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1. El Concilio y la importancia de contar con un Magisterio

 
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Gache
Asiduo


Registrado: 27 Sep 2005
Mensajes: 138

MensajePublicado: Lun Mar 16, 2009 3:03 am    Asunto: 1. El Concilio y la importancia de contar con un Magisterio
Tema: 1. El Concilio y la importancia de contar con un Magisterio
Responder citando

Cuando Benedicto XVI inició su pontificado el 24 de abril de 2005 conocía de antemano algunos de los problemas más acuciantes de la Iglesia ya que como Prefecto de la Congregación de la Doctrina y colaborador directo de Juan Pablo II, y miembro de diversos dicasterios de la Curia romana, no era ajeno a la situación por la que atravesaba, y atraviesa, la Iglesia. Después de un largo pontificado en el que Juan Pablo II puso en práctica las enseñanzas del Concilio Vaticano II, precedido de un pontificado en el que Pablo VI trataba de conciliar las posturas antagónicas de los católicos, toca a Benedicto XVI descubrir, o por lo menos, hacer ver la realidad del Concilio Vaticano II, su oportunidad y las deformaciones causadas por quienes lo han querido leer en una óptica distinta a la que fue concebida, “hermenéutica de la discontinuidad y de la ruptura” la llamará en su ya famoso discurso del 20 de diciembre de 20051 . No sin gran estupor, se sigue afirmando el creciente descontento que existe en algunos sectores de la Iglesia, que se sienten en cierta medida “traicionados” por ella, pues las reformas propuestas por el Concilio Vaticano II no concordaban con sus expectativas. “La hermenéutica de la discontinuidad corre el riesgo de acabar en una ruptura entre Iglesia preconciliar e Iglesia posconciliar. Afirma que los textos del Concilio como tales no serían aún la verdadera expresión del espíritu del Concilio. Serían el resultado de componendas, en las cuales, para lograr la unanimidad, se tuvo que retroceder aún, reconfirmando muchas cosas antiguas ya inútiles. Pero en estas componendas no se reflejaría el verdadero espíritu del Concilio, sino en los impulsos hacia lo nuevo que subyacen en los textos: sólo esos impulsos representarían el verdadero espíritu del Concilio, y partiendo de ellos y de acuerdo con ellos sería necesario seguir adelante. Precisamente porque los textos sólo reflejarían de modo imperfecto el verdadero espíritu del Concilio y su novedad, sería necesario tener la valentía de ir más allá de los textos, dejando espacio a la novedad en la que se expresaría la intención más profunda, aunque aún indeterminada, del Concilio. En una palabra: sería preciso seguir no los textos del Concilio, sino su espíritu.”2

sta discordancia y descontento entre los que se esperaban del Concilio una ruptura neta con el pasado para afirmar sus ideas, y lo que realmente fueron los objetivos del Concilio, ha tenido también sus implicaciones en la vida consagrada femenina. Si el objetivo del Concilio Vaticano II para la vida consagrada era “la adecuada adaptación y renovación de la vida religiosa”3 , era de esperarse que la vida consagrada reflexionara sobre su propia realidad y de esta forma adaptara dicha realidad a las circunstancias de tiempos y lugares. No se pedía un cambio, sino una adaptación. Pablo VI ya lo decía en la exhortación apostólica Evangelica testificatio: “Cari figli e figlie in Cristo, la vita religiosa, per rinnovarsi, deve adattare le sue forme accidentali ad alcuni cambiamenti che toccano, con una rapidità ed un’ampiezza crescenti, le condizioni di ogni esistenza umana. Ma come giungervi mantenendo quelle " forme stabili di vita ", riconosciute dalla chiesa, se non mediante un rinnovamento dell’autentica ed integrale vocazione dei vostri istituti? Per un essere che vive, l’adattamento al suo ambiente non consiste nell’abbandonare la sua vera identità, ma nell’affermarsi, piuttosto, nella vitalità che gli è propria. La profonda comprensione delle tendenze attuali e delle istanze del mondo moderno deve far zampillare le vostre sorgenti con rinnovato vigore e freschezza. Tale impegno è esaltante, in proporzione delle difficoltà.”4 De esta manera, era necesario que el organismo de la vida consagrada se conociera con mayor profundidad, que dejara a un lado las incrustaciones culturales que durante años o siglos fueron adhiriéndose a su cuerpo, de forma que llegara a conocer su esencia y de esta manera, se adaptara al mundo, a los nuevos tiempos, con el fin de que imbuyera a este mundo de los valores evangélicos, de los que la vida consagrada debía ser perenne testimonio. Esta afirmación que acabamos de dar requiere una explicación más detallada para lograr captar la importancia del Concilio, sus consecuencias en la vida consagrada femenina y las repercusiones que se dan hoy en día.

El objetivo del Concilio Vaticano II era el de buscar la mejor forma para que el tesoro de la fe católica pudiera llegar a todos los hombres, especialmente en un momento histórico crítico, en dónde los cambios y las transformaciones culturales estaban a la orden del día. Se trataba por tanto de un esfuerzo doble: conocer al hombre en su esencia y en sus circunstancias accidentales y conocer las realidades de la fe. Una reflexión de estos elementos, de la esencia del hombre y de la esencia de las verdades de la fe, debería llevar a un diálogo maduro, sereno en el que se pusieran en contacto ambas realidades, de forma que el hombre pudiera llegar al conocimiento de las realidades de la fe y de esta forma conocer, vivir y transmitir mejor el mensaje de la salvación. Se trataba por tanto de un movimiento sincrónico en dónde la fe debería llegar nuevamente al hombre. Era un movimiento netamente misionero que urgía a toda la Iglesia a ponerse en marcha para no perder al hombre de la modernidad.

