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Un cambio?

 
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Beatriz
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MensajePublicado: Vie Ene 09, 2009 3:23 pm    Asunto:
Tema: Un cambio?
Responder citando

Miles_Dei escribió:


¿Quien ayuda a España?



Me sono a el clamor de una persona que sufre al ver tanta decadencia.

La historia del mundo es como una sucesion de civilizaciones que como organismos vivos nacen, crecen, declinan y mueren, al morir nace otra civilizacion.

Todo lo que esta ocurriendo en cierto sentido es bueno. Tiene que haber una declinacion, una decadencia, es necesario, asi el mismo hombre provocara el cambio harto de tanta inmoralidad.

Por que lo permite Dios? porque de un mal saca un bien.

Y que haremos los que estamos dentro de la decadencia? lo mismo que Lot, ser pacientes y mantenernos fieles a Dios.

Que Dios te bendiga
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Miles_Dei
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Mensajes: 11717

MensajePublicado: Vie Ene 09, 2009 4:58 pm    Asunto:
Tema: Un cambio?
Responder citando

Beatriz escribió:
Miles_Dei escribió:


¿Quien ayuda a España?



Me sono a el clamor de una persona que sufre al ver tanta decadencia.

La historia del mundo es como una sucesion de civilizaciones que como organismos vivos nacen, crecen, declinan y mueren, al morir nace otra civilizacion.

Todo lo que esta ocurriendo en cierto sentido es bueno. Tiene que haber una declinacion, una decadencia, es necesario, asi el mismo hombre provocara el cambio harto de tanta inmoralidad.

Por que lo permite Dios? porque de un mal saca un bien.

Y que haremos los que estamos dentro de la decadencia? lo mismo que Lot, ser pacientes y mantenernos fieles a Dios.

Que Dios te bendiga


Leyéndote, estoy oyendo a Spengler. De esos caminos estoy de vuelta.

Cada nación no es más que una unidad de destino en camino. Si se pierde un montón de gentes pierden su destino eterno.

Un saludo en la Paz de Cristo.
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Se trabó un gran combate en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón. (Apoc 12, 7)
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Beatriz
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Registrado: 01 Oct 2005
Mensajes: 6434

MensajePublicado: Vie Ene 09, 2009 5:12 pm    Asunto:
Tema: Un cambio?
Responder citando

Miles_Dei escribió:
Beatriz escribió:
Miles_Dei escribió:


¿Quien ayuda a España?



Me sono a el clamor de una persona que sufre al ver tanta decadencia.

La historia del mundo es como una sucesion de civilizaciones que como organismos vivos nacen, crecen, declinan y mueren, al morir nace otra civilizacion.

Todo lo que esta ocurriendo en cierto sentido es bueno. Tiene que haber una declinacion, una decadencia, es necesario, asi el mismo hombre provocara el cambio harto de tanta inmoralidad.

Por que lo permite Dios? porque de un mal saca un bien.

Y que haremos los que estamos dentro de la decadencia? lo mismo que Lot, ser pacientes y mantenernos fieles a Dios.

Que Dios te bendiga


Leyéndote, estoy oyendo a Spengler. De esos caminos estoy de vuelta.

Cada nación no es más que una unidad de destino en camino. Si se pierde un montón de gentes pierden su destino eterno.

Un saludo en la Paz de Cristo.


Yo no me baso en Spengler sino en mi propia vision de la historia. Roma no declino y aparecio el cristianismo? pues si ahora el mundo entero esta en completa declinacion luego vendra la civilizacion del amor que mencionaba Juan Pablo II porque la inmoralidad nos termina hartando a todos y el cambio se produce.

http://www.corazones.org/boletin/1999boletin/editorial_sept_99.htm

Cita:

La Civilización del Amor
Septiembre, 1999
Madre Adela Galindo,Fundadora SCTJM
Solo para uso privado -©

Queridos hermanos y hermanas:

Desde Pablo VI hasta nuestros días, a través de SS. Juan Pablo II, el Espíritu Santo ha estado diciéndole a la Iglesia: "Ha llegado la hora de construir la civilización del amor". ¡Qué palabras tan importantes y a la vez, tan desatendidas!

Todo este siglo, que pronto terminará, y los tiempos actuales, se han caracterizado por una clara decadencia en la fe y consequentemente, en la moral. Todo este derrumbe de las estructuras que un día sostenían nuestra cultura, ha traído consecuencias graves a la vida del individuo, de la familia, de la sociedad, de las naciones y de la Iglesia. Esto me hace recordar una palabra profética que el Señor dio durante la clausura Eucarística de la Conferencia Internacional de la Renovación Carismática en Roma, en 1975: "...tiempos difíciles y de oscuridad vendrán sobre el mundo. Estructuras que hoy están, no lo estarán más." Creo que es un hecho que las estructuras religiosas, sociales, morales e incluso civiles, que siempre han sostenido a la humanidad, se han ido derrumbando por la acción evidente del demonio y los espíritus malignos, como también por la absurda pretensión del hombre de creerse que puede sobrevivir en amor, orden, justicia, paz, fraternidad y cordura, sin tener a Dios en el centro de su vida.

Ante nuestros ojos hemos visto desarrollarse lo que el Papa Juan Pablo II ha llamado: "La cultura de la muerte"; que consiste en la desvalorización total del don de la vida. Esta desvalorización se manifiesta de muchas formas: el aborto, el suicidio, la eutanasia, guerras, bombas nucleares, pobreza ocasionada por la injusticia, violencia familiar, abuso de los niños, martirio, etc. Pareciera que las palabras de Nuestro Señor, en Mateo 24,18, estuvieran describiendo la realidad dolorosa de nuestros tiempos: "Al crecer cada vez mas la iniquidad, la caridad de la mayoría se enfriará".

Ante la cultura de la muerte, el Santo Padre nos llama a trabajar arduamente para construir la cultura de la vida. Esta nueva cultura, será fruto de corazones nuevos, de familias nuevas, de naciones nuevas y de una Iglesia renovada en el amor y en la verdad. En estos momentos, nosotros, el pueblo de Dios, tenemos una gran responsabilidad: dejarnos transformar el corazón, purificándonos de todo egoísmo, de intereses personales, de una desordenada atención a nosotros mismos, para que así podamos abrir nuestro corazón de par en par al Redentor y a Su amor salvífico. Si nos abrimos al amor de Dios, y nos disponemos a darlo a todos, este amor necesariamente será como las semillas que se siembran en un campo, y con la lluvia de la gracia de Dios, germinará en muchos corazones y florecerá por todo el campo del mundo. ¡El amor es poderosamente fecundo!

