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Módulo II:Guía para el estudio de la DPI
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acmargalef
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MensajePublicado: Lun Jun 08, 2009 11:29 pm    Asunto: Módulo II:Guía para el estudio de la DPI
Tema: Módulo II:Guía para el estudio de la DPI
Responder citando

Centro de Estudios Cívicos Tomás Moro escribió:
Módulo II
Guía para el estudio de la Doctrina Política de la Iglesia
[1]

El Papa Benedicto XVI, expresó en una homilía, poco antes de su proclamación[2]: “La pequeña barca del pensamiento de muchos cristianos con frecuencia ha quedado agitada por las olas, zarandeada de un extremo al otro: del marxismo al liberalismo, hasta el libertinaje; del colectivismo al individualismo radical; del ateísmo a un vago misticismo religioso; del agnosticismo al sincretismo, etc.” Por eso, parece oportuno indagar si la Iglesia Católica posee una doctrina política, y en qué consiste.

Pueden dudar algunos sobre la necesidad de que la Iglesia tenga una doctrina política, puesto que la misión que Cristo le confió es de orden religioso. Pero, precisamente, de esa misión se desprenden luces que sirven para ayudar al mejor funcionamiento de la comunidad humana, de una forma coherente con la fe. Como afirma el Concilio Vaticano II: “Se equivocan los cristianos que, pretextando que no tenemos aquí ciudad permanente, pues buscamos la futura, consideran que pueden descuidar las tareas temporales, sin darse cuenta que la propia fe es un motivo que les obliga al más perfecto cumplimiento de todas ellas según la vocación personal de cada uno” (Gaudium et Spes, 43).

I) La política

En primer lugar, debemos dilucidar en qué consiste la política. Siguiendo a Santo Tomás, Keraly define a la política como “la ciencia encargada no solamente de estudiar sino también de conducir y de mantener a la ciudad en su finalidad específica”[3]. La política, así entendida, pertenece a las ciencias prácticas, porque -señala Sto. Tomás- “la ciudad es una cierta entidad respecto de la cual la razón humana no sólo es cognoscitiva, sino también operativa”[4], debiendo incluirse entre las ciencias morales y no entre las ciencias productivas porque “la ciencia política tiene por objeto el ordenamiento de los hombres”[5]. Y es la ciencia arquitectónica respecto de todas las demás ciencias prácticas, de allí que Aristóteles diga que la filosofía de las cosas humanas culmina con la política.

De acuerdo a la definición de Keraly, la política abarca dos aspectos complementarios:

a) un cuerpo de conocimientos teóricos y normativos fundado en una labor científica cuyo modo es especulativo y cuyo procedimiento es analítico (obra de la razón);
b) un conjunto de aptitudes y de disposiciones activamente ordenadas al bien común de la ciudad, especie de saber hacer moral, cuyo modo es práctico y cuyo procedimiento es sintético (obra de la prudencia).
Entonces, la política es ciencia y prudencia.[6]

II) Doctrina política de la Iglesia

La observación de la realidad nos muestra un Orden Natural, del que se desprenden principios inmutables de validez universal, conforme a los cuales tiene que organizarse y desarrollarse la vida política y social. Orden natural que no es fruto de la creación humana sino que el hombre descubre con su razón, sin poder crearlo conforme a su voluntad. La doctrina de la Iglesia defiende la existencia de esos principios normativos de la ciencia política, no como algo que la Revelación enseña, sino como principios que nos muestra el orden de la naturaleza. Por eso, los principios políticos no son exclusivos de la doctrina católica; pero no es incorrecto decir que existe una doctrina política católica, puesto que la Iglesia sostiene que el orden de la naturaleza es obra de Dios, y al derivarse de este orden los principios de esa doctrina, tales principios forman parte integrante de la doctrina católica.

Lo que añade la Revelación, es que existe un bien común trascendente, distinto y superior al bien común inmanente. Por ello, como las verdades procedentes de la Revelación, en cuanto que reveladas son patrimonio exclusivo de la doctrina católica, la doctrina política confirmada por la Revelación resulta ser una doctrina política católica.

Como dijimos que la política es ciencia y prudencia, debemos determinar si este segundo aspecto también está incluido en la doctrina política católica. Para la convivencia en paz de la sociedad, y la procuración del bien común, es preciso respetar los principios inmutables de la ciencia política. Pero, como el hombre es libre, el cumplimiento de esos principios no está asegurado, y, además, la organización de la sociedad debe tener en cuenta las circunstancias concretas de la comunidad respectiva, de la historia, de las costumbres, de los recursos disponibles, etcétera.

Sobre la determinación de los medios para lograr el bien común, la Iglesia señala que eso corresponde al poder civil, al Estado. No obstante, ningún acto humano es moralmente indiferente, ni puede juzgarse solamente por los resultados. El bien común temporal es un bien perfectivo del hombre, que comprende bienes externos, bienes del cuerpo y bienes del alma. Así, la política está sujeta a la moral. Tanto por el fin que se pretende alcanzar con la acción política, como por la propia actuación ejecutada para ello. Y si bien la Iglesia no determina qué medios hay que utilizar, en cambio señala de modo concreto que la actuación de los hombres en política -como en cualquier otra cuestión- tiene que estar sujeta a las normas de la moral y que los medios utilizados han de ser moralmente lícitos. Pío XII afirmaba que “como faro resplandeciente, la ley moral debe con los rayos de sus principios dirigir la ruta de la actividad de los hombres y de los Estados...” (Radiom. “Nell Alba”, 1942).

En conclusión, la doctrina política católica “es el conjunto ordenado de principios generales, que permanecen por encima de los acontecimientos, cualquiera que ellos sean” (Jean Ousset).

III) Contenido de la doctrina

La concepción católica de la política está formulada especialmente en las Encíclicas:
de León XIII, Diuturnum illud; Inmortale Dei; Libertas; Au millieu des sollicitudes;
de Pío XII, Summi Pontificatus; Benignitas et humanitas;

Los Papas posteriores agregaron otros documentos, hasta culminar con la Centesimus Annus, de Juan Pablo II. Pero para esta exposición nos puede convenir detenernos en la Pacem in Terris, de Juan XXIII, pues en ella se advierte una evolución en la doctrina. Evolución que es progreso de la doctrina misma, perfección y desarrollo de sus principios, en cuanto estos, fundados en la Revelación, se apoyan al mismo tiempo en la razón natural del hombre. Entonces, la doctrina se desenvuelve descubriendo nuevos principios o dando nuevas formulaciones a los ya conocidos.

Además, los principios doctrinarios deben aplicarse a la realidad, en función de una situación y de una circunstancia concretas. Claro que, el principio no se funda en la situación -como pretenden algunos teólogos- sino que se proyecta y se adecua a ella, porque no es el principio el que es relativo, sino las circunstancias y el tiempo en que se realiza.

El condicionamiento de una realidad histórica no sólo gravita sobre la interpretación de los principios, sino que afecta incluso a la enunciación histórica de los principios mismos. Así, por ejemplo, cuando Pío XI enunció el principio de subsidiariedad, la existencia de regímenes totalitarios en varios países europeos, hizo que se entendiera como la afirmación de un límite del poder estatal.
La doctrina política pontificia, aunque tenga un fundamento universal, es histórica. Por eso, debe evaluarse la doctrina política de cada pontificado en razón de los problemas dominantes en su época. León XIII, en el apogeo del liberalismo y de la persecución a la Iglesia, fue el papa de la autoridad y del bien común, de la distinción entre el orden natural y sobrenatural, como propios del Estado y de la Iglesia.

Pío XI, frente al auge del estatismo, y del capitalismo avanzando sobre el poder, enunció los derechos de la sociedad y de los grupos sociales intermedios, y denunció el imperialismo internacional del dinero.

Pío XII, con la realidad de países totalitarios en guerra, afirmó la dignidad de la persona humana como principio y fin de la vida social.
Juan XXIII, en una época de interdependencia creciente, y ante la amenaza de una guerra atómica, resalta la comunidad universal como constante del pensamiento cristiano y de la necesidad de una autoridad internacional.
La doctrina política integra la Doctrina Social de la Iglesia, y para ella rigen entonces las dos notas señaladas por Pío XII[7]:

“Es obligatoria; nadie puede apartarse de ella sin peligro para la fe y el orden moral”.
“...esta doctrina está fijada definitivamente y de manera unívoca en sus puntos fundamentales, ella es con todo lo suficientemente amplia como para adaptarse y aplicarse a las vicisitudes variables de los tiempos, con tal que no sea en detrimento de sus principios inmutables y permanentes.”

Por eso es necesario distinguir en los documentos: lo doctrinal y lo prudencial. Únicamente integran la doctrina los principios sobre los que existe continuidad en los documentos, pues esa convergencia excluye toda posible duda.

IV) Síntesis de la Doctrina Política de la Iglesia (según la Enc. Pacem in Terris)

1. La dignidad de la persona como principio de la concepción cristiana del orden político

La encíclica afirma de una forma inequívoca y radical desde sus primeros párrafos, como fundamento de la convivencia, la dignidad de la persona humana. Este es, sin duda un principio tradicional del pensamiento cristiano, que había sido revalidado, cada vez con mayor firmeza, por los papas Pío XI y Pío XII. Este principio se define afirmando que todo ser humano es persona, es decir, una naturaleza dotada de inteligencia y voluntad libre. Y subrayando la universalidad del principio, Juan XXIII aclara que en esta encíclica enuncia principios doctrinales que pueden ser conocidos por todos los hombres, en cuanto se basan en la naturaleza misma de las cosas, y, por consiguiente, están al alcance incluso de aquellos que no están iluminados por la fe cristiana, pero poseen la luz de la razón y la rectitud moral (nº 157).

El Papa subraya que la persona humana es el sujeto humano individual, para salir al paso de todas aquellas concepciones que, o bien diluyen la libertad del hombre en sus condicionamientos sociales, o bien interpretan la naturaleza social del hombre con tal amplitud que lo reducen a ser una función o parte de la sociedad. Puede decirse que la comunidad está en la persona misma, en el hombre, sociable por naturaleza.

2. La dignidad de la persona como fundamento del derecho natural

Juan XXIII se basa claramente en una concepción del derecho natural que halla su fundamento en lo que es adecuado a la propia naturaleza humana, como un contenido universal; es decir, lo que es adecuado al hombre como persona inteligente y libre. La tesis está enunciada en esta manera en la encíclica: las leyes que regulan “las relaciones de los individuos con sus respectivas comunidades políticas...hay que buscarlas solamente allí donde las ha grabado el Creador de todo, esto es, en la naturaleza del hombre” (nº 6). El Papa no utiliza la expresión derecho natural, aunque sí reiteradamente alude a derechos naturales de la persona. Así, por ejemplo, en el párrafo 28 resume los derechos enunciados, llamándolos derechos naturales, añadiendo que están unidos en el hombre que los posee con otros tantos deberes.

Aunque se haya eludido la expresión derecho natural, está aceptado en las líneas generales con que lo definió Pío XII en el discurso Il programa (1955): como la afirmación de que el juicio sereno de la razón puede reconocer en la naturaleza el fundamento del orden, pero con la limitación o el condicionamiento de que ese juicio sólo descubre las líneas directrices que contienen los elementos esenciales del orden sujetos a una adaptación en el decurso histórico.
Juan XXIII, previo a detallar una amplia declaración de derechos, aclara: “el hombre tiene por sí mismo derechos y deberes que dimanan inmediatamente y al mismo tiempo de su propia naturaleza. Estos derechos y deberes son, por ello, universales e inviolables y no pueden renunciarse por ningún concepto” (nº 9).

