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Bienes terrenales-Sacerdotes y laicos¿cuál es la diferencia?

 
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Autor Mensaje
Mario Enrique Bruzzone
Asiduo


Registrado: 03 Oct 2005
Mensajes: 246
Ubicación: Argentina - Sierra de La Ventana

MensajePublicado: Lun Oct 03, 2005 9:04 am    Asunto: Bienes terrenales-Sacerdotes y laicos¿cuál es la diferencia?
Tema: Bienes terrenales-Sacerdotes y laicos¿cuál es la diferencia?
Responder citando

Estimados hermanos y hermanas en el Señor:

Hace tiempo que una intensa tristeza embarga mi alma, la cual se origina en ver que el mensaje de Amor del Evangelio no logra mayor aceptación entre los seres humanos.
Al analizar ese hecho, he rezado, meditado y procurado investigar en cuáles son las causas que lo hacen tan poco aceptable para la mayor parte de la humanidad.
Sin duda, los problemas son diversos.
Pero considero que los más graves son, por un lado la enorme diferencia entre lo que decimos (que somos hermanos y que hay que amar al prójimo) y lo que realmente hacemos (vivimos con individualismo egoísta) y por el otro, la existencia de actitudes autoritarias, que fueron (y son) realizadas en nombre de Aquél que, siendo el AMOR por excelencia, de ningún modo merece que se le hubiesen adjudicado semejantes hechos.
Por otra parte he podido advertir —y con gran sorpresa por cierto— que muchos de aquellos que por la opción de vida que han realizado, teóricamente al menos deberían estar mucho más preocupados que yo por esa situación, sin embargo parecen no estarlo, pues se limitan a aceptar esa realidad como si no existiese ninguna forma de modificarla.
Por eso he resuelto poner a consideración de todos ustedes una serie de siete textos, a los cuales —para darles un título— designaré como “BIENES TERRENALES—SACERDOTES Y LAICOS ¿CUÁL ES LA DIFERENCIA?” y los expondré en dos Foros, el “Ecuménico” y el de “Temas controvertidos” motivo por el cual estas líneas constituyen simplemente una suerte de anuncio, o “aviso publicitario” para tratar de llegar a la mayor cantidad posible de foristas, es decir, no sólo a los que habitualmente leen los mensajes que se consignan allí, sino también a todos aquellos que pueden no hacerlo.
Dejo aclarado que en el “armado” de esos escritos, he utilizado una larga serie de artículos que originalmente publiqué en un semanario, y que posteriormente transformé en tres segmentos de un libro breve que he editado hace muy poco.
Y también les diré que esos artículos eran, a su vez, sólo un compendio que realicé, tomándolos de muchas páginas que llevo redactadas, y que formarán algún día un libro mucho más extenso con el cual —si es necesario— espero explicar aún con más claridad mis ideas.
Por tal motivo es posible que encuentren párrafos que repiten parcialmente la exposición de mis pensamientos.
Y además que, como estuvieron dirigidos a un público muy heterogéneo, puedo efectuar algunas aclaraciones o explicaciones que tal vez ustedes consideren innecesarias en este Foro.
Espero sabrán disculpar ambas situaciones.
Les agradeceré que mediten en lo que señalo, y también que tengan la amabilidad de reflexionar sobre la TOTALIDAD de los escritos que iré consignando en los próximos días, aún cuando algunas de mis ideas puedan parecerles, no sólo extrañas y novedosas, sino que también —por tal circunstancia— les resulten difíciles de aceptar en forma inmediata.
MARANA-THA
Mario Enrique Bruzzone
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Manuel C.
Veterano


Registrado: 02 Oct 2005
Mensajes: 1001

MensajePublicado: Lun Oct 03, 2005 10:16 am    Asunto:
Tema: Bienes terrenales-Sacerdotes y laicos¿cuál es la diferencia?
Responder citando

Mario,

Sólo una cosa a la espera del resto: habla de Cristo, preséntale a Él y céntrate en sus sufrimientos en la Cruz para salvarnos. Los cristianos no nos predicamos a nosotros mismos, ni siquiera predicamos a "la Iglesia"-eso viene luego-, , le predicamos a Él:


Recuerda que la fe es un don de Dios, no depende de tí, el Espíritu es quien toma la iniciativa, tu trabajo es sólo presentar la fe sin complejos, en su totalidad y crudeza cuando corresponda.

Si tú haces tu trabajo el Espíritu hará el suyo. Y no olvides la oración, que es la esencia de todo intento de conversión. ¿Quieres conversos?..gástate en orar por ellos, por tí sólo nadie creerá, pues el Evangelio es escándalo para los gentiles.

Animo!!, recuerda estas palabras:

"Y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado por mi nombre, y no has desfallecido."
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CarlosR26†
Veterano


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MensajePublicado: Lun Oct 03, 2005 3:25 pm    Asunto:
Tema: Bienes terrenales-Sacerdotes y laicos¿cuál es la diferencia?
Responder citando

pero no necesitas pegarlo en todos los foros, eso es SPAM... dejalo en uno por favor...
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Amar es decir al otro: "Tu no moriras"
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Mario Enrique Bruzzone
Asiduo


Registrado: 03 Oct 2005
Mensajes: 246
Ubicación: Argentina - Sierra de La Ventana

MensajePublicado: Mie Oct 05, 2005 7:25 am    Asunto:
Tema: Bienes terrenales-Sacerdotes y laicos¿cuál es la diferencia?
Responder citando

"BIENES TERRENALES-SACERDOTES Y LAICOS ¿CUÁL ES LA DIFERNCIA?"
2do. TEXTO

Pasaré ahora a intentar “descubrir” las razones por las que, aquellos que mencioné como los actuales “referentes” religiosos (curas, pastores, etc.) no se han detenido—ni siquiera como una mera hipótesis intelectual— a analizar la posibilidad de organizar un sistema de vida, que signifique desarrollar al cristianismo como una verdadera comunidad de vida y de bienes.
Y me parece que es imprescindible hacerlo ya que, en primer lugar, es evidente que la forma de vida que llevamos guarda escasa relación con el “mensaje de amor del Evangelio”, en segundo lugar, por cuanto esa fue la forma en que vivía Jesús, y en tercer lugar, porque no es cierto que ese estilo de vida no se desarrolle en ningún lado ya que, por ejemplo, algo similar existe en el kibutz israelí.
Por otra parte, no me parece ni siquiera “admisible”, que se limiten a afirmar que «es difícil lograrlo», y menos aún que, como lo hicieron algunos, me “sugiriesen” que fuese yo personalmente quien trate de encontrar laicos dispuestos a integrar una comunidad con ese sistema de vida, ya que, en el mejor de los casos, ese pensamiento me fue expuesto diciéndome implícitamente algo así como: «sí no los encuentra, eso “demuestra” que su propuesta está equivocada», actitud que no sólo me parece injusta, sino DIRECTAMENTE INMORAL, impropia del “carácter” que poseen quienes así se expresaron.
Y lo afirmo de esa forma, ya que semejante pensamiento resulta totalmente opuesto a lo que sostengo —y no de ahora, sino desde hace rato— pues siempre he dicho que ese “camino” debería ser señalado por todo el cristianismo (y fundamentalmente por MI IGLESIA) recomendándolo para cualquier cristiano, si bien no como el único posible, por lo menos como el más afín al mensaje del Evangelio.
Y pienso de esa forma por cuanto, mi posición es ESENCIALMENTE RELIGIOSA y no algo que podríamos considerar enmarcado en un aspecto simplemente socio—económico.
En efecto, expuse en reiteradas oportunidades que, la idea que surge del Libro de los Hechos de los Apóstoles es que “todos vendían y ponían a disposición de los apóstoles” (Hch.4,32-37) lo cual significa claramente, no sólo que no es para un pequeño grupo, o para simples cuestiones individuales, sociales, comerciales, civiles, o como quieran llamarlas, sino algo abarcativo de la mayor parte del cristianismo.
Lo que yo propongo no es un mero cooperativismo, o un “socialismo”, que busque simplemente una forma mejor de vivir, que transforme en algo más tolerable la convivencia humana, sino que, por el contrario, mi posición es que esa vida comunitaria debe desarrollarse dentro de una concepción o contexto DE CARÁCTER EMINENTEMENTE RELIGIOSO.
Y quiero ser muy, PERO MUY claro al respecto.
Mi intención no es organizar un club campestre, un country privado, o cualquier otra cosa que se le pueda parecer.
Lo que yo procuro es explicar que, ESE SISTEMA DE VIDA es algo RELIGIOSO, que tiene ese fundamento. Y tan es así que, cuando alguien me propuso hacerlo, le señalé que no lo veía correcto, ya que mi deseo es que SURJA DESDE EL SENO DEL CRISTIANISMO, DESDE LA IGLESIA, DESDE LOS APÓSTOLES.
Y procurando ser bien nítido al respecto les aclaro que, si bien no tengo duda alguna que en ese tipo de comunidades podría vivir cualquier persona que acepte desarrollar su vida de esa forma, igualitaria y solidaria (aún cuando se declarase un “consumado ateo”) sin embargo mi objetivo es explicar que ESE MECANISMO DE VIDA ES LA ESENCIA DEL MENSAJE DE JESÚS.
Por otra parte, es obvio que no sólo es utilizado por una parte importante del pueblo hebreo en los kibutzin, como se los mencioné antes, sino que también se lo aplica dentro del cristianismo, sobre todo dentro de mi propia Iglesia Católica, Apostólica y Romana.
PERO, resulta evidente que en Ella se lo hace PARCIALMENTE, para grupos reducidos, “herméticos”, que adoptan además distintos “aditamentos” (castidad, obediencia, etc.) que, sin entrar a discutir si son o no cumplidos, evidentemente no son imprescindibles, y menos aún los que anhelan la mayor parte de los seres humanos.
Y me parece que son, precisamente esos “pequeños” problemas, los puntos donde sin mencionárselos expresamente se generan los roces y conflictos más importantes, que hacen que los “referentes” religiosos de la actualidad, no vean con buenos ojos mi posición y pensamiento, actitud que adoptan sin advertir también, que es lo que constituye lo esencial del conflicto que los enfrenta con la ENORME MAYORÍA DE LAS PERSONAS, muchas de las cuales, lamentablemente, terminan rechazando la doctrina de Jesús por pensar que el Evangelio “necesariamente” debe ser como lo vivimos actualmente pues, siendo esos “referentes” quienes teóricamente más saben, asumen que debe ser tal cual ellos lo enseñan, cosa que, casi está demás decirlo, yo no creo que sea así.
Pero antes de seguir adelante debo aclararles que, si bien critico la forma en que viven muchos de los “referentes” religiosos de la actualidad, desde ya debo decirles que no creo que actúen como lo hacen de puro “malos” que son.
Por lo menos, estimo que no lo son la mayoría de ellos.
En efecto. Seguramente hay quienes lo hacen por razones que nos permitirían ubicarlos en ese rubro de “malos”, sea que los incorporemos en un sector al cual llamaríamos comodidad, avivada o algo por el estilo, sea que entendamos que lo hacen por simple temor a afrontar los problemas de la vida cotidiana, sea por cualquier otra cuestión poco valedera.
Insisto. No sólo es “posible”. Es INDUDABLE que hay —y más de uno— al que podríamos incorporar en cualquiera de esos grupos.
Siempre existen “mercaderes” en el Templo.
Pero estoy plenamente persuadido de que la gran mayoría no son movidos por ese tipo de posición egoísta sino, sencillamente por un ERROR DE EDUCACIÓN, que los hace asumir que, “por la opción de vida” que han efectuado, respondiendo a un llamado especial de Dios para predicar el Evangelio, son “merecedores” de vivir como lo hacen, contando con una apoyatura económica especial que les permite tener —en ese aspecto por lo menos— un pasar más sencillo al que poseen muchísimas otras personas (entre las cuales me incluyo) y a las que suelo mencionar como los “cristianos de segunda”, ya que somos los que integramos el “resto” del pueblo de Dios.
Incluso, y como acotación al margen ya que no se relaciona directamente con el aspecto “económico” al cual me estoy refiriendo, no cabe duda alguna que para muchos de ellos (la mayoría diría yo) ese mismo tipo de pensamiento los hace “verse” (y lo que es peor “sentirse”) en un plano superior al del resto de los cristianos ya que, como nosotros no hemos recibido ese llamado “especial”, no sólo estaríamos en un “escalón inferior” sino que, además, suponen que vivimos una vida que, dentro de la teoría con la que ellos se manejan, interpretan que es menos sufrida que la que ellos “soportan”.
Sin duda alguna eso se ve “abonado”, además, por lo menos dentro del grupo de los sacerdotes y otros miembros “consagrados” de mi querida Iglesia Católica, por el hecho de que ese llamado especial para predicar el Evangelio, generalmente lo hacen profesando “votos solemnes”, lo cual los obliga a vivir en “obediencia” y renunciado a las “ventajas” de tener una familia directa (esposa – marido – hijos) circunstancia que sería otro “justificativo” para lograr esa apoyatura que antes les mencioné.
Pero no es únicamente por esa circunstancia que sostienen tales pensamientos ya que, respaldando la posibilidad de contar con el soporte económico de los laicos para cumplir con su misión, alegan también en su favor, argumentaciones de carácter bíblico.
En efecto, en apoyo de esa posición “exclusivista” mencionan, no sólo palabras de Jesús y de San Pablo, sino fundamentalmente muchas otras cuestiones similares, que constan en el Antiguo Testamento, las referidas al diezmo, el “rescate” de los primogénitos y, en forma especial, la “selección” de un grupo especial —los levitas—, cosas todas éstas que, a estar por lo que se nos viene repitiendo desde hace rato, habrían sido efectuadas por Dios, adjudicándole sólo a un pequeño grupo esa cualidad de ser un “segmento especial” (inicialmente del pueblo judío, pero que luego se trasladó al cristianismo) quienes estarían “separados del resto” para estar directamente al servicio de Dios y que, por tal razón, ADEMÁS “debían” contar con el apoyo económico de los integrantes “comunes y corrientes” del pueblo.
Pues bien.
Creo que allí está el fondo de toda esta cuestión ya que, sin duda alguna, ellos perciben que mi posición es más igualitaria, al insistir en que TODOS POR IGUAL (y sin votos) deberíamos tener constantemente ese apoyo económico, y no únicamente algo que se considera válido para la mera subsistencia, en lo que se suele llamar “caridad” (aunque para mí se lo denomina así incorrectamente, ya que en ese terreno, de lo elemental para vivir, deberíamos hablar simplemente de “justicia”).
Es decir que en la actualidad, sólo cuando el laico está realmente mal, cuando prácticamente no tiene ni siquiera para comer, diríamos mejor, cuando está hundido en la miseria (o como “la mona”) es el momento en el cual se habla de hermandad y amor al prójimo.
Pero resulta evidente que no fue esa la posición de los primeros cristianos en la Iglesia de Jerusalén, sino que los discípulos y familiares directos de Jesús desarrollaron una vida comunitaria, que les permitía a todos por igual vivir bien, sin pasar necesidades.
Pues bien, estoy convencido de que esa “FAMOSA” diferenciación de personas (en lo que hace al uso de bienes) no fue realmente efectuada por Dios (el Eterno, el Buen Padre Celestial del que nos habló Jesús) aspecto que comenzaré a explicar seguidamente.
Dejo sentada desde ya, mi interpretación de que en el Nuevo Testamento no existen elementos suficientes como para considerar que Jesús hubiese “establecido” en su favor un privilegio, cuyo resultado serían el derecho exclusivo de contar con el apoyo económico del “resto del pueblo” (los laicos, los “cristianos de segunda”) para transmitir el Evangelio.
Y quiero señalar algo más al respecto.
No niego, ni critico, lo que podríamos considerar “vocación especial”, el sacerdocio ministerial, o cualquier otra cosa, de carácter sobrenatural o místico.
Nada de eso. Lo único que yo cuestiono es que se asegure que el Buen Dios, estableció TAMBIÉN un “privilegio económico” derivado de dicho llamado particular.
Pues bien, explicaré primero mi postura con respecto al Nuevo Testamento, y luego ingresemos en el análisis de los datos que existen en la Antigua Alianza, y que “favorecen” esa idea.
Pero antes de hacerlo, y como una acotación inicial al tema, les diré que, lo relacionado con ciertos hechos que “habrían” acontecido en la antigüedad, y de los cuales surgió esa interpretación, no es “patrimonio” exclusivo de la tradición, o cultura religiosa judeo—cristiana, sino que existe algo similar en casi todos los pueblos de antaño, circunstancia que, POR SÍ SOLA, debería ser suficiente para hacernos dudar bastante, antes de adjudicarles a los que se relatan en la Biblia, la particularidad de ser realmente una acción de Dios (el Eterno, el Buen Padre que mostró Jesús) introduciendo con ellos en el pueblo hebreo “tamaña” diferenciación.
Por lo menos, si afirmamos que únicamente fue ése el pueblo “elegido” y visitado por Él.
Pero, como analizar esa “extraña situación”, nos embarcaría en un plano muy distinto al que procuro imprimir a estos artículos, prefiero dejarla de lado y limitar mi análisis únicamente a los textos del Antiguo Testamento, particularmente los que se conoce como “la Torá”, es decir “la Ley”, las disposiciones que existen en el Pentateuco, los primeros cinco libros de la Biblia.
Pero antes de hacerlo, y conociendo que, la limitación del espacio disponible en estos artículos implicará una seria dificultad para explicar mis ideas, deseo exponerles previamente algo más.
En primer lugar, y para que comprendan mejor lo que acabo de decir, les aclaro que he efectuado un análisis mucho más amplio de esa cuestión, redactando centenares de páginas que, Dios mediante formarán un libro que espero publicar algún día, motivo por el cual comprenderán que no es algo “tan” sencillo de explicar en estas cortas líneas que ustedes leen ahora.
En segundo lugar, y para que nadie piense que lo dicho es una forma de “abrir el paraguas”, creyendo que me «resultará imposible probar» lo que he expresado, les diré también que estoy tan persuadido, de que dicha “diferenciación” no corresponde realmente a una decisión del Buen Dios, que no tengo inconveniente alguno en participar en todo tipo de discusión, o investigación, que se quiera efectuar al respecto.
En ese sentido, y aún cuando pueda parecerles “vanidoso”, les aseguro que es tanta, pero TANTA, mi tranquilidad al respecto, que no sólo he publicado ya un libro breve (referido sólo a una parte de los aspectos religiosos) sino que hasta me atrevo a plantear este tema en el Foro.
Y les garantizo que lo afirmo con total honestidad, pero también con absoluta humildad, ya que no sé porqué se me ocurren a mi estas ideas.
Y creo que es IMPORTANTE HACERLO ya que, por entender que esa situación, esa DIFERENCIACIÓN (pero fundamentalmente sus consecuencias económicas) entre un “grupo selecto” (los consagrados, ministros, o como prefieran llamarlos) y el “resto” del pueblo de Dios (laicos) tiene origen en verdaderas disposiciones de Dios (el Eterno – el Amor) es la causa por la cual suponen que, sólo quienes realizan las distintas actividades de culto, o predicación de la palabra, “tienen derecho” a contar con el apoyo de los bienes de los demás para vivir.
Obvio entonces que, cuando “escuchan” (analizan) mi posición, absolutamente igualitaria en ese sentido, asumen que NECESARIAMENTE no puede ser correcta, aún cuando evidentemente no encuentren argumentos concretos para rebatirla, ya que, si así fuese, tengan la seguridad de que hace rato lo habrían hecho.
Y les recuerdo que no pienso que actúan así por ser “malos”, sino por cuanto tienen en sus mentes el peso de una instrucción equivocada, pues han sido educados como si formasen parte de un grupo “selecto”, separado del “resto” (al cual aseguran “servir”) y por tal causa consideran que, el remanente del pueblo de Dios (los seres humanos “comunes y corrientes” dentro de los que me incluyo, los “cristianos de segunda”) vivimos una vida “menos sacrificada”, y que Dios nos “obliga” a suministrarles los bienes que “necesitan”, para poder cumplir adecuadamente con su misión de transmitir el Evangelio.
Y para “asegurar” que esa situación deriva de una decisión de Dios, se suele traer a colación la frase de Jesús: «Permanezcan en esa misma casa, comiendo y bebiendo de lo que haya, porque el que trabaja merece su salario.» (Lc.10,7) es decir que, para el Cristo, es correcto que quien predique su Evangelio cuente con una adecuada alimentación, y que ésta debe serle suministrada por quienes reciben dicha prédica, hecho que, desde ya lo aclaro, no niego, sino que comparto plenamente.
Sin embargo, estimo que esa frase no puede ser tomada aisladamente, sino que debemos analizarla en el contexto de los demás pasajes bíblicos, y por eso interpreto que tal expresión está referida a la actitud que se puede tener en determinada actividad, a la cual nosotros llamamos “MISIONAR”, es decir, cuando uno va a un lugar distinto al de su propia residencia, enseñando a otros el Evangelio de Jesús.
Pero no creo que pueda ser “asimilada” a lo que llamaría el estilo de vida común y corriente, es decir, para el desarrollo normal de la vivencia humana.
Y eso lo afirmo, no sólo por cuanto resulta ilógico asumir que esa única expresión alcance para reclamar una “apoyatura constante”, sino por cuanto, si analizamos también otra expresión del Cristo dentro del mismo Evangelio de Lucas, veremos que la actitud de “seguirlo” no se la debe considerar “merecedora” de ninguna recompensa terrena. Por lo menos eso es lo que para mí surge, y con bastante evidencia, del pasaje que suele titularse como «La parábola del servidor humilde» en especial cuando dice «Así también ustedes, cuando hayan hecho todo lo que se les mande digan: “somos simples servidores, no hemos hecho más que cumplir con nuestro deber”.» (Lc.17,7)
Por otra parte, no cabe duda de que aquella expresión del Señor Jesús, está referida a lo que llamaríamos cuestiones o aspectos exclusivamente “alimentarios”, pero de ningún modo puede ser trasladada a la posesión de bienes.
Por ejemplo, me pregunto, sí la Doctrina Social de la Iglesia sostiene que «en caso de necesidad todos los bienes son comunes», ¿cómo podemos seguir afirmando que la situación que vivimos es “aceptable”, aún cuando incluso hay niños y ancianos que mueren por desnutrición?
¿Cómo es posible que existan tantos bienes en poder de los cristianos (¡y de las Iglesias cristianas!) frente a ese tipo de hechos?
Y, si alguien sostiene que «los tiempos son diferentes», o que «las cosas han cambiado», pretendiendo justificar así el tener bienes, por caso un automóvil, a veces lujoso, alegando que le permite ir más rápido para atender las distintas actividades pastorales, yo les recuerdo que Jesús, ni siquiera tenía un “triste burro”, ya que cuando ingresa en Jerusalén, pide prestado uno.
Y no cabe duda alguna de que, sí Él hubiese tenido “esa mentalidad”, habría tenido toda una recua para poder visitar con sus discípulos, un mayor número de poblados durante el período en que desarrolló su vida terrenal.
¡No! Es imposible sostener ese tipo de ideas para tratar de “explicar” (no digo “justificar”, ya que de ninguna forma resulta posible hacerlo) el seguir manteniendo tantos bienes frente a tanta miseria.
Y quiero aclarar que, al mencionar “tantos”, no me estoy refiriendo a una mera cuestión económica, es decir, no hago ninguna ecuación matemática para determinar cuando es “TANTOS” y cuando no lo es.
Para mí, el “tantos” depende de la “necesidad” del prójimo.
PERO como también estoy convencido de que para seguir adecuadamente el mensaje del Cristo, no es posible que nos transformemos en pordioseros o algo por el estilo (ya que Jesús no lo fue) interpreto que debemos buscar mecanismos que nos permitan a todos, vivir sin NINGUN TIPO DE PRIVACIONES (incluyendo, si las condiciones lo permiten, el auto, la TV, Internet y lo que se les ocurra pensar) pero que, simultáneamente, no sea algo de propiedad, y MENOS AÚN de uso “exclusivo”, sino comunitario.
Pero, como si sigo por ese camino no sólo me extenderé demasiado, sino que también perderíamos el rumbo del análisis de la dificultades que existen para compartir mis ideas, de realizar una plena comunidad, de vida y de bienes, les mencionaba que considero probable que interpreten que ese sistema de vida es ÚNICAMENTE para el “sector especial” que ellos integran, mientras que al resto de los cristianos, a los de “segunda”, nos corresponde “efectuar aportes” para que continúen transmitiendo el Evangelio.
Y en tal sentido, además de las palabras de Jesús que mencioné, suelen también subrayan una frase de Pablo, a la cual citan como si fuese una “orden” expresa, que habría sido dada en ese sentido por el Apóstol de los Gentiles.
Es posible que exista otra y que se me escape. No lo niego.
Sin embargo, la única que encuentro, y que podría ser usada para sostener semejante idea, es la que transcribo a continuación, "¿No saben ustedes que los ministros del culto viven del culto, y que aquellos que sirven al altar participan del altar? De la misma manera el Señor ordenó a los que anuncian el Evangelio que vivan del Evangelio. A pesar de todo no he usado ninguno de estos derechos... ¿Cual es entonces mi recompensa? Predicar gratuitamente la Buena Noticia, renunciando al derecho que esa buena noticia me confiere." (1 Cor.9,13-1Cool
Afirman entonces, que existiría una ORDEN EXPLÍCITA, dada en forma TAJANTE nada menos que por el propio Jesús, diciéndoles a sus discípulos que DEBÍAN vivir del Evangelio, que estaban “obligados” a hacerlo.
Siendo así, la verdad sea dicha, a primera vista por lo menos pocas dudas cabrían al respecto y, por ende, no habría absolutamente nada para discutir.
Sin embargo, no me parece que sea “TAN” así.
En efecto. En primer lugar, no hay pasaje alguno del Evangelio donde conste esa ORDEN DIRECTA, motivo por el cual me parece difícil que se la “deba” tomar como real.
En segundo lugar, me parece imposible afirmar que exista, cuando el propio San Pablo, en ese mismo texto que transcribí, claramente menciona que él no la cumple, razón por la cual, creo que cabe dudar de su existencia.
En efecto. Resultaría rarísimo que, si realmente el Señor Jesús hubiese IMPUESTO la “obligación” de vivir del Evangelio Pablo no le hubiese llevado el apunte, ya que con total claridad menciona «no he usado ninguno de esos derechos ¿Cuál es mi recompensa? Predicar gratuitamente la Buena Noticia, renunciando al derecho que esa buena noticia me confiere.»
Pero además, leyendo el Nuevo Testamento es fácil advertir, que no fue la única oportunidad donde San Pablo hace referencia a esa actitud de “laburante” que le caracterizó, ya que existen otras y, para evitar discusiones inútiles me permito transcribir algunas a continuación "¿Qué tienen de menos que las otras Iglesias, sino que no he sido una carga para ustedes? Perdónenme si los ofendo. Ahora estoy dispuesto a visitarlos por tercera vez, y tampoco en esta oportunidad les seré gravoso, porque lo que yo busco no son sus bienes sino a ustedes mismos: en efecto, no son los hijos los que deben ahorrar para los padres, sino los padres para los hijos." 2 Cor.12,13-14 "Les ordenamos hermanos, en nombre de nuestro Señor Jesucristo, que se aparten de todo hermano que lleve una vida ociosa, contrariamente a la enseñanza que recibieron de nosotros. Porque ustedes ya saben como deben seguir nuestro ejemplo. Cuando estábamos entre ustedes, no vivíamos como holgazanes y nadie nos regalaba el pan que comíamos. Al contrario, trabajábamos duramente, día y noche, hasta cansarnos, con tal de no ser una carga para ninguno de ustedes. Aunque teníamos el derecho de proceder de otra manera, queríamos darle un ejemplo para imitar. En aquella ocasión les impusimos esta regla: el que no quiera trabajar, que no coma." 2 Tes.3,6-10
Y eso que, en todas esas situaciones, la actividad de Pablo ERA MISIONERA, ya que predicaba el Evangelio fuera de su casa, por lo cual se encontraba dentro de la idea de Jesús, de que «quien trabaja merece su salario» (Lc.10,7).
Pues bien, creo que con lo dicho hasta aquí, podemos considerar establecida, al menos, una “sombra de duda”, acerca de que el Nuevo Testamento establezca ese “sistema exclusivista”, según el cual, sólo quienes predican el Evangelio deben contar con la apoyatura económica del “resto” para desarrollar su vida.
Por consiguiente, deberemos incursionar a partir ahora, en las disposiciones que al respecto existen en el Antiguo Testamento pero les recuerdo que no creo que la actitud que mantienen tenga origen egoísta, sino que hemos sido educados de esa forma, dado que existen distintos textos en el Antiguo Testamento que sostienen esa idea.
Es decir, que para la generalidad de las personas eso es así, y no hay nada que discutir.
Y antes de explicar mi posición debo pedirles a todos, pero en forma especial a ellos, que asuman con mente abierta lo que voy a plantearles, haciéndolo aunque más no sea que como una simple hipótesis, como una mera posibilidad, pues así podrán captar mejor mi pensamiento.
Trataré de explicarme de otra forma.
Todos entendemos (estamos seguros de que es así) que yo “escribo” estas líneas que ustedes “leen”, ya que hemos aprendido que, el accionar que realizo se describe con el verbo ESCRIBIR, mientras que, el que efectúan ustedes, responde al de LEER.
Sin embargo, pudo ser al revés, que ahora yo estuviese “leyendo”, y sean ustedes quienes más adelante “escribirían” las palabras que yo “leí” en estas páginas.
Eso, aunque parezca una locura es posible, ya que, en definitiva, todos nos comunicamos por medio de palabras, y éstas responden a convencionalismos aprendidos, que se desarrollaron a lo largo de milenios y, de acuerdo a ellos es que yo escribo, mientras que ustedes leen.
Pues bien, aunque más no sea que como una SUPOSICIÓN, podemos admitir que es perfectamente posible, que el convencionalismo que desembocó en esos vocablos podría haberse desarrollado en forma distinta, y entonces hoy ambas acciones (la mía y la de ustedes) serían conocidas por nosotros con nombres diferentes a los que empleamos.
Eso es, sencillamente, lo que propongo. Que aunque sólo fuese a manera de un “juego” (aunque les aseguro que no lo es) admitan la posibilidad de que, lo que hemos venido aprendiendo desde siempre, conforme los textos bíblicos que leemos, PUEDA NO SER ASÍ, sino que corresponda a un error.
Ahora bien, para que comprendan lo que trataré de explicarles, es necesario que conozcan que, en la redacción del Pentateuco han intervenido por lo menos “cuatro tradiciones” distintas, es decir, que los primeros libros de la Biblia no fueron escritos por una sola persona como se aseguró durante mucho tiempo (se les atribuían a Moisés) sino que los redactaron distintos grupos de personas a lo largo de los años.
Sabido eso, es posible admitir entonces, que ciertos pasajes hayan podido ser “incorporados” por una tradición posterior, mientras que en la idea bíblica original no existían.
«¡Por supuesto!» me dirán, (fundamentalmente quienes “saben” de Biblia) y agregarán, «sin duda es así pero, de cualquier forma, todas las tradiciones han sido inspiradas por Dios», lo cual no discuto, pero aún así les pido que continúen tratando de hacer ese “esfuerzo mental”, admitiendo como posible que en la Biblia existan errores o exageraciones.
Y para probar esto último, basta con comprender que existen claras contradicciones en sus textos.
A simple título de ejemplo, que pueden corroborar ustedes mismos, les señalaré una, de las tantas “equivocaciones” que constan en la Biblia, y que es admitida por todos, incluidos los “biblistas” serios, es decir, los estudiosos de la Biblia.
Para eso, les solicitaría que controlen personalmente en la página 627, de la popular traducción bíblica que conocemos como “EL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOS”, y allí podrán verificar tranquilamente que, al hacer un comentario dentro del Capítulo 3 del Libro de Ezequiel, se afirma TEXTUALMENTE, y con total simpleza: «Esta categórica afirmación de responsabilidad individual señala un notable progreso respecto al antiguo principio de la retribución colectiva, presente incluso en el Decálogo (Ex.20,5-6 - Deut.5,9-10)» (les aclaro a todos los foristas, que esa traducción de la Biblia es la más conocida y utilizada en mi país, ya que fue realizada por un grupo de biblistas argentinos).
Y quiero destacar muy bien eso último.
Ese “notable progreso” ES NADA MENOS QUE “DESDECIR” una parte del tercer mandamiento, aquella que en los libros del Éxodo y el Deuteronomio afirma «yo soy un Dios celoso, que castigo la culpa de los padres en los hijos, los nietos y hasta la cuarta generación», cosa que NADIE EN SU SANO JUICIO SOSTIENE QUE SEA ASÍ (aunque consta en el “Mandamiento”) ya que, evidentemente, es como lo mencionó el Profeta Ezequiel, «cada uno paga su propia culpa».
Pues bien. Si aceptamos tranquilamente que existe ESE error (en realidad, en los textos bíblicos hay “una pila” además de ese) y que está nada menos que en el DECÁLOGO (en uno de los DIEZ MANDAMIENTOS DE LA LEY DE DIOS) yo les pediría que tengan la “tolerancia” de admitir TAMBIÉN, LA POSIBILIDAD de que exista un error similar en otros textos, en aquellos que pretenden adjudicar al buen Padre Celestial el haber establecido, que un grupo “privilegiado” viva de lo que le suministre el resto de SU pueblo.
Mi saludo y el MARANA-THA
Mario
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CarlosR26†
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MensajePublicado: Mie Oct 05, 2005 1:54 pm    Asunto:
Tema: Bienes terrenales-Sacerdotes y laicos¿cuál es la diferencia?
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Esta interesante tus escritos, pero muy rebuscados. Mi opinion seria que deberias de usar tus propias palabras para explicarnos todo y luego pegar tus articulos.

