Sergio Ceceña Veterano
Registrado: 02 Oct 2005 Mensajes: 2016 Ubicación: México
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Mie Oct 12, 2005 9:34 pm Asunto:
Mi odisea del evangelicalismo al catolicismo
Tema: Mi odisea del evangelicalismo al catolicismo |
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MI ODISEA DEL EVANGELICALISMO AL CATOLICISMO
Por Dave Armstrong
Fui recibido en la Iglesia Católica en febrero de 1991 por el padre John
Hardon SJ., un hecho que un año antes me hubiese parecido completamente
inconcebible. No mucho en mi vida habría indicado este giro sorprendente de
hechos, pero tal cuestión fue muestra de la siempre inescrutable misericordia y
providencia de Dios.
Mi primer conocimiento sobre la Cristiandad vino en la Iglesia Metodista Unida, la
denominación en la que yo fui educado. La iglesia a la que nosotros asistíamos,
en un barrio obrero de la ciudad de Detroit (Michigan, Estados Unidos), me
parecía a mí, así como a cualquier niño en los comienzos de la década de 1960,
que estaba en el declive, sociológicamente hablando, tanto así que la media de
edad de los miembros era aproximadamente cincuenta o más años. En mis
estudios años después como evangélico, yo aprendí que la reducción y el
envejecimiento de las congregaciones eran uno de los signos visibles del deterioro
del protestantismo de corriente.
Como pudo resultar, nuestra iglesia se plegó en 1968, y después de eso, yo
asistía raramente a la iglesia en los siguientes nueve años. Mi temprana
educación religiosa no era del todo gratis, sin embargo, a medida de que yo iba
ganando respeto por Dios lo que yo nunca abandoné fue la comprensión de Su
amor para la humanidad, y una apreciación para el sentido de los mandatos
morales básicos y sagrados.
De todos modos, por cualquier razón, yo no tuve un interés creciente en la
Cristiandad en este momento. En 1969, a la edad de once, yo entré en contacto
por vez primera con el llamado altar quintaesencial de la cristiandad
fundamentalista en una Iglesia bautista que nosotros visitamos dos o tres veces.
Yo me fui al frente para ser “salvo”, de forma absolutamente sincera, pero sin el
conocimiento o la fuerza de voluntad requeridas (por las normas evangélicas más
solícitas) para llevar a cabo esta resolución temporal.
Durante este período, me fasciné con lo sobrenatural, pero desgraciadamente,
entró los terrenos de un ocultismo vago, para todo. Yo me unté, con gran seriedad
de ESP, telepatía, los Ouija, la proyección astral, incluso la brujería vudú (con
maestro vicioso de gimnasio en mente!). Yo leía sobre Houdini 1 y Uri Geller2, entre
otros.
1 Famosísimo mago norteamericano de principios de siglo XX.
2 Británico de origen israelí que dobló una cuchara sin tocarla, solo con la mente, en vivo y en
directo (¡que berraco!)
Entretanto, mi hermano Gerry que es diez años mayor que yo, se convirtió, en
1971, al Evangelicalismo del Jesús Loco3, una tendencia que estaba en su apogeo
en ese momento. Él sufrió una transformación realmente notable, saliendo del
círculo cultural del típico roquero drogadicto y pendenciero, y empezó a predicar
en una forma celosa a nuestra familia. Éste era un espectáculo nuevo para mí. Yo
ya me había influenciado por la contracultura hippie, y como siempre había sido de
alguna forma anticonformista, el “Jesus Movement” (Movimiento de Jesús) tuvo
una fascinación extraña para mí, aunque yo tenía ninguna intención de unírmeles.
Yo me sentía orgulloso de mi "moderación" con respecto a las cuestiones
religiosas. Como la mayoría de los cristianos nominales e incrédulos sinceros, yo
reaccioné a cualquier despliegue de Cristiandad seria y devota con una mezcla de
miedo, burla y condescendencia, mientras pensaba que tal conducta era
"impropia", fanática, y fuera de la corriente principal la cultura americana.
A principios de los años 1970 yo visité la Iglesia luterana el Mesías de vez en
cuando en Detroit a dónde mi hermano asistía, junto con sus amigos melenudos
del "Jesús Freak", y me retorcería en mi asiento bajo la convicción de los
sermones poderosos del pastor Dick Bieber, un personaje del tipo de esos de los
que yo nunca había oído. Yo recuerdo que pensaba que lo que él estaba
predicando era indisputablemente la pura verdad, y si se trataba de la cuestión del
“ser salvo" no habría ningún lugar para los de la tierra del medio o para los
cobardes. Por consiguiente, yo era renuente, para decirlo de alguna forma, porque
yo pensé que sería el fin de la diversión y la convivencia con mis amigos. Debido a
mi rebeldía y orgullo, Dios tenía que usar los métodos más drásticos para mi
despertar.
En 1977 yo experimenté una depresión severa durante seis meses lo cual era
totalmente atípico en mi temperamento antes. Las causas inmediatas eran las
presiones en la última adolescencia, pero de forma retrospectiva está claro que
Dios me estaba llevando a la casa el último sin sentido de mi vida - - una demanda
individualista vacua y fútil por felicidad sin el propósito o la relación con Dios. Yo
fui traído, tambaleándome, al fin de mí mismo. Era una crisis existencial aterradora
en la que yo no tenía ninguna otra salida sino clamar a Dios. Él respondió rápido.
Pasó que en la Pascua de 1977 la extraordinaria película Jesús de Nazaret de
Franco Zeffirelli (todavía mi película cristiana favorita) estaba en la televisión. Yo
siempre había disfrutado películas de la Biblia, como Los Diez Mandamientos.
Ellos dieron a las personalidades bíblicas vida, y el elemento de drama (como
forma de arte) comunicó la vitalidad de la Cristiandad de una manera única y
3 “Jesus Freak”, con el perdón de los lectores e incluso de la persona de Dave, otro de tantos
inventos norteamericanos e ingleses para convencer a la gentes sobre la soberanía de Jesucristo
Nuestro Señor en nuestras vidas, pero cayendo en un sincretismo que raya con lo pagano y lo
vicioso. La persona de Jesús no necesita de tales espectáculos y doctrinas tan showbiz para ser
proclamado. (nota del traductor)
eficaz. Jesús, como fue retratado en esta película, dejó una impresión
extraordinaria en mí, y el tiempo no podría ser mejor. Él aparecía como el último
anticonformista que me apelaba.
Yo me maravillé de la manera como Él trató a las personas, y te daba la
sensación de cosas que tu nunca pudieras esperar de lo que Él diría o haría - -
siempre algo con una visión o impacto incomparables. Yo empecé a comprender,
con la ayuda de mi hermano, el razón del evangelio por primera vez: lo qué la
Cruz y la Pasión significaban, y algunos de los puntos básicos de teología y
soteriología (la Teología de Salvación) que yo nunca hubiera pensado antes.
También aprendí que ese Jesús no sólo era el Hijo de Dios, sino Dios el Hijo, la
Segunda Persona del Trinidad algo que, increíblemente, yo no había oído
previamente, o simplemente no comprendí si yo lo hubiera oído. Yo empecé a leer
en seriamente por primera en mi vida vez la Biblia (la traducción de la Biblia
Viviente que es la paráfrasis más informal).
Era la combinación de mi depresión y conocimiento nuevo de la Cristiandad que
causó mi decisión de seguir a Jesús como mi Señor y Salvador de una forma
mucho más seria, en julio de 1977 lo que yo todavía consideraría una "conversión
a Cristo", y lo que la visión evangélica como la experiencia "el nuevo nacimiento" o
de "salvos." Yo continúo viendo esto como un paso espiritual válido e
indispensable, aunque, como católico, yo habría, claro, de interpretarlo de una
manera algo distinta de la que yo tenía anteriormente. A pesar de mi estallido
inicial de celo, yo me conformé de nuevo en la tibieza durante tres años hasta
agosto de 1980, cuando yo rendí mi ser entero finalmente a Dios, y experimenté
una "renovación" profunda en mi vida espiritual.
A lo largo de los años ochenta yo asistí a Iglesias luteranas, a las “Asamblea de
Dios"4 , y a sectas no denominacionales con fuertes conexiones con el "Jesús
Movement", caracterizadas por la juventud, la espontaneidad de culto, música
contemporánea, y el compañerismo caluroso. Muchos de mis amigos eran
antiguos Católicos (apostatas)5. Yo supe poco de Catolicismo hasta los inicios de
la década de 1980. Yo lo consideraba como una "denominación" exótica, austera,
e innecesariamente ritualistica que no tenía mucho atractivo para mí. Yo no estaba
atraído por naturaleza a la liturgia, y no creía en absoluto en los sacramentos,
aunque yo siempre tenía gran reverencia para la “Cena del Señor” y creí que algo
real se impartía en ella.
Por otro lado, yo nunca fui públicamente anticatólico. Habiendo tenido parte activo
en trabajos apologéticos anticultos (especializando en russelismo o testigos de
Jehová), yo comprendí rápidamente que el Catolicismo era completamente
4 Grupo sectario pentecostal. Es considerado en toda Europa como secta peligrosa y es prohibido
en Rusia. John Ashcroft pertenece a esta secta y su nombramiento como Fiscal General de EEUU
causó gran conmoción en los medios (en el Tercer Mundo no, ¿porqué?)
5 Sin más ni más. Este fenómeno se está dando mucho en América Latina, pues no hay educación al respecto de las sectas pentecostales. Se hacen llamar así mismos como cristianos aún en mella
de la verdadera Fe Universal en Jesucristo.
diferente de los cultos, en eso de que tenía “doctrinas centrales” correctas, como
la de la Trinidad y la Resurrección corporal de Cristo, así como una legitimidad
histórica admirable; totalmente cristiana, aunque inmensamente inferior al
evangelicalismo6.
Yo era, tu podrías decirlo, un típico evangélico de la especie que tenía cierto
interés teológico un poco mayor del promedio. Yo me hice familiar con las obras
de muchos de los “grandes”: C.S. Lewis, Francis Schaeffer, Josh McDowell, A.W.
