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Imitación de Cristo - Tomás de Kempis
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clauabru
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MensajePublicado: Lun Feb 16, 2009 1:59 am    Asunto:
Tema: Imitación de Cristo - Tomás de Kempis
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Capítulo: V


CONOCIMIENTO DE SÍ MISMO




1. No podemos confiar excesivamente en nosotros mismos

porque con frecuencia nos falta la gracia y el criterio.

Poca lucidez hay en nosotros

y ésta, muy pronto por negligencia, la perdemos.

Muchas veces se nos pasa inadvertido

lo ciegos que estamos interiormente.

Muchas veces actuamos mal

y peor lo disculpamos.

A veces nos motivan las pasiones

y estimamos que es afán por servir a Dios.

Reprendemos a los otros por pequeñeces

y pasamos tranquilamente sobre nuestras grandes fallas.

Pronto sentimos y ponderamos

lo que tenemos que soportar de los demás

y no nos damos cuenta de lo mucho que los otros nos soportan.

Quien bien y justamente califica lo propio

no encontrará nada grave de juzgar en el otro.

2. La persona atenta a su vida en Dios

antepone su propia vigilancia a la de los demás.

Y quien se reconoce a sí mismo con atención

con facilidad prefiere callar lo que corresponde a otros.

Nunca serás persona interior y consagrada

a menos que silencies lo ajeno

y te examines especialmente a ti mismo.

Si te orientas totalmente hacia Dios y hacia ti mismo

muy poco te moverá lo que percibas de fuera.

¿Dónde estás, cuando no estás presente a ti mismo?

Y cuando terminaste de recorrer todo, olvidado de ti

¿qué aprovechaste?

Si deseas tener paz y unión verdadera

conviene que pospongas todo hasta aquí

y tengas ojos solamente para ti.

3. Así que mucho progresarás

si procuras conservarte desobligado de lo inmediato.

Mucho decaerás

si juzgas dignos de tu total preocupación los asuntos pasajeros.

Nada te sea grandioso, ni elevado, ni agradable, ni aceptable

salvo puramente Dios o lo que sea de Dios.

Considera totalmente insustancial

cualquier satisfacción que te venga de las criaturas.

El alma amante de Dios

desprecia todas las cosas si falta Él.

Sólo Dios, eterno e inmenso, que llena todo,

es placer del espíritu y verdadera alegría del corazón.
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clauabru
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MensajePublicado: Lun Feb 16, 2009 3:57 pm    Asunto:
Tema: Imitación de Cristo - Tomás de Kempis
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Capítulo: VI


ALEGRÍA DE LA BUENA CONCIENCIA




1. Orgullo de la persona buena

es el testimonio de su buena conciencia (2Co 1,12).

Ten buena conciencia

y encontrarás siempre alegría.

La buena conciencia muchísimas cosas puede sobrellevar

y muy alegre está entre las adversidades.

Descansarás tranquilo

si tu corazón no te reprende.

No te alegres

sino cuando actúes correctamente.

Los malos nunca poseen verdadera alegría

ni sienten verdadera paz interior

porque “no está la paz con los faltos de piedad”, dice el Señor (Is 48,22).

Y si llegaran a decir: “Estamos en paz,

no nos ocurrirá nada malo, ¿quién se atreverá a dañarnos?”,

no les creas

porque de repente se levanta la cólera de Dios

y se convertirán en nada sus actos

y sus pensamientos perecerán.

2. Enorgullecerse en la tribulación no es difícil para los amantes

porque esto significa enorgullecerse en la cruz del Señor.

Es muy limitado el reconocimiento

que se da y recibe de personas.

El reconocimiento del mundo

siempre viene acompañado de tristeza.

El orgullo de las personas debe afincarse en sus conciencias,

no en la boca de los demás.

La alegría de los santos proviene de Dios y está en Dios

y su satisfacción es la verdad.

El que desea verdadera y eterna felicidad

no busca las temporales atenciones.

Y el que requiere la gloria temporal

o no la menosprecia de corazón

demuestra que ama menos a Dios.

Tiene gran tranquilidad de espíritu

quien no se altera por alabanzas o desprecios.

3. Fácilmente estará contento y pacificado

quien tenga la conciencia limpia.

No eres más santo si te alaban

ni más pecador si te insultan.

Lo que eres, eso eres

ni vales más aunque lo digan,

que cuanto Dios dice que vales.

Las personas ven la cara

el Señor mira el corazón (1Sam 16,7).

Las personas consideran los actos

el Señor penetra en la intención.

Es indicio de humildad de espíritu

actuar siempre con honestidad

y no autovalorarse exageradamente.

No aceptar consolarse con las atenciones de los demás

es señal de gran pureza e interna confianza.

Quien no requiere testimonios exteriores en favor suyo

está demostrando que se ha entregado totalmente a Dios.

No queda aprobado quien se recomiende a sí mismo

sino aquel a quien Dios reconoce, dice el Apóstol Pablo (2Co 10,18)

Avanzar con Dios dentro de sí y no dejarse condicionar

por ningún afecto extraño, es la vida de la persona interior.
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MensajePublicado: Mar Feb 17, 2009 11:46 am    Asunto:
Tema: Imitación de Cristo - Tomás de Kempis
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Capítulo: VII


AMOR A JESÚS SOBRE TODO LO DEMÁS




1. Feliz quien sabe lo que significa querer a Jesús

y darse menos importancia a sí mismo por Jesús.

Conviene abandonar lo amado por el Amado

porque Jesús desea que lo quieran sobretodo.

El amor a otras personas u objetos es engañoso e inestable

el amor a Jesús es fiel y permanente.

Quien se adhiere a otras personas u objetos, por su debilidad, caerá con ellos

quien se abraza con Jesús se asegurará con Él para siempre.

Ama a Jesús y retenlo como amigo;

aunque todos te abandonen

Él no te abandonará ni dejará que te pierdas al final.

De todos es necesario separase alguna vez, quieras o no.

2. Retén contigo a Jesús, en la vida o en la muerte,

y confíate en su fidelidad

porque solo Él te puede ayudar

cuando todos te falten.

Por ser quien es, Jesús no quiere admitir a nadie más

sino quiere tener tu corazón Él solo

y, como un rey, acomodarse en su propio trono.

Si supieras liberarte bien de todo lo que te retiene Jesús, con gusto, deberá habitar contigo.

Descubrirás que vas a perder totalmente lo que pongas en los otros,

fuera de Jesús.

No te confíes ni te apoyes en cañas huecas

porque las cosas creadas son caducas como la flor silvestre.

Pronto te decepcionarás,

si atiendes solamente a la apariencia de las personas.

Si buscas tu tranquilidad y ganancia en los demás

con frecuencia saldrás perdiendo.

Si en todo buscas a Jesús

hallarás a Jesús, por supuesto.

Pero si sólo te buscas a ti mismo

también te encontrarás, pero para tu mal.

Porque más daño ocasiona uno a sí mismo

si no busca a Jesús

que el daño que el mundo entero y todos sus enemigos

le pueden hacer.
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MensajePublicado: Mie Feb 18, 2009 2:59 pm    Asunto:
Tema: Imitación de Cristo - Tomás de Kempis
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Capítulo: VIII


JESÚS, AMIGO INTIMO




1. Cuando está Jesús presente, todo es conforme

y nada parece difícil.

Pero cuando Jesús no está

todo se hace muy duro.

Cuando Jesús no nos habla interiormente

el consuelo es miserable.

Pero si Jesús nos dice tan sólo una palabra

sentimos enorme alegría.

¿Acaso María de Betania no se levantó de inmediato

del lugar donde estaba llorando

cuando su hermana Marta le dijo:

“El Maestro está aquí, y te llama”?

¡Qué momento tan feliz

cuando Jesús nos llama de las lágrimas al gozo espiritual!

¡Qué seco y duro eres sin Jesús!

¡Qué ignorante y vacío

si anhelas algo fuera de Jesús!

Dime ¿Acaso no te hace eso mayor daño

que si perdieras todo el mundo?

2. ¿Qué puede darte el mundo entero sin Jesús?

Estar sin Jesús es un infierno

estar con Jesús es la mayor felicidad.

Si estuviera contigo Jesús

ningún enemigo podría dañarte.

El que encuentra a Jesús, encuentra un gran tesoro,

realmente encuentra lo máximo

y el que pierde a Jesús

pierde muchísimo más que todo el mundo.

Pobrísimo es quien vive sin Jesús

y muy rico quien está bien con Jesús.

3. Saber conversar con Jesús es todo un arte

y saber retener a Jesús es gran discernimiento.

Sé sencillo y pacífico

y estará contigo Jesús.

Sé generoso con Dios y ecuánime

y permanecerá contigo Jesús.

Pronto puedes hacer huir a Jesús y perder su gracia

si te inclinas hacia las cosas externas que te son inconvenientes.

Si haces huir a Jesús, y lo pierdes

¿a dónde irás? ¿a quién entonces vas a buscar como amigo?

Sin un amigo no puedes vivir contento

y si Jesús no fuera para ti el más íntimo amigo

estarás muy triste y desolado.

Es mejor elegir que todo el mundo esté en nuestra contra

a ofender a Jesús.

Entre todos los que quieres

debe ser Jesús el predilecto.

4. Debemos amar a todos por Jesús;

a Jesús, por sí mismo.

Sólo a Jesús debemos amar singularmente

ya que sólo Él es bueno y fiel

por encima de todos los amigos que puedes encontrar.

Por causa de Él, y en Él

deben ser queridos para ti

tanto los amigos como los enemigos

y por todos hay que rezar

para que todos conozcan a Jesús, y lo amen.

Nunca desees que te reconozcan y te amen exclusivamente

porque esto sólo corresponde a Dios

que no tiene a nadie similar a Él.

Ni anheles que alguien ocupe totalmente su corazón contigo

ni te dejes poseer por el amor de alguno

sino que Jesús esté en ti y en toda persona buena.

5. Manténte puro y libre interiormente

sin comprometerte íntegramente en nada.

Te conviene entregar a Dios el corazón desapegado y puro

si quieres consagrarte a Él y constatar

qué hermoso es el Señor.

Y realmente no lograrás esto

si su gracia no te avisa y atrae

de manera que dejando y despidiendo a todos

sólo te unas con el Solo [sic].

Cuando la gracia de Dios viene al individuo

entonces se hace poderoso para todo

y cuando lo abandona,

entonces se vuelve pobre y enfermizo

y como abandonado a su tristeza.

En estas cosas no debes desanimarte ni desesperarte

sino mantenerte sereno en la voluntad de Dios

y soportar todo lo que venga en honor a Jesucristo

porque después del invierno sigue el verano

después de la noche viene el día y pasada la tormenta llega gran serenidad.
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MensajePublicado: Jue Feb 19, 2009 2:14 pm    Asunto:
Tema: Imitación de Cristo - Tomás de Kempis
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Capítulo: IX


CARENCIA DE TODA SATISFACCIÓN





1. No es penoso desestimar las satisfacciones humanas

cuando están presentes las divinas.

Grandioso es, y muy grandioso

sufrir la carencia de satisfacciones sensibles,

humanas y divinas

y querer soportar gustosamente este abandono del corazón

en homenaje a Dios

y no tener en cuenta el propio mérito.

¿Qué tiene de maravilloso

sentirte risueño y bien dispuesto

cuando experimentas la presencia de Dios?

Cualquiera escogería esta situación.

Muy cómodamente viaja

quien es transportado por la gracia de Dios.

¿Y qué tiene de admirable que no sienta su carga

quien es llevado en peso por el Todopoderoso

y conducido por el supremo Conductor?

2. Con gusto tenemos algún pasatiempo

y difícilmente la persona se quita de sí misma.

El santo mártir Lorenzo venció al mundo

y al natural afecto que tenía por su sacerdote

porque le parecía despreciable

lo que muchos consideran gratificante

y sufrió con paciencia, por amor a Cristo

que le quitaran a Sixto, sacerdote de Dios,

a quien tanto estimaba.

