Asterix Veterano
Registrado: 24 Oct 2005 Mensajes: 1473 Ubicación: Volvi de mi exilio
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Publicado:
Lun Abr 24, 2006 12:05 pm Asunto:
Hablemos de Ecumenismo
Tema: Hablemos de Ecumenismo |
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(Mucho tema científico, cansa.)
Estimados hermanas y hermanos:
Esta es una pequeña reflexión que les quiero compartir.
Es lamentable esta triste realidad. En las parroquias, catedrales, en fin, en la mayoría de las diócesis católicas se da poco enfasis, si no nulo, al ecumenismo. A lo más una oracioncita en las intenciones "por la unidad de los cristianos". Y qué? Todos esos católicos que salen después de la Misa, salen con una alta carga de prejuicios, prejuicios que han sido enumerados en el foro de Apologética (y agradezco a los hermanos por ese mea culpa). Que los evangélicos son locos, que no son cristianos, que se van a ir al infierno, entre otros mitos más.
Es increible ver algunos sacerdotes que alimentan a estos hermanos, con sus dichos, CRITICANDO ABIERTAMENTE a los hermanos separados durante sus sermones. (y me ha tocado escuchar) Sin ánimo ni siquiera de unidad ni de caridad cristiana.
En fin, se va haciendo en algunos católicos una cultura del apartheid, en donde los evangélicos son relegados del plano social. Si no hay prejuicios, a lo más hay indiferencia contra ellos. "No me importan, nosotros los católicos somos la Iglesia de Cristo. Ellos están equivocados, y con ellos no me junto".
Ahora mi reflexión: En qué grupo estás?
- Estás dentro de esos católicos que tiene un "amor fingido" por los hermanos separados? Ese amor fingido que tenian los fariseos por los pobres en la época de Jesús?
- O estás dentro de los católicos que siguiendo a la Iglesia, tienes un amor verdadero por los hermanos separados? Sabes que están en el error, pero es un sentimiento que no entiendes, está dentro de tu corazón, pero sabes que a pesar de todo, a pesar de sus ataques, a pesar de su aparente testarudez. A PESAR DE TODO. Los amas como si fueran hermanos tuyos. Como si fueran cristianos. A pesar de todo. Y quieres mostrarles la Verdad. Y no sólo eso. Quieres construir el Reino de Dios con ellos, aunque no acepten la Verdad (por x razón).
Qué posición tomaría Cristo?
Saludos. |
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taddei Asiduo
Registrado: 01 Mar 2006 Mensajes: 273 Ubicación: Argentina
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Publicado:
Lun Abr 24, 2006 5:29 pm Asunto:
Tema: Hablemos de Ecumenismo |
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El ecumenismo está íntimamente relacionado con la libertad de cultos, con la misma relación que un efecto respecto a su causa.
En efecto, fruto de la libertad de cultos que padecemos en la actualidad, (esto es: libertad de conciencia para creer cada uno la religión que mejor le parezca, así mismo como para profesarla abierta y públicamente, propagarla y enseñarla sin ningún tipo de cortapisas, en igualdad de derechos tanto la única religión verdadera –la fe católica– como todas las demás que son falsas), tenemos la soberbia y endiosada Torre de Babel del indiferentismo práctico y galopante que padecemos.
La proliferación de las falsas religiones, no puede resultar sin menoscabo de la única religión verdadera.
En efecto, cuanto más proliferen éstas, tanto en número de adeptos, como en cantidad de falsos cultos, tanto más menguado será el número de los fieles a la verdadera religión. Y a eso le llaman “un gran progreso para la humanidad”, inscrito como está en la Declaración de los Derechos Humanos.
Ahora resulta que favorecer el error y su difusión es un bien derivado de la dignidad humana, pero que claro está, sin tener en cuenta los derechos y la augusta dignidad de Dios, que por el contrario no dispone en su Divina Revelación que se propaguen el error y las falsas religiones, sino que da derechos exclusivos a difundir y profesar la única religión verdadera:
“Id pues, y haced discípulos a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado.” (Mt. 28, 19-20)
“Id por todo el mundo, predicad el Evangelio a toda criatura. El que creyere y se bautizare, se salvará; el que no creyere, se condenará” (Mc.16, 15-16)
“Fuera de Él no hay que buscar la salvación en ningún otro. Pues no se nos ha dado a los hombres otro nombre debajo del cielo, por el cual podamos salvarnos.” (Hch 4, 12)
“Aquellos que no reconocen a Dios y no obedecen el Evangelio de Nuestro Señor Jesús, sufrirán la pena de la perdición eterna, lejos de la faz del Señor y la gloria de su poder.” (2 Tes. 1,8-9)
“Jesucristo nuestro Señor, por quién hemos recibido la gracia y el apostolado, para conseguir, para gloria de su nombre, la obediencia de la fe en todos los pueblos” (Rom. 1,4-5)
Que nos expliquen a todos, como puede ser eso de “conseguir la obediencia de la fe en todos los pueblos”, si se permiten los mismos derechos a todos, los que están en la verdad y los que están en el error.