Lo que veo es muy sencillo. Tratas de darnos a entender que vivir como Cristianos seria mas apegado al evangelio si todos vivieramos de una comuna cristiana. Una comunidad donde todos trabajaramos para todos, y si alguien carece de lo necesario otro "hermano" o "hermanos" lo ayudarian mientras este consigue trabajo. Quieres trasladar los beneficios de los Sacerdotes y Religiosos a un laico común, diciendo que si estos gozan del diezmo y de la limosna, un católico normal deberia de poseer estos beneficios.

Aqui tu error es la entrada. Quieres entrar por este ultimo metodo y es a mi parecer incorrecto. Los sacerdotes y religiosos son cosa aparte, y por mucho que le rebusques al tema, tu mismo diste las directrices Biblicas, dichas por San Pablo y por Cristo. El obrero merece su sustento. Los Sacerdotes y Religiosos trabajan para el reino de los cielos y merecen su sustento... asi vivio Jesucristo y los Apostoles en u ministerio. Antes de que Jesus fuera a predicar era "carpintero" y no tenemos datos de su vida, pero supongamos que de ahi se "mantenia"....

Por ahi no es.... y además veo que minimizas la misión evangelica y escatologica de los Sacerdotes. No la niegas, pero SI la minimizas, como algo "que ahi esta".... sin contar que minimizas los votos de los religiosos, también incorrecto. Ya que de esos votos que SI son necesarios para ciertas misiones que Jesucristo impone, han salido casi todos los Santos y Doctores de la Iglesia. Sin contar que dices que viven PARCIALMENTE el mensaje de Jesús, cosa incierta también.

Tu idea es buena, y hay muchas personas que no solo ya lo han pensado si no que ya viven en comunas cristianas. Este seria el estado "ideal" o perfecto, pero no siempre se puede y no en todos los casos, existen espiritus de renovación que pretenden este tipo de movimientos, que comienzan a surgir y los aplaudo, hay que ser dociles al impulso de la gracia.

Ahora hablas de los "bienes" economicos de los Cristianos y de los pobres que mueren de hambre. Me parece correcto, solo que tendrias que hacer un estudio detallado de cuantos de esos "Cristianos" son realmente practicantes y con cuando dinero cuentan, y cuanto dinero necesitan los pobres para alimentarce. Esa idea se parece a otras que hablan de la "riqueza del vaticano".....
Creo que esta cuestión es exagerada. Si hay Cristianos que viven "bien" pero no son millonarios. Y los que son, normalmente son empresarios que dan precisamente trabajo a la gente... bien o mal.. también se deberian de perfeccionar ellos con salarios mas justos y mas oportunidades de trabajo... ahi esta la Doctrina Social de la Iglesia...


Yo estoy a favor de muchas de tus ideas, pero las has planteado de maneras incorrectas, largas y rebuscadas, las respeto, pero creo que tu mensaje es inefectivo por el plantemiento......

Espero tu respuesta.

Saludos.
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Mario Enrique Bruzzone
Asiduo


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MensajePublicado: Jue Oct 06, 2005 6:40 am    Asunto:
Tema: Bienes terrenales-Sacerdotes y laicos¿cuál es la diferencia?
Responder citando

"BIENES TERRENALES-SACERDOTES Y LAICOS ¿CUÁL ES LA DIFERNCIA?"
3er. TEXTO

Eventuales errores en los textos, QUE OTORGAN PODER

Como recordarán, estoy intentando explicar mi punto de vista sobre lo que estimo es el error de haberle atribuido al Buen Padre Celestial ciertos hechos (que habrían ocurrido hace miles de años) de los cuales surgiría una diferenciación entre un “grupo especial” (antes levitas y sacerdotes, hoy curas, pastores, etc.) y el “resto” del pueblo (los laicos, los de “segunda”) y, FUNDAMENTALMENTE que éstos últimos “deban” asistir económicamente a los primeros.
Pues bien, continuando con mi “tentativa” de explicarlo, y aún habiendo aclarado que considero que la enorme mayoría de quienes integran ese “sector privilegiado” no actúan como lo hacen por ser “malos”, sino simplemente por la educación recibida, quiero insistir en mi pedido de que adopten una actitud de apertura mental, asumiendo (aunque sólo sea como una alternativa más) la POSIBILIDAD de que exista un error en el pensamiento que tradicionalmente se ha sostenido al respecto.
Y lo hago, convencido de que el negarse a hacerlo podría significar un nuevo error, que en cierto sentido coincidiría con el cometido por “otros dirigentes religiosos”, los que “servían” al pueblo hebreo hace 2.000 años cuando se negaron a escuchar a Jesús, cosa que tampoco ellos hicieron por ser “malos”, sino por cuanto la vida terrena que exteriorizó el Cristo, no fue la del jefe militar que todos esperaban, pues no sólo no restauró el “Reino de Israel” expulsando a los romanos, sino que tampoco construyó ese “mundo de justicia y de paz” anunciado por los profetas.
Sólo hizo el bien, y enseñó a SER HUMILDES Y A COMPARTIR.
Resulta obvio entonces, que al rechazarlo no lo hicieron por ser “malvados”, sino sencillamente por cuanto tomaban al pie de la letra esos “hechos fantásticos”, que constan en la Biblia y que mostrarían un accionar de Dios ajeno a las cosas simples y naturales, ya que lo presentan rodeado de un “gran poder” muy diferente al que normalmente exteriorizaba Jesús.
Pero también, porqué de esos hechos insólitos que se relatan en la Biblia y que, según su educación y mentalidad, SIN DUDA ALGUNA mostraban el “verdadero accionar” de Dios, surge el motivo por el que “ellos eran los jefes”, el grupo selecto que “debía mandar” al pueblo, y éste, a su vez, suministrarles los bienes “necesarios” para poder vivir adecuadamente.
Por ende, al asumir como reales esos sucesos (y también su consecuencia, es decir, la “elección” de un grupo especial, y la consiguiente formación de una estructura piramidal de poder tempo—religioso) resultaba imposible que admitiesen a Jesús como Mesías, ya que su vida NO SE CORRESPONDÍA PARA NADA con ese tipo de hechos y, por ende, resultaba absurda, completamente absurda esa idea, dado que lo único que hacía ese “triste y desconocido galileo”, era mantener actitudes humildes, ajenas a lo “verdaderamente divino”, a la “Teofanía” o exteriorización de Dios, y además, y para colmo de males, porque se codeaba con pecadores, publicanos y prostitutas, por lo cual resultaba una blasfemia inaudita que se lo considerase Hijo de Dios.
Y espero que comprenderán, que lo que acabo de mencionar es sin dobles intenciones, y sin pretender de forma alguna equiparar mis expresiones o ideas a las de Jesús, ya que ni en chiste, ni por las tapas deseo compararlas. Menos aún hacerlo en lo personal.
El simple pensar eso, sería, POR LO MENOS, una absoluta estupidez.
Sólo quiero destacar la similitud que podrían presentar ambas “actitudes” al no asumir, ni siquiera como una ALTERNATIVA, el análisis de la eventual existencia de errores en aquellos textos, que son los QUE OTORGAN PODER, mientras que sí se los admite, y con total tranquilidad en otros, incluso dentro de la propia Ley de Dios conforme lo expuse antes.
Pero también debo señalar, que evidentemente la situación en nuestros días resulta bastante más seria que antaño ya que, mientras los dirigentes que rechazaron el mensaje que personalmente daba Jesús, sólo tenían los textos del Antiguo Testamento (que es donde se menciona, y en repetidas oportunidades, al “accionar de Dios” dentro de un plano al que podríamos llamar “fantástico”, y hasta brutal e injusto) hoy nosotros tenemos ADEMÁS esas enseñanzas del Cristo, en especial su mención del Padre Bueno, el Abba (papá o papito) que no coincide para nada con ese actuación, violenta y sanguinaria. Y también, en su actitud absolutamente humilde, que se refleja, por ejemplo, en el conocido episodio del lavatorio de los pies.
Y con ese presupuesto voy a comenzar a mencionar algunos puntos del Antiguo Testamento, tratando de explicar mi idea de que es un error el pensar que existieron hechos con los cuales Dios “privilegió” a un sector de su pueblo en el uso de los bienes terrenales.
Y lo voy a hacer, asumiendo que los actuales “referentes” religiosos adoptarán un criterio de apertura mental para analizar mis ideas.
Pero no vayan a creer que sólo les pido a ellos esa posición, sino que también les requeriré idéntica actitud, a quienes suelen explicar que, como ese “sector privilegiado” son unos vivillos, si bien creen en Dios, se alejan de lo religioso por no creer en los curas o en la Iglesia, aspecto que analizaré más adelante.
Pues bien. Vayamos de una vez al fondo del asunto.
Algo que nos permitirá comprender ese error, es lo atinente al TEMPLO, con todo lo que significaba desde el punto de vista, no sólo del poder, sino también del manejo económico.
Para explicarlo mejor utilizaré la traducción de la BIBLIA DE JERUSALÉN, y lo hago ya que suele ser considerada por muchos “biblistas” (especialistas que han dedicado su vida a estudiar la Biblia) como una de la más completa y documentada, comentario que, por supuesto, transmiten (por lo menos dentro de mi Iglesia Católica) a todos los aspirantes al sacerdocio o a la vida consagrada.
Transcribiré a continuación dos pasajes, y un pequeño comentario al segundo de ellos.
“Tomó Moisés la Tienda y la plantó para él* a cierta distancia fuera del campamento; la llamó Tienda del Encuentro. De modo que todo el que tenía que consultar a Yahveh* salía hacia la Tienda del Encuentro, que estaba fuera del campamento.” (Ex.33,7)
"Habló Yahveh a Moisés y le dijo: «Manda a los israelitas que echen del campamento a todo leproso, al que padece flujo y a todo impuro por contacto con cadáver. Los has de echar, sean hombre o mujer; fuera del campamento los echarás, para que no contaminen sus campamentos, donde yo habito en medio de ellos*.» Así lo hicieron los israelitas, los echaron fuera del campamento. Los israelitas lo hicieron tal cual como había dicho Yahveh a Moisés." (Nm.5,1-4)
*La redacción sacerdotal imagina en medio del campamento la Tienda que las antiguas tradiciones sitúan en el exterior, cf.Ex.33,7"
Para captar mejor lo que trato de explicarles a través de esa “diferencia”, deben comprender que el primero de los pasajes que transcribí, y que se encuentra en el Éxodo, corresponde a los textos bíblicos más antiguos y se los conoce como la “redacción o tradición YAVISTA”, mientras que el otro, el del libro de los Números, pertenece a la “redacción o tradición SACERDOTAL”, que fue escrita siglos después y es autora del Libro del Levítico, de la mayor parte del de los Números, y de otros pasajes que fueron “intercalados” dentro de los textos que forman el resto del Pentateuco, dos de los cuales existían desde mucho tiempo atrás (Génesis y Éxodo) pues habían sido escritos por las tradiciones más antiguas, la YAVISTA y la ELOHISTA.
Pues bien; es evidente que según el texto del Éxodo, en el inicio histórico del pueblo hebreo (EL PUEBLO DE DIOS, el “elegido”) CUALQUIERA podía ir personalmente a consultar a Yahveh, cosa que hacía saliendo del campamento y encaminándose a la Tienda del Encuentro (que recibió ese nombre precisamente por eso, por servir como punto de reunión con su pueblo) y es interesante ver que, el hecho de que debían alejarse del campamento no sólo figura en dicho libro, sino que también lo confirma la nota que la mencionada Biblia de Jerusalén pone al segundo pasaje, ya que dice claramente que «la redacción sacerdotal IMAGINA en medio del campamento la Tienda que las antiguas tradiciones sitúan en el exterior»
Ahora bien, pensar que ambas situaciones “es lo mismo” es absurdo, ya que es fácil comprender que ese “IMAGINAR” implica necesariamente lo siguiente.
Sí la Tienda del Encuentro se hubiese encontrado “realmente” dentro del campamento, para consultar a Yahveh, cualquiera del pueblo, sí o sí debía pasar por los “intermediarios” (el grupo de los levitas y los sacerdotes) mientras que, si la Tienda estaba afuera, el contacto era directo.
Y afirmo eso, ya que basta con leer el Libro de los Números, obviamente también de redacción sacerdotal, en especial Cap.1,49-54 y 2,17 (en realidad hay más, como para “divertirse”) para comprobarlo, pues allí se asegura que la Tienda del Encuentro estaba en el centro del campamento israelita, rodeada por la tribu de los Levitas y, sólo más allá, a la distancia, se ubicaba el pueblo “común” y que, incluso, si alguno se arrimaba lo mataban (Nm.3,10).
Obvio, alguien podrán decir que, «como Dios es Dios, hace lo que quiere, y pudo cambiar de idea, y establecer un sistema distinto a como funcionó al principio», lo cual teóricamente podría ser cierto (aunque eso no figura en la Biblia, ni coincide con la expresión «no se vuelve atrás», de Nm.23,19) pero, conforme trataré de explicarlo es muy difícil probar eso.
Vimos que según el texto que fuera la redacción ORIGINAL de la Biblia, cualquiera podía consultar directamente a Yahweh, y que la Tienda del Encuentro estaba fuera del campamento de los israelitas, mientras que en otros, muy posteriores, de redacción sacerdotal, se afirma que estaba en el centro del campamento rodeada por los levitas, por lo cual el pueblo “común”, SI ó SI debía recurrir a la “intermediación” de ese grupo, quienes, a raíz de tal actividad, obtuvieron además el “privilegio” de recibir los bienes, que ese pueblo “de segunda” se ve obligado a darles.
Y creo que resulta muy interesante analizar algo más, nuevos errores sobre ese tema, ya que nos permitirá comprender los motivos por los cuales, esas ”extrañas diferencias“ que yo noto, pasan sin embargo inadvertidas para los actuales “referentes” religiosos.
Como dije, utilizo la versión que se conoce como LA BIBLIA DE JERUSALÉN, ya que suele ser usada al estudiar en los seminarios, y a partir de allí se la tiene siempre como un “importante libro” de consulta.
Para que lo comprendan mejor, transcribiré nuevamente uno de los pasajes, agregando unas palabras más a las que había copiado antes, para tener mejores elementos al explicar mi idea.
“Tomó Moisés la Tienda y la plantó para él* a cierta distancia fuera del campamento; la llamó Tienda del Encuentro. De modo que todo el que tenía que consultar a Yahveh* salía hacia la Tienda del Encuentro, que estaba fuera del campamento. Cuando salía Moisés hacia la Tienda, todo el pueblo se levantaba y se quedaba de pié a la puerta de su tienda, siguiendo con la vista a Moisés hasta que entraba en la Tienda.” (Ex.33,7-Cool
Como podrán advertir existen dos asteriscos (*) los cuales nos señalan que al pié del texto hay comentarios sobre ese pasaje.
Pues bien, si nos detenemos a leerlos (pag.106) veremos que sobre el primero se menciona, que el pronombre “él” podría referirse tanto a Moisés, como al Arca o al propio Yahveh, mientras que, con respecto al segundo, haciendo referencia a la “consulta a Yahveh”, se señala «Es decir, pedir un oráculo por medio de Moisés, quien en la Tienda conversa a solas con Yahveh ... Más tarde se “consultará” a Yahveh por medio de un hombre de Dios o un profeta»
Analizando el primero, les diré que me parece insostenible indicar que lo hiciese para sí mismo (para el propio Moisés) ya que se señala claramente que “salía del campamento” para entrevistarse con Yahveh, y unas pocas líneas más adelante se dice también que «Luego volvía Moisés al campamento, pero su ayudante, el joven Josué, hijo de Nun, no se apartaba del interior de la Tienda» (Ex.33,11).
En cambio, de admitirse que la plantó para que la “habitase” Yahveh, al igual que si fuese para el Arca, ese pronombre debería escribírselo Él, con mayúscula, y no con la minúscula, que se utiliza en el texto.
Ese aspecto, que aisladamente parecería sin importancia, la tiene en realidad, y en forma muy significativa, y también la posee, y más aún, el comentario que existe con respecto al otro asterisco que transcribí antes.
En efecto, la segunda nota menciona directamente que el oráculo, la consulta a Yahveh que “cualquiera podía hacer”, debían efectuarla por medio de Moisés. Incluso, agrega que luego se la efectuará a través de un “hombre de Dios” o de un “profeta”.
Va de suyo entonces que, sin decirlo expresamente, deja en claro que el pueblo llano, el laico, el de “segunda”, JAMÁS podría hacerlo sólo.
Sin embargo —y quiero resaltarlo muy bien— resulta obvio que esa “intermediación” de Moisés NO CONSTA EN EL TEXTO bíblico, sino que con claridad se menciona «Todo el que tenía que consultar a Yahveh salía hacia la Tienda» sin hacer referencia alguna a que debiese recurrir a dicho Patriarca para efectuarla.
Pues bien, si a esa idea de intermediar, le “sumamos la posibilidad” de que la Tienda hubiese sido “plantada para Moisés” (es decir, que la utilizaba como su propia casa, obvio al usarse la minúscula) casi les diría que es fácil asumir, como evidente y lógico, que se “debía recurrir” a él para efectuar la consulta a Yahveh.
Aunque, INSISTO, no es eso lo que menciona EL TEXTO bíblico.
Sinceramente, no sé si al redactar las notas se lo hizo a propósito (para robustecer la idea de esa “mediación”) o por un simple error. Pero, sin duda, muchos “referentes” la han leído y, ante el “prestigio intelectual” de esa versión de la Biblia, seguramente lo tomaron como correcto y verdadero.
Ante ese tipo de cosas, es lógico que se “acumulen” los errores, y que a raíz de los mismos se asegura que existen diferencias entre “grupos” de personas por “disposición” de Dios, cosa que para mí es un grave error.
Y les recuerdo que arribo a esto, tratando de comprender la causa por la cual, los actuales “referentes” religiosos (grupo “especial”, curas, pastores, etc.) no se detienen a analizar la posibilidad de intentar concretar una vida de real hermandad COMO VIVÍA JESÚS (comunidad de vivencias y de bienes) situación que a su vez les había planteado, ya que me resulta imposible admitir que el mensaje de AMOR del Evangelio no tenga una aceptación mayor que la que obtiene, hecho que únicamente logro explicar a través de advertir que, la inmensa mayoría de las personas que lo rechaza, lo hace porque no vivimos realmente ese Amor, sino una historia de violencias y ritualismos y que, además, se “disculpan tranquilamente” las enormes diferencias que existen entre los seres humanos.
Pues bien, con esas ideas como “fondo” de todos mis escritos, vengo investigado la causa por la cual sostienen, que “esa situación diferencial es correcta por haber sido establecida por Dios”, cosa que para mi NO ES VERDAD, sino que surgió por interpretar que ciertos hechos (que hasta pudieron ni haber existido) fueron atribuidos erróneamente, (y lo que es peor aún, injustamente) a ese Padre Bueno del cual nos habló Jesús, quien lo hizo al mismo tiempo que enseñaba a ser absolutamente humildes (lavar los pies era trabajo de los esclavos de “menor” categoría) y desarrollaba un sistema de vida, participativo y comunitario, tanto en vivencias como en bienes.
En ese sentido les mencioné, que en los textos más antiguos de la Biblia figura claramente una situación de mayor igualdad, ya que CUALQUIERA PODÍA CONSULTAR A YAHVEH, sin necesidad de recurrir a intermediación alguna, es decir, que la enseñanza que surge de ese hecho es que, la vinculación entre el CREADOR (Dios) y la CRETURA (su pueblo, el hombre, el ser humano) es fundamentalmente personal y directa.
Y también señalé, que recién en los textos redactados mucho tiempo después, los de TRADICIÓN SACERDOTAL, es donde aparece la existencia de una intermediación que además —y ESTO ES LO QUE CREO INCORRECTO— habría “obtenido” por esa actuación, la “ventaja” de que el resto del pueblo esté obligado a solventar económicamente sus actividades.
Pues bien, no es aquello lo único que demuestra que en el inicio de la historia del pueblo hebreo existía esa condición igualitaria, sino que también hay otros textos bíblicos que revelan exactamente lo mismo y, tal cual es mi costumbre, para evitar discusiones inútiles transcribiré uno a continuación: "Los tendré a ustedes como mi pueblo de sacerdotes y una nación que me es consagrada" (Ex.19,6)
Realmente, leyendo eso, no resulta nada fácil afirmar que ese concepto coincida con el que nosotros tenemos ahora en mi Iglesia (Católica) ya que Ésta es absolutamente jerárquica.
Pero, y el problema fundamental al respecto (por lo menos desde mi punto de vista) es que tal “jerarquización” no se limita a cuestiones espirituales, o sobrenaturales, ya que sobre eso NADIE PLANTEA DISCUSIÓN ALGUNA, sino que ADEMÁS afecta a los aspectos materiales, terrenales, mundanos, como por ejemplo, la utilización de los bienes, y las resoluciones que sobre ellos se deban adoptar.
Obvio que podrían llegar a decirme que, «aquella concepción más igualitaria que la que existe ahora, y que se menciona en el libro del Éxodo, estuvo originada en una “etapa” del conocimiento, o maduración de la humanidad, distinta de la nuestra» cosa que, por otra parte, hasta podría tratar de “arrimar” en su favor (aunque para mí sería exactamente a la inversa) la circunstancia de que corresponde a la TRADICIÓN ELOHISTA, una de las más antiguas en la Biblia.
Y también que, por eso mismo, deberíamos considerarla “inferior” a la actual, ya que ésta estaría “mejorada”, no sólo por la experiencia de los años sino también por las enseñanzas de Jesús quien, directamente estableció la «superioridad de Pedro», y otras argumentaciones similares, procurando así justificar, o por lo menos explicar, la situación “tan” diferenciada que existe hoy en día.
Pues bien, yo NO LO CREO ya que, esa expresión, revelando A TODO el pueblo como sacerdotal, fue RATIFICADA luego de la venida del Cristo, tanto por JUAN, el discípulo amado por el Señor, como por EL PROPIO PEDRO y, nuevamente, para evitar polémicas inútiles, transcribo seguidamente los dos textos que tomo de la Biblia Latinoamericana, "Ustedes, al contrario, son una raza elegida, un reino de sacerdotes, una nación consagrada, un pueblo que Dios eligió para que fuera suyo y proclamase sus maravillas." (1Ped.2,9 ) "y nos purificó de nuestros pecados por su sangre, haciendo de nosotros un reino y sacerdotes de Dios, su Padre. ¡A él la gloria y el poder por los siglos de los siglos! Amén." (Ap.1,6).
Antes de continuar con mi análisis, y como seguramente algún forista estará interesado en conocer, cómo podré sortear el obstáculo de los textos bíblicos que hacen referencia a la “elección” que habría hecho Dios con la tribu de Leví (los levitas) les prometo comenzar a hacerlo mañana, aunque desde ya les adelanto que ese hecho “no tiene desperdicio”. Es más; es extraño que esos pasajes hayan servido para pretender justificar “semejante” diferencia.
Parafraseando una expresión que escuché en casa de mis padres, haciendo referencia al observar el paso de carrozas en carnaval, ubicación en teatros y otras actividades similares, les diría que: “ES PARA SACAR BALCONES”.
Y les recuerdo que lo único que pido es que admitan, como simple POSIBILIDAD, como una alternativa más, que en la interpretación tradicional de los textos que mencionan esa “selección”, PUEDA existir un error.
También reitero, que esa actitud de “apertura mental” que estoy reclamando, no es algo tan extraordinario, inusual o inaudito, ya que todos aceptamos, y sin dificultad alguna, la existencia de gruesos errores en los textos bíblicos como, por ejemplo, el que ya mencioné del TERCER MANDAMIENTO, que señala que Dios castiga las faltas, no sólo en quienes las cometen, sino también en sus hijos, nietos y bisnietos, cosa que evidentemente nadie afirma que sea así, PESE A QUE CONSTA EN ESE MANDAMIENTO (Ex.20,4-5) y ninguno se cree un “atorrante”, o un “hereje loco”, por el simple hecho de admitir que exista ESE ERROR en la Biblia.
Pues bien, lo único que les reclamo es que lo recuerden cuando analicemos el tema de los levitas, y que adopten TAMBIÉN ALLÍ idéntica “tolerancia” acerca de un eventual error.
Pero no lo haré ahora, sino que antes mencionaré otro “equívoco” de la Biblia, sobre todo para que mis queridos hermanos de las Iglesias Reformadas que puedan leer estas líneas adopten esa misma actitud, benevolente, tolerante, o como prefieran llamarla al analizar mis ideas.
Y lo citaré ya que, habiendo compartido con ellos largas horas de cordiales estudios bíblicos (que recuerdo con cariño, y agradezco desde lo profundo del alma) sé perfectamente que les resulta más difícil aún que a los sacerdotes y religios@s de mi Iglesia aceptar serenamente esa posibilidad, dado que en general, para ellos en la Biblia no hay ningún error.
Trataré de explicarme.
Todos coincidimos en afirmar que existe UN SOLO DIOS, y que únicamente es posible adorarlo a Él, lo cual, obviamente significa, que es IMPOSIBLE cualquier otra adoración, sea a objeto o persona.
Sabido eso, y a simple título de ejemplo, les solicitaría que analicen el texto que transcribiré, y que tomé de la versión de REINA—VALERA, ya que es la utilizada por la mayoría de los feligreses de esas Iglesias.
"Y estando Josué cerca de Jericó, alzó sus ojos y vio un varón que estaba delante de él, el cual tenía una espada desnuda en su mano. Y Josué, yéndose hacia él le dijo: ¿Eres de los nuestros, o de nuestros enemigos? Y él respondió: No; más Príncipe del ejército de Jehová ahora he venido. Entonces Josué, postrándose sobre su rostro en tierra le adoró; y díjole: ¿Qué dice mi Señor a su siervo? Y el Príncipe del ejército de Jehová respondió a Josué: Quita el calzado de tus pies, porque el lugar donde estás es santo. Y Josué lo hizo así" Jos.5,13-15
En ese texto leemos claramente que Josué, no sólo “se postró” (signo externo) sino que ADORÓ (decisión interna) a un hombre que no es Dios, y que le mencionó que había arribado a esa tierra como Príncipe del ejército de Jehová.
Obviamente, ambas cosas no pueden ser, y la explicación que posiblemente escucharán al respecto, (que consta en una “nota” redactada —creo recordar— por Valera, que está en las ediciones que usan los pastores -Editor general Dr. J. Mervin Breneman - Editorial Caribe- pero no en las del “pueblo común”) refiriendo que Josué vio a Jesús, me parece insostenible por las siguiente razones: 1) El Señor Jesús aún no había nacido. 2) Él siempre fue muy pacífico. 3) El texto no dice SOY el Príncipe, sino que expresa “más Príncipe.. ahora he venido”, es decir, que “venía a ocupar” un puesto que le habían asignado, mientras que el Cristo lo tendría por derecho propio.
Seguramente me podrán decir que Dios puede hacer lo que quiera.
Y no lo dudo. Pero creo más sencillo pensar, simplemente, en que existe un error, una “contradicción” en ese pasaje.
Es “lo normal”, tal cual ocurren las verdaderas cosas de Dios.
Reciban mi afecto y el constante MARANA-THA
Mario
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Mario Enrique Bruzzone
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Registrado: 03 Oct 2005
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MensajePublicado: Vie Oct 07, 2005 8:26 am    Asunto:
Tema: Bienes terrenales-Sacerdotes y laicos¿cuál es la diferencia?
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"BIENES TERRENALES-SACERDOTES Y LAICOS ¿CUÁL ES LA DIFERNCIA?"
4to. TEXTO

