18. Formación Humana: Desarrollo de las facultades I

[Hini]

http://es.catholic.net/sacerdotes/841/3078/articulo.php?id=40752

[Ricardo Tribin]

La voluntad es pieza clave del edificio de la personalidad.
¿Estás de acuerdo con esta frase? Comenta su importancia en toda labor pedagógica.

Creo en que la voluntad es algo que poco a poco se va formando y me parece importante pensar mucho en la buena voluntad mas que en la fuerza de voluntad. la segunda llega cuando la primera a aparecido.
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http://ricardotribin.blogspot.com

[José Mauricio Altamirano]

”Que la paz de Nuestro Señor Jesucristo este con todos ustedes”
Otros participantes
La voluntad es pieza clave del edificio de la personalidad.
¿Estás de acuerdo con esta frase? Comenta su importancia en toda labor pedagógica. La voluntad es pieza clave del edificio de la personalidad. Desde el punto de vista natural, el valor de un hombre depende, en gran parte, del grado en que logra forjar su voluntad.
¿En el grado en que logra forjar su voluntad?
o
¿En el grado en que esta dispuesto a dejarse forjar por El Espíritu Santo esa voluntad?
Les ruego me disculpen , pero esto es algo que me surge en muchos momentos de mi vida, ¿soy yo o es Dios el que me forma? Ya decíamos al principio de este curso, que todos los aspirantes a seminaristas y futuros sacerdotes son llamados por El Espíritu Santo, así como otros somos llamados a desempeñar otras funciones a través de nuestras vidas, pongo el caso de los que estamos casados y también las solteras y solteros, etc.
No se si por costumbre o por buenos o malos hábitos, nos acostumbramos a expresar lo que deseamos decir y caemos , no se si , en este error de expresión.
Muy frecuentemente leo y cada mas en mas documentos de La Iglesia y en La misma palabra de Dios, que nosotros debemos hacer la voluntad de Dios y estar dispuestos permanentemente para poder entrar en su voluntad.
La gran duda mía es, ¿depende de mi o de cualquiera forjar esa voluntad para lo que sea?
O ¿depende de Dios y yo solo estar dispuesto?
Se que soy Libre, tengo mi libre albedrío, pero en mi caso particular, Dios me a demostrado en algunos momentos de mi vida, que no es que no me de u otorgue libertad, si estoy seguro que me entrega, pero ¿será que me ama tanto que no desea que haya hecho muchas cosas en mi vida y que aún hoy en día siga haciendo otras?
Aun desde el punto de vista natural como lo plantea la pregunta sobre este tema 18.
Pero contestando la pregunta planteada, yo realmente aún no estoy totalmente convencido, que dependa de mi, hablo de mi, el que aunque sea desde el punto de vista natural, dependa de mi forja5r esa voluntad.
Estoy conciente de lo que escribió San Pablo en la carta a los Romanos, 7, 15.19: Realmente, mi proceder no lo comprendo; pues no hago lo que quiero, sino que hago lo que aborrezco. puesto que no hago el bien que quiero, sino que obro el mal que no quiero.
Esa es una gran duda en mi vida actual.

Todos

¿Les ha sorprendido que se incluya en el capítulo de “Formación humana” un apartado sobre la “formación de la inteligencia”? ¿Cuál creen que sea la razón de esta opción?Yo la respuesta a esa segunda interrogante la encuentro en este párrafo:
Ahora bien, los obstáculos en este trabajo nacen de la naturaleza misma del hombre. Por un lado la persona sufre una división interior, de la que ya hemos hablado, como consecuencia del pecado. Por otro, encuentra que en su limitación no puede optar por todos los bienes a la vez. Elegir significa renunciar a un valor para realizar otro. Podrá entonces haber titubeos al tener que decidirse por un bien y dejar otros; podrá haber tendencias contrastantes que hagan difícil o arduo querer el bien; o que dificulten el optar siempre por el bien que dictan la fe y la razón, por encima de otros valores inferiores.
Un abrazo fraterno a todos
Mauricio
“Cuando sientas que ya no sirves para nada, todavía puedes ser Santo”(San Agustín)

[Eduardo Espinosa Vasquez]

18. Formación Humana: Desarrollo de las facultades I.
Luego de realizar la lectura considero que la formación de la dimensión humana en el sacerdote debe estar caracterizada por:
 Su fin, que es la plena identificación con Cristo pobre, crucificado y resucitado.
 La promoción del crecimiento integral de la persona que sigue «las huellas y la doctrina» de Jesucristo a fin de asimilar su modo de vivir, de sentir y de pensar en un camino unitario que abraza todas las dimensiones de la vida personal.
 La atención a cada hermano o candidato, considerado siempre como persona en relación, miembro de una comunidad de hermanos que es el lugar privilegiado de su formación y en la cual se viven y se transmiten los valores de nuestra vida.
 La integración progresiva de la exigencia evangélica de radicalidad y el respeto de la libertad y de la originalidad de la persona. Los estímulos al crecimiento y las correcciones no se dan por imposición autoritaria, sino mediante el diálogo paciente y confiado, la comprensión de las necesidades de cada uno, el nutrimento espiritual y la comprobación constante de las motivaciones personales a la luz de las motivaciones evangélico-espirituales.
El objetivo final del itinerario formativo propuesto a quienes desean ingresar a nuestro estilo de vida religiosa, a nuestra comunidad, se funda en la adquisición de una nueva y profunda identidad evangélica y específica de nuestro propio carisma. Este proceso se lleva a cabo:
 A través de la formación intelectual (cultural, teológica, espiritual), cuya tarea consiste en proponer y esclarecer los valores ideales de nuestro carisma en sus significados objetivos y la formación de la inteligencia para saber discernir todos los momentos y aspectos de su vida.
 A través de la formación experiencial, que permite al hermano o al candidato medirse personalmente con la realidad de nuestra vida religiosa, contemplativa y misionera.
 Empleando un método personalizado, que ayuda al formando a asimilar – en una síntesis sapiencial y personal – las experiencias y los valores aprendidos a lo largo del camino.

Este itinerario, a la luz del Espíritu y a través de las mediaciones formativas indicadas, debe conducir gradualmente a la transformación interior, de manera que tanto el llamado como la comunidad conformada por los religiosos, perciban en él la adquisición progresiva de una vida nueva, visible en las actitudes, en los comportamientos, en los momentos importantes y en las circunstancias ordinarias, hasta permitir al hermano y al candidato afrontar las dificultades de nuestro tiempo y de la misión evangelizadora.
La formación de esta nueva identidad exige tiempo, serenidad y gran disponibilidad del corazón, pues «la persona se va forjando muy lentamente» y, al mismo tiempo, a causa de la gran diversidad de las nuevas vocaciones, necesita «atenciones personales y metodológicas adecuadas». De ese modo los hermanos y los candidatos podrán llegar a «asumir su concreta situación humana, espiritual y cultural».
Las ayudas personales y las metodologías adecuadas no pueden limitarse a los candidatos y a los hermanos en formación inicial, sino que deben estar presentes también en la formación permanente para sostener al hermano en su enfoque de las diversas fases de la vida, de las situaciones particulares que se viven en la fraternidad y en su testimonio de vida evangélica en la Iglesia y en el mundo.
Entre las varias etapas de la vida, procuramos prestar particular atención al período que comprende los primeros años después de la profesión solemne y de la ordenación sacerdotal, buscando metodologías y contenidos propios y acompañando y alentando a los hermanos a armonizar el ideal de los inicios con la realidad de su nuevo estado de vida. En efecto, esta fase de la vida vocacional es «por sí misma crítica, marcada por el paso de una vida guiada y tutelada a una situación de plena responsabilidad operativa».

El primer protagonista de esta acción formativa, a la luz y en la fuerza del Espíritu, es el hermano en formación permanente o inicial o el candidato: él es quien debe asumir la responsabilidad de su crecimiento personal mirando a Cristo como el «espejo» en el que debe reflejarse en todo momento y viviendo con alegría y disponibilidad al servicio «según la forma del santo Evangelio».
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Fray Eduardo Espinosa Vasquez

[jguerras100]

El objetivo central de la formación humana del seminarista es fomentar su madurez humana.
¿En qué consiste la madurez humana? ¿Qué haces para alcanzarla?

