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8. Realismo antropológico y pedagógico
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Hini
Staff de Catholic.net


Registrado: 26 Sep 2005
Mensajes: 255

MensajePublicado: Mar Dic 16, 2008 10:29 pm    Asunto: 8. Realismo antropológico y pedagógico
Tema: 8. Realismo antropológico y pedagógico
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Nota sobre la participación en el foro:

1. Para facilitar las aportaciones en el foro y potenciarlo como medio de enriquecimiento para todos, se ha cambiado el orden de aparición de las preguntas, que ahora están al inicio, de modo que todos las tengan en mente en el momento de leer el capítulo. Puede ser de ayuda pensar desde el inicio una respuesta, que lógicamente puede cambiar con la lectura.

2. Dichas preguntas son sólo una guía para la discusión, y no se pretende que todos las respondan de modo lineal.

3. Se invita a todos, especialmente a los formadores, a los formandos y a quienes lo han sido, a aportar sus comentarios y experiencias que puedan edificar y ayudar a los demás en la alta misión de formar sacerdotes o formarse para el sacerdocio. Siempre que las aportaciones correspondan al capítulo que se está viendo, no importa salirse de las preguntas formuladas.


I. PREGUNTAS PARA EL FORO

1. Para todos: Menciona el rasgo positivo o negativo que creas más típico en los jóvenes de hoy, de aquellos rasgos que creas que más influyen más (positiva o negativamente) en la formación de futuros sacerdotes.

2. Sobre todo para sacerdotes y seminaristas: Comenta de qué modo se puede actuar para aprovechar dicho rasgo característico (si es un rasgo positivo) o superarlo (si es negativo).


II. 8. REALISMO ANTROPOLÓGICO Y PEDAGÓGICO

Volviendo a la imagen del edificio en construcción, podemos decir que la formación sacerdotal debe también tener en cuenta los materiales de que disponemos. No es lo mismo edificar con piedra de cantera, con cemento armado, o con hojas de palma. Por ello, un principio fundamental, elemental, de la formación sacerdotal será el realismo pedagógico que nace de un sano realismo antropológico.

Quizás un principio como éste le parecerá a alguno tan obvio que considerará superfluo detenerse en él. Pero cuando se recuerda ciertos descalabros formativos y se conocen las causas de que algunos seminarios se hayan quedado vacíos..., se tiene la impresión de que no estará de más recordarlo. Cuando al joven aspirante al sacerdocio lo dejamos formarse como pueda, sin encauzar sus esfuerzos, sin iniciarlo en la oración, sin orientarle en la virtud, sin exigirle en el estudio; cuando sabiendo que habrá de abrazar el celibato le dejamos, o incluso le invitamos, a vivir todo tipo de experiencias..., ¿qué concepto de hombre tenemos? Cuando lo encerramos en un sistema que controla y determina todos sus pasos, le imponemos la virtud o impedimos que desarrolle y encauce sus afectos..., ¿qué concepto de hombre tenemos?

Naturalmente, es imprescindible el conocimiento del individuo concreto que se está formando, con sus irrepetibles particularidades. Pero el conocimiento de cada persona se basa en el conocimiento del ser humano en cuanto tal, de una visión antropológica. En esta línea se sitúan estas reflexiones. Toda pedagogía tiene su base en una determinada visión del ser humano. Del hombre naturalmente bueno, del buen salvaje, nace la teoría de Rousseau. Del hombre como ser primariamente social, inmerso en un proceso necesario de dialéctica materialista, se deriva la teoría marxista de la educación. Del hombre como imagen de Dios herida y restaurada en Cristo, surge la pedagogía cristiana.


Reconocer la bondad fundamental del hombre

Ante todo, el hombre es creatura e imagen de Dios. Hay en él una dignidad y una nobleza que lo ponen por encima de toda otra creatura de este mundo. La filosofía y la psicología nos recordaban que es espíritu de algún modo abierto al infinito, en el que hay un dinamismo profundo hacia la trascendencia. El hombre es fundamentalmente bueno, muy bueno (cf. Gn 1,31).

Ese fondo bueno se despliega en una serie de facultades, cualidades o "talentos", como los llama Cristo en el Evangelio (cf. Mt 25,15): desde su condición física hasta su más alta dimensión espiritual. Bondad y positividad fundamental, pues, de su cuerpo, de sus emociones, de su afectividad, sentimientos, inteligencia, voluntad, conciencia, libertad.

No podemos ignorar esta bondad profunda y radical del ser humano. Realista será el formador que no olvida esta verdad y que, sin dejarse ofuscar por una visión miope sobre el material humano que debe educar, reconoce las maravillas que la creación ha operado en cada formando. No reconocerlas sería negar la obra de Dios y partir de una base errónea en el proceso de formación.

Tarea del educador será ayudar a que se despliegue toda la bondad ínsita en cada uno de sus seminaristas y llegue a su más alto desarrollo. Ha de saber descubrir en el educando la imagen de Dios que se oculta quizás tras un muro de defectos, pero que no por eso es menos real.


Reconocer los límites y posibilidades del hombre

Sin embargo, sería también un grave error ignorar los límites y hasta las miserias que trae consigo ese joven que se prepara para el sacerdocio. Es un ser finito, condicionado por las coordenadas de su corporalidad e historicidad, ajetreado por influjos psicológicos conscientes o inconscientes. Y sobre todo, es un hombre cuya naturaleza quedó tocada por el pecado. La bondad de la imagen divina quedó en él enrarecida. Cada uno de nosotros, al volver a nuestro interior, comprobamos los efectos de esta herida, nuestra inclinación al mal, nuestra preferencia orgullosa por nosotros mismos frente a los designios del Creador, nuestra espantosa capacidad de encerrarnos en el egoísmo.

El buen formador no puede dejar de tener en cuenta esta realidad y obrar en conformidad: primeramente reconociendo la herida y detectando sus consecuencias prácticas; en segundo lugar, previendo; y, en tercero, curando.

Reconocer la herida y sus secuelas es índice de realismo pedagógico. El candidato al sacerdocio caerá muchas veces, tendrá imperfecciones constitutivas en su índole física, psicológica o moral. Su inteligencia no siempre se adherirá a la verdad, a veces por falta de capacidad, a veces por error culpable. Su voluntad podrá querer el bien aparente. Su conciencia podrá verse ofuscada por sofismas o ser silenciada por las pasiones. Podrá abusar de su libertad y rechazar su recto uso dentro de la aceptación del plan de Dios. Reconocer la naturaleza herida del hombre, evitará sorpresas desagradables en la formación y ahorrará desilusiones al educador en su tarea formativa.

Prevenir posibles desviaciones en el educando implica apuntalar sus defensas, impulsar un trabajo eminentemente positivo, fortalecer su alma con continuas motivaciones, tomar en cuenta posibles ocasiones o situaciones que sean dañosas para el educando. Prevenir es estar atento a las necesidades de los formandos para salir al paso en el momento más oportuno; es allanar el camino para evitarles tropiezos tal vez innecesarios o contraproducentes. Es la acción del buen guía que, conociendo los peligros de la montaña, lleva por senda segura al alpinista inexperto.

Curar y sanar las pasiones, tendencias y posibles desviaciones y condicionamientos puede parecer una acción negativa, pero no lo es. Ante todo porque con ella se busca un fin positivo: recuperar la dignidad integral de la naturaleza humana. En segundo lugar porque en muchas ocasiones la curación consistirá, no en la represión, sino en el encauzamiento positivo de las fuerzas ínsitas en la persona que quizás no están rectamente ordenadas. La curación de raíz la opera la gracia de Dios. Sin embargo, aun con el auxilio de la gracia, quedan en alma lo que el Concilio de Trento llamó concupiscentia o fomes peccati que ha sido permitido por Dios con el fin de ejercitar al hombre en su lucha contra el pecado (ad agonem). No es propiamente pecado, sino que procede del pecado e inclina a él. Estos reliquia peccati se van enderezando a través de todo un largo proceso formativo que implica tiempo, paciencia y repetición de actos virtuosos contrarios.


Reconocer la eficacia de la gracia divina en el hombre

Gracias a Dios, la historia de la salvación continúa más allá del primer pecado y por encima de todos los pecados. En Cristo, la "imago Dei" ha sido restaurada. En la nueva época iniciada con la consumación del misterio pascual, el hombre está destinado a «reproducir la imagen del Hijo... primogénito entre muchos hermanos» (Rm 8,29). Es ésta la era de la gracia que lleva ínsita en sí la tendencia a la gloria. La antropología terrena deja paso, en esta perspectiva, a la antropología celeste: Y del mismo modo que hemos revestido la imagen del hombre terreno, revestiremos también la imagen del celeste» (1 Co 15,49).

Sin tener presente la gracia y la llamada a la gloria, se corre el riesgo de confundir el realismo de que estamos hablando con el pesimismo propio de los humanismos horizontales. El realismo cristiano, en cambio, tiene en cuenta todas las dimensiones del misterio del hombre, misterio que sólo se esclarece a la luz del misterio de la Encarnación y del misterio pascual. Es el realismo sobrenatural del hombre de Dios, del hombre que cree firmemente en la continua actividad del Espíritu Santo en las almas, del que cuenta con el poder de Dios, del que sabe que la sabiduría de Dios actúa por medio de la paradoja de la cruz (cf. 1 Co 1,23). El formador de sacerdotes reconoce la presencia y la acción de la gracia en el alma de los seminaristas. Sabe discernir la labor del Espíritu en sus corazones y contemplar la grandeza de su dignidad y de su destino sobrenatural. El hecho de contar con la acción de la gracia, redimensiona todo el proceso educativo. Los casos que podrían parecer perdidos son vistos bajo una óptica diversa, ya que se posee la conciencia de que la gracia puede actuar de modo inesperado, por caminos conocidos sólo por la sabiduría divina. Este realismo, de fondo optimista, imprime un sello de confianza y serenidad a toda la labor formativa.


El realismo antropológico y pedagógico de Cristo Maestro

Éste es el material con que contamos. No es perfecto, pero se puede hacer mucho con él si se sabe aprovechar. Ahí está el gran reto del formador de sacerdotes.

En su difícil tarea puede servirle de ánimo e inspiración contemplar la figura de Cristo, formador realista por excelencia. El Evangelio nos presenta a un Cristo conocedor profundo del corazón humano (cf. Jn 2,25). Este conocimiento parte de un apasionamiento por el hombre al que amó con rasgos de honda ternura y hasta el extremo de dar su vida por él (cf. Jn 13,1). Jesús es capaz de descubrir la sinceridad de un verdadero israelita como Natanael (cf. Jn 1,47) y la mentira e hipocresía de los fariseos (cf. Mt 23,13-32). Cristo reconoce las semillas divinas que están presentes en el alma del ser humano. No cierra los ojos ante la nobleza apasionada de Pedro, ni ante la fidelidad de Juan. Pero los conoce muy bien, los conoce por dentro. Sabe que «el espíritu está pronto, pero la carne es débil» (Mc 14,38); sabe que a pesar de las muestras de amor de Pedro (cf. Mc 14,28), llegada la hora de la verdad lo negará (cf. Mc 14,66-72). Confía en el hombre, pero no se hace ilusiones fatuas sobre él. Lo sabe capaz de acciones heroicas y nobles, de lances generosos y, al mismo tiempo, capaz de traición, de negación, de abandono, de cobardía e ingratitud. Pero lo que más nos sorprende es que, a pesar de conocer perfectamente su fragilidad, los llama y los destina a una misión muy superior a sus fuerzas para que quede patente que la santificación y la evangelización es obra de la gracia (cf. 2 Co 12,9-10).

