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Sesión 9. Viviendo el Misterio de la Liturgia
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Gache
Asiduo


Registrado: 27 Sep 2005
Mensajes: 138

MensajePublicado: Lun Oct 27, 2008 8:19 pm    Asunto: Sesión 9. Viviendo el Misterio de la Liturgia
Tema: Sesión 9. Viviendo el Misterio de la Liturgia
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VIVIENDO EL MISTERIO DE LA LITURGIA
Si la liturgia es el misterio del río de vida que brota del Padre y del Cordero, y si nos alcanza y arrastra, y nos empapa y sacia cuando la celebramos...es para que toda nuestra vida sea regada y fecundada por ella, es decir, la liturgia debe ser vivida, nos debe transformar.

Las celebraciones son el momento de la siembra, pero después tiene que venir la vida que da frutos sabrosos. Si hemos celebrado el Ágape divino, debemos vivir ese amor a nuestro alrededor. Si hemos celebrado la santidad de Dios, debemos reflejar esa santidad de Dios en nuestra vida y en cada uno de nuestros gestos. Si hemos celebrado la muerte y resurrección de Cristo, debemos morir a nosotros mismos para vivir la experiencia del hombre nuevo, como nos dice san Pablo.

¿Por qué a veces se da esta separación: por una parte, la celebración, por otra, nuestra vida no responde a esa celebración? La respuesta es sencilla: por el pecado y nuestra miseria.

No debe haber división ni dicotomía entre liturgia y vida.

Esto se dio antes de la venida de Cristo, en el Antiguo Testamento, pues no se contaba con la gracia de Cristo. Pero ahora, sí tenemos esa gracia de la unidad, entre el ritual sagrado y la conducta moral: “El mismo Cristo que celebramos debe ser el mismo Cristo que vivimos”. Decir liturgia vivida es llevar una vida nueva, actuar como Cristo, pensar como Cristo, amar como Cristo, sentir como Cristo. Cristo resucitado es nuestra fuente y nuestra vida nueva.


Podemos vivir el misterio de la Liturgia en:

En la oración
En el trabajo y la cultura
En la comunidad humana
En la compasión por los pobres
La liturgia desemboca en misión


EN LA ORACIÓN HACEMOS VIDA LA LITURGIA

Sólo si llevamos esa liturgia al corazón, esa liturgia se hace oración en nosotros y nos transforma. Es en el corazón donde nos encontramos con esa fuente de vida divina. Es en el corazón donde el hombre se siente en casa; es el lugar del encuentro auténtico con nosotros mismos, con los demás y con Dios vivo. El corazón reclama una presencia.

El corazón es el lugar de la decisión, el momento del “sí” o del “no”. El corazón tiende hacia esa Presencia que sacia y sólo en el corazón se da ese encuentro con Dios, si nosotros le abrimos. Y lo abrimos, si oramos.

Y quien nos hace entrar en oración es el Espíritu Santo. Él es el pedagogo de nuestra oración. Es indispensable empezar por Él y con Él. Él hace entrar en el corazón a Cristo resucitado. El Espíritu Santo es quien nos despierta a la oración. No sólo es Él quien viene a nosotros; nosotros también entramos en Él.

Y en la oración nos hace el Espíritu Santo pronunciar “Jesús”, y entramos en el misterio, y viviremos nuestro bautismo en Él, le ofreceremos todo, seremos invadidos por su divinidad.


Es en la oración, donde no sólo llevamos los perfumes a un muerto, sino que llevamos el grito de esperanza a quien no cree: “Ha resucitado”- le decimos. Nuestro corazón y oración se hacen eclesiales. En la oración somos iglesia. Y sobre el altar de nuestro corazón ofrecemos toda nuestra vida. Y sólo lo que pongamos, será transformado por el Espíritu Santo. Si ponemos poco, poco será transformado. Si ponemos mucho, mucho será transformado. Si ponemos todo nuestro ser, todo nuestro ser será transformado.

Cuanto más humilde y confiado es el silencio del corazón, más lo dilata Jesús con su presencia y nos convertimos en santos y nuestro corazón se abrirá a todas las gracias que Dios nos quiera ofrecer a través de la liturgia. Esas gracias nos santificarán. No somos nosotros los que nos santificamos; es Dios, fuente de santidad, quien nos santificará, si le dejamos y le abrimos nuestra alma.

Nos da miedo esta santidad, cuando nuestro hombre viejo rehuye la oración. Abandonando el altar del corazón, pretendemos compensar nuestro sacerdocio real trabajando sobre las estructuras de este mundo, ¡como si éstas pudieran hacer venir el Reino!

No queremos afrontar nuestra muerte, la muerte a nuestras ambiciones, a nuestras vanidades, a nuestros planes personales. Antes de trabajar sobre las estructuras económicas, sociales y políticas de este mundo, hay que trabajar primero sobre el corazón de cada uno de nosotros y convertirlo y santificarlo. Y esto lo logramos desde la oración. Y un corazón santo pondrá estructuras santas.

Cuando el corazón se decide a orar, entra en el Espíritu y en Cristo, participa en la epíclesis de la Iglesia y está en la vanguardia del combate, del gran combate pascual.


Y con la oración se va logrando, en cierto sentido, la deificación o divinización del hombre mediante la liturgia. Si con la oración consentimos que nos invada el río de la vida divina, nuestro ser todo entero será transformado, nos haremos árboles de vida y podremos dar siempre el fruto del Espíritu: amar con el amor mismo. Y el amor mismo es Dios.

A este misterio de la transformación en Dios, mediante la liturgia vivida, lo llamamos deificación. Transforma todo en nosotros: cuerpo, alma, espíritu, afectos, corazón. Deificación significa participación de la divinidad del Verbo que se ha unido a nuestra carne en nuestra humanidad concreta. Es la vida misma de Dios que Jesús nos comunica, a través de los sacramentos. Nuestra humanidad se va revistiendo de divinidad.

A decir verdad, desde que Cristo asumió nuestra naturaleza humana, y murió y resucitó, ascendiendo al cielo, ya nuestra naturaleza, con todo lo que tiene de bueno o de malo, ya no nos pertenece. Por eso, lo único que debemos hacer es no ser rebeldes y abrirnos al Espíritu para que esta deificación se ponga en marcha día a día. El hijo de Dios se ha hecho hombre, a fin de que el hombre se haga hijo de Dios, nos dicen los Padres de los primeros siglos.

¿Dónde se da esta deificación?

En la celebración de la liturgia, preparada por la liturgia del corazón en la oración. Esta deificación no es súbita, sino progresiva y vital, y depende de la disponibilidad de nuestra tierra. A veces es lenta, pero siempre es real, paciente.

Podemos romper, quebrar esta imagen de Dios por el pecado. Será el Espíritu Santo quien restaurará esa imagen de Dios en nosotros, desfigurada por nuestros pecados. El fuego del amor del Espíritu Santo consumirá nuestro pecado y lo transformará en luz.

Esta deificación crecerá por obra del Espíritu Santo. Él será quien hará esta obra maestra en nuestro interior. Él nos pone en comunión con la Trinidad santa. Lo único, pues, que atrasará esta deificación es nuestra resistencia al Espíritu, nuestra soberbia, nuestro pecado.

De ahí, nuestro trabajo de ascesis y sacrificio para luchar contra nuestras tendencias malas, y ofrecer todos los días nuestra naturaleza humana a la obra deificante del Espíritu. Esta obra de arte del Espíritu Santo en nuestra alma durará hasta el día que muramos. Muestra de esto es la vida edificante y heroica de los santos, que son todo un monumento a la obra secreta del Espíritu Santo en ellos


EN EL TRABAJO Y LA CULTURA
El “homo faber” (el hombre artesano, trabajador) es, en cierta medida, un esclavo de sus mismas obras hasta que llega a ser “homo liturgicus” (hombre litúrgico). Es aquí donde Dios concede al hombre la gracia de la libertad de los hijos de Dios y donde el hombre ofrecerá a Dios el producto de sus manos para mayor gloria de la Trinidad y beneficio de la humanidad entera.

Ya que la liturgia es obra de Dios y del hombre, no podemos dejar a un lado el trabajo y la cultura. En el trabajo y en la cultura, el hombre refleja lo celebrado en la liturgia. Es ahí, donde el hombre debe dar gloria a Dios. El trabajo y la cultura son el lugar donde el hombre y el mundo se reencuentran y reflejan la gloria de Dios.

Pero, para que el trabajo y la cultura sean para la gloria de Dios es necesario que el corazón del hombre esté en paz, en armonía con Dios, porque de lo contrario será un trabajo en contra de Dios, será anticultura.

Y encontraremos la paz y la armonía en la medida en que vivamos la gracia de Dios y luchemos contra el pecado. Si el río de la vida no invade primero nuestro corazón, ¿cómo podrá penetrar el campo del trabajo y la cultura, frutos del corazón humano? Si la raíz está podrida, los frutos estarán podridos.

Si el Espíritu deifica al hombre es para que el hombre humanice al mundo, y no lo esclavice ni lo destruya. En todo trabajo debemos llevar la luz de Cristo, sólo así tendrá la impronta de Dios.

Cualquier trabajo que hagamos será incompleto, deficiente, alienante, esclavizante, tentador...si no dejamos que lo penetre el poder del Espíritu que lo llevará más allá de la muerte y lo hará obra de luz. Si no vivimos esto así, ¿qué ofrecemos en el altar de la eucaristía?

Pero el trabajo así transfigurado llega a ser experiencia de comunión. Y ya no se darán los injusticias del trabajo, ni las estructuras alienantes, ni los desórdenes de la economía (corrupción, malversación de fondos, sobornos, explotación, etc.).

La liturgia no suple nuestra inventiva en el trabajo; hace algo mejor: como es soplo del Espíritu, es profética, dado que discierne, denuncia, suscita creatividad y se traduce en obras, pide justicia y es sierva de la paz. Impulsa a compartir.

La cultura es la transformación de la naturaleza por medio de la mano del hombre y su impregnación por el Espíritu. La cultura se alcanza cuando la naturaleza es humanizada y cuando por ella el hombre se hace más humano.

Por tanto, la cultura tiene que ser iconografía del Espíritu y del hombre; de lo contrario no es más que la iconografía del enemigo de Dios. Esto lo podemos hoy experimentar en tantas películas, canciones y literatura, que en vez de ser reflejo de Dios, son reflejo del Maligno, que nos trata de degradar con tanta suciedad y bajeza.

La cultura así transformada por la luz del Espíritu da su fruto: nos lleva a la belleza que es Dios, su fuente. Entonces podremos decir, como dijo el papa a los artistas: “la belleza salvará al mundo”. No la belleza en sí, sino la belleza transfigurada y traspasada por este rayo de luz divina.


EN LA COMUNIDAD HUMANA
En este vivir la liturgia tenemos que superar un obstáculo: no contentarnos con cumplir una ley, unas normas, sino dejarnos transformar y deificar por el Espíritu, pues cumpliendo unas normas sin esta disponibilidad al Espíritu, parecería que la obra de santidad es más bien obra nuestra y no del Espíritu.

Esto pasa también en las relaciones a nivel social. No podemos cifrar todas nuestras relaciones en un código de normas para una convivencia civilizada (tentación moralista), o en un programa social (tentación socializante), como si el Espíritu Santo pudiera reducirse a valores de justicia y solidaridad. La novedad de este misterio es mucho más.

Este río de agua viva tiene que penetrar todo el tejido social y las sociedades humanas. Y es así, porque este río ya está entre nosotros, dentro de nosotros. La invasión del Reino del Espíritu en un grupo humano es el evento de la verdadera comunidad entre las personas.

Y este Espíritu es el que ha puesto en esas comunidades donde ha entrado, los gérmenes de comunidad, la llamada a la solidaridad, la vocación a la paz, el respeto mutuo. Y la luz del Espíritu es también la que quitará la máscara de la mentira inherente al poder, la mutación del servicio en dominio, la perversión del grupo en estructura de injusticia, la esclavitud de la persona al ídolo del dinero. El Espíritu Santo nos revela la sociedad como icono del Reino.