La madurez humana consiste en la coherencia entre lo que se es y lo que se profesa, y que tiene su expresión externa más convincente en la fidelidad y responsabilidad en el cumplimiento de los compromisos y deberes contraídos con Dios, con la Iglesia y con los hombres.

Para alcanzar la madurez se requiere ir conociéndose a uno mismo con sus fueras, debilidades, dones, talentos, habilidades, defectos, áreas de oportunidad, etc.

Después por medio de la oración, los sacramentos, el ayuno,, el sacrificio y sobre todo la disciplina mejorar nuestro carácter y nuestro temperamento, así como lograr darnos sin esperar nada a cambio, sino mas bien amando como decía Sn Agustín haz lo que hagas hazlo amando. Y Reconociendo que por nuestras propias fuerzas sería inútil sino mas bien poniendo la fe y la confianza en Dios y en su misión que nos ha encomendado y que estamos preparándonos para realizar.



Cuando se habla de "formación permanente", ¿quizás se piensa sobre todo en la actualización de conocimientos? ¿No es verdad que el sacerdote debe seguir formando su inteligencia y su voluntad, también después de ordenado? ¿Qué medios pueden ayudar?

La inteligencia nunca dejará de fortalecerse y ejercerse, para lo cual es indispensable seguir teniendo hambre y sed de la Palabra de Dios y de los signos de los tiempos.


La voluntad es pieza clave del edificio de la personalidad.
¿Estás de acuerdo con esta frase? Comenta su importancia en toda labor pedagógica.

La voluntad es importantísima puesto que Dios nos otorgó el libre albedrío y sin él, seríamos máquinas, robots, o incluso profesionistas pero vocación no tendríamos. Además cuando decidimos algo y es costoso, difícil, nos pesa, etc., es mas lleno de amor que hacerlo cuando todo está bien o nos agrade o seamos correspondidos. Por eso la voluntad nos ejercita también la disciplina y el orden.


¿Les ha sorprendido que se incluya en el capítulo de "Formación humana" un apartado sobre la "formación de la inteligencia"? ¿Cuál creen que sea la razón de esta opción?

Se ha denotado en ese apartado del capítulo pues al tener esos 4 rubros desempeñándose eficazmente, aseguramos que estaremos listos para enfrentar y ser proactivos y sinérgicos para coadyuvar en las alternativas de solución más acertadas a largo plazo.

[jguerras100]

El objetivo central de la formación humana del seminarista es fomentar su madurez humana.
¿En qué consiste la madurez humana? ¿Qué haces para alcanzarla?

La madurez humana consiste en la coherencia entre lo que se es y lo que se profesa, y que tiene su expresión externa más convincente en la fidelidad y responsabilidad en el cumplimiento de los compromisos y deberes contraídos con Dios, con la Iglesia y con los hombres.

Para alcanzar la madurez se requiere ir conociéndose a uno mismo con sus fueras, debilidades, dones, talentos, habilidades, defectos, áreas de oportunidad, etc.

Después por medio de la oración, los sacramentos, el ayuno,, el sacrificio y sobre todo la disciplina mejorar nuestro carácter y nuestro temperamento, así como lograr darnos sin esperar nada a cambio, sino mas bien amando como decía Sn Agustín haz lo que hagas hazlo amando. Y Reconociendo que por nuestras propias fuerzas sería inútil sino mas bien poniendo la fe y la confianza en Dios y en su misión que nos ha encomendado y que estamos preparándonos para realizar.



Cuando se habla de "formación permanente", ¿quizás se piensa sobre todo en la actualización de conocimientos? ¿No es verdad que el sacerdote debe seguir formando su inteligencia y su voluntad, también después de ordenado? ¿Qué medios pueden ayudar?

La inteligencia nunca dejará de fortalecerse y ejercerse, para lo cual es indispensable seguir teniendo hambre y sed de la Palabra de Dios y de los signos de los tiempos.


La voluntad es pieza clave del edificio de la personalidad.
¿Estás de acuerdo con esta frase? Comenta su importancia en toda labor pedagógica.

La voluntad es importantísima puesto que Dios nos otorgó el libre albedrío y sin él, seríamos máquinas, robots, o incluso profesionistas pero vocación no tendríamos. Además cuando decidimos algo y es costoso, difícil, nos pesa, etc., es mas lleno de amor que hacerlo cuando todo está bien o nos agrade o seamos correspondidos. Por eso la voluntad nos ejercita también la disciplina y el orden.


¿Les ha sorprendido que se incluya en el capítulo de "Formación humana" un apartado sobre la "formación de la inteligencia"? ¿Cuál creen que sea la razón de esta opción?

Se ha denotado en ese apartado del capítulo pues al tener esos 4 rubros desempeñándose eficazmente, aseguramos que estaremos listos para enfrentar y ser proactivos y sinérgicos para coadyuvar en las alternativas de solución más acertadas a largo plazo.

[Juan José Rodríguez Mesa]

Formadores

La formación espiritual supone y exige la formación humana del futuro sacerdote. ¿Estás de acuerdo con esta frase? ¿Crees que muchos problemas en la vida del seminarista son más de índole humano que de vida espiritual?

Considero que sí porque el primer requisito que se necesita para ser sacerdote es ser persona. Podría parecer extraño este enunciado, pero es la realidad. San Agustín decía soy humano y nada de lo humano me es ajeno. No es fácil preparar una personalidad para entregársela al Señor; máxime si al Señor se le debe entregar lo mejor y bien preparado. Este es precisamente el objeto de toda formación para ser sacerdote y religioso.

La dimensión humana bien formada se convierte en el terreno abonado para las demás dimensiones de la formación sacerdotal. Se debe tener en cuenta que juega un papel muy importante la afectividad y el equilibrio emocional. De ahí que un joven con enfermedades o defectos físicos notables, o con un psiquismo desviado o enfermo, no debe aspirar al sacerdocio, pues lo más seguro es que el Señor no lo llama, aunque él se crea llamado. En esto hay que ser muy claro desde el principio para no hacerle perder tiempo sabiendo con claridad que su proceso se verá truncado más adelante.

Al respecto de la formación humana el número 11 del decreto Optatam Tutius sobre la formación sacerdotal afirma:

“Obsérvense exactamente las normas de la educación cristiana, y complétense convenientemente con los últimos hallazgos de la sana psicología y de la pedagogía. por medio de una educación sabiamente ordenada hay que cultivar también en los alumnos la necesaria madurez humana, la cual se comprueba, sobre todo, en cierta estabilidad de ánimo, en la facultad de tomar decisiones ponderadas y en el recto modo de juzgar sobre los acontecimientos y los hombres. Esfuércense los alumnos en moderar bien su propio temperamento; edúquense en la reciedumbre de alma y aprendan a apreciar, en general, las virtudes que más se estiman entre los hombres y que hacen recomendables al ministro de Cristo, como son la sinceridad de alma, la preocupación constante por la justicia, la fidelidad en las promesas, la urbanidad en el obrar, la modestia unida a la caridad en el hablar.

Hay que apreciar la disciplina del Seminario no sólo como defensa eficaz de la vida común y de la caridad, sino como elemento necesario de toda la formación para adquirir el dominio de sí mismo, para procurar la sólida madurez de la persona y formar las demás disposiciones del alma que ayudan decididamente a la labor ordenada y fructuosa de la Iglesia. Obsérvese, sin embargo, la disciplina de modo que se convierta en aptitud interna de los alumnos, en virtud de la cual se acepta la autoridad de los superiores por convicción interna o en conciencia, y por motivos sobrenaturales. Aplíquense, no obstante, las normas de la disciplina según la edad de los alumnos, de forma que mientras aprenden poco a poco a gobernarse a sí mismos se acostumbren a usar prudentemente de la libertad, a obrar según la propia iniciativa y responsabilidad y a colaborar con los hermanos y los seglares. Toda la vida de Seminario, impregnada de afán de piedad y de gusto del silencio y de preocupación por la mutua ayuda, ha de ordenarse de modo que constituya una iniciación en la vida que luego ha de llevar el sacerdote”.

