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El mal
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Autor Mensaje
AdolfoMir
Asiduo


Registrado: 24 Jun 2008
Mensajes: 181

MensajePublicado: Vie Dic 12, 2008 1:17 am    Asunto: El mal
Tema: El mal
Responder citando

A ver si me ayudan, con este argumento:
Es sobre la existencia/inexistencia de el bien y el mal como algo concreto.

¿Existe algun acto que sea puramente malo?
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Filósofo Católico
Asiduo


Registrado: 29 Ago 2008
Mensajes: 338

MensajePublicado: Vie Dic 12, 2008 2:31 am    Asunto:
Tema: El mal
Responder citando

La moralidad de un acto humano viene dada por la bondad o maldad de sus tres componentes: objeto, fin y circunstancias. Con uno sólo que sea malo ya el acto humano es inmoral. Para que sea bueno los tres deben ser buenos.

Si te refieres a si hay conductas que sean intrínsecamente malas, independientemente de fin y circunstancias, la respuesta es afirmativa. el aborto, por ejemplo, es intrínsecamente malo desde el momento que consiste en matar al inocente.
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¿Imperium magnum vis habere?...Impera tibi.
Publius Syrus.

"...dicit ei Pilatus: ¿Quid est veritas?"...
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MENSAJERO SOLITARIO
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Registrado: 05 Dic 2008
Mensajes: 18

MensajePublicado: Dom Dic 14, 2008 5:38 pm    Asunto:
Tema: El mal
Responder citando

HOLA. Smile


El mal es inherente al orden natural de este mundo y es la trasgresión inconsciente o involuntaria de la ley divina, una mala interpretación, una mala comprensión o una comprensión parcial. La ley es la vida misma y no las reglas de su conducta. El mal es un quebranto de la ley, no una violación de las reglas de conducta que pertenecen a la vida, que es la ley El mal es la elección inmadura y el paso en falso irreflexivo de los que se resisten a la bondad, rechazan la belleza y traicionan la verdad. Es la inadaptación de la inmadurez, la influencia desintegradora y deformadora de la ignorancia, el fruto de un pensamiento mal dirigido. El mal es la inevitable oscuridad que sigue de cerca al rechazo imprudente de la luz. Es lo tenebroso y lo falso y su presencia constituye la prueba de las inexactitudes de la mente y de la inmadurez del yo en evolución. El mal es la mala adaptación de los designios y el ajuste defectuoso de las técnicas que se traduce en la discordia universal y la confusión planetaria.

El mal, tanto real como potencial, es un estímulo para la selección entre la verdad y el error. La bondad, lo mismo que la verdad, contrasta infaliblemente con el mal. La posibilidad del mal es necesaria para la elección moral, pero su actualidad no lo es. La posibilidad de un juicio erróneo (el mal) se convierte en pecado sólo cuando la voluntad humana apoya conscientemente y adopta a sabiendas un juicio deliberadamente inmoral

Dios es tan positivamente bueno que no hay absolutamente ninguna cabida en él para el mal y el error.

SALUDOS.
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Alfeo
Asiduo


Registrado: 19 Sep 2008
Mensajes: 338
Ubicación: Asturias. España

MensajePublicado: Vie Dic 19, 2008 12:16 am    Asunto:
Tema: El mal
Responder citando

MENSAJERO SOLITARIO escribió:
HOLA. Smile
El mal es inherente al orden natural de este mundo y es la trasgresión inconsciente o involuntaria de la ley divina, una mala interpretación, una mala comprensión o una comprensión parcial. La ley es la vida misma y no las reglas de su conducta.....
Dios es tan positivamente bueno que no hay absolutamente ninguna cabida en él para el mal y el error.
SALUDOS.

Buena respuesta para explicar la mayoría de los males humanos, pero ¿donde cabe aquí el mal físico que sufren los seres vivos, incluso antes de la aparición del hombre en la Tierra?
Saludos en Xto.
_________________
Cristo, Alfa y Omega.
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Baruk
Constante


Registrado: 27 Jul 2006
Mensajes: 916

MensajePublicado: Vie Dic 19, 2008 7:33 pm    Asunto:
Tema: El mal
Responder citando

Hola Alfeo, siguiendo a Santo Tomás, decir que cada animal o planta, es decir que no sea umano, tiene un alma bien animal, bien vegetal; ambas están adheridas al cuerpo del animal o vegetal, es decir, cesan tras la muerte del animal o del vegetal.

El mal físico, así entendido no es un mal, sino la explicación lógica al entendimiento de la creación de la Naturaleza. Gracias a esos cambios, o a esas muertes de los animales o plantas; las especies se van desarrollando a los cambios de la naturaleza, pudiendo por tanto, las especies, subsistir en todos los climas de la Naturalza, gracias al cambio de su metabolismo, a través de sus descendientes.
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Alfeo
Asiduo


Registrado: 19 Sep 2008
Mensajes: 338
Ubicación: Asturias. España

MensajePublicado: Vie Dic 19, 2008 8:04 pm    Asunto:
Tema: El mal
Responder citando

Baruk escribió:
....El mal físico, así entendido no es un mal, sino la explicación lógica al entendimiento de la creación de la Naturaleza....

Totalmente de acuerdo Baruk. Es la respuesta más coherente para mi.
El problema es explicar como se "coló" el mal (sufrimiento) en la Creación y porqué es necesario que a veces sea tan terrible en personas o por ejemplo en animales que al fin y al cabo son seres absolutamente limitados, pero si pueden sufrir.
_________________
Cristo, Alfa y Omega.
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Baruk
Constante


Registrado: 27 Jul 2006
Mensajes: 916

MensajePublicado: Vie Dic 19, 2008 8:41 pm    Asunto:
Tema: El mal
Responder citando

Alfeo, entendemos por alma: la forma de ser del cuerpo. En los animales tienen un alma animal (sensitiva, en los vegetales una alma vegetativa)que va relacionada con el cuerpo material del animal, y así igualmente en cualquier ser que exista con vida, excepto el hombre. Así cuando un animal muere, muere con él su alma (sensitiva). Por estar asociada al cuerpo que es materia.

El animal, o cualquier otro ser vivo, excepto los humanos, no producen el mal. Para hacer mal es necesario que el individuo sepa que va a hacer un mal y lo haga conscientemente. El animal solo se mueve por instinto, no conoce el mal y por lo tanto no puede hacer el mal conscientemente.

Así que antes de que existiera el hombre, Adán (creado del barro) y Eva ( salida de la costilla de Adán ( misma dignidad que él)), no existía el pecado o el mal en la Tierra. No existía el infierno, es decir, toda la eternidad permanecer en él, después de la muerte.

Un saludo.
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Baruk
Constante


Registrado: 27 Jul 2006
Mensajes: 916

MensajePublicado: Vie Dic 19, 2008 8:55 pm    Asunto:
Tema: El mal
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El sufrimiento, entendido como tal por nosotros, no existe por ejemplo en el alma vegetativa y los animales no tienen conocimiento de que su sufrimiento es diferente a su condición de alma sensitiva.

El sufrimiento entendida por el alma espiritual, es entendida en su totalidad por el sentido que dió Jesús a él en su Pasión. El sufrimiento puede ser redentor como lo fué el sufrimiento de Jesús, o puede llevarnos a la desolación total, con el cual el sufrimiento sería como algo previo a lo que recibiríamos en el infierno o en el purgatorio. La ausencia de la Bondad para toda nuestra vida eterna.

El sufrimiento, en cuanto tal, entró por el pecado original. Toda naturaleza humana tiene naturaleza pecadora, nacemos pecadores y una consecuencia del pecado es el dolor y la muerte (entendida esta como previa a la vida eterna).

Ten en cuenta, que Dios mismo tuvo que venir a la Tierra para librarnos de la consecuencias del pecado original.
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Baruk
Constante


Registrado: 27 Jul 2006
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MensajePublicado: Vie Dic 19, 2008 9:03 pm    Asunto:
Tema: El mal
Responder citando

El mal en cuanto muerte, solo tiene su explicación sobre el alma espiriyual de la persona. Jesús mismo dijo: "No tengaís miedo de perder el cuerpo, sino el alma".

Destaca que la muerte, el sufrimiento, el dolor entendido cristianamente va referida a la pérdida del alma espiritual humana, la persona está hecha a imagen y semejanza de Dios, con la Bondad, la Felicidad, que es Dios mismo. Con el cual podremos estar tras el paso de la muerte (última barrera del pecado original).
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Alfeo
Asiduo


Registrado: 19 Sep 2008
Mensajes: 338
Ubicación: Asturias. España

MensajePublicado: Vie Dic 19, 2008 10:39 pm    Asunto:
Tema: El mal
Responder citando

Baruk escribió:

El animal, o cualquier otro ser vivo, excepto los humanos, no producen el mal.

Efectivamente, pero lo soporta sin saber porqué. Está indefenso.

Cita:
Así que antes de que existiera el hombre, Adán (creado del barro) y Eva ( salida de la costilla de Adán ( misma dignidad que él)), no existía el pecado o el mal en la Tierra. No existía el infierno, es decir, toda la eternidad permanecer en él, después de la muerte.

Bueno yo pongo en duda esta teoría del pecado original, ya lo he inidicado en otros hilos. El hombre es culpable de sus propios actos, pero no de los pasados, aunque los sufra. Esto lo tenemos en palabra de Cristo con el ciego al que le devolvió la vista. Jn 9, 1-3.
Por otra parte, la creación de Adan y Eva en Gn, no podemos interpretarla literalmente, fue un texto escrito para el hombre de su época. De hecho en Gn hay descritas dos creaciones del mundo distintas, la del cap. 1 y la del 2. En Gen 2, 22, Dios después de crear al hombre, plantas y animales, es cuando forma a la mujer de la costilla de Adán y la llama "varona", sin embargo, en Gen 1, 27, Dios crea al hombre y la mujer a la vez.

Cita:
El sufrimiento entendida por el alma espiritual, es entendida en su totalidad por el sentido que dió Jesús a él en su Pasión. El sufrimiento puede ser redentor como lo fué el sufrimiento de Jesús, o puede llevarnos a la desolación total, con el cual el sufrimiento sería como algo previo a lo que recibiríamos en el infierno o en el purgatorio. La ausencia de la Bondad para toda nuestra vida eterna
.
Me ha gustado, me ha parecido interesante este enfoque.
Saludos en Xto.
_________________
Cristo, Alfa y Omega.
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Baruk
Constante


Registrado: 27 Jul 2006
Mensajes: 916

MensajePublicado: Sab Dic 20, 2008 12:16 am    Asunto:
Tema: El mal
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El dolor, el sufrimiento, forman parte de la vida. Cuando uno nace, la madre tiene dolor de parto, el niño cuando respira primera vez el aire tiene dolor, etc.. los animales sufren dolor cuando se les hiere, etc... Ahora bien por qué hay dolor y sufrimiento: Es una incógnita.

El dolor y el sufrimiento llega a tener una importancia redentora en la persona, debido al sentido que le da Dios en su Pasión. Por el dolor y el sufrimiento Jesús repone al hombre en dignidad con Dios Padre; después de haber perdido esta dignidad, el hombre, tras el pecado original. ¿Por qué es una desgracia, el pecado original?, porque se verá privado de la total: felicidad, belleza, amor desinteresado, etc..., plenitud; es decir de Dios mismo.