Los levitas – crónica de un error (nota 1)

Voy a iniciar el análisis de algunos textos del Antiguo Testamento, que relatan hechos “extraordinarios”, mejor dicho “fantásticos”, que siempre fueron atribuidos a Dios y que, sin duda alguna, constituyen el PUNTAL del error que se ha venido desarrollando a lo largo de los siglos, ya que hicieron que se considere que fue Él, el Buen Padre Celestial, quien “personalmente” estableció una “separación” entre los seres humanos y que, para colmo de males, como resultado de esa diferenciación, habría “beneficiado” a un grupo (obvio, el más pequeño) exigiendo que el otro (el más numeroso, el de “segunda”) brinde su apoyo económico al primero.
Ya adelanté, que esa “extrañísima situación” no fue patrimonio exclusivo del pueblo hebreo (el “elegido”, el PUEBLO DE DIOS) sino que pensamientos similares se desarrollaron también en muchos otros pueblos de la antigüedad (prácticamente en todos) circunstancia que, INSISTO EN ESO, debería ser suficiente como para producir en nuestra mente un GRAN INTERROGANTE, capaz de hacernos reflexionar y, por supuesto dudar, acerca de si es verdad que esos “hechos prodigiosos” que relata la Biblia, corresponden a situaciones realmente existentes —o no— y también (y esto en el peor de los casos) si, en caso de haberse producido efectivamente, es legítimo “adjudicárselos” a Dios.
Les aclaro además, que no es sólo en esos “hechos” donde debemos observar el inicio del error, sino que puede advertírselo en aspectos “colaterales” como, por ejemplo, en el “origen” del “diezmo” (en el cual ponen especial énfasis muchas Iglesias Reformadas) pues también allí creo factible percibir que DIOS, el verdadero y único Dios, el Buen Padre Celestial del que nos habló Jesús, no fue su “inventor”, en el “Templo y los sacerdotes” que ya vimos, etc.
Y correspondería analizarlo, no sólo por lo “extraño” de toda esa situación, sino por cuanto trascendió lo puramente “espiritual”, afectando directamente al ámbito de lo político (es decir, de lo civil, y lo económico) en casi todo el mundo.
Pero, para no alejarnos del aspecto central del tema, comencemos con esa DISCRIMINACIÓN de personas que se habría planteado dentro del PUEBLO DE DIOS, del pueblo “elegido”.
Y antes de hacerlo quiero aclarar una cosa más.
Tal vez, algún “referente” religioso de la actualidad (sea un “consagrado” de mi Iglesia, o pastor de Iglesia Reformada) ha pensado (y, lo que sería peor aún, pudo expresárselo a algún integrante del pueblo común —a un “cristiano de segunda”, a un laico— que le hubiese consultado con respecto a mis “extrañas” ideas) que, «lo que sucede es que ese pobre hombre (ese sería yo) no tiene fe, ha perdido la fe en Dios y en la Palabra de Dios, ya que no acepta, no cree lo que dice la Biblia».
Pues bien, si así fuese, le diría que se equivoca ya que tengo, por lo menos, tanta fe como puede poseer él, o cualquier otro.
Lo que nos “diferencia” es que yo asumo una “disposición mental” distinta, “abierta”, dado que acepto la posibilidad de que existan errores TAMBIÉN en los textos que les dan “poder” a ellos, y que son aquellos que los habilita a “pasar la canastita” mientras que a todos los demás, a los no privilegiados, a los de “segunda”, sólo nos queda “laburar” todos los días (por lo menos los laborables) para juntar a duras penas los “mangos” (pesos) necesarios para poder vivir, atender las necesidades de nuestras familias, y ADEMÁS, para PONER en la bendita canastita el dinero con el cual ellos viven más o menos cómodamente, y a veces, hasta logran acumular (poseer) bienes, cosa que aseguran hacer “sirviéndonos” a nosotros.
Parafraseando a Olmedo, les diría LAS PE ... LUCAS que no tengo fe.
Por favor, NO AFIRMEN LO QUE NO ES CIERTO.
Pero vayamos de una vez al problema de los famosos, los FAMOSÍSIMOS LEVITAS, integrantes de la tribu de Leví de donde, casi está de más decirlo, surge el más selecto aún grupo “sacerdotal” que, con los años, también se irá diferenciando y “jerarquizando” poco a poco, para terminar formando la “secta de los saduceos” de la época de Jesús.
Pues bien, la Biblia menciona tres (3) versiones distintas acerca de su origen.
En realidad, me animaría a decir que podríamos considerar que son cuatro (4).
Obviamente, atribuirle eso a Dios, al VERDADERO DIOS, al Eterno, al Amor, al Buen Padre Celestial es imposible, ya que resulta absurdo que hubiese recurrido a diferentes formas, y en distintas épocas, para hacerlo.
Y para que nadie diga «es falso» las indicaré, pasando luego a desarrollarlas muy sucintamente, pues es complicado resumir, en estos breves artículos, todas las paginas que redacté explicando eso.
La primera figura en el Deuteronomio (10,6-9) la segunda la encontramos en el Libro de los Número (Capítulos 16 y 17). Incluso, podríamos interpretar que existe allí “otra” versión sobre su origen (17,16-2Cool y, finalmente, la “perla” del asunto, la cual también está fundamentalmente dentro del mismo Libro de los Números (3,11-13 y 40-4Cool.
Pero antes de hacerlo quiero recordarles, que el motivo fundamental por el cual me encuentro investigando esto, es por cuanto me resulta IMPOSIBLE ACEPTAR, que el claro e indiscutible mensaje de AMOR de Jesús no logre una difusión, y aceptación, mayor que la que tiene.
Y que frente a ese hecho, he tratado de comprender las causas por las cuales muchas personas lo repudian, no sólo en la actualidad, o a lo largo de estos veinte siglos de historia sino, incluso, en cuáles fueron los motivos que hicieron que su propia persona no fuese aceptada, tal vez no tanto por la población común, sino por la enorme mayoría de los dirigentes religiosos de su época.
Y, con respecto al primero de esos aspectos, creo que el motivo fundamental del rechazo al cristianismo, se origina en que no vivimos como Él nos enseñó, como Él vivía, con humildad y en COMUNIDAD DE VIVENCIAS Y DE BIENES, ya que lo hacemos con actitudes individualistas y egoístas y que, para colmo de males, muchísimas veces hemos adoptado actitudes de autoritarismo e injusticia.
Por eso he propuesto que intentemos re-establecer ese sistema de vida (comunidad de vivencias y bienes) y desarrollar una verdadera vida cristiana, haciéndolo en todos los ámbitos a los que pude llegar, y con gran sorpresa encontré, que quienes deberían estar más preocupados por aquella situación (por lo menos en teoría) y a los cuales llamo los “referentes religiosos” de la actualidad (curas, obispos, pastores, monjas, etc.) han mantenido al respecto un “SILENCIO ABSOLUTO” que me resultó MUY EXTRAÑO, y a raíz de eso procuré comprender la causa por la cual actúan de esa forma ya que, y se los digo con total sinceridad, ese “silencio” me resultaba INCOMPRENSIBLE.
Pues bien, al reflexionar sobre esa situación, y descartando que exista en la mayoría de ellos una actitud de egoísmo, o simple incapacidad de afrontar los problemas cotidianos, llegué a la conclusión de que, sin decirlo expresamente (para no quedar “tan” mal) consideran que mi posición, de ABSOLUTA IGUALDAD (en el uso de los bienes) “no puede ser correcta” ya que, conforme la educación recibida, interpretan que “Dios ha establecido” ese sistema jerárquico, según el cual existirían dos grupos de personas perfectamente diferenciados, “los que mandan” (ellos, aunque aseguren “servir”) y los que “obedecen” (los laicos, los “cristianos de segunda”, quienes “servimos” realmente) hecho que, según los relatos bíblicos, se habría originado en la selección de la tribu de Leví de la cual surgió el grupo sacerdotal.
Y creo que también ese fue el motivo del rechazo de Jesús (aunque no de su muerte, ya que ésta fue causada por el temor de las autoridades hebreas (Jn.11,47-53) de que prendiese en toda la población su estilo de vida solidario de compartir vivencias y bienes, pues eso habría acabado con la esclavitud —que era el “motor” de la economía en esos años— situación que los romanos no hubiesen aceptado de ninguna forma, ya que les habría complicado sobremanera su sistema de vida, y para evitar que eso ocurra invadirían y destruirían Israel, que es precisamente el temor que expresaron los integrantes del Sanedrín según relata ese párrafo bíblico, aspecto éste que menciono simplemente pero que no entro a analizar ahora, ya que no hace al fondo de lo que estoy analizando).
Pues bien, nos encontramos investigando aquella situación, cosa que efectúo aún corriendo el riesgo de equivocarme al analizar los textos bíblicos.
Y asumo tal posibilidad ya que, si incurro en un error, de todas formas ese “pecado” no sería “tan” grave como el que cometería “callándome la boca”, pues esto último, ante mi conciencia —y ante Dios— significaría una responsabilidad mayor, pues implicaría aceptar que la actitud que el cristianismo ha adoptado a lo largo de los siglos continúe inalterable y, por ende, que centenares, mejor dicho, miles de millones de personas no “descubran” el Amor de Dios, cosa que, por lo menos para mi, es total y absolutamente inaceptable.
Y es así, ya que considero que ese rechazo generalizado de la humanidad ocurre, simplemente, porque las “jerarquías eclesiásticas” no analizan, aunque sea como una SIMPLE ALTERNATIVA, la POSIBILIDAD de que exista un error en esos textos que figuran en la Biblia y que, en definitiva, causaron (y causan aún en la actualidad) estructuras de poder y de riqueza, que generan —además del rechazo de la doctrina de Jesús como Mesías—, una tremenda secuela de horror y desencuentro entre los seres humanos ya que es lo que “justificó” las conquistas realizadas «con la cruz y con la espada», y también es similar a lo que origina que en nuestros días los israelíes masacren a los palestinos con absoluta tranquilidad de conciencia, pues, en definitiva, lo hacen convencidos de “defender al pueblo de Dios y la tierra que Él les dio” cosa que, como podrán comprender, tengo ENORMES DUDAS de que sea exactamente así.
Pero quiero que entiendan también, que el análisis de estos aspectos (incluso en el ámbito de lo civil) me demandó redactar centenares de páginas (que espero poder publicar algún día) por lo cual les agradeceré que tengan la tolerancia de interpretar las breves líneas siguientes, sin esperar de ellas una clarificación absoluta del tema.
Les recuerdo que investigamos la posibilidad de que exista un error, al asumir que Dios “separó” en dos grupos a los seres humanos (los levitas y el resto) y fundamentalmente, que estableciese de esa forma que uno deba proveerle de bienes al otro.
Y les señalé que hay por lo menos tres versiones en la Biblia que hablan de ese hecho.
La primera de las hipótesis acerca del origen de los Levitas, es una breve referencia del Deuteronomio, libro que sin entrar en detalles, MENCIONA LA ÉPOCA en que Dios los “habría separado” del resto de su pueblo diciendo: "Los israelitas partieron de los pozos de Bené Iaacán y se dirigieron hacia Moserá. Allí murió y fue enterrado Aarón, y su hijo Eleazar lo sucedió en el ejercicio del sacerdocio. Luego siguieron avanzando hasta Gudgodá, y de allí fueron hasta Jotbá, una región donde abundan los torrentes. Entonces el Señor puso aparte a la tribu de Leví para que transportase el Arca de la Alianza del Señor, para que estuviese en su presencia y lo sirviera, y para que bendijera en su nombre, como lo ha venido haciendo hasta ahora. Por eso Leví no tiene parte ni herencia entre sus hermanos: el Señor es su herencia, como el mismo se lo ha declarado" (Dt.10,6-9)
Según ese pasaje, la “separación de los levitas” habría sido realizada mucho DESPUÉS de la muerte de Aarón, circunstancia que interpreto es necesario analizar en dos rumbos distintos.
El primero, para advertir allí la existencia de un nuevo error dentro de los textos bíblicos, pues eso NO COINCIDE “temporalmente” con lo que expresan todos los otros relatos, ya que éstos afirman que el bueno de Aarón, estaba “vivito y coleando” en ese momento, conforme veremos más adelante.
El segundo, y esto es lo más importante al respecto, porqué nos permite ratificar, y con absoluta nitidez, que en lo que llamaríamos el ORIGEN BÍBLICO de ese pueblo, no existía ninguna diferencia entre ellos, circunstancia evidente ya que, claramente se menciona la existencia de un hito temporal, un momento en el tiempo, un instante en la historia hebrea en el cual, el Buen Dios habría “apartado” a los miembros de la tribu de Leví, “separándolos” del resto de las tribus, hecho que habría realizado para que transportasen el Arca, estuviesen en su presencia, lo sirviesen y bendijese su nombre.
Obvio que también, y “a la pasada”, se señala que esa es la razón por la cual “no tienen herencia”, es decir que no recibían tierra (cosa que —según Num.35,1-8 tampoco es “tan” así— pero, en fin) sino que su herencia “es el Señor”, y por ende, “explica” el motivo por el cual vivirían mezclados con el resto de las tribus pero, simultáneamente, gozarían de algunos “privilegios” o beneficios por realizar en forma exclusiva ese “servicio”.
Es decir entonces, que es posible afirmar, que en la historia del pueblo hebreo, ANTES de “ese momento” no existía ninguna diferenciación entre los integrantes de las DOCE tribus, y que, por consiguiente, todos por igual podían estar en Su presencia, sirviéndoLo, bendiciendo Su Nombre, acarreando con el Arca y cuanta otra cosa podamos pensar o imaginar, como por ejemplo, “consultándoLo” personalmente, según lo he mencionado en un artículo anterior, haciendo referencia a que figura así en el Éxodo (33,7) pasaje que como recordarán, corresponde a los textos bíblicos “originales”, los más antiguos, los de tradición YAVISTA (en los que Dios es designado como Yahveh) pues allí se señala que esa “consulta” podía realizarla cualquier israelita (sin intermediarios) circunstancia que se ve corroborada en este nuevo pasaje del Deuteronomio que transcribí antes .
Y queda claro también, que la nota de la Biblia de Jerusalén, escrita sobre ese texto del Éxodo, asegurando que la “consulta” se hacía por intermedio de Moisés (y a la cual me referí antes) es sólo producto de la imaginación de su redactor, pero que de forma alguna podemos tomarla como un verdadero aspecto bíblico.
Obvio que se podría decir, que «la falta de coincidencia temporal sobre la época en que ocurrió esa separación es un “simple detalle menor” y, por consiguiente, que no hace al fondo de la cuestión con respecto a la “selección” de los levitas», lo cual podría ser cierto SI FUESE EL ÚNICO ARGUMENTO al respecto, pero como no es así, sino que existen MUCHOS OTROS ASPECTOS que hay que tener en cuenta, creo que no se la debe “despreciar” con tanta tranquilidad, como algo carente de significación, ya que eso sería —simplemente— tratar de disimular el problema real y profundo que existe en este tema, y que es la “famosa diferenciación” que yo cuestiono, y que consiste en “atribuirle” al Buen Padre Celestial, no lo que hace a “elegir” personas, pues eso tiene gran parte de verdad, sino que esa diferenciación habría significado además, el otorgamiento de una serie de privilegios a uno de los grupos, punto en el cual no poseo, ni por casualidad, la misma coincidencia.
Corresponde entonces que reflexionemos sobre la segunda referencia, la cual podemos encontrar en los Capítulos 16 y 17 del Libro de Los Números que, como recordarán, corresponden básicamente a la “tradición sacerdotal”, es decir que fueron escritos por los “sacerdotes” hebreos, mucho después del momento en que fueron redactados los textos bíblicos originales, los de “tradición Yavista y Elhoista”.
Contrariando mi costumbre no los voy a transcribir, ya que si lo hiciese, no sólo ocuparía mucho espacio, sino que carecería de sentido pues, en el momento en que intentase exponer mi pensamiento sobre ese tema, la mayoría estarían cansados, o directamente dormidos.
Por eso sólo efectuaré un breve resumen de lo que en ellos se relata, y señalaré la impresión que me producen.
Según parece, hubo una discusión con respecto al ejercicio del “sacerdocio” (lo que nos muestra un nuevo error en la Biblia, pues presupone ya, la “separación” de la tribu de Leví) cuando un grupo de 250 levitas (apoyados por otros, todos hombres “importantes” de la tribu de Rubén ) secundan a un tal Coré.
Sin ser sacerdotes ofrecen incienso a Yahveh, y de algún lado surge un fuego que los consume por completo. Sus incensarios de bronce, son convertidos en “chapas” y puestos en el altar “para recuerdo” (¿advertencia?).
No se aclara bien como pasó, ya que el otro grupo (el de Coré, Datán y otros) tal vez más numeroso que el anterior y, por supuesto, por su “accionar injusto” (pues estaban “celosos” de la autoridad de Aarón y Moisés, y “osaron” discutir su jefatura) habían recibido antes el “justo castigo que les correspondía por semejante atrevimiento”, pues se abrió la tierra y se los tragó, junto con todas sus familias.
Hasta allí parecería una simple cuestión interna de la tribu levita, pero si leemos un poco más adelante (Cap. 17) vemos que todos los hebreos habrían adoptado también esa “actitud rebelde” (aspecto sobre el cual volveré más adelante) motivo por el cual el “Ángel” de Yahveh (que en el lenguaje bíblico significa su accionar, personal y directo) actúa mediante una plaga causando la muerte de miles más, exterminio que sólo se detiene cuando, a instancias de Moisés, el bueno de Aarón, con un incensario en la mano (¡cómo iba a faltar!) se coloca frente al pueblo intercediendo por él, y logra aplacar su ira, con lo cual cesa la matanza. Ese episodio resaltaría “la importancia” de la oración del sacerdote.
Ante esos hechos, y casi en estado de pánico, el pueblo le plantea a Moisés y Aarón su temor de morir, por lo cual Yahveh habría resuelto que únicamente los levitas —y dentro de ellos el grupo sacerdotal— fuesen los que “deberán atreverse” a arrimarse a su Tienda, como sus servidores directos, asumiendo únicamente ellos el riesgo de correr tal suerte.
Por supuesto que también aquí se menciona, que esa es la causa por la cual deben recibir bienes del “resto” de los integrantes de las tribus hebreas.
Desde ya les aclaro que existe otra cuestión —la “vara de Aarón”— sobre la cual redactaré algo más adelante, dado que considero que puede ser interpretada como una “tercera” versión del origen de los levitas.
Pues bien, quedándonos con el relato de esas situaciones (que recomiendo lean, en cualquier traducción de la Biblia que tengan a mano) yo simplemente mencionaré, que la impresión que me causa su lectura podría definirla como de ENORME asombro, el cual se origina en varios aspectos.
Me causa ASOMBRO por lo FANTÁSTICO de los hechos que se relatan, por lo CRUEL Y SANGUINARIO del accionar de Yahveh, y porqué los seres humanos aparecen como unos PERFECTOS ESTÚPIDOS. Y además, por cuanto la sumatoria de todo me parece ahora tan difícil de admitir, que no alcanzo a comprender cómo pude hacerlo durante tantos años, aceptándolo como algo efectivamente ocurrido y, peor aún, como acciones “personales” de ese SER MARAVILLOSO que es Dios, ese PADRE BUENO del cual nos habló Jesús, cosa que les recomiendo piensen también ustedes, en lugar de seguir insistiendo en que, «si bien es duro, y no lo entiendo del todo, como está en la Biblia hay que aceptarlo» ya que, sinceramente, eso si que, por lo menos, es una verdadera locura.
Y pasaré a explicarles en forma muy sucinta la causa de mi ASOMBRO.
Asombro por lo fantástico, ya que no guardan relación con otras cosas, incluso actuales, que nos muestran a Dios en sucesos naturales, sencillos y normales, a los describiría con la referencia bíblica de que Dios no está ni en el huracán, ni en el terremoto, ni en el fuego, sino que se encuentra en el susurro de la brisa (1R19,11-12).
Asombro por lo cruel, sanguinario y —porqué no decirlo también— por lo INJUSTO, y por ende impropio de una acción de Dios, motivo por el cual creo que lo realmente injusto es adjudicarle a Él, al Buen Padre Celestial ese accionar, ya que se relata que son “tragados por la tierra” incluso chicos de muy corta edad, chiquitos, y aunque no se lo diga expresamente, podemos pensar que hasta los bebés habrían sufrido ese escarmiento.
Asombro, por cuando se hace aparecer a los seres humanos de aquellas épocas como unos tarambana, unos perfectos estúpidos ya que, si hubiesen ocurrido en verdad esos hechos, tan fantásticos, tan extraordinarios, resulta absurdo que continuasen rechazando la “decisión divina”, en favor de Moisés y Aarón para comandarlos.
Asombro, finalmente, por la extraña actitud desarrollada a lo largo de los siglos, al no existir (fundamentalmente entre los “biblistas serios”) nadie que se detenga a pensar en que puedan existir errores TAMBIÉN ALLÍ, aunque en este sentido comprendo, que hasta hace poco tiempo no se le podían otorgar a esos relatos, tan fabulosos, otra explicación que la que hemos venido escuchando, por lo menos haciéndolo dentro de un contexto de fe.
Pero creo que hoy podemos admitir otras posibilidades, incluso simples cuestiones humanas y, por ejemplo, conviene analizar en ese último sentido, el tema de la famosa “vara de Aarón”.
Como recordarán, está dentro de esos relatos, de hechos sangrientos y matanzas que habría efectuado personalmente Yahveh, masacrando a miles y miles de israelitas incluidos niños pequeñitos.
Y como la “actitud rebelde” continuó, los jefes de todas las tribus entregaron sus varas, poniendo el respectivo nombre de cada una de ellas (SALVO EN LA DE LEVÍ, donde colocan el de Aarón quien, por supuesto, venía a ser el “Sumo Sacerdote”). Las dejan en la Tienda del Encuentro, y al día siguiente, al ingresar Moisés, descubre que sólo la vara de Aarón floreció, hecho que toman como una ratificación de la elección de Yahveh, tanto de los levitas, como del sector más privilegiado aún: los sacerdotes.
Esa vara, “tan florida”, quedaría reservada dentro del Arca de la Alianza, para ser “mostrada” ante cualquier reclamo que pudiera plantearse en el futuro.
Obvio que frente a lo que se menciona, acerca de las tremendas matanzas que habrían acaecido, no sólo entre el pueblo común, sino incluso entre los mismos levitas nadie se atrevió jamás a hacerlo. Y les diría que no quiero ni pensar en cómo habrían reaccionado los jerarcas religiosos (sacerdotes encumbrados) de aquél entonces, si algún “infeliz”, un laico común, para verificar si era verdad lo que se afirmaba, y que usaban para obligarlo a suministrarles bienes, hubiese pretendido ver personalmente la famosa “vara florida”.
Pues bien. Yo me he preguntado, y se lo pregunto a todos, en especial a los actuales “referentes” cristianos, ¿es posible pensar que Dios, el único y verdadero Dios, ese Padre Bueno del cual habló Jesús, haya actuado de ese modo?
Muchos suelen plantear, «son sólo “formas”, utilizadas por los seres humanos de aquellas épocas para enseñar lo verdadero, para explicarlo, aún cuando puedan no responder a un real accionar de Dios». Incluso podemos ver, por ejemplo, que en la popular edición argentina de la Biblia llamada “EL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOS”, en una nota sobre ese asunto del florecimiento de la vara de Aarón (Pág.203) se menciona textualmente «Esta hermosa leyenda expone simbólicamente la preeminencia de la familia de Aarón y de la tribu de Leví sobre las demás tribus israelitas» con lo cual queda en claro que ES UNA SIMPLE LEYENDA, no algo real.
Siendo así, es decir, si son sólo “formas” ¿por qué se las utiliza como “señales” de Dios, para asegurar que existe esa PREEMINENCIA? (y por ser algo realmente MUY IMPORTANTE, también volveré a referirme a esa cuestión más adelante).
Y creo que hay que analizarlo ya que, si son fábulas, meras formas de hablar, sin duda alguna lo legítimo fue el reclamo de igualdad que realizaban los israelitas “rebeldes”.
Por ende, nos va quedando una única alternativa con respecto a esa diferenciación que yo cuestiono (que, INSISTO UNA VEZ MÁS, lo hago SÓLO con respecto al uso de los bienes y otras cuestiones mundanas, terrenales, y no con lo místico o sobrenatural) y que es lo que podríamos denominar la “perla” de este asunto, el tema de los “primogénitos”, aspecto que analizaré en el próximo texto.
Reciban mi saludo y el constante MARANA-THA
Mario
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Mario Enrique Bruzzone
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MensajePublicado: Vie Oct 07, 2005 8:37 am    Asunto:
Tema: Bienes terrenales-Sacerdotes y laicos¿cuál es la diferencia?
Responder citando

