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La Iglesia o la Biblia por el Padre Arnold Damen

 
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Autor Mensaje
Esther Filomena
Veterano


Registrado: 03 Ene 2006
Mensajes: 2345

MensajePublicado: Mar May 16, 2006 7:57 pm    Asunto: La Iglesia o la Biblia por el Padre Arnold Damen
Tema: La Iglesia o la Biblia por el Padre Arnold Damen
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La Iglesia o la Biblia por el Padre Arnold Damen, S.J. (1815-1890)

Introducción...

El siguiente sermón es tan pertinente hoy como lo era hace más de 100 años atrás cuando fue primeramente predicado por el Padre Arnold Damen, S.J. Es evidente por medio de su título: "La Iglesia o la Biblia" que el mensaje del Padre Damen era y es todavía un desafío a muchos que se enorgullecen en ser llamados "Cristianos Biblicos y de la Biblia nada más." "Uno no puede tener Dios como su Padre, si no quiere tener la Iglesia como su Madre." Igualmente uno no puede tener la Palabra de Dios como su fe, si no quiere tener la iglesia como su profesora. Es la Iglesia que tiene la autoridad de instrucción infalible, como lo fue prometida por Cristo, la cual protege la Palabra de Dios de interpretación errónea. Esta es en esencia la doctrina de este sacerdote lleno de entusiasmo. Esto es también el núcleo del Cristianismo verdadero, tal como el Padre Damen ampliamente demuestra usando las Escrituras Sagradas y el sentido común. Todo lector sincero de la Biblia merece saber la verdadera relación que Dios ha establecido entre Su Iglesia y la Escritura Sagrada. Por lo tanto, invitamos a todos los que aman la Biblia, que lean la exposición del Padre Damen con una mente abierta, a fin de que cuando lean las Escrituras Sagradas no las "interpreten torcidamente para su propia perdición."
(2 Pedro 3:16)




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I. Queridos y amados Cristianos: Cuando nuestros divino Salvador, envió a Sus apóstoles y a Sus discípulos por todo el universo para predicar el Evangelio a toda criatura, El plantó las condiciones para la salvación en ésta forma: El que crea y sea bautizado, dijo el Hijo del Dios Vivo, se salvará; el que no crea, se condenará (Marcos:16). Aquí pues, nuestro bendito Señor plantó las dos condiciones de salvación: Fe y Bautismo.
Esta noche hablaré sobre la condición de la fe. Debemos tener la Fe para ser salvados, y tenemos que tener Fe Divina, no la fe humana. La fe humana no podrá salvar a un hombre, solamente la Fe Divina. ¿Qué es la Fe Divina? Es creer, basado en la autoridad de Dios, las verdades que Dios ha revelado; eso es Fe Divina. Es el creer todo lo que Dios ha enseñado basado en la autoridad de Dios, y creer sin dudar, sin vacilar; porque en el momento en que comienzas a tener duda o a vacilar, en ese momento comienzas a tener desconfianza de la autoridad de Dios, y por lo tanto, has insultado a Dios porque has dudado de Su palabra. Fe Divina, entonces es creer sin duda y sin vacilación. La fe humana es cuando nosotros creemos una cosa basada en la autoridad de hombres - en autoridad humana. Esto es fe humana. Pero la Fe Divina es creer sin duda, sin vacilación, cualquier cosa que Dios ha revelado basado en la autoridad de Dios. Por lo tanto, mis queridos amigos, no es una cuestión de indiferencia cuál religión un hombre quiera profesar, con tal de que sea él un buen hombre. Se suele oír hoy en este siglo de poca fe, que no importa de cuál religión un hombre sea, siempre y cuando sea un buen hombre. Esto es herejía, mis queridos amigos, y les voy a demostrar que es así.

