Señor, tú me llamaste...

[Sister L.]

Un bello himno de la Liturgia de las Horas:

Señor, tú me llamaste
para ser instrumento de tu gracia,
para anunciar la Buena Nueva,
para sanar las almas.

Instrumento de paz y de justicia,
pregonero de todas tus palabras,
agua para calmar la sed hiriente,
mano que bendice y que ama.

Señor, tú me llamaste
para curar los corazones heridos,
para gritar en medio de las plazas,
que el Amor está vivo,
para sacar del sueño a los que duermen
y liberar al cautivo.
Soy cera blanda entre tus dedos,
haz lo que quieras conmigo.

Señor, tú me llamaste
para salvar al mundo ya cansado,
para amar a las personas
que tú, Padre, me diste como hermanos.
Señor, me quieres para abolir las guerras
y aliviar la miseria y el pecado;
hacer tembalr las piedras
y ahuyentar a los lobos del rebaño.

Si el Señor te está llamando, no tengas miedo. En mejores manos no podrás estar. ¡Animo que el Señor es bueno!

Saludos,
Hna. Lorena
www.vocacionmisionera.blogspot.com
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¡ Se me alegra el corazón, oh Dios, causa de mi gozo; tu amor vale más que la vida!
Salmo 62

[Sister L.]

"Señor, te doy gracias por los dones que me has dado y, de modo especial, por el don de la vida, el amor, la familia y la amistad.
Ayúdame a conocerme mejor a mí mismo y a reconocer mis cualidades ahora que oro, estudio y decido sobre el destino de mi vida.
Ayúdame a ver y comprender el camino que tú abres ante mis ojos. Ayúdame a escoger un camino que sea verdaderamente una respuesta que esté de acuerdo a mis capacidades y a tu amor por mí.
Y si tú me llamaras a seguirte como sacerdote, religioso, religiosa, misionero(a) o laico(a) consagrado(a), dame te ruego, un corazón generoso para comprender el reto de tu llamado y regálame la fuerza para seguirte a donde tu me guíes."

Libro de Oraciones por las Vocaciones, Padres Rogacionistas
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¡ Se me alegra el corazón, oh Dios, causa de mi gozo; tu amor vale más que la vida!
Salmo 62

[luz en el camino]

Estate, Señor, conmigo
siempre, sin jamás partirte,
y, cuando decidas irte,
llévame, Señor, contigo;
porque el pensar que te irás
me causa un terrible miedo
de si yo sin ti me quedo,
de si tú sin mí te vas.

Llévame en tu compañía,
donde tu vayas, Jesús,
porque bien sé que eres tú
la vida del alma mía;
si tú vida no me das,
yo sé que vivir no puedo,
ni si yo sin ti me quedo,
ni si tú sin mí te vas.

Por eso, más que a la muerte,
temo, Señor, tu partida
y quiero perder la vida
mil veces más que perderte;
pues la inmortal que tu das
sé que alcanzarla no puedo
cuando yo sin ti me quedo,
cuando tú sin mí te vas.
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"Consumirse como fuego para iluminar a los demás"