Tozer, Billy Graham, Hal Lindsey, John Stott, Chuck Colson, la revista Christianity
Today, Keith Green y Ministerios “Last Days”, la Jesus People en Chicago y
revista Cornerstone, la hermandad Cristiana Inter.-Varsity (una organización
universitaria), así como la escena de la música cristiana: del todo, influencias
bastante beneficiosas como para no ser sentirse arrepentido del todo en absoluto.
Mi fuerte interés en la evangelización y la apologética me llevó a volverme, con el
permiso de mi iglesia, misionero en los campuses de la universidad durante cuatro
años. Yo también me involucré en el movimiento pro vida, y en la Operación
Rescate.
Se me hizo claro rápidamente que los rescatadores católicos eran tan
comprometidos a Cristo y piadosos como los evangélicos. En forma retrospectiva,
no hay ningún suplente para la extendidamente cerrada observancia de los
Católicos devotos. Yo me había encontrado con un sinnúmero de evangélicos que
exhibían lo que yo pensé era un camino serio con Cristo, pero raramente con la
intensidad como en la vida los Católicos. Yo empecé a hacerme amigo de mis
hermanos católicos de los Rescates, y a veces en la cárcel, incluso sacerdotes y
monjas. Aunque todavía escéptico teológicamente, mi admiración personal para
con los católicos ortodoxos despegó como un misil Tomahawk.
En el 1990 de enero yo empecé en un grupo de discusión ecuménico que yo
moderaba. Tres amigos católicos conocedores del movimiento del Rescate, John
McAlpine, Leno Poli, y Don McSween, empezaron a asistir. Sus reclamos para la
Iglesia, particularmente lo concerniente a la infalibilidad papal y conciliar, me
llevaron a zambullirme en un proyecto masivo de la investigación en ese asunto.
Yo creí que yo había encontrado muchos errores y contradicciones a lo largo de la
historia. Después yo comprendí, sin embargo, que mis muchos "ejemplos" no
entraron en la categoría de declaraciones infalibles ni siquiera, como lo definido
por el Concilio Vaticano de 1870. Yo también era un poco deshonesto porque yo
pasaría por alto hechos históricos que confirmaban fuertemente la posición
católica, como la aceptación temprana extendida de la Presencia Real, a
sabiendas la autoridad del Obispo, y la comunión de los santos.
6 (??????)
Entretanto, yo estaba leyendo libros exclusivamente católicos (y todos los tratados
cortos de las Respuestas Católicas7), con una mente abierta, y mi respeto y
entendimiento del Catolicismo crecieron por lo alto. Yo empecé
(providencialmente) con El Espíritu del Catolicismo por Karl Adam, un libro
demasiado extraordinario como para resumir adecuadamente aquí. Es, yo creo, un
libro casi perfecto sobre el Catolicismo como un mundo y un estilo de vida, sobre
todo porque una persona familiarizada con la teología católica básica. Yo leí los
libros de Christopher Dawson, un gran historiador cultural, Joan Andrews (una
heroína del movimiento del Rescate), y Thomas Merton, el famoso monje trapista,
todos los cuales me impresionaron sumamente.
Mis tres amigos de nuestro grupo de discusión continuaron respondiendo
serenamente a casi los centenares de preguntas mías. Yo estaba asombrado por
darme cuenta de que el Catolicismo parecía haber sido “bien pensado” - era un
maravilloso y complejo sistema de creencias consistente incomparable con
cualquier porción de evangelicalismo.
En este momento yo me puse tremendamente preocupado por la aceptación
protestante (y mi propia) aceptación libre y fácil de la contraconcepción. Yo vine a
creer, de acuerdo con la Iglesia que una vez uno considera el placer sexual como
un fin en sí mismo, entonces el llamado derecho al “aborto" no está lógicamente
lejos. Mis amigos evangélicos de pro de-vida podrían ser fácilmente la excepción,
pero el menos espiritualmente-dispuesto no habría hecho eso, como se ha
confirmado por completo por la revolución sexual en total auge desde que el uso
extendido de la Píldora empezó alrededor de 1960.
Una vez una pareja piensa de que ellos pueden frustrar el deseo de Dios en el
asunto de una posible concepción, entonces la noción de terminar un embarazo se
sigue por una cierta lógica diabólica desprovista de la guía espiritual de la Iglesia.
En esto, como en otras áreas tales como el divorcio, la Iglesia es el
innegablemente sabia y verdaderamente progresiva. G.K. Chesterton y Ronald
Knox, los grandes apologistas, ya pudieron ver los graffitis en la pared alrededor
de los años treinta.
Yo estaba absolutamente asustado por el hecho de que ningún cuerpo cristiano
había aceptado el anticoncepcionismo hasta que los anglicanos en 1930 lo
hicieron, y la inevitable progresión en las naciones del anticoncepcionismo al
aborto, como había sido mostrado irrefutablemente por el padre Paul Marx.
Finalmente, un libro intitulado La Enseñanza de "Humanae Vitae" por John Ford,
Germain Grisez, et al, me convenció de la distinción moral entre el
anticoncepcionismo y la Planificación de la Familia Natural y me puso al borde.
Yo acepté ahora una creencia muy "no-protestante", pero todavía incluso ni
siquiera soñaba con hacerme católico (qué es, claro, inconcebible para un
7 John Keating´s Catholic Answers. www.Catholic.com (debería haber una sección en español
<reclamo del traductor>)
evangélico). Todavía yo era la presa cayendo al principio de conversión
Chesterton - - ese que uno no puede ser justo con el Catolicismo sin empezar a
admirarlo y comenzar a convencerse de él.
Entretanto, mi esposa Judy que fue educada como católica y se volvió protestante
antes de que nosotros nos conociéramos, también se había convencido
independientemente de la equivocación del anticoncepcionismo. Ella se devolvió a
la Iglesia el día en que yo fui recibido. ¡Que linda es la unidad! Entonces, en julio
de 1990, yo ya estaba convencido de que el Catolicismo tenía la mejor teología
moral que la de cualquier otro cuerpo cristiano, y grandemente respeté su sentido
de comunidad, devoción, y contemplación.
La teología moral y los elementos místicos intangibles empezaron a danzar el
baile de la conversión para mí, y cada vez más se arraigaban profundamente
dentro de mi alma; más allá de, pero no opuestos, a los cálculos racionales de mi
mente - - lo qué el Cardenal Newman8 llamó " El Sentido Ilativo”.
Mi amigo católico, John, cansado de mi lata constante sobre los errores católicos y
de adiciones a través de los siglos, sugirió que yo leyera el Ensayo sobre el
Desarrollo de Doctrina Cristiana del Cardenal Newman. Este libro demolió
completamente el esquema entero de historia de la Iglesia que yo había
construido. Yo pensé, típicamente, esa Cristiandad temprana era protestante y ese
Catolicismo era una corrupción tardía (aunque yo colocaba el derrumbamiento en
la tardía Edad media en vez del tiempo usual de Constantino en el siglo IV).
Martín Lutero, yo reconocía, había descubierto en Sola Scriptura los medios para
limpiar los percebes católicos acumulados en la originalmente limpia e inmaculada
nave cristiana. Newman, en contraste, explotó la noción de una nave sin percebes.
Las naves siempre tienen percebes. La pregunta real era si la nave llegaría a su
destino. La Tradición, para Newman, era como un timón y un volante, y era
completamente necesaria para la guía y dirección. Como una carta de navegación.
Newman demostró las características de los verdaderos desarrollos
brillantemente, como opuesto a las corrupciones, dentro de la Iglesia visible e
históricamente instituida por Cristo. Yo me encontré incapaz y sin voluntad de
refutar su razonamiento, y un pedazo crucial del enigma se había puesto en el
lugar - - la Tradición era ahora creíble y evidente a mí.
Así empezó lo que de alguna forma se llamaba un "cambio del paradigma."
Mientras leía el Ensayo yo experimenté un peculiar, intenso, e inexpresablemente
sentimiento místico de reverencia para la idea de una Iglesia "Una, Santo, Católica
y Apostólica." El Catolicismo era ahora pensable y yo caí de repente en una crisis
intensa. Yo creía ahora en la Iglesia visible y sospechaba de que también era
8 El Venerable John Henry Newman, escritor inglés. Campeón del Catolicismo en Inglaterra.
Cardenal de la Iglesia en 1877. Su motto cardenalicio: Ex umbris et Imanigibus ad Veritatem (De
las sombras y las imágenes a la Luz que da la Verdad)
infalible. Una vez yo acepté la eclesiología católica, la teología siguió su curso
como un asunto, y yo la acepté sin dificultad (incluso las doctrinas Marianas).
Mis amigos católicos habían estado cultivando las tierras rocosas de mi voluntad y
mi mente tan tercas durante casi un año, mientras plantaban las “Semillas
Católicas”, que ahora rápidamente tomaron raíz y crecieron, para su gran
sorpresa. ¡Yo había luchado lo más duro justamente antes de leer a Newman, en
un esfuerzo desesperado por salvar mi Protestantismo, tanto como un hombre
ahogándose sólo antes de que él sucumba! Yo continué la lectura, mientras
intentaba activamente ahora persuadirse totalmente del Catolicismo, pasando por
la autobiografía de Newman, el libro de Tom Howard El Evangelicalismo no es
suficiente, que me ayudó a apreciar al genio de la liturgia por vez primera, y dos
libros de Chesterton9 acerca del Catolicismo.
Más o menos en este tiempo yo tuve una conversación con un viejo amigo, Al
Kresta que también había sido mi pastor durante unos años y cuyas opiniones
teológicas yo tenía en muy alta consideración. Yo admití ante él que yo estaba
tremendamente en problemas con ciertos elementos de Protestantismo, y podría,
quizás (pero era una noción improbable) estar pensando en volverme Católico.
Para mi asombro, él me dijo que él también, estaba yéndose en la misma
dirección, citando, en particular, el problema que la formulación y declaración del
Canon de la Escritura tienen para las protestantes y su premisa de "Sólo Biblia".
Estos tipos de eventos raros "confirmados" ayudaron a crear un sentimiento fuerte
de que algo extraño simplemente estaba siguiéndose durante el período
desconcertante antes de mi total conversión. Al estaba en tal crisis teológica
(como estaba yo), que él renunció a su pastoral a los dos meses de nuestra
conversación.