[MARCELO M]

Cuando se habla de “formación permanente”, ¿quizás se piensa sobre todo en la actualización de conocimientos? ¿No es verdad que el sacerdote debe seguir formando su inteligencia y su voluntad, también después de ordenado? ¿Qué medios pueden ayudar?

Ciertamente la formación permanente es un pilar fundamental dentro de la vida sacerdotal y religiosa, pero no simplemente vista como una actualización de conocimientos, sino más bien, como un itinerario, personal y comunitario, que dura toda la vida, en el descubrimiento de Cristo, humilde y crucificado, en uno mismo, en el servicio, en la propia cultura y en toda realidad contemporánea. Es por tanto, un proceso de conversión, un crecimiento personal, espiritual, profesional y ministerial, de modo que el sacerdote o el religioso estén siempre a obrar el bien. Los medios para lograr esto pueden ser, este tipo de cursos en línea, la elaboración de un proyecto de vida personal, participando de diversos encuentros que con este fin se organiza en las diócesis, etc.

[MCDelgadillo]

Otros participantes
La voluntad es pieza clave del edificio de la personalidad.
¿Estás de acuerdo con esta frase? Comenta su importancia en toda labor pedagógica.

Una voluntad bien formada es responsable de las consecuencias de sus actos; de las razones de ellos; de realizar su proyecto de vida y de cumplir su destino.

La educación de la voluntad es tarea del hombre para toda la vida. El hombre vive nuevas experiencias en cada etapa de la vida que lo llevan a nuevos retos. Educar la voluntad significa mantener una reflexibilidad expresa por la que queremos querer.

Educar la voluntad es tarea ardua del formador y del formando. Es un aprendizaje gradual que requiere la repetición de actos hasta formar hábitos positivos de conducta. El ejercicio de la voluntad inicia con la negación o vencimiento de pequeños gustos, inclinaciones o estímulos, con la aspiración de ejercitar las virtudes y ser mejores en la vida.

La educción de la voluntad inicia desde la familia y la escuela, con la educación en valores. Sabiamente los padres sabrán motivar desde la infancia para despertar en el formando una acción positiva en sus tareas diarias mediante frases adecuadas y haciendo atractiva; la responsabilidad, el deber, las exigencias concretas. Los educadores guiarán hacia la verdad y la libertad, de manera en que la voluntad liberadora permita al educando aprender a ser libre y aprender a liberarse.

La voluntad libera e introduce en el camino hacia la realización del proyecto personal, camino que consiste en adecuar los deseos a la realidad para aprender a vivir. La liberación no es hacer lo que uno quiere, sino vencerse en pequeñas luchas para alcanzar las mejores cimas del propio desarrollo. La liberación que trae la voluntad consiste en apartar obstáculos, allanar el camino para hacer lo que se había programado, ir consiguiendo que los sueños se hagan realidad poco a poco.

A mayor motivación mejor aprendizaje. El ejercicio de luchar por nuestros objetivos se amplia gracias a la fuerza de los contenidos que los mueven; el que no sabe lo que quiere, el que no tiene la ilusión de alcanzar algo, difícilmente tendrá la voluntad preparada para la lucha.

Daniel Inenarity habla del “modelo de identidad”, esa lección abierta que otro nos da y nos invita a imitarlo. Tenerlo presente es empezar a andar de forma correcta y correr tras la verdadera libertad. «Libertad como pasión significa superar el reduccionismo de una libertad sólo centrada en aspectos formales, comprada al precio de una perpetua indecisión [... ]
Una libertad profunda es aquella que se realiza, se hace vida, decide y compromete [... ] conservando la propia superioridad moral.»

Es importante encontrar objetivos claros, precisos, bien delimitados, estables; poner toda la fuerza en avanzar, los resultados positivos sin duda se encontrarán y no tendrá cabida la dispersión de objetivos, ni tampoco el querer abarcar más de lo que uno puede. Aplicarse en esos propósitos, produce mucha paz, siendo capaz de apartar todo lo que pueda distraernos o alejarnos de las metas. Querer es pretender algo concreto y renunciar a todo lo que distraiga y desvíe de los objetivos trazados.

La educación de la voluntad tiene un fondo ascético. Conducir las ansias juveniles hacia una meta que valga la pena es tarea decisiva de padres y educadores. Las grandes ambiciones, las mejores aventuras, brotan de algo pequeño, que crece a medida que la lucha personal no cede, no baja la guardia, insistiendo una y otra vez. Lo importante es tener pequeños avances que poco a poco llevan al logro de los propósitos. En la medida en que se fortalezca la voluntad mejor gobierno de si mismo se tiene ante los estímulos del momento.

La persona con voluntad alcanza las metas que se había propuesto con constancia. Es importante tener presentes las herramientas de la voluntad: el orden, la tenacidad, la disciplina, la alegría constante y la mirada puesta en el futuro, en la meta. Buscando una buena armonía entre fines y medios; y una medida adecuada entre aptitudes y limitaciones.

Una buena y suficiente educación de la voluntad es un indicador de madurez de la personalidad que enriquece su bagaje psicológico. Una persona madura y con equilibrio psicológico ofrece un mosaico de elementos armónicamente integrados, en donde la voluntad brilla con luz propia.

Todos
¿Les ha sorprendido que se incluya en el capítulo de “Formación humana” un apartado sobre la “formación de la inteligencia”? ¿Cuál creen que sea la razón de esta opción?

“La perfectibilidad del ser humano apunta a alcanzar su plenitud y a cumplir los deberes que su misión requiere al dominar las tendencias inferiores”. Carlos Llano Cifuentes
Debido a que la voluntad se automotiva para querer bienes verdaderamente valiosos que la inteligencia le aconseja, la reflexión volitiva acepta lo que el entendimiento le presenta u ordena ejercitar de nuevo su acto de pensar, a lo que el entendimiento no puede negarse.

La inteligencia alimenta el espíritu partiendo de los sentidos y llega a conceptualizar la realidad para después aplicar esos mismos conocimientos al devenir de los fenómenos sensibles. La inteligencia se forma cuando aprende a pensar. El criterio para discernir la verdad de los conocimientos es la evidencia. Discernir los diferentes grados de verdad es una importante etapa de maduración intelectual.

“… una cuestión rectora para jerarquizar las áreas del pensamiento sigue ahora un camino desviado: técnica, ciencia, ética y humanidades. El orden correcto sería: conocer al hombre para perfeccionarlo y conocer al mundo para transformarlo, sin separar lo que distinguimos, pero sin confundir lo que unimos. Cronológicamente estos cuatro órdenes de la realidad deben trenzarse siguiendo una secuencia helicoidal.”. Carlos Llano Cifuentes

La formación de la persona que siente, que entiende y que quiere, son facultades que en armónica interrelación dan por resultado el carácter de quien va logrando, con esfuerzo continuo un pensar claro y un querer firme. Racionalismo, Voluntarismo y Sentimentalismo son tres modos de ser; que deberán estar en armonía de estos elementos. Es importante formar el carácter, cultivar la sensibilidad y ordenar los sentimientos, porque la afectividad, la imaginación y los apetitos no están bajo el dominio de la persona.

[verónica ana]

1)La voluntad es pieza clave del edificio de la personalidad. ¿Está de acuerdo con esta frase? Comente su importancia en toda labor pedagógica.

Sí por supuesto que estamos de acuerdo con que la voluntad es una pieza clave en el edificio de la personalidad. El hombre es una persona imperfecta pero perfectible, en otras palabras, es inacabada y debe llegar a una plenitud que no le es dada en su nacimiento sino que tiende hacia ella toda su vida y es el primer responsable de alcanzarla o no.

Esta plenitud el hombre la va adquiriendo en la medida que va creciendo como persona en todos los ámbitos de su vida. Pero es verdad que nadie ni nada puede obligar al hombre a alcanzar esta plenitud. Es la misma persona la que debe quererla y desearla desde su interioridad. En este querer, entra en juego justamente la voluntad y una propiedad de ella que es la libertad.

