Foros de discusión de Catholic.net :: Ver tema - «El Código da Vinci»
Foros de discusión
El lugar de encuentro de los católicos en la red
Ir a Catholic.net


Importante: Estos foros fueron cerrados en julio de 2009, y se conservan únicamente como banco de datos de todas las participaciones, si usted quiere participar en los nuevos foros solo de click aquí.


«El Código da Vinci»
Ir a página 1, 2, 3  Siguiente
 
Publicar nuevo tema   Responder al tema    Foros de discusión -> Críticas y recomendaciones de libros y películas
Ver tema anterior :: Ver tema siguiente  
Autor Mensaje
P. Fernando
Constante


Registrado: 07 Mar 2006
Mensajes: 638

MensajePublicado: Vie Mar 31, 2006 6:35 am    Asunto: «El Código da Vinci»
Tema: «El Código da Vinci»
Responder citando

Creo que esta nota de la Conferencia del Episcopado Mexicano puede ser de utilidad ante el estreno de la película. Un saludo.

Conferencia del Episcopado Mexicano escribió:

LA IGLESIA ANTE EL «CÓDIGO DA VINCI»

Desde que se publicó en la primavera de 2003, la novela «El Código Da Vinci», de Dan Brown, ha vendido 40 millones de ejemplares: se puede considerar el «bestseller de la década».

La película basada en esa novela será presentada en el festival de Cannes el próximo 17 de mayo, y estrenada simultáneamente en los cines de todo el mundo el viernes 19 de mayo.

Según «Newsweek», esta superproducción de Hollywood, dirigida por Ron Howard y con actores de primera fila (Tom Hanks, Jean Reno, Audrey Tautou, Alfred Molina, Ian McKellen, etc.) será el gran evento de 2006. Se estima que 800 millones de personas acudirán a ver la película.

La trama de «El Código da Vinci» es la siguiente:

Jesús se casó con María Magdalena y tuvo varios hijos. Su descendencia es el verdadero Santo Grial (sangre de rey = sang real = Santo Grial).

Cristo confió la Iglesia a María Magdalena, pero los apóstoles se confabularon contra ella, y tuvo que escapar a Francia. Desde entonces el clandestino «Priorato de Sión» protege a la descendencia de Cristo de los ataques de la Iglesia Católica, y transmite sus secretos en códigos ocultos. Por ejemplo, en la «Última Cena» de Leonardo Da Vinci, la figura junto a Cristo no es el apóstol Juan sino María Magdalena.

La novela comienza cuando una comisión de cardenales presiona al prelado del Opus Dei para que uno de sus miembros, asesino de profesión, mate a los últimos descendientes vivos de Cristo.

Las ideas de fondo de «El Código da Vinci» son:

Jesús no pensaba ser Dios, ni sus discípulos lo consideraron divino. La creencia en la divinidad de Jesucristo fue impuesta por el emperador Constantino en el Concilio de Nicea del 325.

Jesús y María Magdalena representaban la dualidad masculina- femenina (como Marte y Atenea, Isis y Osiris); los primeros seguidores de Jesús adoraban «el sagrado femenino», pero luego fue eliminado, y la Iglesia se hizo misógina.

La Iglesia se basa sobre una gran mentira: Cristo era un hombre normal y corriente. Para ocultar la verdad, la Iglesia ha destruido documentos, ha asesinado a millones de brujas y herejes, ha manipulado las Escrituras...

La novela «El Código da Vinci» presenta dos problemas:


Se trata de una obra de ficción, en la que todos los personajes de la Iglesia son retratados de manera odiosa;

En autor afirma en la presentación del libro: «Todas las descripciones de obras de arte, arquitectura, documentos y ritos secretos en esta novela son verdaderas». En realidad, la obra contiene numerosísimos errores: de arte, de historia, de religión y de cultura.

La película agravará la situación:

porque esas falsedades llegarán a muchas más personas (800 millones, o más si luego concursa para los premios Óscar);

porque las imágenes son más poderosas que las palabras, y dejan más huella;

porque las películas llegan a las masas, también a quienes tienen poca formación y carecen de recursos críticos para distinguir qué es ficción y qué es realidad;

porque será utilizada por los enemigos de la Iglesia para lanzar otras acusaciones y campañas sobre temas que no tienen que ver con el libro.

¿QUÉ SE PUEDE HACER ANTE ESTA SITUACIÓN?

Aprovechar la oportunidad para hablar de Jesucristo y de la Iglesia:

Muchos católicos bien formados y practicantes se sentirán ofendidos: hay que saber encauzar su reacción, de forma serena y constructiva;

Muchos más católicos tendrán dudas sobre si lo que dice el libro es verdad: habrá que intensificar la catequesis, y tocar algunos temas (pregunten o no pregunten);

Muchas otras personas hasta ahora indiferentes sentirán curiosidad de saber más acerca de la fe: habrá que estar preparados para satisfacer su interés con una evangelización atractiva.
Además:

Puede ser una buena ocasión de trabajar junto a otros creyentes: con ortodoxos y protestantes, porque el libro y la película ofenden a todos los cristianos; con judíos y musulmanes (porque es una nueva manifestación de intolerancia contra quienes tienen una visión religiosa del mundo); y con intelectuales no creyentes, que se sienten ofendidos por los numerosos errores históricos, artísticos, culturales, etc., realizados «para ganar dinero».

Se puede aprovechar para impulsar a católicos de cierta posición (intelectuales, periodistas, empresarios, etc.) a que se muevan más y vivan su fe con más responsabilidad.
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado
Catholic.net
Staff de Catholic.net


Registrado: 23 Sep 2005
Mensajes: 1144

MensajePublicado: Vie Mar 31, 2006 7:29 am    Asunto: Vamos todos al cine
Tema: «El Código da Vinci»
Responder citando

Esta es otra sugerencia, para los que estén preocupados:

Para todos aquellos que están preocupados por el 19 de mayo, fecha en que se estrena la película, les ponemos esta sugerencia de Barbara Nicolosi, miembro de la Academia Católica para la Comunicación y las Artes Profesionales. Ella propone una manera muy eficaz de enviarle un mensaje a Hollywood.

Barbara Nicolosi escribió:
¿Qué harás el 19 de mayo?

El 19 de mayo es la fecha en la que se estrenará la película El Código da
Vinci. Una película basada en un libro que muestra la herejía y la blasfemia como en cuadro de honor.

¿Qué podemos hacer nosotros como cristianos en respuesta a este estreno? Les ofreceré las opciones usuales y una más… novedosa.


Aquí están las reacciones usuales:

a) Podemos ignorar la película

El problema con esta opción es que no afectaremos las estadísticas. El éxito o fracaso de una película se mide por los boletos que se compran en relación a las otras películas y no por los que no se compran. Si ignoramos la película y nos quedamos en casa, habremos perdido la
oportunidad de que nuestro voto sea escuchado. Desde el punto de vista de Hollywood, tú no cuentas. Si te quedas en casa, pierdes la oportunidad de hacer ver a los tomadores de decisiones qué clase de películas son las que sí queremos ver en la pantalla grande.

B) Podemos protestar

El problema con esta opción es que no funciona. Cualquier publicidad es
buena. Las protestas no solo le dan combustible a la opinion pública, sino
que además hacen aparecer a los católicos como unos perfectos idiotas.
Y.. de nuevo, las protestas y boicots no influyen en las finanzas para
Hollywood, ni moverán las decisiones acerca de qué películas debe producir Hollywood en los próximos años. Probablemente los convenceremos de que hagan más películas que provoquen a los cristianos para que ellos mismos le hagan publicidad.

c) Podemos discutir la película.

Podemos volvernos racionales y publicar cientos de guías de estudio y
talleres y refutaciones punto por punto a las mentiras promulgadas por la
película. El problema con esto es que nadie escucha. Todos creen que ya saben lo que les vamos a decir. Y de cualquier manera perderemos la mayor parte de estas discusiones, no importa cuán preparados estemos, pues siempre el poder de las historias es mayor al poder de los hechos reales (por eso hablaba Jesús en parábolas). Y una vez más: la discusión racional no afectará las decisiones de Hollywood acerca de qué clase de películas producir.

d) Pero hay una cuarta opción:

El 19 de mayo, debemos ir al cine, pero ir a ver OTRA PELÍCULA. Aparta la fecha desde ahora: 19 o 20 de mayo, pero no más tarde que el domingo 21 que es cuando hacen el corte de caja de los ingresos en el fin de semana. Habrás votado. Este es el único voto que Hollywood reconoce: el poder frío del dinero que ha sido recolectado en las taquillas en un fin de semana.

Usa tu voto. No lo desperdicies. Vota por otra película diferente al Código
da Vinci. Si lo hace suficiente gente, el poder se hará notar. No tendrán
elección.

Ese mismo día se estrena la película de Dream Works “Over the hedge” Los cortos son simpáticos y puedes llevar a los niños y a tus amigos y a sus amigos. Vamos todos a verla.

Vamos a mover las estadísticas de una manera que nadie se lo espera, sin protestas, sin boicots, sin discusiones, sin rencor. Mostremos al cajero en la taquilla nuestro voto y que suenen nuestras monedas votando por otra película diferente. Y compren palomitas también.

19 de mayo. Marca ahora tu agenda. Estreno de Over the Hedge. Compra tu boleto con anticipación.

Y aprovecha para evangelizar. Reenvía este mensaje a toda tu libreta de
direcciones. Publícalo en los blogs. Habla de esto en tu parroquia y vamos
todos al cine.

Barbara Nicolsi es la fundadora y directora ejecutiva de Act One, una organización no lucrative que entrena a las personas de fe para carreras de actuación en cine y TV.
_________________
Catholic.net


Ultima edición por Catholic.net el Sab Abr 01, 2006 8:23 am, editado 4 veces
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado Visitar sitio web del autor
ultravioleta
Invitado





MensajePublicado: Vie Mar 31, 2006 3:45 pm    Asunto:
Tema: «El Código da Vinci»
Responder citando

Gracias P.Fernando & Catholic.net
Volver arriba
Fanny
Nuevo


Registrado: 31 Mar 2006
Mensajes: 7

MensajePublicado: Sab Abr 01, 2006 12:33 am    Asunto: Codigo Da Vinci, luchemos con Eucaristía y Oración
Tema: «El Código da Vinci»
Responder citando

Hermanos, les propongo a todos aquellos que me acompañan en la Fe y amor a Jesús, hacer una cadena de oración ya sea para evitar el estreno de la película, o bien, aunque se estrene, que no tenga el éxito esperado... en oración constante, ofrezcamos la Misa, el Santo Rosario, todos juntos, en los grupos de oración, en las reuniones de servicio de los diferentes grupos de la Iglesia... Pero evitemos gritarlo a viva voz porque esto les hace publicidad gratis y lo que, al final llevará mas gente de lo que nosotros deseamos a las salas de cine. Les pido que propaguen este propósito en sus comunidades. Cuando la Iglesia se manifestó y dijo que era un libro "poco recomendable" tuvo un efecto contrario al deseado, asi que, Eucaristía - Oración y Santo Rosario.
Unidos a Cristo y María, no nos vencerán! AMEN
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado
llazcano13
Moderador
Moderador


Registrado: 03 Oct 2005
Mensajes: 2541

MensajePublicado: Sab Abr 01, 2006 12:40 am    Asunto:
Tema: «El Código da Vinci»
Responder citando

Tienes mucha razón Fanny. Oración y discreción, pero para que haya más personas que hagan oración tenemos que difundirlo de algún modo. Ya Dios nos irá iluminando el cómo pasar la voz sin crear morbo.

Que Dios te bendiga, y San José Ma. Escrivá haga su parte en el juicio en Londres, que va muy bien.
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado
Fanny
Nuevo


Registrado: 31 Mar 2006
Mensajes: 7

MensajePublicado: Sab Abr 01, 2006 2:06 pm    Asunto: Codiga Da Vinci
Tema: «El Código da Vinci»
Responder citando

Así es hermanos, así como en este foro, hice lo propio en la página en español de EWTN, si alguno de uds la suele visitar y saben hablar y escribir en inglés, también larguen la idea a los hermanos de habla inglesa
Paz de Cristo - Amen
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado
dosfilossword
Asiduo


Registrado: 13 Mar 2006
Mensajes: 250

MensajePublicado: Dom Abr 02, 2006 6:22 pm    Asunto: Los que vemos los resultados en nuestra vida...
Tema: «El Código da Vinci»
Responder citando

Nada ni nadie puede separarnos del amor de Dios.
El hecho y su contexto

La Estafa del "Código Da Vinci": Un best-seller mentiroso

Pablo J. Ginés Rodríguez 08/01/2004 escribió:

El Código Da Vinci es una novela de ficción anti-católica que está resultando ser un éxito de ventas en todo el mundo. Con más de 30 millones de ejemplares vendidos, traducida a 30 idiomas y con los derechos para la película en manos de Columbia Pictures y el director Ron Howard (con Russell Crowe de protagonista) se trata ya de un acontecimiento propio de la cultura de masas. Los protagonistas se ven envueltos en un thriller de aventura, descifrando la simbología secreta en la pintura de Leonardo Da Vinci. Y el mensaje que transmite la novela es básicamente el siguiente:


1.. Jesús no es Dios: ningún cristiano pensaba que Jesús es Dios hasta que el emperador Constantino lo deificó en el concilio de Nicea del 325.

2.. Jesús tuvo como compañera sexual a María Magdalena; sus hijos, portadores de su sangre, son el Santo Grial (sangre de rey = sang real = Santo Grial), fundadores de la dinastía Merovingia en Francia (y antepasados de la protagonista de la novela).

3.. Jesús y María Magdalena representaban la dualidad masculina-femenina (como Marte y Atenea, Isis y Osiris); los primeros seguidores de Jesús adoraban "el sagrado femenino"; esta adoración a lo femenino está oculta en las catedrales construidas por los Templarios, en la secreta Orden del Priorato de Sión -a la que pertenecía Leonardo Da Vinci- y en mil códigos culturales secretos más.

4.. La malvada Iglesia Católica inventada por Constantino en el 325 persiguió a los tolerantes y pacíficos adoradores de lo femenino, matando millones de brujas en la Edad Media y el Renacimiento, destruyendo todos los evangelios gnósticos que no les gustaban y dejando sólo los cuatro evangelios que les convenían bien retocados. En la novela el maquiavélico Opus Dei trata de impedir que los héroes saquen a la luz el secreto: que el Grial son los hijos de Jesús y la Magdalena y que el primer dios de los "cristianos" gnósticos era femenino.

Todo esto no se vende como una ucronía o una novela de historia-ficción en un pasado alternativo o una Europa imaginaria. Se intenta vender como erudición, investigación histórica y trabajo serio de documentación.

En una nota al principio del libro, el autor, Dan Brown, declara: "todas las descripciones de arte, arquitectura, documentos y rituales secretos en esta novela son fidedignas". Como veremos, esto es falso: los errores, las invenciones, las tergiversaciones y los simples bulos abundan por toda la novela. La pretensión de erudición cae al suelo al revisar la bibliografía que ha usado: los libros serios de historia o arte escasean en la biblioteca de Brown, y brillan en cambio las paraciencias, esoterismos y pseudohistorias conspirativas.

Pero eso no impide a la prensa alabar el "trabajo histórico" que hay tras el libro. Por ejemplo, el Chicago Tribune se maravillaba de cómo el libro contiene "historia fascinante y documentada especulación que vale varios doctorados"; el New York Daily News decía "su investigación es impecable"; el crítico de El Periódico de Catalunya (12/12/03) Ramón Ventura dice que "entender la novela como un panfleto anticristiano es no entender lo que es: un relato de aventuras por los espacios poco conocidos de la historia, donde se combinan los misterios de la religión con los enigmas del arte; Dan Brown escribe con la pasión y la erudición de Matilde Asensi en El último Catón".

La editora del libro en España, Aránzazu Sumalla, que ha encontrado una mina de oro para su pequeña editorial Umbriel (El Código Da Vinci vende 2.400 libros al día en España, 125.000 en los primeros 50 días), no entiende que en la página web del Opus Dei se critique negativamente el libro, que presenta al Opus como una secta destructiva dispuesta al asesinato y otras técnicas magiosas, con el detalle de que el asesino Silas es numerario y lleva cilicio. Según la editora "se trata de una obra de ficción". Pero Dan Brown, en su propia página web, dice bien claro que no ha escrito sólo una novela llena de despropósitos para divertir: "Como he comentado antes, el secreto que revelo se ha susurrado durante siglos. No es mío. Es cierto que puede ser la primera ocasión en que el secreto se desvela con el formato de un thriller popular, pero la información no es nueva. Mi sincera esperanza es que El Código Da Vinci, además de entretener a la gente, sirva como una puerta abierta para que empiecen sus investigaciones".

El resultado es que las ventas de libros pseudohistóricos sobre la Iglesia, los evangelios gnósticos, la mujer en el cristianismo, las diosas paganas, etc. se han disparado: la web de libros Amazon.com es la primera beneficiada, enlazando El Código Da Vinci con libros de pseudohistoria neopagana, feminista radical y new age. La ficción es la mejor forma de educar a las masas, y disfrazada de ciencia (historia del arte y de las religiones en este caso) engaña mejor a los lectores. Como afirma el dicho: "calumnia, que algo queda, y si calumnias con datos que suenen a científico -aunque sean inventados- queda más".

¿Inventó Constantino el cristianismo?

Toda la base "histórica" de Brown descansa sobre una fecha: el concilio de Nicea del año 325. Según sus tesis, antes de esta fecha, el cristianismo era un movimiento muy abierto, que aceptaba "lo divino femenino", que no veía a Jesús como Dios, que escribía muchos evangelios.

En este año, de repente, el emperador Constantino, un adorador del culto -masculino- al Sol Invicto se apoderó del cristianismo, desterró a "la diosa", convirtió al profeta Jesús en un héroe-dios solar y montó una redada a la manera stalinista para hacer desaparecer los evangelios que no le gustaban.

Para cualquier lector con algo de cultura histórica esta hipótesis resulta absurda por al menos dos razones:

1.. Tenemos textos que demuestran que el cristianismo antes del 325 no era como dice la novela y que los textos gnósticos eran tan ajenos a los cristianos como lo son actualmente las publicaciones "new age": parasitarios y externos.

2.. Incluso si Constantino hubiese querido cambiar así la fe de millones ¿cómo habría podido hacerlo en un concilio sin que se diesen cuenta no sólo millones de cristianos sino centenares de obispos? Muchos de los obispos de Nicea eran veteranos supervivientes de las persecuciones de Diocleciano, y llevaban sobre su cuerpo las marcas de la prisión, la tortura o los trabajos forzados por mantener su fe. ¿Iban a dejar que un emperador cambiase su fe? ¿Acaso no era esa la causa de las persecuciones desde Nerón: la resistencia cristiana a ser asimilados como un culto más? De hecho, si el cristianismo antes del 325 hubiese sido tal como lo describen los personajes de Brown y muchos neognósticos actuales nunca habría padecido persecución ya que habría encajado perfectamente con tantas otras opciones paganas. El cristianismo fue siempre perseguido por no aceptar las imposiciones religiosas del poder político y proclamar que sólo Cristo es Dios, con el Padre y el Espíritu Santo.

¿Jesús es Dios?

En la novela, el personaje del historiador inglés Teabing afirma que en Nicea se estableció que Jesús era "el Hijo de Dios". Un repaso a los evangelios canónicos, escritos casi 250 años antes de Nicea, muestra unas 40 menciones a Jesús como Hijo de Dios. Brown lo que está haciendo es copiar de uno de los libros pseudohistóricos que más ha plagiado para hacer su best-seller, Holy Blood,Holy Grial, en el que se afirma que "en Nicea se decidió por voto que Jesús era un dios, no un profeta mortal".

La verdad es otra. Los cristianos siempre han pensado que Jesús es Dios y así figura en los evangelios y en escritos cristianos muy anteriores a Nicea. Por ejemplo, y para disgusto de mormones, Testigos de Jehová o musulmanes (tres credos actuales que niegan que Jesús era Dios) podemos leer cómo Tomás dice al ver a Jesús resucitado:

[Juan 20,28] Ho Kurios mou ho Theos mou (Mi Señor y mi Dios)

O en Romanos 9,5; carta dictada por San Pablo a Tercio en casa de Gayo, en Corinto, en el invierno del 57 al 58 d.C:

"de ellos [los judíos] son los patriarcas, y como hombre ha surgido de ellos el Cristo, que es Dios, y está por encima de todo".

O en Tito 2,13:

"esperamos que se manifieste la gloria del gran Dios y salvador nuestro Jesucristo".

O en 2Pedro1,1:

"Simón Pedro, sirviente y apóstol de Jesucristo, a aquellos que por la justicia de nuestro Dios y salvador Jesucristo han recibido una fe tan preciosa como la nuestra".

Y saliendo de los evangelios tenemos los textos de algunos Padres de la Iglesia muy anteriores a Nicea:

"Pues nuestro Dios, Jesucristo, fue según el designio de Dios, concebido en el vientre de María, de la estirpe de David, pero por el Espíritu Santo" [Carta a los efesios de San Ignacio de Antioquía, c.35-c.107 d.C].

"Si hubieses entendido lo escrito por los profetas, no habrías negado que Él [Jesús] era Dios, Hijo del único, inengendrado, insuperable Dios" [Diálogo con Trifón, San Justino Mártir, c.100-c.165 d.C].

"Él [Jesucristo] es el santo Señor, el Maravilloso, el Consejero, el Hermoso en apariencia, y el Poderoso Dios, viniendo sobre las nubes como juez de todos los hombres" [Contra los herejes, libro 3, San Ireneo de Lyon, c. 130 -200 d.C].

"Sólo Él [Jesús] es tanto Dios como Hombre, y la fuente de todas nuestras cosas buenas" [Exhortación a los griegos, de San Clemente de Alejandría, 190 d.C].

"Sólo Dios está sin pecado. El único hombre sin pecado es Cristo, porque Cristo también es Dios" [El alma 41:3, por Tertuliano, año 210 d.C].

"Aunque [el Hijo] era Dios, tomó carne; y habiendo sido hecho hombre, permaneció como era: Dios" [Las doctrinas fundamentales 1:0:4; por Orígenes, c.185-c.254 d.C.].