Estimado Carlos, hermano en el Señor Jesús:

En primer lugar te agradezco tu mensaje, el que trataré de contestar, aunque desde ya te diré que para exponer parcialmente mis ideas he resuelto exponer en el Foro una serie de 7 textos (hoy colocaré el 4to.) y tal vez de todos ellos surja con un poco más de claridad mis pensamientos.
Por otro lado te diré que algunos puntos ya los había tratado de explicar en el Foro (“formato anterior”) al hacer referencia a un tema que había titulado “COMUNIDAD DE VIVIENCIAS Y BIENES” pero, por causas que desconozco se modificó todo, y debí comenzar con este otro ya que en el anterior figuraba “cerrado” y no había forma de poner nada allí.
Te aclaro que yo de este asunto de Internet no se prácticamente nada, y que vivo en un pequeño pueblo y aquí no tengo demasiadas oportunidades de averiguar muchas cosas sobre ese asunto.
Y para que tengas una idea al respecto, te menciono que es la primera vez que participo de un Foro como este en todos los años que llevo transitando por este mundo, (y que ya son unos cuantos) motivo por el cual consideré que debía re-iniciar mis explicaciones.
Incluso allí (en ese Foro “anterior”) había puesto un texto con algo que publiqué hace tiempo con el título de MARANA-THA, en el cual he procurado explicar lo que considero esencial del asunto de vivir en comunidad de vidas y bienes.
Posiblemente si hubieses tenido oportunidad de leerlo tendrías más claras mis ideas.
Pasaré a tratar de explicarte algunas cosas.
Según tu mensaje, parecería que mis escritos adolecen de un doble problema.
En primer lugar que son muy “rebuscados”, y en segundo término (aunque sobre este es el punto sobre el cual más insistís) que yo minimizaría la función sacerdotal.
Pues bien, te diré que me parece que yo no minimizo nada, pero creo que hay que partir de un hecho que —por lo obvio y evidente— casi resulta absurdo hablarlo y, sin embargo, parece que para vos pasaría desapercibido.
La forma en que vivimos es en muchos aspectos la misma que se viene manteniendo desde hace SIGLOS y sin embargo, los resultados (o “frutos”) no son demasiado brillantes que digamos.
Mejor dicho, tal como yo veo la realidad del mundo en el cual vivimos, diría que se aproximan bastante a ser considerados como realmente pésimos. Incluso te diría que, si nos remontásemos a ciertos sucesos de la historia, realmente hasta sería necesario buscar alguna otra palabra para poder calificarlos adecuadamente.
Vos mencionás que casi todos los santos y doctores han salido de entre aquellos que pronuncian votos. Y no creo que valga la pena hacer una estadística, o sacar un porcentaje al respecto ya que resulta obvio que —aún siendo eso verdad— no cabe duda alguna de que no podemos “ubicar” dentro de esos rubros “positivos” a un número demasiado grande de ellos.
Por otra parte, también te recuerdo que, además de ese pequeño grupo de “santos y doctores”, entre quienes han pronunciado esos votos han surgido también no sólo herejes sino que incluso hubo (y hay) muchos que lamentablemente han mantenido en sus vidas conductas que muy poco tienen que ver con el mensaje del Evangelio, conforme podemos advertirlo leyendo un poco de historia y simplemente los periódicos.
Pues bien. Frente a todo eso me parece que, el hecho de que yo haya planteado como alternativa la posible existencia de algún error no lo veo como “REBUSCADO” sino simplemente como una actitud honesta y libre, es decir, que no me parece correcto limitarse a decir “sí, sí, sí”, a todo, sino que intento descubrir cuales pueden ser los motivos que pudieron contribuir a que el mundo haya caído “tan abajo” como estamos ahora, y donde las vivencias evangélicas resulta bastante difícil encontrarlas.
Y en ese sentido me permito recordarte que Jesús expresamente mencionó que «conoceréis la Verdad y la Verdad os hará libres» y que también dijo que «nada hay oculto si no es para que sea manifestado; nada ha sucedido en secreto, sino para que venga a ser descubierto» por lo cual, el haber asumido en forma independiente una investigación como la que yo he efectuado, no me parece que pueda ser calificada como REBUSCADA sino que yo la mencionaría como originada en considerarme “parcialmente responsable” por tratar de modificar esa situación.
Por otro lado, y dado que vos mencionás que estás a favor de muchas de mis ideas, tal puedas seguir efectuando aportes, y de esa forma traer un poco más de claridad que la que yo logro en mis escritos.
Con respecto al otro tema que planteas, espero que los textos que continuaré exponiendo sirvan para clarificarte mejor mis puntos de vista. Pero, de cualquier forma, te diré que quedo a tu disposición para cualquier aclaración que consideres conveniente.
Reiterándote mi gratitud por tu comentario, te envió mi saludo junto con mi invariable deseo del MARANA-THA
Mario
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Mario Enrique Bruzzone
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MensajePublicado: Sab Oct 08, 2005 6:30 am    Asunto:
Tema: Bienes terrenales-Sacerdotes y laicos¿cuál es la diferencia?
Responder citando

"BIENES TERRENALES-SACERDOTES Y LAICOS ¿CUÁL ES LA DIFERNCIA?"
5to. TEXTO

Levitas y “primogénitos” – crónica de un error (nota 2)