Los cambios científicos y técnicos, así como los sociales prometían al hombre el paraíso en esta tierra, relegando la fe, cuando algo podía concedérsele, a la esfera del privado. Cambios que Benedicto XVI resumía en tres grupos de preguntas fundamentales: “Se podría decir que ahora, en la hora del Vaticano II, se habían formado tres círculos de preguntas, que esperaban una respuesta. Ante todo, era necesario definir de modo nuevo la relación entre la fe y las ciencias modernas; (…) En segundo lugar, había que definir de modo nuevo la relación entre la Iglesia y el Estado moderno, que concedía espacio a ciudadanos de varias religiones e ideologías, comportándose con estas religiones de modo imparcial y asumiendo simplemente la responsabilidad de una convivencia ordenada y tolerante entre los ciudadanos y de su libertad de practicar su religión. En tercer lugar, con eso estaba relacionado de modo más general el problema de la tolerancia religiosa, una cuestión que exigía una nueva definición de la relación entre la fe cristiana y las religiones del mundo. En particular, ante los recientes crímenes del régimen nacionalsocialista y, en general, con una mirada retrospectiva sobre una larga historia difícil, resultaba necesario valorar y definir de modo nuevo la relación entre la Iglesia y la fe de Israel.”5

Todos estos problemas tocaban de alguna manera a la vida religiosa y más concretamente a la vida religiosa femenina. La valoración de la mujer, con las tendencias feministas en boga, influían ciertamente a la mujer consagrada. Si en el mundo la mujer comenzaba a ser valorada y ahora se le tenía en cuenta en sectores hasta hace poco negados para ella, esta tendencia cultural llegaba también a los muros de los conventos. La revaloración de la mujer y el nuevo contexto cultural que se estaba formando con su apertura a una participación más activa de ella, hacía que muchas cuestiones culturales de la vida consagrada femenina tuvieran que ser revalorizadas. De hecho, unos años después escucharemos a Juan Pablo II insistir en este aspecto y proponer a la mujer nuevos areópagos de la misión, más aptos a las circunstancias de los nuevos tiempos y a la condición de la mujer: “Ciertamente no es posible desconocer lo fundado de muchas de las reivindicaciones que se refieren a la posición de la mujer en los diversos ámbitos sociales y eclesiales. Es obligado reconocer igualmente que la nueva conciencia femenina ayuda también a los hombres a revisar sus esquemas mentales, su manera de autocomprenderse, de situarse en la historia e interpretarla, y de organizar la vida social, política, económica, religiosa y eclesial. La Iglesia, que ha recibido de Cristo un mensaje de liberación, tiene la misión de difundirlo proféticamente, promoviendo una mentalidad y una conducta conformes a las intenciones del Señor. En este contexto la mujer consagrada, a partir de su experiencia de Iglesia y de mujer en la Iglesia, puede contribuir a eliminar ciertas visiones unilaterales, que no se ajustan al pleno reconocimiento de su dignidad, de su aportación específica a la vida y a la acción pastoral y misionera de la Iglesia. Por ello es legítimo que la mujer consagrada aspire a ver reconocida más claramente su identidad, su capacidad, su misión y su responsabilidad, tanto en la conciencia eclesial como en la vida cotidiana. También el futuro de la nueva evangelización, como de las otras formas de acción misionera, es impensable sin una renovada aportación de las mujeres, especialmente de las mujeres consagradas.”6 Este elemento cultural, la revisión del papel de la mujer en la sociedad, como otros muchos, debería ser tomado en cuenta en el momento de aplicar las adecuadas reformas a la vida religiosa femenina.

Otro elemento no menos importante para la vida religiosa femenina, sería la revisión del valor de la vida consagrada en el momento actual de la sociedad y del mundo. Cuando se comenzaba a asomar el fantasma del relativismo, los valores fundamentales comenzaban a tambalearse. Se cuestionaban las elecciones de largo plazo como incompatibles con los nuevos tiempos y se veían con recelo, cuando no se las tildaba de fundamentalistas o contra la naturaleza del hombre actual. Este diálogo entre este elemento de la cultura y la vida consagrada debía haberse establecido una vez revisada la identidad de la vida consagrada, ya que, siguiendo el esquema sugerido por Pablo VI en la citada exhortación apostólica Evangelica testitficatio, para que el organismo de la vida consagrada pudiera entrar en diálogo con el mundo moderno, necesitaba conocerse bien, es decir, tener bien centrada su propia identidad. Sin ella, sin una identidad clara y definida, sin saber quién se es y para qué se es en la vida, el organismo en cuestión corre el peligro de diluirse en el ambiente perdiendo su identidad o, pero aún renunciar a su propia identidad por adaptar otra que le viene impuesta del ambiente externo.

Quizás este elemento ha sido el que más ha hecho sufrir a la vida consagrada. Hoy vemos, desgraciadamente, a muchas religiosas que han perdido o están en busca de su identidad y aún cuestionan la validez de su consagración en el mundo. No es ya una contestación de tintes políticos y sindicales como en los años setentas que, especialmente en los Estados Unidos, dejaron diezmados a no pocos institutos de vida consagrada y sociedades de vida apostólica. Hoy es, especialmente en Europa, una desilusión, una desesperanza, una falta de espíritu combativo que lleva a las religiosas a estados de letargo espiritual y humano. Han perdido el gozo de ser mujeres consagradas y se contentan con ir pasando, de la manera más digna posible, pero sin dejar huella, sin una chispa de fuerza combativa por transmitir el evangelio. Una de las finalidades del Concilio Vaticano II, la evangelización del hombre, no ha sido llevado a cabo por este tipo de mujeres consagradas. Y la nueva evangelización en Europa está pagando a caro precio esta situación de desesperanza en la vida consagrada femenina.