Uno de los fines más sublimes que tiene la educación es formar al hombre para que pueda hacer un recto uso de su libertad. El hombre debe saber elegir aquellos bienes y valores que más plenitud le van a traer en la realización de su vida. Un educador, Ruiz Sánchez ha afirmado: “la educación…tiene que hacer, de modo que se forme una capacidad, con la que no se nace, por la que el hombre pueda elegir correctamente el bien objetivo, de acuerdo a una jerarquía también objetiva de bienes o valores en concordancia con la necesidad de perfección”. Pues en la medida que elijo me determino por algo, pero esta autodeterminación puede ser perfectiva o no.
Uno de los inconvenientes que afecta la capacidad de elección, más allá de la ignorancia y la posibilidad de errar, es la debilidad de la voluntad. De todo lo expuesto se deduce la importancia que tiene educar la voluntad del hombre porque él es capaz de autoconducir su vida y para ello debe elegir lo que más le conviene en cada circunstancia que le toque vivir.

Vale la pena aclarar que nosotros asociamos a la voluntad con la capacidad de esfuerzo que el hombre debe tener a la hora de realizar o enfrentar alguna circunstancia. Y si bien la capacidad de esforzarse es un aspecto de la voluntad, no se reduce a ésta. La voluntad se mueve más por atracción que por esfuerzo; la voluntad es atraída por lo bueno, lo que es valioso y es por este sentirse atraída que luego puede hacer el esfuerzo. Un ejemplo: el estudiante hace el esfuerzo, pone voluntad, como solemos decir habitualmente, en estudiar para aprobar los exámenes porque percibe un bien mayor que es alcanzar el título, que a su vez le abrirá las puertas al mundo laboral. Cuando este bien (alcanzar el título) se desdibuja o se pierde en el horizonte de la conciencia de la persona, el esfuerzo de la voluntad se hace mayor aún si quiere lograr su objetivo, de lo contrario la voluntad se hace cada vez más débil y también su capacidad de esfuerzo.

En definitiva, es sumamente importante para educar la voluntad mostrarle al educando los valores o bienes que debe alcanzar para tener una vida plena y así puede poner en juego su capacidad de esfuerzo para alcanzar aquello que le es difícil.


2)¿Les ha sorprendido que se incluya en el Capítulo de “Formación humana” un apartado sobre la “formación de la inteligencia”? ¿Cuál creen que sea la razón de esta opción?


Decir formación humana es decir educación en todas las dimensiones del hombre. Podríamos definir la educación como el desarrollo perfectivo e integral de todas sus facultades. Dentro de éstas facultades hay dos que son las específicamente humanas, les son propias del ser humano y no las comparte con ningún otro ser vivo. Ellas son la inteligencia y la voluntad.
Por lo tanto cuando hablamos de educar al hombre, la educación va a influir directamente sobre estas dos potencias operativas: inteligencia y voluntad.
Es por ello que no nos sorprende que se hable de la formación de la inteligencia cuando se habla de formar al hombre, es más corresponde hablar de ella de un modo eminente.
No podemos olvidarnos, incluso que es la inteligencia la que le muestra lo verdadero, lo bueno a la voluntad para que adhiera a ese bien o no.
Claro está que no podemos entender la formación de la inteligencia únicamente como un simple almacenar información o realizar las operaciones para las cuáles está preparada como si fuera una máquina, sino que fundamentalmente la formación de la inteligencia pasa por la adquisición de aquellos hábitos intelectuales, a través de los cuales, puede ella alcanzar siempre la verdad y el sentido último de las cosas.

[Monica L. Moreno y G.]

1).- La voluntad es pieza clave del edificio de la personalidad. ¿Está de acuerdo con esta frase? Comente su importancia en toda labor pedagógica.

Si estoy de acuerdo.

La voluntad es una de las capacidades del alma y hay que recordar que una persona, un ente, y que cada ente es verum («verdadero»), porque es cognoscible, conformable a una inteligencia; bonum («bueno»), porque es amable, apetecible por una voluntad; pulchrum («bello»), porque causa placer a todas las dimensiones de un espíritu.

Que La voluntad se fortalece con el tiempo. No se educa con grandes actos heroicos. Se cultiva con el esfuerzo de cada día, de cada hora. Por eso, el primer medio para formar la voluntad es el trabajo constante.

La voluntad es la capacidad para tomar decisiones. La voluntad es el centro de mando de la persona. Es donde se determinan los planes a realizar; donde se rechaza lo desagradable; y donde se admiten sufrimientos o esperas pacientes, es el querer echo acciòn.

No se toman decisiones con la inteligencia ni con los sentimientos. La inteligencia da ideas y aclara las ventajas o inconvenientes de tomar una decisión. Los sentimientos inclinan hacia un lado u otro. Pero, al final, es la voluntad quien decide con base en todas estas sugerencias que ha recibido, porque es la pieza clave del edificio de la personalidad. Se podría decir que se es más hombre o se es hombre de verdad, por el dominio que se tenga de la facultad superior de la voluntad sobre los instintos.

La voluntad es la facultad que nos permite transformar nuestras ilusiones en hechos. Esta facultad, con la gracia de Dios, forma el eje de todo empeño espiritual, humano, apostólico e intelectual del hombre. Si un hombre sin ideal es un pobre hombre, podemos decir que un ideal sin formación de la voluntad es una utopía.
_________________
¡En la Voluntad de Dios!

[Monica L. Moreno y G.]

1).- La voluntad es pieza clave del edificio de la personalidad. ¿Está de acuerdo con esta frase? Comente su importancia en toda labor pedagógica.

Si estoy de acuerdo.

La voluntad es una de las capacidades del alma y hay que recordar que una persona, un ente, y que cada ente es verum («verdadero»), porque es cognoscible, conformable a una inteligencia; bonum («bueno»), porque es amable, apetecible por una voluntad; pulchrum («bello»), porque causa placer a todas las dimensiones de un espíritu.

Que La voluntad se fortalece con el tiempo. No se educa con grandes actos heroicos. Se cultiva con el esfuerzo de cada día, de cada hora. Por eso, el primer medio para formar la voluntad es el trabajo constante.

La voluntad es la capacidad para tomar decisiones. La voluntad es el centro de mando de la persona. Es donde se determinan los planes a realizar; donde se rechaza lo desagradable; y donde se admiten sufrimientos o esperas pacientes, es el querer echo acciòn.

No se toman decisiones con la inteligencia ni con los sentimientos. La inteligencia da ideas y aclara las ventajas o inconvenientes de tomar una decisión. Los sentimientos inclinan hacia un lado u otro. Pero, al final, es la voluntad quien decide con base en todas estas sugerencias que ha recibido, porque es la pieza clave del edificio de la personalidad. Se podría decir que se es más hombre o se es hombre de verdad, por el dominio que se tenga de la facultad superior de la voluntad sobre los instintos.

La voluntad es la facultad que nos permite transformar nuestras ilusiones en hechos. Esta facultad, con la gracia de Dios, forma el eje de todo empeño espiritual, humano, apostólico e intelectual del hombre. Si un hombre sin ideal es un pobre hombre, podemos decir que un ideal sin formación de la voluntad es una utopía.
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¡En la Voluntad de Dios!

