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Consulta por temas paranormales, ovni y halucinaciones

 
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esiomajb
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Registrado: 20 Ago 2006
Mensajes: 6

MensajePublicado: Dom Ago 20, 2006 8:54 pm    Asunto: Consulta por temas paranormales, ovni y halucinaciones
Tema: Consulta por temas paranormales, ovni y halucinaciones
Responder citando

Estimados Psicólogos y psiquiatras católicos:

Quisiera consultarles lo sgte:

1) existen los ovnis? si no existen, qué es lo que ve la gente? y si existen, qué son?

2) existen otros seres que puedan aparecernos en la modalidad de fantasmas, apariciones, ovnis, etc etc?

3) existen los fenómenos paranormales?

4) qué son las halucinaciones o enfermedades como la esquizofrenia?

Si para alguna de estas 4 preguntas hubiese una respuesta positiva, quisiera saber qué son y cómo los entienden Uds. como profesionales(sea de manera dependiente o independiente de la creencia católica) ?

Les agradezco mucho sus posibles respuestas.
Esperando que Uds. estén muy bien, les saluda Atte.

Michel A. Jordan
Ingeniero civil electricista
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ultravioleta
Invitado





MensajePublicado: Dom Ago 20, 2006 10:20 pm    Asunto:
Tema: Consulta por temas paranormales, ovni y halucinaciones
Responder citando

¿Existen los ovnis?

La Biblia nos enseña que Dios posee supremacía y poder absoluto sobre todo lo creado, la existencia de estos seres no lo cambiaría en nada



¿Existen los ovnis?
La Iglesia no se ha pronunciado oficialmente sobre la existencia de extraterrestres. Ni la Biblia ni la Tradición Apostólica mencionan nada al respecto. La existencia de estos seres no cambiaría en nada la doctrina católica. La Biblia nos enseña que Dios posee supremacía y poder absoluto sobre todo lo creado. Sólo Él es Dios y ni los ángeles, ni los hombres, ni los supuestos extraterrestres son Dios.

Como criaturas, los extraterrestres serían absolutamente dependientes del único Dios y, si tuviesen inteligencia, habrían sido creados para conocerle, amarle y servirle. También estarían sumisos a Jesucristo quien es el Señor de toda la creación y a quien todo ser en el cielo y en la tierra debe adorar.

Los extraterrestres no tendrían ninguna autoridad sobre nosotros ni pueden ser nuestros salvadores. Nuestro salvador sólo puede ser Jesucristo porque nuestra caída fue causada por una ofensa contra Dios y sólo Jesucristo, por ser Dios, puede reconciliarnos con Dios.


¿La pirámides de Egipto y de América, no son obra de extraterrestres?

No es necesario apelar a seres extraterrestres para resolver los enigmas de estas obras extraordinarias. Sabemos que Dios inspira y da medios a los hombres para hacer grandes cosas que posteriormente parecen imposibles. El hombre refleja el genio de su Creador, quien otorga sus dones como y cuando quiere.


¿Serán los ángeles extraterrestres?

Podemos ser visitados por mensajeros de Dios o por demonios. Ni uno ni el otro son extraterrestres en el sentido usual de la palabra. Los ángeles NO son "extraterrestres" porque, siendo espíritus puros, no necesitan habitar en un lugar físico. Habitan en el cielo, aunque pueden hacerse presentes en cualquier lugar que Dios los envíe.


Pero, ¿no se han reportado encuentros con extraterrestres?

Sí, como se han reportado también encuentros con seres mitológicos y con sirenas. El hecho es que no se han verificado. Los encuentros reportados con extraterrestres pueden tener diversos orígenes: el sensacionalismo, la imaginación (se observa algo extraño y se concluye falsamente que es un ovni), la demencia y la mentira. Cuando el contacto con los "extraterrestres" está asociado a la práctica religiosa o a mensajes, es posible que se trate de actividad diabólica. El demonio puede engañar haciendo portentos sensibles para acreditarse poder, fomentar falsas creencias y apartarnos de Jesucristo.


¿De igual manera, no se podrían rechazar las apariciones de la Virgen?

La Iglesia está conciente del peligro de apariciones falsas. Es por eso que procede con suma cautela ante reportes de apariciones. Es cierto que muchas de ellas resultan ser falsas, pero también hay que recordar que, si bien el demonio tiene poder para engañar, mucho más poder tiene Dios para comunicar la verdad sin engaño. Dios ha prometido que el Espíritu Santo guiará siempre a la Iglesia. Las apariciones son investigadas rigurosamente por muchos años hasta que se perciben los frutos y se descartan posibilidades de engaño. Es por eso que tenemos confianza de que las apariciones aprobadas por la Iglesia son auténticas. Los reportes de visitas de extraterrestres, por el contrario, no han producido otro fruto que fantasías.

Idea http://es.catholic.net/temacontrovertido/600/1553/articulo.php?id=3148


Psicopatología y Sectas

Idea http://es.catholic.net/psicologoscatolicos/706/2150/articulo.php?id=30283
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ultravioleta
Invitado





MensajePublicado: Dom Ago 20, 2006 10:23 pm    Asunto:
Tema: Consulta por temas paranormales, ovni y halucinaciones
Responder citando

Idea Parapsicología: trata de cosas como la percepción extrasensorial, la telepatía mental, la telequinesia, la sanación psíquica y la comunicación con espíritus mediante médiums o el channeling. A pesar de las duras críticas de los científicos, la parapsicología ha ido creciendo y encaja perfectamente en la mentalidad popular de ciertos sectores de la Nueva Era, según la cual los seres humanos tienen habilidades psíquicas extraordinarias, aunque con frecuencia en un estadio poco desarrollado.

Documento: Jesucristo Portador del Agua de la Vida
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esiomajb
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Registrado: 20 Ago 2006
Mensajes: 6

MensajePublicado: Vie Ago 25, 2006 5:06 pm    Asunto: Respuesta a comentario de ultravioleta
Tema: Consulta por temas paranormales, ovni y halucinaciones
Responder citando

Estimada/o Ultravioleta:
muchas gracias por la respuesta.
Me parece que por lo que entiendo del material publicado, estarías de acuerdo en que consisten seres que podrían ser los causandtes de la presencia de los ovnis, y que tú los relacionas con extraterrestres (existen varias otras variantes, como que pudieran ser seres que viven en nuestro planeta pero que por alguna razón no seamos capaces de notar su presencia o que suponemos que no existen porque para existir requerirían actividades e infraestructuras similares a las nuestras y eso no tiene proqué ser así necesariamente.

Se desprende acaso entonces que también Uds. (o al menos ultravioleta)están de acuerdo con que existirían los fenómenos paranormales (no necesariamente estamos hablando de habilidades paranormales sino por ejemplo la presencia o manifestación o apercepción (por parte del testigo) de una inteligencia?

