Las heridas perpetuas del maltrato físico

[María Esther]

Apreciados hermanos en Cristo:

Colombia está consternada con las denuncias hechos por familiares de una joven mujer de la sociedad de Barranquilla golpeada brutalmente por su esposo.

El sábado pasado una joven mujer de tan solo 29 años asistía, junto con su marido, al matrimonio de una amiga. La celebración se realizó en el Country Club, sede de la alta sociedad barranquillera. Bailaban todos en un ambiente festivo cuando, de pronto, y presa de mortales celos, el marido la tomó por el brazo y la sacó bruscamente del salón diciéndole "nos vamos inmediatamente". La mujer obedeció y al ingresar al automovil el hombre comenzó a golpearla sin piedad. Salió del club en dirección a un lugar despoblado y continuó inflingiendo el cruel castigo motivado por los celos.

Dos horas duró la gopiza. Llegando al departamento en el que residían la mujer se escapó refugiándose en un baño. Logró llamar a su padre desde el teléfono celular que no habñia logrado utilizar durante esas dos infernales horas. El esposo derribó la puerta y le disparó pero, afortunadamente la bala se desvió y le rozó el brazo. Pero su rostro estaba ensangrentado, lleno de moretones y profundos cardenales.

El padre de la mujer llegó en cuestión de minutos y, tras poner una denuncia penal contra el esposo, la trasladó a una clínica. Graves g¡heridas, hematomas hinchados y sanguinolentos, la bica destrizada al punto de necesitar suturas... La policía no ha hecho nada y, de no ser por la valentía de los familiares que decidieron denunciar el hecho públicamente, habría quedado, como miles de casos, en la oscuridad de la verguenza de las víctimas.

¡Cuántas mujeres sufren maltrato físico y emocional día a día! Y cuánta impunidad.

Pero las heridas físicas, que siempre sanan llegando incluso a borrarse las cicatrices visibles, no son las únicas. Profundas heridas morales y emocionales quedan en las víctimas cambiando drásticamente el curso de sus vidas. Y lo digo por experiencia...

Hace años tuve una relación de noviazgo con un hombre muy especial: siempre estaba pendiente de mi, de mis más mínimas necesidades. Me escoltaba fielmente a donde quiera que me moviera. Pero poco a poco los celos floraron y mi vida se convirtió en un infierno.

Como psicóloga había trabajado con mujeres maltratadas y pensaba que ellas mismas lo permitían. De alguna manera es cierto pero solo hasta que lo viví pude comprender la profundidad y dimensión de la dinámica de una relación en donde el malrato es una constante.

El hombre que agrede física y verbalmente a la mujer tiene graves problemas de autoestima, es inseguro y de caracter violento. Los celos aparecen de la nada, cualquier "indicio" es válido para sufrir un ataque de celos que poco a poco se convierte en explociones de violencia.

El diálogo se convierte en un círculo vicioso: el hombre siempre tiene la razón y la mujer, desvalorizada profundamente como persona, "merece" ser corregida. Poco a poco él se fortalece mientras ella se avasalla llegando incluso a pensar que los castigos son merecidos.

Es por esta dinámica que el perdón siempre (o casi siempre) llega. Ella se ha convencido de la legitimidad del castigo y lo acepta. Él se siente incómodo por las consecuencias, más que por las acciones, y jura no volver a reaccionar de tal manera con una condición: que la mujer se "reforme".

Lo viví y hasta entonces no fui consciente del profundo daño que esto causa. El círculo es casi irromplible, la mujer se convierte en víctima temerosa expuesta constantemente al maltrato por la más mínima "falta". Faltas imaginarias o sobredimensionadas que ella sabe culminarán en malrato.

En mi caso pienso que Dios intervino: un buen amigo me dio un consejo pues cada vez que deseaba terminar la relación él volvía a jurar, a implorar manipulandome emocionalmente. Como es costumbre de los hombres maltratadores me hacía aparecer como culpable única del fracaso de la relación y responsable absoluta de su profundo dolor. Y yo cedía, más por miedo que por amor que, dicho sea de paso, terminó bien pronto. Aún así permanecí con él durante tres largos y terribles años.