No estará de más apuntar, aunque sea de pasada, otra aplicación de esta visión realista: también el formador es hombre. Conviene que lo tengamos siempre presente. Yo, formador, soy también una mezcla de grandeza y de miserias, de tendencia a la trascendencia y de egoísmo, afectado por impulsos, pasiones y condicionamientos psicológicos. Yo soy también imagen de Dios caída y redimida. Cuando realizo mi labor formativa, cuando oriento, exijo, corrijo, aliento, conviene que esté siempre atento para ver si mi comportamiento corresponde a lo que el formando necesita de mí o a una necesidad mía; si lo que digo o hago nace de una inspiración divina o de un impulso mío, humano, quizás demasiado humano.


Excursus: Rasgos peculiares del hombre de hoy

Las consideraciones hechas hasta aquí contemplaban al hombre en cuanto tal, a partir de una visión antropológica general. Pero el formador tiene frente a sí a jóvenes con una historia personal definida, situada en un tiempo y en un lugar determinado. Por eso el formador debe también conocer las influencias culturales, religiosas y sociales que provienen del contexto social del cual provienen los formandos. Ellos son, en cierto sentido, hijos de su civilización. En ella han nacido. Han asumido sus costumbres, su "forma mentis", sus valores y sus lastres característicos.

El realismo pedagógico exige también estar atentos a esos factores. La ignorancia o no aceptación de esta realidad por parte del formador podría invalidar todo su esfuerzo por formar a los aspirantes al sacerdocio; bien sea porque, al no llegar a conocerlos, no alcanzaría a entrar en contacto realmente con ellos ni a transmitirles de un modo eficaz su mensaje; bien porque sería incapaz de aportar medios y soluciones a los problemas concretos de su vida; bien porque ellos no se sentirían comprendidos.

Se debe reconocer que, a nivel general, en nuestra civilización se manifiesta una crisis de fe. El pluralismo reinante, el descuido frecuente de la enseñanza religiosa, la confusión y el disenso en el dogma y la moral, etc., hacen que, posiblemente, el joven que ingresa en el seminario venga desprovisto de un suficiente bagaje en el conocimiento y la vivencia de su fe. Por otra parte, casi a manera de respuesta, contemplamos el nacimiento entre los jóvenes de un nuevo ímpetu sincero que se refleja en la aparición y crecimiento de movimientos seglares, en una mayor conciencia apostólica, etc.

Un influjo decisivo proviene sin duda de los medios de comunicación social, frecuentemente utilizados para crear necesidades o actitudes que permitan la venta de productos, la formación de opiniones y de comportamientos humanos que favorecen los intereses de quienes los dirigen, al margen de los valores humanos, morales y religiosos.

En gran parte debido a ese influjo, el joven de hoy está frecuentemente orientado hacia una fuerte vida de sentidos. En la cultura actual se da una promoción abierta, y por tanto cultural, de la búsqueda del placer sensible. Se llega a lo que podríamos llamar un culto del goce inmediato y de la comodidad. Por doquier el hombre se ve inundado por imágenes, espectáculos, situaciones, comportamientos que lo invitan a reducir su vida a esta dimensión sensible. Quién más, quién menos, los candidatos al sacerdocio traen consigo la marca de esta tendencia.

Esta vida de sentidos afecta a la formación de la inteligencia y, en particular, a la formación de hábitos de reflexión. La sociedad de la imagen y de los resultados inmediatos algunos sistemas educativos hoy en boga, no favorecen la reflexión, la concentración, la capacidad de analizar, sintetizar y relacionar, el sano sentido crítico, etc. Es frecuente constatar entre los jóvenes de hoy la tendencia marcada a la dispersión mental, a la superficialidad, a la distracción y a la divagación. También la formación de la voluntad resulta afectada. La sociedad del consumo fácil e inmediato promueve y acentúa la tendencia humana a la comodidad y al abandono de todo esfuerzo y sacrificio.

No menos marcada, en algunos países más que en otros, es la carencia de sensibilidad cultural y artística. Los jóvenes concentran su atención y dedican su tiempo al estudio de las ciencias y de sus aplicaciones técnicas dejando a un lado el estudio de otras materias que le llevarían a un mayor conocimiento del hombre y a una mayor sintonía con los valores e ideales que más cercanamente lo atañen, a una mayor formación de la sensibilidad humana.

Estas carencias se reflejan también en una incapacidad de reflexionar sobre la propia vida. Es decir, falta un sano sentido de autocrítica del propio comportamiento, de los gustos, costumbres y hábitos que se van adquiriendo.

Así, no pocos jóvenes se encuentran fácilmente a merced de sus sentimientos, gustos y caprichos. Regulan su vida según el vaivén de las emociones, de la moda, de la presión ambiental. Si bien todo joven, de toda época, es ordinariamente inestable e inconstante por estar todavía madurando su personalidad, tal vez el joven de hoy lo sea aún más.

Resultan inevitables las consecuencias morales. No es difícil encontrar que las conciencias han sido poco o mal informadas, o que, más radicalmente, no han sido formadas. El relativismo propio de una sociedad pluralista, el bombardeo hedonista, la disminución de la educación religiosa... llevan fácilmente a la deformación de la conciencia moral.

No hace falta reflexionar excesivamente para comprender la incidencia que todos estos factores negativos tienen sobre la formación de un joven que aspira al sacerdocio. El desarrollo de su vida interior, la conquista esforzada de la virtud, su preparación intelectual... encontrarán serias trabas en esas carencias. El formador ha de reconocer que su labor debe comenzar muchas veces a un nivel elemental: la formación de la voluntad, de la inteligencia, de la conciencia moral, y por tanto del uso de la libertad, del sentido de responsabilidad, de la capacidad de sacrificio y de donación; la ilustración de su fe, la explicación de las elementos y exigencias de la vida cristiana, etc. No se debe extrañar de que quizá el progreso en la vida espiritual y en la formación en general, será más lento y más laborioso, por contar con una base humana menos preparada.

Pero sería simplemente falso olvidar los rasgos positivos que caracterizan también al joven de nuestros días, y que inciden también, positivamente, en su proceso de formación sacerdotal.

Pensemos, por ejemplo, en su mayor sentido de espontaneidad. Esa "soltura" con que se han acostumbrado a moverse entre ellos y entre los adultos, y que favorece su franqueza, su apertura a los demás y su entendimiento sincero con los formadores. Bien aprovechada, esa cualidad puede ser decisiva para lograr una buena formación. Los mismos medios de comunicación social y los modernos medios de transporte han favorecido un aumento enorme del conocimiento del mundo, de las necesidades y problemas de pueblos que habitan en el otro lado del planeta. Esto ha agudizado el natural sentido de solidaridad de la juventud y su deseo de ayudar a sus semejantes. Si consideramos además el mayor sentido de "protagonismo" y participación que la cultura actual ha promovido entre ellos, comprenderemos la fuerza positiva que todo esto puede ofrecer para la preparación de sacerdotes sensibles a las necesidades del prójimo, activos, deseosos de contribuir al bien de todo el pueblo de Dios y de la sociedad entera.

Habría que concluir con un "etcétera". Interesaba solamente recordar que el formador debe conocer y considerar todos los rasgos positivos y negativos con que se presentan los jóvenes de hoy.


III. LECTURAS RECOMENDADAS

1. Mons. Tony ANATRELLA: «El mundo de los jóvenes. ¿Quiénes son? ¿Qué buscan?», en
http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/laity/Colonia2005/rc_pc_laity_doc_20030805_p-anatrella-gmg_sp.html

2. Para complementar este tema, recomendamos también la lectura del capítulo «Un hombre asediado por la debilidad» del libro "Sacerdotes para siempre", del P. Carlos BUELA, IVE.
[url]http://es.catholic.net/catholic_db/archivosWord_db/capitulo_3_sacerdotes_para_siempre.doc [/url]

También está disponible todo el libro en Catholic.net para quienes quieran leerlo y profundizar.
[url]http://es.catholic.net/escritoresactuales/878/937/articulo.php?id=38427 [/url]

Agradecemos mucho al P. Buela que haya querido compartir este valioso material.

3. Para los que son formadores en seminarios, es recomendable que lean (si no lo han hecho) el documento reciente de la CONGREGACIÓN PARA LA EDUCACIÓN CATÓLICA, Orientaciones para el uso de las competencias de la psicología en la admisión y en la formación de los candidatos al sacerdocio,
[url]http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/ccatheduc/documents/rc_con_ccatheduc_doc_20080628_orientamenti_sp.html [/url]


Para publicar sus respuestas en los foros del curso
http://foros.catholic.net/viewforum.php?f=68

Preguntas y comentarios a los moderadores:

P. Ramón Guardamino, L.C.
http://www.es.catholic.net/consultas/consultorio.php?id=6

P. Mario Sabino González, LC
http://www.es.catholic.net/consultas/consulta.php?id=79&com=1


Consultar sesiones anteriores
http://es.catholic.net/sacerdotes/841/3078/
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Juan José Rodríguez Mesa
Esporádico


Registrado: 17 Nov 2008
Mensajes: 38
Ubicación: Manizales, Colombia

MensajePublicado: Mie Dic 17, 2008 1:22 am    Asunto:
Tema: 8. Realismo antropológico y pedagógico
Responder citando

1. Para todos: Menciona el rasgo positivo o negativo que creas más típico en los jóvenes de hoy, de aquellos rasgos que creas que más influyen más (positiva o negativamente) en la formación de futuros sacerdotes.

Uno de los rasgos negativos más representativos que he comprobado en los jóvenes de hoy en la casa de formación en la que trabajo (postulantado y filosofado) consiste en el alto nivel de inestabilidad que los caracteriza en sus opciones de vida.

Después de un riguroso proceso en el que asisten a reuniones vocacionales cada ocho días, participan de varias convivencias, tienen experiencias de misión y participan de una convivencia nacional de aspirantes en las que se les aplican diversas pruebas de vida cristiana, vocacional, carismática, humana, test psicológicos, pruebas de estado físico y deportivo, exámenes médicos, de cultura general, de mariología; además son evaluados por todo un equipo de varios religiosos donde se socializan informes de cada uno de los que les han aplicado pruebas, son examinados por el provincial y su consejo para finalmente ser admitidos para ingresar o no al seminario.

Algunos aspirantes de los que finalmente son aprobados para iniciar su proceso formativo en el postulantado o filosofado terminan cambiando de parecer con gran facilidad y deciden retirarse sin dar mayores argumentos. Aclaro que las condiciones espirituales, formativas, materiales y demás son favorables y sin embargo suceden este tipo de situaciones (por ejemplo, el año anterior se regresaron a su casa dos jóvenes en la misma semana que sus promotores vocacionales los acompañaron al seminario).

Algunos otros, desean permanecer en el seminario pero el equipo de formación descubre que no reúnen condiciones para asumir esta vocación o simplemente no responden con el estudio y el equipo de formación debe encaminarlos por otro estilo de vida.

Sin embargo, la inestabilidad no es el único rasgo negativo, sería pretencioso generalizar un solo rasgo. Hay una compleja gama de situaciones que se deben considerar en cada uno de los candidatos pues cada uno es un universo sui generis.