Cuando el organismo de la vida consagrada, que debía ser un organismo vivo y había de reflexionar sobre sí mismo para ofrecer, no una nueva identidad, sino una nueva faceta de la misma identidad, cae en el letargo, podemos afirmar que pierde su identidad. La pérdida de la identidad, o mejor dicho, la búsqueda de una nueva identidad ha llevado en no pocos casos a la asimilación de elementos culturales que no pertenecen al mundo de la vida consagrada. Si por una parte el Concilio pedía una revisión de los elementos culturales (accidentales) de la consagración para adaptarlos a los elementos culturales (accidentales) del mundo actual, no era menos cierto que esta adaptación debería hacerse una vez fijada la propia naturaleza e identidad de la vida consagrada femenina (esencia). No es posible adaptarse a lo accidental si no se conoce lo esencial. Sin embargo, tal parece que muchos interpretaron esta directriz en forma diversa y se lanzaron a buscar lo esencial (la identidad) en los elementos culturales externos. Asistimos por tanto al triste espectáculo de ver cómo las mujeres consagradas dejaban o diluían su identidad en elementos de la cultura actual.

Tomemos por ejemplo un caso, del todo banal, pero que puede ilustrar cuanto estamos afirmando. El hábito religioso ha sido siempre un distintivo de la vida consagrada, así lo afirmó el Concilio cuando explicitó: “El hábito religioso, como signo que es de la consagración, sea sencillo y modesto, pobre a la par que decente, que se adapte también a las exigencias de la salud y a las circunstancias de tiempo y lugar y se acomode a las necesidades del ministerio. El hábito, tanto de hombres como de mujeres, que no se ajuste a estas normas, debe ser modificado.”7 Dejaba establecido que el hábito era un signo de la consagración y que por tanto, no se podía renunciar a él. Se debería tan sólo adaptar o modificar de acuerdo a las circunstancias cambiantes, no esenciales, culturales de nuestro tiempo. Estas cuestiones culturales se referían a la sencillez, la modestia, la decencia, la salud, el tiempo, el lugar, el ministerio. Un elemento esencial de la vida consagrada, como era el hábito, debería de ser adaptado. No se pedía la renuncia o la supresión del hábito, sino su adaptación, su reforma. Quienes querían leer e interpretar el Concilio a su propia conveniencia o siguiendo la hermenéutica de la discontinuidad pensaban que se debía descubrir el espíritu que se encontraba detrás de estas palabras. Para ellos las palabras carecían de un valor total, ya que eran fruto de una componenda, una especia de acuerdo tácito, pero que no reflejaba verdaderamente lo que se había querido decir. Había que descubrir por tanto “el espíritu” de esta expresión. Es decir, lo que se había escrito no reflejaba lo que se había querido expresar. Entonces, había que interpretar adecuadamente estas palabras. Si esto fuera cierto, surge una duda no menos grave. La cuestión de saber quién posee esta clave de interpretación. Si todo lo escrito en el Concilio Vaticano II asemeja más a un pacto de no agresión, en el que no se ha querido escribir la verdad, que a una verdad en el que quedan elencados ciertos principios, debemos recurrir por tanto a una fuente válida de interpretación. Sin embargo no se aclara quién es esta fuente válida de interpretación. En realidad observamos que durante estos cuarenta años, los profetas de la discontinuidad se han erigido como autoridad, pues sólo ellos, dicen, poseen la clave de la verdadera interpretación del Concilio, es decir, del verdadero espíritu que encerraban esas palabras. Nos encontramos, ni más ni menos, de frente a un magisterio paralelo, erigido por voluntad propia de unos cuantos que se han abrogado la facultad de interpretar el Concilio e incluso, como ha llegado a suceder, de corregir al Santo Padre. La postura del relativismos ha tocado definitivamente a la Iglesia8 .

Siguiendo con nuestro ejemplo del hábito, se llega por tanto a afirmaciones netamente contrarias a lo que quería el Concilio, diciendo que el Concilio no quería significar lo que había escrito, sino que más bien quería decir que se debería abolir completamente el hábito. Benedicto XVI, siguiendo la línea del Concilio ha recordado últimamente a las Superioras Generales la importancia del hábito: “Vivir una vida casta significa también renunciar a la necesidad de aparecer, asumir un estilo de vida sobrio y modesto. Los religiosos y las religiosas están llamados a demostrarlo también con la elección del vestido, un vestido sencillo, que sea signo de la pobreza vivida en unión con Aquel que siendo rico se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza (cf. 2 Co 8, 9). Así, y sólo así, se puede seguir sin reservas a Cristo crucificado y pobre, sumergiéndose en su misterio y haciendo propias sus opciones de humildad, pobreza y mansedumbre.”9 Un ejemplo banal, pero que nos ilustra la forma en qué debió haberse cumplido los objetivos del Concilio para un elemento que pertenecía a la cultura de la vida consagrada.