En este caso, el amor al Creador superó el amor humano

y en vez del gusto de los hombres

eligió mejor la aprobación de Dios.

Igualmente, por amor a Dios

aprende tú a dejar algún pariente o amigo querido

y no lleves a mal cuando ellos te abandonen

sabiendo que, por último, a todos nos corresponde

abandonarnos mutuamente.

3. Seria y continuamente le conviene a cada uno

luchar contra sus tendencias maliciosas

antes que aprenda a superarse plenamente

y orientar todos sus afectos hacia Dios.

Cuando la persona se apoya sólo en sí misma

con frecuencia decae buscando satisfacciones inmediatas.

Pero el auténtico amante de Jesús

y preocupado seguidor de sus ejemplos

no se deja consolar fácilmente

ni busca tales placeres sensibles

sino que está dispuesto a efectuar exigentes ejercicios

y realizar difíciles trabajos por amor a Cristo.

4. Cuando Dios nos otorga la alegría espiritual

debemos acogerla con agradecimiento

porque se trata de un regalo suyo

y no del premio a nuestros esfuerzos.

No te agrandes, ni te goces exageradamente ni presumas sin razón

sino sé más bien sencillo, en razón del obsequio,

más cauto y respetuoso en todos tus actos

porque pasará ese momento dichoso

y sobrevendrá la tentación.

Cuando te quiten el consuelo, no te desesperes de inmediato

sino que con humildad y paciencia,

aguarda la visita del Señor

porque Dios es poderoso

y puede pronto restituirte el consuelo.

Esto no es nuevo ni extraño

para los expertos en el camino de Dios

porque en los santos más grandes y en los antiguos profetas

sucedió que se alternaron así con frecuencia las emociones.

5. Por eso, cierta persona, mientras sentía a Dios presente decía:

“Yo afirmo, en medio de mi abundancia, jamás cambiaré” (Sal 30,7).

Ausente la gracia, añadió después lo que sentía, diciendo:

“Retiraste tu rostro de mí y me siento desorientado” (Sal 30,8).

Sin embargo, en medio de la confusión no se desespera

sino de inmediato ruega y dice:

“A ti llamo Señor y a ti mi Dios, suplico” (Sal 30,9).

Finalmente, su oración resulta fructífera

y puede atestiguar que ha sido escuchado, diciendo:

“Oyó el Señor y tuvo compasión de mi.

El Señor se ha hecho mi Favorecedor”. (Sal 30,11)

¿Pero de qué forma? “Transformaste mi sufrimiento

en gozo y me rodeaste de felicidad”(Sal 30,12)

Y si así sucedió con los grandes santos

no hay que desesperarse porque lo mismo pasará con nosotros,

enfermizos e indigentes

así estemos entusiasmados o desanimados,

porque el Espíritu de Dios viene o se va

según su libre voluntad.

Por eso el santo Job dijo: “Me visitas al nacer el día y de inmediato me pones a prueba” (Job 7,18)

6. ¿En quién puedes esperar o en quién vas a confiar

si no es únicamente en la gran misericordia de Dios

y en la sola esperanza en la gracia de su presencia?

Aunque esté rodeado de personas buenas,

o hermanos solícitos o fieles amigos,

o de libros que santifican, o bellos cantos e himnos religiosos

todo esto me sirve de poco y poco me enseña

cuando estoy vacío de la gracia

y abandonado a mi propia limitación.

Entonces no hay mejor remedio

que paciencia y apertura a la voluntad de Dios.

7. Jamás encontré a nadie tan religioso y dispuesto

que no padeciera de vez en cuando la ausencia de la gracia

y no sintiera que disminuía su entusiasmo.

Ningún santo fue elevado tan alto e iluminado

sin antes o después haber tenido tentaciones.

No merece participar de la sublime contemplación de Dios

quien no se ha ejercitado en alguna tribulación,

por Dios.

La tentación precedente

es clara señal de la satisfacción que vendrá.

A quienes pone a prueba la tentación

les está prometido el consuelo del Cielo.

“Al vencedor, le daré de comer

la fruta del árbol de la Vida”, dice el Señor (Ap 2,7).

8. También se da la consolación divina

para que la persona se vuelva más fuerte

y soporte las dificultades;

también llega la tentación

para que no se engría del bien que hace.

El demonio no se duerme, ni nuestra naturaleza está bajo control,

por eso no dejes de prepararte al combate

porque a tu derecha y a tu izquierda

tienes enemigos que nunca descansan.
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MensajePublicado: Vie Feb 20, 2009 2:16 pm    Asunto:
Tema: Imitación de Cristo - Tomás de Kempis
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Capitulo: X


AGRADECIMIENTO POR LA GRACIA DE DIOS





1. ¿Por qué buscas descanso

si has nacido para el trabajo?

Dispónte más bien para el sufrimiento

que para las satisfacciones

y a cargar con la cruz más que con la alegría.

¿Quién no acogería con gusto

la satisfacción y felicidad espiritual

si siempre pudiera tenerlas?

Porque las satisfacciones espirituales

exceden a todas las ventajas del mundo

y a los estímulos de la sensualidad.

Toda satisfacción deshonesta

esta vacía de contenido o es vergonzosa.

Las satisfacciones espirituales

de verdad son alegres y honestas

engendradas por las virtudes

e infundidas por Dios en los corazones limpios.

Pero estas consolaciones divinas

nadie puede gozarlas continuamente como quiere

porque el tiempo de la tentación nunca termina.

2. Mucho contraría la visita de Dios

la equivocada libertad de ánimo

y la exagerada confianza en uno mismo.

Dios nos hace bien otorgándonos la gracia de la consolación

pero la persona actúa mal

cuando no retribuye con agradecimiento profundo

los dones que recibe de Dios.

Y por eso fluyen poco en nosotros los dones de la gracia,

porque somos ingratos con el Autor

y no los atribuimos a la fuente original.

Siempre se favorece al que sabe agradecer

y se le sustrae al supervalorado lo que se acostumbra dar al humilde.

3. No deseo satisfacciones

que me quiten los deseos de conversión

ni quiero contemplación

que me conduzca a la soberbia.

No es santo todo lo sublime, ni bueno todo lo agradable,

ni puro todo lo deseado, ni todo lo querido es agradable a Dios.

Con gusto acepto las inspiraciones que me hagan

más humilde y respetuoso de Dios

y me preparen mejor para abandonar lo malo en mí.

El enseñado con el don de la gracia

y el erudito por el dolor de haberla perdido

ni se atreverá a atribuirse el menor bien

salvo el reconocimiento de su pobreza y desnudez.

Dale a Dios lo que es de Dios

y asígnate a ti lo que es tuyo

o sea que debes agradecer a Dios su gracia,

y atribuirte a ti sólo la culpa

y la justa tristeza que debes sentir por esa culpa.

4. Ubícate siempre al último y te darán el mejor lugar

porque no se obtiene lo máximo sin lo menor.

Los más grandes santos ante Dios

se sienten ínfimos ante sí mismos

y mientras más lo engrandecen

más pequeños se reconocen.

Llenos de la verdad y del resplandor del cielo

no codician alabanzas insustanciales.

En Dios cimentados y asegurados

de ningún modo se dejan elevar,

asignan a Dios todo lo bueno que tienen

y no buscan felicitarse unos a otros

sino procurar la alabanza que sólo a Dios pertenece

y desean homenajearlo a Él por encima de todos

con ellos mismos y con todos los santos

y siempre, es éste su único objetivo.

5. Sé agradecido por lo menor

y serás merecedor de recibir mucho más.

Considera en mucho lo poco que recibes

y lo más despreciable por un regalo muy especial.

Si te fijas en la calidad del Donante

nada de lo que te dé considerarás pequeño o sin valor.

No existe nada pequeño

cuando Dios mismo lo otorga.

Incluso si se recibe penas y castigos

debe agradecerse

porque siempre es para nuestra salvación

todo lo que permite que nos venga.

El que desea conservar la gracia de Dios

debe saber agradecer cada favor

y sufrir con paciencia cuando falta,

rece para que la gracia vuelva

y sea cuidadoso y humilde para no perderla.
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MensajePublicado: Sab Feb 21, 2009 8:29 pm    Asunto:
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Capítulo: XI


POCOS AMAN LA CRUZ DE CRISTO





1. Jesús tiene muchos amantes de su Reino

pero pocos que lo ayuden a llevar su cruz.

Muchos tienen que desean sus consuelos

pero pocos que aceptan las dificultades.

Encuentra múltiples compañeros de banquete

pero pocos para la austeridad.

Todos buscan gozar junto con Él

pero pocos quieren soportar algo por Él.

Muchos siguen a Jesús hasta repartir el pan

pero pocos para tomar la copa de su pasión.

Muchos quieren a Jesús

mientras no suceda nada adverso.

Muchos lo alaban y bendicen

mientras puedan recibir los consuelos que otorga.

Pero si Jesús se escondiera y los abandonara un poco

de inmediato se quejarían o caerían en la desesperación.

2.Quien ama a Jesús por Jesús mismo

y no por causa de sus propias conveniencias,

bendice a Jesús por igual en todo sufrimiento y angustia como en la más abundante consolación.

Y si Él no quisiera nunca favorecerlos

con el sentimiento de su Presencia

igualmente lo alabarían siempre

y siempre querrían agradecérselo.

¡De cuánto es capaz el amor puro a Jesús

sin mezcla de propia comodidad o egoísmo!

¿No tenemos derecho de llamar mercenarios

a quienes siempre buscan su recompensa?

¿No prueban que se aman a sí mismos más que a Cristo

quienes siempre están pensando en sus ventajas y provecho?

¿Donde se encontrará alguno

que quiera servir a Dios gratuitamente?

3. Es raro encontrar a alguien tan dedicado

que esté desasido de todas las cosas.

¿Quién podrá descubrir

al verdadero pobre por el Espíritu

que se haya liberado de todo lo creado?

Es tesoro incomparable y de tierras lejanas (Prov 31,10).

Si la persona entregara todas sus posesiones

todavía nada hizo

y si hiciera grandes penitencias

eso aún es poco

y si dominara todas las ciencias

todavía esta lejos

y si tuviera virtudes extraordinarias

y si ardiera con intensa devoción

todavía le falta mucho,

le falta lo que es más necesario.

¿Qué es esto?

Que abandone todas las cosas, se abandone a sí misma

y salga totalmente de todo su interés

y no retenga ningún amor propio.

Cuando hayas hecho todo lo que sabes hacer

y sientas que nada hiciste;

cuando no te consideres grande,

aunque otros así te puedan estimar,

sino que sinceramente te reconozcas

como un servidor inútil, como dice la verdad:

“Cuando lleven a cabo todo lo que les mandaron digan: somos servidores inútiles” (Lc 17,10)

entonces verdaderamente podrás ser pobre y desnudo por el Espíritu

y decir como el salmista “Porque solo y pobre soy” (Sal 25,16).

Ninguno es más rico, ni más poderoso , ni más libre

que quien sabe abandonarse a sí mismo

y todas las cosas,

y colocarse en el último lugar.
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MensajePublicado: Dom Feb 22, 2009 2:59 pm    Asunto:
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Capítulo: XII


EL GRAN CAMINO DE LA SANTA CRUZ





1. Muy dura parece esta frase:

“Niégate tú mismo carga con tu cruz [sic] y sigue a Jesús” (Lc 9,23)

pero más duro será oír esta frase final

“Aléjense de mí, malditos y vayan al fuego eterno” (Mt 25,41).

Quienes ahora escuchan con agrado y siguen la frase de la cruz

entonces no tendrán miedo de oír la eterna condena.

Este signo de la cruz estará en lo alto

cuando el Señor venga a juzgar Mt 24,30.[sic]

Entonces todos los servidores de la cruz

que conformaron su vida con el crucificado

llegarán hasta Cristo Juez con gran confianza.

