Beatriz Veterano
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Publicado:
Sab Ago 19, 2006 1:56 pm Asunto:
El poder de la gracia de Dios: Luis Fernando
Tema: El poder de la gracia de Dios: Luis Fernando |
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Hombre viejo – Hombre nuevo: El poder de la gracia de Dios
En este foro contamos con personas muy preparadas que verdaderamente viven su fe y doy gracias a Dios por todos ellos, pero pocas han pasado por la experiencia de haber sido evangélicos para luego regresar a casa. Seguramente muchos conocen a Luis Fernando, otros quizás no. Conocen al ferviente católico que defiende a la Iglesia, al Magisterio, a la Virgen Maria, a los sacramentos, pero nunca conocieron al Luis Fernando evangélico que no ponía un árbol de navidad en su casa y que consideraba que la doctrina católica era de origen pagano y herético que corrompía el evangelio puro. Es increíble cómo la gracia de Dios puede cambiar tanto a una persona a tal punto de no parecerse en nada a lo que antes fue.
Pues aquí les va una muestra de lo que ‘antes’ era:
- Luis Fernando evangélico:
“Los católicos creen que la piedra sobre la que Cristo construye la iglesia es Pedro. Los protestantes creemos que la iglesia se construye sobre la única roca que es Cristo y, si se quiere, sobre la declaración de Pedro sobre quién es Jesucristo”
Saludos (30.11.9
“Tú das por hecho que acá todos ponemos arbolitos en nuestras casas para navidad y les decimos a los niños que Santa Claus les va a traer regalos. Pues te equivocas, karo. Das también como verdadero que el hecho de que Jesús naciera de una virgen es "cristianizar" algo de dioses paganos. Toda esa mezcla para no tener que afrentar una realidad: muchas de las doctrinas de tu iglesia (católica) son de origen pagano y herético. Fíjate bien que no digo costumbres sino doctrinas. Las costumbres pasan, pero las doctrinas basadas en esas costumbres permanecen, por lo menos en tu iglesia (católica), y corrompen el evangelio puro.” (07.12.9
“Cuando las cosas se os ponen mal entonces os retiráis del "campo de batalla" (tú a eso le llamas no seguir el juego). A la exposición de las doctrinas erróneas del catolicismo le llamas tú ataques con guante blanco” (07.12.9
“Tú has evidenciado muchas veces que si nosotros (los evangélicos) debemos creer en la Trinidad es gracias a la Tradición de la Iglesia (Católica) que quedó fijada en el Concilio de Nicea y no gracias a que la Palabra así lo enseña. Eso sí, sigues sin responder a mi comentario sobre que en el concilio de Nicea el obispo de Roma no apareció. A él no le debió parecer importante lo que se discutía allí. Claro, nada raro en un obispo romano de aquellos tiempos. Alguno hizo buenas migas con los arrianos.. Karolusin, tu argumentación es alucinante pero hace aguas por todas partes. Si tan bien te sientes con la Tradición, sé honesto y conviertete a la fe de los ortodoxos. Ellos sí pueden demostrar una línea de sucesión apostólica (a menos que tú creas que Pablo no fue apóstol). Vosotros ni siquiera podéis demostrar que Pedro estuvo en Roma.” (07.12.9
“Lo que sí es curioso es que un católico diga eso cuando resulta que uno de los dogmas de su iglesia es el de la infalibilidad papal” (07.12.9
“Más curioso es el que tú no sepas la "fundación" de las doctrinas de tu iglesia (católica). Por ejemplo, ¿sabes cuando fue definido el tema de la transubstanciación por tu iglesia y sabes en qué términos y bajo qué influencia fue redactado ese "dogma"?
¿tu iglesia la original? Bueno, quizás sí era muy parecida a la original que fundó un tal Simón de profesión mago (su historia no acabó en Hechos . Quizás te suene el término simonía. Quizás encuentres que tu iglesia ha sido gobernada multitud de veces por hombres que eran dignos sucesores de ese otro Simón.” (07.12.9
Aqui les va una muestra de lo que es 'ahora':
- Luis Fernando católico
(después de un año de su regreso a casa)
Ha pasado ya un año desde nuestro regreso a la Iglesia Católica. Un año de mucha lucha interior, de mucha controversia con protestantes evangélicos, de muchos cambios a nivel familiar. Lidia y yo nos casamos por la Iglesia el 11 de diciembre del 1999, el mismo día en el que bautizamos a nuestro hijo Juan, que acababa de cumplir 5 años. Aunque estábamos casados por lo civil desde el año 1988, no habíamos considerado imprescindible el ser “re-casados” en nuestro paso por Amistad Cristiana, aunque tal posibilidad fue tomada en cuenta seriamente en alguna ocasión. Sin embargo, al volver a la Iglesia Católica, nos pareció imprescindible consagrar nuestra unión a través del sacramento del matrimonio. El Señor quiso bendecirnos inmediatamente con el regalo de otro hijo. Y, para mayor alegría nuestra, el bebé resultó ser una niña, lo cual colmaba nuestros deseos. El embarazo de Lidia no fue fácil ya que sufrió amenazas de aborto y finalmente la niña nació prematura, aunque sana. Su nombre es Rut y actualmente es la felicidad de nuestra casa. Además de la nueva hija, este año tomamos una decisión muy importante. Decidimos dejar Madrid para venirnos a vivir a la provincia de Huesca, en Aragón. Aquí esperamos servir al Señor y a su Iglesia durante el resto de nuestros días, aunque siempre siendo conscientes de que los caminos del Señor son inescrutables y nunca se sabe a dónde nos puede llevar su voluntad.