Aunque no he leído aún en detalle el documento http://es.catholic.net/temacontrovertido/600/1553/articulo.php?id=3148

y considerando que sí existen estos seres (sean ángeles, demonios, fantasmas, seres de ovnis, etc etc) y que estos si se podrían manifestar a un testigo, quería hacer la siguiente pregunta: cómo es posible saber si un testigo está dando a conocer en su narración una experiencia real en base a la presencia de algunos de estos seres?

Quiénes son los expertos que pueden decidir esto?
Acaso no estamos aquí en un punto límite en donde algunos diagnósticos como la esquizofrenia podrían estar mal realizados siendo que los testigos no sufrirían realmente de ningún trastorno real más allá de la reacción fuerte ante la experiencia de ser testigo de la presencia e interacción de uno de estos seres?

Saludos y muchas gracias
Michel Jordán
esiomajb@gmail.com
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kunkel
Constante


Registrado: 08 Ene 2006
Mensajes: 582
Ubicación: España

MensajePublicado: Dom Ago 27, 2006 4:56 pm    Asunto: Fenomenos PES y Trastorno Mental
Tema: Consulta por temas paranormales, ovni y halucinaciones
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La esquizofrenia tiene unos síntomas precisos para su diagnóstico, aparece en todas las culturas y épocas de la historia, tiene un curso y evolución muy estudiado y no deriva de ninguna experiencia traumática (aunque supuestamente fuera de contacto con los extraterrestres). Es una enfermedad no un estado traumático

Mas bien hay evidencias de que muchas personas (no todas) que dicen tener poderes paranormales o muestran un intenso interés por estos temas tienen rasgos esquizoides de personalidad (incluidos muchos parapsicólogos).

Actuelmente no existe una evidencia suficiente para aceptar la existencia de fenomenos paranormales ni de los ovnis; lo que no deriva en que no existan necesariamente, sino en que las pruebas actuales a nivel cientifico son insuficientes. La mayoria de los experimentos de parapsicología se basan en la estadistica (p.e los estudios de Rhine sobre percepción extrasensorial) y han sido difíceles de replicar por otros investigadores.

Juan José Ruiz Sánchez
Psicólogo Clínico
(y ex-miembro de la Sociedad Española de Parapsicología)
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esiomajb
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Registrado: 20 Ago 2006
Mensajes: 6

MensajePublicado: Dom Ago 27, 2006 7:47 pm    Asunto:
Tema: Consulta por temas paranormales, ovni y halucinaciones
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Estimado Kunkel

le mando una información que puede ser de su interés
Aparte de lo aparecido en en http://www.fortea.us/ y http://www.fortea.us/spanish/index.htm
le invito a leer lo que encontré en

http://buscador.lanacion.com.ar/Nota.asp?nota_id=833334&high=Ritual%20Iglesia
http://buscador.lanacion.com.ar/Nota.asp?nota_id=833184&high=Ritual%20Iglesia

saludos y que estés muy bien
Michel

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Domingo 20 de Agosto de 2006
Ritual de la Iglesia: LA NACION presenció un caso en la diócesis de San Isidro
Los Misterios y Secretos del Exorcismo
Cada vez se presentan más casos, admitieron los sacerdotes que llevan adelante la práctica admitida por el Vaticano

Por Silvina Premat - Redacción de LA NACION


"Lo que va a pasar acá tratará de desviarnos de la oración. Les pido que, pase lo que pase, al menos dos personas mantengan el rezo del rosario. Los demás cuidamos que Carmen no se golpee ninguna parte del cuerpo pero, sobre todo, la cabeza", dijo el padre Juan.

Arrodillada frente a la imagen de la Virgen y a un sagrario con la Eucaristía, en el salón de la parroquia San Andrés Avelino, en Villa Adelina (diócesis de San Isidro), Carmen, de 33 años, juntó las manos y se dispuso a rezar. La rodeaban su marido, seis colaboradoras de esa parroquia y el padre Juan. En una mesa, junto a la pared, yacían las armas del sacerdote para el combate que se avecinaba: agua bendita, aceite, un crucifijo y fotocopias con oraciones.

Eran las 17.10 del martes pasado y comenzaba así el quinto ritual de exorcismo al que se sometería esta mujer -cuya identidad real se mantiene en reserva- para intentar liberarse de lo que la Iglesia reconoce como una intervención diabólica. Cinco exorcistas consultados por LA NACION afirmaron que en los últimos años ha crecido la cantidad de personas que los buscan porque dicen escuchar voces, ver sombras donde no hay nadie, oír puertas que se abren o cierran, y otros fenómenos para los que no encuentran explicación.

"La Iglesia está preocupada por este tema y por eso actualizó en 1999 el ritual que se usaba desde 1614 y, el año pasado, la Pontificia Universidad de Roma dio un curso para sacerdotes exorcistas", dijo el padre Alberto Ibáñez Padilla.

El de Carmen, cuyo exorcismo del martes fue presenciado por LA NACION, es el sexto caso diagnosticado en lo que va del año por el padre Ramón Morcillo, párroco de San Andrés Avelino y experto en nuevos movimientos religiosos. Desde que comenzó a hacer exorcismos en San Isidro, hace cinco años, Morcillo llegó a reconocer la presencia de una potestad extraña sólo en cinco casos.


"NO DAMOS ABASTO"

"Los sacerdotes que nos ocupamos de esto somos muy pocos y no damos abasto. Debería haber uno por jurisdicción eclesiástica", dijo el párroco.

En el salón, a los cinco minutos del inicio de las oraciones a los santos, Carmen sufrió una especie de desmayo y, enseguida, comenzó a respirar con dificultad, jadear, rugir, gritar y contonearse cada vez que el sacerdote nombraba a Jesús, la Virgen María o se refería a las mentira y obras de los demonios.

Ahora, acostada y sostenida por su esposo y por cuatro de las mujeres presentes, Carmen no miraba a nadie y movía en círculos la cabeza. Dio un fuerte alarido cuando el padre Juan acercó el crucifijo a su cuerpo.

"¿Renuncian a Satanás?", preguntó el cura en una parte del ritual. "¡No!", fue el grito espeluznante de Carmen, que después empezó a hablar con los dientes apretados y con voz ronca y grave, muy similar a la de Gollum, el horrible personaje de "El señor de los anillos".

Con la lengua afuera soplaba, se movía, se reía con carcajadas que ponían la piel de gallina a cualquiera que la escuchara y forcejeaba para incorporarse. El sacerdote seguía rezando y ahora dialogaba con Carmen, que respondía como si fuera otra persona. Sin perder la calma ni el tono tierno, el padre Juan también se dirigía a "alguien" distinto de Carmen a quien le ordenaba "en nombre de Jesús" que se retirara de esa mujer.

"No. No me voy. Yo la quiero más que Jesús. Yo la elegí. Es mía. Mía. Yo hago lo que quiero. No me voy. Déjenme en paz. No voy a decir nada. Vete con tu Dios", decía la voz que a estas alturas era difícil atribuir a la identidad de la mujer que una hora antes había llegado por sus propios medios buscando alivio.

