20 maneras de decir: ¡Te quiero!

[Pablo Jose]

Fuente: http://renovacioncarismatica.iespana.es/actualiza.htm

Me gusto mucho y por eso quiero compartirlo con ustedes.

20 maneras de decir: ¡Te quiero!

Existen muchas maneras de transmitir cariño a nuestros hijos.

Decirles "¡te quiero!", por ejemplo, es una de ellas.

Pero no debemos quedarnos simplemente en estas dos palabras. Los abrazos, las caricias o nuestra atención individualizada también son básicos a la hora de reforzar su personalidad. En nuestras manos está que nuestro hijo sea una persona confiada y segura de sí misma el día de mañana.

1. Aprovecha "el beso de buenas noches" para hacer algo más por tu hijo. Pasar un ratito acurrucados junto a él mientras le leemos un cuento es una experiencia que seguro no olvidará nunca. Y si queremos que participe activamente en esta maravillosa experiencia nocturna, podemos proponerle que sea él quien elija cada noche el cuento que desea que le contemos. De este modo, no sólo esperará con más ilusión aún este momento del día sino que, además, no se quejará a la hora de irse a la cama. Es más, ansiará que le digamos "Pablo, ponte el pijama que es hora de irse a dormir".

2. Abrázalo con frecuencia, aunque no haya un motivo en concreto para hacerlo. A la salida del colegio, en el parque después de que se haya balanceado incansablemente en los columpios... Lo importante es que gracias a este contacto físico el niño perciba lo mucho que le quieres. Además, si nuestro hijo era un poco introvertido o tímido gracias a nuestra iniciativa no le costará tanto ser afectuoso con los demás.

3. "Mamá, ¿me quieres?", "papá, ¿me quieres?". Estas son preguntas que suelen hacer todos los niños con frecuencia. Aprovecha estas ocasiones para explicarle en pocas palabras lo mucho que significa para ti. No se trata tanto de que le aburramos con grandes disertaciones sino más bien contarle pequeñas anécdotas que le demuestren lo mucho que le quieres. Con cuanta ilusión esperaban papá y mamá su nacimiento, la cara que pusisteis cuando le viste por primera vez, lo bien que olía cuando lo trajeron las enfermeras... Todas estas historias serán el vehículo perfecto para transmitirle todo el afecto que necesita.

4. Dile que le vas a contar un secreto y cuando acerque su orejilla susúrrale (con cosquillas y todo) que es el niño de 4, 5 ó 6 años que más quieres del mundo. Pero ojo, es vuestro secreto y no se lo puede contar a nadie salvo a papá (o a mamá). De este modo, no sólo se sentirá feliz y contento de que su mamá (o papá) le cuente cosas maravillosas al oído sino que se creará una complicidad entre ambos que será realmente beneficiosa para vuestra relación.

5. El Juego también puede ser una buena forma de expresarle nuestros sentimientos. Las tres en raya, el escondite... Lo importante es que paséis un tiempo juntos. Así, además de enseñarle a jugar y a respetar las reglas podrás transmitirle todo tu cariño mientras te dejas "pillar" o le encuentras después de buscarle durante un ratito.

6. No faltes nunca a sus acontecimientos. Es más, procura llegar pronto y ponte en primera fila con la cámara fotográfica incluida. Sentirá que en ese momento no hay nada más importante para papá y mamá que él y su actuación de fin de curso. Luego, más adelante, podéis utilizar las fotografías que hiciste ese día para decorar un álbum entre los dos. Así podréis recordar esa fecha tan especial siempre que lo deseéis e, incluso, comentar con él cuáles fueron los momentos que más te emocionaron.

7. Es en los malos momentos cuando más necesitará de tu cariño. Si está alicaído pregúntale qué le ocurre y ofrécele toda tu ternura. Quizá no sea más que una pequeña discusión con su mejor amigo "del parque" pero conviene que le ofrezcas todo tu apoyo y le animes a solucionar la situación.