NOTAS
1 Benedicto XVI, Discursos, 22.12.2005.
Ibidem.
2 Concilio Vaticano II, Decreto Perfectae caritatis, 28.10.1965, n. 1.
3Pablo VI, Exhortación apostólica Evangelica testificatio, 29.6.1971, n. 51.
4 Pablo VI, Exhortación apostólica Evangelica testificatio, 29.6.1971, n. 51.
5 Benedicto XVI, Discursos, 22.12.2005.
6 Juan Pablo II, Exhortación apostólica post-sinodal Vita consecrata, 25.3.1996, n. 57.
7 Concilio Vaticano II, Decreto Perfectae caritatis, 28.10.1965, n. 17.
8 “De ese modo, como es obvio, queda un amplio margen para la pregunta sobre cómo se define entonces ese espíritu y, en consecuencia, se deja espacio a cualquier arbitrariedad. Pero así se tergiversa en su raíz la naturaleza de un Concilio como tal. De esta manera, se lo considera como una especie de Asamblea Constituyente, que elimina una Constitución antigua y crea una nueva. Pero la Asamblea Constituyente necesita una autoridad que le confiera el mandato y luego una confirmación por parte de esa autoridad, es decir, del pueblo al que la Constitución debe servir. Los padres no tenían ese mandato y nadie se lo había dado; por lo demás, nadie podía dárselo, porque la Constitución esencial de la Iglesia viene del Señor y nos ha sido dada para que nosotros podamos alcanzar la vida eterna y, partiendo de esta perspectiva, podamos iluminar también la vida en el tiempo y el tiempo mismo.
Los obispos, mediante el sacramento que han recibido, son fiduciarios del don del Señor. Son "administradores de los misterios de Dios" (1 Co 4, 1), y como tales deben ser "fieles y prudentes" (cf. Lc 12, 41-4Cool. Eso significa que deben administrar el don del Señor de modo correcto, para que no quede oculto en algún escondrijo, sino que dé fruto y el Señor, al final, pueda decir al administrador: "Puesto que has sido fiel en lo poco, te pondré al frente de lo mucho" (cf. Mt 25, 14-30; Lc 19, 11-27). En estas parábolas evangélicas se manifiesta la dinámica de la fidelidad, que afecta al servicio del Señor, y en ellas también resulta evidente que en un Concilio la dinámica y la fidelidad deben ser una sola cosa.” Benedicto XVI, Discursos, 22.12.2005.
9 Benedicto XVI, Discursos, 22.5.2006


Participación en el Foro
- ¿Cuál es el objetivo general del Concilio Vatiano II?
- ¿Cuál es el objetivo del Concilio Vaticano II para la Vida Consagrada?
- ¿Por qué se ha perdido la identidad de la Vida Religiosa?


Bibliografía recomendada/ artículos de apoyo :

- Decreto Perfectae caritatis: http://es.catholic.net/religiosas/806/2785/articulo.php?id=23356

- Vita Consacrata: http://es.catholic.net/religiosas/806/2785/articulo.php?id=29614

- Elementos esenciales de la vida religiosa: http://es.catholic.net/religiosas/806/2785/articulo.php?id=29573

- Orientaciones sobre al formación en los institutos religiosas: http://es.catholic.net/religiosas/806/2785/articulo.php?id=29572

- Elementos esenciales de la doctrina de la Iglesia sobre la vida religiosa: http://es.catholic.net/religiosas/806/2785/articulo.php?id=40416

- Ecclesia In Europa: http://es.catholic.net/religiosas/806/2785/articulo.php?id=11262

- La vida fraterna en Comunidad: http://es.catholic.net/religiosas/806/2785/articulo.php?id=29622
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María Inés Castellaro
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Registrado: 28 Feb 2009
Mensajes: 6

MensajePublicado: Lun Mar 16, 2009 2:33 pm    Asunto:
Tema: 1. El Concilio y la importancia de contar con un Magisterio
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- El objetivo general del CV II es "buscar la mejor forma para que el tesoro de la fe católica pudiera llegar a todos los hombres en un momento crítico, donde los cambios y transformación cultural estaban al orden del día", es decir conocer al hombre en su esencia y en su situación y conocer las realidades de la fe. Juan XXIII el día de la inauguración del mismo (25/1/1959) afirmaba que convocaba al Concilio para ir al encuentro de las necesidades del pueblo cristiano.

- El objetivo general del CVII para la vida consagrada es el de "la adecuada adaptación y renovación de la vida religiosa" (ET 51).

- La identidad de la vida religiosa se perdió por el letargo en el que cae el organismo de la vida consagrada y porque muchos religiosos se lanzaron a buscar lo esencial en los elementos culturales externos
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Sor Lupe
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Registrado: 22 Feb 2006
Mensajes: 73
Ubicación: México DF

MensajePublicado: Lun Mar 16, 2009 6:05 pm    Asunto:
Tema: 1. El Concilio y la importancia de contar con un Magisterio
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Participación en el Foro

- ¿Cuál es el objetivo general del Concilio Vatiano II?
Poder trasmitir, de la mejor forma, el tesoro de la Fe, hacer visible el Evangelio de Cristo a todos los hombres.
SUGIERO QUE :
En el texto se emplee la palabra cual ES el objetivo y no cual ERA, pues sigue siendo el mismo objetivo. GRACIAS

- ¿Cuál es el objetivo del Concilio Vaticano II para la Vida Consagrada?
Que la vida consagrada tenga una adecuada renovacion volviendo a las fuentes del Evangelio y del carisma fundacional, de manera que pueda seguir siendo un signo verdadero del Evangelio de Cristo

- ¿Por qué se ha perdido la identidad de la Vida Religiosa?
Bueno, tanto como perderse siento que no se ha perdido, quiza haya religiosas que en algunos aspectos nos hemos desoreintado pero hay una busqued constante de volver a nuestra identidad en Cristo y siento que es lo mas importante, que existe en muchas mujeres consagradas el deseo y la voluntad de ser realmente otros Cristos
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jguerras100
Esporádico


Registrado: 13 Jun 2008
Mensajes: 61

MensajePublicado: Lun Mar 16, 2009 7:07 pm    Asunto: Re: 1. El Concilio y la importancia de contar con un Magiste
Tema: 1. El Concilio y la importancia de contar con un Magisterio
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- ¿Cuál es el objetivo general del Concilio Vaticano II?