Vamos a investigar el “último tramo”, de la “famosa” diferenciación de personas (y consiguientes “privilegios” a un grupo) que se adjudica al Buen Padre Celestial, y que habría acontecido por la “separación” de la tribu de Leví, del resto del pueblo hebreo.
En distintos pasajes bíblicos se hace referencia a eso, y creo no equivocarme si afirmo que ninguno pertenece a las tradiciones más antiguas de la Biblia.
Se dice que en un momento de la historia de ese pueblo, Yahveh habría apelado a tal recurso, haciendo que esa tribu “rodease” la Tienda del Encuentro (antecedente del Templo) como sus “servidores directos” y, simultáneamente, como “intermediarios obligados” para que el pueblo común pudiera “contactarse” con él, haciéndole las peticiones que deseasen, ya que por el mero hecho de acercarse sin permiso, eran condenados a muerte.
Además, esos mismos textos le atribuyen también al Buen Dios del Cielo (¡pobre Dios!) haberles adjudicado el derecho de recibir bienes del resto de los israelitas, por “semejante” encargo.
Y así, si leemos el Capítulo 18 del Libro de Los Números podremos comprobar que, luego del relato de todo el horror y muerte, sufridos por el pueblo común y un pequeño grupo de levitas (que “osaron discutir la jefatura” de Aarón y Moisés) los hebreos le plantean a Moisés su preocupación de morir todos.
Pero, lo interesante del caso, es que aquí ya no se menciona la discusión de “autoridad” que se relató antes, sino que el temor a sufrir la misma suerte se originaba en el simple hecho de “arrimarse” a la Tienda del Encuentro.
En efecto, se dice: “Pero los israelitas dijeron a Moisés: «¡Vamos a morir! ¡Todos estamos perdidos! ¡El que se acerque a la morada del Señor morirá! ¿Tendrá que morir hasta el último de nosotros?” (Num17,27-2Cool ante lo cual se expresa: ”Entonces Yahveh dijo a Aarón. «Tú, tus hijos y la casa de tu padre contigo “cargaréis” con las faltas cometidas contra el santuario ... has que se acerquen también tus hermanos de la rama de Leví .. Que sean tus ayudantes». Les aclaro que, el uso de las comillas, la negrita y el subrayado en la palabra “cargaréis” me pertenecen, ya que intento mostrarles que, la idea que pretende trasmitir ese texto es que, lo que les había “tocado en suerte” por semejante “decisión superior”, no era algo sencillo sino todo lo contrario, algo muy serio y peligroso.
Además, se aclara también allí, una vez más, que «el laico que se acerque morirá» (Num.18,1-7).
Y por supuesto, a continuación se enumeran los “derechos de los sacerdotes, los levitas y la obligación del diezmo” (Num,18,8-32)
EN FIN...
Y quiero aclararles también, que si observamos cuidadosamente los pasajes, advertiremos que en el motín del pueblo originado luego de la muerte de Coré y otros, junto con todas sus familias y los 250 “jefes importantes” que usaron los incensarios, (quienes inician todo el asunto, discutiendo la jefatura de Moisés y Aarón) el planteo popular fue «Vosotros habéis matado al pueblo de Yahveh» (Num.17,6. Aclaro que en Reina Valera figura 16,41) es decir, que les reprochan DIRECTAMENTE A ELLOS DOS esa mortandad, hecho que no coincide con lo relatado unos párrafos antes, de que hubiesen muerto “tragados por la tierra” o por un fuego misterioso, lo cual torna aún más sugestivo a todo este asunto.
Pero bueno, sigamos adelante y pasemos a analizar el fondo de todo.
La idea que subyace al afirmar que el Buen Dios, no sólo “diferenció” personas, sino que también acordó privilegios a uno de los grupos es que, como antes había matado a los primogénitos de los Egipcios, respetando en cambio la vida de los varones nacidos en primer término entre los hebreos, TODOS ÉSTOS le “pertenecían”. Tiempo después (ya vimos que al principio no existía diferencia alguna entre los israelitas) en un momento de la historia “resuelve exigir” que un grupo actúe como sus servidores directos, y recurre para eso a un “procedimiento especial” pues, en lugar de “retirar” de cada una de las familias hebreas los primogénitos que “le pertenecían”, selecciona en su reemplazo a TODOS los integrantes de la tribu de Leví.
Trascribo a continuación el pasaje donde consta ese reclamo "Yahveh habló a Moisés y le dijo: «Mira que he elegido a los levitas de entre los demás israelitas en lugar de todos los primogénitos de los israelitas que abren el seno materno. Los levitas serán para mí. Porque todo primogénito me pertenece. El día que herí a todos los primogénitos de Egipto, consagré para mí a todos los primogénitos de Israel, tanto de hombre como de ganado. Son para mí. Yo, Yahveh»" (Num.3,11-13)
Desde ya les adelanto que ni siquiera me parece correcto adjudicarle semejante acción a Dios, al Eterno, al Amor, a ese SER BUENO del que habló Jesús, como eventual fundamento de la “separación” atribuida a Dios, para que los levitas fuesen sus “servidores directos”, y les recuerdo que lo cuestiono con el fin de explicar que es inexacto que el Buen Padre Celestial, ADEMÁS otorgue “privilegios” por la actividad que pueda encomendar a alguien, en especial el exigir bienes del “resto” del pueblo, los laicos, los de “segunda”, la población común y corriente.
Y pienso de esa forma, por cuanto entiendo que es totalmente injusto adjudicarle a ese SER AMOROSO un proceder tan deplorable, como la indiscriminada matanza de los primogénitos egipcios (en la que debemos asumir, que quedaron involucrados hasta los bebés recién nacidos) no sólo porque el Buen Dios del Cielo no actúa así, pues Él utiliza sólo recursos “razonables”, sino fundamentalmente, por cuanto el mecanismo que habría adoptado para arribar a semejante masacre, es directamente ilógico, indigno e inmoral, motivo por el cual yo no puedo —ni en chiste— aceptar que se le atribuya a Dios.
En efecto; si leemos el relato que desemboca en esa famosa matanza, podremos ver que fue la ÚLTIMA de una serie de “plagas” utilizadas para que el Faraón “ceda”, y permita que los hebreos abandonen Egipto.
Y lo importante del caso es comprender que, siempre de acuerdo con ese relato del Éxodo, por lo menos tres de las calamidades con que castigó previamente a Egipto, y que anteceden a “tamaña carnicería”, no lograron su objetivo liberador, no por un simple y absurdo empecinamiento del monarca egipcio, sino en razón de que «Yahveh endureció el corazón de Faraón» (Ex.9,12;10,20;10,27;11,10) situación que —y con absoluta sinceridad lo digo— no me parece que pueda ser atribuible a Dios, ya que carecería de toda lógica y, por ende, resulta imposible adjudicarle semejante cosa a ese SER AMOROSO que nos mostró Jesús.
Y eso es sencillo comprenderlo ya que, si realmente quería liberar a los israelitas, lo último que haría sería ponerle “callos” en el corazón al Faraón, para que éste se negase a otorgarles la libertad.
Pero, como al analizar ese argumento algunos pensarán: (y, lo que es peor aún, dirán a viva voz) «Allí está el problema de ese fulano. No tiene fe. No cree lo que dice la Biblia», aspecto que reitero NO ES CIERTO sino que —simplemente— yo admito la posibilidad de que existan errores, TAMBIÉN en esos pasajes bíblicos de donde surgen los privilegios que tienen, por las dudas voy a señalar algo más al respecto.
Me cuesta mucho, muchísimo aceptar como real la historia de los primogénitos, no sólo por lo injusto e irracional de la misma, sino además por lo siguiente.
Sí es verdad que TODO el pueblo hebreo le “pertenecía” a Yahveh, pues muchas veces la Biblia asegura que es su pueblo, que es su herencia, lo cual indica claramente que TODOS LE PERTENECÍAN, que YA ERAN “SUYOS”, grandes y chicos, varones y mujeres, es decir, que todos los israelitas por igual, y sin excepción alguna LE PERTENECÍAN, no alcanzo a comprender qué sentido tendría que luego, años después de esas afirmaciones, que abarcan a todos los hebreos por igual, y que por supuesto, constan TAMBIÉN EN LA BIBLIA (1Re.3,8-9 Dt.7,6-8; 32,9 Is.43,21 Sal.33,12 etc.) exactamente igual que esto de los famosos primogénitos, el Buen Padre Celestial resolviera hacer un “reclamo particular”, con relación a una pequeña porción de SU pueblo, al segmento de los “primogénitos”, ya que sin duda alguna ellos también, y desde siempre eran “suyos”, eran parte integrante de su “herencia”.
Sinceramente, eso “no cierra” de forma alguna en mi cabeza ya que, como lo expresa no sólo un viejísimo adagio jurídico («el dueño del todo lo es también de cada una de sus partes») sino además la simple lógica, ese reclamo resulta absurdo, y por ende IMPROPIO de Dios, por lo cual me parece ridículo e injusto adjudicarle a Él semejante historia de crueldad, para intentar fundamentar “tamaña selección” (de levitas y sacerdotes).
En especial, porque a lo largo de la historia de la humanidad, ese tipo de ideas ha significado atribuirle al Buen Dios, el origen de los privilegios que pequeños grupos reclamaron de las grandes mayorías, y no sólo en el ámbito religioso, sino también en el civil o político.
Pero independientemente de eso seguiré adelante, y para poder hacerlo les diría que hasta podría aceptar, que en cierta forma pudo ocurrir alguna diferenciación como la que se menciona, aunque —y lo reitero una vez más— NO POR EL ARGUMENTO de esa matanza, ya que eso resulta absolutamente impropio del Buen Dios.
Por ende, continuaré este análisis del relato bíblico según el cual, parecería que Yahveh habría preferido a los levitas, en lugar de los varones nacidos en primer término en cada familia hebrea.
Y en ese sentido —la verdad sea dicha— la selección de toda una tribu en reemplazo de los primogénitos es atendible, y hasta diría que “razonablemente atribuible” a una decisión del Buen Dios ya que, en lugar de “desgajar” a todas y cada una de las familias israelitas, “retirando” a los varones nacidos en primer lugar, para llevárselos como sus “servidores personales”, habría optado por un procedimiento mucho más lógico, más “sensato”, ya que ninguna familia se vería “rota”, o desarmada por su resolución, pues todas se mantendrían perfectamente unidos, cosa evidente ya que, mientras la totalidad de las familias de los levitas (incluyendo a sus propios primogénitos) quedarían a su servicio, las familias de las tribus “restantes” continuarían haciendo su vida normal, con sus respectivos primogénitos incluidos.
Hasta allí, yo diría .... ¡FENÓMENO!
Honestamente, tiene bastante lógica y, por ende, sería atribuible a una verdadera resolución del Buen Dios.
Pero, no vayan a pensar que ocurrió de cualquier forma. Por el contrario, se recurrió a un procedimiento “exacto”, ya que siendo algo “dispuesto” por Yahveh, resultaría poco creíble que lo hubiesen realizado «a la que te criaste».
Debía estar bien hecho, «como Dios manda», según enuncia un conocido refrán.
Y así se menciona un meticuloso sistema, que encontramos narrado en el mismo Libro de Los Números y que transcribo seguidamente: "Dijo Yahveh a Moisés: «Registra a todos los primogénitos varones de los israelitas, de un mes para arriba, y anota sus nombres. Luego tomas a los levitas para mí, Yahveh, en lugar de todos los primogénitos de los israelitas»...«Por el rescate de los doscientos setenta y tres primogénitos de los israelitas que exceden del número de los levitas, tomarás cinco siclos por cabeza...la plata se le entregarás a Aarón y a sus hijos»"(Num.3,40-4Cool
Es decir que, según lo que allí se relata, el Buen Dios resultaría ser un “comerciante” muy exigente (y, POR FAVOR, grábenlo muy bien en la memoria) ya que no admite ninguna “desproporción”, pues ni siquiera “perdona” a su pueblo los 273 primogénitos de “exceso” que había en las otras tribus.
En efecto, para hacer las cosas “perfectas”, escrupulosamente bien, con absoluto detalle y exactitud, habría exigido a los israelitas “comunes y corrientes” (es decir, a los de “segunda”, a los laicos, como lo soy yo, y la inmensa mayoría de ustedes, amables foristas) que “compensen” esa “diferencia numérica” abonándola en “metálico”, importe que, por supuesto, no fue arrojado hacia el cielo para que lo “agarre al vuelo”, como relata un famoso cuento, sino que se lo entregan a los sacerdotes.
Hasta aquí les diría que es lo esencial, tanto del relato de lo que habría acontecido, como también de los motivos por los cuales habría ocurrido esa separación.
Pero bueno. Si así hubiese acontecido, y si en rigor de verdad, los actuales “referentes” religiosos pretenden basar su “diferenciación” en semejante historia, y lo que es más importante aún, la consiguiente instauración de “privilegios” en su favor, como el contar con la apoyatura de los bienes de los laicos (los “seres humanos de segunda”) y el manejo exclusivo y discrecional de los mismos, yo les pediría que me expliquen, por lo menos dos puntos que, por lo menos para mí, constituyen pruebas muy claras de que NO FUE REAL DECISIÓN DE DIOS, el haber establecido diferencias entre los seres humanos, beneficiando económicamente a uno de los grupos.
Pero antes les diré, que espero hayan podido advertir, que en el párrafo anterior escribí “seres humanos de segunda”, y no “cristianos de segunda” como hice en otras oportunidades, texto que consigné ex profeso ya que, el cuestionamiento que realizo, comprende también al pensamiento que existe entre los judíos, y en rigor de verdad, resulta posible trasladarlo también a otros grupos religiosos, ya que es relativamente sencillo ver, que algo SIMILAR existe en gran parte de ellos, por lo menos en los que tienen raíces en la antigüedad.
Y les recuerdo una vez más, que he arribado a este planteo que estoy efectuando, al advertir que los actuales referentes religiosos, pese a afirmar constantemente que «hay que imitar a Jesús», no se avienen a pensar en la posibilidad de instrumentar un sistema de vida SIMILAR AL QUE VIVIÓ EL SEÑOR, una plena participación de vivencias y de bienes, es decir, el estilo de vida de la Primera Comunidad Cristiana (Hc.2,44-47 y 4,32-37).
Y antes de señalar esos DOS PUNTOS que considero claves en este asunto, les diré también que he podido escuchar, en largos, aburridos, y muy retorcidos sermones, a manera de “demostración teológica” de esa teoría de los primogénitos, que el “reclamo” de los varones nacidos en primer término en las familias hebreas, que habría hecho el Buen Dios, tendría el sentido de que es necesario “darle lo mejor” y no “cualquier cosa”.
O sea que, al igual que la exigencia de entregar las “primicias” de animales y cosechas, que también menciona la Biblia, tal idea vendría a referir que a Dios es necesario darle siempre lo mejor, en lugar de reservárselo para uno mismo, “cediéndole” cosas de inferior calidad, o defectuosas.
Pues bien. El uso de esa doctrina (correcta en otros ámbitos) pretendiendo “justificar” esto de los primogénitos por la “entrega de lo más valioso”, posiblemente sea producto de la mente de alguien que fue el primogénito en su propia familia, y se considere, por ese sólo hecho, mejor que sus hermanos menores.
Y como tal vez puedan pensar que, como yo fui el “último orejón del tarro” en la mía, pueda ser el motivo por el cual NO CREO y MENOS AÚN ACEPTO ESO, les diré que aún si fuese incorrecta mi sospecha, y el autor de semejante teoría no hubiese sido el “primogénito” del hogar en que nació, estoy convencido de que si se atrevió a exponer semejante tontería, por lo menos no tiene hijos, y por tal motivo pudo “elaborar mentalmente” esa diferenciación, entre el nacido en primer lugar y “el resto” de los vástagos, ya que ningún padre normal, aún con “menos de dos dedos de frente”, aceptaría como lógico o posible eso ya que, si fuese verdad, vendría a significar que “los otros hijos son inferiores”, menos valiosos que el primero.
Y eso resulta obvio puesto que, si sólo se rescata al primogénito por ser “lo mejor”, viene a significar que con el resto de los hijos no se lo hace por ser “menos importantes”.
Pero dejemos de lado ese disparate, y analicemos al fondo del asunto de los primogénitos.
Recordarán que mencioné que rechazo la idea de adjudicarle a Dios la matanza de los primogénitos de Egipto, base de la pretendida “justificación”, o “explicación”, de esa situación.
Y también, que les pedí, que grabasen en la memoria el hecho de que el Buen Dios del Cielo aparecía como un negociante muy exigente, ya que ni siquiera habría perdonado a su pueblo la diferencia de 273 en más que existía, entre los primogénitos del resto de los hebreos y el total de los levitas (Num.3,40-4Cool.
Pues bien, aún cuando eso ya no hace quedar al pobre Dios “muy bien que digamos”, yo diría que en realidad no es nada comparándolo con lo que sigue.
Si hubiese sido tal cual se lo menciona, no cabe duda que deberíamos considerar que TODA LA DEUDA que mantenían los hebreos con Yahveh habría sido saldada en ese momento pues: a) le habían “entregado” para su servicio personal, una cantidad de varones (los levitas) similar a la totalidad de los primogénitos de las familias hebreas y, b) ADEMÁS, habían “abonado” en metálico la diferencia que existía, es decir, los 273 primogénitos que superaban al número de levitas.
Por lo tanto, aún si aceptásemos que ese SER AMOROSO que es Dios, fuese realmente, no sólo un “matador”, sino también un mercader TAN exigente, deberíamos asegurar que ALLÍ COBRÓ ABSOLUTAMENTE TODO LO QUE LE DEBÍAN.
Pues bien (y este es el primer punto que yo quiero que me respondan los actuales referentes religiosos) siendo así, ¿ME PODRÍAN EXPLICAR ENTONCES, POR QUÉ RAZÓN SE SIGUIÓ “COBRANDO AL PUEBLO COMÚN”, EL RESCATE DE LOS NUEVOS PRIMOGÉNITOS QUE NACÍAN EN SUS FAMILIAS?
Y trataré de ser bien claro al respecto.
Si Yahveh ya tenía a su servicio a TODOS los levitas, todos ellos eran sus servidores, NO SÓLO LOS NACIDOS EN PRIMER LUGAR, los “primogénitos” de los levitas (tanto los “comunes”, como los “especiales” o sacerdotes) sino que también lo eran los otros levitas, los nacidos en los sucesivos partos (hijos segundos, terceros, etc.) ¿cuál es entonces la razón, que justificaría el hecho de que el “resto” del pueblo deba seguir “rescatando” a sus propios primogénitos?
Atribuirle la exigencia de ese “nuevo rescate” (con un cordero a cargo del laico común) también al Buen Dios, al Eterno, al Amor, no sólo es decir que es alguien “muy exigente”, sino directamente un perfecto turro ya que estaría cobrando muchas veces la misma deuda cosa que, por lo menos yo, NO ACEPTO DE NINGUNA FORMA.
Y para ir finalizando con la explicación de mi idea, de que la existencia de una discriminación entre los seres humanos, y el consiguiente favoritismo económico hacia uno de los grupos NO FUE REAL DECISIÓN DE DIOS, mencionaré el segundo punto que, por lo menos para mí, constituye otra clara prueba el respecto.
En realidad, es bastante simple.
Para afirmar que la diferenciación entre los levitas y el resto del pueblo hebreo, ocurrió tal cual lo menciona la Biblia y que de allí habría surgido el “privilegio” de recibir el “apoyo de bienes” suministrados por el pueblo común (los de “segunda”) es necesario responder también a la siguiente pregunta: ¿cuál sería entonces el motivo por el que, una vez ocupada la Palestina, durante un largo período de la historia los israelitas no cumplen con ninguna de esas “especificaciones”, tan detalladas y puntillosas, tanto aquellas que hacen a las ceremonias de culto, como también con respecto a los levitas y sacerdotes ya que, según figura en el Libro de Los Números, las habrían recibido del propio Yahveh durante su peregrinar por el desierto?
Es decir; sí se desea sostener que, tanto el esquema piramidal del poder, como también el suministro de bienes a un grupo reducido, fue algo realmente dispuesto por el Buen Padre Celestial, es ineludible ubicar ese hecho durante el período en que vagaban por el desierto.
Por consiguiente, sería necesario hallar una adecuada explicación a la causa por la cual, una vez obtenido el dominio de la “tierra prometida”, (la Palestina, cosa que también se habría logrado con la ayuda “maravillosa”, pero simultáneamente violenta e injusta de Yahveh) en lugar de aplicar a partir de allí, y a pie juntillas todas esas especificaciones tan detalladas, se produce en cambio un largo, mejor dicho, larguísimo período, de aproximadamente 200 (¡¡¡DOSCIENTOS!!!) años durante los cuales NO EXISTIERON NI TEMPLO, NI SACERDOTES entre los hebreos.
Y les aclaro, fundamentalmente a las personas que puedan leer estos artículos sin un acabado conocimiento de los textos bíblicos, que me estoy refiriendo al extenso período, que TAMBIÉN FIGURA EN LA BIBLIA en el Libro de “Los Jueces”, y al que, por ende, se le debe adjudicar exactamente el mismo valor que a las expresiones donde se mencionan los primogénitos, los levitas, el diezmo, la monarquía y muchas otras cosas por el estilo.
Es decir que, si el Buen Padre Celestial, efectivamente hubiese querido que se organizase lo que yo denomino, la estructura piramidal, tempo—religiosa, de poder y economía, y que según el Libro de Los Números y distintos párrafos de otros libros, habría sido “establecida” durante el período del peregrinar por el desierto, se me ocurre pensar que habría exigido que la implementasen en forma inmediata, apenas su pueblo “elegido” ocupó la Palestina, en lugar de esperar más de 200 años para hacerlo.
Sin embargo, es obvio que de acuerdo CON LA BIBLIA no fue así, sino que se produjo todo ese extenso período sin que exista ninguna estructura, y que incluso hasta el Arca quedó casi olvidada, ya que sólo de tanto en tanto la sacaban a relucir, mientras que, esa organización se desarrolló recién transcurrido ese lapso, a partir de la instauración de la monarquía y la posterior construcción del Templo de Salomón.
Y lo más interesante del caso es comprender que, sólo mucho después del arribo a la Palestina, y de estructurarse primero el poder monárquico con Saúl y David (cosa que también es discutible que sea decisión de Dios) y luego el Templo, fue cuando se redactaron los textos que conocemos como la “tradición sacerdotal”, y que es en ellos donde se le atribuye a Yahveh, haber realizado esa “organización” durante el peregrinar por el desierto.
Y tampoco debemos olvidar que esa “nueva tradición”, muy posterior a las otras dos (Yahvista y Elohista) fue la que, no sólo compuso el Levítico y la mayor parte del Libro de los Números —donde figuran esa “selección y privilegios”— sino que también “mechó” (intercaló) pasajes con esa idea en otros libros.
Pues bien, esos son algunos de los motivos por los cuales yo no creo que haya sido el buen Dios del Cielo, el Eterno, el Amor, el autor de semejante cosa.
Y lo creo así, no sólo por todo lo que he expuesto, sino además: 1º) porque esa estructura piramidal, saturada de poder y riqueza, fue desarrollada, no sólo por los israelitas, sino que también “recurrieron” a ese mismo sistema muchos otros pueblos (no “elegidos”) de la antigüedad, y 2º) porque Jesús no participó de ella sino que la criticó, y mostró además con su vida un accionar absolutamente humilde e igualitario, mientras que esa estructura —casi está de más decirlo— fue la que lo rechazó, y la que finalmente resolvió condenarlo a muerte.
Y como debo decir aún otras cosas, lo haré en los próximos artículos.
Me despido con mi esperanzado MARANA-THA
Mario
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Mario Enrique Bruzzone
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MensajePublicado: Dom Oct 09, 2005 7:11 am    Asunto:
Tema: Bienes terrenales-Sacerdotes y laicos¿cuál es la diferencia?
Responder citando

"BIENES TERRENALES-SACERDOTES Y LAICOS ¿CUÁL ES LA DIFERNCIA?"
6to. TEXTO

Admitir eventuales errores - analizar nueva visión
¿el huevo, o la gallina?

He finalizado el análisis con el cual procuro señalar posibles errores, desarrollados a lo largo de los siglos, y que se usan para pretender “justificar” la existencia de una diferenciación entre los seres humanos como algo realmente establecido por Dios.
Y puse énfasis en lo que estimo lo más conflictivo del problema, pues se asume que como resultado de esa “separación”, un grupo minoritario habría obtenido determinados privilegios sobre el grueso de los seres humanos, ya que éstos deben “proveerles” bienes que ese “segmento favorecido” usa y administra con absoluta discrecionalidad.
Y lo he encarado procurando que, los actuales “referentes” religiosos comprendan, que ese gigantesco “resto” de seres humanos que pulula por el mundo, tropieza con enormes dificultades para lograr descubrir al verdadero y único Dios, al Amor, simplemente porque choca con la realidad que vivimos, y por ende suele rechazarlo expresando: «no puede ser que exista Dios, ya que Él no permitiría que sus “ministros” vivan como lo hacen, aprovechándose de los demás», sin comprender que esto último, en definitiva, se origina sólo en un simple error de educación.
Obvio que pese ha todo lo que he expuesto, continuarán existiendo quienes digan: «Sin duda, ese tipo (o sea yo) no tiene fe, ya que Dios puede hacer las cosas cómo quiere y cuándo quiere» lo cual, insisto una vez más, adolece no sólo del error de afirmar algo que no es cierto con respecto a mi persona, ya que tengo tanta fe como puede poseer cualquiera, sino que esa actitud sería una simple excusa para no detenerse a analizar, no sólo lo que ya mencioné, sino también muchos otros temas, el primero de los cuales señalaré seguidamente.
A veces se afirma «hay que “entender correctamente” los textos bíblicos, y es necesario “pensar” con la mentalidad de los hombres que la escribieron y no con la nuestra y, por consiguiente, hay que aceptar que existen simples aspectos “formales”, utilizados por quienes los redactaron, que no corresponden a hechos reales sino a mensajes de Dios», frase con la cual intentan indicar, que lo que es difícil de admitir, que lo que puede chocar con nuestra mentalidad o forma de ver las cosas, no debe ser utilizado para cambiar los “aspectos esenciales de la fe” (¿?) sino que es necesario seguir aceptando todo tal cual está, con total “obediencia a los que saben”.
Pues bien, sobre eso traería a colación el conocido dicho que menciona ¿qué existió primero, el huevo o la gallina?, es decir, si son meras formas literarias utilizadas por los hombres de otras épocas y que, por ende, no responden a hechos reales, ¿por qué se las usa para fundamentar toda la estructura piramidal, de poder y de riqueza, en la cual viven cómodamente?
Y para tratar de clarificar eso, me permito transcribir dos comentarios que podemos encontrar en la Biblia Latinoamericana (XIII Edición, “Letra grande”, San Pablo y Verbo Divino) pues me parecen útiles para explicar lo que quiero decir.
El primero es una nota al Capítulo 6 del Libro de Josué (pág.292) donde, intentando justificar (o al menos explicar) la matanza de los habitantes de Jericó se dice: «anatema ... se practicaba en varios pueblos; aquí al destruir todo lo que era cananeo, Israel se preservaba de adoptar la cultura y la religión materialista de los cananeos. El lector moderno a veces se escandaliza. ¿Cómo pudo Dios ordenar una guerra así?, Josué ¿cómo pensó agradar a Dios ordenando matar a todos, incluso a los niños? .... el autor quería demostrar a sus contemporáneos que no debían temer... Así, pues, cuando se dice: «Y así ordenó a Josué el anatema», no debemos pensar en una intervención especial de Dios (ver comentario Gn.16). Estas palabras significan solamente que, al decidir el anatema conforme a la mentalidad de su tiempo, Josué preservaba la fe de Israel de lo que más contradecía el plan de Dios: la idolatría. Pero ellos lo hacían como hombres que no sabían todavía el valor de la vida humana».
El segundo (pág.246) dice: «y la prueba de la elección de Israel, está en las intervenciones sobrenaturales de Dios a favor suyo, cuando lo sacó de Egipto».
Pues bien, lo que cabe preguntarse es, si no fue Dios quien “ordenó” la masacre de Jericó, sino que es una forma de hablar, ¿por que se dice que “la prueba” de la intervención y elección del Buen Dios en favor de los hebreos es otra masacre, la de los primogénitos de Egipto?
Obvio que si aquí también dijeran que es sólo una forma de hablar, ¿dónde quedaría, entonces, el “origen divino” de la separación de los levitas, del intermediar ante Dios, y del obtener bienes por esa actividad?
Digo yo, ¿sí en un lado es sólo una “forma de hablar”, por qué en otro es una “prueba”?
Insisto, ¿el huevo, o la gallina?
Y si bien podría finalizar aquí, considero conveniente decir algo más.
Al iniciar estos artículos traté de aclarar, que a veces los seres humanos cometemos errores por haber recibido una educación equivocada, ya que actuamos de determinada manera pues damos por cierto lo que se nos enseñó.
Y eso ocurre porque “nadie educa mal a propósito”, sino que transmite lo que considera “correcto y verdadero”, aún cuando puede no serlo.
Y traté de explicárselos mencionando, a título de ejemplo, que todos aceptamos que “yo escribo” y “ustedes leen”, dado que esas son las palabras que utilizamos para describir las conductas que realizamos cada uno de nosotros.
Y les dije que, sin embargo, podríamos pensar (o imaginar) que, en lugar de desarrollarse esas palabras, a lo largo de los años podría haber acontecido exactamente a la inversa y, de haber sido así, hoy todos “aseguraríamos” que yo “leo” lo que ustedes “escribirían” más adelante.
Pues bien. Como es posible que no resulte “tan fácil” comprender mi pensamiento con lo expresado acerca del uso de los términos “leer y escribir” (puesto que son palabras que corresponden a cuestiones que con los años, se fueron “precisando” correctamente en el lenguaje que utilizamos) les mencionaré otros ejemplos que estimo pueden ser más claros.
Hasta hace poco tiempo, en el lenguaje político que se utilizaba en la Argentina, con absoluto desparpajo se usaba la palabra “Modelo”, haciendo referencia con ella al “plan económico” implementado.
Todos la adoptan. Era normal hacerlo en discursos —oficialistas y opositores— y además se la utilizaba en los medios de comunicación, escritos, radiales y televisivos. Incluso, formaba parte, no sólo del lenguaje de la calle, del hombre común, sino que se la empleaba también en ámbitos universitarios y académicos.
Y se lo hacía sin que nadie se detuviese a pensar —al menos— si resultaba “correcto o incorrecto” su uso.
En aquella época intenté explicar el equívoco que se generaba, y redacté unas líneas que envié a distintos periodistas pero, por supuesto, como prácticamente todo el mundo pensaba que vivíamos “inmejorables condiciones económicas”, ni siquiera las publicaron.
Hoy, ante la crisis que afrontamos, resulta imposible o, al menos extremadamente difícil, escuchar que alguien hable del famoso “Modelo”.
Otros ejemplos también pueden ayudarles a entender mi idea.
Antes, cuando alguien actuaba sin afán de lucro, se solía expresar que lo hacía «por deporte» o «por amor al arte».
Actualmente, ante la mercantilización que existe en esos ámbitos ya no se lo menciona, pues nadie cree que sea así.
Algo similar ocurría en medicina, pues muchas veces se decía que constituía un “verdadero sacerdocio”, por la sacrificada y altruista actuación de muchos médicos.
En nuestros días ha perdido significación, pues no existe, ni por casualidad esa forma de actuar, y en ninguna de las “dos puntas”, pues resulta raro encontrar, tanto a un facultativo como un sacerdote, que tengan reales actitudes de desprendimiento.
Con lo expuesto intento señalarles, que son muy pocas las personas que se detienen a pensar en el porqué de los hechos, y en cuáles son las razones por las que utilizamos las palabras con las que nos comunicamos.
Menos aún las que analizan si resulta “totalmente correcto” el uso que les otorgamos ahora, e incluso, les diría que es ínfimo el número de seres humanos que razona, con respecto a sí en el origen de su aplicación, las palabras expresaban exactamente la misma idea que la que les adjudicamos en nuestra época.
Y aún cuando podríamos continuar con los ejemplos, creo que alcanzan para comprender que algo similar aconteció con muchos textos bíblicos.
Mencionándoles eso trato de exponerles (aunque resulta extremadamente difícil hacerlo en estos breves artículos) que la existencia de “errores” en la Biblia, como los que yo creo que existen, fundamentalmente en la tradición sacerdotal, no significa que hubiese existido “mala voluntad” en quienes redactaron esos pasajes sino, sencillamente, que cuando lo hicieron dieron “forma literaria” a relatos que se venía escuchando “desde antaño”, desde tiempo inmemorial, pues se venían repitiendo de generación en generación.
Por eso, al hacerlo no se detuvieron a investigar en cuál había sido la realidad de los hechos que se mencionaban, sino que dieron por “absolutamente cierto” que habían ocurrido exactamente como los escuchaban.
Por supuesto —seres humanos al fin— al escribir los “adornaron” un poco, para “remarcar” aquellas cosas que SÍ ó SÍ consideraban que era “la verdad”.
Se los consignó, sin buscar la explicación correcta a ciertos hechos, o leyendas, que involucraron al pueblo hebreo.
Aceptar errores no debe escandalizar, y menos aún hacernos perder la fe.
Por el contrario, debe servirnos para comprender mejor el verdadero sentido de lo religioso.
Y para ir finalizando con estos artículos con los cuales, una vez más trato de atraer la atención de los “referentes” (jerarquías) religiosos, procurando que se “detengan” a pensar seriamente en la posibilidad de implementar una verdadera vida cristiana (comunidad de vivencias y de bienes - recrear el estilo de vida de la Primera Comunidad Cristiana) plantearé distintas cuestiones sin analizarlas en profundidad, pues la limitación del espacio disponible me obliga a hacerlo superficialmente.
PRIMERO: ¿Por qué el claro mensaje de Amor que dejó Jesús, no encuentra mayor aceptación entre los seres humanos? Para justificar eso, ¿es posible atribuir tanto poder al demonio, como para pensarlo capaz de “torcer” la voluntad al propio Dios? o tal vez, ¿no será mejor asumir, que el camino seguido por el cristianismo no ha sido correcto, y que el Buen Dios del Cielo no está conforme? Y de aceptarse eso como lo más factible para explicar aquel hecho, ¿cuáles son las razones que originaron el accionar tan despótico del cristianismo, durante la mayor parte de estos veinte siglos en que viene actuado sobre esta bendita tierra?
SEGUNDO: ¿Es posible justificar, que pese a tantos millones de personas educadas en escuelas cristianas los resultados sean tan escasos? Adjudicar también esa falencia al demonio es minimizar la cosa, y por eso, frente a la afirmación de Jesús referida a que «por sus frutos los conoceréis», y siendo evidente que los que obtiene la “educación cristiana” no son “todo lo buenos” que deberían serlo, cabe preguntarse, ¿no será que el rumbo “educativo” no ha sido del todo correcto? Y como eso resulta obvio diría, ¿no será que el rechazo al cristianismo tiene origen (por lo menos en parte) en las actitudes de quienes, pretendiendo educar a tantas generaciones de seres humanos, en realidad no lo hicieron correctamente?
Y sobre eso trataré de ser muy claro.
No afirmo que, quienes desarrollaron esa actividad hubiesen actuado de forma incorrecta adrede, o por ser incompetentes, meros “vivillos”, “malos”, o cualquier otra cosa por el estilo.
¡NADA DE ESO!
Simplemente digo que, posiblemente, lo que hace que en definitiva la educación religiosa (formal y no formal) —que teóricamente se suministra correctamente— no “prenda” con suficiente profundidad en los quienes la reciben, se origine en un error del accionar ya que, inadvertidamente se lo hace desde un enfoque de “superioridad”, en lugar de hacerlo desde la ”humildad”, desde el “temor”, en vez de hacerlo desde el “Amor”, cosa que únicamente es posible explicar, comprendiendo la “atadura” a esos hechos asombrosos que relata la Biblia, y que originaron la estructura piramidal del poder tempo—religioso que yo cuestiono.
Y para que me comprendan mejor traeré un ejemplo: ¿las personas que “colaboran” (empleados) con los grupos religiosos (congregaciones, órdenes, autoridades de colegios protestantes, o lo que fuese) dedicados específicamente a la educación, cada vez que se encuentran con uno de los “referentes” religiosos (curas, monjas, hermanos, pastores, ministros, etc.) ven en ellos a un real hermano en el sentido del Evangelio, es decir, encuentran ”verdaderos servidores dispuestos a lavarles los pies” o, por el contrario, tropiezan con rígidos patrones que sólo les exigen cumplir tales o cuales tareas?
Me dirán: «esa es la función de esos “referentes” religiosos, hacer que las cosas marchen como Dios manda».
Ante los “escasos frutos obtenidos” yo pregunto: ¿están plenamente seguros de que eso es lo que “Dios manda”? ¿No será, tal vez, que la actitud que adoptan es la que surge de esos textos que yo cuestiono, y que son desde donde emanaría el poder que ejercen?
Por óptimo que sea el fin que se persigue (educar “adecuadamente” a niños y jóvenes) ¿es legítimo utilizar los medios de autoritarismo patronal que a veces se emplean?
TERCERO: Frente al claro mensaje de Amor y tolerancia de Jesús cabe preguntarse, ¿por qué se realizaron tantas maldades, incluso VERDADERAS ATROCIDADES a muchos seres humanos, con la excusa de convertirlos o de preservar la fe? ¿Es posible ubicar esos hechos dentro de “simples errores humanos” o, por el contrario, resulta ineludible analizarlos dentro del contexto de lo que llamo la estructura piramidal del poder tempo—religioso, que surge de los textos del Antiguo Testamento, que yo cuestiono sosteniendo que no pueden ser atribuidos a Dios, al Buen Padre Celestial del cual nos habló Jesús?
CUARTO: ¿Por qué cada vez hay menos vocaciones? ¿Es posible explicarlo simplemente por el problema del celibato, o tal vez debamos pensar que Dios está cansado de que los seres humanos continuemos transitando por una senda errada, que no es la su verdadero Amor? Además, si fuese el celibato, ¿por qué hay tantas Iglesias Reformadas (donde no existe) que también enfrentan ese problema?
QUINTO: Si se insiste en que los hechos fantásticos que relata la Biblia (y de los que surge tanto la estructura piramidal de poder tempo—religioso, como también la posibilidad de obtener bienes del pueblo común, los de “segunda”) fueron verdaderas acciones y decisiones del Buen Padre Celestial, cabe hacerse la siguiente pregunta: ¿Por qué Dios, no continuó exteriorizándose con ese poder fabuloso?
SEXTO: ¿Por qué los contemporáneos de Jesús, fundamentalmente la “jerarquía” religiosa de su época, no lo aceptaron como Mesías?
SÉPTIMO: ¿Por qué lo mataron, y dentro de un proceso judicial en el cual estuvo involucrado el poder de Roma, que se gloriaba de actuar siempre con justicia y rectitud, y que estructuró el sistema jurídico más correcto y duradero de toda la historia, muchas de cuyas disposiciones se continúan usando hasta la fecha, incluso entre nosotros?
OCTAVO: La Biblia fue sólo “inspirada”, NO “dictada” por Dios. Por ende es posible pensar que, sin perder el carácter especial que tiene, se encuentren incorporados en sus relatos aspectos que no responden, ni a la realidad de lo acontecido, ni a la verdadera voluntad del Buen Dios.
Y aunque existen otras cuestiones que sería conveniente analizar, terminaré refiriéndome a un último punto que considero MUY importante, y que debe ser meditado profundamente.
FINALMENTE: ¿Por qué, pese a la clarísima frase de Jesús referida a que «mi reino no es de este mundo» (Jn.18,35) los hombres han pretendido formar una Iglesia “mezclada” con un ESTADO en sentido temporal, con contenido JURÍDICO—POLÍTICO, y lo que es peor, se lo sigue manteniendo? ¿Es posible pensar, que eso también constituya sólo una “forma” sin importancia, o será que continuamos adheridos a esos hechos fantásticos, que se relatan en el Antiguo Testamento relacionados con un poder terrenal?
Y, por la importancia que tiene, debo explayarme un poco.
Ese “Estado”, desde un enfoque jurídico—político es una monarquía (electiva, pero monarquía al fin) con corona y todo, la TRIPLE TIARA PAPAL (“tiara” era la corona de los monarcas del Oriente) es decir que significa TRIPLE CORONA.
La primera indica que el Papa es “Rey espiritual de todo el mundo”, aspecto que es el único correcto y que yo acepto. La segunda que es rey del Estado Vaticano cuestión que, como ya lo expresé, considero incorrecta dado que el propio Jesús mencionó claramente «mi reino no es de este mundo» (Siendo “vicario”, es decir, representante del Cristo en la tierra, no puede poseer un poder terrenal que Jesús jamás pretendió). Finalmente, la tercera señala la pretensión de ser “rey sobre todos los otros reyes de la tierra” cosa que, por supuesto, es un completo disparate.
Y que nadie diga que no soy católico por afirmarlo ya que, en tal caso, debería aclarar en QUE PUNTO DEL DOGMA de la Iglesia Católica Apostólica y Romana figura eso.
Y si no está, NO VEO POR QUÉ DEBO CALLARME.
Menos aún que digan que la famosa Triple Tiara “es una simple forma”, o que “ya no se la utiliza”, pues eso sólo no alcanza, y lo que se debería hacer es: 1º) reconocer con total claridad, y humildad, que ESTUVO MAL USARLA y, 2º) destruírsela definitivamente para evitar suspicacias, como la de permitirnos pensar que sólo la están “guardando” en lugar seguro, a la espera de “tiempos mejores” en que se la puedan volver a calzar en la cabeza al Papa.
Por supuesto; me podrán decir que es materia opinable, y que hay otros que pueden pensar distinto que yo.
Seguramente es así.
Pero en ese sentido yo, como cualquier otro integrante del pueblo de Dios, tengo exactamente el MISMO DERECHO que los curas, los obispos, y hasta el mismísimo Papa, ya que siendo una simple cuestión temporal, terrenal, contingente, no afecta al Dogma, por lo cual no veo porqué no se consulta a todos los católicos su opinión en ese sentido, en lugar de pretender continuar manteniendo existente al Estado Vaticano, basándose en la exclusiva voluntad de la “Jerarquía”.
Termino diciéndoles a todos mis hermanos “de segunda”, a los laicos, que si consultan a los “referentes” religiosos (a los de “primera”, a las “jerarquías”) sobre mis extrañas ideas, no acepten de ellos sólo expresiones como, «está fuera de la Iglesia», «está equivocado» ó «interpreta mal la Biblia».
Por el contrario, EXIJAN que les expliquen, y MUY CLÁRAMENTE, POR QUÉ estoy errado, y CUÁLES son, concretamente, los puntos del Dogma que chocarían con mis ideas.
Y si no se los señalan, PIENSEN, y eventualmente difundan lo que les he explicado.
Sí aseguramos que el ideal del cristiano es imitar a Jesús, y Él fue humilde y vivió en COMUNIÓN DE VIVENCIAS Y DE BIENES, ¿Por qué no hacemos lo mismo?
Finalizaré mañana con un texto aclaratorio.
Mi saludo y el esperanzado MARANA-THA
Mario
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Mario Enrique Bruzzone
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MensajePublicado: Lun Oct 10, 2005 6:49 am    Asunto:
Tema: Bienes terrenales-Sacerdotes y laicos¿cuál es la diferencia?
Responder citando