Respecto a la posibilidad de encontrar la doctrina de la libertad religiosa en el Depósito de la Revelación, son muy luminosas las palabras de uno de los sostenedores de dicha libertad de cultos, el teólogo Congar que dijo después del Concilio:
“Se me ha encargado en el concilio una labor muy difícil, la de probar que la libertad religiosa se encontraba en la Sagrada Escritura, pero no lo está”.
¿Cómo va a ser posible el llegar, por ejemplo a la unanimidad de criterio en matemáticas si uno sostiene que dos más dos son cuatro, y otro dice cinco, y aún un tercero que siete?.
Todos no pueden tener razón, y lo que es más, es imposible que se consiga la unidad de creencia si a todos se les da igual derecho a profesar y difundir sus errores, en este caso matemáticos.
Al que yerra, ciertamente se le puede tolerar; al error, también si la represión de éste va a ser fuente de mayores males. Pero de ninguna manera el error puede tener los mismos derechos que la verdad.
Se puede tolerar la ignorancia invencible en cuestión de fe, como los paganos o no cristianos; e incluso la de los herejes materiales. Pero de ahí a sostener que los herejes formales –esto es, los que a ciencia y conciencia saben cual es la religión verdadera y que Dios ha mandado creer y profesar para salvarse– tienen derecho a permanecer en sus falsas creencias, es decir, a persistir en su error, y por ende a desobedecer lo que Dios ha mandado que se crea, es un gran disparate que ofende la majestad de Dios y su santísima voluntad que ha sido manifiestamente expresada en la Divina Revelación.
Podrán tolerarse sus errores, pero no afirmar que tengan ningún derecho a creerlos, ni difundirlos, y más en perjuicio de los que sí que tienen el verdadero y legítimo derecho a conocer y permanecer en la única religión verdadera.
¿Tiene alguien derecho Vg. a sostener, enseñar y propagar que la Stma. Virgen María no es siempre Virgen, pisoteando la Divina Revelación (lo que manda Dios creer), rebelándose pues contra Dios?
Se podrá tolerar pero no afirmar que tiene derecho a ejercer de ángel caído con todo derecho debido a su “dignidad humana”.
El bien y el mal no tienen el mismo derecho.
Es contrario a la virtud de la justicia equiparar al bien con el mal; a la verdad con el error; a la verdadera fe con la herejía.
Justicia es “dar a cada uno lo que merece”. Así pues, la justicia sólo puede conceder el derecho al bien; al mal no puede otorgarle los mismos derechos que al bien, so pena de tratarlos por igual, por lo que dejaría de ser justicia, pues no daría a cada uno lo que merece.
El bien y el mal, desde el principio de la creación no tienen el mismo derecho. Dios no quiso el mal. Dios no concedió el derecho al mal a existir y propagarse, sino que toleró la caída de los ángeles o la de nuestro padre Adán, pero no les dió derecho a rebelarse y caer en el mal.
¿O acaso se atreve alguien a sostener que los demonios tenían derecho a rebelarse? Seguramente, de llegar a creer en la existencia de los demonios –cosa que se niega por muchos sin el menor rebozo–, se llegará a sostener que ellos también tienen su “Dignidad Angélico-caída”, y por tanto derecho a la rebelión contra Dios.
Tamaños disparates al paso que vamos puede que lo veamos; y si no al tiempo.
Lo cierto es que nadie tiene derecho a rebelarse contra Dios y contra su Divina Revelación; esto es, lo que ha mandado creer:
“Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres.” (Hch 5,29)
El Doctor Angélico con su luminosa enseñanza nos da la pista a seguir en el ecumenismo y en la libertad religiosa:
“A quién tiene la obligación de conseguir algo le corre también el deber de combatir lo que se opone a ello” (St. Thom.,Contra gent. I,I)
Si hemos recibido el mandato de Cristo de que todo el mundo sea católico –sin imposición–, ¿cómo no combatir las herejías, cismas y falsas religiones, que se oponen a la verdadera fe, sólo tolerándolas como mal menor, en vez de darles los mismos derechos?
Tolerancia al error como mal menor, sí; derechos del error en plano de igualdad con la verdad, no.
¡Gloria y adoración sólo a Ti, Santísima Trinidad único y verdadero Dios! _________________ Saludos
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