3. La autoridad

Luego encontramos la doctrina del poder. Siguiendo a León XIII, Juan XXIII lo funda en la naturaleza social del hombre y en la natural necesidad de un principio directivo del orden social, para concluir: “la autoridad que, como la misma sociedad, surge y deriva de la naturaleza y, por tanto, del mismo Dios, que es su autor” (nº 46). Agrega que esa doctrina de la autoridad es coherente con la dignidad personal del hombre. La autoridad fundada en Dios se manifiesta como una fuerza moral, como un llamamiento que se dirige a seres racionales y libres. Queda a salvo la dignidad personal de los ciudadanos, ya que su obediencia no es sujeción de hombre a hombre, sino un homenaje a Dios mismo. En ello se funda una flexible armonía entre la necesidad de la autoridad como una exigencia de la sociedad misma, y la libertad humana, ya que esa doctrina no se opone a la plena responsabilidad con que los hombres pueden elegir a las personas investidas de la función de autoridad o decidir libremente sobre las formas de gobierno o los ámbitos o métodos según los cuales la autoridad se ha de ejercer.
Cabe señalar que una de las pocas condenaciones expresas que contiene la encíclica, está dirigida a la ideología liberal que afirma “que la voluntad de cada individuo o de ciertos grupos es la fuente primaria y única de donde brotan los derechos y deberes del ciudadano, proviene la fuerza obligatoria de la constitución política y nace, finalmente, el poder de los gobernantes del Estado para mandar” (nº 78).

El Papa opone a esta concepción voluntarista el principio del origen divino del poder, que no sólo define la naturaleza del poder como extrínseca a la voluntad del hombre, sino que condiciona sus fines (nº 46).

4. El bien común

El Papa reelabora una definición de Pío XII al establecer que el bien común abarca “un conjunto de condiciones sociales que permitan a los ciudadanos el desarrollo expedito y pleno de su propia perfección” (nº 58). Lo que añade esta encíclica al concepto, son tres precisiones fundadas en el principio de la dignidad personal (nºs. 55/57):

Que el bien común debe cifrarse en el bien del hombre;

Que es un bien del que deben participar todos los miembros de una comunidad política, saliendo así al paso de interpretaciones que lo cifran en el bien de la mayoría o del mayor número posible;
Que es un bien del hombre en su plenitud, que atiende tanto a las necesidades del cuerpo como a las del espíritu.


5. La organización jurídica del poder

Constituye un aporte doctrinario el considerar conveniente la separación de los órganos del gobierno. Aunque no se pueda determinar de una vez para siempre la estructura según la cual deben organizarse los poderes públicos, pues esta estructura está condicionada por la situación histórica de las diversas comunidades, sostiene el Papa que la separación de los órganos del poder es un elemento de garantía y protección en favor de los ciudadanos (nº 68)
El principio de que el poder debe estar limitado para someterse a un régimen jurídico, es un principio de moral social, que aparece reforzado por la exigencia de que los ciudadanos y las entidades intermedias, en el ejercicio de sus derechos y en el cumplimiento de sus deberes, gocen de una tutela jurídica eficaz, lo mismo en sus relaciones mutuas que frente a los funcionarios públicos. Es decir, la sujeción del poder al derecho.

6. La participación de los ciudadanos

La participación de los ciudadanos en la vida pública está también enunciada como una exigencia de la dignidad personal de los seres humanos. La preocupación esencial de Pío XII, cuando concebía la democracia como un régimen en que los ciudadanos participaban en el poder, era el nivel o la madurez moral de los ciudadanos sobre la que trazaba la distinción entre la masa y el pueblo. También Juan XXIII matiza esta exigencia a su realización en una variedad de formas que correspondan al grado de madurez alcanzado por las comunidades políticas (nº 73). No obstante, insiste en las conveniencias personas y políticas que derivan de esta participación: nuevas perspectivas para los hombres de obrar el bien, contactos entre los ciudadanos y los funcionarios públicos, renovación de la autoridad (nº 74).

En la misma sintonía, tres décadas más tarde, Juan Pablo II sostendría que la Iglesia “aprecia el sistema de la democracia, en la medida en que asegura la participación de los ciudadanos en las opciones políticas y garantiza a los gobernados la posibilidad de elegir y controlar a sus propios gobernantes, o bien la de sustituirlos oportunamente de manera pacífica” (Centesimus Annus, 46). Es claro que, para la Iglesia, la democracia no está limitada a una forma de gobierno, sino que puede realizarse tanto en las monarquías como en las repúblicas, puesto que se pone el acento en las estructuras de las que dependen las relaciones entre el pueblo y el poder (Benignitas et humanitas, nº 12).

7. La comunidad universal

La encíclica Pacem in Terris ha sistematizado varias enseñanzas que estaban enunciadas fragmentariamente en anteriores documentos pontificios y los desarrolló en algunos puntos parciales. Es, en gran parte, una síntesis deliberada del pensamiento de Pío XII, a quien hacen referencia 32 de las 73 citas que contiene el texto. Pero lo nuevo es la valoración del mundo contemporáneo, y la conciencia de la necesidad de una organización de la comunidad internacional, asentada sobre los derechos del hombre.

Juan XXIII presenta la imagen de una comunidad universal organizada, con todas sus consecuencias en el orden político, económico y cultural, como una verdadera comunidad política perfecta para todos los fines de la vida humana, con un bien común universal propio. El contenido de ese bien común proyecta, en un ámbito más amplio, el mismo contenido del bien común de las comunidades singulares de un pluriverso político: crear el conjunto de condiciones sociales que favorezcan y permitan el desarrollo integral de la persona.

El bien común del Estado, en cuanto el Estado es el órgano de conducción de la comunidad política singular en un pluriverso de pueblos, está visto como una forma de transición histórica, que representa hoy un bien común deficiente que no puede satisfacer la plenitud de las necesidades temporales del hombre, esencialmente en lo que afecta a la seguridad y la paz internacionales (nº 135).

Las partes tercera y cuarta de la encíclica trazan las grandes líneas de una comunidad política internacional, sobre el mismo fundamento de la convivencia: la dignidad personal de los seres humanos. Con un deliberado paralelismo, el Papa enuncia los valores personales y sociales del orden moral universal: verdad, justicia, solidaridad y libertad. Estos valores, que constituyen el bien común de la familia humana, se supraordinan a los intereses singulares de cada pueblo. Pío XII ya había proclamado la existencia de una solidaridad entre los hombres fundada en su unidad de origen y de naturaleza, considerando laudables los esfuerzos por lograr una comunidad política mundial. Juan XXIII sienta una tesis más ambiciosa: la constitución de una autoridad pública mundial al servicio de un bien común universal (nº 137). Esta autoridad se ha de establecer con el consentimiento de todos los Estados y no imponerse por la fuerza, para que pueda desempeñar eficazmente su función en la que debe ser imparcial y estar dirigida al bien común de todos los pueblos (nº 138).

Resalta el pontífice la convicción de que las diferencias que surjan entre los pueblos deben resolverse no por la fuerza de las armas, sino por las normas de la recta razón. Siempre el catolicismo consideró que los gobernantes deben buscar la solución a los conflictos por vías pacíficas, siendo la guerra el último recurso, que sólo puede ser aceptado cuando la causa sea justa. Sin embargo, como lo establece el Catecismo: “mientras exista el riesgo de guerra y falte una autoridad internacional competente y provista de la fuerza correspondiente, una vez agotados todos los medios de acuerdo pacífico, no se podrá negar a los gobiernos el derecho a la legítima defensa” (CIC, 2308).

V. Temas polémicos

Analizaremos ahora algunos de los temas que se prestan frecuentemente a la polémica o a la duda.

1. Origen de la autoridad

A la luz de lo ya expresado, podemos resumir la doctrina cristiana del poder político, con la frase de San Pablo: “no hay autoridad sino bajo Dios” (Rom 13,1), puesto que Dios es el autor del orden natural, en virtud del cual todo ser humano tiende a la convivencia social como un medio necesario para su perfección. En consecuencia, Dios ha dispuesto las cosas de tal modo que la autoridad forma parte esencial de su plan providencial y, en tal medida, ha de afirmarse que Dios es el origen de toda autoridad humana.

Otra cosa diferente es determinar cuál es el modo adecuado para la designación de los hombres que han de ejercer la autoridad. En la doctrina hay unanimidad con respecto a que la autoridad política tiene su origen en Dios; pero con respecto a la cuestión de la forma en que se atribuye el poder estatal al que lo ejerce, se han divido las opiniones.

Recordemos, primero, la teoría del derecho divino de los reyes, de raíz protestante, defendida por Jacobo I, rey de Inglaterra (1603/1625). Sostiene esta tesis que el poder real es de derecho divino, lo mismo que la autoridad del Papa. El poder es conferido a una persona determinada por un acto especial de Dios, por consiguiente el gobernante obtiene su autoridad como una propiedad y puede disponer de ella por su propia decisión arbitraria.[8]
Los teólogos católicos sostuvieron dos tesis diferentes:

a) La teoría de la traslación: sostenida por el P. Suárez, que afirmó, contra la tesis de Jacobo I, que la autoridad venía directamente de Dios a la comunidad o pueblo, de tal manera que éste era el sujeto natural primigenio de la autoridad; a su vez, como toda la comunidad no puede ejercer la autoridad, habrá de determinar las personas a quienes se le transferirá. Esta traslación se hace mediante el consentimiento del pueblo, expreso o tácito. No debe confundirse la teoría de la traslación con la de Rousseau, según la cual, el pueblo o voluntad general es el sujeto de la autoridad y por un contrato la delega en mandatarios.
b) La teoría de la colación inmediata: sostenida por el P. Vitoria, afirma que la comunidad sólo designa la persona que ha de ejercer el poder estatal, mientras que el poder mismo pasa inmediatamente de Dios a la persona que lo ha de ejercer. Es decir que, según esta tesis, Dios le comunica los atributos del poder a aquel designado por la comunidad, la que cumple esa función designación y de determinación, pero no es la comunidad la que previamente recibe esos atributos, poseyéndolos como propios, y luego los transfiere a los gobernantes.

Análisis del tema:

El P. Meinvielle acotaba que el pueblo no puede realizar las funciones complejas que implica el ejercicio de la autoridad. Entonces, no tiene sentido que se le atribuya el papel de intermediario en la transmisión de la autoridad, ya que no puede transferir lo que no posee, y no posee lo que no puede ejercer. Precisamente, el criterio para establecer los derechos naturales es la necesidad que de su uso o ejercicio se tiene. Si la comunidad o pueblo jamás puede ejercer la autoridad, no se justifica transferirsela, aunque fuera transitoriamente.

El Magisterio de la Iglesia nunca se pronunció expresamente sobre esta cuestión, pues le basta con sentar el principio del origen divino de la autoridad, dejando en libertad a los fieles para sostener una u otro posición. No obstante, existe un pasaje que nos brinda orientación al respecto, en la Encíclica Diuturnum Illud, de León XIII:

“Es importante advertir en este punto que los que han de gobernar los Estados pueden ser elegidos, en determinadas circunstancias, por la voluntad y juicio de la multitud, sin que la doctrina católica se oponga o contradiga esta elección. Con esta elección se designa al gobernante, pero no se confieren los derechos del poder. Ni se entrega el poder como un mandato, sino que se establece la persona que lo ha de ejercer” (nº 4).

Nuevo enfoque:

Algunos teólogos contemporáneos, como Leclercq y Desqueyrat[9], consideran que ninguno de los sistemas expuestos soluciona los problemas de orden práctico que plantean la legitimidad de un gobierno determinado. Sostienen que el poder político viene de Dios, pero no por una intervención especial de la Providencia, sino simplemente por vía de consecuencia de la ley natural. No ven la necesidad lógica de hacer intervenir la investidura divina del poder concreto, directa o indirecta, a los gobernantes.

