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Autor Mensaje
A. Ma. Betania
Veterano


Registrado: 18 Feb 2006
Mensajes: 3747

MensajePublicado: Mar Ago 08, 2006 6:22 pm    Asunto: Miren lo que me encontré...
Tema: Miren lo que me encontré...
Responder citando

Un forista de aquí, me invitó a una página que tiene unos foros, entonces en esos foros de temas variados hay uno de religión.

Y me topé con la sorpresa de que un participante puso esto:

Cita:
La Iglesia Católica siempre ha proclamado a viva voz su “autenticidad apostólica” basado

1. En su “tradición”

2. En la “interpretación” de textos añadidos y que sería interesante poder demostrar en otro artículo.


Analizamos de forma muy breve la historia donde veremos que la Iglesia Católica fue más un producto de las circunstancias históricas que de una fundación institucional emanada de la “voluntad de Jesús” y/o expresadas en las “sagradas escrituras”.
Toda esta información puede ser verificada en cualquier libro histórico serio, objetivo y analítico que no haya sido escrito por algún “historiador” católico porque adornarán, justificarán y manipularán los verdaderos hechos que de la historia se desprenden en innumerables obras genuinas de investigación. Creando una “historia ficticia” como siempre ellos han hecho durante todo su larga vida como “institución religiosa”.


Vamos pues al breve resumen del verdadero e histórico comienzo de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana. La evolución del cristianismo no fue un camino de unidad y de creencias similares, sino todo lo contrario. Casi inmediatamente de Jesús partir de este mundo las diferencias de creencias se hicieron notar. Vemos por ejemplo las diferencias de doctrinas entre Pedro y Pablo.

La expansión de las iglesias “Ekklesiá” un término semítico que se designa tanto en el Nuevo Testamento como en el Antiguo como la Asamblea General del Pueblo Judío ante Dios, la Kahal Yahveh.

Este término define claramente a una comunidad de creyentes (el libros de los Hechos consta el tipo de comunidad que eran los primeros judeocristianos) y no a una institución actual o futura como ha pretendido la Iglesia Católica imponer. Y por cierto, Jesús solo menciona la palabra “EkKlesiá” dos veces en los Evangelios y si los interpretamos como realmente significan veremos claramente que JAMAS instituyó una institución religiosa.

Continuando con el resumen vemos que a finales del siglo II, según dejó escrito el filósofo griego Celso, “como consecuencia de haber llegado a ser multitud, (los cristianos) se distancian los unos de los otros y se condenan mutuamente; hasta el punto que no vemos que tengan otra cosa en común sino el nombre, ya que por lo demás cada partido cree en lo suyo y no tiene en nada las creencias de los otros”.

Vemos también que a principios del siglo II el obispo Hipólito de Roma citaba 32 sectas cristianas enfrentadas entre sí, y casi dos siglos después , el obispo Filastro de Brescia (siglo IV) hablaba de 128 sectas más 28 herejías.

Los cristianos de los primeros siglos (después que la Iglesia de Jerusalén pierde su fuerza como centro del cristianismo al sustituir Simeón, hijo de Cleofás a Santiago en el año 62) dieron un espectáculo deplorable y fanático como jamás se había visto en ningún contexto religioso de la antigüedad. Cada cual intentando imponer sus doctrinas propias ajenas a las de los seguidores de Jesús y sus apóstoles, enemistándose con todos los judíos y peleando unos con los otros.

Comenté que la Iglesia Católica fue producto de las circunstancias históricas y no de una fundación institucional emanada de la “voluntad de Jesús” y/o “expresada” en el Nuevo testamento y veremos (citando la historia misma) que la misma y sus “dogmas” fueron la vencedora final gracias a Constantino.

El debilitamiento del Imperio Romano comenzó a favorecer el futuro de las iglesias cristianas el 1 de mayo del 305 con la abdicación simultánea de Dioclesiano y Maximiano que llevó al poder a Constancio Cloro y Galerio (padre de Constantino).

Entre los años 306 y 311 los gobernantes romanos no tuvieron tiempo para continuar con la campaña de exterminio de los cristianos por estar envueltos en sus asuntos político que Galerio firmó un edicto en abril del 311 concediendo al cristianismo el estatuto de religio licita.

En el año 312, Constantino, tras someter con su ejército a Italia y África, ordenó que fueran restituidos a las iglesias todos los bienes confiscados y que se les entregara una contribución del Tesoro Imperial. En esos días había una fuerte disputa entre la Iglesia cristiana del norte de África dirigida por Mayorino, quien había sucedido a Donato, y la Iglesia católica, presidida por Mensurio (al que sucedió a Ceciliano) donde la primera acusaba de traidores a los católicos porque los acusaba de no haber sido resistentes como cristianos al haber entregado documentos a los romanos y no como ellos que se habían negado y prefirieron convertirse en mártires.

En el año 313, ya Donato presidiendo la Iglesia cristiana del norte de África y Ceciliano la Iglesia católica, este último comienza a marginar la otra iglesia (gracias a los cuantiosos bienes entregados por este a Ceciliano) para así configurar el ámbito eclesial de una forma que satisfaciera sus intereses y necesidades, políticas, personales e imperiales. De esta forma el destino de las Iglesias cristianas existentes iban directo hacia su caída porque la Iglesia católica se imponía por encima de ellas. Constantino compró voluntades, apoyos, decretos conciliares y los servicios de los jerarcas de la Iglesia católica, en especial cuando estos comenzaron a acumular rápidamente poder y riquezas sin limite con el famoso “PRATRIMONIUM PETRI”.

La “generosidad” de Constantino le permitía cuestionar aquellas decisiones conciliares que afectaban su gobierno y se dotó de la facultad de convocar él mismo y a su antojo los concilios generales de los obispos.

A partir del 315-316 Constantino comenzó a “cristianizar” (según la visión católica… ¡definitivamente!) las leyes de su imperio, promoviendo protección para los desvalidos, vigorizando el derecho matrimonial que continua siendo la obsesión del clero aún hoy día; en el año 318 reconoció oficialmente la jurisdicción episcopal; en el 321 autorizó a las iglesias a recibir herencias (¿cómo no va a ser esto para la Iglesia Católica parte de la “cristianización”?);

En el 320 o 321 declaró festivo el domingo, hasta entonces celebrado como el “SOL INVICTUS” o Día del Sol; donó a la Iglesia Católica grandes fincas y edificios por todo el imperio y ordenó construir decenas de lujosas iglesias que financió con el Erario Público, etc.

Esta intimidad entre la Iglesia y el Imperio pronto asumió atribuciones estatales. Tanto es así que en los juicios, el testimonio de un obispo tenía mas fuerza que el de los “ciudadanos distinguidos” (HONORATIORES) y era inatacable. Y eso no es todo, los obispados adquirieron jurisdicción propia en causas civiles (AUDIENTIA EPISCOPALIS). Esto quiere decir que cualquiera que tuviese un litigio podría dirigirse al obispado cuya sentencia sería “santa y venerable” según decretado por Constantino.


Este obispo estaba facultado para sentenciar incluso en contra del deseo de alguna de las partes envueltas y su fallo era inapelable, limitándose el estado a la ejecución del mismo con el poder del brazo secular. Ahora, cuando el imperio “cristiano” empezó a ser cuestionado y atacado por el arrianismo Constantino en asociación con su consejero eclesiástico el obispo Osio de Córdoba hizo reunir a cerca de 300 obispos.