2. Sobre todo para sacerdotes y seminaristas: Comenta de qué modo se puede actuar para aprovechar dicho rasgo característico (si es un rasgo positivo) o superarlo (si es negativo).

Ante las deficiencias o rasgos negativos con los que llegan los jóvenes al seminario en mi comunidad se optó por hacer una realidad el año propedéutico como una estrategia para afrontar gradualmente la situación de cada uno de los candidatos e irlos preparando para asumir la vida propia del seminario. No obstante, hay situaciones en las que es necesario acompañar a los candidatos durante toda su formación inicial e incluso luego seguir afrontando durante en su formación permanente. Para ello, se comunica el proceso llevado con cada uno de los jóvenes en la siguiente etapa formativa de modo que lo que se está trabajando sea un proceso continuo.
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Ramón Díaz-Guardamino LC
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Registrado: 10 Nov 2008
Mensajes: 17
Ubicación: Roma

MensajePublicado: Mie Dic 17, 2008 9:14 am    Asunto: Sobe la inestabilidad en las opciones de vida
Tema: 8. Realismo antropológico y pedagógico
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Cuánta razón tiene el P Juan José Rodríguez Mesa, ¡gracias por ese análisis tan preciso! Supongo que de modo inconsciente el tipo de vida común actualmente lleva bastante a esa actitud que tanto dificulta el comprometerse definitivamente, incluso a quienes han optado por seguir de cerca a Cristo, por el camino estrecho. También se nota en el matrimonio: las personas se casan con más edad, y paradójicamente no parece que esto ayude a dar estabilidad a la familia.

Creo que tiene mucho que ver con el sentido del sacrificio perseverante como manifestación de amor, algo que hoy no es fácil formar, pero que no puede faltar; de lo contrario, cuando pasa la primera motivación, los sentimientos favorables, etc., fácilmente uno se replantea algo que había dado por zanjado.

Cierto que es preciso que el formador ayude al seminarista a superar la aridez de la vida austera de oración y estudio propia del seminario (¡qué distinta del tipo de vida común en los otros jóvenes de su edad!), pero no puede faltar una fuerte conciencia de que la vocación a veces implicará seguir a Cristo tomando la cruz. Es algo que va a estar presente en distintas etapas de la vida, en el seminario y después, cuando no haya un formador al lado. No basta lograr pasar el bache en edad joven, sino que debe servir como medio de crecimiento para futuras dificultades, casi como una vacuna.

Con esto no niego importancia de los elementos humanos en cada etapa; ya en el sacerdocio puede tener un papel más importante la motivación del mismo ministerio o la amistad con otros sacerdotes. Pero si cierto es que estos no pueden faltar, la motivación espiritual explícita ante el sacrificio aún menos.
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Juan Pablo Cerrillos
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Registrado: 19 Nov 2008
Mensajes: 5

MensajePublicado: Mie Dic 17, 2008 11:59 am    Asunto:
Tema: 8. Realismo antropológico y pedagógico
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En modo particular me parece interesante la sesión de hoy. Cuando uno reflexiona sobre la "materia prima" con la que se debe trabajar para hacer una obra hermosa, vienen a la luz tantas realidades cuantos modos de hacer y modelar algo existen. Pensaba, por ejemplo, a la por demás conocida imagen del Alfarero y el barro, y pensaba sin embargo, que en el caso de la formación de sacerdotes es algo del todo único, visto que nunca tendremos una materia prima única y siempre la misma en sí misma, pues cada generación de seminaristas es distinta a la otra, y más aún de un seminarista a otro! En modo tal que si bien, el formador (alfarero) permanece el mismo por años, sin embargo, los seminaristas, las personas son distintas cada vez, es decir, cada grupo que se recibe o se acompaña no es el mismo del "año pasado".
Así pues, considero fundamental lo que ya leíamos en el texto. Es importante saber con qué vamos a construir, qué tenemos, que podemos hacer, qué debemos hacer, cómo debemos hacerlo! Podría existir un formador por 10 años en el mismo seminario, en la misma Diócesis, acompañando siempre el mismo grado académico! Pero cada curso en el Seminario es un comenzar de nuevo por parte del formador (alfarero). En este sentido, pensaba que la imagen del alfarero a la que tantas veces nos referimos por cuanto conscierne a la formación de los sacerdotes, queda muy por debajo de la realidad, pues un alfarero trabaja siempre con barro en modo tal que cada vasija hecha llega a perfeccionar la obra y la facilidad para hacerla; sin embargo el formador no tienen siempre la misma realidad entre sus manos, de modo que la técnica es SIEMPRE COMENZAR, SIEMPRE INICIAR, SIEMPRE APRENDER y CONOCER a quién estoy acompañando.

Todo esto lo me ha venido en mente por lo que de pronto se escucha entre formadores: "YA CONOZCO BIEN A ESTOS SEMINARISTAS", "ES PAN COMIDO", "... PUES COMO LE HEMOS HECHO SIEMPRE.." etc., expresiones todas, muchas veces en un sentido peyorativo hacia los seminaristas.
O bien, están los formadores que pretenden tratar a los seminaristas como ellos fueron tratados y formados... "porque eso me ayudó, porque tiene que ser así.." "Porque así era cuando yo era seminarista", etc.. y pretenden con esto garantizar una formación sacerdotal que funcionó hace 10, 20 o 30 años!
No podemos encuadrar esquemas anacrónicamente! Nosotros somos testigos de los rapídisimos cambios culturales. En nuestra propia vida, si Dios quiere, veremos desfilar ante nuestros ojos, 2 o 3 cosmovisiones distintas entre sí de quienes vienen después de nosotros!
No digo con esto que el pasado no sirve en el presente, ni que lo que antes funcionó, ya no funciona más, no! Pero sí que no podemos volver o aplicar siempre un pasado en sentido servilista al presente.
Finalmente, quisiera decir que cada Diócesis, cada país, es una realidad espécifica. Los seminaristas entre una realidad y otra son distintos, por lo que no podemos UNIFORMAR la formación en un País, pero sí trabajar con criterios comunes.
_________________
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Ricardo Tribin
Esporádico


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MensajePublicado: Mie Dic 17, 2008 12:16 pm    Asunto:
Tema: 8. Realismo antropológico y pedagógico
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1. Para todos: Menciona el rasgo positivo o negativo que creas más típico en los jóvenes de hoy, de aquellos rasgos que creas que más influyen más (positiva o negativamente) en la formación de futuros sacerdotes.


Me parece importante destacar en el texto lo siguiente :

"Sin embargo, sería también un grave error ignorar los límites y hasta las miserias que trae consigo ese joven que se prepara para el sacerdocio. Es un ser finito, condicionado por las coordenadas de su corporalidad e historicidad, ajetreado por influjos psicológicos conscientes o inconscientes".

El ser humano con sus ventajas y debilidades necesita una formacion que lo entienda como tal y lo enrute hacia la formacion integral. Rasgos..si. Pero tambien : costumbres no propias sino adquiridas , al igual que las creencias.
_________________
http://ricardotribin.blogspot.com
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Eduardo Espinosa Vasquez
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MensajePublicado: Mie Dic 17, 2008 2:17 pm    Asunto: 8. Realimso antropológico y pedagógico
Tema: 8. Realismo antropológico y pedagógico
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8. Realismo antropológico y pedagógico

1. Menciona el rasgo positivo o negativo que crees más típico en los jóvenes de hoy, de aquellos rasgos de crees que más influyen (positiva o negativamente) en la formación de futuros sacerdotes.
2. De qué modo se puede actuar para aprovechar dicho rasgo característico (si es un rasgo positivo) o superarlo (si es un rasgo negativo)


Nos encontramos en una sociedad en donde falta el compromiso, en donde todo es desechable, en donde todo se obtiene de manera rápida y sin esfuerzo, sin sacrificio. Esta realidad en la cual viven y son fruto nuestros jóvenes que aspiran a la vida sacerdotal, marca fundamentalmente la vida y la existencia de los jóvenes que aspiran al sacerdocio. Es necesario hacer tomar conciencia a los jóvenes en formación que este camino en sí mismo, como un proceso formativo, durará cuanto dura la vida y que, por lo mismo, no acaba nunca. No puede ser de otro modo. Si el fin de la formación es la conformación con el Señor Jesús y con su total oblación; si a esta conformación «se debe orientar ante todo la formación» y ésta consiste en la progresiva asimilación de los sentimientos de Cristo hacia el Padre, es evidente que en la formación nos jugamos la identidad misma de la vida sacerdotal, como también parece evidente que ese camino. el proceso formativo, no podrá sino durar toda la vida para comprender toda la persona, corazón, mente y fuerzas. Ya no se puede, por tanto, hablar de vida consagrada sin referirse a una formación nunca terminada, como tampoco se puede hablar de formación refiriéndose sólo, ni principalmente, a los primeros años de formación, a la formación inicial, como si de un proceso meramente pedagógico de preparación a los votos (en el caso de los religiosos) se tratase. Tampoco se puede hablar de formación como si ésta consistiera simplemente en adquirir nuevos conceptos o en aprender nuevos comportamientos. Es necesario formar el corazón humano para que aprenda a amar como lo hace el corazón divino; es necesario formar/formarnos hasta tener los mismos sentimientos que tuvo Cristo (Flp 2, 5). Y esto, abarca toda la vida y, por ello, la formación es exigencia intrínseca de la consagración a Dios desde nuestro Bautismo.
_________________
Fray Eduardo Espinosa Vasquez
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Sergio Héctor Casas Silva
Esporádico


Registrado: 16 Feb 2007
Mensajes: 31

MensajePublicado: Mie Dic 17, 2008 4:41 pm    Asunto: Opino
Tema: 8. Realismo antropológico y pedagógico
Responder citando

1. Menciona el rasgo positivo o negativo que creas más típico en los jóvenes de hoy, de aquellos rasgos que creas que más influyen más (positiva o negativamente) en la formación de futuros sacerdotes.

El rasgo negativo típico de muchos jóvenes de hoy es la indiferencia y la falta de compromiso y de interés y de sentido de la vida.

El rasgo positivo típico de algunos jóvenes de hoy es el idealismo y la entrega por una causa grande.


2. Comenta de qué modo se puede actuar para aprovechar dicho rasgo característico (si es un rasgo positivo) o superarlo (si es negativo).

Creo que el rasgo positivo del idealismo y de la entrega a una causa noble son lo más provechoso para orientar a los jóvenes en caso de ser llamados por Dios a la consagración a su santo servicio bajo el Sacerdocio Católico y la vida religiosa.
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Jesús Alejandro Castaño B
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MensajePublicado: Mie Dic 17, 2008 8:30 pm    Asunto:
Tema: 8. Realismo antropológico y pedagógico
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RESPUESTAS TEMA 8. Realismo antropológico y pedagógico

1. Son muchos los rasgos que influyen positiva y negativamente en los jóvenes de hoy, pero el que creo que más afecta la vida juvenil es el relativismo en tosdos los sentidos. Para muchos de nuestros jóvenes de hoy lo más importante es "sentirse bien" sin importar que determinadas situaciones sean moralmente inaceptables. Esto se ha dado básicamente porque cada vez es mayor la crisis de la familia, la cual ha perdido su papel fundamental de formadora integral del ser humano.

Esto, sin lugar a dudas, influye también en los jóvenes que llegan al Seminario, pues la mayoría de ellos vienen de una cultura, de un ambiente determinado, de una sociedad que, de manera consciente o inconsenciente, los condiciona.