No se puede saber por qué existe el dolor y el sufrimiento. pero sí podemos saber, gracias a Jesús, que pueden ser redentores de los pecados cometidos por las pesonas en sus vidas.

Hay diversas formas de afrontar al dolor o al sufrimiento. Pero el único camino posible es el camino de Jesús. El motivo: Jesús nunca mintió, nunca engañó a nadie, siempre quiso la sanación del alma por encima de la del cuerpo, aunque hizo milagros materiales, sanación y curación de dolencias carnales,etc.. para que creyeran que tenía poder para perdonar los pecados y salvar el alma de la humanidad.

Imitando a Jesús es un camino por amor hacia Él, es el único camino o verdad que nos lleva a nuestra plenitud de vida, gracias a Él conocemos lo que es la Vida Plena. El amor de un amigo que da lo que único que tiene, su vida, para la salvación de sus amigos o hermanos.

A través del dolor y el sufrimiento, es el único modo de nuestra liberación del pecado. No es que lo quisiera, es que era el único camino que cogió Dios para nuestra liberación y que creyéramos en Él, como el Camino, la Verdad y la Vida.

Pongo aquí una reseña está tal y como la he copiado, es una pregunta sobre la libertad del hombre, pero en su respuesta creo que coincide del por qué existe el mal y Dios no quita la libertad del hombre par que este no haga el mal:

¿Por qué Dios no retiró la libertad al ver que comenzaban a pecar?



--------------------------------------------------------------------------------

¿Por qué Dios no retira la libertad en cuanto ve que alguien avanza por el camino del mal? Pues no lo hace, porque realizar tal cosa supondría que tal espíritu quedaría ya para siempre en el mal. Permitir que siga haciendo el mal, supone ofrecerle la posibilidad de que retorne al bien. Retirarle de la prueba haría que se cometieran menos pecados, pero el espíritu que ha sido retirado quedaría petrificado en el mal para siempre. Permitir que el malo siga haciendo el mal, le da la posibilidad de retroceder.
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Registrado: 05 Dic 2008
Mensajes: 18

MensajePublicado: Sab Dic 20, 2008 12:46 pm    Asunto:
Tema: El mal
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Hola a todos. Confused

En primer lugar me gustaría, aclarar algunos conceptos tales como " ALMA", Para darle mas objetividad al debate y si Uds me lo permiten.


El alma evolutiva de un ser humano es difícil de describir y aun más difícil de demostrar, porque no puede ser descubierta por el método de la investigación material ni por el de la prueba espiritual. A medida que una criatura mortal escoge “hacer la voluntad del Padre, el espíritu interno, se convierte en el padre de una nueva realidad en la experiencia humana. La mente mortal y material es la madre de esta misma realidad emergente. La relación entre la mente material y este espíritu divino implica un valor y lleva un significado ( EL ALMA). La sustancia de esta nueva realidad no es material ni espiritual, se llama “alma”. Esta alma es real y tiene cualidades cósmicas de sobrevivencia.

El alma es la parte del hombre que refleja su yo, discierne la verdad, percibe el espíritu, y representa el valor potencial de supervivencia de la experiencia humana. Sus características son: la elección moral y la consecución espiritual, la capacidad para conocer a Dios y el impulso de ser semejante a él. El alma del hombre no puede existir sin pensamiento moral y sin actividad espiritual. Un alma estancada es un alma moribunda todos los tipos de conflictos del alma consisten en la falta de armonía entre la conciencia de sí moral o espiritual, y la conciencia de sí puramente intelectual.

La salvación o la pérdida de un alma dependen de que la conciencia moral alcance o no el estado de supervivencia mediante una alianza eterna con el espíritu inmortal asociado. La salvación es la espiritualización de la autorrealización de la conciencia moral, que adquiere de este modo un valor de supervivencia.

Brevemente he intentado dar una explicación ibjetiva y coherente del alma humana, si alguien desea que profundicemos más sobre este asunto, por favor que me lo haga saber.

Saludos.
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Registrado: 05 Dic 2008
Mensajes: 18

MensajePublicado: Sab Dic 20, 2008 1:07 pm    Asunto:
Tema: El mal
Responder citando

Hola. Confused


Han aparecido algunos otros conceptos en el debate tales como "PECADO", a mi personalmente me gustaría y creo necesario ampliar nuevos conceptos para llegar a una mayor claridad tanto intelectual, moral, como espiritual del asunto que nos ocupa "EL MAL".

Los nuevos conceptos son "EL ERROR", " LA INIQUIDAD", " y en contraposición " EL BIEN".
Comenzamos con:

EL PECADO.

En los niveles materiales el hombre se encuentra sub-sirviente a la naturaleza y por consiguiente sujeto a la tentación del mal potencial y de los errores de decisión. Si el yo se vuelve orgulloso y arrogante, entonces es posible que evolucione el pecado.

El pecado es la deslealtad deliberada a la Deidad, la elección premeditada del mal, una trasgresión meditada y consciente de la voluntad y de la ley divina. Es una resistencia intencional a la realidad divina. El resultado final del pecado a sabiendas es la aniquilación. Si te identificas con él instantáneamente te vuelve como si no hubiera sido; “La paga del pecado es muerte”, la obliteración eterna. Es la actitud de una personalidad que deliberadamente resiste la realidad cósmica; es el optar conscientemente a oponerse al progreso espiritual demostrando una pobreza espiritual abyecta. El pecado retarda sobremanera el desarrollo intelectual, el crecimiento moral, el progreso social y la consecución espiritual de las masas. Todo aquel que comete pecado es esclavo de este, es despreciable, termina en dolor y los castigos que atrae son inevitables. El pecado crea un nivel muerto de inercia maligna, y sólo el está aislado. Es una experiencia de la conciencia de la criatura; no forma parte de la conciencia de Dios y el abrazo continuado del pecado por la mente culmina en la identificación completa del ser con la iniquidad.



EL ERROR.

Al dotarnos de la facultad de escoger entre la verdad y el error, el Padre celestial ha creado el potencial negativo a la vía positiva de la luz y la vida; pero los errores del mal no existen realmente hasta el momento en que una criatura inteligente quiere que existan y están determinados por una mala elección de su manera de vivir. El error es la sombra del estado incompleto del hombre, que necesariamente debe proyectarse en medio del camino universal ascendente del hombre hacia la perfección del Paraíso, es un concepto erróneo o una deformación de la realidad y sugiere la falta de agudeza intelectual. El error en la elección finita está ligado al tiempo, limitado a éste y es una mala elección de la manera de vivir. El error (el mal) no es una peculiaridad real del universo, es simplemente la observación de un estado incompleto y parcial en las relaciones entre la imperfección de lo finito incompleto y los niveles ascendentes del Supremo y del Último, completos y perfectos. El error o el mal de cada hombre aumentan las tribulaciones de todos los hombres y es el castigo de la imperfección.


LA INIQUIDAD.

La iniquidad en los dominios finitos revela la realidad transitoria del yo que no está identificado con Dios, consiste en el desafío abierto y persistente de la realidad reconocida y supone tal grado de desintegración de la personalidad que raya en la locura cósmica. Es la búsqueda constante del pecado y del error, el rechazo de la divinidad; es la trasgresión premeditada y determinada de la ley divina, de la voluntad del Padre: es el desdén directo de la realidad reconocida. La iniquidad es la medida de la aversión a dejarse conducir divinamente y dirigir espiritualmente. Quien siembra iniquidad cosecha la calamidad y sus consecuencias destructivas son inexorables. El rechazo volitivo de la verdad es error; la elección deliberada del mal constituye el pecado; la búsqueda persistente del pecado y del error es la iniquidad, y esta revela la pérdida del dominio de la personalidad, es la destrucción del alma.

Cuando el abrazo continuado del pecado por la mente asociada culmina en la identificación completa del ser con la iniquidad, entonces, en el momento de la cesación de la vida, en el momento de la disolución cósmica, esa personalidad aislada es absorbida en la súper-alma de la creación, volviéndose parte de la experiencia evolutiva del Ser Supremo. Nunca más aparece como personalidad; es como si su identidad nunca hubiera existido.

La búsqueda persistente de la divinidad conduce al reino de Dios en contraste con su continuo rechazo, que lleva a los dominios de la iniquidad. El mal no diluido, el error completo, el pecado voluntario y la iniquidad sin mitigantes son intrínseca y automáticamente suicidas pero la fe siempre es una armadura eficaz contra el pecado y la iniquidad.

SALUDOS.
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MENSAJERO SOLITARIO
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Registrado: 05 Dic 2008
Mensajes: 18

MensajePublicado: Sab Dic 20, 2008 1:22 pm    Asunto:
Tema: El mal
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HOLA. Confused

Nos queda en contraposición:

EL BIEN.
El bien y el mal son las palabras que simbolizan los niveles relativos de comprensión humana del universo observable. El hombre debe buscar y elegir el bien a través de su libre albedrío porque el bien es la ejecución del designio divino. El hombre no puede elegir dinámicamente la vida divina si no existe una vida del yo a la que renunciar. El hombre no podría nunca aferrarse a la salvación en la rectitud si no hubiera ningún mal potencial que exalte y diferencie el bien por contraste.

El real eterno es el bien del universo y no las ilusiones temporales del mal del espacio, y la certeza de que “todas las cosas funcionan para el bien” es una realidad eterna. En la experiencia espiritual de todas las personalidades, es siempre verdad que lo real es bueno y lo bueno es real.

La elección entre el bien y el mal está influida, no solamente por la agudeza de la naturaleza moral, sino también por influencias tales como la ignorancia, la inmadurez, y la ilusión. Cuando la razón reconoce al bien y al mal, y exhibe sabiduría realizando uniformemente la elección del bien sobre el mal, entonces en tu vida diaria de hombre mortal, la virtud se realiza y haces el bien de manera desinteresada.

Si eres éticamente perezoso, socialmente indiferente, puedes coger como modelo del bien las costumbres sociales corrientes, si además eres espiritualmente indolente y moralmente estático, puedes coger como modelo del bien las prácticas y tradiciones religiosas de tus contemporáneos. Pero el alma que sobrevive al tiempo y emerge en la eternidad debe efectuar una elección viviente y personal entre el bien y el mal, tal como éstos están determinados por los verdaderos valores de las normas espirituales establecidas por el espíritu divino que el Padre que está en los cielos ha enviado a residir en el corazón del hombre. Este espíritu interior es la norma de la supervivencia de la personalidad. La habilidad de elegir entre los valores nacientes del bien y el mal es la selección moral. La conciencia moral, con justicia, te amonesta para que hagas el bien; pero el espiritu interior, si eres capaz de percibir su guía, intenta confirmarte que haces verdaderamente el bien.

La mente humana no soporta bien el conflicto de la doble fidelidad. Cuando un alma se esfuerza por servir al bien y al mal a la vez, experimenta una tensión extrema. La mente supremamente feliz y eficazmente unificada es la que está dedicada por entero a hacer la voluntad del Padre que está en los cielos. Los conflictos no resueltos destruyen la unidad y pueden terminar en el desquiciamiento mental. No obstante, el carácter de supervivencia de un alma no se favorece intentando asegurarse la paz mental a cualquier precio, mediante el abandono de las nobles aspiraciones o transigiendo con los ideales espirituales. Esta paz se alcanza más bien afirmando constantemente el triunfo de lo que es verdadero, y esta victoria se consigue venciendo al mal con la poderosa fuerza del bien. En tu vida, rechaza el error y vence el mal mediante el amor de la verdad viviente. En todas tus relaciones con los hombres, devuelve bien por mal.