Buscar la mejor forma para que el tesoro de la fe católica pudiera llegar a todos los hombres, especialmente en un momento histórico crítico, en dónde los cambios y las transformaciones culturales estan a la orden del día. Conocer al hombre en su esencia y en sus circunstancias accidentales y conocer las realidades de la fe

- ¿Cuál es el objetivo del Concilio Vaticano II para la Vida Consagrada?

“la adecuada adaptación y renovación de la vida religiosa”3 , es de esperarse que la vida consagrada reflexionara sobre su propia realidad y de esta forma adaptara dicha realidad a las circunstancias de tiempos y lugares. No se pedía un cambio, sino una adaptación.

- ¿Por qué se ha perdido la identidad de la Vida Religiosa?

Una desilusión, una desesperanza, una falta de espíritu combativo que lleva a las religiosas a estados de letargo espiritual y humano. Han perdido el gozo de ser mujeres consagradas y se contentan con ir pasando, de la manera más digna posible, pero sin dejar huella, sin una chispa de fuerza combativa por transmitir el evangelio. Una de las finalidades del Concilio Vaticano II, la evangelización del hombre, no ha sido llevado a cabo por este tipo de mujeres consagradas. Y la nueva evangelización en Europa está pagando a caro precio esta situación de desesperanza en la vida consagrada femenina.

Cuando el organismo de la vida consagrada, que debía ser un organismo vivo y había de reflexionar sobre sí mismo para ofrecer, no una nueva identidad, sino una nueva faceta de la misma identidad, cae en el letargo, podemos afirmar que pierde su identidad. La pérdida de la identidad, o mejor dicho, la búsqueda de una nueva identidad ha llevado en no pocos casos a la asimilación de elementos culturales que no pertenecen al mundo de la vida consagrada.
Por otro lado como he observado los cambios mi opinión personal tiene que ver también con la poca preparación que todavía se tiene en algunos institutos o congregaciones respecto a las mujeres, siendo llevadas solo para servir como “mujeres” y haciendo caso omiso a lo que San Pablo menciona por inspiración del Espíritu Santo.
Gal 3: 26-29 Pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús.
En efecto, todos los bautizados en Cristo os habéis revestido de Cristo: ya no hay judío ni griego; ni esclavo ni libre; ni hombre ni mujer, ya que todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.
Y si sois de Cristo, ya sois descendencia de Abraham, herederos según la Promesa.
Y también ha influido el hecho de querer la participación de laicos y el desplazamiento de muchas labores de catequesis y de evangelización por gente con preparación humanística pero poquísima preparación doctrinal, teológica y bíblica. Puesto que traen consigo poder económico o de fama, etc, mientras que las mujeres de vida consagrada que han optado por seguir a Cristo sirviendo de tiempo completo se han dejado de lado por nuevos institutos o movimientos que impulsan miles de jóvenes que son emotivos pero no de compromiso real y que solo confunden a largo plazo a la feligresía porque no son personas maduras y con compromisos serios así mismo algunos párrocos no solicitan servicios de monjas con preparación adecuada por ejemplo para catequesis o evangelización o para liturgia, sino que pretenden que laicos con muy poco tiempo de comprometidos (neófitos) se hagan cargo de labores para los cuales son limitados y en ocasiones solo llenan de soberbia y orgullo a quienes deben ser humildes de principio para servir a los demás. Impulsando ministerios o inventando ministerios que no reditúan en una espiritualidad concreta sino en una “modernidad” y un lucimiento de apariencia de obediencia a la Iglesia , pero en forma muy parcial dado que solo bajo criterios personales incluso aun fuera de la visión pastoral de su obispo, realizan copias o imitaciones de grupos o movimientos e incluso de sectas que son exitosas, siendo contradictorias con la real y auténtica fe católica.
Olvidando lo mas cierto que San Pablo nos pide en la Sagrada Escritura
Tit 1:9 Que esté adherido a la palabra fiel, conforme a la enseñanza, para que sea capaz de exhortar con la sana doctrina y refutar a los que contradicen.
Rom 12:2 Y no os acomodéis al mundo presente, antes bien transformaos mediante la renovación de vuestra mente, de forma que podáis distinguir cuál es la voluntad de Dios: lo bueno, lo agradable, lo perfecto.
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Milagros THC
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Registrado: 17 Mar 2009
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MensajePublicado: Mar Mar 17, 2009 3:26 am    Asunto:
Tema: 1. El Concilio y la importancia de contar con un Magisterio
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El objetivo principal del Concilio Vaticano II es, fué y sera la de buscar una nueva forma de hacer llegar a la sociedad el Amor de DIOS en sus vidas, para que así la fe de la Iglesia se mantenga firme y con la mirada puesta en el CRUCIFIJO.