En el año 325 en el Concilio que marcó finalmente la construcción permanente de la Iglesia Católica, en Nicea para debatir la doctrina de Arrio. Donde los obispos de todas las tendencias allí reunidos quisieron poner algo distinto de las profesiones de fe tradicionales. Este concilio emprendió la elaboración de la profesión bautismal de Cesarea de Palestina sobre un “símbolo” que enunciara la cristología ortodoxa. Se añadió a los títulos de “dios de Dios, luz de luz” el (HOMOOUSIOS) donde la Iglesia afirma la “consustancialidad del Padre” que era anteriormente el “monarquianismo”.

Esta sorprendente adición que fue sugerida por Osio de Córdoba no pudo ser negada por la insistencia personal del propio Constantino. Ya que a la hora de firmar el texto así redactado, el emperador advirtió que sería desterrado por las mismas autoridades imperiales todo aquel que se negara a aprobarlo.

Sólo Arrio y sus partidarios se opusieron a tan infame chantaje siendo desterrados para refugiarse en las ciudades de las provincias danubianas. Los demás firmaron las decisiones sea por amor a la unanimidad, respeto al emperador o por simple cobardía por aquellos que de alguna forma u otra consideraban el (HOMOOUSIOS) como una formula herética.

Con un Gran Banquete en honor a los obispos asistentes se disolvió el 19 de junio del 325 el Concilio de Nicea. Donde Constantino exhortó a los obispos a la unidad, a la modestia y al celo misionero con regalos para cada uno de ellos y cartas en las que se ordenaba a los funcionarios imperiales distribuir cada año trigo a los pobres y clérigos de las diversas iglesias. Regresando estos (obispos) a sus lugares de origen pasmados, entusiasmados y mas sumisos que nunca.

Las Iglesias católicas habían tomado por primera vez su forma visible y superior donde aquellas otras iglesias cristianas que la rechazaban y acusaban de corrupta quedaban invitadas a asociarse a esta unidad en condiciones humillantes. Aquellos que decidieron rechazar la profesión de fe dictada por Constantino en este Concilio habían tomado el camino que los conduciría al destierro.


A partir de este memorable momento de la Iglesia Católica, el emperador Constantino intervendría directamente en los asuntos eclesiásticos para coordinar y reforzar la acción de los obispos. Poco después de disolverse el concilio de Nicea, los obispos Eusebio de Nicomedia, Maris de Calcedonia y Teognis de Nicea hicieron público que habían firmado la profesión de fe por temor al emperador y que deseaban retractarse. Siendo expedidos a la Galia por mandato de Constantino y exigiendo a las iglesias de Nicea y Nicomedia la elección de nuevos obispos y que obedecieron “ipso facto” la orden imperial.

Incluso el obispo Teodoro de Laodicea, en Siria quien era sospechoso de querer imitar a sus colegas rebeldes, recibió una carta de Constantino que lo invitaba a meditar sobre la triste suerte de Eusebio y Teognis que pudo convencerlo a no levantar la voz. Es a partir también de este mismo concilio de Nicea que Constantino se convierte en policía de la fe en el mismo interior del cuerpo episcopal.

Muchos obispos asustados no tuvieron otra opción que comunicarse discretamente entre ellos por temor al emperador. Es vergonzoso ver la partida de obispos cobardes y vendidos por la voluntad arbitraria del emperador Constantino quienes permitieron que definiera e impusiera algunos de los dogmas más fundamentales de la iglesia católica como la “consustancialidad entre Padre e Hijo y el credo trinitario.

Definitivamente este Concilio de Nicea marcó el destino de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana como una iglesia totalmente distinta a las demás y que traicionó por amor al poder y las riquezas.
Ante una jerarquía eclesial tan servil y sumisa, Constantino no tuvo el menor pudor para utilizarla a sus antojos y caprichos, tanto para forzar la unificación de su imperio bajo “una sola religión” como para uso y disfrute de su megalomanía personal, ya que se referiría a sí mismo como (EPISKOPOS TON EKTOS) de la iglesia “obispo para asuntos exteriores”, se hizo denominar “salvador designado por Dios”. “enviado del señor”, “vicario de Cristo” e incluso que le dieran el trato de “nuestra divinidad” (NOSTRUM NUMEN”); mandó tener a su palacio por templo (DOMUS DIVINA) y su residencia privada por (SACRUM CUBICULUM) y eso no es todo, hizo que al fallecer se le enterrara como el ‘DECIMOTERCER APOSTOL”.


Esta es parte de la historia de quién la Iglesia Católica considera el “caudillo amado”, “obispo de todos, nombrado por Dios” o “ejemplo de vida en el temor de Dios, que ilumina a toda la humanidad”. Este tal Constantino frecuentaba practicas paganas, fue cruel y sanguinario, responsable de las masacres de poblaciones enteras, de juegos de circo en las que hacia destrozar a cientos de enemigos por fieras y osos hambrientos.

Incluso degolló a su hijo Crispo, estranguló a su esposa y asesinó a su suegro y a su cuñado. También la Iglesia Católica convirtió a la madre de Constantino en “Santa Elena” que había sido una pagana que trabajó como tabernera (STABULARIA) en los Balcanes, vivió en concubinato con Constancio Cloro (padre de Constantino) y luego habitó en situación de Bigamia cuando Constancio se casó con la emperatriz Teodora.

Hasta la aristocracia romana conocía a Constantino como “el hijo de la concubina”. Y para cerrar con broche de oro… este hombre fascinante, poderoso, malvado y cínico como Constantino le asesta a la misma Iglesia Católica un golpe mortal.

Estando enfermo buscó remedio en los baños calientes de Constantinopla, luego en las reliquias de Luciano, patrono protector del arrianismo y discípulo del mismo Arrio (no olviden el propósito y ataque principal del concilio de Nicea). Falleciendo el 22 de mayo del año 337 siendo antes bautizado por un correligionario de Luciano, un tal Eusebio demostrando así que el denominado por la Iglesia católica como “príncipe cristiano” (PRINCEPS CHRISTIANUS) se despidió de este mundo aceptando una fe distinta a la que impuso y “supuestamente creía y apoyaba”.

Pero eso no es importante para el Vaticano porque gracias a Constantino la Iglesia Católica ha llegado a estos días. Por eso san Ambrosio le honorífica con el titulo de: (MAGNUM MERITI).
Hasta aquí el resumen de este su servidor, quien le presenta con carácter de información histórica, (no dogmática o tradicionalista) los puntos más contundentes que demuestran que la Iglesia Católica NO FUE FUNDADA POR JESUS Y MUCHO MENOS APOSTOLICA.
Hay quienes comentarían (definitivamente defensores a “raja tablas”) que de todas las iglesias cristianas, la iglesia católica fue la que se mantuvo y por ende viene directamente de Jesús y los Apóstoles.


La ceguera fanática y obsesiva de estos creyentes se derrumba ante las contundentes evidencias que demuestran que cada “Ekklesiá” estaba dividida, no solo porque gozaban de autonomía sino que cada cual habían sido influenciadas por las creencias vigentes de los lugares donde se establecieron como la Iglesia en Grecia, la Iglesia de Antioquia, la de Egipto, etc.


El presentar elementos contundentes y analíticos que contradicen los dogmas y mitos del cristianismo, a pesar que tengamos conocimiento de la particularidad y peculiaridad de cada religión podemos decir que todas ellas hacen un llamado al Amor Fraterno y en la rectitud de obrar en relación con el prójimo. Pero a medida del pasar de los tiempos el endurecimiento (institucionalización) y el deterioro de esos principios convierten a cualquier religión en una obstrucción a la Paz, la Verdad, la Libertad, la Igualdad y Dignidad de los seres humanos.

Volviendo al tema de este artículo podemos abundar con fechas, lugares, situaciones, nombres y documentaciones históricas sobre hechos referentes a la Iglesia Católica que demuestran su falsa autenticidad. No solo como “iglesia de Cristo’ sino como practicante de las enseñanzas de las “Sagradas Escrituras” pero no debemos buscar tanto en el pasado porque ya nada podemos hacer, solo buscar su información para conocer mejor a esta institución.


