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AURORA Invitado
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Publicado:
Lun Jul 03, 2006 12:46 pm Asunto:
Tema: Inteligencia Vs. Corazon |
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querido eduardo !!!!!!!!!!tanto tiempo, ya quisiera yo tener un poquito de tu saber ........
el argentino te salio barbaro .
tengo que hacerte unas preguntas a ver si me ayudas , y tambien a todos los que quieran participar .
en mi estudio biblico , me han dado una tarea , y yo ando perdida , no capto bien la pregunta y se me hace dificil la busqueda ,
asi que abrire un tema con esto , te espero .........
bendiciones |
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migueluk Invitado
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Publicado:
Lun Jul 03, 2006 5:36 pm Asunto:
Tema: Inteligencia Vs. Corazon |
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No es problema de corazon es problema de humildad. |
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Dani-m98 Constante
Registrado: 19 Oct 2005 Mensajes: 783 Ubicación: España
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Publicado:
Mar Jul 04, 2006 7:39 am Asunto:
Re: Inteligencia Vs. Corazon
Tema: Inteligencia Vs. Corazon |
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GERMASTER escribió: | Maru Courtney escribió: | Platicando ahorita con un magnifico amigo, se me ocurrio escribir este tema para escuchar la opinion de los demas, porque me imagino que muchos habran sentido por lo que yo estoy pasando.
Los que me conocen saben que soy explosiva y dura para hablar, Gracias a Dios y a buenos amigos de Catholic, estoy trabajando en ese caracter y luchando para que Nuestro Señor me ayude a ser mejor.
Ahora bien....a lo que voy.....ya mi inteligencia sabe que me tengo que calmar, ya sabe que debo ser mas Caritativa y buscar palabras mas amables para mi projimo, pero MI CORAZON, no quiere entender eso, y sigue brincando (AHORA EN SILENCIO) cuando me siento mal.
Aparte de la Oracion, que esa vive en mi, que me aconsejan hacer para que mi corazon tenga tambien la Inteligencia? |
YO SIEMPRE HE CREIDO QUE DEBE HABER UN BALANCE ENTRE INTELIGENCIA Y CORAZON... LOS QUE TIENEN PURO CORAZON SON MUY BUENOS PERO TAMBIEN MUY IMPULSIVOS... ADEMAS LA PALABRA LO DICE... HAY QUE SER MANSOS COMO EL CORDERO PERO ASTUTOS COMO LA SERPIENTE |
Esa es la combinacion perfecta, manso como un cordero y astuto como la serpiente, porque los impulsivos seguro que no llegan a la vejez. _________________ Saludos |
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EduaRod Veterano
Registrado: 21 Ene 2006 Mensajes: 3275
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Publicado:
Mar Jul 04, 2006 4:08 pm Asunto:
Tema: Inteligencia Vs. Corazon |
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Estimada en Cristo Maru:
Respondiendo al tema principal que planteas puedo darte dos consejos muy prácticos:
1. El autor católico Jaime Balmes, en una de sus obras más famosas consideraba la misma complicación que te preocupa ahora, la cual bien sabemos también experimentó el mismisimo apóstol San Pablo con aquel bien conocido:
Cita: | Realmente, mi proceder no lo comprendo; pues no hago lo que quiero, sino que hago lo que aborrezco.
Y, si hago lo que no quiero, estoy de acuerdo con la Ley en que es buena; en realidad, ya no soy yo quien obra, sino el pecado que habita en mí.
Pues bien sé yo que nada bueno habita en mí, es decir, en mi carne; en efecto, querer el bien lo tengo a mi alcance, mas no el realizarlo, puesto que no hago el bien que quiero, sino que obro el mal que no quiero.
Y, si hago lo que no quiero, no soy yo quien lo obra, sino el pecado que habita en mí.
Descubro, pues, esta ley: aun queriendo hacer el bien, es el mal el que se me presenta.
Pues me complazco en la ley de Dios según el hombre interior, pero advierto otra ley en mis miembros que lucha contra la ley de mi razón y me esclaviza a la ley del pecado que está en mis miembros.
¡Pobre de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo que me lleva a la muerte?
¡Gracias sean dadas a Dios por Jesucristo nuestro Señor! Así pues, soy yo mismo quien con la razón sirve a la ley de Dios, mas con la carne, a la ley del pecado.
