silviopq Nuevo
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Sab Mar 25, 2006 2:45 am Asunto:
Testimoni
Tema: Testimoni |
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Testimonio
Retorno a casa
En el año de 1983 un joven de 15 años de una familia católica practicante, se entusiasma con una nueva iglesia que surge muy cerca de su casa. El letrero que lo atrae y que está colocado al frente de la iglesia es el siguiente: “cree en el señor Jesús y serás salvo”.
Comienza a asistir sin ningún compromiso con otros jóvenes, había estado deseando ser parte de un grupo juvenil en su parroquia, pero en esta no existía. Por lo tanto se va entusiasmando con los cantos y oraciones y deja la Iglesia Católica, Al menos por unos seis meses no se inscribe formalmente pero asiste diariamente al culto por tres y cuatro horas en la noche, la predicación sobre el infierno lo lleva a “confesar a Cristo” rito con el que se convertía en miembro de la iglesia.
Convencido de que el está salvo vive con fanatismo su fe. Sufre por su familia a quien cree condenada e idólatra. Destruye las imágenes de la Virgen y de los santos que tienen en su casa así como los rosarios que encuentra. Su vida es como la de un adicto. Predica en las calles y plazas y teniendo un don de oratoria desde joven, sus palabras son atrayentes, la gente lo escucha con gusto.
En su familia no hay sanciones pero sí mucha preocupación. Fueron cerca de cuatro años en que su mente estaba ocupada solo en estas ideas. A tal punto que en esos años vino el Papa Juan Pablo II a Costa Rica y él no fue a conocerlo pues para él era el anticristo. Dejó los estudios para dedicarse solo a la Iglesia.
Hecho significativo
Una semana después de la muerte de Patiño (conocido en Costa Rica como animador de TV), fecha que recuerda muy bien pues, el estuvo en la funeraria repartiendo folletos de su iglesia. En una noche normal, después del culto llega a la casa, cena, pues la mamà le deja preparado ya que la hora de llegada era siempre pasada las once de la noche, hace sus oraciones nocturnas y se acuesta a dormir.
Tiene un sueño en el que un terremoto lo llena de miedo, pero oye a su vez a la gente que grita y señala el cielo diciendo: “La gran señal”. “La gran señal”. El miedo se convierte en pánico al ver un círculo grande de fuego en forma de Hostia. En ese momento grita quiero a mi mamà. De inmediato siente unas manos en los hombros, cree que es su mamà y cuando vuelve a mirarla, reconoce a la Virgen. Le impacta porque no hay belleza que pueda describirla. La Virgen llora y sus lágrimas caen de sus mejillas al suelo y al caer al suelo caen como gotas de cristal.
Ella le dice: “Soy tu Madre”. Él no la acepta, le dice a ella que no es su mamà, le grita, la rechaza.
La Virgen insiste: ¡Soy tu Madre! que es su mamà con mucha ternura y una voz tan dulce que descuajaría cualquier corazón por duro que fuera, pero el no quiere oírla. Aquí se despierta y se da cuenta que su cuarto está muy claro y con un aroma a rosas, eran más o menos entre la una y dos de la mañana. Se levanta y ora pues cree que es una tentación del enemigo, llora y suplica al señor le quite esta clase de tentaciones.
Vuelve a recuperar el sueño y al día siguiente no vuelve a pensar en ese acontecimiento, esto queda en el olvido. Vive su itinerario normal de miembro activo de su iglesia, va al culto y como siempre llega a su casa después de las once de la noche.
Segundo día: Vuelve a soñar esta vez se encuentra como extraviado en un lugar desconocido, no se puede mover pues le han colocado un grillete en la pierna que lo lastima, se siente como en una trampa. Aquí grita de nuevo ¡mamà!. Ve a una mujer arrodillada quitando el grillete de su pie, cree que es su mamà. Esta vez no discute mientras piensa: ¿Esta mujer es mi mamà? Cuando se levanta del suelo ve que es la misma figura del día anterior.
La vuelve a rechazar diciéndole: usted no es mi madre, déjeme en paz, los ojos de la Virgen se llenan de lágrimas y en ese momento se despierta.
Igual que la noche anterior, el cuarto está muy claro, es de madrugada, el aroma a rosas embarga la habitación. Llora desconsoladamente pues no entiende porque el enemigo lo mortifica con estos sueños.
Tercer día: Al día siguiente sigue su vida normal y sin querer pensar en esos sueños, ha orado a Cristo Jesús que le aparte el demonio pues el quiere ser fiel. Esa noche tiene el 3º sueño.
