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Misa diaria Mayo 2009
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charlie29
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Registrado: 31 Jul 2007
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MensajePublicado: Vie May 22, 2009 4:40 pm    Asunto:
Tema: Misa diaria Mayo 2009
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SÁBADO 30 DE MAYO

Sábado de la 7º semana del tiempo de pascua

-Feria-



ANTÍFONA DE ENTRADA (Hech 1, 14)


Animados de un mismo espíritu, los discípulos perseveraban en la oración, en compañía de algunas mujeres, de María, la Madre de Jesús, y de los parientes de éste. Aleluya.

ORACIÓN COLECTA

Al concluir estas fiestas de Pascua concédenos, Señor, que la alegría de saber que hemos resucitado con tu Hijo, transforme toda nuestra vida. Por nuestro Señor Jesucristo…

LITURGIA DE LA PALABRA

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles: 28, 16-20.30-31


En aquellos días, cuando llegamos a Roma, se le permitió a Pablo vivir en una casa particular, con un soldado de guardia. Tres días después de su llegada, convocó a los judíos principales, y una vez reunidos, les dijo: "Hermanos, sin haber hecho nada en contra de mi pueblo, ni de las tradiciones de nuestros padres, fui preso en Jerusalén y entregado a los romanos. Ellos, después de interrogarme, querían ponerme en libertad, porque no encontraron en mí nada que mereciera la muerte. Pero los judíos se opusieron y tuve que apelar al César, sin pretender por ello acusar a mi pueblo. Por esta razón he querido verlos y hablar con ustedes pues llevo estas cadenas a causa de la esperanza de Israel". Dos años enteros pasó Pablo en una casa alquilada; ahí recibía a todos los que acudían a él, predicaba el Reino de Dios y les explicaba la vida de Jesucristo, el Señor, con absoluta libertad y sin estorbo alguno. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

Del salmo 10 R/. El Señor verá a los justos con complacencia. Aleluya.

Desde su santo templo allá en el cielo, donde tiene su trono y su morada, los ojos del Señor miran al mundo y examina a los hombres su mirada. R/.

Examina a inocentes y malvados y aborrece al que ama la violencia. Pues es justo el Señor y ama lo justo, a los justos verá con complacencia. R/.

ACLAMACIÓN (Cfr. Jn 16, 7.13) R/. Aleluya, aleluya.

Yo les enviaré el Espíritu de verdad y él los irá guiando hacia la verdad plena, dice el Señor. R/.

Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Juan: 21, 20-25

En aquel tiempo, Jesús dijo a Pedro: "Sígueme". Pedro, volviendo la cara, vio que iba detrás de ellos el discípulo a quien Jesús amaba, el mismo que en la cena se había reclinado sobre su pecho y le había preguntado: 'Señor, ¿quién es el que te va a traicionar?' Al verlo, Pedro le dijo a Jesús: "Señor, ¿qué va a pasar con éste?" Jesús le respondió: "Si yo quiero que éste permanezca vivo hasta que yo vuelva, ¿a ti qué? Tú, sígueme". Por eso comenzó a correr entre los hermanos el rumor de que ese discípulo no habría de morir. Pero Jesús no dijo que no moriría, sino: 'Si yo quiero que permanezca vivo hasta que yo vuelva, ¿a ti qué?' Ese es el discípulo que atestigua estas cosas y las ha puesto por escrito, y estamos ciertos de que su testimonio es verdadero. Muchas otras cosas hizo Jesús y creo que, si se relataran una por una, no cabrían en todo el mundo los libros que se escribieran. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

LITURGIA EUCARÍSTICA

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Que el Espíritu Santo nos purifique, Señor, de nuestras culpas y nos prepare a celebrar dignamente tu santa Eucaristía. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO DE LA ESPERA DEL ESPIRITU SANTO


En verdad es justo y necesario, que se unan en tu alabanza todas tus criaturas del cielo y de la tierra a ti Dios todopoderoso y a tu Hijo Jesucristo, Señor del universo. El cual habiendo entrado de una vez y para siempre en el santuario del cielo ahora intercede por nosotros como mediador que nos asegura la perenne efusión del Espíritu, Pastor y Obispo de nuestras almas nos invita a la plegaria a ejemplo de María y los apóstoles en la espera de un nuevo Pentecostés. Por estos signos de santificación y de amor nos unimos a los ángeles y a los santos cantando humildemente el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo...