Estos teólogos conciben a la autoridad como un deber o una función y no un derecho personal. Por eso, la manera de acceder al poder no tiene relación directa con el derecho a gobernar. “Si el poder fuese una especie de propiedad, su legitimidad dependería siempre de sus orígenes.

Adquirido injustamente, se poseería injustamente: el usurpador tendría que devolverlo, estaría obligado a restituirlo.
Pero la autoridad no es un bien de este tipo: es una función...”[10]. San Pablo dice que el príncipe es un ministro de Dios (Rom 13,4). Entonces, el derecho del gobierno a conducir la sociedad, no es un derecho subjetivo del gobernante mismo que pueda emplear en provecho propio. El poder público, como toda autoridad o cualquier función, está destinado a servir.[11]

De allí que el poder público se justificará cuando en su ejercicio tienda al fin para el cual existe. Tal es la llamada legitimidad de ejercicio: el procurar el bien común legitima o hace legítimo al poder en su ejercicio, aunque el gobernante haya accedido al cargo, por vía de un golpe de Estado, o como resultado de una guerra. Normalmente, el consenso social prolongado, en un clima de relativa tranquilidad pública, revela tácitamente la legitimación de un gobernante.

A la inversa, ejercer el poder injustamente, en violación al derecho, en contra de la comunidad, etc., hace decaer esa legitimidad aunque el gobernante haya accedido al poder de acuerdo al procedimiento previsto en las normas vigentes. Si tal ilegitimidad se torna permanente, grave y dañina para la comunidad, ésta tiene derecho a defenderse, resistiendo al gobernante que ha desviado el ejercicio del poder, y, eventualmente, deponerlo[12].

2. Soberanía

Vinculado al punto anterior, debemos analizar ahora uno de los aspectos más confusos del vocabulario político: soberanía. Como concepto de la teoría política, lo encontramos en Bodin el cual formula una teoría de la soberanía. Para justificar el carácter absolutista del poder monárquico de su tiempo, Bodin recurre a éste concepto, asignándolo en primer lugar a Cristo como señor absoluto; de ahí lo deriva al monarca, como representante de Cristo mismo. El autor añade que la soberanía implica tres notas: es absoluta, es inalienable y es indivisible.
Posteriormente, el alemán Althusius y, más tarde, Rousseau, sustituyeron la soberanía del príncipe por la soberanía del pueblo, fórmula que subsiste hasta nuestros días, con el mismo contenido básico que Rousseau le asignara.

Teoría liberal: sobre la base de tales fuentes históricas, quedó asentada la teoría liberal de la soberanía popular. Rousseau vincula este concepto con otro de su creación: la voluntad general, que es la voluntad del pueblo, de la mayoría. Según este autor, el pueblo pasa a ser la fuente y raíz de todo poder político, de toda autoridad, una vez establecido el pacto social, irrevocable, mediante el cual se constituye la sociedad política.

Las cláusulas del pacto implican esencialmente: la enajenación total de cada asociado, con todos sus derechos, a toda la comunidad; porque, en primer lugar, dándose cada uno por entero, la condición es la misma para todos, nadie tiene interés en hacerla onerosa a los demás (El Contrato Social).

Sobre la base del igualitarismo, así instaurado, el pueblo se erige, a través del mito de la voluntad general, en el legislador supremo. El gobierno no es sino el delegado o mandatario destinado a aplicar las decisiones de aquél. En tal carácter, el pueblo es fuente de todo derecho y de toda norma moral; en consecuencia, puede revocar en cualquier momento la delegación otorgada al gobernante de turno.

Crítica: la concepción liberal de la soberanía es utópica, contradictoria y nefasta. Es utópica, por cuanto se basa en una quimera de pacto originario, históricamente inexistente. Contradictoria, ya que supone que los individuos se asocian libremente, pero a partir de ese momento no pueden revocar lo aprobado. Es nefasta, por sus consecuencias:
a) porque disuelve el fundamento de la autoridad;
b) porque desemboca en el despotismo ilimitado del Estado y de la mayoría;
c) porque elimina toda referencia a Dios y al orden natural como origen de la autoridad;
d) porque coloca a la multitud amorfa como base de todo derecho y de la moral; e) porque favorece la demagogia de quienes aspiran a perpetuarse en el poder.

Orden natural: La doctrina social de la Iglesia nos brinda una orientación muy diferente respecto de la soberanía política, en plena conformidad con la experiencia histórica. La soberanía es un atributo de la autoridad. Una cualidad del poder estatal que lo hace irresistible y supremo en una jurisdicción determinada; no puede estar subordinado a ningún otro poder. Es la facultad por la cual la autoridad pública impone, mediante la ley, determinadas obligaciones a los ciudadanos.
El poder soberano se ejerce sobre los miembros de un mismo Estado; no se aplica correctamente a las relaciones entre Estados. En el segundo caso debe hablarse de independencia. La soberanía no implica, de ningún modo, la idea de autonomía absoluta como pretendía Bodin.

La soberanía del pueblo: o autogobierno del pueblo, es una tesis falsa, científicamente[13], en sus tres supuestos:

a) el pueblo no puede gobernar: pues el ejercicio del gobierno exige la toma de decisiones que no se pueden hacer multitudinariamente, y tampoco, ejecutarlas, lo que sólo puede hacer quien está preparado especialmente para ello. Ni siquiera en Atenas, donde solían reunirse en la plaza pública 5 o 6 mil ciudadanos para deliberar y aprobar las leyes. Esa cantidad representaba un veinte por ciento del total de ciudadanos, sin contar a las mujeres, y los esclavos, que no eran ciudadanos. De todos modos, esa participación limitada se daba con respecto a una de las funciones clásicas de la autoridad, según Aristóteles -la legislativa-, pero no en las otras dos -ejecutiva y judicial- que estaba en manos de un número menor de funcionarios, generalmente elegidos al azar. Empíricamente, jamás el pueblo ha gobernado en ninguna parte, ni en ninguna época. El pueblo no puede gobernarse a sí mismo; las funciones del poder no admiten el ejercicio multitudinario por parte de todo el pueblo.

b) el pueblo no es soberano: pues, de acuerdo a lo ya explicado, la soberanía no es otra cosa que una cualidad del poder estatal. Es un atributo inherente al Estado, por lo tanto no reside en nadie, ni en el gobernante, ni mucho menos en el conjunto del pueblo.

c) el gobierno no representa a todo el pueblo: porque para que un sujeto pueda ser representado, es imprescindible una cierta unidad en el mismo sujeto representado. Se puede representar a un hombre, a una familia, a una institución. Hasta una multitud de hombres puede ser representada, siempre que tengan un interés concreto y común en el que la pluralidad se unifique; por ejemplo, los ahorristas defraudados por un banco. Pero no se puede representar un conglomerado heterogéneo y con intereses distintos y hasta contrapuestos, como es el pueblo. Pueblo es un nombre colectivo que designa a la totalidad de personas que forman la población de un Estado; no es persona moral ni jurídica, luego no es susceptible de representación.

A la crítica científica, debemos agregar la doctrina pontificia; León XIII, en la Encíclica Inmortale Dei, afirma: “La soberanía del pueblo...carece de todo fundamento sólido y de eficacia sustantiva para garantizar la seguridad pública y mantener el orden en la sociedad” (nº 13).

3. Estado: sociedad perfecta

Es clásico el concepto de sociedad perfecta atribuido al Estado. Se entiende por perfecta una sociedad que posee en sí todos los medios para alcanzar su propio fin; en el caso del Estado significa que dispone de capacidad propia para lograr el bien común público. La doctrina social de la Iglesia, reconoce dos sociedades perfectas: el Estado en lo temporal, y la Iglesia en lo espiritual.

Recordamos antes un párrafo (nº 135) de la Encíclica Pacem in Terris que advierte sobre la dificultad actual para que el Estado pueda lograr, en forma aislada, el bien común. No cabe duda que la globalización limita y condiciona el accionar del Estado, no sólo en el plano internacional, sino dentro de sus propias fronteras. Pero, como ha señalado el Prof. Bidart Campos[14], el carácter de sociedad perfecta equivale a tener en sí la posibilidad de buscar los medios necesarios para procurar el bien común, lo que a veces puede realizar dentro de sí mismo, y otras veces fuera de sí mismo. A pesar de la capitis diminutio que experimenta, sigue siendo el Estado sociedad perfecta, y es el único órgano que se ocupa de procurar el bien común de una población determinada, en un territorio determinado.

4. Crítica de la democracia como forma de gobierno

Ya mostramos que la Iglesia no tiene objeción que hacer a la democracia, como régimen político o forma de Estado. Pero la forma democrática de gobierno, tal como la pensaron sus promotores en el mundo moderno -Rousseau, Stuart Mill, Montesquieu- está basada en el mito de la soberanía del pueblo. Más arriba expusimos la crítica científica a dicha concepción, así como la posición negativa de León XIII. Recordemos la enseñanza de otros pontífices, para observar la continuidad de la doctrina. San Pío X, en Notre charge apostolique, nos alerta que la Iglesia:
“Ha condenado una democracia que llega al grado de perversidad que consiste en atribuir en la sociedad la soberanía al pueblo” (nº 9).
En cambio, la forma republicana de gobierno no merece ninguna objeción, ni desde el punto de vista científico, ni desde el enfoque doctrinario. La caracterización de esta forma de gobierno se describe habitualmente por los siguientes elementos:

a) división de funciones;
b) elección de los gobernantes;
c) periodicidad en el ejercicio del gobierno;
d) publicidad de los actos de gobierno;
e) responsabilidad por dichos actos;
f) igualdad de los ciudadanos ante la ley.

Por el contrario, el concepto de democracia es ambiguo, pues existen diversidad de opiniones entre los autores, sumado a la confusión en que suele incurrirse entre los conceptos de democracia como forma de Estado, república y forma democrático de gobierno. No obstante, la Iglesia prefiere no rechazar de plano una denominación, que es utilizada habitualmente con sentido positivo, como una tendencia contraria al monopolio del poder. Por eso, Pío XII, en Benignitas et humanitas, detallaba los derechos del ciudadano que caracterizan a una sana democracia (nº 14):

a) manifestar su propio parecer sobre los deberes y los sacrificios que le son impuestos;
b) no estar obligado a obedecer sin haber sido escuchado.

Medio siglo después, Juan Pablo II, actualizó estas condiciones, como ya lo consignamos.
Pero además, advierte que una auténtica democracia es posible solamente sobre la base de una recta concepción de la persona humana, pues una democracia sin valores, degenera fácilmente en un totalitarismo visible o encubierto (Centesimus Annus, nº 46).

5. Doctrina del mal menor

La forma de participación en la vida cívica, que compete a todos los ciudadanos, es la de votar en las elecciones para determinar quienes serán los gobernantes. Pues bien, para los católicos, el voto es un derecho y un deber, que obliga en conciencia, como lo señalan el Catecismo (nº 2240) y la Constitución Gaudium et Spes (nº 75). Únicamente en casos muy graves y excepcionales, puede justificarse la abstención o el voto en blanco.

Debido a la cantidad de partidos existentes en la Argentina, es casi imposible que no se presente ningún partido, que tenga una plataforma compatible con los principios doctrinarios. Mucho más difícil aún es que no haya ningún candidato que reúna condiciones mínimas de capacidad y honestidad. Entonces, aunque no nos satisfaga el panorama de la política nacional, y aunque no encontremos ningún partido y ningún candidato que despierten nuestra adhesión plena, debemos practicar la antigua doctrina cristiana del mal menor, vinculada al tópico de la tolerancia del mal.
La doctrina enseña que, entre dos males, se puede elegir, o permitir, el menor. No quiere decir esto que alguna vez sea lícito hacer un mal, considerado menor frente a otro. Quiere decir, que frente a determinadas circunstancias, es lícito permitir que otros hagan un mal pues éste se considera menor al que se seguiría con una actitud intolerante (Enc. Libertas, nº 23).

