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12. La relación entre el formador y el seminarista II
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Autor Mensaje
MANUEL HERNÁNDEZ PUJADAS
Esporádico


Registrado: 10 Ene 2009
Mensajes: 38
Ubicación: Barcelona

MensajePublicado: Sab Ene 31, 2009 6:22 am    Asunto: 12. LA RELACIÓN ENTRE EL FORMADOR Y EL SEMINARISTA II
Tema: 12. La relación entre el formador y el seminarista II
Responder citando

12. LA RELACIÓN ENTRE EL FORMADOR Y EL SEMINARISTA II

DEMÁS PARTICIPANTES

La formación requiere bondad y exigencia. ¿Cómo encontrar el equilibrio?

Respuesta:
Con la exigencia consigo mismo o autoexigencia. La exigencia no es una carga gravosa, sino un método para librarnos de nuestros defectos y vicios.

La exigencia no es un fin en sí misma. Es un medio para lograr una mayor satisfacción y crecimiento personal.

La bondad con los demás no consiste en no reconocer como verdaderos los defectos y los vicios del otro, sino en hacérselos ver con caridad y humildad, pensando en su bien eterno de la salvación de su alma. Para que así el otro tenga la posibilidad de mejorar como persona liberándose se sus defectos y vicios y ser de hecho más humano y, por tanto, más feliz. La corrección fraterna constituye un acto de amor y caridad muy bueno para con los demás.


MANUEL HERNÁNDEZ
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JULIAN RAMIRO JOVEN CADEN
Esporádico


Registrado: 03 Dic 2008
Mensajes: 37
Ubicación: COLOMBIA - DIÓCESIS DE NEIVA - SEMINARIO MAYOR DE SAN ESTEBAN

MensajePublicado: Dom Feb 01, 2009 3:23 am    Asunto:
Tema: 12. La relación entre el formador y el seminarista II
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FORMADORES

No se confunde la motivación con el llamado “lavado de cerebro”. Jamás! La motivación exige amor, libertad, conocimiento, voluntad… y eso no se da en el “lavado de cerebro”. Nuestra formación es personal y no mecánica. Estamos tratando con personas y no con máquinas que se programan. La motivación es la fuerza dinamizadora que nace desde dentro, cuando la persona ha comprendido y se ha apropiado de los valores que se le han expuesto. La motivación es impulso del interior hacia el exterior.

Considero que algunas claves para la motivación de los seminaristas son:

El testimonio de vida sacerdotal; que los seminaristas observen jubilosos y realizados a sus formadores. Que descubran en su vida la plenitud que se alcanza cuando se responde al llamado del señor. Pobre del sacerdote que pretende motivar y lleva su ministerio con amargura, con frustración, con descuido; esto no alienta a nadie, por más técnicas que se empleen.

El conocimiento personal y profundo de cada seminarista. No todos lo jóvenes responden de la misma manera. Algunos descubren su máxima motivación en algún aspecto específico del ministerio sacerdotal. Hay que saber llegar al seminarista, descubrir sus primeras motivaciones.

Presentar altos ideales y nobles exigencias, estremecen y purifican la motivación. Es evidente que los jóvenes hoy reclaman derroteros claros, reclaman verdad y justicia. Por eso, considero que no podemos caer en la trampa de pretender hacer más atractivo el ministerio, privándolo de su radicalidad. Hay que ser claros con los jóvenes, jamás ocultar algo de la vocación sacerdotal.
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asdf
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Registrado: 22 Nov 2008
Mensajes: 19

MensajePublicado: Mie Feb 04, 2009 4:10 am    Asunto: 12. La relación entre formador y seminarista II
Tema: 12. La relación entre el formador y el seminarista II
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12. FORMADORES
Yo, primero como bautizado, como católico, tengo clara convicción de que el segundo regalo más grande que Dios nos ha dado es LA LIBERTAD, poniendo en primerísimo lugar el don de la VIDA. Ahora como sacerdote y como formador sigo viviendo y experimentando más plenamente estos dones junto con todos los que Dios me ha concedido.
En mi experiencia de formador, en la etapa primera de la formación, pudiera quedar más ad oc esta frase que, más que despectiva, es ir en contra de ese precioso regalo de la libertad. Y aún en este caso no creo que se dé esto en la formación, ya que apelamos a la libertad y a la voluntad de la persona, que en mi caso, los formandos siendo aún niños algunos y otros iniciando la etapa de la adolescencia, ya son capaces de decidir el quedarse o no en la formación que, más que ser una formación con la implicación del ministerio sacerdotal, es la formación de las bases humanas y cristianas, es darles las herramientas básicas de todo ser humano, así como el amor a Dios y al prójimo, que es tarea de todo bautizado, de esta manera podemos afirmar que no se manipula ni la conciencia, ni la libertad ni la voluntad del muchacho.
Me parece bastante interesante y acertada la diferencia entre la motivación y el lavado de cerebro que anota el padre Ramón Díaz Guardamino LC, desde ahí podemos dar respuesta a quienes ven de esta manera la formación y la concepción de algunas personas que les parece inaceptable que jóvenes, tan llenos de vida, con un futuro prometedor, bien parecidos, puedan estar encerrados, perdiéndose de lo que el mundo ofrece, sólo por seguir una idea, una doctrina o un no sé qué, y es donde aparece esta frase del lavado de cerebro; pero también aquí es donde podemos encontrarnos con el gran misterio de la vocación, y de que realmente es un llamado de Dios.