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 16, 14)

El Espíritu Santo me glorificará, porque recibirá de mí, dice el Señor, lo que les irá comunicando. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor, que tu amor paterno proteja siempre a quienes has salvado por medio de la pasión de tu Hijo, y que Cristo resucitado sea la fuente de todas nuestras alegrías. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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charlie29
Constante


Registrado: 31 Jul 2007
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MensajePublicado: Vie May 22, 2009 5:05 pm    Asunto:
Tema: Misa diaria Mayo 2009
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SÁBADO 30 DE MAYO

VIGILIA DE PENTECOSTÉS

-Solemnidad-



Misa Vespertina de la Vigilia

ANTÍFONA DE ENTRADA (Rom 5, 5; 8, 11)


El amor a Dios ha sido infundido en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que habita en nosotros. Aleluya.



Siglo I

Se dice Gloria

ORACIÓN COLECTA

Dios eterno y todopoderoso, que quisiste consumar el misterio de la muerte, resurrección y ascensión de tu Hijo, con la venida del Espíritu Santo, renueva el prodigio de Pentecostés y haz que todos los pueblos de la tierra superen con tu amor sus diferencias y te reconozcan como Padre. Por nuestro Señor Jesucristo…

LITURGIA DE LA PALABRA

Lectura del libro del profeta Ezequiel: 37, 1-14


En aquellos días, la mano del Señor se posó sobre mí, y su espíritu me trasladó y me colocó en medio de un campo lleno de huesos. Me hizo dar vuelta en torno a ellos. Había una cantidad innumerable de huesos sobre la superficie del campo y estaban completamente secos. Entonces el Señor me preguntó: "Hijo de hombre, ¿podrán acaso revivir estos huesos?". Yo respondí: "Señor, tú lo sabes". El me dijo: "Habla en mi nombre a estos huesos y, diles: 'Huesos secos, escuchen la palabra del Señor. Esto dice el Señor Dios a estos huesos: He aquí que yo les infundiré el espíritu y revivirán. Les pondré nervios, haré que les brote carne, la cubriré de piel, les infundiré el espíritu y revivirán. Entonces reconocerán ustedes que yo soy el Señor' ". Yo pronuncié en nombre del Señor las palabras que él me había ordenado, y mientras hablaba, se oyó un gran estrépito, se produjo un terremoto y los huesos se juntaron unos con otros. Y vi cómo les iban saliendo nervios y carne y cómo se cubrían de piel; pero no tenían espíritu. Entonces me dijo el Señor: "Hijo de hombre, habla en mi nombre al espíritu y dile: 'Esto dice el Señor: Ven, espíritu, desde los cuatro vientos y sopla sobre estos muertos, para que vuelvan a la vida' ". Yo hablé en nombre del Señor, como él me había ordenado. Vino sobre ellos el espíritu, revivieron y se pusieron de pie. Era una multitud innumerable. El Señor me dijo: "Hijo de hombre: Estos huesos son toda la casa de Israel, que ha dicho: 'Nuestros huesos están secos; pereció nuestra esperanza y estamos destrozados'. Por eso, habla en mi nombre y diles: 'Esto dice el Señor: Pueblo mío, yo mismo abriré sus sepulcros, los haré salir de ellos y los conduciré de nuevo a la tierra de Israel. Cuando abra sus sepulcros y los saque de ellos, pueblo mío, ustedes dirán que yo soy el Señor. Entonces les infundiré mi espíritu, los estableceré en su tierra y sabrán que yo, el Señor, lo dije y lo cumplí' ". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

Del salmo 103 R/. Envía, Señor, tu Espíritu, a renovar la tierra. Aleluya.