Antes de encontrar al padre Morcillo, ella y su esposo consultaron a 35 sacerdotes, entre los que figuran cuatro obispos, sobre los extraños síntomas que la aquejaban desde hacía varios años: en ciertas ocasiones se ve deformada en los espejos, mueve objetos con sólo mirarlos o le dan ataques de risa que no puede frenar y le provocan fortísimos dolores de mandíbula.

El esposo de Carmen, de 37 años, adjudica el origen de estos malestares a las prácticas en grupos Umbanda y de espiritismo de distintos familiares de ambos, cuando ellos eran niños.

El padre Carlos Mancuso, párroco de San José, de La Plata, y exorcista desde hace dos décadas, estimó que la mayoría de quienes se acercan a consultarlo "son personas que quedaron afectadas espiritualmente luego de haber participado en sectas satánicas o grupos religiosos afrobrasileños o en sesiones con médiums, curanderos y brujos".

Con él coincidieron el hermano marista Emilio Garione y otro sacerdote de Lanús, que pidió mantener su nombre en reserva. Todos ellos mencionaron el auge del esoterismo como la principal causa del aumento de "personas con problemas espirituales".

Entre las características comunes de las personas afectadas por estas "intervenciones diabólicas", mencionaron que en su mayoría son mujeres menores de 50 años, de distintos niveles socioeconómicos y educativos. Según Padilla, las mujeres son las más afectadas "sin lugar a dudas pero también hay más mujeres videntes y rezadoras".

Como en el caso de Carmen y el padre Juan, quien dio por terminado el encuentro después de dos horas "de combate". Morcillo explicó que serán necesarios unos cinco o seis exorcismos más hasta lograr "liberarla totalmente" y que "cada exorcismo es como un round en el que se va debilitando al demonio que está en esa persona".

Morcillo mostró a LA NACION un fax de otra joven a quien le practicó también varios exorcismos que terminaron en junio pasado. "Siento la alegría inmensa que debe sentir un preso cuando es liberado", escribió esta joven al sacerdote.


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Lunes 21 de Agosto de 2006
Ritual de la Iglesia: el punto de vista de la medicina
La Psiquiatría Acepta los Exorcismos
Descarta la posesión diabólica, pero los considera tratamientos efectivos para un trastorno específico

Por Silvina Premat - Redacción de LA NACION


¿Una persona que dice oír voces o ruidos que otros no perciben, ver objetos que no existen, hablar en lenguas desconocidas y, sobre todo, rechazar con violencia las imágenes religiosas está poseída por un espíritu maligno o sufre alguna alteración mental?

La disyuntiva se presenta por igual tanto a los sacerdotes como a los médicos psiquiatras que reciben en sus despachos o consultorios a personas con estos y otros síntomas, y que trabajan cada vez más en conjunto.

Si bien la Iglesia enseña que la posesión demoníaca es el caso extremo de influencia maligna que se da en raras ocasiones, como informó LA NACION ayer, estos casos han aumentado en los últimos años.

En la Iglesia, que sugiere a los exorcistas desconfiar primero de una intervención diabólica, se derivan estos casos a los psiquiatras y muchos de ellos, después de descartar que no se trata de histeria, psicosis o algún trastorno mental los vuelven a remitir al ámbito religioso.

"Cuando no podemos manejar el cuadro y se trata de una cuestión de fe, lo enviamos a los sacerdotes, sabiendo que no es el diablo que está dentro de ellos, sino aceptando los exorcismos como una terapia más", dijo a LA NACION el presidente de la Asociación de Psiquiatras Argentinos (APSA), Hugo Lande, para quien los exorcismos que practican los sacerdotes funcionan como una terapia de sugestión. Lande considera que esos tratamientos espirituales son efectivos porque ha visto pacientes que se curaron después de las intervenciones en la Iglesia.


"INTERVENCIÓN DIABÓLICA"

Según la teología, los malestares expresados por quienes dicen ser víctimas del mal podrían ser objeto de alguna "intervención diabólica", descripta ya en los libros del Antiguo Testamento. En los casos extremos, de posesión, el remedio sugerido por la Iglesia siempre fue el exorcismo, un ritual de oraciones que ordenan al diablo que libere a la persona que está sufriendo sus tormentos y se reza por el alma del poseído.

"Un sacerdote (exorcista) jamás hace un diagnóstico solo, consulta primero con un médico psiquiatra para que éste le informe si el paciente presenta alguna característica patológica", dijo a LA NACION el psiquiatra Ricardo Kogan-Medoy, quien atiende desde hace varios años en forma gratuita a pacientes derivados por un sacerdote exorcista. Kogan-Medoy no quiso decir cuántos son esos pacientes para, dijo, evitar daños en personas muy sugestionables y porque es un número que puede asustar a la gente.

Según ese profesional y su colega Norka Jordán, las personas que para los sacerdotes exorcistas están poseídas por el demonio se encuadran, desde el punto de vista psiquiátrico, en el trastorno disociativo por trance o posesión. Este trastorno es descripto en la clasificación internacional de enfermedades mentales ICD-10.

Jordán, psiquiatra especializada en psicología clínica, citó la descripción publicada en el libro "Sinopsis de psiquiatría", de Harold Faplan y otros autores, donde se afirma que la posesión es "una alteración aislada o episódica del nivel de conciencia caracterizada por la suplantación de la identidad habitual por otra diferente (espíritu, poder, divinidad u otra persona)".

Los criterios para definir si se trata de un trastorno por trance y posesión son, según esa clasificación internacional, la alteración en el nivel de la conciencia, la pérdida de la identidad habitual y contorsiones que se experimentan como fuera del propio control.

Jordán, que trabajó con el padre Alberto Ibáñez Padilla por lo menos en ocho casos en los que el sacerdote jesuita hizo exorcismos (a lo que ya no se dedica), advirtió que la psiquiatría no está respaldando la posesión demoníaca, sino que describe el cuadro de posesión, pero no dice que sea el diablo la causa, sino que lo llama agente.

Sin embargo, para Lande el trastorno por trance o posesión no se corresponde con los casos de los pacientes que dicen estar poseídos por el demonio. "El agente al que se refiere la descripción de ese trastorno no es de persona, sino que puede ser provocado por un tóxico, sobre todo el LSD, o alguna intoxicación por medicamentos o por heroína", dijo el titular de APSA que reúne a unos 4000 psiquiatras.

Según Kogan-Medoy el 90% de los médicos mantiene, al menos públicamente, los criterios cientificistas. "Pero en estas cosas de Dios, nada es mensurable ni medible", dijo, y agregó: "La ciencia no puede descartar un método que durante siglos probó ser efectivo". Se refería a los exorcismos, a los que también él, desde el punto de vista médico, considera un tratamiento espiritual efectivo.


ORÍGEN: HÁBITOS ESOTÉRICOS

Jordán considera que quienes sufren estos fenómenos antes de llegar al psiquiatra o a la Iglesia consultan con videntes, curanderos, tarotistas o grupos umbanda. "Buscan la sanación que estos grupos o personas ofrecen para malestares físicos o espirituales, o también por problemas económicos, y terminan peor que antes", afirmó.

