Ejemplos predicables

[Luciana Belén]

Un duque evita la vecindad de unos caballeros paganos.

Un duque alemán, recién convertido al cristianismo, (Ingo, Duque de Corintia), celebró por el año 791 un banquete al que sentáronse no sólo caballeros, nobles y príncipes, sino también modestos campesinos. Prefiriendo la vecindad de aquellas gentes humildes, colocó a éstos junto a sí, y mandó servirles a guisa de grandes señores en una vajilla de plata primorosamente trabajada. Los nobles comieron bastante distanciados del Duque y con utensilios de mesa de lo más común que pueda darse. Cuando estos caballeros tan principales se lamentaron de la postergación de que habían sido objeto, les atajó el Duque con las siguientes palabras: "Estos sencillos rústicos que quise a mi lado son cristianos y mediante el bautismo alcanzaron una elevadísima dignidad, la de hijo del verdadero Dios, del que rige el mundo y creó todas las cosas de la nada. Vosotros, en cambio, no sois más que unos paganos, sumidos aún en las tinieblas de tontos: la superstición. A los ojos de Dios ocupáis el rango más inferior que pueda asignarse a un ser humano." Mediante los Sacramentos arriba citados llegamos a establecer con el propio Dios una suerte de relación, casi como un parentesco.

(Spirago, Catecismo en ejemplos, t. IV, Ed. Políglota, 2ª Ed., Barcelona, 1940, pp.51-52)
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"Aspira a lo celeste que siempre dura, fiel y rico en promesas Dios no se muda."

[Luciana Belén]

1478. En el bautismo de Juan se encuentran figurados los frutos que produce el sacramento. En efecto, ¿qué sucedió cuando Jesús fue bautizado por Juan en el río Jordán? Los cielos se abrieron, el Espíritu Santo apareció en forma de paloma y el padre dijo estas palabras: « Éste es mi Hijo muy amado, en quien he puesto todas mis complacencias». Cuando nosotros recibimos el sacramento del bautismo no se ve ningún prodigio, pero en aquel momento desciende sobre nosotros el Espíritu Santo con su gracia, y Dios Padre nos dice: « Tú eres mi hijo».

(Mauricio Rufino, Vademecum de ejemplos predicables, Ed. Herder, Barcelona, 1962, p. 1478)
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"Aspira a lo celeste que siempre dura, fiel y rico en promesas Dios no se muda."