Romanos 7, 15-25 |
Es cierto que es un tema de falta de amor, pero difícilmente alguien se atreverá a acusar a San Pablo de tener poco amor en su corazón; de modo que no es tan simple como aconsejar "deberías amar más". Primero porque tal cosa no se puede simular, no se logra con esfuerzo, sino tan solo con el don de Dios, el cual tampoco obtenemos por nuestro esfuerzo, sino por gracia de Él; y segundo porque tenemos aquí un ejemplo claro de que los que sabemos que han amado muchísimo también se enfrentaron a este problema.
¿Qué podemos hacer nosotros? Pues dos cosas:
1. Sacar el mayor provecho de lo que la razón por sí misma puede hacer con los recursos que ya Dios en su infinito Amor nos ha proporcionado y contamos con ellos ahora.
2. Disponer nuestro corazón para recibir y aprovechar al máximo el don de Dios.
¿Cómo?
Pues en el primer punto es donde entra Jaime Balmes. Lo que él proponía en su obra es que las pasiones son demasiado poderosas como para que la razón por sí misma las controle en el momento en que se desatan. La razón después lamentará la acción de las pasiones, pero eso es algo muy distinto que oponerse a ellas en el momento de la verdad. Por tanto ¿qué puede hacer la razón que pretende controlar una pasión? ¡Pues oponer a ella otra pasión! Digamos que es algo así como si una persona pone una olla abierta a hervir ¿podrá la persona con su simple fuerza o capacidad contener el agua y vapor dentro de la olla? ¡Pues no! ¿verdad? Conforme el vapor sobrecalentado queme sus manos tendrá que retirarlas, además de que difícilmente podría haber hecho con ellas un sello perfecto. ¿Pero qué ocurre si la persona usa su inteligencia de manera más habil y en lugar de tratar de contener el vapor con sus propias manos coloca una fuerza que se oponga a aquella con la que el agua y el vapor quieren salir, una fuerza tal como la tapa con sello de una olla express? Pues entonces en una acción sencilla que cualquiera puede hacer, incluso aún cuando se están comenzando a desatar las pasiones (el agua que hierve), pues simplemente se toma la tapa, se coloca en su lugar ¡y listo!
Pero esto nos lleva al segundo punto: para tener una tapa al momento en el que el agua empieza a hervir, se requiere primero tenerla a la mano. Si uno se pone a buscar la tapa que no ha usado en años por toda la cocina en el momento en el que el agua está hirviendo, lo más probable es que para cuando la encuentre, si es que lo logra, ya para entonces el agua se habrá consumido. Por eso es importante prepararse, y en la vida espiritual uno se prepara para estas cosas mediante uno de los instrumentos más mal entendidos en la actualidad: la mortificación.
En efecto, en una sociedad dedicada al placer y cuya única norma moral es que tomes todo el placer y comodidad que quieras y puedas dada tu condición siempre y cuando no afectes la comodidad y el placer de otros, el renunciar voluntariamente a algo de ese placer y comodidad parece como algo inútil, incomprensible y más digno de fanáticos y enfermos mentales que de personas santas y sensatas.
Y sin embargo, la mortificación es el ejercicio espiritual por excelencia:
¿se puede meter un penalty en el mundial cuando no se ha practicado repetidamente en los entrenamientos; y/o cuando no se ha vivido en menor escala la presión de este tipo de jugada en las eliminatorias de un torneo local?
¿se pueden evitar los goles en los centros al área sin meter la mano o sin enviar el balón a la propia portería cuando no se han diseñado y practicado hasta el cansancio estrategias efectivas para así hacerlo?
¡Pues no! ¿verdad? Alguno dirá: "es fácil decirlo, pero vamos a ver: ¡ponte tu en la cancha y mete el penalty!" Y la respuesta es simple y consistente con lo que hemos dicho: yo no puedo hacerlo precisamente porque no he practicado.
Así pues, estimada Maru, el renunciar exitosamente a un apetitoso chocolatito en un momento en el que no existe ninguna razón para renunciar a el, bien puede ayudarnos a encontrar y poner a la mano las tapas adecuadas y efectivas que tendremos que oponer en su momento a nuestras pasiones desatadas ante lo que nuestro corazón interprete como la ofensa de un hermano.
La mortificación, sin embargo, tiene un fruto aún mayor: nos ayuda a entender que no somos el centro del universo al cual el resto de la creación debe servir sin restricciones. Es decir: nos mueve a humildad. Y la humildad es el único presupuesto que Dios necesita de nuestra parte para llenar nuestro corazón con la abundancia de sus dones.