Estas citas -y muchas otras- demuestran que los cristianos tenían clara la divinidad de Cristo mucho antes de Nicea.. De hecho, en Nicea el debate era sobre las enseñanzas de Arrio, un sacerdote herético de Alejandría que desde el 319 enseñaba que Jesús no era Dios, sino un dios menor. De unos 250 obispos, sólo dos votaron a favor de la postura de Arrio, mientras que el resto afirmaron lo que hoy se recita en el Credo, que el Hijo de Dios fue engendrado, no creado y que es de la misma naturaleza (substancia, homoousios) que el Padre, es decir, que Dios Hijo es Dios, igual que Dios Padre también es Dios, un mismo Dios pero distintas Personas. Pese a esta unanimidad de los padres conciliares, el historiador Teabing en la novela dice que Cristo fue "designado Dios" ¡por un estrecho margen de votos!

Un historiador que no sabe historia

Teabing también dice una serie de cosas sobre cómo el cristianismo inventado por Constantino no era más que paganismo. "Nada en el Cristianismo es original", dice el personaje. Escribimos subrayadas las afirmaciones de El Código da Vinci y a continuación comentamos cada una.

-Los discos solares egipcios se convirtieron en halos de santos católicos.

El arte cristiano tiene que expresar conceptos bíblicos, como las caras luminosas de Moisés (en el Sinaí) y Jesús (en la Transfiguración).

Para ello usan un recurso común, los halos o nimbos que ya usaba el arte griego y el romano. Los emperadores romanos, por ejemplo, aparecen en las monedas con cabezas radiantes.

-Los pictogramas de Isis amamantando a su milagroso bebé Horus fueron el modelo para las imágenes de la Virgen María con el Niño Jesús.

La imagen de una madre amamantando es común a egipcios, romanos, aztecas o cualquier otra cultura que represente la maternidad. Isis, en los primeros siglos de nuestra era, ya no era una diosa popular de la agricultura egipcia, sino un culto mistérico de tipo iniciático para élites greco-romanas, culto que, por cierto, no incluía rituales sexuales que tanto gustan al autor. Los artistas cristianos, a la hora de representar a María con Jesús (una madre con un niño), usaron los modelos artísticos de la sociedad en la que estaban.

-"La mitra, el altar, la doxología y la comunión, el acto de comer a Dios, fueron tomados directamente de religiones mistéricas paganas anteriores.

La mitra de los obispos difícilmente puede estar inspirada en religiones mistéricas antiguas: no aparece en Occidente hasta mediados del s. X y en Oriente no se usa hasta la caída de Constantinopla en 1453.

El altar es -como el cristianismo mismo- de origen judío, no pagano. Hay 300 referencias a altares en el Antiguo Testamento. El altar de los sacrificios del Templo de Jerusalén es el punto de referencia del judaísmo antiguo y del simbolismo cristiano. Nada que ver con cultos paganos.

La Doxología (doxa=gloria; logos=palabra) no es más que la oración del Gloria: "Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres; te alabamos, te bendecimos, te adoramos." usa lenguaje puramente cristiano, con conceptos trinitarios y utilizando continuamente pasajes del Nuevo Testamento. Nada que ver con cultos mistéricos paganos.

La comunión y "comer a Dios": parece ser que en los niveles superiores del culto a Mithras existía una comida sagrada de pan y agua o pan y vino. No hay datos que indiquen que los mitraístas consideraran que en esa comida "comían un dios" ni nada similar. De nuevo, el origen de bendecir y compartir el pan es judío, como explica con detalle Jean Danielou en su estudio La Biblia y la liturgia. Parece que Jesús instituyó la Eucaristía cristiana durante una chabourá, una comida sagrada judía. No hay relación con cultos mistéricos paganos.

-El domingo, día sagrado cristiano, fue robado a los paganos

Falso. Desde el principio, los cristianos vieron el día después del sabbath, es decir, el día primero de cada semana, como el más importante, día de su reunión. Ya lo hacían en época de San pablo (ver Hechos 20,7: "y en el primer día de la semana, cuando estábamos reunidos para partir el pan.", o 1 Cor 16,2, cuando Pablo pide reunir las colectas y

diezmos el primer día de la semana). Danielou, en La Biblia y la Liturgia, dedica todo su capítulo 16 a hablar de "El octavo día", con citas de Ignacio de Antioquía, de la Epístola de Barnabás, de la Didajé, todos autores de finales del.s.I y principios del s.II Todos hablan del "dies domenica" (día del Señor). San Justino, hacia el 150 d.C es el primer cristiano en usar el nombre latino de Día del Sol para referirse al primer día de la semana.

Ya en el concilio de obispos hispanos de Elvira, en el 303 d.C se proclamó: "si alguien en la ciudad no viene a la iglesia tres domingos seguidos será excomulgado un tiempo corto, para que se corrija". Sólo 20 años después, en 321, Constantino declara oficialmente el domingo como día de descanso y abstención del trabajo. O sea, que el domingo es un "invento" cristiano, que posteriormente adoptó la sociedad civil, y no una fiesta pagana robada por cristianos, justo lo contrario de lo que dice la novela de Brown.

-También al dios hindú Krishna, recién nacido, se le ofreció oro, incienso y mirra

Extraído, al parecer, del libro de pseudohistoria The World's Sixteen Crucified Saviours, [Los 16 salvadores del mundo crucificados] escrito por Kersey Graves en 1875 y denostado incluso por ateos y agnósticos, aunque muy popular y copiado en Internet. Graves no da nunca documentación de sus afirmaciones. Ésta del oro, incienso y mirra parece simplemente un invento. En la literatura hindú no sale por ningún sitio. El Bhagavad-Gita (s.I d.C.) no menciona la infancia de Krishna. En las historias sobre el Krishna niño del Harivamsa Purana (c.300 d.C) y el Bhagavata Purana (c.800-900.dC.) tampoco aparecen regalos.

-El dios Mithras, nacido en 25 de diciembre como Osiris, Adonis y Dionisos, con los títulos "Hijo de Dios" y "Luz del Mundo", enterrado en roca y resucitado 3 días después, inspiraron muchos elementos del culto cristiano.

En realidad, la fiesta pagana del 25 de diciembre en Roma la inventó el emperador Aurelio en 274, muchos años después de que los cristianos latinos celebrasen el 25 de diciembre como fecha del nacimiento de Cristo.

Aunque en la novela hablen de Mithras como un dios "muerto, enterrado en roca y resucitado tres días después", esta afirmación no sale recogida en ningún texto ni tradición antigua sobre Mithras. Al parecer es otro de los préstamos tomados del panfleto decimonónico de Kersey Graves, en concreto del capítulo 19 de The World's Sixteen Crucified Saviours. Por supuesto, Graves no da documentación.

Gnosticismo al servicio del feminismo radical

¿Por qué el mundo va tan mal, hay guerras, violencia y contaminación? La respuesta del feminismo radical y de El Código Da Vinci es sencilla, la culpa es del cristianismo, que es machista:

"Constantino y sus sucesores masculinos convirtieron con éxito el mundo desde el paganismo matriarcal hasta la Cristiandad patriarcal mediante una campaña de propaganda que demonizó lo sagrado femenino, eliminando a la diosa de la religión moderna." Como consecuencia, "la Madre Tierra se ha convertido en un mundo de hombres, y los dioses de la destrucción y la guerra se toman su tributo. El ego masculino ha pasado dos milenios sin equilibrarse con su balanza femenina. una situación inestable marcada por guerras alimentadas con testosterona, una plétora de sociedades misóginas y una creciente falta de respeto por la Madre Tierra"

Esto se habría evitado de seguir el "cristianismo" gnóstico, algunos de cuyos grupos y tendencias consideraban lo divino como masculofemenino, relaciones armónicas de puestos (ying-yang), o incluso andrógino. Jesús -según los gnósticos del s. II y los newagers feministas del s. XX- necesita un opuesto femenino que le complete; su consorte sería María Magdalena. Y unos documentos que lo avalen: los evangelios apócrifos, textos gnósticos imaginativos sin base histórica.

Mientras que los evangelios canónicos son del s. I, ningún texto gnóstico es anterior al s. II. Muchos son del s. III, IV o V. A mediados del s. II la Iglesia ya tenía claro que los evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan eran los inspirados por el Espíritu Santo, y sólo dudaba en el canon de un par o tres de textos. Es falsa la idea de la novela de que en el 325, con Constantino, de entre "más de 80 evangelios considerados para el Nuevo Testamento", sólo se eligieron cuatro: estos cuatro ya hacía 200 años que estaban seleccionados, como leemos en los textos de Justino Mártir (150 d.C) y de San Ireneo.

En El Código Da Vinci hay material de muchos tipos: new age, ocultismo, teorías conspiratorias, neopaganos, wiccas, astrología, préstamos orientales y amerindios. pero el cóctel gnóstico-feminista es la base de la macedonia. Hay poca investigación verdadera sobre el Santo Grial, pero mucha sangría.

Así, se nos cita un texto que existe de verdad, el Evangelio de María Magdalena, una obra gnóstica tardía, escrita por autores de una secta gnóstica, desde fuera del cristianismo. En él, María besa en la boca a Jesús y eso causa la envidia de los apóstoles. Según Teabing, el historiador de la novela, "Jesús era el primer feminista. Pretendía que el futuro de su iglesia estuviese en manos de María Magdalena".

Lo que nadie cita es el versículo 114 del famoso texto gnóstico Evangelio de Tomás, donde Jesús dice que Él hará de María Magdalena "un espíritu viviente que se parezca a vosotros, varones. Porque cada mujer que se haga a sí misma varón entrará en el reino de los cielos". El gnosticismo antiguo es reciclado por antagonistas de la Iglesia actual, pero para ello han de rechazar algunas cosas del gnosticismo antiguo, que en realidad era machista, elitista, despreciaba el cuerpo y todo lo material y es difícil de vender como "el auténtico cristianismo".

Así, el entusiasmo del autor por los "ritos de fertilidad", que tanto admiran -y practican- los protagonistas, no tiene nada que ver con la fertilidad, obviamente, sino con el placer sexual.. Es un signo de los tiempos, pero también una herencia gnóstica y cátara: engendrar, dar vida a nuevos cuerpos, es malo. ¡Justo lo contrario que en el cristianismo! Sexo sin concepción. es de suponer que la próxima novela trate de clonación, es decir, de concepción sin sexo.

Otros muchos errores

Sandra Miesel, una periodista católica especializada en literatura moderna popular, no puede evitar hacer un listado de errores misceláneos del libro, como ejemplo de su "impecable" documentación.

a.. Se dice que el planeta Venus se mueve dibujando un pentagrama, el llamado "pentagrama de Ishtar", simbolizando a la diosa (Ishtar es Astarté o Afrodita). Al contrario de lo que dice el libro, la figura no es perfecta y no tiene nada que ver con las Olimpiadas. Las Olimpiadas se celebraban cada cuatro años y en honor de Zeus, nada que ver con los ciclos de Venus ni con la diosa Afrodita.

b.. El novelista dice que los cinco anillos de las olimpiadas son un símbolo secreto de la diosa; la realidad es que cuando se diseñaron las primeras olimpiadas modernas el plan era empezar con uno e ir añadiendo un anillo en cada edición, pero se quedaron en cinco.

c.. En la novela presentan la larga nave central y hueca de una catedral como un tributo secreto al vientre femenino, con las nervaduras como pliegues sexuales, etc. Está tomado del libro de pseudohistoria "The Templar Revelation", donde se afirma que los templarios crearon las catedrales. Por supuesto es falso: las catedrales las encargaron los obispos y sus canónigos, no los templarios. El modelo de las catedrales era la iglesia del Santo Sepulcro o bien las antiguas basílicas romanas, edificios rectangulares de uso civil.

d.. El Priorato de Sión realmente existe, es una asociación francesa registrada desde 1956, posiblemente originada tras la II Guerra Mundial, aunque clamen ser herederos de masones, templarios, egipcios, etc. No es creíble la lista de Grandes Maestres que da la novela: Leonardo Da Vinci, Isaac Newton, Victor Hugo.

e.. La novela dice que el tetragramaton YHWH, el nombre de Dios en letras hebreas, viene de "Jehová, una unión física andrógina entre el masculino Jah y el nombre pre-hebreo de Eva, Havah". Al parecer, nadie ha explicado a Brown que YHWH (que hoy sabemos que se pronuncia Yahvé) empezó a pronunciarse "Jehová" en la Edad Media al interpolarse entre las consonantes las vocales de "Adonai".

f.. Las cartas del tarot no enseñan doctrina de la diosa; se inventaron para juegos de azar en el s.XV y no adquirieron asociaciones esotéricas hasta finales del s.XVIII. La idea de que los diamantes de la baraja francesa representan pentáculos es un invento del ocultista británico A.E. Waite. ¿Qué dirán los esotéricos de la baraja española con sus copas -símbolos sexuales femeninos- y sus espadas -símbolos fálicos, quizá como los garrotes.-?

g.. El Papa Clemente V no eliminó a los templarios en un plan maquiavélico ni echó sus cenizas al Tíber: el Tíber está en Roma y Clemente V no, porque fue el primer papa en Avignon. Toda la iniciativa contra los templarios fue del rey francés, Felipe el Hermoso. Masones, nazis y ahora los neognósticos quieren ser herederos de los templarios.

h.. Mona Lisa no representa un ser andrógino, sino a Madonna Lisa, esposa de Francesco di Bartolomeo del Giocondo. Mona Lisa no es un anagrama de los dioses egipcios Amón e Isa (Isis).

i.. En La Última Cena de Leonardo, no aparece el cáliz y aparece el joven y guapo San Juan, el discípulo amado. La novela dice que el joven guapo en realidad es María Magdalena, que ella es el Grial. La verdad es que no sale el cáliz porque el cuadro está describiendo la Última Cena tal como sale en el Evangelio de San Juan, sin institución de la Eucaristía, más concretamente cuando Jesús avisa "uno de vosotros me traicionará" (Juan 13,21).

j.. La novela habla de que Leonardo recibió muchos encargos de la Iglesia y "cientos de lucrativas comisiones vaticanas". En realidad Leonardo pasó poco tiempo en Roma y apenas le mandaron algún encargo.

k.. En la novela presentan a Leonardo como un homosexual ostentoso. En realidad, aunque en su juventud fue acusado de sodomía, su orientación sexual no está del todo clara.

l.. La heroína, Sophie Neveu, usa el cuadro de Leonardo "La Madonna de las Rocas" como un escudo y lo aprieta tanto a su cuerpo que se dobla: es asombroso, porque se trata de una pintura sobre madera, no sobre lienzo, y de casi dos metros de alto.

m.. Según los protagonistas de la novela, "durante trescientos años la Iglesia quemó en la estaca la asombrosa cifra de cinco millones de mujeres". Esta es una cifra repetida en la literatura neopagana, wicca, new age y feminista radical, aunque en otras webs y textos de brujería actual se habla de 9 millones. Los neopaganos necesitan una "shoah" propia.

Cuando acudimos a historiadores serios se calcula que entre 1400 y 1800 se ejecutaron en Europa entre 30.000 y 80.000 personas por brujería. No todas fueron quemadas. No todas eran mujeres. Y la mayoría no murieron a manos de oficiales de la Iglesia, ni siquiera de católicos. La mayoría de víctimas fue en Alemania, coincidiendo con las guerras campesinas y protestantes del s. XVI y XVII. Cuando una región cambiaba de denominación, abundaban las acusaciones de brujería y la histeria colectiva. Los tribunales civiles, locales y municipales eran especialmente entusiastas, sobre todo en las zonas calvinistas y luteranas. De todas formas, la brujería ha sido perseguida y castigada con la muerte por egipcios, griego, romanos, vikingos, etc... El paganismo siempre mató brujos y brujas. La idea del neopaganismo feminista de que la brujería era una religión feminista precristiana no tiene base histórica.

Y se podría seguir diseccionando los errores y los simples engaños de este best-seller mentiroso. Por no hablar de su calidad literaria. Pero ¿vale la pena tanto esfuerzo por una novela? La respuesta es sí: para miles de jóvenes y adultos, esta novela será su primer, quizá único contacto con la historia antigua de la Iglesia, una historia regada por la sangre de los mártires y la tinta de evangelistas, apologetas, filósofos y Padres. No sería digno de los cristianos del s. XXI ceder sin lucha ni respuesta ante el neopaganismo el espacio que los cristianos de los primeros siglos ganaron con su fidelidad comprometida a Jesucristo.

_________________
Iglesia Católica, la UNICA Iglesia fundada por Cristo.
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado
Catholic.net
Staff de Catholic.net


Registrado: 23 Sep 2005
Mensajes: 1144

MensajePublicado: Mie Abr 05, 2006 5:40 am    Asunto: Con oración fracasa el CDV
Tema: «El Código da Vinci»
Responder citando

Fanny escribió:
Hermanos, soy un poco nueva en estos foros, y ya había entrado en otro de esta mesma red, sobre libros y películas recomendados y ahí lance esta idea, y la vuelvo a transcribir, por si algunos de uds aún no la haya leído pra que la propaguen: les propongo a todos aquellos que me acompañan en la Fe y amor a Jesús y a su Iglesia, hacer una cadena de oración ya sea para evitar el estreno de la película... según el resultado del juicio por plagio que se esta llevando a cabo ahora... (el estreno está programado para el 19 de mayo en EEUU), o, si se se estrena, que no tenga el éxito esperado... en oración constante, ofrezcamos la Misa, el Santo Rosario, todos juntos, en los grupos de oración, en las reuniones de servicio de los diferentes grupos de la Iglesia... Pero evitemos gritarlo a viva voz porque esto les hace publicidad gratis y lo que, al final llevará mas gente de lo que nosotros deseamos a las salas de cine. Les pido que propaguen este propósito en sus comunidades. Cuando la Iglesia se manifestó y dijo que era un libro "poco recomendable" tuvo un efecto contrario al deseado, asi que, Eucaristía - Oración y Santo Rosario. Pasen este mensaje a todas sus amistades que "están en la misma onda", ya que otros ... no lo entenderán. Y, si algunos de uds suelen participar en foros católicos de la web, también divulguen la propuesta.

Unidos a Cristo y a María, no nos vencerán. Amén

_________________
Catholic.net
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado Visitar sitio web del autor
Catholic.net
Staff de Catholic.net


Registrado: 23 Sep 2005
Mensajes: 1144

MensajePublicado: Mie Abr 05, 2006 5:41 am    Asunto:
Tema: «El Código da Vinci»
Responder citando

arturus escribió:
igual ke todos, oramos para ke dios detenga ese pelicula. Pero piedele a dios el discernimiento de la gente; para que puedan comprender ke esta cinta es un monton de mentiras.

_________________
Catholic.net
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado Visitar sitio web del autor
Catholic.net
Staff de Catholic.net


Registrado: 23 Sep 2005
Mensajes: 1144

MensajePublicado: Mie Abr 05, 2006 5:42 am    Asunto:
Tema: «El Código da Vinci»
Responder citando

Joaquin Vasquez escribió:
Pedir también en los Grupos de Oración de la red.
Hay que tener mucha fé para Dios no hay imposibles.
Bendiciones para todos.

_________________
Catholic.net
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado Visitar sitio web del autor
Catholic.net
Staff de Catholic.net


Registrado: 23 Sep 2005
Mensajes: 1144

MensajePublicado: Mie Abr 05, 2006 5:43 am    Asunto:
Tema: «El Código da Vinci»
Responder citando

Esther Filomena escribió:
Me parece que es pertinente ir "decodificando" el código Da Vinci, por lo que les entrego un Extracto del libro de AMY WELBORN, especialmente para los que no concen muy bien el Opus Dei.



Esta es la imagen que recorre El Código Da Vinci, y más vívidamente en su descripción del Opus Dei.

El Opus Dei

Parece como si el Opus Dei hubiera sido elegido en estos días para desempeñar en la cultura contemporánea el papel que la Compañía de Jesús representó durante siglos: el de un grupo férreamente organizado, controlado directamente por el Vaticano, que se ha infiltrado en las instituciones civiles con objeto de obtener poder y hacer... algo.

Los jesuitas, fundados por san Ignacio de Loyola en 1534 como una orden misionera y de enseñanza, se hicieron tan enormemente sospechosos que fueron expulsados de distintos países de Europa a finales del siglo XVIII, e incluso disueltos por el Papa en ciertas zonas desde 1773 a 1814. Sus supuestos hechos tenebrosos fueron destacados en la literatura anticatólica por fuentes seculares y protestantes, e incluso hoy, el término «jesuítico» puede parecer peyorativo.

En ese sentido, el Opus Dei, cierta y desgraciadamente, ha reemplazado a la orden jesuita en sectores descreídos de la imaginación popular como un símbolo de secreteo y ocultación.

Ahora bien, ciertas personas manifiestan haber tenido una experiencia negativa con el Opus Dei. Hablan de sentirse manipuladas y excesivamente controladas desde el primer momento. Para obtener un cuadro completo del Opus Dei quizá podría ser importante escuchar a esas personas y tomar en serio sus relatos. Pero lo sorprendente es que las únicas fuentes que Brown emplea para describir al Opus Dei en El Código Da Vinci procedan de declaraciones negativas y decepcionadas. Este es solamente un aspecto de la historia, un aspecto que podría ser importante, pero solamente uno.

En El Código Da Vinci, Brown ofrece algunos datos reales sobre el Opus Dei. Sí; tiene una amplia y relativamente nueva sede en la ciudad de Nueva York. Sí; sus miembros viven una vida de piedad tradicional. Sí; es una prelatura personal (enseguida lo explicaremos).

Y sí; algunos miembros practican la mortificación corporal.

Y eso es todo.

Antes de continuar, aclaremos un grave error. Silas, nuestro enorme albino asesino, aparece descrito como un «monje», y para demostrarlo viste hábito.

En el Opus Dei no hay «monjes».

En primer lugar, no es una orden religiosa como los dominicos, benedictinos o los jesuitas. Cualquier monje que te encuentres por las calles de Roma pertenece a una orden religiosa y vive en monasterios o ermitas.

Un «monje» es un hombre que se retira de la sociedad con objeto de entregarse a Dios a través de la oración. Las mujeres que adoptan el tipo de vida monástica se llaman «monjas».

El Opus Dei es una prelatura personal compuesta por laicos y sacerdotes. En el Opus Dei hay muchos más miembros seculares que clérigos, de acuerdo con el designio divino de su fundación en 1928. Solamente quince años después, se creó la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, que permitió la ordenación de sacerdotes en el Opus Dei.