También en este momento yo tuve el gran privilegio de encontrarme con el padre
John Hardon, el eminente catequista jesuita, y empecé asistiendo a sus clases
informales sobre la espiritualidad. Esto me dio la oportunidad de aprender
personalmente de un sacerdote católico autoritativo, que también es un hombre
deleitable y humilde. Después de siete semanas del tiempo de cuestionar mi
sanidad alternadamente y llegar a nuevas cúspides de inmenso descubrimiento, el
último soplo de muerte vino justo en la forma que yo había estado sospechado. Yo
supe que si yo debía rechazar el Protestantismo, entonces yo tenía que examinar
sus raíces históricas: la autodenominada Reforma protestante. Yo había leído
previamente algún material acerca de Martín Lutero, y lo consideré uno de mis
héroes más grandes. Yo acepté el mito normal de Lutero como el intrépido, el
rebelde virtuoso contra la oscuridad de la tiranía católica y la superstición añadida
a la “Temprana Cristiandad”.
9 Gilbert Keith Chesterton (1874-1936), escritor inglés, nacido en Londres. Aunque al principio su
filosofía fue liberal, acabó siendo un conservador y fundó un diario para exponer sus opiniones con
su amigo el escritor Hilaire Belloc, también conservador. El estilo brillante, vigoroso y agudo de
Chesterton le hizo muy famoso. Aunque no se convirtió al catolicismo hasta 1922, casi todas sus
obras lo defienden, al igual que la ortodoxia en general. (Tomado de MS Encarta 2003).
Pero cuando yo estudié una gran porción del libro biográfico de seis volúmenes
sobre Martín Lutero, Luther, del jesuita alemán Hartmann Grisar mi opinión de
Lutero fue puesta patas arriba. Grisar me convenció de que los principios
fundamentales de la Revolución protestante eran en total débiles. Yo siempre
había rechazado las nociones de Lutero sobre la predestinación absoluta y la
depravación total de humanidad. Ahora yo comprendí que si el hombre tuviera un
libre albedrío, él no tenía porque ser declarado virtuoso meramente en un sentido
judicial, abstracto, pero podría participar activamente en su redención y realmente
podría hacerse virtuoso por la Gracia de Dios. Éste, de alguna forma, es el debate
clásico sobre la Justificación.
Yo aprendí muchos hechos desfavorablemente perturbadores acerca de Lutero;
por ejemplo, su metodología existencial sumamente subjetiva, su desdén para la
razón y el precedente histórico, y su intolerancia dictatorial hacia los puntos de
vista contrarios, incluyendo aquéllos provenientes de sus compañeros
protestantes10. Éstos y otros descubrimientos me estaban aturdiendo, y me
convenció más allá de toda duda de que él realmente no era un "reformador" de la
Iglesia "pura" y pre-Nicena, sino mejor un revolucionario que creó una nueva
teología en muchos, aunque no todos, los aspectos. El mito fue aniquilado.
Ahora yo estaba "escéptico" con el concepto protestante común de la iglesia
invisible, "redescubierta." Al final, mi amor innato por la historia jugó una parte
crucial en mi abandono del Protestantismo, que tiende a prestar muy poca
atención a la historia (como de hecho es necesario para retener cualquier nivel de
verdad plausible en contra del Catolicismo).
A estas alturas, se volvió, en mi opinión, un deber moral e intelectual el abandonar
el Protestantismo en su forma evangélica. Aún no era fácil. Los viejos hábitos y
percepciones mueren difícilmente, pero yo me negué a permitir que los
sentimientos y prejuicios interfirieran con el proceso maravilloso de iluminación en
el que predominó la gracia de Dios. Yo esperé expectante el último ímpetu para
rendirme totalmente. El curso imprevisible de conversión llegó a su culminación el
6 de diciembre de 1990, mientras yo estaba leyendo la meditación del Cardenal
Newman sobre “La Esperanza en Dios Creador" y en un momento comprendí de
forma resuelta que yo ya debía de oponer resistencia alguna a la Iglesia Católica.
Al final, como en la mayoría de las experiencias de los conversos, un miedo
heladísimo toma su lugar, similar a los de los temblores de ante del matrimonio.
En un momento, este último obstáculo desapareció, y una paz emocional y
teológicamente tangible prevaleció.
10 Entre otras cosas, mandó a quemar anabaptistas y a su líder Thomas Müntzer y a colgarlos de
los capiteles de los templos (¿?). Escribió un manual sobre como hacer una Noche de los Cristales
Rotos y genocidios. 400 años después su hijo espiritual lo hizo en Alemania. Abandonó a los
campesinos y se unió al Estado (Tomado de My Beliefs de Hermman Hesse) (Nota del traductor,
quien también lo consideraba un héroe).
En los siguientes tres años desde mi conversión, han ocurrido algunas cosas
asombrosas en nuestro círculo de amigos (yo no reclamo crédito para mi en éstos
casos, tal vez una influencia pequeña, sino, la forma tan maravillosa en que Dios
mueve los corazones de las gentes). Cuatro personas se han devuelto a la Iglesia
de su niñez y tres, como yo, nos hemos convertido del protestantismo de toda la
vida. Éstos incluyen a mi anterior pastor, Al y su esposa, Sally, uno de mis más
buenos amigos y compañero frecuente en la comunidad evangélica y su esposa
Lori; el amigo de toda la vida de Dan, Joe Polgar quien había estado virtualmente
en el paganismo por unos años; otro amigo, Terri Navarra, y la hija de un amigo,
Tom McGlynn, Jennifer. Adicionalmente, otra pareja que nosotros conocemos se
habían convertido a la Ortodoxia Oriental, un segundo está pensando en serio
sobre el mismo hecho, y una tercera pareja puede convertirse al Catolicismo. No
es necesario decir, que muchos de nuestros amigos protestantes ven estos
sucesos con trepidación enmudecida. ¡Uno de mis anteriores pastores, en el
encuentro más acalorado que tuve desde que mi conversión, me llamó "blasfemo"
porque yo creí que había más en la Tradición Cristiana que simplemente lo que es
contenido en la Biblia! ¡Otro amigo buen que es un ministro bautista dice que
aunque yo había cometido un error terrible, yo todavía estoy salvo debido a su
creencia en la seguridad eterna! Después de todo, agradecidamente a Dios, ha
sido una experiencia bastante suave entre nuestros amigos protestantes
evangélicos. Muchos ignoran nuestro Catolicismo del todo.
Yo creo que todos los Católicos pueden compartir estas experiencias que
experimenté que he estado describiendo, en el sentido que cada nuevo
descubrimiento de alguna verdad católica es igualmente estimulante. A medida en
que todos nosotros crezcamos en nuestra fe, alegrémonos en los abundantes
manantiales de deleite, así como en los tiempos instructivos de sufrimiento que
Dios nos provee en su Cuerpo, totalmente manifestado en la Iglesia Católica. Yo
me siento muy en casa en ella, tanto como podría esperarse en este lado de cielo. |
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Sergio Ceceña Veterano
Registrado: 02 Oct 2005 Mensajes: 2016 Ubicación: México
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Mie Oct 12, 2005 9:36 pm Asunto:
150 Razones por las que soy Católico
Tema: Mi odisea del evangelicalismo al catolicismo |
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Por Dave Armstrong
150 Razones por las que soy Católico
Presentando 300 evidencias bíblicas que favorecen al Catolicismo
1. La Mejor: Estoy convencido de que la Iglesia Católica se adhiere mucho más íntimamente a toda la información bíblica, ofrece el único panorama coherente de la historia del Cristianismo (como la Tradición Cristiana y Apostólica) y que posee la más profunda y sublime moralidad, espiritualidad, ética social y filosofía cristiana.
2. Razón alternativa: Soy católico porque sinceramente creo que, por virtud de tanta evidencia acumulativa, el Catolicismo es verdadero, y que la Iglesia Católica es la Iglesia visible que Jesús divinamente estableció, en la cuál ni los poderes del infierno podrán prevalecer (Mt 16:18), por tanto, posee una autoridad a la cual, como obligación cristiana, debo someterme.
3. Segunda alternativa: Abandoné el Protestantismo porque estaba seriamente defectuoso en su interpretación de la Biblia (como “sola fe” y muchas otras doctrinas “católicas” –ver evidencias más abajo), inconsistentemente selectivo en sus varias ideas de Tradiciones católicas (como el Canon de la Biblia); era inadecuado en su eclesiología, le faltaba un panorama sensible de historia cristiana (como “Sola Escritura”), su relatividad moral (como en la contracepción, divorcio), y antibíblicamente cismático, anarquista y relativista. No creo que el Protestantismo sea tan malo sino que estos son algunos de los defectos principales que eventualmente vi como algo fatal a la “teoría” del Protestantismo, comparándolo con el Catolicismo. Todo católico debe considerar como cristianos a todos los Protestantes bautizados, nicenos y calcedonios.
4. El Catolicismo no está formalmente dividido ni es sectario (Jn 17:20-23; Rom 16:17; 1 Cor 1:10-13).
5. La unidad Católica hace que el Cristianismo y Jesús sean creíbles para el mundo (Jn 17:23).
6. A causa de su visión completamente cristiana y sobrenatural, el Catolicismo mitiga la secularización y el humanismo.
7. El Catolicismo evita el individualismo antibíblico que debilita a la comunidad cristiana (ver 1 Cor 12:25-26).
8. El Catolicismo evita el relativismo teológico por medio de la certitud dogmática y la centralidad del papado.
9. El Catolicismo evita la anarquía eclesiástica –uno simplemente no puede brincarse de una denominación a otra cuando se lleva a cabo alguna medida disciplinaria o censura.
10. El Catolicismo formalmente (aunque, tristemente, no siempre en la práctica) previene el relativismo teológico que conduce a las incertidumbres de los laicos dentro del sistema Protestante
11. El Catolicismo rechaza “La Iglesia de Estado”, lo que ha conducido a que los gobiernos dominen el Cristianismo en lugar de que sea al revés.
12. Las Iglesias de Estado Protestantes influyeron grandemente el inicio del nacionalismo lo que vino a mitigar la igualdad universal y el universalismo cristiano (como el Catolicismo)
13. El Cristianismo católico unido (antes del siglo 16) no había sido invadido por las trágicas guerras religiosas las que a su vez condujeron a la “Iluminación” en donde el hombre rechazaba la hipocresía de las guerras que se daban dentro del Cristianismo y decidieron en ser indiferentes a la religión en vez de que la permitieran guiar sus vidas.
