemente armados; por su parte la población se defendía con lo que podía, pero el ejército tomó todo el pueblo. Al otro día los detenidos fueron llevados al cuartel (Hoy llamado Cuartel Colorado), aunque con una derrota, pero con el grito de: ¡Viva Cristo Rey!. A principios de agosto, se realizaron seis levantamientos armados en Acatzingo Puebla, y el del estado de Oaxaca cerca de Sayula, con grandes movimientos, pero no muy exitosos, como fueron los sangrientos eventos de Acámbaro y Tlaxiaco, el levantamiento del 2, en Cocula y el del 4 en Sahuayo en Michoacán. El 14 de agosto, con el pretexto se sofocar una conjuración, una docena de soldados al mando del Tte. Maldonado Ontiveros, subordinado del Gral. Eulogio Ortiz –llamado Eulogio el Cruel o el Tigre de Durango-, rodean la casa del Párroco de Chalchihuites, de la Arquidiócesis de Durango, Estado de Zacatecas; son detenidos el R.P. Luis Batis Sainz y de tres feligreses de la Acción Católica, Manuel Morales, casado, Salvador Lara Puente, y su primo David Roldán Lara. En la madrugada del 15 de agosto, fueron fusilados; como consecuencia de ello se alza en Zacatecas el primer foco de movimiento más importante, cuando por la noche apareció el ranchero Pedro Quintanar , personaje de gran importancia en toda la lucha Cristera, que en un principio era el encargado de liberar al párroco detenido. Así, se sumó a la lucha y ayudó a sus amigos que eran numerosos, pues había sido jefe de las defensas contra Villa. Se preparó el levantamiento que Aurelio Acevedo Robles y sus amigos tenían previsto desde el primero de agosto, ya que el gobierno al saber de la presencia de Quintanar se movilizó más rápido. Se realizó la movilización en Peñitas y Peñas Blancas. Quintanar entraba a combate el 29 de agosto a Huejuquilla el Alto (Jalisco), comenzó así, la primera lucha cristera en forma, quedando como vencedores, llamados inicialmente los “libertadores”, con el grito ahora triunfante de: ¡Viva Cristo Rey!. Entre agosto y diciembre de 1926 se produjeron 64 levantamientos armados, espontáneos, aislados, la mayor parte en Jalisco, Guanajuato, Guerrero, Michoacán y Zacatecas. Además de Cocula, el movimiento en el estado de Jalisco, comenzó a ganar terreno con ocho pueblos más: Tlajomulco, Etzatlán, Belén, Refugio, Tepatitlan, Zapotlanejo, Ciudad Guzmán, Chapala, Atengo, Ayutla y Tecolotlán, que respondieron a la lucha con gran valor y entrega. El 16 de agosto, el Episcopado mexicano se dirigió al Presidente pidiéndole interpusiera su influencia para que fueran reformados los artículos antirreligiosos de la Constitución. Mientras los Estados mexicanos comenzaron a aplicar la “Ley Calles”, los obispos y la Liga Nacional de la Defensa de la Libertad Religiosa, trataron de bloquearla promoviendo la vía del “Referéndum”; siempre habían hablado de una campaña pacífica y legal para la reforma de las leyes antirreligiosas, y que un gobernante normal y sincero tenía que respetar conforme a los principios democráticos de la Constitución mexicana. Calles había dicho a los Prelados Mexicanos que el recurso que quedaba a los católicos eran las Cámaras. Así pues, el memorial de los obispos mexicanos se dirigió a las Cámaras el 6 de septiembre, pretendiendo con gran ponderación e irrebatibles razones la reforma de las leyes contrarias a la Iglesia; pero fue rechazado el 23, porque los obispos mexicanos no eran ciudadanos ni tenían el derecho de petición. Varios Obispos: los Arzobispos de México, Michoacán y Puebla; los Obispos de Tabasco, Aguascalientes, Saltillo, Cuernavaca, Chiapas, Huejutla, Papantla y Zacatecas, en diversas fechas fueron sacados de sus domicilios violentamente y escoltados por agentes del gobierno, se los obligó a trasponer la frontera. El memorial de los ciudadanos católicos, escrupulosamente acreditados, fue abrumador por el número de firmas, pues sumaron casi dos millones en un país de quince millones de habitantes. Nunca se habían reunido en México tantos testimonios, los cuales superaban con creces el número de votos con que los gobernantes solían ganar las elecciones para Presidente de la República. El Oficial Mayos de la Cámara de Diputados firmó acusando de recibo el voluminoso expediente, pero después dijo, al ser interpelado, que ese memorial no se había recibido. Igual suerte corrió el memorial de los profesionistas. El 21 de agosto, los obispos de Tabasco, Mons. Pascual Díaz, y de Michoacán, Mons. Leopoldo Ruiz, en representación del Episcopado mexicano, solicitaron dialogar con el Gral. Calles. El empeño fue frustrante, debido a la cerrazón del gobernante; él les señaló: “Ustedes no tienen más que dos caminos: sujetarse a la ley, pero si ésta no está de acuerdo con sus principios, lanzarse entonces a la lucha armada...”