Miles_Dei Veterano
Registrado: 17 Sep 2007 Mensajes: 11717
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Publicado:
Dom Feb 15, 2009 9:29 am Asunto:
Tema: Ex sacerd catolicos dicen que sus estudios no son en base a |
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Del Concilio Vaticano II, constitución Dei Verbum:
Cita: | Importancia de la Sagrada Escritura para la Teología
24. La Sagrada Teología se apoya, como en cimiento perpetuo, en la palabra escrita de Dios al mismo tiempo que en la Sagrada Tradición, y con ella se robustece firmemente y se rejuvenece continuamente, investigando a la luz de la fe toda la verdad contenida en el misterio de Cristo. Las Sagradas Escrituras contienen la palabra de Dios y, por ser inspiradas, son en verdad palabra de Dios; por consiguiente, el estudio de la Sagrada Escritura ha de ser como el alma de la Sagrada Teología (232) . También el ministerio de la palabra, esto es, la predicación pastoral, la catequesis y toda instrucción cristiana, en la que es preciso que ocupe un lugar importante la homilía litúrgica, se nutre saludablemente y se vigoriza santamente con la misma palabra de la Escritura.
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232 Cf. León XIII, Encícl. Providentissimus: Enchir. Biblic., 114; Benedicto XV, Encícl. Spiritus Paraclitus: Enchir. Biblic., 483. |
Y el mismo concilio en el decreto destinado a la formación de los sacerdotes Optatam Totius, en su número 16, nos dice repitiendo esta idea de la constitución sobre la Escritura:
Cita: | Fórmense con diligencia especial los alumnos en el estudio de la Sagrada Escritura, que debe ser como el alma de toda la teología; una vez antepuesta una introducción conveniente, iníciense con cuidado en el método de la exégesis, estudien los temas más importantes de la Divina Revelación, y en la lectura diaria y en la meditación de las Sagradas Escrituras reciban su estímulo y su alimento.
Ordénese la teología dogmática de forma que, ante todo, se propongan los temas bíblicos; expóngase luego a los alumnos la contribución que los Padres de la Iglesia de Oriente y de Occidente han aportado en la fiel transmisión y comprensión de cada una de las verdades de la Revelación, y la historia posterior del dogma, considerada incluso en relación con la historia general de la Iglesia; aprendan luego los alumnos a ilustrar los misterios de la salvación, cuanto más puedan, y comprenderlos más profundamente y observar sus mutuas relaciones por medio de la especulación, siguiendo las enseñanzas de Santo Tomás; aprendan también a reconocerlos presentes y operantes en las acciones litúrgicas y en toda la vida de la Iglesia; a buscar la solución de los problemas humanos bajo la luz de la Revelación; a aplicar las verdades eternas a la variable condición de las cosas humanas, y a comunicarlas en modo apropiado a los hombres de su tiempo.
(...)Aplíquese un cuidado especial en perfeccionar la teología moral, cuya exposición científica, más nutrida de la doctrina de la Sagrada Escritura, explique la grandeza de la vocación de los fieles en Cristo, y la obligación que tienen de producir su fruto para la vida del mundo en la caridad. |
Y esto fue siempre así ya que Tradición y Escritura son los dos pilares de la Revelación la cual es la base de la Teología.
Si cogemos al mayor doctor de la Iglesia y propuesto como ejemplo y guía en temas teológicos, Santo Tomás de Aquino del siglo XIII, no podemos obviar la magnitud e importancia de sus comentarios bíblicos.
Ya desde su misma tesis doctoral, hecha sobre un versículo de la Escritura ( Sal 104, 13: Desde lo alto riegas las montañas y la tierra se sacia con el fruto de tus obras) hasta el fin de sus días, la Escritura llena la obra del Aquinate, hasta el punto que su comentario sobre el Evangelio de San Juan en el tema de la caridad en la última cena es lo más elevado de su teología y se dice que nadie conoce realmente a este teólogo si no se ha leído ese comentario. Sin embargo cuando se habla de él la gente sólo recuerda popularmente, y a veces no tan popularmente, la Suma de Teología o la obra filosófica.
Sus oraciónes y composiciones eran bíblicas por excelencia y resalta entre ellas la de petición de sabiduría:
"Oh Dios misericordioso: envíame la Sabiduría que asiste junto a Ti. Mira que soy un ser débil, demasiado pequeño para lograr conocer qué es lo que más te agrada a Ti. Sin la sabiduría que procede de Ti, no seré estimado en nada. Contigo está la sabiduría que te asistió cuando creabas el mundo, la sabiduría que nos enseña qué es lo más grato a tus ojos y lo que más nos conviene hacer. Envíame tu sabiduría desde el cielo para que me asista en mis trabajos y me ilumine qué es lo que más te agrada en cada momento. Que ella me guíe prudentemente en todas mis obras" (Sab. 9, 1-11) Amen.
Y como nota sólo afirmar que se sabía toda la Biblia de memoria, tal como se enseñaba por entonces. Pues para poder ser sacerdote, desde tiempos inmemoriales se exigía como mínimo el aprendizaje de memoria de todo el salterio para poder ser ordenado. Hoy gracias a la facilidad de medios escritos y visuales no se exige tanto, pero la necesidad de fondo sigue siendo la misma.
Un saludo en la Paz de Cristo.

Clamat ad vos mea monstruosa vita, mea aerumnosa conscientia. Ego enim quaedam chimaera mei saeculi... Nolo scribere de me quod vos per alios audisse existimo, quid actitem, quid studeam, per quae discrimina verser in mundo, imo per quae jacter praecipitia. Si quominus audistis, precor ut inquiratis, et secundum quod audieritis, et consilium impendatis, et orationum suffragia. (Sanctus Bernardus Claraevallensis) _________________
Se trabó un gran combate en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón. (Apoc 12, 7)
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