El espíritu de egoísmo que ha entrado en nuestra cultura, también, muy sutilmente, ha ido penetrando en nuestra mentalidad y en nuestras decisiones. Es por ello, que ser constructores de una nueva civilización donde reine el amor, la paz, la alegría, la fraternidad, el servicio y la justicia, requerirá de una profunda purificación de nuestros corazones. La cultura de la muerte, solo se vence con corazones abiertos totalmente a la vida, empezando por la vida de la gracia y continuando con la vida humana. La cultura de la violencia, solo se vence con corazones pacíficos, mansos y abnegados. La cultura de la rebeldía solo se vence con corazones dóciles y obedientes. La cultura del odio, la indiferencia, el desprecio y la competencia, solo se vence con corazones dispuestos a entregarlo todo, incluso la propia vida, por vivir el evangelio del amor, del perdón y del servicio incondicional.

Lo que nos espera, después de este siglo de luces y grandes sombras, si somos fieles al Espíritu Santo que desea transformarnos y purificarnos, es una nueva primavera, como dice SS. Juan Pablo II. Una nueva primavera, donde brille el sol del amor de Cristo, donde se respire el frescor de la hermandad, donde se contemplen las bellas flores de la alegría, la humildad, la sencillez y el servicio. Donde el amor de Dios mueva los corazones al amor, y un amor sin límites ni condiciones. Esa será la civilización del amor. Esa será la civilización, que ustedes y yo debemos disponernos a construir con nuestra oración, nuestra disposición al sacrificio, nuestras acciones concretas y nuestro compromiso evangelizador.

La nueva civilización comienza con cada uno de nosotros, con cada corazón que se decide a amar, y amar hasta las últimas consecuencias.

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Miles_Dei
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MensajePublicado: Vie Ene 09, 2009 5:27 pm    Asunto:
Tema: Un cambio?
Responder citando

Spengler, Beatriz, Spengler.

¿Nunca te he hablado del hoola hoop de la historia?

Esto no es más que via, que razón tenían los medievales. Es nuestra prueba tal como para los ángeles lo fue su batalla intelectiva.

La civilización del amor no está aquí, aunque empiece en el alma de cada uno. Mientras tanto el hoola hoop sigue dando vueltas y oscilando arriba y abajo. La rueda medieval que gira sin cesar por la via hasta que el tiempo se diluya en el evo del cual nació.

Pero esto para otro tema, ahora tenemos aquí a Mason y las amistades.

Un saludo en la Paz de Cristo.
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Beatriz
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MensajePublicado: Vie Ene 09, 2009 5:39 pm    Asunto:
Tema: Un cambio?
Responder citando

Miles_Dei escribió:


Esto no es más que via, que razón tenían los medievales. Es nuestra prueba tal como para los ángeles lo fue su batalla intelectiva.



Por supuesto que es una prueba, para Lot tambien lo fue y se mantuvo fiel a Dios. Pero igual creo que tanta inmoralidad terminara hartando incluso a algunos ateos y se producira un cambio.

Me parece que lo de la civilizacion del amor son palabras de santos que predicen para la Iglesia un florecimiento. Quien puede pensar en estos momentos que la Iglesia Catolica florecera? pues asi lo predicen algunos santos, eso tengo entendido.
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Beatriz
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MensajePublicado: Vie Ene 09, 2009 5:46 pm    Asunto:
Tema: Un cambio?
Responder citando

Las ventas de antidepresivos y tranquilizantes han aumentado, cuando va a despertar el hombre y se dara cuenta que no puede seguir viviendo asi y empezara a preguntarse en donde esta el error?

Hay algo que me llena de esperanza y es por ejemplo encontrar en las librerias libros sobre Etica en la Economia, una economia que coloca al hombre en primer lugar.

Los cambios no se producen de golpe.
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MensajePublicado: Sab Ene 10, 2009 5:22 pm    Asunto:
Tema: Un cambio?
Responder citando

Me parece interesante el testimonio de una hermana sueca:

Cita:
Hola a todos, ha sido realmente interesante leer vuestros aportes. Y quiero contar algo de mi pais - Suecia - que es algo gracioso.
En los 60 se hizo impossible hablar de la religion cristiana (entre en la escuela en esa epoca) lo cual culmino en los 70 - 80. La religion cristiana (como toda religion) estaba considerada como algo sumamente personal que no se debia de comunicar o compartir. En finales de 70 y 80 empezo el "boom" de gays en tele y culmino ahora... graciosamente cuando pasa eso que de repente empiezan a salir del armario todos los homosexuales publicamente de una forma mas tajante (com las ferias gay donde cada politico que queria ser votado tenia que ir y mostrar su benevolencia) entonces de repente salen del armario los cristianos. Un monton de gente que son o politicos, gerentes, famosos de la tele y demas se proclaman publicamente como creyentes y que "han encontrado Dios" - eso no ha pasao de una forma organizada por alguna igleisa sino solo ha pasado asi - y al la vez el publico sueco esta hasta las narizes de la sexualidad de los homosexuales. Se oye siempre comentarios de gente que no es creyente que "pero porfavor que me interesa con quien se acuesta aquel o aquella y porque lo tienen que poner publicamente y hacer festivales? Si me pongo a hacer un festival porque me acuesto con mi mujer o en vecino - quien le interesa".

Osea ha sido totalmente contraproductivo eso de salir tan publicamente en la tele y por todas partes - la gente esta tan harta de eso que ya no pueden mas! Lo bueno de la historia es que como no es una iglesia que ha "organizado" el hecho que gente habla de repente publicamente de su fe en Dios - y como son todos votantes y ciudadanos aqui - tienen a la fuerza ser escuchados! Es nuestro derecho! Como todos! Pero en el momento que sale el obispo (catolico) publicamente a decir algo en respecto a la politica se arma "elqueseyo" - porque les huele al publico como algo que no les gusta "ahora viene la iglesia a decirnos que es correcto o no y solo ellos saben eso!".
Eso es lo que esta pasando aqui. Creo que en eso que estais discutiendo estamos un poco mas adelantados ya - y digo que eso en cierto modo que se hable publicamente de todo fomenta una tolerancia que pueda ser buena una vez que los jovenes tambien conozcan lo que moralmente es correcto. Lo ultimo es un problema aqui ya...pero espero que se supere.
Los que convierten al catolicismo (hay bastante) lo hacen porque le gusta que haya reglas firmes - ya estan hasta las narizes de "tanta libertad" - curiosos que somos los humanos verdad?!
En Cristo

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Beatriz
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MensajePublicado: Sab Ene 10, 2009 5:23 pm    Asunto:
Tema: Un cambio?
Responder citando

Cita:
Comparto absolutamente lo que precede.