2.¿Por qué, pues, tienes temor de cargar la cruz

por la que va el camino al Reino?

En la cruz está la salud, en la cruz está la vida,

en la cruz está el refugio contra los enemigos

en la cruz está la infusión de la superior suavidad

en la cruz está la fuerza de la mente

en la curz está el gozo en el Espíritu

en la cruz está la virtud

en la cruz está la perfección de la santidad.

No existe salvación ni esperanza de vida eterna

sino en la cruz.

Carga con tu cruz y sigue a Jesús;

así irás hacia la vida eterna.

Él fue delante, llevando su propia cruz

y murió por ti en la cruz

para que tú lleves tu propia cruz

y estés dispuesto a morir en ella.

Porque si mueres con Él

con Él igualmente vivirás

Y si eres su socio en la pena

también lo serás en el triunfo.

3. Mira que todo consiste en la cruz,

en morir todo termina,

y no existe otro camino a la vida y a la verdadera paz interior

que no sea el camino de la santa Cruz y continua mortificación.

Camina por donde quieras, dirígete a donde gustes

no encontrarás vía más elevada en lo alto, ni más segura en lo bajo

a no ser la vía de la santa Cruz.

Dispón y organiza todas las cosas según tu querer y parecer

y encontrarás que es inevitable sufrir de alguna manera,

libremente o a la fuerza,

y así siempre encontrarás la cruz.

Porque sentirás dolencias físicas

o soportarás dolores morales.

4. A veces te sentirás abandonado por Dios,

a veces te molestará el prójimo

y lo que es más serio, a veces serás pesado para ti mismo

y ni siquiera podrás encontrar alivio en un remedio o descansar

pero conviene que todo lo soportes hasta que Dios quiera.

Desea Dios que aprendas a padecer las dificultades,

sin consuelo inmediato

para que te sometas a Él íntegramente

y reconozcas tus limitaciones en la adversidad.

Nadie siente tan hondamente la pasión de Cristo

salvo quien sufre algo similar.

Pues la cruz siempre está preparada

y en cualquier lugar te espera.

No puedes escaparte, corras donde corras

porque a cualquier lugar que llegues,

te llevas a ti contigo

y siempre a ti mismo te encontrarás.

Dirígete al exterior, dirígete al interior

y en todas partes encontrarás la cruz;

y por tanto necesitas en todas partes tener paciencia

si deseas tener interna paz y merecer un premio eterno.

5. Si llevas la cruz con buen ánimo,

ella te llevará a ti y te conducirá al fin deseado

donde será el final del sufrimiento,

lo que aquí es imposible.

Si te llevas con desgano

se te hará más pesada y más difícil cada vez para ti

y sin embargo estás obligado a cargarla.

Si rechazas una cruz, sin la menor duda encontrarás otra

y quizás más pesada.

6. ¿Crees que puedes evadir

lo que no pudo ningún ser humano?

¿Qué santo pudo vivir en el mundo

sin cruz y sufrimientos?

Ni Jesucristo nuestro Señor

estuvo una sola hora, mientras vivió entre nosotros,

sin verdaderos padecimientos:

Convenía que Cristo padeciera

y resucitase de la muerte

para entrar de esa manera en su gloria (Lc 24,26).

¿Y de que manera tú buscas camino distinto

de este gran camino de la santa cruz?

7. Toda la vida de Cristo fue cruz y martirio.

¿Y tú esperas para ti descanso y gozo?

Te equivocas si buscas algo distinto de sufrir dificultades

porque toda esta vida mortal

y rodeada de cruces [sic].

Y mientras a mayor altura alguien progrese espiritualmente

más pesadas cruces con frecuencia encontrará

porque la tristeza de su destierro crece más por el amor.

8. Sin embargo, esta persona que ve multiplicadas

sus aflicciones

no queda sin el aliento de los consuelos

porque siente que crece gran fruto

por el hecho de llevar la cruz.

Pero cuando se somete a ella voluntariamente,

todo el peso de las dificultades

se convierte en confianza con el favor de Dios.

Y mientras más se domina la naturaleza,

más se robustece el espíritu por la gracia interior.

A veces el amor y conformidad con la cruz de Cristo

tanto reconfortan de los efectos del dolor

y la adversidad

que ya no quisiera pasarse sin sufrimientos y aflicciones

porque se está seguro de ser mejor acogido por Dios

en la medida que más abundantes y graves situaciones

se puedan sobrellevar por Él.

Esto no es energía humana sino gracia de Cristo

de forma que lo que naturalmente se aborrece y deshecha,

con esta fuerza de espíritu se alcanza y aprecia.

9. No es muy conforme con la naturaleza humana

llevar la cruz, amar la cruz,

dominar el propio cuerpo y someterlo bajo la razón

huir de los reconocimientos, soportar con ánimo las ofensas

no tenerse en mucho a sí mismo y desear que otros

eviten nuestra compañía,

y no desear la prosperidad que muchos buscan.

Si miras a ti mismo

verás que no eres capaz de realizar algo de esto.

Pero si confías en el Señor, te dará la fuerza superior

y hará que se te someta el mundo entero y tu naturaleza humana.

Ni tendrás temor del demonio que te pone a prueba

si estás armado con la fe y señalado con la cruz de Cristo.

10. Prepárate pues, como bueno y fiel servidor de Cristo

a llevar valerosamente la cruz de tu Señor

crucificado por amor a ti.

Alístate a soportar muchas adversidades

y diversas incomodidades en esta triste vida

porque, donde vayas Jesús estará contigo

y donde te escondas, a Él encontrarás.

Así conviene que sea y no hay otra solución que sufrirlos

para escapar de la angustia de los males.

Toma afectuosamente la copa del Señor

si quieres ser su amigo y deseas participar con Él.

Deja a Dios los consuelos,

para que los administre como mejor le parezca.

Tú, más bien prepárate a sufrir tribulaciones

y considéralas como grandes satisfacciones

porque no están en proporción

los padecimientos del tiempo presente

con el premio futuro (Rm 8,18)

aunque solo tú pudieras soportarlos todos.

11. Cuando llegues al extremo

de considerar la dificultad dulce y sabrosa por Cristo

piensa que entonces te va bien

por que encontraste el paraíso en la tierra.

Siempre que te parece muy pesado el padecimiento

y tratas de huir,

actúas indebidamente

porque la dificultad te seguirá donde vayas.

12. Si te dispones para hacer lo necesario

es decir, a padecer y a morir,

te irá mejor muy pronto y encontrarás la paz.

Y aunque fueses elevado hasta lo más alto, como el apóstol Pablo

no creas que con eso te has asegurado de no padecer nada después.

Jesús dijo: “Yo le voy a mostrar

cuánto tendrá que padecer por Mí” (Hch 9,16)

Tienes, pues, que padecer

si amas a Jesús y te agrada servirlo a Él siempre.

13. ¡Ojalá fueses merecedor de sufrir algo

por el nombre de Jesús!

¡Qué gran honor te resultaría!

¡Qué gran alegría para todos los santos de Dios!

¡Qué constructivo sería para quienes tienes cerca!

Todos recomiendan la paciencia

pero poquísimos están dispuestos a padecer.

Deberías sufrir un poco, de buena gana, por Cristo

ya que muchos sufren tan seriamente por intereses inmediatos.

14. Ten por seguro

que muriendo te conviene vivir.

Porque mientras más uno muere a sí mismo

más empieza su vida en Dios.

Nadie está apto para comprender

las verdades eternas

si no acepta sobrellevar por Cristo las adversidades.

No hay cosa más querida por Dios

ni más saludable para ti en esta vida

que padecer gustosamente por Cristo.

Y si tuvieras que elegir

deberías optar mejor sufrir por Cristo

que recrearte con muchas satisfacciones

porque quieres parecerte más a Cristo

y hacerte más semejante a los santos.

No consiste nuestro mérito

ni el provecho de nuestra situación

en muchas experiencias sensibles del favor de Dios

sino más bien en aceptar

pesadas responsabilidades y muchos sufrimientos.

15. Si existiera algo mejor y más útil

para la salvación de los hombres

que padecer,

necesariamente Cristo lo hubiera demostrado

con su enseñanza y ejemplo.

Pero claramente exhorta a los discípulos

y a todos los que después lo siguieron,

para que lleven la cruz diciendo:

“Si alguien quiere venir conmigo, niéguese a sí mismo,

cargue con su cruz y sígame” (Mt 16,24).

Así que después de leer y profundizar

en todo lo anterior

se llega a ésta conclusión final:

Conviene que entremos al reino de Dios a través de muchas dificultades (Hch 16,21).
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MensajePublicado: Lun Feb 23, 2009 3:49 pm    Asunto:
Tema: Imitación de Cristo - Tomás de Kempis
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PARTE TERCERA
FELICIDAD ESPIRITUAL


Capítulo: I


CRISTO HABLA INTERIORMENTE





Discípulo :

1. Escucharé lo que hable en mí el Señor Dios (Sal 85,9).

Feliz quien oye que el Señor le hable internamente,

y de su boca recibe frases de consolación.

Felices los oídos que captan el susurro de la Circulación Divina

y no advierten los susurros de este mundo.

Felices efectivamente los oídos que no escuchan

la voz resonante de afuera

sino la que enseña la Verdad interiormente.

Felices los ojos que están cerrados al exterior

pero que están dirigidos hacia dentro.

Felices los que penetran internamente

y se esfuerzan por prepararse más y más,

con ejercicios cotidianos

a fin de recibir los Secretos divinos.

Felices los que gozan de dedicarse a Dios

y excluyen de sí todo impedimento natural.

Atiendo a todo esto yo mismo

y cierro la puerta de mi sensualidad

para poder oír lo que habla en mí mi Señor Dios.

2. Esto dice mi Amado:

Yo soy tu Salud, tu Paz y tu Vida,

consérvate cerca de Mí,

y encontrarás paz.

Abandona todo lo transitorio

busca lo Eterno.

¿Qué vienen a ser todas las cosas temporales

sino seducciones?

¿De que te ayudará todo lo creado

si te abandona tu Creador?

Por eso, dejadas todas las cosas,

hazte agradable y fiel a tu Creador

y podrás lograr la verdadera felicidad.
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MensajePublicado: Mar Feb 24, 2009 3:51 pm    Asunto:
Tema: Imitación de Cristo - Tomás de Kempis
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Capítulo: II


LA VERDAD HABLA INTERIORMENTE SIN ESTRÉPITO





Discípulo:

1. Habla, Señor

porque tu servidor te escucha (1Sam 3,10)

Yo soy tu servidor

dame inteligencia para que conozca tu enseñanza (Sal 119,125).

Dispón mi corazón a las palabras de tus labios

tu voz fluya y rocíe (Dt 32,2).

Dijeron antiguamente los hijos de Israel a Moisés:

Háblanos tú a nosotros y oiremos;

no nos hable el Señor, no sea que muramos (Ex 20,19).

Así no, Señor, así no ruego

sino más bien suplico humilde, ansiosamente

como el profeta Samuel: Habla, Señor

porque tu servidor te escucha.

No me hable Moisés o alguno de los profetas,

sino más bien háblame Tú, Señor Dios,

Inspirador e Iluminador de todos los profetas,

porque Tú solo, sin ellos me pueden enseñar

ellos, sin Ti, para nada aprovechan.

2.Pueden hacer ruidos de palabras

pero no dan espíritu.

Hablan correctamente

pero si Tú callas, no encienden el corazón.

Dicen las letras

pero Tú otorgas el sentido.

Predican misterios

pero Tú haces comprender su significado.

Dan a conocer mandamientos

pero Tú ayudas a cumplirlos.

Muestran el camino

pero Tú das fuerza para seguirlo.

Ellos actúan sólo por fuera

pero Tú instruyes e iluminas el corazón.

Ellos riegan la superficie

pero Tú regalas la fecundidad.

Ellos levantan la voz

pero Tú concedes entender a quien escucha.