Como Podéis observar, se dan nuesvos conceptos como "VERDAD" y " REALIDAD". He publicado en el tema " ¿ QUE ES LA VERDAD? mi opinión personal respecto a estos asuntos, pueden visitar y verlo en esta discusión en concreto.

Cualquier duda o cualquier deseo de profundizar más a fondo en cualquiera de los conceptos que se han mencionado, será para mi un placer atenderlos.

GRACIAS A TODOS.


SALUDOS.

Mensajero solitario.

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Alfeo
Asiduo


Registrado: 19 Sep 2008
Mensajes: 338
Ubicación: Asturias. España

MensajePublicado: Sab Dic 20, 2008 2:22 pm    Asunto:
Tema: El mal
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Cita de Baruk:
Cita:
El dolor, el sufrimiento, forman parte de la vida. Cuando uno nace, la madre tiene dolor de parto, el niño cuando respira primera vez el aire tiene dolor, etc.. los animales sufren dolor cuando se les hiere, etc... Ahora bien por qué hay dolor y sufrimiento: Es una incógnita....No se puede saber por qué existe el dolor y el sufrimiento. pero sí podemos saber, gracias a Jesús, que pueden ser redentores de los pecados cometidos por las pesonas en sus vidas
.
Efectivamente es una incógnita muy díficil de entender.
¿Tu crees que el sufrimiento redime el pecado?....Yo lo que no me explico entonces es el sufrimiento de los seres vivientes personas o animales, inocentes, no libres, enajenados, ancianos indefensos,..¡¡hay muchos que sufren en soledad sin que lo conozca nadie o se hayan asentado en la vida aún, sin que hayan empezado a pecar siquiera!!...Si en el fondo fisícamente somos unas criaturas indefensas al albur de las fuerzas de la naturaleza.

Mensajero Solitario:
Bien, estoy de acuerdo en general contigo, porque de los conceptos que comentas ya entraríamos en definiciones más o menos ajustadas y el debate se suscitaría no por la causa principal sino por la semántica.
He visto que basas tu argumentación del mal incluso como imperfección, sobre todo en la facultad de elección de pecar o no y en la libertad del humano...pero esto que has contado vale para intentar explicar el mal moral en personas libres, pero no para el mal físico, por ejemplo para esclavos que no pueden elegir, o porqué se instala en los niños de Africa que sufren nada más nacer antes siquiera de saber lo que es pecar, o en ancianos desvalidos que han perdido la cabeza, o en animales que por su naturaleza no son libres, pero también sufren porque están dotados de sistema nervioso y que también tienen stress....recuerdo el caso de un perro por ejemplo que se muere su dueño y sufre porque se pasa las horas sin comer en el cementerio, allí aullando a ver si vuelve....en fin sólo unos ejemplos de los que sufren alejados de la causa del pecado.
Es díficil una explicación a esta instalación del mas físisco sobre la tierra. De este mal, que a veces es tan agresivo y devastador, creo que aún no tenemos una explicación mínima, ni para andar por casa. Del mal moral si tenemos defensa, pero del físico también sería importante saber el porqué y cuando se nos coló en la Creación.
_________________
Cristo, Alfa y Omega.
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Baruk
Constante


Registrado: 27 Jul 2006
Mensajes: 916

MensajePublicado: Sab Dic 20, 2008 6:24 pm    Asunto:
Tema: El mal
Responder citando

[quote="Alfeo"]Cita de Baruk:
Cita:
El dolor, el sufrimiento, forman parte de la vida. Cuando uno nace, la madre tiene dolor de parto, el niño cuando respira primera vez el aire tiene dolor, etc.. los animales sufren dolor cuando se les hiere, etc... Ahora bien por qué hay dolor y sufrimiento: Es una incógnita....No se puede saber por qué existe el dolor y el sufrimiento. pero sí podemos saber, gracias a Jesús, que pueden ser redentores de los pecados cometidos por las pesonas en sus vidas
.
Efectivamente es una incógnita muy díficil de entender.
¿Tu crees que el sufrimiento redime el pecado?....Yo lo que no me explico entonces es el sufrimiento de los seres vivientes personas o animales, inocentes, no libres, enajenados, ancianos indefensos,..¡¡hay muchos que sufren en soledad sin que lo conozca nadie o se hayan asentado en la vida aún, sin que hayan empezado a pecar siquiera!!...Si en el fondo fisícamente somos unas criaturas indefensas al albur de las fuerzas de la naturaleza.
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[]


No, Alfeo, el sufrimiento, el dolor por sí mismo no redime, ni añade nada al mundo. Tan solo eso sufrimiento y dolor. Esto es lo material lo inherente al mundo en que vivímos. Todos sufrimos, todos nos dolemos, la ciencia busca cómo hacernos vivir, evitándonos el doolor por vivir simplemente.

En todos hay una ley natural, y por lo tanto conocemos, desde nuestra perspectivas, quées pecado o qué es hacer una acción mala. Nuestra conciencia nos avisa de ello. Es tener conocimiento de qué es el mal y hacerlo o no hacer un bien volitivamente.

Si nuestros sufrimientos los unimos al dolor de Jesús para la redención de las almas, el sufrimiento tiene un significado, entre nosotros, los humanos, es un sentido redentor, de purificación. Es el mismo sentido que encontraremos en el Purgatorio, un dolor redentor.

El sufimiento en sí mismo, como el dolor es consecuencia de que tenemos un cuerpo y en el puede habitar la enfermedad, el dolor, etc...
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Sitibundo (2)
Asiduo


Registrado: 22 May 2007
Mensajes: 465
Ubicación: Puerto España

MensajePublicado: Dom Dic 21, 2008 2:55 pm    Asunto:
Tema: El mal
Responder citando

El mal es parte intínseca de la creación.
Preguntarnos ¡Por qué el mal, es como si nos preguntáramos por qué el límite o por qué el tiempo o por qué la materia, o por qué la noche, porque la creación de Dios no es perfecta y no es perfecta porque entonces sería Dios y la creación que es de Dios no es Dios y el único perfecto es Él.
Luego encontraremos imperfecciones por doquier.
Para que esta creación, con todas sus criaturas, vuelva a Dios tiene que ser purificada de sus errores y esa es la misión y razón de la venida de Dios al mundo en el cuerpo y el alma de Nuestro Señor Jesucristo.
Ese es el trabajo que tenemos los hombres asociados por Él a esta causa. por lo tanto la primera misión que tiene el ser humano al nacer es derrotar al mal.
El sufrimiento es una de las manifestaciones más dramáticas del mal, por lo tanto la manera de combatirlo es soportándolo con entereza, si nos desesperamos por el dolor y no obramos con cordura lo único que estamos haciendo es atizar la hoguera del mal y hacerlo crecer, de allí que nuestra principal arma contra lo indeseable, lo nefasto sea el perdón. con el perdón vencemos al mal "ipso facto"
Un saludo
_________________
Quieren abnegar su Gracia
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Alfeo
Asiduo


Registrado: 19 Sep 2008
Mensajes: 338
Ubicación: Asturias. España

MensajePublicado: Lun Dic 22, 2008 7:36 pm    Asunto:
Tema: El mal
Responder citando

Sitibundo (2) escribió:
El mal es parte intínseca de la creación.
Preguntarnos ¡Por qué el mal, es como si nos preguntáramos por qué el límite o por qué el tiempo o por qué la materia, o por qué la noche, porque la creación de Dios no es perfecta y no es perfecta porque entonces sería Dios y la creación que es de Dios no es Dios y el único perfecto es Él.
Luego encontraremos imperfecciones por doquier.
Para que esta creación, con todas sus criaturas, vuelva a Dios tiene que ser purificada de sus errores y esa es la misión y razón de la venida de Dios al mundo en el cuerpo y el alma de Nuestro Señor Jesucristo.
Ese es el trabajo que tenemos los hombres asociados por Él a esta causa. por lo tanto la primera misión que tiene el ser humano al nacer es derrotar al mal.
El sufrimiento es una de las manifestaciones más dramáticas del mal, por lo tanto la manera de combatirlo es soportándolo con entereza, si nos desesperamos por el dolor y no obramos con cordura lo único que estamos haciendo es atizar la hoguera del mal y hacerlo crecer, de allí que nuestra principal arma contra lo indeseable, lo nefasto sea el perdón. con el perdón vencemos al mal "ipso facto"
Un saludo

Sitibundo: Me ha gustado mucho. Es de agradecer una respuesta distinta a las clásicas.
Saludos en Xto.
_________________
Cristo, Alfa y Omega.
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Rukawa
Asiduo


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Ubicación: Mi Cuerpo en C.I. y mi pensamiento y corazón a 151.12 kilometros hasta Morelos...

MensajePublicado: Mar Dic 23, 2008 11:31 pm    Asunto: Re: El mal
Tema: El mal
Responder citando

AdolfoMir escribió:
A ver si me ayudan, con este argumento:
Es sobre la existencia/inexistencia de el bien y el mal como algo concreto.

¿Existe algun acto que sea puramente malo?


no creo q exista algo puramente malo....

para saber eso tendriamos que estar arriba del bien y del mal.... Surprised
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Yo soy el Alfa y la Omega, dice el Señor Dios
G'8

Que nadie me pregunte el porqué la quiero, antes tendría que explicar porqué vivo!!
te amo Anita bonita!!
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Beatriz
Veterano


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MensajePublicado: Mie Dic 24, 2008 5:04 am    Asunto:
Tema: El mal
Responder citando

El mal como tal no existe, es una negacion del bien. Este texto te puede servir:

EL PROBLEMA DEL MAL

p. Ives M. Congar

¿Una solución, por fin? No, no tenemos la ilusión de proponer una que triunfe de todas las dificultades, pero, por lo menos, quisiéramos decir por qué esto es imposible, por qué es esto lo que hay que esperar. Sobre el problema, es decir, sobre la custión del mal en cuanto que es susceptible de solución, se han dicho muchas cosas valederas. Sin duda, se ha dicho todo. Nosotros aportaremos, tras de otros, consideraciones que no carecen de fuerza. Pero queremos enfrentarnos no tanto con el problema en sí, con el problema metafísico, como con el roblema tal como le siente planteado el hombre; tal como lo siente, de manera particular, cuando preocupado en pensar su propio destino, el sentido de todas las cosas y de si mismo, se encuentra con el mal como un obstáculo que le oculta el rostro de Dios. Al tomar conciencia de las dimensiones de la cuestión del mal y del verdadero lugar del problema, advertimos que lo que el hombre necesita más es, en el fondo, percibir, a una luz verdadera, el sentido del mal y del escándalo que siente ante él.

