Novena a Nuestra Señora de la Salud

[guillermojuanmorado]

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Orar por la salud
21.07.06 @ 12:19:04. Archivado en Oración
Acabo de entrar en la página web de la editorial CCS y compruebo que, entre los libros anunciados como de pronta aparición, se encuentra, en la colección "Mesa y Palabra", una Novena a Nuestra Señora de la Salud, escrita por mí. El pequeño libro tiene un origen concreto: ha sido el resultado de una petición de un amigo, en cuya Parroquia hay una ermita dedicada a Nuestra Señora de la Salud. Mi amigo quería un material adecuado para la devoción popular, a fin de poder preparar la fiesta de la Virgen con una novena, y a la vez un material que ayudase a la formación doctrinal de sus feligreses.

Con frecuencia se detecta la existencia de un "abismo" entre la teología y la piedad de los fieles. No es extraño que se sigan empleando en actos devocionales textos cuyo lenguaje resulta especialmente inadecuado y extraño, y cuyo contenido, en sí mismo correcto por lo general, no responde plenamente al modo en que hoy la Iglesia intenta presentar la revelación divina y su propio patrimonio doctrinal.

Resulta de interés no solamente editar textos de alta divulgación, asequibles a un público más amplio que el especializado en temas teológicos o religiosos, sino también proporcionar instrumentos y materiales que ayuden a rezar y a dotar de contenido las devociones populares.

La oración para pedir la salud está atestiguada en la Sagrada Escritura. Con el Salmista, también nosotros podemos implorar: “Misericordia, Señor que desfallezco; cura, Señor, mis huesos dislocados” (Salmo 6). Jesucristo alienta nuestra oración, pues “no tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos” (Marcos 2, 17).

La salud puede ser un motivo que nos impulse a bendecir a Dios todopoderoso, que nos colma con sus dones, y a adorarle, reconociéndole como nuestro Creador y Señor: “Tú eres rey soberano de todo, de ti viene la riqueza y la gloria. Tú eres Señor del universo, en tus manos está el poder y la gloria, tú engrandeces y confortas a todos” (1 Crónicas 29, 12). Podemos también pedir su ayuda y auxilio, diciéndole, con las palabras recibidas de labios de Jesús: “líbranos del mal”.

En la oración podemos suplicar en favor de otros, teniendo presentes en nuestra intercesión a todos los que sufren y, de modo particular a los pecadores. El don de la salud nos moverá a dar gracias a Dios, cumpliendo así la exhortación de San Pablo: “Dad gracias en todo, porque eso es lo que Dios quiere de vosotros en Cristo Jesús” (1 Tesalonicenses 5, 1.

En cualquier circunstancia que nos toque vivir hemos de alabar a Dios, “el Padre, de quien todo procede y para quien somos nosotros”, y a Jesucristo, “por quien son todas las cosas, y nosotros también por él” (1 Corintios 8, 6).

La Virgen María nos ayuda a orar por las necesidades de todos. Como en Caná de Galilea, donde intercedió por aquellos novios que se habían quedado sin vino en el banquete de bodas (cf Juan 2, 3), la Madre de Jesús “continúa procurándonos con su múltiple intercesión los dones de la salvación eterna” (Concilio Vaticano II, Constitución dogmática Lumen gentium, 62).

A su mediación poderosa podemos encomendar la salud del cuerpo y del alma, la salud de los enfermos, la salud de todos los hombres, para que Ella, Madre de los Vivientes y Consuelo de los Afligidos, ruegue “por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte”.

Guillermo Juan Morado.




Autor: Guillermo Juan Morado.
Título: "Novena a Nuestra Señora de la Salud"
Editorial: CCS
Fecha: Madrid 2006
Colección: Mesa y Palabra


página web de la editorial:

http://www.editorialccs.com/