Que Dios te bendiga. |
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froy Asiduo
Registrado: 07 Jun 2006 Mensajes: 270 Ubicación: México
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Publicado:
Mar Jul 04, 2006 7:58 pm Asunto:
Tema: Inteligencia Vs. Corazon |
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Querida Maru y demás hermanos del foro, (pues aunque este tema fue abierto por Maru considero que nos va muy bien a todos), he seguido sus intervenciones desde el principio y todas en mayor o menor medida tienen valiosas aportaciones, me ha costado un poquitin de trabajo decidirme a escribir porque este asunto es muy particular y es difícil opinar sobre alguien a quien apenas si conocemos por medio de "una fria pantalla de computadora", he leido acerca de la gran y hermosa familia cibernetica que han formado muchos de los participantes y es lindo pero insufuciente cuando de cosas del trato íntimo se trata, así hechas estas consideraciones, me permito exponer mi humilde opinión al respecto,
esperando que les sea de utilidad.
Primero amada Maru, NO cambies, te lo repito NO cambies, lo que nos mueve a querer cambiarnos a nosotros mismos o a otros es la falta de tolerancia, y eso es inaceptable. Queremos cambiar, sencillamente porque no nos aguantamos, y lo que hay que atacar ahí no es la necesidad del cambio, sino la falta de aguante. No toleramos en nosotros mismos un defecto, un fallo, una debilidad moral o psicológica, y nos empeñamos en corregirla con verdadero autodesprecio y velada violencia. Nos da vergüenza de nosotros mismos, o rabia, o asco, o sencillamente impaciencia, y nos imponemos el deber de cambiar para volver a ser personas respetables ante nosotros mismos y ante la sociedad. Cambiamos para ser aceptados, para responder a las expectativas que se tienen respecto de nosotros, para ajustarnos a la imagen ideal que de nosotros mismos hemos concebido y llevamos siempre dentro. Nos falta paciencia con nosotros mismos y nos forzamos a cambiar. Y eso nunca resulta. La violencia nunca ayuda al crecimiento.
El único cambio aceptable es el que viene del aceptarse a sí mismo. El cambio nunca puede forzarse: el cambio sucede. La gran paradoja del cambio es que sólo conseguimos alcanzarlo cuando nos olvidamos de él. La resistencia que oponemos a nosotros mismos, o a cualquier tendencia dentro de nosotros, sirve sólo para reforzar esa tendencia, y con eso hace imposible el cambio.
Durante años fui un neurótico. Era un ser angustiado, deprimido y egoísta. Y todo el mundo insistía en decirme que cambiara. Y no dejaban de recordarme lo neurótico que yo era. Y yo me ofendía, aunque estaba de acuerdo con ellos, y deseaba cambiar, pero no acababa de conseguirlo por mucho que lo intentara.
Lo peor era que mi mejor amigo tampoco dejaba de recordarme lo neurótico que yo estaba. Y también insistía en la necesidad de que yo cambiara.
Y también con él estaba de acuerdo, y no podía sentirme ofendido con él. De manera que me sentía impotente y como atrapado.
Pero un día me dijo: «No cambies. Sigue siendo tal como eres. En realidad no importa que cambies o dejes de cambiar. Yo te quiero tal como eres y no puedo dejar de quererte».
Aquellas palabras sonaron como música en mis oídos : «No cambies. No cambies. No cambies... Te quiero. Te quiero. ¡¡¡ Te quiero !!!...».
Y ahí descubrí que aunque decía haber encontrado a Jesús, habia estado inmune a su amor, reprochandome todo lo que fui y todo lo que era hasta ese momento, había desperdiciando mucho tiempo en reproches, lamentaciones y violencia conmigo mismo tratando de cambiar, paradójicamente por amor a Jesús. Se me abrieron los ojos y por fin aproveché la oportunidad de echarme en sus brazos y de sentir su amor incondicional, dejé de luchar por cambiar, por fin entendí la buena nueva: "Dios me ama", y me perdoné como Él ya hacia mucho tiempo me había perdonado.
Entonces me tranquilicé. Y me sentí vivo. Y, ¡Oh, maravilla!, cambié.
Ahora sé que en realidad no podía cambiar hasta encontrar a alguien que me quisiera tal como soy, prescindiendo de que cambiara o dejara de cambiar. (Así nos ama Dios).