14. El Catolicismo mantiene los elementos del misterio (religioso), lo sobrenatural y sagrado que hay en el Cristianismo; por tanto, se opone a sí mismo al secularismo donde el campo de lo religioso en la vida de todos es grandemente limitado.
15. El individualismo Protestante condujo a que el Cristianismo fuera algo privado. A causa de ello el Cristianismo es respetado muy poco tanto en la vida social como política dejando el “campo público” vacío de la influencia cristiana.
16. La falsa dicotomía secular “iglesia contra el mundo” ha conducido a ortodoxos cristianos, en todas partes, a alejarse del campo político, dejando un vacío que se llena de gente pagana, cínica, sin escrúpulos y sedientas de poder. El Catolicismo ofrece un enmarque para dirigirse con responsabilidad cívica al estado.
17. El Protestantismo se inclina demasiado a tradiciones de hombres (cada denominación proviene de la visión de un fundador. Tan pronto como dos o más de éstos se contradicen entre sí, el error se hace necesariamente presente).
18. Las iglesias Protestantes, especialmente evangélicas, son frecuentemente culpables de colocar muy alto a sus pastores. En efecto, cada pastor se convierte en un “papa” en hasta ciertos grados (algunos son “súper papas”). A causa de esto, las congregaciones evangélicas experimentan muy frecuentemente una crisis o separación cuando el pastor se aleja de allí lo que prueba que la filosofía de ellos está centrada en el hombre en lugar de estar centrada en Dios.
19. Dado a una falta de verdadera autoridad y de una estructura dogmática, el Protestantismo está trágicamente vulnerable al espíritu de los tiempos y a lo que está de moda en cuestiones morales.
20. El Catolicismo retiene la sucesión apostólica, que es necesaria para conocer cual es la verdadera Tradición apostólica cristiana. La sucesión apostólica era el criterio para conocer la verdad cristiana que fue usada por los primeros cristianos.
21. Muchos Protestantes tienen una visión muy limitada de la historia cristiana en general, especialmente de los años 313 (la conversión de Constantino) a 1517 (el arribo de Martín Lutero). Esta ignorancia y hostilidad hacia la Tradición Católica conduce al relativismo teológico, al anticatolicismo y a un constante e innecesario proceso de “reinventar la historia.”
22. Desde su nacimiento, el Protestantismo era anticatólico y aún lo es hoy día (especialmente el evangelicalismo). Obviamente esto no está bien y tampoco es bíblico si el Catolicismo en efecto es cristiano (porque si no lo es –lógicamente- tampoco lo es el Protestantismo que heredó del Catolicismo el volumen de su teología). La Iglesia Católica, por otro lado, no es antiprotestante.
23. La Iglesia Católica acepta la autoridad de los grandes Concilios Ecuménicos (ver, por ejemplo, Hechos 15) que definieron y desarrollaron la doctrina cristiana (mucho de lo que el Protestantismo también acepta).
24. La mayoría de los Protestantes no tienen obispos, un oficio cristiano que es bíblico (1 Tim 3:1-2) y que ha existido desde el principio de la historia y Tradición cristiana.
25. El Protestantismo no tiene forma alguna de resolver asuntos doctrinales en carácter definitivo. Lo mejor pueden hacer es que el Protestante individual sólo puede hacer cuentas de cuántos eruditos Protestantes, comentadores, etc., toman ésta o aquélla postura con relación a la doctrina X, Y o Z. Entre ellos no existe ninguna tradición Protestante unificada
26. El Protestantismo apareció en 1517, en la historia del Cristianismo es algo tardío, por tanto, no puede ser ninguna “restauración del Cristianismo “puro” y “primitivo” ya que esto es excluido por el hecho de que es absurdamente tardío en su aparición. El Cristianismo debe tener una continuidad histórica o, de otra forma, no es Cristianismo. El Protestantismo, hablando histórica y doctrinalmente, es un “parásito” del Catolicismo.
27. La idea Protestante de “la iglesia invisible” es también una novedad en la historia del Cristianismo y ajena a la Biblia (Mt 5:14; 16:18), por tanto, esta idea es falsa.
28. Cuando los teólogos Protestantes se refieren al Cristianismo primitivo (como cuando refutan a las “sectas”), ellos dicen “la Iglesia enseñó que...” (ya que en ese entonces estaba unificada), pero cuando se refieren al tiempo presente, ellos instintivamente e inconsistentemente evitan tal terminología puesto que la autoridad universal para enseñar la doctrina reside sólo en la Iglesia Católica.
29. La norma Protestante de interpretación privada ha creado un medio social en donde, por lo regular, “sectas” centradas en el ser humano como los Testigos de Jehová, Mormones y Ciencia Cristiana han aparecido. La mismísima idea de que uno puede “empezar” una iglesia es desde su centro una idea Protestante.
30. La carencia una autoridad definitiva de enseñanza cristiana (como el Magisterio de la Iglesia Católica) en el Protestantismo hace que muchos Protestantes individuales piensen que tienen una “línea de comunicación abierta” con Dios sin importarles toda la Tradición e historia cristiana de la exégesis bíblica (una mentalidad de “la Biblia, el Espíritu Santo y yo”). Tal tipo de gente es, teológicamente, mal educada, incapaz de aprender, les falta humildad y no tienen motivo alguno para hacer presuntas declaraciones “infalibles” sobre la naturaleza del Cristianismo.
31. Las “técnicas” de evangelización” del evangelicalismo son frecuentemente maniobras y manipulaciones; verdaderamente no son estas “técnicas” derivadas de la Biblia. Algunas, hasta cierto grado, parecen lavados de cerebro.
32. El evangelio predicado por muchos evangélicos y ministros Protestantes es uno que está mutilado y abreviado; es individualista placentero al oído. Es, en efecto, una simple “aseguran Saa contra el fuego” más bien que el Evangelio bíblico proclamado por los Apóstoles.
33. El evangelicalismo frecuentemente separa el profundo y transformador arrepentimiento y discipulado radical de su mensaje del Evangelio.
34. La ausencia en el Protestantismo de la idea del sometimiento a la autoridad espiritual se ha estado infiltrando al campo cívico, donde las ideas de “libertad”, “derechos” y “opciones” personales ahora predominan hasta cierto grado que se ha desatendido la obligación cívica, vida comunitaria y disciplina con una trágica negligencia para el daño de una sociedad saludable.
35. El Catolicismo mantiene el sentido de lo sagrado, lo sublime, lo santo y hermoso en la espiritualidad. Se han preservado las ideas de altar y “espacios sagrados” . Muchas iglesias Protestantes no son mas que edificios estructurados como “salas de reuniones”, “gimnasios” o “graneros”. La mayoría de los hogares Protestantes están más estéticamente formados que sus propias iglesias. De la misma manera, los Protestantes son frecuentemente “adictos a la mediocridad” en su valoración al arte, música, arquitectura, drama, imaginación, etc.
36. El Protestantismo ha descuidado grandemente el lugar de la liturgia en el culto de adoración (con claras excepciones en el Anglicanismo y Luteranismo). Esta es la forma que los cristianos han adorado a través de los siglos y, por tanto, no puede ser fácilmente ignorado.
37. El Protestantismo tiende en oponer materia y espíritu, favoreciendo a éste último: sobre esto, es de alguna forma gnóstico o docético.
38. El Catolicismo mantiene el principio de la Encarnación, donde Jesús toma carne y eleva a la carne y materia a nuevos horizontes espirituales.
39. El Protestantismo limita grandemente, o no cree, en el sacramentalismo, que es, simplemente, la extensión del principio de la Encarnación y la creencia de que la materia puede transmitir la gracia. Algunas sectas (como los Bautistas y muchos Pentecostales) rechazan todos los sacramentos.
40. La excesiva desconfianza de los Protestantes respecto a la carne (“carnalidad”) frecuentemente conduce a (en el evangelicalismo o fundamentalismos) a un absurdo legalismo (prohibición de bailes, bebidas, naipes, música "rock", etc.)
41. Muchos Protestantes tienden en separar la vida en categorías; “espirituales” y “carnales”, como si Dios no fuera Señor de todo en lo que hay vida. A ellos se les olvida que todos los esfuerzos que no son pecadores son, a final de cuentas, espirituales.
42. El Protestantismo ha removido a la Eucaristía del centro y enfoque de los servicios de adoración cristiano. Algunos Protestantes observan la Eucaristía cada mes o cada tres meses. Esto va en contra de la Tradición de la Iglesia Primitiva.
43. La mayoría de los Protestantes consideran a la Eucaristía como un símbolo. Esto es contrario a la Tradición Cristiana universal hasta el año 1517, y la Biblia (Mt 26:26-8; Jn 6:47-63; 1 Cor 10:14-22; 11:23-30), que han enseñado la Presencia Real (este es otro ejemplo de la antipatía a la materia).
44. Contrario a la Tradición Cristiana y a la Biblia, el Protestantismo tácitamente ha dejado de considerar al matrimonio como sacramento (Mt 19:4-5; 1 Cor 7:14,39; Ef 5:25-33).
45. Contrario a la Tradición Cristiana y a la Biblia, el Protestantismo ha abolido el sacerdocio (Mt 18:18) y el sacramento de la ordenación (Hchs 6:6; 14:22; 1 Tim 4:14; 2 Tim 1:6).
46. El Catolicismo mantiene la enseñanza Paulina de la eficacia espiritual de un clero célibe (ver Mt 19:12, 1 Cor 7:8,27,32-3).
47. Contrario a la Tradición Cristiana y a la Biblia, el Protestantismo ha rechazado el sacramento de la confirmación (Hchs 8:18, Heb 6:2-4).
48. Contrario a la Tradición Cristiana y a la Biblia, muchos Protestantes han negado el bautismo de infantes y de niños (Hchs 2:38-9; 16:15,33; 18:8; compare con 11:14; 1 Cor 1:16; Col 2:11-12). El Protestantismo se encuentra dividido en cinco campos sobre la cuestión del Bautismo.