Podríamos mencionar, como derivadas y/o profundamente ligadas al relativismo, situaciones tales como: indiferencia religiosa, la inadecuada utilización de los medios de comunicación y tecnológicos, la globalización, etc., que, si bien son negativos al ser mal encauzados, al dárseles una adecuada orientación, ayudarían mucho a la sana formación del joven de hoy, y por consiguiente, del futuro sacerdote.

2. Para poder ayudar en la superación de este rasgo (relativismo) en el joven que entra al seminario, me parece que es fundamental el período de pre-seminario y el año propedeutico. Estas dos etapas deben servir para ayudar al joven que aspira a la vida sacerdotal, a entender y a aceptar libre, consciente y voluntariamente las verdades de fe y moral que serán el sustento de su futura vida sacerdotal.

Considero que se deben poner todos los esfuerzos para que el año propedeutico sea un tiempo especial, en el que el joven que siente el llamado al sacerdocio, antes de entrar de lleno en los estudios filosóficos y teológicos, se adecúe a las condiciones que exige la formación a la vida sacerdotal.
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jguerras100
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MensajePublicado: Mie Dic 17, 2008 11:28 pm    Asunto: Re: 8. Realismo antropológico y pedagógico
Tema: 8. Realismo antropológico y pedagógico
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[color=blue]1. Para todos: Menciona el rasgo positivo o negativo que creas más típico en los jóvenes de hoy, de aquellos rasgos que creas que más influyen más (positiva o negativamente) en la formación de futuros sacerdotes. [/color]

El rasgo más positivo de los jóvenes es el no quedarse callados y buscar la verdad, y quizá sea irónico pero también es su rasgo negativo pues buscan “su” verdad y son tan crédulos que escuchan demasiadas voces y no las de Dios y sus verdaderos ministros.
Pero realmente solo se quedan en el hablar y no en el hacer, pues en nuestra sociedad se ha sobrevalorado el confort y la rapidez y no en el logro duradero que conlleva sacrificios, esfuerzos, metas trascendentes, valores morales, y no solo el exitismo y el resultado a como dé lugar y con el mínimo esfuerzo.

2. Sobre todo para sacerdotes y seminaristas: Comenta de qué modo se puede actuar para aprovechar dicho rasgo característico (si es un rasgo positivo) o superarlo (si es negativo).

Definitivamente el hecho de estar inquietos nos lleva a encauzar esa energía en algo positivo que sea práctico y autoformador, dado que al buscar, leer, escribir acerca de ello es bueno pero mejor aún es el experimentarlo, mostrarlo, enseñarlo, y de esta manera al otorgarle al seminarista una responsabilidad asumida en la búsqueda traerá resultados permanentes, en vez de memorizar o simplemente archivar en un cerebro que tiene muchísimas cosas que son “para el futuro” y como tal se olvidan al no practicarlas. Así mismo sin métodos rigoristas e inflexibles se da lugar a la creatividad e innovación que es precisamente la frescura del Espíritu Santo en el interior del hombre obrando para hacer iglesia o mejor dicho para ser iglesia en vez de formar para ser capataz de la iglesia como si el sacerdote ya no fuera iglesia y de ahí partiría para la real comunión y participación solidaria que tanto falta en el mundo de hoy y esos jóvenes sería los ejemplos a seguir en el actuar y el querer de Dios.
Y como rasgo negativo ese hablar “su” verdad lo lleva a tratar de no comprometerse o de enseñar o liderar más que servir, siervos antes de líderes es lo que requerimos, así que esto que pareciera negativo se convertiría en positivo si se pide que se experimente, se pruebe, se compruebe y se apruebe por los mismos seminaristas bajo la facilitación y supervisión de un formador y de la libre acción del Espíritu Santo, mostrando que el camino fácil o sensible es más difícil y solo aparente o temporal pero que no siembra para cosechar solo se sale del paso pero no sirve para nuestro crecimiento.
Aunque esto no es solo del seminario del formador, sino de la familia propiamente del seminarista, de la parroquia a donde se preformó y donde desde los sacerdotes hasta los movimientos laicales y los fieles en general deben de conocer su involucramiento no solo en las oraciones y donativos en efectivo o en especie a los seminarios, sino de su participación activa y continua en los mismos valores, normas, reglas cristianas para llevar un modelo de cristianismo que sea ejemplo para el seminarista al visitar su familia, su iglesia, su párroco y vicarios, los movimientos eclesiales, todos y cada uno estén en verdadera comunión y como cuerpo de Cristo presentando un frente común para que se siga formando el seminarista extramuros del seminario-
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Salomón Orlando
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MensajePublicado: Jue Dic 18, 2008 4:51 am    Asunto: Relismo antropológico y pedagógico
Tema: 8. Realismo antropológico y pedagógico
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I. PREGUNTAS PARA EL FORO

1. Para todos: Menciona el rasgo positivo o negativo que creas más típico en los jóvenes de hoy, de aquellos rasgos que creas que más influyen más (positiva o negativamente) en la formación de futuros sacerdotes.

el rasgo positivo que más tipicos en los jóvenes de hoy y aquellos rasgos que mas creo que influyen mas positivamente en la formación de
futuros sacerdotes son los siguientes:

a.- el papa benedicto XVI
b.-la basilica papal san pablo el año paulino
c.- el archivo secreto vaticano
d.-la biblioteca apostólica baticana
e.-museos baticanos
f.-la libreria editora baticana
g.-participar en el obolo de san pedro
h.-el año liturgico
i.-los santos y beatos
j.-el mensaje para la paz 2009
k.-carta del papa a los católicos chinos


2. Sobre todo para sacerdotes y seminaristas: Comenta de qué modo se puede actuar para aprovechar dicho rasgo característico (si es un rasgo positivo) o superarlo (si es negativo).

a.-se puede actuar el caracteritico que es el rasgo positivo es el mensaje para la paz 2009

BENEDICTUS PP. XVI


[1] Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz de 1993, 1.

[2] Pablo VI, Carta enc. Populorum progressio, 19.

[3] Juan Pablo II, Carta enc. Sollicitudo rei socialis, 28.

[4] Juan Pablo II, Carta enc. Centesimus annus, 38.

[5] Cf. Pablo VI, Carta enc. Populorum progressio, 37; Juan Pablo II, Carta enc. Sollicitudo rei socialis, 25.

[6] Carta al Cardenal Renato Rafael Martino con ocasión del Seminario Internacional organizado por el Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz sobre el tema ‘‘Desarme, desarrollo y paz. Perspectivas para un desarme integral''(10 abril 2008): L'Osservatore Romano, ed. en lengua española (18 abril 2008), p. 3.

[7] Carta enc. Populorum progressio, 87.

[8] Juan Pablo II, Carta enc. Centesimus annus, 58.

[9] Juan Pablo II, Discurso a las asociaciones cristianas de trabajadores italianos (27 abril 2002), n. 4: L'Osservatore Romano, ed. en lengua española (10 mayo 2002), p. 10.

[10] Juan Pablo II, Discurso a la Asamblea plenaria de la Academia Pontificia de Ciencias sociales (27 abril 2001), n. 4: L'Osservatore Romano, ed. en lengua española (11 mayo 2001), p. 4.

[11] Concilio Vaticano II, Const. dogm. Lumen gentium, 1.

[12] Cf. Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz, Compendio de la Doctrina social de la Iglesia, 368.

[13] Cf. ibíd., 356.

[14] Discurso a empresarios y sindicatos de trabajadores (2 mayo 2000), n. 3: L'Osservatore Romano, ed. en lengua española (5 mayo 2000), p. 7.

[15] Juan Pablo II, Carta enc. Centesimus annus, 28.

[16] Cf. Pablo VI, Carta enc. Populorum progressio, 3.

[17] Juan Pablo II, Carta enc. Sollicitudo rei socialis, 42; Cf. Id. Carta enc. Centesimus annus, 57.

[18] León XIII, Carta enc. Rerum novarum, 41.

[19] Cf. Juan Pablo II, Carta enc. Centesimus annus, 58.
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Gabriel Santamaría M.
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Registrado: 15 Dic 2008
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MensajePublicado: Jue Dic 18, 2008 7:51 am    Asunto: Realismo antropólogic y pedagógico
Tema: 8. Realismo antropológico y pedagógico
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V.T.R.

Estimado en Cristo Juan Pablo:

Reciba un cordial saludo y mis mejores deseos. Solo comentarle que su aportación me parece muy valiosa, y estoy de acuerdo en las observaciones y comentarios que hace.

La materia prima es valiosísima, lo importante es que los formadores, tengan la asertividad y el tacto para formar a cada seminarista, como menciona el texto "Éste es el material con que contamos. No es perfecto, pero se puede hacer mucho con él si se sabe aprovechar. "
pero también se debe tener una conciencia y una visión muy precisa, para saber cuándo no es la vocación, comentarlo y ser concientes de ello, no generar falsas expectativas.
Y sobre el comentario de unificar, creáme que totalmente de acuerdo, la Iglesia es universal y entre más semejanza tenga mucho mejor.

Sin más por el momento, quedo de usted asegurandole mis oraciones.
Gabriel Santamaría M.

Juan Pablo Cerrillos escribió:
En modo particular me parece interesante la sesión de hoy. Cuando uno reflexiona sobre la "materia prima" con la que se debe trabajar para hacer una obra hermosa, vienen a la luz tantas realidades cuantos modos de hacer y modelar algo existen. Pensaba, por ejemplo, a la por demás conocida imagen del Alfarero y el barro, y pensaba sin embargo, que en el caso de la formación de sacerdotes es algo del todo único, visto que nunca tendremos una materia prima única y siempre la misma en sí misma, pues cada generación de seminaristas es distinta a la otra, y más aún de un seminarista a otro! En modo tal que si bien, el formador (alfarero) permanece el mismo por años, sin embargo, los seminaristas, las personas son distintas cada vez, es decir, cada grupo que se recibe o se acompaña no es el mismo del "año pasado".
Así pues, considero fundamental lo que ya leíamos en el texto. Es importante saber con qué vamos a construir, qué tenemos, que podemos hacer, qué debemos hacer, cómo debemos hacerlo! Podría existir un formador por 10 años en el mismo seminario, en la misma Diócesis, acompañando siempre el mismo grado académico! Pero cada curso en el Seminario es un comenzar de nuevo por parte del formador (alfarero). En este sentido, pensaba que la imagen del alfarero a la que tantas veces nos referimos por cuanto conscierne a la formación de los sacerdotes, queda muy por debajo de la realidad, pues un alfarero trabaja siempre con barro en modo tal que cada vasija hecha llega a perfeccionar la obra y la facilidad para hacerla; sin embargo el formador no tienen siempre la misma realidad entre sus manos, de modo que la técnica es SIEMPRE COMENZAR, SIEMPRE INICIAR, SIEMPRE APRENDER y CONOCER a quién estoy acompañando.