3.Por lo tanto , que no hable Moisés, sino Tú

señor Dios mío , Eterna Verdad,

no sea que muera y quede sin fruto

si solamente se me advierte por fuera sin encenderme interiormente.

No se me vaya a juzgar por las palabras oídas y no cumplidas,

comprendidas pero no amadas, creídas pero no respetadas.

Háblame, pues, Señor, porque soy tu servidor (1Sam 3,10)

Tú tienes palabras de vida eterna (Jn 6,68).
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MensajePublicado: Mie Feb 25, 2009 3:19 pm    Asunto:
Tema: Imitación de Cristo - Tomás de Kempis
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Capítulo: III


LAS PALABRAS DE DIOS DEBEN ESCUCHARSE CON HUMILDAD





Jesucristo:

1.Escucha, hijo , mis palabras;

mis especialísimas palabras que exceden a las de todos los intelectuales y sabios de este mundo.

Mis palabras son espíritu y vida (Jn 6,63)

y no pueden ser ponderadas con criterios humanos.

No son para referirse con vana complacencia

sino para oírse en silencio, y recibirse con toda humildad y mucho afecto.

Discípulo:

Feliz quien es instruido por Ti

y conoces tus leyes,

porque lo alivias en los días difíciles (Sal 94,12-13)

y no está abandonado en la Tierra.

Jesucristo :

2. Yo enseñe a los profetas desde el principio

y hasta ahora no dejo de hablarles a todos

pero muchos son sordos e insensibles a mi voz.

Muchos escuchan con más gusto al mundo que a Dios,

y más fácilmente siguen sus deseos personales

que lo que agrada a Dios.

El mundo promete cosas pasajeras y pequeñas

y es servido con gran avidez;

Yo prometo lo máximo y eterno

y se desganan los corazones de las personas.

Avergüénzate Sidón dice el mar (Is 23,4).

¿Quién me sirve y obedece en todo con tanto cuidado

como se sirve al mundo y a sus poderosos?

Y si buscas la causa, escucha:

Por un pequeño premio, se recorre un largo camino;

por la Vida Eterna, muchos apenas quieren levantar un pie.

3.Se busca ganancias despreciables;

por una moneda se litiga a veces vergonzosamente.

Por cosas sin importancia y pequeñas promesas

no se tiene temor en fatigarse día y noche;

pero ¡qué vergüenza!

flojean en fatigarse un poco

por el Bien permanente, el Premio invalorable,

por el máximo Honor y la Gloria interminable.

Avergüénzate, pues, servidor flojo y quejoso

que otros están mas preparados para la perdición que tú para la Vida.

Están más contentos de la vanidad

que tú de la Verdad.

A veces su esperanza se frustra

pero mi promesa nunca falla,

ni a quien me reconoce deja que se vaya vacío.

Doy lo que prometí;

cumplo lo que dije, siempre que alguien quiera permanecer en el amor hasta el fin.

Yo soy Remunerador de todos los buenos

y pongo a prueba exigente a todos los devotos.

4. Imprime mis palabras en tu corazón y medítalas cuidadosamente

porque serán muy necesarias para ti en momentos de tentación.

Lo que no entiendes al leer

lo sabrás el día de mi Visita.

Doblemente acostumbro visitar a mis escogidos:

en la tentación y en la consolación.

Y dos lecciones diariamente les enseño:

una reprendiendo sus vicios,

otra, animándolos al crecimiento de sus virtudes.

El que entiende mis palabras y las desprecia

tiene quién lo juzgue el último día (Jn 12,48).

5. Oración para pedir la gracia de la devoción:

Señor Dios mío, Tú eres todos mis bienes.

Y ¿yo quién soy para atreverme a hablarte?

Yo soy tu pobrísimo servidor y como insignificante gusanito

mucho más pobre despreciable de lo que sé y me atrevo a decir.

Recuerda Señor, sin embargo,

que nada soy, nada tengo y nada valgo.

Tú solo eres Bueno, Justo y Santo,

Tú todo lo puedes, todo lo das, todo lo llenas,

dejando vacío solo al pecador.

Acuérdate de tu misericordia, y llena mi corazón de tu gracia

porque no quieres que tus obras sean vacías.

¿Cómo podré tolerarme en esta vida miserable

si no me reconfortas con tu misericordia y tu gracia?

No apartes tu rostro de mí (Sal 27,9)

no demores más tu Visita, no retires tu consuelo

no vaya a ser mi espíritu como tierra sin agua (Sal 143,6).

Señor, enséñame a cumplir tu voluntad

enséñame a vivir en Tu presencia con dignidad y humildad;

porque Tú eres mi sabiduría, de verdad me conoces,

y me conociste, antes que el mundo existiera

y antes que naciera yo.
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MensajePublicado: Jue Feb 26, 2009 1:26 pm    Asunto:
Tema: Imitación de Cristo - Tomás de Kempis
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Capítulo: IV


SINCERIDAD Y HUMILDAD EN EL TRATO CON DIOS





Jesucristo:

1. Hijo, procede ante Mí sinceramente

y con sencillez de corazón búscame siempre.

Quien procede con sinceridad en mi Presencia

se verá protegido de malos encuentros

y la Verdad lo librará a él de los engañadores

y de las infamias de los malvados.

Si te libra la Verdad, entonces serás verdaderamente libre,

y no le darás importancia a las murmuraciones.

Discípulo:

Señor es cierto.

Quiero que así sea conmigo, como dices.

Quiero que tu Verdad me enseñe

que ella me defienda

y me conserve hasta la salvación final.

Quiero que tu Verdad me libere

de todos los malos afectos y amores desordenados,

para caminar Contigo con gran libertad de corazón.

Jesucristo:

2. Yo te enseñaré, dice la Verdad,

lo que es justo y agradable para Mí.

Piensa en tus faltas con gran descontento y tristeza

y nunca pienses ser alguien por tus buenas acciones.

De verdad eres un pecador

sometido e implicado en muchas pasiones.

Por ti mismo, siempre tiendes a la nada,

pronto caes, pronto pierdes,

pronto te desconciertas, pronto desfalleces.

No tienes algo de lo que puedas presumir

pero sí muchas cosas de qué avergonzarte

porque estás mucho más enfermo de lo que puedes comprender.

3. Nada de lo que hagas debe parecerte excelente.

Nada grande, nada precioso o admirable,

nada digno de verdadero prestigio,

nada profundo o verdaderamente encomiable o deseable,

sino lo Eterno.

La eterna Verdad debe darte más placer que todo lo demás,

y desagradarte siempre tu gran vulgaridad.

Nada temas tanto, ni desprecies y apartes de ti

como tus vicios y pecados;

ellos te deben causar más desagrado

que cualquier daño físico.

Algunos no se comportan con sinceridad en mi Presencia,

sino que llevados por cierta curiosidad y arrogancia quieren conocer mis secretos y entender las maravillas de Dios descuidándose de su propia salvación.

Estos caen con frecuencia en grandes tentaciones y pecados

por causa de su altanería y curiosidad; yo estoy contra ellos.

4. Teme el juicio de Dios; espántate de la ira de Dios.

No discutas las obras del Altísimo

sino más bien investiga cuidadosamente tus maldades: en cuántas has caído y cuánto bien dejaste de hacer.

Algunos hacen consistir toda su devoción en los libros

otros en imágenes, o en signos exteriores y figuras.

Algunos me tienen en los labios pero poco en el corazón.

No obstante, hay personas que con la inteligencia iluminada y purificados sus afectos, anhelan siempre lo Eterno;

se enteran con pesar de lo que sucede en el mundo, y atienden de mala gana a sus necesidades físicas; ellos sienten dentro de sí que les habla el Espíritu de verdad, enseñándoles a despreciar los valores terrenos y amar los del Cielo así como a dar menos importancia a lo inmediato deseando el Cielo día y noche.
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MensajePublicado: Vie Feb 27, 2009 3:28 pm    Asunto:
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Capítulo: V


EFECTOS MARAVILLOSOS DEL AMOR DIVINO





Discípulo:

1. Te bendigo, Padre del cielo

Padre de mi Señor Jesucristo

porque has querido acordarte de este pobre.

Padre de misericordia y Dios de todos los consuelos (2Co 1,3),

te agradezco porque a mí, indigno de todo consuelo, de vez en cuando alegras con tu visita.

Te bendigo y te honro siempre, con tu Hijo Único

y el Espíritu Santo intercesor, por los siglos de los siglos.

Señor Dios, mi santo Amador,

cuanto Tú vengas a mi corazón,

se removerá de alegría todo mi interior.

Tú eres mi gloria y la alegría de mi corazón (Sal 3,4).

Tú eres mi esperanza y mi refugio, en tiempo de dificultad (Sal 59,17).

2. Pero como todavía soy limitado en el amor e imperfecto en la virtud,

necesito que me reconfortes y alegres.

Por lo tanto, visítame frecuentemente e instrúyeme en santidad;

libérame de las malas pasiones

y sana mi corazón de todos los afectos inconvenientes para que curado interiormente y bien purificado, sea apto para amar, fuerte para soportar y estable para perseverar.

3. El amor es grande, el mayor de todos los bienes;

hace liviano todo lo pesado

y permite llevar con ecuanimidad todo lo desigual.

Transporta a la carga sin peso

y convierte en dulce y sabroso todo lo amargo.

El noble amor a Jesús nos impulsa a realizar grandes acciones

y nos estimula a desear siempre lo más perfecto.

El amor apunta siempre hacia arriba

y no quiere que lo retenga ninguna cosa ínfima.

El amor quiere ser libre y alejado de todo afecto mundano

que pudiera impedir su mirada interior,

no vaya a ser que lo sujeten las implicancias de alguna inmediata comodidad

o sucumba por la incomodidad.

Nada más dulce que el amor,

nada más fuerte, nada más profundo, nada más extenso, nada más alegre, nada más completo ni mejor en el Cielo o en la Tierra:

porque el amor nació de Dios

y no puede tranquilizarse con todas las cosas creadas sino en Dios.

4. El amante vuela, corre y se alegra;

es libre y no está sujeto.

Da todas las cosas a todos

y encuentra todas las cosas en todos

porque se aquieta en uno Mayor sobre todos

del cual todo bien fluye y procede.

No mira a los dones

sino que se dirige al Donante de todo bien.

El amor, con frecuencia, desconoce la moderación;

más bien, se enciende sobre toda moderación.

El amor no siente la carga

no considera los esfuerzos, se anima a más de lo que puede, no se excusa de lo imposible porque cree que todo le es posible y conveniente.

Puede con todo

y muchas cosas realiza y efectivamente resuelve

en las cuales quien no ama desfallece y cae.

5. El amor siempre está despierto, y dormido no duerme,

fatigado no se cansa, angustiado no se angustia,

aterrorizado no se conmueve,

sino que como viva llama y ardiente antorcha

se dirige hacia la altura y se remonta con seguridad.

Si alguien ama, sabe lo que esto significa.

Es un gran clamor en los oídos de Dios

el ardiente afecto interior que dice:

Dios amor mío; Tú todo mío y yo todo Tuyo.

6. Agrándame en el amor

para que aprenda a saborear interiormente con el corazón

qué bello es amarte

y derretirse y nadar en amor.

Poséame el amor,

y salga fuera de mí por el gran fervor y admiración.

Cante un canto de amor,

y te siga, Amado mío, a las alturas,

desfallezca mi vida en tu alabanza,

jubilosa por amor.

Te ame más que a mí mismo.

Ni me ame a mí sino por Ti, y en Ti a todos los que

aman como manda la ley del amor,

que brilla desde Ti.

7. El amor es rápido, sincero, bondadoso, alegre y

ameno,

fuerte, paciente, fiel; prudente, generoso, valiente;

y jamás se busca a sí mismo.

Donde alguien se busca a sí mismo

allí mismo cae del amor.

El amor es respetuoso, humilde y recto

no es cómodo ni frívolo ni interesado en superficialidades;

es sobrio, puro, estable, equilibrado y controlado en los sentidos.