El fundador del Opus Dei fue Josemaría Escrivá de Balaguer, un sacerdote español. Fundó esta institución como medio de que los fieles vivieran su personal llamada a la santidad en medio del mundo, creciendo en amor a Dios y a los demás. El libro más conocido de Josemaría Escrivá, en el que se pueden encontrar algunos aspectos del espíritu del Opus Dei, se titula Camino. Existen también otras obras del fundador del Opus Dei, como Es Cristo que pasa, de la que incluimos el párrafo siguiente:

«Jesús, creciendo y viviendo como uno de nosotros, nos revela que la existencia humana, el quehacer corriente y ordinario, tiene un sentido divino. Por mucho que hayamos considerado estas verdades, debemos llenarnos siempre de admiración al pensar en los treinta años de oscuridad, que constituyen la mayor parte del paso de Jesús entre sus hermanos los hombres. Años de sombra, pero para nosotros claros como la luz del sol. Mejor, resplandor que ilumina nuestros días y les da una auténtica proyección, porque somos cristianos corrientes, que llevamos una vida ordinaria, igual a la de tantos millones de personas en los más diversos lugares del mundo».

Este pasaje resume acertadamente el espíritu del Opus Dei y sirve también para aclarar las ideas de aquellos a los que Brown ha convencido de que el cristianismo tradicional ignoraba la naturaleza humana de Jesús y las realidades de la vida humana.

Monseñor Escrivá murió en 1975 y fue canonizado el 6 de octubre de 2002.

En realidad, lo que puede intrigar a la gente, o incluso la sorprende, son unos aspectos de la vida de sus miembros, aspectos que Brown destaca en El Código Da Vinci.

En el Opus Dei hay diferentes tipos de miembros, lo que simplemente refleja los diferentes modos de disponibilidad y distintas circunstancias personales, con un idéntico fenómeno vocacional. Todos ellos viven el mismo «plan de vida»; que incluye el Rosario, la Misa diaria, la lectura espiritual y la oración mental. Los hay -la mayoría- que lo viven en el contexto de su vida matrimonial: los supernumerarios. Los numerarios trabajan en medio del mundo y se comprometen al celibato, entregan sus sueldos al Opus Dei y suelen vivir juntos en casas de la Obra. Hay otros miembros, todos los cuales tienen un papel específico en ella.

Y ¿qué es la Obra? Es simplemente una manera de vivir la llamada de Dios en el mundo buscando la santidad y el compromiso apostólico. Esto implica un trabajo profesional intenso y una acción apostólica personal; además, los fieles de la prelatura junto con otras personas promueven iniciativas apostólicas por todo el mundo: escuelas de todo tipo, programas de formación agro-cultural en países subdesarrollados, clínicas, y otras instituciones.

El Opus Dei es una «prelatura personal», lo que significa que las actuaciones de sus miembros en lo que respecta a los aspectos relacionados con su vocación al Opus Dei dependen de la autoridad de su propio prelado. En los demás aspectos, como cualquier otro fiel cristiano, dependen del obispo de su diócesis.

Uno de los aspectos cristianos menos entendidos del Opus Dei es el que destaca El Código Da Vinci: la mortificación corporal por medio del cilicio, una especie de cadena claveteada que rodea el muslo, y el uso de las disciplinas, una cuerda de nudos para usarla como azote.

Ciertamente, esta práctica parece extraña entre la gente moderna, pero es importante hacer ver que la mortificación corporal, como medio ascético cristiano, aparece en todas las religiones del mundo de un modo u otro: el ayuno, en ocasiones hasta niveles extremos, la oración o la meditación en posturas incómodas, e incluso el propósito de vestir ropas incómodas o de andar descalzo.

La mortificación corporal, incluido el uso de esos artículos especiales, no ha sido un invento del Opus Dei. Si lees las vidas de los santos, encontrarás que muchos de ellos se sentían llamados a vivirla. ¿Por qué?

Para quien ama, al compartir sus dolores, se acerca más a Cristo. Otros los emplean como penitencia por sus propios pecados o por los ajenos. Los hay que ven en ello un medio eficaz para crecer en el dominio propio, buscando alcanzar un momento en el que, a pesar de las contradicciones que pueda sufrir en la vida diaria, el alma se concentre en Dios y se conforme con saberse en Su presencia.

No es lo habitual, pero para adquirir cierta perspectiva, se puede comparar con las «mortificaciones corporales» a las que se someten tantas personas con tal de mejorar su apariencia física: regímenes, soportar el dolor del ejercicio, e incluso acudir a procedimientos -cirugía- que producen sangre y causan dolor. Y todo ello solamente por la apariencia, que significa en esencia lo que los demás ven cuando nos observan.

Los que han experimentado un avance en su vida interior podrían argüir que «sin dolor no hay fruto», y lo aplican a la vida espiritual, al menos en su caso.

Algunos han creado en tomo al Opus Dei un ambiente de secretismo, estimulando las especulaciones. Por ejemplo, el Opus Dei no publica la lista de sus miembros ni suelen ir exhibiendo su pertenencia a la Obra.

La razón, podrían decirte, no es porque haya algo malo en ello, sino por un sentido de naturalidad y sencillez junto con la obediencia al Evangelio. Jesús, en el Evangelio de Mateo instruye a sus seguidores para que vivan la santidad, pero que lo hagan en secreto. «Si das limosna, no dejes que tu mano izquierda sepa lo que hace tu derecha». Cuando ores, entra en tu habitación, cierra la puerta, y ora. Cuando ayunes, no parezcas triste (¡y podríamos añadir, hambriento!). Lava tu cara, dice Jesús, unge tu cabeza y así nadie verá que estás ayunando.

Este es el motivo de que los miembros del Opus Dei no vayan exhibiendo su pertenencia y sus prácticas de piedad. Consideran que están llamados a ser levadura y luz del mundo, y que viviendo sencillamente, realizan la obra de Dios en su vida diaria.

¿Los únicos cristianos?

En todo caso, los católicos romanos que lean El Código Da Vinci tendrían que sentirse halagados. Según el concepto de Brown sobre el pasado y el futuro, el cristianismo se ha encarnado exclusivamente en la Iglesia Católica Romana.


Paz y bien

_________________
Catholic.net
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado Visitar sitio web del autor
Catholic.net
Staff de Catholic.net


Registrado: 23 Sep 2005
Mensajes: 1144

MensajePublicado: Mie Abr 05, 2006 5:46 am    Asunto: El Opus Dei y el CDV
Tema: «El Código da Vinci»
Responder citando

Esther Filomena escribió:
Me parece que es pertinente ir "decodificando" el código Da Vinci, por lo que les entrego un Extracto del libro de AMY WELBORN, especialmente para los que no concen muy bien el Opus Dei.


Amy Welborn escribió:
Esta es la imagen que recorre El Código Da Vinci, y más vívidamente en su descripción del Opus Dei.

El Opus Dei

Parece como si el Opus Dei hubiera sido elegido en estos días para desempeñar en la cultura contemporánea el papel que la Compañía de Jesús representó durante siglos: el de un grupo férreamente organizado, controlado directamente por el Vaticano, que se ha infiltrado en las instituciones civiles con objeto de obtener poder y hacer... algo.

Los jesuitas, fundados por san Ignacio de Loyola en 1534 como una orden misionera y de enseñanza, se hicieron tan enormemente sospechosos que fueron expulsados de distintos países de Europa a finales del siglo XVIII, e incluso disueltos por el Papa en ciertas zonas desde 1773 a 1814. Sus supuestos hechos tenebrosos fueron destacados en la literatura anticatólica por fuentes seculares y protestantes, e incluso hoy, el término «jesuítico» puede parecer peyorativo.

En ese sentido, el Opus Dei, cierta y desgraciadamente, ha reemplazado a la orden jesuita en sectores descreídos de la imaginación popular como un símbolo de secreteo y ocultación.

Ahora bien, ciertas personas manifiestan haber tenido una experiencia negativa con el Opus Dei. Hablan de sentirse manipuladas y excesivamente controladas desde el primer momento. Para obtener un cuadro completo del Opus Dei quizá podría ser importante escuchar a esas personas y tomar en serio sus relatos. Pero lo sorprendente es que las únicas fuentes que Brown emplea para describir al Opus Dei en El Código Da Vinci procedan de declaraciones negativas y decepcionadas. Este es solamente un aspecto de la historia, un aspecto que podría ser importante, pero solamente uno.

En El Código Da Vinci, Brown ofrece algunos datos reales sobre el Opus Dei. Sí; tiene una amplia y relativamente nueva sede en la ciudad de Nueva York. Sí; sus miembros viven una vida de piedad tradicional. Sí; es una prelatura personal (enseguida lo explicaremos).

Y sí; algunos miembros practican la mortificación corporal.

Y eso es todo.

Antes de continuar, aclaremos un grave error. Silas, nuestro enorme albino asesino, aparece descrito como un «monje», y para demostrarlo viste hábito.

En el Opus Dei no hay «monjes».

En primer lugar, no es una orden religiosa como los dominicos, benedictinos o los jesuitas. Cualquier monje que te encuentres por las calles de Roma pertenece a una orden religiosa y vive en monasterios o ermitas.

Un «monje» es un hombre que se retira de la sociedad con objeto de entregarse a Dios a través de la oración. Las mujeres que adoptan el tipo de vida monástica se llaman «monjas».

El Opus Dei es una prelatura personal compuesta por laicos y sacerdotes. En el Opus Dei hay muchos más miembros seculares que clérigos, de acuerdo con el designio divino de su fundación en 1928. Solamente quince años después, se creó la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, que permitió la ordenación de sacerdotes en el Opus Dei.

El fundador del Opus Dei fue Josemaría Escrivá de Balaguer, un sacerdote español. Fundó esta institución como medio de que los fieles vivieran su personal llamada a la santidad en medio del mundo, creciendo en amor a Dios y a los demás. El libro más conocido de Josemaría Escrivá, en el que se pueden encontrar algunos aspectos del espíritu del Opus Dei, se titula Camino. Existen también otras obras del fundador del Opus Dei, como Es Cristo que pasa, de la que incluimos el párrafo siguiente:

«Jesús, creciendo y viviendo como uno de nosotros, nos revela que la existencia humana, el quehacer corriente y ordinario, tiene un sentido divino. Por mucho que hayamos considerado estas verdades, debemos llenarnos siempre de admiración al pensar en los treinta años de oscuridad, que constituyen la mayor parte del paso de Jesús entre sus hermanos los hombres. Años de sombra, pero para nosotros claros como la luz del sol. Mejor, resplandor que ilumina nuestros días y les da una auténtica proyección, porque somos cristianos corrientes, que llevamos una vida ordinaria, igual a la de tantos millones de personas en los más diversos lugares del mundo».

Este pasaje resume acertadamente el espíritu del Opus Dei y sirve también para aclarar las ideas de aquellos a los que Brown ha convencido de que el cristianismo tradicional ignoraba la naturaleza humana de Jesús y las realidades de la vida humana.

Monseñor Escrivá murió en 1975 y fue canonizado el 6 de octubre de 2002.

En realidad, lo que puede intrigar a la gente, o incluso la sorprende, son unos aspectos de la vida de sus miembros, aspectos que Brown destaca en El Código Da Vinci.

En el Opus Dei hay diferentes tipos de miembros, lo que simplemente refleja los diferentes modos de disponibilidad y distintas circunstancias personales, con un idéntico fenómeno vocacional. Todos ellos viven el mismo «plan de vida»; que incluye el Rosario, la Misa diaria, la lectura espiritual y la oración mental. Los hay -la mayoría- que lo viven en el contexto de su vida matrimonial: los supernumerarios. Los numerarios trabajan en medio del mundo y se comprometen al celibato, entregan sus sueldos al Opus Dei y suelen vivir juntos en casas de la Obra. Hay otros miembros, todos los cuales tienen un papel específico en ella.

Y ¿qué es la Obra? Es simplemente una manera de vivir la llamada de Dios en el mundo buscando la santidad y el compromiso apostólico. Esto implica un trabajo profesional intenso y una acción apostólica personal; además, los fieles de la prelatura junto con otras personas promueven iniciativas apostólicas por todo el mundo: escuelas de todo tipo, programas de formación agro-cultural en países subdesarrollados, clínicas, y otras instituciones.

El Opus Dei es una «prelatura personal», lo que significa que las actuaciones de sus miembros en lo que respecta a los aspectos relacionados con su vocación al Opus Dei dependen de la autoridad de su propio prelado. En los demás aspectos, como cualquier otro fiel cristiano, dependen del obispo de su diócesis.

Uno de los aspectos cristianos menos entendidos del Opus Dei es el que destaca El Código Da Vinci: la mortificación corporal por medio del cilicio, una especie de cadena claveteada que rodea el muslo, y el uso de las disciplinas, una cuerda de nudos para usarla como azote.

Ciertamente, esta práctica parece extraña entre la gente moderna, pero es importante hacer ver que la mortificación corporal, como medio ascético cristiano, aparece en todas las religiones del mundo de un modo u otro: el ayuno, en ocasiones hasta niveles extremos, la oración o la meditación en posturas incómodas, e incluso el propósito de vestir ropas incómodas o de andar descalzo.

La mortificación corporal, incluido el uso de esos artículos especiales, no ha sido un invento del Opus Dei. Si lees las vidas de los santos, encontrarás que muchos de ellos se sentían llamados a vivirla. ¿Por qué?

Para quien ama, al compartir sus dolores, se acerca más a Cristo. Otros los emplean como penitencia por sus propios pecados o por los ajenos. Los hay que ven en ello un medio eficaz para crecer en el dominio propio, buscando alcanzar un momento en el que, a pesar de las contradicciones que pueda sufrir en la vida diaria, el alma se concentre en Dios y se conforme con saberse en Su presencia.

No es lo habitual, pero para adquirir cierta perspectiva, se puede comparar con las «mortificaciones corporales» a las que se someten tantas personas con tal de mejorar su apariencia física: regímenes, soportar el dolor del ejercicio, e incluso acudir a procedimientos -cirugía- que producen sangre y causan dolor. Y todo ello solamente por la apariencia, que significa en esencia lo que los demás ven cuando nos observan.

Los que han experimentado un avance en su vida interior podrían argüir que «sin dolor no hay fruto», y lo aplican a la vida espiritual, al menos en su caso.

Algunos han creado en tomo al Opus Dei un ambiente de secretismo, estimulando las especulaciones. Por ejemplo, el Opus Dei no publica la lista de sus miembros ni suelen ir exhibiendo su pertenencia a la Obra.

La razón, podrían decirte, no es porque haya algo malo en ello, sino por un sentido de naturalidad y sencillez junto con la obediencia al Evangelio. Jesús, en el Evangelio de Mateo instruye a sus seguidores para que vivan la santidad, pero que lo hagan en secreto. «Si das limosna, no dejes que tu mano izquierda sepa lo que hace tu derecha». Cuando ores, entra en tu habitación, cierra la puerta, y ora. Cuando ayunes, no parezcas triste (¡y podríamos añadir, hambriento!). Lava tu cara, dice Jesús, unge tu cabeza y así nadie verá que estás ayunando.

Este es el motivo de que los miembros del Opus Dei no vayan exhibiendo su pertenencia y sus prácticas de piedad. Consideran que están llamados a ser levadura y luz del mundo, y que viviendo sencillamente, realizan la obra de Dios en su vida diaria.

¿Los únicos cristianos?

En todo caso, los católicos romanos que lean El Código Da Vinci tendrían que sentirse halagados. Según el concepto de Brown sobre el pasado y el futuro, el cristianismo se ha encarnado exclusivamente en la Iglesia Católica Romana.


Paz y bien

_________________
Catholic.net
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado Visitar sitio web del autor
Catholic.net
Staff de Catholic.net


Registrado: 23 Sep 2005
Mensajes: 1144

MensajePublicado: Mie Abr 05, 2006 5:51 am    Asunto: Jesusdecoded en español
Tema: «El Código da Vinci»
Responder citando

Gracias, Esther Filomena.

Quiero aprovechar tu aporte del excelente libro de Amy Welborn, para participarles que el día de ayer, la dirección de Catholic.net recibió la petición del Pontificio Consejo de las Comunicaciones Sociales, de promover y difundir desde Catholic.net, los materiales preparados por la USCCB (United States Conference of Catholic Bishops) que aparecen en la página http://www.jesusdecoded.com

Es un material excelente y completísimo, pero tristemente no se encuentra traducido al español, así que es casi imposible difundirlo al mundo de habla hispana

La página está dividida en seis secciones:

I. TV SPECIAL
    THE PROGRAM
    THE PRODUCERS
    MEDIA TOOLKIT
    AIR DATES AND TIMES
    VIEW THE TRAILER


II. CATHOLIC CHURCH
    CELIBACY OF JESUS
    COMMUNICATING THE GOSPEL IN TODAY'S WORLD
    THE DIVINITY OF CHRIST
    THE FIRST FOUR COUNCILS
    GNOSTIC AND OTHER NON-NEW TESTAMENT WRITINGS
    IGNATIUS OF ANTIOCH
    OPUS DEI
    MARY MAGDALENE
    NEW TESTAMENT
    WOMEN IN THE CHURCH


III TRUTH TO BE TOLD
    WHAT DO YOU SAY TO A DA VINCI CODE BELIEVER?
    WHAT'S WRONG WITH THE DA VINCI CODE?
    WHAT'S MISSING FROM THE DA VINCI CODE?

IV LEONARDO AND ART
    THE REAL LEONARDO
    LAST SUPPERS

V THE BUZZ
    FROM ROME
    FROM NEW YORK
    FROM HOLLYWOOD


VI QUESTION BOX

En Catholic.net no tenemos recursos suficientes para traducirlo, pues nuestro staff es muy pequeño, pero con el mensaje de Esther Filomena, se nos ocurrió que tal vez con la ayuda de los foristas, podríamos lograrlo.

¿Alguno(s) de ustedes nos puede(n) ayudar a traducir alguna(s) de las partes más significativas? Sería un gran servicio para la Iglesia.

Les agradezco de antemano.
_________________
Catholic.net
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado Visitar sitio web del autor
llazcano13
Moderador
Moderador


Registrado: 03 Oct 2005
Mensajes: 2541

MensajePublicado: Mie Abr 05, 2006 2:04 pm    Asunto:
Tema: «El Código da Vinci»
Responder citando

A sus ordenes Catholic.

Soy rapido para traducir inglés-español, y con la ayuda del traductor de Google, aún más rápido.

Envienme un e-mail con el material que quieran que traduzca y lo iré sacando en la medida que pueda.

Una sugerencia nada más: ¿no podrían plantearle al Consejo Pontificio lo que dijo Fanny?

Entre más reacción vea el público por parte de la Iglesia, así sea para educar y no precisamente para censurar la película, más morbo se despertará y es lo que quieren los productores, publicidad gratis para su película.

Lo digo por experiencia propia, pegué el mensaje de Barbara Nicolosi en otro foro y se me vinieron encima los demás, incluso una persona que no le llamaba la atención ver la película dijo que la iba a ver, dadas las protestas que he puesto en ese foro.

Necesitamos mucha oración, frecuentar los sacramentos, hacer sacrificios, creo que es lo más efectivo.

De cualquier manera me pongo a sus órdenes para traducir el material, solo que debemos estar concientes que difundirlo tal vez no sea la mejor estrategia para contrarrestar los efectos de la película.
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado
Catholic.net
Staff de Catholic.net


Registrado: 23 Sep 2005
Mensajes: 1144

MensajePublicado: Mie Abr 05, 2006 2:29 pm    Asunto: Bedoyita
Tema: «El Código da Vinci»
Responder citando

Bedoyita escribió:
Hola Catholicnet.

Yo empiezo a traducir las partes I y II (TV SPECIAL y CATHOLIC CHURCH).

En cuanto tenga lista la traducción se la envío por correo y si no salen más voluntarios en lo que la acabo me sigo con las demás partes.

_________________
Catholic.net
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado Visitar sitio web del autor
Catholic.net
Staff de Catholic.net


Registrado: 23 Sep 2005
Mensajes: 1144

MensajePublicado: Mie Abr 05, 2006 2:55 pm    Asunto:
Tema: «El Código da Vinci»
Responder citando

Muchas gracias, llazcano y Bedoyita.

En Catholic.net somos totalmente contrarios a hacerle propaganda a Dan Brown y sus obras, pero es un tema tan obsesivamente recurrente (lo borramos y vuelve a aparecer y a aparecer y a aparecer) que mejor hemos optado por orientar a las personas que los ponen y a procurar dejar en un solo tema todas las conversaciones.

La propuesta de Barbara Nicolosi puede resultar buena para las personas que están preocupadas y hará mucho menos daño que si empiezan con las protestas. Simplemente es focalizar su atención en algo diferente.

El material de la USCCB es bueno porque aclara conceptos casi sin nombrar al Sr. Brown.

Los artículos que aparecen en el capítulo II son artículos de formación y no le hacen promoción a la película. Este material y un capítulo de Leonardo, será más que suficiente.

¿Empezamos con ellos? Podemos dejarle a Bedoyita los primeros cinco y a Llazcano los siguientes seis (incluyendo a The real Leonardo), si es que no aparecen más voluntarios.

II. CATHOLIC CHURCH
CELIBACY OF JESUS http://www.jesusdecoded.com/catholicchurch1.php

COMMUNICATING THE GOSPEL IN TODAY'S WORLD http://www.jesusdecoded.com/catholicchurch2.php?page=100

THE DIVINITY OF CHRIST http://www.jesusdecoded.com/catholicchurch3.php?page=100

THE FIRST FOUR COUNCILS http://www.jesusdecoded.com/catholicchurch4.php

GNOSTIC AND OTHER NON-NEW TESTAMENT WRITINGS http://www.jesusdecoded.com/catholicchurch5.php

IGNATIUS OF ANTIOCH http://www.jesusdecoded.com/catholicchurch6.php?page=100

OPUS DEI http://www.jesusdecoded.com/catholicchurch7.php?page=100

MARY MAGDALENE http://www.jesusdecoded.com/catholicchurch8.php

NEW TESTAMENT http://www.jesusdecoded.com/catholicchurch9.php

WOMEN IN THE CHURCH http://www.jesusdecoded.com/catholicchurch10.php


Creo que THE REAL LEONARDO http://www.jesusdecoded.com/leonardo1.php?page=100
también vale la pena traducirlo.
_________________
Catholic.net
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado Visitar sitio web del autor
llazcano13
Moderador
Moderador


Registrado: 03 Oct 2005
Mensajes: 2541

MensajePublicado: Mie Abr 05, 2006 3:26 pm    Asunto:
Tema: «El Código da Vinci»
Responder citando

Ok empiezo en este momento con THE REAL LEONARDO y en cuanto lo tenga traducido te lo envío ...
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado
llazcano13
Moderador
Moderador


Registrado: 03 Oct 2005
Mensajes: 2541

MensajePublicado: Mie Abr 05, 2006 9:39 pm    Asunto:
Tema: «El Código da Vinci»
Responder citando

El mensaje está atorado en mi bandeja de salida, no se porqué, ya le hice espacio en el buzón de enviados, así que mejor te lo pongo aquí Catholic:






Estimado(a) Catholic:

Te envío el primer texto traducido de lo que pidió el Consejo Pontificio, de la sección que habla de Leonardo.