Esta vez se siente invadido de alacranes, que lo aguijonean, los siente en los ojos, en los oídos, en la boca, en los brazos, en la espalda, en una palabra en todo el cuerpo. Vuelve a gritar en esa angustia: ¡mamà, venga a ayudarme! Ve venir a la misma mujer que ha visto los días anteriores en sus diversos sueños, se le acerca de frente. Toca primero sus ojos y le salen de ellos alacranes muriéndose. Ahora la observa con los ojos limpios. La Virgen pone los dedos en sus oídos y de ellos van cayendo estos mismos animales. Ella saca un rosario de su corazón y con él toca la boca, él puede observar que las cuentas del rosario son lágrimas de cristal. Se lo pasa por la cara. Las manos, los pies, la espalda. La Virgen no está ahora llorosa. Los alacranes se amontonan en el suelo.
Al verse libre de ellos, él le pregunta ¿Quién es usted? Ella responde: “Yo soy tu madre”. Le pregunta de nuevo: Por favor dígame ¿quien eres? Y le responde: “Yo soy la Gran Señora” y le muestra su corazón sangrante. El joven se impresiona y le pregunta ¿Por qué sangra? Le responde: “Por todas las personas que niegan la verdadera fe y no acepta a mi Hijo. Y por los que en el mundo me rechazan”. Su voz era dulcísima.
En este momento el joven cae de rodillas a sus pies y se abraza a sus piernas diciéndole: ¡Perdón Mamà! Ella se inclina y lo levanta de la barbilla con mucha ternura y deposita en su mano algo que tiene encerrado en su puño. Cuando él abre su mano para ver que le ha dado, ve un rosario. Ella le dice: “Con esta arma triunfarás” Levanta su cabeza y la Señora ya no está.
Se despierta con mucho gozo, tiene el puño cerrado y al abrirlo solo tiene marcado el Crucifijo del rosario. Se levanta y se pone a orar, esta vez ora a la Virgen, como no sabe el rosario, dice Aves María contándolas con los dedos.
Estando así, despierto y consciente, escucha la dulce voz en alocución, de la Gran Señora que dice:
“Rosarios de oro, cristianos de barro” “Rosarios de barro cristianos de oro”
Al amanecer se levanta convencido de que estos sueños no eran tentación sino un llamado amoroso de la Madre Celestial. Comparte con su mamà los sueños y la decisión de ir a la Iglesia a confesarse y a participar a la Santa Misa y Comunión.
Su mamà llora y le dice que ella no ha dejado por estos cuatro años de ir a visitar al Santísimo a pedirle por el y ha encenderle una velita para que le alumbrara el camino de regreso. Lo mismo, ha rezado el rosario cada día suplicando a la Virgen María recobrarlo para Cristo. La familia entera participa del gozo de su regreso a la Iglesia Católica de su regreso a Casa.
En cuatro meses se prepara y presenta los exámenes de bachillerato y al año siguiente solicita su entrada al seminario, su vida será toda al servicio de Dios y colaborador insigne de su Madre Santísima.
Siete años más tarde, en la vigilia de la fiesta de María Auxiliadora, el 23 de mayo es Ordenado Sacerdote por manos del Embajador del Papa en Costa Rica, el Nuncio Apostólico.
Juramento: “Juro por mi Sacerdocio, por la presencia viva de Cristo en la Eucaristía y por la pureza de la Santísima Virgen María, que todo lo que he narrado es la verdad. Todo para Mayor Gloria de Dios”
Por querer el protagonista de este milagro de amor y por prudencia, prefiere que su nombre se reserve y en cambio quiere que se mantenga muy guardado en los corazones de Jesús y de María.
Este Sacerdote sólo pide a las personas a quienes les llegue este testimonio que se comprometan a orar por la santidad de los Sacerdotes y por un aumento de vocaciones sacerdotales. Les agradece y los bendice.
Oración
¡Oh! Padre eterno
Tú que eres creador del universo y del hombre,
Por tu inmenso poder,
no permitas que la serpiente maligna se apodere astutamente de las almas
que tú has creado.
Por el Divino Corazón de Jesús
y por el Corazón Inmaculado
De María, nuestra Madre,
danos la herencia que nos tienes
preparada en las moradas celestiales. Así sea.
Madre Pura y Dolorosa,
por tu angustiado Corazón de Madre,
manda la paz al mundo entero y llévanos a tu Hijo.
Amén.
Este testimonio lo escuchó de boca del Sacerdote la Madre Superiora del Colegio Sagrado Corazón de San José, Costa Rica, cuando en una charla un Sacerdote contaba los sucesos de este joven y al final dijo este joven soy yo, viendo la importancia de este testimonio le pidió autorización para publicarlo, cosa que ha hecho por medio de un librillo del cual he copiado sin omitir ni agregar. |
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