La familia

[Vera]

[color=blue]Mis queridos hermanos en Cristo Jesús. Ya me presenté ante ustedes como Vera, pero les dije que mi nombre es Rosita, que no me lo admitieron.Hoy quiero exponer uno de los temas de mi página web y quisiera saber la opinión de ustedes.
La primera forma de comunión entre las personas es la que brota del amor entre un hombre y una mujer, decididos a unirse establemente para construír una nueva familia. En una familia sana, se experimentan algunos elementos esenciales de paz, justicia y amor entre hermanos y hermanas. La función de autoridad debe ser ejercida por los padres. El servicio afectuoso a los más débiles de la familia, porque son pequeños, ancianos o porque están enfermos. La disponibilidad para recibir al otro y, si fuera necesario, para perdonarlo. Por eso la familia es la primera e insustituíble educadora de la paz. Hoy día, como estamos viviendo, todo esto parece un ideal. Pero detengámonos a pensar cada situación de nuestra familia. ¿Nos hemos casado enamorados de alma y de cuerpo? ¿Hemos hecho una promesa a Dios ante el altar que no hemos cumplido? Si algo anda mal en estas preguntas, es difícil constituír una buena familia. Todo tiene que comenzar bien desde el vamos. Si estamos por contraer matrimonio: Pensémoslo muy bien, después no se puede retroceder. Muchos piensan: Todo no es para siempre, si me va mal, me separo. No es así, Jesús hizo el matrimonio indisoluble. Además van a hacer una promesa a Dios de seguir en todo, bueno o malo, a su pareja. ¿Acaso las promesas hechas a Dios, Él no las tiene en cuenta?
Otros dirán: No me caso por iglesia así no prometo nada. Pues Rosita les dice: Amigos, sus matrimonios no recibirán la bendición de Dios, y no saben lo que se pierden si quieren ser verdaderos cristianos.
Como el matrimonio es de dos, los dos deben tener el mismo pensar. Si alguno de los dos piensa distinto: ¡Cuidado! a tratar de ponerse de acuerdo, y pensar que Jesús los tiene que acompañar para toda la vida.
Muchos dicen: El convivir cambia la historia. Es verdad, pero cuando hay amor del alma, no del cuerpo, se hace todo más fácil; se ven en el otro, más las virtudes que los defectos. Todos tenemos defectos, y debemos tratar de corregirlos, y de hacer ver al otro para que corrija los suyos, así, la vida se hace más armoniosa. Renovar el amor y el cariño todos los días por nuestra pareja, es el secreto para vivir juntos toda la vida.
La separación no sólo es estresante, también nos deja muy vacíos, y encontrar otra pareja, los va a dejar más vacíos todavía: Los deja vacíos de Dios. Piensen que ya no pueden comulgar más, por más que se confiesen. ¿Y si hay hijos, qué sucede? Jamás pensamos en ellos. No todos sienten de la misma manera. Pero siempre, siempre sufren.
¡Ni pensar si la nueva pareja tiene hijos! Todo esto no lo quiere Dios. Él pensó para sus hijos una familia desde el principio, con hijos propios, criados con nuestros principios, nuestra moral y nuestra religión. Llegar a viejos juntos, porque la vejez nos parece lejana, pero llega, y seguir amándose, comprendiéndose, ayudándose y viendo lo que hemos hecho con esfuerzo en nuestras vidas de nuestros propios hijos; desde luego que también disfrutar de los nietos. Cuando se une una pareja que ya viene de tener otra familia, siempre arrastra problemas de esa familia, ya sea por los hijos, por su ex pareja o por problemas económicos al tener que mantener a sus propios hijos. Hasta a veces vuelven a separarse y otra vez otro duelo, otra soledad, otro dolor que le provocamos a Jesús.
Mis queridos hermanos, la nota en mi página web se extiende un poco más pero no quiero cansarlos. Mi idea es que piensen muy bien cuando van a contraer matrimonio, es un compromiso para toda la vida, así lo quiere Dios. Espero que les interese el tema y podamos intercambiar apreciaciones. www.notasevangelizadora.com.ar