El Concilio Vaticano II busca vivificar el Espíritu de la vida Religiosa sin perder el sentido y la esencia del carisma e identidad de la Congregación u Orden a la que se pertenezca, para de esta manera hacer llegar al mundo la Palabra de Vida.

Podemos decir que a mediado de los años se ha perdido un poco la identidad religiosa porque no hemos podido entender de un todo lo que el Documento del Concilio Vaticano II se nos quiere dar a conocer, por lo que muchas congregaciones le han dado un sentido totalmente distinto a lo que en realidad se nos quiere dar a transmitir, si es verdad, la Iglesia en este Documento pide un cambio, una adaptación, más no se pide perder la esencia de lo que en realidad somos, sino que en medio de nuestra Humildad y de nuestro Amor a DIOS busquemos esos huecos en la sociedad y llenarlos con nuestro trabajo.
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Milagros THC
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MensajePublicado: Mar Mar 17, 2009 3:37 am    Asunto:
Tema: 1. El Concilio y la importancia de contar con un Magisterio
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El objetivo principal del Concilio Vaticano II es, fué y sera la de buscar una nueva forma de hacer llegar a la sociedad el Amor de DIOS y junto con esto la de transmitir en sus vidas la fe de la Iglesia para que asi se mantenga firme y con la mirada puesta en el CRUCIFIJO.

El Concilio Vaticano II busca vivificar el Espíritu de la vida Religiosa sin perder el sentido y la esencia del carisma e identidad de la Congregación u Orden a la que se pertenezca, para de esta manera hacer llegar al mundo la Palabra de Vida.

Podemos decir que a mediado de los años se ha perdido un poco la identidad religiosa porque no hemos podido entender de un todo lo que en el Documento del Concilio Vaticano II se nos quiere dar a conocer, por lo que muchas congregaciones le han dado un sentido totalmente distinto a lo que en realidad se nos quiere dar a transmitir, si es verdad, la Iglesia en este Documento pide una adaptación, más no se pide perder la esencia de lo que en realidad somos, sino que en medio de nuestra Humildad y de nuestro Amor a DIOS busquemos esos huecos existentes en la sociedad para así llenarlos con el ardiente Amor de aquel quien sabemos nos AMA
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CLEOPATRA2008
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Registrado: 28 Feb 2009
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MensajePublicado: Mar Mar 17, 2009 8:08 am    Asunto:
Tema: 1. El Concilio y la importancia de contar con un Magisterio
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CUAL ES EL OBJETIVO GENERAL DEL CONCILIO VATICANO II?

Cuando el 25 de enero de 1959, el papa Juan XXIII, anuncia al mundo su intención de convocar a un concilio ecuménico, lo hace con una doble finalidad: Asegurar la renovación de la Iglesia frente al mundo moderno, y preparar la unidad cristiana, de tal suerte que como resultado del mismo, se obtuvo la aprobación de importantes decretos y constituciones sobre la Iglesia, el ecumenismo, la liturgia, la revelación, la Iglesia y el mundo contemporáneo, la labor pastoral de los Obispos, la libertad religiosa, y por supuesto, la revoncación de la vida consagrada, entre otros.


CUAL ES EL OBJETIVO DEL CONCILIO VATICANO II, PARA LA VIDA CONSAGRADA?

Sin duda alguna, que el objetivo del Concilio Vaticano II, no fue otro que el de promover la renovación de la vida consagrada, a la par de la renovación de la Iglesia, atendiendo precisamente al hecho de que la vida consagrada, como parte integrante de la Iglesia, participa a su modo, de la sacramentalidad tanto de ésta como de todo el pueblo de Dios, reviviendo el género de vida asumido por Jesús y manifestando los bienes del cielo, ya presentes en nuestro tiempo.



PORQUE SE HA PERDIDO LA IDENTIDAD DE LA VIDA RELIGIOSA?

Considero que la identidad de la vida religiosa se ha ido perdiendo precisamente porque no se ha entendido correctamente lo que significa el concepto "renovación", dentro de la vida consagrada, concepto éste que desde luego no implica el abandono de los orígenes, sino la adaptación de la vida religiosa a la nueva realidad mundial, por ello y a fin de no perder la verdadera identidad de la vida religiosa, hay que atender a lo que el propio Conclio Vaticano II, señala: "Recuerden los religiosos que están consagrados al servicio de Dios y de la Iglesia y esfuercense por unir la contemplación con el celo apostólico".
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Luz María Rodríguez
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Registrado: 16 Mar 2009
Mensajes: 7

MensajePublicado: Mar Mar 17, 2009 4:48 pm    Asunto: El concilio y la importancia de contar con un Magisterio. I
Tema: 1. El Concilio y la importancia de contar con un Magisterio
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Ante la pregunta sobre cuál es el objetivo del Concilio Vaticano II, podemos responder que era el de buscar la mejor forma para que el tesoro de la fe católica pudiera llegar a todos los hombres, especialmente en un momento histórico crítico en dónde los cambios y las transformacìones culturales estaban a la orden del día. Y puedo comentar en realidad, cuánto nos falta y nos faltó en el momento inicial para comprender este fin último y único. De ahí que nos equivocáramos tanto al querer aplicar el Vaticano al hablar en general de la Iglesia. "Nadie ama lo que no conoce" y en realidad no conocimos a profundidad dicho objetivo, ojalá que en estos tiempos nos demos cuenta de la riqueza del Concilio y busquemos su recta aplicaciòn en cada sector eclesial.

