LA CABAÑA DE JUAN DIEGO;y María dulce madre de Jesús.....

[Jose Fernando Ortiz]

ASUNTOS DE FE:

Año 2006 - 21 de Abril - LLUVIAS MIL.....

LA CASA DE JUAN

No son pocas las iglesias, sectas, movimientos espiritualistas, supuestos enviados de Dios, que a lo largo de los dos mil años de historia cristiana, que se han autodenominado como “casa de Juan”, argumentando poseer la mística y espiritualidad propias del discípulo Juan, el más amado del Maestro Jesús.
Pero no deja uno de extrañarse de las blasfemias, calumnias, mentiras, acusaciones y ataques sin piedad tanto a María como a la Iglesia_Madre Universal. No recibió Juan en su “casa” a la madre del Señor?
Al recibirla en su casa, Juan acogió el mandato de su Maestro y Señor.

Y existe, actualmente, una de esas “congregaciones religiosas” en la que sus “144” dirigentes proclaman, voz en cuello, ser “la casa de Juan”. ¿Cómo esperan los Testigos de Jehová pertenecer a la “la casa de Juan” cuando tan abiertamente rechazan a la Iglesia_Madre, Cuerpo Místico de Cristo? Tendríamos que cambiar o excluir del Evangelio de Juan las siguientes palabras:
Mujer, ahí tienes a tu hijo.
Juan, ahí tienes a tu Madre.
Y desde aquél momento, el discípulo más amado del Señor, la recibió como a su propia Madre. Juan 19,25-27

Los “144” anuncian…..y anuncian….y anuncian…..el regreso del Señor, colocando fechas que nunca se cumplen. ¿Por qué será?
¿Nos encontrará unidos el Señor en su regreso escatológico?

Dice el Maestro Jesús:
El mundo…..dejará de verme y escucharme dentro de poco.
Ustedes, en cambio, seguirán viéndome y escuchándome, porque yo vivo y ustedes también vivirán.
Dicen los discípulos:
¿Señor, por qué te vas a manifestar solo a nosotros, y no al mundo….?
Contesta el Maestro:
El que me ama, se mantiene fiel a mis palabras.
Mi Padre lo ama, y mi Padre y Yo venimos a él y vivimos en él.

Por lo tanto, el que escucha la Palabra que proviene del Padre, y da testimonio en su Hijo, Jesucristo, ese es amado por Ellos.
Juan 14,18-25 Apocalipsis 1,1-3

¡Para quien sabe escuchar, pocas palabras bastan!