Si no penetra esta luz del Espíritu Santo habrá Babel, es decir, injusticia, odio, muerte. En la sociedad donde no hay esta comunión, esta común unión entre nosotros, habrá ausencia de amor. Y grabará el peso del pecado y de la muerte.

Este río de vida hace fructificar los árboles de vida, cuyas simples hojas pueden ya “curar a las naciones” (1 Jn 3, 1Cool, y hacernos hermanos, en común unión.

Será la comunión la que nos hace existir como Iglesia. Y esta comunión nos exige morir a nuestro yo, para abrirnos al misterio del otro, como buenos samaritanos. En la liturgia del corazón se aprende cómo hacerse prójimo del hombre herido. Entonces el Espíritu Santo cura la relación, ofreciéndose Él mismo, que es unción de la nueva alianza.

Tenemos que pasar de una humanidad de naciones a la del Pueblo de Dios, tal es el servicio de comunión confiado a la Iglesia: “Seremos su pueblo y ovejas de su rebaño...En aquel día no habrá ya luto ni lamento ni dolor, porque las cosas anteriores han pasado” (Ap 21, 3-4).


EN LA COMPASIÓN CON LOS POBRES
La maravilla de la liturgia vivida es el misterio de la caridad divina en nuestra vida. En su fuente, en su flujo, en sus frutos, esta caridad busca penetrarlo todo: lo profundo del corazón y el ser personal, el trabajo, la cultura, las relaciones entre las personas y el tejido de nuestra sociedad...El Espíritu Santo es el que empuja a la caridad hasta el extremo del amor.

La liturgia vivida alcanza todo su realismo y toda su verdad cuando nos hace entrar en el espesor del mundo del pecado, allí donde el amor no es todavía vencedor de la muerte. La filantropía puede ser moral, pero hasta ahí. La caridad es mucho más, es mística, porque alcanza en el hombre este abismo de la muerte donde el amor está ausente; es mística, porque la caridad esconde toda la profundidad del amor de Dios que se derrama en los demás.

Servir a los pobres es hacerse pobre con ellos, como el Señor. Pobres según el Espíritu. Cuando la Iglesia se acerca al pobre, vive su liturgia hecha compasión. Lo hecho al pobre, es hecho a Jesús, pues Jesús se identifica con el pobre, según el capítulo 25 del evangelio de san Mateo. Lo que sufre todo ser humano es el sufrimiento mismo de Jesús, que lo asume. ¡Qué bien entendió esto la beata Madre Teresa de Calcuta! Por eso se dedicó a los pobres más pobres, sirviendo a Jesús en ellos, saciando la sed de Jesús en ellos.

San Juan Crisóstomo, queriendo hacer comprender a los fieles de Antioquía la unidad misteriosa entre la liturgia que están celebrando y la que deberán vivir a la salida de la iglesia, dice que dejan el altar de la eucaristía sólo para ir al altar de los pobres. El símbolo de la continuidad es revelador. El mismo cuerpo de Cristo que servimos en el memorial de su pasión y resurrección debemos servirlo ahora en la persona de los pobres.

La compasión se difunde desde el corazón, no desde las emociones. Hablamos del corazón en el sentido bíblico, es decir, el centro de la persona. Su primer motor es el perdón y la misericordia. No olvidemos que la manifestación más brillante de la gloria de la Trinidad santa es su misericordia. Cuando aceptamos ser tomados por ella, entramos en la profundidad del corazón de nuestro Dios. Y el hombre cuando difunde compasión y misericordia con su prójimo pobre y necesitado está transparentando un rayo de la misericordia divina; es más, estamos introduciendo al necesitado en el mismo corazón de Dios.

Quiero traer aquí una cita de santa Teresa de Jesús a este respecto: “Cuando yo veo almas muy diligentes en entender la oración que tienen y muy encapotadas cuando están en ella (que parecen no osan bullir, ni menear el pensamiento, porque no se les vaya un poquito de gusto y devoción que han tenido), hácese ver cuán poco entienden del camino por donde se alcanza la unión. Y piensan que allí está todo el negocio. Que no, hermanas, no; obras quiere el Señor, y que, si ves una enferma a quien puedes dar un alivio, no se te dé nada en perder esa devoción y te compadezcas de ella, y si tiene algún dolor, te duela a ti, y si fuera menester, lo ayunes, porque ella lo coma, no tanto por ella como porque sabes que tu Señor quiere aquello” (Las Moradas, V, 3, 11).

Los pobres llegan a ser, por tanto, altar de la salvación de sus hermanos. Quien tiene caridad con ellos recibe esa salvación.

Y cuando esta compasión se difunde en el mundo comienza la misión.


LA LITURGIA DESEMBOCA EN MISIÓN
“También puede ocurrir que no tenga pan que dar de limosna al indigente; pero quien tiene lengua, tiene algo más que poder dar, pues alimentar con el sustento de la palabra el alma, que ha de vivir siempre, es más que saciar con pan terreno el estómago del cuerpo, que ha de morir” (San Gregorio Magno, Hom. 6 sobre los Evangelios).

La liturgia desemboca en misión, debe desembocar en misión. La misión es el fruto de esa compasión y caridad.

Siguiendo con la imagen del agua viva, que nos ofrece la liturgia, la misma agua viva que quita la sed a los bautizados, despierta la sed de los hijos de Dios dispersos. Esa agua que brota del Padre y del Cordero se hace corriente caudalosa en la misión, y va empapando cuanto encuentra en el camino.

¡Qué hermoso es esto! Si hay zonas áridas y secas es porque todavía no ha llegado la corriente de la gracia mediante la misión. No hay quien lleve esa agua que tiene toda la potencialidad de fecundar todo tipo de tierra. ¿Por qué? “Antes de permitir a la lengua que hable, el apóstol debe elevar a Dios su alma sedienta, con el fin de dar lo que hubiere bebido y esparcir aquello de que la haya llenado” (San Agustín, Sobre la doctrina cristiana, 1, 4).

La Iglesia tiene como misión llevar esa agua viva por todos los terrenos del mundo. Pero necesita brazos que lleven esa agua, y corazones ardientes devorados por el fuego del Espíritu, como el de los primeros apóstoles. Basta leer los Hechos de los apóstoles para darnos cuenta de esto: celebraban la fracción del pan, y después, atendían a los pobres y luego se lanzaban por los caminos con la predicación para llevar ese río caudaloso de la gracia divina.

Liturgia, caridad y misión van unidos. Deben ir unidos. Liturgia celebrada y misión son dos momentos del mismo amor: ¿cómo amar a nuestros hermanos si no acogemos antes a Quien nos amó primero? Y si he acogido a Dios, ¿cómo no darlo a los demás?

La celebración litúrgica es, ciertamente, un momento intenso donde toda la comunidad eclesial reaviva la conciencia de su misión. Pero la celebración nos lanza a la misión. En la misión, el Verbo se confía a su Iglesia como el tesoro en vaso de barro (cf 2 Cor 4, 7), poniendo la Palabra en su corazón, penetrándola con su Espíritu, ofreciéndole su Cuerpo. Será entonces cuando la Iglesia podrá ofrecer a todos los hombres Aquel que ella conserva grabado en sí mismo, podrá darles el Espíritu dando su propia vida, ser el Reino en medio de ellos.

En la misión, la gran obra de la Pascua de Cristo se convierte en la obra de su Iglesia. Ahora bien, nosotros aprendemos a vivir esta Pascua de la Misión actuándola en la celebración de la liturgia. En la liturgia, Dios alcanza al hombre y el hombre alcanza a Dios. Dios le da su agua viva que le sana, le reconforta, le anima y le salva. Y el hombre se abre a Dios y la sed del hombre entabla un diálogo salvífico y queda saciado.

Y este hombre saciado va corriendo a las calles, caminos, montañas llevando el sorbo de esa agua viva que mana del Trono de Dios y del Cordero, que mana de la Pascua. Esta es la misión. Y todo movido por el amor, por la compasión. Por eso, la misión es epifanía, es decir, manifestación de la caridad de Cristo.

En esa misión llevamos la Palabra de Cristo que conforta, anima, orienta, reprende, consuela. Pero sobre todo, salva y hace milagros: el milagro de la conversión, de la vuelta a Dios de quienes nos han escuchado. Que quede claro: no somos nosotros los que salvamos y convertimos, sino la Palabra de Dios que nosotros llevamos. Nosotros somos sólo instrumentos. Pero instrumentos necesarios, a través de los cuales Dios lleva ese río de la gracia y de la conversión.

Tal vez, el llevar esa Palabra nos provoque, quién sabe, el martirio. No temamos. El martirio es la suprema forma de caridad. En el martirio hemos dado testimonio con nuestra sangre del misterio de Dios vivo. En el martirio, la celebración de la liturgia se ha hecho sacrificio cruento, como el de Cristo en el Calvario. Y lo hermoso es que esa muerte del mártir es vida para otros, como la de Cristo, pues la sangre de mártires es semilla de nuevos cristianos, como dijo Tertuliano.

¡Qué unido está, pues, misterio, celebración del misterio y vida! ¡La liturgia es la celebración del misterio de Dios, vivido en la misión!



PARTICIPACIÓN EN EL FORO:
¿Qué es la deificación?
¿Cómo vives el misterio de la Liturgia en tu oración y en el trabajo?
¿Por qué la caridad es mística?
¿Por qué la Liturgia desemboca en misión?


BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA / ARTÍCULOS DE APOYO:

- Libro La Eucaristía: http://es.catholic.net/biblioteca/libro.phtml?consecutivo=536

- Carta del Papa a los Obispos sobre "Summorum Pontificum"
La Carta de Benedicto XVI a los obispos de todo el mundo sobre el Motu Proprio Summorum. Referente al misal de Juan XXIII: http://es.catholic.net/conocetufe/423/2214/articulo.php?id=32311

- Ecclesia De Eucharistia http://www.es.catholic.net/biblioteca/libro.phtml?consecutivo=19

- Carta a los Obispos de la Iglesia Católica sobre la rececpción de la comunión eucarística por parte de los fieles divorciados que se han vuelto a casar http://www.es.catholic.net/biblioteca/libro.phtml?consecutivo=407

- Sacrosanctum Concilium (Constitución Dogmática del Vaticano II para la Liturgia) http://es.catholic.net/conocetufe/423/2214/articulo.php?id=15820

- Redemptionis Sacramentum
Sobre algunas cosas que se deben observar o evitar acerca de la Santísima Eucaristía http://es.catholic.net/conocetufe/423/2214/articulo.php?id=15820

- Dies Domini ( Carta apostólica JPLL sobre la santificación del domingo) http://es.catholic.net/conocetufe/423/2214/articulo.php?id=15821
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ignathious
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Registrado: 26 Oct 2008
Mensajes: 3

MensajePublicado: Lun Oct 27, 2008 9:13 pm    Asunto: Whahaha participacioOn . . . 9 jojo
Tema: Sesión 9. Viviendo el Misterio de la Liturgia
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¿Qué es la deificación?
Es la celebración de la liturgia, preparada por la liturgia del corazón en la oración. Esta deificación no es súbita, sino progresiva y vital, y depende de la disponibilidad de nuestra tierra

¿Cómo vives el misterio de la Liturgia en tu oración y en el trabajo?
whaha cuando en el trabajO por decir io pss en la skuela psss aveces se comparthe por medio de la caridad umm no c pss podemos poner ejemplo cuando se comparthen misterios de vida o bueno cuando se evangeliza yo eso hago . . . tambien dando testimonio de nuestros actos a nuestros hermanos . . . eso m ha servido de mucho mi comportamientho hace k los demas puedan entusismarse a hacer obras buenas y ser cristianos guiados en la verdad.