Sobre la segunda pregunta de cuál era el objetivo del Vat. II para la vida Consagrada: El Vaticano busca la "ADECUADA ADAPTACIÒN Y RENOVACIÒN DE LA VIDA RELIGIOSA"
Ahhhh!!!! Qué lejos se está, en muchas comunidades religiosas de haberle entendido!!!!
Se pensó que era "Hacer todo nuevo", pero olvidando las raíces... Crying or Very sad malo, muy malo....

y en la tercera pregunta: ¿Porqué se ha perdido la identidad de la Vida Religiosa?
Después de meditar este texto y analizar mi propias circunstancias de vida y experiencia en la Vida Religosa, me doy cuenta de que "Nadie ama lo que no conoce", cuántas consagradas y consagrados viven sin conocer verdaderamente su Carisma, su Misiòn, su Comunidad!!!! y llegan a una Profesiòn Perpetua sin conciencia de lo que son y para qué son. Es necesaria una adecuada formaciòn integral en todos estos aspectos y entonces sí, se resguardará al Religioso (a) de perder su propia identidad...

Luz Ma.
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Luz María Rodríguez
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Registrado: 16 Mar 2009
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MensajePublicado: Mar Mar 17, 2009 5:04 pm    Asunto: El concilio y la importancia de contar con un Magisterio. I
Tema: 1. El Concilio y la importancia de contar con un Magisterio
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Alabado sea Jesucristo...
Ante las preguntas para este foro:
1.- El Objetivo del Concilio Vaticano II
2.- El Objetivo del Vat. II para la Vida Consagrada
3.- Porqué la Vida Consagrada ha perdido su Identidad?

Concluyo: El Vaticano II busca la adecuada renovaciòn de la Iglesia, adaptandose a las circunstancias y exigencias del mundo actual, sin embargo esta renovaciòn no es precisamente quitar y poner, sino adaptar... es decir ubicar en un nuevo tiempo, circunstancia, lugar... de ahi que no se ha entendido, desafortunadamente, lo que la Iglesia nos pide en el Vaticano II. Hemos querido quitar para poner y muchas veces hemos puesto cosas o actitudes que en lugar de ayudar nos impiden avanzar en esa adecuada renovaciòn, esto en muchos ámbitos eclesiales, no se diga en la Vida Consagrada, pues tambièn ha llegado a perder su propia identidad en primer lugar por no conocerse a sí misma, su esencia, su ser, su quehacer y ha llegado a degradarse en muchos aspectos.
¡Cuántos Religiosos (as) sin identidad propia! Sin conocer su Carisma y Misiòn y aun el fin último para el que fue fundada su Congregación o Comunidad Religiosa!!!!!

Ojalá que al despertar de muchos miembros de la Iglesia sobre lo que el Vaticano II quiere y desea, emprendamos un camino de verdadera pero ADECUADA renovaciòn... Smile
Para ello es necesario interesarnos más en conocerle y comprenderle. Gracias por este curso que nos ayudará a ello....
Dios les bendiga
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Ma.Hilda Leal Gutiérrez
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Registrado: 16 Mar 2009
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MensajePublicado: Mar Mar 17, 2009 5:17 pm    Asunto:
Tema: 1. El Concilio y la importancia de contar con un Magisterio
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"No se pedia un cambio, sino una adaptaciòn..."
Al reflexionar este tema concluyo: El Objetivo general del Vaticano II es llevar a la Iglesia a una adecuada adaptaciòn de la fe a los tiempos actuales y a las circunstancias de vida del hombre moderno.
Sin embargo al no comprender este objetivo claramente o quizá no conocerlo de manera adecuada se han cometido graves errores al adoptar posturas extremas en esa búsqueda de Renovaciòn, en todos los ámbitos eclesiales.
De una manera particular, la Vida Consagrada se ha visto seriamente afectada por esa búsqueda de Renovaciòn, sin conocimiento profundo de lo que ella implica. No se trata de quitar y poner, sino de adaptar... es decir acomodar a nuevas circunstancias y lugares... nuevas necesidades, pero hemos empezado quitando y lo que ponemos, desafortunadamente en la mayoría de los casos, no de adapta a lo que somos...
Es por eso que perdemos identidad. Quitamos lo que somos y hacemos y viene un quiebre total de nuestro ser y quehacer. No conocemos de dónde y porqué existimos (Carisma, Misiòn, Epiritualidad) y entonces tomamos lo que no somos, ni debemos hacer... Dios suscitó cada Comunidad con una Fisonomía propias y en muchas comunidades, se ha desvirtuado.
Quiera Dios que quienes se encuentran a la cabeza de nuestras Comunidades comprendan esto y cada uno nos esforzemos en recuperar lo que hemos perdido, especialmente lo que Dios yel mundo espera de nosotros...
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Hna. Rosana
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MensajePublicado: Mie Mar 18, 2009 3:11 am    Asunto: El Concilio y la importancia de contar con un Magisterio I
Tema: 1. El Concilio y la importancia de contar con un Magisterio
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¿Cuál es el objetivo general del Concilio Vaticano II?
Ir al encuentro del hombre, en todas sus realidades, redescubriendo el tesoro de la fe católica. Me parece que este objetivo sea un reflejo de lo que realiza Dios en cada uno de nosotros, nos busca, sale a nuestro encuentro, nos recuerda “quienes somos” y nos pide una respuesta… El Concilio Vaticano II, leyendo los signos de los tiempos ve esta necesidad en el mundo, carcomido por el auge de la tecnología y de la ciencia, que conlleva, sí, un avance cultural y de progreso, pero que aleja al hombre de su realidad más profunda.