En este momento estamos con un crecimiento sideral del tema homosexual y las relaciones de a trio etc etc.

Estoy convencido que en un par de decadas sino antes la MAREA VA A CAMBIAR y volveremos a mirar para "arriba"

Muno

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EduaRod
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Registrado: 21 Ene 2006
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MensajePublicado: Sab Ene 10, 2009 6:17 pm    Asunto:
Tema: Un cambio?
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Miles_Dei escribió:
...Cada nación no es más que una unidad de destino en camino. Si se pierde un montón de gentes pierden su destino eterno.

Un saludo en la Paz de Cristo.


Estimado en Cristo Miles:

No debemos olvidar, sin embargo, que la salvación es primariamente un hecho personal: para nadie será razón o pretexto haberse salvado o no el que su nación como conjunto cumpliera o fallara en el desarrollo de la vocación por la que Dios la llamó a su existencia.
Y aquí hay una aparente paradoja, porque si bien es posible hablar de que en verdad una civilización cristiana, un orden temporal centrado en Cristo, es de algún modo un verdadero facilitador de esta tarea personal de cada quién; por otro lado está lo que ya dijimos: que NADIE será salvado o condenado por la simple presencia o ausencia de ese orden temporal.
Y sabemos perfectamente que Dios da a cada quién toda la Gracia que necesita para no caer en cualquier pecado o tentación EN LAS CIRCUNSTANCIAS en las que tal persona se encuentre.
Así pues, si vivo en una cultura en la que los valores cristianos están inculturados y así permanecen, y entonces, como alguien comentaba en otro tema hace unos días, todos en la calle se saludan amablemente; entonces si yo también lo hago, no tengo un mérito particularmente elevado: simplemente estoy haciendo lo que mi cultura demanda y que, de alguna manera forzados por esa presión social, hacen también los pecadores sin caridad y sin mérito alguno.
Si en cambio, vivo en una sociedad donde el amor se encuentra completamente olvidado e impera el egoismo. Donde todos tienen desconfianza de todos y nadie ayuda a nadie. Y si en tal sociedad me detengo a hacer un poco de compañía a alguna persona que esté sola; por esa sencilla acción hago algo mucho mayor y más meritorio que por saludar y convivir con todos en la sociedad donde impera el Evangelio.

Creo que es mucho más probable que en las sociedades donde el Evangelio ha sido inculturado se den esos casos de "en verdad os aseguro que no os conozco".

No tengo ya mucho tiempo para desarrollar por el momento, pero creo que la idea está clara. Y desde luego es triste y causa sufrimiento ver a la sociedad a la que uno pertenece fallar en el cumplimiento de la vocación que le fué concedida. Más aún: creo que en esto es donde vemos con más claridad y probabilidad que algunas de las naciones hispano-americanas seguiremos el camino de la Madre Patria: porque es evidente que NO estamos cumpliendo con nuestra vocación, sino nos estamos perdiendo en vanas tendencias mundanas.

Pero también hay que reconocer que la culpa de ello no la tienen tanto los extraños como los propios cristianos, y no unos pocos, sino los muchos que han abandonado al Señor. Porque nadie puede ser forzado externamente a abandonar al Señor, por lo que, por muchos factores externos que existan invitando a ello, eso es siempre una decisión libre y personal.

¿Qué hemos de hacer? ¿Tratar de forzar en nosotros la realización de esa vocación a pesar de que Dios mismo esté vomitando la tibieza de esa sociedad y dando la viña a otros trabajadores que entreguen su fruto a tiempo?
No ciertamente. Nuestra misión es hacer la Voluntad de Dios, y si la decisión de Dios ha sido quitar el control de la viña a este grupo, debemos obedecer con humildad. Buscando entonces qué es ahora lo que Dios quiere en lo particular de nosotros los que hemos querido permanecer fieles a Él.
Claro, eso no quiere decir que no podamos hacer una labor de intercesión, justo como Abraham interecede pidiendo que tan sólo por un puñado de justos sea salvada la ciudad, pidiendo a Dios que no llegue a medidas extremas mientras las cosas aún puedan ser rescatables.
Pero no podemos suponer que Dios necesariamente salvará esa vocación, como no salvó a Sodoma y Gomorra pese a haber escuchado la oración de Abraham.
Pero tampoco nuestras oraciones serán estériles, como no lo fué la de Abraham por la que Dios mandó enviados para sacar a Lot de ahí.

Que Dios te bendiga y tenga misericordia de nuestras sociedades mientras aún sea tiempo.
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Miles_Dei
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MensajePublicado: Sab Ene 10, 2009 10:16 pm    Asunto:
Tema: Un cambio?
Responder citando

Cita:
No debemos olvidar, sin embargo, que la salvación es primariamente un hecho personal


Te cargaste la SPE SALVI:

Cita:

¿Es individualista la esperanza cristiana?

13. A lo largo de su historia, los cristianos han tratado de traducir en figuras representables este saber que no sabe, recurriendo a imágenes del « cielo » que siempre resultan lejanas de lo que, precisamente por eso, sólo conocemos negativamente, a través de un no-conocimiento. En el curso de los siglos, todos estos intentos de representación de la esperanza han impulsado a muchos a vivir basándose en la fe y, como consecuencia, a abandonar sus « hyparchonta », las sustancias materiales para su existencia. El autor de la Carta a los Hebreos, en el capítulo 11, ha trazado una especie de historia de los que viven en la esperanza y de su estar de camino, una historia que desde Abel llega hasta la época del autor. En los tiempos modernos se ha desencadenado una crítica cada vez más dura contra este tipo de esperanza: consistiría en puro individualismo, que habría abandonado el mundo a su miseria y se habría amparado en una salvación eterna exclusivamente privada. Henri de Lubac, en la introducción a su obra fundamental Catholicisme. Aspects sociaux du dogme, ha recogido algunos testimonios característicos de esta clase, uno de los cuales es digno de mención: « ¿He encontrado la alegría? No... He encontrado mi alegría. Y esto es algo terriblemente diverso... La alegría de Jesús puede ser personal. Puede pertenecer a una sola persona, y ésta se salva. Está en paz..., ahora y por siempre, pero ella sola. Esta soledad de la alegría no la perturba. Al contrario: ¡Ella es precisamente la elegida! En su bienaventuranza atraviesa felizmente las batallas con una rosa en la mano »[10].