¿Por qué la caridad es mística?
Pork kuando nosotros compartimos nuestros bienes umm no c alo pobres somos caritativos dando asi origen a un compatimientho mutuo. Servir a los pobres es hacerse pobre con ellos, como el Señor. Pobres según el Espíritu. Cuando la Iglesia se acerca al pobre, vive su liturgia hecha compasión. Lo hecho al pobre, es hecho a Jesús, pues Jesús se identifica con el pobre

¿Por qué la Liturgia desemboca en misión?
Siguiendo con la imagen del agua viva, que nos ofrece la liturgia, la misma agua viva que quita la sed a los bautizados, despierta la sed de los hijos de Dios dispersos. Esa agua que brota del Padre y del Cordero se hace corriente caudalosa en la misión, y va empapando cuanto encuentra en el camino.
Y bueno teniendo una prespectiva personal va de acuerdo . . . aparthe de las misiones! si no enla colaboracion y el servicio de k nos sirve aprender tantho de la liuturgia si no es compartida o no es mostrada al k no sabe . . . es como star engordando a un cerdo . . . o llenar un barril sin fondO! es mas o menos parecido es llevar acavo toda la liturgia en algo educativo, formativo y religioso k tenga algo sustentable en la base solida de la iglesia y de la comunidad!!!


Saludoz!!!!
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Margarita Núñez Casillas
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Registrado: 03 Oct 2008
Mensajes: 13

MensajePublicado: Lun Oct 27, 2008 9:51 pm    Asunto: VIVIENDO EL MISTERIO DE LA LITURGIA
Tema: Sesión 9. Viviendo el Misterio de la Liturgia
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¿Qué es la deificación?
Deificación significa participación de la divinidad del Verbo que se ha unido a nuestra carne en nuestra humanidad concreta revistiendo de divinidad.
Es la vida misma de Dios que Jesús nos comunica, a través de los sacramentos. Es el misterio de la transformación en Dios, mediante la liturgia vivida; con la oración se va logrando, en cierto sentido, la deificación o divinización del hombre mediante la liturgia. Si con la oración consentimos que nos invada el río de la vida divina, nuestro ser todo entero será transformado, nos haremos árboles de vida y podremos dar siempre el fruto del Espíritu: amar con el amor mismo. Y el amor mismo es Dios. Transforma todo en nosotros: cuerpo, alma, espíritu, afectos, corazón.

¿Cómo vives el misterio de la Liturgia en tu oración y en el trabajo?
Después de despedir con una bendición a mi esposo que va a su trabajo, es muy diferente el transcurso del día cuando procuro leer la liturgia de las horas en el apartado de los laudes, me envuelven los salmos en una profunda reflexión de mi pequeñez ante el Señor donde sólo me resta decir: gracias, perdónanos y ayúdanos; de otra manera, veo los mismos acontecimientos con menos unión ante el Señor. Cuando es posible por lo menos cada ocho días, visitó a los ancianitos del asilo que forma parte de nuestra comunidad, más que ver su estado físico procuro ver al hermano que necesita un poquito de ternura y escucha; en ocasiones compartimos el rezo del rosario, un dulce o el corte de uñas. De un tiempo acá procuro participar en la Eucaristía matutina y específicamente durante el mes de octubre promover los nidos de oración (armada blanca) en la colonia, cuando tengo estos elementos litúrgicos en mi vida, el trato que doy a mis prójimos es de escucha y atención pensando en cómo lo haría nuestro Señor, he de compartirles que no por ello siempre lo logro, en ocasiones lejos de verme deificada me gana la soberbia y mi pecado, pero sigo en pie de lucha, robusteciéndome con la liturgia.

¿Por qué la caridad es mística?
Es mística, porque la caridad esconde toda la profundidad del amor de Dios que se derrama en los demás. La liturgia vivida alcanza todo su realismo y toda su verdad cuando nos hace entrar en el espesor del mundo del pecado, allí donde el amor no es todavía vencedor de la muerte. La filantropía puede ser moral, pero hasta ahí. La caridad es mucho más, es mística, porque alcanza en el hombre este abismo de la muerte donde el amor está ausente.


¿Por qué la Liturgia desemboca en misión?
La celebración litúrgica es, ciertamente, un momento intenso donde toda la comunidad eclesial reaviva la conciencia de su misión. La Liturgia desemboca en misión porque ella es el fruto de la compasión y caridad, mismas que se provocan cuando permitimos que el Espíritu Santo nos guie. Liturgia, caridad y misión van unidas; la fe se aprende se celebra y se comparte.
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ricrodma
Esporádico


Registrado: 17 Jun 2008
Mensajes: 33
Ubicación: Santo Domingo, Rep. Dominicana

MensajePublicado: Lun Oct 27, 2008 10:14 pm    Asunto: 9a sesion
Tema: Sesión 9. Viviendo el Misterio de la Liturgia
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1. ¿Qué es la deificación?
Elevar a calidad de dios, sería una definición general. Sin embargo, para nosotros, es dejarnos transformar por el Espíritu Santo, permitiendo que Cristo Jesús se nos adentre en las venas y podamos decir como Pablo:”no soy yo, es Cristo que vive en mi” y podamos reflejar su amor.


2. ¿Cómo vives el misterio de la Liturgia en tu oración y en el trabajo?
En la oración entramos en contacto intimo con Dios, nos hacemos participe de su amor y su divinidad.
Aquí confío plenamente en el poder de Dios y solicito su presencia plena en mi vida, en mi corazón. Es una relación personal para presentarle mis problemas, mis angustias y alegrías.

En mi trabajo, trato de ser reflejo de Cristo, que vean en el cumplir de mis responsabilidades la presencia de Dios. Que Su Amor se desborde en cada momento, en cada accionar de mi vida diaria. Trato siempre de ser justo y servicial con los demás.


3. ¿Por qué la caridad es mística?
La caridad es un reflejo de Cristo en nosotros, es fruto del Espíritu Santo que se desborda y tiene necesidad de salir de nuestros corazones a llenar otros con sed de Dios. No es ayudar a los demás por benevolencia moral, es reconocer a Cristo en cada uno de nuestros hermanos más necesitados.


4. ¿Por qué la Liturgia desemboca en misión?
Porque no sirve de nada escuchar la Palabra, convivir en la iglesia, renacer en el Espíritu, si no compartimos nuestra experiencia. El cristianismo es una experiencia de comunidad. Nuestro testimonio será razón para que otros se entusiasmen en conocer a Cristo.
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maria i. santana
Esporádico


Registrado: 31 Mar 2008
Mensajes: 40
Ubicación: San Juan, Puerto Rico

MensajePublicado: Lun Oct 27, 2008 11:45 pm    Asunto: 9a. sesion - Curso Liturgia
Tema: Sesión 9. Viviendo el Misterio de la Liturgia
Responder citando

Paz y bien para todos los hermanos: Surprised


¿Qué es la deificación?

Es la transformación total en Dios de nuestro cuerpo, alma, espiritu, afectos y corazón, mediante la liturgia vivida. Es la participación de la divinidad del Verbo que se ha unido a nuestra carne en nuestra humanidad y es la vida misma de Dios que Jesús no comunica atraves de los sacramentos, asi nuestra humanidad se va revistiendo de divinidad, muy en parte con la oración.

¿Cómo vives el misterio de la Liturgia en tu oración y en el trabajo?

En mi trabajo diariamente yo comienzo conectando en mi PC una emisora radial católica, la cual no solo la escucho yo, sino mis compañeros mas cercanos, asi entre canciónes de alabanza y pausas como el Angelus, evangelizo y agrego mi trabajo de servicio que son como una oración a Dios que yo le ofrezco siempre para que me haga tolerante ante los problemas o dificultades que se presenten.

¿Por qué la caridad es mística?

La caridad es mística, porque la caridad significa amor y Dios es amor y todo aquel que ama sinceramente y se brinda con amor a los demas sin esperar recibir y se desprende de su egoismo: se asemeja a Dios que entregó a su hijo Jesús por amor, asi como Cristo se sometió a la tortura de la cruz por amor al Padre y a la humanidad.

¿Por qué la Liturgia desemboca en misión?

La misión es el fruto de esa compasión y caridad. Una liturgia vivida y llevada a lo mas profundo de nuestro corazón, nos humaniza y nos hace mas concientes, mas compasivos y comprensivos a las necesidades de los desvalidos y necesitados de nuestra caridad ya que inserta el mismo sentir de Cristo. Nos lleva a la acción de la caridad.

Dios les bendiga
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Mariluisa
Esporádico


Registrado: 05 Jun 2008
Mensajes: 70

MensajePublicado: Mar Oct 28, 2008 12:28 am    Asunto: Participación a la 9a sesión
Tema: Sesión 9. Viviendo el Misterio de la Liturgia
Responder citando

1.¿Qué es la deificación?
Divinización, ensalzamiento o trato como dios o como si se fuera un dios
2. ¿Cómo vives el misterio de la Liturgia en tu oración y en el trabajo?
Ofreciendo a Dios mi trabajo diario.
3.¿Por qué la caridad es mística?
Porque alcanza en el hombre este abismo de la muerte donde el amor está ausente; es mística, porque la caridad esconde toda la profundidad del amor de Dios que se derrama en los demás
4.¿Por qué la Liturgia desemboca en misión?
Porque la misión es el fruto de la compasión y la caridad. Siguiendo el agua viva que se nos ofrece en la liturgia, quita la sed a los bautizados y despierta la sed de los hijos de Dios dispersos. Esa agua brota del Padre y del Hijo, se transforma en corriente caudalosa en la misión y empapa todo lo que encuentra en su camino.
Gracias y que Dios los bendiga. Mariluisa
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Juan Mario Remes Ripoll
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MensajePublicado: Mar Oct 28, 2008 12:56 am    Asunto: participacion en la sesión del 27 de Octubre
Tema: Sesión 9. Viviendo el Misterio de la Liturgia
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Hola buenas Noches

¿Qué es la deificación?

. Es la transformación del cuerpo, alma, espíritu, afectos, corazón. Deificación significa participación de la divinidad del Verbo que se ha unido a nuestra carne en nuestra humanidad concreta.

¿Cómo vives el misterio de la Liturgia en tu oración y en el trabajo?

Poniendo toda la atención en el momento de decir mis oraciones, siendo inspirado por el espiritu santo para llegar a una comunicación con mi fe.

En el trabajo trato de santificarlo, haciendo todas las cosas bien a la primera vez y cumpliendo con mis obligaciones como cristiano. siendo congruente entre mi religión y mi accionar entre los que me rodean.

¿Por qué la caridad es mística?

Porque alcanza en el hombre este abismo de la muerte donde el amor está ausente; es mística, porque la caridad esconde toda la profundidad del amor de Dios que se derrama en los demás.

¿Por qué la Liturgia desemboca en misión?
La misión es el fruto de esa compasión y caridad que se nos enseña en la liturgia.

Juan Mario Remes Ripoll
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MCDelgadillo
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MensajePublicado: Mar Oct 28, 2008 1:56 am    Asunto: 9. Viviendo el Misterio de la Liturgia
Tema: Sesión 9. Viviendo el Misterio de la Liturgia
Responder citando

¿Qué es la deificación?
La divinización del hombre mediante la liturgia. Se le llama deificación al misterio de transformación de cuerpo, alma, espíritu, afectos, corazón, en Dios, mediante la liturgia vivida. Significa participación de la divinidad del Verbo que se ha unido a nuestra carne en nuestra humanidad concreta. Es la vida misma de Dios que Jesús nos comunica, a través de los sacramentos.

¿Cómo vives el misterio de la Liturgia en tu oración y en el trabajo?
Mi proceso es lento… recién comprendo el significado de este misterio. Esta sesión en especial me ha sensibilizado para hacer vida la Liturgia. Es un camino que inicio… pero que quiero llevarlo a la acción con la ayuda e inspiración del Espíritu Santo para inflamar mi corazón de la caridad divina.

¿Por qué la caridad es mística?
La caridad es mística, porque esconde toda la profundidad del amor de Dios que se derrama en los demás.