[73107943]

FORO CAPITULO 18

Sí se podría decir que la voluntad es la pieza clave del edificio de la personalidad, porque soy Yo mismo, con mi voluntad, con mi forma de ser, encerrada en mi personalidad, quien construyo mi propia formación y quien decido quien me ha de formar. Debo abrir mi Ser, mi inteligencia para comprender que es lo realmente bueno para mí, que es lo que más me conviene.
pero considero que en este caso,"La Formación para ser sacerdote", existe un choque entre mi voluntad y la voluntad que se me impone, lo que creo que me conviene y lo que realmente debo hacer. Las escrituras lo dicen: "Dijo Jesús: Padre, si quieres líbrame de este trago amargo; pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya" (San Lucas, 22, 41-43). Y en otro aparte: María dijo: Yo soy la esclava del Señor; hágase en mí según tu voluntad" (San Lucas, 1, 3.
O sea, se debe anteponer mi voluntad a la del Señor, se debe anteponer lo que creo que está bien a lo que dice la Iglesia, entonces, ¿donde queda mi voluntad? Por eso, como dije en otro Foro, la profesión de ser sacerdote es dura, complicada, ya que se debe dejarlo todo para tenerlo todo, para tener a Dios.
De ahí, la otra pregunta que se formula, "La formación de la inteligencia", ya que hay que ser inteligente para comprender esto, o sea, se debe comprender, se debe entender que debo dejar mi caracter y formar uno nuevo para beneficio de mi futura comunidad, debo dejar mi voluntad, para asumir un nuevo compromiso ante Dios, ante la Iglesia y ante una futura comunidad, pero mi personalidad debe seguir, tiene que seguir intacta, porque de lo contrario dejaría de ser yo y me convertería en una marioneta de la Iglesia.
Es por eso que la misión que tienen los formadores de seminaristas es muy grande, muy valiosa, muy comprometida, como dicen por ahí, es tomar el diamante en bruto, simple roca, e irlo tallando con cuidado hasta convertirlo en una piedra preciosa, una gema valiosa.

[Sergio Héctor Casas Silva]

Cuando se habla de “formación permanente”, ¿quizás se piensa sobre todo en la actualización de conocimientos? ¿No es verdad que el sacerdote debe seguir formando su inteligencia y su voluntad, también después de ordenado? ¿Qué medios pueden ayudar?

Creo que la formación permanente ha de ser integral y debe comprender lo intelectual y lo volitivo. Ésta debe ser continua.

Los medios que se me ocurren son la frecuencia de los Sacramentos, la piedad personal, el estudio y la lectura de textos de buena doctrina en concordancia con el Magisterio Infalible de la Iglesia.

[Pbro. Francisco Rodríguez]

Un saludos a todos.

Que en este inicio de la cuaresma el Señor nos de a todos la gracia de la conversión y la reconciliación.

Cuando se habla de "formación permanente", ¿quizás se piensa sobre todo en actualización de conocimientos? ¿No es verdad que el sacerdote debe seguir formando su inteligencia y voluntad, después de ordenado? ¿Qué medios pueden ayudar?

Me parece fundamental en estas cuestiones que no debemos olvidar lo que Santo Tomás decía: "la gracia sobrenatural no anula la naturaleza humana sino que la eleva". Nadie puede afirmar y sostener que ha alcanzado tal grado de perfección y maduréz en su personalidad que ya no es posible más.

"Formación permanente" es formación constante, todos los días son oportunidad de perfección y maduréz de la personalidad. No podemos decir que nos formamos por secciones, hoy mi inteligencia y mañana mi voluntad, de ahí que la formación permanente no es sólo la actualización de conocimientos, esto es apenas un parte, debemos esforzarnos por formar la inteligencia y la voluntad.

La ordenación sacerdotal no me cofiere una perfección humana al grado de pensar que estoy completo y con lo necesario para ser santo y que en adelante ya no hay más nada que hacer, que todo está hecho. La sensatez me lleva a pensar que en le caminar como sacerdote debe existir un esfuerzo mayor de formación, mejor personalidad humana, mejor vida espiritual, mejor preparación intelectual y mejor ejercicio del ministerio pastoral. Se require convicción ya que no estará el formador a mi lado para exigirme, debo hacerlo por mi mismo.

En cuanto a los medios, creo que en otro momento ya me he referido a ellos, sólo puedeo decir que existen tantos medios tanto cuanto sea nuestro deseo de formación.

¿Les ha sorprendido que se incluya en le capítulo de "formación humana" un apartado sobre la "formación de la inteligencia"? ¿Cuál creen que sea la razón de esta opción?

Lo realmente soprendente hubiera sido el no incluirlo. En lo particular me ha ayudado mucho en mi formación la lectura detenida de estos apartados: la formación de la inteligencia y la formación de la voluntad. Tengo material para seguir reflexionando y adquirir una mejor maduréz de mi personalidad. Ma anima a hacer una relectura para una mejor revisión en mi vida sacerdotal.

P. Paco R.

[JULIAN RAMIRO JOVEN CADEN]

Formadores

La formación espiritual supone y exige la formación humana del futuro sacerdote.
¿Estás de acuerdo con esta frase? ¿Crees que muchos problemas en la vida del seminarista son más de índole humano que de vida espiritual?

Sí, claro que estoy de acuerdo con esa frase. Somos una unidad compleja en la que todas las partes se influyen. En este caso podríamos decir, teniendo en cuenta las diferencias, que la dimensión humana es como la materia prima sobre la que resplandece el espíritu. Qué le vamos a hacer somos “cuerpo espiritualizado” o “espíritu encarnado”. Los distinguimos sólo metodológicamente. Es imposible pretender formar un hombre de vida interior,de comunión permanente con Dios, cuando a lo mejor es: veleidoso, deshonesto, colérico, pervertido en sus emociones. No es que se dude del poder de Dios sino que se exigen unos elementos fundamentales que ayuden a configurar realmente al hombre de Dios. La formación humana es como el soporte de las demás dimensiones.

Considero que particularmente esta época adolece de considerables dificultades de índole humano: pienso en este momento en la dispersión (¡Qué temor por el silencio!), en la debilidad para el sacrificio y la constancia, en el deseo de ser “eternamente” adolescentes, en la falta de criterios para discernir y asumir lo más noble…. Estas dificultades dificultan la acción del Espíritu. Pienso que un reto de la formación es retomar la “identidad del ministerio sacerdotal”; sí el tema ya lo tocamos. Pero creo que ha de ser una fuerte insitencia en la formación; al fin y al cabo es plantear el tema central de su estadía en el Seminario “Formar pastores de almas”. Atención con aquellos seminaristas que en su dimensión humana son muy buenos, pero en la vida sacramental, piadosa y de recogimiento no dan igual muestra de calidad. La Iglesia no necesita “altos ejecutivos que hablen de Dios” sino hombre que transparenten la experiencia de Dios.

[rodrigofcleon]

¡VTR!

Estimados en Cristo:

La voluntad es la pieza clave del edificio de la personalidad.

El ser humano es como una casa de tres pisos: en el primero, se encuentra su cuerpo y todo lo biológico; en el segundo se encuentran los sentimientos, las emociones y pasiones, así como los sentidos (tacto, olfato, etc.); finalmente, el piso superior, constituido por las facultades mayores del hombre: inteligencia, voluntad y libertad.

La inteligencia busca conocer la verdad, apoyándose de análisis, síntesis, relaciones y juicios. La voluntad, por otro lado, quiere el bien, es decir, eso que la inteligencia conoce lo transmite a la voluntad y ésta lo quiere.
¿Por qué decimos pues que la voluntad es la pieza clave?

Porque al ser la facultad que quiere es muy importante formarla para que sólo quiera el bien, aquello que va de acuerdo a la ley natural. Y en caso del sacerdote católico, a que eso vaya de acuerdo a las normas evangélicas y a los principios cristianos.

Creo que es muy bueno ayudar a las personas, desde que son pequeñas, a formar su voluntad, para que aprendan a decidirse por el bien mayor y no cedan ante las tentaciones de las emociones o las pasiones…
_________________
Afectísimo en Cristo,
Rodrigo Fernández de Castro De León
REGNUM CHRISTI
MÉXICO

[Jacobo Ventura Pérez]

18. Formación Humana: Desarrollo de las facultades I


1.- La voluntad es pieza clave del edificio de la personalidad.
¿Estás de acuerdo con esta frase?
Comenta su importancia en toda labor pedagógica.

R.- Estoy de acuerdo en que la voluntad es un factor fundamental de la personalidad.

Somos únicos en la creación, una amalgama irrepetible dotada de cualidades excepcionales, a Dios Gracias.

Dios nos da dones a cada ser de acuerdo con sus planes divinos (Misterio). En nosotros esta el desarrollarlos en forma armoniosa, esto mediante el “diario vivir” con todas sus vicisitudes; alegrías penas, éxitos, fracasos, salud, enfermedad, trabajo, descanso, etc.