14. A este respecto, de Lubac ha podido demostrar, basándose en la teología de los Padres en toda su amplitud, que la salvación ha sido considerada siempre como una realidad comunitaria. La misma Carta a los Hebreos habla de una « ciudad » (cf. 11,10.16; 12,22; 13,14) y, por tanto, de una salvación comunitaria. Los Padres, coherentemente, entienden el pecado como la destrucción de la unidad del género humano, como ruptura y división. Babel, el lugar de la confusión de las lenguas y de la separación, se muestra como expresión de lo que es el pecado en su raíz. Por eso, la « redención » se presenta precisamente como el restablecimiento de la unidad en la que nos encontramos de nuevo juntos en una unión que se refleja en la comunidad mundial de los creyentes. No hace falta que nos ocupemos aquí de todos los textos en los que aparece el aspecto comunitario de la esperanza. Sigamos con la Carta a Proba, en la cual Agustín intenta explicar un poco esta desconocida realidad conocida que vamos buscando. El punto de partida es simplemente la expresión « vida bienaventurada [feliz] ». Después cita el Salmo 144 [143],15: « Dichoso el pueblo cuyo Dios es el Señor ». Y continúa: « Para que podamos formar parte de este pueblo y llegar [...] a vivir con Dios eternamente, ‘‘el precepto tiene por objeto el amor, que brota de un corazón limpio, de una buena conciencia y de una fe sincera'' (1 Tm 1,5) »[11]. Esta vida verdadera, hacia la cual tratamos de dirigirnos siempre de nuevo, comporta estar unidos existencialmente en un « pueblo » y sólo puede realizarse para cada persona dentro de este « nosotros ». Precisamente por eso presupone dejar de estar encerrados en el propio « yo », porque sólo la apertura a este sujeto universal abre también la mirada hacia la fuente de la alegría, hacia el amor mismo, hacia Dios.

15. Esta concepción de la « vida bienaventurada » orientada hacia la comunidad se refiere a algo que está ciertamente más allá del mundo presente, pero precisamente por eso tiene que ver también con la edificación del mundo, de maneras muy diferentes según el contexto histórico y las posibilidades que éste ofrece o excluye. En el tiempo de Agustín, cuando la irrupción de nuevos pueblos amenazaba la cohesión del mundo, en la cual había una cierta garantía de derecho y de vida en una comunidad jurídica, se trataba de fortalecer los fundamentos verdaderamente básicos de esta comunidad de vida y de paz para poder sobrevivir en aquel mundo cambiante. Pero intentemos fijarnos, por poner un caso, en un momento de la Edad Media, bajo ciertos aspectos emblemático. En la conciencia común, los monasterios aparecían como lugares para huir del mundo (« contemptus mundi ») y eludir así la responsabilidad con respecto al mundo buscando la salvación privada. Bernardo de Claraval, que con su Orden reformada llevó una multitud de jóvenes a los monasterios, tenía una visión muy diferente sobre esto. Para él, los monjes tienen una tarea con respecto a toda la Iglesia y, por consiguiente, también respecto al mundo. Y, con muchas imágenes, ilustra la responsabilidad de los monjes para con todo el organismo de la Iglesia, más aún, para con la humanidad; les aplica las palabras del Pseudo-Rufino: « El género humano subsiste gracias a unos pocos; si ellos desaparecieran, el mundo perecería »[12]. Los contemplativos –contemplantes– han de convertirse en trabajadores agrícolas –laborantes–, nos dice. La nobleza del trabajo, que el cristianismo ha heredado del judaísmo, había aparecido ya en las reglas monásticas de Agustín y Benito. Bernardo presenta de nuevo este concepto. Los jóvenes aristócratas que acudían a sus monasterios debían someterse al trabajo manual. A decir verdad, Bernardo dice explícitamente que tampoco el monasterio puede restablecer el Paraíso, pero sostiene que, como lugar de labranza práctica y espiritual, debe preparar el nuevo Paraíso. Una parcela de bosque silvestre se hace fértil precisamente cuando se talan los árboles de la soberbia, se extirpa lo que crece en el alma de modo silvestre y así se prepara el terreno en el que puede crecer pan para el cuerpo y para el alma[13]. ¿Acaso no hemos tenido la oportunidad de comprobar de nuevo, precisamente en el momento de la historia actual, que allí donde las almas se hacen salvajes no se puede lograr ninguna estructuración positiva del mundo?


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Miles_Dei
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MensajePublicado: Sab Ene 10, 2009 10:18 pm    Asunto:
Tema: Un cambio?
Responder citando

Y creo que este aspecto comunitario encuentra su iluminación en la batalla de los ángeles, ya que está de actualidad por el otro tema.

A los ángeles malos los hicieron caer no tanto su propia soberbia como un mal ejemplo de otro y los argumentos inducidos de otro. Lo mismo la salvación.

El aspecto comunitario de la persona radica en la Trinidad, no es algo baladí.

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Asellus
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MensajePublicado: Sab Ene 10, 2009 10:34 pm    Asunto:
Tema: Un cambio?
Responder citando

El que la salvacion sea un hecho primariamente personal no excluye que sea una realidad comunitaria. Afirmar algo no quiere decir negar lo que no se afirma.

Desde el momento en que uno no puede autobautizarse ni autoanunciarse el Evangelio la salvación es comunitaria, pero esto no quita que sea un hecho primariamente personal, porque la acción comunitaria debe necesariamente ser correspondida con la libertad personal.

Por lo tanto, ni sólo la gracia ni sólo la comunidad: la libertad de la persona es necesaria para su salvación que, como hecho, es personal e intransferible.

En otras palabras, la Spe Salvi no niega que la salvación, siendo una realidad comunitaria, no sea un hecho primariamente personal dirimido en el juicio particular.

Por lo tanto creo que es una exageración decirle a EduaRod que se cargó a la Spe Salvi, y espero que no se distraigan por este punto.

Aprovecho para desearle feliz año a todos, y pedirles que me encomienden una intención muy especial que ya les estaré comentando la otra semana si se da como espero.
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Miles_Dei
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MensajePublicado: Sab Ene 10, 2009 11:29 pm    Asunto:
Tema: Un cambio?
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¿Cuantas personas hay en el Juicio particular?

El ser humano necesita de otros. Por eso es necesaria la Iglesia, si no bastaría con la iluminación individual.

Un saludo en la Paz de Cristo.
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Asellus
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MensajePublicado: Dom Ene 11, 2009 4:42 am    Asunto:
Tema: Un cambio?
Responder citando

Miles_Dei escribió:
¿Cuantas personas hay en el Juicio particular?

El ser humano necesita de otros. Por eso es necesaria la Iglesia, si no bastaría con la iluminación individual.