49. Contrario a la Tradición Cristiana y a la Biblia, la gran mayoría de Protestantes niegan la regeneración bautismal (ver Mc 16:16; Jn 3:5; Hchs 2:38; 22:16; Rom 6:3-4; 1 Cor 6:11; Tito 3:5).
50. Contrario a la Tradición Cristiana y a la Biblia, los Protestantes han rechazado el sacramento de la unción de los enfermos (Extremaunción o “últimos sacramentos”) (ver Mc 6:13; 1 Cor 12:9,30; Stgo 5:14-15).
51. Contrario a la Tradición Cristiana y a la Biblia, el Protestantismo niega la indisolubilidad del matrimonio sacramental y permite el divorcio (Gen 2:24; Mal 2:14-16; Mt 5:32; 19:6,9; Mc 10:11-12; Lc 16:18; Rom 7:2-3; 1 Cor 7:10-14,39).
52. Contrario a la Tradición Cristiana y a la Biblia, el Protestantismo no cree que la propagación es el propósito y beneficio principal del matrimonio (no forma parte en los votos Protestantes como lo hace en los votos del matrimonio católico) (Gen 1:28; 28:3, Salmo 107:38; 127:3-5).
53. El Protestantismo aprueba la anticoncepción en desafío de la Tradición Cristiana universal (Católica, Ortodoxa y Protestante) hasta 1930 – cuando los Anglicanos empezaron a permitirla- y al hacer esto, también desafían a la Biblia (Gen 38:8-10; 41:52; Ex 23:25-6; Lev 26:9; Dt 7:14; Ruth 4:13; Lc 1:24-5). Hoy día, solamente el Catolicismo mantiene la antigua Tradición contra la mentalidad “anticonceptiva”.
54. Contrario a la Tradición Cristiana universal, hasta recientemente, (en algún tiempo del año 1930), y contrario a la Biblia, el Protestantismo, principalmente los liberales, ha aceptado el aborto como una opción moral. (Ver Ex 20:13; Job 31:15; Salmo 139:13-16; Is 44:2; 49:5; Jer 1:5; 2:34; Lc 1:15,41; Rom 13:9-10).
55. El Protestantismo (especialmente las denominaciones liberales) permiten clero femenino (en el anglicanismo permiten mujeres obispos) lo que es contrario a la Tradición Cristiana (incluyendo teología tradicional Protestante) y contrario a la Biblia (Mt 10:1-4; 1 Tim 2:11-15; 3:1-12; Tito 1:6).
56. Entre más y más, el Protestantismo está formalmente y oficialmente comprometiéndose con el feminismo radical que niega los lugares del hombre y la mujer que la Biblia les da (Gen 2:18-23; 1 Cor 11:3-10) y que ha sido mantenida por la Tradición Cristiana (con diferentes papeles pero la misma dignidad)
57. Contrario a la Tradición Cristiana y a la Biblia, el Protestantismo también está negando, con una frecuencia que aumenta cada ves más, el señorío del esposo en el matrimonio que esto está basado en la Trinidad (ver 1 Cor 11:3; Ef 5:22-33; Col 3:18-19; 1 Pedro 3:1-2). Esto también está basado en una relación de igualdad (1 Cor 11:11-12; Gal 3:28; Ef 5:21).
58. El Protestantismo liberal (principalmente entre los Anglicanos) ha ordenado como pastores a homosexuales activos y ha bendecido sus “matrimonios”; ha enseñado que la homosexualidad es meramente un estilo de vida “alternativo” e involuntario. Esto es contrario a la Tradición Cristiana universal tal y como lo enseña la Biblia (Gen 19:4-25; Rom 1:18-27; 1 Cor 6:9). El Catolicismo mantiene una firme moralidad tradicional.
59. El Protestantismo liberal y el evangelicalismo, entre más y más, han aceptado métodos “del alto criticismo” en la interpretación de la Biblia que ha conducido a la tradicional reverencia Cristiana de la Escritura y la rebaja al grado de un documento humano y falible en daño a su esencia divina e infalible.
60. Muchos Protestantes liberales han desechado muchas doctrinas fundamentales del Cristianismo como la Encarnación, la Resurrección corporal de Cristo, la Trinidad, Pecado Original, infierno, la existencia del diablo, milagros, etc.
61. Anteriormente los fundadores del Protestantismo negaron (y hoy los Calvinistas niegan) la realidad del libre albedrío humano (el libro favorito de Lutero era su propio libro titulado Bondage of the Will – Esclavitud de la voluntad). Esto es contrario a la constante enseñanza de la Biblia, Tradición Cristiana y al sentido común.
62. El Protestantismo clásico tiene una visión deficiente respecto a la caída del hombre (Pecado Original) creyendo que el resultado fue una “total corrupción”. De acuerdo con Lutero, Zwinglio y Calvino, el ser humano sólo podía hacer el mal y que no tenía libertad de voluntad para hacer el bien, por tanto, ahora tiene una “naturaleza de pecado”. El Catolicismo, por otro lado, cree que, en una forma misteriosa, el ser humano coopera con la gracia de Dios que es lo que siempre precede toda buena acción. En el Catolicismo, la naturaleza del hombre aún mantiene mucho que tiene a bien, aunque está propenso a pecar (“concupiscencia”).
63. El Protestantismo clásico, especialmente el Calvinismo, hace a Dios el autor del mal. De acuerdo con esto, Dios supuestamente conduce al hombre a que haga el mal y que viole sus preceptos sin que tenga la libertad para evitarlo. Esto es blasfemo y convierte a Dios en un demonio.
64. Con lo anterior (el hombre no tiene libre albedrío), en el protestantismo clásico, y en la enseñanza Calvinista, Dios predestina al hombre a condenarse en el infierno, sin que el hombre nada pueda hacer, sea bueno, o sea malo.
65. El Protestantismo clásico, y el Calvinismo, falsamente enseña que Jesús murió sólo por los elegidos (los que van a ir al cielo).
66. Dado a su falsa noción del Pecado Original, el Protestantismo clásico (especialmente Lutero), y el Calvinismo, niegan la eficacia y la capacidad de la razón humana para que hasta cierto grado conozca a Dios (ambas partes están de acuerdo que la revelación y la gracia son también necesarias), y que la razón se opone a Dios y a la fe; esto es contrario a la Tradición Cristiana y a la Biblia (Mc 12:28; Lc 10:27; Jn 20:24-9; Hchs 1:3; 17:2,17,22-34; 19:8). Hoy día los mejores apologistas Protestantes simplemente recurren a la heredad Católica de Santo Tomás de Aquino, San Agustín y muchos otros grandes pensadores.
67. El Protestantismo Pentecostal o carismático pone un gran énfasis en la experiencia religiosa sin balancearla adecuadamente con la razón, la Biblia y la Tradición (incluyendo la autoridad de la Iglesia para pronunciar sobre la validez de “revelaciones privadas”)
68. Otros Protestantes (muchos Bautistas por ejemplo) niegan que los dones espirituales están hoy día presentes (supuestamente terminaron con los Apóstoles).
69. El Protestantismo tiene contradictorias ideas de lo que es el gobierno eclesial, o eclesiología (episcopal, presbiterial, congregacional o ninguna autoridad), por tanto es imposible la disciplina, la unidad y el orden. Algunas sectas llegan a declarar que tienen “apóstoles” o “profetas” entre ellos, con todos los abusos de la autoridad que resulta de esto.
70. El Protestantismo (esp. evangelicalismo) tiene una desmedida fascinación por “el fin del mundo” y esto ha conducido a creaciones de antibíblicas cronologías que predicen a dicho fin (Mt 24:30-44; 25:13; Lc 12:39-40) creando, también, mucha tragedia humana entre aquellos que creen y se adhieren a tales falsa profecías.
71. El gran énfasis del evangelicalismo sobre el “inminente” fin del mundo ha creado, con mucha frecuencia, una mentalidad de descuido, que ha resultado dañoso para las sensibilidades sociales, políticas, éticas y económicas de aquí en la tierra.
72. El pensamiento Protestante tiene las características de ser "dichotomous," es decir, separa las ideas en campos más o menos exclusivos y mutuamente hostiles, cuando que, de hecho, muchas de las bifurcaciones son más bien complementarias que contradictorias. El Protestantismo adopta el “tomas esto o lo otro” mientras que el Catolicismo “toma esto y lo otro”. Siguen varios ejemplos:
73. El Protestantismo pone a la Palabra (Biblia, predicación) contra los sacramentos.
74. El Protestantismo acepta la devoción interior y está en contra de la Liturgia.
75. El Protestantismo opone culto espontáneo a oraciones formuladas.
76. El Protestantismo separa la Biblia de la Iglesia.
77. El Protestantismo crea una falsa dicotomía de Biblia contra Tradición.
78. El Protestantismo pone a la Tradición contra el Espíritu Santo.
79. El Protestantismo considera como contradictoria la autoridad eclesial y la libertad de conciencia.
80. El Protestantismo (esp. Lutero) coloca al Antiguo Testamento en contra del Nuevo Testamento aunque el mismo Jesús nunca hiciera esto (Mt 5:17-19; Mc 7:8-11; Lc 24:27,44; Jn 5:45-47).
81. Sobre estas mismas bases, que no son bíblicas, el Protestantismo opone la ley a la gracia.
82. El Protestantismo crea una falsa separación entre el simbolismo y la realidad sacramental (por Ej., Bautismo, Eucaristía).
83. El Protestantismo separa lo individual de la comunidad Cristiana. (1 Cor 12:14-27).
84. El Protestantismo confunde la veneración de los santos a la adoración de Dios. La teología Católica no permite la adoración a los santos en ninguna forma ya que está solamente dirigida a Dios. Se honra a los santos, pero no se les adora, solo al Dios Creador se le debe de adorar.
85. La antihistórica perspectiva de muchos Protestantes conduce a muchas personas a pensar que el Espíritu Santo les está hablando, pero, en efecto, El les había estado hablando a las multitudes de cristiano por 1500 años antes de que empezara el Protestantismo.
86. Fallas en las ideologías originales Protestantes han conducido, en reacción, a errores aún peores. Por ejemplo, la extrínseca justificación, ingeniada para asegurar la predominación de la gracia, llegó a prohibir cualquier señal exterior de su presencia (“fe contra obras”, "sola fide"). El Calvinismo, con su cruel dios, desilusionó al hombre hasta el grado de que se convirtieron en Unitarianos. Muchos fundadores de sectas de origen reciente empezaron como calvinistas (Testigos de Jehová, Ciencia Cristiana, etc.).