En el caso concreto de una elección presidencial, por ejemplo, al votarse a un candidato considerado mal menor, no se está haciendo un mal menor, sino permitiendo el acceso a la Presidencia de alguien que, posiblemente, según sus antecedentes y los antecedentes de sus competidores, realizará una gestión menos perjudicial para el bien común.
La tolerancia al mal, es un postulado de la prudencia política. Por eso, no está demás recordar al Patrono de los políticos y de los gobernantes: Santo Tomás Moro, ejemplo de político prudente. En su libro Utopía nos ha dejado dos consejos a los políticos, que resumen adecuadamente la doctrina del mal menor:


-”Si no conseguís todo el bien que os proponéis, vuestros esfuerzos disminuirán por lo menos la intensidad del mal”.

-”La imposibilidad de suprimir enseguida prácticas inmorales y corregir defectos inveterados no vale como razón para renunciar a la función pública. El piloto no abandona su nave en la tempestad, porque no puede dominar los vientos.”


Fuentes:
Cantero Núñez, Estanislao. “¿Existe una doctrina política católica”?; en: AAVV. “Los católicos y la acción política”; Madrid, Speiro, 1982, pgs. 7/48.
Sánchez Agesta, Luis. “La Pacem in Terris en el contexto general de la doctrina política de la Iglesia”; en: Instituto Social León XIII. “Comentarios a la Pacen in Terris”; Madrid, BAC, 1963, pgs. 72/98.
“Doctrina Pontificia”, II, Documentos Políticos; Madrid, BAC, 1958, 1073 págs.


Notas

[1] Extractado del Capítulo II de: Meneghini, Mario Albino. “La Política: obligación moral del cristiano”; Córdoba, Ediciones del Copista, 2008.
[8] Rommen, Heinrich. “El Estado en el pensamiento católico”; Madrid, Instituto de Estudios Políticos, 1956, págs. 494 y 623.
[9] Desqueyrat, A. “Doctrina política de la Iglesia”; Bilbao, Desclée de Brouwer, 1966, T. I, pgs. 125/141.
[10] Mersh, E. “La fonction de l autorité”; cit. por Desqueyrat, op. cit., pg. 130.
[11] Unión Internacional de Estudios Sociales (Malinas). “Código de Moral Política”; Santander, Sal Terrae, 1959, p. 29.
[12] Meneghini, Mario. “Sumario de Doctrina Social”; Córdoba, Escuela de Dirigentes “Santo Tomás Moro”, 2005, Mód. 7, p. 5.
[13] Bidart Campos, Germán. “Doctrina del Estado democrático”; Buenos Aires, AJEA, 1961, Cap. 4.
[14] Bidart Campos, Germán. “Doctrina Social de la Iglesia y Derecho Constitucional”; Buenos Aires, EDIAR, 2003, págs. 109/111.



Participación en el foro:

Como puede conceptuarse el contenido de la "doctrina política católica" y diga en qué encícilicas ella está expresada?



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Ultima edición por acmargalef el Mie Jun 10, 2009 3:06 pm, editado 2 veces
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PATRICIA ZOWADA
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Registrado: 02 Jun 2009
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MensajePublicado: Mar Jun 09, 2009 9:29 am    Asunto: respuesta
Tema: Módulo II:Guía para el estudio de la DPI
Responder citando

en primer lugar la concepción católica de la politica hay que mirarla desde el análisis de los siquientes textos que son clave para su entendimiento, me refiero a las siguientes enciclicas:
de León XIII, Diuturnum illud
Inmortale Dei;
Libertas;
Au millieu des sollicitudes;
de Pío XII, Summi Pontificatus;
Benignitas et humanitas;
posteriormente como bien se sabe se iban agregando otras hasta la actualidad. La base de todo esto es la perfección y el buen desarrollo de estas doctrinas por no descartar la adaptación de los puntos principales a la vida real.Para sintetizar un poco los contenidos voy a decir de que se tratan para luego dar si pudo un comentario desde mi punto de vista.Para empezar :1) La dignidad de la persona como principio de la concepción cristiana del orden polític las bases de esta dignidad las podriamos resumir en dos, por un lado el ser humano esta dotado de inteligencia y tiene voluntrad libres sin embargo tal como lo dice El Papa y lo afirmo yo todo es relativo ya que esta condicionado por lo social es decir por la sociedad. Queramos o no es ella la que en ultima instancia provoca y dirige al hombre. dentro del plano religioso el respeto mutuo y la libertad desde este punto de vista esta garantizada al igual que la dignidad de la persona dentro del seno del catolicismo. esto esta unido al punto siquiente:La dignidad de la persona como fundamento del derecho natural .El Papa en el párrafo 28 resume los derechos enunciados, llamándolos derechos naturales, añadiendo que están unidos en el hombre que los posee con otros tantos deberes.
Segun Pío XII el juicio sereno de la razón puede reconocer en la naturaleza el fundamento del orden, pero con la limitación o el condicionamiento de que ese juicio sólo descubre las líneas directrices que contienen los elementos esenciales del orden sujetos a una adaptación en el decurso histórico.
Otro concepto es el de :la autoridad La autoridad fundada en Dios se manifiesta como una fuerza moral como voluntad de dirigirse a un ser racional. En este caso el ciudadano es libre ya que es una voluntad dada para el hombre que quiera hacia Dios. Para un catolico la autoridad es Dios y la iglesia en su planop moral ya que no debemos olvidarnos del tema de que al vivir en sociedad estamos sujetos a normas de esta misma sin embargo El Papa opone a esta concepción voluntarista el principio del origen divino del poder, que no sólo define la naturaleza del poder como extrínseca a la voluntad del hombre, sino que condiciona sus fines (nº 46). a parte de ello tenemos los temas tales como: el bien comun: basado en los tres principios fundamentales:
bien común : bien del hombre;
bien del que deben participar todos los miembros de una comunidad política, es decir para todos
bien del hombre en su plenitud: que atiende a todas las necesidades del hombre y de su espiritu,
la organizacion juridica del poder para poder separar los organos del gobierno.El principio de que el poder debe estar limitado para someterse a un régimen jurídico basado en la moral social vinculado con los derechos del ciudadano.
la participacion de los ciudadanos se puede resumir en lo siquiente:exigencia de la dignidad personal de los seres humanos, y desde el punto de vista de la democracia concebido como el poder libre de participacion ciudadana.
la comunidad universal, basada en La encíclica Pacem in Terris basada en una síntesis deliberada del pensamiento de Pío XII basada en el análisis y la valoracion del mundo contemporaneo.Las partes tercera y cuarta de la encíclica trazan las grandes líneas de una comunidad política internacional, sobre el mismo fundamento de la convivencia: la dignidad personal de los seres humanos. Con un deliberado paralelismo, el Papa enuncia los valores personales y sociales del orden moral universal: verdad, justicia, solidaridad y libertad. Valores muy importantes para la dignidad de la familia humana y para le pueblo.
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Miguel Ángel Díaz
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MensajePublicado: Mar Jun 09, 2009 3:53 pm    Asunto:
Tema: Módulo II:Guía para el estudio de la DPI
Responder citando

MÓDULO II. ¿Como puede conceptuarse el contenido de la "doctrina política católica" y diga en qué encícilicas ella está expresada?


La doctrina política integra la Doctrina Social de la Iglesia, y para ella rigen entonces las dos notas señaladas por Pío XII:

“Es obligatoria; nadie puede apartarse de ella sin peligro para la fe y el orden moral”.

“...esta doctrina está fijada definitivamente y de manera unívoca en sus puntos fundamentales, ella es con todo lo suficientemente amplia como para adaptarse y aplicarse a las vicisitudes variables de los tiempos, con tal que no sea en detrimento de sus principios inmutables y permanentes.”

Por eso es necesario distinguir en los documentos: lo doctrinal y lo prudencial. Únicamente integran la doctrina los principios sobre los que existe continuidad en los documentos, pues esa convergencia excluye toda posible duda:


1. La dignidad de la persona como principio de la concepción cristiana del orden político.

2. La dignidad de la persona como fundamento del derecho natural

3. La autoridad

4. El bien común

5. La organización jurídica del poder

6. La participación de los ciudadanos

7. La comunidad universal


La doctrina política católica está expresada en las siguientes Encíclicas:

a) de León XIII: Diuturnum illud; Inmortale Dei; Libertas; Au millieu des sollicitudes;

b) de Pío XII: Summi Pontificatus; Benignitas et humanitas

c) de Juan Pablo II:la Centesimus Annus

d) de Juan XXIII: la Pacem in Terris.
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acmargalef
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MensajePublicado: Mar Jun 09, 2009 4:33 pm    Asunto: Participacion
Tema: Módulo II:Guía para el estudio de la DPI
Responder citando

juan josé chavarrá m. escribió:
Como puede conceptuarse el contenido de la "doctrina política católica" y diga en qué encícilicas ella está expresada?

Es el conjunto ordenado de principios generales - dignidad humana, paz, bien común, organización jurídica del poder, participación -, que permanecen por encima de los acontecimientos -cualquiera que ellos sean-; y tienen su fundamento: en las cencíclicas de León XIII, Diuturnum Illud; Inmortale Dei; Au millieu des Solllicitudes; de Pío XII: Summí Pontificatus; Benignitua et Humanitas; Juan Pablo II. Centesimus Annuss; Juan XX IIIPacem in Terris
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jorge rodriguez huayna
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MensajePublicado: Mar Jun 09, 2009 6:01 pm    Asunto: conceptuando DPC y Enunciando Encíclicas
Tema: Módulo II:Guía para el estudio de la DPI
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la doctrina política católica “es el conjunto ordenado de principios generales, que permanecen por encima de los acontecimientos, cualquiera que ellos sean".Jean Ousset
La doctrina política integra la Doctrina Social de la Iglesia, y para ella rigen entonces las dos notas señaladas por Pío XII: “Es obligatoria; nadie puede apartarse de ella sin peligro para la fe y el orden moral”.
“...esta doctrina está fijada definitivamente y de manera unívoca en los puntos fundamentales de la Doctrina Social de la Iglesia, es decir:
1. La dignidad de la persona como principio de la concepción cristiana del orden político,
2. La dignidad de la persona como fundamento del derecho natural ,
3. La autoridad ,
4. El bien común ,
5. La organización jurídica del poder ,
6. La participación de los ciudadanos ,
7. La comunidad universal
La concepción católica de la política está formulada especialmente en las Encíclicas:
de León XIII, Diuturnum illud; Inmortale Dei; Libertas; Au millieu des sollicitudes;
de Pío XII, Summi Pontificatus; Benignitas et humanitas;
Los Papas posteriores agregaron otros documentos, hasta culminar con la Centesimus Annus, de Juan Pablo II. Pero para esta exposición nos puede convenir detenernos en la Pacem in Terris, de Juan XXIII,
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Carlsg7
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MensajePublicado: Mar Jun 09, 2009 8:39 pm    Asunto: Respuesta de Como puede conceptuarse el contenido de la &quo
Tema: Módulo II:Guía para el estudio de la DPI
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La dotrina política católica puede conseptualizarse como la doctrina política que es el conjunto ordenado de principios generales, que permanecen por encima de los acontecimientos, cualquiera que ellos sean.
Se contiene en las encicilas siguientes:
1. Radiom. “Nell Alba”, 1942.
2. León XIII, Diuturnum illud;
3. Inmortale Dei;
4. Libertas;
5. Au millieu des sollicitudes;
6. de Pío XII, Summi Pontificatus;
7. Benignitas et humanitas;
8. Juan XXIII, Pacem in Terris;
9. Juan Pablo II, Centesimus annus;
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LEON MAURICIO MAFLA M.
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MensajePublicado: Mar Jun 09, 2009 9:30 pm    Asunto:
Tema: Módulo II:Guía para el estudio de la DPI
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Como mis antecesores participantes en el foro lo han conceptualizado de manera muy detalla y profunda , las enciclicas que nos permiten reflexionar y nos orienta esa reflexion sobre la DPI son en vision retroespectiva desde Centesimus annus siguiendo con la fundamental e ineludible Gaudium et Spes, Paces in Terris, Libertas, Au Millieu des sollicitudes, Benignitas et Humanitas, Notre Charge Apostolique, Inmortale Des, y Summi Pontificates, como podemos observar csi todos los ultimos papas han escrito sobre el tema, debido a la necesidad del pueblo de Dios de recibir esa orientacion.
Es maravilloso como estos modulos nos van corriendo el velo que muchos tenemos sobre estas cuestiones y como desconocemos la riqueza que la iglesia y su magisterio nos ofrecen para dilucidar nuestras actuaciones en todas las dimensiones de nuestras actividades humanas y espirituales y para este caso las humanas temporales como son la politica es asi en este orden de ideas como en este modulo podemos ir conociendo desdela introduccion misma la politica y como se inserta e integra en la doctrina politica de la iglesia, con el subtitulo de sintesis nos introduce en un recorrido por la dignidad de la personadesde la concepcion cristiana y la dignidad de la persona desde el fundamento del derecho natural, el concepto de autoridad, el bien comun ,la organizacion juridica de Dios, como es deber la participacion ciudadana, el concepto de comunidad universal, la vision de temas polemicos como el origen mismo de la autoridad, la soberania, la sonerania del pueblo , el estado como sociedad perfecta, una critica a la democracia como forma de gobierno y un alivio para muchos la doctrina del mal menor que curiosomente en lo personal estaba actualmente en un dilema ante unas elecciones de donde los canditados postulados, el comun de los habitantes de mi localidad opinan no de cual es el mejor, sino cual es el menos peor, y creo que esta situacion se repite mucho en la, donde los candidatos no satisfacen las necesidades del Pueblo.
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león Mauricio Mafla Másmela
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MensajePublicado: Mie Jun 10, 2009 12:38 am    Asunto:
Tema: Módulo II:Guía para el estudio de la DPI
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La doctrina política integra la Doctrina Social de la Iglesia, y para ella rigen entonces las dos notas señaladas por Pío XII:

“Es obligatoria; nadie puede apartarse de ella sin peligro para la fe y el orden moral”.

“...esta doctrina está fijada definitivamente y de manera unívoca en sus puntos fundamentales, ella es con todo lo suficientemente amplia como para adaptarse y aplicarse a las vicisitudes variables de los tiempos, con tal que no sea en detrimento de sus principios inmutables y permanentes.”

Por eso es necesario distinguir en los documentos: lo doctrinal y lo prudencial. Únicamente integran la doctrina los principios sobre los que existe continuidad en los documentos, pues esa convergencia excluye toda posible duda:


1. La dignidad de la persona como principio de la concepción cristiana del orden político.

2. La dignidad de la persona como fundamento del derecho natural

3. La autoridad

4. El bien común

5. La organización jurídica del poder

6. La participación de los ciudadanos

7. La comunidad universal


La doctrina política católica está expresada en las siguientes Encíclicas:

a) de León XIII: Diuturnum illud; Inmortale Dei; Libertas; Au millieu des sollicitudes;

b) de Pío XII: Summi Pontificatus; Benignitas et humanitas

c) de Juan Pablo II:la Centesimus Annus

d) de Juan XXIII: la Pacem in Terris.

Es tan importante estas enciclicas que encierran no solo sabiduria , en ella estan contenidas la verdad de la roca en la cual se sustenta la iglesia
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MensajePublicado: Mie Jun 10, 2009 12:39 am    Asunto:
Tema: Módulo II:Guía para el estudio de la DPI
Responder citando

La doctrina política integra la Doctrina Social de la Iglesia, y para ella rigen entonces las dos notas señaladas por Pío XII:

“Es obligatoria; nadie puede apartarse de ella sin peligro para la fe y el orden moral”.

“...esta doctrina está fijada definitivamente y de manera unívoca en sus puntos fundamentales, ella es con todo lo suficientemente amplia como para adaptarse y aplicarse a las vicisitudes variables de los tiempos, con tal que no sea en detrimento de sus principios inmutables y permanentes.”

Por eso es necesario distinguir en los documentos: lo doctrinal y lo prudencial. Únicamente integran la doctrina los principios sobre los que existe continuidad en los documentos, pues esa convergencia excluye toda posible duda:


1. La dignidad de la persona como principio de la concepción cristiana del orden político.

2. La dignidad de la persona como fundamento del derecho natural

3. La autoridad

4. El bien común

5. La organización jurídica del poder

6. La participación de los ciudadanos

7. La comunidad universal


La doctrina política católica está expresada en las siguientes Encíclicas:

a) de León XIII: Diuturnum illud; Inmortale Dei; Libertas; Au millieu des sollicitudes;

b) de Pío XII: Summi Pontificatus; Benignitas et humanitas

c) de Juan Pablo II:la Centesimus Annus

d) de Juan XXIII: la Pacem in Terris.

Es tan importante estas enciclicas que encierran no solo sabiduria , en ella estan contenidas la verdad de la roca en la cual se sustenta la iglesia
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Rebecca Massari
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Ubicación: San Juan, PR

MensajePublicado: Mie Jun 10, 2009 2:52 am    Asunto: Guía para el Estudio de la Doctína Política de la Iglesia:
Tema: Módulo II:Guía para el estudio de la DPI
Responder citando

La Doctrína Política Católica costa de un conjunto ordenado de principios generales que permanecen por encima de los acontecimientos sengún estos sean. Estos pueden ajustarse al tiempo en que la sociedad viva para el bienestar del ser humano acorde con las normas de Dios. En otros aspectos tomando en consideración la moral, la ética y la libertad del ser humano. 1. Dando a nacer la dignidad del ser humano como principio de la concepción. 2. El derecho de los individuos con la sociedad política (los derechos naturales de la persona), estos son universales e inolvidables y que no se pueden renunciar a ellos. 3. La autoridad que es fundada en la naturaleza social del hombre y en la necesidad de un principio directivo del orden Social. La autoridad surge y se deriva de la naturaleza por tanto del mismo Dios. La autoridad esta coherente con la dignidad personal del ser humano y esta de manifiesta como una fuerza moral que se dirigen a los seres racionales y libres quedando a salvo la dignidad personal de los ciudadanos ya que la obediencia no está sujeta al hombre sino a Dios.
Por eso la flexible armonia entre la necesidad de la autoridad y la exigencia de la sociedad y la libertad humana ya que no se pone a que el hombre pueda elegir ao decidir libremente sobre las formas de gobierno o los ambitos o los metodos or los cuales la lautoridad se ha de ejercer.

La Ideología liberal es una de las condenaciones que se encuentran en la enciclica, puesto que afirma " que la voluntad de cada infividuo o de ciertos grupos es la fuente primaria y única de donde brotan los derechos y deberes del ciudadano, proviene de la fuerza obligatoría de la constitución política y nace finalmente, el poder de los gobernantes del Estado para mandar. 4. El bien común el el conjunto social que permiten a los ciudadanos el desarrollo expedito y pleno de su perfección y esta fundados en el principio de la dignidad personal: a) es para el bien del hombre. b) que deben participar todos los miembros de la comunidad política para tomar decisiones para el bien de la mayoría. c) Este bien atiende tanto las necesidades del cuerpo como las del espíritu.
5. La organización juridica del poder considera conveniente separar de los organos del gobierno; aunque no se determine la estructura según deben organizarse los poderes públicos, pues esta condicionado por la situación histórica de las diversas comunidades. Por lo tanto el Papa sostiene la separación de los organos del podre, pues es una garantía y protección en favor de los ciudadanos. Por lo tanto el poder debe de estar limitado para someterse a un régimen jurídico; esto es el pricipio de moral social que esta reforzado por la exigencia de los ciudadanos y las entidades intermedias , ejeciendo sus derechos y en el cumplimiento de sus deberes, para gozar de una tutela jurídica eficaz tanto en sus relaciones mutuas frente a los funcionarios públicos. En otras palabras la sujeción del podre al derecho. 6. La participación de los ciudadanos es una exigencia de la dignidad personal de los seres humanos. Es un régimen en que los ciudadanos participan en el poder, era el nivel o la madures moral de los ciudadanos sobre la que trazaba la distinción entre la masa y el pueblo (en otra palabra la demoscracia). Según sea la madurez alcanzada por las comunidades políticas. Esta consta en las conveniencias personales y políticas que derivan de la participación dando nuevas perspectivas para los hombes de obrar el bien. Tanto entre los ciudadanos y los funcionarios públicos y de esta forma se renueva la autoridad. De esta forma asegurando la participación de los ciudadanos en las opciones políticas y garantizando a los gobernados la posiblilidad de elegir y controlar a sus gobernantes, o sustituirlos en el monento adecuado de manera pacífica. Para la Iglesia la democracia no esta limitada a una sola forma de govierno esta puede ser tambien en monarquías como en repúblicas. Esta depende de las estructuras de las relaciones entre el pueblo y el poder. 7. La comunidad universal es la valoración del mundo contemporáneo y la conciencia de la necesidad de una organización de la comunidad internacional, asentada sobres los derechos del hombre. Esta esta organizada tanto en el aspecto político, económico y cultural. Siendo esta la forma perfecta de una verdadera comunidad política para los fines de la vida humana a fin de un bien en común. Este es más amplio por el bien común de las comunidades singulares en un pluriverso político; esto es creando unas condiciones sociales que favorezcan y permitan el desarrollo integral de la persona.

Por otro lado se desarrolla la dignidad personal de los seres humanos, los valores personales y sociales del orden moral universal: la verdad, la justicia. la solidaridad y la libertad; que constituyen el bien común de la familia hunana y esta se pupraordinan a los intereses singular de cada pueblo. Por tanto se da ha conocer la existencia de una solidaridad entre los hombres fundada en su unidad de origen y la naturaleza considerando los efuerzos por lograr una comunidad política mundial. Siendo así una constitucion de una auitoridas pública mundial al servicio de un bien común universal. Esta debe ser con el consentimiento de los estados y no imponerse por la fuerza, para que sea eficaz, imparcial y estar dirigida al bien común de todos los pueblos.

Esto ayuda a la conviccion de que las diferncias que surjan entre los pueblos deben resolvese no por la fuerza de las armas, sino por las normas de la razón. Solo cuando se han agotados todos los medios para llegar a un acuerdo es que se usa la fuerza y siempre dandole a los gobiernos el derecho a defenderse.

Cuando hay problemas es cuando se violan los derechos humanos y la libertad humana de seleccionar y escoger lo que ellos entienden que es lo correcto y se les imponen cosas que violan la moral, la ética y la libertad del ser humano según las normas naturales de Dios.


Todo esto está en las enciclicas de Leon III - Diesturnum Illud; Inmortale Dei; Libertas; Au milliu des Solicitudes.
En las enciclicas de Pio XII- Summi Pontificatus; Benignitas el Humanitas.
En la enciclica de Juan Pablo II - Centesimus Annus.
En la enciclica de Juan XXIII - La Pacem in Terris.