¿Por qué la Liturgia desemboca en misión?
Porque en la misión se encuentra el fruto de la compasión y la caridad. La misión es epifanía, manifestación de la caridad de Cristo. En la misión el agua que brota del Padre y del Hijo se hace corriente de la gracia para la fecundación de los corazones.
Liturgia, caridad y misión van unidas. Liturgia celebrada y misión son dos momentos del mismo amor. La celebración litúrgica es un momento intenso donde toda la comunidad eclesial reaviva la conciencia de su misión. La celebración nos lanza a la misión en la cual el Verbo se confía a su Iglesia, poniendo la Palabra en su corazón, penetrándola con su Espíritu, ofreciéndole su Cuerpo. En la liturgia, Dios alcanza al hombre y el hombre alcanza a Dios. Dios le da su agua viva que le sana, le reconforta, le anima y le salva. Y el hombre se abre a Dios y la sed del hombre entabla un diálogo salvífico y queda saciado.
En esa misión se lleva la Palabra de Cristo que conforta, anima, orienta, reprende, consuela, salva y hace milagros: el milagro de la conversión, de la vuelta a Dios de quienes nos han escuchado. ¡La liturgia es la celebración del misterio de Dios, vivido en la misión!
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amalia c. martin
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MensajePublicado: Mar Oct 28, 2008 4:26 am    Asunto: 9. Viviendo el Misterio de la Liturgia
Tema: Sesión 9. Viviendo el Misterio de la Liturgia
Responder citando

9. Viviendo el Misterio de la Liturgia

¿Dónde se da esta deificación?

En la celebración de la liturgia, preparada por la liturgia del corazón en la oración. Esta deificación no es súbita, sino progresiva y vital, y depende de la disponibilidad de nuestra tierra. A veces es lenta, pero siempre es real, paciente.

Podemos romper, quebrar esta imagen de Dios por el pecado. Será el Espíritu Santo quien restaurará esa imagen de Dios en nosotros, desfigurada por nuestros pecados. El fuego del amor del Espíritu Santo consumirá nuestro pecado y lo transformará en luz.

Esta deificación crecerá por obra del Espíritu

Santo. Él será quien hará esta obra maestra en nuestro interior. Él nos pone en comunión con la Trinidad santa. Lo único, pues, que atrasará esta deificación es nuestra resistencia al Espíritu, nuestra soberbia, nuestro pecado.

De ahí, nuestro trabajo de ascesis y sacrificio para luchar contra nuestras tendencias malas, y ofrecer todos los días nuestra naturaleza humana a la obra deificante del Espíritu. Esta obra de arte del Espíritu Santo en nuestra alma durará hasta el día que muramos. Muestra de esto es la vida edificante y heroica de los santos, que son todo un monumento a la obra secreta del Espíritu Santo en ellos.

¿Cómo vives el misterio de la Liturgia en tu oración y en el trabajo?


Podemos vivir el misterio de la Liturgia en: En la oración, En el trabajo y la cultura, En la comunidad humana, En la compasión por los pobres, La liturgia desemboca en misión.

Si la liturgia es el misterio del río de vida que brota del Padre y del Cordero, y si nos alcanza y arrastra, y nos empapa y sacia cuando la celebramos...es para que toda nuestra vida sea regada y fecundada por ella, es decir, la liturgia debe ser vivida, nos debe transformar.

Las celebraciones son el momento de la siembra, pero después tiene que venir la vida que da frutos sabrosos. Si hemos celebrado el Ágape divino, debemos vivir ese amor a nuestro alrededor. Si hemos celebrado la santidad de Dios, debemos reflejar esa santidad de Dios en nuestra vida y en cada uno de nuestros gestos. Si hemos celebrado la muerte y resurrección de Cristo, debemos morir a nosotros mismos para vivir la experiencia del hombre nuevo, como nos dice san Pablo.

¿Por qué a veces se da esta separación: por una parte, la celebración, por otra, nuestra vida no responde a esa celebración? La respuesta es sencilla: por el pecado y nuestra miseria.

No debe haber división ni dicotomía entre liturgia y vida.

Esto se dio antes de la venida de Cristo, en el Antiguo Testamento, pues no se contaba con la gracia de Cristo. Pero ahora, sí tenemos esa gracia de la unidad, entre el ritual sagrado y la conducta moral: “El mismo Cristo que celebramos debe ser el mismo Cristo que vivimos”. Decir liturgia vivida es llevar una vida nueva, actuar como Cristo, pensar como Cristo, amar como Cristo, sentir como Cristo. Cristo resucitado es nuestra fuente y nuestra vida nueva.

¿Por qué la caridad es mística? [/b

Es mística, porque la caridad esconde toda la profundidad del amor de Dios que se derrama en los demás. La liturgia vivida alcanza todo su realismo y toda su verdad cuando nos hace entrar en el espesor del mundo del pecado, allí donde el amor no es todavía vencedor de la muerte. La filantropía puede ser moral, pero hasta ahí. La caridad es mucho más, es mística, porque alcanza en el hombre este abismo de la muerte donde el amor está ausente.
[b]
¿Por qué la Liturgia desemboca en misión?


La celebración litúrgica es, ciertamente, un momento intenso donde toda la comunidad eclesial reaviva la conciencia de su misión. La Liturgia desemboca en misión porque ella es el fruto de la compasión y caridad, mismas que se provocan cuando permitimos que el Espíritu Santo nos guie. Liturgia, caridad y misión van unidas; la fe se aprende se celebra y se comparte.
_________________
I'm so sad, I'm gonna pray about it,
I'm so angry, I'm gonna let it go,
I'm so happy, I'm gonna be thankful.

“Si Estoy Triste Voy A Rezar Por Eso!”
“Si Estoy Enojado Lo Voy A Dejar Pasar”
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maguasanta
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MensajePublicado: Mar Oct 28, 2008 5:30 pm    Asunto: Curso de liturgia - Seccion IX
Tema: Sesión 9. Viviendo el Misterio de la Liturgia
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1.- ¿Qué es la deificación?
2.- ¿Cómo vives el misterio de la Liturgia en tu oración y en el trabajo?
3.- ¿Por qué la caridad es mística?
4.- ¿Por qué la Liturgia desemboca en misión?

1.- Es el misterio de la transformación de Dios, mediante la liturgia vivida. Transforma todo en nosotros, nuestra alma, cuerpo, espíritu, afectos, corazón. Significa participación divina del Verdo que se ha unido a nuestra carne en nuestra humanidad concreta. Es la vida misma de Dios que Jesús nos comunica, a través de los sacramentos. Nuestra humanidad se va revistiendo de divinidad.

2.- En mi oración me uno a la comunidad de laicos y religiosos, rezando los laudes y orando con la Palabra a traves de las lecturas del día. A la vez, trato de, en la medida de lo posible, compartir la Eucaristia, como sacramento. En el trabajo, trato de ser un verdadero testimonio de un cristiano, cumplir con las horas de trabajo, ayudar a los obreros y trabajadores a dar lo mas que puedan de ellos para su propia superación.

3.- Porque alcanza en el hombre el abismo de la muerte donde el amor esta ausente. Es mistica, porque la caridad esconde toda la profundidad del amor de Dios que se derrama en los demás.

4.- La misión es el fruto de la compasión y la caridad. En la celebración liturgica es un momento intenso donde toda la comunidad eclesial reaviva la conciencia de su misión. La celebracion nos lanza a la misión. En la misión, la gran obra de la Pascua de Cristo se convierte en la obra de la Iglesia. Nosotros aprendemos a vivir esta Pascua de la misión actualizandola en la liturgia. !La liturgia es la celebración del misterio de Dios, vivido en la misión!
_________________
Señor enseñanos a orar,
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roca
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MensajePublicado: Mar Oct 28, 2008 6:24 pm    Asunto: Respuesta al Tema 9
Tema: Sesión 9. Viviendo el Misterio de la Liturgia
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¿Qué es la deificación?
Es la divinización del hombre mediante la liturgia vivida. Deificación significa participación de la divinidad del Verbo que se ha unido a nuestra carne en nuestra humanidad concreta. Es la vida misma de Dios que Jesús nos comunica, a través de los sacramentos. Nuestra humanidad se va revistiendo de divinidad.

¿Cómo vives el misterio de la Liturgia en tu oración y en el trabajo?

Pues he de reconocer después de leer el tema que, a veces presento esa división a la que se hace referencia, por un lado la celebración y por otro mi vida, por un lado mi alma se empapa del agua de vida y por otro no doy los frutos esperados.
Intento hacer apostolado dando buen testimonio con mi forma de ser y de obrar, tanto en la calle, como en el trabajo. Soy plenamente consciente de que no hago siempre bien las cosas, de que rompo la imagen de Dios por el pecado; pero a pesar de mis continuas caídas, intento abrirme al Espíritu para que obre en mí, me abra el corazón y la mente y, transforme mis pecados en luz.

¿Por qué la caridad es mística?

La caridad es mística, porque esconde toda la profundidad del amor de Dios que se derrama en los demás.


¿Por qué la Liturgia desemboca en misión?

Porque la misión es el fruto de la compasión y la caridad.
El agua viva que brota del Padre y del Cordero se hace corriente caudalosa en la misión, y va empapando cuanto encuentra en el camino.
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gatosentado76
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MensajePublicado: Mar Oct 28, 2008 6:41 pm    Asunto:
Tema: Sesión 9. Viviendo el Misterio de la Liturgia
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My Request:

JEJEJE. Bendiciones.

¿Qué es la deificación?

La divinización del hombre mediante la liturgia. Se le llama deificación al misterio de transformación de cuerpo, alma, espíritu, afectos, corazón, en Dios, mediante la liturgia vivida. Significa participación de la divinidad del Verbo que se ha unido a nuestra carne en nuestra humanidad concreta. Es la vida misma de Dios que Jesús nos comunica, a través de los sacramentos. Es ser participes en si de la vida Divina en Cristo Nuestro Señor y parte de la grcaia Deificante que se da atravez de la vida sacramental.

¿Cómo vives el misterio de la Liturgia en tu oración y en el trabajo?

Incorporando a mi vida diaria la Eucaristia en todo sentido, en especial en la extencion de la misma por medio de la Liturgia de las Horas, en la vivencia de los sacramentales dados por la Iglesia como herramienta bellisima de Santificacion.

¿Por qué la caridad es mística?

La caridad es mística, porque esconde toda la profundidad del amor de Dios que se derrama en los demás es la prescencia continua de Dios en mi existir, en ella se dibuja el Icono de Jesus en mi propia persona y en los demas, en los cuales puedo realizar la mision suprema de la Caridad y la entrega en plenitud.

¿Por qué la Liturgia desemboca en misión?

Porque en la misión se encuentra el fruto de la compasión y la caridad. La misión es epifanía, manifestación de la caridad de Cristo. En la misión el agua que brota del Padre y del Hijo se hace corriente de la gracia para la fecundación de los corazones.

Liturgia, caridad y misión van unidas. Liturgia celebrada y misión son dos momentos del mismo amor. La celebración litúrgica es un momento intenso donde toda la comunidad eclesial reaviva la conciencia de su misión. La celebración nos lanza a la misión en la cual el Verbo se confía a su Iglesia, poniendo la Palabra en su corazón, penetrándola con su Espíritu, ofreciéndole su Cuerpo. En la liturgia, Dios alcanza al hombre y el hombre alcanza a Dios. Dios le da su agua viva que le sana, le reconforta, le anima y le salva. Y el hombre se abre a Dios y la sed del hombre entabla un diálogo salvífico y queda saciado.

En esa misión se lleva la Palabra de Cristo que conforta, anima, orienta, reprende, consuela, salva y hace milagros: el milagro de la conversión, de la vuelta a Dios de quienes nos han escuchado. ¡La liturgia es la celebración del misterio de Dios, vivido en la misión!
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Edwin Perez
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MensajePublicado: Mar Oct 28, 2008 8:48 pm    Asunto:
Tema: Sesión 9. Viviendo el Misterio de la Liturgia
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[b]¿Qué es la deificación?

Es la celebración de la liturgia, preparada por la liturgia del corazón en la oración. Esta deificación no es súbita, sino progresiva y vital, y depende de la disponibilidad de nuestros Países

¿Cómo vives el misterio de la Liturgia en tu oración y en el trabajo?