. El 15 de octubre, arriba a Roma una Comisión de Obispos a fin de informar directamente a SS Pío XI lo referente al conflicto. Estaba integrada por el Arzobispo de Durango, Mons. José María González y Valencia, como Presidente; el Obispo de León, Mons. Emeterio Valverde y Téllez, como Secretario, y el Obispo de Tehuantepec, Mons. Gerardo Méndez del Río, como Vocal. El 18 de octubre, SS Pío XI recibe a la Comisión de Obispos mexicanos, que le informa de la situación de persecución y de resistencia armada. Pocos días después, habiéndose planteado al Cardenal Gasparri la cuestión de si los prelados podían disponer de los bienes de la Iglesia para la defensa armada, contesta “que él, el secretario de Estado de Su Santidad, si fuera Obispo mexicano, vendería sus alhajas para el caso”. El 18 de noviembre, SS Pío XI publica su Encíclica “Iniquis afflictisque”, en la condena dos leyes: la constitución política mejicana de 1917 y la ley complementaria de julio de 1926 que empeoró la situación creada por la anterior. Estas leyes, declaró el Papa, son indignas de un pueblo civilizado, en su mayor parte católico, y carecen por completo de todas las características esenciales de la ley; denuncia los atropellos sufridos por la Iglesia en México: “Ya casi no queda libertad ninguna a la Iglesia [en México], y el ejercicio del ministerio sagrado se ve de tal manera impedido que se castiga, como si fuera un delito capital, con penas severísimas”. El Papa alaba con entusiasmo la Liga Nacional Defensora de la Libertad Religiosa, extendida “por toda la República, donde sus socios trabajan concorde y asiduamente, con el fin de ordenar e instruir a todos los católicos, para oponer a los adversarios un frente único y solidísimo”. Y se conmueve ante el heroísmo de los católicos mexicanos: “Algunos de estos adolescentes, de estos jóvenes -cómo contener las lágrimas al pensarlo- se han lanzado a la muerte, con el rosario en la mano, al grito de ¡Viva Cristo Rey! Inenarrable espectáculo que se ofrece al mundo, a los ángeles y a los hombres”. Sin embargo, la postura del episcopado y la actitud de la Santa Sede se mantuvieron dentro de una línea de calma serenante, porque se esperaba un cambio en la postura hostil del Gobierno mejicano, esperanza que bien pronto quedó defraudada. Por esto SS Pío XI advertía en la referida encíclica que el remedio de la situación sólo podía provenir de Dios y del esfuerzo unitario de todos los fieles mejicanos para promover la acción católica. El 30 de noviembre, los dirigentes de la Liga Nacional, antes de asumir a fondo la dirección del movimiento cristero, quisieron asegurarse del apoyo del Episcopado, y para ello dirigieron a los Obispos un Memorial en el que solicitaban: Una acción negativa, que consista en no condenar el movimiento; una acción positiva que consista en: a.-Sostener la unidad de acción, por la conformidad de un mismo plan y un mismo caudillo. b.-Formar la conciencia colectiva, en el sentido de que se trata de una acción lícita, laudable, meritoria, de legítima defensa armada. c.-Habilitar canónicamente vicarios castrenses. d.-Urgir y patrocinar una cuestación desarrollada enérgicamente cerca de los ricos católicos, para que suministren fondos que se destinen a la lucha, y que, siquiera una vez en la vida, comprendan la obligación en que están de contribuir. El mismo día los dirigentes son recibidos por Mons. Ruiz y Flores y por Mons. Díaz y Barreto. El primero les comunica jovialmente que, “... como de costumbre, se salieron con la suya”; que estudiadas las propuestas por los Obispos reunidos en la Comisión, “los diversos puntos del Memorial habían sido aprobados por unanimidad”, menos los dos últimos, el de los vicarios castrenses y el de los ricos, no convenientes o irrealizables. Los meses de noviembre y diciembre, se caracterizaron por movimientos tranquilos y el continuo desconocimiento por parte del gobierno, que señalaba: "Ningún problema militar afecta a la república hoy... Hay gavillas formadas por fanáticos que se han lanzado en aventuras rebeldes". Las medidas del gobierno no servían de nada y sólo provocaba más levantamientos. Y cuando en 20 municipios del estado de Jalisco (20 de 118) había habido levantamientos, entre agosto y diciembre, el general en jefe de la región militar declaraba a la prensa: "no existe problema militar en Jalisco". Era cierto que en ese estado no ocurrían levantamientos que inquietaran al gobierno salvo en Zacatecas, Durango y Guanajuato. El 4 de diciembre, la Liga Nacional de la Defensa de la Libertad Religiosa organizó un boicot económico, el cual consistía en comprar sólo lo estrictamente necesario para que las arcas del gobierno lo resintieran. Se podían leer las siguientes inscripciones: “Adelante con el boicot”, “El boicot nos dará el triunfo”. El Comité Central de la LNDLR fue puesto en prisión; a las pocas horas se daba a conocer al público el nuevo Comité. Este segundo Comité fue encarcelado y un tercer Comité se puso a la cabeza. Los efectos del boicot fueron dañinos para el país. El 75% de los inversionistas retiró sus capitales y la situación económica se agravó notablemente pues además bajó el precio de la plata, se perdieron las cosechas y las divisas por venta de petróleo se redujeron considerablemente. El gobierno al ver como iba creciendo el movimiento cristero, aumento más las aprehensiones a sacerdotes y fieles y aumento más los asesinatos, muertes y atentados contra los fieles y las iglesias, pero esto, sólo hacia que aumentaran más los grupos cristeros, y estos surgían con el tiempo mucho más organizados y un poco más armados, pero siempre con la convicción primordial de defender su Fe, su amor a Dios, su amor a la Virgen de Guadalupe y siempre con el grito: ¡Viva Cristo Rey y la Virgen de Guadalupe!
Mártires de la Guerra Cristera
Fuente: http://www.aciprensa.com
San Luis Batiz Sainz
San Rodrigo Aguilar Alemán
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San Justino Orona Madrigal
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San Manuel Morales
San Cristóbal Magallanes
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Aproveché de las afirmaciones vanas de un protestante para enseñar a los católicos.
Bendiciones _________________
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