87. El evangelicalismo está inescrituralmente obsesionado (típicamente en la moda Norteamericana) con celebridades (tele evangelistas).
88. El evangelicalismo está obsesionado con la falsa idea de que grandes números en una congregación (o un rápido crecimiento) es señal de la presencia de Dios en una forma especial; como si fuera Su bendición excepcional. A ellos se les olvida que el Mormonismo también está creciendo a grandes pasos. Dios nos llama a la fidelidad más bien que al “éxito”; a la obediencia y no a estadísticas.
89. El evangelicalismo frecuentemente recalca el crecimiento de números más bien que el crecimiento individual de la fe.
90. El evangelicalismo, en el presente, está obsesionado con auto-suficiencia, auto-ayuda y, frecuentemente, con un patente egoísmo en lugar de la tradicional predicación sobre el sacrificio, sufrimiento y servicio Cristianos.
91. El evangelicalismo tiene una truncada e insuficiente visión del lugar que el sufrimiento tiene en la vida Cristiana. En vez de eso, están floreciendo movimientos como “salud y riqueza” y “pídelo y tómalo” dentro del Protestantismo pentecostal, lo cual tiene un panorama de posesiones que no están en armonía ni con la Biblia ni con la Tradición Cristiana.
92. El evangelicalismo ha adoptado una perspectiva mundana que es, en muchas formas, más capitalista que Cristiana. La riqueza y el logro personal se busca más que la santidad, y es considerado como prueba del favor de Dios, como con los Puritanos y el pensamiento secularizado que es puesto encima de las enseñanzas de la Biblia y el Cristianismo.
93. El evangelicalismo está cada vez más tolerando posturas izquierdistas extremas que no están de acuerdo con la visión Cristiana, especialmente en sus seminarios y escuelas.
94. El evangelicalismo está cada vez más tolerando heterodoxia y liberalismo teológicos hasta cierto grado que muchos líderes evangélicos se han alarmado y, esto, predice un decline de normas heterodoxias.
95. Grupos de “confesión positiva” en el evangelicalismo pentecostal han adoptado una idea de Dios como una “bolsa cósmica” que está a la disposición de los caprichos frívolos y deseos del momento. Esto niega la absoluta soberanía y la libertad de Dios en no escuchar oraciones impropias (Stgo. 4:3; 1 Jn 5:14).
96. Las sectas arriba mencionadas con frecuencia enseñan que cualquiera, con suficiente “fe” puede ser sanado, pero esto es contrario a la Tradición Cristiana y a la Biblia (como, por ejemplo, el “aguijón a mi carne “ de San Pablo”[1], que es considerado por muchos comentaristas Protestantes como una enfermedad).
97. El evangelicalismo, por sus propias auto-críticas, está terriblemente infectado por el pragmatismo, la falsa idea filosófica de que “cualquier cosa que funciona, es verdadera o correcta. El Evangelio, especialmente en la televisión, es vendido de la misma manera que son vendidas las hamburguesas de McDonalds; Rápido y en la comodidad de su hogar. La tecnología, la mercadotecnia masiva y habilidades de relaciones públicas han reemplazado grandemente el cuidado personal y pastoral para los marginados, los irreligiosos y los que están alejados de la Iglesia.
98. En el evangelicalismo el pecado es considerado, con mucha frecuencia, como un fallo psicológico o una carencia de auto-estima, en lugar de que se considere que verdaderamente es: una voluntaria rebelión contra Dios
99. El Protestantismo, en todos los elementos esenciales, simplemente toma “prestado” doctrinas de la Tradición Católica o, lo mismo, las distorsiona. Todas las doctrinas que tanto los Católicos como los Protestantes creen, son claramente de origen católico (Trinidad, Nacimiento Virginal, Resurrección, Segunda Venida, Canon de la Biblia, cielo, infierno, etc.) Aquéllas donde difiere el Protestantismo son usualmente distorsiones de los predecesores Católicos, por ejemplo, el Cuaquerismo es una variación del Pietismo católico. El Calvinismo es una obsesión con la doctrina Católica de la soberanía de Dios pero tomada más allá de lo que el Catolicismo ha enseñado (negación del libre albedrío, corrupción total, doble predestinación, etc.) Las dicotomías Protestantes, como fe contra las obras, provienen del nominalismo que era, a sí mismo, una forma corrupta del Escolasticismo que nunca fue dogmáticamente aprobado por la Iglesia Católica. Cualquier substancia o verdad que esté presente en cada idea Protestante es siempre derivada del Catolicismo, el cual es el cumplimiento de las más profundas y mejores aspiraciones dentro del Protestantismo.
100. Una de las bases fundamentales del Protestantismo es sola Scriptura- sólo la Escritura, que ni es bíblica (ver abajo), ni histórica (pues no existía antes del siglo 16), ni lógica.
101. La Biblia no contiene toda la enseñanza de Jesús, o del Cristianismo como muchos Protestantes creen (Mc 4:33; 6:34; Lc 24:15-16,25-27; Jn 16:12; 20:30; 21:25; Hchs 1:2-3).
102. Sola Scriptura es un abuso de la Biblia ya que es un uso de la Biblia que es contrario a su propio testimonio ya sea implícito o explícito y, también, es un abuso contra la Tradición. Una lectura objetiva de la Biblia conduce a uno a la Tradición y a la Iglesia Católica en vez de que sea lo opuesto. La Biblia, de hecho, es en sí misma una innegable Tradición Cristiana.
103. El NT al principio ni fue escrito ni fue recibido como la Biblia sino que sucedió gradualmente (los primeros Cristianos no pudieron haber creído en sola Scriptura como lo hace el Protestantismo, al menos que se refieran solamente al AT).
104. La tradición no es una mala sección en la Biblia. La palabra griega paradosis se refiere a algo que es transmitido de una persona a otra (sea bueno o malo). De la Tradición buena (Cristiana) se habla en 1 Cor 11:2; 2 Tes 2:15, 3:6, y en Col 2:8. En esta última se contrasta con las tradiciones de los hombres.
105. la Tradición Cristiana, de acuerdo a la Biblia, puede ser oral o escrita (2 Tes 2:15; 2 Tim 1:13-14; 2:2). San Pablo no hace distinción cualitativa entre las dos formas.
106. Las frases “Palabra de Dios” o “Palabra del Señor” en Hechos y las epístolas casi siempre se refieren a la predicación oral, no a la misma Biblia. Mucho de la Biblia fue originalmente oral (por Ej., toda la enseñanza de Cristo –pues El nada escribió- el sermón de San Pedro en el día de Pentecostés, etc.)
107. Contrario a muchas declaraciones Protestantes, Jesús no condenó todas las tradiciones, tampoco San Pablo lo hizo. Es en Mt 15:3,6; Mt 7:8-9,13, donde el Señor condena únicamente la tradición corrupta de los fariseos.
108. La palabra griega paradidomi, o “entregar” la Tradición Apostólica ocurre en Lc 1:1-2; Rom 6:17; 1 Cor 11:23; 15:3; 2 Pedro 2:21; Judas 3. Paralambano, o "recibir” la Tradición Cristiana ocurre en 1 Cor 15:1-2; Gal. 1:9,12; 1 Tes 2:13.
109. Los conceptos de “Tradición,” “Evangelio,” “Palabra de Dios,” “doctrina,” y “la Fe” son esencialmente sinónimos y todos son predominantemente orales. Por ejemplo en las epístolas a los Tesalonicenses San Pablo usas tres de estos conceptos intercambiablemente (2 Tes 2:15; 3:6; 1 Tes 2:9,13 (Cf. Gal 1:9; Hchs 8:14). Si Tradición es una mala palabra, ¡también lo es “evangelio” y “palabra de Dios”!
110. En 1 Tim 3:15, San Pablo coloca a la Iglesia sobre la Biblia como fundamento de la verdad tal y como se hace en el Catolicismo.
111. El “texto prueba” principal del Protestantismo para sola Scriptura, 2 Tim 3:16, fracasa ya que dice que la Biblia es útil, pero no suficiente, para aprendizaje o justificación. El Catolicismo está de acuerdo que la Biblia es admirable para estos propósitos, pero no en una forma exclusiva como en el Protestantismo. También, cuando San Pablo aquí habla de la “Escritura”, el NT todavía no existía (no existió por más de 300 años más) así que él sólo se estaba refiriendo al AT. Esto significaría que el NT no era necesario como única regla de fe, ¡si es que sola Scriptura es cierto y si fue supuestamente aludida en este versículo!
112. Siendo verdaderos los 11 factores de arriba, el Catolicismo mantiene que toda su Tradición es consistente con la Biblia, aún donde la Biblia es silenciosa o donde meramente es implícita en un tema. Para el Catolicismo cada doctrina no tiene que ser encontrada principalmente en la Biblia, pues esta es la postura Protestante de sola Scriptura. Por otro lado, la mayoría de los teólogos Católicos declaran que todas las doctrinas católicas pueden ser encontradas, de alguna forma, en la Biblia, ya sea en forma de semilla o por derivación.
113. Como han señalado eruditos evangélicos, una postura extrema de la doctrina de sola Scriptura puede convertirse en “bibliolatría” ; una adoración de la Biblia en lugar de a Dios quien es su Autor. Esta mentalidad es parecida a la visión Musulmana de la Revelación, donde ningún elemento para nada fue involucrado. La Sola Scriptura, correctamente entendida desde una perspectiva Protestante más sofisticada, significa que la Biblia es la autoridad final en el Cristianismo y no el registro de todo lo que Dios ha dicho y hecho como muchos evangélicos creen.
114. El Cristianismo es inevitable e intrínsicamente histórico. Todos los eventos de Jesús (Encarnación, Crucifixión, Resurrección, Ascensión, etc.) son históricos igualmente con la predicación de los Apóstoles- la Tradición, entonces, es inevitable contrariamente a las numerosas reclamaciones Protestantes que dicen que sola Scriptura aniquila a la Tradición. Esto es cierto para grandes asuntos (eclesiología, trinitariansimo, justificación) y pequeños asuntos (como los fondos eclesiásticos, tipo de música en la Liturgia, la duración de sermones, etc.) Cada negación de una tradición en particular incluye una desviación (ya sea oculta o abierta) hacia la propia tradición alternativa de uno (por ejemplo, si toda autoridad eclesial es despreciada, aún la autonomía o “tradición" individualista tiene que ser defendida, de alguna forma, como una perspectiva Cristiana).