Después de despedir con una bendición a mi esposo que va a su trabajo, es muy diferente el transcurso del día cuando procuro leer la liturgia de las horas en el apartado de los laúdes, me envuelven los salmos en una profunda reflexión de mi pequeñez ante el Señor donde sólo me resta decir: gracias, perdónanos y ayúdanos; de otra manera, veo los mismos acontecimientos con menos unión ante el Señor. Cuando es posible por lo menos cada ocho días, visitó a los ancianitos del asilo que forma parte de nuestra comunidad, más que ver su estado físico procuro ver al hermano que necesita un poquito de ternura y escucha; en ocasiones compartimos el rezo del rosario, un dulce o el corte de uñas. De un tiempo acá procuro participar en la Eucaristía matutina y específicamente durante el mes de octubre promover los nidos de oración (armada blanca) en la colonia, cuando tengo estos elementos litúrgicos en mi vida, el trato que doy a mis prójimos es de escucha y atención pensando en cómo lo haría nuestro Señor, he de compartirles que no por ello siempre lo logro, en ocasiones lejos de verme deificada me gana la soberbia y mi pecado, pero sigo en pie de lucha, robusteciéndome con la liturgia.

. ¿Por qué la caridad es mística?

La caridad es un reflejo de Cristo en nosotros, es fruto del Espíritu Santo que se desborda y tiene necesidad de salir de nuestros corazones a llenar otros con sed de Dios. No es ayudar a los demás por benevolencia moral, es reconocer a Cristo en cada uno de nuestros hermanos más necesitados.

¿[color=cyan]Por qué la Liturgia desemboca en misión?[/color]

La celebración litúrgica es, ciertamente, un momento intenso donde toda la comunidad eclesial reaviva la conciencia de su misión. La Liturgia desemboca en misión porque ella es el fruto de la compasión y caridad, mismas que se provocan cuando permitimos que el Espíritu Santo nos guíe. Liturgia, caridad y misión van unidas; la fe se aprende se celebra y se comparte.
[/b]
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Edwin Perez
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pmda
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Registrado: 01 Sep 2008
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MensajePublicado: Mar Oct 28, 2008 8:53 pm    Asunto: 9. Viviendo el Misterio de la Liturgia
Tema: Sesión 9. Viviendo el Misterio de la Liturgia
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Buen dia a todos y todas....

-¿Qué es la deificación?
la deificacion es la divinizacion del hombre por medio de la eucaristia, en la celebración de la liturgia, preparada por la liturgia del corazón en la oración. Esta deificación no es súbita, sino progresiva y vital, y depende de la disponibilidad de nuestra tierra. A veces es lenta, pero siempre es real, paciente.

-¿Cómo vives el misterio de la Liturgia en tu oración y en el trabajo? Viviendo lo que ella me dice y demostrandole a los demas que cristo no solo habita en mi sino que tambien habita en cada ser humano.

-¿Por qué la caridad es mística? La caridad es mistica por que en ella se ve reflejada el amor y la divinidad que Cristo tiene sobre nosotros, es tan simple como decir que Cristo es el mayor ejemplo de Caridad que hay.

-¿Por qué la Liturgia desemboca en misión? Por que ella nos llama a ser dicipulos y apostoles en esta tierra, complementando que con ello cumplimos la mision para la cual estamos aqui en la tierra.
_________________
A. Giraldo
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Lourdes Pérez
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Registrado: 03 Sep 2008
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MensajePublicado: Mar Oct 28, 2008 9:11 pm    Asunto: 9. Viviendo el Misterio de la Liturgia
Tema: Sesión 9. Viviendo el Misterio de la Liturgia
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¿Qué es la deificación?

Es el misterio de la transformación en Dios, mediante la liturgia vivida.
Significa participación de la divinidad del Verbo que se ha unido a nuestra carne en nuestra humanidad concreta.

¿Cómo vives el misterio de la Liturgia en tu oración y en el trabajo?

Dando testimonio de las obras y la gloria de Dios, a través de mis pensamientos y actos conmigo mismo y con mi prójimo.


¿Por qué la caridad es mística?

Porque la caridad esconde toda la profundidad del amor de Dios que se derrama en los demás.


¿Por qué la Liturgia desemboca en misión?

Porque la misión es el fruto de la compasión y la caridad.
Es el agua viva que brota del Padre y del Cordero que va por todo el mundo.
_________________
Lourdes Pérez
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julian alberto diaz
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Registrado: 01 Oct 2008
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Ubicación: colombia

MensajePublicado: Mie Oct 29, 2008 12:08 am    Asunto: viviendo el misterio de la liturgia
Tema: Sesión 9. Viviendo el Misterio de la Liturgia
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¿Qué es la deificación?

Es la transformación total en Dios de nuestro cuerpo, alma, espiritu, afectos y corazón, mediante la liturgia vivida. Es la participación de la divinidad del Verbo que se ha unido a nuestra carne en nuestra humanidad y es la vida misma de Dios que Jesús no comunica atraves de los sacramentos, asi nuestra humanidad se va revistiendo de divinidad, muy en parte con la oración.

¿Cómo vives el misterio de la Liturgia en tu oración y en el trabajo?

Pues me queda muy fácil, pues soy sacristán participo de la Eucaristía diariamente y preparo para los sacramentos como el bautismo, funerales, matrimonios etc. Que son los más comunes. Ofrezco a Dios mi trabajo y pido que me lo santifique. Cada vez me doy cuenta de lo importante de mi trabajo y en especial este curso me ha llevado a vivir cada parte de la misa y a vivir cada día más con más razón y con más conciencia la liturgia. Además cada vez que aprendo algo en este bello curso intento llevarlo y enseñarlo a algunas personas de mi parroquia.
¿Por qué la caridad es mística?

La caridad es mística, porque la caridad significa amor y Dios es amor y todo aquel que ama sinceramente y se brinda con amor a los demas sin esperar recibir y se desprende de su egoismo: se asemeja a Dios que entregó a su hijo Jesús por amor, asi como Cristo se sometió a la tortura de la cruz por amor al Padre y a la humanidad.

¿Por qué la Liturgia desemboca en misión?

La misión es el fruto de esa compasión y caridad. Una liturgia vivida y llevada a lo mas profundo de nuestro corazón, nos humaniza y nos hace mas concientes, mas compasivos y comprensivos a las necesidades de los desvalidos y necesitados de nuestra caridad ya que inserta el mismo sentir de Cristo. Nos lleva a la acción de la caridad.
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MONICUAC
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Registrado: 26 Ago 2008
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MensajePublicado: Mie Oct 29, 2008 1:09 am    Asunto: 9 Viviendo el Misterio de la Liturgia
Tema: Sesión 9. Viviendo el Misterio de la Liturgia
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¿QUÉ ES LA DEIFICACIÓN?

A este misterio de la trasformación en Dios, mediante la liturgia vivida, lo llamamos deificación. Transforma todo en nosotros: cuerpo, alma, espíritu, afectos, corazón. Dificación significa participación de la divinidad del Verbo que se ha unido a nuestra carne en nuestra humanidad concreta. Es la vida misma de Dios que Jesús nos comunica, a través de los sacramentos. Nuestra humanidad se va revistiendo de la divinidad.

¿CÓMO VIVES EL MISTERIO DE LA LITURGIA EN TU ORACIÓN Y EN EL TRABAJO?

Oración; Sólo si llevamos esa litrugia al corazón, esa litrugia se hace oración en nosotros y nos transforma. Es en el corazón donde nos encontramos con esa fuente de vida divina. Es en el corazón donde el hombre se siente en casa; es el lugar de encuentro auténtico con nosotros mismos, con los demás y con Dios vivo. El corazón reclama una presencia.

Trabajo; El "homo faber" (el hombre artesano, trabajador) es, en cierta medida, un esclavo de sus mismas obras hasta que llega a ser "homo liturgicus" (hombre litúrgico). Es aquí donde Dios concede al hombre la gracia de la libertad de los hijos de Dios y donde el hombre ofrecerá a Dios el producto de sus manos para mayor gloria de la Trinidad y beneficio de la humanidad entera.

¿PORQUÉ LA CARIDAD ES MÍSTICA?

La caridad es mucho más, es mística, porque alcanza en el hombre este abismo de la muerte donde el amor está ausente; es mística, porque la caridad esconde toda la profunidad del amor de Dios que se derrama en los demás.

¿PORQUÉ LA LITURGIA DESEMBOCA EN MISIÓN?

La liturgia desemboca en misión, debe desembocar en misión. La misión es el fruta de esa compasión y caridad.
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Licha
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Registrado: 28 May 2008
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MensajePublicado: Mie Oct 29, 2008 2:59 am    Asunto: Re: Sesión 9. Viviendo el Misterio de la Liturgia
Tema: Sesión 9. Viviendo el Misterio de la Liturgia
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Respuesta al tema 9

1.- ¿Qué es la deificación?

Es la transformación en Dios, mediante la liturgia vivida. Transforma todo en nosotros: cuerpo, alma, espíritu, afectos, corazón. Deificación significa participación de la divinidad del Verbo que se ha unido a nuestra carne en nuestra humanidad concreta. Es la vida misma de Dios que Jesús nos comunica, a través de los sacramentos.

2.- ¿Cómo vives el misterio de la Liturgia en tu oración y en el trabajo?

Pués la verdad hay días y días, es decir, pués trato de vivir la Palabra de Diso es mis actos diarios, a mi creo que me ayuda mucho el ser catequista porque gracias esas clases tengo más presente a Dios, con más actos de su presencia.
Pero en el trabajo como que me cuesta vivirlo pues es un poco dificil las relaciones humanas.


¿Por qué la caridad es mística?

Yo creo que como aqui lo dice la liturgia es misión y la misión vivida realmente da el fruto de la caridad misitica. Es el amor vivido.

¿Por qué la Liturgia desemboca en misión? Porque la liturgía nos hace o nos manda a una misión, pero una misión de la pascua de Cristo.
Tal vez como dice aquí nos lleve a hacer sacrificios y no pensar como nosotors sino como Cristo para poder actuar como El.


Respuesta del tema 9.
saludos Very Happy
Licha
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Ma Socorro A. Reyes López
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Registrado: 16 Jun 2008
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MensajePublicado: Mie Oct 29, 2008 3:32 am    Asunto: Sesión 9. Viviendo el Misterio de la Liturgia
Tema: Sesión 9. Viviendo el Misterio de la Liturgia
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¿Qué es la deificación?
Con la oración se va logrando, en cierto sentido, la deificación o divinización del hombre mediante la liturgia. Si con la oración consentimos que nos invada el río de la vida divina, nuestro ser todo entero será transformado, nos haremos árboles de vida y podremos dar siempre el fruto del Espíritu: amar con el amor mismo. Y el amor mismo es Dios. A este misterio de la transformación en Dios, mediante la liturgia vivida, lo llamamos deificación. Transforma todo en nosotros: cuerpo, alma, espíritu, afectos, corazón. Deificación significa participación de la divinidad del Verbo que se ha unido a nuestra carne en nuestra humanidad concreta. Es la vida misma de Dios que Jesús nos comunica, a través de los sacramentos. Nuestra humanidad se va revistiendo de divinidad.

¿Cómo vives el misterio de la Liturgia en tu oración y en el trabajo?
- Vivir el misterio de la celebración de la liturgia, preparada por la liturgia del corazón en la oración. En que el fuego del amor del Espíritu Santo consumirá nuestro pecado y lo transformará en luz. Él nos pone en comunión con la Trinidad santa, nuestro trabajo de ascesis y sacrificio para luchar contra nuestras tendencias malas, y ofrecer todos los días nuestra naturaleza humana a la obra deificante del Espíritu. Esta obra de arte del Espíritu Santo en nuestra alma durará hasta el día que muramos.
- En el trabajo Dios concede al hombre la gracia de la libertad de los hijos de Dios y el hombre ofrecerá a Dios el producto de sus manos para mayor gloria de la Trinidad y beneficio de la humanidad entera. En el trabajo y en la cultura, el hombre refleja lo celebrado en la liturgia, donde el hombre debe dar gloria a Dios. El trabajo y la cultura son el lugar donde el hombre y el mundo se reencuentran y reflejan la gloria de Dios, por los que es necesario que el corazón del hombre esté en paz, en armonía con Dios. Encontrando la paz y la armonía en la medida en que vivamos la gracia de Dios y luchemos contra el pecado. Si el Espíritu deifica al hombre es para que el hombre humanice al mundo, y no lo esclavice ni lo destruya. Cualquier trabajo que hagamos será incompleto, deficiente, alienante, esclavizante, tentador, si no dejamos que lo penetre el poder del Espíritu que lo llevará más allá de la muerte y lo hará obra de luz. La cultura es la transformación de la naturaleza por medio de la mano del hombre y su impregnación por el Espíritu. La cultura se alcanza cuando la naturaleza es humanizada y cuando por ella el hombre se hace más humano y tiene que ser iconografía del Espíritu y del hombre; de lo contrario no es más que la iconografía del enemigo de Dios.

