Orpam Saretnoc Laverz Veterano
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Publicado:
Vie Nov 14, 2008 12:33 pm Asunto:
MIRANDO A JESÚS
Tema: MIRANDO A JESÚS |
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Amigos, hombres y mujeres que "miran" a Jesús, en algún momento de su vida. Me enternece la narración de aquí. Mira tú si te ocurre lo mismo.
"Encontré al Señor Jesús a través de las lágrimas. Mi madre había muerto y tenía veinte años. Hasta entonces ¿quién era Dios para mí?
Un anciano señor con el que arreglarse. Por educación, de vez en cuando, iba a la Misa de las once cuarenta a San Francisco de Sales. Me quedaba de pie, en el fondo, mirando el reloj, y salía antes del último evangelio. ¡Cuántos domingos malgastados!
Pero una mañana de febrero, San Francisco de Sales se convirtió en la iglesia en donde se celebraron los funerales de mi madre, los negros funerales de la que más amaba en el mundo. Me quedé alelado, humillado por sobrevivir, verdaderamente mezquino e infeliz, abandonado a mí mismo.
Dios me vio perdido, y vino. Dejó las noventa y nueve ovejas fieles - aquellas que rezan por la mañana y por la noche, y tienen el gusto del Pan de Dios - para salir a la búsqueda de este joven ingrato que nada había retenido de su catecismo, que consideraba a los curas personas fallidas, pero que lloraba.
“Bienaventurados los que lloran porque serán consolados”. Vino cuando vio que el aljibe estaba vacío.
No era digno que viniera a mi escuálida casa, pero vino allí precisamente por eso; porque no era digno de ello.
Y heme aquí, hoy, con la edad más avanzada de la de mi madre cuando murió, los cabellos grises y los hijos más altos que yo. Miro hacia atrás y mido el don de Dios. Y caigo de rodillas.
Gilbert Cesbron(1913-1979 escritor francés)
* Los mendigos no se sentirán tan miserables; los enfermos no contarán, tan solos, las largas horas de dolor y de insomnio; los huérfanos no se juzgarán tan privados de afecto; los encarcelados no experimentarán de forma tan atroz, el silencio de la cárcel.
Todos saben que ahora existe un compañero - Aquel que aparece de un momento a otro, pero que está presente aunque no aparezca.
En la hora extrema, los moribundos fijan los ojos en un punto y sonríen resignadamente. ¿Qué ven? Ciertamente, es el Amigo que ha llegado. Es Él, no hay duda; porque es el Amigo que no falla".
Plinio Salgado
(1895-1975 escritor brasileño)
Un abrazo.
Orpam Saretnoc Laverz |
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