Según la experiencia de Lande, es un problema cultural muy interesante, y para su solución es necesario que los profesionales respeten aquello en lo que el paciente cree.

La psicóloga Diana Dicesare fue consultada por otro sacerdote exorcista en varios casos. En uno de ellos, según contó la profesional a LA NACION, notó una contradicción inexplicable entre el discurso de la persona y los signos que resultaban de un estudio que le hicieron. "Según el test, esta persona padecía una neurosis común, pero de acuerdo con su discurso era lo contrario y hasta se podía hacer un diagnóstico de esquizofrenia", afirmó.

Los exorcistas y los psiquiatras consultados por LA NACION dijeron que en muchas ocasiones trabajan en conjunto y combinan la medicación psiquiátrica con la práctica de exorcismos o hacen pruebas de posesión.

Kogan-Medoy contó que una vez, mientras él conversaba con una paciente, un sacerdote roció con agua bendita la espalda de la joven. Inmediatamente, la chica se dio vuelta y preguntó al cura qué había hecho porque sintió que algo la quemaba. "La paciente no vio lo que el padre estaba haciendo; fue una gota de agua bendita que cayó sobre su ropa. No tenía razones para sentirse molesta. Desde el punto de vista científico, no lo puedo explicar", dijo el psiquiatra.


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Domingo 20 de Agosto de 2006
Lo Primero, Descartar una Psicosis
La primera sugerencia que la Iglesia da a los sacerdotes autorizados a realizar exorcismos es la de desconfiar de que el caso por resolver sea una posesión demoníaca


Para detectar si la persona que dice estar atormentada por los demonios no sufre una enfermedad psicológica, los exorcistas lo entrevistan, le piden estudios médicos e incluso psicológicos o psiquiátricos. Los curas deben descartar que no se trate de una histeria, una psicosis, una esquizofrenia u otra patología.

Los casos de poseídos son considerados por el padre Mancuso "una rara avis en la sociedad". El no lleva un registro de los casos por exorcizar, pero puntualiza que en este momento tiene seis en lista de espera. Todas las afectadas son mujeres.

El ritual indicado por el Vaticano no obliga a realizar estudios médicos y psiquiátricos antes de decidir la práctica de un exorcismo, pero lo recomienda.

La Iglesia sugiere que los síntomas de una intervención diabólica que habilita a un cura a practicar un exorcismo son: la aversión vehemente del afectado contra Dios, la Virgen, los santos, la cruz y otros símbolos sagrados; que hable en lenguas desconocidas, que localice objetos escondidos o distantes y que demuestre una fuerza superior a su contextura física.

Entre los remedios, el ritual del Vaticano describe los sacramentales (aceite, agua bendita, la cruz), así como la confesión, la comunión, la oración y el ayuno, los nombres de Jesús y María, y el exorcismo.


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Las Claves de un Fenómeno que Crece

-¿Qué es un exorcismo?

-Es una particular forma de oración que la Iglesia emplea contra el poder del diablo. Hay dos tipos: el exorcismo público, cuando se comprueba la presencia del demonio en el cuerpo de una persona, y el privado, para casos de otras influencias del mal, como opresión u obsesión.

-¿Quién lo puede hacer?

-El exorcismo público sólo puede ser hecho por sacerdotes autorizados por su obispo. Está regido por el derecho canónico. El privado puede ser hecho por laicos. El Papa sugirió a los obispos "velar para que personas no autorizadas no orienten reuniones en las que se ore para expulsar al demonio".

-¿Cómo es el ritual?

-El exorcismo privado no tiene ritual. En el público, el sacerdote unge con óleo al afectado, lo rocía con agua bendita y recita oraciones.

-¿Quiénes lo presencian?

-Además del cura puede haber entre cuatro o cinco personas. Algunos permiten la presencia de médicos o psiquiatras y de alguien que fotografíe o filme el ritual.

-¿Se hace una sola vez?

-Se repite las veces que sea necesario. Depende del malestar de la persona.

-¿La persona queda afectada?

-No. Generalmente no recuerda lo que pasaba durante los "ataques". Algunos psiquiatras dicen que la persona afectada sufre luego un estrés postraumático, que puede ser tratado con terapia común.

-¿Cuál es la diferencia entre el exorcismo y la oración de liberación?

-El exorcismo es una orden por la cual se exige al demonio que se retire del alma afectada. La liberación es una oración por la que se pide a Dios que la persona sea liberada de ciertos problemas.

FUENTE: La Nación (Bs As) - http://www.lanacion.com.ar


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http://www.andesenios.net/enigmas/41.htm

Posesión diabólica: ¿Trampa de la mente o artificio del diablo?

No debe haber nadie que no se haya horrorizado genuinamente con la película El Exorcista, ícono del cine de terror. Luego de verla, se abre la gran duda: ¿es posible que un caso de posesión como el que allí se relata ocurra en la realidad? ¿Puede el demonio poseer de ese modo a un ser humano, y convertirlo en un monstruo por dentro y por fuera? Todo parece indicar que sí –aunque quizás no hasta el extremo de deformidad física que muestra la película- y hasta la siempre cauta Iglesia Católica acepta la posesión diabólica como un hecho, y ha instituído el rito del exorcismo para combatirla con los elementos de la fe y la religiosidad. El tema es controvertido, pero más allá de que algunos casos de posesión obedezcan a sugestión o a enfermedades mentales, el tema no pierde vigencia como una de las posibles armas que usa el demonio en su batalla contra la luz.



Por: Alejandra Bluth Solari



La posesión diabólica consiste, lisa y llanamente, en la apropiación por parte del demonio –o de algún espíritu maligno o diablo- del cuerpo y/o la mente de alguna persona con el sólo afán de asustar y, molestar y atrapar esa alma, cambiando la conducta, personalidad y, en ocasiones, hasta los rasgos físicos de la víctima. En definitiva, ésta se convierte en una persona totalmente desconocida para sus cercanos.



Todos saben del tema gracias a la película de 1972 El Exorcista, de William Blatty, protagonizada por Linda Blair, donde una niña de 12 años es víctima de posesión. De hecho, la famosa película está inspirada en un caso real. William Blatty era un joven estudiante de literatura en la universidad jesuita de Georgetown (estado de Washington, Estados Unidos cuando, en agosto de 1949, leyó una noticia en el diario The Washington Post: "Un sacerdote libra a un joven de Mount Rainier de las garras del demonio". Veinticinco años después, tras investigar los hechos y cambiar – a petición del padre Bowdern, sacerdote que practicó aquel exorcismo – la identidad del protagonista, por la de una niña, escribió una novela de la que se vendieron trece millones de ejemplares. Dos años más tarde la convirtió en el guión de la mítica película del mismo nombre. El filme delinea claramente el proceso de posesión, que se manifiesta, progresivamente de tres formas: infestación (el demonio actúa sobre la materia circundante y produce fenómenos telequinéticos de toda índole); obsesión (atormenta a la víctima sin hacerla perder el conocimiento pero de modo evidente); y posesión (invade el cuerpo de la persona y lo trata como propiedad suya. Ver al final del artículo Otras formas de acción demoníaca).



