MENSAJE

[Viridiana]

UN MENSAJE A LOS QUE DEBIERON SER PADRES

Papitos, no sé si deba llamarlos así porque en realidad nunca lo fueron, cuando sentiste mamita llevarme en ti, sentiste nauseas pretextos mil que papito y tú me destruyeron. Aún recuerdo con vasta pena hace seis meses que tú mamita en una noche te diste cuenta que estaba envuelto en tu placenta, te dio una rabia mucha infinita. Sentí algo amargo ¡más que importaba uno en el vientre vive tranquilo! El sexto hijo era yo ¡cuánto te amaba! Sumaba días, multiplicaba el mismo mes pareciere un siglo.

Soñaba tanto con ver las flores, la luz del día, a mis hermanitos, iba a ser bueno con mis mayores todos mis actos serían mejores por ver alegres a mis papitos. Soñaba tanto en aquel momento, en el instante en que me tendrías me veía envuelto, cubierto a besos, tú siempre, siempre me arrullarías y mi papá me diría travieso.

Más esa noche ¡hay! Que bien recuerdo, llegó papá y te miró nerviosa, corriste y en aquel encuentro hablaste de mí, que me llevabas dentro, que estabas triste te sentías mal y temerosa. Sentí que él se quedó muy quieto quiso llorar se quedó en silencio, te vio con ansia casi con miedo, él me quería casi estoy cierto iba en su vida, en su pensamiento, más el demonio pudrió su mente, le dio egoísmo, le dio veneno. Sentí temor me quedé pendiente, escuché llantos y gritos fuertes tantos reproches que se dijeron, mi fetal alma ya comprendía. Todos los gritos fueron ¡falsas palabras! Pensé vivir que me salvaría, que antes que nada si me querían, que estaban limpias aún sus almas. Iba a ser bueno con mis papitos, no lloraría toda la noche.

Me aguantaría sería hombrecito, no lanzaría ni siquiera un grito para evitarme cualquier reproche.

Cuándo acostaron a mis hermanos, sentí bonito, quise ir con ellos ¡eran tan buenos! ¡No había lugar! ¡Y que importaba! Así chiquito me conformaba, con estar cerca dormiría en el suelo. Escuché entonces papá tu vos quebrada por el cansancio o por desvelo; que era imposible que yo llegara, más importante era que tú compraras ¡un coche azul último modelo!!!!!!.

Sentí morirme lloré en silencio, ¿Eso es ser padres? ¡Yo les pregunto! ¡si no me querían! ¿Por que me hicieron?, ¡yo no pedí venir a este mundo!.

Al día siguiente muy de mañana al hospital se fueron dispuestos, miré por último aquella casa ¡la que iba a ser mi casa!, a mis hermanos tranquilos, quietos, no imaginaban lo que pasaba, los niños sólo somos traviesos.
Miré aquel cuarto impecable blanco y una mirada impecable fría, yo sentí miedo te di un abrazo, busque a papito, busque una huida lloré, grité me hice pedazos porque atentaban contra mi vida. Vi a mi papito, ¡lo vi temblando!, cuando pasamos a la camilla le vi una lágrima en la mejilla ¡sí me quería! ¡estaba llorando! ¡Sálvame, sálvame! Yo le gritaba, te vi indeciso por un instante pero a medida que nos llevaban tú mi papito me abandonaste, cerraron puertas y te durmieron y quedé sólo, aislado y preso. Iba a morir lo sabía, ya no importaba; ¿para qué? Ninguna suplica serviría de nada.

Mi cuerpecito aún caliente, quedó en un fresco ya estaba muerto, el Doctor dijo: ¡aproximadamente será usado como experimento!. Perdí mi cuerpo más no mi alma que ahora descansa junto al creador. Y hoy, a casi un año de aquella infamia yo los recuerdo con mucho amor.

Y aunque soy ángel, a veces sufro al ver que a solas lloran y gimen al recordarse a cada segundo de aquel aborto que fue su crimen. Se acordarán de mí por todo un siglo, en cualquier parte, en cualquier lugar, cuando descubran a cualquier niño que va en los brazos de sus papás, yo ya les he perdonado papá y mamá aunque en realidad nunca lo fueron.




Yo les prometo velar por ustedes y mis hermanos, y ¡Adiós!, les dice para siempre, aquel que pudo haber sido su hijo.

[Profesora]

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A JESUS POR MARIA.