Si fuera una cuestión de indiferencia a cuál creencia un hombre perteneciese, siempre y cuando que él sea un buen hombre, pues entonces, es inútil que Dios hiciese revelaciones de lo que sea. Si un hombre está en libertad para rechazar lo que Dios ha revelado, ¿De qué uso fue el de Cristo de enviar a Sus apóstoles y Sus discípulos a enseñar a todas las naciones, si estas naciones están en libertad para creer o rechazar las enseñanzas de los apóstoles o discípulos? Te puedes dar cuenta en seguida que esto sería un insulto a Dios. Si Dios revela una cosa El propone ser creído. El quiere ser creído cuando El enseña o revela una cosa.
El hombre está obligado a creer cualquier cosa que Dios ha revelado, porque, mis queridos amigos, nosotros estamos obligados a adorar a Dios tanto con nuestra razón e intelecto, como con nuestro corazón y voluntad. Dios es el dueño del ser humano por completo. El reclama su voluntad, su corazón, su razón y su intelecto. ¿Dónde está el hombre en su razonamiento, no importa cuál sea la denominación, iglesia o religión a la cual pertezca, que va a negar que estamos obligados a creer lo que Dios ha enseñado? Estoy seguro que no existe un cristiano que niegue que estamos en deber de creer, cualquier cosa, lo que sea que Dios ha revelado. Entonces, no es un asunto de indiferencia cuál religión un hombre profese. El tiene que profesar aquella religión verdadera si quiere ser salvado. Pero, ¿Cuál es la verdadera religión? Creer todo lo que Dios ha enseñado.
Yo estoy seguro que hasta mis amigos protestantes admintirán que esto es correcto; porque, si ellos dicen que no, yo diría que ellos no son cristianos en lo absoluto. Pero ¿Cuál es la verdadera Fe? "La verdadera Fe" dicen mis amigos protestantes "es creer en el Señor Jesús." Estamos de acuerdo, los católicos creen en eso. Pero dime ¿Qué es lo que tu significas cuando dices que hay que creer en el Señor Jesús? "Pero sí", dicen mis amigos protestantes, "hay que creer que El es el Hijo del Dios viviente." Estamos de acuerdo otra vez. Gracias a Dios, que podemos estar de acuerdo en algo. Nosotros creemos que Jesucristo es el hijo del Dios viviente, que El es Dios. En esto todos estamos de acuerdo, a excepción de los unitarios y los socinianos, pero no vamos a hablar de ellos, vamos a dejarlos tranquilos esta noche. Si Cristo es Dios, entonces tenemos que creer todo lo que El enseña. ¿No es cierto mis queridos hermanos y hermanas protestantes? Y esa es la Fe correcta, ¿no es cierto? "Bueno sí" dice mi amigo protestante, "Yo creo que esa es la Fe correcta. Si creemos que Jesús es el Hijo del Dios viviente, entonces tenemos que creer lo que Cristo ha enseñado." Nosotros los católicos decimos lo mismo, y aquí estamos de acuerdo otra vez. Entonces tenemos que creer en Cristo, y esa es la Fe verdadera. Tenemos que creer todo lo que Cristo ha enseñado - lo que Dios ha revelado - y, sin esa Fe no puede haber salvación; sin esa Fe no hay esperanza de ir al cielo, sin esa Fe, ¡hay solamente condenación para la eternidad! Para esto tenemos las palabras de Cristo: El que no crea será condenado.




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II. Pero si Cristo mi querida gente, me manda bajo castigo de condenación eterna a creer todo lo que El ha enseñado, El tiene que darme el medio por el cual yo pueda enterarme qué es lo que El ha enseñado. Y el medio por el cual Cristo nos ha dado a saber esto tiene que haber existido todo el tiempo al alcance de toda la gente.
En segundo lugar, el medio por el cual Dios nos da a saber lo que El ha enseñado tiene que ser un medio al alcance de toda capacidad de intelecto, hasta del más escaso de mente. Porque los más escasos de mente tienen el derecho a la salvación, y por consiguiente tienen el derecho a tener el medio por el cual puedan enterarse de las verdades que Dios ha enseñado, para que ellos puedan creer en ellas y ser salvados. El medio por el cual Dios nos da a conocer lo que El ha enseñado tiene que ser un medio infalible. Porque si es un medio que nos puede descarriar, entonces no es medio ninguno. Tiene que ser un medio infalible, para que si una persona hace uso de ese medio, esté infaliblemente sin miedo de equivocación o error, llevado a un conocimiento de todas las verdades que Dios ha enseñado. Yo no creo que hay nadie aquí - no importa quien sea, cristiano o ateo - que pueda estar en desacuerdo con mis premisas. Y estas premisas son la fundación de mi discurso y todo mi razonamiento, y, por consiguiente, quiero que ustedes las tengan presentes.
Las repetiré porque en estas premisas descansan todas las fuerzas de mi discurso y razonamiento. Si Dios me manda bajo castigo de condenación eterna a creer todo lo que El ha enseñado, El está obligado a darme el medio por el cual yo pueda enterarme de lo que El ha enseñado. Y ese medio que Dios me da, tiene que haber existido en todo tiempo, dentro del alcance de toda la gente, tiene que adaptarse a todo tipo de capacidad intelectual, tiene que ser un medio infalible para nosotros, para que si alguien hace uso de este medio, él tuviere el conocimiento de todas las verdades que Dios ha enseñado.