¿Por qué la caridad es mística?
La maravilla de la liturgia vivida es el misterio de la caridad divina en nuestra vida. En su fuente, en su flujo, en sus frutos, esta caridad busca penetrarlo todo: lo profundo del corazón y el ser personal, el trabajo, la cultura, las relaciones entre las personas y el tejido de nuestra sociedad. El Espíritu Santo es el que empuja a la caridad hasta el extremo del amor, la filantropía puede ser moral, pero hasta ahí. La caridad es mucho más, es mística, porque alcanza en el hombre este abismo de la muerte donde el amor está ausente; es mística, porque la caridad esconde toda la profundidad del amor de Dios que se derrama en los demás. Servir a los pobres es hacerse pobre con ellos, como el Señor. Pobres según el Espíritu. Cuando la Iglesia se acerca al pobre, vive su liturgia hecha compasión. Lo hecho al pobre, es hecho a Jesús, pues Jesús se identifica con el pobre, según el capítulo 25 del evangelio de san Mateo. Lo que sufre todo ser humano es el sufrimiento mismo de Jesús, que lo asume. El mismo cuerpo de Cristo que servimos en el memorial de su pasión y resurrección debemos servirlo ahora en la persona de los pobres. La compasión se difunde desde el corazón, no desde las emociones. Hablamos del corazón en el sentido bíblico, es el centro de la persona. No olvidemos que la manifestación más brillante de la gloria de la Trinidad santa es su misericordia. Cuando aceptamos ser tomados por ella, entramos en la profundidad del corazón de nuestro Dios. Y el hombre cuando difunde compasión y misericordia con su prójimo pobre y necesitado está transparentando un rayo de la misericordia divina; estamos introduciendo al necesitado en el mismo corazón de Dios. Los pobres llegan a ser, por tanto, altar de la salvación de sus hermanos. Quien tiene caridad con ellos recibe esa salvación. Y cuando esta compasión se difunde en el mundo comienza la misión.

¿Por qué la Liturgia desemboca en misión?
La liturgia desemboca en misión, la misión es el fruto de esa compasión y caridad. Siguiendo con la imagen del agua viva, que nos ofrece la liturgia, la misma agua viva que quita la sed a los bautizados, despierta la sed de los hijos de Dios dispersos. Agua que brota del Padre y del Cordero se hace corriente caudalosa en la misión, y va empapando cuanto encuentra en el camino. La Iglesia tiene como misión llevar esa agua viva por todos los terrenos del mundo y necesita brazos que lleven esa agua, y corazones ardientes devorados por el fuego del Espíritu, como el de los primeros apóstoles. Liturgia, caridad y misión van unidos. Liturgia celebrada y misión son dos momentos del mismo amor. En la misión, la gran obra de la Pascua de Cristo se convierte en la obra de su Iglesia y aprendemos a vivir esta Pascua de la Misión actuándola en la celebración de la liturgia en la que Dios alcanza al hombre y el hombre alcanza a Dios. Dios le da su agua viva que le sana, le reconforta, le anima y le salva. Y el hombre se abre a Dios y la sed del hombre entabla un diálogo salvífico y queda saciado. Y este hombre va corriendo a las calles, caminos, montañas llevando el sorbo de esa agua viva que mana del Trono de Dios y del Cordero, que mana de la Pascua. Y todo movido por el amor, por la compasión. Por eso, la misión es epifanía, manifestación de la caridad de Cristo. En esa misión llevamos la Palabra de Cristo que conforta, anima, orienta, reprende, consuela. Pero sobre todo, salva y hace milagros: el milagro de la conversión, de la vuelta a Dios de quienes nos han escuchado. Nosotros somos sólo instrumentos a través de los cuales Dios lleva ese río de la gracia y de la conversión. Y en el martirio hemos dado testimonio con nuestra sangre del misterio de Dios vivo. En el martirio, la celebración de la liturgia se ha hecho sacrificio cruento, como el de Cristo en el Calvario. Y lo hermoso es que esa muerte del mártir es vida para otros, como la de Cristo, pues la sangre de mártires es semilla de nuevos cristianos, como dijo Tertuliano.
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DONAJI
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MensajePublicado: Mie Oct 29, 2008 3:41 am    Asunto:
Tema: Sesión 9. Viviendo el Misterio de la Liturgia
Responder citando

¿Qué es la deificación?

R= Significa la participación de la divinidad del Verbo, que se une en carne a nuestra humanidad, es la vida de Dios que por medio de Jesús que nos comunica por medio de los sacramentos. Nosotros nos revestimos de divinidad.

¿Cómo vives el misterio de la Liturgia en tu oración y en el trabajo?

R= Nosotros al celebrar el misterio de la Liturgia debemos reflejar lo que vivimos en ella, día a día; es ahí en donde nosotros con un corazón en paz y armonía con Dios para vivir plenamente la gracia de Dios y así podamos realizar nuestro trabajo para el bien y en regla por que de lo contrario nuestro trabajo será en contra de Dios.

¿Por qué la caridad es mística?

R= Porque llega a alcanzar en el hombre el abismo de la muerte en donde el amor es ausente, la caridad es profundidad del amor de Dios que derrama en todos nosotros. Por que al servirles a los pobres es hacerse como ellos (pobres), como lo hizo Jesús. La caridad nos da la oportunidad de lo que hagamos por los pobres lo hacemos a Jesús, ya que Jesús se identifica con ellos.

¿Por qué la Liturgia desemboca en misión?

R= Porque es el fruto de la compasión y de la caridad; porque hay que llevar el agua viva que nos quita la sed a los bautizados, que despierta la sed de nosotros los hijos de Dios que están dispersos; esa agua que nos brota del Padre y del Cordero que se hace una corriente caudalosa en la misión y se va empapando cuando encuentra el camino.

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Libertad Gautier
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MensajePublicado: Mie Oct 29, 2008 3:44 pm    Asunto: Viviendo el Misterio de la Liturgia
Tema: Sesión 9. Viviendo el Misterio de la Liturgia
Responder citando

La deificacion es la divinizacion del hombre mediante la Liturgia. Nos transforma en Dios al estar Liturgia ser vivida y a eso llamamos [u]deificacion. Debemos ser humildes y abrir nuestro corazon al Espiritu Santo para que esa deificacion se ponga en marcha dia a dia.

Yo vivo el Misteria de la Liturgia por medio de la oracion diaria, llevan-
do a mis hermanos el amor que Cristo me ha entregado no solamente para mi sino para compartirlo con los demas. Tambien en la comunidad con nuestros hermanos llevandole esa transformacion para ser vivida con todos y en todos. Ademas llevando la esperanza a los enfermos por el amor de Jesucristo. Por lo tanto esta Liturgia semboca en m isison cuando llevo la palabra del Señor a los hermanos que estan alejados de la Iglesia o confudidos. La palabra de Dios es la que nos llena nuestra alma y nos da la esperanza paqra seguir adelante; reconociendo siempre que Dios nos ama.

La caridad es mistica porque es empujada por el Espiritu Santo hasta el extremo de l amor. Esta caridad alcanza en el hombre este abismo de la muerte donde el amor esta ausente; es misterio porque la caridad esconde toda la profundidad del amor de Dios que se derrama en los demas.

La Liturgia desemboca en la mision ya que la mision es el fruto de esa compasion y caridad. La Iglesia debe llevar esa agua viva por todos los terrenos del mun do; pero necesita brazos y corazones ardientes que lleven esa agua como los primeros apostoles a diferentes partes del mundo. La Liturgia, la caridad y la mision van unidas para dar el fruto necesario para la Salvacion del mun do.
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ulpago
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MensajePublicado: Mie Oct 29, 2008 4:16 pm    Asunto: Participación 9a. sesión
Tema: Sesión 9. Viviendo el Misterio de la Liturgia
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La deificación
La deificación es la transformación en Dios que se va logrando a través de la liturgia vivida. Particularmente a través de la oración (y sobre todo en la oración litúrgica) el poder de Dios, el Espíritu Santo, nos va invadiendo y transformando para dar frutos de amor. Si damos frutos de amor, damos a Dios, porque Dios es amor.

La Liturgia en tu oración y en el trabajo
Todos los días, aunque sea un momento breve procuro la oración, pero estoy consciente que falta más tiempo dedicado a este momento maravilloso de encuentro con Dios. Al asistir a la Eucaristía, la oración por excelencia, pido a Dios me permita disfrutarla de tal manera que me penetre en la presencia viva de Jesús que me regala ese momento. De allí tengo la obligación de vivir todos los días como si estuviera en la oración permanente a través de todas las acciones, particularmente en la Iglesia doméstica que el Señor me ha encomendado y en la actividad laboral que ha puesto en mis manos.

La caridad es mística
En efecto, es mística porque esconde toda la profundidad del amor de Dios que se derrama a los demás. No es sólo filantropía, es una entrega total al Amor, llenándonos en la oración de Él e irradiándolo a los demás, a todos con quienes se tiene contacto diario, pero particularmente con el pobre.

La Liturgia desemboca en misión
Como fruto de la vivencia de la liturgia, que nos deja frutos de compasión y caridad, debemos cumplir el mandato de Jesús: Vayan por todo el mundo y anuncien el evangelio. Un anuncio acompañado de la palabra, pero también de las acciones. ¿Cómo podemos decir que amamos a Dios a quien no vemos si no amamos al hermano a quien sí vemos? Si digo que tengo fe pero lo la proclamo y la testifico con la vida, soy un simple espejo que refleja algo, pero que nada se queda. Ser misionero es labor de todo bautizado, anunciando al mundo que Dios está con nosotros, está en nosotros.
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Dios colme a usted de bendiciones y lo llene de su Santo Amor. (San Rafael Guízar y Valencia)
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Marco A. Soto
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Registrado: 06 Oct 2008
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MensajePublicado: Mie Oct 29, 2008 5:12 pm    Asunto: viviendo el misterio de la liturgia
Tema: Sesión 9. Viviendo el Misterio de la Liturgia
Responder citando

¿Qué es la deificación?
Deificación significa participación de la divinidad del Verbo que se ha unido a nuestra carne en nuestra humanidad concreta. Es la vida misma de Dios que Jesús nos comunica, a través de los sacramentos. Nuestra humanidad se va revistiendo de divinidad. Cuando el corazón se decide a orar, entra en el Espíritu y en Cristo, participa en la epíclesis de la Iglesia y está en la vanguardia del combate, del gran combate pascual. Y con la oración se va logrando, en cierto sentido, la deificación o divinización del hombre mediante la liturgia. Si con la oración consentimos que nos invada el río de la vida divina, nuestro ser todo entero será transformado, nos haremos árboles de vida y podremos dar siempre el fruto del Espíritu: amar con el amor mismo. Y el amor mismo es Dios. A este misterio de la transformación en Dios, mediante la liturgia vivida, lo llamamos deificación. Transforma todo en nosotros: cuerpo, alma, espíritu, afectos, corazón.
Tambien esta deificación se da En la celebración de la liturgia, preparada por la liturgia del corazón en la oración. Esta deificación no es súbita, sino progresiva y vital, y depende de la disponibilidad de nuestra tierra. A veces es lenta, pero siempre es real, paciente.

Podemos romper, quebrar esta imagen de Dios por el pecado. Será el Espíritu Santo quien restaurará esa imagen de Dios en nosotros, desfigurada por nuestros pecados. El fuego del amor del Espíritu Santo consumirá nuestro pecado y lo transformará en luz.

Esta deificación crecerá por obra del Espíritu Santo. Él será quien hará esta obra maestra en nuestro interior. Él nos pone en comunión con la Trinidad santa. Lo único, pues, que atrasará esta deificación es nuestra resistencia al Espíritu, nuestra soberbia, nuestro pecado.