La información que nos compete realmente en estos momentos son las que se están dilucidando en los tribunales donde presentan el verdadero rostro de la Iglesia Católica que se disfraza de benévola y seguidora de las enseñanzas de Jesús. Lo triste de todo esto es que todavía existen creyentes firmes en defender y justificar estos crímenes y delitos. Aferrados al término banal e ilusorio (inventado por la misma Iglesia Católica) de “Iglesia Apostata” y así justificar sus abominaciones, horrores y crímenes para no perder “su autodenominado titulo de iglesia de Cristo”.

Cuando no pueden explicar algo, entenderlo, afirmarlo, negarlo y en ocasiones imponerlo siempre inventan algún término eclesiástico para salir del paso e imponer un “dogma de fe” por encima de la realidad existente, de Jesús, los apóstoles y la Biblia.
Concluyo este artículo exhortando al lector a verificar estas informaciones para que sean ustedes testigos de la VERDAD y no de la mentira proclamada por la Iglesia Católica por tantos siglos.

No permitas que nadie piense por ti pero acepta aquellos pensamientos que puedan enriquecer los tuyos.

Como este servidor dice: “No Conoce El Mar Aquel Que Navega Sobre Su Superficie Sino Aquel Que Penetra En Sus Profundidades Para Conocer Sus Misterios Y Realidades”.


Cita:
Además hasta el sol de hoy ningún teologo o erudito sea protestante o catolico se ha atrevido a refutar o debatir sobre este y otros temas. Solo los sumisos creyentes han dado la cara para defender lo que a ellos le corresponde hacer.

Pues son ellos quienes imponen las creencias a sus seguidores.


Quero saber que opinan.

Dios los bendiga
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Dahrendorf
Asiduo


Registrado: 08 Jul 2006
Mensajes: 126

MensajePublicado: Mar Ago 08, 2006 6:48 pm    Asunto:
Tema: Miren lo que me encontré...
Responder citando

¿Pues qué voy a opinar? Pues que es una barbaridad y que necesita un cursillo acelerado de Historia de la Iglesia.
Y que no es bueno meterse en ese foro.
_________________
Regnare Christum volumus!
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Cesar Granda
Asiduo


Registrado: 20 Jul 2006
Mensajes: 104

MensajePublicado: Mie Ago 09, 2006 2:02 am    Asunto: Re: Miren lo que me encontré...
Tema: Miren lo que me encontré...
Responder citando

A. Ma. Betania escribió:
Un forista de aquí, me invitó a una página que tiene unos foros, entonces en esos foros de temas variados hay uno de religión.

Y me topé con la sorpresa de que un participante puso esto:

Cita:
La Iglesia Católica siempre ha proclamado a viva voz su “autenticidad apostólica” basado

1. En su “tradición”

2. En la “interpretación” de textos añadidos y que sería interesante poder demostrar en otro artículo.


Analizamos de forma muy breve la historia donde veremos que la Iglesia Católica fue más un producto de las circunstancias históricas que de una fundación institucional emanada de la “voluntad de Jesús” y/o expresadas en las “sagradas escrituras”.
Toda esta información puede ser verificada en cualquier libro histórico serio, objetivo y analítico que no haya sido escrito por algún “historiador” católico porque adornarán, justificarán y manipularán los verdaderos hechos que de la historia se desprenden en innumerables obras genuinas de investigación. Creando una “historia ficticia” como siempre ellos han hecho durante todo su larga vida como “institución religiosa”.


Vamos pues al breve resumen del verdadero e histórico comienzo de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana. La evolución del cristianismo no fue un camino de unidad y de creencias similares, sino todo lo contrario. Casi inmediatamente de Jesús partir de este mundo las diferencias de creencias se hicieron notar. Vemos por ejemplo las diferencias de doctrinas entre Pedro y Pablo.

La expansión de las iglesias “Ekklesiá” un término semítico que se designa tanto en el Nuevo Testamento como en el Antiguo como la Asamblea General del Pueblo Judío ante Dios, la Kahal Yahveh.

Este término define claramente a una comunidad de creyentes (el libros de los Hechos consta el tipo de comunidad que eran los primeros judeocristianos) y no a una institución actual o futura como ha pretendido la Iglesia Católica imponer. Y por cierto, Jesús solo menciona la palabra “EkKlesiá” dos veces en los Evangelios y si los interpretamos como realmente significan veremos claramente que JAMAS instituyó una institución religiosa.

Continuando con el resumen vemos que a finales del siglo II, según dejó escrito el filósofo griego Celso, “como consecuencia de haber llegado a ser multitud, (los cristianos) se distancian los unos de los otros y se condenan mutuamente; hasta el punto que no vemos que tengan otra cosa en común sino el nombre, ya que por lo demás cada partido cree en lo suyo y no tiene en nada las creencias de los otros”.

Vemos también que a principios del siglo II el obispo Hipólito de Roma citaba 32 sectas cristianas enfrentadas entre sí, y casi dos siglos después , el obispo Filastro de Brescia (siglo IV) hablaba de 128 sectas más 28 herejías.

Los cristianos de los primeros siglos (después que la Iglesia de Jerusalén pierde su fuerza como centro del cristianismo al sustituir Simeón, hijo de Cleofás a Santiago en el año 62) dieron un espectáculo deplorable y fanático como jamás se había visto en ningún contexto religioso de la antigüedad. Cada cual intentando imponer sus doctrinas propias ajenas a las de los seguidores de Jesús y sus apóstoles, enemistándose con todos los judíos y peleando unos con los otros.

Comenté que la Iglesia Católica fue producto de las circunstancias históricas y no de una fundación institucional emanada de la “voluntad de Jesús” y/o “expresada” en el Nuevo testamento y veremos (citando la historia misma) que la misma y sus “dogmas” fueron la vencedora final gracias a Constantino.

El debilitamiento del Imperio Romano comenzó a favorecer el futuro de las iglesias cristianas el 1 de mayo del 305 con la abdicación simultánea de Dioclesiano y Maximiano que llevó al poder a Constancio Cloro y Galerio (padre de Constantino).

Entre los años 306 y 311 los gobernantes romanos no tuvieron tiempo para continuar con la campaña de exterminio de los cristianos por estar envueltos en sus asuntos político que Galerio firmó un edicto en abril del 311 concediendo al cristianismo el estatuto de religio licita.

En el año 312, Constantino, tras someter con su ejército a Italia y África, ordenó que fueran restituidos a las iglesias todos los bienes confiscados y que se les entregara una contribución del Tesoro Imperial. En esos días había una fuerte disputa entre la Iglesia cristiana del norte de África dirigida por Mayorino, quien había sucedido a Donato, y la Iglesia católica, presidida por Mensurio (al que sucedió a Ceciliano) donde la primera acusaba de traidores a los católicos porque los acusaba de no haber sido resistentes como cristianos al haber entregado documentos a los romanos y no como ellos que se habían negado y prefirieron convertirse en mártires.

En el año 313, ya Donato presidiendo la Iglesia cristiana del norte de África y Ceciliano la Iglesia católica, este último comienza a marginar la otra iglesia (gracias a los cuantiosos bienes entregados por este a Ceciliano) para así configurar el ámbito eclesial de una forma que satisfaciera sus intereses y necesidades, políticas, personales e imperiales. De esta forma el destino de las Iglesias cristianas existentes iban directo hacia su caída porque la Iglesia católica se imponía por encima de ellas. Constantino compró voluntades, apoyos, decretos conciliares y los servicios de los jerarcas de la Iglesia católica, en especial cuando estos comenzaron a acumular rápidamente poder y riquezas sin limite con el famoso “PRATRIMONIUM PETRI”.