El amor es sumiso y obediente a los superiores,

para sí mismo abatido y despreciable, devoto y agradecido a Dios, creyente y esperanzado siempre en Él

hasta cuando no lo siente;

porque sin dolor no se vive en el amor.

8.Quien no está preparado para sufrirlo todo

y entregado a la voluntad del amante

no es digno de llamarse amado.

Conviene que el que quiere, acepte de buena voluntad

por la persona querida,

todo lo difícil y amargo

y no se aparte de ella por las contrariedades.
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MensajePublicado: Sab Feb 28, 2009 11:25 pm    Asunto:
Tema: Imitación de Cristo - Tomás de Kempis
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Capítulo: VI


PRUEBAS DE VERDADERO AMOR





Jesucristo:

1. Hijo: todavía no eres fuerte e inteligente en el amor.

Discípulo:

¿Por qué, Señor?

Jesucristo:

Porque por una pequeña contradicción

abandonas lo que empezaste

y con gran avidez buscas la consolación.

Quien ama con fortaleza se mantiene estable frente a las tentaciones

y no acepta las astutas insinuaciones del enemigo.

Así como Yo le agrado en la prosperidad,

no le desagrado en la adversidad.

2. Quien ama inteligentemente

no considera tanto el don del amante como su amor.

Presta mayor atención al afecto que al obsequio

y considera todo regalo como inferior a quien lo da.

Por esto no está todo perdido

si algunas veces sientes menos aprecio del que quisieras por Mí o por mis santos.

El afecto que de vez en cuando percibes en ti

es bueno y agradable

porque es consecuencia de la presencia de la gracia y algo así como saborear por adelantado la patria del Cielo;

sobre esta sensación no debe uno apoyarse mucho porque va o viene.

Pero pelear contra los malos estímulos

y despreciar las sugerencias del diablo

es señal de virtud y gran mérito.

3. No te vayan a perturbar las extrañas imaginaciones de diversos asuntos que se te ocurren;

manténte firme en tu propósito

y en la intención recta hacia Dios.

No es ilusión cuando alguna vez te sientes elevado

y de inmediato retornas a las acostumbradas ineptitudes de corazón,

porque más las sufres contra tu voluntad que las causas

y siempre que te desagradan y las rechazas es mérito y no perdición.

Puedes estar convencido que el enemigo antiguo,

por todos los medios, trata de impedir tu deseo del Bien y apartarte de todo ejercicio espiritual como la veneración de los santos, la piadosa evocación de mi Pasión, el recuerdo conveniente de los pecados, el cuidado de los propios afectos y el firme propósito de progresar en la virtud.

El demonio sugiere muchos malos pensamientos

para causarte desgano y temor

a fin de que abandones la oración y la lectura sagrada.

Le molesta la confesión humilde

y, si pudiera, haría que dejes de comulgar.

No le creas ni le prestes atención

aunque muchas veces prepare trampas para hacerte caer.

Cuando te traiga pensamientos malos y sucios

atribúyeselos a él, y dile:

“Fuera, inmundo; avergüénzate miserable

eres muy sucio porque me traes esas cosas a la imaginación.

Retírate de mí, seductor malísimo,

no tienes nada que ver conmigo,

porque Jesús estará junto a mí como fuerte guerrero y tú quedarás perplejo.

Prefiero morir y soportar todos los sufrimientos

que consentir contigo.

Calla, enmudece,

no te oiré ya por más que me molestes.

El Señor es mi luz y mi salvación

¿a quién temeré?

Aunque se enfrenten ejércitos contra mí

no temerá mi corazón (Sal 27,3).

El Señor es mi ayuda y mi Redentor”.

5. Pelea como un buen soldado

y si llegas a caer por debilidad,

procura con más fuerza que antes

confiar más ampliamente en mi gracia

y cuídate mucho de complacerte vanamente y de ser arrogante.

Por esto muchos cometen errores

y vienen a caer en una ceguera casi incurable.

La ruina de estos altaneros

que presumen de sí tontamente

te debe servir para ser cauteloso

y siempre humilde.
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MensajePublicado: Dom Mar 01, 2009 3:07 pm    Asunto:
Tema: Imitación de Cristo - Tomás de Kempis
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Capítulo: VII


CUSTODIAR LA GRACIA CON HUMILDAD





Jesucristo:

1. Hijo, lo más útil y seguro para ti

es mantener oculta la gracia de la devoción

y no sobreestimarte, ni hablar mucho de ella,

ni ponderarla demasiado,

sino más bien considerar lo que vales

y temer porque se te ha dado sin merecerla.

No está bien apegarse tenazmente a estos sentimientos

porque muy pronto pueden cambiarse en contrarios.

Piensa en la gracia,

qué miserable e impotente estás sin la gracia.

No consiste el aprovechamiento en la vida espiritual

en tener la gracia de las consolaciones

sino que con humildad y paciente abnegación

soportes que ella se te quite

de manera que entonces no descuides el esfuerzo de la oración ni dejes del todo las demás buenas obras que acostumbras realizar,

sino que como mejor puedas y entiendas

realices con buena voluntad lo que esté de tu parte sin descuidarlo totalmente

por la aridez o ansiedad mental que sientes.

2. Hay muchos que se vuelven de pronto impacientes o desganados

cuando las cosas no suceden como quieren.

No está siempre en poder del hombre su camino (Jr 10,23)

sino que es propio de Dios dar y consolar, cuando quiere, en la medida que quiere y a quien quiere, según su deseo, y eso es todo.

Algunos desprevenidos se destruyeron a sí mismos

por causa de la gracia de la devoción,

porque quisieron hacer más de lo que podían

sin pensar en sus limitaciones,

más seguidores del afecto de su corazón

que del juicio de la razón.

Y porque presuponían mayores cosas de las que agradaban a Dios

por eso mismo perdieron pronto la gracia.

Se volvieron pobres y quedaron despreciados

los que quisieron poner su nido en el Cielo

para que humillados y empobrecidos aprendan a no volar con sus alas sino a esperar bajo mis plumas.

Los que todavía son nuevos e inexpertos en el camino del Señor

pueden fácilmente engañarse y perderse

si no se dejan guiar por los consejos de los sensatos.

3. Porque si prefieren seguir a su parecer

que creer en los más experimentados

será muy riesgoso su fin

por no querer abandonar su propio juicio.

Los que se creen sabios

rara vez soportan que otros los dirijan.

Mejor es saber poco, con humildad y limitada inteligencia

que grandes tesoros de ciencia con vana complacencia.

Mejor es para ti tener poco

que mucho de lo que vayas a presumir.

No se comporta con discreción quien se entrega totalmente a la alegría,

olvidándose de su original carencia y del puro respeto a Dios que teme perder la gracia concedida.

Ni tampoco sabe mucho de virtud

quien se entrega a la desesperación en tiempo de adversidad y de cualquier contradicción

y piensa y siente menos confianza en Mí de la que le conviene.

4. El que quiere estar muy seguro en tiempo de paz,

se encontrará abatido y temeroso en tiempo de guerra.

Si sabes permanecer siempre humilde y moderado

y moderar y conducir tu espíritu

no caerás tan pronto en los peligros y las faltas.

Es buen consejo que medites,

cuando estés con espíritu animoso

qué sucederá si falta la luz.

Cuando esto suceda,

piensa que la luz puede regresar

ya que te la quité por algún tiempo para tu seguridad y mi reconocimiento.

5. Es más útil esta prueba

que si siempre tuvieras prosperidad por tu voluntad.

Porque los méritos no deben calificarse

por tener muchas revelaciones o consuelos,

por ser un experto en las Escrituras o por tener un grado superior a los otros

sino más bien, si de verdad uno está firme en la humildad y lleno de amor a Dios,

si busca siempre sólo e íntegramente el honor de Dios,

si piensa que no es nada, y verdaderamente se reconoce limitado,

y se alegra de ser desatendido y humillado

más que honrado por los demás.
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MensajePublicado: Lun Mar 02, 2009 3:28 pm    Asunto:
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Capítulo: VIII


POBRE VALORACIÓN DE SÍ MISMO ANTE LOS OJOS DE DIOS





Discípulo:

1. ¿Hablaré a mi Señor

yo que soy como polvo y ceniza? (Gn 18,27)

Si me considero superior, Tú estás contra mí,

y no puedo contradecir el verdadero testimonio de mis maldades.

Si, en cambio, me humillo y regreso a la nada

y rechazo el propio reconocimiento

y, tal como soy, me convierto en polvo

vendrá a mí tu gracia y tu luz se acercará a mi corazón y toda estimación, aunque sea poca, se sumergirá en el valle de mi miseria, y perecerá para siempre.

Así me muestras a mí lo que soy, lo que fui y en lo que me he convertido

porque nada soy, y no lo sabía.

Abandonado a mí mismo

soy nada, y totalmente enfermo.

Pero si de pronto me miras

inmediatamente me vuelvo fuerte

y me lleno de nuevo gozo.

Y es algo maravilloso

que así de repente me levantas y tan bondadosamente me abrazas a mí, que por mi propio peso siempre caigo a lo más bajo.

2. Esto lo hace tu amor gratuitamente

anticipándose y ayudándome en tantas necesidades, protegiéndome de graves peligros

y arrancándome de males verdaderamente innumerables.

Porque yo me perdí amándome indebidamente

pero queriéndote a Tí solo y amándote únicamente me encontré a mí y a Tí al mismo tiempo

y por la profundidad del amor me olvidé de mí mismo.

Tú, Señor, haces conmigo

mucho más de lo que merezco

y por encima de lo que me atrevería a esperar o pedir.

3. Bendito seas, Dios mío

porque aunque soy indigno de todos estos bienes sin embargo tu nobleza e infinita bondad

nunca cesa de beneficiar hasta a los ingratos y los que se apartan de Ti.

Regrésanos a Tí

para que seamos agradecidos, humildes y devotos

porque Tú eres nuestra salvación, nuestra virtud y nuestra fortaleza.
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MensajePublicado: Mar Mar 03, 2009 2:50 pm    Asunto:
Tema: Imitación de Cristo - Tomás de Kempis
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Capítulo: IX


TODO DEBE DIRIGIRSE A DIOS COMO FIN





Jesucristo:

1. Hijo; yo debo ser tu supremo y último fin

si deseas ser feliz de verdad.

Por esta intención debes purificar tu afecto

desviado malamente hacia ti o hacia la cosas creadas.

Porque si te buscas a ti mismo en algún otro

de inmediato decaes y te secas por dentro.

Todo, por tanto debes dirigirlo a Mí principalmente

porque Yo lo he dado todo.

Considera así cada cosa

como brotando del Sumo Bien

y sólo a Mí, como a su origen

orienta todas las cosas.

2. De Mí sacan agua, como de fuente viva

el pequeño y el grande, el pobre y el rico;

y los que me sirven espontánea y libremente

reciben una gracia tras otra.

En cambio, quien quiere triunfar fuera de Mí

o deleitarse en algún bien exclusivo

no quedará establecido en el auténtico gozo

ni su corazón se ensanchará

sino que verá multiplicados los impedimentos y angustias.

Por eso, no debes apropiarte de ningún bien

ni atribuir la verdadera virtud a ninguna persona

sino refiérelo todo a Dios, sin el cual nada tiene el hombre.

Yo todo lo entregué y quiero que todo se me devuelva

y con gran rigurosidad exigo que se me agradezca.

3. Esta es la verdad con la que desaparece la gloria vana.

Y, si entra la gracia celestial y la verdadera caridad,

no habrá la menor envidia, ni retraimiento de corazón ni te dominará el amor propio.