Un fraternal saludo a todos.

P. Guillermo
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vicentearcila
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Registrado: 18 Nov 2008
Mensajes: 21
Ubicación: marinilla. colombia

MensajePublicado: Vie Feb 06, 2009 2:39 am    Asunto: respuesta al tema
Tema: 12. La relación entre el formador y el seminarista II
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Seminaristas
- ¿Te gusta que tus formadores te repitan las cosas y estén atentos a tu formación? ¿o prefieres más bien que te dejen tranquilo, a tu ritmo?
En algunos casos si es bueno que los formadores estén atentos de nuestra formación, pero hay momentos en los cuales uno prefiere que lo dejen tranquilo y que le dejen un poco de privacidad a uno, pues uno tener todo el día una persona encima de uno es un poco maluco, y si algún sacerdote debe estar atento de la formación de uno no debe ser otro que el directos espiritual.
_________________
VICENTE ARCILA.
SEMINARISTA.
SEMINARIO DIOCESANO NUESTRA SEÑORA
MARINILLA. ANT. COL.
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Ronald La Barrera Villarr
Esporádico


Registrado: 23 Nov 2008
Mensajes: 45
Ubicación: Peru

MensajePublicado: Mie Feb 18, 2009 12:36 pm    Asunto: La relación entre el formador y el seminarista
Tema: 12. La relación entre el formador y el seminarista II
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- ¿Está de acuerdo en que se realice una labor preventiva y de vigilancia en el seminario? ¿no hay que confiar absolutamente en los seminaristas?
Una labor preventiva en el Seminario debe haber, es necesario formar a los futuros sacerdotes sabiendo que se les debe preparar para afrontar problemas que el formador como seminartista ha vivido. Un buen sacerdote conoce bien como ha sido formado, sabe de las debilidades y fortalezas de su formación, como también lo que le hubiera gustado que sus formadores hicieran con él y las cosas que le hubieran advertido. Por lo tanto el formador debe hacer lo que le hubiera gustado que hagan con él cuando era seminarista, que le prevengan de los peligors que se encuentran en la formación y saber que hacer para superarlos.
También tiene que haber algo de vigilancia, no una vigilancia de policía, sino más bien una vigilancia acompañada, es decir, que el formador comparta todos los momentos de la vida del seminario con los seminaristas, su presencia misma será un estímulo y ejemplo para los seminaristas, al mismo tiempo el formador podrá darse cuenta a quienes y que tipo de jóvenes está formando.
- Sabiendo que lo ideal es el equilibrio, ¿dónde hay más riesgo: en tener formadores “bonachones” o en que sean demasiado exigentes?
Para mi el riesgo se encuentra en ambas partes, por un lado el que el formador sea bonachón, hace que la formación no se tome muy en serio y cada uno hace lo que se le da la gana o cree que lo que está haciendo está bien. Cuando hay mucha exigencia, en el momento en que se ven libres de esos formadores, hacen lo contrario o piensan que al fin podrán hacer lo que quieran sin que nadie los obligue o los vigile.
Un buen formador sabe en que momento tiene que ser exigente, en que momento ser amigo, pues tiene que ser sobre todo prudente.
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paisaschp
Esporádico


Registrado: 10 Nov 2008
Mensajes: 36
Ubicación: Ponce (Puerto Rico)

MensajePublicado: Sab Feb 21, 2009 7:53 pm    Asunto: 12. Relación formadores / seminaristas 2
Tema: 12. La relación entre el formador y el seminarista II
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¿No podría llegar a confundirse la motivación con el así llamado “lavado de cerebro”? ¿dónde radica la diferencia? ¿Cuál es la clave para saber motivar a los seminaristas?