Cita:

El Leonardo verdadero
Mitos y verdades acerca de Leonardo da Vinci


Además de abusar y calumniar al cristianismo, los mitos que circulan en los medios acerca de Leonardo, son un auténtico museo de errores en lo que respecta al arte renacentista. Los historiadores de arte se han tardado en responder, sobretodo porque son tantas las mentiras, que es difícil saber por dónde empezar. Las nociones fantasiosas que se han hecho de la iconografía de Leonardo están violentamente en desacuerdo con lo que se sabe sobre la vida y obra de Leonardo.

Leonardo da Vinci fue un artista Cristiano, que trabajó para patrones cristianos y pintó sobre temas cristianos. Cualquiera que sepa un poco de arte, reconoce la naturaleza sagrada de la obra de Leonardo.

La vida de Leonardo no fue nunca un tema extraño para los historiadores, ni para la tradición Cristiana. Prueba de ello es que Giorgio Vasari, el padre de la Historia del Arte, al escribir algunos años después de la muerte de Leonardo, le da a pintor un lugar de orgullo en su biografía, Las Vidas de los Artistas.

No existe ningún fundamento para decir que Leonardo haya sido "un homosexual ostentoso". Este mito lo usan los creadores de controversias contemporáneas para ganar la simpatía de una clase que simplemente no existía en la Italia del siglo dieciséis. En cuanto a la representación que algunos hacen del artista como "adorador del orden divino de la Naturaleza," deja a los historiadores del arte perplejos. Era vegetariano, eso sí, pero presentar a Leonardo como una mezcla de científico y animista no se puede deducir ni de sus escritos ni de la vida del artista.

El hecho simple es que Leonardo vivió una vida Cristiana, enmarcada por su bautismo en la infancia y los ritos fúnebres de su muerte en Francia. Vivió en las cortes donde el rito y la adoración Cristiana estaban arraigadas profundamente en la vida diaria. Al final de su vida Leonardo puso a un lado sus experimentos y se dedicó a entender mejor las doctrinas de la fe Católica.

El pintor nunca alimentó un "desprecio por la Iglesia". Trabajó para varias órdenes religiosas, incluyendo los Dominicos para los que produjo la magnífica obra La Última Cena. Leonardo no tenía "centenares de las lucrativas comisiones del Vaticano." De hecho tenía solamente una, que nunca terminó.



La Mona Lisa es uno de los trabajos más enigmáticos de Leonardo. No tiene relación alguna con la referencia egipcia de la fertilidad y el principio de masculino/femenino eran desconocidos en cualquiera de los círculos intelectuales más experimentados del Renacimiento. No es Leonardo vestido como mujer. Es la esposa de Francesco del Giocondo y por eso se le conoce como La Gioconda. La mirada levemente andrógina viene del estilo del siglo quince entre las mujeres, de afeitar las rayas de su pelo detrás y sacarse las cejas para tener una apariencia intelectual de amplia cultura.

Dicho con sencillez, la Mona Lisa es la pintura de un pintor. La maestría artística con la que está realizada es exactamente lo qué hace a la pintura tan extraordinaria. La decisión de Leonardo de quedarse con el lienzo probablemente se debió a que se dio cuenta que el comerciante florentino que le encargó el retrato, Francesco del Giocondo, nunca habría podido apreciar la complejidad del trabajo.

El arte del retrato había florecido con el auge de Florencia y de sus notables ciudadanos. Mientras que los príncipes encargaban sus imágenes con un perfil agudo, similar a las monedas imperiales de Roma antigua, los florentinos burgueses ricos desearon representaciones más realistas de sus retratos. Los artistas del Renacimiento respondieron volteando al cuadro tres cuartos hacia el espectador e incluyendo las manos y el paisaje para proporcionar una penetración más profunda en la personalidad de los que retrataban.

La Mona Lisa de Leonardo expresa la tentativa del pintor de revelar el carácter así como la semejanza de la modelo. Las preguntas inherentes en el trabajo, ejemplificadas lo mejor posible por la famosa pregunta, "Está sonriendo ella?" reflejan el deseo de Leonardo de capturar no sólo la semejanza pero también el espíritu. El uso del sfumato, la técnica de difuminar las esquinas de ojos y boca, le dan expresión misteriosa y de movimiento. Para crear más enigma, Leonardo pintó el lienzo oscuro, fugando la luz a donde él quiso, para crear esta obra maestra del retrato del Renacimiento.

La Virgen de las rocas le fue encargada a Leonardo por la hermandad Franciscana de la Inmaculada Concepción que solicitó la obra para la iglesia de San Francesco Grande en 1480. No fueron unas monjas quienes se la encargaron.

En la Virgen de las rocas, San Juan Bautista aparece con una pequeña túnica prefigura su túnica de piel del camello y abrazado a Máría se arrodilla en adoración ante el pequeño Jesús que aparece acompañado de un ángel. La descripción que algunos hacen de la mano de Maria como "amenazante" y sus dedos como "garras del águila" demuestra la ignorancia de la complicada distorsión en perspectiva para ciertos ángulos tan admirada por sus contemporáneos.

Los mitos alcanzan su pináculo cuando se dirigen a la más grande Obra Maestra de Leonardo, La Última Cena. Su ignorancia de los términos más básicos se manifiesta aquí cuando definen la obra como un "fresco” pues equivoca en el nombre de la técnica utilizada por Leonardo. Un poco de investigación muestra que fue el uso de Leonardo de la pintura al óleo sobre una pared preparada lo que causó el rápido deterioro de la pintura.

Es una teoría absurda pensar que la figura del Apóstol Juan es realmente María Magdalena. Es un mito que se derrumba ante la evidencia de los hechos. Pasa por alto la ubicación de la pintura, indicando a la ligera que está en la "pared de Santa Marie delle Grazie en Milán." Resulta que la pintura está en la pared del refectorio del Convento Dominico anexo a la iglesia, donde los monjes hacían todas sus comidas. Tal lugar sería no solamente impropio para el arte subversivo, dado que nunca fue visto por el público, la orden Dominica tenía la responsabilidad de buscar herejías antes de que se esparcieran. Solamente un tonto colosal pintaría una herejía donde los monjes podrían estudiarla día tras día. Mientras que ninguna evidencia sugiere que Leonardo le guardara a la iglesia desprecio, hay pruebas abundantes de que no era ningún tonto.

La pintura representa a trece personas. Si, como dicen algunos, María Magdalena se supone que está a la derecha de Jesús, quedan solamente 11 Apóstoles. ¿Quién falta? ¿Quién de los doce apóstoles prefirió quedarse fuera de la Última Cena? El único Apóstol que eventualmente se sale de la reunión, según el Evangelio, es Judas. Aún así a Judas se le representa claramente en la pintura de Leonardo, y la escena retratada implica al mismo Judas preguntando: "¿Soy yo, Señor?"

La representación de Leonardo de Juan con rasgos femeninos y sin barba no indica de ninguna manera que estamos ante una mujer. Esta suposición revela simplemente los "tipos" en las convenciones artísticas del momento. En su Tratado sobre la Pintura, el mismo Leonardo explica que cada figura se debe pintar según su estación y edad. Un hombre sabio todavía tiene ciertas características, una vieja mujer otras, y los niños tienen otros.

Un tipo clásico, común a muchas pinturas del Renacimiento, es el "estudiante." Un seguidor favorecido, un protegido o el discípulo, se representa siempre como muy joven, de pelo largo y afeitado; con ninguno de los rasgos en la fisonomía dura y resuelta de hombres más experimentados, para demostrar que él todavía no ha madurado al punto donde él cuestionará a su profesor.

A través del Renacimiento, los artistas habitualmente retratan a San Juan en esta forma. Juan es el estudiante confiado que se reclina en el pecho de Jesús, el único Apóstol presente al pie de la Cruz. Una comparación rápida con la "Última Cena" de Ghirlandaio y de Andrea del Castagno demuestra a un joven Juan con rasgos semejantes en lo suave.

Pero mientras tenemos este trabajo monumental delante de nosotros, vamos intentando dar una ojeada a lo que Leonardo realmente quiso que viéramos.

Es Pascua, y Jesús se reúne con sus apóstoles para el banquete. Han estado juntos ahora por tres años, aprendiendo y atestiguando los milagros de Cristo. En medio del alboroto y de la charla de la cena, Jesús anuncia, "Uno de usted me traicionará." Leonardo captura este que es el momento más dramático de la Última Cena. Como una piedra que cae en agua inmóvil, el anuncio envía ondas expansivas alrededor de la mesa.

Jesús se sienta aislado en la mesa separado por la ventana rectangular. Su cabeza y brazos forman un triángulo, un recordatorio que el hombre que usted ve traicionado es también la segunda Persona de la Trinidad. Leonardo separó la figura de Cristo de las otras para que los espectadores pudieran comenzar a entender la soledad profunda de Cristo mientras Él se prepara para Su Pasión.

Los dos grupos de tres apóstoles a la izquierda y derecha de Jesús reaccionan agudamente, el primer chapoteo dramático de la reacción después de las palabras de Jesús. Con la maestría de Leonardo, la amabilidad y belleza de Juan enmarca perfectamente para los rasgos oscuros y torcidos de Judas, el hombre capaz de traicionar a Cristo, y San Pedro con su barba que se eriza y postura agresiva que gesticula a Juan para "preguntar al Maestro quién es" aquel que lo traicionará.

El movimiento de Pedro fuerza a Judas a acercarse al espectador, forzando a uno a preguntarse cuál de estos tres apóstoles se asemejan más de cerca a nosotros. ¿Judas el traidor, el impulsivo Pedro que pronto negaría a Cristo, o el confiado Juan, el discípulo fiel? Para la mayoría, la comparación llega a ser incómoda.

Esta pintura nunca tuvo otro objetivo que centrarse en ninguna otra persona que Cristo. El punto de fuga de la pintura está en Su cabeza. La cara de Jesús era el ejercicio más grande de Leonardo en sfumato, en que la dejó indefinida, sintiéndose indigna de representar al Salvador. Los ojos de Jesús están hacia abajo meditando sus pruebas terribles por venir. Con una mano toma el pan que compartirá con el que lo va a traicionar, y la otra que Él extiende, con la palma abierta en aceptación de la voluntad Divina. En forma diaria, esta imagen desafiante del ejemplo de la obediencia de Jesús confrontó a los monjes que hicieron votos para imitarlo.

El Leonardo de los mitos creados por novelistas es un carácter inventado, a años luz de distancia del genio Cristiano que logró hacer que las personas se sintieran como si estuvieran presentes ante uno de los momentos más sagrados en la historia. Pero la línea consciente velada entre el hecho y la ficción ha tenido el efecto desafortunado de hacer los Cristianos se sientan avergonzados de uno de nuestros hijos más grandes. La belleza duradera de las obras de Leonardo se envuelve íntimamente con su carácter sagrado, y la cultura profundamente Católica que abrazó a ambos.

Síntesis de El Leonardo verdadero
de Elizabeth Lev

Elizabeth Lev es una historiadora del arte americana que vive en Roma. Educada en la Universidad de Chicago y la Universidad de Bolonia, enseña arte del Renacimiento y arte Barroco en el campus italiano de la universidad de Duquesne. Ella también contribuye regularmente a la agencia de noticias Zenit y la revista Inside the Vatican.





PD:

¿No hay forma de pasar los mensajes que recibí a alguien en Roma para que se den cuenta que por más cultas y bien intencionadas que sean las críticas a la película, la gente lo va a entender como "La Iglesia está prohibiendo que veamos la película, por tanto hay que ir a verla"?

Como decía el texto de Bárbara Nicolosi, el problema con esto es que nadie lee los argumentos racionales (o si lo hacen, lo malinterpretan como que la Iglesia, una vez más, le prohibe "pensar a los católicos")

Yo sigo pidiendo con mucha Fé a San José Ma. Escrivá que siga interviniendo en el juicio vs. Dan Brown, estoy seguro que está aplicando sus estudios de Derecho desde el Cielo e influyendo sobre el Juicio.




Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado
Catholic.net
Staff de Catholic.net


Registrado: 23 Sep 2005
Mensajes: 1144

MensajePublicado: Jue Abr 06, 2006 5:43 am    Asunto:
Tema: «El Código da Vinci»
Responder citando

Muchas gracias, querido llazcano!

Con respecto a tu postdata, estamos de acuerdo contigo y con Barbara Nicolosi en que la gente no escucha los argumentos racionales.

Creo que justamente esa es la razón por la cual no escuchan cuando se les dice que no le hagan publicidad gratuita a Mr. Brown.

No escuchan y siguen preguntando y hablando del tema y publicando cosas y haciendo campañas y organizando conferencias y...

A la Iglesia no le dejan otro remedio más que brindarles, como Madre y Maestra, las herramientas culturales para que defiendan su cerebro de esas mentiras y engaños tan tontos.

Imagina que tu hijo llega un día de la escuela y te pregunta si todos los monjes del Opus Dei son albinos y asesinos...
No le puedes responder con un "Hijo, cállate y no repitas esas mentiras"
Seguramente te daría risa y le explicarías que ni siquiera existen monjes en el Opus Dei

Creo que eso es lo que sucede con la Iglesia. Ve a sus hijos confundidos y engañados y desea formarlos. Por eso el mensaje de la CEM y el material de la USCCB y la petición del PCCS de que divulguemos ese material en CN.

En fin... ya que hablamos de argumentos "racionales", éste es un artículo muy divertido de alguien muy racional, que razonando... concluyó que Dan Brown no puede ser alguien de carne y hueso, pues sólo una máquina puede ser capaz de inventar tantas mentiras sin fundamento y luego enlazarlas entre sí de una manera lógica. Lo más genial es que concluye que seguramente es el Opus Dei el que ha financiado el CDV con objetivos vocacionales (para reclutar monjes albinos). Espero que lo disfruten:


Enric Cantín escribió:


Dan Brown no existe

Los monjes del Opus siempre me han dado grima...


Estaba yo sentado en el suelo, mirando el programa de Buenafuente y tomando unos útiles apuntes, para superar sin problemas el próximo psicotécnico laboral al que me enfrentaré en breve, cuando tuve una revelación.

Bueno, he de confesar que no soy el primero al que la pantalla estroboscópica le descubre la verdad a 50hz. por segundo. Sin ir más lejos, un amigo mío mirando la televisión descubrió que no debía tener televisión en casa. Ahora es un paria amediático que ni siquiera sabe tararear un anuncio de telefonía y deambula por ahí preguntando a la gente quién es el neng de castefa.

El caso es que hipnotizado por las gafas del filósofo de Reus y el flash tonto y constante de la tele pensé: "¿Por qué quiero ser funcionario pudiendo amasar fortunas imperiales escribiendo libros como los de Dan Brown?".

Susurrando ese nombre, medio sonriendo y con el orgullo y la perspicacia propia de un investigador de CSI Las Vegas, entorné los ojos mientras subía la vista por la pared pensando…

-En ese nombre está resumido la esencia del talento, el trabajo bien hecho y el éxito merecido: Dan Brown-. Y con esa evocación, me emocioné.

Salté de la posición del loto y me puse entusiasmado a organizar los elementos de mi primer libro arrasador de la muerte. -¡Necesito un argumento! ¡Algo misterioso y arcano! ¡Arcano que rima con…bueno es igual! El argumento lo ponemos luego.¡Empezemos por el título! ¡Que sea el título que inspire la historia! ¡Venga, que seguro que no se ha hecho nunca! Ha de ser algo sugerente, que esconda tópicos eclesiales y misteriosos escándalos vaticanos insondables. Que como el amigo Dan dijo "Una organización tan antigua y poderosa como el Vaticano no habría podido alcanzar el poder que ostenta sin ocultar algunos secretos de familia" Y recordando ese inteligente pensamiento que ya lo quisiera para él un presidente autonómico, me puse al trabajo.

Pero, ¿habrá que documentarse, no? Y agobiado ya antes de juntar dos letras, empecé a pensar que el talento fecundo del amigo Dan, escondía alguna ventaja secreta. ¡Claro! ¡Ya está! Ese monstruo es hijo de un profesor de matemáticas y de una compositora de música sacra, ¡de casta le viene al galgo! ¡Si juntas ese ADN a un desorden numérico con apariencia de código y la tocata y fuga en Re menor de Bach, te sale de una tirada una novela con: el subsecreto pontificio, la curia, el archivo secreto vaticano, sus finanzas, sus riquezas y el escándalo de su banca, el Opus Dei, los templarios, los cátaros, la papisa Juana, María Magdalena, la sospechosa muerte de Juan Pablo I, la Mona Lisa, la guardia suiza y un señor de Cuenca que paseaba por la plaza de San Pedro!

Ese hombre es un portento de la ingeniería genética de las multinacionales editoriales y yo no puedo competir contra eso. Pero cuando me estaba empezando a deprimir como un profesor de colegio católico y ya empezaba a dejar de lado esa idea de ser escritor best seller, pensé: "me voy a relajar y escribiré sobre lo que me parezca con frescura y sin vergüenza... -¡Qué caray! ¡Me voy a tomar esto como quien se va a bailar a Maputo en un viaje solidario!"

Pero no. Ahí la máquina literaria Brown, precisa como una mira láser editorial, se había adelantado con varios ejemplos ya superventas negando esa necesidad en el conocimiento: se inventó una persecución por París sin mirarse un callejero, ideó un mensaje críptico donde los avezados protagonistas, pensando que era arameo, descubren- después de 20 páginas- que es una imagen que se lee enfrontándola a un espejo, diseñó con Photoshop a un monje -albino- asesino y del Opus Dei, descubrió que el Santo Grial es en realidad María Magdalena que tuvo una relación con Jesús y que su prole se perpetúa en el tiempo con nombre de ONG sacada de Matrix, con muy mala leche y peores intenciones. Afirmó que la divinidad de Jesús fue decidida en un mal concilio, después de una mala cena, en una noche loca de verano, etc, etc. ¡Y eso sólo en un libro, El codigo Da Vinci! ¡Este hombre es un maestro ninja de la improvisación y el mínimo esfuerzo!

Y entonces me acuerdo que en el último libro presentado en España -pero editado originalmente en el 1996-, La fortaleza digital, el estilo Dan Brown ya estaba relajado descubriéndonos a nuestra piel de toro con perlas como: “ El zumo de arándano era una bebida popular en España” (¡cuando todo el mundo sabe que es el aguamiel!). O como ”¡Los malditos españoles comulgaban al principio de la misa!".

O poniéndose ya en modo tour operator solidario, denuncia lo mal diseñada que está la Giralda: ”Los escalones eran sumamente empinados. Más de un turista había muerto aquí . Esto no era Estados Unidos, las señales de advertencia y los pasamanos brillaban por su ausencia.Tampoco había a quien pedir responsabilidades. Esto era España".

Luego, para vergüenza de toda la red de posicionamiento global por satélite del planeta, Brown afirma hablando de Sevilla “Becket se dirigió a la calurosa explanada de baldosas de la plaza de España. Ante él, el ayuntamiento se alzaba entre los árboles"… aunque el ayuntamiento de Sevilla esté a 15 minutos a pie de la plaza de España. ¡Que a mí me lo han contado!

Entonces yo ya me puse a llorar emocionado sin vergüenza de que me viesen los vecinos, sabiendo que ese cruce entre Santo Tomás de Aquino y David Copperfield , ese híbrido a medio camino de Harry Houdini y Truman Capote, ese trapecista de las letras, ese espadachín de la novela...ese... ¡ese HOMBRE es mi faro de Alejandría en lo creativo literario!

Esa personita, publicando diamantes impresos como El código Da Vinci y traduciéndolo a 44 idiomas, ha colado más de 25 millones de ejemplares en todo el mundo. ¡Sin despeinarse y con la Encarta y el Google como principal arma académica y de documentación!

Sólo en los dos últimos años y sólo en EEUU, Dan Brown ha ganado 41 millones de euros por sus vástagos literarios: Ángeles y demonios, La conspiración y Fortaleza digital. ¡Y todo eso mientras se comía sus Krispies y organizaba la película con Tom Hanks!

Entonces me paralizó el pánico.Tanta facilidad novelesca, tanta pericia argumental, tanta erudición, tanto instinto e ingenio...y sin el menor atisbo de sonrojo...eso no parece... humano.¿Y si Dan Brown no existe? No me parece tan descabellado. No más que un monje asesino albino del Opus Dei con pinta de Anakin Skywalker metido en el lado oscuro hasta las cejas ... ¡Podría ser que estuviésemos delante del campanazo literario más innovador desde la publicación de la Biblia de Gutenberg! ¡Un escritor virtual!

¡Ya está! ¡Dan Brown no es una persona! ¡Es un complicado sistema informático que, por medio de unas subrutinas, introduciéndole unos datos aleatorios genera una historia que, convenientemente filtrada y editada por un condensador de fluzo lineal, da como resultado un best seller de materia–antimateria. O varios.

Vaya. ¡Por eso el Vaticano está interesado en el proyecto! Dan Brown debe ser el nombre en clave...O sea que Dan Brown, como persona-escritor, no existe. Ahora lo entiendo todo. Esos pequeños e inocentes errores en las novelas... esa capacidad de hilar historias como quien hace ganchillo sin importarle un estatut... sólo deben ser pequeños bugs en el proceso de datos. Claro. De hecho las máquinas no sienten vergüenza. Sólo ganan dinero.

Seguro que todo esto lo financia el Opus Dei para reclutar monjes albinos.