8. Una tarde en la cocina puede ser una buena excusa para demostrarle tu afecto. Hacer una tarta juntos o preparar su cena preferida con su ayuda, le harán sentir útil y querido. Además, qué mejor lugar que los fogones y la cocina para compartir interesantes secretillos. Estos pequeños momentos de intimidad pueden ser la excusa perfecta para conocer un poco más a tu hijo, sus preferencias, sus gustos, sus mejores amigos... Aprovecha la situación y establece las bases de una buena comunicación.

9. Enséñale donde guardas las cartas especiales o los dibujos que te regaló. Este pequeño tesoro le llenará de orgullo y alegría. Sobre todo si cuando se lo mostramos le vamos contando pequeñas anécdotas de aquella época: Cómo esperabas con ilusión que llegase el Día de la Madre para recibir su lámina decorada, lo que dijeron tus compañeras de trabajo cuando vieron lo que tu hijo te había regalado... De este modo, comprenderá, sin duda alguna, lo importante que es él en tu vida.

10. Siempre que te lo cruces por el pasillo o te lo encuentres por la casa ofrécele un abrazo y un beso diciéndole algo cariñoso al mismo tiempo. Un "¡pero que bonito eres!" puede obrar auténticos milagros en un niño de estas edades. Pasado un tiempo y sin que casi nos demos cuenta, será él el que nos busque por la casa para achucharnos una y otra vez con todo el amor del mundo.

11. Ahora que el niño comienza a ir al colegio organiza una galería de fotos en algún lugar de la casa y exhibe allí los retratos que vayan haciendo a tu hijo en el colegio. De este modo, siempre que vengan invitados a casa podrás mostrarles orgullosa los avances que ha ido haciendo el niño a lo largo del curso. Él también disfrutará de estos agradables momentos, pues no hay nada que más le guste que sentirse importante aunque sólo sea durante unos minutos.

12. Aprovecha esta edad para "comerle a besos". Después del baño nocturno, cuando le despiertes por las mañanas, al regresar a casa por la tarde... Cualquier ocasión es buena para demostrarle lo mucho que le quieres. No olvidemos que dentro de unos años, cuando llegue a la adolescencia, no será tan sencillo vencer su resistencia.

13. Procura crear en casa un ambiente de ternura generalizado. Que el niño sienta que papá y mamá se quieren es tan importante como que le digas lo mucho que te importa. Si observa cómo nosotros nos decimos palabras cariñosas a diario y nos apoyamos mutuamente, él no dudará en entrar en el juego participando activamente y manifestando con total libertad sus sentimientos hacia nosotros.

14. Saca provecho a los días más largos y vete con él a pasear por las tardes. Este puede ser un rato para conversar y charlar sobre las cosas importantes de la vida (sus amigos, sus juegos, sus sentimientos...). Más adelante, cuando llegue a la adolescencia, nos será muy difícil compaginar horarios por lo que nos resultará prácticamente imposible disfrutar de estos pequeños placeres de la vida.

15. Las discusiones familiares son algo normal. Si el niño te oye pelear que también contemple como os pedís perdón. De este modo, no se acostará angustiado pensando que sus padres ya no se quieren o, lo que es aún peor, que él es culpable de la tensión que reina en casa. En ocasiones, los niños confunden el enfado de papá y mamá por una trastada con las riñas propias del matrimonio.

16. Cuando tu hijo hable contigo deja lo que estés haciendo y mírale a los ojos. Mantén una expresión alentadora y dale una respuesta positiva. Estas simples acciones harán mucho bien a nuestro hijo. Además de sentirse atendido, sabrá que te importa todo lo que le concierne. Sus historias, sus problemas, sus miedos e ilusiones estarán muy por encima de la cena, las tareas domésticas o la televisión. Él es el protagonista, tu principal prioridad en este mundo.