Si bien el filme exagera la transfiguración física y poderes de la víctima hasta extremos grotescos, el tema de la posesión se debate como posible en todas las religiones desde la antigüedad, cuando a cualquier persona que manifestara algún grado de violencia extrema o forma de locura o alteración de la personalidad se la consideraba poseída por demonios.



En la historia de la Iglesia, en los primeros siglos del Cristianismo, todo mal se le achacaba al demonio. El tema se instituyó hasta en los hospitales, con enfermeros expertos en exorcizar demonios. De hecho, desde tiempos inmemoriales, la figura del demonio ha venido siendo tanto a nivel oral como en las más remotas tradiciones escritas materia indispensable a la hora de explicar muchos de los fenómenos que nos rodean y que resultan incompresibles cuando los sufrimos de forma directa. Enfermedades, accidentes o sencillos ataques de stress eran asociados en la antigüedad con demonios que pululaban en derredor nuestro con la intención de apartarnos del camino correcto e inmiscuirse en nuestras vidas. Así, las posesiones espiritas han estado presentes en nuestra cultura desde que el mundo es mundo.



Pero es muy común confundir los casos de posesión con enfermedades mentales, y viceversa. El desdoblamiento de personalidad, la personalidad múltiple, el trastorno histriónico de la personalidad, ciertos síndromes delirantes, algunas psicosis agudas, la esquizofrenia, los comportamientos alterados como consecuencia del consumo de drogas, la epilepsia que genera temblores físicos incontrolables y en la antigüedad se consideraba posesión demoníaca, la neurosis, la prosopopesis, la autosugestión, la psicosis, la paranoia, la histeria, el trastorno obsesivo compulsivo, la doble personalidad, la bipolaridad y otros males de la mente suelen generar episodios de violencia y alteraciones conductuales severas que pueden confundirse con una posesión. De hecho, muchos de los casos responden a trastornos mentales severos y no a la influencia del demonio. Esto no solamente reduce bastante los casos genuinos de posesión diabólica a unas cuantas excepciones, sino que disminuye la credibilidad que la gente le da al tema.



Los límites entre las situaciones psíquicas y la efectiva influencia demoníaca están poco identificados y son difícilmente identificables, por lo que puede fácilmente pasar por posesión diabólica lo que, en realidad, es sólo expresión de profundos trastornos psicológicos.



El aspecto clave del problema, que la investigación psicológica y psiquiátrica todavía no han resuelto, consiste en la correcta distinción entre un comportamiento patológico de índole psíquica y una verdadera posesión diabólica. En tal perspectiva, obviamente, sólo un científico serio, con una mente capaz de superar el reducido campo de su competencia, es capaz de reconocer la posibilidad de posesiones diabólicas.



Pero formalmente, la medicina no reconoce a la posesión demoníaca, y atribuye los signos y síntomas que presentan los presuntos posesos a profundos trastornos psicológicos, como neurosis de conversión, esquizofrenia, epilepsia, y psicóticos indiferenciadas. Sin embargo, hay casos de alteración severa del comportamiento que no encuentran una explicación suficiente y convincente con los instrumentos psicológicos y psicosiquiátricos normales. Hay casos que ni la medicina puede explicar y sabemos que esta ciencia no tiene respuestas para todo, pero es natural la duda. En la neurosis de conversión, por ejemplo, aparecen síntomas objetivos importantes sin lesión que los justifique, como una parálisis sin lesión de nervio o músculo, o una ceguera en la que los ojos y el sistema nervioso ocular permanecen intactos. En estos casos, se habla de un conflicto psicológico que se trasformaría en un síntoma orgánico, mientras en otros casos el conflicto psicológico no se manifestaría como enfermedad corporal, sino como enfermedad psíquica llamada trastorno disociativo, como por ejemplo la amnesia histérica, durante la que el sujeto olvida quien es, o los casos de múltiple personalidad.



En el síntoma histérico, por otro lado, se dan dos tipos de cuadro: la calma y la tempestad. Durante la calma pueden darse parálisis, ceguera, sordera, alteraciones de la sensibilidad en una parte o todo el cuerpo. En los episodios de tempestad se producen ataques durante los cuales el paciente grita, se golpea, se desgarra las ropas, se contorsiona, sufre de temblores, espasmos musculares, posiciones extremas (en arco). Si más encima consideramos que las personas con enfermedades mentales se muestran especialmente sensibles o proclives a autosugestionarse y desarrollar una posesión imaginada.



Pero aunque la diferencia entre casos de posesión real e imaginada son muy tenues, hay sutiles matices. Por ejemplo, durante la posesión genuina las convulsiones y crisis de violencia de la persona van en aumento, en lugar de disminuir, como ocurre con los enfermos mentales, y simultáneamente a ellas aparece una nueva identidad que razona y contesta coherentemente. Por lo tanto, ¿puede el demonio poseer a una persona y manejar su mente, su cuerpo y su voluntad? Todo indica que sí, aunque son pocos los casos y nunca todos los que se dice, la posesión demoníaca parece ser una realidad. si la persona es mental o emocionalmente débil, se encuentra alejada de Dios y desprotegida, más aún si se expone a peligros como conjuros satánicos, participación en ritos de sectas esotéricas, sesiones espiritistas o de escritura automática y prácticas de Oui-ja con escaso conocimiento y temor, y pasa por periodos de situaciones emocionales intensas o tiene un carácter inestable con tendencias histéricas o desequilibrio emocional. Todo ello puede abrir la puerta al influjo de energías o entidades poderosas del bajo astral o malignas, que la persona no está en condiciones de enfrentar o repeler, y que pueden usurpar su cuerpo y su mente.



En el contexto de la posesión, la persona padecer una serie de enfermedades físicas y psicológicas que lo martirizan terriblemente, todas ellas sin cura y sin razón aparente. El demonio actúa desde dentro (por lo que se llama posesión) dejando incluso muy dañada la libertad, por lo que se pueden llegar a cometer acciones perversas por cuenta del demonio. ¿Con qué objeto todo esto? Simple; la acción más ordinaria del demonio, orientada a todos los hombres, es la de tentarlos hacia el mal. Por eso, as personas más proclives a sufrir una posesión son aquellas que se abandonan al demonio con el pacto, libremente, y aquellas que constituyen un peligro para su reino. En los santos y en quien busca con radicalidad la santidad, el demonio produce en ellos lo que se conoce como "obsesión" (detallada al final del artículo en Otras formas de acción demoníaca ), a través de la cual busca desestabilizar su acción, hacerla ineficaz, y que finalmente desistan de este propósito. Para ello usa de todos los medios a su alcance incluyendo la perturbación física. El mismo Jesús se dejó tentar por Satanás, y se sabe que San Pablo de la Cruz, el santo cura de Ars, el padre Pío y tantos otros fueron golpeados, flagelados y apaleados por demonios, aunque en estos casos se trató de una influencia externa de Satanás para torturarlos, y no de apropiación de sus cuerpos y voluntades.



