Transparencias Domingo 23.

[roberto viera gonzalez]

Domingo 23 de Abril de 2006. San Juan 20, 19-31: “Dichosos los que sin ver han creído”.

Transparencias

¡Buenas tardes, don José Pablo Arellano! Me parece increíble que el mismo católico, con quien compartí un tiempo coloquio epistolar mientras era ministro de educación, a quien le envié un ejemplar especialísimo de la Biblia, quien me saludara más de una vez, en forma personal en Navidad y con quien conversara en la sala donde vota para cada elección, el Complejo Educacional de La Reina, sea hoy el jefe máximo de Codelco, la empresa que mantiene a Chile en el mejor de los bienestares económicos nunca visto en su historia republicana. ¡Increíble! No se sabe en qué gastar la plata.

El Señor dice que usted se lo merece. Dios ha visto con sus propios ojos las cosas que ha hecho usted por los pobres. En la calle, en la madrugada. ¿Las hace todavía? Sin embargo, Satanás está presente en nuestro país. Ya ve usted. Hoy mismo lo señala nuestro pastor en la entrevista que le hace en El Mercurio la dignísima Sra. Raquel Correa.
Nunca antes habían difamado de esa manera al representante de Nuestra Santa Iglesia Católica, nuestro pastor, el Sr. Cardenal. Jesús demanda nuestra intervención. No lo podemos dejar abandonado. Ya bastante daño le han producido ese montón de católicos hipócritas que un día fueron ayudados por el ex-presidente Pinochet y hoy han dejado al pobre caballero, solo y abandonado.

Hoy es la fiesta de “Cualquiermodo”, le han llamado cuasimodo, creo. Eso pasó un día: Id al mundo entero y proclamar el Evangelio. ¡De cualquier modo! Y los discípulos obedecieron. Fueron ofendidos, torturados, maltratados. Pero, ¡Qué está pasando en Chile, Dios Santo! Soy profesor de de Estado en Moral. Estoy a punto de quedar en la más absoluta cesantía. Aunque eso sería lo de menos.
Tengo una buena bicicleta y a mis 53 años un excelente estado físico. Ya me preparo, por tanto, para vender porotos y lentejas por las calles. Todo esto me importa un comino. Lo que no me deja dormir es que me voy a morir, igual que usted. Los dos nos encontraremos en el cielo y nos presentaremos frente a Dios. Eso me preocupa. ¿Cuánto llevaré? ¿Tendré visa? ¿Estaré muy endeudado? Me interesa mucho el reposo eterno de mi afligida Alma.

El Viernes dijo uno de mis confesores, el cardenal del Vaticano, Padre Jorge Medina, “al Padre Jolo le entró el Diablo”. Un Cardenal es un cardenal. Humano, pero pastor. Hoy lo repite el Señor: Recibid el Espíritu Santo. Un católico no puede hablar así tan libremente de su pastor, aunque sea senador.

Urgen liderazgos católicos. Ya no está el padre Hurtado, pero está usted, están don Andrés y don Alejandro, el primero responsable del gobierno interior y el segundo del gobierno exterior. Está don Martín en Educación. Estoy yo, humildemente. Todos para gritar: No hemos visto, pero hemos creído.
Hasta siempre don Juan Pablo. Cúidese de don Sata. Rece cada noche. Dios lo quiere. Usted es un buen católico.
Atte. en Xto. Roberto Viera González


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