Un saludo en la Paz de Cristo.


Allí creo que está el problema. El hecho de que el ser humano necesite de otros no significa, en general, que no puedan darse hechos primariamente personales -no exclusivamente- en esas áreas en que necesita de otros. Lo personal no excluye lo comunitario ni viceversa, ni la comunidad niega al individuo, ni el hecho social niega el hecho individual aunque se refieran a lo mismo. Creo que no hay que poner una cosa a negar a la otra.

Dicho en otras palabras: yo no puedo confesarme por el pecado mortal cometido por otro; y ni aunque mil millones de personas confesaran el pecado mortal cometido por un individuo, no se le perdonaría a este si él mismo no lo confiesa correctamente, porque la salvación concreta misma es de cada persona individual; no es por docena o por peso o por "hora de estampida", por decirlo de algún modo: el individuo cuenta en su propia salvación no de modo no marginal o secundario sino de modo primario y definitivo; él tiene la última palabra y nadie más que él. Ni siquiera Dios, porque fue Él creó la libertad individual.

La Iglesia es necesaria para la salvación, pero esta necesidad no excluye la necesidad de la persona individual.

Mi inquietud es que EduaRod no dijo que la salvación es un hecho exclusivamente persoanl o algo que sugiriera exclusión, sino que, "primariamente" personal, y con esto creo que le da el valor que le corresponde a la libertad individual, sin desmerecer el de la necesaria pertenencia a la Iglesia.

No creo que aquí se esté dando una pugna entre visiones individualistas y socialistas.
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EduaRod
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MensajePublicado: Dom Ene 11, 2009 8:24 am    Asunto:
Tema: Un cambio?
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Estimados hermanos en Cristo:

Ciertamente NO me "he cargado" la Spe Salvi, y para mostrarlo, creo que lo mejor es continuar leyendo más adelante en esta preciosa encíclica:

Cita:
Preguntémonos ahora de nuevo: ¿qué podemos esperar? Y ¿qué es lo que no podemos esperar? Ante todo hemos de constatar que un progreso acumulativo sólo es posible en lo material. Aquí, en el conocimiento progresivo de las estructuras de la materia, y en relación con los inventos cada día más avanzados, hay claramente una continuidad del progreso hacia un dominio cada vez mayor de la naturaleza. En cambio, en el ámbito de la conciencia ética y de la decisión moral, no existe una posibilidad similar de incremento, por el simple hecho de que la libertad del ser humano es siempre nueva y tiene que tomar siempre de nuevo sus decisiones. [b]No están nunca ya tomadas para nosotros por otros; en este caso, en efecto, ya no seríamos libres[/b]. La libertad presupone que en las decisiones fundamentales cada hombre, cada generación, tenga un nuevo inicio. Es verdad que las nuevas generaciones pueden construir a partir de los conocimientos y experiencias de quienes les han precedido, así como aprovecharse del tesoro moral de toda la humanidad. Pero también pueden rechazarlo, ya que éste no puede tener la misma evidencia que los inventos materiales. El tesoro moral de la humanidad no está disponible como lo están en cambio los instrumentos que se usan; existe como invitación a la libertad y como posibilidad para ella. Pero esto significa que:

a) El recto estado de las cosas humanas, el bienestar moral del mundo, nunca puede garantizarse solamente a través de estructuras, por muy válidas que éstas sean. Dichas estructuras no sólo son importantes, sino necesarias; sin embargo, no pueden ni deben dejar al margen la libertad del hombre. Incluso las mejores estructuras funcionan únicamente cuando en una comunidad existen unas convicciones vivas capaces de motivar a los hombres para una adhesión libre al ordenamiento comunitario. La libertad necesita una convicción; una convicción no existe por sí misma, sino que ha de ser conquistada comunitariamente siempre de nuevo.

b) Puesto que el hombre sigue siendo siempre libre y su libertad es también siempre frágil, nunca existirá en este mundo el reino del bien definitivamente consolidado. Quien promete el mundo mejor que duraría irrevocablemente para siempre, hace una falsa promesa, pues ignora la libertad humana. La libertad debe ser conquistada para el bien una y otra vez. La libre adhesión al bien nunca existe simplemente por sí misma. Si hubiera estructuras que establecieran de manera definitiva una determinada –buena– condición del mundo, se negaría la libertad del hombre, y por eso, a fin de cuentas, en modo alguno serían estructuras buenas.

25. Una consecuencia de lo dicho es que la búsqueda, siempre nueva y fatigosa, de rectos ordenamientos para las realidades humanas es una tarea de cada generación; nunca es una tarea que se pueda dar simplemente por concluida. No obstante, cada generación tiene que ofrecer también su propia aportación para establecer ordenamientos convincentes de libertad y de bien, que ayuden a la generación sucesiva, como orientación al recto uso de la libertad humana y den también así, siempre dentro de los límites humanos, una cierta garantía también para el futuro. Con otras palabras: las buenas estructuras ayudan, pero por sí solas no bastan. El hombre nunca puede ser redimido solamente desde el exterior.
...
Jesús que dijo de sí mismo que había venido para que nosotros tengamos la vida y la tengamos en plenitud, en abundancia (cf. Jn 10,10), nos explicó también qué significa « vida »: « Ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, único Dios verdadero, y a tu enviado, Jesucristo » (Jn 17,3). La vida en su verdadero sentido no la tiene uno solamente para sí, ni tampoco sólo por sí mismo: es una relación. Y la vida entera es relación con quien es la fuente de la vida. Si estamos en relación con Aquel que no muere, que es la Vida misma y el Amor mismo, entonces estamos en la vida. Entonces « vivimos ».

28. Pero ahora surge la pregunta: de este modo, ¿no hemos recaído quizás en el individualismo de la salvación? ¿En la esperanza sólo para mí que además, precisamente por eso, no es una esperanza verdadera porque olvida y descuida a los demás? No. La relación con Dios se establece a través de la comunión con Jesús, pues solos y únicamente con nuestras fuerzas no la podemos alcanzar. En cambio, la relación con Jesús es una relación con Aquel que se entregó a sí mismo en rescate por todos nosotros (cf. 1 Tm 2,6). Estar en comunión con Jesucristo nos hace participar en su ser « para todos », hace que éste sea nuestro modo de ser. Nos compromete en favor de los demás, pero sólo estando en comunión con Él podemos realmente llegar a ser para los demás, para todos.