No cambies Maru, asi como eres te amamos y seguramente así te aman los que te rodean y si "nosotros que somos malos sabemos dar cosas buenas, cuanto más nuestro Padre celestial ..."
Dios te ama. |
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Pablo Torres Veterano
Registrado: 03 Oct 2005 Mensajes: 2873 Ubicación: Guadalajara, Jalisco, México
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Publicado:
Vie Jul 07, 2006 1:30 pm Asunto:
¿Por qué habrían de estar peleados corazón e inteligencia?
Tema: Inteligencia Vs. Corazon |
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Apreciados hermanos en Cristo:
San Pablo, quien como ya dijeron, describió muy bien nuestra lucha interior, también contribuyó con magníficos consejos evangélicos acerca del dominio de nosotros mismos.
"No salga de vuestra boca palabra viciada, sino palabras buenas y oportunas para edificación, para favorecer a los oyentes. Guardaos de entristecer al Espíritu Santo de Dios, en el cual habéis sido sellados para el día de la redención. Alejad de vosotros toda amargura, arrebato, cólera, gritería, blasfemia y toda malignidad. Sed más bien unos para otros bondadosos, compasivos, y perdonaos los unos a los otros, como Dios os ha perdonado en Cristo" Ef. 4, 29-32.
De la lectura anterior, destacan para este tema algunos puntos importantes:
1.- Dominemos nuestra lengua, para evitar ofender a los demás (respecto de lo que hagan los demás, debemos sentirnos dichosos si fuimos considerados dignos de sufrir insultos por causa del Hijo de Dios, es decir, podemos ofrecer nuestra paciencia en sufrir los defectos del prójimo, perdonando toda injuria).
2.- Llenarnos de Espíritu Santo (Sacramentos, meditación y reflexión en todo lo que nos acontece a nivel personal, oración, mortificación, pero sobre todo, demostrar con hechos la caridad).
3.- En caso de duda de alguna virtud y cómo vivirla, revisar la vida de algún santo o beato que hubiera vivido dicha virtud en grado heróico, imitarlo e invocar su protección (¿Quién fue el santo de la amabilidad? Pues la amabilidad es fruto del Espíritu Santo, ver Gálatas 5, 22 y siguientes).
4.- DOMINARNOS. El gran San Pablo, los mandamientos, el sermón de la montaña y otros pasajes más, dan por hecho que podemos hacerlo, sólo que ante los insultos de los demás, dejarnos llevar por la cólera es más fácil. Si en el automóvil llevo un rosario en el espejo retrovisor, y al conducir por la calle otro conductor se cruza en mi camino, obligándome a frenar para evitar la colisión, en lugar de acordarme de su progenitora (la cual no es culpable del incidente) debo bendecirlo, no sea que por mi mal testimonio sea injuriado el nombre de Dios o el de su Madre Santísima, que según el rosario del retrovisor, harán a los demás suponer que soy católico.
5.- Levantarnos cuando todo lo hagamos mal (sacramento de la reconciliación), reconociéndonos pecadores coléricos, pidiendo perdón a Dios y a los hermanos que hubiéramos agraviado con nuestras iniquidades, y reparando el daño que les ocasionemos con nuestras palabras nocivas.
6.- Respecto de la pregunta ¿Cómo hago para no sentir? ¿Acaso Cristo no sintió? ¿Nuestros mártires no sintieron? ¿Dónde está nuestro sufrimiento por Cristo? El asunto no es evitar el sufrimiento por los agravios e injurias, sino que dicho sufrimiento, por amor a Dios y al prójimo, contribuya a nuestra santificación. _________________ Dios nos bendiga a todos. |
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froy Asiduo
Registrado: 07 Jun 2006 Mensajes: 270 Ubicación: México
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Publicado:
Vie Jul 07, 2006 8:24 pm Asunto:
Tema: Inteligencia Vs. Corazon |
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Maru gracias por tu invitación y apertura de la familia, claro que acepto y por ahí me encontrarás.
Dado que ya me metí en esto, me siento con la obligación de aclarar un poco las ideas que antes expuse, haciendo de nuevo la aclaración de que debido a que no nos conocemos en el trato cotidiano, lo aquí dicho puede o no ser aplicable a tu caso o a otros.