Es evidente que no puedo competir con el Deep Blue de los Best Sellers. Así que he decidido aparcar de momento eso de ser escritor millonario, concentrarme en el próximo psicotécnico y no explicarle esto a nadie. Pero a nadie.

Los monjes del Opus siempre me han dado grima...

Un momento,...¿Y si Buenafuente tampoco existe...?

_________________
Catholic.net
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado Visitar sitio web del autor
Esther Filomena
Veterano


Registrado: 03 Ene 2006
Mensajes: 2345

MensajePublicado: Jue Abr 06, 2006 12:58 pm    Asunto:
Tema: «El Código da Vinci»
Responder citando

Estimada Catholic:

Quizas esto tambien sirva:

Arrio y el Concilio


Ahora bien, el Concilio de Nicea tuvo algo que ver con el tema de la divinidad de Jesús, pero no lo que dice Brown en El Código Da Vinci.

Como probablemente sabes, si intentas explicar durante uno o dos minutos la realidad de Jesús como perfecto Dios y perfecto Hombre, captarás la dificultad que tienes en entenderlo y expresarlo, pues surgen toda clase de preguntas espinosas e interesantes que no están explícita y directamente respondidas en la Escritura.

El Nuevo Testamento deja constancia de lo que experimentaron los que conocieron a Jesús: un hombre perfecto en el que encontraron a Dios, que como Dios, perdonaba los pecados, que hablaba con la autoridad de Dios y al que la muerte no pudo vencer. ¿Cómo explicarlo? ¿Cómo definirlo?

Eso llevó varios siglos y, como suele ocurrir en estos casos, la necesidad de definir a Jesús con mayor claridad y exactitud nació en el contexto de un conflicto. Había surgido la siguiente teoría: Jesús no era, en realidad, un ser humano, sino que Dios adoptó forma humana como si fuera un disfraz (docetismo), lo que era claramente incoherente con el testimonio de los apóstoles. En consecuencia, los obispos y los teólogos tuvieron que reexpresar el testimonio de los apóstoles de un modo asequible para su época y que respondiera a las preguntas que la gente les planteaba.

No era fácil, pues, como hemos dicho, es un concepto extremadamente arduo para que lo comprendan nuestras mentes. Pero recordemos que fue fundamental para los que defendían la antigua creencia en Jesús como perfecto Dios y perfecto Hombre. Y lo fue. ¿Cómo podemos hablar de Jesús de un modo que sea completamente fiel al complejo y completo relato de Él que leemos en los testimonios apostólicos? Porque los Evangelios no nos describen a un Jesús hambriento, atemorizado y enojado. Lo describen actuando con la autoridad de Dios y venciendo a la muerte. De cualquier modo que hablemos de Jesús, hemos de ser fieles a todo el misterioso y apasionante testimonio de los Evangelios y de los primeros escritos cristianos.

A comienzos del siglo IV apareció en escena un nuevo problema especialmente atractivo propagado por un sacerdote llamado Arrio, de Alejandría, Egipto.

Arrio enseñaba que Jesús no era perfecto Dios: era, ciertamente, la más excelsa de las criaturas de Dios, pero no compartía con Él la identidad ni la naturaleza. Estas ideas llegaron a hacerse rápidamente muy populares entre los seguidores de Arrio y entre los seguidores del cristianismo tradicional, y hubo que convocar el Concilio de Nicea para resolver el problema.

Así lo hizo, reafirmando la naturaleza divina de Jesús en términos filosóficos, pues tal era el tipo de lenguaje con el que Arrio basaba su argumentación. El resultado es el que leemos en el Credo de Nicea, que Jesús es: «Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado no creado, de la misma naturaleza que el Padre...».

Un experto en Sagrada Escritura, Luke Timothy Johnson, escribe en su libro El Credo:

«En el Concilio los obispos consideraron que estaban corrigiendo una tergiversación, no la invención de una nueva doctrina. Emplearon el lenguaje filosófico del ser, porque se había convertido en el lenguaje del análisis, y porque la Escritura no les proporcionaba los términos precisos para expresar lo que era necesario exponer... consideraban que no estaban desvirtuando sino preservando la totalidad del testimonio de la Escritura» (p. 131).

Y sí; el debate fue sometido a una votación que Brown describe entrecortadamente, y que para él significó el final de toda la aventura. Pues bien, tanto la tradición judía como la cristiana ha buscado de distintas formas la intervención de la sabiduría y la voluntad divinas. Leemos, por ejemplo, que los líderes del Antiguo y del Nuevo Testamento eran escogidos por sorteo, porque significaba que Dios guiaba el resultado de la elección.

Y no fue, en contra de lo que afirma Brown, una votación reñida. Solamente dos obispos de los aproximadamente trescientos (el número exacto varía) votaron en apoyo de lo que Arrio enseñaba en detrimento de Jesús.

Un error más

Como podemos ver de nuevo, absolutamente todo lo que Brown dice sobre este aspecto de la historia del cristianismo es incorrecto.

Dice que, hasta el siglo IV, la «cristiandad» era un movimiento formado en torno a una idea de Jesús como un «profeta mortal». Una simple lectura del Nuevo Testamento, escrito unas pocas décadas después de la resurrección, demuestra que no es así. Los primeros cristianos predicaban a Jesús como el Señor.

Dice que el Concilio de Nicea inventó la idea de la divinidad de Cristo. Al contrario. Actuó con objeto de preservar la integridad de esta fe constante en Jesús, misteriosamente humano y divino.

Una nueva equivocación en cada párrafo.

¿Cuál será la siguiente?

Capítulo 4

¿Reyes derrocados?

Detengámonos un momento y hagamos un balance:

Hasta ahora, en nuestro recorrido a través de la visión histórica que tan alegremente describe El Código Da Vinci, hemos encontrado que:


Las fuentes para esas afirmaciones sobre la historia del cristianismo primitivo varían desde la absoluta fantasía y la falta de base hasta lo irrelevante.


Al fabricar su versión de los hechos, no emplea ni una sola fuente del período en cuestión, como el Antiguo Testamento, los escritos de obispos y Padres o los documentos litúrgicos o históricos.


Sus planteamientos de la formación del Canon de la Sagrada Escritura, del Concilio de Nicea, del reinado de Constantino y del primitivo conocimiento cristiano de la identidad de Jesús son todos erróneos, sin excepción, y carecen de cualquier relación pasada o presente con tales acontecimientos.

En realidad, esto bastaría para no seguir adelante ¿no es así? Pero aún no hemos llegado a dar fin a todas las falsedades y mentiras históricas de este libro, así que... adelante.

Por cierto, ¿realmente Jesús destronó reyes?

Destronando reyes y atrayendo a millones

Ha llegado el momento de investigar lo que El Código Da Vinci intenta mostrar como la auténtica historia que hay tras el ministerio de Jesús. ¿Qué enseñó? ¿Qué trataba de realizar?

Uno pensaría, naturalmente, que al primer lugar al que deberíamos acudir cuando intentamos responder a estas nada especialmente espinosas preguntas sería a los Evangelios que figuran en el Nuevo Testamento. Al fin y al cabo, solo datan de décadas después de la muerte de Jesús, y aunque cada uno subraya distintas facetas de la misión y la personalidad de Jesús, coinciden sustancialmente en el núcleo de su enseñanza y en las pautas de su vida.

Uno lo pensaría así... pues no.

Al presentarnos a Jesús, Brown no se remite a los Evangelios.

En la novela, Teabing dice a Sophie que, por supuesto, Jesús fue una persona real que, como había sido profetizado, "derrocó reyes, inspiró a millones de personas y fundó nuevas filosofías... Es comprensible que miles de seguidores de su tierra quisieran dejar constancia escrita de su vida».

Pues bien; no.

Conocemos un poco de la historia de Palestina y del Imperio Romano durante la vida de Jesús. No hay ningún testimonio escrito sobre un judío de Nazaret que derrocara a alguien.

Es difícil calcular ciertos datos, pero podemos estimar con toda seguridad que en la población de las zonas donde se dice que Jesús predicó -en Galilea en el norte y en Samaria y Judea en el sur- vivían, según cálculos muy aproximados, alrededor de medio millón de personas, la mayor parte de las cuales nunca oyeron predicar a Jesús.

¿No hay una gran diferencia con esos supuestos «millones»?

¿Por qué dice esto el personaje de Teabing? ¿En qué se basa? Desde luego, no en relatos históricos; eso es seguro.

Ciertamente, los Evangelios nos pintan un retrato mucho más complejo del ministerio público de Jesús. Por supuesto que en algunas ocasiones se reunió con una enorme multitud, tan enorme que en una de ellas tuvo que sacar una barca hasta el lago para predicar; pero también fue rechazado, no solo por algunos líderes religiosos, sino también por la gente de su ciudad natal y de otros lugares. Sus discípulos le seguían y le escuchaban, pero también peleaban entre ellos, y huyeron cuando las cosas se pusieron difíciles.

Brown describe a Jesús como si fuera una estrella del rock del siglo I, seguido por una muchedumbre de admiradores continuamente pasmada ante su presencia.

No fue así.

¿De qué habló?

En El Código Da Vinci, Brown no aclara ni explica en qué consistió el mensaje de Jesús. Hace frecuentes alusiones a Él como un profeta y un maestro venerado, pero no es más explícito.

Según eso, la consecuencia es que el auténtico mensaje de Jesús está contenido en los evangelios gnósticos que ya hemos estudiado anteriormente, y en todo el tema de lo «sagrado femenino».

Después de todo, ese es el punto central del libro: se había perdido la devoción por lo «sagrado femenino» y Jesús, especialmente a través de su relación con María Magdalena, intentaba restablecerla, y que gracias a ella, el mundo recuperaría su rastro.

¿De dónde sale esto? Quizá de las lecturas que hace Brown de los escritos de los cristianos-gnósticos, que incluyen un estado original andrógino de la humanidad que es preciso restablecer.

Este tema ya lo hemos explicado antes desde luego. En los escritos gnóstico-cristianos no hay huellas del testimonio de ningún testigo sobre Jesús. Algunas alusiones que contienen frases conocidas de Jesús proceden de documentos más antiguos: la mayoría de las veces, de los evangelios sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas).

Si esto no os convence, la segunda cuestión es el modo extraordinariamente selectivo con el que Brown emplea los documentos gnósticos. Esos textos han llegado a nosotros en diversos pasajes, porque, por supuesto, el gnosticismo era diverso. Junto a unos ocasionales ecos de lo «sagrado femenino», encontrarás con mayor frecuencia unos abstrusos y esotéricos sistemas de pensamiento que incluyen destellos, contraseñas, fuerzas buenas y malas y miríadas de niveles en el cielo. También encontrarás antisemitismo e, inoportunamente, también algo de misoginia.

Como indica Philip Jenkins en su libro The Hiddell Gospels: «Los defensores del valor de los textos gnósticos en busca de algo que se perdió en el movimiento y enseñanzas de Jesús, que valoraba esa cosa que llamamos lo «sagrado femenino», nunca parecen mencionar otros pasajes»:

«El Jesús gnóstico vino a conceder la libertad espiritual, y en los textos encontramos repetidas variantes sobre el tema del Salvador 'venido a destruir los trabajos de la mujer'. En el Diálogo del Salvador, leemos que: 'Judas dijo... Cuando recemos, ¿cómo hemos de hacer?'. El Señor respondió: 'Rezad en un lugar donde no haya mujeres'. Es curioso denunciar al cristianismo por el celibato y el odio al cuerpo, mientras se ignoran exactamente los mismos errores en el gnosticismo...»

Así pues, no; no hay evidencias de que Jesús derrocara reyes, fundara filosofías o se adhiriera a lo «sagrado femenino». Los primeros testigos, por su parte, no silencian lo que dijo, y lo que relatan es coherente con las Escrituras y con la vida de oración -el punto de contacto entre los cristianos y el Dios vivo- de las primitivas comunidades cristianas.

«Simón Pedro les dijo: 'Dejad que se vaya María, porque las mujeres no son merecedoras de la Vida'. Jesús dijo: 'Yo las dirijo para hacerlas varones, y así, también ellas llegarán a ser almas vivas parecidas a las vuestras, pues toda mujer que se convierta en varón entrará en el Reino de los Cielos'". (Evangelio de Tomás, p. 114 [Iñe Nag Hammadi Library, James M. Robinson, editor, Harper & Row, 1976]). Este es el párrafo final del escrito gnóstico más conocido, pero que no cita El Código Da Vinci.

El núcleo de la enseñanza de Jesús fue el reino de Dios. Expresaba su mensaje predicando con parábolas y con su relación con las demás personas. A través de sus palabras y de sus hechos enseñaba que Dios es amor: amor, compasión y misericordia para todos. Este amor de Dios estaba presente en Él, como lo manifestaban sus palabras y sus acciones. Cuando Jesús actuaba, el reino estaba presente. Somos parte del reino de Dios cuando vivimos en unión con Jesús y cuando imitamos su vida: es nuestro modelo de amor, de obediencia sacrificada que no lleva en cuenta el precio.

Este núcleo no es secreto, por cierto. La lectura del Nuevo Testamento nos revela una sorprendente coherencia en el relato general de lo que sobre todo, era Jesús: Obediencia a la voluntad de Dios, amor, sacrificio y alegría.

Un Jesús más humano

Uno de los temas más frecuentes en El Código Da Vinci se refiere a que el cristianismo tradicional estaba dispuesto a suprimir los escritos gnósticos que trataban de Jesús porque ofrecían un retrato más «humano» de El, un retrato que perduró durante siglos hasta que Constantino apareció en escena. Y así sucesivamente.

Ya hemos tratado esto, señalando que el conocimiento de Jesús como Señor, como Dios, como Hijo de Dios, aparece claramente en los escritos del Nuevo Testamento, que datan del siglo I.

No obstante, interesa profundizar un poco más en la afirmación de que la historia oficial subraya la divinidad de Jesús a expensas de su humanidad, un hecho que los escritos gnósticos sacan a la luz. Brown habla de ellos algunas veces, pero nunca aporta pruebas concretas que apoyen su argumentación. ¿Hemos de creerle?

Quizá no. Cualquiera que dedique una hora para leer detenidamente los evangelios canónicos y, luego, un par de consideraciones gnósticas, puede ver la falsedad de dicha argumentación.

Porque, cuando lees los escritos gnósticos, te puede sorprender el hecho de no encontrar a un Jesús especialmente «humano». Es un maestro, pero hay muy poco sobre Él que sea característica o identificablemente humano. Reparte sabiduría, revela secretos y deambula en medio de una suave niebla espiritual, y habla, y habla. Y habla.

Esto tiene sentido, por supuesto, pues las doctrinas gnósticas devalúan el mundo material, incluido el cuerpo humano. Por ejemplo, sus escritos sobre Jesús ignoran sin rodeos su Pasión y Muerte. Para asegurarte, lee los textos favoritos de los gnósticos, como el Evangelio de Felipe, el Evangelio de Tomás y el quizá gnóstico Evangelio de María. Lee todos esos extensos diálogos y luego introdúcete en el Libro de Mateo.

«Y tomando a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, empezó a entristecerse y a sentir angustia. Entonces les dijo: 'Mi alma está triste hasta la muerte; quedaos aquí y velad conmigo'».

Y luego, lee detenidamente el resto de los evangelios. Verás a Jesús comiendo, bebiendo, enfadado, aterrado, solo y afligido, sufriendo y muriendo.

Solamente quien desconozca absolutamente los Evangelios puede mantener que ofrecen la imagen de un Jesús «des humanizado». De hecho, es todo lo contrario. El motivo de que los maestros cristianos lucharan tan esforzadamente contra las teorías gnósticas y otras similares fue precisamente el de que esos sistemas no resaltaban suficientemente la humanidad de Jesús y, en consecuencia, no eran fieles a los antiguos testimonios presentes en el Nuevo Testamento.

Quizá, cuando Brown y otros como él sugieren que necesitamos un Jesús más «humano» que, según ellos, no aparece en los Evangelios, no están al corriente de las características que hemos expuesto anteriormente. Probablemente se refieren a algo más. Deben estar hablando exactamente de sexo.

¿Estuvo casado Jesús?

En este siguiente apartado vamos a investigar el intrigante y maravilloso personaje de María Magdalena (que por cierto, es venerada como una santa en la religión católica y en la ortodoxa, y no ultrajada como insinúa Brown), y especialmente veremos las pruebas de su relación con Jesús.

Ya que hemos estado hablando del entorno general y el sentido de la vida de Jesús según El Código Da Vinci, es un buen momento para tocar el tema del matrimonio de Jesús.

Es importante asentar desde el principio que cualquier duda sobre el matrimonio de Jesús no se debe al «miedo» o al odio a la sexualidad. Con extremada frecuencia, los que defienden a un Jesús casado sugieren que los demás no podemos ni hablar de que estuvo casado porque somos tan enemigos del sexo que incluso pensarlo podría hacer añicos nuestra fe, porque odiamos el sexo.

¡Oh! ¿De verdad?

El miedo o el rechazo no son precisamente el tema importante en este momento. El tema es saber lo que revelan las fuentes y las mayores evidencias cuando se las estudia honesta y objetivamente.

En El Código Da Vinci, nuestro amigo Teabing (por supuesto) hace saber a Sophie que Jesús estuvo casado, diciendo tajantemente: «Ese matrimonio está documentado en la historia».

¿Dónde?

Como ya hemos indicado, el mejor «documento histórico» que tenemos para describir la vida de Jesús son los Evangelios canónicos, escritos solamente unas décadas después de su muerte y resurrección. Ciertamente tienen sus límites, como cualquier documento antiguo, pero cuando deseamos responder a preguntas sobre cómo era Jesús y lo que hizo, esos textos serían los más adecuados para empezar. (Unos textos que, repetiremos incansablemente, jamás menciona Brown).

Y la gran noticia es esta: no mencionan a Jesús casado. Nunca.

Ahora bien, existe un argumento relacionado con este silencio, sobre el que alguien escribió un libro, y que hemos oído en numerosas ocasiones: los Evangelios silencian el matrimonio de Jesús porque el estado de casado era el normal en un hombre judío de aquella época, así que se daba por supuesto y esto no se consideraba lo bastante importante como para mencionarlo.

Brown sugiere otros motivos para ese silencio. Si no estuviera casado, los escritores del Evangelio se habrían tomado un minuto o dos para explicar que no estaba casado.

Por supuesto, el argumento basado en el silencio es un argumento astuto, pero hay algo más que decir sobre ese tema como para dejarlo así. John Meier, de la Catholic University of America, ha refutado hábilmente esa explicación en su libro Un judío marginal. Consideremos ahora dos de sus puntos:

En primer lugar, Meier critica ese argumento basado en el silencio porque los Evangelios no ocultan otras relaciones de Jesús. Con gran frecuencia mencionan a sus padres y a otros parientes. Le describen poniéndose en contacto con ellos, así como en conflicto con la gente de Nazaret, su lugar de nacimiento. Lucas nombra incluso a las mujeres que formaban parte de sus discípulos y le seguían, prestándole ayuda: María Magdalena, Juana y Susana.

Después de estos datos concretos sobre los lazos familiares de Jesús y sobre las mujeres que le seguían, no hay motivos para no mencionar a una esposa.

A continuación, Meier aborda la afirmación (que también hace el personaje de Teabing) de que el matrimonio era absolutamente normativo para un hombre judío en tiempos de Jesús, especialmente para un rabino, y un Jesús soltero habría necesitado una defensa especial con objeto de preservar su credibilidad, y que no se habría podido tomar en serio a Jesús si hubiese sido un hombre soltero.

Sencillamente, esta suposición es falsa. Meier critica esta afirmación en varios aspectos. En primer lugar, Jesús no era un rabino. Sus discípulos le llamaban «rabbi», que significa «maestro», pero eso no significa que fuera un rabino en el sentido formal o institucional.

También es falsa la afirmación de Teabing, porque ofrece un retrato monolítico del judaísmo del siglo I que no refleja la realidad. De hecho, en aquella época hubo al menos una secta judía cuyos miembros permanecían célibes: los esenios, que vivieron en comunidad en Qumran, cerca del Mar Muerto, y que dejaron los Manuscritos del Mar Muerto.

Concretamente, en el judaísmo existe también una tradición de personajes cuyas vidas estaban plenamente entregadas al servicio de Dios y de la Ley, y que eran célibes. Uno de ellos fue el profeta Jeremías. Las tradiciones judías expuestas en los textos del Antiguo Testamento nos ofrecen un retrato de Moisés que después de reunirse con Dios en el Monte Sinaí, permaneció célibe. Juan Bautista, uno de los más importantes personajes históricos, no estaba casado, ni en opinión de muchos eruditos, el apóstol Pablo.

Meier concluye:

«Cuando relacionamos todas esas tendencias, observamos que el siglo I d.C. estaba poblado por algunos notables individuos célibes y por grupos: algunos esenios y qumranitas, los terapeutas, Juan Bautista, Jesús, Pablo, Epicteto, Apolunio y varios cínicos aislados. El celibato seguía siendo una elección rara y algunas veces censurada en el siglo I d.C. Sin embargo, era una opción viable».

En resumen: según los textos más creíbles no existen pruebas de que Jesús estuviera casado, y el conocimiento del ambiente del siglo I indica que no sería absolutamente inaudito que un individuo plenamente dedicado a Dios fuera soltero.

La verdad y las consecuencias


La afirmación de El Código Da Vinci de que el cristianismo tradicional devalúa la humanidad de Jesús es absolutamente falsa. Los Evangelios nos lo presentan sistemáticamente como un personaje real, muy humano, opuesto a la bastante etérea figura que encontramos en los escritos gnósticos. Muchas de las discusiones teológicas y de los conflictos en los primeros cuatro siglos de la historia del cristianismo reflejan la determinación de los Padres cristianos de ser fieles a los relatos del Evangelio, y de permanecer firmemente unidos a la perfecta humanidad de Jesús.

Durante unos instantes, podríamos echar una mirada a la devoción y al arte cristianos a través de los siglos, desde el funesto día en el 325 d.C. en que Constantino sacó a empujones del cuadro a la humanidad de Jesús.

En el transcurso del tiempo, la oración cristiana ha conectado con Jesús a través de sus «aflicciones», a través de la compasión y a través de sus sufrimientos. El genial arte cristiano nos ofrece a un niño Jesús mamando del pecho de su madre, a un hombre sangrando y maltratado, y también a un cadáver devuelto a los brazos de su madre.