Todo esto lo me ha venido en mente por lo que de pronto se escucha entre formadores: "YA CONOZCO BIEN A ESTOS SEMINARISTAS", "ES PAN COMIDO", "... PUES COMO LE HEMOS HECHO SIEMPRE.." etc., expresiones todas, muchas veces en un sentido peyorativo hacia los seminaristas.
O bien, están los formadores que pretenden tratar a los seminaristas como ellos fueron tratados y formados... "porque eso me ayudó, porque tiene que ser así.." "Porque así era cuando yo era seminarista", etc.. y pretenden con esto garantizar una formación sacerdotal que funcionó hace 10, 20 o 30 años!
No podemos encuadrar esquemas anacrónicamente! Nosotros somos testigos de los rapídisimos cambios culturales. En nuestra propia vida, si Dios quiere, veremos desfilar ante nuestros ojos, 2 o 3 cosmovisiones distintas entre sí de quienes vienen después de nosotros!
No digo con esto que el pasado no sirve en el presente, ni que lo que antes funcionó, ya no funciona más, no! Pero sí que no podemos volver o aplicar siempre un pasado en sentido servilista al presente.
Finalmente, quisiera decir que cada Diócesis, cada país, es una realidad espécifica. Los seminaristas entre una realidad y otra son distintos, por lo que no podemos UNIFORMAR la formación en un País, pero sí trabajar con criterios comunes.
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verónica ana
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MensajePublicado: Jue Dic 18, 2008 2:51 pm    Asunto: 8a sesion Realismo antropológico y pedagógico
Tema: 8. Realismo antropológico y pedagógico
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I.-Menciona el rasgo positivo o negativo que creas más típico en los jóvenes de hoy, de aquellos rasgos que creas que más influyen (positiva o negativamente) en la formación de los futuros sacerdotes.

Pienso que en la realidad del mundo en que vivimos con la falta de valores éticos, morales, religiosos, el materialismo, el relativismo, el creciente secularismo y la tremenda crisis por la que está atravesando la familia que debería ser la primera formadora en la fe, encontramos los principales factores que juegan evidentemente en contra de todos los jóvenes, pero especialmente de aquellos que piensan en la vocación sacerdotal o religiosa.
Soy madre de seis hijos y conozco perfectamente lo que un niño o un joven puede asimilar respecto de los valores que deben regir su vida en los aspectos arriba mencionados, especialmente en el religioso.
Tengo una hija carmelita, por lo tanto, la problemática vocacional la hemos tenido que vivir. Diría que no solo la hemos tenido que vivir sino que también tuvimos que transitar con ella este camino y aceptar la voluntad de Dios si queríamos que esta fuera el alfa y omega de nuestras vidas. Además hemos tenido que ayudarla y orientarla para evitar que cometiera errores en su camino vocacional. Como familia aceptamos su vocación ya que consideramos que es la vocación con más grandeza que existe sobre la tierra. Como familia debemos agradecer al Señor que nos iluminó y ayudó a enseñarle a nuestros hijos todo lo relativo a la fe cristiana ya que los padres somos responsables de todo el hijo: cuerpo y alma, por lo tanto de la salvación eterna. Los hijos deben saber que todos estamos llamados a ser santos: “Sed santos como el Padre es santo”. Creo que es necesario orar por las familias para que vuelvan a ser educadoras en la fe y en todas las virtudes que el hombre necesita para poder transitar felizmente por la vida hasta llegar a la casa del Padre.
Como matrimonio hemos colaborado con dos promotores vocacionales, en retiros para jóvenes que tenían esa inquietud y la ignorancia religiosa era total; desconocían hasta lo más elemental. Había que comenzar por explicar que Dios es Padre, que nos ama con amor eterno e infinitamente a cada uno, particularmente e individualmente.
En esa etapa pudimos observar que no se hacía suficiente discernimiento sobre el carisma del aspirante, lo que muchas veces hacía que se ingresara en el lugar equivocado y por consiguiente al poco tiempo se abandonara el seminario. Quizás si esto se hubiera tenido en cuenta, se habría podido derivar al joven a otra orden o congregación con resultados muy diversos. Debo confesar que muchas veces me dio la impresión de que en lugar de estar buscando vocaciones auténticas estábamos reclutando “mano de obra”.
Era evidente que todos estos jóvenes estaban ávidos de Dios y pedían a gritos que se les enseñara y se les hablara sobre la fe y sobre Dios que es Padre, y está esperando que nos acerquemos para abrazarnos con amor infinito, cualquiera sea nuestra elección de vida.
Todos los problemas que he mencionado parecen agudizarse dada la crisis que cada vez parece manifestarse más claramente en nuestra civilización.
Como bien dice el octavo capítulo sobre realismo antropológico y pedagógico, y que otros sacerdotes o formadores han puesto de manifiesto, los formandos “sufren” el disenso que muchas veces existe entre los formadores y/o profesores de los seminarios, confusión y disenso que muchas veces llega a tocar puntos dogmáticos, al menos en los casos que conozco.
Quisiera además hacer notar que muchas veces se obliga a los formandos a presentarse a los exámenes finales sin haber preparado la materia, lo que estaría fomentando una falta de responsabilidad y de respeto hacia el profesor de la materia, además de la pérdida de tiempo que ello implica. Por otra parte se le ocasiona al joven un daño psicológico dado que se daña su autoestima y se lo condena irremediablemente al fracaso por no conocer la materia que se presenta a rendir. Ignoro el motivo de este tipo de mandato, espero que no sea para probar a alguien en la obediencia ya que no se puede obedecer algo que vaya contra la verdad, la justicia o la caridad.
Pero como dice la presente entrega el formador también es hombre, por tanto sujeto a miserias y debilidades que tendrá que luchar no sólo contra las propias tendencias, ya que sabe que el principal enemigo muchas veces se esconde dentro de uno mismo, sino también para poder cumplir con fidelidad la obra que se le encomendó. ¡Tarea ardua pero maravillosa! que necesita de mucha oración y discernimiento por cada uno de los formandos que tiene a su cargo, ya que todos y cada uno están llamados a ser otros Cristos a quién deben representar plenamente y ser santos como Él es Santo. ¡Tremenda responsabilidad la del formador!
Pero pienso que aquí también entra la responsabilidad de toda la Iglesia que debe orar por sus sacerdotes para que el Señor nos otorgue sacerdotes santos, sacerdotes con una verdadera y auténtica vocación vivida de adentro hacia afuera y de afuera hacia adentro.
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MARCELO M
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MensajePublicado: Jue Dic 18, 2008 4:40 pm    Asunto:
Tema: 8. Realismo antropológico y pedagógico
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1. Menciona el rasgo positivo o negativo que creas más típico en los jóvenes de hoy, de aquellos rasgos que creas que más influyen más (positiva o negativamente) en la formación de futuros sacerdotes.

Muchos son los rasgos que influyen en la juventud de estos tiempos, sin embargo pienso que la más fuerte es la confusión que ellos tienen del concepto de identidad, y esto está provocando mucha superficialidad y ambigüedad en sus proyectos de vida. Miremos quienes son los modelos de los jóvenes hoy: cantantes, actores, y en general todo lo que el mundo de la farándula implica. Sus posturas, su forma de vestir y hasta sus gustos están siendo copiados por los muchachos, que buscan parecerse lo más posible a su fantasioso ídolo. Puede no parecer importante, o también podemos tranquilizarnos diciéndonos, ya se le pasará, pero si miramos más detenidamente el trasfondo de esta realidad podríamos comprender por qué, el índice de vocacionados ha disminuido grandemente, y por qué cuesta tanto que los que asisten a los seminarios se encaucen en el ambiente formativo allí propuesto. Nos enfrentamos a un cambio de mentalidad y no solamente al deseo de acompañar una forma de vida distinta, años atrás el joven llegaba con el deseo de ser sacerdote y se esforzaba en asumir en su vida y persona ese deseo, hoy es diferente, sin pecar de ser pesimista, el quiere ser sacerdote pero a la forma de su ídolo, y entonces comprendemos por que el joven seminarista inhibe sus quereres mientras está en formación, pero al ordenarse qué se observa?, mal uso de su independencia, buscar comodidad lo más pronto posible, ser indispensable en su pastoral, sin él no se hace nada. Y nos es que se haya formado mal, pero si la identidad no está bien cimentada todo el edificio se construye sobre arena.

2. Sobre todo para sacerdotes y seminaristas: Comenta de qué modo se puede actuar para aprovechar dicho rasgo característico (si es un rasgo positivo) o superarlo (si es negativo).

Pues el primer paso se está dando, formar una firme identidad debe empezar por los que están al frente del seminario, si la cabeza no está convencido de lo que es y de cuales son sus obligaciones y limitaciones poco se podrá hacer por los que se tienen a cargo.
La propuesta de utilizar las ciencias como apoyo a la formación de los futuros ministros no debe minimizarse, es más pienso que una urgencia es que existan más psicólogos sacerdotes, sociólogos sacerdotes, antropólogos, en fin, de manera que toda esta ciencia muy útil si es bien utilizada se matice con el anuncio del evangelio.
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73107943
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MensajePublicado: Jue Dic 18, 2008 9:05 pm    Asunto:
Tema: 8. Realismo antropológico y pedagógico
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FORO CAPITULO 8

Para empezar, hay que destacar que los jóvenes de hoy van un poco "acelerados" en sus estudios. Hace diez años aproximadamente, el joven terminaba sus estudios de secundaria a los 17 ó 18 años; salía más "maduro" física e intelectualmente. Hoy en día están terminando la secundaria de 15 y 16 años: niños todavía. Esto trae como consecuencia que no estén preparados todavía para grandes decisiones. Además, la sociedad de consumo los empuja al materialismo, al inmediatismo, al consumismo. Quieren estudiar una carrera, una profesión que sea lucrativa, que les dé dinero y posición social.
Y en cuanto a sus relaciones sentimentales, el sexo es una prioridad, un "status" entre sus compañeros. De ahí la alta tasa de abortos entre adolescentes o los embarazos no desados, no programados entre ellos, trayendo como consecuencia un libertinaje en sus vidas.

Pero estos mismos jóvenes también tienen sueños, aspiraciones, lo que hay es que orientarlos, y esto debe venir de las familias, familias responsables y católicas que les enseñen valores; debe venir también de la Iglesia a través del seguimiento que haga el sacerdote en los jóvenes mediante la pastoral juvenil, la pastoral musical, encontrar el "diamante en bruto" e irlo cuidando, limpiando, pulirlo, para que sea más adelante un firme candidato al sacerdocio.

Recordemos las palabras de San Pablo a Timoteo en la Primera Carta: " Evita que te desprecien por ser joven; más bien debes ser un ejemplo para los creyentes en tu modo de hablar y de portarte, y en amor, fe y pureza de vida". ( 1Timoteo, 4, 12-13)
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peedson
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MensajePublicado: Jue Dic 18, 2008 10:40 pm    Asunto:
Tema: 8. Realismo antropológico y pedagógico
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1. Creo que un de los rasgos más marcantes en la juventud hoy es la busqueda del placer inmediato, o sea, todo que me dá placer, lo hago, se no dá placer, no hago. Para esto colabora mucho la televisión, sobretodo, nel caso del Brasil, las telenovelas, que disceminan falsos valores, presentan un mundo onde tudo es posible e el placer es pronto. No importam los valores morales, no existen los sacrifícios, família es cruz, matrimonio es cruz, etc y se rejecta la cruz.