Maru: El tema lo abriste con la disyuntiva Inteligencia vs. Corazón y, si te entendí bien, en términos generales dices que, la inteligencia nos manda que si fallamos en algo debemos tomar cartas en el asunto y remediarlo cambiándolo, pero crees que el corazón tiene otra dinámica y sigue sintiendo, aunque por el uso de la inteligencia se lo reprime y guarda silencio y eso te hace sentir mal.
La idea que exprese acerca de no cambiar encierra en realidad un gran cambio, y este cambio es que, en lugar de luchar por cambiar, le demos a nuestra actitud un giro de 180º y caigamos por fin en cuenta de que el único cambio necesario consiste en la aceptación de si mismo, con la inteligencia y el corazón. Esta aceptación debemos hacerla sin medidas ni reservas, sin condiciones, sin tachas, sin cuestionamientos, aceptando TODAS nuestras limitaciones y descubriendo nuestras virtudes y todo en su justa medida sin magnificar ni empequeñecer nuestros defectos o virtudes. En otras palabras debemos amarnos como nos ama Dios, sin ninguna condición. El mandamiento “Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo” da por hecho que nos amamos a nosotros mismos, pero eso no siempre es así, entonces como podemos llegar a amar a Dios y a nuestro prójimo si no hemos empezado con nosotros mismos.
Cuando se logra la completa aceptación de uno mismo entonces florece el amor de Dios y el Espíritu puede actuar y va dando los frutos que nos dice San Pablo en Gálatas 5; entonces ves a los demás de una manera diferente y entonces lo que hacen o dicen ya no causa conflictos en tu corazón porque tu inteligencia descubrió que son idénticos a ti.
Al aceptarnos a nosotros mismos también estaremos en contacto con la realidad y sabremos cual es el origen de nuestra reacción, la realidad es única y verdadera pero nuestro modo de percibirla es distinta según nuestro interés particular, un ejemplo:
Realidad: Llueve.
Reacción 1: Tenía planeado hacer un día de campo maravilloso de modo que me siento molesto, o triste o contrariado porque llueve, pero, ¿Qué es lo que me molesta? ¿la realidad lluvia?, Ciertamente no, lo que en verdad me molesta es que se echaron a perder mis planes.
Reacción 2: Soy un campesino que ha sembrado su campo y espera obtener una buena cosecha, ¿cual será mi reacción ante el mismo hecho real?
Reacción 3: No voy a salir, no soy campesino, me da igual si llueve o no.
¿Por qué un mismo hecho de la realidad ocasiona tan contrastantes reacciones?, la respuesta: hemos creado un mundo a nuestra medida y por necesidad es un mundo irreal, de ilusiones, no hemos caído en la cuenta de que casi siempre los hechos de la vida real escapan a nuestro control (como el modo de ser de las personas que nos rodean). Y por si esto no fuera suficiente a veces vamos más allá con nuestra reacción y llegamos a hacer, sentir y decir cosas casi increíbles, por ejemplo, le pedimos disculpas a nuestros hijos porque no los podremos llevar de día de campo ya que nos sentimos culpables por el clima, nos sentimos responsables de la frustración de los planes, ¿En que estamos pensando? ¿acaso tengo yo el control del clima? ¿Acaso este es "mi" clima? No verdad. ¿entonces porque habría yo de sentirme culpable, responsable o frustrado por la realidad?. Lo mismo pasa en el trato con los demás. El día en que mi estado de ánimo no dependa de cosas sobre las que yo no tengo control, habré recobrado la paz y la felicidad.
Y por último Maru una pequeña frase que me encanta:
No abrigues esperanzas ilusorias; y si alguna vez esperas algo de alguien, ¡díselo! |
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María Esther Veterano
Registrado: 03 Oct 2005 Mensajes: 2105
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Publicado:
Vie Jul 07, 2006 8:55 pm Asunto:
Tema: Inteligencia Vs. Corazon |
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Hola cyber-mami:
Te voy a contar una historia de esas que te gustan: de santos, tan reales y apasionados como cualquier ser humano pero siempre, siempre con el corazón y la voluntad puestos en Dios.
Como sabrás el amado santo Padre Pío de Pietrelchina, tuvo en su carne los estigmas de Cristo durante 51 largos y penosos años.
Él, lejos de sentirse gustozo de tales regalos se sentía humillado y molesto por la forma como la gente se acercaba a él. Los curiosos llegaban a granel a San Giovanni Rotondo para ver el espectáculo. El Padre Pío, fiel a sus votos y al amor misericordioso con que estaba llamado a tratar a tantos y tan variados visitantes, jamás perdía oportunidad de convertirlos, ya fuera con dulces palabras o con duras amonestaciones.