115. Sola Scriptura, literalmente, no puede ser verdadera ya que, prácticamente hablando, para la mayoría de los Cristianos a través de la historia, no podían tener una copia de la Biblia pues la imprenta no existió sino hasta el siglo 15. La predicación y la Tradición oral, junto con otras cosas como prácticas devocionales, días de guardar, arquitectura y arte sagrado, fueron los principales transmisores del Evangelio por 1400 años. En todos estos siglos, sola Scriptura hubiera sido considerada como un absurdo abstracto e imposibilidad.
116. El Protestantismo dice que la Iglesia Católica ha “añadido a la Biblia.” La Iglesia Católica responde que ella solamente ha extraído las implicaciones de la Biblia (desarrollo de la doctrina), y que ha seguido el entendimiento de la Iglesia primitiva y dice que el Protestantismo ha “suprimido” largas porciones de la Biblia que sugieren posturas católicas. Cada lado piensa que el otro no es bíblico, pero en diferentes formas.
117. La Sola Scriptura es el “talón de Aquiles” del Protestantismo. Mientras existan múltiples interpretaciones, sola Scriptura no soluciona el problema de la autoridad y certidumbre. Si la Biblia fuera tan clara y explícita en el grado de que todos los Protestantes estuvieran de acuerdo por su lectura con una disposición de aceptar y seguir sus enseñanzas, esto sería una cosa, puesto que este no es el caso (la multiplicidad de denominaciones lo demuestra), sola Scriptura es solo un sueño. Sobre lo que los Protestantes están de acuerdo, es ¡que el Catolicismo es erróneo! De todas las doctrinas Protestantes, la “claridad” de la Biblia es seguramente la más absurda y demostrablemente falsa por el registro histórico.
118. Visto lo anterior de otra forma, tener una Biblia no hace que la interpretación de uno sea infalible. La interpretación es tan inevitable como la tradición. La Iglesia Católica, por tanto, es absolutamente necesaria para poder hablar autoritativamente y prevenir confusión, error y división.
119. El Catolicismo no considera a la Biblia como obscura, misteriosa e inaccesible sino que está vigilante para protegerla de toda exégesis arbitraria y aberrante (2 Pedro 1:20, 3:16). Las mejores tradiciones Protestantes buscan lo mismo, pero son inadecuadas e ineficientes ya que se encuentran fragmentados entre sí.
120. El Protestantismo tiene un gran problema con el Canon del NT. El proceso para determinar los libros exactos que constituyen el NT duró hasta el año 397 de nuestra era, cuando el Concilio de Cartago pronunció infaliblemente que la Biblia no se “autentifica en sí misma”, como cree el Protestantismo. Algunos Cristianos sinceros, devotos y con estudios dudaron la canonicidad de algunos libros que hoy tenemos en la Biblia. otras personas consideraban otros libros como Escritura pero no fueron incluidos en el Canos. San Atanasio, en el año 367, fue el primero en enumerar todos los 27 libros del NT como Escritura.
121. El Concilio de Cartago, al decidir el Canon de toda la Biblia en el año 397, incluyó los llamados libros “apócrifos” que los Protestantes sacaron de la Biblia. Antes del siglo 16 los Cristianos consideraban esos libros como Escritura y ni siquiera estaban separados de los otros libros, como hoy lo están en algunas Biblias Protestantes que los incluyen. El Protestantismo acepta la autoridad de este Concilio para el NT pero no la acepta para el AT. Es la misma forma que arbitraria o selectivamente acepta o niega otros decretos conciliares.
122. Contrario al mito Protestante y anticatólico, la Iglesia Católica siempre ha tenido a la Biblia en alta estima, y nada ha suprimido de ella (protestó contra algunas traducciones Protestantes, pero los Protestantes en ocasiones han hecho lo mismo con versiones Católicas). Esto es probado por el laborioso cuidado de monjes que protegían y copiaban los manuscritos, y, también, por las constantes versiones traducidas en lenguas vernáculas (en oposición a las falsedades de solo Biblias en latín) entre otras evidencias indisputables e históricas. La Biblia es un Libro Católico, y no importa qué tanto los Protestantes la estudien y la proclamen peculiarmente como de ellos, ellos tienen que reconocer que es a la Iglesia Católica que deberían de agradecer por haber decidido el Canon y por haber preservado intacta la Biblia por 1400 años. ¿Cómo puede estar la Iglesia Católica “contra la Biblia”, como dicen muchos anticatólicos, y al mismo tiempo preservándola y honrándola por tantos años? El solo pensamiento es absurdo así como que se refuta a sí mismo. Si el Catolicismo en realidad es tan malvado, como los anticatólicos quieren que creamos, el Protestantismo debería de formar su propia biblia en lugar de usar la que la Iglesia Católica ha entregado.
123. Contrario a la Tradición Cristiana y a la Biblia, el Protestantismo niega el Sacrificio de la Misa, (Gen 14:18; Salmo 110:4; Is 66:18,21; Mal 1:11; Heb 7:24-5; 13:10; Ap 5:1-10/cf. 8:3; 13:8). El Catolicismo, se tiene que recalcar, no cree que Jesús es sacrificado nuevamente en cada Misa; más bien, cada Misa es una representación del único Sacrificio en el Calvario, que trasciende al tiempo y al espacio como en Ap 13:8.
124. El Protestantismo no cree en el desarrollo de la doctrina, lo cual es contrario a la Tradición Cristiana y en muchas implícitas indicaciones en la Biblia. Siempre que la Biblia se refiere al conocimiento que aumenta y a la madurez de individuos cristianos, una idea semejante al desarrollo está allí presente. Aún más, muchas doctrinas se desarrollan n la Biblia ante nuestros propios ojos (“revelación progresiva”). Algunos ejemplos son la vida futura, la Trinidad, la aceptación de los gentiles, etc. Doctrinas que el Protestantismo acepta completamente del Catolicismo, como la Trinidad y el Canon de la Biblia, se desarrollaron en el transcurso de la historia de los primeros tres siglos del Cristianismo. Es ingenuo tratar de negar esto. La Iglesia es el “Cuerpo” de Cristo, es un organismo vivo que crece y se desarrolla como todo cuerpo con vida. La Iglesia no es una estatua que de vez en cuando tiene que limpiarse como muchos Protestantes parece que así piensan.
125. El Protestantismo separa justificación de la santificación, lo que es contrario a la Tradición Cristiana y a la Biblia ( Mt 5:20; 7:20-24; Rom 2:7-13; 1 Cor 6:11; 1 Pedro 1:2).
126. El Protestantismo opone la fe contra las obras (sola fide), pero este es un rechazo de la Tradición Cristiana y la explícita enseñanza de la Biblia (Mt 25:31-46; Lc 18:18-25; Jn 6:27-9; Gal 5:6; Ef 2:8-10; Fil 2:12-13; 3:10-14; 1 Tes 1:3; 2 Tes 1:11; Heb 5:9; Stgo 1:21-7; 2:14-16). Estos textos también indican que la salvación es un proceso y no, como en el Protestantismo, una evento instantáneo.
127. El Protestantismo rechaza la Tradición Cristiana y enseñanza bíblica del mérito, o recompensa, de nuestras buena obras llevadas a cabo por la fe (Mt 16:27; Rom 2:6; 1 Cor 3:8-9; 1 Pedro 1:17; Ap 22:12).
128. La doctrina Protestante de la justificación extrínseca, atribuida o exterior contradice a la Tradición Cristiana y a la doctrina bíblica de la justificación infusa, actual, interior y transformadora (que incluye santificación): Salmo 51:2-10; 103:12; Jn 1:29; Rom 5:19; 2 Cor 5:17; Heb 1:3; 1 Jn 1:7-9.
129. Muchos Protestantes (especialmente Presbiterianos, Calvinistas y Bautistas) Creen en la seguridad de salvación, o perseverancia de los santos (la creencia de que uno no puede perder su “salvación,” supuestamente obtenida en un tiempo determinado). Esto es contrario a la Tradición Cristiana y a la Biblia: 1 Cor 9:27; Gal 4:9; 5:1,4; Col 1:22-3; 1 Tim 1:19-20; 4:1; 5:15; Heb 3:12-14; 6:4-6; 10:26,29,39; 12:14-15; 2 Pedro 2:15,20-21; Ap 2:4-5.
130. Contrario al mito Protestante y anticatólico, la Iglesia Católica no enseña que uno se salva por las obras aparte de la gracia precedente, sino que enseña que las obras son inseparables como en Santiago capítulos 1 y 2. Esta herejía de la cual la Iglesia Católica es frecuentemente acusada fue condenada en el Segundo Concilio de Orange en el año 529 d.C. la herejía es conocida como pelagianismo que enseña que el hombre puede salvarse a sí mismo por medio de sus esfuerzos naturales sin la necesaria gracia sobrenatural de Dios. Una doctrina más moderada es el semipelagianismo que también fue condenado. Continuar en acusar a la Iglesia Católica de esta herejía es una señal de imparcialidad y una manifiesta ignorancia de teología, así como ignorancia de la clara enseñanza del Concilio de Trento (1545-63) que está al alcance de todos para ser estudiada. Sin embargo, el mito aún sigue extrañamente persistiendo.
131. Contrario a la Tradición Cristiana y a la Biblia, El Protestantismo casi ha eliminado la práctica de la confesión a un sacerdote (o al menos a un ministro o pastor) – ver Mt 16:19; 18:18; Jn 20:23.
132. el Protestantismo no cree en la penitencia, o castigo temporal para el pecado ya perdonado, y esto es contrario a la Tradición Cristiana y a la Biblia, (ver, por ejemplo, Num 14:19-23; 2 Sam 12:13-14; 1 Cor 11:27-32; Heb 12:6-8).