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III. ¿Nos ha dado Dios tal medio? "Sí" dicen mis amigos protestantes, "El lo ha dado." Y los católicos dicen que sí también. ¿Cuál es el medio que Dios nos ha dado por el cual podremos saber la verdad que Dios ha revelado? "La Biblia" dicen mis amigos protestantes, "la Biblia, toda la Biblia, y nada más que la Biblia." Sin embargo, nosotros los católicos decimos, "No; no es la Biblia y su interpretación privada, sino la Iglesia del Dios viviente." Voy a demostrar las realidades, y yo desafío a todos mis hermanos separados - y a todos los predicadores a la misma vez - les invito a rebatir lo que diré esta noche.
Digo pues, que no es la interpretación privada de la Biblia lo designado por Dios para ser la profesora del hombre, sino la Iglesia del Dios viviente. Porque, mis queridos amigos, si Dios hubiera tenido la intención de que el hombre aprendiese Su religión de un libro -la Biblia - por seguro que Dios le hubiera dado ese libro al hombre; Cristo le hubiera dado ese libro al hombre. ¿Lo hizo El? El no lo hizo. Cristo envió a sus apóstoles por todo el universo y les dijo: Vayan pues, y enseñen a todas las naciones, bautizando en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles a obedecer a todo lo que Yo les he mandado.
Cristo no les dijo, "Siéntense y escriban Biblias y distribúyanlas por toda la tierra, y que cada persona lea su Biblia y juzgue por sí mismo." Si esto hubiera sucedido, nunca hubiera habido un cristianismo, sino una Babilonia y mucha confusión, pero nunca una Iglesia, la unión de un cuerpo. Este entredicho estaba reservado para el siglo dieciséis y hemos visto el resultado de esto. Desde entonces, empezando por el siglo dieciséis ha surgido una religión encima de otra religión, e iglesia encima de otras iglesias, todas peleando y discutiendo entre ellas. Y todo por el motivo de la interpretación individual de la Biblia. Cristo envió Sus apóstoles con autoridad para enseñar a todas las naciones, y nunca les dio un mandato de escribir la Biblia. Y los apóstoles fueron y predicaron por todas partes, y plantaron la Iglesia de Dios en toda la tierra, sin embargo nunca pensaron en ponerse a escribir.
La primera palabra escrita, fue por San Mateo, y él escribió para el beneficio de solo unas pocas personas. El escribió el Evangelio casi siete años después que Cristo dejó esta tierra, de manera que, la Iglesia de Dios establecida por Cristo, existió siete años antes que ni siquiera una línea se había escrito en el Nuevo Testamento. San Marcos escribió aproximadamente diez años después que Cristo dejó esta tierra; San Lucas aproximadamente veinticinco años, y San Juan aproximadamente sesenta y tres años después que Cristo había establecido la Iglesia de Dios. San Juan escribió la última porción de la Biblia -el Libro de Revelación - aproximadamente sesenta y cinco años después que Cristo había dejado esta tierra y la Iglesia de Cristo ya se había establecido. La religión católica ya existió sesenta y cinco años antes que la Biblia se había terminado de escribir, antes que la Biblia fuera escrita.
Ahora, yo les pregunto, mis queridos hermanos separados, si eran estas gentes cristianas, los que vivieron durante este periodo de tiempo entre la fundación de la Iglesia de Jesús y la compilación de la Biblia, ¿Eran ellos de verdad cristianos, cristianos buenos, cristianos instruidos? ¿Conocían ellos la religión de Jesús? ¿Dónde está el hombre que se atreviera a decir que aquellos que vivieron entre el tiempo en que Cristo ascendió al cielo hasta el tiempo en que la Biblia se terminó de escribir, no eran cristianos? Está admitido por todos los partidos, por todas las denominaciones, que ellos eran los mejores cristianos, el primer fruto de la Sangre de Jesucristo. ¿Pero cómo sabían lo que tenían que hacer para salvar sus almas? ¿Acaso lo aprendieron de la Biblia? No, porque la Biblia no había sido escrita. ¿Hubiera nuestro divino Salvador dejado su Iglesia por sesenta años sin un instructor, suponiendo que la Biblia fuera el instructor del hombre? Les aseguro que no. ¿Eran los apóstoles cristianos? Ustedes dicen "Sí señor, ellos eran los mismos fundadores del cristianismo."
Ahora, mis queridos amigos, ninguno de los apóstoles nunca llegó a leer la Biblia; ninguno de ellos con excepción, quizá de San Juan. Pues todos ellos habían muerto mártires por la Fe de Jesucristo y nunca llegaron a ver el forro de una Biblia. Cada uno de ellos murió como mártir y héroe para la Iglesia de Jesús antes de que la Biblia se hubiera terminado de escribir. ¿Cómo entonces, es que esos cristianos que vivieron en los primeros sesenta y cinco años después que Cristo ascendió - cómo es que ellos sabían lo que tenían que hacer para salvar sus almas? Ellos lo sabían en precisamente la misma manera que ustedes lo saben, mis queridos amigos católicos. Ustedes lo saben por medio de las enseñanzas de la Iglesia de Dios, y es en esta forma también que los primeros cristianos lo sabían.




