En busca de una definición

[Becky Fuentes]

Tema: Cuestionario: “Educación en el desarrollo integral”

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1. ¿Considero a mis alumnos, ante todo, como propiedad de Dios; como tesoros de inmenso valor confiados a mí temporalmente?
R. Totalmente, porque cada uno es un alma que Dios ha puesto a mi cargo y me ha dado las armas necesarias para que la ayude a conocer y amar más a Dios, con todo su ser, con toda su alma. Es realmente una manifestación de la confianza que tiene Dios en el hombre, al darle una tarea tan maravillosa, formar un ser hecho a su imagen y semejanza, amado infinitamente por Él, es una gran responsabilidad, porque cuando trabaja uno para cualquier empresa, si llegase a la ruina, sería trágico, pero todo queda en lo material, pero que un alma se pierda, ahí si es una pérdida irreparable, porque, por el contrario, tenemos que ganar más almas para Cristo y esa misión que nos ha sido encomendada es de suma importancia, porque estamos colaborando en la salvación de las almas. Me recuerda las palabras del Evangelio donde dice Jesús: “Aquel que escandalizare a uno de estos pequeños, mas le valdría amarrarse una piedra de molino y lanzarse al precipicio.

2. En mi labor como docente ¿Me contento con cultivar y enriquecer la inteligencia de los alumnos con conocimientos? ¿Sé dirigir y fortalecer su voluntad, infundirles un ideal; activar el desarrollo de su vida interior de hijos de Dios, según el número y calidad de talentos recibidos?
R. No, mi labor tiene que ser integral, lo que generalmente hago es dar los temas de manera sencilla, con un lenguaje coloquial, dándoles confianza para que puedan expresarse libremente, la motivación es muy importante, me gusta mucho usar analogías porque de ese modo se hace más amena la clase y más comprensible, aparte los hago participar de manera que sea más dinámica, les cuento anécdotas que tienen moraleja, que dejan un mensaje positivo que los haga pensar, saco a colación varios pasajes del Evangelio y los impulso para que vayan descubriendo y desarrollando sus cualidades, para que se conozcan y se den cuenta de que tienen un potencial muy grande y que todo lo pueden lograr con disciplina, haciendo uso de su libertad y voluntad, reconociendo todos los talentos que Dios a puesto en sus manos para que los vivan y transmitan a los demás, ya que esto es lo que ayuda a querer hacer más por el bien propio y de los demás.

3. ¿Me siento satisfecho (a) de mi labor únicamente al ver reproducida la imagen de Jesús en cada uno de ellos? ¿Qué hago para lograrlo: formación, oración, testimonio, sacrificio?
R. Si, principalmente pienso que el testimonio es lo más importante, pero para darlo tengo que estar bien formada, íntimamente unida a Dios por medio de la oración, la frecuencia de los sacramentos y el sacrificio, que es lo que me permite ser más espiritual y transmitirlo de tal manera que lo pueda contagiar, además siempre que doy una clase lo hago con mucho entusiasmo y una gran alegría, siempre con una sonrisa y una palabra de aliento.

4. ¿Ayudo a que se desarrolle la personalidad de mis alumnos, poniéndoles en condiciones y enseñándoles a obrar más autónoma y responsablemente?
R. Si, les dejo trabajos que les sean interesantes y que por medio de ellos se vayan formando una personalidad equilibrada que les ayudará a adueñarse de sí mismos cada vez más, dominando sus impulsos, lo que les llevará a ser más autónomos porque se sentirán más seguros de sí mismos. Les exijo con amor para que al estar motivados serán cada vez más responsables.

5. ¿Les enseño a obrar por convicción interior y no por influencia de una fuerza externa, del ambiente o la televisión?
R. Si, de hecho al darles cualquier tema de manera dinámica en la que participan todos van formándose un criterio propio que los hará elegir libremente.