En la posesión en sí, el demonio, o la entidad diabólica –se dice que no es siempre Satanás mismo el que posee a una persona, sino también diablos, supuestos espíritus del bajo astral y otras entidades proclives al lado oscuro- se apodera del cuerpo en forma permanente, ejerciendo un control total sobre éste, pero a diferencia de lo que muestra la película El Exorciza, donde la niña es víctima de la posesión en forma permanente, adelgaza y se enferma hasta casi morir, pierde por completo su conciencia de identidad y es incapaz de levantarse de la cama donde la tienen atada con correas por la fuerza hercúlea con que se daña a sí misma y a los demás, en la mayoría de los casos los posesos siguen su vida normal, y sólo son presa de los ataques diabólicos en forma intermitente y por un cierto lapso de tiempo. En los accesos severos se produce una agitación febril que se manifiesta en contorsiones, gritos de rabia, groserías y blasfemias hasta perder la conciencia. A esos estados críticos suelen seguir episodios de descanso o sosiego.





Es normal, además, que las víctimas estén bajo cuidados médicos por enfermedades mentales antes de que se descubra que están poseídos, y esto generalmente sucede porque las medicinas no surten el más mínimo efecto. Los síntomas más claros de una posesión demoníaca, tanto a nivel físico y psíquico o de comportamiento, están establecidos por la Biblia en la materia: el Rituale Romanum de la Iglesia Católica, documento que establece los síntomas de la posesión y el rito para combatirla.



Los principales son demostrar un odio furibundo y visceral hacia el nombre, imágenes o cualquier cosa relacionada con Dios, Jesús, los santos, la Virgen y símbolos sagrados, hasta extremos de histeria, psicosis o paranoia; la xenoglosia, o hablar y entender lenguas muertas o desconocidas que la persona no domina; practicar la clarividencia o adivinación para descubrir hechos y situaciones ocultas de las personas y el entorno, incluso a distancia; manifestar una fuerza física sobrehumana, que duplica en mucho a la normal según la edad y contextura de la persona, y una fuerza psíquica con un enorme poder de concentración y sugestión de terceros; predecir hechos futuros; sufrir una transformación integral de la personalidad original que da origen a una nueva forma de ser en extremo violenta, soez, burlona, irritante y odiosa; presentar alguna transformación física en el cuerpo, como llagas o heridas, cambios en la mirada, y endurecimiento de los rasgos faciales; alteraciones notorias en la voz, adquiriendo un tono gutural, ronco, donde cambia radicalmente el tono, cadencia y pronunciación de las palabras, y se suelen emitir fonías animales, como rugidos, quejidos y bramidos; capacidad de practicar la levitación contraviniendo la ley de gravedad, y contorsiones y convulsiones extraordinarias y antifiosiológicas con el cuerpo; emitir desagradables ruidos y hedores corporales, como diarrea, escupitajos y vómitos; capacidad de mover objetos a distancia por grandes y pesados que sean, afectando leyes físicas (telekinesis); generar cambios extremos y brucos de la temperatura del lugar donde se encuentra el poseso.



Las víctimas de la posesión tampoco tienen edad. Se habla incluso de los malditos desde el vientre, bebés de pocos meses que manifiestan un comportamiento asombroso. En España fue famoso el caso de un bebé de 13 meses de edad, aparentemente poseído, que cuando el exorcista le colocó una medalla de San Benito giró su cabeza estando acostado boca abajo, y dijo con mucho enfado y voz ronca, "¡Ándate, márchate!". Obviamente, el niño era demasiado pequeño para hablar.



La batalla



La única forma de combatir los casos de posesión diabólica y desalojar del cuerpo de la persona al espíritu que se ha alojado en él es un rito llamado exorcismo (del griego exousia, que significa juramento, en cuanto a poner al demonio bajo juramento o invocar una autoridad más alta para obligarlo a actuar de manera contraria a sus deseos).Los ritos varían desde simples invitaciones a retirarse hasta ceremonias elaboradas, algunas de las cuales incluyen bailes y estados de trance donde se le pide a Dios ayuda a expulsar al ente ofensivo. Dichas ceremonias incluyen la oración, la quema de incienso y el uso de sustancias sagradas como hierbas, agua bendita o sal. No importa cuánto dure un exorcismo; ya sea días u horas, el demonio siempre sale derrotado.



La práctica del exorcismo tiene su origen en la magia. En la antigua Babilonia (hoy Irak), donde los sacerdotes rompían una imagen de arcilla o de cera que simbolizaba al diablo, con el fin de destruir al demonio real. Los griegos y los egipcios también realizaban ritos similares, y en la Biblia abundan diversas referencias al demonio y al exorcismo; de hecho, el Nuevo Testamento relata cómo Jesús expulsaba a los espíritus malignos a través de la oración y de su autoridad: “Jesús lo practicó (Mc 1,25 ss),



En la antigüedad, el .exorcismo era pan de cada día ante cualquier persona que manifestara algún grado de violencia extrema o alteración de la personalidad. Hoy, aunque la posesión diabólica se ha puesto en tela de juicio desde que los avances de la psiquiatría han permitido descubrir patologías mentales que se curan o dominan con fármacos, no ha desaparecido del todo, y de tanto en tanto se oye hablar de algún caso de posesión aquí o allá, y el rito del exorcismo está presente en diversas religiones y culturas, lo que demuestra que en todas las civilizaciones se acepta la idea de que existe un espíritu del mal capaz de apoderarse del cuerpo y de la voluntad de una persona. Su uso es común en aquellas sociedades donde se cree que los espíritus interfieren frecuentemente en los asuntos terrenales ocasionando enfermedad, mala suerte y desastres.



El cristianismo, en sus albores, no tenía plenamente asumida la figura del diablo, pero la introdujo aceptando las influencias de otras religiones, así como el contenido evangélico en dicho sentido. El Antiguo Testamento sólo cita un principio divino positivo, y por lo tanto no se entendía que es lo que podía provocar el mal; al no poder admitir otro dios sin caer en un politeísmo que se suponía superado, se echó mano de un ser inferior y se creó la imagen del demonio. Es difícil fijar hasta que punto Jesús lo admitió como un hecho sociológico, o bien, ante los milagros que realizaba, los propios narradores achacaban la sanación a la expulsión de demonios del cuerpo, basados en la creencia de la época de que la enfermedad era indefectiblemente provocada por dichas entidades, además de creerse ellos en la obligación de demostrar que los principios del bien prevalecían sobre los del mal.



Es a partir de los siglos II y III cuando la Iglesia confiere carta de naturaleza al demonio como entidad del mal, y mediados del siglo V empiezan a aparecer los primeros exorcistas que terminan por consolidarse en el siglo VIII. En general, se trataba de clérigos que, además de sus tareas habituales, recibían una preparación especial a fin de capacitarlos para desempeñar tan comprometida responsabilidad.