Un día el Convento se estremeció por los gritos furiosos del buen Sacerdote. Un visitante quiso besar sus estigmas y el Padre Pío lo regañó fuertemente y a gritos, disuadiéndolo de lo que él consideraba toda una afrenta. No era él a quien debía besar sino a Cristo Crucificado, presente en la Eucaristía.
En una carta enviada pocos días después a su director espiritual el Padre Pío se disculpó de su conducta y le explicó que, aunque no había sentido ira ni rabia, si había sconsiderado que unos cuantos gritos podrían ajustar la Fe del visitante y llevarlo a una adoración perfecta de Dios donde realmente está y se le puede adorar: la Eucaristía.
Heste hecho, sin embargo, le valió al santo Religioso, la fama de pelionero, rabietas y gritón. Él siguió con su vida como si nada cargando en silencio una nueva y molesta cruz.
Y una capsulita chiquita: el Obispo envió a un retratista para que hiciera un boseto del santo Cura de Ars pero, cada vez que intentaba dibujarlo, el santo confesor hacía muecas o se movía como una abejita. El pintor se fue desconsolado y sin poder lograr su cometido se quejó ante el señor Obispo.
Cuando el Obispo habló con el Santo éste le respondió que se negaba, rotundamente, a que lo santificaran en vida, y declaró que cada vez que vinieran a hacerle un retrato haría otro tanto. Nos puede parecer una conducta antipática ¿verdad?
Pero el mundo tiene algo más que un retrato salido de manos humanas: el cuerpo incorrupto de san Luis María Vianey, el santo Cura de Ars, duerme tranquilamente esperando la resurrección de la carne!
Besitos. |
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froy Asiduo
Registrado: 07 Jun 2006 Mensajes: 270 Ubicación: México
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Publicado:
Vie Jul 07, 2006 11:02 pm Asunto:
Tema: Inteligencia Vs. Corazon |
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Buena Historia Maria Esther, con muchas enseñanzas.
Maru encantado de ser tu ciber hijo
Maru Courtney escribió: | En lo que expones de la lluvia, suponiendo que fuera el 1er. caso, mi problema conciste en que mi inteligencia me diria...no importa, puedo hacer otras cosas, que bueno que llueva para los del caso dos, la lluvia es buena y ayuda al ecosistema, etc etc etc pero mi corazon me dice..."Chin, ahora ya no voy a salir..." |
Maru, exactamente ese es el punto, nuestra inteligencia y corazón andan por diferente lado porque no estamos en la realidad, perdemos la paz porque fabricamos situaciones ideales y estas no siempre suceden. Algo parecido pasa con las personas, "fabricamos" a las personas según nuestra propia idealización (casi siempre inconsciente) de lo que deben ser y hacer y si esa la idea acerca de ellas no se ajusta a la que teniamos preconcebida, entonces nos chocan, nos molestan y nos hacen rabiar y reaccionamos en automático y decimos instantánea y erroneamente defiendete, no te dejes, no lo permitas, no tiene por que ser asi, o en el mejor de los casos nos callamos con un debo tener caridad, mientras por otra parte nuestro corazón esta alterado. Lo que deberiamos hacer es usar la inteligencia para ver la realidad tal cual y preguntarnos, como con la lluvia, ¿Qué me pasa, por qué me molesta tanto esto, por qué yo reacciono así? y entonces nuestro corazón en lugar de rabiar iria mas alla de lo superficial y encontraría la realidad sobre la que no tenemos control.
Y si vamos aún más allá, en un ejercicio de amor descubririamos que tal vez esa persona (o yo mismo) está tensa, o tiene problemas personales, o esta pasando por una situación dificil, o esta enferma, o se siente amenzada y por eso reacciona en forma agresiva, o tiene miedo, o es insegura, o es inculta, etc., y asi juntos nuestra inteligencia y corazón solo tendrían una respuesta: amor y comprensión.
Y para lograr hacer esto solo hace falta dejar actuar al Espíritu Santo.
SECUENCIA AL ESPÍRITU SANTO (de la Liturgia de Pentecostés)
Ven Espíritu Divino, manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre, Don, en tus dones espléndido.
Luz que penetra las almas, fuente del mayor consuelo.
Ven, Dulce Huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma, Divina Luz y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado, si no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo.
Lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos.
por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno.
Amén. Aleluya |
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