Mi amigo lo conocía e intuía (porque ese tipo de cosas normalmente se guardan con herméticop sigilo) que me maltrataba y, al fin, llenándose de valor, me dijo: "él no dejará que te le escapes. Entonces abúrrelo!". Durante tres meses me dediqué a llamarlo, a hacer pataletas de niña malcriada, a celarlo (aunque celos no podían haber porque el afecto estaba más que muerto). Literalmente lo tenía "seco" con el tema repetitivo del Fin del Mundo y, como nada parecía surtir el efecto esperado, comencé a exigirle regalos costosísimos. Un buen día me dijo, muy serio, que nuestra relación no podía ser porque él "necesitaba una mujer equilibrada". ¡Lo había logrado! Pero mi amigo intervino nuevamente: "tienes que llorar, que rogarle que regrese. De lo contrario se dará cuenta de que se trataba de una simple estrategia y no podrás deshacerte de él jamás".

Le hice caso y funcionó, realmente funcionó. Nos dejamos de ver, de hablar, dejó de seguirme y de pagarle a otros para que me siguieran. Poco desués de terminar descubrí que cuando viajaba por motivos de trabajo le pagaba a un amigo. guardaespaldas para que me siguiera y le diera completo informe de todos mis movimientos! Estaba enfermo y por poco termina conmigo.

Hoy mis heridas han sanado aunque no todas: aún creo que merezco poco, que no soy digna. Cualquier problema me lleva a esos años espantosos y me deprimo. Entro en profunda depresión porque alguien me convenció un día de que valía muy poco.

Gracias a Dios mi esposo conoce a profundidad la histpria y siempre está presto a apoyarme, a consolarme. Él ha sanado mis heridas, me ha hecho sentir digna, valiosa, merecedora de amor.

Pero muchas mujeres no tienen esta suerte. Muchas viven y mueren bajo el yugo de hombres agresivos, inseguros y terriblemente manipuladores.

[*Primavera]

Mi querida María Esther:

Lamento mucho todo este sufrimiento que pasaste y que como es normal aun te queda huella, pero Dios puso en tu camino a un hombre noble y maravilloso para que sintieras y vieras un poco el amor que Dios te tiene y que por el cual te permitió ser amada y admirada no solo por tu belleza exterior sino también por la interior y todas estas virtudes que todos vemos en ti, tantas veces.

Querida amiga, no sé que más decirte, me sabe muy mal todo lo que sufriste; lo siento en el alma. De verdad.

Te quiero María Esther.

¡Qué Jesús te sonría y tu le sonrias a Él!

¡Dios es maravilloso!
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*Primavera
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[Karenina]

Maria Esther querida,

Cuando leí tu tema, quise responder y primero me recorrio un escalofrio... Esto de la violencia es un tema delicado que tu como pscicologa lo sabes de sobra, no hay que dajr de denunciarlo pero hay que tratarlo con reservas, son mucho y muy variados los casos. Pero definitivamente el esposo no tienen derecho a abusar de la esposa fisicamente y pscicologicamente(aunque te dire que tambien hay mucha esposas que abusan de sus esposos).

Definitivamente esto te marca y despues de los matratos terminas creyendo que eres quien te dicen... es muy doloroso.

Generalmente los hombres que abusan fisicamente de su esposa son hombres enfermos y tu lo sabras mas que nadie! Yo investigue un poco de esto, a raiz de que sufri algunas agresiones y abusos de mi esposo, en su mayoria pscicologicas y algunas fisicas... ya conocen mi historia.

La verdad quien mas pena me da en este caso son ellos, que dificil sera vivir con tanta sobrebia y egoismo en el corazon, con tanta ira... se endurecen tanto.