Hoy, el cristianismo asocia el exorcismo con la posesión demoníaca causada por Satanás, donde se libra una batalla entre el bien y el mal. La Iglesia admite la existencia del diablo y, aunque no es un dogma de fe, también acepta que el maligno tiene poder para poseer a una persona. Dice el Nuevo Catecismo: "El exorcismo esta dirigido a la expulsión de los demonios o a la liberación de una posesión demoníaca a través de la autoridad espiritual que Cristo confió a su Iglesia".



Parte de la base de que el mal existe, y que Jesucristo vino a liberar al hombre del mal y del pecado y de todas las formas de dominación del maligno y sus demonios, que buscan pervertir el sentido de la vida del hombre y alejarlo de la salvación. Por esta razón, Jesucristo expulsaba los demonios y liberaba a los hombres de la posesión de los espíritus malignos, para hallar cabida en el corazón del hombre y darle la posibilidad de conseguir la libertad ante Dios. La Iglesia, que se siente llamada a seguir a Jesucristo, sostiene que ha recibido de Cristo mismo el poder de continuar, en su nombre, su misión para liberar al hombre del mal y de la de la posesión del maligno a través del servicio de sus ministros mediante el exorcismo, dejando en claro que la posesión diabólica no es ni un pecado ni un castigo para los pecados de la persona. “la permisión por parte de Dios de la actividad diabólica constituye un misterio grande, sin embargo nosotros sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman (Rm 8, 2Cool» (Catecismo de la Iglesia católica, n. 395).



Así, la Iglesia Católica tiene su propio ritual exorcista siempre actualizado, el Rituale Romanum, que data de 1614 y fue revisado en 1998, y en el cual un sacerdote experto y debidamente autorizado por el Vaticano recita oraciones y sigue ciertas prácticas y fórmulas para expulsar a los demonios o espíritus malignos de personas o lugares invocando la autoridad de Jesús.



Pero hoy la cosa no es tan simple como en la antigüedad, y antes de que el rito pueda llevarse a cabo deben probarse rigurosamente los síntomas que presenta la persona como una auténtica posesión por parte de médicos y científicos, descartándose trastornos psiquiátricos y enfermedades mentales, y mediar la aprobación de un obispo diocesano. El Rituale Romanun dice expresamente que "el sacerdote designado para hacer un exorcismo, además de distinguirse por su piedad, prudencia y vida íntegra, debe ser inmune a cualquier ansia de engrandecimiento personal y no confiar en su poder sino en el divino, así como de edad madura y reverenciado no sólo por su cargo sino por sus cualidades morales". El propio Vaticano tiene en la Universidad Lateranense de Roma el Departamento de Parapsicología que estudia estos hechos antes de autorizar el exorcismo. Si bien lo utiliza muchísimo menos que en la antigüedad, no descarta la posesión diabólica en el siglo XXI, ni ha dado por superado el tema, y hasta el mismo Papa Juan Pablo II realizó exorcismos durante tres ocasiones en su pontificado.



Aunque es menos común que en el catolicismo, ya que las iglesias luteranas no conceden ninguna credibilidad teológica a la existencia del demonio, algunos protestantes también realizan exorcismos; los pentecostales y otros carismáticos practican el "ministerio de la entrega", en el cual las personas dotadas arrojan demonios y curan mediante la imposición de las manos.



En el judaísmo, la literatura rabínica del siglo I se refiere al exorcismo con un rito en el que se expulsa al dybbuk, un espíritu maligno o alma errante que toma posesión del alma de la víctima y le causa enfermedades mentales y un cambio de la personalidad. El dybbuk es expulsado a través del dedo meñique del pie de la víctima, y puede ser redimido o bien enviado al infierno. En el hinduismo, budismo, islamismo, shintoísmo y muchas otras religiones, se culpa constantemente a los espíritus y fantasmas por toda suerte de males y se les arroja fuera de lugares y personas. Las técnicas usuales de exorcismo hindú, por ejemplo, incluyen soplar humo de estiércol de vaca, apretar una piedra de sal entre los dedos, quemar estiércol de cerdos, golpear a la víctima o jalarle del cabello, usar monedas de cobre como ofrenda, recitar oraciones o mantras y ofrecer regalos de dulces u otros presentes.



En algunas tradiciones shamánicas se cree que los demonios o espíritus causan enfermedades y desgracias robándose las almas. El shamán entra entonces en un trance extático para buscar y recuperar el alma y expulsar al demonio. De hecho, los chamanes indígenas, y hasta los sacerdotes de las tribus africanas más primitivas son expertos exorcistas, por no mencionar a personas proclives al ocultismo y la magia.



El Rituale Romanum



Es muy posible que una de las más hábiles trampas del demonio para influir en los hombres sea despistar sobre el tema de la posesión y ridiculizarlo, generando fraudes o permitiendo que sea hábilmente encubierta por enfermedades mentales que “aparentemente” se controlan con medicamentos.



Quizás al abrigo de esta idea es que numerosas teorías afirman que tanto el exorcismo como la posesión son meros fraudes o mentalismos, que funcionan por el poder de la sugestión tanto del poseso como del exorcista. Sostienen que desalojar a una entidad tan poderosa como el mismo demonio con rezos, una cruz, un poco de agua, talismanes e insultos es un total disparate que menosprecia el poder de Satanás, y que la posesión sólo ocurre en personas fanáticas de algunas sectas que se dejan dominar y convencer por líderes, aflojando su autocontrol y dándole total cabida a otra persona en su propia mente, pero no al demonio. Los temblores de tipo epiléptico, tan peculiares en los poseídos, reflejarían sólo un conflicto de poderes o energético entre el espíritu-propietario y el espíritu posesor, es decir, un vulgar conflicto energético. Así, el exorcismo se convertiría en un mero fraude o espectáculo, donde un feligrés neurótico, complaciente e inconsciente cede ante las plegarias de su pastor Meros casos de demencia, más que de auténtica posesión diabólica.



Que el tema se preste a tantas sospechas y fraudes molesta a los más acérrimos convencidos de la acción de Satanás sobre las personas. El sacerdote más experto en exorcismos del mundo, el padre Gabriele Amorth, señaló en una entrevista aparecida en el semanario L’Espresso de Italia, el 11 de junio del 2004, que la Iglesia es culpable del tono de charlatanería y farsa con que se trata el tema, que se ve más como casos de burla o locura que como algo serio. Señaló que el temor al demonio en la Iglesia decae cada vez más, lo que desata las manos del maligno y le ayuda a hacer su trabajo. “La Iglesia ha pasado de un exceso a otro. Para remediar la locura de la caza de brujas, que en vez de ser exorcizadas eran quemadas, ha cancelado todo, diablo y exorcismos. El resultado es regiones católicas enteras que no tienen más exorcistas. El año pasado nosotros los (exorcistas) italianos nos reunimos: éramos ciento setenta” declaró.



Sobre el Ritule Romanun, dice que es absolutamente incompetente, “un desastre. Prohíbe actuar en caso de maleficio, cuando el 90 por ciento de los casos de posesión derivan precisamente de allí. Prohíbe actuar si no se tiene la certeza previa de la acción diabólica, cuando eso sólo se puede comprender cuando se está actuando. Por suerte sigue valiendo el viejo ritual. Yo uso ese, de otra formar tendría que renunciar”.