DIMENSIONES Y LUGAR DEL PROBLEMA DEL MAL

El problema intelectual del mal

El mal está en la naturaleza: ¡hay tantos seres destruidos, tantos gérmenes perdidos! Los animales se devoran; los cataclismos destruyen las cosechas y la misma vida….El mal está, sobre todo, en el hombre: no sólo su vida se desarrolla bajo el signo del esfuerzo penoso, de una perpetua contradicción con lo que le haría feliz, sino que lleva en ´si mismo una inclinación a obrar mal, a marchitar su propia felicidad y, sobre todo, la felicidad de los otros.

Todo esto plantea el problema intelectual del mal: ¿Cómo creer que Dios es Providencia, que se ocupa de cada cosa y de toda cosa, que es, a la vez, justo, sabio y todo poderoso? Uno quisiera preguntarle, como Job, cuáles son las razones que tiene (Job 23, 2-9), pero, como Job, no se sabe dónde hallarle, y ante nuestras preguntas, permanece envuelto en silencio.

El mal como escándalo

El mal, por lo tanto, no es para nosotros un simple problema, se convierte en escándalo. No se trata ya de una cuestión que nosotros nos planteamos, es un grito que se nos escapa. Ete grito nos lo arranca, no la simple comprobación de aspectos malos del universo, de contradicciones que están en la misma naturaleza de las cosas, sino la misma experiencia brutal de la vida. Y es que no se trata sólo del problema del mal, sino tambíén del problema del sufrimiento. El mal no se nos impone sólo como realidad comprobada, lo sentimos directamente, y a veces con tal violencia que promueve en nosotros un movimiento de rebeldía. Todo el mundo conoce las trágicas tribulaciones de la fe en la Providencia: la guerra (“Si Dios existiera, no habria guerras”), el sufrimiento de los niños (cf. Dostoiewski, Los hermanos Karamazov), la muerte de los niños pequeños, las enfermedades dolorosas, la falta de suerte en la vida, que lleva a la desesperación, mientras que numerosas gentes sin escrúpulos triunfan y prosperan. Este último punto es uno de los que más impresionaron a los judíos, a quienes la religión mosaica prometía la felicidad en recompensa a su fidelidad: con frecuencia, aparece en la Biblia, ¡Cómo Dios pues hacer o permitir semejantes cosas?

El hombre tiene impreso en lo más íntimo de su corazón un instinto irreprimible de justicia: éste es, según el testimonio de los alienistas, el último sentimiento propiamente humano que subsiste en los locos. Sentimiento de justicia, que si se ve frustrado, tiende a trocarse en resentimiento y rebeldía. Es decir, en negación. Iván Karamasov puede decir: “No me rebelo contra Dios, pero no acepto su universo”. Si se rechaza el universo de Dios, se está muy cerca de rechazar al Dios del universo. En realidad, nos encontramos de lleno ante la actitud religiosa o irreligiosa de un gran número de nuestros contemporáneos. No se trata, hablando con propiedad, de ateísmo, porlo menos de ateísmo especulativo. Nadie ha demostrado nunca la inexistencia de Dios. En el simple plano de las razones y de las pruebas,podríamos decir que las posibilidades de la existencia de Dios son incomparablemente mucho más grandes que las de su inexistencia, y los hombres lo adivinan así. Su ateísmo no es un ateísmo especulativo, sino un ateísmo práctico, observaba Jules Lagneau (“Sólo hay ateos prácticos cuyo ateísmo consiste, no en negar la verdad de la existencia de Dios, sino en no realizar a Dios en sus actos…”): un ateísmo de la conducta justificado muy frecuentemente por el hecho de que entre el Dios invisible y su creación, tal como es experimentada, se interpone la opacidad de un misterio que no se inscribe sólo en el plano de la representación, sino también en la vida y en la sensibilidad, el misterio del sufrimiento. Toda argumentación, por valedera que sea especulativamente, se encuentra desvalorizada frente a un misterio; la evidencia del espíritu, allí mismo donde ha sido obtenida, está como ofuscada por la evidencia del dato más inmediato del mal vivido.

Es necesario que recordemos cuidadosamente estas indicaciones, pues, nos va a permitir precisar lo que llamamos lugar del problema del mal.

EL LUGAR DEL ESCANDALO DEL MAL ES EL HOMBRE….

Este lugar no es la naturaleza. La naturaleza, por si misma, es buena y hace siempre lo que hay de mejor en las condiciones en las que tiene que operar. Hiramos un árbol, pongamos una gruesa piedra sobre un tierno brote: es una maravilla ver cómo el árbol rehace sus tejidos protectores, rodea el obstáculo, encuentra de nuevo lo mejor que puede sus condiciones de vida. Pocas observaciones son tan apasionantes como las de la cicatrización de una herida o la del comportamiento de un animal cuyo juego de impulsos instintivos hemos turbado. La masa de agua a la que se opone un dique rodea también el obstáculo. De un extremo al otro, la naturaleza hace lo que debe hacer, y en sí misma es buena. El hombre mismo, por lo que tiene de naturaleza, hace lo que de hacer en las condiciones que le son impuestas, y lo que hace así es bueno. Si se le pudiera reducir a un encadenamiento de causas, de operaciones y resultados, éstos serían los que deben ser conformes a los datos iniciales. Por eso, sin duda, los hombres simples, muy próximos a la naturaleza, los primitivos, o también aquellos que, de diversas maneras, tienen una actitud de resignación próxima, a veces, a cierto fatalismo, sufren probablemente menos y, en todo caso, no se plantean la cuestión del mal como escándalo. Estas comprobaciones nos orientan hacia la siguiente conclusión: el lugar del problema del mal, sentido como escándalo, es el hombre en cuanto no es sólo parte de la naturaleza, sino que estima y construye por sí mismo su destino.

En cuanto que “existe” libremente

El problema del mal no está ligado, ciertamente, al existencialismo, al que ha precedido en muchas decenas de siglos. Hay incluso todo un aspecto, toda una subestructura ontológica del problema del mal que escapa al existencialismo. Pero su planteamiento como escándalo y ocasión de rebeldía o de negación nos parece que está bastante vinculada al hombre, tal como el existencialismo lo ha concebido: el hombre que no es sólo, como el animal, sino que existe, es decir, que piensa e interpreta el mundo como una totalidad; que da asi un sentido al mundo y una significación a su propia situación en el mundo. El hombre, como ser de la naturaleza, seria en cada momento lo que pudiera ser, sin plantear cuestión alguna. El hombre, simple espectador de la naturaleza y de si mismo, se encontraría con el mal como una cuestión puramente especulativa y quedaría satisfecho, con tal de poseer un espíritu suficientemente metafísico para percibir el alcance de las explicaciones que dan los filósofos. Estas explicaciones están muy lejos de ser despreciables, les haremos sitio, pero nos parecen que quedan al lado de acá del plano en el que se sitúa la protesta del hombre para el cual el mal no sólo es un problema intelectual, sino un sufrimiento que se traduce en escándalo y, eventualmente, en rebeldía. El hombre que llega a la rebeldía es el que añade al problema una interpretación, un sentido, en función del sentido que da su propia existencia; es el hombre enfrentado con la tarea de su autorrealización según cierta cualidad de existencia. El problema del mal adquiere valor de escándalo, no tanto en un mundo de sabiduría, ante ciertas exigencias de explicación, como en un mundo de libertad, ante cierta concepción dada por el hombre a su existencia y a la realización de si mismo.

Es digno de tenerse en cuenta que en la zona en la que el hombre se realiza más plenamente, no es, como la naturaleza, una zona de determinaciones seguras y de claridad, sino una zona de riesgo, de oscuridad mezclada a relumbres, de libre elección. Es la zona de la fe, la del uso de nuestra frágil libertad, aquella en la que encontramos el mal. Proclo dice que el hombre está situado en el horizonte del cielo y de la tierra; participa de los dos sin ser enteramente ni del uno ni de la otra; según oriente la realización de si mismo, cae por bajo o se eleva por encima de su línea ontológica. El mundo de la libertad y de una libre realización de sí mismo es un mundo ambiguo. Como lo vio y lo sugirió tan bien Dostoiewski, la libertad es la condición o la raíz, a la vez, del bien y del mal. En el mismo Dostoiewski, en la Leyenda del Gran Inquisidor, se encuentra formalmente planteada la cuestión que representa uno de los nudos de nuestro problema, la de saber si Dios nos ha testimoniado más amor haciéndonos de esta forma, libres y sometidos al mal, que el que nos habría testimoniado haciendo de nosotros simples cosas. ¿Suscribiremos el reproche del Gran Inquisidor a Cristo: al echar sobre los hombres el fardo de la libertad, los has hecho desgraciados, has actuado como si no los amaras?

¿Es necesario asombrarnos, pues, porque la cuestión del mal se exprese diferentemente y en diferentes escalones, según la actitud que el hombre adopte y en función del uso que haga de su propias facultades? Al hombre que, de una manera intelectual, se sitúa como espectador del mundo –y de si mismo, como objeto- y que va en busca de explicaciones, la cuestón del mal se le presenta como problema. Para el hombre en lucha con su destino y que busca, en esta perspectiva, la significación de sí mismo, del mundo y del mal en el mundo y en sí mismo, la cuestión es, sobre todo, la del sentido de lo que experimentamos como mal. Se presenta, ya como misterio que hay que descubrir, ya como escándalo: como misterio si la idea que seguimos en la realización de nosotros mismos honra plenamente la soberanía de Dios; como escándalo si la idea que seguimos es la de un ser que se quiere realizar de forma radicalmente autónoma, sin sumisión a Aquel que toma y da, prueba y cura, exalta y reduce a la impotencia. Es evidente que cuanto el hombre es más, o cree o quiere ser más dueño de su juego, más riesgo corre de sentir como intolerables las interferencias atribuladotas y misteriosas del Compañero divino. Hemos observado antes que el problema del mal turba poco a los hombres sencillos, a los primitivos, a los creyentes. Los hombres de la antigüedad y de la edad media parecen habérselo planteado poco, sobre todo los primeros, y más bien como un problema del pensamiento, casi nunc como un escándalo. La cuestión sólo ha adquirido este valor –según parece- en la medida en que el hombre realiza, intelectual y efectivamente, su poder demiúrgico. Ha sido sintiéndose cada vez más creador como ha considerado críticamente la creación y al Creador y los ha juzgado.

Este breve análisis de las dimensiones y del lugar del problema del mal nos ha dado, con nueva conciencia de su acuidad, las grandes divisiones de la cuestión. Vamos a considerar sucesivamente el mal como problema, y, para el hombre en lucha con su destino, el planteamiento del mal, ya como escándalo, ya como misterio.


EL MAL COMO PROBLEMA

Se plantea así ante la inteligencia filosófica que busca, más allá de las descripciones de la ciencia, una construcción intelectual satisfactoria de la totalidad de lo que es. Se trata de armonizar la existencia del mal con la existencia de Dios; se trata de justificar a Dios ante el mal ("teodicea"): no, como veremos después, en el plano de la significación concreta del mal en nuestra existencia, sino en el plano de las nociones metafísicas de causa y ser. Para algunos, tal camino parece abstracto y hasta, por no responder de manera inmediata a las dificultades sentidas, bastante vano. Para aquéllos que tienen en el espíritu problemas de filosofía especulativa, es necesario. El camino filosófico es necesario e indispensable, a que las teorías, pronto o tarde, entran en las conciencia y en la vida, e impotentes para satisfacer todas las inquisiciones de éstas, condicionan, en el plano de los fundamentos, la validez de todo lo que pueda decirse y pretenda tener valor de idea. Remitiremos para una elaboración más detallada a varios excelentes trabajos, y aquí sólo trazaremos las líneas principales de una justificación filosófica de Dios, demostrando: 1o, que no es causa del mal; 2o que, si lo permite, no hay en ello nada contrario a su sabiduría, a su omnipotencia, a su justicia y a su bondad.