La “generosidad” de Constantino le permitía cuestionar aquellas decisiones conciliares que afectaban su gobierno y se dotó de la facultad de convocar él mismo y a su antojo los concilios generales de los obispos.

A partir del 315-316 Constantino comenzó a “cristianizar” (según la visión católica… ¡definitivamente!) las leyes de su imperio, promoviendo protección para los desvalidos, vigorizando el derecho matrimonial que continua siendo la obsesión del clero aún hoy día; en el año 318 reconoció oficialmente la jurisdicción episcopal; en el 321 autorizó a las iglesias a recibir herencias (¿cómo no va a ser esto para la Iglesia Católica parte de la “cristianización”?);

En el 320 o 321 declaró festivo el domingo, hasta entonces celebrado como el “SOL INVICTUS” o Día del Sol; donó a la Iglesia Católica grandes fincas y edificios por todo el imperio y ordenó construir decenas de lujosas iglesias que financió con el Erario Público, etc.

Esta intimidad entre la Iglesia y el Imperio pronto asumió atribuciones estatales. Tanto es así que en los juicios, el testimonio de un obispo tenía mas fuerza que el de los “ciudadanos distinguidos” (HONORATIORES) y era inatacable. Y eso no es todo, los obispados adquirieron jurisdicción propia en causas civiles (AUDIENTIA EPISCOPALIS). Esto quiere decir que cualquiera que tuviese un litigio podría dirigirse al obispado cuya sentencia sería “santa y venerable” según decretado por Constantino.


Este obispo estaba facultado para sentenciar incluso en contra del deseo de alguna de las partes envueltas y su fallo era inapelable, limitándose el estado a la ejecución del mismo con el poder del brazo secular. Ahora, cuando el imperio “cristiano” empezó a ser cuestionado y atacado por el arrianismo Constantino en asociación con su consejero eclesiástico el obispo Osio de Córdoba hizo reunir a cerca de 300 obispos.

En el año 325 en el Concilio que marcó finalmente la construcción permanente de la Iglesia Católica, en Nicea para debatir la doctrina de Arrio. Donde los obispos de todas las tendencias allí reunidos quisieron poner algo distinto de las profesiones de fe tradicionales. Este concilio emprendió la elaboración de la profesión bautismal de Cesarea de Palestina sobre un “símbolo” que enunciara la cristología ortodoxa. Se añadió a los títulos de “dios de Dios, luz de luz” el (HOMOOUSIOS) donde la Iglesia afirma la “consustancialidad del Padre” que era anteriormente el “monarquianismo”.

Esta sorprendente adición que fue sugerida por Osio de Córdoba no pudo ser negada por la insistencia personal del propio Constantino. Ya que a la hora de firmar el texto así redactado, el emperador advirtió que sería desterrado por las mismas autoridades imperiales todo aquel que se negara a aprobarlo.

Sólo Arrio y sus partidarios se opusieron a tan infame chantaje siendo desterrados para refugiarse en las ciudades de las provincias danubianas. Los demás firmaron las decisiones sea por amor a la unanimidad, respeto al emperador o por simple cobardía por aquellos que de alguna forma u otra consideraban el (HOMOOUSIOS) como una formula herética.

Con un Gran Banquete en honor a los obispos asistentes se disolvió el 19 de junio del 325 el Concilio de Nicea. Donde Constantino exhortó a los obispos a la unidad, a la modestia y al celo misionero con regalos para cada uno de ellos y cartas en las que se ordenaba a los funcionarios imperiales distribuir cada año trigo a los pobres y clérigos de las diversas iglesias. Regresando estos (obispos) a sus lugares de origen pasmados, entusiasmados y mas sumisos que nunca.

Las Iglesias católicas habían tomado por primera vez su forma visible y superior donde aquellas otras iglesias cristianas que la rechazaban y acusaban de corrupta quedaban invitadas a asociarse a esta unidad en condiciones humillantes. Aquellos que decidieron rechazar la profesión de fe dictada por Constantino en este Concilio habían tomado el camino que los conduciría al destierro.


A partir de este memorable momento de la Iglesia Católica, el emperador Constantino intervendría directamente en los asuntos eclesiásticos para coordinar y reforzar la acción de los obispos. Poco después de disolverse el concilio de Nicea, los obispos Eusebio de Nicomedia, Maris de Calcedonia y Teognis de Nicea hicieron público que habían firmado la profesión de fe por temor al emperador y que deseaban retractarse. Siendo expedidos a la Galia por mandato de Constantino y exigiendo a las iglesias de Nicea y Nicomedia la elección de nuevos obispos y que obedecieron “ipso facto” la orden imperial.

Incluso el obispo Teodoro de Laodicea, en Siria quien era sospechoso de querer imitar a sus colegas rebeldes, recibió una carta de Constantino que lo invitaba a meditar sobre la triste suerte de Eusebio y Teognis que pudo convencerlo a no levantar la voz. Es a partir también de este mismo concilio de Nicea que Constantino se convierte en policía de la fe en el mismo interior del cuerpo episcopal.

Muchos obispos asustados no tuvieron otra opción que comunicarse discretamente entre ellos por temor al emperador. Es vergonzoso ver la partida de obispos cobardes y vendidos por la voluntad arbitraria del emperador Constantino quienes permitieron que definiera e impusiera algunos de los dogmas más fundamentales de la iglesia católica como la “consustancialidad entre Padre e Hijo y el credo trinitario.

Definitivamente este Concilio de Nicea marcó el destino de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana como una iglesia totalmente distinta a las demás y que traicionó por amor al poder y las riquezas.
Ante una jerarquía eclesial tan servil y sumisa, Constantino no tuvo el menor pudor para utilizarla a sus antojos y caprichos, tanto para forzar la unificación de su imperio bajo “una sola religión” como para uso y disfrute de su megalomanía personal, ya que se referiría a sí mismo como (EPISKOPOS TON EKTOS) de la iglesia “obispo para asuntos exteriores”, se hizo denominar “salvador designado por Dios”. “enviado del señor”, “vicario de Cristo” e incluso que le dieran el trato de “nuestra divinidad” (NOSTRUM NUMEN”); mandó tener a su palacio por templo (DOMUS DIVINA) y su residencia privada por (SACRUM CUBICULUM) y eso no es todo, hizo que al fallecer se le enterrara como el ‘DECIMOTERCER APOSTOL”.


Esta es parte de la historia de quién la Iglesia Católica considera el “caudillo amado”, “obispo de todos, nombrado por Dios” o “ejemplo de vida en el temor de Dios, que ilumina a toda la humanidad”. Este tal Constantino frecuentaba practicas paganas, fue cruel y sanguinario, responsable de las masacres de poblaciones enteras, de juegos de circo en las que hacia destrozar a cientos de enemigos por fieras y osos hambrientos.

Incluso degolló a su hijo Crispo, estranguló a su esposa y asesinó a su suegro y a su cuñado. También la Iglesia Católica convirtió a la madre de Constantino en “Santa Elena” que había sido una pagana que trabajó como tabernera (STABULARIA) en los Balcanes, vivió en concubinato con Constancio Cloro (padre de Constantino) y luego habitó en situación de Bigamia cuando Constancio se casó con la emperatriz Teodora.

Hasta la aristocracia romana conocía a Constantino como “el hijo de la concubina”. Y para cerrar con broche de oro… este hombre fascinante, poderoso, malvado y cínico como Constantino le asesta a la misma Iglesia Católica un golpe mortal.