Si lo entiendes bien,

sólo en Mí te gozarás, sólo en Mí esperarás

porque nadie es bueno, sino sólo Dios (Lc 18,19)

el cual debe ser alabado sobre todas las cosas

y bendecido en todas ellas.
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MensajePublicado: Mie Mar 04, 2009 4:30 pm    Asunto:
Tema: Imitación de Cristo - Tomás de Kempis
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Capítulo: X


DULZURA DE SERVIR A DIOS DESPRECIANDO EL MUNDO





Discípulo:

1. Ahora hablaré de nuevo, Señor

y no me callaré

diré a los oídos de mi Dios, mi Señor

y mi Rey que está en los Cielos:

¡Qué grande es la abundancia de tu dulzura, Señor,

que tenías escondida para los que te respetan! (Sal 31,20)

¡Qué será para los que te aman

y para los que te sirven de todo corazón!

Verdaderamente es indescriptible la dulzura de contemplarte

que otorgas a quienes te aman.

En esto principalmente

me mostraste la dulzura de tu caridad:

en que cuando yo no existía, me creaste

y cuando vagaba perdido lejos de Tí

me atrajiste para que te sirviera,

y me ordenaste que te quisiera.

2. ¡Fuente perpetua de amor!

¿Qué diré de Tí?

¿Cómo podré olvidarme de Tí

que quisiste acordarte de mí

incluso después que me desmejoré y perdí?

Te comportaste conmigo misericordiosamente

más allá de toda expectativa

y más allá de todo mérito de mi parte

me concediste gracia y amistad.

¿Cómo voy a pagarte este favor?

Porque no se les otorga a todos

que lo abandonan todo, renuncian al mundo

y asuman la vida religiosa.

¿Acaso es gran cosa que yo te sirva

cuando todos los seres creados deben servirte?

No me debe parecer mucho servirte

sino más bien me parece grandísimo y admirable

que hayas querido recibir como servidor

a alguien tan pobre e indigno,

y reunirlo con tus queridos servidores.

3. Todas las cosas son tuyas,

las que tengo y con las que te sirvo.

Pero por el contrario,

Tú me sirves más a mí que yo a Ti.

El cielo y la tierra, que creaste para el servicio de los seres humanos están dispuestos

y hacen cada día todo lo que les mandas.

Va más allá que todo esto

que Tú hayas querido servir al hombre

y le prometiste que te darías Tú mismo.

4. ¿Qué podré darte yo por todos estos innumerables bienes?

¡Ojalá pudiera servirte yo todos los días de mi vida!

¡Si solamente pudiera yo servirte bien un día!

Verdaderamente Tú eres digno de total servicio,

de honor y alabanza eterna.

Verdaderamente eres mi Señor y yo tu pobre servidor

que estoy obligado a servirte con todas mis fuerzas y jamás cansarme de alabarte.

Esto quiero, esto deseo,

Tú dígnate suplir lo que me falte.

5. Es gran honor y gran gloria servirte a Ti,

y por ti despreciar lo demás.

Recibirán gracia muy grande

quienes se sometan espontáneamente a tu santísimo servicio.

Encontrarán hermosísima consolación del Espíritu Santo

quienes por amor a Tí rechacen los placeres sensuales.

Conseguirán libertad de espíritu

quienes en tu Nombre ingresen al camino difícil

y desechen todo remedio mundano.

¡Grato y feliz servicio de Dios

que hace al ser humano libre y santo de verdad!

¡Sagrado estado de los religiosos

que convierte a los hombres iguales a los ángeles,

aplaca a Dios, atemoriza a los demonios,

y es recomendable para los fieles!

¡Servicio digno de ser abrazado y escogido

que promete el Sumo Bien

y adquiere el gozo que permanece para siempre!
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MensajePublicado: Jue Mar 05, 2009 11:38 pm    Asunto:
Tema: Imitación de Cristo - Tomás de Kempis
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Capítulo: XI


LOS DESEOS DEL CORAZÓN SE DEBEN EXAMINAR Y MODERAR





Jesucristo:

1. Hijo, todavía te conviene saber

muchas cosas que no aprendiste bien.

Discípulo:

¿Cuáles son, Señor?

Jesucristo:

Que sometas todo a mi voluntad

y no seas amador de ti mismo

sino afectuoso cumplidor de lo que me agrada.

Los deseos te encienden e impulsan con vehemencia

pero considera si actúas por mi honor

o más bien por tu propio interés.

Si Yo soy la causa,

estarás contento de lo que disponga.

En cambio, si algo tienes escondido de deseo personal

eso mismo te impedirá y te pesará.

Ten cuidado, no confies demasiado

en el deseo preconcebido que no consultaste conmigo;

no sea que después te apene o desagrade

lo que primero te gustó y quisiste con ahínco por parecerte mejor.

No debe seguirse inmediatamente

toda inclinación que nos parece buena

ni huir en el acto de las que nos contrarían.

Conviene refrenarse aglunas veces

incluso en los buenos esfuerzos y deseos

no vayas a incurrir en la irreflexión, por inoportuno, o por la contradicción ajena

de pronto te sientes turbado y caigas.

3. A veces conviene contrariar los deseos con violencia y valor

y no considerar lo que la naturaleza quiere o no quiere sino andar muy cuidadoso para someterla al espíritu aunque le pese.

Y debe ser disciplinada y sometida a servir

hasta que esté dispuesta a todo,

que aprenda a contentarse con lo necesario y gozar con lo sencillo

y a no murmurar contra las dificultades.
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MensajePublicado: Vie Mar 06, 2009 3:48 pm    Asunto:
Tema: Imitación de Cristo - Tomás de Kempis
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Capítulo: XII


SIGNIFICADO DE LA PACIENCIA Y DE LA LUCHA CONTRA LAS MALAS INCLINACIONES





Discípulo:

1. Señor Dios, según veo

necesito mucho la paciencia

porque en esta vida hay multitud de contrariedades.

De cualquier manera que organice mi paz

no podrá subsistir mi vida sin lucha y dolor.

Jesucristo:

2. Así es, hijo.

Pero quiero que no pretendas una paz

que carezca de tentaciones o no sienta dificultades sino más bien estima que has encontrado la paz

cuando te ejercites en varias tribulaciones

y seas puesto a prueba en muchas contrariedades.

Si afirmas que no te es posible sufrir mucho

¿cómo entonces soportarás el fuego del purgatorio?

Entre dos males, siempre hay que elegir el menor.

Por lo tanto, para que puedas escapar en el futuro de los eternos padecimientos,

procura sufrir con paciencia, por Dios, los males presentes.

¿O piensas que las personas del mundo

nada sufren, o sufren poco?

No encontrarás uno solo que no sufra,

incluso entre los más afortunados.

3. Pero tienen, según dices, muchos placeres,

siguen su propia voluntad

y le dan poca importancia a las dificultades.

4. Y si fuera así, que tengan lo que quieran,

¿cuánto tiempo les durará?

Los favoritos del mundo desaparecerán como humo (Sal 37,20)

y no existirá recuerdo de los placeres pasados.

Pero mientras están vivos

no gozan de los placeres sin amargura, fastidio y temor.

Porque lo mismo que les produce satisfacción,

frecuentemente les causa el sufrimiento del dolor.

Justamente se procede así con ellos

porque al buscar y seguir los placeres descontroladamente los disfrutan luego con vergüenza y amargura.

¡Qué limitados, que falsos,

que desordenados y torpes son!

Realmente por la ebriedad y ceguera no entienden

y como si fueran irracionales,

por un pequeño gusto en esta vida transitoria

caen en la muerte del alma.

Tú, hijo, en cambio, no te dejes llevar por los deseos,

y apártate de tus caprichos (Eclo 18,20).

Goza en el Señor

y te dará lo que pide tu corazón (Sal 37,4).

5. Por lo tanto, si quieres deleitarte verdaderamente

y recibir mis consuelos con abundancia,

tu bendición estará en despreciar todo lo mundano y en rechazar todos los deleites perversos;

así recibirás abundante alegría espiritual

y mientras más te apartes de todo consuelo creado tanto más agradables y hondas satisfacciones encontrarás en Mí.

Pero no las alcanzarás sin antes padecer algunas tristezas,

y el cansancio de la pelea.

La costumbre te contrariará

pero la vencerás con otra costumbre mejor.

Se rebelará tu naturaleza

pero la fuerza del espíritu la frenará.

Te instigará y te exasperará la serpiente maligna

pero huirá por la oración

y con el trabajo provechoso le impedirás la entrada.
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MensajePublicado: Sab Mar 07, 2009 5:53 pm    Asunto:
Tema: Imitación de Cristo - Tomás de Kempis
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Capítulo: XIII


OBEDECER HUMILDEMENTE COMO JESUCRISTO





Jesucristo:

1. Hijo: quien procura apartarse de la obediencia

él mismo se aparta de la gracia

y el que quiere poseer cosas privadas

pierde las comunitarias.

Quien no se somete con gusto y espontáneamente

demuestra que todavía no tiene perfectamente

dominada su naturaleza

sino que con frecuencia se resiste y murmura.

Aprende pues a someterte a la autoridad con prontitud

si deseas tener sujeta tu naturaleza.

Más pronto se vence al enemigo exterior

si la persona no ha quedado devastada interiormente.

No existe más molesto ni peor enemigo del alma

que tú mismo cuando no concuerdas bien con el Espíritu.

Te conviene de verdad

aceptar totalmente el desprecio de ti mismo

si quieres prevalecer sobre las debilidades naturales.

Porque todavía te amas muy inadecuadamente

y dudas de resignarte plenamente a la voluntad ajena.

2. Pero ¿qué tanto será que tú, que eres como polvo y nada

por causa de Dios te sometas a otra persona

cuando Yo, Todopoderoso y Altísimo, que creo [sic] todas las cosas de la nada,

me sometí humildemente a los demás por ti?

Me hice el más humilde e ínfimo de todos

para que venzas tu presunción con mi humildad.

Aprende, polvo, a despreciarte

aprende, tierra y barro, a humillarte

y a permanecer a los pies de todos.

Aprende a dominar tu voluntad

y ofrecerte al servicio de todos.

Enójate contra ti mismo y no aceptes que viva en ti el orgullo

sino manifiéstate de tal manera sujeto y pequeño que puedan todos caminar sobre ti y pisarte como el barro de las calles.

¿Qué tienes, ser despreciable, de qué quejarte?

¿Cómo puedes contradecir, vergonzoso pecador,

a los que te reprenden,

ya que tantas veces ofendiste a Dios y mereciste el infierno?

Pero mis ojos tuvieron compasión de ti

por que es muy valiosa tu alma en mi Presencia

para que reconozcas mi amor y vivas siempre agradecido por mis beneficios,

y para que te entregues continuamente a la sujeción y humildad

y sufras con paciencia tus propias limitaciones.
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MensajePublicado: Dom Mar 08, 2009 2:09 pm    Asunto:
Tema: Imitación de Cristo - Tomás de Kempis
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Capítulo: XIV


CONSIDERAR EL SECRETO JUICIO DE DIOS EVITA QUE NOS UFANEMOS EN LA PROSPERIDAD





Discípulo:

1. Me aterran tus juicios respecto a mí, Señor

por el miedo y temblor se conmueven mis huesos,

y mi alma se asusta muchísimo.

Estoy atónito y considero

que ni el cielo es puro en tu Presencia (Job 15,15).

Si hasta en los ángeles encontraste maldad (Job 4,18),

y no los perdonaste, ¿qué será de mí?

cayeron las estrellas del Cielo (Ap 6,13)

y yo ¿cómo puedo presumir?

Cayeron hasta el fondo aquellos cuyas obras parecían dignas de alabanza,

y quienes comían el pan de los ángeles se vieron a [sic] alimentados con comida de cerdos.

2. Ninguna santidad existe, Señor, si retiras tu mano;

ninguna sabiduría aprovecha, si Tú no gobiernas;

ninguna fuerza ayuda, si dejas de conservarla.

Ninguna castidad está segura, si Tú no la defiendes;

ningún cuidado propio sirve

si no está presente tu sagrada vigilancia.

Porque abandonados, nos sumergimos y perecemos;

visitados por Ti, nos levantamos y vivimos.