El mal es una negación y una privación

a) el mal es real, pero no es él mismo una cosa; afecta, simplemente, a una realidad que, por todo lo que en ella es ser, es positiva y buena. Si al saltar una zanja no alcanzo el borde contrario y me rompo una pierna y en adelante cojeo, este accidente no es un obstáculo para que mi salto fuera bueno en cuanto tal, sólo le faltaron diez centímetros; mi pierna es buena en cuanto tla, pero le faltó un funcionamiento perfecto de sus articulacines. De la misma manera, la guerra es un mal y, sin embargo, las cosas que la componene tienen cada una su bondad propia de cosas. Los hombres que la hacen, los actos intelectuales y físicos que forman parte de las operaciones, los aviones y las bombas en cuanto fuentes de energía, todo esto es bueno; es, exactamente, la misma dinamita y la misma explosión que se emplean para extraer mineral. Lo único que falta es emplear todo ello de forma constructiva para las finalidades de la vida humana. No se debería utilizar todo esto para destruir y para hacer llorar.

En una palabra, hay cosas malas, pero el mal, en cuanto tal, no existe; no es una cosa. Y las cosas son malas, no por lo que ellas son, sino por lo que ellas no son cuando deberían serlo. El mal tiene la realidad, no de lo que es, sino de lo que no es (negación) y, de una forma más precisa, de lo que no es, siedo así que debería ser (privación). Lo malo es el hecho de n o alcanzar el borde opuesto, y el salto que di, no en cuanto que, a pesar de todo, fue un salto logrado hasta cierto punto, sino en cuanto que, a partir de cierto punto, fracasó. Y así todo lo demás. El mal no es del ser, es un vacío en él, una falta. (sobre el mal como privación, Santo Tomás, Contra gentiles, III, 7-9; Compendium Theologiae, 115; Summa Theologica, I, q. 48, a. I: De Malo q. J. a I. Pocos pensadores han querido ver en el mal una cualidad positiva original).

Por esto, no puede haber mal absoluto: el mal sólo existe en una cosa, que en sí misma es buena. Por desgraciados que seamos, existimos, y el hecho de existir es para nosotros un gran bien. Un crimen sólo realiza su malignidad moral y social en una acción positiva que, en cuanto tal (una cuchillada como cuchillada) es buena y hasta puede ser extraordinaria. Hasta el demonio, en cuanto naturaleza angélica, tiene bondad y belleza. El caso de la muerte es, a primera vista, más oscuro. El sentimiento, al tratar de este problema, se alza como obstáculo a la reflexión y la fría consideración de las cosas. Si reflexionáramos así, veríamos que la muerte nunca es un más que para los que viven: para el que ha de padecerla, por el temor y el horror que le inspira; para los que la deploran después de acaecida, por las tristezas que les deja. Pero´ningún ejemplo tal vez demuestra mejor cómo el problema del mal tiene otro aspecto que el metafísico y requiere otra respuesta distinta de la que podemos formular analíticamente en términos del ser.

El mal no implica la causalidad de Dios, como el Bien

b) Estas consideraciones no dejan de tener su valor. Suscitan inmediatamente esta otra observación que alcanza a la cuestión en su mismo corazon; el mal no implica la causalidad de Dios como el bien. El bien, en cuanto que es del ser, exige una Causa primera que sea el Bien absoluto y el Ser perfecto; su realización implica una causalidad positiva del Creador. El mal como tal, siendo límite y falta, no implica la causalidad del ser, sino simplemente una razón de no-ser; el límite y la fragilidad natural de la criatura bastan para que nos demos cuenta de ello. En el fondo, sólo habría dos medios para que no hubiese mal: o que las cosas no existieran -pero su existencia es un gran bien-, o que fueran positivamente infinitas, lo que es imposible. En cuanto que son criaturas, son finitas, y comportan en ´si mismas, no diremos el mal -la finitud, por sí sola, no es un mal-, pero sí una eventualidad del mal que podría dar razón del mal que les afectase.

La relación de nuestra pobreza nativa con la perfección de Dios es semejante a la que existe entre un ignorante y un maestro muy sabio. El ignorante no llega a ser sabio él mismo más que por el maestro, y todo cuanto aquél llega a saber deberá ser atribuido a éste, de quien el ignorante habrá participado. Pero si, pidiéndole las notas, encontramos en ellas -¿quién no ha hecho esta cruel experiencia?- enormes faltas en relación con la enseñanza dada, la flaqueza del alumno es la única causa y basta para dar cuenta de los enormes vacíos de la exposición. Se dirá: si el maestro hubiese apoyado mejor al alumno, si le hubiera dado aún más, hubiesen podido ser evitadas las faltas del alumno. En el estadio alcanzado en nuestras reflexiones, nos basta considerar las cosas tal como se nos dan de hecho, y saber que, metafísicamente hablando, bastan para dar razón del mal que las afecta. No nos preguntemos de momento, si Dios no habría podido hacer más u otra cosa. Lo que hace, aquello de lo que es verdaderamente causa, como tal, es bueno. La "causa" del mal no es el poder creador.

Dios cuida de conservar lo que queda de Bien a pesar del mal

c) Permitiendo el mal en el interior de un programa general de bien, no estando implicada su causalidad más que en lo positivo de ese programa. Dios trata, cuando aparece el mal, de conservar y valorar lo que subsiste de bien.

Metafísicamente hablando, el infierno ha de ser considerado en esta perspectiva. Que el punto de vista metafísico no aporte grandes luces, no impide que aporte algunas. Si la criatura espiritual, a causa del pecado, toma partido contra Dios, introduce en el mundo el mayor mal que pueda eixstir. No es al mal a lo que somos más sensibles: el sufrimiento físico no es más doloroso, y Joinville era uno de los que confesaba que prefería cometer treinta pecados mortales a tener una vez la lepra. Pero el pecado mortal es el pecado más grande, el desorden supremo con relaicón al bien supremo. Es una aversión de la voluntad del hombre para con Dios. Si esta voluntad es tal cuando hap asado el tiempo de la elección o, como dice la Escritura, el de la penitencia ¿qué bien queda que pueda ser producido por el poder divino? Aquellos bienes que suponen la naturaleza y su permanencia en el ser, y el que supone una participación de la persona espiritual en el orden que manifiesta la soberanía de Dios, no por el camino de la misericordia, que nuestra negaicón ha cerrado, sino por el de la justicia, es decir, or el del dolor. Tal es, al menos, la afirmaicón que podemos hacer según las luces quenoshan sido dadas. Y es que, más allá de la línea hasta la cual llegan nuestras luces, ningún medio nos permite saber si acaso toda criatura no será envuelta en una nueva efusión de misericordia. Una vez más, atengámonos al orden de las cosas que nos ha sido dado. Al interpretarlo, desde el punto de vista metafísico y en términos ontológicos, vemos que Dios persigue, a través de ese orden, la realización de todo el bien que permiten la naturaleza limitada de las cosas, las interferencias que se producen en su juego y el desfallecimiento de las libertades creadas.

El mal permitido por Dios sirve indirectamente a su obra, y está ordenado a algun Bien superior

d) Dios no es propiamente causa del mal, pero siendo causa primera de los seres finitos y falibles en los que hay mal, acepta o permite éste, y, en cierta manera, le cabe responsabilidad. ¿Cómo justificarlo? Diremos que el mal mismo es permitido por Dios en razón de su relación con un bien y porque sirve, indirectamente, al conjunto de una obra de bondad. De esta manera, elmal tiene justificación ante la sabiduría y la bondad de Dios. La dificultad reside, para nosotros, en que quisiéramos saber en el acto en función de qué bien Dios permite tal o cual mal particular. Y esta relación parece huirnos cuanto más particularmente somos afectados por el mal. Pero por lo menos una inducción, a partir de las principales categorías de males, es sugeridora y nos permite sospechar que la afirmación optimista es algo más que una apueta o una broma. Esbocemos una inducción razonable; después podremos deducir el esquema de conjunto a partir de las consideraciones alegadas.

El dolor y el sufrimiento

No puede decirse apenas que el dolor produzca mal: el dolor es el sentimiento del mal, pero ¿se puede decir que sea èl mismo un mal? Esto serìa afirmar que el hecho de sentir el mal es malo, siendo asì que responde a una funciòn de advertencia y de reacciòn de un organismo vivo, llamado a compensar por sì mismo sus lesiones. "El dolor -escribe el P. Sertillanges- es una funciòn ùtil; no se le puede considerar como un mal màs que aislàndolo de la lesiòn de la que es signo de advertencia, y de la sensibilidad general de la que es testimonio. Supuestos estos antecedentes, debemos decir que el dolor es un bien"

Sea, en cuanto al dolor pasajero. Si tengo un diente cariado, sufro y, de esta manera, soy invitado a curarme; està bien. Que por alimentar secretamente aversiòn hacia otro hombre, me sienta interiormente incòmodo o que habiendo cometido secretamente una falta, tenga un remordimiento tenaz, està bien tambièn. El dolor es aquì, en el fondo, un notable factor de orden y de bien. Pero, ¿còmo justificar, còmo valorar positivamente de bondad ciertas situaciones de sufrimiento y enfermedad cuyo espectàculo turbador todos hemos encontrado, a veces muy cerca de nosotros? Igualmente, a tìtulo de factores de orden y de bien, pero en un plano superior al sentimiento, al cual muchos no alcanzan.