Bendice al Señor, alma mía; Señor y Dios mío, inmensa es tu grandeza. Te vistes de belleza y majestad, la luz te envuelve como un manto. R/.

¡Qué numerosas son tus obras, Señor, y todas las hiciste con maestría! La tierra está llena de tus criaturas. Bendice al Señor, alma mía. R/.

Todos los vivientes aguardan que les des de comer a su tiempo; les das el alimento y lo recogen, abres tu mano y se sacian de bienes. R/.

Si retiras tu aliento, toda criatura muere y vuelve al polvo. Pero envías tu espíritu, que da vida, y renuevas el aspecto de la tierra. R/.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 8, 22-27

Hermanos: Sabemos que la creación entera gime hasta el presente y sufre dolores de parto; y no sólo ella, sino también nosotros, los que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente, anhelando que se realice plenamente nuestra condición de hijos de Dios, la redención de nuestro cuerpo. Porque ya es nuestra la salvación, pero su plenitud es todavía objeto de esperanza. Esperar lo que ya se posee no es tener esperanza, porque, ¿cómo se puede esperar lo que ya se posee? En cambio, si esperamos algo que todavía no poseemos, tenemos que esperarlo con paciencia. El Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad, porque nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene; pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras y Dios, que conoce profundamente los corazones, sabe lo que el Espíritu quiere decir, porque el Espíritu ruega conforme a la voluntad de Dios, por los que le pertenecen. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN R/. Aleluya, aleluya.

Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. R/.

Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Juan: 7, 37-39

El último día de la fiesta, que era el más solemne, exclamó Jesús en voz alta: "El que tenga sed, que venga a mí; y beba, aquel que cree en mí. Como dice la Escritura: Del corazón del que cree en mí brotarán ríos de agua viva". Al decir esto, se refería al Espíritu Santo que habían de recibir los que creyeran en él, pues aún no había venido el Espíritu, porque Jesús no había sido glorificado. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo

ORACIÓN DE LOS FIELES

Pidamos a Dios que derrame su Espíritu Santo en nuestros corazones, y que la fuerza de su amor transforme la faz de la tierra. (Respondemos a cada petición: R/. Envía, Señor, tu Espíritu Santo).


Para que podamos amar a todos los hombres con generosidad, sin distinciones, sin hacer acepción de personas, roguemos al Señor. R/.

Para que nos convirtamos al Evangelio, y viviendo el mandato del amor transformemos nuestra sociedad, roguemos al Señor. R/.

Para que en nuestro mundo sean realidad la convivencia, el respeto, la fraternidad y el amor desinteresado, roguemos al Señor. R/.

Para que los cristianos seamos instrumentos válidos para la evangelización, testigos de tu verdad y signo de la esperanza que no defrauda, roguemos al Señor. R/.

Para que seamos dóciles a la acción de Dios en nuestras vidas y dejemos que el Espíritu de Dios viva en nuestros corazones, roguemos al Señor. R/.

Derrama, Señor, tu Espíritu sobre tu Iglesia, envía el fuego de tu amor a los corazones que te buscan y sopla con el aliento de tu gracia sobre toda la tierra, para que, recreadas todas la cosas en ti, te alabemos junto a toda la creación. Por Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina, inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos.

LITURGIA EUCARÍSTICA

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Que tu Espíritu santificador descienda, Señor, sobre estos dones e inunde de amor a tu Iglesia para que ésta pueda ser, en medio del mundo, tu signo y tu instrumento de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO DE PENTECOSTÉS


En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo Dios todopoderoso y eterno. Porque tú, para llevar a su plenitud el misterio pascual, has enviado hoy al Espíritu Santo sobre aquellos a quienes adoptaste como hijos al injertarlos en Cristo, tu Unigénito. Este mismo Espíritu fue quien, al nacer la Iglesia, reveló a todos los pueblos el misterio de Dios y unió la diversidad de las lenguas en la confesión de una misma fe. Por eso, el mundo entero se desborda de alegría y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo…