Dios nos da el poder de discernir entre el bien y el mal, en nosotros esta hacia donde queremos y podemos canalizar nuestro esfuerzo cotidiano, de momento en momento, viviendo el presente al máximo, para sacarle todo el provecho al Don de la vida.

Dios nos ayude y de la fortaleza necesaria para que nuestra “voluntad”, se traduzca en esfuerzos, pequeños, medianos o grandes, acordes a la situación que cada uno vive.

De que manera; apoyando a nuestros semejantes en el trabajo, comunidad vecinal, nuestra familia, en nuestra Iglesia, etc. En todos los ambientes se requiere que una voluntad bien orientada, sea factor de cambio hacia la Verdad que se manifiesta en Dios.


[color=black][color=darkblue]2.- ¿Les ha sorprendido que se incluya en el capítulo de “formación humana” un apartado sobre la “formación de la inteligencia?
¿Cuál creen que sea la razón de esta opción?[/color][/color]
R.- De ninguna manera. No me sorprende que incluyan este don, “la inteligencia”.

No me canso de repetirlo, somos únicos en la creación a Dios Gracias. Aquí el Espíritu Santo infunde en nuestras almas, dones que a nosotros nos corresponde desarrollar al máximo, y sobre todo aplicarlos al servicio de nuestros semejantes.

Mediante la inteligencia podemos discernir entre objetos, situaciones, personas; esto es entre el bien y el mal (Ética), y que podamos penetrar en la Verdad, iluminada por la Fe, referida en los Evangelios.

A este don corresponde la sexta bienaventuranza, “Bienaventurados los limpios de corazón”. Tiene que ver con evitar las situaciones, objetos o personas, que nos puedan manchar con el pecado, tales como: pasiones, gula, envidia, avaricia, etc.

Me despido


Cordialmente



La Paz de Cristo sea contigo.
_________________
Ventura

[Alan Josué Saldaña García]

Esta es la otra parte del capítulo anterior, la parte intelectual, tal como exprese mediante la reflexión, es mejor el reflexionar y utilizar la habilidad de reflexionar y llegar a comentar a x tipo de persona, nunca se podrá hablar igual, si en la predicación siendo cura nos encontramos con personas cultas con una educación amplia, tendremos que reflexionarles con amplitud mientras que con personas sencillas y humildes la reflexión se base en sencillez, en ejemplos cotidianos que puedan entender, tener conocimientos es necesario por eso dije un sacerdote debe y es santo y sabio, la santidad creo yo debe ser mayor, pero nunca dejando atrás la sabiduría una sabiduría que con la santidad amplia, será humilde y fraterna, podrá saber mucho pero la utilizara en la reflexión y no en la prueba y presunción de los conocimientos podrá dar ejemplos y ayudar en cualquier duda, pregunta o situación que se le presente a la hora de predicar. Es necesario aquí ser santo porque los conocimientos como nos han dicho llevan muy cotidianamente a dejar lo sobrenatural a dudar de Dios mismo, de perder la vocación tal vez real que venía de Dios por los conocimientos filosóficos, científicos. La filosofía puede llevarnos a eso a dudar a todo, a dejar la fe pro la búsqueda infinita de la verdad, olvidando la verdad de Dios, por eso una educación verdadera es la oración ye le estudio, la santidad y la sabiduría siempre primero es lo, la santidad y al oración, porque son las herramientas que nos llevaran a ser cultos con sencillez, sabios con humildad.
_________________
DIOS es AMOR y ha creado al Hombre por AMOR y para AMAR. He aquí la formula de la PAZ que el MUNDO busca AMAR A DIOS Y AL PROJIMO

www.EducarEsAmar.tk www.Videos-Katholikos.tk

[Padre Jairo Yate R.]

Bien cierto saber que para un futuro ministro e incluso para aquel que se encuentra ya ejerciendo su ministerio es básico que la persona goce de un desarrollo íntegro, armónico y jerarquizado de sus facultades. Así debería ser, y de la misma manera lo confirma el Santo Padre Juan Pablo II, diciendo: “El presbítero, llamado a ser «imagen viva» de Jesucristo, Cabeza y Pastor de la Iglesia, debe procurar reflejar en sí mismo, en la medida de lo posible, aquella perfección humana que brilla en el Hijo de Dios hecho hombre y que se transparenta con singular eficacia en sus actitudes hacia los demás, tal como nos las presentan los evangelistas”.
Hay que ajustarse al llamado desde el Evangelio, no a las posibilidades que puedan servir para la misión de un futuro presbítero. Si el Evangelio dice claramente quién es o qué deber ser el servidor del Señor, en esa línea de pensamiento deben estar los formadores. Quedando claro que no estoy hablando de la vocación perfecta o del ministro perfecto, sino que en la medida de lo posible el seminarista o el presbítero logren la perfección humana.
Estoy totalmente de acuerdo que todos debemos preocuparnos para seguir recibiendo formación en nuestra vida espiritual, moral, intelectual, la voluntad. Es necesario que cada día estemos mejor preparados para tratar a los fieles, para poder aconsejarlo, para obrar correctamente, para pensar inteligentemente. Todo eso suena muy bien, la dificultad es que en mi experiencia de 24 años de ministerio no he visto mucho de esto en la Diócesis. El interés ronda más en la capacitación o formación cultural del conocimiento, y tampoco es mucho, porque con un encuentro anual de dos o tres días de conferencias, no podemos llegar a concluir que las personas se están formando intelectualmente, una cosa es saber o tener conocimiento y otra cosa muy diferente es tener el buen juicio en el ambiente de analizar, sintetizar, relacionar y juzgar.
Si pienso ahora en los medios válidos para esa formación permanente, creo que están las reuniones periódicas en las Vicarías Foráneas, allí es un buen espacio para compartir, para aprender, para madurar, para cuestionar, para proyectar muchas ideas en diversos órdenes. Otro medio puede ser el llamado “mini retiro” mensual en la Diócesis, un espacio de 3 horas para profundizar un poco sobre algún tema espiritual, exposición del Santísimo Sacramento, y la posibilidad del sacramento de la reconciliación. A mi manera de entender hay un espacio muy favorable que no se puede dejar a un lado, es el encuentro constante o reuniones del clero. Allí se cultiva la amistad, la comunicación, la hermandad, etc. Muchas personas han bajado la guardia en su vida consagrada y ministerial, porque no han tenido un espacio para fortalecerse con el otro. El otro juega un papel decisivo en el campo de la misión y la madurez humana.
Padre, Jairo Yate, Ibagué Colombia
_________________
Hacer la voluntad de Dios es fundamental para ser un buen ministro

[Oscar Piñango]

Cuando se habla de “formación permanente”, ¿quizás se piensa sobre todo en la actualización de conocimientos? ¿No es verdad que el sacerdote debe seguir formando su inteligencia y su voluntad, también después de ordenado? ¿Qué medios pueden ayudar?

Si es verdad que el sacerdote debe seguir formándose en todo momento de su vida y ministerio, sobre todo en los puntos tratados de inteligencia y voluntad, por muchas razones. El servicio cada día se hace diferente. Al salir del seminario se enfrenta a una comunidad parroquial que debe conocer, amar, guiar, entender y formar. Es así que no se puede quedar en la experiencia del seminario, sino que debe seguir formándose en la práctica de su ministerio para evitar conflictos personales y espirituales. Debe ser un hombre inteligente para entender que debe aprender de su nueva condición humana y ministerial y su voluntad debe guiarlo para llevar a cabo su gran misión. Para eso puede hacer uso, no sólo de su formación académica, en lecturas, reflexiones, sino en la oración principalmente, el diálogo con Dios, la dirección espiritual y el acompañamiento de su obispo o algún sacerdote de su confianza, para compartir experiencias y así ir formando su carácter e inteligencia en la experiencia diaria.

¿Les ha sorprendido que se incluya en el capítulo de “Formación humana” un apartado sobre la “formación de la inteligencia”? ¿Cuál creen que sea la razón de esta opción?