Esto vale, primeramente, al menos para las pruebas que no son sobrehumanas, en el plano de un cierto estilo de realizaciòn humana. Se ha observado que las maderas de llanura son màs blandas que las de montaña y asì muchos las prefieren por ser màs fàciles de trabajar y porque estropean menos las sierras; pero no son tan buenas y prestan menos servicio. De la misma manera, la viña de llanura no da tanto aroma al vino como la de ladera. Asì, los hombres que no han tenido grandes dificultades que vencer, cuya vida ha transcurrido como en terreno llano, tienen menos resistencia y menos aroma. Por el contrario, cuando todos los medios han sido arrebatados de nuestras manos, en el sufrimiento y en la dificultad, es cuando nos es ofrecida la posibilidad de crecer. "Sufrir pasa, haber sufrido no pasa", se ha dicho para expresar la cualidad humana que puede engendrar el sufrimiento. Esto es todavìa màs verdadero sì, màs allà de los valores humanistas que no estàn al alcance de todo el mundo, se piensa en valores profundamente humanos aùn, pero formalmente espirituales y hasta religiosos. "El hombre, dice Leòn Bloy, tiene lugares en su pobre corazòn que no existen hasta que el dolor entra en ellos para que existan". Realidad del universo de la "existencia", en el sentido que hemos sugerido antes y que encontraremos a ser ocasiòn, para el hombre, de una realizaciòn de sì mismo por debajo o por encima de la lìnea de horizonte en la que se encuentra situado. Es la ocasiòn privilegiada para realizar una humanidad màs cerrada o màs abierta a los otros y a Dios; segùn nos orientemos hacia uno u otro de los tèrminos de elecciòn, el sufrimiento serà inùtil o fecundo, un bajòn o un ascenso. El sufrimiento es el lugar donde, arrancados a la pelìcula superficial y brillante de la existencia, a la seducciòn del tiempo y de las cosas, nos ponemos en presencia de una verdad màs profunda. Nos es ofrecida la posibilidad de salir de la abyecciòn, segùn el hombre espiritual, y de conocer la verdadera dimensiòn de los bienes, de los que pasan y de los que permanecen; de los que desarrollan, profundizan, edifican, y de los que desecan y contraen a aquèl a quien al principio parecìan apaciguar. Cuando se sufre, se està como vaciado de las falsas apreciaciones de vanagloria, todo parece pequeño y de poca importancia, salvo esa alegrìa que Dios da en lo màs ìntimo: tal es la experiencia bendita que hizo Francisco de Asis y, con èl, la muchedumbre sin nombre, como sin nùmero, de todos los iluminados por el sufrimiento. El pastor Adolphe Monod, condenado a una larga agonìa de cerca de seis meses, decìa a los amigos que rodeaban su lecho los domingos: "Es necesario que estemos penetrados del pensamiento de que no nos pertenecemos a nosotros mismos, y que nuestro tiempo es de Dios y, por consiguiente, es en Dios donde debemos buscar siempre lo que tenemos que hacer para llenar el tiempo que nos da y responder de las ocasiones que nos ofrece. Os aseguro que la enfermedad da lecciones muy preciosas sobre esto...Nuestro corazòn se inclina por naturaleza, y èsta es la raìz misma del pecado, a constituirse èl mismo el centro y el fin de la vida". Pero cuando se està enfermo, cuando se sufre, ¿còmo podrìa uno encontrar consuelo si busca en si mismo el fin de la vida?. De esta manera, la enfermedad y, mucho màs allà de un dolor momentàneo, el sufrimiento, adquieren, si el hombre se presta a ello, valor de escuela para la màs alta realizaciòn de uno mismo. Constituye el umbral de un bien espiritual muy alto, el del orden verdadero en Dios y en todas las cosas; un orden, desde luego, espiritual, pero del que no se puede negar que representa una de las cosas màs altas, la màs alta quizà, en la lìnea del bien del hombre. Por eso, muchos de nuestros hermanos que no eran ni insensibles, ni adoloridos, ni subhombres, han vivido, a veces a lo largo de toda su vida, la confesiòn de Baudelaire:

Bendito seas, Dios mìo, que das el sufrimiento como un divino remedio a nuestras impurezas

Hasta los màs crueles dolores, el de la muerte de un niño, cobran asì valor. Los padres de Frèderic Ozanam perdieron once hijos, de catorce; los de Santa Teresa de Lisieux, cuatro, de ocho. ¿Se creerà que su actitud ante la prueba y a los ojos de Dios no ha jugado ningùn papel en la santidad que mostraron al mundo y que se manifestò con tal fecundidad que junto a ella palidece la de las vidas màs gloriosas? No es, por otra parte, que el cristianismo sea una religiòn del sufrimiento y que lleve en sì el deseo de que el dolor se desarrolle al màximo. La Iglesia, desde que existe, no ha cesado de aliviarlo, se adelantò a todos los hombres para estar junto a los enfermos, los huèrfanos, los leprosos, los prisioneros. Pero ha abierto tambièn a todos la inteligencia del mayor bien cristiano, pero tambièn humano, que el sufrimiento permite. Sin hablar de bienes todavìa màs grandes, pero ocultos tras el velo de la fe, el mayor bien que proporciona el sufrimiento consiste en una misteriosa, pero real, asociaciòn a la redenciòn del mundo por Cristo.

Todo cuanto hemos dicho, sin embargo, tenìa su lugar en el orden mismo del mal como problema y tiene verdaderamente valor de razòn para mostrar còmo Dios puede permitir el mal a condiciòn de un mayor bien.

IVES M. CONGAR
El problema del mal
Dios, el hombre, el cosmos
Ed. Guadarrama
pag. 687-704
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"Quien no ama, no conoce"
San Agustín
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MENSAJERO SOLITARIO
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Registrado: 05 Dic 2008
Mensajes: 18

MensajePublicado: Mie Dic 24, 2008 11:49 am    Asunto:
Tema: El mal
Responder citando

HOLA A TODOS.
Smile Smile
Cita:
Mensajero Solitario:
Bien, estoy de acuerdo en general contigo, porque de los conceptos que comentas ya entraríamos en definiciones más o menos ajustadas y el debate se suscitaría no por la causa principal sino por la semántica.
He visto que basas tu argumentación del mal incluso como imperfección, sobre todo en la facultad de elección de pecar o no y en la libertad del humano...pero esto que has contado vale para intentar explicar el mal moral en personas libres, pero no para el mal físico, por ejemplo para esclavos que no pueden elegir, o porqué se instala en los niños de Africa que sufren nada más nacer antes siquiera de saber lo que es pecar, o en ancianos desvalidos que han perdido la cabeza, o en animales que por su naturaleza no son libres, pero también sufren porque están dotados de sistema nervioso y que también tienen stress....recuerdo el caso de un perro por ejemplo que se muere su dueño y sufre porque se pasa las horas sin comer en el cementerio, allí aullando a ver si vuelve....en fin sólo unos ejemplos de los que sufren alejados de la causa del pecado.

Es díficil una explicación a esta instalación del mas físisco sobre la tierra. De este mal, que a veces es tan agresivo y devastador, creo que aún no tenemos una explicación mínima, ni para andar por casa. Del mal moral si tenemos defensa, pero del físico también sería importante saber el porqué y cuando se nos coló en la Creación.


Estimado Alfeo, para dar una respuesta optima a tu respuesta es preciso antes tomar conciencia de otras muchas cosas. No es tan dificil llegar a comprender tu inquietud; tan sólo con el deseo sincero de buscar y encontrar la verdad.

Podríamos empezar si te parece con una conversación que el Maestro matuvo hace dos mil años con un joven muchacho que le hizo la misma pregunta que tu has planteado en este tema.

En substancia y en expresión moderna Jesús dijo al joven muchacho:

El origen de la realidad universal es el Infinito. Las cosas materiales de creación finita son las repercusiones espacio-temporales del Modelo Paradisiaco y de la Mente Universal del Dios eterno. La causación en el mundo físico, la autoconciencia en el mundo intelectual, y el yo progresivo en el mundo espiritual —estas realidades, proyectadas a escala universal, combinadas en conexión eterna, y experienciadas con perfección de cualidad y divinidad de valor— constituyen la realidad del Supremo. Pero en el universo siempre cambiante la Personalidad Original de la causación, la inteligencia y la experiencia espiritual es inmutable y absoluta. Todas las cosas, incluso en un universo eterno de valores ilimitados y cualidades divinas, pueden cambiar, y a menudo cambian, excepto los Absolutos y aquello que haya alcanzado el estado físico, la adopción intelectual o la identidad espiritual que es absoluto.

El más alto nivel al cual puede llegar una criatura finita es el reconocimiento del Padre Universal y el conocimiento del Supremo. Aun entonces tales seres con destino de finalidad siguen experienciando cambios en los movimientos del mundo físico y en sus fenómenos materiales. Asímismo permanecen conscientes de la progresión del yo en su continua ascensión del universo espiritual y de conciencia cada vez mayor en su apreciación cada vez más profunda del cosmos intelectual, y su reacción al mismo. Sólo en la perfección, armonía y unanimidad de la voluntad puede la criatura llegar a ser una con el Creador; y tal estado de divinidad sólo se puede alcanzar y mantener mediante el continuo vivir de la criatura en el tiempo y en la eternidad conformando constantemente su voluntad personal y finita a la voluntad divina del Creador. Siempre debe ser supremo en el alma y dominar en la mente de un hijo ascendente de Dios el deseo de hacer la voluntad del Padre.

Jamás podrá un tuerto visualizar la profundidad de la perspectiva. Igualmente no podrán los materialistas científicos tuertos ni los místicos y alegoristas espirituales tuertos visualizar correctamente ni comprender adecuadamente las verdaderas profundidades de la realidad del universo. Todos los valores auténticos de la experiencia de la criatura se ocultan en la profundidad del reconocimiento.

La causación sin mente no puede desarrollar lo refinado y lo complejo a partir de lo burdo y lo simple, tampoco puede la experiencia sin espíritu evolucionar los caracteres divinos de eterna supervivencia a partir de las mentes materiales de los mortales del tiempo. El único atributo del universo que caracteriza de manera tan exclusiva a la Deidad infinita es la inacabable dotación creadora de la personalidad que puede sobrevivir en un progresivo logro de la Deidad.

La personalidad es esa dote cósmica, esa fase de la realidad universal, que puede coexistir con cambios ilimitados y al mismo tiempo conservar su identidad en la presencia misma de todos estos cambios, y para siempre después.

La vida es una adaptación de la causación cósmica original a las demandas y posibilidades de las situaciones universales, y llega a existir por medio de la acción de la Mente Universal y de la activación por la chispa espiritual de Dios que es espíritu. El significado de la vida es su adaptabilidad, el valor de la vida es su capacidad de progresar —incluso hasta las alturas de la conoscientización de Dios.

La mala adaptación de la vida autoconsciente al universo produce la desarmonía cósmica. La divergencia final de la voluntad de la personalidad a partir de las tendencias de los universos, termina en el aislamiento intelectual y la segregación de la personalidad. La pérdida del espíritu conductor residente se sobreviene en forma de cesación espiritual de la existencia. Por consiguiente, la vida inteligente y progresiva es en sí misma y por sí misma prueba incontrovertible de la existencia de un universo con un fin determinado que expresa la voluntad de un Creador divino. Y esta vida, en su conjunto, lucha por alcanzar valores más altos, siendo su meta final el Padre Universal.

Sólo en cuestión de grado es la mente del hombre superior a la del nivel animal, aparte de las ministraciones más elevadas y cuasiespirituales del intelecto. Por lo tanto los animales (careciendo de la facultad de adoración y de sabiduría) no pueden experimentar la superconciencia, la conciencia de la conciencia. La mente animal sólo tiene conciencia del universo objetivo.

El conocimiento es la esfera de la mente material o discernidora de los hechos. La verdad es el dominio del intelecto espiritualmente dotado que está consciente de conocer a Dios. El conocimiento se puede demostrar; la verdad se experimenta. El conocimiento es una posesión de la mente; la verdad una experiencia del alma, del yo en progresión. El conocimiento es una función del nivel no espiritual; la verdad es una fase del nivel mental-espiritual de los universos. El ojo de la mente material percibe un mundo de conocimiento sobre los hechos; el ojo del intelecto espiritualizado discierne un mundo de valores verdaderos. Estos dos puntos de vista, sincronizados y armonizados, revelan el mundo de la realidad, en el cual la sabiduría interpreta los fenómenos del universo en términos de la experiencia personal progresiva.