CANON ROMANO O PLEGARIA EUCARÍSTICA I (Si se usa en la Vigilia de Pentecostés)

El sacerdote, con las manos extendidas, dice:

Padre misericordioso, te pedimos humildemente por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, que aceptes y bendigas estos † dones, este sacrificio santo y puro que te ofrecemos, ante todo, por tu Iglesia santa y católica, para que le concedas la paz, la protejas, la congregues en la unidad y la gobiernes en el mundo entero, con tu servidor el Papa Benedicto XVI, con nuestro Obispo N., y todos los demás Obispos que, fieles a la verdad, promueven la fe católica y apostólica. Acuérdate, Señor, de tus hijos N. y N. Y de todos los aquí reunidos, cuya fe y entrega bien conoces; por ellos y todos los suyos, por el perdón de sus pecados y la salvación que esperan, te ofrecemos, y ellos mismos te ofrecen, este sacrificio de alabanza, a ti, eterno Dios, vivo y verdadero. Reunidos en comunión con toda la Iglesia para celebrar la noche santa en que el Espíritu Santo fue manifestado a la Virgen María y los Apóstoles en forma de lenguas, veneramos la memoria, ante todo, de la gloriosa siempre Virgen María, Madre de Jesucristo, nuestro Dios y Señor; la de su esposo, san José; la de los santos apóstoles y mártires Pedro y Pablo, Andrés, [Santiago y Juan, Tomás, Santiago, Felipe, Bartolomé, Mateo, Simón y Tadeo; Lino, Cleto, Clemente, Sixto, Cornelio, Cipriano, Lorenzo, Crisógono, Juan y Pablo, Cosme y Damián,] y la de todos los santos; por sus méritos y oraciones concédenos en todo tu protección. [Por Cristo, nuestro Señor. Amén]. Acepta, Señor, en tu bondad, esta ofrenda de tus siervos y de toda tu familia santa, que te presentamos; ordena en tu paz nuestros días, líbranos de la condenación eterna y cuéntanos entre tus elegidos. Bendice y santifica, oh Padre, esta ofrenda, haciéndola perfecta, espiritual y digna de ti, de manera que sea para nosotros Cuerpo y Sangre de tu Hijo amado, Jesucristo, nuestro Señor. El cual, la víspera de su Pasión, tomó el pan en sus santas y venerables manos, y elevando los ojos al cielo, hacia ti, Dios Padre suyo todopoderoso, dando gracias, te bendijo, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: «Tomen y coman todos de él, porque esto es mi Cuerpo, que será entregado por ustedes». Del mismo modo, acabada la cena, tomó este cáliz glorioso en sus santas y venerables manos, dando gracias te bendijo, y lo dio a sus discípulos, diciendo: «Tomen y beban todos de él, porque éste es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por ustedes y por muchos para el perdón de los pecados. Hagan esto en conmemoración mía». Éste es el sacramento de nuestra fe. Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. ¡Ven, Señor Jesús! Por eso, Padre, nosotros, tus siervos, y todo tu pueblo santo, al celebrar este memorial de la muerte gloriosa de Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor; de su santa resurrección del lugar de los muertos y de su admirable ascensión a los cielos, te ofrecemos, Dios de gloria y majestad, de los mismos bienes que nos has dado, el sacrificio puro, inmaculado y santo: pan de vida eterna y cáliz de eterna salvación. Mira con ojos de bondad esta ofrenda y acéptala, como aceptaste los dones del justo Abel, el sacrificio de Abraham, nuestro padre en la fe, y la oblación pura de tu sumo sacerdote Melquisedec. Te pedimos humildemente, Dios todopoderoso, que esta ofrenda sea llevada a tu presencia, hasta el altar del cielo, por manos de tu ángel, para que cuantos recibimos el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo al participar aquí de este altar, seamos colmados de gracia y bendición. Acuérdate también, Señor, de tus hijos N., y N., que nos han precedido con el signo de la fe y duermen ya el sueño de la paz. A ellos, Señor, y a cuantos descansan en Cristo, concédeles el lugar del consuelo, de la luz y de la paz. Y a nosotros, pecadores, siervos tuyos, que confiamos en tu infinita misericordia, admítenos en la asamblea de los santos apóstoles y mártires Juan el Bautista, Esteban, Matías y Bernabé,… y de todos los santos; y acéptanos en su compañía, no por nuestros méritos, sino conforme a tu bondad. Por Cristo, Señor nuestro, por quien sigues creando todos los bienes, los santificas, los llenas de vida, los bendices y los repartes entre nosotros. Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 7, 37)