El que haya alguien que se tome en serio lo que se cuenta en El Código Da Vinci dice mucho. Nos dice que demasiadas personas -de dentro y fuera del cristianismo están totalmente desconectadas del retrato evangélico de Jesús y de la rica tradición de la teología cristiana y la meditación espiritual sobre el misterio de su humanidad. Todo lo que saben sobre Jesús no lo han aprendido en los Evangelios ni en la tradición cristiana, lo que les deja expuestos a las distorsiones que podemos encontrar en El Código Da Vinci.

¿Que el cristianismo no valora la humanidad de Jesús? La verdad está tan próxima como la imagen que aparece en los muros de una iglesia. Un hombre. No un fantasma. Ni un mito. Un hombre.

Capítulo 5

María, llamada Magdalena

Realmente, El Código Da Vinci no es justo con Jesús, pero lo es mucho menos con su supuesta esposa, María Magdalena.

Antes de llegar a lo que sabemos sobre María Magdalena (que no es mucho), hagamos un rápido repaso a lo que dice Brown de ella.

Según Brown, era una mujer judía de la tribu de Benjamín, que se casó con Jesús y dio a luz a su hijo. Jesús trató de dejar a la Iglesia en sus manos; esa Iglesia iba a devolver la «deidad femenina» a la vida humana y al conocimiento general. Después de la crucifixión de Jesús, María Magdalena huyó a la comunidad judía de Provenza, donde ella y su hija Sarah hallaron refugio. Su vientre es el «Santo Grial». Sus huesos descansan bajo la pirámide de cristal a la entrada del Louvre. El Priorato de Sión y los Caballeros Templarios se dedicaron a proteger su historia y sus reliquias. El Priorato le da culto «como Diosa... y como Madre Divina».

Realeza judía... esposa de Jesús... Santo Grial... Diosa. He aquí un completo currículo.

Considerando que los Evangelios mencionan a María de Magdala en escasas ocasiones, ¿de dónde proceden esas ideas?

Bien, la respuesta está exactamente en la novela, cuando Teabing, nuestro notable erudito, muestra su biblioteca alardeando: «La descendencia real de Jesucristo la han documentado exhaustivamente muchos historiadores». (De nuevo nos encontramos con un matiz de erudición).

Y cita La Revelación de los Templarios y El enigma sagrado -dos obras de pedante pseudo-historia y teoría conspiratoria-, The Goddess in the Gospels (Las diosas en los evangelios, en castellano) y The Woman With the Alabaster Jar (María Magdalena, ¿esposa de Jesús? en castellano), de Margaret Starbird, quien, entre otros medios, emplea la numerología -la suma de los números de su nombre- para llegar a la conclusión de que María Magdalena fue venerada como diosa en la primitiva cristiandad:

«Ellos conocían la «teología de los números» del mundo helénico, codificados en el Antiguo Testamento y basados en el antiguo canon de la geometría sagrada derivada de los pitagóricos desde años atrás... No era accidental que María Magdalena llevara los números que los cultos de la época identificaron como la 'Diosa de los Evangelios'» (Mary Magdalme, The Beloved, por Margaret Starbird: www.magdalene.org/beloved-essai.htm).

Bien; detengámonos unos momentos para reflexionar sobre todo lo que nos han dicho en esta novela: que los Evangelios no deben consultarse o leerse en sentido literal, y que ni por un momento nos podemos creer que transmiten cualquier verdad sobre los sucesos que relatan. Pero ¿no nos han dicho también que transmiten en código que los primeros cristianos consideraban una diosa a María Magdalena?

Bien; si la consideraban como una diosa, ¿por qué no lo difundieron? ¿Por qué fastidiar con ese buen Jesús crucificado-resucitado, cuando podían dar culto a la Magdalena, si era lo que deseaban hacer? No es como si hubiera alguna censura política, social o cultural hacia los que deseaban dar culto a una diosa. Seguramente no serían arrestados, encarcelados y ejecutados por profesar una fe centrada en otra persona que permanecerá sin nombre y que, supuestamente no recibirá culto hasta el siglo IV.

Una vez más, antes de alborotarnos ante las afirmaciones de El Código Da Vinci, recordemos la importancia de comprobar sus fuentes. Estas son las básicas en relación con María Magdalena:

María Magdalena como esposa de Jesús y madre de su hijo y el verdadero «Santo Grial»: El enigma sagrado y La revelación de los Templarios.

María Magdalena como diosa, como origen del «sagrado femenino»: un trabajo de Margaret Starbird.

María Magdalena como líder designada de la primitiva cristiandad: una variada serie de eruditos contemporáneos que trabajan sobre textos gnósticos.

Antes de entrar en detalles sobre esos puntos, conviene parar, olvidar las especulaciones, y volver al lugar donde por primera vez oímos hablar de María Magdalena.

¿Quién fue María Magdalena?

No hay duda de que María es una figura histórica. En los Evangelios aparece con su nombre y. junto a otras mujeres, desempeña un papel muy importante en relación con la Pasión y Resurrección de Jesús.

Solamente un Evangelio la menciona fuera de los últimos días de Jesús. Se trata de Lucas, que nos habla de la predicación de Jesús y su proclamación de la Buena Nueva en compañía de sus Doce Apóstoles:

«... y algunas mujeres que habían sido curadas de espíritus malignos y de enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, administrador de Herodes. Esas mujeres, galileas según parece, deciden compartir el destino de Jesús, le ayudan de un modo práctico, como proporcionándole alimento y, quizá, incluso dinero, y Susana y otras muchas que le servían con sus bienes».

«Magdalena» no es el apodo de María: en aquella época no existían los apodos. Se identificaba a las personas por su relación con el padre o con el lugar de nacimiento. La mayoría de los expertos creen que Magdalena significa «de Magdala», una ciudad en la orilla occidental del Mar de Galilea.

Y para más datos concretos sobre María, veamos el final de los Evangelios, donde en cada uno de ellos se la describe asistiendo a la crucifixión y a la sepultura de Jesús, y volviendo a la tumba en la mañana de Pascua para ungirle el cuerpo.

Allí, según los cuatro Evangelios, Maria recibe la Buena Noticia, primero de un ángel. Y luego, del mismo Jesús, que no solo se aparece a María y a las otras mujeres, sino que además, les dice que no teman, y las envía a dar a conocer la Buena Noticia a los apóstoles.

Así, María Magdalena fue una de las primeras evangelizadoras o como el cristianismo oriental la ha llamado durante largo tiempo, la «igual-a-los-apóstoles», por haberles anunciado la Buena Noticia de que Jesús había resucitado.

Entonces, ¿qué sucedió?

Tenemos que darnos cuenta de algo que podemos estar dejando de lado (además de todo el asunto de la diosa, naturalmente) en las escasas ocasiones en que se la menciona: ¿No fue una prostituta arrepentida?

Esto adquiere gran importancia en El Código Da Vinci, que a menudo se refiere a la identificación de María Magdalena con una prostituta como parte de una maliciosa conjura tramada por la Iglesia para hacer frente a cualquier sospecha, o incluso (se dice) evidencia histórica, del liderazgo de María Magdalena en el cristianismo primitivo.

Veamos dos puntos: en primer lugar que la asociación de María Magdalena con la prostitución se extendió durante siglos en el cristianismo occidental (aunque no en el oriental). Sin embargo, no hay pruebas de que se hiciera como afirman Brown y sus fuentes por maldad, por misoginia o por temor a la autoridad femenina.

En los Evangelios aparecen varias Marías así como otras mujeres destacadas aunque sin nombre. Los estudiosos de las Escrituras han confundido a cualquiera de ellas o se han preguntado por los motivos de asociar a la María mencionada en un lugar determinado con la María mencionada en otro.

Por ejemplo, hay dos relatos diferentes sobre las mujeres que secan los pies de Jesús con sus cabellos. En Lucas 7, 36-50, Jesús se encuentra con una «mujer... que era una pecadora». y que llorando de arrepentimiento, unge y baña sus pies. y luego los seca con sus cabellos. Su unción se debe a la gratitud por el perdón de sus pecados (que podemos añadir no están explícitamente concretados). En Juan 12, 1-8 Jesús, de camino a Jerusalén, se detiene en casa de Lázaro (resucitado de la muerte, Juan 11) y de sus hermanas Marta y María. María unge los pies de Jesús y los seca con sus cabellos en una prefiguración solemne de la unción que unos días después, recibirá en su sepultura.

El relato de la mujer penitente aparece en Lucas, unos versículos antes de la mención a María Magdalena, y hubo quienes -entre ellos, el eminente papa Gregorio I, en un sermón del 591 d.C.- asociaron a ambas. El problema que plantea esta teoría es el siguiente: cuando introduce a un personaje cualquiera, Lucas especifica su nombre. Si esta mujer fuera María Magdalena, como creen muchos, la habría identificado inmediatamente como lo hace la segunda vez que la menciona.

Por lo tanto, como María de Betania unge a Jesús antes de la entrada en Jerusalén, algunas tradiciones la relacionan con la mujer que le unge en Lucas 7, y luego con la llamada María Magdalena en Lucas 8, reuniendo a las tres mujeres en una.

Esto es exactamente lo que sucedió en la Iglesia occidental que hasta comienzos de la Edad Media y hasta la reforma del calendario litúrgico en 1969, celebraba el día de María Magdalena el 22 de julio en recuerdo de las tres mujeres de cada uno de los relatos del Evangelio.

Sin embargo, la Iglesia Ortodoxa oriental no reunió a las tres mujeres, pues las consideró siempre tres personas distintas. La Iglesia Ortodoxa honra especialmente a María Magdalena, calificándola de «la portadora de mirra» (una de las especias usadas para las unciones) y calificándola de «igual-a-los-apóstoles».

Llegamos ahora a un punto extraordinariamente importante, un punto vital:

Brown insinúa repetidamente que María Magdalena fue marginada y demonizada por el cristianismo tradicional, que la pintó, dice, como una mujer libertina, una prostituta, etc., con el propósito, se supone, de rebajar su importancia.

Como mucho de lo que encontramos en Brown, esto no solo es falso... es sencillamente una insensatez.

El cristianismo, tanto oriental como occidental, ha honrado a María Magdalena como santa.

Una santa. Los cristianos han puesto su nombre a iglesias, han rezado ante la supuesta tumba donde reposan sus reliquias y le atribuyen milagros.

¿Es posible llamar demonizar a eso?

Respuesta: no.

En cuanto al tema de la prostitución, incluso quienes relacionan a María Magdalena con «la mujer que era una pecadora» de Lucas 7, no ahondan en sus culpas. El cristianismo no hace hincapié en el pecado tras el arrepentimiento. Ese es el resultado de la fe en Jesús. No; María Magdalena, como lo atestigua la leyenda sobre ella, es recordada esencialmente por su papel como testigo de la resurrección de Jesús.

Antes del Renacimiento, las imágenes de María Magdalena eran bastante serenas. Solo a partir de entonces nos la encontramos como una arrepentida, desaliñada, medio desnuda y con el cabello suelto. Los artistas del Renacimiento mostraban un interés creciente por una presentación más naturalista de la forma humana, y por una integración más explícita de las emociones en las representaciones artísticas. Esas imágenes de María Magdalena tienen más que ver con intereses artísticos que con el modo en que la Iglesia cristiana hablaba de ella.

«La Cristiandad Magdalena»

Este es el término que emplea la estudiosa Jane Schaberg para describir su visión, basada en sus hipótesis sobre el pasado, de las futuras posibilidades del cristianismo.

Schaber y otras expertas feministas contemporáneas, como Karen King de la Harvard Divinity School, han aprovechado el papel prominente de María Magdalena en algunos escritos gnósticos del siglo II en adelante para insinuar una lucha por el poder entre el partido de Pedro y el de María Magdalena en el interior del cristianismo.

En El Código Da Vinci, el personaje de Teabing declara otro tanto, al afirmar que también Leonardo da Vinci da la clave de esta verdad, una verdad que, asegura, está contenida en «esos evangelios inalterados».

María Magdalena en Provenza: Una parte de la historia de Brown sobre María Magdalena afirma que terminó su vida en Provenza, al sur de Francia. La tradición católica la sitúa allí, y la acredita como evangelizadora de la gente de esa zona. La tradición oriental afirma que fue a Éfeso y allí evangelizó junto a San Juan.

Veamos ahora los problemas lógicos que se derivan sobre ello, tal y como están expresados en la novela:

Si el partido de Pedro -al que podemos suponer vencedor, según manifiesta repetidamente Brown en su novela- fuera tan poderoso como para depurar a María y rebajar su importancia, ¿por qué iba a destacar su papel primordial en los relatos de la resurrección, y como el de la primera persona que recibió la Buena Noticia?

Brown nos ha dicho anteriormente que, antes de que Constantino llevara a cabo su perversa hazaña en 325 d.C., los cristianos de cualquier lugar creían que Jesús era un «hombre mortal». En este caso, ¿quiénes formaban exactamente el partido de Pedro? Presumiblemente eran los «vencedores», lo que significa que tenían que haber creído en la divinidad de Jesús, porque esta fue la doctrina que «venció». Pero, si no se inventó la divinidad de Jesús hasta el 325 d.C., ¿dónde estuvieron todo ese tiempo?

Por último, dejando a un lado el placer de desvelar esas patentes inconsecuencias, volvamos a las pruebas.

¿Existe la evidencia de que una parte de la ortodoxia cristiana luchara por la supremacía sobre el partido de Magdalena, y degradaran su figura durante el proceso?

No. Se trata de una pura especulación basada en la lectura, ideológicamente motivada, de unos textos fechados por lo menos cien años después de la vida de Jesús. Así lo hicieron algunas sectas gnóstico-cristianas que surgieron a finales del siglo II, y que atribuían a María Magdalena un papel preponderante. En los pasajes de los escritos gnósticos del siglo I no hay datos que indiquen una intimidad entre Jesús y María Magdalena, ni que proporcionen argumentos teológicos que apoyen su versión del cristianismo y rebajen el papel de Pedro y los apóstoles.

Esta es la cuestión: si lo sabían los escritores cristianos ortodoxos de ese período, y si les afectaba, probablemente habrían abordado el tema directamente; y lo hicieron por cierto, hablando negativamente de algunas sectas gnósticas en las que las mujeres se comportaban como líderes o profetisas. Sin embargo, los textos que están a nuestro alcance no critican especialmente a algún grupo que considere a María como líder en detrimento de Pedro. Y además, y más extraño todavía, durante este período en el cual se supone que María había sido demonizada por los ortodoxos, solamente leemos alabanzas hacia ella.

Hipólito, escribiendo en Roma en el siglo II y comienzos del III, describe a María Magdalena como una Nueva Eva, cuya fidelidad contrasta con el pecado de Eva en el Jardín del Edén (una imagen empleada también generalmente para María, la Madre de Jesús). Igualmente llama a María «apóstol de apóstoles». San Ambrosio y San Agustín, que escriben aproximadamente un siglo después, se refieren también a María Magdalena como la Nueva Eva.

Una vez más, todo lo que dice Brown carece de sentido. Durante el período en que se supone que el partido de María luchaba contra el partido de Pedro por el cuerpo de la Iglesia, los Padres le dedicaban plegarias y citaban los Evangelios que describían su papel en las apariciones posteriores a la Resurrección.

Ni los datos que aparecen en las Escrituras sobre María Magdalena ni el modo en que ha sido tratada en la tradición cristiana oriental u occidental nos permiten aceptar las teorías de Brown.

Y como vamos descubriendo, la verdad es mucho más interesante y más apasionante que cualquiera de las fantasías de El Código Da Vinci.

Capítulo 6

¿La era de las diosas?

Para muchos lectores, uno de los elementos más atractivos de El Código Da Vinci es la idea de la «deidad femenina».

Les intriga la intención que mueve a Brown al revelarles el pasado: que hubo un oscuro período de la historia, muy al principio, en el que la humanidad vivía consciente de la necesidad de mantener equilibrados los elementos masculino y femenino, y que lo conseguían por medio del culto a espíritus y deidades masculinas y femeninas. Y es aún más intrigante que hubiera, como dice Langdon a Sophie, un período en el que un «paganismo matriarcal» regía el mundo.

Los lectores se interesan también por la afirmación de Brown sobre las mujeres y el cristianismo: que Jesús enseñó la unión de los aspectos de la realidad masculina y femenina, y que las mujeres fueron líderes en la primitiva cristiandad hasta que el «cristianismo patriarcal» llevó a cabo una «campaña de propaganda que demonizaba lo sagrado femenino y erradicaba definitivamente a la diosa de la religión moderna».

En esta visión del pasado es fácil detectar una llamada a las mujeres que se sienten apartadas del cristianismo por considerar (acertada o equivocadamente) injusto el concepto que el cristianismo tiene de la mujer y el trato que le dispensa.

Ahora bien, una opinión puede ser atractiva, pero si no es cierta, ¿qué valor tiene?, ¿cómo puede ser una fuente de fuerza o de inspiración?

Lo «sagrado femenino»

Brown se inspira en un par de argumentos cuando escribe (como hace incesantemente) sobre lo «sagrado femenino».

En primer lugar está refiriéndose a una escuela de pensamiento que surge en el siglo XIX afirmando que el antiguo culto popular a las diosas había nacido de uno más elemental a la «Madre Diosa», explicado en parte por la antigua y profunda devoción popular por el misterio y el poder del alumbramiento. Para apoyar esta teoría, se basaba, entre otros hallazgos, en descubrimientos arqueológicos de figuras femeninas embarazadas. Esta teoría se desarrolló a finales del siglo XX hasta afirmar, como aduce la escritora Charlotte Allen, que:

«Esta consonancia con la naturaleza, el respeto a la mujer, la paz y la cultura igualitaria prevalecieron en la actual Europa Occidental durante miles de años... hasta que los invasores indo-europeos arrasaron la zona introduciendo dioses guerreros, armas diseñadas para matar a seres humanos y una civilización patriarcal» (The Atlantic, enero 2001).

Sin embargo, en los últimos años, debido a la ambigua naturaleza de esos artefactos hallados, al descubrimiento de armas y a la patente evidencia del reparto del trabajo basado en la división de sexos en muchos de esos lugares, ha delimitado recientemente el mito de la Diosa Madre. No existen pruebas que indiquen que tal época haya existido alguna vez.

Una de las más extravagantes opiniones de Brown es que incluso el antiguo judaísmo valoraba lo «sagrado femenino» como un aspecto distinto del divino, como lo demostraban las prácticas de sexo ritual en el Templo de Jerusalén.

Esto es absolutamente extraño, y resulta difícil averiguar dónde ha conseguido Brown tal información. Ciertamente no hay prueba alguna que la apoye, pues está en absoluta contradicción con lo que las Escrituras hebreas requieren para los que están involucrados en los sacrificios y los cultos del Templo: unos ritos escrupulosos para la purificación que implican la abstención de toda actividad sexual durante el período anterior al desarrollo del culto. El jesuita experto en Sagrada Escritura Gerald O'Collins refuta tajantemente ese aserto:

«A propósito del judaísmo, Brown introduce algunos errores increíbles sobre Dios y la práctica ritual del sexo. Los estudiosos del Antiguo Testamento coinciden en que, en algunas ocasiones, se empleaba la prostitución para obtener dinero para el templo. Pero no hay evidencias sobre la prostitución sagrada o ritual, y ningún hombre israelita que acudiera al templo para encontrarse con la divinidad y alcanzar su plenitud espiritual, practicaría el sexo con las sacerdotisas (ver El Código Da Vinci, p. 384). En la misma página, Brown explica que 'el Sancta Sanctorum albergaba no solo a Dios, sino también a su poderosa equivalente femenina, Shekinah'. Una palabra que no aparece en la Biblia, pero en los escritos rabínicos antiguos, Shekinah se refiere a la proximidad de Dios con su pueblo y no a una consorte femenina» (America, 15 de diciembre del 2003).

O'Collins niega también la afirmación de Brown que aparece en el mismo párrafo, según la cual, YHWH se deriva de Jehováh, lo que, por supuesto, es algo absolutamente ajeno a la realidad:

«Es también una pasmosa insensatez asegurar como un "hecho" que el tetragrámaton judío, YHWH se "deriva de Jehová, una andrógina unión física entre lo masculino Jah y el nombre prehebraico que se le daba a Eva, Havah".

YHWH se escribe en hebreo sin vocales. Los judíos no pronuncian el nombre sagrado, pero "Yahvé" era aparentemente la vocalización correcta de las cuatro consonantes. En el siglo XVI, algunos escritores cristianos introducen "Jehová" debido a la errónea creencia en las vocales empleadas. Jehováh es un nombre artificial creado hace menos de quinientos años, y ciertamente, no es un antiguo nombre andrógino del que se deriva YHWH».

Por supuesto, hubo deidades femeninas en las culturas antiguas, como las hay hoy en los sistemas animista y politeísta (tales como el Induismo). La mayoría de las deidades femeninas eran consortes de las masculinas. Los sistemas antiguos reflejan una conciencia de los principios masculino y femenino en el tejido de la realidad, pero no manifiestan un particular conocimiento o veneración por lo «sagrado femenino», como Brown lo describe insistentemente.

Una mirada hacia el cristianismo católico y ortodoxo tal y como ha sido practicado durante dos mil años no expresa exactamente una espiritualidad impregnada de una imaginería patriarcal a expensas de la femenina. Pero hablaremos de ello más tarde.

Por último, podríamos suponer que esas sociedades alimentadas por el sistema espiritual sugerido por Brown serían profundamente igualitarias. Sorprendentemente, no encontramos ejemplos de tal igualitarismo en cualquier cultura antigua que diera culto a dioses y diosas, ni tampoco. en los que practicaban el sexo ritual (no tan cercano ni universal como sugiere) que, en opinión de Brown, unía la masculinidad y la feminidad en un extático todo vivificante.
AMI WELBORN
_________________
Esther Filomena
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado
Esther Filomena
Veterano


Registrado: 03 Ene 2006
Mensajes: 2345

MensajePublicado: Jue Abr 06, 2006 1:04 pm    Asunto:
Tema: «El Código da Vinci»
Responder citando

Sobre Leonardo:


El tema fundamental

Brown pretende hacemos creer que la validez de las doctrinas religiosas, creencias y símbolos dependen, desde el principio hasta el fin, de la plena independencia de otras doctrinas religiosas, creencias y símbolos. Sencillamente, así no es como funcionan las doctrinas religiosas humanas. Existen determinados aspectos de la vida que todos compartimos, y eso parece tener una intrínseca capacidad para suscitar lo trascendente.