Estando enfermo buscó remedio en los baños calientes de Constantinopla, luego en las reliquias de Luciano, patrono protector del arrianismo y discípulo del mismo Arrio (no olviden el propósito y ataque principal del concilio de Nicea). Falleciendo el 22 de mayo del año 337 siendo antes bautizado por un correligionario de Luciano, un tal Eusebio demostrando así que el denominado por la Iglesia católica como “príncipe cristiano” (PRINCEPS CHRISTIANUS) se despidió de este mundo aceptando una fe distinta a la que impuso y “supuestamente creía y apoyaba”.

Pero eso no es importante para el Vaticano porque gracias a Constantino la Iglesia Católica ha llegado a estos días. Por eso san Ambrosio le honorífica con el titulo de: (MAGNUM MERITI).
Hasta aquí el resumen de este su servidor, quien le presenta con carácter de información histórica, (no dogmática o tradicionalista) los puntos más contundentes que demuestran que la Iglesia Católica NO FUE FUNDADA POR JESUS Y MUCHO MENOS APOSTOLICA.
Hay quienes comentarían (definitivamente defensores a “raja tablas”) que de todas las iglesias cristianas, la iglesia católica fue la que se mantuvo y por ende viene directamente de Jesús y los Apóstoles.


La ceguera fanática y obsesiva de estos creyentes se derrumba ante las contundentes evidencias que demuestran que cada “Ekklesiá” estaba dividida, no solo porque gozaban de autonomía sino que cada cual habían sido influenciadas por las creencias vigentes de los lugares donde se establecieron como la Iglesia en Grecia, la Iglesia de Antioquia, la de Egipto, etc.


El presentar elementos contundentes y analíticos que contradicen los dogmas y mitos del cristianismo, a pesar que tengamos conocimiento de la particularidad y peculiaridad de cada religión podemos decir que todas ellas hacen un llamado al Amor Fraterno y en la rectitud de obrar en relación con el prójimo. Pero a medida del pasar de los tiempos el endurecimiento (institucionalización) y el deterioro de esos principios convierten a cualquier religión en una obstrucción a la Paz, la Verdad, la Libertad, la Igualdad y Dignidad de los seres humanos.

Volviendo al tema de este artículo podemos abundar con fechas, lugares, situaciones, nombres y documentaciones históricas sobre hechos referentes a la Iglesia Católica que demuestran su falsa autenticidad. No solo como “iglesia de Cristo’ sino como practicante de las enseñanzas de las “Sagradas Escrituras” pero no debemos buscar tanto en el pasado porque ya nada podemos hacer, solo buscar su información para conocer mejor a esta institución.


La información que nos compete realmente en estos momentos son las que se están dilucidando en los tribunales donde presentan el verdadero rostro de la Iglesia Católica que se disfraza de benévola y seguidora de las enseñanzas de Jesús. Lo triste de todo esto es que todavía existen creyentes firmes en defender y justificar estos crímenes y delitos. Aferrados al término banal e ilusorio (inventado por la misma Iglesia Católica) de “Iglesia Apostata” y así justificar sus abominaciones, horrores y crímenes para no perder “su autodenominado titulo de iglesia de Cristo”.

Cuando no pueden explicar algo, entenderlo, afirmarlo, negarlo y en ocasiones imponerlo siempre inventan algún término eclesiástico para salir del paso e imponer un “dogma de fe” por encima de la realidad existente, de Jesús, los apóstoles y la Biblia.
Concluyo este artículo exhortando al lector a verificar estas informaciones para que sean ustedes testigos de la VERDAD y no de la mentira proclamada por la Iglesia Católica por tantos siglos.

No permitas que nadie piense por ti pero acepta aquellos pensamientos que puedan enriquecer los tuyos.

Como este servidor dice: “No Conoce El Mar Aquel Que Navega Sobre Su Superficie Sino Aquel Que Penetra En Sus Profundidades Para Conocer Sus Misterios Y Realidades”.


Cita:
Además hasta el sol de hoy ningún teologo o erudito sea protestante o catolico se ha atrevido a refutar o debatir sobre este y otros temas. Solo los sumisos creyentes han dado la cara para defender lo que a ellos le corresponde hacer.

Pues son ellos quienes imponen las creencias a sus seguidores.


Quero saber que opinan.

Dios los bendiga


A. Ma. Betania, lei la gran mayoria de este escrito y al final me canse de leer TANTA CONJETURA historica INNECESARIA.. DIGO innecesaria, porque FIJATE que cita escritos de FILOSOFOS GRIEGOS para CONJETURAR como se comportaba la IGLESIA CRISTIANA en los primeros siglos, TAL CONJETURA es INNECESARIA, porque si es que en verdad esta buscando la verdad HISTORICA con respecto a la RELIGION CRISTIANA hubiese CITADO a Escritos Cristianos que hablan de como se llevaba la RELIGION CRISTIANA en los PRIMEROS SIGLOS en ves de citar filosofos griegos que solamente mostraban aversion a los Cristianos y que eran muy conocidos por CALUMNIAR a los CRISTIANOS!


Quiere sacar CONCLUSIONES de uno o dos ESCRITOS cuando eso no es necesario, porque hay miles de ESCRITOS que claramente MUESTRAN la HISTORIA de la IGLESIA y de la CRISTIANDAD y definitivamente NO FUE como el CONJETURIZA.

Muchas bendiciones,

Cesar Granda
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Cesar Granda
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MensajePublicado: Mie Ago 09, 2006 2:05 am    Asunto: Re: Miren lo que me encontré...
Tema: Miren lo que me encontré...
Responder citando

Cesar Granda escribió:
A. Ma. Betania escribió:
Un forista de aquí, me invitó a una página que tiene unos foros, entonces en esos foros de temas variados hay uno de religión.

Y me topé con la sorpresa de que un participante puso esto:

Cita:
La Iglesia Católica siempre ha proclamado a viva voz su “autenticidad apostólica” basado

1. En su “tradición”

2. En la “interpretación” de textos añadidos y que sería interesante poder demostrar en otro artículo.


Analizamos de forma muy breve la historia donde veremos que la Iglesia Católica fue más un producto de las circunstancias históricas que de una fundación institucional emanada de la “voluntad de Jesús” y/o expresadas en las “sagradas escrituras”.
Toda esta información puede ser verificada en cualquier libro histórico serio, objetivo y analítico que no haya sido escrito por algún “historiador” católico porque adornarán, justificarán y manipularán los verdaderos hechos que de la historia se desprenden en innumerables obras genuinas de investigación. Creando una “historia ficticia” como siempre ellos han hecho durante todo su larga vida como “institución religiosa”.


Vamos pues al breve resumen del verdadero e histórico comienzo de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana. La evolución del cristianismo no fue un camino de unidad y de creencias similares, sino todo lo contrario. Casi inmediatamente de Jesús partir de este mundo las diferencias de creencias se hicieron notar. Vemos por ejemplo las diferencias de doctrinas entre Pedro y Pablo.

La expansión de las iglesias “Ekklesiá” un término semítico que se designa tanto en el Nuevo Testamento como en el Antiguo como la Asamblea General del Pueblo Judío ante Dios, la Kahal Yahveh.

Este término define claramente a una comunidad de creyentes (el libros de los Hechos consta el tipo de comunidad que eran los primeros judeocristianos) y no a una institución actual o futura como ha pretendido la Iglesia Católica imponer. Y por cierto, Jesús solo menciona la palabra “EkKlesiá” dos veces en los Evangelios y si los interpretamos como realmente significan veremos claramente que JAMAS instituyó una institución religiosa.

Continuando con el resumen vemos que a finales del siglo II, según dejó escrito el filósofo griego Celso, “como consecuencia de haber llegado a ser multitud, (los cristianos) se distancian los unos de los otros y se condenan mutuamente; hasta el punto que no vemos que tengan otra cosa en común sino el nombre, ya que por lo demás cada partido cree en lo suyo y no tiene en nada las creencias de los otros”.