El último día de la fiesta, Jesús se puso de pie y exclamó: El que tenga sed, que venga a mí y beba. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Que el sacramento que hemos recibido, nos comunique, Señor, el fuego del Espíritu Santo que infundiste a tus apóstoles el día de Pentecostés. Por Jesucristo, nuestro Señor.


VIGILIA DE PENTECOSTÉS: Del griego, "cincuenta", "quincuagésimo". Al término de las siete semanas pascuales, la Iglesia católica celebra la solemnidad de Pentecostés. Así, la Pascua de Cristo se consuma con la efusión del Espíritu Santo que se manifiesta, da y comunica como persona divina y desde esa plenitud el Señor derrama con profusión su Espíritu. Desde ese día el Reino anunciado por Cristo esta abierto a quienes creen en El: en la humildad de la carne y en la fe, participando en la comunión de la Santísima Trinidad (cfr. Catecismo de la Iglesia católica, párrafos 731-732). En la antigüedad —según la tradición bíblica—, Pentecostés evocaba la promulgación de la Antigua Ley en el Monte Sinai y se hacia una ofrenda de las primeras cosechas. Con igual nombre surgió en la liturgia católica una celebración después de cincuenta días de la Pascua de Resurrección, para conmemorar haber recibido el Don del Espíritu Santo; por lo que esta solemnidad no se relaciona con la festividad judía, de la cual tomo el nombre pero no los contenidos. Iconografía: los Doce, reunidos en el Cenáculo en torno a la Madre de Dios, sobre la cabeza de cada uno se posa una lengua de fuego, símbolo del Espíritu Santo.
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charlie29
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Registrado: 31 Jul 2007
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MensajePublicado: Vie May 22, 2009 5:35 pm    Asunto:
Tema: Misa diaria Mayo 2009
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DOMINGO 31 DE MAYO

DOMINGO DE PENTECOSTÉS

-Solemnidad-



Misa del día

ANTÍFONA DE ENTRADA (Sab 1, 7)


El Espíritu del Señor ha llenado toda la tierra; él da unidad a todas las cosas y se hace comprender en todas las lenguas. Aleluya.



Se dice Gloria

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que por el misterio de Pentecostés santificas a tu Iglesia extendida por todas las naciones, concede al mundo entero los dones del Espíritu Santo y continúa realizando entre los fieles la unidad y el amor de la primitiva Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo…

LITURGIA DE LA PALABRA

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles: 2, 1-11


El día de Pentecostés, todos los discípulos estaban reunidos en un mismo lugar. De repente se oyó un gran ruido que venía del cielo, como cuando sopla un viento fuerte, que resonó por toda la casa donde se encontraban. Entonces aparecieron lenguas de fuego, que se distribuyeron y se posaron sobre ellos; se llenaron todos del Espíritu Santo y empezaron a hablar en otros idiomas, según el Espíritu los inducía a expresarse. En esos días había en Jerusalén judíos devotos, venidos de todas partes del mundo, Al oír el ruido, acudieron en masa y quedaron desconcertados, porque cada uno los oía hablar en su propio idioma. Atónitos y llenos de admiración, preguntaban: "¿No son galileos todos estos que están hablando? ¿Cómo, pues, los oímos hablar en nuestra lengua nativa? Entre nosotros hay medos, partos y elamitas; otros vivimos en Mesopotamia, Judea, Capadocia, en el Ponto y en Asia, en Frigia y en Panfilia, en Egipto o en la zona de Libia que limita con Cirene. Algunos somos visitantes, venidos de Roma, judíos y prosélitos; también hay cretenses y árabes. Y sin embargo, cada quien los oye hablar de las maravillas de Dios en su propia lengua". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