Somos inestables pero por Ti nos aseguramos.

nos entibiamos, pero por Ti nos encendemos.

3. ¡Qué vulgar y despreciable me debo reconocer!

¡Qué poco valioso si algo bueno parece que tengo!

¡Qué profundamente me debo sumergir

en lo hondo de tus juicios, Señor,

donde nada más encuentro, sino que soy nada y nada!

¡Inmenso peso! ¡Mar inmenso donde nada encuentro de mí

sino que soy nada en todo!

¿Dónde están pues, los cimientos de mi sobreestimación?

¿dónde la confianza de mis propias fuerzas?

Desaparece toda la vanidad de mis glorificación

en la profundidad de tus juicios sobre mí.

4. ¿Qué es toda criatura en tu Presencia?

¿Puede acaso la arcilla elevarse sobre quien le dio forma?

¿Cómo puede engreírse autoalabándose el corazón de quien está de verdad sometido a Dios?

Todo el mundo no puede elevar

a quien mantiene en su sitio la verdad;

ni se moverá, por más que lo alaben

quien tiene firme toda su esperanza en Dios.

Porque todos los que hablan, nada son;

desaparecerán, junto con el sonido de sus palabras

pero la verdad del Señor permanece para siempre (Sal 117,2).
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MensajePublicado: Lun Mar 09, 2009 3:35 pm    Asunto:
Tema: Imitación de Cristo - Tomás de Kempis
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Capítulo: XV


COMO COMPORTARSE Y EXPRESARSE EN LOS DESEOS





Jesucristo:

1. Hijo mío, di así para todo:

Señor, si te agrada, que se haga así;

Señor, si es en honor tuyo,

haz esto en tu Nombre.

Señor, si te parece que me conviene y encuentras que me será útil,

concédelo para que lo use en tu honor.

Pero si sabes que me va a causar daño,

o desaprovechar para la salvación de mi alma

aparta de mí este deseo.

No todo deseo proviene del Espíritu Santo

aunque al hombre le parezca correcto y bueno.

Es difícil juzgar rectamente,

si te impulsa a desear esto o lo otro

un espíritu bueno u otro distinto,

o si te impulsa tu propio ánimo.

Muchos que al principio parecían ser conducidos

por buen espíritu, quedan decepcionados al final.

2. Por eso siempre se debe desear y pedir, con respeto a Dios y humildad en el corazón,

todo lo que sobrevenga como deseable al pensamiento;

y sobre todo, encomendárseme diciendo:

Señor, Tú sabes qué es lo mejor:

haz que suceda esto o lo otro, según quieras.

Da lo que quieras, cuanto quieras, y cuando quieras.

Haz conmigo como sabes, lo que más te agrade a Ti,

y según sea para tu mayor honor.

Ponme donde quieras; dispón de mí libremente en todo.

Estoy en tus manos; dame vueltas para un lado y el otro.

Yo soy tu servidor, dispuesto para todo

porque no deseo vivir para mí sino para Ti,

ojalá que con dignidad y perfección.

3. Oración para cumplir la voluntad de Dios:

Concédeme, compasivo Jesús, tu gracia

para que esté conmigo y conmigo trabaje (Sb 9,10)

y conmigo persevere hasta el fin.

Concédeme desear y querer siempre

lo que es más aceptable para Ti y más te agrada.

Tú voluntad sea mía

y mi voluntad siga siempre a la tuya y concuerde

de la mejor manera con ella.

Mi querer sea siempre uno contigo

y sólo pueda querer o no querer

lo que Tú quieres o no quieres.

Concédeme que muera a todo lo que me tienta del mundo

y por Ti, que ame ser despreciado y desconocido.

Concédeme descansar en Ti sobre todo lo deseado

y que mi corazón encuentre en Ti la paz.

Tú eres la verdadera paz del corazón, su único descanso;

fuera de Ti, todas las cosas son adversas e inestables.

En esta paz permanente,

es decir, en Ti Único Supremo y Eterno Bien

dormiré y descansaré. Así sea.
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MensajePublicado: Mar Mar 10, 2009 2:59 pm    Asunto:
Tema: Imitación de Cristo - Tomás de Kempis
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Capítulo: XVI


SÓLO EN DIOS DEBE BUSCARSE LA VERDADERA SATISFACCIÓN





Discípulo:

1. Cualquier cosa que pueda desear o pensar para mi satisfacción,

no la espero ahora sino para más adelante.

Porque aunque yo solo tuviera todas las satisfacciones del mundo

y pudiera disfrutar de todos los placeres

ciertamente que no tendrían mucha duración.

Por eso no puedo satisfacerme plenamente

ni regocijarme perfectamente

si no es en Dios, consolador de los pobres

y aceptador de los humildes.

Esperaré un poco; esperaré las promesas divinas

y tendré abundancia de todos los bienes en el Cielo.

Si deseo desordenadamente estas cosas presentes

perderé las eternas y bienaventuradas.

Usaré las cosas transitorias por necesidad

pero desearé las eternas.

No puedo saciarme con ningún bien limitado

porque no fui creado solamente para gozarlo.

2. Aunque poseyera todas las cosas

no sería feliz y dichoso

ya que consiste toda mi perfección y felicidad

en Dios que creó absolutamente todas las cosas

no tal como consideran y alaban todos los tontos

amadores del mundo

sino como esperan los buenos seguidores de Cristo y algunas veces saborean por adelantado los espirituales y misericordiosos,

cuyo trato es con el Cielo.

Es inconsistente y breve toda satisfacción humana.

Santa y verdadera satisfacción

la que hace percibir internamente la Verdad.

La persona devota lleva consigo a todas partes

a Jesús, su alegría, y le dice:

Quédate conmigo, Señor Jesús, en todo tiempo y lugar.

Mi satisfacción será carecer de toda satisfacción humana.

Y si falta tu consuelo

que sea mi mayor satisfacción tu voluntad y justa prueba.

Porque no estarás airado completamente

ni enojado para siempre (Sal 103, 9).
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MensajePublicado: Mie Mar 11, 2009 2:55 pm    Asunto:
Tema: Imitación de Cristo - Tomás de Kempis
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Capítulo: XVII


TODA INQUIETUD DEBE ESTABLECERSE EN DIOS





Jesucristo:

1. Hijo, déjame hacer contigo lo que quiero,

lo que sé y te conviene.

Tú piensas como ser humano

y sientes muchas cosas como te hace ver la emoción humana.

Discípulo:

Señor, es verdad lo que dices.

Es mayor tu preocupación por mí

que todo el cuidado que puedo tener por mí mismo.

Está expuesto a cualquier eventualidad

quien no pone toda su atención en Ti.

Señor, para que mi voluntad

permanezca en ti recta y firmemente

haz de mí lo que te agrade.

Solamente puede ser beneficiosa para mí

cualquier cosa que hagas conmigo.

Si quieres que esté a oscuras, te bendeciré

y si quieres que esté iluminado, te bendeciré también.

Si te dignas alegrarme te bendeciré

y si quieres que esté abatido, igual te bendeciré siempre.

Jesucristo:

2. Hijo, así conviene que te comportes

si deseas caminar Conmigo.

Igualmente debes estar dispuesto al sufrimiento y gozo.

Igualmente debes aceptar de buena gana

ser pobre y necesitado como rico y satisfecho.

Discípulo:

Señor, con gusto sufriré por ti

lo que quieres que me sobrevenga.

Quiero recibir de tu mano con indiferencia

lo bueno y lo malo, lo dulce y lo amargo, lo alegre y lo triste.

Defiéndeme de todo pecado

y no temeré la muerte ni el infierno.

Con tal que no me apartes de Ti para siempre

ni me borres del libro de la vida

no me dañará cualquier tribulación que venga sobre mí.
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MensajePublicado: Jue Mar 12, 2009 6:47 pm    Asunto:
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Capítulo: XVIII


DEBEMOS SOPORTAR LAS ADVERSIDADES CON ECUANIMIDAD COMO CRISTO





Jesucristo:

1. Hijo, yo bajé del Cielo por tu salvación:

acepté tus infortunios impulsado por la caridad,

no por necesidad

para que aprendieses a ser paciente y soportases

sin indignarte

las adversidades de la vida.

Desde el momento de mi nacimiento hasta mi muerte en una cruz,

no me faltaron dolores que sufrir.

Tuve gran carencia de bienes materiales,

frecuentemente escuché quejas contra Mí,

soporté con benevolencia despropósitos y ofensas,

recibí ingratitud a cambio de beneficios,

blasfemias por los milagros y reprensiones por enseñar.

Discípulo:

2. Señor: ya que fuiste paciente en tu vida

principalmente cumpliendo los mandatos de tu Padre

es justo que, perverso pecador,

sufra con paciencia según tu voluntad,

y mientras Tú lo quieras

lleve por mi salvación el peso de esta vida breve.

Porque, aunque la vida presente se siente pesada,

sin embargo se ha convertido en muy meritoria por tu gracia

y más tolerable y transparente gracias a tu ejemplo y el de tus santos

y hasta de mucho más consuelo que la Ley Antigua cuando estaba cerrada la puerta del Cielo

y parecía más oscuro el camino a la salvación,

cuando tan pocos se preocupan de buscar el Reino de Dios

y ni siquiera podían entrar a él los que eran buenos y se iban a salvar

hasta que llegó tu Pasión y el pago de tu sagrada Muerte.

3. ¡Cómo debo agradecerte

que me hayas mostrado a mí y a todos tus fieles el camino bueno y recto al Reino Eterno!

Porque tu vida es nuestra vía

y por la paciencia santa caminamos hacia Ti,

que eres nuestra corona.

Si Tú no nos precedieras y enseñaras

¿quién tendría cuidado de seguirte?

¿Cuántos quedarían lejos y retrasados

si no mirasen tus preciosos ejemplo [sic]?

Si todavía somos negligentes,

pese a que hemos conocido tus manifestaciones

y tu doctrina

¿qué sería si no tuviéramos tanta luz para seguirte?
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MensajePublicado: Vie Mar 13, 2009 3:02 pm    Asunto:
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Capítulo: XIX


TOLERAR LAS OFENSAS ES PRUEBA DE VERDADERA PACIENCIA





Jesucristo:

1. ¿Qué es lo que dices, hijo? Deja de quejarte considerando mi Pasión y la de los santos.

Todavía no has soportado hasta derramar sangre.

Es poco lo que tú padeces, en comparación con lo mucho que soportaron otros,

tan fuertemente tentados,

tan pesadamente mortificados,

tan frecuentemente puestos a prueba y presionados.

Te conviene, pues, recordar

las cosas muy graves de otros

para que con facilidad lleves tus pequeñeces.

Y si no te parecen pequeñeces

mira que la causa no sea tu impaciencia.

Pero sean cosas grandes o pequeñas

procura soportarlas pacientemente a todas por igual.

En la medida que mejor estés dispuesto a la paciencia,

actuarás sabiamente y más mérito tendrás;

te pesarán menos

tendiendo el ánimo y la costumbre preparados sin flojera para esto.

No digas: no tengo valor para soportar esto de esa persona, ni debo aguantar semejante cosa

porque me causó grave daño y dice de mí lo que nunca pensé,

pero de otra soportaré lo que me haga

según me parezca que se debe sufrir.

Es desatinada esta idea, que no considera la virtud de la paciencia ni por quién será premiada

sino que más bien mira a las personas y a las injurias que le hacen.

3. No es realmente paciente quien no desea padecer

sino cuando a él le parece y de quien le acomoda.

El verdadero paciente no se fija qué [sic] persona le molesta

sea su superior, igual o inferior

sea bueno y santo o perverso e indigno

sino que, indistintamente de qué persona reciba

algo adverso, de cualquier medida y todas las veces acepta todo con gusto de la mano de Dios

y estima que es una gran ganancia:

porque nada de cuanto se padece por Dios, así sea poco,

puede pasar sin mérito ante Dios.