"BIENES TERRENALES-SACERDOTES Y LAICOS ¿CUÁL ES LA DIFERNCIA?"
último TEXTO

Doctrina, Autoridad (ó Jerarquía) y Servicio

Más de una vez, al escribir sólo sigo un impulso que casi diría es inconsciente.
A veces todo queda en una “nebulosa”, sea por cuanto permanece inconcluso (en mi computadora hay varios textos “atrancados”, esperando “luz” para continuarlos) o bien porque al finalizar la redacción, de todas formas persiste en mi mente un interrogante, que a la par que me incita me abruma, a tal punto que diría me “molesta”, y me obliga a continuar reflexionando sobre lo que escribí.
Otras veces, en cambio, al terminar surge con claridad sentido profundo que me llevó a hacerlo.
Pues bien, debo decirles que al concluir esta larga serie de artículos he comprendido que también existía en ellos un motivo oculto.
En efecto. Varias veces mencioné, que la causa por el cual los redactaba era procurar que los “referentes” religiosos analicen la posibilidad de establecer una verdadera vida cristiana, es decir, que se avengan a pensar seriamente en la posibilidad de instrumentar un sistema de vida SIMILAR AL QUE VIVIÓ EL SEÑOR, una plena participación —de vivencias y de bienes— recreando el estilo de vida de la Primera Comunidad Cristiana.
E insistí en eso, ya que afirman constantemente que hay que seguir a Cristo, que hay que imitar a Jesús.
Sin embargo, al terminar con lo que me había propuesto, comprendí que también existió otra finalidad: la de “clarificar” públicamente mi posición con relación a la “jerarquía eclesiástica”.
Y debo decirles que en ese sentido, mi subconsciente actuó sin que yo lo advirtiera.
O tal vez fue el Señor quien me impulsó a hacerlo.
Todo se originó hace ya bastante tiempo cuando alguien me manifestó, que el cura que en ese momento estaba a cargo de la Parroquia había expresado, que «el problema que tenían mis pensamientos era que yo no aceptaba la jerarquía», es decir que, si bien él no encontraba en mi “extraña” forma de pensar, ningún punto que se opusiese al Dogma de la Iglesia, mi actitud de todas formas no era correcta por cuanto «rechazaba la jerarquía eclesiástica», la “autoridad” del sacerdote.
De más está decirles que ya en aquel entonces expresé que no era cierto, y que resultaba necesario clarificar el sentido en que pudo haberlo manifestado.
Recuerdo que señalé, intentando explicar mi posición, y a simple título de ejemplo, que si imaginariamente nos trasladábamos a la época de Galileo, y tuviésemos la oportunidad de hablar con el Papa, sin ninguna duda yo le habría dicho que no debía condenarlo, y que consideraba que por hacer eso, de modo alguno mi actitud podía ser considerada “opuesta a su jerarquía”.
Pues bien. Creo que pese a todo, nunca se terminó de comprender mi actitud y pensamientos, motivo por el cual me parece, que una parte de lo que he venido expresado en estos artículos ha tenido por objeto clarificar mi posición, ya que resulta evidente que en mis planteos siempre me refiero a situaciones o aspectos simplemente mundanos, contingentes, terrenales, y jamás pongo en tela de juicio los temas o puntos “metafísicos”, espirituales, sobrenaturales o como ustedes prefieran llamarlos.
Y creo que es importante aclararlo, ya que en mi Iglesia (Católica, Apostólica y Romana) se viene sosteniendo “desde antaño” la existencia de dos ámbitos, o aspectos, perfectamente diferenciados en su Doctrina.
Al primero se lo conoce como Dogma o Magisterio Extraordinario, y contiene una serie de puntos (pocos en verdad) con respecto a los cuales NO SE ACEPTA DISCUSIÓN ALGUNA, es decir, que se sostiene que SÍ O SÍ son “LA VERDAD”. Por ende, quien afirma ser católico debe aceptarlos “bajo pena de excomunión” (o, por lo menos, yo diría que no se puede discutir públicamente sus postulados).
Al segundo se lo menciona como Doctrina o Magisterio Ordinario, cuyos principios (una “multitud” en verdad) a la inversa de lo anterior, al ser aspectos que no forman parte del Dogma, pueden no ser compartidos, o admitidos por el católico (incluso públicamente) sin que tal actitud signifique apartarse de la Iglesia. Y esa “tolerancia” se tiene sobre todo con el pueblo común, con los laicos (los de “segunda”, como lo soy yo) ya que los sacerdotes (y “consagrados“) tienen una obligación mayor de aceptarlos, fundamentalmente a raíz de los votos que realizan.
Y, como me parece imposible que esa CLARÍSIMA DIFERENCIACIÓN doctrinaria, sea desconocida por los “referentes” religiosos de mi Iglesia, sí critican mis puntos de vista diciendo que “no acepto su jerarquía”, la única explicación que encuentro al asunto, es que sólo procuren defender la permanencia del actual sistema de cosas (el laico aporta bienes, que ellos usan y administran discrecionalmente) dado que yo únicamente cuestiono aspectos que hacen al uso y administración de los bienes y cosas similares.
Ya expliqué antes que no creo que hagan eso de “puro malos que son”. Tampoco por ser “cómodos”, vivillos o ante la mera incapacidad de afrontar los problemas de la vida cotidiana.
Seguramente habrá algunos a los que podríamos ubicar en cualquiera de esas situaciones.
Y tan es así, que a más de uno que he conocido a lo largo de mi vida, casi me atrevería a “colocarlos” yo mismo.
Sin embargo no lo hago, pues podría significar “juzgar sobre la intencionalidad” que los mueve, ámbito de su absoluta intimidad, que queda reservado al oportuno e inapelable juicio de Dios, y no a una simple impresión de mi parte.
O, eventualmente, al juicio de sus “pares” o “superiores”.
Por otra parte, aún admitiendo que existen “varios” (incluso “muchos”, si alguno prefiere decirlo de ese modo) a quienes podríamos situar en esos rubros tan poco valederos, pese a eso estoy bien seguro de que NO SE ENCUENTRA ALLÍ LA INMENSA MAYORÍA, sino que simplemente, a raíz del error de la educación que reciben, se ha formado en su mente una “idea”, o “sensación” de DIFERENCIACIÓN, la cual ineludiblemente les acarrea también la de SUPERIORIDAD, aún cuando constantemente afirmen que no se consideran de esa forma.
Y creo que en definitiva eso es bastante simple de comprender, ya que, cuando no se es IGUAL, desde un punto de vista estrictamente lógico sólo quedan dos alternativas posibles, la de ser INFERIOR o SUPERIOR.
En consecuencia, y como prefiero no ser yo quien efectúe un análisis de sus actitudes personales, les sugiero que lo mediten y “resuelvan” donde entienden que les corresponde ubicarse (como iguales, superiores o inferiores) sobre todo cuando hablan de “autoridad o jerarquía”.
Y que también lo hagan cuando cuestionan mi postura ABSOLUTAMENTE IGUALITARIA (en el uso y administración de los bienes, y otras cosas similares).
Y a raíz de eso mencionaré otro punto, refiriendo aquello que la misma Doctrina, considera verdaderamente como “autoridad” o “jerarquía”.
Y pueden corroborarlo fácilmente consultando a quien les merezca confianza, o mejor aún, leyendo en cualquier manual de teología moral el sentido que posee la “autoridad” o “jerarquía con un enfoque evangélico.
Pues bien, les diré que con sentido cristiano, la justificación moral de cualquier autoridad religiosa se encuentra en lo que se denomina la “diakonía”, es decir el servicio, ya que el Señor Jesús expresamente señaló que había venido a servir y no a ser servido (Mc.10,41-45) y además, que esa actitud NECESARIAMENTE debe estar vinculada estrechamente a su enseñanza al asimilarla, y con absoluta claridad, a la del esclavo.
Pues bien, traeré a la memoria uno de los últimos actos de Jesús, al cual conocemos como el “lavatorio de los pies”, donde podemos advertir que, no sólo asumió la actitud de un esclavo, sino que lo hizo con uno de los de “menor categoría”.
Y eso resulta obvio ya que no podemos ni siquiera soñar, que las personas que podían darse el lujo de tener varios esclavos, admitiesen que quien lavaba los pies cuando se ingresaba al domicilio, luego de transitar por calles y caminos polvorientos o barrosos (obvio, no había entonces ni asfalto ni veredas) y pisando (¡con sandalias!) excrementos de animales, fuese el mismo que preparase los alimentos, o higienizase las habitaciones.
Ése fue el esclavo, que utilizó el Señor Jesús para “enseñar” a sus Apóstoles cómo debían actuar. Y además los interrogó acerca de si comprendían su enseñanza y, pese a que le respondieron que lo habían hecho, tengo mis serias dudas al respecto ya que, pocos días más tarde se negaron a “servir a las mesas”, alegando tener que dedicarse a la oración y la enseñanza.
En definitiva igual que ahora, ¿NO?
Y resulta obvio que el “servir las mesas” no era actuar como mozos, sino trabajar aportando bienes, cosa que sí debieron hacer los “helenistas”.
Y es interesante comprender, que de ese grupo “inferior”: 1º) “surge” el primer mártir, 2º) son quienes sufren la primera persecución, y 3º) constituyeron “la base” con la cual Pablo “construye” luego a la Iglesia.
En cambio, de los Apóstoles se pierde prácticamente todo rastro en la Biblia.
Pues bien; y ya que mi cuestionamiento es sobre aspectos que hacen a lo contingente, a lo terrenal, a lo mundano, voy a finalizar preguntando, sí la generalidad de las actitudes que suelen adoptar los actuales “referentes” religiosos, pueden ser ubicadas realmente dentro de ese concepto, es decir, si en su actuación cotidiana, concreta, efectiva, existe o no, un real servicio que presente esas características que enseñó Jesús.
Normalmente aseguran “servir” al laico, al pueblo de Dios.
Incluso, algunas veces es posible escuchar, que «el sacerdote es sólo un hombre, elegido entre los hombres, para servir a los hombres», frase que, por supuesto, arranca estruendosos aplausos cuando se la expresa en ámbitos clericales.
También, en más de una oportunidad se suele mencionar, que sólo es un “empleado” de ese mismo pueblo de Dios, dado que éste es quien le entrega el dinero necesario para poder vivir.
Y aseguran que el cura SÓLO pide a cambio de sus servicios, que los laicos le den una casa (un lugar para vivir) y unos “pocos mangos” (pesos) para hacerlo “adecuadamente”.
En realidad, sobre el primer punto yo diría mejor, que le paguemos los gastos que se originan en una casa (luz, gas, teléfono, a veces hasta el cable de TV, etc.) ya que normalmente existe en cada parroquia, al menos un inmueble de la Iglesia.
Antes de decir algo al respecto, si bien como algunos de ustedes saben yo soy abogado, con total honestidad reconozco que tengo pocos conocimientos de legislación laboral, dado que no es mi especialidad y nunca me gustó esa materia.
Sin embargo, pese a ese “déficit” de mi parte, me parece que quien actúa de esa forma, MUY DIFICILMENTE puedan ser considerado “empleado” en una relación laboral, sino que resulta ser el “patrón” de la misma.
En efecto, prácticamente no existe ningún empleado que pueda exigir una vivienda, y menos aún que sea quien estipule unilateralmente el importe que pretende cobrar por sus servicios.
Tampoco dentro de la relación laboral, es el empleado quien establece los horarios en los cuales realizará las distintas actividades a su cargo (en cambio, el cura fija los de celebración del culto, las reuniones, cursos etc.) y además jamás es el dependiente quien está en condiciones de determinar que actividades debe desarrollar su “patrón”, mientras que el cura lo hace con los laicos que deseamos colaborar con el accionar pastoral.
Existen también otros “referentes” que aseguran “vivir como lo enseñó Jesús”, ya que profesan “votos de pobreza” y, por ende, que carecen de bienes personales o propios.
Sin embargo, resulta obvio que tampoco afrontan reales necesidades desde el punto de vista económico, ya que la Congregación, u Orden a la que pertenecen, les suministra todos los elementos que necesitan, razón por lo cual no deben preocuparse de esos “detalles menores” que, por supuesto, también quedan a cargo del aporte de los laicos.
Unos y otros aseguran que “trabajan”, brindándonos al resto del pueblo de Dios (a los laicos, a los de “segunda”) los elementos espirituales que necesitamos y, si bien no hay ninguna duda de que lo hacen, es decir que laboran, también es cierto que actúan siempre desde el puesto de “gerentes” o dueños de una empresa, y no tal cual lo hace un empleado común (casi se me “escapa” y escribo un “esclavo” común).
Y es interesante comprender al respecto, que esa “empresa” que administran, y que les permite vivir bastante bien, no la hicieron ellos con su exclusivo esfuerzo y bienes personales, sino que “ha sido armada” con el aporte de millones y millones de laicos, muchos de los cuales (la inmensa mayoría diría yo) han vivido (y continuamos haciéndolo en la actualidad) pasando muchas veces grandes necesidades.
Y también es importante comprender que esos aportes, efectuados por millones de laicos a lo largo de los siglos, fueron realizados con el objeto de que se propague el Evangelio, y no para otra cosa.
Por otra parte, si bien comprendo que todo lo que afirman resulta psicológica o subjetivamente cierto, es decir, creen que está bien la forma en que actúan, eso se debe a que han sido educados en base a esos textos bíblicos que he cuestionado, y por ende han adquirido una mentalidad de “diferencia” con los laicos, y consiguientemente de “superioridad”.
Por eso no terminan de entender, que mientras en el Libro de los Hechos de los Apóstoles se dice claramente que «TODOS eran bien vistos porque NADIE PASABA NECESIDADES», la realidad es que ellos NO SON BIEN VISTOS por la mayoría de las personas (y no son bien vistos por la forma en que viven, ya que el mensaje que transmiten normalmente es aceptado) y, además, que muchísimos laicos afrontan serias carencias.
Yo pregunto, cuando se habla de “jerarquía” o “autoridad”, ¿no será que se lo confunde con sumisión?
Insisto una vez más. Sí aseguramos que el ideal del cristiano es imitar a Jesús, y Él fue humilde y vivió en plena COMUNIÓN DE VIVENCIAS Y DE BIENES, ¿Por qué no hacemos lo mismo?
Reciban mí afecto, y el invariable deseo del MARANA-THA
Mario
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CarlosR26†
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MensajePublicado: Lun Oct 10, 2005 6:00 pm    Asunto:
Tema: Bienes terrenales-Sacerdotes y laicos¿cuál es la diferencia?
Responder citando

Cita:
PRIMERO: ¿Por qué el claro mensaje de Amor que dejó Jesús, no encuentra mayor aceptación entre los seres humanos? Para justificar eso, ¿es posible atribuir tanto poder al demonio, como para pensarlo capaz de “torcer” la voluntad al propio Dios? o tal vez, ¿no será mejor asumir, que el camino seguido por el cristianismo no ha sido correcto, y que el Buen Dios del Cielo no está conforme? Y de aceptarse eso como lo más factible para explicar aquel hecho, ¿cuáles son las razones que originaron el accionar tan despótico del cristianismo, durante la mayor parte de estos veinte siglos en que viene actuado sobre esta bendita tierra?


El hecho de querer asumir que el camino del Cristianismo no ha sido correcto es bastante arriesgado y apresurado, tomando en cuenta que Dios es quien dirige el cristianismo de una manera u otra. Decir que no esta conforme es de nuevo una apreciación personal, que basas en observaciones de nuevo personales.

Jesucristo fundo su iglesia con hombres pecadores, y estos desde los 12 apostoles han dejado ver sus deficiencias... Judas lo traiciona por dinero, Pedro lo rechaza y luego pierde el valor ante la lucha entre judaizantes y helenizantes... sus apostoles lo abandonan excepto Juan.. etc... ¿cuales fueron las razones para que los apostoles que vieron los milagros y la vida de Jesus dudaran de esa manera?... eso esta en el corazón del hombre y solo Cristo lo conoce, ni tu, ni yo.

El amor no ha sido aceptado por el hombre no solo por poder del demonio, si no por la libre voluntad de los hombres que deciden seguir sus inclinaciones hacia el poder, la opresión, las pasiones etc...


Cita:
SEGUNDO: ¿Es posible justificar, que pese a tantos millones de personas educadas en escuelas cristianas los resultados sean tan escasos? Adjudicar también esa falencia al demonio es minimizar la cosa, y por eso, frente a la afirmación de Jesús referida a que «por sus frutos los conoceréis», y siendo evidente que los que obtiene la “educación cristiana” no son “todo lo buenos” que deberían serlo, cabe preguntarse, ¿no será que el rumbo “educativo” no ha sido del todo correcto? Y como eso resulta obvio diría, ¿no será que el rechazo al cristianismo tiene origen (por lo menos en parte) en las actitudes de quienes, pretendiendo educar a tantas generaciones de seres humanos, en realidad no lo hicieron correctamente?


Con este mismo pensamiento podriamos pensar... ¿no fue la pedagogia de Dios incorrecta he insuficiente hacia con los Judios? ¿por que los Judios no fueron mas "buenos" y aceptaron al Cristo?... ¿acaso la educación de Dios fue deficiente?...

Un niño puede ser educado en un convento o en un claustro con la mejor educación, pero de nuevo hay cientos de factores.. los padres, los amigos, los medios de comunicación, las referencias sociales, la libre voluntad del alumno....

No hay mayor espacio que el que existe para "mejorar" ahi podemos decir que todo maestro sea cristiano o ateo tiene mucho que progresar, pero culpar a ellos de la mala educación cristiana, es exagerado. Yo estuve en escuelas religiosas y puedo decir que compañeros de mi misma clase tuvieron y viven de manera muy diferente a la mia... ¿el maestro o los alumnos?....

Si hace falta una reforma en cuanto a la manera de enseñar las verdades Cristianas, pero no una reforma a las verdades Cristianas.... que es muy diferente...

Cita:
Y sobre eso trataré de ser muy claro.
No afirmo que, quienes desarrollaron esa actividad hubiesen actuado de forma incorrecta adrede, o por ser incompetentes, meros “vivillos”, “malos”, o cualquier otra cosa por el estilo.
¡NADA DE ESO!
Simplemente digo que, posiblemente, lo que hace que en definitiva la educación religiosa (formal y no formal) —que teóricamente se suministra correctamente— no “prenda” con suficiente profundidad en los quienes la reciben, se origine en un error del accionar ya que, inadvertidamente se lo hace desde un enfoque de “superioridad”, en lugar de hacerlo desde la ”humildad”, desde el “temor”, en vez de hacerlo desde el “Amor”, cosa que únicamente es posible explicar, comprendiendo la “atadura” a esos hechos asombrosos que relata la Biblia, y que originaron la estructura piramidal del poder tempo—religioso que yo cuestiono.


Aqui te fuiste por un despeñadero. Tendrias que haber estado en muchas escuelas religiosas, muchas clases de teologia y de preparacion sacerdotal para afirmar que se enseña desde una posición de poder y superioridad... Pero para decirlo pronto, la humildad y el amor no se enseñan... se aceptan. Volvemos a la libre voluntad del "sacerdote" o del "cristiano" el aceptar estas verdades. Creer que a una persona Cristiana se le educa con un aire de superioridad me parece incorrecto, tomando en cuenta que a mi jamás me enseñaron eso... y no lo he visto.... mi abuelo fue ex seminarista y fue la persona mas humilde del planeta... varios padres que conosco son humildes... pero también son humanos y a veces pueden errar...



Cita:
Y para que me comprendan mejor traeré un ejemplo: ¿las personas que “colaboran” (empleados) con los grupos religiosos (congregaciones, órdenes, autoridades de colegios protestantes, o lo que fuese) dedicados específicamente a la educación, cada vez que se encuentran con uno de los “referentes” religiosos (curas, monjas, hermanos, pastores, ministros, etc.) ven en ellos a un real hermano en el sentido del Evangelio, es decir, encuentran ”verdaderos servidores dispuestos a lavarles los pies” o, por el contrario, tropiezan con rígidos patrones que sólo les exigen cumplir tales o cuales tareas?