Del salmo 103 R/. Envía, Señor, tu Espíritu a renovar la tierra. Aleluya.

Bendice al Señor, alma mía; Señor y Dios mío, inmensa es tu grandeza. ¡Qué numerosas son tus obras, Señor! La tierra está llena de tus criaturas. R/.

Si retiras tu aliento, toda criatura muere y vuelve al polvo. Pero envías tu espíritu, que da vida, y renuevas el aspecto de la tierra. R/.

Que Dios sea glorificado para siempre y se goce en sus criaturas. Ojalá que le agraden mis palabras y yo me alegraré en el Señor. R/.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 12, 3-7.12-13

Hermanos: Nadie puede llamar a Jesús "Señor", si no es bajo la acción del Espíritu Santo. Hay diferentes dones, pero el Espíritu es el mismo. Hay diferentes servicios, pero el Señor es el mismo. Hay diferentes actividades, pero Dios, que hace todo en todos, es el mismo. En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común. Porque así como el cuerpo es uno y tiene muchos miembros y todos ellos, a pesar de ser muchos, forman un solo cuerpo, así también es Cristo. Porque todos nosotros, seamos judíos o no judíos, esclavos o libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu para formar un solo cuerpo, y a todos se nos ha dado a beber del mismo Espíritu. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SECUENCIA

Ven, Dios Espíritu Santo, y envíanos desde el cielo tu luz, para iluminamos.

Ven ya, padre de los pobres, luz que penetra en las almas, dador de todos los dones.

Fuente de todo consuelo, amable huésped del alma, paz en las horas de duelo.

Eres pausa en el trabajo; brisa, en un clima de fuego; consuelo, en medio del llanto.

Ven, luz santificadora, y entra hasta el fondo del alma de todos los que te adoran.

Sin tu inspiración divina los hombres nada podemos y el pecado nos domina.

Lava nuestras inmundicias, fecunda nuestros desiertos y cura nuestras heridas.

Doblega nuestra soberbia, calienta nuestra frialdad, endereza nuestras sendas.

Concede a aquellos que ponen en ti su fe y su confianza tus siete sagrados dones.

Danos virtudes y méritos, danos una buena muerte y contigo el gozo eterno.

ACLAMACIÓN R/. Aleluya, aleluya.

Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. R/.

Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Juan: 20, 19-23

Al anochecer del día de la resurrección, estando cerradas las puertas de la casa donde se hallaban los discípulos, por miedo a los judíos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: "La paz esté con ustedes". Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Cuando los discípulos vieron al Señor, se llenaron de alegría. De nuevo les dijo Jesús: "La paz esté con ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo". Después de decir esto, sopló sobre ellos y les dijo: "Reciban el Espíritu Santo. A los que les perdonen los pecados, les quedarán perdonados; y a los que no se los perdonen, les quedarán sin perdonar". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo

ORACIÓN DE LOS FIELES

Oremos, hermanos, e invoquemos a Cristo, que, entronizado a la diestra de Dios, ha recibido del Padre el Espíritu Santo prometido, y pidámosle que lo derrame sobre la Iglesia y sobre todo el mundo. (Respondemos a cada petición: R/. Envíanos, Señor, el Espíritu Santo).


Oremos a Cristo, el buen pastor de la Iglesia, que nos mereció la efusión del Espíritu Santo, y pidámosle que sean iluminados por este mismo Espíritu el Papa Benedicto XVI, nuestros obispos y todos los demás pastores de la Iglesia, a fin de que conduzcan su grey por las sendas de la salvación, roguemos al Señor. R/.