133. El Protestantismo tiene un concepto muy limitado de la mortificación de la carne, o de sufrir con Cristo: Mt 10:38; 16:24: Rom 8:13,17; 1 Cor 12:24-6; Fil 3:10; 1 Pedro 4:1,13.
134. De la misma manera, el Protestantismo ha perdido la doctrina del sufrimiento redentor de los cristianos con Cristo para el bien de todos: Ex 32:30-32; Num 16:43-8; 25:6-13; 2 Cor 4:10; Col 1:24; 2 Tim 4:6.
135. El Protestantismo ha rechazado la doctrina del purgatorio como consecuencia de su falsa perspectiva de la justificación y penitencia, y esto lo hace a pesar de la mucha evidencia que se encuentra en la Escritura: Is 4:4; 6:5-7; Miq 7:8-9; Mal 3:1-4; 2 Macabeos 12:39-45; Mt 5:25-6; 12:32; Lc 16:19-31 (Cf. Ef 4:8-10; 1 Pedro 3:19-20); 1 Cor 3:11-15; 2 Cor 5:10; Ap 21:27.
136. El Protestantismo ha rechazado (principalmente a causa de malos entendidos) la doctrina Católica de las indulgencias, que es, simplemente, la remisión que la Iglesia ofrece (apoyada en Mt 16:19; 18:18, and Jn 20:23) por las penas temporales del pecado (penitencia). Esto no es diferente de lo que San Pablo hizo referente a un hermano que había errado en la Iglesia de Corintio. San Pablo primero impuso una penitencia sobre él (1 Cor 5:3-5), después remitió parte de esa penitencia (una indulgencia) en 2 Cor 2:6-11. Sólo porque ciertos abusos ocurrieron antes de la Rebelión Protestante (admitidos y corregidos por la Iglesia Católica) no es motivo para deshacerse de una doctrina que es bíblica. Pero es típico del Protestantismo en “quemar la casa en lugar de limpiarla”; de “tirar al niño junto con el agua que lo bañó.”
137. En oposición a la Tradición Cristiana y a la Biblia, el Protestantismo niega oraciones por los difuntos (ver Tobías 12:12; 2 Macabeos 12:39-45; 1 Cor 15:29; 2 Tim 1:16-18; estos son versículos que también tienen que ver con el purgatorio ya que esas oraciones son para los santos que allí están).
138. El Protestantismo, sin base bíblica, rechaza la intercesión que por nosotros hacen los santos que están en el cielo y la correspondiente invocación de los santos por sus efectivas oraciones (Stgo 5:16). La Tradición Cristiana y la Biblia, por otro lado, han mantenido esta práctica: los santos en el cielo están conscientes de asuntos aquí en la tierra (Mt 22:30 y compare con Lc 15:10 y 1 Cor 15:29; Heb 12:1), se aparecen en la tierra e interactúan con el hombre (1 Sam 28:12-15; Mt 17:1-3, 27:50-53; Ap 11:3), y, por tanto, pueden interceder por nosotros y nosotros podemos pedirles sus oraciones de la misma manera que hacemos con los cristianos aquí en la tierra (2 Macabeos 15:14; Ap 5:8; 6:9-10).
139. Algunos Protestantes, a pesar de la Tradición Cristiana y de la Biblia, no creen en Ángeles Guardianes (Salmo 34:7; 91:11; Mt 18:10; Hchs 12:15; Heb 1:14).
140. Contrario a la Tradición Cristiana y a la Biblia, muchos Protestantes niegan que los ángeles pueden interceder por nosotros (Ap 1:4; 5:8; 8:3-4).
141. A pesar de la desarrollada Tradición Cristiana e indicaciones en la Biblia, el Protestantismo rechaza la Inmaculada Concepción de María, vea Gen 3:15; Lc 1:28 ( las palabras "llena de gracia” son interpretadas por los Católicos, en bases linguísticas, como “sin pecado”; el Arca de la Alianza es vista como una prefiguración, o tipo, de María (ver Lc 1:35 y comparar con Ex 40:34-8; Lc 1:44 w/ 2 Sam 6:14-16; Lc 1:43 comparar con 2 Sam 6:9: la presencia de Dios requiere una extraordinaria santidad).
142. A pesar de la desarrollada Tradición Cristiana e indicaciones en la Biblia, el Protestantismo rechaza la Asunción de María: Si María, en efecto, estaba sin pecado, ella no tendría que pasar por la putrefacción de la muerte (Salmo 16:10; Gen 3:19). Eventos semejantes en la Biblia no hacen ni improbable o “antibíblica” a la Asunción (como, por ejemplo, con Enoc: ver Gen 5:24, comparar con Heb 11:5; con Elias: 2 Re 2:11; con Pablo: 2 Cor 12:2-4; comparar con la doctrina Protestante del “Rapto”, 1 Tes 4:15-17 y los santos resucitados: Mt 27:52-3).
143. Muchos (¿casi todos?) Protestantes niegan la virginidad perpetua de María a pesar de la Tradición Cristiana (incluyendo la unánime aceptación de los fundadores Protestantes como Lutero, Calvino, Zwinglio, etc. Algunas evidencias bíblicas apoyan esta doctrina y algunos Protestantes la aceptan, pero esto es muy profundo para aquí tratar en forma breve.
144. El Protestantismo niega la Maternidad Espiritual de María para los cristianos, lo cual es contrario a la Tradición Cristiana y a la Biblia (Jn 19:26-7: "he ahí tu madre"; en Ap 12:1,5,17 los cristianos son descritos com la “semilla” de ella). Los Católicos creen que María está incomparablemente más viva que nosotros y, por tanto, las oraciones de ella por nosotros son muy efectivas (Stgo 5:16; Ap 5:8; 6:9-10). Pero, en nuestra condición de creaturas creadas por el Creador, María es nuestra hermana. Ella nunca opera aparte de las gracias necesarias de parte de su Hijo, y ella nunca se glorifica a sí misma sino a su Hijo tal y como lo recalca la teología Católica.
145. El Protestantismo rechaza el papado, a pesar de la profunda Tradición Cristiana y la fuerte evidencia que la Biblia presenta sobre la preeminencia de Pedro y la comisión de Jesús como la Roca de su Iglesia. Nadie niega que Pedro fue, de alguna manera, un líder entre los Apóstoles. El papado, tal y como lo conocemos, es derivado de esta primacía: los siguientes textos, Mt 16:18-19; Lc 22:31-2; Jn 21:15-17 son los textos “papales” más directo. El nombre de Pedro aparece al principio en todas las listas de los apóstoles, aún un ángel implica que él es el líder de los Apóstoles (Mc 16:7), y él es aceptado como tal (Hchs 2:37-8,41). Pedro obra el primer milagro del tiempo de la Iglesia (Hchs 3:6-8), pronuncia la primer anatema (Hchs 5:2-11), resucita muertos (Hchs 9:40), es el primero en recibir a los gentiles (Hchs 10:9-48), y su nombre es mencionado más que a ninguno de los otros discípulos puestos por junto (191 veces). En la Biblia mucha evidencia semejante puede ser encontrada.
146. Desde el principio, la Iglesia de Roma y los Papas fueron cruciales par el gobierno y dirección teológica y ortodoxia de la Iglesia Cristiana. Esto es innegable. Todos los grupos históricos hoy considerados como heréticos tanto por Protestantes como por Católicos fueron originalmente juzgados como tales por Papas y/o Concilios Ecuménicos presididos y ratificados por los Papas.
147. En su desesperación por complementar algún tipo e continuidad histórica aparte de la Iglesia Católica, el Protestantismo en ocasiones se esfuerza en reclamar una línea de las sectas medievales como los Valdenses, Cataros y Albigenses (y algunas veces a grupos anteriores como los Montanistas o Donatistas). Sin embargo, este esfuerzo está condenado a fallar cuando uno estudia profundamente lo que esas sectas creían. Ellos mantenían mucha enseñanza Católica, anatema para los protestantes, o mantenían ideas heréticas antitéticas a todo el Cristianismo (Católico, Protestante u Ortodoxo), o ambos, haciendo de esta teoría Protestante bien dudosa.
148. La Iglesia Católica tiene la más sofisticada y cuidadosa filosofía socio-económica y política Cristiana; una mixtura de elementos “progresivos” y “conservativos distintos de la común retórica política y maquiavelica que típicamenge dominan el campo político. El Catolicismo tiene la mejor visión de la Iglesia con relación al Estado así como con la cultura.
149. El Catolicismo tiene la mejor filosofía Cristiana y perspectiva del mundo, formada a través de siglos de reflexión y experiencia. Así como su reflexión y desarrollo teológico, la Iglesia Católica es inefablemente sabia y profunda y, hasta cierto grado, verdaderamente maravillosa e indicativa del seguro sello divino. Justo antes de que me convirtiera al Catolicismo, solía maravillarme en cómo la Iglesia Católica podía ser tan correcta en muchas cosas. Yo estaba acostumbrado a pensar, como buen evangélico, que la verdad siempre es una mezcla (por mí seleccionada) de ideas que proceden de muchas denominaciones Protestantes así como del Catolicismo y la Ortodoxia pero, que al mismo tiempo, ninguna tenía la verdad completa. Pero, ¡sorpresa! La Iglesia Católica, después de todo, tiene esa Verdad completa.
150. Por último, pero no al último, el Catolicismo tiene la mas sublime espiritualidad y vigor devocional manifestado en miles de formas diferentes; desde el ideal monástico, al heróico celibato del clero y de religiosos y religiosas; los hospitales Católicos, la nítida santidad de un Tomás a Kempis o un San Ignacio con sus grandes libros devocionales; infinidad de santos –tanto canonizados como desconocidos; una Madre Teresa, un Juan Pablo II o un Papa Juan XXIII; los primeros mártires, un San Fransisco de Asis; os eventos en Lourdes y Fátima; el vivo intelecto y sabiduría delArzobispo Fulton Sheen, San Juan de la Cruz; el santo valor de un Chesterton o un Muggeridge; ancianas y ancianos, jóvenes, adultos haciendo el Vía crucis o resando el Rosario, atendiendo la Hora Santa,y...- la lista puede seguir y seguir. Este ánimo devocional es inimitable en su alcance y profundidad a pesar de muy buenas contrapartes en la espiritualidad Protestante y Ortodoxa. |
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