Vemos también que a principios del siglo II el obispo Hipólito de Roma citaba 32 sectas cristianas enfrentadas entre sí, y casi dos siglos después , el obispo Filastro de Brescia (siglo IV) hablaba de 128 sectas más 28 herejías.

Los cristianos de los primeros siglos (después que la Iglesia de Jerusalén pierde su fuerza como centro del cristianismo al sustituir Simeón, hijo de Cleofás a Santiago en el año 62) dieron un espectáculo deplorable y fanático como jamás se había visto en ningún contexto religioso de la antigüedad. Cada cual intentando imponer sus doctrinas propias ajenas a las de los seguidores de Jesús y sus apóstoles, enemistándose con todos los judíos y peleando unos con los otros.

Comenté que la Iglesia Católica fue producto de las circunstancias históricas y no de una fundación institucional emanada de la “voluntad de Jesús” y/o “expresada” en el Nuevo testamento y veremos (citando la historia misma) que la misma y sus “dogmas” fueron la vencedora final gracias a Constantino.

El debilitamiento del Imperio Romano comenzó a favorecer el futuro de las iglesias cristianas el 1 de mayo del 305 con la abdicación simultánea de Dioclesiano y Maximiano que llevó al poder a Constancio Cloro y Galerio (padre de Constantino).

Entre los años 306 y 311 los gobernantes romanos no tuvieron tiempo para continuar con la campaña de exterminio de los cristianos por estar envueltos en sus asuntos político que Galerio firmó un edicto en abril del 311 concediendo al cristianismo el estatuto de religio licita.

En el año 312, Constantino, tras someter con su ejército a Italia y África, ordenó que fueran restituidos a las iglesias todos los bienes confiscados y que se les entregara una contribución del Tesoro Imperial. En esos días había una fuerte disputa entre la Iglesia cristiana del norte de África dirigida por Mayorino, quien había sucedido a Donato, y la Iglesia católica, presidida por Mensurio (al que sucedió a Ceciliano) donde la primera acusaba de traidores a los católicos porque los acusaba de no haber sido resistentes como cristianos al haber entregado documentos a los romanos y no como ellos que se habían negado y prefirieron convertirse en mártires.

En el año 313, ya Donato presidiendo la Iglesia cristiana del norte de África y Ceciliano la Iglesia católica, este último comienza a marginar la otra iglesia (gracias a los cuantiosos bienes entregados por este a Ceciliano) para así configurar el ámbito eclesial de una forma que satisfaciera sus intereses y necesidades, políticas, personales e imperiales. De esta forma el destino de las Iglesias cristianas existentes iban directo hacia su caída porque la Iglesia católica se imponía por encima de ellas. Constantino compró voluntades, apoyos, decretos conciliares y los servicios de los jerarcas de la Iglesia católica, en especial cuando estos comenzaron a acumular rápidamente poder y riquezas sin limite con el famoso “PRATRIMONIUM PETRI”.

La “generosidad” de Constantino le permitía cuestionar aquellas decisiones conciliares que afectaban su gobierno y se dotó de la facultad de convocar él mismo y a su antojo los concilios generales de los obispos.

A partir del 315-316 Constantino comenzó a “cristianizar” (según la visión católica… ¡definitivamente!) las leyes de su imperio, promoviendo protección para los desvalidos, vigorizando el derecho matrimonial que continua siendo la obsesión del clero aún hoy día; en el año 318 reconoció oficialmente la jurisdicción episcopal; en el 321 autorizó a las iglesias a recibir herencias (¿cómo no va a ser esto para la Iglesia Católica parte de la “cristianización”?);

En el 320 o 321 declaró festivo el domingo, hasta entonces celebrado como el “SOL INVICTUS” o Día del Sol; donó a la Iglesia Católica grandes fincas y edificios por todo el imperio y ordenó construir decenas de lujosas iglesias que financió con el Erario Público, etc.

Esta intimidad entre la Iglesia y el Imperio pronto asumió atribuciones estatales. Tanto es así que en los juicios, el testimonio de un obispo tenía mas fuerza que el de los “ciudadanos distinguidos” (HONORATIORES) y era inatacable. Y eso no es todo, los obispados adquirieron jurisdicción propia en causas civiles (AUDIENTIA EPISCOPALIS). Esto quiere decir que cualquiera que tuviese un litigio podría dirigirse al obispado cuya sentencia sería “santa y venerable” según decretado por Constantino.


Este obispo estaba facultado para sentenciar incluso en contra del deseo de alguna de las partes envueltas y su fallo era inapelable, limitándose el estado a la ejecución del mismo con el poder del brazo secular. Ahora, cuando el imperio “cristiano” empezó a ser cuestionado y atacado por el arrianismo Constantino en asociación con su consejero eclesiástico el obispo Osio de Córdoba hizo reunir a cerca de 300 obispos.

En el año 325 en el Concilio que marcó finalmente la construcción permanente de la Iglesia Católica, en Nicea para debatir la doctrina de Arrio. Donde los obispos de todas las tendencias allí reunidos quisieron poner algo distinto de las profesiones de fe tradicionales. Este concilio emprendió la elaboración de la profesión bautismal de Cesarea de Palestina sobre un “símbolo” que enunciara la cristología ortodoxa. Se añadió a los títulos de “dios de Dios, luz de luz” el (HOMOOUSIOS) donde la Iglesia afirma la “consustancialidad del Padre” que era anteriormente el “monarquianismo”.

Esta sorprendente adición que fue sugerida por Osio de Córdoba no pudo ser negada por la insistencia personal del propio Constantino. Ya que a la hora de firmar el texto así redactado, el emperador advirtió que sería desterrado por las mismas autoridades imperiales todo aquel que se negara a aprobarlo.

Sólo Arrio y sus partidarios se opusieron a tan infame chantaje siendo desterrados para refugiarse en las ciudades de las provincias danubianas. Los demás firmaron las decisiones sea por amor a la unanimidad, respeto al emperador o por simple cobardía por aquellos que de alguna forma u otra consideraban el (HOMOOUSIOS) como una formula herética.

Con un Gran Banquete en honor a los obispos asistentes se disolvió el 19 de junio del 325 el Concilio de Nicea. Donde Constantino exhortó a los obispos a la unidad, a la modestia y al celo misionero con regalos para cada uno de ellos y cartas en las que se ordenaba a los funcionarios imperiales distribuir cada año trigo a los pobres y clérigos de las diversas iglesias. Regresando estos (obispos) a sus lugares de origen pasmados, entusiasmados y mas sumisos que nunca.

Las Iglesias católicas habían tomado por primera vez su forma visible y superior donde aquellas otras iglesias cristianas que la rechazaban y acusaban de corrupta quedaban invitadas a asociarse a esta unidad en condiciones humillantes. Aquellos que decidieron rechazar la profesión de fe dictada por Constantino en este Concilio habían tomado el camino que los conduciría al destierro.


A partir de este memorable momento de la Iglesia Católica, el emperador Constantino intervendría directamente en los asuntos eclesiásticos para coordinar y reforzar la acción de los obispos. Poco después de disolverse el concilio de Nicea, los obispos Eusebio de Nicomedia, Maris de Calcedonia y Teognis de Nicea hicieron público que habían firmado la profesión de fe por temor al emperador y que deseaban retractarse. Siendo expedidos a la Galia por mandato de Constantino y exigiendo a las iglesias de Nicea y Nicomedia la elección de nuevos obispos y que obedecieron “ipso facto” la orden imperial.