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Adriana G. de Islas
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Registrado: 18 May 2009
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MensajePublicado: Mie Jun 10, 2009 8:34 am    Asunto:
Tema: Módulo II:Guía para el estudio de la DPI
Responder citando

¿Còmo puede conceptuarse el contenido de la Doctrina Polìtica Catòlica y en què Encìclicas està expresada?
Como el conjunto de principios doctrinarios que deben aplicarse a la realidad histórica en razón de los problemas de la época; en función de una situación y circunstancia concreta.
El principio no se funda en la situación sino que se proyecta y adecùa a ella porque las circunstancias y el tiempo en que se realiza son relativos, no asì el principio. La evolución de la misma queda plasmada atravès de la Pacem in Terris de Juan XXIII, le dà progreso, perfección desarrollo de sus principios, fundados en la revelación pero apoyados en la razòn natu Very Happy ral del hombre, descubriendo nuevos principios o nuevas formulaciones a los conocidos.
Es necesarios distinguir en los documentos lo doctrinal de lo prudencial.
Sus principios son:
La dignidad de la persona como principio de la concepción cristiana del orden político
La dignidad de la persona como fundamento del derecho natural
La autoridad
La organización jurídica del poder
El bien común
La participación de los ciudadanos
La comunidad universal
La concepción católica de la política está formulada especialmente en las Encíclicas:
de León XIII, Diuturnum illud; Inmortale Dei; Libertas; Au millieu des sollicitudes;
de Pío XII, Summi Pontificatus; Benignitas et humanitas.Los Papas posteriores agregaron documentos, hasta culminar con la Centesimus Annus, de Juan Pablo II. Pacem in Terris, de Juan XXIII, pues en ella se advierte una evolución en la doctrina.

Esta muy interesante y constructivo este curso, realmente nos ayuda a combinar la fè y la razòn. Gracias y que Dios los bendiga a todos.
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Rafito
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Registrado: 18 Ene 2009
Mensajes: 16

MensajePublicado: Mie Jun 10, 2009 10:34 am    Asunto:
Tema: Módulo II:Guía para el estudio de la DPI
Responder citando

La concepción política del contenido de la Doctrina Política de la Iglesia Católica está formulada especialmente en las Encíclicas: De León XIII, Diuturnum Illud; Inmortale Dei; Libertas; Au Millieu des sollicitudes.
De Pío XII, Summi Pontificatus y Benignitas et humanitas.
De Juan XXIII, Pacem in Terris.
De Juan Pablo II, Centesimus Annus.
Amén otros documentos de pontífices.
Y cómo puede conceptuarse la Doctrina Política de la iglesia?
Es el conjunto de principios generales, que permanecen por encima de los acontecimientos, cualquiera que ellos sean¨( Jean Ousset).
Rafael Inciarte bracho
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jguerras100
Esporádico


Registrado: 13 Jun 2008
Mensajes: 61

MensajePublicado: Mie Jun 10, 2009 3:12 pm    Asunto: Re: Módulo II:Guía para el estudio de la DPI
Tema: Módulo II:Guía para el estudio de la DPI
Responder citando

Como puede conceptuarse el contenido de la "doctrina política católica" y diga en qué encíclicas ella está expresada?

Es el conjunto ordenado de principios generales, que permanecen por encima de los acontecimientos, cualquiera que ellos sean” (Jean Ousset).

Contenido de la doctrina

La concepción católica de la política está formulada especialmente en las Encíclicas:
de León XIII, Diuturnum illud; Inmortale Dei; Libertas; Au millieu des sollicitudes;
de Pío XII, Summi Pontificatus; Benignitas et humanitas;

Los Papas posteriores agregaron otros documentos, hasta culminar con la Centesimus Annus, de Juan Pablo II.
Evolución que es progreso de la doctrina misma, perfección y desarrollo de sus principios, en cuanto estos, fundados en la Revelación, se apoyan al mismo tiempo en la razón natural del hombre. Entonces, la doctrina se desenvuelve descubriendo nuevos principios o dando nuevas formulaciones a los ya conocidos.
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Juan Herrera Salazar
Esporádico


Registrado: 15 Feb 2007
Mensajes: 88

MensajePublicado: Mie Jun 10, 2009 9:00 pm    Asunto: Respuesta al tema y comentarios para el estudio de la DSI
Tema: Módulo II:Guía para el estudio de la DPI
Responder citando

Quiero a citar a nuestra compañera de curso la escritora católica para esta respuesta....
antes de la cita voy a dejarles ...

El resumén del Curso Virtual de Meneghini sobre Doctina Social de la Iglesia..lo encontraran en formato PDF en mi folder compartido.

por favor hagan click en el link...
http://www.box.net/shared/pp8pqz7cc9

" La doctrina política integra la Doctrina Social de la Iglesia, y para ella rigen entonces las dos notas señaladas por Pío XII:

“Es obligatoria; nadie puede apartarse de ella sin peligro para la fe y el orden moral”.

“...esta doctrina está fijada definitivamente y de manera unívoca en sus puntos fundamentales, ella es con todo lo suficientemente amplia como para adaptarse y aplicarse a las vicisitudes variables de los tiempos, con tal que no sea en detrimento de sus principios inmutables y permanentes.”

Por eso es necesario distinguir en los documentos: lo doctrinal y lo prudencial. Únicamente integran la doctrina los principios sobre los que existe continuidad en los documentos, pues esa convergencia excluye toda posible duda:


1. La dignidad de la persona como principio de la concepción cristiana del orden político.

2. La dignidad de la persona como fundamento del derecho natural

3. La autoridad

4. El bien común

5. La organización jurídica del poder

6. La participación de los ciudadanos

7. La comunidad universal


La doctrina política católica está expresada en las siguientes Encíclicas:

a) de León XIII: Diuturnum illud; Inmortale Dei; Libertas; Au millieu des sollicitudes;

b) de Pío XII: Summi Pontificatus; Benignitas et humanitas

c) de Juan Pablo II:la Centesimus Annus

d) de Juan XXIII: la Pacem in Terris.

Es tan importante estas enciclicas que encierran no solo sabiduria , en ella estan contenidas la verdad de la roca en la cual se sustenta la iglesia "
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Dr. Juan Herrera Salazar
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MensajePublicado: Mie Jun 10, 2009 9:10 pm    Asunto: Respuesta al módulo 2
Tema: Módulo II:Guía para el estudio de la DPI
Responder citando

Saludos a todas y todos.

La Política es una ciencia que estudia la dirección de la sociedad para conseguir una finalidad. Esta finalidad constituye un orden natural. La Doctrina política de la Iglesia identifica como esa naturaleza a Dios y por ello fundameta esta ciencia.
La concepción católica de la política está formulada especialmente en las Encíclicas:
de León XIII, Diuturnum illud; Inmortale Dei; Libertas; Au millieu des sollicitudes;
de Pío XII, Summi Pontificatus; Benignitas et humanitas; Pacem in Terris y Centesimus Annus.

OBS
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MA. GUADALUPE MONARES V
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MensajePublicado: Jue Jun 11, 2009 1:01 am    Asunto: RESPUESTAS
Tema: Módulo II:Guía para el estudio de la DPI
Responder citando

1.-El contenido principal de la Doctrina Política de la Iglesia es]:
*Dignidad de la persona humana como principio de la concepción cristiana del orden político.
*La dignidad de la persona como fundamento del derecho natural.
* La autoridad.
*El bien común.
*La organización jurídica del poder.
*La participación de los ciudadanos.
*La comunidad universal.

2.- Las encíclicas que expresan la Doctrina Política de la Iglesia son:
+Juan Pablo II Centesimus Annus
+Juan XXIII Pacem in Terris
+Pío XII Summi pontificatus, Benignitas et Humanitas
+León XIII Libertas, Inmortale Dei, Diuturnum Illud, Au milleu des sollicitudes.
Smile
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René Héctor Martíinez Mez
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Registrado: 01 Sep 2008
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MensajePublicado: Jue Jun 11, 2009 5:02 pm    Asunto: Foro Módulo II:Guía para el estudio de la Doctrina Política
Tema: Módulo II:Guía para el estudio de la DPI
Responder citando

Como puede conceptuarse el contenido de la "doctrina política católica" y diga en qué encícilicas ella está expresada?
La doctrina política católica puede conceptualizarse como “el conjunto ordenado de principios generales, que permanecen por encima de los acontecimientos, cualquiera que ellos sean” (Jean Ousset)
Esta concepción está formulada especialmente en las Encíclicas:
• León XIII.: Diuturnum illud, Inmortale Dei; Libertas; Au millieu des solicitudes.
• Pío XII.: Summi Pontificatus; Benignitas et humanitas.
• de Juan XXIII.: Pacem in Terris.
• Juan Pablo II.: Centesimus Annus.
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MCDelgadillo
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Registrado: 11 Mar 2007
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MensajePublicado: Jue Jun 11, 2009 6:14 pm    Asunto: Módulo II : Doctrina Política de la Iglesia
Tema: Módulo II:Guía para el estudio de la DPI
Responder citando

Como puede conceptuarse el contenido de la "doctrina política católica" y diga en qué encíclicas ella está expresada?

La concepción católica de la política está formulada especialmente en las Encíclicas: de León XIII: Diuturnum illud; Inmortale Dei; Libertas; Au millieu des sollicitudes; de Pío XII, [i]Summi Pontificatus; Benignitas et humanitas; [/i] Posteriormente la Doctrina Política de la Iglesia se sintetiza en la Encíclica Pacen in Terris de Juan XXIII y se actualiza en Centesimus Annus de Juan Pablo II,
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AlvaroNYC
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Registrado: 22 May 2009
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MensajePublicado: Jue Jun 11, 2009 11:53 pm    Asunto:
Tema: Módulo II:Guía para el estudio de la DPI
Responder citando

¿Còmo puede conceptuarse el contenido de la Doctrina Polìtica Catòlica y en què Encìclicas està expresada?


Doctrina Politica Catolica:
Conjunto ordenado de Principios generales , que permanecen por encima de los acontecimientos , cualquiera que ellos sean .

León XIII, Diuturnum illud; Inmortale Dei; Libertas; Au millieu des sollicitudes
Pío XII, Summi Pontificatus; Benignitas et humanitas;
Juan Pablo II , Centesimus Annus
Juan XXIII, Pacem in terris

Es bueno hacer enfasis en la conceptualizacion de la Doctria Politica de la iglesia , pues ella basa sus principios en la moral y los valores , antes que los acontecimientos , a pesar de las condiciones , fisicas , intelectuales , enconomicas o del pais en el que vives ; todos por igual tenemos un fundamento cristiano en cuanto a valores y principios , e igual que la moral . Importante punto sobre el cual la iglesia basa sus normas de la Doctrina politica social , para una igualdad plena como hijos de Dios .


Bendiciones y que la virgen los acompane
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Alvaro
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jorge washington sibert
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Registrado: 19 May 2009
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MensajePublicado: Vie Jun 12, 2009 12:37 am    Asunto:
Tema: Módulo II:Guía para el estudio de la DPI
Responder citando

El contenido de la doctrina política catolica puede conceptuarse como una suma de principios inmutables que derivan de la propia naturaleza divina del ser humano en tanto creación de Dios, principios estos que no son relativos pero que se adaptan a circunstancias históricas o culturales sin perder su esencia. Estos principios que sistematicamente son defendidos en las distintas encíclicas papales y documentos pontificios son el sustento mismo de la vida en sociedad de acuerdo al mandato divino. Los sucesivos pontifices han adaptado a la realidad de su epoca sus mensajes y esto es una prueba de que la doctrina católica es aplicable siempre y en toda circunstancia.
La enciclicas en las que se enuncian estos principios son: Diuturnum illud; Inmortale Dei; Libertas; Au millieu des solicitudes de León XIII; Summi Pontificatus; Benignitas et Humanitas de Pio XII, Centesimus Annus de Juan Pablo II y Pacem in Terris de Juan XXIII
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Carlos Enrique Millones C
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Registrado: 02 Jun 2009
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MensajePublicado: Vie Jun 12, 2009 2:06 pm    Asunto: Como puede conceptuarse el contenido de la "doctrina po
Tema: Módulo II:Guía para el estudio de la DPI
Responder citando

El Concilio Vaticano II definió la política «arte noble y difícil» (Gaudium et spes, 73). A más de treinta años de distancia y en pleno fenómeno de globalización, tal afirmación encuentra confirmación al considerar que, a la debilidad y a la fragilidad de los mecanismos económicos de dimensiones planetarias se puede responder sólo con la fuerza de la política, esto es, con una arquitectura política global que sea fuerte y esté fundada en valores globalmente compartidos.
La Iglesia es entre los hombres la tienda del encuentro con Dios. El hombre no está sólo; lo acompaña la Iglesia, servidora de la Salvación, en el contexto del mundo en que vive el hombre. La Iglesia, con su doctrina social, quiere anunciar el Evangelio para fecundar y fermentar la sociedad, pues no es indiferente a la vida social.

