Schmidt Asiduo
Registrado: 09 Nov 2005 Mensajes: 248
|
Publicado:
Lun Jun 26, 2006 7:22 pm Asunto:
EL REGRESO DE JESÚS
Tema: EL REGRESO DE JESÚS |
|
|
El regreso de Jesús y el imperio de Dios
Después de la crucifixión y la resurrección, en el fondo, debió haber comenzado el final del mundo de ese entonces. Pero el cambio cósmico como la victoria terrenal de Jesús, como todos sabemos, hasta hoy no ha sucedido. Mientras que Lucas estaba seguro (Lucas 24, 21): “Pero nosotros esperábamos que él era el que había de redimir a Israel;” pero con esto volvió a equivocarse.
Que no habría de suceder con los hombres, después de la resurrección, si pensamos en todas las promesas de Jesús (Marco 16, 17 – 19): “Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas;
tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.”
El que ahora cree tendría la facultad de levantar a serpientes y beber veneno. ¡Capacidades increíbles! Pero en los últimos 2000 años, entre los innumerables creyentes aún no he encontrado a nadie que haya sobre vivido a una mordida mortal de una serpiente o que haya sobre vivido a un y trago de veneno.
Jesús en su conciencia de enviado, estaba totalmente convencido que el imperio celestial llegaría en tiempos de sus apóstoles.
Todo el lenguaje de los evangelios indica la esperanza de la cercana venida del reino celestial. (Mateo 10, 7): “El reino de los cielos se ha acercado.”. Jesús prometió a sus apóstoles (Mateo 10, 23): “…de cierto os digo, que no acabaréis de recorrer todas las ciudades de Israel, antes que venga el Hijo del Hombre.”
Él no se cansaba referirse al pronto regreso (Mateo 16, 28 y Lucas 9,27):” De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino.” “Pero os digo en verdad, que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte hasta que vean el reino de Dios” También Marco cita la promesa de Jesús (Marco 13, 30):” De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca.”
Ningún evangelio deja abierta la pregunta cuando comenzará el reino celestial en la tierra (Juan 12, 51):” Y le dijo: De cierto, de cierto os digo: De aquí adelante veréis el cielo abierto, y a los ángeles de Dios que suben y descienden sobre el Hijo del Hombre.” ¡Nada ha sucedido!
El antiguo Testamento había sido mucho más elocuente. Allí, los hombres iban a salir de sus tumbas junto al Mesías, para vivir juntos en reino de Dios (Oseas: 6, 2):” Nos dará vida después de dos días; en el tercer día nos resucitará, y viviremos delante de él.”
Juan el Bautista regocijaba frente a sus fieles (mateo 3, 2):”• Y diciendo: Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos se ha acercado.” Y el santo apóstol Pablo sabía en el año 100, cuando aparentemente, iban a comenzar los últimos días (Hebreos 1, 1 – 2):” Dios, habiendo hablado en otro tiempo muchas veces y de muchas maneras a los padres por los profetas,
en estos últimos días nos ha hablado por el Hijo…”
La Iglesia sabe de estos problemas y Kart Rahner, un teólogo católico, confiesa “sin aprensión, honradamente, sobriamente y claramente debemos reconocer, que con Jesús existió una esperanza cercana, la cual, como él se la imaginaba y formulaba con sus palabras, no se ha cumplido”
Naturalmente la deducción final de este dilema es, teniendo siempre en vista el dogma católico, que la esperanza cercana es solo una esperanza, cuya cuenta regresiva todavía corre (¡después de 2000 años!)
Otros conocedores bíblicos opinan, que el reino de Dios no se establece en este mundo, si no que cada buen cristiano lo vivirá después de su muerte en el cielo, - ¡Solo que la Biblia no dice esto!
Otros sostienen que este imperio de Dios ya está aqu,í pero en forma invisible, pero solo se puede percibir si se toma como cierto los anuncios de Jesús. Crece día a día en los corazones de los creyentes y esta vivo en las iglesias. Esto puede ser, pero con seguridad no es expresión de la Biblia.
Se puede dar vuelta esto como se quiere, pero es como dice el autor Werner Zager de Bochum en su libro sobre Jesús:” En este punto Jesús se equivocó”
Juan estaba seguro, que no solo los vivientes, si no, también los muertos iban a observar el regreso de Jesús (Juan 5, 2 *:” No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz”
Cada buen cristiano se sentiría adulado, si los últimos días se produjeran durante su vida. Así también Lutero esperaba el juicio mundial durante su vida. Sus dichos del año 1542, en relación al último día, delatan su ansioso deseo:”Espero que el día no sea lejano, queremos vivirlo.”
El apóstol Pablo, al comienzo, creía igual que los evangelistas, que la venida de Jesús estaba cercana. Constantemente exhortaba en sus primeras cartas la pronta venida del redentor (1ª de Corintios 7, 29):” Pero esto digo, hermanos: que el tiempo es corto; “
¡Que significa realmente este, ya desde hace tiempo pendiente, reino de Dios? El evangelista Lucas nos advierte de inmediato, que no será posible verlo (Lucas 17, 20):” Preguntado por los fariseos, cuándo había de venir el reino de Dios, les respondió y dijo: El reino de Dios no vendrá con advertencia” (No se puede observar).
Contrarios a esto Mateo profetiza, que lo espera con señales en el cielo, imposibles no ser advertidos (Mateo 24, 29):” E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas”.
Para todos los evangelistas es claro, que Jesús estará presente en una posición dirigente y estará vivo entre nosotros. (Lucas 22, 29 - 30):” Yo, pues, os asigno un reino, como mi Padre me lo asignó a mí, para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino, “
El imperio de Dios, según interpretes fieles a la Biblia, no iba a ser un imperio celestial, si no, un poderosa reino terrenal. Lucas 1, 32 - 33):” y el Señor Dios le dará (a Jesús) el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin”. Desgraciadamente hasta ahora todo mentira.
Jesús, también dejó absolutamente clara, a los apóstoles, quienes iban a ser los dueños de este imperio de Dios (Lucas 12, 32):”, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino.” Entonces son los judíos los felices. Otros pueblos, que también habrían creados por Dios, pueden ver donde se quedan. Y de los cristianos no se dice absolutamente nada.
Pablo, aparentemente, sabía exactamente como se produciría el cambio hacia el reino divino y prometió (1ª de Tesalonicenses 4, 17):” Porque el Señor mismo (…), descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos (…) seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire.
*Juan cinco, veitiocho (Aparece un monito, no lo puse yo) |
|