2. Los formadores de seminarios no podem se olvidar de este aspecto (como yá se dice antes, por otros colegas de foro, uno de muchos), pois esta presente en la vida del candidato ao sacerdócio, también elle fructo del medio en que vive. Es necesario fazerle ver que no todo es placeroso, no todo tiene retorno inmediato, mas la vida es lenta, no es como un equipo electronico en que a un simples toque se enciende. La mayoria de las cosas, como por ejemplo nuestra formación, se conquista al largo de los años, con lucha, con sacrifício, con esfuerzo. Mismo el plazer de sentirse amigo e elegido por Dios es algo costoso. Tambíen nada se resume a meros sentimientos, poes estos son pasageros. Se el candidato no sabe alicerzarse nel amor que se renueva cada dia, pronto se enojará e desistira, poes no terá un retorno inmediato eni placeros. Embora contradictorio, lá gloria prometida por Cristo pasa pela cruz, por la dolor. Y esto no solo para los sacerdotes, mas para todos los cristianos,
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Gabriel Santamaría M.
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MensajePublicado: Jue Dic 18, 2008 11:25 pm    Asunto: Realismo antropológico y pedagógico
Tema: 8. Realismo antropológico y pedagógico
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¡V.T.R.!

Esimados en Cristo:

Reciban un cordial saludo.


1. Para todos: Menciona el rasgo positivo o negativo que creas más típico en los jóvenes de hoy, de aquellos rasgos que creas que más influyen más (positiva o negativamente) en la formación de futuros sacerdotes.

En mi aportación considero prudente no hablar de un seminarista, debido al poco contacto que pudiera tener con ellos, mi visión es limitada y no me permite emitir un juicio objetivo.Si bien puedo hacer algunas anotaciones sobre "la materia prima", es decir el candidato que se encuentra en el mundo terrenal y que diariamente padece de los ataques propios del relativismo.

Razgo negativo
El ambiente cada día es más complicado, ya que la presión social, el bombardeo constante de los medios de comunicación, la poca atención que los padres de familia brindan a sus hijos, el materialismo, el hedonismo, etc, son elementos que nuestros adolescentes tienen en contra. En conclusión vamos contra corriente, y una corriente demasiado agresiva llamada relativismo.

Razgo positivo
Afortunadamente existen todavía muchas instituciones que se preocupan por dar una verdadera formación en valores, virtudes y doctrina de Fe a los adolescentes. Creo que en éste sentido S.S. Juan Pablo II, Q.E.P.D., nos dejó claro que la materia prima existe, pero hoy en día debemos salir a su encuentro, no podemos quedarnos sentados, esperando a que se acerquen, nosotros somos los que debemos poner los medios para llevarles a Cristo.

Es maravilloso, cuando das responsabilidades (apostolados) a los adolescentes, te responden increíblemente y muchas veces organizan las cosas mejor que los adultos. Para ello se requieren seglares y religiosos bien formados que tengan un perfil y un carisma específico para ese sector, ya que se requiere un gran celo y dinamismo apostólico.

Balance
Cuando analizamos superficialmente los razgos negatios y positivos, parecería que existen más argumentos en contra, sin embargo si profundizamos en el tema, nos damos cuenta que el balance se inclina hacia lo positivo. Tenemos muchas herramientas que podemos aprovechar para la formación de las almas que tanto necesitan de una guía firme y sólida.

Sin más por el momento, quedo de ustedes asegurándoles mis oraciones.
Gabriel Santamaría M.
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rodrigofcleon
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MensajePublicado: Vie Dic 19, 2008 5:19 am    Asunto: Comentario.
Tema: 8. Realismo antropológico y pedagógico
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¡VTR!

Estimado Jesús Alejandro:

Me gustó mucho su aportación, en especial porque ha dado con un clavo a mi juicio muy importante: la crisis de la familia.

En cuanto al relativismo, es muy cierto lo que dice. Creo que este estilo de vida y otros más, como el consumismo y el hedonimo, constituyen grandes obstáculos para la formación no sólo de sacerdotes, sino de cualquier persona en general.

Hay que enseñar a los niños desde temprana edad a que se den cuenta de que las cosas son de una forma y no dependen de la perspectiva de cada quien. La verdad es una y siempre será la misma. No podemos caer en lo más vil del relativismo: "cada quien tiene su verdad". Esto aplica en la formación de los hijos, de los alumnos, pero sobre todo, de los futuros sacerdotes, de los "otros Cristos", pues Cristo, recordemos, es "Camino, VERDAD y Vida".


Jesús Alejandro Castaño B escribió:
RESPUESTAS TEMA 8. Realismo antropológico y pedagógico

1. Son muchos los rasgos que influyen positiva y negativamente en los jóvenes de hoy, pero el que creo que más afecta la vida juvenil es el relativismo en tosdos los sentidos. Para muchos de nuestros jóvenes de hoy lo más importante es "sentirse bien" sin importar que determinadas situaciones sean moralmente inaceptables. Esto se ha dado básicamente porque cada vez es mayor la crisis de la familia, la cual ha perdido su papel fundamental de formadora integral del ser humano.

Esto, sin lugar a dudas, influye también en los jóvenes que llegan al Seminario, pues la mayoría de ellos vienen de una cultura, de un ambiente determinado, de una sociedad que, de manera consciente o inconsenciente, los condiciona.

Podríamos mencionar, como derivadas y/o profundamente ligadas al relativismo, situaciones tales como: indiferencia religiosa, la inadecuada utilización de los medios de comunicación y tecnológicos, la globalización, etc., que, si bien son negativos al ser mal encauzados, al dárseles una adecuada orientación, ayudarían mucho a la sana formación del joven de hoy, y por consiguiente, del futuro sacerdote.

2. Para poder ayudar en la superación de este rasgo (relativismo) en el joven que entra al seminario, me parece que es fundamental el período de pre-seminario y el año propedeutico. Estas dos etapas deben servir para ayudar al joven que aspira a la vida sacerdotal, a entender y a aceptar libre, consciente y voluntariamente las verdades de fe y moral que serán el sustento de su futura vida sacerdotal.

Considero que se deben poner todos los esfuerzos para que el año propedeutico sea un tiempo especial, en el que el joven que siente el llamado al sacerdocio, antes de entrar de lleno en los estudios filosóficos y teológicos, se adecúe a las condiciones que exige la formación a la vida sacerdotal.

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Afectísimo en Cristo,
Rodrigo Fernández de Castro De León
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Juan Carlos Soto Siovil
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MensajePublicado: Vie Dic 19, 2008 1:30 pm    Asunto: RESPUESTAS TEMA 8
Tema: 8. Realismo antropológico y pedagógico
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1.PARA TODOS RASGOS POSITIVOS O NEGATIVOS:

Hay muchos rasgos que evidentemente influyen en el joven que esta en camino hacia el sacerdocio, y si bien es cierto le ha tocado vivir una cultura no con grandes modelos de virtudes, aunque las hay y muchas pero se aprecia el otro lado de la moneda .
creo que un rasgo caracteristico que influye bastante en el joven de hoy y que de hecho afecta tambien al que quiere consagrarse al señor es, el de la superficialidad y el rasgo de la comodidad frente al abandono de todo esfuerzo y sacrificio.
No muchos nos salvamos de este lastre cultural de querer siempre conseguir las cosas sin el mas minimo esfuerzo y ademas hacer todo sin importancia y superficialidad. Como digo el futuro sacerdote, el seminarista no se salva tampoco de este aspecto precisamente porque es un hombre que vive en el mundo y es ali donde vive tales experioencias.

2.Para sacerdotes y seminaristas:

Me parece que es menester trabajar bastante y ademas de la mano de Dios para evitar o superar dichos rasgops; es decir cuando el seminarista voluntariamente y frente a Dios reconozca sus debilidades en este sentido, podra pues asi presentarse al Señor como barro en sus manos y dejarse moldear de él .Se dejara moldear de Cristo, cuando actuando con una recta intencion, busque la ayuda de su direcor espiritual y no solo esto sino haga recia su voluntad sabiendo que el mismo Cristo Jesus lo ha llamado. Pero sobretodo saber reconocer tambien la ayuda de la gracia y su gran eficacia en la busqueda de los bienes espirituales, ayudado evidentemente por el Santo Espiritu de Dios y el mismo jesuscristo que con realismo antropologico y pedagogico como cual maestro le ira mostarndo los caminos a seguir pue el es quien merece el titulo de formador realista por excelencia pues se fija en la debilidad del hombre, la entiende, comprende y no se queda alli sino que la trasforma asi como lo hizo con natanael, pedro, zaqueo,.
Cristo Jeus tiene un profndo y apasionado amor por el hombre y es asi que por este amor le llama por su nombre y le redime.

hno juan carlos soto siovil.mbp
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P. Tobias Murillo Gil
Esporádico


Registrado: 24 Nov 2008
Mensajes: 41

MensajePublicado: Vie Dic 19, 2008 4:39 pm    Asunto:
Tema: 8. Realismo antropológico y pedagógico
Responder citando

Aportes al foro N° 8.
Realismo Antropológico y Pedagógico.

Participo con alegría en estos foros y son para mi, la oportunidad de conocer el pensamiento y la opinión de mis hermanos Sacerdotes y de mis muy queridos seglares. Por eso, lo hago pensando en mi propia vida sacerdotal y en el futuro de mi Iglesia Católica q quien sirvo y amo con todo mi corazón.

Este es mi aporte:
Los Jóvenes tienen muchos valores en estro tiempos y son muy buenos, pero pienso que el mas grande rasgo negativo de casi todos los jóvenes, es la inseguridad. Les cuesta pensar que hoy se pueda dar un si de por vida en una vida consagrada y lo expresan con miedos, como por ejemplo: No voy a ser capaz, y si fallo, si no soy fiel, Etc...Es bien difícil formar a alguien que anda sin saber lo que quiere o dudando de lo que desea ser y hacer.

Como superar esta in seguridad?

Hay que enseñarle al joven a hacer su opción por el Señor y que esta se renueve cada mañana, que le permita al protagonista de su formación, “El Espíritu Santo” realizar esta obra, aprenderá a dejarse moldear, dejarse moldear y dejarse amar. No hay que olvidar que somos barro duro, pero moldeable por el Espíritu de Dios.

Hay que llevarle a sanar las heridas que hay en el corazón, para permitirle al Señor realizar con su espíritu, la obra de la configuración con Cristo, el cual nos dijo en repetidas ocasiones: “ No tengan miedo, Yo he vencido al mundo. Por lo tanto hay que enseñar a luchar, recordando si la última recomendación del Señor. “Vigilen y oren para no caer en tentación, pues el Espíritu es fuerte pero la carne es débil”

Para todos bendiciones por la Navidad.
_________________
Jesus:"Me amo y se entego por mi"

P. Tobias
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José Mauricio Altamirano
Constante


Registrado: 30 Nov 2005
Mensajes: 740

MensajePublicado: Vie Dic 19, 2008 5:54 pm    Asunto: 8. Realismo antropológico y pedagógico
Tema: 8. Realismo antropológico y pedagógico
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”Que la paz de Nuestro Señor Jesucristo este con todos ustedes”

1. Para todos: Menciona el rasgo positivo o negativo que creas más típico en los jóvenes de hoy, de aquellos rasgos que creas que más influyen más (positiva o negativamente) en la formación de futuros sacerdotes.

Positivo: la Curiosidad natural en todo joven por la facilidad con la pueden tener acceso a tanta información, relacionada con los santos y padres de La Iglesia y documentos publicados por el Vaticano, que por la tecnología actual desde cualquier lugar y en cualquier momento pueden disponer de ellos.

Negativo: precisamente por esa alta tecnología pueden tener acceso a cualquier otra información, que puede afectar y de hecho afecta , no solo en la formación espiritual de los futuros sacerdotes, sino que también en la formación de cualquier persona.
Lo menciono en ambos casos como un rasgo típico de todo joven, refiriéndome específicamente a la curiosidad.