El error (el mal) es el castigo de la imperfección. Las cualidades de imperfección o los hechos de una falsa adaptación se revelan en el nivel material mediante la observación crítica y el análisis científico; en el nivel moral, por la experiencia humana. La presencia del mal constituye la prueba de las imprecisiones de la mente y de la falta de madurez del yo evolutivo. El mal es, por lo tanto, también una medida de la imperfección en la interpretación del universo. La posibilidad de cometer errores es inherente a la adquisición de la sabiduría, el esquema de progreso desde lo parcial y lo temporal a lo completo y lo eterno, desde lo relativo e imperfecto a lo final y perfeccionado. El error es la sombra del estado relativo de lo incompleto, que necesariamente debe caer sobre la senda ascendente universal del hombre hacia la perfección del Paraíso. El error (el mal) no es una cualidad real en el universo; es simplemente la observación de una relatividad en el hecho de que la imperfección de lo finito y los niveles ascendentes del Supremo y el Último están relacionados.

Aunque Jesús dijo todo esto al joven en el idioma más apropiado para su comprensión, al fin de la exposición el joven tenía los párpados pesados y pronto cayó presa del sueño. A la mañana siguiente se levantaron temprano para subir al barco rumbo a Lasea en la isla de Creta. Pero antes de embarcarse, el mancebo aún tenía otras preguntas por hacer acerca del mal, a las cuales Jesús replicó:

El mal es un concepto de la relatividad. Surge de la observación de las imperfecciones que aparecen en la sombra proyectada por un universo finito de cosas y seres a medida que tal cosmos oscurece la luz viviente de la expresión universal de las realidades eternas del Único Infinito.

El mal potencial es inherente al estado necesariamente incompleto de la revelación de Dios como expresión espacio-temporalmente limitada de la infinitud y la eternidad. El hecho de lo parcial en presencia de lo completo constituye la relatividad de la realidad, crea la necesidad de la elección intelectual, y establece niveles de valor de reconocimiento y respuesta espiritual. El concepto incompleto y finito del Infinito mantenido por la mente temporal y limitada de la criatura es, en sí mismo y por sí mismo, mal potencial. Pero el error cada vez mas amplio de la deficiencia injustificada en una rectificación espiritual razonable de estas desarmonías intelectuales e insuficiencias espirituales originalmente inherentes, equivale a la realización del mal actual, es decir, el mal ya no potencial.

Todos los conceptos estáticos, muertos, son potencialmente malignos. La sombra finita de la verdad viviente está en continuo movimiento. Los conceptos estáticos invariablemente atrasan la ciencia, la política, la sociedad y la religión. Los conceptos estáticos pueden representar cierto conocimiento, pero les falta sabiduría y están desprovistos de verdad. Pero no permitas que el concepto de relatividad tanto te desoriente que no puedas reconocer la coordinación del universo bajo la guía de la mente cósmica, y su control estabilizado por la energía y el espíritu del Supremo.

SALUDOS
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Mensajes: 18

MensajePublicado: Mie Dic 24, 2008 11:50 am    Asunto:
Tema: El mal
Responder citando

HOLA A TODOS.
Smile Smile
Cita:
Mensajero Solitario:
Bien, estoy de acuerdo en general contigo, porque de los conceptos que comentas ya entraríamos en definiciones más o menos ajustadas y el debate se suscitaría no por la causa principal sino por la semántica.
He visto que basas tu argumentación del mal incluso como imperfección, sobre todo en la facultad de elección de pecar o no y en la libertad del humano...pero esto que has contado vale para intentar explicar el mal moral en personas libres, pero no para el mal físico, por ejemplo para esclavos que no pueden elegir, o porqué se instala en los niños de Africa que sufren nada más nacer antes siquiera de saber lo que es pecar, o en ancianos desvalidos que han perdido la cabeza, o en animales que por su naturaleza no son libres, pero también sufren porque están dotados de sistema nervioso y que también tienen stress....recuerdo el caso de un perro por ejemplo que se muere su dueño y sufre porque se pasa las horas sin comer en el cementerio, allí aullando a ver si vuelve....en fin sólo unos ejemplos de los que sufren alejados de la causa del pecado.

Es díficil una explicación a esta instalación del mas físisco sobre la tierra. De este mal, que a veces es tan agresivo y devastador, creo que aún no tenemos una explicación mínima, ni para andar por casa. Del mal moral si tenemos defensa, pero del físico también sería importante saber el porqué y cuando se nos coló en la Creación.


Estimado Alfeo, para dar una respuesta optima a tu respuesta es preciso antes tomar conciencia de otras muchas cosas. No es tan dificil llegar a comprender tu inquietud; tan sólo con el deseo sincero de buscar y encontrar la verdad.

Podríamos empezar si te parece con una conversación que el Maestro matuvo hace dos mil años con un joven muchacho que le hizo la misma pregunta que tu has planteado en este tema.

En substancia y en expresión moderna Jesús dijo al joven muchacho:

El origen de la realidad universal es el Infinito. Las cosas materiales de creación finita son las repercusiones espacio-temporales del Modelo Paradisiaco y de la Mente Universal del Dios eterno. La causación en el mundo físico, la autoconciencia en el mundo intelectual, y el yo progresivo en el mundo espiritual —estas realidades, proyectadas a escala universal, combinadas en conexión eterna, y experienciadas con perfección de cualidad y divinidad de valor— constituyen la realidad del Supremo. Pero en el universo siempre cambiante la Personalidad Original de la causación, la inteligencia y la experiencia espiritual es inmutable y absoluta. Todas las cosas, incluso en un universo eterno de valores ilimitados y cualidades divinas, pueden cambiar, y a menudo cambian, excepto los Absolutos y aquello que haya alcanzado el estado físico, la adopción intelectual o la identidad espiritual que es absoluto.

El más alto nivel al cual puede llegar una criatura finita es el reconocimiento del Padre Universal y el conocimiento del Supremo. Aun entonces tales seres con destino de finalidad siguen experienciando cambios en los movimientos del mundo físico y en sus fenómenos materiales. Asímismo permanecen conscientes de la progresión del yo en su continua ascensión del universo espiritual y de conciencia cada vez mayor en su apreciación cada vez más profunda del cosmos intelectual, y su reacción al mismo. Sólo en la perfección, armonía y unanimidad de la voluntad puede la criatura llegar a ser una con el Creador; y tal estado de divinidad sólo se puede alcanzar y mantener mediante el continuo vivir de la criatura en el tiempo y en la eternidad conformando constantemente su voluntad personal y finita a la voluntad divina del Creador. Siempre debe ser supremo en el alma y dominar en la mente de un hijo ascendente de Dios el deseo de hacer la voluntad del Padre.

Jamás podrá un tuerto visualizar la profundidad de la perspectiva. Igualmente no podrán los materialistas científicos tuertos ni los místicos y alegoristas espirituales tuertos visualizar correctamente ni comprender adecuadamente las verdaderas profundidades de la realidad del universo. Todos los valores auténticos de la experiencia de la criatura se ocultan en la profundidad del reconocimiento.

La causación sin mente no puede desarrollar lo refinado y lo complejo a partir de lo burdo y lo simple, tampoco puede la experiencia sin espíritu evolucionar los caracteres divinos de eterna supervivencia a partir de las mentes materiales de los mortales del tiempo. El único atributo del universo que caracteriza de manera tan exclusiva a la Deidad infinita es la inacabable dotación creadora de la personalidad que puede sobrevivir en un progresivo logro de la Deidad.

La personalidad es esa dote cósmica, esa fase de la realidad universal, que puede coexistir con cambios ilimitados y al mismo tiempo conservar su identidad en la presencia misma de todos estos cambios, y para siempre después.

La vida es una adaptación de la causación cósmica original a las demandas y posibilidades de las situaciones universales, y llega a existir por medio de la acción de la Mente Universal y de la activación por la chispa espiritual de Dios que es espíritu. El significado de la vida es su adaptabilidad, el valor de la vida es su capacidad de progresar —incluso hasta las alturas de la conoscientización de Dios.

La mala adaptación de la vida autoconsciente al universo produce la desarmonía cósmica. La divergencia final de la voluntad de la personalidad a partir de las tendencias de los universos, termina en el aislamiento intelectual y la segregación de la personalidad. La pérdida del espíritu conductor residente se sobreviene en forma de cesación espiritual de la existencia. Por consiguiente, la vida inteligente y progresiva es en sí misma y por sí misma prueba incontrovertible de la existencia de un universo con un fin determinado que expresa la voluntad de un Creador divino. Y esta vida, en su conjunto, lucha por alcanzar valores más altos, siendo su meta final el Padre Universal.

Sólo en cuestión de grado es la mente del hombre superior a la del nivel animal, aparte de las ministraciones más elevadas y cuasiespirituales del intelecto. Por lo tanto los animales (careciendo de la facultad de adoración y de sabiduría) no pueden experimentar la superconciencia, la conciencia de la conciencia. La mente animal sólo tiene conciencia del universo objetivo.

El conocimiento es la esfera de la mente material o discernidora de los hechos. La verdad es el dominio del intelecto espiritualmente dotado que está consciente de conocer a Dios. El conocimiento se puede demostrar; la verdad se experimenta. El conocimiento es una posesión de la mente; la verdad una experiencia del alma, del yo en progresión. El conocimiento es una función del nivel no espiritual; la verdad es una fase del nivel mental-espiritual de los universos. El ojo de la mente material percibe un mundo de conocimiento sobre los hechos; el ojo del intelecto espiritualizado discierne un mundo de valores verdaderos. Estos dos puntos de vista, sincronizados y armonizados, revelan el mundo de la realidad, en el cual la sabiduría interpreta los fenómenos del universo en términos de la experiencia personal progresiva.

El error (el mal) es el castigo de la imperfección. Las cualidades de imperfección o los hechos de una falsa adaptación se revelan en el nivel material mediante la observación crítica y el análisis científico; en el nivel moral, por la experiencia humana. La presencia del mal constituye la prueba de las imprecisiones de la mente y de la falta de madurez del yo evolutivo. El mal es, por lo tanto, también una medida de la imperfección en la interpretación del universo. La posibilidad de cometer errores es inherente a la adquisición de la sabiduría, el esquema de progreso desde lo parcial y lo temporal a lo completo y lo eterno, desde lo relativo e imperfecto a lo final y perfeccionado. El error es la sombra del estado relativo de lo incompleto, que necesariamente debe caer sobre la senda ascendente universal del hombre hacia la perfección del Paraíso. El error (el mal) no es una cualidad real en el universo; es simplemente la observación de una relatividad en el hecho de que la imperfección de lo finito y los niveles ascendentes del Supremo y el Último están relacionados.

Aunque Jesús dijo todo esto al joven en el idioma más apropiado para su comprensión, al fin de la exposición el joven tenía los párpados pesados y pronto cayó presa del sueño. A la mañana siguiente se levantaron temprano para subir al barco rumbo a Lasea en la isla de Creta. Pero antes de embarcarse, el mancebo aún tenía otras preguntas por hacer acerca del mal, a las cuales Jesús replicó:

El mal es un concepto de la relatividad. Surge de la observación de las imperfecciones que aparecen en la sombra proyectada por un universo finito de cosas y seres a medida que tal cosmos oscurece la luz viviente de la expresión universal de las realidades eternas del Único Infinito.