De ahí, nuestro trabajo de ascesis y sacrificio para luchar contra nuestras tendencias malas, y ofrecer todos los días nuestra naturaleza humana a la obra deificante del Espíritu. Esta obra de arte del Espíritu Santo en nuestra alma durará hasta el día que muramos. Muestra de esto es la vida edificante y heroica de los santos, que son todo un monumento a la obra secreta del Espíritu Santo en ellos.

¿Cómo vives el misterio de la Liturgia en tu oración y en el trabajo?
Ya que la liturgia es obra de Dios y del hombre, no podemos dejar a un lado el trabajo y la cultura. En el trabajo y en la cultura, el hombre refleja lo celebrado en la liturgia. Es ahí, donde el hombre debe dar gloria a Dios. El trabajo y la cultura son el lugar donde el hombre y el mundo se reencuentran y reflejan la gloria de Dios.

Pero, para que el trabajo y la cultura sean para la gloria de Dios es necesario que el corazón del hombre esté en paz, en armonía con Dios, porque de lo contrario será un trabajo en contra de Dios, será anticultura.

Y encontraremos la paz y la armonía en la medida en que vivamos la gracia de Dios y luchemos contra el pecado. Si el río de la vida no invade primero nuestro corazón, ¿cómo podrá penetrar el campo del trabajo y la cultura, frutos del corazón humano? Si la raíz está podrida, los frutos estarán podridos.

Si el Espíritu deifica al hombre es para que el hombre humanice al mundo, y no lo esclavice ni lo destruya. En todo trabajo debemos llevar la luz de Cristo, sólo así tendrá la impronta de Dios.

Cualquier trabajo que hagamos será incompleto, deficiente, alienante, esclavizante, tentador...si no dejamos que lo penetre el poder del Espíritu que lo llevará más allá de la muerte y lo hará obra de luz. Si no vivimos esto así, ¿qué ofrecemos en el altar de la eucaristía?

Pero el trabajo así transfigurado llega a ser experiencia de comunión. Y ya no se darán los injusticias del trabajo, ni las estructuras alienantes, ni los desórdenes de la economía (corrupción, malversación de fondos, sobornos, explotación, etc.).

La liturgia no suple nuestra inventiva en el trabajo; hace algo mejor: como es soplo del Espíritu, es profética, dado que discierne, denuncia, suscita creatividad y se traduce en obras, pide justicia y es sierva de la paz. Impulsa a compartir.

La cultura es la transformación de la naturaleza por medio de la mano del hombre y su impregnación por el Espíritu. La cultura se alcanza cuando la naturaleza es humanizada y cuando por ella el hombre se hace más humano.

Por tanto, la cultura tiene que ser iconografía del Espíritu y del hombre; de lo contrario no es más que la iconografía del enemigo de Dios. Esto lo podemos hoy experimentar en tantas películas, canciones y literatura, que en vez de ser reflejo de Dios, son reflejo del Maligno, que nos trata de degradar con tanta suciedad y bajeza.

La cultura así transformada por la luz del Espíritu da su fruto: nos lleva a la belleza que es Dios, su fuente. Entonces podremos decir, como dijo el papa a los artistas: “la belleza salvará al mundo”. No la belleza en sí, sino la belleza transfigurada y traspasada por este rayo de luz divina.

¿Por qué la caridad es mística?
La maravilla de la liturgia vivida es el misterio de la caridad divina en nuestra vida. En su fuente, en su flujo, en sus frutos, esta caridad busca penetrarlo todo: lo profundo del corazón y el ser personal, el trabajo, la cultura, las relaciones entre las personas y el tejido de nuestra sociedad...El Espíritu Santo es el que empuja a la caridad hasta el extremo del amor.

La liturgia vivida alcanza todo su realismo y toda su verdad cuando nos hace entrar en el espesor del mundo del pecado, allí donde el amor no es todavía vencedor de la muerte. La filantropía puede ser moral, pero hasta ahí. La caridad es mucho más, es mística, porque alcanza en el hombre este abismo de la muerte donde el amor está ausente; es mística, porque la caridad esconde toda la profundidad del amor de Dios que se derrama en los demás.

¿Por qué la Liturgia desemboca en misión?
La liturgia desemboca en misión, debe desembocar en misión. La misión es el fruto de esa compasión y caridad. La Iglesia tiene como misión llevar esa agua viva por todos los terrenos del mundo. Pero necesita brazos que lleven esa agua, y corazones ardientes devorados por el fuego del Espíritu, como el de los primeros apóstoles. Basta leer los Hechos de los apóstoles para darnos cuenta de esto: celebraban la fracción del pan, y después, atendían a los pobres y luego se lanzaban por los caminos con la predicación para llevar ese río caudaloso de la gracia divina.

Liturgia, caridad y misión van unidos. Deben ir unidos. Liturgia celebrada y misión son dos momentos del mismo amor: ¿cómo amar a nuestros hermanos si no acogemos antes a Quien nos amó primero? Y si he acogido a Dios, ¿cómo no darlo a los demás?. En la misión, la gran obra de la Pascua de Cristo se convierte en la obra de su Iglesia. Ahora bien, nosotros aprendemos a vivir esta Pascua de la Misión actuándola en la celebración de la liturgia. En la liturgia, Dios alcanza al hombre y el hombre alcanza a Dios. Dios le da su agua viva que le sana, le reconforta, le anima y le salva. Y el hombre se abre a Dios y la sed del hombre entabla un diálogo salvífico y queda saciado.

Y este hombre saciado va corriendo a las calles, caminos, montañas llevando el sorbo de esa agua viva que mana del Trono de Dios y del Cordero, que mana de la Pascua. Esta es la misión. Y todo movido por el amor, por la compasión. Por eso, la misión es epifanía, es decir, manifestación de la caridad de Cristo.

En esa misión llevamos la Palabra de Cristo que conforta, anima, orienta, reprende, consuela. Pero sobre todo, salva y hace milagros: el milagro de la conversión, de la vuelta a Dios de quienes nos han escuchado. Que quede claro: no somos nosotros los que salvamos y convertimos, sino la Palabra de Dios que nosotros llevamos. Nosotros somos sólo instrumentos. Pero instrumentos necesarios, a través de los cuales Dios lleva ese río de la gracia y de la conversión.

Tal vez, el llevar esa Palabra nos provoque, quién sabe, el martirio. No temamos. El martirio es la suprema forma de caridad. En el martirio hemos dado testimonio con nuestra sangre del misterio de Dios vivo. En el martirio, la celebración de la liturgia se ha hecho sacrificio cruento, como el de Cristo en el Calvario. Y lo hermoso es que esa muerte del mártir es vida para otros, como la de Cristo, pues la sangre de mártires es semilla de nuevos cristianos, como dijo Tertuliano.

¡Qué unido está, pues, misterio, celebración del misterio y vida! ¡La liturgia es la celebración del misterio de Dios, vivido en la misión!
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masoto1210
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María Luisa Garza
Esporádico


Registrado: 21 Jun 2008
Mensajes: 35

MensajePublicado: Mie Oct 29, 2008 7:49 pm    Asunto:
Tema: Sesión 9. Viviendo el Misterio de la Liturgia
Responder citando

RESPUESTAS AL TEMA 9 DEL CURSO DE LITURGIA

1.- ¿Qué significa la palabra Deificación?
R= Deificación significa participación de la divinidad del Verbo que se ha unido a nuestra carne en nuestra humanidad concreta. Es la vida misma de Dios que Jesús nos comunica, a través de los sacramentos. Nuestra humanidad se va revistiendo de divinidad.

2.- Cómo vives el misterio de la Liturgia en tu oración y en el trabajo?
R= Definitivamente el buen cristiano debe de distinguirse en todos los ámbitos de su vida cotidiana, por ejemplo en su trabajo, no debe avergonzarse aquel que quiera vivir su fe dentro de su trabajo, es ahí precisamente donde debe de llevar esa luz que transforma a todos quien te rodea, si vivir la liturgia no lograr transformar a la gente que te rodea, entonces no se esta viviendo la fe como Dios quiere. Y es por medio de la oración constante, ofrecimiento de obras, encomendarse al Espíritu Santo, antes de iniciar cualquier labor, antes de empezar el día, pues Èl es quien va darnos la fuerza necesaria para comportarnos como buenos cristianos y horrados ciudadanos. (Don Bosco).

3.- ¿Por qué la caridad es mística?
R= La maravilla de la liturgia vivida es el misterio de la caridad divina en nuestra vida. En su fuente, en su flujo, en sus frutos, esta caridad busca penetrarlo todo: lo profundo del corazón y el ser personal, el trabajo, la cultura, las relaciones entre las personas y el tejido de nuestra sociedad...El Espíritu Santo es el que empuja a la caridad hasta el extremo del amor.

La liturgia vivida alcanza todo su realismo y toda su verdad cuando nos hace entrar en el espesor del mundo del pecado, allí donde el amor no es todavía vencedor de la muerte. La filantropía puede ser moral, pero hasta ahí. La caridad es mucho más, es mística, porque alcanza en el hombre este abismo de la muerte donde el amor está ausente; es mística, porque la caridad esconde toda la profundidad del amor de Dios que se derrama en los demás.

Servir a los pobres es hacerse pobre con ellos, como el Señor. Pobres según el Espíritu. Cuando la Iglesia se acerca al pobre, vive su liturgia hecha compasión. Lo hecho al pobre, es hecho a Jesús, pues Jesús se identifica con el pobre, según el capítulo 25 del evangelio de san Mateo. Lo que sufre todo ser humano es el sufrimiento mismo de Jesús, que lo asume. ¡Qué bien entendió esto la beata Madre Teresa de Calcuta! Por eso se dedicó a los pobres más pobres, sirviendo a Jesús en ellos, saciando la sed de Jesús en ellos.

4.- ¿Por qué la Liturgia desemboca en misión?
R= La liturgia desemboca en misión, debe desembocar en misión. La misión es el fruto de esa compasión y caridad.
Liturgia, caridad y misión van unidos. Deben ir unidos. Liturgia celebrada y misión son dos momentos del mismo amor: ¿cómo amar a nuestros hermanos si no acogemos antes a Quien nos amó primero? Y si he acogido a Dios, ¿cómo no darlo a los demás?
De nada serviría la liturgia en nuestra vida, si no la hacemos MISIÓN, es justamente el resultado en vivo de Dios con nosotros y en nosotros. Es a través del servicio a los demás como demostraremos a nosotros mismos que la liturgia esta obrando en nuestra
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cmvo
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Registrado: 12 Jun 2008
Mensajes: 36
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MensajePublicado: Mie Oct 29, 2008 8:20 pm    Asunto: 9 SESION DE LA LITURGIA
Tema: Sesión 9. Viviendo el Misterio de la Liturgia
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Que es la edificacion?
La sdificacion es lo que transforma todo en nosotros cuerpo alma espiritu afectos corazon es la misma vida de dios que jesus nos comunica,a traves de los sacramentos. por eso lo unico que debemos hacer es abrirnos a el espiritu santo para que esta dedificacion sea progresiva dia a dia

Como vives el misterio de la liturgia en la oracion y en el trabajo?
Por que por medio de la oracion es que DIOS le concede al hombre la dinidad de ser hijos de DIOS el eel trabjo y la cultura es donde el hombre refleja la gracia de DIOS si la raiz esta podrida los frutos estaran podridos

Por que la caridad es mistica?
Por que la carida lo busca todo penera todo lo profundo del corazon y es el espiritu santo quien empuja todo al extremo del amor,servir alos pobres es hacerse pobre como ellos, lo hecho al pobre es hecho a jesus
pues jesus se identifica con el pobre.

Por que la lituugia desemboca en mision?
la mision es el fruto de la caridad y compasion la mision es la misma agua viva que quita la sed de los bautizados despierta la se de los hijos de Dios dispersos por el mundo.
y sobre todo por que la iglesia se existe para la mision.
QUE EL AMOR DE CRISTO VIVO Y RESUCITADO NOS COLME DE BENDICIONES A TODOS.
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Jose Fernando Montaña Gom
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Registrado: 03 Sep 2008
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MensajePublicado: Mie Oct 29, 2008 9:05 pm    Asunto: TEMA 9 VIVIENDO EL MISTERIO DE LA LITURGIA
Tema: Sesión 9. Viviendo el Misterio de la Liturgia
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PAZ A TODOS HERMANOS.