Esto estaria interesante, ya que mencionas ser abogado, tu sabes que es imposible basar un testimonio aluyendo a lo que alguien "siente" ... no podemos saber que "sienten" los empleados de grupos religiosos, solo que hicieras una encuesta entre los millones de empleados que hay...

El Lavarle los pies es una señal de humildad y servicio, que desde mi apreciación la observan la mayoria de los religiosos, no siempre van a estar dispuestos por que de nuevo, son humanos.. pero desde mi "sentir" si son personas humildes que intentan llevar a cabo el evangelio. En cuanto a lo de rigidos patrones, recordemos que Jesus era bastante rigido a la hora de enseñar...


Cita:
Me dirán: «esa es la función de esos “referentes” religiosos, hacer que las cosas marchen como Dios manda».
Ante los “escasos frutos obtenidos” yo pregunto: ¿están plenamente seguros de que eso es lo que “Dios manda”? ¿No será, tal vez, que la actitud que adoptan es la que surge de esos textos que yo cuestiono, y que son desde donde emanaría el poder que ejercen?
Por óptimo que sea el fin que se persigue (educar “adecuadamente” a niños y jóvenes) ¿es legítimo utilizar los medios de autoritarismo patronal que a veces se emplean?


Volvemos a lo del punto anterior...


Cita:
TERCERO: Frente al claro mensaje de Amor y tolerancia de Jesús cabe preguntarse, ¿por qué se realizaron tantas maldades, incluso VERDADERAS ATROCIDADES a muchos seres humanos, con la excusa de convertirlos o de preservar la fe? ¿Es posible ubicar esos hechos dentro de “simples errores humanos” o, por el contrario, resulta ineludible analizarlos dentro del contexto de lo que llamo la estructura piramidal del poder tempo—religioso, que surge de los textos del Antiguo Testamento, que yo cuestiono sosteniendo que no pueden ser atribuidos a Dios, al Buen Padre Celestial del cual nos habló Jesús?


Aqui te conviertes en Marción.. un hereje de los primeros siglos que decia que el Padre de Jesús no podia ser el del AT, y que obviamente detestaba el poder que pretendian los Judios.

"las atrocidades" vuelven de nuevo a errores humanos, a malos manejos, a la mezcla entre un hombre ambicioso y la ignorancia revestida de poder y religión... que gracias a Dios, hoy ha dirigido a su iglesia a sus raices.


Cita:
CUARTO: ¿Por qué cada vez hay menos vocaciones? ¿Es posible explicarlo simplemente por el problema del celibato, o tal vez debamos pensar que Dios está cansado de que los seres humanos continuemos transitando por una senda errada, que no es la su verdadero Amor? Además, si fuese el celibato, ¿por qué hay tantas Iglesias Reformadas (donde no existe) que también enfrentan ese problema?


Esta es la mas sencilla. No hay vocaciones por que simplemente la gente no le interesa otra cosa que si misma. Esa pregunta va con otras cuantas

¿ Por que la gente ya no se quiere casar ?
¿ Por que los niños ya quieren desligarse a tan temprana edad del poder de sus padres ?
¿ Por que las personas acumulan riqueza cuando otros mueren ?
¿ Por que se gastan billones de dolares en armas, cuando con 1/4 de eso se aliviaria el hambre y enfermedades del mundo?
etc...

Por que el hombre anda perdido en su egoísmo...
por eso no hay vocaciones... no tiene que ver solo con el celibato, tiene que ver que el hombre no se quiere comprometer ya con nada ni con nadie.

Con esa logica podriamos concluir que Dios no quiere los matrimonios, que ya esta cansado de esa "mentira" de la vocación matrimonial...
ojo.


Cita:
QUINTO: Si se insiste en que los hechos fantásticos que relata la Biblia (y de los que surge tanto la estructura piramidal de poder tempo—religioso, como también la posibilidad de obtener bienes del pueblo común, los de “segunda”) fueron verdaderas acciones y decisiones del Buen Padre Celestial, cabe hacerse la siguiente pregunta: ¿Por qué Dios, no continuó exteriorizándose con ese poder fabuloso?


¿Quien dice que no lo hace? El pueblo hebreo veia en cada cosa el dedo de Dios. Existen teorias por ejemplo, de que el fuego que vio moises cuando salia de egipto era una torre de humo del volcan santorini

"El mar se retiró de modo que en el lodo se vieron muchas especies de animales. Después regresó cuando menos se esperaba, arrasando edificios y ahogándose miles de personas. Grandes barcos que flotaban en el agua fueron arrojados a los tejados de las casas".
(Ammianus Marcellinus. Cerca de Alejandría, año 365 d.C.)
¿Es posible que un Tsunami alcanzara la costa de Egipto en tiempos del Éxodo Israelita?
¿Fue la novena plaga bíblica los efectos de una erupción volcánica en la Isla de Santorini?


Como ves no es que no actue, simplemente ya nadie tiene la Fe para interpretarlo, ni comprenderlo, ya no hay profetas.

¿Quien dice que el Huracan no fue algo provocado por Dios?
Hay cientos de historias al respecto.

Por aca tampoco va la cosa.

Cita:
SEXTO: ¿Por qué los contemporáneos de Jesús, fundamentalmente la “jerarquía” religiosa de su época, no lo aceptaron como Mesías?


Por lo que ya advertian los profetas, por la dureza de su corazón y por quedarse en ritos exteriores.


Cita:
SÉPTIMO: ¿Por qué lo mataron, y dentro de un proceso judicial en el cual estuvo involucrado el poder de Roma, que se gloriaba de actuar siempre con justicia y rectitud, y que estructuró el sistema jurídico más correcto y duradero de toda la historia, muchas de cuyas disposiciones se continúan usando hasta la fecha, incluso entre nosotros?


Hay muchisimos libros al respetco, alli allaras muchas teorias.



Cita:
OCTAVO: La Biblia fue sólo “inspirada”, NO “dictada” por Dios. Por ende es posible pensar que, sin perder el carácter especial que tiene, se encuentren incorporados en sus relatos aspectos que no responden, ni a la realidad de lo acontecido, ni a la verdadera voluntad del Buen Dios.
Y aunque existen otras cuestiones que sería conveniente analizar, terminaré refiriéndome a un último punto que considero MUY importante, y que debe ser meditado profundamente.


Claro, pero afirmar que la historia, la iglesia, y el mensaje de Jesucristo esta a la deriva, es afirmar que el Espiritu de Dios en la historia ha fracasado.. es ver a Dios como un ser alejado y no es asi.

Cita:
FINALMENTE: ¿Por qué, pese a la clarísima frase de Jesús referida a que «mi reino no es de este mundo» (Jn.18,35) los hombres han pretendido formar una Iglesia “mezclada” con un ESTADO en sentido temporal, con contenido JURÍDICO—POLÍTICO, y lo que es peor, se lo sigue manteniendo? ¿Es posible pensar, que eso también constituya sólo una “forma” sin importancia, o será que continuamos adheridos a esos hechos fantásticos, que se relatan en el Antiguo Testamento relacionados con un poder terrenal?


¿Y quien dice que el Vaticano reina el mundo?...
Jesucristo hablo de una iglesia visible...


Cita:
Pero en ese sentido yo, como cualquier otro integrante del pueblo de Dios, tengo exactamente el MISMO DERECHO que los curas, los obispos, y hasta el mismísimo Papa, ya que siendo una simple cuestión temporal, terrenal, contingente, no afecta al Dogma, por lo cual no veo porqué no se consulta a todos los católicos su opinión en ese sentido, en lugar de pretender continuar manteniendo existente al Estado Vaticano, basándose en la exclusiva voluntad de la “Jerarquía”.


Te sugiero que leas la vida de San Francisco de Asis...

Dices que tienes el mismo derecho. Para tener derechos se requiere cumplir con obligaciones, mi pregunta es ¿tu que haces?
Jesucristo dijo que el trabajador merece sustento... supongo que trabajas y tienes tu sustento...

Jesucristo y sus apostoles vivian de la caridad de las otras personas por que su vocacion y tranbajo era el apostolado. De ahi nace todo este embrollo, no del AT.

Se podria vivir mas Cristianamente.. si claro que si!.... pero no tiene nada que ver con la iglesia, el celibaro y el sacerdocio.. como los grandes Santos han demostrado.. la diferencia entre un santo que da muchos frutos y un hereje, es precisamente la obediencia....

Claro que hay gente aprovechada y pecadora, pero hay gente muy tanta dentro de esa "estructura" jerarquizada de la que hablas,, ¿entonces? sera la estructura.. ¿o sera acaso el corazón de las personas?

Yo se que es la ultima.

Sí aseguramos que el ideal del cristiano es imitar a Jesús, y Él fue humilde y vivió en COMUNIÓN DE VIVENCIAS Y DE BIENES, ¿Por qué no hacemos lo mismo?

Esto si me parece interesante.. y lo creo valido... y creo que se te escuchara.. pero necesitas dejar un poco las herejias en las que caes, y en tratar de atacar el tema por le lado Vaticano-Estado... si no comenzando por vivir asi como tu mencionas y dices...

Dios te Bendiga.
_________________
Amar es decir al otro: "Tu no moriras"
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Mario Enrique Bruzzone
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MensajePublicado: Mie Oct 12, 2005 6:46 am    Asunto:
Tema: Bienes terrenales-Sacerdotes y laicos¿cuál es la diferencia?
Responder citando

Hola Carlos:

Como ayer y hoy tengo muy complicados los días por razones laborales, no he podido reponder a tu mensaje. Pero lo voy a hacer aunque sea dividiendo la respueta, ya que comprende temas diversos.
No obstante, te agradecería que me aclarases a que te refieres cuando dices «Jesucristo fundo su iglesia con hombres pecadores, y estos desde los 12 apostoles han dejado ver sus deficiencias... Judas lo traiciona por dinero, Pedro lo rechaza y luego pierde el valor ante la lucha entre judaizantes y helenizantes... sus apostoles lo abandonan excepto Juan.. etc... ¿cuales fueron las razones para que los apostoles que vieron los milagros y la vida de Jesus dudaran de esa manera?... eso esta en el corazón del hombre y solo Cristo lo conoce, ni tu, ni yo.»
En realidad me interesa saber específicamente a que te refieres sobre Pedro ya que, supongo que el "rechazo" es lo que llamamos normalmente la negación de Pedro, el decir que "no lo conoce", pero no entiendo a qué te referís con respecto a que luego pierde el valor en la lucha entre judaizantes y helenizantes.
Te agradecería que me lo aclares.
Esperando sepas disculpar la demora, te envío mi saludo junto con mi invariable MARANA-THA
Mario
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CarlosR26†
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MensajePublicado: Mie Oct 12, 2005 3:00 pm    Asunto:
Tema: Bienes terrenales-Sacerdotes y laicos¿cuál es la diferencia?
Responder citando

Mario Enrique Bruzzone escribió:
Hola Carlos:

Como ayer y hoy tengo muy complicados los días por razones laborales, no he podido reponder a tu mensaje. Pero lo voy a hacer aunque sea dividiendo la respueta, ya que comprende temas diversos.
No obstante, te agradecería que me aclarases a que te refieres cuando dices «Jesucristo fundo su iglesia con hombres pecadores, y estos desde los 12 apostoles han dejado ver sus deficiencias... Judas lo traiciona por dinero, Pedro lo rechaza y luego pierde el valor ante la lucha entre judaizantes y helenizantes... sus apostoles lo abandonan excepto Juan.. etc... ¿cuales fueron las razones para que los apostoles que vieron los milagros y la vida de Jesus dudaran de esa manera?... eso esta en el corazón del hombre y solo Cristo lo conoce, ni tu, ni yo.»
En realidad me interesa saber específicamente a que te refieres sobre Pedro ya que, supongo que el "rechazo" es lo que llamamos normalmente la negación de Pedro, el decir que "no lo conoce", pero no entiendo a qué te referís con respecto a que luego pierde el valor en la lucha entre judaizantes y helenizantes.
Te agradecería que me lo aclares.
Esperando sepas disculpar la demora, te envío mi saludo junto con mi invariable MARANA-THA
Mario


Efectivamente me refiero a la negación de Pedro.

Después en Hechos de los Apostoles hubo un conflicto entre Pablo y Pedro.... los Juaizantes eran los que querian conservar las tradiciones judias (circuncición) en el Cristianismo Primitivo, mientras Pablo decia que no era necesario.

Al principio Pedro por miedo a sus compañeros Judios temio hacer caso omiso a las propuestas judaizantes... pero después se hizo un SINODO primitivo si se quiere llamar asi, donde Pablo Pedro y los demas apostoles y cristianos se pusieron de acuerdo en ello.... Pablo "segun parece" ayudo a comprender a Pedro y los demás que los ritos judios ya no eran validos y se aprovo o acepto.

Saludos.
_________________
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Mario Enrique Bruzzone
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MensajePublicado: Vie Oct 14, 2005 9:02 am    Asunto:
Tema: Bienes terrenales-Sacerdotes y laicos¿cuál es la diferencia?
Responder citando

Estimado Carlos, hermano en el Señor Jesús:

Como ya te dije que tu mensaje implica varios puntos, algunos muy diversos entre sí, procuraré ir contestándolos de a poco.
Y te diré que en una primera respuesta que había comenzado a efectuar, la había redactado con algo (o bastante) dureza ya que el estilo de varios pasajes me han parecido muy poco amables —por decirlo de algún modo— ya que hasta que podría considerarlos como efectuados con muy poca buena voluntad.
Sin embargo, al recibir tu respuesta a mi mensaje anterior, interpreto que posiblemente no sea esa tu intención sino que tal vez, el motivo por el cual utilizas esa forma de comunicarte obedece a alguna influencia que puede existir, sea en tu educación, o que responda a la sugerencia que alguien puede realizarte.
Más adelante te explicaré con más detalle ese punto, pero ahora simplemente te mencionaré que, cuando terminas tu primer mensaje (ese largo, el que una vez más te digo que contestaré de a poco ya que contiene muchos puntos) me acusas de herejías y también de que debería comenzar a vivir de la forma en que lo propongo (es decir compartiendo vivencias y bienes) para que mis ideas pudiesen ser atendidas.
Yo te pediría (y te agradecería) que vuelvas a leer con tranquilidad, y sin pre-conceptos, los textos que expuse en el Foro ya que, por ejemplo, con relación al último de los puntos podrás comprender, en primer lugar que es imposible que yo pueda vivir en una plena comunidad, por la sencilla razón de que para hacerlo debe existir un grupo de personas (o mejor aún de familias) que hagan lo mismo. Por ende, afirmar lo que dices no me parece justo.
Y menos aún si analizas lo que yo expresé, en el sentido de que mi idea es que ese estilo de vida debería surgir desde la Iglesia, desde los apóstoles. Y al respecto me atrevo a recomendarte —una vez más— que vuelvas a leer los textos que yo escribí, en especial el 2do. ya que allí menciono precisamente ese tema.
Con respecto a mis eventuales “herejías” te diré, con toda sinceridad, que creo que sostengo todos y cada uno de los puntos del Dogma de la Iglesia.
Y también te diré que, dentro de un concepto de verdadera hermandad cristiana creo que si vos pensás que realmente sostengo alguna herejía, yo “merecería” (la caridad cristiana lo exige) que puntualizaras en qué consisten, ya que hablar así, al “boleo”, sin explicitar bien concretamente cuales serían, me parece absolutamente incorrecto.
Y con respecto al caso de Marción, que es el único que en el cuerpo de tu mensaje has señalado, te diré que ya tuve la oportunidad de contestar algo de eso en el foro anterior, cuando consulté sobre el significado del término KOHEN, por lo cual te recomiendo que leas allí ese punto.
Y te lo menciono ya que, como quien me efectuó semejante acusación no volvió a decir nada más del asunto, estimo que habrá quedado satisfecho con mi explicación. No obstante, en caso que no lo encuentres lo volvería a consignar también aquí.
Y con relación a otras de tus ideas, te diría que, según parece, por lo que mencionás en el primero de tus mensajes (el largo) con respecto a que: «Pedro lo rechaza y luego pierde el valor ante la lucha entre judaizantes y helenizantes...» y lo que me aclaraste luego diciendo que «Después en Hechos de los Apostoles hubo un conflicto entre Pablo y Pedro.... los Juaizantes eran los que querian conservar las tradiciones judias (circuncición) en el Cristianismo Primitivo, mientras Pablo decia que no era necesario. Al principio Pedro por miedo a sus compañeros Judios temio hacer caso omiso a las propuestas judaizantes... pero después se hizo un SINODO primitivo si se quiere llamar asi, donde Pablo Pedro y los demas apostoles y cristianos se pusieron de acuerdo en ello.... Pablo "segun parece" ayudo a comprender a Pedro y los demás que los ritos judios ya no eran validos y se aprovo o acepto.» parecería que vos interpretás que lo mejor hubiese sido seguir con la circuncisión y demás ritos judíos.
Y digo eso ya que, como en tu primer mensaje (el largo) pones en un pie de igualdad ambas actitudes de Pedro (el “rechazo” a Jesús y su “perdida de valor en la lucha entre judaizantes y helenizantes”) y lo haces incluso dentro de otras dos consideraciones absolutamente negativas, como la traición de Judas y el abandono de los apóstoles, se me ocurre que lo único que puedo interpretar es que consideras que las dos posiciones de Pedro fueron también negativas, cosa evidente ya que no puedo ni siquiera intentar imaginar que vos puedas considerar como “bueno” o correcto al “rechazo” (o negación) de Pedro, o la traición de Judas.
Pues bien, siendo así te pregunto: ¿vos pensás que deberíamos circuncidarnos? o mejor aún, ya que eso de la circuncisión es en realidad algo secundario ¿pensás que si se hubiese seguido con las prácticas de todos los ritos judíos, el cristianismo habría cumplido mejor su accionar y que estaríamos mejor que ahora?
Te diré sinceramente que yo no lo creo.
Pero en fin, lo que importa no es lo que yo crea, sino cual es tu pensamiento al respecto, por lo cual te agradeceré me lo expliques mejor.
Y para no alargar tanto la cosa, aunque en realidad quedan varios puntos por comentar, doy aquí por concluido este mensaje, motivo por el cual te envío mi saludo junto con mi invariable deseo del MARANA-THA
Mario
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Mario Enrique Bruzzone
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MensajePublicado: Dom Oct 16, 2005 8:09 am    Asunto:
Tema: Bienes terrenales-Sacerdotes y laicos¿cuál es la diferencia?
Responder citando

Hola Carlos:

Voy a continuar respondiendo distintos aspectos de tus mensajes.
Y lo primero que haré será tratar de explicarte lo que me llevan a considerar que, el “estilo” que empleas, no es “el más correcto” desde el punto de vista de un trato de cordialidad y hermandad cristiana.
Y citaré sólo dos ejemplos, pues me parecen que son ilustrativos al respecto.
Pero antes quiero aclararte que, el motivo fundamental por el cual lo considero de esa forma, es por cuanto tus mensajes son claramente críticos de mis pensamientos, es decir, que un porcentaje muy elevado de los puntos que mencionas (por no decir todos) demuestran una actitud completamente negativa, aún cuando afirmas que algunos aspectos de mis ideas son valiosos o que los compartes.
Y también por cuanto pese al trabajo que te tomas en ese sentido, en ninguno de los temas que tratas enfocas lo que es realmente importante o central de mis ideas.
Por consiguiente, sumando ambas cuestiones, me da la impresión como si tu hubieses dedicado a buscar puntos para criticar, en lugar de analizar el aspecto central de mis escritos (la participación plena de vivencias y bienes—la utilización de los bienes por todos, sin diferenciación de ningún tipo) es decir como si tu actitud fuese intentar desacreditar lo que es realmente importante pero sin entrar a tratarlo, sino dedicándote a señalar distintos aspectos meramente periféricos de mi posición.
Y me parece que deberías procurar que tus observaciones fuesen bien precisas, “exactas”, ya que de otra forma tu actitud ni siquiera es adecuada desde el punto de vista simplemente intelectual, motivo por el cual, menos aún pueden serlo desde el enfoque de la caridad.
Es decir que, tal cual como te lo mencionara en mi mensaje anterior, al pedirte que precisaras EXACTAMENTE cuales serían las “herejías” en que caerían mis ideas (y que aún no me has señalado) se me ocurre que deberías hacerlo en todos los aspectos.
Pero vayamos ya a los puntos en cuestión.
Por ejemplo, afirmas «Si hace falta una reforma en cuanto a la manera de enseñar las verdades Cristianas, pero no una reforma a las verdades Cristianas.... que es muy diferente...» con lo cual das a entender que lo que yo estoy pidiendo sería una reforma de “las verdades Cristianas”.
Pues bien, en ese sentido te diré que me parece una forma incorrecta de enfocar mis pensamientos, y por eso te digo que hasta parece que simplemente procurases descalificarlos, sin guardar el debido respeto a la verdad. Y eso lo digo por la sencilla razón de que yo JAMÁS EXPESÉ que había que reformar las “verdades Cristianas”.
En efecto, una vez más te ruego que leas nuevamente mis artículos y, que al hacerlo trates de encontrar, y marcar “exactamente” dónde es que yo digo semejante cosa. Y si no la digo, me parece que no es correcto, y menos aún justo, que me adjudiques una idea que yo jamás expresé, fundamentalmente por cuando eso lo haces dentro del contexto crítico que —sin duda alguna— tienen tus mensajes.
Y por eso te reitero que me parece que esa forma de actuar no tiene, no digo ya un mínimo de caridad, sino que tampoco posee la “pureza” intelectual que creo tenemos derecho a esperar en cualquier diálogo entre seres humanos. Pero que —además— me parece que debería ser algo fundamental dentro de un Foro de las características que presenta éste.
Como otro ejemplo diré que tu señalas «Y quien dice que el Vaticano reina el mundo?... » cuestión con respecto a la cual te efectúo exactamente la misma observación.
En efecto, que yo recuerde, jamás en mi vida he puesto en ninguna parte de mis escritos que el Vaticano reina en el mundo.
Y si no lo digo, no me parece correcto que expreses semejante cosa.
No obstante, y ya que mencionaste ese tema, te diré que si existió —o no— en la historia de la humanidad “alguna pretensión” en ese sentido es algo muy distinto.
Tal vez sería conveniente que consultaras a algún especialista sobre el particular, o que dedicaras algunas horas de tu tiempo a leer algo de historia.
Sobre todo, con relación al período que se conoce como el de “la lucha del Papado con el Imperio” y algunas otras cosas por el estilo.
Y haciéndolo, tal vez comprenderías que yo no dije semejante cosa por la sencilla razón de que esa situación no se concretó jamás.
Pero que “algún” intento para obtenerlo existió, me parece que deberíamos reconocer que es total y absolutamente cierto. Y en ese sentido te preguntaría ¿cuál piensas que es el significado de la coronación de los reyes y emperadores por el Papa o algún Obispo?
Y si por casualidad llegases a pensar que Dios le otorgaba el poder a los reyes (obvio, en forma “inmediata” ya que en forma “mediata” todo proviene de Dios) te recomendaría que consultes al respecto, o que leas, entre muchas otras, la opinión de Vitoria y Mariana (siglo XV) sobre el particular.
Y me parece que mucho de tu posición, no sólo negativa, sino hasta despectiva de mis razonamientos pasan por lo que manifiestas en las primeras líneas de tu extenso mensaje, ya que allí señalas que «son expresiones personales y basadas en observaciones también personales».
Pues bien, te diré que eso es evidente y me parece que todo el mundo actúa exactamente de la misma forma ya que —por lo menos hasta donde yo sé— nadie, absolutamente nadie, puede “meterse” dentro de las mentes del resto de los seres humanos como para tener observaciones de otros, o adoptar las expresiones de otros.
¿O es que vos pretendes decir que tus afirmaciones no son expresiones personales? ¿O crees que son el producto de los razonamientos y las expresiones de todos los integrantes del Foro? ¿O tal vez de todos los católicos? ¿O de toda la humanidad?
Que existan quienes tienen la presunción de asegurar que lo que ellos afirman es lo que opinan todos y por consiguiente que esa es LA VERDAD, sin duda es real.
Pero de ahí a que lo sea efectivamente, hay un “mundo” de diferencia.
Yo, por el contrario, como lo he expresado, no sólo en esos textos que expuse en el Foro, sino en muchos otros escritos, e incluso en los libros que he publicado, sólo pretendo plantear “mis puntos de vista”, sin asegurar que “tengo” la verdad ni cosa por el estilo.
Simplemente afirmo que yo, como cualquier otro —incluyéndote a ti, por supuesto— tengo la “posibilidad” de participar de LA VERDAD y por consiguiente que tengo pleno derecho a exponer mis pensamientos.
Y te diré que a cualquiera que afirme que la verdad es lo que opina él, le diría que medite en semejante afirmación —sobre todo si es algún “referente religioso”— ya que Jesús enseñó a ser humildes, y me parece que semejante actitud está muy lejos (diría mejor a años luz) de contar con ese atributo.
Y si se pretendiese decir que lo que afirman es verdad por ser la doctrina del Magisterio de la Iglesia, te diría —nuevamente— que vuelvas a leer el último de los textos que consigné sobre este tema, y podrás ver que con respecto al “Magisterio Ordinario” yo —tal cual como cualquier otro— tengo plena posibilidad de opinar distinto, y también que nunca he escrito sobre puntos o temas que puedan tener relación con el Magisterio Extraordinario de la Iglesia.
Y podría poner algunos ejemplos pero, con el fin de evitar apartarme de lo que realmente interesa (que es la plena participación de vivencias y bienes y la igualdad en el uso de los bienes materiales) no lo haré, sino que continuaré más adelante con la respuesta a tus planteos, tratando de enfocar precisamente esos puntos más importantes.
Te envío mi saludo, junto con mi invariable MARANA-THA
Mario
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Mario Enrique Bruzzone
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MensajePublicado: Dom Oct 16, 2005 8:31 am    Asunto:
Tema: Bienes terrenales-Sacerdotes y laicos¿cuál es la diferencia?
Responder citando