4. Estáte, pues, dispuesto a la lucha

si quieres obtener la victoria.

Sin certamen

no puedes obtener la corona de la paciencia;

si no quieres padecer,

impides que te coronen.

Si quieres que te coronen

pelea valerosamente, soporta pacientemente.

Sin esfuerzo no se consigue el descanso

ni sin pelea se alcanza la victoria.

Discípulo:

5. Quiero, Señor, que se haga posible por tu gracia

lo que me parece imposible por la naturaleza.

Tú sabes lo poco que puedo resistir

y qué pronto caigo cuando surge una pequeña adversidad.

Deseo que por tu Nombre

cualquier práctica de paciencia me sea amable y elegible porque padecer y ser maltratado por causa tuya es muy saludable para mi alma.
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MensajePublicado: Sab Mar 14, 2009 5:26 pm    Asunto:
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Capítulo: XX


RECONOCIMIENTO DE LAS PROPIAS LIMITACIONES Y LAS DIFICULTADES DE LA VIDA





Discípulo:

1. Contra mí mismo confesaré mi injusticia,

te confesaré, Señor, mi debilidad.

Con frecuencia, una pequeña cosa me deprime y entristece.

Me propongo combatir valientemente

pero cuando viene una pequeña tentación

me lleno de gran angustia.

A veces, de la causa más despreciable

me viene una grave tentación

y cuando pienso que me encuentro un poco seguro,

sin darme cuenta, me encuentro a veces derrotado por un ligero viento.

2. Considera pues, Señor, mis limitaciones y fragilidades tan notorias

compadécete y levántame del lodo

para que no me hunda y quede abandonado totalmente.

Lo que frecuentemente me acobarda y avergüenza delante de Ti,

es verme tan deleznable y débil para resistir las pasiones.

Y aunque no me induzcan enteramente al consentimiento sin embargo me causan molestia,

es difícil dominarlas y muy penoso vivir diariamente en combate.

Reconozco yo mi debilidad en que las abominables imaginaciones,

más fácilmente vienen que se van.

3. Ojalá, fortísimo Dios de Israel, protector de los fieles, mires el esfuerzo y sufrimiento de tu servidor

y lo ayudes en todo lo que emprenda.

Robustéceme con la fuerza celestial

de modo que ni el hombre viejo ni la descontrolada naturaleza, todavía no bien sujeta al espíritu,

pueda dominarme

porque conviene pelear contra ella mientras vivamos.

¡Cómo es esta vida en la que no faltan dificultades y miserias,

llena de trampas y donde son tantos los enemigos!

Porque cuando se va una dificultad o tentación, otra viene;

e incluso antes que acabe el combate de la primera

vienen otras muchas inesperadas.

4. Y ¿cómo se puede amar una vida que tiene tantas amarguras, sujetas [sic] a tantas calamidades y miserias?

¿cómo podemos llamar vida

a la que genera tantas muertes y epidemias?

Y sin embargo, es amada

y muchos la quieren para deleitarse en ella.

Se acusa con frecuencia al mundo de ser falso y vacío

pero no se abandona fácilmente

porque los deseos sensuales nos dominan.

Algunas cosas llevan a amarlo

y otras a despreciarlo.

Llevan a amarlo el deseo sensual, la ambición

y la arrogancia de la vida

pero la angustia y desgracias que la siguen

hacen odiar y hastiarse del mundo.

5. Pero; ¡qué lástima! Los desenfrenos dominan

a quien está dedicado al mundo

y considera un deleite estar entre espinas

porque ni percibe ni saborea

la suavidad de Dios y la amenidad de las virtudes internas.

En cambio, quien desprecia perfectamente al mundo

y se interesa en vivir para Dios en santa vigilancia

no ignora que está prometida la divina dulzura

a los que se olvidan de sí mismos

y ve más claro lo gravemente que se equivoca el mundo y de cuantas maneras se engaña.
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MensajePublicado: Lun Mar 16, 2009 2:30 am    Asunto:
Tema: Imitación de Cristo - Tomás de Kempis
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Capítulo: XXI


DEBEMOS AFIRMARNOS EN DIOS POR ENCIMA DE TODOS LOS BIENES





Discípulo:

1. Sobre todos y en todas las cosas

descansaré en Dios siempre,

porque es el perpetuo descanso de todos los santos.

Concédeme, dulcísimo y amadísimo Jesús,

descansar en Ti sobre todo lo creado,

sobre toda salud y hermosura,

sobre todo prestigio y honor,

sobre todo poder y autoridad,

sobre toda ciencia y perspicacia,

sobre todas las riquezas y artes,

sobre toda alegría y entusiasmo,

sobre toda fama y alabanza,

sobre todo gusto y consuelo,

sobre toda esperanza y promesa,

sobre todo merecimiento y deseo,

sobre todo ofrecimiento y regalo que puedes dar y esparcir,

sobre todo gozo y júbilo que el espíritu puede obtener y sentir,

y, en fin, sobre los ángeles y arcángeles y sobre todas las multitudesdel Cielo,

sobre todo lo visible e invisible

y sobre todo lo que no es Tú mismo, Dios mío.

2. Porque Tú, Señor Dios mío, eres óptimo sobre todo

Tú solo altísimo, Tú solo poderosísimo

Tú solo suficientísimo y completísimo

Tú solo agradabilísimo y placentero

Tú solo hermosísimo y amadísimo

Tú solo nobilísimo y gloriosísimo sobre todo

en quien se encuentran reunidos, a la vez y perfectamente,

todos los bienes que existen, que existieron y que existirán;

por eso es poco e insuficiente cualquier cosa que

me das o de Ti mismo revelas o prometes

si no te veo ni te tengo plenamente.

Porque mi corazón no puede reposar de verdad,

ni contentarse totalmente,

si no descansa en Ti, más allá de todos los dones

y de toda realidad creada.

3. Queridísimo compañero Jesucristo, purísimo amante,

Señor de todas las cosas,

¿quién me hará tener alas de verdadera libertad,

para volar y reposar en Ti?

¿Cuándo se me concederá desasirme plenamente

y apreciarte como eres, Señor Dios mío?

¿Cuándo, del todo, me recogeré en Ti, y por tu amor,

no me sentiré a mí mismo, sino a Ti solo,

sobre todo sentido y manera, de modo desconocido por todos?

Ahora en cambio frecuentemente sufro

y llevo mi infelicidad con dolor.

Porque suceden muchos males en esta vida

que con frecuencia desconciertan, entristecen y ensombrecen,

con frecuencia me entorpecen y distraen,

me ganan y comprometen

para que no tengan libre acceso a Ti

y puede disfrutar de tu grato abrazo,

siempre listo para los espíritus piadosos.

4. Conmuévate Jesús, Esplendor de la eterna gloria,

Alivio espiritual del peregrino, mi aspiración

y la general desolación de la Tierra.

Junto a Ti está mi boca sin palabras

y mi silencio te habla.

¿Por qué tardas en venir, Señor mío?

Ven a mí, tu pobrecito, y alégrame.

Extiende tu mano y arranca de toda angustia a este miserable.

Ven, ven; porque sin Ti no hay día,

ni siquiera hora feliz porque Tú eres mi alegría y

sin Ti está vacía mi mesa.

Soy un miserable y como un encarcelado y encadenado

hasta que me animes con la luz de tu presencia,

me otorgues libertad y me muestres Tu [sic]

rostro amigable.

Busquen otros lo que quieran en vez de Ti

que a mí nada me agrada ni me agradará

sino Tú Dios mío, mi esperanza y eterna Salud.

No me callaré ni dejaré de pedir hasta que tu gracia retorne y me hables Tú internamente.

Jesucristo:

Aquí estoy; vengo a ti porque me llamaste.

Tus lágrimas y el deseo de tu alma, tu humildad y la contrición de tu corazón,

me inclinaron hacia ti y me trajeron a ti.

Discípulo:

Ahora digo: Señor, te llamé y deseé gozar contigo

estoy dispuesto a dejarlo todo por Ti.

Tú primero me despertaste para que yo te buscara.

Bendito seas, Señor,

que fuiste bondadoso con tu servidor

de acuerdo con la abundancia de tu misericordia.

¿Qué más tiene que decir tu servidor en tu presencia

sino humillarse mucho ante Ti

recordando siempre su propia iniquidad y bajeza?

No hay semejante a Ti

entre todas las maravillas del Cielo y de la Tierra.

Tus obras son excelentes

tus juicios verdaderos

y tu providencia gobierna el Universo.

Alabanza a Tí y gloria, Padre de la sabiduría,

alabanza y bendición de mis labios, de mi espíritu y de toda la Creación.
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clauabru
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MensajePublicado: Lun Mar 16, 2009 8:14 pm    Asunto:
Tema: Imitación de Cristo - Tomás de Kempis
Responder citando

Capítulo: XXII


RECORDEMOS LOS MÚLTIPLES BENEFICIOS DE DIOS




Discípulo:

1. Abre, Señor, mi corazón a tu ley

y enséñame a caminar en tus preceptos.

Concédeme que entienda tu voluntad

y que con gran respeto y cuidadosa reflexión

recuerde tus beneficios comunes y especiales

para que pueda darte gracias de aquí en adelante.

De verdad comprendo y reconozco

que ni siquiera por lo menor

puedo ofrecerte las debidas alabanzas de agradecimiento.

Soy inferior a todos los bienes que me das

y cuando considero tu nobleza

se deprime mi espíritu por tu grandeza.

2. Todo lo que tenemos en el alma y en el cuerpo

y cuanto externa o internamente,

natural o sobrenaturalmente poseemos

son beneficios tuyos,

y te manifiestan como benefactor, piadoso y bueno de quien recibimos todos los bienes.

Y si alguien recibe mucho y otro poco,

sin embargo todos los bienes son tuyos

y sin Ti no se puede recibir ni lo menor.

Quien recibe más, no puede ufanarse de su mérito

ni sentirse por encima de los otros

o insultar a los inferiores

porque es mayor y mejor el que menos se atribuye y es el más humilde y devoto en agradecer.

Y el que más despreciable se considera, y más indigno se juzga

se hace más apto para recibir mayores bienes.

3. Quien recibe poco

no debe entristecerse ni indignarse

ni envidiar al más aventajado

sino debe ser más atento Contigo y alabar más tu bondad porque otorgas tus dones tan abundante, gratuita y gustosamente, sin guiarte por criterios humanos.

Todo procede de Ti

y por eso debes ser alabado en todos.

Tú sabes qué conviene otorgar a cada uno

y por qué éste tiene menos y ese más no nos toca discernir a nosotros sino a Ti,

que juzgas los méritos de cada uno.

4. De ahí, Señor Dios, que considero un gran beneficio

no tener demasiadas cosas de las que aparecen externamente y las personas celebran

así que quien considere su personal pobreza y limitación no sólo no recibirá pesadumbre, tristeza y abatimiento sino mayor satisfacción y gran alegría,

porque tú Señor elegiste como familiares e íntimos a los pobres, humildes y despreciados del mundo.

De esto son testigos tus mismos apóstoles

a quienes estableciste como príncipes sobre la Tierra (Sal 45,17).

Ellos se comportaron sin queja en el mundo

tan humillados y sencillos, sin la menor malicia y dolo hasta se alegraron de padecer ofensas en tu Nombre (Hch 5,41).

5. Por eso nada debe alegrar tanto

a quien te quiere y conoce tus beneficios

como tu voluntad para con él y la bondad de tus eternas disposiciones de las que tanto debe contentarse y consolarse

de manera que gustosamente desee ser el menor como otro quiere ser el mayor

y así esté tranquilo y satisfecho en el último lugar como si fuera el primero

y con agrado acepte ser despreciado y desechado

y no tener prestigio y fama

como si fuese el más respetado e importante del mundo.

Porque tu voluntad y el amor a tu honra

deben exceder todas las cosas

y más se debe consolar y satisfacer una persona con esto

que con todos los beneficios recibidos o que pueda recibir.
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