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IV. No solamente por sesenta y cinco años dejó Cristo la Iglesia que El había establecido sin una Biblia, sino que así fue a través de trescientos años. La Iglesia de Dios fue establecida y siguió propagándose por toda la esfera terrestre sin la Biblia por más de trescientos años. En todo aquel tiempo, la gente no sabía que era lo que constituía la Biblia.
En los días de los apóstoles había muchos falsos evangelios. Estaba el evangelio de Simón, los evangelios de Nicodemo, de María, de Bernabé y el evangelio de la infancia de Jesús. Todos estos evangelios fueron esparcidos entre la gente, y la gente no sabía cuáles eran inspirados y cuáles eran falsos y espurios. Hasta los mismo letrados discutían si se le debiera dar preferencia al evangelio de Simón, o al de Mateo, al evangelio de Nicodemo o al Evangelio de Marcos, al evangelio de María o al de Lucas, al evangelio de la infancia de Jesús o al Evangelio de San Juan el Evangelista.
Lo mismo pasaba con las epístolas que fueron escritas: Muchas epístolas fueron espurias, y la gente no sabía con certeza, por más de trescientos años, cuáles eran espurias o falsas y cuáles eran inspiradas. Y, por lo tanto, ellos no sabían cuáles eran los escritos que constituían los libros de la Biblia. No fue hasta el siglo cuarto que el Papa de Roma, la Cabeza de la Iglesia, el sucesor de San Pedro, convocó a todos los obispos del mundo a un concilio. Y allí en ese concilio fue decidido que la Biblia, así como nosotros los católicos la tenemos ahora, es la Palabra de Dios, y que los evangelios de Simón, Nicodemo, María, la infancia de Jesús y de Bernabé y todas aquellas otras epístolas eran espurias o, a lo menos, no eran auténticas; Por lo menos, no había evidencia de su inspiración, y que los Evangelios de los Santos Lucas, Mateo, Marcos y Juan y el libro de Revelación, sí eran inspirados por el Espíritu Santo.
A través de la duración de todo aquel tiempo, el mundo entero por trescientos años no sabía lo que la Biblia era; por lo tanto, ellos no podían tomar la Biblia como su guía, porque ellos no sabían lo que constituía la Biblia. ¿Hubiera nuestro divino Salvador si Su intención era que el hombre aprendiese su religión de un libro, dejado el mundo cristiano por trescientos años sin ese libro? Muy ciertamente que no.
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Esther Filomena
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