En el nacimiento y en la muerte nos encontramos con el misterio y el milagro de la existencia y con la esperanza en algo más.

En el agua y el óleo encontramos la limpieza, y ello nos lleva a pensar en nuestra propia necesidad de purificación.

Al compartir la comida, encontramos alimento y comunidad cristiana.

Hay muchas palabras, muchas «cosas» en la vida humana que nos tienen que ayudar a simbolizar y a hacer presentes las verdades que nos han sido reveladas.

El hecho de que en otras religiones haya ceremonias de purificación por agua y comidas rituales no afecta a la realidad de la validez de la piedad cristiana. No hay pruebas que indiquen, como dice Brown, una adaptación directa de los fundamentos de la fe y la piedad cristiana a partir de las religiones mistéricas. Las raíces del cristianismo están en el judaísmo. Los seres humanos abrazan y viven el cristianismo en medio de la cultura y la sociedad humanas, y la manifestación de su fe ha de ser activa, adoptando el simbolismo que hace sus creencias más comprensibles. Este dinamismo realza y profundiza nuestros conocimientos y experiencia de la fe.

Es exactamente una cuestión de sentido común. Este es el modo en que funciona el mundo y, como creen los cristianos, el modo en que Dios actúa en él.

Capítulo 8

¿Seguro que ha entendido correctamente a Leonardo?

No. realmente no.

Si quieres saber cómo se equivoca Brown sobre Leonardo da Vinci, solo necesitas pensar en algo tan sencillo como el nombre del artista.

Empezando por el título y continuando por la novela, Brown y todos sus eruditos personajes se refieren al artista simplemente como «Da Vinci», como si fuera su nombre.

Pues bien, ¿sabes una cosa? Ese no es su nombre.

Ninguna literatura histórica o libro de referencia le nombra de ese modo.

Su nombre era «Leonardo». Hijo ilegítimo de un tal Piero da Vinci, nació en la ciudad de Vinci, cerca de Florencia. De modo que, obviamente, «Da Vinci» significa «que procede de la ciudad de Vinci».

Alguien que afirma ser un experto en arte y que se refiere continuamente a él como «Da Vinci» es tan creíble como un supuesto experto en religión que llamara a Jesús continuamente como «de Nazaret».

Busca un libro de historia y leerás cosas sobre Leonardo, no «Da Vinci». Ve a la biblioteca y pide una biografía del artista. No la encontrarás en la «D» ni en la «V». La encontrarás en la «L» de Leonardo, porque ese es su nombre.

Quizá estemos de acuerdo en esto: un autor que ni siquiera puede dar el nombre del personaje histórico central de su libro, no merecería que confiáramos en sus conocimientos de historia. Ciertamente, puede entretenernos de otro modo, pero, por favor, que no pretenda que El Código Da Vinci nos informe sobre historia, religión o incluso arte.

¿Quién fue Leonardo?

Leonardo es, seguramente, una de las figuras intelectuales más intrigantes de la historia occidental. El conjunto de su trabajo y sus ideas podrían proporcionar tema para muchas novelas, pero el auténtico Leonardo, tal y como lo conocemos, muestra muy poco parecido con el que Brown nos presenta.

Afirma que Leonardo era «abiertamente homosexual y adorador del orden divino de la naturaleza, cosas ambas que le convertían en pecador a los ojos de la Iglesia».

Según Brown, Leonardo tuvo una «ingente obra artística de pasmoso arte cristiano»: «cientos de encargos lucrativos del Vaticano, aunque en constante conflicto con la Iglesia».

En realidad, el único conflicto constante de Leonardo con «la Iglesia» se debía a su tendencia a abandonar, sin concluirlo, el trabajo que tenía contratado. Pero ese es otro tema.

La imagen general que obtenemos del artista en El Código Da Vinci es la de un genio desafiante, obsesionado por su rechazo al cristianismo y vertiendo ese rechazo en la enorme producción de su obra. (¡Ah!, y también la de un gran maestre del Priorato de Sión, una organización que, como veremos en el próximo capítulo, probablemente no existió nunca, sobre todo, en la forma y modo que indica Brown).

Esa imagen no capta la realidad de lo que fue Leonardo, especialmente, en el contexto de su tiempo.

Tomemos, en primer lugar, el material de prensa amarilla. ¿Fue Leonardo «abiertamente homosexual»? No existen pruebas de que lo fuera. En 1476, fue acusado de sodomía, junto a otros tres, con un joven prostituto florentino. Los cargos fueron desestimados.


Esta es la única mención a su posible actividad homosexual -o a cualquier otra actividad sexual- relacionada con Leonardo, según las primeras fuentes que relatan su vida, incluido el voluminoso volumen de sus cuadernos. En su biografía de Leonardo, Leonardo da Vinci, Sherwin B. Nuland escribe:

«Ese episodio es el único indicio de la actividad sexual de Leonardo, y los más concienzudos estudiosos de su vida afirman que nunca tuvo lugar».

Por lo tanto, como dice el historiador Bruce Boucher, en su artículo de The New York Times del año 2003, «a pesar de la acusación de sodomía contra él cuando era joven, las pruebas de su orientación sexual continúan siendo fragmentarias y no definitivas».


Hablemos ahora de la ingente producción de pasmoso arte cristiano. Quizá Brown está al tanto de alguna información secreta, porque lo que ha sobrevivido, incluidos unos bocetos preliminares, refleja, todo lo más, una docena de pinturas de tema cristiano. Ciertamente no eran los «cientos de encargos lucrativos del Vaticano». Cerca del final de su vida, Leonardo trabajó bajo el mecenazgo de un único Papa, León X, aunque pasaba parte de su tiempo ocupado en experimentos científicos.

Ciertamente, cuando observamos la obra de Leonardo en términos de cantidad, no es la pintura lo que destaca: destacan los cientos de dibujos, los esquemas de ingeniería y arquitectura, los experimentos científicos y los inventos. Es ridícula la caracterización de Leonardo como la de un personaje dedicado a crear cuadros de temas cristianos con mensajes anticristianos ocultos, sobre todo, porque los cuadros de tema cristiano ni siquiera parecen ser el centro de atención de su trabajo.

¿Fue Leonardo un hereje?

En El Código Da Vinci se nos muestra a Leonardo como una especie de radical en el terreno espiritual que se burlaba maliciosamente de la tradición cristiana por medio de un empleo subversivo de los símbolos en su arte. Antes de sentimos intrigados y sorprendidos por esta aseveración, veamos en perspectiva las creencias espirituales de Leonardo.

En la época del Renacimiento, Leonardo da Vinci vivió en Italia y (durante corto tiempo) en Francia. «Renacimiento» significa «un nuevo nacimiento» y no se refiere al renacimiento de la cultura en general, sino al renacimiento de la cultura clásica: filosofía, literatura, arte y una sensibilidad general respecto a las antiguas Grecia y Roma. Uno de los frutos de las Cruzadas -las continuas guerras entre los cristianos occidentales y los musulmanes- fue el redescubrimiento de aquellas obras: manuscritos y obras de arte que se conservaban en Oriente y que los cruzados llevaron a Occidente como botín.

Leonardo vivió en una época de actividad brillante y tumultuosa, centrada en el mundo de naturaleza y en la vida de los seres humanos en él, y enriquecida por el encuentro con las culturas griega y romana. Sin embargo, no podemos afirmar que esta actividad estaba directamente enfrentada con la Iglesia católica. No lo estaba. La Iglesia ocupaba todavía el primer lugar en el terreno intelectual de aquel tiempo: patrocinaba todas las universidades, y muchos de los investigadores de la cultura clásica en el contexto de su tiempo fueron clérigos: sacerdotes, monjes e incluso, obispos.

Leonardo nació y vivió en medio de una cultura integrada en un cristianismo católico, pero, como se deduce de sus cuadernos, no era en modo alguno un creyente en las prácticas tradicionales del catolicismo. No obstante, escribe sobre Dios y también sobre Cristo. En su biografía sobre Leonardo (Leonardo: The Artist and the Man) Serge Bramly escribe:

«Creía en Dios... aunque quizá no en un Dios muy cristiano... Descubría a Dios en la belleza milagrosa de la luz, en el armonioso movimiento de los planetas, en la intrincada disposición de los músculos y los nervios en el interior del cuerpo, y en la indescriptible obra maestra del alma humana. Leonardo no era un católico practicante. o más bien, practicaba a su modo. Su arte sigue siendo esencialmente religioso hasta la médula. Incluso en sus trabajos profanos [no religiosos], Leonardo alababa la sublime obra creadora del Altísimo, que pretendía captar y reflejar».

Sin embargo, Leonardo fue un furioso anticlerical. Criticó la riqueza de algunos clérigos, la explotación del temor y la credulidad de los creyentes, así como la venta de indulgencias y la rebuscada devoción a los santos.

Por el hecho de vivir antes de que estallara la Reforma en Europa (Martín Lutero clavó sus 95 Tesis en la puerta de la iglesia de Wittenberg en 1517, dos años antes de la muerte del artista), Leonardo manifestaba unas opiniones que estaban muy extendidas, especialmente en los círculos intelectuales, aunque también entre muchos católicos observantes y piadosos, disgustados por los excesos que observaban en las vidas de los líderes de la Iglesia.

Por lo tanto, Leonardo, aunque notable y único en su genio, no era realmente un radical en sus creencias espirituales, como a Brown le gustaría que pensaras. De algún modo, era, sobre todo, un hombre de su tiempo: abierto a la exploración del mundo en la medida de sus posibilidades, que empleó sus experiencias sobre el mundo y la humanidad como principio y punto de referencia para sus investigaciones; un creyente en Dios y, según parece, en Cristo, pero un profundo anticlerical que desdeñaba los excesos en la piedad y en las manifestaciones religiosas.

Ahora, vayamos a sus cuadros.

La Virgen de las Rocas

Según El Código Da Vinci, las dos versiones de La Virgen de las Rocas, una en el Louvre y otra en la Nacional Gallery de Londres, pretenden contar la historia de un Leonardo tratando de comunicar unos secretos anticristianos.

Pues bien, un sencillo examen del cuadro en cuestión muestra lo desatinado de la argumentación de Brown.

Leonardo había recibido el encargo de pintar ese cuadro como parte de un retablo para la capilla de un grupo llamado la Cofradía de la Inmaculada Concepción de María. Brown afirma que se trataba de un grupo de monjas.

No. Una «cofradía», especialmente en aquella época, era un grupo de hombres que se organizaban con un propósito, en este caso, promover la creencia en la Inmaculada Concepción de María (la doctrina de que Dios preservó a María del pecado original desde el comienzo de su vida). Las monjas eran mujeres, no eran hombres.

La cofradía explicó detalladamente al artista sus deseos: María en el centro, vestida en tonos dorados, azules y verdes, acompañada de dos profetas, Dios Padre en lo alto y el Niño en una plataforma dorada. El encargo se hizo en 1483, pero, a lo largo de los veinticinco años siguientes, Leonardo y la cofradía entablaron una prolongada batalla a causa del cuadro.

Parece ser que la batalla no tuvo nada que ver con los detalles que menciona Brown, aunque el estilo naturalista de Leonardo no iba a incorporar las aspectos requeridos por la fraternidad. No; parece que el conflicto se debiera al pago, aunque los detalles continúan siendo desconocidos: Leonardo pedía dinero continuamente y la cofradía se negaba a dárselo.

¿Por qué hay dos versiones de la obra? Se supone que en cierto momento el cuadro fue regalado. Hay quien dice que Ludovico Sforza, gobernante de Milán, lo entregó al rey francés o al emperador alemán: esta es la versión que hay en el Louvre. La segunda, que está en Londres, fue sacada directamente de la capilla (que ya no existe).

Veamos ahora las sorprendentes afirmaciones de Brown sobre esta pintura. Asegura que, en ella, Juan Bautista está bendiciendo a Jesús, todo lo contrario de lo que cabía esperar.

Bien, la verdad es esta: en ambas versiones, Jesús es quien bendice a Juan Bautista.

La argucia de Brown consiste en decir que, en el cuadro, Jesús está junto a María, que le rodea con su brazo. Y no es así. No hay experto en arte que no opine que ese bebé que aparece arrodillado a su lado, con las manos juntas, sea Juan Bautista. Es una disposición desacostumbrada, pero se ve con mayor claridad en la versión de Londres, donde Juan viste una pequeña piel de animal y sujeta la vara que la iconografía siempre ha asociado con él. Juan es el bendecido.

¿Y qué sucede con el resto del cuadro del Louvre? La mano de María, cerniéndose sobre Jesús, resulta realmente algo misteriosa, pero parece indicar un sentido de protección. La mano del ángel no amenaza: señala a Juan Bautista como el profeta al que hemos de escuchar.

Es una pintura poco corriente, especialmente por el encargo. Ciertamente, su relación con la Inmaculada Concepción tuvo que resultar bastante oscura para los clientes. Sin embargo, Bramly afirma que es posible establecer una relación concreta:

«Leonardo parece decir: la lnmaculada Concepción está pavimentando el camino para la agonía de la cruz...».

Así pues, Brown adopta la personalidad de cliente de Leonardo, confunde las principales figuras del cuadro, malinterpreta la naturaleza del conflicto y malinterpreta la pintura.

La Adoración de los Magos

En este momento, Langdon, nuestro protagonista de la novela, intenta explicar los discutidos mensajes misteriosos de la obra de Leonardo aludiendo a La Adoración de los Magos de la Galería Uffizi en Florencia. Cita un artículo del New York Times Magazine (una auténtica referencia del 21 de abril del 2001, fecha de la publicación) que destaca el trabajo de Mauricio Seracini, un crítico de arte que supuestamente descubrió unos tremendos secretos ocultos en ese trabajo.

La Adoración de los Magos es un boceto para una pintura encargada por un monasterio de Florencia. Parece ser que Leonardo realizó el trabajo antes de marcharse a Milán. Según Seracini, una capa de pintura ocultaba el dibujo original de Leonardo y, según dice Brown, hubo un auténtico conflicto sobre la eliminación de dicha capa de pintura.

Sin embargo, está absolutamente confundido sobre el motivo. No se trata de que el cuadro revele algo, pues los dirigentes de los museos de la ampliamente secularizada Italia no sienten temor por los sentimientos antirreligiosos o heréticos en el arte. No: la controversia surge a causa de una división fundamental en el mundo del arte entre los que se dedican a devolver a la obra artística a su estado original y los que se oponen a ello.

En el caso que nos ocupa, una vez que se anunciaron los planes para la restauración -la eliminación de la capa de pintura, varias personas del mundo artístico organizaron un grupo llamado Art Watch lmernational que elevó grandes protestas. Decían que la obra era demasiado frágil para tal restauración, que no había pruebas de que el mismo Leonardo no la hubiera cubierto con la capa de pintura, y que no era un intento por aplicar el color, sino una capa preparatoria para poder seguir pintando encima. y discutían la afirmación (que también hace Brown en la novela) de que esa capa preparatoria no procedía de la mano de Leonardo.

En resumen, Art Watch lnternational aseguraba que la reparación podría dañar la obra a distintos niveles. Vencieron, y los planes para la restauración quedaron detenidos en el 2002, pero no por las razones que alega Brown (para más información, ver www.artwatchintemational.org).

La Mona Lisa

En El Código Da Vinci, el personaje de Langdon recuerda una conferencia que dio a los presos, en la que explicó la Mona Lisa en términos de androginia, y que el cuadro, según los análisis realizados por ordenador, muestra unos puntos de semejanza con los autorretratos de Leonardo, con el decidido propósito de crear el retrato andrógino de un hombre-mujer que reflejara su ideal del equilibrio entre lo masculino y lo femenino. Incluso el nombre «Mona Lisa» es un anagrama de los nombres de las deidades egipcias de la fertilidad: Amón (varón) e Isis (mujer).

Aquí hemos de hacer algunas puntualizaciones:

La identidad del personaje de Mona Lisa, también llamada «La Gioconda», pintada entre 1503 y 1505, es realmente un misterio. Hay docenas de teorías, ninguna de ellas demostrable: una, de hecho la más antigua, es la de que se trata del retrato de una mujer real, Monna Lisa, la esposa de un ciudadano florentino llamado Francesco del Giocondo.

Según el crítico de arte del New York Times, Bruce Boucher, «no existen imágenes definitivamente documentadas de Leonardo» con las que se pudiera comparar ese retrato, y Bramly califica de descabellada la teoría del autorretrato.

Arnón (o Arnmon o Arnun) era un dios del sol egipcio que, a pesar de ciertas impresionantes proporciones fálicas, no estaba especialmente asociado a la fertilidad. Si lo estaba con alguna deidad femenina, era con Muth y no con Isis.

Además, cualquier relación entre nombres de dioses egipcios y Leonardo y su pintura puede ser inmediata y fácilmente descartada gracias al siguiente dato: Leonardo no ponía nombre a sus cuadros, incluso no los menciona en cualquiera de sus cuadernos, aunque no cabe duda de que son obra suya. Aproximadamente tres décadas después de la muerte de Leonardo, Giorgio Visari, su primer biógrafo, identificó el trabajo como Mona Lisa. Esta es la única referencia que encontramos para autentificar el retrato como el de Mona Lisa, aunque Leonardo no lo menciona en ninguna parte. Por lo tanto, ¿cómo podía haber comunicado alguna cosa a través del título del cuadro cuando, aparentemente, no tenía nada que ver con aquel nombre?

La Última Cena

Por fin llegamos al núcleo del tema: es La Última Cena, llena de códigos que apuntan a un Jesús casado con María Magdalena y a un enfurecido Pedro.

Brown afirma que Leonardo comunica en este cuadro su convicción de que Jesús y María Magdalena estaban casados, que ella iba a ser la jefa de su Iglesia. que Pedro no lo aprobaba, y que ella era el auténtico Santo Grial.

¿En qué se basa? Nos lo explica: porque el personaje que se ha considerado como el de Juan es en realidad María Magdalena; por la postura de Jesús y de María formando una «M»; por una mano sin cuerpo, supuestamente la de Pedro, que esgrime un cuchillo; y porque allí no hay cáliz: así que el cáliz tiene que ser María.

Primero, vayamos a los antecedentes. Leonardo pintó La Última Cena en la pared del refectorio de un convento en Milán. Y no es un fresco como dice Brown. Un fresco es una pintura realizada con pigmentos disueltos en agua sobre un enlucido de cal húmeda que, cuando retiene la pintura y se seca, produce fuertes colores y un efecto duradero. Leonardo trabajaba con demasiada lentitud como para emplear el fresco y trataba de hacer algo diferente. así que puso una delgada base sobre la pared de piedra y pintó sobre ella con témpera. Fue una desgraciada elección. porque, pocos años después de acabado el mural, la pintura empezó a perder color ya desconcharse.

Para comprender perfectamente esta pintura. es importante considerar que no se trata de una Última Cena. en general. Representa un momento específico basado en un pasaje determinado de la Escritura.

Cuando pensamos en la Última Cena, la asociamos inmediatamente con la institución de la Eucaristía. Brown juega con esta experiencia, indicando que en la pintura no hay cáliz ni el imprescindible pan. Dice que la ausencia de cáliz implica que María es el Santo Grial, y así sucesivamente.

La cuestión es que el tema de esta pintura no representa el momento de la institución de la Eucaristía. En cambio, se refiere al momento en que Jesús anuncia que alguno de sus discípulos le va a traicionar, como está específicamente descrito en el Evangelio de Juan:

«Dicho esto, Jesús se turbó en su espíritu, y declaró: 'Os lo aseguro: uno de vosotros me entregará'. Los discípulos se miraban unos a otros sin saber a quién se refería. Uno de sus discípulos, aquel al que Jesús amaba, estaba reclinado sobre el pecho de Jesús. Simón Pedro le hizo señas y le dijo que preguntara '¿De quién habla?'. Inclinándose sobre el pecho de Jesús, le preguntó: 'Señor, ¿quién es?

Leonardo intentó que cada una de las figuras expresara su personal respuesta al anuncio de la traición. Es un momento intensamente dramático, con los apóstoles apartándose de Jesús, dejándole aislado en cierto modo, hablando entre ellos, preguntándose quién puede ser el traidor e incluyendo la imagen de Pedro dirigiéndose a Juan. Pero no trata el tema de la institución de la Eucaristía, porque el Evangelio de Juan, a diferencia de los Sinópticos, no contiene el relato directo del hecho y, por lo tanto, en esta especial representación el cáliz no es necesario.

¿Es realmente de María Magdalena la figura que todos creemos de Juan?

No. En aquel tiempo, San Juan se representaba invariablemente como un hermoso joven. Nos puede parecer muy femenino pero, para la gente de aquella época, era claramente un hombre sentado junto a Jesús, como aparece siempre en las representaciones de esta escena.

¿Por qué no relata Juan la institución de la Eucaristía? La mayoría de los expertos creen que, en la época en que se escribió el Evangelio, a finales del siglo I los cristianos pensaban que solamente los plenamente iniciados debían conocer los detalles de los ritos más sagrados. Por ejemplo, este era el motivo de que los conversos no tuvieran acceso a la Palabra de Dios hasta un par de semanas después del bautismo, y ciertamente, no participaban en la liturgia completa hasta que estaban iniciados. Es de suponer que el Evangelio de Juan expresa esta práctica.

La crítica de arte Elizabeth Levy nos ayuda a comprender este tema con gran profundidad:

«Brown aprovecha el rostro de suaves rasgos y la figura de un Juan imberbe del cuadro de Leonardo para presentarnos su fantástica afirmación de que se trata de una mujer. Por otra parte, si realmente San Juan fuera Mana Magdalena, hemos de preguntamos por el apóstol que falta en aquel crítico momento. El problema real es el resultado de nuestra falta de familiaridad con los "tipos". En su Tratado de la Pintura, Leonardo explica que cada personaje debe ser pintado con arreglo a su edad y condición. Un hombre sabio tiene ciertas características, una anciana otras y los niños otras. Un tipo clásico, como en muchos cuadros del Renacimiento, es el "estudiante". El favorito, el protegido o el discípulo son siempre hombres muy jóvenes, totalmente afeitados y de cabello largo, con objeto de transmitir la idea de que aún no han madurado lo suficiente como para haber encontrado' su camino. A lo largo del Renacimiento, los artistas pintaron así a San Juan: es el estudiante ideal; es el "discípulo amado", el único que permanecerá al pie de la cruz. Y lo representaron siempre como un joven imberbe, sin la fisonomía dura y resuelta del hombre. LA Última Cena de Ghirlandaio o de Andrea del Castagno nos muestran al mismo dulce y joven Juan» (de un artículo en www.zenit.org). Como escribe el 3 de agosto del 2003 en el New York Times el critico de arte Bruce Boucher, la mano misteriosa sin cuerpo que, según Brown, amenaza a María Magdalena tiene también una explicación:

«... pero no es una mano sin cuerpo. El dibujo preliminar y las copias posteriores de La Última Cena demuestran que la mano y el cuchillo pertenecen a Pedro: una referencia al pasaje del Evangelio de San Juan en el que Pedro saca la espada en defensa de Jesús».