Hola Carlos:

Voy a continuar respondiendo distintos aspectos de tus mensajes.
Y lo primero que haré será tratar de explicarte lo que me llevan a considerar que, el “estilo” que empleas, no es “el más correcto” desde el punto de vista de un trato de cordialidad y hermandad cristiana.
Y citaré sólo dos ejemplos, pues me parecen que son ilustrativos al respecto.
Pero antes quiero aclararte que, el motivo fundamental por el cual lo considero de esa forma, es por cuanto tus mensajes son claramente críticos de mis pensamientos, es decir, que un porcentaje muy elevado de los puntos que mencionas (por no decir todos) demuestran una actitud completamente negativa, aún cuando afirmas que algunos aspectos de mis ideas son valiosos o que los compartes.
Y también por cuanto pese al trabajo que te tomas en ese sentido, en ninguno de los temas que tratas enfocas lo que es realmente importante o central de mis ideas.
Por consiguiente, sumando ambas cuestiones, me da la impresión como si tu hubieses dedicado a buscar puntos para criticar, en lugar de analizar el aspecto central de mis escritos (la participación plena de vivencias y bienes—la utilización de los bienes por todos, sin diferenciación de ningún tipo) es decir como si tu actitud fuese intentar desacreditar lo que es realmente importante pero sin entrar a tratarlo, sino dedicándote a señalar distintos aspectos meramente periféricos de mi posición.
Y me parece que deberías procurar que tus observaciones fuesen bien precisas, “exactas”, ya que de otra forma tu actitud ni siquiera es adecuada desde el punto de vista simplemente intelectual, motivo por el cual, menos aún pueden serlo desde el enfoque de la caridad.
Es decir que, tal cual como te lo mencionara en mi mensaje anterior, al pedirte que precisaras EXACTAMENTE cuales serían las “herejías” en que caerían mis ideas (y que aún no me has señalado) se me ocurre que deberías hacerlo en todos los aspectos.
Pero vayamos ya a los puntos en cuestión.
Por ejemplo, afirmas «Si hace falta una reforma en cuanto a la manera de enseñar las verdades Cristianas, pero no una reforma a las verdades Cristianas.... que es muy diferente...» con lo cual das a entender que lo que yo estoy pidiendo sería una reforma de “las verdades Cristianas”.
Pues bien, en ese sentido te diré que me parece una forma incorrecta de enfocar mis pensamientos, y por eso te digo que hasta parece que simplemente procurases descalificarlos, sin guardar el debido respeto a la verdad. Y eso lo digo por la sencilla razón de que yo JAMÁS EXPESÉ que había que reformar las “verdades Cristianas”.
En efecto, una vez más te ruego que leas nuevamente mis artículos y, que al hacerlo trates de encontrar, y marcar “exactamente” dónde es que yo digo semejante cosa. Y si no la digo, me parece que no es correcto, y menos aún justo, que me adjudiques una idea que yo jamás expresé, fundamentalmente por cuando eso lo haces dentro del contexto crítico que —sin duda alguna— tienen tus mensajes.
Y por eso te reitero que me parece que esa forma de actuar no tiene, no digo ya un mínimo de caridad, sino que tampoco posee la “pureza” intelectual que creo tenemos derecho a esperar en cualquier diálogo entre seres humanos. Pero que —además— me parece que debería ser algo fundamental dentro de un Foro de las características que presenta éste.
Como otro ejemplo diré que tu señalas «Y quien dice que el Vaticano reina el mundo?... » cuestión con respecto a la cual te efectúo exactamente la misma observación.
En efecto, que yo recuerde, jamás en mi vida he puesto en ninguna parte de mis escritos que el Vaticano reina en el mundo.
Y si no lo digo, no me parece correcto que expreses semejante cosa.
No obstante, y ya que mencionaste ese tema, te diré que si existió —o no— en la historia de la humanidad “alguna pretensión” en ese sentido es algo muy distinto.
Tal vez sería conveniente que consultaras a algún especialista sobre el particular, o que dedicaras algunas horas de tu tiempo a leer algo de historia.
Sobre todo, con relación al período que se conoce como el de “la lucha del Papado con el Imperio” y algunas otras cosas por el estilo.
Y haciéndolo, tal vez comprenderías que yo no dije semejante cosa por la sencilla razón de que esa situación no se concretó jamás.
Pero que “algún” intento para obtenerlo existió, me parece que deberíamos reconocer que es total y absolutamente cierto. Y en ese sentido te preguntaría ¿cuál piensas que es el significado de la coronación de los reyes y emperadores por el Papa o algún Obispo?
Y si por casualidad llegases a pensar que Dios le otorgaba el poder a los reyes (obvio, en forma “inmediata” ya que en forma “mediata” todo proviene de Dios) te recomendaría que consultes al respecto, o que leas, entre muchas otras, la opinión de Vitoria y Mariana (siglo XV) sobre el particular.
Y me parece que mucho de tu posición, no sólo negativa, sino hasta despectiva de mis razonamientos pasan por lo que manifiestas en las primeras líneas de tu extenso mensaje, ya que allí señalas que «son expresiones personales y basadas en observaciones también personales».
Pues bien, te diré que eso es evidente y me parece que todo el mundo actúa exactamente de la misma forma ya que —por lo menos hasta donde yo sé— nadie, absolutamente nadie, puede “meterse” dentro de las mentes del resto de los seres humanos como para tener observaciones de otros, o adoptar las expresiones de otros.
¿O es que vos pretendes decir que tus afirmaciones no son expresiones personales? ¿O crees que son el producto de los razonamientos y las expresiones de todos los integrantes del Foro? ¿O tal vez de todos los católicos? ¿O de toda la humanidad?
Que existan quienes tienen la presunción de asegurar que lo que ellos afirman es lo que opinan todos y por consiguiente que esa es LA VERDAD, sin duda es real.
Pero de ahí a que lo sea efectivamente, hay un “mundo” de diferencia.
Yo, por el contrario, como lo he expresado, no sólo en esos textos que expuse en el Foro, sino en muchos otros escritos, e incluso en los libros que he publicado, sólo pretendo plantear “mis puntos de vista”, sin asegurar que “tengo” la verdad ni cosa por el estilo.
Simplemente afirmo que yo, como cualquier otro —incluyéndote a ti, por supuesto— tengo la “posibilidad” de participar de LA VERDAD y por consiguiente que tengo pleno derecho a exponer mis pensamientos.
Y te diré que a cualquiera que afirme que la verdad es lo que opina él, le diría que medite en semejante afirmación —sobre todo si es algún “referente religioso”— ya que Jesús enseñó a ser humildes, y me parece que semejante actitud está muy lejos (diría mejor a años luz) de contar con ese atributo.
Y si se pretendiese decir que lo que afirman es verdad por ser la doctrina del Magisterio de la Iglesia, te diría —nuevamente— que vuelvas a leer el último de los textos que consigné sobre este tema, y podrás ver que con respecto al “Magisterio Ordinario” yo —tal cual como cualquier otro— tengo plena posibilidad de opinar distinto, y también que nunca he escrito sobre puntos o temas que puedan tener relación con el Magisterio Extraordinario de la Iglesia.
Y podría poner algunos ejemplos pero, con el fin de evitar apartarme de lo que realmente interesa (que es la plena participación de vivencias y bienes y la igualdad en el uso de los bienes materiales) no lo haré, sino que continuaré más adelante con la respuesta a tus planteos, tratando de enfocar precisamente esos puntos más importantes.
Te envío mi saludo, junto con mi invariable MARANA-THA
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MensajePublicado: Jue Oct 20, 2005 8:44 am    Asunto:
Tema: Bienes terrenales-Sacerdotes y laicos¿cuál es la diferencia?
Responder citando

Hola Carlos:

Continuaré procurando contestar algunos puntos de tus mensajes, aún cuando hasta el momento no has respondido a ninguna de las preguntas o, mejor dicho, cuestiones que te he planteado, mediante las cuales te he pedido que me señalaras concretamente algunas cosas que me has adjudicado.
Y mencionaré algo más pues es bastante parecido a lo que señalé antes, ya que también expresas «Esto estaria interesante, ya que mencionas ser abogado, tu sabes que es imposible basar un testimonio aluyendo a lo que alguien "siente" ... no podemos saber que "sienten" los empleados de grupos religiosos, solo que hicieras una encuesta entre los millones de empleados que hay... » y sobre el particular te diré, que yo nunca baso mis opiniones en lo que “sienten” las personas, sino en lo que ELLAS EXPESAN CON RESPECTO A SUS PROPIOS SENTIMIENTOS, motivo por el cual, una vez más, me parece que tus expresiones no guardan la debida “limpieza” intelectual que uno espera en un diálogo entre seres humanos (y ni hablar entre cristianos).
En efecto, ¿cuál es la razón por la cual crees que yo opino “imaginando” los sentimientos de los empleados de los grupos religiosos?
Y con respecto a ese asunto te diré algo más. Yo no sólo fui alumno en un colegio católico, sino que también llevo ya muchos años como docente en otro, y que además en mi profesión he debido escuchar “algunas” cosas como las que relato en mis textos.
También mencionas «Dices que tienes el mismo derecho. Para tener derechos se requiere cumplir con obligaciones, mi pregunta es ¿tu que haces? Jesucristo dijo que el trabajador merece sustento... supongo que trabajas y tienes tu sustento...» párrafo que merece una consideración muy particular.
En primer lugar, no creo que yo tenga que rendirte cuentas de lo que hago, o dejo de hacer. Pero aún así, te diré que si vuelves a leer mis artículos, podrás advertir que allí yo señalo —y creo que muy claramente— que yo NO VIVO DEL EVANGELIO, sino que trabajo, y muy arduamente por cierto, dado que no paso ninguna canastita ni cosa por el estilo para vivir.
Y creo que ese sólo hecho me da derecho a mi a preguntar (ya que debo “poner” en la canastita) mientras que los que reciben y viven de lo que obtienen de esa canastita no tienen en absoluto derecho a cuestionarme a mí, ya que yo me las rebusco absolutamente sólo —y bastante bien a Dios gracias— motivo por el cual, siendo eso absolutamente obvio, me parece tienes menos derecho todavía a cuestionarme con respecto a lo que hago o dejo de hacer.
En segundo lugar, que el derecho a opinar sobre ese tema (si debe existir el Vaticano COMO ¡¡¡¡ESTADO!!!! tal cual como lo es ahora) lo tengo por el simple hecho de ser católico. Y con relación a “cumplir obligaciones” te insisto una vez más que yo diría que trato de cumplir de la mejor manera posible, así que no me parece correcto que me digas eso.
Yo no te voy a hacer una mención de mis actividades.
No lo considero importante y menos aún necesario.
Pero te diré algo que es muy, pero muy simple y sencillo.
Vivo en una población muy pequeña, y lo hago desde hace casi 30 años, y cuando vinimos a vivir aquí éramos sólo 800 habitantes, y por supuesto el único abogado, motivo por el cual es realmente imposible que pueda ocultar algo. Y por eso no tengo ningún inconveniente en hablar, y con la boca “bien abierta”, cuando digo las cosas que digo, ya que no tengo absolutamente ningún temor, ni debo ocultar nada de nada, ya que sería realmente absurdo de mi parte pensar que, en un lugar como éste, me resultase posible ocultar algo.
Y por eso te diré también que me parece absolutamente injusta e incorrecta tu pregunta, cuestionándome lo que yo hago, ya que me “suena” a algo así como «no tenés derecho a criticar a los sacerdotes (o a quien fuera) ya que vos no atendés espiritualmente a una comunidad» ya que lo correcto en ese sentido es que quienes aportamos para que se nos atienda espiritualmente tenemos pleno derecho a preguntar, y a cuestionar, qué es lo que se hace con lo que aportamos.
Salvo que vos pienses que debamos actuar como unos perfectos “tarambanas”, y que lo único que podemos hacer es seguir poniendo en la canastita con la boca cerrada y sin opinar.
Sobre todo, con tantos resultados o “frutos” tan malos que podemos ver diariamente.
Y lo digo ya que me parece evidente que, como no puedes saber absolutamente nada de mis actividades (es decir de lo que yo hago, o dejo de hacer) recurrir a semejante pregunta no es una forma adecuada para tratar de descalificar mis opiniones.
Y sobre eso te diré algo más.
En varias oportunidades vos reconocés que hay más de un cura, monja, o lo que fuese, que no actúa bien ya que —según lo decís— «al fin y al cabo también son seres humanos y están sujetos, como cualquier otro, al error».
Pues bien, yo te diré que eso es total y absolutamente cierto, pero que, sin embargo, es obvio que pese a esa “incorrecta actuación”, siguen pasando la canastita para vivir.
Y por eso yo te pregunto ¿vos, les cuestionás a ellos también ese tipo de cosas como me las cuestionás a mí, sin conocer siquiera lo que yo hago?
Si a mí, sin conocerme para nada, me decís que no tengo derecho a opinar, no quiero ni pensar como tratarás a esos curas o monjas que actúan de esa forma incorrecta.
¿O es que no les cuestionas a ellos nada al respecto?
Y si no lo hacés, yo te pregunto, ¿estás actuando correctamente en ese sentido o deberías cuestionarles a ellos también eso que —sin siquiera conocer lo que yo hago— me reprochas (incorrecta e injustamente) a mi?
También señalas que «El Lavarle los pies es una señal de humildad y servicio, que desde mi apreciación la observan la mayoria de los religiosos, no siempre van a estar dispuestos por que de nuevo, son humanos.. pero desde mi "sentir" si son personas humildes que intentan llevar a cabo el evangelio. En cuanto a lo de rigidos patrones, recordemos que Jesus era bastante rigido a la hora de enseñar...» y en ese sentido te diré que, en mi opinión, Jesús era “bastante” rígido en sus enseñanzas cuando trataba con los fariseos, los saduceos, y otros “personajes” parecidos, es decir con quienes también, de una u otra forma, vivían pasando la canastita.
Pero no recuerdo que tuviese esa misma actitud con el hombre o la mujer, común y corriente.
Y en ese sentido te recuerdo, por ejemplo, la actitud que tiene con la mujer adúltera a la cual ni siquiera condena por esa falta.
Aunque en realidad te diré que hasta podría aceptar que tuvieses razón en ese sentido, ya que no hace para nada al fondo de las cuestiones que yo planteo.
Y además, por cuanto creo que he sido MUY CLARO, en el sentido de que considero que la MAYORÍA de los que he denominado como “referentes religiosos” de la actualidad no actúan con egoísmo o cuestiones parecidas.
Pero de ahí a decir que actúan con “humildad” ..... bueno, tal vez mi propia experiencia personal no ha sido todo la satisfactoria que pudo haber sido la tuya.
Y te aclaro que esto que te digo, no lo hago por una cuestión “tan personal”, sino que muchos de quienes vivimos aquí tenemos una idea muy parecida. Es más, yo diría que la inmensa mayoría tiene una idea mucho más negativa que la que yo he planteado.
Y por esto te diría, que resultaría útil que preguntes la opinión que tienen las personas comunes y corrientes, esos que podemos ver constantemente por la calle. No los que concurren a Misa u otros actos de culto, sino a cualquier otra personas (amigos, vecinos, compañeros de trabajo, etc.) a los que se te pueda ocurrir preguntar (es decir, que hagas algo así como esa estadística que, según vos, yo debería hacer entre los empleados de los colegios religiosos) y creo que si lo haces, tal vez puedas advertir —con alguna sorpresa— que las ideas que yo expongo no son cuestiones exclusivamente mías, personales, sino que las comparten una inmensa cantidad de los seres humanos —comunes y corrientes— que pululan diariamente por la calle.
Bien. Hecha esas aclaraciones, suspendo aquí esta respuesta. En próximos mensajes trataré de explicarte algunos otros puntos sobre los aspectos que vos has mencionado.
Pero antes de despedirme, y ya que en el primero de tus mensajes expresaste textualmente que «Tu idea es buena, y hay muchas personas que no solo ya lo han pensado si no que ya viven en comunas cristianas», te agradecería que me indiques también datos concretos con respecto a alguna de esas «comunas cristianas» ya que, en caso de que fuese cierto que existen, tal vez se solucionaría todo, y yo podría irme a vivir tranquilamente a una de ellas.
No obstante te aclaro que hasta la fecha, y pese a todas las consultas que he efectuado (incluyendo Obispos, algunos de ellos hasta te diría que “bastante” amigos míos) no he encontrado a ninguno que me haya dicho que exista algo parecido a lo que yo sostengo, motivo por el cual —insisto una vez más— te agradecería que me suministrases información bien concreta en tal sentido.
Quedando nuevamente a la espera de tus noticias, te envío mis saludos, junto con el invariable deseo del MARANA-THA
Mario
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MensajePublicado: Vie Oct 21, 2005 7:08 am    Asunto:
Tema: Bienes terrenales-Sacerdotes y laicos¿cuál es la diferencia?
Responder citando

Estimado Carlos, hermano en el Señor Jesús:

Continuando con la respuesta a tus cuestionamientos, me referiré a un punto que plantearas en el primero de tus mensajes, cuando expresaras que cometo un error por «intentar trasladar al laico común los beneficios que en materia económica tienen los sacerdotes y religiosos».
Y expresamente mencionaste allí que «Aqui tu error es la entrada. Quieres entrar por este ultimo metodo y es a mi parecer incorrecto. Los sacerdotes y religiosos son cosa aparte»
Pues bien, yo te diré que no comprendo cuál es la razón por la que debemos considerarlos “cosa aparte”. Y menos aún entiendo eso a lo que referís como la “entrada”.
Y te diré que yo de forma alguna puedo creer que, en lo que hace a las cuestiones económicas o similares, los sacerdotes o religiosos sean “cosa aparte”.
Es más, te diré que estoy “bastante” tranquilo en el sentido de que he podido explicar —y con bastante claridad— a lo largo de los 7 textos que publiqué, que en ese sentido no hay ninguna justificación para que existan diferencias.
Es decir que no creo que haya ningún tipo de argumento como para que se justifique que tengan privilegio alguno.
Pues bien, obviamente tu posición no es esa sino que considerarás que es “absolutamente correcta” la situación que vivimos actualmente, es decir, que te parecería que aún cuando existen infinidad de laicos que viven realmente muy mal, es válida la posición económica muchísimo más holgada que tienen todos aquellos a los cuales yo llamo “referentes religiosos”, entre los cuales están incluidos los sacerdotes y los religiosos.
Pues bien; es evidente que no coincidimos.
Y te diré algo más, ya que tal vez sea cierto eso que afirmaste de que “son cosa aparte”, pero no en el sentido de que vos lo planteas, es decir, que puedan estar beneficiados, sino exactamente lo contrario.
En efecto; yo pienso que de ninguna forma es posible que, quienes aseguran haber escuchado un llamado especial para seguir a Jesús, puedan tener una situación económica “privilegiada”, mejor que la de muchos laicos.
Y para que comprendas el motivo por el cual pienso eso, me permito transcribir a continuación algunos párrafos de un libro que he publicado y que hace referencia a ese tema.
«Volviendo ahora al tema en análisis, quiero aclarar que, mediando o no "voto de pobreza", estoy convencido de que, quienquiera afirme haber oído en forma “especial” el llamado de Jesús, y optó por seguirlo, (los miembros “consagrados” de mi Iglesia y de cualquier culto cristiano, tengan, o no, formalmente emitido un voto de pobreza) sólo debería poseer aquellos bienes que son elementales para la vida (los mínimos, de uso y consumo).-
En efecto, no puede desconocerse el sentido de las palabras del Evangelio cuando afirman: "Maestro bueno, ¿qué debo hacer para heredar la Vida Eterna?» Jesús le dijo: «¿Por qué me llamas bueno? Sólo Dios es bueno. Tú conoces los mandamientos: No cometerás adulterio, no matarás, no robarás, no darás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre» El hombre le respondió: «Todo esto lo he cumplido desde mi juventud» Al oírlo, Jesús le dijo: «Una cosa te falta todavía: vende todo lo que tienes y distribúyelo entre los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo. Después ven y sígueme» Al oír estas palabras, el hombre se entristeció porque era muy rico. Viéndolo así, Jesús dijo: «¡Qué difícil será para los ricos entrar en el Reino de Dios! Sí, es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de Dios» Los que escuchaban dijeron: «Pero entonces: ¿quién podrá salvarse?» Jesús respondió: «Lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios»" (Lc.18,18-27).-
De acuerdo a ese texto, no existen demasiadas opciones al respecto y, si realmente se afirma HABER ESCUCHADO Y SEGUIDO ese “llamado especial” del Señor Jesús, me parece que no queda ningún resquicio como para justificar la posesión de bienes materiales (salvo, insisto, los elementales para la subsistencia), aún cuando se afirme el no estar obligados por voto alguno ya que, el texto es sumamente claro al decir «vende .. distribúyelo .. y después ven y sígueme».-
Existe asimismo dentro de los Evangelio, otro texto que presenta un pensamiento similar, y profundiza esa idea y que, en los aspectos esenciales, dice: “...«No temas, pequeño Rebaño, porque el Padre de ustedes ha querido darles el Reino. Vendan sus bienes y denlo en limosna. Háganse bolsas que no se desgasten y acumulen un tesoro inagotable en el cielo, donde no se acerca el ladrón mi destruye la polilla. Porque allí donde tengan su tesoro, tendrán también su corazón»... Pedro preguntó entonces: «Señor, ¿esta parábola la dices para nosotros o para todos?» El Señor le dijo: «¿Cuál es el administrador fiel y previsor, a quien el Señor pondrá al frente de su personal para distribuirle la ración de trigo en el momento oportuno?..»..” (Lc.12,32-4Cool palabras que señalan con bastante claridad que, la expresión de vender sus bienes y darlos en limosna está dicha, como mínimo, para quienes reciben el llamado más directo de seguir a Jesús.-
En efecto. Frente al interrogante que plantea Pedro, la referencia que hizo el Cristo a través de esa parábola, que se suele designar como del "servidor fiel", hace expresa indicación a ponerlo al frente del «personal», situación que muy pocas dudas puede dejar en nuestras mentes con relación hacia quienes están dirigidas especialmente esas palabras.-
Y, obviamente, menos justificable aún sería el CONTAR CON ELEMENTOS MATERIALES QUE HUBIESEN SIDO OBTENIDOS por intermedio de ese "seguir" al Cristo (es decir, haberlos repartido “antes” de seguirlo y “POSTERIORMENTE” obtener otras cosas mediante lo “recaudado” con tal gestión) ya que tal actitud, ni con la mejor buena voluntad, más aún, yo diría que NI SIQUIERA CON LA MÁS RETORCIDA INTERPRETACIÓN DEL EVANGELIO que nos atrevamos a realizar, podríamos llegar a admitirlo.-
En efecto, todas las expresiones relacionadas con vivir de la predicación hablan exactamente de eso, DEL VIVIR, pero de forma alguna hacer referencia a acrecentar o formar un patrimonio con semejante actividad.-
No resulta posible desconocer la clarísima advertencia del Señor cuando, al enviar a sus discípulos dándoles poder sobre los espíritus impuros y las enfermedades, les aclaró expresamente «ustedes han recibido gratuitamente, den también gratuitamente» (Mt.10,Cool por lo cual resulta muy difícil de admitir que, mediante ese “trabajo o actividad”, sea posible lucrar, por pequeña que fuese la “fortuna” obtenida.-
Por otra parte, tampoco es válido afirmar que “los tiempos han cambiado” y que se necesitan otras cosas como, por ejemplo, el poseer automóviles (algunos incluso lujosos) por “razones pastorales” ya que, Jesús no tenía ni un triste mulo para ingresar en Jerusalén y, no podemos dudar que, si hubiese estimado que era lo correcto, tanto él como sus discípulos habrían podido contar con una tropilla de caballos o, por lo menos, una recua de burros para desplazarse, “por razones pastorales”, con mucha mayor celeridad por la tierra de Palestina lo cual, por ejemplo, le hubiesen permitido visitar un mayor número de aldeas que las que recorrió durante su vida.-»
Y como me parece que esas líneas que he transcripto, son suficientes para explicar mi postura absolutamente igualitaria en el sentido de lo económico, dejaré por contestado también ese punto.
Y por eso me despido de vos, pero no lo haré sin antes decirte que me llama poderosamente la atención que no contestes a ninguno de mis comentarios.
¿Será, acaso, que escuchas las recomendaciones de “alguien” que te dice que es mejor el silencio?
Si es así te diré que lo lamento por vos y por quien te lo pueda decir, ya que pueden optar por ese camino, pero no podrán modificar lo que el Buen Dios del Cielo, el Padre de Jesús viene haciendo, en el sentido de “clarificar” todas estas cuestiones.
Y además te diré que habla muy mal con respecto a la caridad que debería rodear tus actos, ya que me acusaste de hereje y ni siquiera me señalas con exactitud cuales serían mis herejías, motivo por el cual, de ser cierta tu afirmación, ni siquiera me das la opción de poder enmendarme, situación que te diré, es total y absolutamente anticristiana.
Y si fuese que has recapacitado y comprendido que no he cometido herejía alguna, estimo que correspondería que así me lo mencionaras, no para ofrecerme disculpas ni nada por el estilo, ya que eso no es importante, sino para que mi espíritu pueda estar tranquilo sabiendo que mi posición es total y absolutamente ortodoxa al Dogma de la Iglesia.
Te reitero mi saludo junto con mi invariable deseo del MARANA-THA
Mario
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