Estoy confundida... Por favor ayudenme!

[Marychela]

A mi me pasa lo siguiente: yo estoy estudiando ya la carrera universitaria, voy por 3ero. con 4to. año (para graduarse son 5) y comence mi discernimiento vocacional hace unos meses, aunque desde hace mucho había tenido esa inquietud, habia estado en contacto con hermanas de 3 congregaciones, sus carismas no me llamaban mucho la atención.

Bueno te digo que mis padres dicen que me apoyan, solo que casi nunca les veo ninguna alegría cuando hablo de las hermanas, mi papá dice que yo tengo muchas opciones y que el me ve más como una laica consagrada debido a que tengo novio desde hace casi 3 años, y según él eso es lo que quiere Dios de mí, dice que termine la carrera y que si luego insisto en eso bueno que me vaya... Mi abuelita (a quien amo mucho) no está muy de acuerdo tampoco, y mis primas (que son como mis hermanas ya que soy hija única) menos!!! casi que alla nadie quiere saber de ninguna contacto entre las monjas y yo! ....

Mi papá dice que Dios soño para nosotros algo grande y que tenemos una misión, que tengo que escuchar y ver que es lo que quiere de mí porque si me voy por otro camino que no sea lo que Dios quiere de mí entonces no daré tanto frutos, o seré pequeña en comparación con lo que habría sido o algo así.... Imaginense! Yo no que no estaba muy clara, y ahora él me sale con esto, tengo como 500.000 mil preguntas, y me siento como presionada por todos a algo como la vida matrimonial que no estoy segura de quererla, es decir, por algo estoy en el discernimiento vocacional.

Quiero ser santa, ser muy humilde, ser orgullo de mi familia y no verles sufrir, y aunque parezca ilógico tampoco quiero que mi novio se sienta mal, deseo que sean felices viendome feliz a mí, porque me aman.

He hecho oración, pero no igual que antes, a veces siento que doy 10 pasos para adelante y 9 para atrás, ¿eso está mal?, estoy muy confundida, me gustaría ser religiosa pero me da miedo no escuchar el llamado de Dios para mí, equivocarme al oirle y dejarme guiar por lo que quiero, ¿cómo sé qué quiere Él de mí?

Creo que por algo estoy en el discernimiento vocacional, que en realidad ninguna de mis amigas ha hecho ni nada, yo digo que la mayoría de las personas dan por sentado el matrimonio y listo, yo no lo veo así, me gusta la comunidad de las hermanas Teresianas (con las que hago el acompañamiento) Very Happy su carisma se dirige hacia la enseñanza, y he tenido experiencia en ese campo y me gusta mucho, esa experiencia fue muy linda para mí, habla de mis alumnos todo el tiempo! Very Happy

Crying or Very sad Ahora tengo un enredo en la cabeza, entre lo que creo que quiero y saber que quiere Dios, o quizas lo que creo que quiero también lo quiera Dios¿?, si no soy lo que ÉL me llama a ser entonces qué??? soy mala??? no seré feliz??? yo no quiero ser grande ni importante, quiero servirle a Dios y ser grande en Él, que Él sea grande en mi, quiero servir al mundo darles amor desde mi pequeñez, ayudar todas las personas que pueda, donarme al amor, ser santa para Él y para mis hermanos, ser feliz. Wink Laughing

¿Tan complicada es la vida?

AYUDAAAAAAAAA!!!!!

"Señor mío y Dios mío"

"Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa, Dios no se muda.
La paciencia todo lo alcanza, quien a Dios tiene nada le falta, solo Dios basta
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"Nada te turbe, nada te espante, todos se pasa, Dios no se muda .... Solo Dios Basta". STJ

[Krátistos]

Estimada Marychela,

Los interrogantes que te surgen, son los que surgen en una mente sensata que se da cuenta de la grandeza de Dios y de la importancia de sus designios sobre nuestra vida; de aquí la necesidad de buscar hacer su Voluntad más que la nuestra. Esta es la disposicion necesaria y fundamental para poder acoger un posible llamado de Dios a una vida de consagración más específica. Cuando Dios, en su providencia, ha pensado llamar a alguien a su servicio, lo primero que coloca en él es un corazón grande, que dificilmente se saciará con las cosas de este mundo o con el amor humano, solo en Él encontrará su plenitud.
Para discernir el llamado es necesario orar, conocerte y discernir. Orar para que Dios te ilumine y ponga en tu camino las personas o las circunstancias adecuadas para porder seguirlo. Conocerte, es decir, ver las cualidades que Dios te ha dado, pues si Dios te llama a realizar una misión, Él, como es justísimo, junto con el llamando te da lo necesario para que puedas realizarlo. Y por último dicernir, que fundamentalmente significa tene la ayuda de un director espiritual que te vaya orientando en el camino a seguir, puede ser un sacerdote o alguien que conozca de los caminos del Señor.
Si los carismas de las congregaciones que has contactado, como dices tú "no te llaman mucho la atención", quizá todavía debes seguir buscando, por ello, como te dije antes, reza mucho para que el Señor ponga en tu camino la forma de vida que Él eligió para ti.