Sí; La Última Cena es un cuadro sugerente, rico en posibilidades para la meditación, por ejemplo, en nuestra propia actitud hacia Jesús cuando consideramos las distintas reacciones de los apóstoles. Pero no hay en él nada de lo que Brown sugiere. Sencillamente, las pruebas no están ahí.

Y no lo olvides: se trata de Leonardo.

AMI WELBORN
_________________
Esther Filomena
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado
Catholic.net
Staff de Catholic.net


Registrado: 23 Sep 2005
Mensajes: 1144

MensajePublicado: Vie Abr 07, 2006 3:47 pm    Asunto:
Tema: «El Código da Vinci»
Responder citando

Muchas gracias, Esther Filomena!
Será útil, sin duda.


Pongo acá también el trabajo de llazcano. (Qué buen equipo! Gracias!)

llazcano13 escribió:
Hola Catholic, aquí la segunda entrega con el primero de los 6 capítulos que me ofrecí a traducir, el otro que ya tienes es sobre Leonardo.

Cita:
La verdad acerca de S. Ignacio de Antioquía (muerto entre el 107/110 DC)
por el Rev. Thomas G. Weinandy, O.F.M.

Ignacio, obispo de Antioquía, fue arrestado y llevado a Roma para sufrir el martirio en el Coliseo, y está actualmente sepultado en la cercana Iglesia de San Clemente. Era un hombre muy animado, enérgico y resuelto - de la misma casta de Pablo. Durante sus viajes escribió y se encontró con otras comunidades Cristianas. En sus siete cartas estaba preocupado básicamente con tres cosas:
    1. la unidad de la Iglesia vivida en comunión con el Obispo y fomentada en la Eucaristía,
    2. el peligro de la herejía y,
    3. la gloria del martirio.


Para Ignacio la unidad de la Iglesia era de importancia suprema porque esta unidad consistía en Cristo (la cabeza) y su cuerpo. Esta unidad era antes que nada fundada sobre una unidad en la Fe - todos creían en un solo Evangelio verdadero (de ahí su preocupación por la herejía que destruye la unidad de la Fé).

Era el Obispo, como presencia terrenal de Cristo y sucesor de los Apóstoles, el fundamento de esta unidad presente pues es el auténtico maestro y defensor del Evangelio, y el pastor quien vigila el cuidado apropiado y la armonía de los fieles. La expresión más plena y el auspicio de esta unidad, 'una sinfonía de mentes en concierto', se encuentra en la Eucaristía en donde los fieles del lugar, en unión con el Obispo, se reúnen para escuchar el Evangelio e ir a la comunión con Cristo recibiendo su cuerpo resucitado y su sangre, que es 'la medicina de la inmortalidad'.

El Docetismo

La mayor herejía a la que se enfrentó Ignacio era el Docetismo. El Docetismo (cuyo significado viene del vocablo Griego 'dokesis' que significa 'parecerse') sostuvo que el Hijo/Verbo de Dios solamente se 'semejaba' o 'parecía' encarnarse en forma humana, pero realmente no era así. Por tanto todo lo que perteneció a la humanidad de Jesús - nacimiento, sus alimentos, el sufrimiento, la muerte, etc. - eran solo aparentes y no verdaderos. Los Docetistas argumentaban que, si el Hijo/Verbo fuera verdaderamente Dios, no podría asumir verdaderamente la carne humana porque al hacerlo pondría en peligro y destruiría su naturaleza divina. Dios no podía sufrir y morir realmente. Ignacio proclamó claramente la verdad de la Encarnación.

Primero, Ignacio discutió que Jesús, siendo la palabra verdadera del Padre, era el Revelador pleno del Padre. Habla del 'silencio' del Padre y el Verbo como los 'labios' del Padre. De tal forma Jesús es verdaderamente Dios. Ignacio, en 14 ocasiones llama Dios a Jesús, y en 8 de éstas se refiere incluso como ho theos (el Dios). Esto muy es muy sorprendente en una fecha tan antigua, puesto que el Nuevo Testamento parece muy vacilante en llamar a Jesús simplemente 'Dios'.

En segundo lugar, lo cuál es también sorprendente, Ignacio es uno de los primeros, si no el primero, en utilizar lo que se llama 'la Comunicación de Idiomas', es decir, la afirmación de las cualidades divinas y humanas de uno y de la misma persona. Sabe hablar de 'la sangre divina' o 'la pasión de mi Dios'. Ésto es un uso muy extraño del lenguaje. Dios no tiene sangre. Dios no puede sufrir. Sin embargo, si Dios se hace hombre, entonces Dios tiene sangre, y puede sufrir, no como Dios sino como hombre. Esta es la razón por la cual Ignacio utilizó tal lenguaje. Le permitió expresar audazmente y aún escandalosamente, al contrario que los Docetistas, la verdad de la Encarnación.

A los Efesios, Ignacio les escribió sobre Jesús en un modo poético maravilloso:

En verdad de carne, y también Espíritu;
No creado, y aún así nacido;
Dios-y-Hombre en Uno convino,
La-misma-Vida-en-Muerte de hecho,
Fruto de Dios y la simiente de Maria
A una vez impasible y desgarrado
Por el dolor y el sufrimiento de aquí abajo:
Jesucristo, a quien conocemos como nuestro Señor.

A través fuera de sus cartas entonces Ignacio resaltó la realidad de la Humanidad de Jesús y de la autenticidad de sus experiencias humanas. Su discusión principal para sostener la verdad de la Encarnación es soteriológica. Si el hijo de Dios solamente fingió ser un hombre, si su vida 'humana' era una mera fachada y por tanto su nacimiento, bautismo, sufrimiento y muerte eran simplemente pantomimas, entonces nuestra salvación es una simple pretención y una mera falsificación. No tiene ninguna realidad tampoco.

Esto conduce a la tercera preocupación de Ignacio, la gloria del martirio. Ignacio deliberadamente dijo a los Trallianos que, cuando llegara a Roma, sería devorado por leones verdaderos con dientes verdaderos. Verterá sangre verdadera. Él sufrirá realmente y morirá en verdad.

Si Jesús solamente fingió verter sangre y simuló el sufrimiento y la muerte, entonces él (Ignacio) es el a quien más debe tenérsele lástima. No es más que un tonto. Más aún, convertirse en un mártir consiste en que uno proclama plenamente el Evangelio por imitación del mismo Jesús. Igualmente, el martirio complementa lo qué ocurre en el bautismo pues se muere y se resucita con Cristo para convertirse en un Cristiano auténtico. Para terminar, el martirio es la vivencia externa de la Eucaristía, pues ahí, recibiendo el cuerpo y la sangre de Cristo, nos conformamos a su semejanza y poniendo la propia vida a un lado para Cristo uno se conforma completamente a la semejanza verdadera de Cristo.

(Para conocer las siete cartas de Ignacio leer las Antiguas Escrituras Cristianas, traducidas por M. Staniforth (Londres: Penguin Books, 1968)

El padre Thomas G. Weinandy es un sacerdote franciscano Capuchino que ha servido como Director Ejecutivo de la Secretaría para la Doctrina y Prácticas Pastorales de la conferencia de Estados Unidos de Obispos Católicos desde el 1 de enero de 2005. Ha escrito extensamente sobre asuntos teológicos.



Esperemos que sirva para despejar dudas y que haya gente que busque sinceramente la Verdad.

Con preocupación ví hoy en primera plana de varios sitios de internet, el "descubrimiento" del Evangelio de Judas y parece que el Juez en Londres dictaminó que Dan Brown no plagió el material para su novela, así que la película va a salir el 19 de mayo como estaba planeado.

Todo esto va a contribuir a extender a gran escala la Apostasía en el mundo. Es uno de los signos de los tiempos que debemos discernir.

_________________
Catholic.net
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado Visitar sitio web del autor
ultravioleta
Invitado





MensajePublicado: Dom Abr 09, 2006 1:20 pm    Asunto:
Tema: «El Código da Vinci»
Responder citando

Muchas Gracias a todos, a Catholic.net, al P.Fernando, al excelente trabajo de Llazcano , Esthercita Filomena, a Fanny por su invitación a unirnos en Oración y a difundir todo ésto.

Un Ejemplo de Union y Cooperación nos han dado

GRACIAS, Dios les apague.


Quiero darles también información sobre el libro que estamos leyendo por acá:

Idea "La Verdad sobre el Código Da Vinci
José Antonio Ullate Fabo
Ed. Libros Libres
Volver arriba
CarlosRod
Constante


Registrado: 19 Feb 2006
Mensajes: 530
Ubicación: Michoacán, México

MensajePublicado: Mie Abr 12, 2006 12:21 am    Asunto:
Tema: «El Código da Vinci»
Responder citando

.


Tengo una pregunta:

¿Dan Brown es un historiador?

Dan Brown es un novelista, ¿pero también es historiador?

¿Estudió historia universal?

¿En que universidad?

¿Tiene maestrías, doctorados?

¿Tiene libros de historia, tesís?

¿Imparte en alguna universidad?

Me gustaría que me comentaran sobre este tema, gracias.
_________________
Carlos Rodríguez
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado MSN Messenger
Esther Filomena
Veterano


Registrado: 03 Ene 2006
Mensajes: 2345

MensajePublicado: Mie Abr 12, 2006 1:07 pm    Asunto:
Tema: «El Código da Vinci»
Responder citando

CarlosRod escribió:
.


Tengo una pregunta:

¿Dan Brown es un historiador?

Dan Brown es un novelista, ¿pero también es historiador?

¿Estudió historia universal?

¿En que universidad?

¿Tiene maestrías, doctorados?

¿Tiene libros de historia, tesís?

¿Imparte en alguna universidad?

Me gustaría que me comentaran sobre este tema, gracias.



No mi hermano es el nuevo iluminado de estas epocas, mas o menos como Josef Smith Laughing Laughing Laughing Laughing

Ya en serio. es un novelista, al menos así es como él se presenta.

BREVE BIOGRAFIA

Dan Brown se graduó en la Universidad de Amherst y la Academia Phillips de Exeter, donde dedicó su tiempo como profesor de inglés antes de entregarse por completo a escribir novelas. En 1996, su interés por los códigos y las agencias secretas estatales lo condujeron a escribir su primera novela, La Fortaleza Digital, que se convirtió rápidamente en un bestseller nacional. La novela explora la delgada línea entre el aislamiento civil y la seguridad nacional. Hijo de un reconocido profesor de matemáticas y de una profesional dentro de la música, Dan Brown creció rodeado por las filosofías paradójicas de la ciencia y de la religión. Ambas perspectivas, sirvieron como inspiración para su aclamada segunda novela Ángeles y Demonios. Recientemente, ha iniciado el trabajo sobre una serie de novelas de suspense introduciendo la simbología y a su popular protagonista Robert Langdon, profesor de simbología y de arte religioso en Harvard. Su esposa, Blythe profesioal en historia del arte y pintora, colabora en todas las investigaciones necesarias para el desarrollo de las novelas que escribe su marido, acompañándolo siempre en todos los viajes, el más reciente a París, donde pasaron mucho tiempo en el museo del Louvre recogiendo documentación para incluirla en El Código Da Vinci, el bestseller de los últimos tiempos en Estados Unidos. Sus novelas se han traducido y se han publicado en más de 30 idiomas alrededor del mundo.

(Fuente: Internet www. tematika.com)

_________________________

Una "joya" de nuestro tiempo especialmente por sus conocimientos históricos y de arte. Laughing Laughing Laughing
_________________
Esther Filomena
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado
CarlosRod
Constante


Registrado: 19 Feb 2006
Mensajes: 530
Ubicación: Michoacán, México

MensajePublicado: Mie Abr 12, 2006 11:11 pm    Asunto:
Tema: «El Código da Vinci»
Responder citando

Esther Filomena escribió:
No mi hermano es el nuevo iluminado de estas epocas, mas o menos como Josef Smith


JA JA JA

Solo espero que esta vez si dejen las placas ...

JA JA JA

_________________
Carlos Rodríguez
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado MSN Messenger
CarlosRod
Constante


Registrado: 19 Feb 2006
Mensajes: 530
Ubicación: Michoacán, México

MensajePublicado: Mie Abr 12, 2006 11:17 pm    Asunto:
Tema: «El Código da Vinci»
Responder citando

.

Gracias por tu respuesta, Esther,

¿De casualidad sabes el nombre de la carrera de Dan Brown?

Y si alguen tiene más comentarios se los agradezco.
_________________
Carlos Rodríguez
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado MSN Messenger
Catholic.net
Staff de Catholic.net


Registrado: 23 Sep 2005
Mensajes: 1144

MensajePublicado: Mar Abr 18, 2006 4:48 am    Asunto: El verdadero Opus Dei, por Peter bancroft
Tema: «El Código da Vinci»
Responder citando

llazcano13 escribió:
Ahi va!

Very Happy


Cita:
El verdadero Opus Dei
por Peter Bancroft


Los alegatos de conspiración instigados por la versión del Opus Dei en el Código Da Vinci pueden encontrar a la realidad un tanto inofensiva. No hay monjes, ni asesinatos, ni masoquismo, ni misoginia. Pero para los católicos ordinarios que tratan de vivir su fe afuera en el mundo secular, el verdadero Opus Dei puede ser absolutamente interesante.

Una de las enseñanzas centrales del Concilio Vaticano Segundo fue la "llamada universal a la santidad". Dios llama a todas las personas - sacerdotes, religiosos y el laicado - a buscar la unión espiritual con Jesucristo y a participar en la misión evangelizadora de la Iglesia. El Opus Dei es la institución Católica cuya misión es ayudar a las personas a satisfacer este llamado.

El nombre de Opus Dei viene del latín para "Obra de Dios." Fue fundado en 1928 por San Josemaría Escrivá, y aprobado por la Santa Sede en 1947. Desde 1982, el Opus Dei ha sido una prelatura personal. La Iglesia establece prelaturas personales para realizar misiones pastorales específicas: en el caso de Opus Dei, extender el ideal de santidad enmedio del mundo. Como el Papa Juan Pablo II lo expuso, el Opus Dei "tiene como objetivo la santificación de la propia vida, mientras se está en el mundo en su lugar del trabajo y profesión: para vivir el Evangelio en el mundo."

Las actividades principales del Opus Dei son clases, retiros, y dirección espiritual. Uno no necesita ser miembro para recibir esta formación espiritual; de hecho, la mayoría de los que la reciben no son miembros. El foco consiste en encontrar maneras prácticas de crecer en santidad. ¿Cómo puedo desarrollar mi vida espiritual, aún si estoy muy ocupado? ¿Qué necesito hacer para realizar mi trabajo y otras actividades diarias con un espíritu más Cristiano? ¿Qué tiene que ver la Fe Católica en mi vida de familia, amistades y actividades sociales? La formación del Opus Dei ayuda a las personas a encontrar respuestas prácticas a estas preguntas, para que puedan integrar mejor su fe con el resto de su vida. Otros puntos claves en los que el Opus Dei se acentúa en su formación son la oración, la caridad, y la conocencia de que uno es hijo o hija de Dios.

Esta formación espiritual se hace para complementar el cuidado pastoral dado por las parroquias Católicas, pero no ser un sustituto. El Opus Dei siempre siempre lleva a cabo sus actividades con el conocimiento y permiso del Obispo local, y pone en énfasis el amor por la Iglesia y la obediencia a sus líderes.

Mientras que todos son llamados a la santidad, hay muchas maneras de responder a este llamado: el ser un miembro del Opus Dei no es para todas las personas. La afiliación, de hecho, se considera como una vocación. Implica un compromiso para recibir dirección espiritual del Opus Dei, así como un compromiso para frecuentar los sacramentos, la oración, el apostolado y, en general, un esfuerzo humilde y constante de adquirir virtudes y esforzarse por la santidad en el espíritu del Opus Dei.

Uno puede integrarse al Opus Dei como asociado, numerario o supernumerario. La mayoría de los miembros son supernumerarios casados, y se esfuerzan por seguir a Jesucristo santificando su trabajo en el hogar y fuera de él, manteniendo un amor joven, recibiendo y educando generosamente a los hijos que Dios les envía, y compartiendo su Fé con sus hijos y amigos. Numerarios y asociados comparten la misma vocación de buscar la santidad con su trabajo, amistades y actividades seculares ordinarias. Se confían al celibato, sin embargo, de modo que puedan dedicarse con más entrega a las actividades del Opus Dei de formación espiritual. Los Numerarios y asociados no son monjes o monjas: el unirse al Opus Dei no implica ningún cambio para ellos en su trabajo profesional o su condición de laicos.

A la fecha del 2005, el Opus Dei tenía 86,000 miembros (poco más de 3,000 en los Estados Unidos). Alrededor de 98% de los miembros son laicos; el resto son sacerdotes que han sido ordenados de entre de los miembros laicos. Los miembros provienen de muchos orígenes étnicos, y están divididos uniformemente entre hombres y mujeres. Se debe ser adulto para integrarse, pero no hay requisitos educativos, profesionales o de ingresos económicos.

Peter Bancroft es el Director de Comunicaciones del Opus Dei en los Estados Unidos. Ha estudiado Filosofía en la Universidad Calvin y Leyes en la universidad de Notre Dame. Vive en New Rochelle, NY. Para más información sobre la Prelatura del Opus Dei, visite su Web site, http://www.opusdei.org

_________________
Catholic.net
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado Visitar sitio web del autor
Catholic.net
Staff de Catholic.net


Registrado: 23 Sep 2005
Mensajes: 1144

MensajePublicado: Mar Abr 18, 2006 4:51 am    Asunto: Ma. Magdalena
Tema: «El Código da Vinci»
Responder citando

llazcano13 escribió:
Cita:
María Magdalena

La relación de Jesús con María Magdalena se ha convertido en un problema al discutir si Jesús era soltero o casado. Algunas de las escrituras gnósticas se han utilizado para apoyar la afirmación que María era la esposa de Cristo. Además, algunos han declarado que Jesús pretendía que ella dirigiera su Iglesia. La evidencia para estas declaraciones supuestamente se basa en algunos pasajes de las escrituras gnósticas que muestran una proximidad entre Jesús y María, y describen una cierta hostilidad hacia ella departe de San Pedro y San Andrés. Pero estos pasajes, de hecho, no indican realmente que María y Jesús estuvieran casados o que él quería que ella fuera la cabeza de su Iglesia.

En el Nuevo Testamento, María Magdalena es una discípula prominente de Cristo. Es una de las mujeres que acompañan a Jesús en su misión terrenal después de que expulsara de ella a siete demonios (Mc 16:9, Lc 8:1-3). Por muchos siglos se creyó que era la mujer anónima que lavó los pies de Jesús con sus lágrimas y los secó con su pelo (Lc 7:36-50). Aunque esta asociación ya no se hace, nunca se trató de disminuir la memoria de Maria, puesto que el arrepentimiento es el primer paso para cualquier discípulo de Jesús, que comenzó su ministerio proclamando, "el Reino de Dios está cerca. Arrepiéntanse, y crean en el Evangelio"(Mc 1:15).

Los cuatro evangelios mencionan que María Magdalena estuvo presente en el Calvario cuando crucificaron a Jesús y también estando presente en su tumba estar entre los primeros en oír sobre su Resurrección. En el Evangelio de San Juan, es la primera persona documentda que encuentra al Señor Resucitado.

Sin embargo, las afirmaciones sobre ella hechas en base de los textos gnósticos no se pueden tomar seriamente. Primero, los escritos gnósticos son históricamente más distantes del tiempo de los apóstoles y fueorn escritos significativamente más tarde que los cuatro Evangelios del Nuevo Testamento.

En segundo lugar, la prominencia de María como discípula y su proximidad a Jesús son confirmadas por los Evangelios, no evadidas por ellos. Al mismo tiempo, en ningún punto ofrecen bases para la aserción inmerecida Jesús y María estaban casados. Se muestra que Jesús también tenía una proximidad espiritual con varios de sus seguidores: solamente Pedro; Pedro, Santiago y Juan juntos; el "discípulo querido" en el Evangelio de San Juan; y Lázaro y sus hermanas Martha y María.

Por último, el Nuevo Testamento no encubre tensiones entre los apóstoles, especialmente, en un punto, entre Pedro y Pablo. No es probable que encubriera la evidencia de otros conflictos, tales como el alegado entre Maria y Pedro, si acaso existió.

_________________
Catholic.net
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado Visitar sitio web del autor
P. Fernando
Constante


Registrado: 07 Mar 2006
Mensajes: 638

MensajePublicado: Mie Abr 19, 2006 10:22 am    Asunto:
Tema: «El Código da Vinci»
Responder citando

A todos gracias por las respuestas y las reflexiones. En parte hechos como el de este libro y película pueden llevarnos a profundizar más en nuestra fe, en la historia de la Iglesia, en el misterio de la libertad humana que se deja engañar con bastante facilidad por voces falsas y opone muchas resistencias a la gracia de Dios. Pero la Iglesia sigue en pie, después de 2000 años, a pesar de tantos enemigos: Dios es más fuerte, y Cristo vive entre nosotros.
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado
Mostrar mensajes de anteriores:   
Publicar nuevo tema   Responder al tema    Foros de discusión -> Críticas y recomendaciones de libros y películas Todas las horas son GMT
Ir a página 1, 2, 3  Siguiente
Página 1 de 3

 
Cambiar a:  
Puede publicar nuevos temas en este foro
No puede responder a temas en este foro
No puede editar sus mensajes en este foro
No puede borrar sus mensajes en este foro
No puede votar en encuestas en este foro


Powered by phpBB © 2001, 2007 phpBB Group
© 2007 Catholic.net Inc. - Todos los derechos reservados