Aquí se nos indica como se da esa compatibilidad entre el aspecto personal y el aspecto comunitario de la salvación. NO ES que exista tal cosa como "una salvación en conjunto". Sino que la salvación es una relación estrictamente personal con Jesucristo que nos da vida. Pero es esa relación la que intrínsecamente incluye el ser para todos en unión con Cristo. De ahí que la salvación pueda ser considerada auténticamente como una realidad comunitaria a pesar de ser ella misma una relación personal con Cristo.

El aspecto personal, por su parte, se ve claramente evidenciado cuando el Santo Padre nos indica que las estructuras externas no bastan, que nadie puede ser redimido solamente desde el exterior, y que nadie puede tomar por nosotros la libre decisión de adherirse al mensaje de Cristo.
Las buenas esctructuras, necesarias, como las llama el Santo Padre, no lo son porque de ellas dependa en modo alguno una pretendida salvación en conjunto. Como si alguien se pudiera salvar por el simple y sólo hecho de pertenecer a una comunidad de hombres fieles al Señor a pesar de su propio rechazo personal a Cristo. No, las buenas estructuras, como lo indica el Santo Padre, funcionan tan sólo como una invitación, una invitación necesaria e importante, pero no más que una invitación.
La adhesión libre a esa invitación, depende de cada uno; y, eso sí, una vez que se da esa adhesión, NO se da de manera individualista y desentendida de los demás, sino se da en la unión con Cristo, que implica en sí misma la realidad comunitaria de pasar a ser para los demás.

Por consiguiente, simplemente no tiene sentido una visión del cristianismo que busque forzar la creación de estructuras buenas para que estas pretendidamente funcionen como medios automáticos de salvación para la comunidad.

Ni tampoco tiene sentido por sí misma la preservación forzosa de estructuras o costumbres buenas, pero que son de hecho rechazadas por la libertad de las personas quienes tan sólo las mantienen externamente porque les son impuestas desde afuera.

De la misma manera el Santo Padre es muy claro cuando dice que NADIE puede tomar esas decisiones por nosotros, porque entonces nuestra libertad ya no sería libertad.
Y si nadie puede crear estructuras para salvarnos desde afuera, entonces tampoco NADIE puede crear estructuras que por sí mismas sean capaces de alejarnos de Cristo. Es por eso que te digo que la caida de España obedece a razones más profundas que la nefasta acción de la masonería. No porque tal funesta acción de los enemigos de Cristo no haya existido. Pero al igual que las buenas estructuras pueden ser tan sólo una invitación al bien, así también las estructuras nefastas pueden ser tan sólo una invitación al mal.
Y si España era católica, no se puede decir que la gente no conocía el Evangelio. Partimos de la base de que estaba auténticamente inculturado en la identidad española. Por tanto, si se ha abandonado, la acción de grupos como la masonería puede haber sido tan sólo una invitación, una invitación que LIBREMENTE los españoles decidieron tomar, rechazando en ello a Cristo, a Quien realmente conocían si es que el Evangelio realmente estaba incluturado en la identidad española.
Ciertamente quien crea las nefastas estructuras, o quien no cumple con la misión de pastor que le ha sido encomendada tiene entonces la culpa que corresponde a cualquier tentador. Porque la tentación no es siempre sino eso: una invitación al mal. Pero la responsabilidad concreta de acceder a la invitación, abandonando a Cristo en favor del mal, es siempre de quien toma la decisión. ¿No es esto lo que siempre afirmamos en el "yo pecador"?

Desde luego que el aspecto comunitario incluye también lo que dice el hermano Asellus: no me puedo "auto-bautizar". Es decir, si Cristo se ha dado a todos. Entonces está claro que no lo encuentro fuera de ese contexto, es decir, lo encuentro en la comunidad, que es la Iglesia, su Cuerpo Mísitico. Pero aún así, la decisión de adherirme a Él o no, es mía y de nadie más. Nadie me la puede imponer ni para bien ni para mal.
Y está claro también que, una vez que me uno a Él y comienzo a ser en Él para los demás, pues haré todo lo que esté en mi mano para transmitir a todos esa salvación que Cristo mismo quiere darle a todos. Pero esa acción mía tan sólo puede ser una invitación, como hemos visto, la que los demás tendrán que aceptar o rechazar de manera estrictamente libre y, por consiguiente, personal. Mis estructuras buenas NO pueden garantizar la salvación de otros, ni evitar las estructuras malas puede impedir la condenación. En especial cuando todo esto se hace de manera que las otras personas percien como extraña, externa o impuesta, y no algo que abracen con su libre convicción. Porque entonces su reacción natural más probable será la de rechazar la invitación con el fin de afirmar su propia libertad; como de hecho vemos que ocurre con frecuencia cuando a la invitación NO se le da claramente el formato de la invitación que es, sino se le da una forma tal que es percibida por los otros como imposición.

Que Dios te bendiga.
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Miles_Dei
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MensajePublicado: Dom Ene 11, 2009 8:34 am    Asunto:
Tema: Un cambio?
Responder citando

Lo más estrictamente personal del hombre es la posición de su libertad como Hijo de Dios en el que Dios ama a los demás. Por tanto el acto más personal del hombre, que no es sino su amistad con Dios, es una posición metafísica orientada al prójimo. El amor de benevolencia y amistad elevado en un grado inimaginable en cuanto que es caridad y participación de la vida intratrinitaria.

Por eso la ley se resume en Amar a Dios y al Prójimo. Lo que nos posibilita Jesucristo es que ese amor natural se eleve al amor sobrenatural: como Dios mismo nos ama. Pues es Dios quien ama en nosotros.

El individualismo es en esto una auténtica herejía.

Y la posición personal de cada uno que no es capaz de asumir tal cosa, no es sino un camino al purgatorio en el mejor de los casos.

Hablando en plata y volviendo al tema: Cuando los hombres se agrupan en naciones no es por gusto. Es parte de la ley natural que queda encerrada en ese amor a Dios y al prójimo y elevada en el cristianismo. Por eso el desprenderse de la unidad de destino, que es la propia comunidad nacional donde Dios ha querido a bien ponernos en su providencia y a la cual ha dado un ángel custodio ha de ser visto de la misma manera que el hombre que pretende salvarse solo.

El pecado personal es una cosa. Luego existe lo que se llama un pecado estructural y solidario en cierta medida. Ese es el asunto que muchos olvidan, sobre todos aquellos que por su posición les va bien en la vida o viven aislados de los males de la sociedad. Y en el fondo es la postura de aquellos que han olvidado que han de ordenar a Dios todas las realidades temporales como mandato imperante para cada generación de hombres y no como algo progresivo de lo que nos aprovechamos.