La doctrina social quiere evangelizar el ámbito social: promover una sociedad a medida del hombre, y construir una ciudad más humana, más conforme al Reino de Dios. Con su doctrina social, la Iglesia no se aleja de su misión; es estrictamente fiel a ella, puesto que lo sobrenatural no debe ser concebido como un espacio que comienza donde termina lo natural, sino como la elevación de éste.

Nada de lo humano le es extraño a la Iglesia. La doctrina social no es algo marginal, que se añade a su misión, está en el corazón mismo de su ministerio. Es cierto que la misión que Cristo le confió es de orden religioso, pero de esa misma misión derivan luces y energías para consolidar la comunidad según la Ley Divina.

La DSI no pertenece al ámbito de la ideología sino al de la teología, más precisamente, a la teología moral. No es una tercera vía entre el liberalismo y el marxismo. Tiene una categoría propia, y su objetivo es orientar la conducta humana en sociedad.

Refleja los tres niveles de la enseñanza teológico-moral:

Nivel Fundante: de las motivaciones

Nivel Directivo: de las normas de la vida social

Nivel Deliberativo: de la conciencia, para aplicar las normas a las situaciones concretas.

Conjuga fides et ratio, la fe y la razón son las dos vías cognoscitivas de la DSI Las dos fuentes que la nutren son la Revelación y la Naturaleza humana. Recuerda el Compendio el pasaje evangélico, en que Jesús le recomienda al joven rico (Mt 19, 1Cool que cumpla los mandamientos. Es que los diez mandamientos constituyen las reglas primordiales de toda vida social (Veritatis splendor, 97). Pero, además utiliza los conocimientos aportados por las ciencias humanas, que le permiten tener actualizado un diagnóstico preciso de la realidad.

Participa en la elaboración de la doctrina social toda la comunidad eclesial: sacerdotes-religiosos-laicos; siendo expuesta por quienes tienen la autoridad para enseñar, conferida por Cristo: el Papa y los Obispos en comunión con él.

Pío XII explicó (2) que la DSI:

a) es obligatoria para todo católico, y

b) está fijada definitivamente, de manera unívoca, en sus principios fundamentales, pero es suficientemente amplia para adaptarse y aplicarse a las situaciones cambiantes de la realidad (Alocución, 29-4-1945). Ninguna encíclica aislada, puede pretender ser indiscutida, pero, cuando hay continuidad en varios documentos y en sucesivos papas, no puede dudarse de la autenticidad de la doctrina (LG, 25).


Conviene tener en cuenta algunas reglas para la correcta interpretación de los documentos:

a) utilizar el texto oficial, que se publica en el Osservatore Romano. Un ejemplo típico de deformación del texto, ocurrió con la encíclica Mater et Magistra, de Juan XXIII; el concepto de socialización -entendido como incremento de las relaciones sociales- fue traducido en algunas ediciones por socialismo.

b) comparar textos sobre el mismo tema - por ejemplo la. propiedad-, en distintos documentos, para verificar la continuidad de la doctrina.

c) distinguir lo doctrinal de lo prudencial, que sólo puede aplicarse a una situación o país determinado.


La doctrina social realiza una tarea de anuncio y de denuncia. Anuncio de lo que la Iglesia posee como propio: una visión global del hombre y de la humanidad. Denuncia de los pecados de injusticia y de violencia que se cometen en la sociedad. Abarca:

1) Una síntesis teórica sobre todos los temas de la vida social.

2) Posee un alcance práctico, ya que la teoría es elaborada para ser aplicada. Una teoría para la acción de los católicos.

3) Como ya dijimos, es obligatoria para los católicos, pero está abierta a los hombres de buena voluntad, frase que se coloca en la portada de las encíclicas, desde 1963, con la encíclica Pacem in terris, de Juan XXIII.

Su contenido, incluye:

-Principios de reflexión, sobre valores permanentes.

-Criterios de juicio, para evaluar las situaciones, las estructuras y los sistemas, vigentes en la sociedad.

-Directrices para la acción, puesto que los medios deben ser coherentes con los fines. La Iglesia no tiene soluciones técnicas para ofrecer, pero es experta en humanidad.

Los Principios de la Doctrina Social de la Iglesia

Estos principios brotan del encuentro del mensaje evangélico con los problemas de la vida en sociedad. La Iglesia, en el curso de la historia, ha podido dar a tales principios una fundamentación y configuración cada vez más exactas. La DSI se caracteriza por la continuidad y por la renovación. La continuidad de una enseñanza que se fundamenta en los valores universales que derivan de la Revelación y de la naturaleza humana. La doctrina social recorre la historia sin sufrir sus condicionamientos, ni correr el riesgo de la disolución. Pero, la firmeza en los principios no la convierte en un sistema rígido de enseñanza, sino sometida a las necesarias y oportunas adaptaciones sugeridas por la variación de las condiciones históricas.

El Compendio incluye una sección denominada “apuntes históricos”, para recordar algunas de las principales encíclicas, desde la Rerum novarum, de León XIII, de 1891, que comienza un desarrollo orgánico de la enseñanza en el campo social. La Iglesia ha considerado tan importante dicho documento, que periódicamente se lo recuerda y actualiza.

Al cumplirse los 40 años, Pío XI, aprueba la Quadragesimo Anno (1931).

A los 50 años, Pío XII, produce el Radiomensaje La Solemnità (1941).

A los 70 años, Juan XXIII, promulga la Mater et Magistra (1961).

A los 80 años, Pablo VI, alumbra la Octogesima adveniens (1971).

A los 90 años, Juan Pablo II, dedica al trabajo humano la Laborem Exercens (1981).

Finalmente, a los 100 años, el mismo Papa, aprueba la última encíclica social, la Centesimus annus (1991). En la introducción a éste documento, señala su deseo de mostrar “como la rica savia, que sube desde aquella raíz no se ha agotado con el paso de los años, sino que por el contrario, se ha hecho más fecunda”.
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Carlos Enrique Millones C
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Registrado: 02 Jun 2009
Mensajes: 4

MensajePublicado: Vie Jun 12, 2009 2:08 pm    Asunto: Como puede conceptuarse el contenido de la "doctrina po
Tema: Módulo II:Guía para el estudio de la DPI
Responder citando

El Concilio Vaticano II definió la política «arte noble y difícil» (Gaudium et spes, 73). A más de treinta años de distancia y en pleno fenómeno de globalización, tal afirmación encuentra confirmación al considerar que, a la debilidad y a la fragilidad de los mecanismos económicos de dimensiones planetarias se puede responder sólo con la fuerza de la política, esto es, con una arquitectura política global que sea fuerte y esté fundada en valores globalmente compartidos.
La Iglesia es entre los hombres la tienda del encuentro con Dios. El hombre no está sólo; lo acompaña la Iglesia, servidora de la Salvación, en el contexto del mundo en que vive el hombre. La Iglesia, con su doctrina social, quiere anunciar el Evangelio para fecundar y fermentar la sociedad, pues no es indiferente a la vida social.

La doctrina social quiere evangelizar el ámbito social: promover una sociedad a medida del hombre, y construir una ciudad más humana, más conforme al Reino de Dios. Con su doctrina social, la Iglesia no se aleja de su misión; es estrictamente fiel a ella, puesto que lo sobrenatural no debe ser concebido como un espacio que comienza donde termina lo natural, sino como la elevación de éste.

Nada de lo humano le es extraño a la Iglesia. La doctrina social no es algo marginal, que se añade a su misión, está en el corazón mismo de su ministerio. Es cierto que la misión que Cristo le confió es de orden religioso, pero de esa misma misión derivan luces y energías para consolidar la comunidad según la Ley Divina.

La DSI no pertenece al ámbito de la ideología sino al de la teología, más precisamente, a la teología moral. No es una tercera vía entre el liberalismo y el marxismo. Tiene una categoría propia, y su objetivo es orientar la conducta humana en sociedad.

Refleja los tres niveles de la enseñanza teológico-moral:

Nivel Fundante: de las motivaciones

Nivel Directivo: de las normas de la vida social

Nivel Deliberativo: de la conciencia, para aplicar las normas a las situaciones concretas.

Conjuga fides et ratio, la fe y la razón son las dos vías cognoscitivas de la DSI Las dos fuentes que la nutren son la Revelación y la Naturaleza humana. Recuerda el Compendio el pasaje evangélico, en que Jesús le recomienda al joven rico (Mt 19, 1Cool que cumpla los mandamientos. Es que los diez mandamientos constituyen las reglas primordiales de toda vida social (Veritatis splendor, 97). Pero, además utiliza los conocimientos aportados por las ciencias humanas, que le permiten tener actualizado un diagnóstico preciso de la realidad.

Participa en la elaboración de la doctrina social toda la comunidad eclesial: sacerdotes-religiosos-laicos; siendo expuesta por quienes tienen la autoridad para enseñar, conferida por Cristo: el Papa y los Obispos en comunión con él.

Pío XII explicó (2) que la DSI:

a) es obligatoria para todo católico, y

b) está fijada definitivamente, de manera unívoca, en sus principios fundamentales, pero es suficientemente amplia para adaptarse y aplicarse a las situaciones cambiantes de la realidad (Alocución, 29-4-1945). Ninguna encíclica aislada, puede pretender ser indiscutida, pero, cuando hay continuidad en varios documentos y en sucesivos papas, no puede dudarse de la autenticidad de la doctrina (LG, 25).


Conviene tener en cuenta algunas reglas para la correcta interpretación de los documentos:

a) utilizar el texto oficial, que se publica en el Osservatore Romano. Un ejemplo típico de deformación del texto, ocurrió con la encíclica Mater et Magistra, de Juan XXIII; el concepto de socialización -entendido como incremento de las relaciones sociales- fue traducido en algunas ediciones por socialismo.

b) comparar textos sobre el mismo tema - por ejemplo la. propiedad-, en distintos documentos, para verificar la continuidad de la doctrina.

c) distinguir lo doctrinal de lo prudencial, que sólo puede aplicarse a una situación o país determinado.


La doctrina social realiza una tarea de anuncio y de denuncia. Anuncio de lo que la Iglesia posee como propio: una visión global del hombre y de la humanidad. Denuncia de los pecados de injusticia y de violencia que se cometen en la sociedad. Abarca:

1) Una síntesis teórica sobre todos los temas de la vida social.

2) Posee un alcance práctico, ya que la teoría es elaborada para ser aplicada. Una teoría para la acción de los católicos.

3) Como ya dijimos, es obligatoria para los católicos, pero está abierta a los hombres de buena voluntad, frase que se coloca en la portada de las encíclicas, desde 1963, con la encíclica Pacem in terris, de Juan XXIII.

Su contenido, incluye:

-Principios de reflexión, sobre valores permanentes.

-Criterios de juicio, para evaluar las situaciones, las estructuras y los sistemas, vigentes en la sociedad.