6. ¿Me formo para la educación de ellos? ¿Tengo ideas claras de la labor a desarrollar, metas a qué tender y medios que a ellas me conducen? ¿Conozco el progreso de la psicología, de la pedagogía y la didáctica para desarrollar armónicamente las condiciones físicas, morales e intelectuales de mis alumnos?
R. Si, estoy en constante formación, me gusta mucho aprender tanto de las personas como de los libros o cursos que tomo. Hago un programa de trabajo con un objetivo principal y voy poniendo metas a corto, mediano y largo plazo para poder lograrlo. En cuanto al conocimiento de las ciencias que se mencionan, lo voy adquiriendo poco a poco conforme me es posible para un desarrollo integral de cada alma.

7. ¿Tengo presente que la educación debe ser personalizada, es decir que debe adaptarse a cada uno y a los distintos períodos de su vida evolutiva porque la educación no es labor de serie, es una obra de artesanía en que se labran los rasgos peculiares, diferenciales de cada uno y que esta adaptación supone un conocimiento previo, individual, profundo de cada alumno?
R. Si, me gusta conocer a las personas, soy muy analítica y trato de ver el alma de la persona para poder ayudarla en su crecimiento integral de acuerdo con las capacidades que tiene. Les llamo por su nombre, me intereso en su vida, me gusta escucharlos atentamente, cosa que me sirve para preguntarles acerca de sus preocupaciones o alegrías y se den cuenta que son tomados en cuenta. Es muy importante la empatía, la confianza, la comprensión, para conocerlos y poder incentivarlos.

8. ¿Busco la convivencia, observación y diálogo con cada alumno?
R. Es muy parecido a lo que acabo de decir, para mí cada uno de ellos es importante, es valioso y digno de ser escuchado, comprendido, amado.

9. ¿Me encomiendo profundamente a Dios para que me dé luz y acierto? En mi labor educativa, ¿confío en la gracia sacramental?
R. Por supuesto, de no ser así, sería muy difícil lograr mis objetivos, yo era una persona muy insegura, mi autoestima estaba por los suelos, pero un día me di cuenta del amor tan grande que Dios me tenía y me tiene que, trato de estar unida a la vid, y confío siempre en sus palabras: “No se preocupen de lo que van a decir, el Espíritu Santo hablará por ustedes”, me encomiendo a Él para ser un medio para que ellos lleguen a Dios.

10. ¿Despierto en mis alumnos el aprecio por la vocación a la vida religiosa o sacerdotal? ¿Fomento las iniciativas para apoyar a las vocaciones con oraciones, trabajo y aportación de recursos? ¿Pido a Dios que de entre ellos surjan posibles vocaciones?
R. Si, éste es un aspecto al que le doy mucha importancia por la necesidad tan grande que tenemos de sacerdotes y almas consagradas. En la actualidad se viven muchos antivalores por falta de Directores Espirituales que vayan ayudando a las almas a darse cuenta de la felicidad que Dios nos promete y nos da si somos fieles al Evangelio, existe mucha ignorancia moral y religiosa, existe una ausencia de Dios en las familias, que viene a repercutir en la sociedad y por ende ya ni siquiera les pasa por la mente dejarlo todo y seguir a Cristo. Ya no hay, en muchos hogares el rezo del rosario, el agradecimiento a Dios por tantas bendiciones recibidas, etc. Los padres se salen a trabajar y dejan en manos de la muchacha que ayuda a la limpieza de la casa o de la televisión, internet, videojuegos, etc., la educación de los hijos. Este es un grave problema que tenemos que solucionar con nuestro granito de arena. Hay que enamorar a las personas de Cristo, impulsar a los jóvenes a seguirlo, fomentar en los padres el gozo de que un hijo tenga vocación sacerdotal. Hago oración y sacrificio por que el dueño de la mies mande más obreros a trabajar en la viña.
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Vivamos con los pies bien puestos sobre la tierra y la mirada puesta en el cielo. Que tengas un maravilloso día en unión de Jesús y María.