Un saludo en la Paz de Cristo.
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Se trabó un gran combate en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón. (Apoc 12, 7)
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EduaRod
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Mensajes: 3275

MensajePublicado: Dom Ene 11, 2009 9:50 pm    Asunto:
Tema: Un cambio?
Responder citando

Miles_Dei escribió:
Lo más estrictamente personal del hombre es la posición de su libertad como Hijo de Dios en el que Dios ama a los demás. Por tanto el acto más personal del hombre, que no es sino su amistad con Dios, es una posición metafísica orientada al prójimo. El amor de benevolencia y amistad elevado en un grado inimaginable en cuanto que es caridad y participación de la vida intratrinitaria.

Por eso la ley se resume en Amar a Dios y al Prójimo. Lo que nos posibilita Jesucristo es que ese amor natural se eleve al amor sobrenatural: como Dios mismo nos ama. Pues es Dios quien ama en nosotros.

Hasta aquí 100% de acuerdo.
Cita:

El individualismo es en esto una auténtica herejía.

Más que de herejía yo hablaría de negación total de lo anterior. El pecado sumo de egoismo que se niega a amar y, por ello mismo, niega completamente a Cristo.
Pero queda claro que nadie aquí ha pretendido hablar de individualismo.

Cita:

Y la posición personal de cada uno que no es capaz de asumir tal cosa, no es sino un camino al purgatorio en el mejor de los casos.

Si realmente alguien asume el individualismo en su pretendida relación con Cristo, dudo seriamente que llegue siquiera al purgatorio. Como dije antes, será uno de esos que se quejaran de que dijeron "Señor, señor, pero si hemos comido y bebido contigo" y le será respondido "Yo os aseguro que no os conozco".

En los principios, pues, creo que estamos completamente de acuerdo.

Cita:

Hablando en plata y volviendo al tema: Cuando los hombres se agrupan en naciones no es por gusto. Es parte de la ley natural que queda encerrada en ese amor a Dios y al prójimo y elevada en el cristianismo. Por eso el desprenderse de la unidad de destino, que es la propia comunidad nacional donde Dios ha querido a bien ponernos en su providencia y a la cual ha dado un ángel custodio ha de ser visto de la misma manera que el hombre que pretende salvarse solo.

En esto, sin embargo, es necesario hacer acotaciones:
1. No debemos nunca olvidar que las naciones son estrictamente realidades temporales. Pues nuestra Patria celestial es una sola para todos y eso lo sabes perfectamente bien:
Cita:
Que no hay distinción entre judío y griego, pues uno mismo es el Señor de todos, rico para todos los que le invocan.
Romanos 10, 12

Por ello, si bien el agrupamiento en naciones nos viene auténticamente como una vocación dada por Dios en este caminar hacia esa Patria celestial; al ser por ello mismo las naciones realidades temporales, la unidad de destino que representan en sentido estricto es únicamente una realidad de destino temporal. La cual, como hemos dicho, ciertamente puede y debe servir como una auténtica invitación a buscar esa Patria celestial definitiva. Pero por su propia esencia NO PUEDE ser más que eso: una invitación. Digamos que no se puede decir que una nación completa se salve o no.
2. En plena congruencia con los principios establecidos al inicio. La unión con Cristo está por encima de la pertenencia a una nación temporal. Si en algún momento dicha pertenencia cumple la función de una verdadera vocación, eso es única y precisamente porque eso es lo que Cristo ha querido para nosotros. Pero no podemos, por decirlo así, ignorar en lo sucesivo a Cristo y recriminarle (un poco al modo del gran inquisidor de Dostoyevski): "Tú me pusiste aquí para que cumpliera una vocación y ahora no puedes pedirme otra cosa". No: la fidelidad a Cristo está por encima de esa vocación y esa vocación encuentra su razón únicamente en Él. Por tanto, si Cristo toma otra decisión, la única manera de servir auténticamente a nuestros hermanos, la única forma de preocuparnos auténticamente por ellos, incluso por los hermanos de nuestra nación, es seguir siendo 100% fieles a Cristo en aquello que Él nos pida, aunque sea diferente, aunque de algún modo parcial o total implique un rompimiento con nuestra nación (y, por favor, ten en cuenta que esto no te lo dice alguien que tenga en poco el amor y fidelidad debidos a su propia nación, pero Cristo está por encima de ello).
3. Desde luego que lo anterior implica un proceso de discernimiento, en el cual, si la Voluntad de Cristo sigue siendo el que cumplamos con la vocación que nos dió en esa nación; entonces si, como dices, verdaderamente abandonar a esa nación a su suerte en pro de nuestra comodidad y beneficio individual, será equivalente a desentenderse del prójimo y buscar una salvación individual; lo que, como ya hemos visto, no puede ser verdadera unión con Cristo ni salvación alguna.
Pero si, por el contrario, es Cristo mismo el que nos pide que enfoquemos nuestros esfuerzos en la búsqueda del bien de los demás de otra manera, mejor y más perfecta, entonces lo malo será continuar los esfuerzos en pro de esa nación en abierta oposición a la Voluntad de Cristo, en vez de hacer aquello otro que Él nos haya indicado.
Tenemos el caso de Abraham en el Antiguo Testamento:
Cita:
Yavé dijo a Abram: Vete de tu tierra, y de tu patria, y de la casa de tu padre, a la tierra que yo te mostraré.
De ti haré una nación grande y te bendeciré. Engrandeceré tu nombre; y sé tú una bendición.
Bendeciré a quienes te bendigan y maldeciré a quienes te maldigan. Por ti se bendecirán todos los linajes de la tierra.
Génesis 12, 1-3

Aquí vemos como Abraham no deja su nación en búsqueda de un interés individualista, sino en franco cumplimiento de la Voluntad manifiesta de Dios, Quien le ha llamado a él, en lo personal, a una vocación mucho mayor que será en beneficio de todos.
Mal habría hecho Abraham en desobedecer, quedándose en su nación por fidelidad a ella, en vez de obedecer el mandato y la Voluntad del Señor.

En el Nuevo Testamento tenemos también mucho de esto en la vocación de San Pablo:
Cita:
Os digo, pues, a vosotros, los gentiles: Por ser yo verdaderamente apóstol de los gentiles, hago honor a mi ministerio, pero es con la esperanza de despertar celos en los de mi raza y salvar a alguno de ellos.
Romanos 11, 13-14

Mal habría hecho también San Pablo en ser fiel a la sinagoga, o en poner la predicación a los de su raza por encima de la Voluntad de Cristo, la que le dió el ministerio de predicar a los gentiles que es lo que él fielmente hizo. San Pablo no se empeña ni en ser fiel a la sinagoga de su tiempo, ni en buscar preservar las costumbres de los mejores tiempos de Israel. Sino se dedica en cuerpo y alma a cumplir la nueva vocación a la que Cristo en lo personal le ha llamado. Lo cual NO ES una búsqueda individualista, lo sabemos perfectamente bien, sino la semilla de la Fé para millones y millones. Todo lo cual, San Pablo lo entiende y lo dice expresamente, en modo alguno es traición a su raza, sino al contrario, bien puede ser en ese momento el único medio de redención disponible para algunos de ellos.