-Directrices para la acción, puesto que los medios deben ser coherentes con los fines. La Iglesia no tiene soluciones técnicas para ofrecer, pero es experta en humanidad.

Los Principios de la Doctrina Social de la Iglesia

Estos principios brotan del encuentro del mensaje evangélico con los problemas de la vida en sociedad. La Iglesia, en el curso de la historia, ha podido dar a tales principios una fundamentación y configuración cada vez más exactas. La DSI se caracteriza por la continuidad y por la renovación. La continuidad de una enseñanza que se fundamenta en los valores universales que derivan de la Revelación y de la naturaleza humana. La doctrina social recorre la historia sin sufrir sus condicionamientos, ni correr el riesgo de la disolución. Pero, la firmeza en los principios no la convierte en un sistema rígido de enseñanza, sino sometida a las necesarias y oportunas adaptaciones sugeridas por la variación de las condiciones históricas.

El Compendio incluye una sección denominada “apuntes históricos”, para recordar algunas de las principales encíclicas, desde la Rerum novarum, de León XIII, de 1891, que comienza un desarrollo orgánico de la enseñanza en el campo social. La Iglesia ha considerado tan importante dicho documento, que periódicamente se lo recuerda y actualiza.

Al cumplirse los 40 años, Pío XI, aprueba la Quadragesimo Anno (1931).

A los 50 años, Pío XII, produce el Radiomensaje La Solemnità (1941).

A los 70 años, Juan XXIII, promulga la Mater et Magistra (1961).

A los 80 años, Pablo VI, alumbra la Octogesima adveniens (1971).

A los 90 años, Juan Pablo II, dedica al trabajo humano la Laborem Exercens (1981).

Finalmente, a los 100 años, el mismo Papa, aprueba la última encíclica social, la Centesimus annus (1991). En la introducción a éste documento, señala su deseo de mostrar “como la rica savia, que sube desde aquella raíz no se ha agotado con el paso de los años, sino que por el contrario, se ha hecho más fecunda”.
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jorge washington sibert
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Registrado: 19 May 2009
Mensajes: 6
Ubicación: Argentina

MensajePublicado: Sab Jun 13, 2009 2:24 pm    Asunto:
Tema: Módulo II:Guía para el estudio de la DPI
Responder citando

Indudablemente luego de leer las opiniones de los participantes del foro llego a la conclusion de que poco, y este es mi caso, conozco sobre el pensamiento profundo de la iglesia sobre la política. De allí desprendo la importancia y valor del curso, los mensajes pontificios a traves de las sucesivas enciclicas y su lectura serena seguramente traen luz sobre la cuestión. En la sociedad globalizada actual y de acuerdo a la realidad que vivimos debo reconocer que en general el pensamiento social de la iglesia es por lo menos desconocido o no tomado en cuenta y quizas alli esté el desafío de quienes queremos y deseamos una sociedad mejor y mas justa. Agradezco desde ya los aportes de los participantes del foro y me comprometo a profundizar mi interes en el conocimiento de tan rico mensaje, puesto que debo reconocer que al respecto es muy pobre mi conocimiento. Gracias. Que Dios los bendiga
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sojiro_skywalker
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Registrado: 19 May 2009
Mensajes: 6

MensajePublicado: Sab Jun 13, 2009 5:01 pm    Asunto:
Tema: Módulo II:Guía para el estudio de la DPI
Responder citando

según la Enc. Pacem in Terris contiene el sumun de la doctrina pol. de la iglesia del papa pio xxIII, pero tambien son considerables las del papa León XIII, Diuturnum illud; Inmortale Dei; Libertas; Au millieu des sollicitudes; de Pío XII, Summi Pontificatus; Benignitas et humanitas.

tres claves improtantes a perfeccionar: La participación del ciudadano, el bien comun y la organización juridica del poder.
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Ismael Augusto
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Registrado: 24 Jun 2008
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MensajePublicado: Dom Jun 14, 2009 3:03 am    Asunto:
Tema: Módulo II:Guía para el estudio de la DPI
Responder citando

¿Cómo puede conceptuarse el contenido de la "doctrina política católica y diga en qué encíclicas ella está expresada?
La doctrina política católica puede conceptuarsencomo una doctrina que evoluciona, buscando el progreso de la doctrina misma, perfeccionando y desarrollando sus principios, en cuanto estos, fundados en la Revelación, se apoyan en la razón natural humana.
La concepción católica de la política está expresada en las siguientes encíclicas:
De León XIII: Diuturnum Illud,
Inmortale Dei,
Libertas,
Au Millieu des sollicitudes;

De Pío XII : Summi Pontificatus,
Benignitas et humanitas

De Juan XXIII: Pacem in terris;

De Juan Pablo II: Centessimus Annus.
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Joel Vargas
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Registrado: 25 Sep 2006
Mensajes: 32
Ubicación: Xalapa, Ver.

MensajePublicado: Dom Jun 14, 2009 6:17 am    Asunto: Módulo II: Guía para el estudio de la D.P.I.
Tema: Módulo II:Guía para el estudio de la DPI
Responder citando

Después de tener pesente la historicidad de la doctrina política pontificia, y omando en cuenta las opiniones que se han dado respecto al tema, expongo lo que ya se ha citado en la integración de esta cn la Doctrina Social de la Iglesia, señaladas por Pío XII y con lo que conceptualizo la Doctrina política, "...ella es con todo lo suficientemente amplia como para adaptarse y aplicarse a las vicisitudes variables de los tiempos, con tal que no sea en detrimento de sus principios inmutables y permanentes."

Ahora, las Encíclicas en las cuales se formula la concepción católica de la política, son:

De León XIII, Diuturnum illud; Inmortale Dei; Libertas; Au millieu des sollicitudes;

De Pío XII, Summi Pontificatus; Benignitas et humanitas.

Saludos.


Joel Vargas A.
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Jesús M. Ruiz Agudelo
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Registrado: 29 Dic 2008
Mensajes: 18
Ubicación: Turbaco (Bolívar)

MensajePublicado: Dom Jun 14, 2009 8:33 pm    Asunto: DOCTRINA POLITICA CATOLICA
Tema: Módulo II:Guía para el estudio de la DPI
Responder citando

¿Cómo puede conceptuarse el contenido de la <Doctrina Política
Católica>? Y decir en qué encíclicas ella está expresada.

La Doctrina Política Católica es el conjunto ordenado de los principios
generales que llevan a la consecusión de un bien común trascendente,
distinto y superior al bien común inmanente, y que, juntos, propenden
por la dignidad de la persona humana, permaneciendo por encima de
los acontecimientos, cualesquiera que ellos sean.

Esta Doctrina resume e integra la Doctrina Social de la Iglesia y rigen
para ella las dos notas señaladas por S.S. Pío XII:

1 - Es obligatoria y nadie se puede apartar de ella sin peligro para la fe
la moral.
2 - Aunque está fijada definitivamente en sus puntos fundamentales,
es lo suficientemente amplia como para adaptarse a las vicisitudes
variables de los tiempos, siempre que no vayan en contra de sus
principios inmutables y permanentes.

Está expuesta esta Doctrina principalmente en las Encíclicas
siguientes:

De León XIII: Diuturnum illud.
Inmortale Dei.
Libertas.
Au millieu des sollicitudes.

De Pío XII: Summi Pontificatus.
Benignitas et humanitas.

De Juan XXIII: Pacem in Terris.

De Juan Pablo II: Centesimus Annus.

Cabe anotar que, como los principios doctrinarios deben aplicarse a
la realidad, en función de una circunstancia y de una situación
concretas, cada uno de los Papas, en su momento, han ido dictando
las normas de actualización y adaptación a su tiempo correspon-
diente, siempre iluminados por la luz indeficiente del Espíritu Santo.
_________________
J. RUIZ
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Jesús M. Ruiz Agudelo
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Registrado: 29 Dic 2008
Mensajes: 18
Ubicación: Turbaco (Bolívar)

MensajePublicado: Dom Jun 14, 2009 8:34 pm    Asunto: DOCTRINA POLITICA CATOLICA
Tema: Módulo II:Guía para el estudio de la DPI
Responder citando

¿Cómo puede conceptuarse el contenido de la <Doctrina Política
Católica>? Y decir en qué encíclicas ella está expresada.

La Doctrina Política Católica es el conjunto ordenado de los principios
generales que llevan a la consecusión de un bien común trascendente,
distinto y superior al bien común inmanente, y que, juntos, propenden
por la dignidad de la persona humana, permaneciendo por encima de
los acontecimientos, cualesquiera que ellos sean.

Esta Doctrina resume e integra la Doctrina Social de la Iglesia y rigen
para ella las dos notas señaladas por S.S. Pío XII:

1 - Es obligatoria y nadie se puede apartar de ella sin peligro para la fe
la moral.
2 - Aunque está fijada definitivamente en sus puntos fundamentales,
es lo suficientemente amplia como para adaptarse a las vicisitudes
variables de los tiempos, siempre que no vayan en contra de sus
principios inmutables y permanentes.

Está expuesta esta Doctrina principalmente en las Encíclicas
siguientes:

De León XIII: Diuturnum illud.
Inmortale Dei.
Libertas.
Au millieu des sollicitudes.

De Pío XII: Summi Pontificatus.
Benignitas et humanitas.

De Juan XXIII: Pacem in Terris.

De Juan Pablo II: Centesimus Annus.

Cabe anotar que, como los principios doctrinarios deben aplicarse a
la realidad, en función de una circunstancia y de una situación
concretas, cada uno de los Papas, en su momento, han ido dictando
las normas de actualización y adaptación a su tiempo correspon-
diente, siempre iluminados por la luz indeficiente del Espíritu Santo.
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Ronny Padron
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Ubicación: Ciudad El Tigre, Estado Anzoátegui. Venezuela.

MensajePublicado: Lun Jun 15, 2009 12:54 am    Asunto: Foro Módulo II.
Tema: Módulo II:Guía para el estudio de la DPI
Responder citando

1. ¿Como puede conceptuarse el contenido de la doctrina política católica?.

Conjunto de principios y valores derivados del orden natural y la revelación cristiana, adecuados para organizar jurídica y fácticamente a los pueblos; que adaptables a circunstancias de tiempo y lugar, tienen como fundamento a la dignidad de todo ser humano, para la consecución del Bien Común.

2. ¿En qué encícilicas ella está expresada?.

En varias encíclicas a lo largo de los siglos en especial a partir de la ¨Rerum Novarum¨, obra del Papa León XIII. Sinembargo, en tal sentido destaca sobremanera la Encíclica ¨PACEM IN TERRIS¨, obra de JUAN XXIII.
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Roberto Cortés Cortés
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Registrado: 27 May 2009
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MensajePublicado: Lun Jun 15, 2009 1:02 am    Asunto:
Tema: Módulo II:Guía para el estudio de la DPI
Responder citando

¿Como puede conceptuarse el contenido de la "doctrina política católica" y diga en qué encícilicas ella está expresada?

Parte esencial de la “doctrina política católica” a diferencia de del resto está basada, sin lugar a dudas, en el principio de la “dignidad de la persona humana” siendo este el pilar del pensamiento universal católico. Lo anterior se puede evidenciar en las encíclicas

León XIII

Diuturnum illud
Inmortale Dei
Libertas
Au millieu des sollicitudes



Pío XII

Summi Pontificatus
Benignitas et humanitas


Juan XXIII

Pacem in Terris

Juan Pablo II

Centesimus Annus

Poniéndonos en este contexto, se puede entender perfectamente la doctrina católica ya que sin necesidad de pensar mucho en el tema podemos llegar al resto de los principios y, sobre todo, a entender un poco más sobre la justicia divina.

Saludos desde México.
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jaguar_cortés
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