Dios lo puede todo pero es tan respetuoso que si tu no quieres no actua. Pero si tu quieres puede cambiarte por completo. Muchos hombres que eran violentos y agrsivos han cambiado por el amor de Dios, el caso es tener la voluntad.

Aqui en Mexico tambien hay mucha violencia intrafamiliar y las mujeres abusadas no hacen nada, ni si quiera por amor son capaces de ayudar a sus amados esposos a cambiar, no se que pase, creo que a la victima termina gustandole ser maltratada, o me equivoco? Hay muchas soluciones para este tema, creo yo.

Pero tambien te decia que es un tema delicado porque luego es tomado como bandera del feminismo que tambien ha hecho cosas horribles, como los abusos de mujeres a hombres que te mencionaba.

Hace tiempo salió aquí en México un pelicula llamada: Cicatrices, yo fui a verla con mi esposo y ya con el antecedente de algunas agresiones y amenazas, sali impactadisima con las estadisticas, cuantas mujeres en Mexico sufren de violencia, cuantas de ellas mueren y cuantas de las que muerenm, mueren en manos de sus esposos. ES algo muy doloroso y sabes quien sufre mas con todo esto? Los hijos. Si alguna vez tiene la oprtunidad de ver esta pelicula veanla... y tendre que decirles que tiene un final feliz, que no muchos nos imaginamos, porque te agarra el coraje y dices jamas perdonaria algo asi, pero con voluntad de ambos y amor verdadero, todo se puede.

En verdad lamento tu experiencia, yo tambien creo que Dios premio tu sufrimiento con tu amado esposo, con el que ahora tienes una hermosa y ejemplar familia. Espero a mi Dios me conceda algo parecido.

Bendiciones.
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Per Crucem ad Lucem

Karenina.

[Lily]

Gracias por este tema. Definitivamente el abuso fisico y/o psicologico no respeta ni edades, ni raza, ni estatus social.

Pero es algo que ocurre y una va cayendo sin darse cuenta y cuando llegan las disculpas una realmente cree en las disculpas y cree que no volvera a ocurrir, sera que uno desea fervientemente que no vuelva a ocurrir? Pero, invariablemente ocurre de nuevo.

Creo que a veces cuando estas metida en una relacion de ese tipo no te das cuenta, todos los de tu entorno se dan cuenta pero tu no, tu sigues viendo a esa persona como un ser maravilloso, piensas que todo se va a arreglar, que tu lo vas a cambiar, tratas de justificar todas sus agresiones ya sean verbales o fisicas y de ahi unas mujeres no logran salir.

Oremos por todos los que viven en hogares asi, para que las victimas puedan abrir los ojos y busquen ayuda para salir adelante.

Hay veces que el abuso emocional es mucho peor que el fisico, al menos yo, siento mi alma razgada y mi corazon roto. Pero confio en Dios en que mis heridas sanaran y saldre adelante como muchas mujeres lo han logrado.

[Reyna Sánchez Benítez]

Me uno a la oración por todas las mujeres maltratadas, porque redescubran su valor de hijas de Dios.

Que el sentirse dignas no dependa del tratos de los demás, sino de su interior, lleno de Dios.

Que se llenen de Dios, para que se fortalezcan en Él y vuelvan a ser muy felices, pues por lo regular, son mujeres trabajdoreas, honradas... pero que se han olvidado de lo mucho que valen, por el dolor de no saberse apreciadas por la persona a la que alguna vez amaron con todo el corazón.

Que Dios perdone y atraiga hacia Sí, a esos hombres, infelices de por sí, por ser dadores de infelicidad. Que Dios Tenga misericordia de ellos.

AMEN.

Un abrazo Lily, a María Esther, a Karen y a todas las mujeres que tienen el alma herida por el maltrato.... yo conozco muchas... a las que quiero mucho.. y de verdad que me duele, tan solo el pensar en esto...
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Reyna
Señor... que me pierda en Ti, como la gota en el océano!