17. Ríete con él a menudo. Cualquier excusa puede ser buena: Un chiste, una rima o unas cuantas cosquillas. Un niño necesita reírse para expresar su felicidad, pero también necesita contemplar cómo sus padres se ríen habitualmente en casa. Para él este ambiente distendido y agradable es sinónimo de equilibrio, amor y estabilidad.

18. Cuando tu hijo diga "papá, mamá, mira lo que he hecho" míralo. Aplaude y aclama: "buen trabajo". Quizá no se trate más que de un simple monigote hecho con su vieja plastilina pero para él será toda una obra de arte de un incalculable valor. Si le demostramos con palabras lo orgullosos que estamos de él y de su ingenio, aumentará su seguridad y confianza en sí mismo y no dudará en seguir hacia delante con gran aplomo: Al fin y al cabo, sus padres piensan de él que es un niño maravilloso.

19. No inmiscuyas a tu hijo en tus preocupaciones. El no puede ayudarte y por lo tanto lo único que estarías provocando es su propio sufrimiento. Si los problemas de la oficina te agobian o este mes no puedes pagar el recibo de la luz, procura aparcar todos estos dilemas en un rincón de tu cabeza. Un rato en compañía de tu hijo releyendo el cuento de "Caperucita Roja" por enésima vez puede que te sirva, incluso, para despejar la mente.

20. Todos los niños pasan por malos momentos. Una discusión con un amiguito o un mal día en la guardería... En estos casos uno de los mejores bálsamos es la sonrisa de mamá o papá. No se trata tanto de que le quitemos importancia a su "gran dilema" sino de que le ofrezcamos la tranquilidad suficiente como para superar este pequeño bache. Probablemente mañana no se acuerde de lo que tanto le preocupaba el día anterior, pero lo que sí recordará siempre es la paz que le transmitimos ese día cuando tanto lo necesitaba.

En resumen...

· Que le consintamos todo no significa que le queramos más. A veces es duro decir "No", pero es la forma más efectiva para evitar que nuestro hijo se convierta en un niño caprichoso e insufrible el día de mañana.

· Una cosa es corregir con suavidad y afecto al niño y otra muy diferente tratar de hundirle. Cuando haga algo mal debemos aprovechar para prestarle una especial atención explicándole con cariño cómo debe de comportarse.

· Un niño que no ha recibido cariño de pequeño, difícilmente sabrá transmitir afecto cuando se convierta en adulto. Si no enseñamos a nuestro hijo la importancia del cariño, no cabe duda de que el día de mañana tendrá unas carencias afectivas que indudablemente marcarán su carácter y personalidad.

· Del cariño que nosotros le ofrezcamos ahora dependerá que nuestro hijo se convierta en una persona segura de sí mistad el día de mañana. Si desde que empieza a entender las cosas le animamos y apoyamos, crecerá creyendo firmemente que es capaz de alcanzar tantas metas como se proponga.

· También la seguridad es fundamental en lo que a educación se refiere. Para que nuestro hijo se valore a sí mismo es primordial que se sienta seguro en el hogar, aceptado por sus padres y querido por todos los que le rodean.

· Un niño de estas edades necesita comprobar constantemente que sus padres le quieren simplemente por como es él, no por lo bien que se porta. En ese caso, el niño podría llegar a la conclusión de que tiene que cumplir con una serie de objetivos para que le queramos.

· Un niño requiere de 14 abrazos al día para crecer y desarrollarse adecuadamente, no lo olvide!

Para que los buenos propósitos no se queden en nada podemos intentar realizar un pequeño auto examen al final de cada jornada. Esto nos permitirá descubrir cuántas veces a lo largo del día hemos transmitido cariño y afecto nuestro hijo
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Pablo vaya tesoro que nos regalas. Ojala todos los padres sepan apreciar el gran tesoro que Dios les regalo en sus hijos.

Muchas gracias Pablo por compartir esto con nosotros.
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Miguel Angel Montaño