Si algo más tengo que agradecer al Señor en este año es el amor que ha puesto en mi corazón por la Iglesia. Los sacramentos, especialmente la Eucaristía, se han convertido en la fuente de gracia a la que acudo con gusto siempre que puedo. Me acuerdo de mis tiempos de ignorancia respecto a la vida sacramental cuando era evangélico y doy gracias al Señor por haberme librado de esa necedad, por la que yo consideraba el sacramento como algo pseudo-gnóstico y pagano. ¡Cuántas tonterías llegué a decir acerca de los “mysterion” cristianos siendo protestante! ¡Cuánta bendición encuentro en ellos ahora!
No puedo por menos que hacer una mención especial al sacramento de la Eucaristía. He tenido el privilegio de tomar la comunión en las dos especies en al menos un par de ocasiones, pero sobre todo he sentido en muchas ocasiones la necesidad de comulgar no sólo los domingos y días de precepto sino también a diario. Creo que por mucho que se intente explicar teológicamente la esencia de la Eucaristía católica, nada ni nadie puede describir a la perfección en qué consiste esa comunión del creyente con el cuerpo y la sangre de Cristo. Comunión que nos ilumina y nos abre los ojos como a esos dos hombres del camino de Emaus, que no pudieron reconocer a Cristo hasta que Éste partió el pan, en clara referencia al misterio eucarístico. No conozco ningún gran santo de nuestra Iglesia que no haya tenido un profundo amor por el Cristo presente en la Eucaristía. Es a través de este sacramento cuando Cristo es realmente Emanuel, Dios con nosotros y en nosotros. Es a través de este sacramento como Cristo cumple su promesa de estar con nosotros hasta el fin del mundo. Eucaristía, alimento divino que nos renueva para la vida eterna.
Podría incluir en este testimonio, para ir finalizando, todas las circunstancias desagradables a las que nos hemos tenido que enfrentar Lidia y yo tras nuestro regreso a Roma. Pero, ¿para qué? ¿qué sentido tendría el hablar detenidamente de las presiones, amenazas, chantajes, burlas, desprecios, infamias y calumnias que hemos tenido que soportar por parte de algunos que se autodenominan cristianos evangélicos? No, creo que no es necesario entrar en detalles, ni dar nombres. Sólo quisiera aclarar un par de cosas. Primero, que a pesar de esa gente, no han sido pocos los evangélicos que han respetado nuestra decisión e incluso nos han defendido de los ataques de sus “hermanos en la fe”. A estos verdaderos hermanos en Cristo les doy las gracias por su honestidad y su amistad. Segundo, quiero decir que todos y cada uno de esos ataques, chantajes, presiones, etc, que hemos recibido, han servido para reafirmarnos cada vez más en la fe de mi Iglesia. Estoy plenamente convencido que la actitud de esos fundamentalistas evangélicos traerá como fruto el que mucha gente imparcial que no tenía simpatía por la Iglesia Católica, empiece a ver las cosas de forma diferente, ya que es imposible quedar impasible cuando se ve el odio visceral que demuestran esos “cristianos” hacia todo lo que huela a catolicismo. Una cosa es el no estar de acuerdo con muchas de las doctrinas católicas y otra muy distinta el odio que toma por excusa esas diferencias doctrinales. El Señor, que conoce y discierne las intenciones del corazón, sabrá juzgar justamente todas esas actitudes.
Poco más que queda por decir. Sólo anunciar mi intención de escribir un libro que pueda ser útil para mis hermanos católicos en la defensa de la fe de nuestra Iglesia. Espero que el Señor me dé sabiduría para hacer un buen trabajo con ese libro. También deseo que Él me ayude a ser un buen catequista en la parroquia a la que estamos adscritos. Mucho trabajo queda por hacer en la Iglesia de Cristo en España. Necesitamos obreros y vidas entregadas a la vocación religiosa de servicio a Dios en su Iglesia. Sólo pido a Dios salud y energía suficientes para poder servirle durante el resto de mis días.
Os bendigo a todos en el nombre de Cristo, de cuya
amada Iglesia formo parte." (16.10.2000)
¿Cómo puede cambiar tanto una persona?
Así es. Ese es el poder de la gracia de Dios.
«Despojaos del hombre viejo con sus obras, y revestíos del hombre nuevo, que se va renovando hasta alcanzar un conocimiento perfecto, según la imagen de su Creador» (Colosenses 3, 9-10; Cf. Romanos 6, 6)
Hoy son varias las personas que han sido tocadas por el valioso testimonio de Luis.
Queria compartirles esto porque yo no dejo de sorprenderme de la forma como obra Dios y los cambios que produce en la vida de las personas.
que Dios los bendiga
Nota: Para los que no están familiarizados con la conversión de Luis Fernando aquí pueden leer sus dos testimonios de conversión:
http://www.apologetica.org/regresando.htm
http://www.apologetica.org/lourdes-lfp.htm _________________ "Quien no ama, no conoce"
San Agustín |
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