No debe sorprender un capítulo de formación humana, especialmente sobre la inteligencia, porque debemos aprender a pensar, discernir y actuar de manera que podamos enfrentar, vivir y hacer realidad el Evangelio, y si nos quedamos en la teoría no seremos capaces de discernir ni poner en práctica todos los proyectos de Dios y comunitarios que requieran esfuerzo y acción. Ser inteligente en la vida es saber aprender, reflexionar, criticar, pensar, y elegir entre tantas situaciones, y de este modo avanzar en el camino del Amor de Dios.
_________________
Oscar
Jesús mi Camino, Verdad y Vida

[Oscar Piñango]

Cuando se habla de “formación permanente”, ¿quizás se piensa sobre todo en la actualización de conocimientos? ¿No es verdad que el sacerdote debe seguir formando su inteligencia y su voluntad, también después de ordenado? ¿Qué medios pueden ayudar?

Si es verdad que el sacerdote debe seguir formándose en todo momento de su vida y ministerio, sobre todo en los puntos tratados de inteligencia y voluntad, por muchas razones. El servicio cada día se hace diferente. Al salir del seminario se enfrenta a una comunidad parroquial que debe conocer, amar, guiar, entender y formar. Es así que no se puede quedar en la experiencia del seminario, sino que debe seguir formándose en la práctica de su ministerio para evitar conflictos personales y espirituales. Debe ser un hombre inteligente para entender que debe aprender de su nueva condición humana y ministerial y su voluntad debe guiarlo para llevar a cabo su gran misión. Para eso puede hacer uso, no sólo de su formación académica, en lecturas, reflexiones, sino en la oración principalmente, el diálogo con Dios, la dirección espiritual y el acompañamiento de su obispo o algún sacerdote de su confianza, para compartir experiencias y así ir formando su carácter e inteligencia en la experiencia diaria.

¿Les ha sorprendido que se incluya en el capítulo de “Formación humana” un apartado sobre la “formación de la inteligencia”? ¿Cuál creen que sea la razón de esta opción?

No debe sorprender un capítulo de formación humana, especialmente sobre la inteligencia, porque debemos aprender a pensar, discernir y actuar de manera que podamos enfrentar, vivir y hacer realidad el Evangelio, y si nos quedamos en la teoría no seremos capaces de discernir ni poner en práctica todos los proyectos de Dios y comunitarios que requieran esfuerzo y acción. Ser inteligente en la vida es saber aprender, reflexionar, criticar, pensar, y elegir entre tantas situaciones, y de este modo avanzar en el camino del Amor de Dios.
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Oscar
Jesús mi Camino, Verdad y Vida

[INESGLZZ]

La voluntad es pieza clave del edificio de la personalidad.
¿Estás de acuerdo con esta frase? Comenta su importancia en toda labor pedagógica.

Si estoy de acuerdo con esta frase, es importante en toda labor pedagogica porque la voluntad ayudara a todo educando a controlar todos su ser para no ser dominado por un señorio derivado de su ego, de esta manera poder enfocarse en toda su formacion y que lo externo no lo distraiga o aleje de su formacion.


¿Les ha sorprendido que se incluya en el capítulo de “Formación humana” un apartado sobre la “formación de la inteligencia”? ¿Cuál creen que sea la razón de esta opción?

En un principio cuando vi el titulo si me sorprendi y me preguntaba ¿qué tiene que ver la inteligencia?, y despues de que lei el capitulo completo me doy cuenta que la inteligencia es importantisima para lograr controlar todo nuestro ser y de esta manera tener una gran voluntad para dominar lo que sea necesario y llevar acabo con un buen fin la formacion sacerdotal

[Oscar Piñango]

Cuando se habla de “formación permanente”, ¿quizás se piensa sobre todo en la actualización de conocimientos? ¿No es verdad que el sacerdote debe seguir formando su inteligencia y su voluntad, también después de ordenado? ¿Qué medios pueden ayudar?

Si es verdad que el sacerdote debe seguir formándose en todo momento de su vida y ministerio, sobre todo en los puntos tratados de inteligencia y voluntad, por muchas razones. El servicio cada día se hace diferente. Al salir del seminario se enfrenta a una comunidad parroquial que debe conocer, amar, guiar, entender y formar. Es así que no se puede quedar en la experiencia del seminario, sino que debe seguir formándose en la práctica de su ministerio para evitar conflictos personales y espirituales. Debe ser un hombre inteligente para entender que debe aprender de su nueva condición humana y ministerial y su voluntad debe guiarlo para llevar a cabo su gran misión. Para eso puede hacer uso, no sólo de su formación académica, en lecturas, reflexiones, sino en la oración principalmente, el diálogo con Dios, la dirección espiritual y el acompañamiento de su obispo o algún sacerdote de su confianza, para compartir experiencias y así ir formando su carácter e inteligencia en la experiencia diaria.

¿Les ha sorprendido que se incluya en el capítulo de “Formación humana” un apartado sobre la “formación de la inteligencia”? ¿Cuál creen que sea la razón de esta opción?

No debe sorprender un capítulo de formación humana, especialmente sobre la inteligencia, porque debemos aprender a pensar, discernir y actuar de manera que podamos enfrentar, vivir y hacer realidad el Evangelio, y si nos quedamos en la teoría no seremos capaces de discernir ni poner en práctica todos los proyectos de Dios y comunitarios que requieran esfuerzo y acción. Ser inteligente en la vida es saber aprender, reflexionar, criticar, pensar, y elegir entre tantas situaciones, y de este modo avanzar en el camino del Amor de Dios.
_________________
Oscar
Jesús mi Camino, Verdad y Vida

[Juan Carlos Soto Siovil]

Cuando se habla de "formacion permanente", ¿quizas se piensa sobretodo en la actualizacion de conocimienetos?¿No es verdad que el sacerdote debe seguir formando su inteligencia y su voluntad, tambien despues de ordenado?¿que medios pueden ayudar?

R/ Cuando se habla de formacion permanete no solo se habla sobretodo de actualizacion de conocimientos, sino mas bien de una formacion y preparacion mas adelantaday si bien es cierto le de un mejor vagaje. Asi como lqa cultura va creciendo y va caminando a pasos agigant6ados asi igualmente el sacerdote e3n sus conocimientos tiene que estar a la para de estos para poder entender el mundo que lo rodea, es decir debe estar a la vanguardia del mundo, de las comunicaciones y mas aun de los conocimientos y de las ultimas tendencias teologicas, de las ultimos documentos de la iglesia etc.

Asi que la formacion permanete es un renovarse en conocimientos, en actitudes en metodos, en lenguaje y junto a esto es muy importante la formacion humana la cual es fuente de madurez y de desarrollo personal en todos los campos de la vida humana y del trabajo pastoral.
"La formacion del hombre ha de ir al mismo paso que la del cristiano y futuro sacerdote , con el fin de que las cosas naturales esten purificadas y auxiliadas por la oracion y la gracia de los sacramentos ....."

Si encontramos un sacerdote bien formado y responsable de su permanante formacion permanante busqueda en el campo academico, tendremoscomunidades vivas, educadas en la fe de la Iglesia y por ende una Iglesia que busca a Jesucristo no merarmente desde los razonamientos sino desde lo que entiende con su mente y hace vida en su corazon

Hno Juan Carlos Soto Siovil. mbp
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[Juan Carlos Soto Siovil]

Cuando se habla de "formacion permanente", ¿quizas se piensa sobretodo en la actualizacion de conocimienetos?¿No es verdad que el sacerdote debe seguir formando su inteligencia y su voluntad, tambien despues de ordenado?¿que medios pueden ayudar?

R/ Cuando se habla de formacion permanete no solo se habla sobretodo de actualizacion de conocimientos, sino mas bien de una formacion y preparacion mas adelantaday si bien es cierto le de un mejor vagaje. Asi como lqa cultura va creciendo y va caminando a pasos agigant6ados asi igualmente el sacerdote e3n sus conocimientos tiene que estar a la para de estos para poder entender el mundo que lo rodea, es decir debe estar a la vanguardia del mundo, de las comunicaciones y mas aun de los conocimientos y de las ultimas tendencias teologicas, de las ultimos documentos de la iglesia etc.