Que Dios te bendiga

[pakita]

Santidad, me llamo Vittorio; soy de la parroquia de San Juan Bosco en Cinecittà; tengo 20 años y estudio ciencias de la educación en la universidad de Tor Vergata.

En ese mismo Mensaje nos invita a no tener miedo de responder con generosidad al Señor, especialmente cuando propone seguirlo en la vida consagrada o en la vida sacerdotal. Nos dice que no tengamos miedo, que nos fiemos de él y que no quedaremos defraudados. Estoy convencido de que muchos de los que estamos aquí, y muchos de los que nos siguen desde su casa a través de la televisión, están pensando en seguir a Jesús por un camino de especial consagración, pero no siempre es fácil descubrir si ese es el camino correcto. ¿Nos quiere decir cómo descubrió usted cuál era su vocación? ¿Puede darnos consejos para comprender mejor si el Señor nos llama a seguirlo en la vida consagrada o sacerdotal? Muchas gracias.


Benedicto XVI: Por lo que a mí se refiere, crecí en un mundo muy diferente del actual, pero, en definitiva, las situaciones son semejantes. Por una parte, existía aún la situación de "cristiandad", en la que era normal ir a la iglesia y aceptar la fe como la revelación de Dios y tratar de vivir según la revelación; por otra, estaba el régimen nazi, que afirmaba con voz muy fuerte: "En la nueva Alemania no habrá ya sacerdotes, no habrá ya vida consagrada, no necesitamos ya a esta gente; buscaos otra profesión".

Pero precisamente al escuchar esas "fuertes" voces, ante la brutalidad de aquel sistema tan inhumano, comprendí que, por el contrario, había una gran necesidad de sacerdotes. Este contraste, el ver aquella cultura antihumana, me confirmó en la convicción de que el Señor, el Evangelio, la fe, nos indicaban el camino correcto y nosotros debíamos esforzarnos por lograr que sobreviviera ese camino.

En esa situación, la vocación al sacerdocio creció casi naturalmente junto conmigo y sin grandes acontecimientos de conversión. Además, en este camino me ayudaron dos cosas: ya desde mi adolescencia, con la ayuda de mis padres y del párroco, descubrí la belleza de la liturgia y siempre la he amado, porque sentía que en ella se nos presenta la belleza divina y se abre ante nosotros el cielo. El segundo elemento fue el descubrimiento de la belleza del conocer, el conocer a Dios, la sagrada Escritura, gracias a la cual es posible introducirse en la gran aventura del diálogo con Dios que es la teología. Así, fue una alegría entrar en este trabajo milenario de la teología, en esta celebración de la liturgia, en la que Dios está con nosotros y hace fiesta juntamente con nosotros.

Como es natural, no faltaron dificultades. Me preguntaba si tenía realmente la capacidad de vivir durante toda mi vida el celibato. Al ser un hombre de formación teórica y no práctica, sabía también que no basta amar la teología para ser un buen sacerdote, sino que es necesario estar siempre disponible con respecto a los jóvenes, a los ancianos, a los enfermos, a los pobres; es necesario ser sencillos con los sencillos. La teología es hermosa, pero también es necesaria la sencillez de la palabra y de la vida cristiana. Así pues, me preguntaba: ¿seré capaz de vivir todo esto y no ser unilateral, sólo un teólogo? Pero el Señor me ayudó; y me ayudó, sobre todo, la compañía de los amigos, de buenos sacerdotes y maestros.

Volviendo a la pregunta, pienso que es importante estar atentos a los gestos del Señor en nuestro camino. Él nos habla a través de acontecimientos, a través de personas, a través de encuentros; y es preciso estar atentos a todo esto. Luego, segundo punto, entrar realmente en amistad con Jesús, en una relación personal con él; no debemos limitarnos a saber quién es Jesús a través de los demás o de los libros, sino que debemos vivir una relación cada vez más profunda de amistad personal con él, en la que podemos comenzar a descubrir lo que él nos pide.

Luego, debo prestar atención a lo que soy, a mis posibilidades: por una parte, valentía; y, por otra, humildad, confianza y apertura, también con la ayuda de los amigos, de la autoridad de la Iglesia y también de los sacerdotes, de las familias. ¿Qué quiere el Señor de mí? Ciertamente, eso sigue siendo siempre una gran aventura, pero sólo podemos realizarnos en la vida si tenemos la valentía de afrontar la aventura, la confianza en que el Señor no me dejará solo, en que el Señor me acompañará, me ayudará.

[LYN]

Hola Marychela:
La vocación es un misterio... viene de Dios...
Te aconsejo que ORES mucho... en la oración y en la meditación encontrarás respuestas a todo lo que ahora para ti es una confusión...

Te gusta la enseñanza... y creo que encontraste tu comunidad religiosa, tu lugar...

Pídele a Dios que te muestre el camino a seguir, El te dará las luces...

Recuerda que es Dios quien llama.... y no nosotros que lo escogemos a El...sino que El nos escoge a nosotros....
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A tu montaña Te ayudaré a llegar!!!
Animo!!!