2. Sobre todo para sacerdotes y seminaristas: Comenta de qué modo se puede actuar para aprovechar dicho rasgo característico (si es un rasgo positivo) o superarlo (si es negativo).

Y como dice “Sobre todo para sacerdotes y seminaristas” y “No solo para sacerdotes y seminaristas”, me atrevo a contestar, esa segunda pregunta:

Hablándoles muy claramente y con la verdad y de ser necesario, con testimonios de los propios sacerdotes que tienen bajo su responsabilidad la educación de los seminaristas o acudiendo a otros sacerdotes, sobre todo lo que les puede afectar negativamente el leer o accesar información dañina o mal orientada para la formación que ellos, los seminaristas, están recibiendo y mas que nada hacerles resaltar lo bueno que pueden obtener de acercarse a información sana y proveniente de la misma Iglesia Católica y las ventajas espirituales que eso les otorgará, ventajas, que podrán aplicar cuando ya cumplan su labor a la que han sido llamados en beneficio propio y de sus futuras “ovejas”.

Un abrazo fraterno a todos
Mauricio
“Cuando sientas que ya no sirves para nada, todavía puedes ser Santo”(San Agustín)
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Hilario Cedeño Chávez
Esporádico


Registrado: 20 Nov 2008
Mensajes: 30

MensajePublicado: Vie Dic 19, 2008 8:54 pm    Asunto:
Tema: 8. Realismo antropológico y pedagógico
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FORO 8. 1.- Menciona el rasgo positivo o negativo que creas más típico en los jóvenes de hoy, de aquellos rasgos que creas que más influyen más (positiva o negativamente) en la formación de futuros sacerdotes.

Creo que los jóvenes hoy cargan el peso de los rasgos de su cultura o medio ambiente: pluralismo religioso -crisis de fe-, superficilaes, guiados por lo sensible, por el gusto, con miedo a tomar opciones definirivas, son directos, sensibles a las injusticias, utópicos, con dificultad para la intospección, etc.

2. Sobre todo para sacerdotes y seminaristas: Comenta de qué modo se puede actuar para aprovechar dicho rasgo característico (si es un rasgo positivo) o superarlo (si es negativo).

Favoreciendo que hagan proceso de instrospección para conocerse a sí mismos, formarlos en el discenimiento, apoyarse de un acompañamiento psicológico, y que los formadores sean cercanos, ahí se dará un conocimiento más real de cada uno.

Hilario msps.
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Ma Socorro A. Reyes López
Asiduo


Registrado: 16 Jun 2008
Mensajes: 120

MensajePublicado: Vie Dic 19, 2008 10:44 pm    Asunto: 8. Realismo antropológico y pedagógico
Tema: 8. Realismo antropológico y pedagógico
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1. Para todos: Menciona el rasgo positivo o negativo que creas más típico en los jóvenes de hoy, de aquellos rasgos que creas que más influyen más (positiva o negativamente) en la formación de futuros sacerdotes.
El hombre es creatura e imagen de Dios. Con dignidad y nobleza que lo ponen por encima de toda otra creatura de este mundo. Con bondad y positividad fundamental, en su cuerpo, sus emociones, afectividad, sentimientos, inteligencia, voluntad, conciencia, y con libertad para llegar a su más alta dimensión espiritual. El candidato al sacerdocio caerá muchas veces, tendrá imperfecciones constitutivas en su índole física, psicológica o moral. Su inteligencia no siempre se adherirá a la verdad, a veces por falta de capacidad, a veces por error culpable. Pero con ayuda del un buen formador podrá prevenir posibles desviaciones en el educando, apuntalando sus defensas, impulsandolo a un trabajo eminentemente positivo, fortaleciendo su alma con continuas motivaciones, tomar en cuenta posibles ocasiones o situaciones que sean dañosas para el educando. La curación de raíz la opera la gracia de Dios. Sin embargo, aun con el auxilio de la gracia, quedan en alma lo que el Concilio de Trento llamó concupiscentia o fomes peccati que ha sido permitido por Dios con el fin de ejercitar al hombre en su lucha contra el pecado (ad agonem). No es propiamente pecado, sino que procede del pecado e inclina a él. Estos reliquia peccati se van enderezando a través de todo un largo proceso formativo que implica tiempo, paciencia y repetición de actos virtuosos contrarios. Tomando en cuenta todas las dimensiones del misterio del hombre, misterio que sólo se esclarece a la luz del misterio de la Encarnación y del misterio pascual. Con el realismo antropológico y pedagógico de Cristo Maestro, gran reto del formador de sacerdotes. El formador tiene frente a sí a jóvenes con una historia personal definida, situada en un tiempo y en un lugar determinado, con influencias culturales, religiosas y sociales de un determinado contexto social. El realismo pedagógico exige también estar atentos a esos factores en la que se manifiesta crisis de fe, pluralismo reinante, descuido frecuente de la enseñanza religiosa, confusión, perdida de valores morales y religiosos. Y como parte de la globalización en los medios de comunicación se manejan opiniones y comportamientos humanos que favorecen los intereses de quienes los dirigen, al margen de los valores humanos, morales y religiosos, el joven de hoy está frecuentemente orientado hacia un culto del goce inmediato y de la comodidad, con una tendencia marcada a la dispersión mental, a la superficialidad, distracción, divagación. También la formación de la voluntad resulta afectada. La sociedad del consumo fácil e inmediato promueve y acentúa la tendencia humana a la comodidad y al abandono de todo esfuerzo y sacrificio. En nuestra sociedad contemporánea, un número de personas cada vez más elevado están convencidos teórica y/o prácticamente de que no podemos conocer la verdad, o, mejor dicho, de que no hay ninguna verdad. El relativismo está constituyendo el eje de la cultura postmoderna, todo es igual, cada quien tiene su verdad, nadie tiene derecho a imponer su posición sobre los demás, la verdad está por igual en todas las religiones y filosofías. Todo esto distorsiona para encontrar el sentido de la vida, la dignidad de la persona humana, los valores humanos y espirituales, la capacidad de hacer juicios morales sobre los propios actos, sobre los cambios culturales y las leyes del Estado, la fe en la verdad revelada.
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Pbro. Francisco Rodríguez
Esporádico


Registrado: 22 Nov 2008
Mensajes: 30

MensajePublicado: Sab Dic 20, 2008 5:00 am    Asunto: Re: 8. Realismo antropológico y pedagógico.
Tema: 8. Realismo antropológico y pedagógico
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Paz y bienestar a todos en la alegría del Señor que se acerca.

Como respuesta a las preguntas de este tema considero que no sólo se ha dado un cambio de época sino que además estamos en época de cambio. Al leer los aportes presentados hasta ahora, encuentro mucha riqueza y coincidencias en lo que yo ahora quiero opinar.

El tiempo que nos está tocando vivir tiene una riqueza de oportunidades y ha hecho a los jóvenes de hoy muy abiertos, con muchas posibilidades, tienen acceso a cosas que hace poco uno ni las imaginaba (todo el campo de la tecnología, etc.) pero esas oportunidades se pueden convertir en amenazas por que van haciendo al hombre autosuficiente, el joven se va acomodando a lo que el mundo le ofrece, se va haciendo hedonista y consumista. Esto ha origiado crisis de valores, crisis en la familia, aislamiento; y si a todo esto añadimos el relativicmo ético y religioso, al muchacho que entra al seminario se le ve muy disperso, preocupado y ocupado de lo frenético del mundo y dejando de lado su compromiso de configurarse con Cristo. Quiere ser sacerdote, pero si tanta exigencia. Quiere ser un sacerdote moderno pero según la modernidad, y no según Cristo en el tiempo presente.

Su formación require serenidad de espíritu y no frenetismo o apresuramiento, paz interior para estar con el Maestro y no dispersión por lo terreno, dedicarse seriamente a su formación y no preocuparse por la moda y lo que le da prestigio y seguridad en el mundo. Tampoco debe caer en en pasividad estoica o en un falso espiritualismo.

Creo, además, que el formador no debe olvidarse "él mismo de sí mismo", debe recordar que está en camino "junto con" y debe estar muy conciente de sus propios peligros. Debe ayudar al seminarista a vivir un serio compromiso de formación en medio de mundo actual.

Hay mucho por hacer, hagamos lo que esté a nuestro alcance, según las circunstancias lo permitan y animados siempre por el Espíritu de Dios.

Concluyo que hay que discernir las oportunidades que existen y no dejar que se conviertan en amenazas, y que las debilidades se conviertan en fortalezas. Es un atarea ardua, pero no olvidemos que es "obra de Dios" en la que el Señor mismo nos ha llamado a participar.

P. Paco R.
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Monica L. Moreno y G.
Asiduo


Registrado: 18 Feb 2007
Mensajes: 194
Ubicación: Mexico D.F.

MensajePublicado: Sab Dic 20, 2008 5:44 am    Asunto: Comentario Respuesta
Tema: 8. Realismo antropológico y pedagógico
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1. Menciona el rasgo positivo o negativo que creas más típico en los jóvenes de hoy, de aquellos rasgos que creas que más influyen más (positiva o negativamente) en la formación de futuros sacerdotes.

El rasgo negativo. La falta de interes y compromiso de muchos jóvenes, indiferencia, el materialismo en la vida.

El rasgo positivo. Que algunos jóvenes es el idealismo, el compromiso y la entrega por una causa justa


2. Comenta de qué modo se puede actuar para aprovechar dicho rasgo característico (si es un rasgo positivo) o superarlo (si es negativo).

El compromiso positivo a un ideal para hacer de su vida una entrega a una labor noble, esto es mucho más provechoso, al orientar a los jóvenes en caso de ser llamados al servicio de Dios.
_________________
¡En la Voluntad de Dios!
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René Héctor Martíinez Mez
Esporádico


Registrado: 01 Sep 2008
Mensajes: 67

MensajePublicado: Sab Dic 20, 2008 5:00 pm    Asunto: 8. Realismo antropológico y pedagógico
Tema: 8. Realismo antropológico y pedagógico
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1. Para todos: Menciona el rasgo positivo o negativo que creas más típico en los jóvenes de hoy, de aquellos rasgos que creas que más influyen más (positiva o negativamente) en la formación de futuros sacerdotes.
Rasgo positivo:
La capacidad de algunos jóvenes y la rápida maduración, siempre y cuando esta sea bien encausada y actitudes de: superación no solo individual sino social, acuciosa hacia los fenómenos sociales, identificándolos, determinando sus raíces y buscando e implementando posibles soluciones, jóvenes más innovadores con la capacidad de aprovechar las experiencias de otros para poder transformar y adaptar esas experiencias a nuestra realidad, nunca al contrario, adaptar nuestra realidad a la experiencia de otros.

Rasgo Negativo: La alienación, cada día los jóvenes son seducidos por valores extraños a su cultura, valores que:
a. Poco a poco van sustituyendo los valores propios de una cultura y que por falta de comunicación o educación en los jóvenes generan desviación o anti valores.
b. Disminuyen el potencial de los jóvenes, de innovadores pasan a imitadores.
c. Los alejan de su realidad y en vez de buscar transformarse y transformar su realidad, la ocultan adoptando rasgos y tendencias que les marginan de la sociedad y que los mueven a marginar a la sociedad.

