Un pequeño testimonio...

[¡Libre!]

[¡Libre!]

Aquél día estaba llena de angustia, con un sentimiento muy fuerte de incertidumbre. En un impulso interior de "ve a comulgar, ahí va la fila, no pasa nada" me fui a comulgar y recé para ganar la indulgencia pero continuaban las dudas y después pensé que no debí haberlo hecho, sino esperarme.

Libre puede desanimarse un millón de veces y hasta correr y esconderse, pero no se rinde

Siguiente sábado: Examen de conciencia (ahora prefiero hacerlos en el templo en lugar de en casa, me sienta mejor); domingo a primera hora: ¡A misa y a confesarme! Pecados de la semana, dudas, errores, olvidos de la anterior, ¡había poca gente me esperé hasta el final para evitar presiones de tiempo. Le conté al padre que no puedo tener seguridad... y me dijo "YO TE DOY LA SEGURIDAD, QUÉDATE TRANQUILA ".

Salí a comulgar, y fue impresionante, al llegar a la fila empieza el coro a cantar:

"CUÁNTO HE ESPERADO ESTE MOMENTO, CUÁNTO HE ESPERADO QUE ESTUVIERAS AQUI..."
(Nadie te ama como Yo, de Martín Valverde), y me tocó oír esa canción dos veces en el mismo día. ¡Me ama! ¡A mi!

Otra vez me solté a llorar, pero era un llanto diferente, estaba muy emocionada y no me importó mucho que la gente me viera llorando. Me limpié los ojos y salí de ahí feliz, feliz, feliz

Sin embargo, no puedo, no debo seguir posponiendo: tengo que hablar con algún sacerdote para que me ayude con esas dudas y esa dificultad enorme de estar segura. En principio creo que las dudas son exageradas, ¿pero que tal que no lo sean y estoy juzgando mal? y no sigo porque me voy a enredar otra vez. Es claro que no puedo seguir así, no puedo pasarme la vida así, pero cuando intento explicarlo me pongo tan nerviosa que creo que no lo explico bien... es muy difícil. También demasiado persistente. Y los pensamientos...

No es el fin de la historia, hay más por comentar.

Dios los bendiga
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Señor, yo no soy digna de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para SANARME (Gracias por lo que estás haciendo en mi vida)
¡Ven Espíritu Santo, llena nuestros corazones y enciende en nosotros el fuego de tu Amor!