¿Cuál es el objetivo general del Concilio Vaticano II para la Vida Consagrada?
Buscar una adecuada adaptación y renovación de la vida religiosa.

¿Por qué se ha perdido la identidad de la Vida Religiosa?
Porque a raíz de la mala interpretación de algunos documentos conclusivos del Concilio Vaticano II, que se invitaba a la Vida Religiosa a ir en profundidad, respondiendo al deseo que Dios había puesto en su corazón, se deja manipular por un secularismo light, en el que se da mayor peso a la forma que al fondo. No podemos olvidar que nuestro mayor deseo es el “Estar con Él” y es Él quien nos manda al encuentro del hermano, en la realidad que sea… creo que al invertir estos elementos se pone en juego la verdadera identidad de la persona que es llamada para estar con Jesús y seguirle… sólo de una escucha atenta de su Palabra y de un real encuentro podemos llevarlo a nuestros hermanos.
El ejemplo del hábito me parece una triste realidad, lamentablemente conozco religiosas jóvenes que han optado por no portarlo, creyendo que esta decisión las hace más libres…
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rosafloresr
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MensajePublicado: Mie Mar 18, 2009 3:35 am    Asunto: Re: 1. El Concilio y la importancia de contar con un Magiste
Tema: 1. El Concilio y la importancia de contar con un Magisterio
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el objetivo general del concilio? yo pienso que lo primero es lograr que los cátólicos en general tratemos de comprender mejor el evangelio ya sean personas consagradas ó no,y el principal objetivo es que seamos católicos realmente comprometidos con nuestro señor,a trabajar fuertemente para él
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mjesusnieva
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MensajePublicado: Mie Mar 18, 2009 11:30 pm    Asunto: Respuestas
Tema: 1. El Concilio y la importancia de contar con un Magisterio
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1) El Concilio se llevó a cabo en un momento crítico de la historia y de la Iglesia, por ello su principal objetivo fue el de buscar la mejor manera de que la fe católica pudiera llegar a todos los hombres.

2) El Cocilio Vaticano II buscó adaptar y renovar la vida religiosa, para ello fue necesario que la vida consagrada comenzara a reflexionar acerca de su propia realidad y la circundante e hiciera las adaptaciones necesarias sin traicionar el espíritu de las bienaventuranzas.

3) No creo que la Vida Consagrada haya perdido su identidad, sí creo que algunas religiosas la hayan perdido por no estar enraizadas en lo esencial: el seguimiento de Cristo.
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rosafloresr
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Ubicación: mexico,d.f.

MensajePublicado: Jue Mar 19, 2009 3:41 am    Asunto:
Tema: 1. El Concilio y la importancia de contar con un Magisterio
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que afirma sobre los elementos esenciales de la vida religiosa y que permite fijar?elemento esenciales son:la vocación divina,la consagración mediante la profesión de los consejos evangélicos con votos públicos,una forma de vida estable de vida comunitaria para los Institutos., la participación en la misión de Cristo por medio de un apostolado comunitario fiel al Don fundacional,sanas tradiciones,oración personal y comunitaria,testimonio, relación con la iglesia,formación permanente,forma de gobierno con base en una autoridad religiosa basada en la fé, y permite fijar que si no se tienen los elementos esenciales,por eso se pierde la identidad en la vida religiosa es indispensable practicar la humildad y la obediencia
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Monica L. Moreno y G.
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MensajePublicado: Jue Mar 19, 2009 3:46 am    Asunto:
Tema: 1. El Concilio y la importancia de contar con un Magisterio
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¿Cuál es el objetivo general del Concilio Vaticano II?

Se buscaba la forma de poder trasmitir el tesoro de la fe católica, que llegase a todos los hombres, especialmente en un momento histórico crítico, se daban cambios y se transformaba la cultura, economía, sociedad, y política. En una renovación, no de la fe, sino en la forma de transmitirla. Conocer al hombre en su esencia y en sus circunstancias accidentales y conocer las realidades de la fe

- ¿Cuál es el objetivo del Concilio Vaticano II para la Vida Consagrada?

“la adecuada adaptación y renovación de la vida religiosa”3, que la vida consagrada, reflexione y madure en lo que es y hacia donde debe llegar, que esté parada en la realidad. Y que está realidad se adapte a las circunstancias, tiempos, formas y lugares.
Que la iglesia se adapte, pero que no cambie.

- ¿Por qué se ha perdido la identidad de la Vida Religiosa?

La identidad de la vida religiosa se ha perdido, porque se ha caído más en la acción que en la oración, otros decidieron tener una vida mas cómoda, y un reconocimiento, que una acción espiritual y de verdad, para dar verdaderos frutos para la iglesia. Se ha perdido en lo humano y se ha dejado de buscar la santidad. Y se ha caído en ser conformistas y no ser Verdaderos hijos de Dios.
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rosafloresr
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MensajePublicado: Jue Mar 19, 2009 4:01 am    Asunto:
Tema: 1. El Concilio y la importancia de contar con un Magisterio
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porque el carisma es un elemento tan importante en la vida consagrada? porque es un Don que nos regala el Espirítu Santo,es también un Don que define la espiritualidad de las congregaciones y personas y que conlleva a vivir y conocer su apostolado a la luz del Santo Espirítu!,cada Instituto tendrá que trabajar más sobre su carisma y espiritualidad para renovarse continuamente en el servicio a Dios y a su comunidad dado que con su vida y entrega dan testimonio de fé,una fé que por desgracia se pierde cada ves más en lo material y terrenal.
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