¿Qué es la deificación?

La deificación es la divinización del hombre a traves de la participación en el la Liturgia

¿Cómo vives el misterio de la Liturgia en tu oración y en el trabajo?

En al oración fundamentalmente haciendo una oración que me permita atender a lo que el Señor quiere de mi, considero que no debo orar tanto para pedir lo que necesitamos. tanto en cuanto, para que el Señor demande de mi lo sea necesario. Por supuesto que en todos los casos siempre es una oracion que incluye el agradecimiento por todo lo recibido.
En el trabajo la manera de vivir la Liturgia es compliendo con mis obligaciones sin escatimar esfurezos, con alegria y ayudando a los compañeros cuando lo necesitan.

¿Por qué la caridad es mística?

La caridad es mísitica proque nos acerca al amor de Dios que esta en los pobres, necesitados, marginados etc...

¿Por qué la Liturgia desemboca en misión?

Porque una vez recibido tanto la Palabra como al Señor mismo esta dispuestos y gozosos para llevar a los demas la grandeza que llevamos dentro. La grandeza del Evangelio de Cristo, la Buena Noticia de la Salvación.


GRACIAS A TODOS. HASTA LA PROXIMA.
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Laura Arias
Esporádico


Registrado: 01 Oct 2007
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MensajePublicado: Mie Oct 29, 2008 10:35 pm    Asunto: Viviendo el misterio de la liturgia
Tema: Sesión 9. Viviendo el Misterio de la Liturgia
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¿Qué es la deificación?
Es el misterio de la transformación de una persona en Dios, es la transformación del cuerpo, alma, espíritu, afectos y corazón de la persona, por medio de su unión con la divinidad del Verbo, que Jesús nos comunica a través de los sacramentos.


¿Cómo vives el misterio de la Liturgia en tu oración y en el trabajo?
Tratando de reconocer la Voluntad de Dios para mi y aceptarla, orando todos los dias por las necesidades y conversiones de muchos, tratando de ser la imagen de Cristo, ya que la gente al saber que soy "mocha" porque voy a misa, rezo el Rosario diariamente, debo actuar con caridad hacia todos ya que mi testimonio de cristiana es el que puede acercar o alejar a las personas a Cristo.


¿Por qué la caridad es mística?
Porque es el Espiritu Santo el que la empuja para que invada todo nuestro interior y brote hacia nuestro prójimo.

¿Por qué la Liturgia desemboca en misión?
Porque la mision es el fruto de la compasión y caridad que crece en nosotros al vivir el misterio de la liturgia.
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claudia cristina gonzalez
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Registrado: 04 Sep 2008
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MensajePublicado: Jue Oct 30, 2008 1:59 am    Asunto: RESPUESTAS AL TEMA 9 DEL CURSO DE LITURGIA
Tema: Sesión 9. Viviendo el Misterio de la Liturgia
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Very Happy HOLA A TODOS!! AQUI ESTAN MIS RESPUESTAS AL TEMA 9 DEL CURSO DE LITURGIA:

¿QUE ES LA DEIFICACION?

La deificación o divinización del hombre mediante la liturgia. A este misterio de la transformación en Dios, mediante la liturgia vivida, lo llamamos deificación. Transforma todo en nosotros: cuerpo, alma, espíritu, afectos, corazón. Deificación significa participación de la divinidad del Verbo que se ha unido a nuestra carne en nuestra humanidad concreta. Es la vida misma de Dios que Jesús nos comunica, a través de los sacramentos. Nuestra humanidad se va revistiendo de divinidad.

¿COMO VIVES EL MISTERIO DE LA LITURGIA EN TU ORACION Y EN EL TRABAJO?

Procuro recordar que el trabajo es una bendicion y una gracia que Dios nos concede y un medio para glorificarlo, con esto mi empleo no es un trabajo es una gracia, una bendicion y los problemas los enfrento pensando que haria Jesus en mi lugar. Eso a mi me ha ayudado mucho y en mi oracion le pido que transforme mi vida y que sea un reflejo de su gloria.

¿POR QUE LA CARIDAD ES MISTICA?

La caridad es mística, porque alcanza en el hombre este abismo de la muerte donde el amor está ausente; es mística, porque la caridad esconde toda la profundidad del amor de Dios que se derrama en los demás.

¿POR QUE LA LITURGIA DESEMBOCA EN MISION?

La liturgia desemboca en misión, debe desembocar en misión. La misión es el fruto de esa compasión y caridad. Liturgia, caridad y misión van unidos. Deben ir unidos. Liturgia celebrada y misión son dos momentos del mismo amor: ¿cómo amar a nuestros hermanos si no acogemos antes a Quien nos amó primero? Y si he acogido a Dios, ¿cómo no darlo a los demás? La celebración litúrgica es, ciertamente, un momento intenso donde toda la comunidad eclesial reaviva la conciencia de su misión. Pero la celebración nos lanza a la misión.

TODO LO PUEDO EN CRISTO QUE ME FORTALECE
C. CRISTINA GONZALEZ SARABIA. Wink
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MISAAC
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Registrado: 01 Sep 2008
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MensajePublicado: Jue Oct 30, 2008 2:37 am    Asunto:
Tema: Sesión 9. Viviendo el Misterio de la Liturgia
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¿Qué es la deificación?
Es la participación de la divinidad del Verbo que se ha unido a nuestra carne en nuestra humanidad concreta. Es la vida misma de Dios que Jesús nos comunica, a través de los sacramentos. Nuestra humanidad se va revistiendo de divinidad.

¿Cómo vives el misterio de la Liturgia en tu oración y en el trabajo?
La oración nos hace vivir la deificación fomentando nuestra unión con Dios, y en el trabajo hacemos vida el evangelio, y nuestra vida en oración.

¿Por qué la caridad es mística?
Porque esconde toda la profundidad del amor de Dios que se derrama en los demás.

¿Por qué la Liturgia desemboca en misión?
Porque al celebrar la liturgia, bebemos el agua eterna, y el alimento que de verdad satisface, y no podemos hacer menos que compartirlo con toda la creación.

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ISAAC
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verónica ana
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MensajePublicado: Jue Oct 30, 2008 1:52 pm    Asunto: Respuestas a la 9 sesion
Tema: Sesión 9. Viviendo el Misterio de la Liturgia
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I)¿Qué es la deificación?

La deificación es el misterio de la transformación en Dios, mediante la liturgia vivida de todo nuestro ser: cuerpo, alma, espíritu, afectos, corazón. Deificación significa participación de la divinidad del Verbo que se ha unido a nuestra humanidad concreta. Nuestra humanidad se va revistiendo de su divinidad. “Conviene que El crezca y yo desaparezca” (Jn 3,30). Pero esta deificación se realiza de manera eminente en la Eucaristía. San Agustín ha dicho:”te transformas en aquello que comes” y el Maestro interior, es decir Jesús le dice a Agustín ”no ocurrirá como con los demás alimentos que ellos se mudan en ti, sino que tu te mudarás en Mi” Es decir nos transformamos en aquello que recibimos. “Dioses sois e hijos del Altísimo todos”(salmo 81,6). Así podríamos decir con San Pablo “ya no soy yo quién vive es Cristo quién vive en mi”(Gálatas 2,20). Esta vida de Cristo en nosotros nos coloca en el centro de la Vida Trinitaria ya que donde está el Hijo, está el Padre y el Espíritu Santo, estamos entonces en el centro de la Vida de Dios.

II)¿Cómo vives el misterio de la liturgia en tu oración y en el trabajo?

Sólo si llevamos esa liturgia al corazón esa liturgia se hace oración en nosotros y nos transforma. Pero para que nos transforme debe ser hecha desde el corazón, desde las profundidades de nuestro ser donde nuestro ser toca el ser de Dios. No puede haber una oración que brote sólo de la cabeza ya que esa oración nunca nos va a transformar. La oración la tenemos que hacer desde el corazón porque sólo ahí se da el encuentro con Dios, con nosotros mismos y con nuestros hermanos. Para entrar en oración necesitamos la ayuda del” Espíritu Santo que viene en ayuda de nuestra debilidad porque nosotros no sabemos orar como conviene” (Rom 8,26), somos incapaces de ofrecer una alabanza digna a la Trinidad entonces nuestro problema consiste en unirnos fuertemente a ese Espíritu que habita en nosotros y que ora en nosotros. Así podremos ser hombres interiores, espirituales que reflejemos y transparentemos cada vez más a ese Dios que vive en nosotros.
Isabel de la Trinidad decía que “debemos ser para El una humanidad complementaria, en la que El Señor pueda renovar todo su misterio” y si esto sucede las personas que nos rodean podrán ver que Dios existe, que Dios vive, que Dios es amor. Tenemos que mostrar al mundo que hay una Vida escondida en nuestra vida, una realidad oculta en nuestra realidad y una fuerza más fuerte que nuestra fuerza porque nos hemos dejado penetrar y conducir por el Espíritu Santo que es vida de Dios en nosotros. Cuanto más oremos, cuanto más abiertos y disponibles estemos al Espíritu Santo, Dios será más Dios "en nosotros" . Tenemos que aprender a vivir la oración y a orar la vida.
De la misma forma la liturgia debe ser vivida en lo que respecta al trabajo ya que si el río de vida que brota del Padre y del Cordero nos alcanza, arrastra y nos empapa todo nuestro obrar también será transformado por esa corriente que nos llega porque voluntariamente nos abrimos a ese Espíritu Santo que vive en nosotros.
No puede haber dicotomía entre liturgia y vida, entre lo que creemos y lo que obramos, entre lo que proclamamos y lo que vivimos.
Gracias a ese Río de Vida, tenemos que hacer del trabajo una fuente de santificación para nosotros y para los demás, tenemos que aprovechar ese torrente de gracia para poder transformarlo todo para honra y gloria de Dios. No podemos estar cruzados de brazos esperando que las cosas cambien, somos nosotros los que estamos llamados a cambiar las realidades desde adentro y desde adentro iniciar ese proceso de cambio.
La liturgia empapa todas las dimensiones de la vida del hombre por eso no podemos perder de vista la coherencia de nuestro vivir cotidiano y la liturgia debe ser vivida plenamente y en todas las áreas de nuestra vida.
Aclaro que me he referido a lo que debemos tender constantemente ya que de este lado no lo lograremos nunca plenamente.

III)¿Por qué la caridad es mística?

La maravilla de la liturgia vivida es el misterio de la caridad divina en nuestra vida. Esta caridad busca penetrarlo todo. El Espíritu Santo es el que empuja a la caridad hasta el extremo del amor.
La caridad es mística porque necesito llenarme del amor de Dios. Necesito llenarme de la anchura, altura y profundidad de ese Amor divino para llevarlo, volcarlo y derramarlo en los demás, en todos los que pasan por mi vida.

IV)¿Por qué la liturgia desemboca en misión?

La liturgia celebrada y la misión son dos momentos del mismo amor. ¿Cómo amar a nuestros hermanos sino amamos a quién nos amó primero? Y si amo a Dios como no llevarlo a los demás y no trabajar por la extensión de Su Reino y por la salvación de todos los hombres nuestros hermanos en Cristo Jesús?
La celebración litúrgica es ciertamente un momento intenso donde toda la comunidad eclesial reaviva la conciencia de su misión. La celebración nos lanza y nos impulsa a la misión. El amor es de suyo difusivo y el que se llenó del amor de Dios quiere llevarlo y proclamarlo a todos y en todas partes.
Además hacia el final de la celebración eucarística nos dicen: “Vayan en paz y que el Señor los acompañe”. Es decir vayan a llevar la paz y que el Señor los acompañe a entrar en comunión profunda, silenciosa con los hermanos que necesitan ser redimidos y construyan la comunión entre todos los hombres. Con esa orden y esa misión llevamos la Palabra de Cristo que salva, redime, convierte y concede el milagro de la conversión, de la vuelta a Dios de quienes nos han escuchado. Por eso la misión es epifanía, es manifestación del amor de Dios.
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