El mal potencial es inherente al estado necesariamente incompleto de la revelación de Dios como expresión espacio-temporalmente limitada de la infinitud y la eternidad. El hecho de lo parcial en presencia de lo completo constituye la relatividad de la realidad, crea la necesidad de la elección intelectual, y establece niveles de valor de reconocimiento y respuesta espiritual. El concepto incompleto y finito del Infinito mantenido por la mente temporal y limitada de la criatura es, en sí mismo y por sí mismo, mal potencial. Pero el error cada vez mas amplio de la deficiencia injustificada en una rectificación espiritual razonable de estas desarmonías intelectuales e insuficiencias espirituales originalmente inherentes, equivale a la realización del mal actual, es decir, el mal ya no potencial.

Todos los conceptos estáticos, muertos, son potencialmente malignos. La sombra finita de la verdad viviente está en continuo movimiento. Los conceptos estáticos invariablemente atrasan la ciencia, la política, la sociedad y la religión. Los conceptos estáticos pueden representar cierto conocimiento, pero les falta sabiduría y están desprovistos de verdad. Pero no permitas que el concepto de relatividad tanto te desoriente que no puedas reconocer la coordinación del universo bajo la guía de la mente cósmica, y su control estabilizado por la energía y el espíritu del Supremo.

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Sitibundo (2)
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MensajePublicado: Jue Dic 25, 2008 12:16 am    Asunto:
Tema: El mal
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Com todo respeto, Beatriz, negar la exosrencia del mal es negar la Pasión de Cristo.
Es una forma de pensamiento docetista, condenado por la Iglesia desde siempre.
Un saludo.
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Beatriz
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MensajePublicado: Jue Dic 25, 2008 1:20 am    Asunto:
Tema: El mal
Responder citando

Con todo respeto Sitibundo, primero investiga que es docetismo:

Cita:
Docetismo

Una de las primeras herejías. Niega sobre todo la humanidad verdadera del Jesucristo.

Desde la época apostólica la fe cristiana insistió en la verdadera encarnación del Hijo de Dios, ««venido en la carne»» (Ver: 1Jn 4, 2-3; 2Jn 7)

El docetismo del griego dokein (parecer) interpretó la encarnación del Verbo como una mera apariencia. Según ellos, Cristo solo parecía humano. Su cuerpo no sería un cuerpo real sino una apariencia de cuerpo. Ésta creencia brota de una concepción negativa de la carne y de todo el mundo material propia del gnosticismo del cual proviene esta herejía.

En efecto, los gnóstico oponían el espíritu, al que consideraban como un principio bueno y puro, a la materia, a la que consideraban como su opuesto. Según esto, el proceso de redención del hombre consistía en una progresiva purificación de todo lo que fuera materia con el fin de hacerse espíritu puro. Así, el Verbo no se podía rebajarse haciéndose verdaderamente carne o materia.

En el Evangelio del Apóstol San Juan aparece claramente la verdad de la encarnación negada por los docetas: «Y la Palabra se hizo carne, y puso su morada entre nosotros»» (1Jn 1,13-14). De igual manera en las cartas de San Juan se denuncian y censuran con claridad estos errores: ««Podréis conocer en esto el Espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa a Jesucristo, venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa a Jesús, no es de Dios; ese es el del Anticristo. El cual habéis oído que iba a venir; pues bien, ya estará en el mundo»(1Jn 4,2-3), «Muchos seductores han salido al mundo, que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Ese es el Seductor y el Anticristo» (2Jn 7)

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Beatriz
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Registrado: 01 Oct 2005
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MensajePublicado: Jue Dic 25, 2008 1:32 am    Asunto:
Tema: El mal
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Y Sitibundo, al que estas llamando docetista, no es a mi, es al Cardenal Congar. Filosoficamente hablando el mal como tal no existe porque es una negacion o privacion del bien, las cosas son malas, no por lo que ellas son, sino por lo que ellas no son cuando deberían serlo.

Cita:
El mal es una negación y una privación

a) el mal es real, pero no es él mismo una cosa; afecta, simplemente, a una realidad que, por todo lo que en ella es ser, es positiva y buena. Si al saltar una zanja no alcanzo el borde contrario y me rompo una pierna y en adelante cojeo, este accidente no es un obstáculo para que mi salto fuera bueno en cuanto tal, sólo le faltaron diez centímetros; mi pierna es buena en cuanto tla, pero le faltó un funcionamiento perfecto de sus articulacines. De la misma manera, la guerra es un mal y, sin embargo, las cosas que la componene tienen cada una su bondad propia de cosas. Los hombres que la hacen, los actos intelectuales y físicos que forman parte de las operaciones, los aviones y las bombas en cuanto fuentes de energía, todo esto es bueno; es, exactamente, la misma dinamita y la misma explosión que se emplean para extraer mineral. Lo único que falta es emplear todo ello de forma constructiva para las finalidades de la vida humana. No se debería utilizar todo esto para destruir y para hacer llorar.

En una palabra, hay cosas malas, pero el mal, en cuanto tal, no existe; no es una cosa. Y las cosas son malas, no por lo que ellas son, sino por lo que ellas no son cuando deberían serlo. El mal tiene la realidad, no de lo que es, sino de lo que no es (negación) y, de una forma más precisa, de lo que no es, siedo así que debería ser (privación). Lo malo es el hecho de n o alcanzar el borde opuesto, y el salto que di, no en cuanto que, a pesar de todo, fue un salto logrado hasta cierto punto, sino en cuanto que, a partir de cierto punto, fracasó. Y así todo lo demás. El mal no es del ser, es un vacío en él, una falta. (sobre el mal como privación, Santo Tomás, Contra gentiles, III, 7-9; Compendium Theologiae, 115; Summa Theologica, I, q. 48, a. I: De Malo q. J. a I. Pocos pensadores han querido ver en el mal una cualidad positiva original).

Por esto, no puede haber mal absoluto: el mal sólo existe en una cosa, que en sí misma es buena. Por desgraciados que seamos, existimos, y el hecho de existir es para nosotros un gran bien. Un crimen sólo realiza su malignidad moral y social en una acción positiva que, en cuanto tal (una cuchillada como cuchillada) es buena y hasta puede ser extraordinaria. Hasta el demonio, en cuanto naturaleza angélica, tiene bondad y belleza. El caso de la muerte es, a primera vista, más oscuro. El sentimiento, al tratar de este problema, se alza como obstáculo a la reflexión y la fría consideración de las cosas. Si reflexionáramos así, veríamos que la muerte nunca es un más que para los que viven: para el que ha de padecerla, por el temor y el horror que le inspira; para los que la deploran después de acaecida, por las tristezas que les deja. Pero´ningún ejemplo tal vez demuestra mejor cómo el problema del mal tiene otro aspecto que el metafísico y requiere otra respuesta distinta de la que podemos formular analíticamente en términos del ser.

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Sitibundo (2)
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Registrado: 22 May 2007
Mensajes: 465
Ubicación: Puerto España

MensajePublicado: Jue Dic 25, 2008 6:09 pm    Asunto:
Tema: El mal
Responder citando

Creo entender que mi respuesta no pasó y trataré de repetirla.
Es evidente, Beatriz, que no es atí ni al cardenal a quien llamo docetista sino al pegote que pusiste o si prefieres al pensamiento quw está en el fondo de ese escrito.
negar la existencia del mal es peligroso y falso.
El concepto del mal es uno de los de mayor abolengo en la historia del pensamiento de la humanidad, ya lo había asimilado con claridad Adán en el Paraíso Terrenal antes de pecar y quien se lo enseñó fue nada menos que Dios mismo.
Si negáramos la existencia del mal tendríamos que decirle: - Oye Dios estás atrasado tu arbolito debería de llamarse el árbol del bien y de su ausencia, entonces si estarías puesto al día.
Esto además de ser irrespetuoso y ridículo sería tonto.
A Dios por ser quien es es imposible enmendarle la plana, ni un renglón, ni una palabra, ni un concepto. Es mucho más útil y provechoso trabajar en y sobre Su Palabra.
Si no existe el mal entonces ¿de qué nos vino a redimir Nuestro Señor Jesucristo?
Un saludo.
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Sitibundo (2)
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Mensajes: 465
Ubicación: Puerto España

MensajePublicado: Jue Dic 25, 2008 6:32 pm    Asunto:
Tema: El mal
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Se me pasó decirte que: La manea de definir los conceptos por sus ausencias no es buena, con esa misma argumentación poodría decir que el bien no existe es la ausencia del mal o que la muerte no existe es ausencia de vida pero ya me costaría trabajo definir la vida como la ausencia de muerte. Los contrarios rara vez son contrarios perfectos. y si lo son igual vale en una dirección que en la otra.
Tú escribiste:
Filosoficamente hablando el mal como tal no existe porque es una negacion o privacion del bien, las cosas son malas, no por lo que ellas son, sino por lo que ellas no son cuando deberían serlo.
Yo te podría decir el bien como tal no existe porque es una negación o privación del mal, las cosas son buenas, no por lo que ellas son, sino por lo que ellas no son cuando deberían de serlo. (No son malas por lo tanto son buenas)
Einmediatamente creas un vacío insalvable con aquellas cosas que no puedes determinar si son malas o buenas.
Mejor llamar a las cosas por su nombre esto te da claridad en tu pensamiento y en tu exposición.

Un Saludo.
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Beatriz
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Registrado: 01 Oct 2005
Mensajes: 6434

MensajePublicado: Vie Dic 26, 2008 1:52 am    Asunto:
Tema: El mal
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Sitibundo, me parece que no entiendes lo que Congar quiere decir y mejor lo dejo ahi.
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AdolfoMir
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Registrado: 24 Jun 2008
Mensajes: 181

MensajePublicado: Vie Dic 26, 2008 4:08 pm    Asunto:
Tema: El mal
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Pues yo creo que la explicación de Beatriz está muy clara.

Es como decir la salud y la enfermedad.
La enfermedad viene cuando algo en el organismo no es como debería ser. Pero la enfermedad como tal no existe si no hay un organismo que pueda contaminar.
Y se puede hablar de un cuerpo perfectamente saludable, pero no tiene sentido hablar de un cuerpo perfectamente enfermo.

Bueno, eso fue lo que yo entendí.

Ahora, retomando la pregunta inicial sobre el mal.
El compañero que me hizo ese argumento me dijo que no existe el mal absoluto, y que hasta del Holocausto se pueden obtener cosas buenas.
Bueno esto es lo que dijo:

Cita:
Desde mi punto de vista, el Holocausto no es bueno ni malo, fue una situación, lo bueno o malo fue el hecho de realizarlo, recordemos que el bien y mal es humano, no una fecha, o situación.
....En el Holocausto se avanzo mucho en la medicina, el conocimiento de la reacción del cuerpo humano a ciertos quimicos, estudios psicosociales del hacinamiento, la población mundial bajo bastante, no se, hay muchas cosas, y si uno investiga identificaremos muchas más.
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Alfeo
Asiduo


Registrado: 19 Sep 2008
Mensajes: 338
Ubicación: Asturias. España

MensajePublicado: Vie Dic 26, 2008 6:48 pm    Asunto:
Tema: El mal
Responder citando

Beatriz y Sitibundo:
Creo que ya llegado este nivel de discusión, no se nos puede dejar a los espectadores así a medias porque están saliendo cosas muy interesantes.
Os pido exprimiros un poco más y seguir....¿es posible?. Gracias.
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Cristo, Alfa y Omega.
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