Asi que la formacion permanete es un renovarse en conocimientos, en actitudes en metodos, en lenguaje y junto a esto es muy importante la formacion humana la cual es fuente de madurez y de desarrollo personal en todos los campos de la vida humana y del trabajo pastoral.
"La formacion del hombre ha de ir al mismo paso que la del cristiano y futuro sacerdote , con el fin de que las cosas naturales esten purificadas y auxiliadas por la oracion y la gracia de los sacramentos ....."

Si encontramos un sacerdote bien formado y responsable de su permanante formacion permanante busqueda en el campo academico, tendremoscomunidades vivas, educadas en la fe de la Iglesia y por ende una Iglesia que busca a Jesucristo no merarmente desde los razonamientos sino desde lo que entiende con su mente y hace vida en su corazon

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[Juan Carlos Soto Siovil]

Cuando se habla de "formacion permanente", ¿quizas se piensa sobretodo en la actualizacion de conocimienetos?¿No es verdad que el sacerdote debe seguir formando su inteligencia y su voluntad, tambien despues de ordenado?¿que medios pueden ayudar?

R/ Cuando se habla de formacion permanete no solo se habla sobretodo de actualizacion de conocimientos, sino mas bien de una formacion y preparacion mas adelantaday si bien es cierto le de un mejor vagaje. Asi como lqa cultura va creciendo y va caminando a pasos agigant6ados asi igualmente el sacerdote e3n sus conocimientos tiene que estar a la para de estos para poder entender el mundo que lo rodea, es decir debe estar a la vanguardia del mundo, de las comunicaciones y mas aun de los conocimientos y de las ultimas tendencias teologicas, de las ultimos documentos de la iglesia etc.

Asi que la formacion permanete es un renovarse en conocimientos, en actitudes en metodos, en lenguaje y junto a esto es muy importante la formacion humana la cual es fuente de madurez y de desarrollo personal en todos los campos de la vida humana y del trabajo pastoral.
"La formacion del hombre ha de ir al mismo paso que la del cristiano y futuro sacerdote , con el fin de que las cosas naturales esten purificadas y auxiliadas por la oracion y la gracia de los sacramentos ....."

Si encontramos un sacerdote bien formado y responsable de su permanante formacion permanante busqueda en el campo academico, tendremoscomunidades vivas, educadas en la fe de la Iglesia y por ende una Iglesia que busca a Jesucristo no merarmente desde los razonamientos sino desde lo que entiende con su mente y hace vida en su corazon

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[Juan Carlos Soto Siovil]

Cuando se habla de "formacion permanente", ¿quizas se piensa sobretodo en la actualizacion de conocimienetos?¿No es verdad que el sacerdote debe seguir formando su inteligencia y su voluntad, tambien despues de ordenado?¿que medios pueden ayudar?

R/ Cuando se habla de formacion permanete no solo se habla sobretodo de actualizacion de conocimientos, sino mas bien de una formacion y preparacion mas adelantaday si bien es cierto le de un mejor vagaje. Asi como lqa cultura va creciendo y va caminando a pasos agigant6ados asi igualmente el sacerdote e3n sus conocimientos tiene que estar a la para de estos para poder entender el mundo que lo rodea, es decir debe estar a la vanguardia del mundo, de las comunicaciones y mas aun de los conocimientos y de las ultimas tendencias teologicas, de las ultimos documentos de la iglesia etc.

Asi que la formacion permanete es un renovarse en conocimientos, en actitudes en metodos, en lenguaje y junto a esto es muy importante la formacion humana la cual es fuente de madurez y de desarrollo personal en todos los campos de la vida humana y del trabajo pastoral.
"La formacion del hombre ha de ir al mismo paso que la del cristiano y futuro sacerdote , con el fin de que las cosas naturales esten purificadas y auxiliadas por la oracion y la gracia de los sacramentos ....."

Si encontramos un sacerdote bien formado y responsable de su permanante formacion permanante busqueda en el campo academico, tendremoscomunidades vivas, educadas en la fe de la Iglesia y por ende una Iglesia que busca a Jesucristo no merarmente desde los razonamientos sino desde lo que entiende con su mente y hace vida en su corazon

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[Juan Carlos Soto Siovil]

Cuando se habla de "formacion permanente", ¿quizas se piensa sobretodo en la actualizacion de conocimienetos?¿No es verdad que el sacerdote debe seguir formando su inteligencia y su voluntad, tambien despues de ordenado?¿que medios pueden ayudar?

R/ Cuando se habla de formacion permanete no solo se habla sobretodo de actualizacion de conocimientos, sino mas bien de una formacion y preparacion mas adelantaday si bien es cierto le de un mejor vagaje. Asi como lqa cultura va creciendo y va caminando a pasos agigant6ados asi igualmente el sacerdote e3n sus conocimientos tiene que estar a la para de estos para poder entender el mundo que lo rodea, es decir debe estar a la vanguardia del mundo, de las comunicaciones y mas aun de los conocimientos y de las ultimas tendencias teologicas, de las ultimos documentos de la iglesia etc.

Asi que la formacion permanete es un renovarse en conocimientos, en actitudes en metodos, en lenguaje y junto a esto es muy importante la formacion humana la cual es fuente de madurez y de desarrollo personal en todos los campos de la vida humana y del trabajo pastoral.
"La formacion del hombre ha de ir al mismo paso que la del cristiano y futuro sacerdote , con el fin de que las cosas naturales esten purificadas y auxiliadas por la oracion y la gracia de los sacramentos ....."

Si encontramos un sacerdote bien formado y responsable de su permanante formacion permanante busqueda en el campo academico, tendremoscomunidades vivas, educadas en la fe de la Iglesia y por ende una Iglesia que busca a Jesucristo no merarmente desde los razonamientos sino desde lo que entiende con su mente y hace vida en su corazon

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[René Héctor Martíinez Mez]

Otros participantes
La voluntad es pieza clave del edificio de la personalidad.
¿Estás de acuerdo con esta frase? Comenta su importancia en toda labor pedagógica.
Si. Entendiéndose esa voluntad como la dedicación y entrega a la buena realización de un proyecto, en especial si este incluye la renuncia de todos aquellos hábitos o falsos valores que pueden llevarnos a un falsa formación tanto desde el punto de vista como formadores o formando.
En todo proyecto pedagógico, el formador debe de tener la voluntad de llevar a buen término su labor formadora, garantizando que el producto de su formación estar al nivel de las expectativas y los objetivos planteados.
Como formando la voluntad es la garantía de que nuestra entrega, nuestra decisión es la adecuada y tal voluntad en este caso no es producto de falsos valores como el egocentrismo, la vanidad, muy al contrario es producto de nuestra fe, confianza en Dios, como un producto del Espíritu Santo que nos lleva y llena de fortaleza para poder poco a poco renunciar a esos falsos valores y poder llegado el momento entregarnos o abrir nuestro corazón a esa entrega generosa que debería de ser la vida sacerdotal.

Todos
¿Les ha sorprendido que se incluya en el capítulo de “Formación humana” un apartado sobre la “formación de la inteligencia”? ¿Cuál creen que sea la razón de esta opción?
Si. Muchísimo, considero que la razón ha sido considerar la inteligencia no como un factor a aprovechar sino mas bien un factor a estudiar y formar para poder obtener de él los mejores resultados y encausarlo adecuadamente para entonces mediante él poder aprovecharlo no como un solo factor si no como el productor de factores en beneficio del desarrollo y formación de un buen sacerdote.
Es decir que considero que no basta decir que alguien es inteligente, sino también habría que considerar en qué consiste tal inteligencia y como a partir de esta se obtienen otros factores que puedes ser de mucho provecho para el formando.
Para ello es de suma importancia el equilibrio y buen desarrollo de las funciones: analizar, sintetizar, relacionar y juzgar. Basados en un buen desarrollo de los principios de: Ver, Juzgar y Actuar