Después de la oportuna aclaración sobre la expresión usada, prefiero sin duda la motivación porque se trata de hacer sacar lo mejor de sí mismos a los seminaristas en su camino formativo. Es cierto que la motivación tiene también como finalidad superar aquellas situaciones de estancamiento del seminarista, y por lo tanto tienen que ver con lo que se señalaba como “desmonte” de ciertas experiencias o ciertas ideas. Pero la motivación apunta lo que hace mover a las personas para alcanzar una meta determinada. En este sentido, yo encuentro clave la vocación sacerdotal o religiosa del seminarista, y su identidad como tal; es decir, como alguien que está dando un paso determinado en su vida para realizar lo que Dios quiere de él.
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Padre Luis Javier Sarrazo
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Registrado: 21 Nov 2008
Mensajes: 14

MensajePublicado: Mar Mar 03, 2009 11:32 pm    Asunto: Foro tema undécimo
Tema: 12. La relación entre el formador y el seminarista II
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FORO TEMA UNDÉCIMO

Otros sacerdotes
- ¿Está de acuerdo en que se realice una labor preventiva y de vigilancia en el seminario? ¿no hay que confiar absolutamente en los seminaristas?
- Sabiendo que lo ideal es el equilibrio, ¿dónde hay más riesgo: en tener formadores “bonachones” o en que sean demasiado exigentes?

• La motivación: ¿Qué motiva al joven a ser seminarista? ¿Es la misma motivación para ser sacerdote? – la verdadera educación ( es decir, la verdadera motivación es la que nace de dentro, ya decíamos en otro tema que el primer responsable de su formación es el mismo joven seminarista.
La motivación es presentar al joven los valores, que puedan resultar atractivos, recordemos que esos modelos los sembró en el joven los sacerdotes que estuvieron presente en su vida a nivel parroquial, y que deben ser continuados en el seminario y en los sacerdotes de la propia diócesis. Pero no sólo es motivar sino también preparar para las adversidades, renuncias y sacrificios que se le van a presentar en la futura vida sacerdotal: la soledad, el manejo de la afectividad y la sexualidad, el manejo correcto de los bienes que son de la Iglesia, y los suyos propios.
El lunes 2 de marzo el papa Benedicto XVI escribió: “ ninguna otra profesión como la del sacerdote permite conocer mejor al hombre como es realmente” en este sentido, observó el Papa los sacerdotes : “ pueden estudiar realmente al hombre en su profanidad, lejos de los roles y aprender también ellos mismos al ser humano, ser hombres en la escuela de Cristo”

Es necesario identificar muy bien qué se vigila y qué se previene- ya lo dije en algún foro pasado que es necesario la madurez de los formadores especialmente la del rector. Yo pienso que la vigilancia no es necesaria, si se ha procurado un buen estado de madurez de los jóvenes seminaristas, mi pensamiento es que no debe haber nada obligatorio en la vida del seminario, la obligatoriedad no es formativa, si debe haber un horario, una disciplina- pero no obligatoriedad; los seminaristas no deben ser obligados a nada en el seminario, porque luego en la vida de párrocos nada los obliga sólo su conciencia. Desde esa libertad los mismos seminaristas tomaran la decisión del retiro voluntario, teniendo en cuenta que los formadores no pueden aprobar ninguna orden a ningún joven que voluntariamente no cumpla con el horario establecido por el seminario.

Siempre hay que confiar en los seminaristas, ya que un seminarista del cual se desconfía en el seminario será un sacerdote desconfiado. La prevención es sana, la desconfianza es insana y nuestros párrocos y sacerdotes son desconfiados y eso los hace injustos.

Los formadores no pueden ser ni bonachones ni exageradamente exigentes, deben ser muy equilibrados porque ambos extremos dañan, el primero entregará a la Iglesia sacerdotes mediocres que harán un daño inmenso a la Iglesia, y los segundos entregaran al mundo hombres resentidos con la Iglesia e igual le harán daño grande, un seminarista que salga resentido será un enemigo grande de la Iglesia, se perderá su alma y arrastrará consigo a otros, volviéndose un ateo sin causa.


Padre LUIS JAVIER SARRAZOLA
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luis94
Esporádico


Registrado: 22 Nov 2008
Mensajes: 35

MensajePublicado: Lun Mar 23, 2009 1:37 pm    Asunto: Respuesta al tema n° 12 de la Formación del Sacerdote
Tema: 12. La relación entre el formador y el seminarista II
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Otros participantes
- La formación requiere bondad y exigencia. ¿Cómo encontrar el equilibrio?

Para responder a esta pregunta, me remito a aquel párrafo del texto que dice que “sólo el formador humilde sabe exigir”. La verdadera humildad es –junto con la prudencia- la virtud principal que hará que el formador encuentre ese equilibrio entre bondad y exigencia. De este modo, el formador humilde no actúa ni para quedar bien con los seminaristas, ni tampoco con dureza y brusquedad. Y rescato el adagio antiguo, con el que coincido plenamente: suaviter in forma, fortiter in re. “La firmeza de fondo es verdaderamente educativa cuando se une a la suavidad en la forma”.
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