Pidamos también al Señor resucitado, que envió su Espíritu en forma de lenguas para destruir la división de Babel, que congregue en la unidad y conceda la paz a todos los pueblos y naciones del mundo, roguemos al Señor. R/.

Supliquemos al vencedor de la muerte que envíe el Consolador a los que sufren, para que encuentren fuerza y consuelo en la contemplación del misterio pascual y les dé la firme esperanza de que están llamados a la resurrección y a la felicidad de su reino, roguemos al Señor. R/.

Pidamos al Hijo de Dios, que desde el Padre nos ha enviado el Espíritu Santo, que este mismo Espíritu nos recuerde constantemente sus palabras y nos dé la fuerza que necesitamos para dar testimonio de él hasta los confines del mundo, roguemos al Señor. R/.

Terminemos nuestra oración pidiendo al mismo Espíritu que resucitó a Cristo de entre los muertos, que permanezca en nosotros y nos disponga para ser piedras vivas del templo eterno de Dios, roguemos al Señor. R/.

Escucha, Señor, las oraciones de tu pueblo y haz que quienes nos disponemos a clausurar, con la solemnidad de hoy, las fiestas pascuales, renovados y fortalecidos por tu Espíritu, vivamos continuamente la novedad pascual y lleguemos también a las fiestas de la Pascua eterna. Por Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina, inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos.

LITURGIA EUCARÍSTICA

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor, que el Espíritu Santo nos haga comprender mejor, según la promesa de tu Hijo, el misterio de este sacrificio y toda la profundidad del Evangelio. Por Jesucristo, nuestro, Señor.

PREFACIO DE PENTECOSTÉS


En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque tú, para llevar a su plenitud el misterio pascual, has enviado hoy al Espíritu Santo sobre aquellos a quienes adoptaste como hijos al injertarlos en Cristo, tu Unigénito. Este mismo Espíritu fue quien, al nacer la Iglesia, reveló a todos los pueblos el misterio de Dios y unió la diversidad de las lenguas en la confesión de una misma fe. Por eso, el mundo entero se desborda de alegría y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo…

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Hech 2, 4.11)

Todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y proclamaban las maravillas de Dios. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor, tú que nos concedes participar de la vida divina por medio de tus sacramentos, conserva en nosotros el don de tu amor y la presencia viva del Espíritu Santo, para que esta comunión nos ayude a obtener nuestra salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.


Para despedir al pueblo, el diácono o el mismo sacerdote dice:
Pueden ir en paz. Aleluya, aleluya. R/. Demos gracias a Dios. Aleluya, aleluya.

DOMINGO DE PENTECOSTÉS: Del griego, "cincuenta", "quincuagésimo". Al término de las siete semanas pascuales, la Iglesia católica celebra la solemnidad de Pentecostés. Así, la Pascua de Cristo se consuma con la efusión del Espíritu Santo que se manifiesta, da y comunica como persona divina y desde esa plenitud el Señor derrama con profusión su Espíritu. Desde ese día el Reino anunciado por Cristo esta abierto a quienes creen en El: en la humildad de la carne y en la fe, participando en la comunión de la Santísima Trinidad (cfr. Catecismo de la Iglesia católica, párrafos 731-732). En la antigüedad —según la tradición bíblica—, Pentecostés evocaba la promulgación de la Antigua Ley en el Monte Sinai y se hacia una ofrenda de las primeras cosechas. Con igual nombre surgió en la liturgia católica una celebración después de cincuenta días de la Pascua de Resurrección, para conmemorar haber recibido el Don del Espíritu Santo; por lo que esta solemnidad no se relaciona con la festividad judía, de la cual tomo el nombre pero no los contenidos. Iconografía: los Doce, reunidos en el Cenáculo en torno a la Madre de Dios, sobre la cabeza de cada uno se posa una lengua de fuego, símbolo del Espíritu Santo.
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