Cita:

El pecado personal es una cosa. Luego existe lo que se llama un pecado estructural y solidario en cierta medida. Ese es el asunto que muchos olvidan, sobre todos aquellos que por su posición les va bien en la vida o viven aislados de los males de la sociedad. Y en el fondo es la postura de aquellos que han olvidado que han de ordenar a Dios todas las realidades temporales como mandato imperante para cada generación de hombres y no como algo progresivo de lo que nos aprovechamos.

Un saludo en la Paz de Cristo.

Este pecado estructural existe realmente y no puede ser ignorado. Pero ni sus características ni sus efectos son iguales a los del pecado personal. Por demás, creo que NADIE puede vivir aislado de los males que aquejan a la sociedad en la que vive. La naturaleza de la afectación es distinta, ciertamente, y algunos la pueden vivir de manera más presente y continua que otros. Pero para darte un ejemplo concreto de cómo esta afectación se produce sobre todos, citaré el caso de los secuestros en mi país: ni ricos ni pobres están en modo alguno exentos de esta terrible plaga. La forma y el desarrollo de estos crímenes ciertamente suele variar entre los ricos y los pobres. Pero eso no quita que todos quedan expuestos y que nadie tiene garantizado salir bien librado de este trance, ni siquiera los ricos que con relativa facilidad pueden pagar el rescate, como ciertos casos recientes tristemente célebres claramente lo demuestran.

Pero regresando al tema central, no podemos identificar sin más fidelidad a la nación con fidelidad a Cristo, ciertamente la fidelidad a Cristo muchas veces pasa por la fidelidad a la nación, pero Abraham y San Pablo son clara muestra de que eso no siempre es verdad.
Lo importante es ser siempre 100% fieles a Cristo, y eso, en sí mismo, traerá el mayor bien a nuestros hermanos que podamos dar.

Que Dios te bendiga.
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Eagleheart
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MensajePublicado: Dom Ene 11, 2009 10:46 pm    Asunto:
Tema: Un cambio?
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Pero es que la unidad se ve en que formamos un sólo Cuerpo. Pero es que la comunidad se ve en que ese Cuerpo está formado de varias partes, y cada parte es única.

Así lo veo yo.

Salu2. Paz y Bien.
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Beatriz
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MensajePublicado: Mie Ene 14, 2009 3:55 am    Asunto:
Tema: Un cambio?
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La libertad presupone que en las decisiones fundamentales cada hombre, cada generación, tenga un nuevo inicio. Es verdad que las nuevas generaciones pueden construir a partir de los conocimientos y experiencias de quienes les han precedido, así como aprovecharse del tesoro moral de toda la humanidad.

Esta cita de la Spe Salvi coincide con la idea que yo exprese:

Cita:
Todo lo que esta ocurriendo en cierto sentido es bueno. Tiene que haber una declinacion, una decadencia, es necesario, asi el mismo hombre provocara el cambio harto de tanta inmoralidad.

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Miles_Dei
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MensajePublicado: Mie Ene 14, 2009 11:31 am    Asunto:
Tema: Un cambio?
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No lo veo así, Beatriz. Lo que tiene que darse es un reajuste de cada generación a la TRADITIO o entrega que le hacen las generaciones pasadas de su saber y experiencias en orden a hacer suya esa experiencia acumulada. Ese es el punto del proceso que es único para cada generación y para cada individuo. En eso las comunidades llamadas naciones o patrias de la tierra, juegan un papel importantísimo e insustituible de modo subsidiario a la familia. Es el plan de Dios para el ser que vive en la historia y que ha de integrarse en un destino comunitario que trasciende a la misma historia.

El pensar alegremente que una comunidad nacional puede sucumbir y que es algo bueno es un error. Es un tremendo daño al género humano solidario en Adán. Otra cosa es que Dios saque el bien del mal.

No olvidemos que la división en naciones es algo querido por Dios y expresado en el relato de la torre de Babel como parte de la providencia para solventar el mal del mundo.

Si no jamás se hubieran entendido como indicadas en la ley natural en el cuarto mandamiento las relaciones y obligaciones con la patria.

Por eso cuando la Virgen expresa en Fátima que en Portugal se conservará el dogma de la fe, no hace sino expresar una tragedia para el género humano, más que una alegría para Portugal. Tragedia mundial, de naciones que desaparecen en la historia con su legado y tradiciones que ordenaban los siglos a Cristo en la transmisión de la fe.

Un saludo en la Paz de Cristo.
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Miles_Dei
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Registrado: 17 Sep 2007
Mensajes: 11717

MensajePublicado: Mie Ene 14, 2009 11:32 am    Asunto:
Tema: Un cambio?
Responder citando

No lo veo así, Beatriz. Lo que tiene que darse es un reajuste de cada generación a la TRADITIO o entrega que le hacen las generaciones pasadas de su saber y experiencias en orden a hacer suya esa experiencia acumulada. Ese es el punto del proceso que es único para cada generación y para cada individuo. En eso las comunidades llamadas naciones o patrias de la tierra, juegan un papel importantísimo e insustituible de modo subsidiario a la familia. Es el plan de Dios para el ser que vive en la historia y que ha de integrarse en un destino comunitario que trasciende a la misma historia.

El pensar alegremente que una comunidad nacional puede sucumbir y que es algo bueno es un error. Es un tremendo daño al género humano solidario en Adán. Otra cosa es que Dios saque el bien del mal.

No olvidemos que la división en naciones es algo querido por Dios y expresado en el relato de la torre de Babel como parte de la providencia para solventar el mal del mundo.

Si no jamás se hubieran entendido como indicadas en la ley natural en el cuarto mandamiento las relaciones y obligaciones con la patria.

Por eso cuando la Virgen expresa en Fátima que en Portugal se conservará el dogma de la fe, no hace sino expresar una tragedia para el género humano, más que una alegría para Portugal. Tragedia mundial, de naciones que desaparecen en la historia con su legado y tradiciones que ordenaban los siglos a Cristo en la transmisión de la fe.

Un saludo en la Paz de Cristo.

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