Incluso el obispo Teodoro de Laodicea, en Siria quien era sospechoso de querer imitar a sus colegas rebeldes, recibió una carta de Constantino que lo invitaba a meditar sobre la triste suerte de Eusebio y Teognis que pudo convencerlo a no levantar la voz. Es a partir también de este mismo concilio de Nicea que Constantino se convierte en policía de la fe en el mismo interior del cuerpo episcopal.

Muchos obispos asustados no tuvieron otra opción que comunicarse discretamente entre ellos por temor al emperador. Es vergonzoso ver la partida de obispos cobardes y vendidos por la voluntad arbitraria del emperador Constantino quienes permitieron que definiera e impusiera algunos de los dogmas más fundamentales de la iglesia católica como la “consustancialidad entre Padre e Hijo y el credo trinitario.

Definitivamente este Concilio de Nicea marcó el destino de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana como una iglesia totalmente distinta a las demás y que traicionó por amor al poder y las riquezas.
Ante una jerarquía eclesial tan servil y sumisa, Constantino no tuvo el menor pudor para utilizarla a sus antojos y caprichos, tanto para forzar la unificación de su imperio bajo “una sola religión” como para uso y disfrute de su megalomanía personal, ya que se referiría a sí mismo como (EPISKOPOS TON EKTOS) de la iglesia “obispo para asuntos exteriores”, se hizo denominar “salvador designado por Dios”. “enviado del señor”, “vicario de Cristo” e incluso que le dieran el trato de “nuestra divinidad” (NOSTRUM NUMEN”); mandó tener a su palacio por templo (DOMUS DIVINA) y su residencia privada por (SACRUM CUBICULUM) y eso no es todo, hizo que al fallecer se le enterrara como el ‘DECIMOTERCER APOSTOL”.


Esta es parte de la historia de quién la Iglesia Católica considera el “caudillo amado”, “obispo de todos, nombrado por Dios” o “ejemplo de vida en el temor de Dios, que ilumina a toda la humanidad”. Este tal Constantino frecuentaba practicas paganas, fue cruel y sanguinario, responsable de las masacres de poblaciones enteras, de juegos de circo en las que hacia destrozar a cientos de enemigos por fieras y osos hambrientos.

Incluso degolló a su hijo Crispo, estranguló a su esposa y asesinó a su suegro y a su cuñado. También la Iglesia Católica convirtió a la madre de Constantino en “Santa Elena” que había sido una pagana que trabajó como tabernera (STABULARIA) en los Balcanes, vivió en concubinato con Constancio Cloro (padre de Constantino) y luego habitó en situación de Bigamia cuando Constancio se casó con la emperatriz Teodora.

Hasta la aristocracia romana conocía a Constantino como “el hijo de la concubina”. Y para cerrar con broche de oro… este hombre fascinante, poderoso, malvado y cínico como Constantino le asesta a la misma Iglesia Católica un golpe mortal.

Estando enfermo buscó remedio en los baños calientes de Constantinopla, luego en las reliquias de Luciano, patrono protector del arrianismo y discípulo del mismo Arrio (no olviden el propósito y ataque principal del concilio de Nicea). Falleciendo el 22 de mayo del año 337 siendo antes bautizado por un correligionario de Luciano, un tal Eusebio demostrando así que el denominado por la Iglesia católica como “príncipe cristiano” (PRINCEPS CHRISTIANUS) se despidió de este mundo aceptando una fe distinta a la que impuso y “supuestamente creía y apoyaba”.

Pero eso no es importante para el Vaticano porque gracias a Constantino la Iglesia Católica ha llegado a estos días. Por eso san Ambrosio le honorífica con el titulo de: (MAGNUM MERITI).
Hasta aquí el resumen de este su servidor, quien le presenta con carácter de información histórica, (no dogmática o tradicionalista) los puntos más contundentes que demuestran que la Iglesia Católica NO FUE FUNDADA POR JESUS Y MUCHO MENOS APOSTOLICA.
Hay quienes comentarían (definitivamente defensores a “raja tablas”) que de todas las iglesias cristianas, la iglesia católica fue la que se mantuvo y por ende viene directamente de Jesús y los Apóstoles.


La ceguera fanática y obsesiva de estos creyentes se derrumba ante las contundentes evidencias que demuestran que cada “Ekklesiá” estaba dividida, no solo porque gozaban de autonomía sino que cada cual habían sido influenciadas por las creencias vigentes de los lugares donde se establecieron como la Iglesia en Grecia, la Iglesia de Antioquia, la de Egipto, etc.


El presentar elementos contundentes y analíticos que contradicen los dogmas y mitos del cristianismo, a pesar que tengamos conocimiento de la particularidad y peculiaridad de cada religión podemos decir que todas ellas hacen un llamado al Amor Fraterno y en la rectitud de obrar en relación con el prójimo. Pero a medida del pasar de los tiempos el endurecimiento (institucionalización) y el deterioro de esos principios convierten a cualquier religión en una obstrucción a la Paz, la Verdad, la Libertad, la Igualdad y Dignidad de los seres humanos.

Volviendo al tema de este artículo podemos abundar con fechas, lugares, situaciones, nombres y documentaciones históricas sobre hechos referentes a la Iglesia Católica que demuestran su falsa autenticidad. No solo como “iglesia de Cristo’ sino como practicante de las enseñanzas de las “Sagradas Escrituras” pero no debemos buscar tanto en el pasado porque ya nada podemos hacer, solo buscar su información para conocer mejor a esta institución.


La información que nos compete realmente en estos momentos son las que se están dilucidando en los tribunales donde presentan el verdadero rostro de la Iglesia Católica que se disfraza de benévola y seguidora de las enseñanzas de Jesús. Lo triste de todo esto es que todavía existen creyentes firmes en defender y justificar estos crímenes y delitos. Aferrados al término banal e ilusorio (inventado por la misma Iglesia Católica) de “Iglesia Apostata” y así justificar sus abominaciones, horrores y crímenes para no perder “su autodenominado titulo de iglesia de Cristo”.

Cuando no pueden explicar algo, entenderlo, afirmarlo, negarlo y en ocasiones imponerlo siempre inventan algún término eclesiástico para salir del paso e imponer un “dogma de fe” por encima de la realidad existente, de Jesús, los apóstoles y la Biblia.
Concluyo este artículo exhortando al lector a verificar estas informaciones para que sean ustedes testigos de la VERDAD y no de la mentira proclamada por la Iglesia Católica por tantos siglos.

No permitas que nadie piense por ti pero acepta aquellos pensamientos que puedan enriquecer los tuyos.

Como este servidor dice: “No Conoce El Mar Aquel Que Navega Sobre Su Superficie Sino Aquel Que Penetra En Sus Profundidades Para Conocer Sus Misterios Y Realidades”.


Cita:
Además hasta el sol de hoy ningún teologo o erudito sea protestante o catolico se ha atrevido a refutar o debatir sobre este y otros temas. Solo los sumisos creyentes han dado la cara para defender lo que a ellos le corresponde hacer.

Pues son ellos quienes imponen las creencias a sus seguidores.


Quero saber que opinan.

Dios los bendiga


A. Ma. Betania, lei la gran mayoria de este escrito y al final me canse de leer TANTA CONJETURA historica INNECESARIA.. DIGO innecesaria, porque FIJATE que cita escritos de FILOSOFOS GRIEGOS para CONJETURAR como se comportaba la IGLESIA CRISTIANA en los primeros siglos, TAL CONJETURA es INNECESARIA, porque si es que en verdad esta buscando la verdad HISTORICA con respecto a la RELIGION CRISTIANA hubiese CITADO a Escritos Cristianos que hablan de como se llevaba la RELIGION CRISTIANA en los PRIMEROS SIGLOS en ves de citar filosofos griegos que solamente mostraban aversion a los Cristianos y que eran muy conocidos por CALUMNIAR a los CRISTIANOS!