2. Sobre todo para sacerdotes y seminaristas: Comenta de qué modo se puede actuar para aprovechar dicho rasgo característico (si es un rasgo positivo) o superarlo (si es negativo).

a. Implementar comunidades de jóvenes que interactúen con comunidades de adultos, de tal forma que los primeros no pierda contacto con sus raíces, con su historia y con sus valores.
b. Acercarse a los jóvenes no en una actitud de corrección, sino mas bien en una actitud de integración, de tal forma que no se formen muros, y poder fomentar la confianza entre los formadores y los jóvenes.
c. Motivar y encauzar el entusiasmo de los jóvenes a fin de que se valoricen su ideas, un gran cambio una gran transformación solo sucede si primero se han hecho pequeños cambios pequeñas transformaciones, sobre todo en nuestras actitudes.
d. Despertar en los jóvenes una actitud no solo crítica sino transformadora hacia nuestra realidad.
e. Y sobre todo y considero lo mas importante que nuestros jóvenes tomen conciencia que en todo ello está el actuar de Dios, que sepan reconocer ese actuar en la historia tanto individual como grupal. Un presencia que debe de movernos a hacer realidad su proyecto de vida para con la humanidad, la instauración del Reino de Dios.
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P. José Estebas Martínez
Esporádico


Registrado: 11 Nov 2008
Mensajes: 36

MensajePublicado: Dom Dic 21, 2008 3:56 am    Asunto: Realidad del joven hoy
Tema: 8. Realismo antropológico y pedagógico
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Me llamó mucho la atención las palabras del Papa Benedicto en el Encuentro que tuvo con los jóvenes en el estadio de Pacaembu-Brasil 10-abril-2007, comentando el texto de Mt 19 del joven rico:
""Muchas veces sentimos temblar nuestros corazones de pastores, constatando la situación de nuestro tiempo. Oímos hablar de los miedos de la juventud de hoy. Nos revelan un enorme déficit de esperanza: miedo de morir,.. miedo de sobrar...alto índice de muertes entre los jóvenes, amenza de violencia,la deplorable proliferación de las drogas que sacude la raíz más profunda a la juventud de hoy, se habla por eso, a menudo de una juventud perdida.
Pero mirándoos a vosotros, jóvenes...que irradiáis alegría y entusiasmo, asumo la mirada de Jesús: una mirada de amor y confianza, en la certeza de que vosotros encontrasteis el verdadero camino. Sois jóvenes de la Iglesia, y por eso os envío a evangelizar a los otros jóvenes".

Junto al documento de Aparecida, se nos dan pautas: Encuentro con Jesús, alegría en comunidad-Iglesia, seguir su camino, irradiar con la misión a otros jóvenes... Hay que pedir mucho al Espíritu Santo.
P. José
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frsalomon
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Registrado: 18 Nov 2008
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Ubicación: Washington DC

MensajePublicado: Dom Dic 21, 2008 5:28 pm    Asunto: Respuestas.
Tema: 8. Realismo antropológico y pedagógico
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Sobre todo para sacerdotes y seminaristas: Comenta de qué modo se puede actuar para aprovechar dicho rasgo característico (si es un rasgo positivo) o superarlo (si es negativo).

Positivo: Pasión-radicalidad-deseo romper esquemas y ser original de la juventud: Este es el caldo de cultivo perfecto para presentar la santidad como ideal de VIda. Entendiendo la Santidad como ese dejarse inundar por el Amor de DIos para que luego se derrame desde nosotros a todos los que Papá DIos nos ponga en nuestro camino. Siempre colocar este ideal de primero y todo lo demás como medios para alcanzar este fin.

Negativo: Consumismo-materialismo-erotismo: Insitir mucho en el valor del compartir y el servicio como antídoto para el consumismo-materialismo; y una buena orientación emocional del autoconocimiento, manejo de la afectividad y la asertividad en la comunicación para superar tendencias que desvien la sexualidad de nuestra juventud.

En este aspecto antropológico el capítulo dedicado a la Inculturación es FUNDAMENTALy, lamentablemente, poco tomado en cuenta en los proyectos formativos a todo nivel de la formación sacerdotal.


_________________
P. Víctor Salomón
Washington DC
www.sacerdotesoperarios.org
http://www.solinstitutedc.com/Home.html
www.priestsforlife.org
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Jorge Batista
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Registrado: 23 Nov 2008
Mensajes: 38

MensajePublicado: Dom Dic 21, 2008 6:17 pm    Asunto:
Tema: 8. Realismo antropológico y pedagógico
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1. Para todos: Menciona el rasgo positivo o negativo que creas más típico en los jóvenes de hoy, de aquellos rasgos que creas que más influyen más (positiva o negativamente) en la formación de futuros sacerdotes.

positivo: Alto espiritu de entrega aunado a una Capacidad de cambio en actitudes y pensamientos.Estos rasgos es importante potenciar en los candidatos al sacerdocio.
negativo: Materialismo y superficialidad a Nivel psicologico y espiritual. si no se toman en cuenta en la formacion, contribuiran a un inadecuado desarrollo de la personalidad del sacerdote.

2. Sobre todo para sacerdotes y seminaristas: Comenta de qué modo se puede actuar para aprovechar dicho rasgo característico (si es un rasgo positivo) o superarlo (si es negativo).

En el caso de lo positivo, arriba descrito, se aprovecha este rasgo como base fundamental de la vida del futuro presbitero.
En el segundo caso, tomar en cuenta estas deficiencias permite al formador descubrir y transmitir valores que vayan en contraposición de una cultura hedonista y material. Esta es la principal lucha que debe realizar el sacerdote a lo largo de toda la vida.
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Oscar Piñango
Esporádico


Registrado: 26 Feb 2007
Mensajes: 75
Ubicación: Venezuela

MensajePublicado: Dom Dic 21, 2008 8:06 pm    Asunto:
Tema: 8. Realismo antropológico y pedagógico
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1. Para todos: Menciona el rasgo positivo o negativo que creas más típico en los jóvenes de hoy, de aquellos rasgos que creas que más influyen más (positiva o negativamente) en la formación de futuros sacerdotes.

Hablar sobre un rasgo positivo o negativo del joven de hoy que quiere ser sacerdote, es encasillar en un solo aspecto la riqueza de su vida, espíritu y experiencia, ya que como bien lo plantea esta sesión, no es una sola vía ni mucho menos un solo material lo que se necesita para construir el edificio de la vocación del seminarista. En mi opinión, influyen varios aspectos que varían de acuerdo al nivel de compromiso del joven y según sus necesidades. En primer lugar considero que el cambio en su disciplina de vida lo lleva a dudar e incluso sentir poco entusiasmo algunas veces por la decisión que tomó, centrándose sólo en la parte académica, por ser un ambiente ya conocido por ellos, lo que puede llevarlo a divagar e incluso extrañar su vida antes del seminario. Es por ello que en principio puede surgir cierta ambigüedad entre lo que quiere, siente y vive, motivo por el cual no se puede catalogar al joven de falto de decisión, sino que es precisamente allí donde se puede aprovechar la experiencia del formador e incluso de otros seminaristas mas avanzados para abrir la puerta de la formación sacerdotal en aspectos sobre dudas de vocación, oración, saber entender y asumir el plan de Dios en sus vidas y sobre todo, permitir que sea la gracias de Dios la que actúe y no el carácter del joven o la opinión de formador. Luego de esto se podría lograr que el joven pueda hacer un cambio en su estilo de vida, que tendrá otros momentos que pueden considerarse negativos, pero que al final podrán ceder para dar paso al fortalecimiento de la obra de Dios en sus vidas. Por eso, el rasgo del joven de hoy más positivo es su entusiasmo y cuestionamiento de la vida de forma muy natural. Esta libertad de expresión debe impulsarse y saberla conducir para que no desaparezca sino que pueda ser utilizada en su formación, tanto a nivel personal como grupal, esto lo ayudará a enfrentarse a si mismo e incluso a otras realidades que pueden influir en su vida.

2. Sobre todo para sacerdotes y seminaristas: Comenta de qué modo se puede actuar para aprovechar dicho rasgo característico (si es un rasgo positivo) o superarlo (si es negativo).

En este aspecto, lo más importante es el formador, quien tiene en sus manos la grandísima responsabilidad de conocer, orientar e impulsar al joven a un mundo nuevo que se les está abriendo y del que está aprendiendo constantemente. Si el formador no conoce a sus formandos, sería imposible que reconociera sus características positivas o negativas. Luego, las actividades grupales son importantes, porque es lógico que existe un grupo grande, a veces es difícil atender las individualidades, por lo que las charlas, conferencias, foros, mesas de trabajo, y participación grupales; pueden ser de gran utilidad para ir de lo grupal a lo individual, dándole la oportunidad al seminaristas de confrontarse, meditar e incluso consultar a su formador el hecho o aspecto que ha tocado su interior, dando paso a reconocer sus aspectos que necesitan ser mejorados e incluso cambiados, potenciando de esa forma su aspectos positivos. Por eso la actuación del formador en este punto es de vital importancia.
_________________
Oscar
Jesús mi Camino, Verdad y Vida
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JULIAN RAMIRO JOVEN CADEN
Esporádico


Registrado: 03 Dic 2008
Mensajes: 37
Ubicación: COLOMBIA - DIÓCESIS DE NEIVA - SEMINARIO MAYOR DE SAN ESTEBAN

MensajePublicado: Dom Dic 21, 2008 8:32 pm    Asunto:
Tema: 8. Realismo antropológico y pedagógico
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1. POSITIVAMENTE: El anhelo por la verdad, por la justicia, por la transparencia.
NEGATIVAMENTE: La inconstancia en la vida de disciplina y exigencia.

2. Considero que el rasgo positivo anteriormente mencionado puede ser aprovechado de esta forma:

Que durante la promoción vocacional el aspirante al Seminario se interpelado por los grandes ideales del mensaje evangélico, que sea motivado al heroísmo (Aunque de momento esto pueda llevar mucho se sentimiento, puede luego ir encausándose; lo importante es que el aspirante logre experimentar que no es un llamado común).

Presentando con claridad y pasión la VERDAD DE LA REVELACIÒN; creo que si logramos que el seminarista albergue en su corazón la verdad de Dios hemos logrado algo capilar. Dios ilumina y esclarece los enigmas más profundos de la persona; cuando Dios asiste el entendimiento y el corazón de la persona, el universo es pensado y amado desde Dios.

No menguar en la presentación firme y cordial de la radicalidad que pide el ministerio sacerdotal.

Estudio sistemático del Magisterio de la Iglesia; esto formará los criterios de valor, dará principios seguros para actuar.

Recordar que la VIDA AUTÉNTICA brota del corazón que permanece en la presencia de Dios.

No tener temor de afrontar los errores cometidos por algunos hombres de Iglesia (sacerdotes). Mirar con objetividad y condenar nuestras actitudes injustas.

Considero que el rasgo negativo anteriormente mencionado puede ser superado de la siguiente forma:

Organizar los programas anuales, según cada una de las dimensiones (con proyecto, meta, actividad), para evaluar permanentemente, hacer seguimiento a la ejecución de lo que se ha programado.

Revisar el proyecto comunitario en las reuniones generales y por áreas.

Asignar responsabilidades dentro del dinamismo del Seminario.

Comprometer a los Seminarista con el cuidado de la casa: aseo diario de las instalaciones, jardinería, lavado de loza.

Atención por parte de los directores espirituales en cuanto a la generosidad de entrega de los seminaristas.

Procurar una vida austera y sencilla. La comodidad exagerada no dispone para la disciplina y la exigencia.
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