Una decepción te desprende y te hace crecer

[Orpam Saretnoc Laverz]

Alguna que otra vez algo o alguien os habrá decepcionado. A mí también. Pienso que si uno convierte este hecho real en una oferta en remisión de los pecados propios y ajenos, por ejemplo, para dar gracias porque sólo Dios, el Señor, es el Absoluto y todas las personas a su lado no son sino "relativas". Puede que crezcas por dentro, madures, te perfecciones, dándole importancia a lo que la tiene. Puede haber incomprensiones, cosas mal entendidas, de las que derivan sufrimiento y uno queda decepcionado de aquella persona concreta, de su forma de hablar.
He oído hoy una conversación, con formas poco delicadas. Una persona le decía a otra: "Tú no tienes que ir a ninguna parte", la otra se quedaba perpleja por la forma de decir de la primera y por lo que decía. A mí me ha dejado sorprendida esa persona por dirigirse así a la segunda. He pensado que eso hacía que sintiera una decepción, porque quizás la había considerado mejor de lo que en realidad es. Sólo un ejemplo, pero si yo soy capaz de pasar por alto este hecho presenciado y, a la vez, ir más allá, o sea, rezar por las dos personas, ofrecer esa desilusión experimentada, no esperar de nadie lo que, quizás, no es capaz de darte. Así te desprendes un poco y crece en ti el amor verdadero a Dios que es el único que puede llenar de verdad el corazón y no decepcionarte.
Ya sé que eso no es fácil y que muchas veces estaremos tentados de desanimarnos y entristecernos. Pero, quizás nos acordemos de esto. Orpam Saretnoc Laverz