Quiere sacar CONCLUSIONES de uno o dos ESCRITOS cuando eso no es necesario, porque hay miles de ESCRITOS que claramente MUESTRAN la HISTORIA de la IGLESIA y de la CRISTIANDAD y definitivamente NO FUE como el CONJETURIZA.

Muchas bendiciones,

Cesar Granda


A. Ma. Betania, algo mas.. Se podria refutar muy facilmente este ARTICULO, pero obviamente, yo no tengo el tiempo de hacerlo. Si es que quieres que refute alguna parte en particular del mismo, pues dime cual y hare lo posible.

Muchas bendiciones,

Cesar Granda
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A. Ma. Betania
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Registrado: 18 Feb 2006
Mensajes: 3747

MensajePublicado: Mie Ago 09, 2006 3:36 pm    Asunto:
Tema: Miren lo que me encontré...
Responder citando

Cita:
A. Ma. Betania, algo mas.. Se podria refutar muy facilmente este ARTICULO, pero obviamente, yo no tengo el tiempo de hacerlo, porque es muy largo. Si es que quieres que refute alguna parte en particular del mismo, pues dime cual y hare lo posible.

Muchas bendiciones,

Cesar Granda


Querido Cesar, paz en Dios:

Por supuesto que como es tan absurdo el artículo, se me ocurrió ponerlo aqui en catholic.net porque se que hay muchos foristas que saben de mucha teología y otras materias en cuanto a la religión Cristiana y refutarlo, por eso se me ocurrió colocarlo.

Bueno, puedes escoger la parte que tu quieras Wink de este artículo, de todas maneras ya se que cada párrafo está lleno de absurdeces Confused

Dios te bendiga Wink
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José Miguel Arráiz
Veterano


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Mensajes: 1407
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MensajePublicado: Jue Ago 17, 2006 4:56 pm    Asunto:
Tema: Miren lo que me encontré...
Responder citando

Hola María Betania

Yo tampoco tengo mucho tiempo, pero ya me lo he enviado a mi mismo por correo para ponerlo en la lista de "panfletos mediocres a analizar" como material para un posible artículo.

De todos modos, yo ya había escrito un artículo sobre un panfleto parecido. Te lo comparto:

Constantino ¿Paganizó la Iglesia Católica?
http://www.catolicosecumenicos.com/Varios/VariosN01.htm

Saludos y Dios te bendiga
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Ricinius
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Registrado: 02 Jul 2006
Mensajes: 56

MensajePublicado: Vie Ago 18, 2006 1:45 am    Asunto:
Tema: Miren lo que me encontré...
Responder citando

Estoy tan ocupado que no debiera estar logueado pero justo hoy estaba leyendo algo en la red. Lo cito en parte aquí. Es "pura Biblia" y nada de historia inventada por algún masón:

Una lectura ordenada y profunda de este Libro de los Hechos de los Apóstoles es un poderoso testimonio de la verdadera forma en que la Iglesia cristiana dió sus primeros pasos. Al observarla, notamos que sus características fundamentales no han desaparecido de la Iglesia Católica que conocemos hoy.

Ausentes en otras agrupaciones eclesiales cristianas (mayormente en el campo protestante) están, fundamentalmente, la universalidad o catolicidad de la Iglesia de Cristo que está llamada a ser testimonio al mundo entero. Tal testimonio a través de la historia se ha dado siempre en la Iglesia Católica que se extiende universalmente tanto en el tiempo como en la geografía de nuestro mundo. Otra llamativa diferencia es la falta de autoridad final en las agrupaciones eclesiales fuera de la comunión católica. Esta falta de autoridad apostólica es la raíz de las escandalosas divisiones que alcanzan ya los miles de denominaciones representando las más variopintas interpretaciones y doctrinas "basadas en la Biblia."

Los Hechos de los Apóstoles, leídos en conjunto con las obras que han llegado hasta nuestros días y que dan testimonio del desarrollo de la Iglesia en los primeros siglos, son un potente testimonio de que el poder de Dios obra en la preservación de su pueblo a través del tiempo.

Ese es el poder que le dió el Evangelio y la Comunión, por eso la llamamos Iglesia. Que la extendió por el mundo entero llevando el fuego de la Palabra. Por eso la llamamos Católica. Que formó del barro imperfecto de doce judíos de Palestina el oro acrisolado de los Apóstoles. Por eso la llamamos Apostólica. Y que le dió por asiento la ciudad de sus antiguos enemigos. Por conquistar a Roma con la sangre de mártires la llamamos Romana.




Sacado de http://www.voxfidei.com/articulos/2907.htm
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Sitibundo
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Registrado: 25 Dic 2005
Mensajes: 345

MensajePublicado: Vie Ago 18, 2006 3:27 am    Asunto: sobre el documento
Tema: Miren lo que me encontré...
Responder citando

Querida María de Betania: voy a intentar refutar el texto que tuviste a bien mostrarnos.
Empieza por decirnos:
“Ekklesiá” un término semítico que se designa tanto en el Nuevo Testamento como en el Antiguo como la Asamblea General del Pueblo Judío ante Dios, la Kahal Yahveh.
Ekkesia es un término griego que quiere decir simplemente congregación.

Continuando con el resumen vemos que a finales del siglo II, según dejó escrito el filósofo griego Celso.
Borra de un hachazo por lo menos los primeros 150 años de la Iglesia de Cristo.
Lo que sabemos de Celso es lo que Orígenes refuta de este filósofo en su obra "Contra Celso".

Vemos también que a principios del siglo II el obispo Hipólito de Roma citaba 32 sectas cristianas enfrentadas entre sí, y casi dos siglos después , el obispo Filastro de Brescia (siglo IV) hablaba de 128 sectas más 28 herejías.
Ya estamos en el 225 y nos agrega 200 años más.
Para decir que la Iglesia siempre ha sido curiosa, inquieta y ha buscado la verdad.

Los cristianos de los primeros siglos (después que la Iglesia de Jerusalén pierde su fuerza como centro del cristianismo al sustituir Simeón, hijo de Cleofás a Santiago en el año 62) dieron un espectáculo deplorable y fanático como jamás se había visto en ningún contexto religioso de la antigüedad. Cada cual intentando imponer sus doctrinas propias ajenas a las de los seguidores de Jesús y sus apóstoles, enemistándose con todos los judíos y peleando unos con los otros.
Esto es una falacia sin pies ni cabeza. La Iglesia de Jerusalén pierde fuerza porque en el año 70 esta ciudad es destruida completamente por el ejercito romano al mando de Tito, no quedando de ella piedra sobre piedra. La sustitución de Santiago, muerto martir, arrojado desde lo alto del Templo y lapidado después por las autoridades judías, es un dechado de armonía. Ver hegesipo en la Historia Eclesiástica de Eusebio de Cesarea.´

El debilitamiento del Imperio Romano comenzó a favorecer el futuro de las iglesias cristianas el 1 de mayo del 305 con la abdicación simultánea de Dioclesiano y Maximiano que llevó al poder a Constancio Cloro y Galerio (padre de Constantino).
Hemos superado el año 300 sin que nuestro historiador nos haya dicho nada nuevo y o con sustento de los primeros años de vida de nuestra Iglesia el resto no merece ninguna observación.

Saludos y bendiciones.
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A. Ma. Betania
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Registrado: 18 Feb 2006
Mensajes: 3747

MensajePublicado: Vie Ago 18, 2006 3:39 pm    Asunto:
Tema: Miren lo que me encontré...
Responder citando

Hola José Miguel Arráiz, Ricinius, Sitibundo: Muchas gracias por sus respuestas, lo analizaré detenidamente.

Paz en Dios y bendiciones
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