El Ritual Romanum contenía, en un capítulo especial, las indicaciones y el texto litúrgico de los exorcismos. Este capítulo era el último, y había quedado sin ser revisado después del concilio Vaticano II. La redacción final del Rito de los exorcismos ha requerido muchos estudios, revisiones, renovaciones y modificaciones, consultas a las diversas Conferencias episcopales; todo ello analizado por parte de una Asamblea ordinaria de la Congregación para el culto divino.



Después de 10 años de esfuerzo, el Papa Juan Pablo II aprobó el nuevo texto que fue presentado el 16 de enero de 1999 por el cardenal chileno Jorge Medina Estévez, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos de la Santa Sede. Detalla el rito del exorcismo propiamente dicho, las oraciones que debe decir públicamente un sacerdote, con el permiso del obispo, cuando se juzga prudentemente que existe un influjo de Satanás sobre lugares, objetos o personas, sin llegar al nivel de una posesión propiamente dicha. Contiene, además, una serie de oraciones que pueden ser dichas privadamente por los fieles cuando sospechan con fundamento que están sujetos a influjos diabólicos.



El cardenal recalcó el poder del exorcismo como una antigua y particular forma de oración que la Iglesia emplea contra el poder del diablo. Textualmente señaló:



«Cuando la Iglesia pide públicamente y con autoridad, en nombre de Jesucristo, que una persona o un objeto sea protegido contra la influencia del maligno y substraído a su dominio, se habla de exorcismo. Jesús lo practicó (cf. Mc 1, 25 ss); de él deriva a la Iglesia el poder y la tarea de exorcizar (cf. Mc 3, 15; 6, 7. 13; 16, 17). De una manera simple, el exorcismo se practica durante la celebración del bautismo. El exorcismo solemne, llamado «gran exorcismo», puede ser practicado sólo por un presbítero y con el permiso del obispo. En esta materia es necesario proceder con prudencia, observando rigurosamente las normas establecidas por la Iglesia. El exorcismo tiene como objeto expulsar a los demonios o liberar de la influencia demoníaca, mediante la autoridad que Jesús ha dado a su Iglesia. Muy diferente es el caso de enfermedades, sobre todo psíquicas, cuya curación pertenece al campo de la ciencia médica. Es importante, por lo tanto, asegurarse, antes de celebrar el exorcismo, que se trate de una presencia del maligno y no de una enfermedad (cf. Código de derecho canónico, c. 1172)» (Catecismo de la Iglesia católica, n. 1673).



La sagrada Escritura nos enseña que los espíritus malignos, enemigos de Dios y del hombre, realizan su acción de modos diversos; entre éstos se señala la obsesión diabólica, llamada también posesión diabólica. Sin embargo, la obsesión diabólica no constituye la manera más frecuente como el espíritu de las tinieblas ejerce su influjo. La obsesión tiene características de espectacularidad; en ella el demonio se apropia, en cierto modo, de las fuerzas y de la actividad física de la persona que sufre la posesión. No obstante esto, el demonio no puede adueñarse de la libre voluntad del sujeto, lo que impide el compromiso de la libre voluntad del poseído, hasta el punto de hacerlo pecar. Sin embargo, la violencia física que el diablo ejerce sobre el obseso constituye un incentivo al pecado, que es lo que él quisiera obtener. El ritual del exorcismo señala diversos criterios e indicios que permiten llegar, con prudente certeza, a la convicción de que se está ante una posesión diabólica. Es solamente entonces cuando el exorcista autorizado puede realizar el solemne rito del exorcismo. Entre estos criterios indicados se encuentran: el hablar con muchas palabras de lenguas desconocidas o entenderlas; desvelar cosas escondidas o distantes; demostrar fuerzas superiores a la propia condición física, y todo ello juntamente con una aversión vehemente hacia Dios, la santísima Virgen, los santos, la cruz y las sagradas imágenes”.



Otras formas de acción demoníaca



La posesión es la forma más cruel y extrema que tiene el demonio para actuar sobre una persona y apoderarse de ella, pero no la única. Existe también la vejación diabólica, que consiste en trastornos y enfermedades más o menos graves que pueden llevar al sujeto a perder el conocimiento y a cometer acciones o pronunciar palabras de las que la persona no es responsable. En la Biblia, por ejemplo, Job no sufría una posesión diabólica, pero fue gravemente atacado a través de sus hijos, sus bienes y su salud. La mujer jorobada y el sordomudo sanados por Jesús no sufrían una posesión diabólica total, sino la presencia de un demonio que les provocaba estos trastornos físicos. San Pablo, desde luego, no estaba endemoniado, pero sufría una vejación diabólica consistente en un trastorno maléfico: "Por lo cual, para que yo no me engría por haber recibido revelaciones tan maravillosas, se me ha dado un sufrimiento, una especie de espina en la carne [se trataba evidentemente de un mal físico], un emisario de Satanás, que me abofetea" (2 Cor. 12, 7).



Se identifican, además, los casos de dolor externo, donde la persona experimenta sufrimiento físico como palizas, azotes, y heridas causadas por objetos que caen, empujones. El cura de Ars, San Pablo de la Cruz y el Padre Pío también fueron víctimas de esta acción diabólica, si bien de carácter externo

Por otro lado, está la obsesión diabólica, donde la voluntad de la persona se mantiene libre, pero es oprimida por pensamientos y tentaciones obsesivas que la mantienen en un estado de postración, con continuos deseos de suicidio. El demonio ataca el alma de la persona. Algunos santos atacados por estas tentaciones conservaron en el interior de su alma una paz inalterable, como le ocurría el Cura de Ars. Casi siempre las obsesiones influyen en los sueños.



La sujeción diabólica, en tanto, llamada también dependencia diabólica, se genera cuando la persona se somete deliberadamente a la servidumbre del demonio mediante el pacto de sangre con el diablo y la consagración a Satanás.



Otro cuadro es la opresión diabólica, que produce una especie de racha de mala suerte en la salud, el trabajo, las afecciones, las relaciones con otros de la persona. Sus síntomas incluyen ataques inexplicables de furia y una tendencia hacia estar completamente aislado.



La infestación diabólica es otra situación donde la actividad maléfica está dirigida hacia lugares, objetos y animales.



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kunkel
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MensajePublicado: Dom Ago 27, 2006 9:04 pm    Asunto: No hablaba de eso
Tema: Consulta por temas paranormales, ovni y halucinaciones
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Mis comentarios se refieren a la parapsicologia y los ovnis, nada dije sobre la posesión.

Respecto a la posesión, ni opinión es hacer antes un diagnostico diferencial entre esta y los trastornos mentales, como recomiendan todos los exorcistas católicos.

Juan José
Psicólogo Clínico
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esiomajb
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MensajePublicado: Lun Ago 28, 2006 8:37 am    Asunto:
Tema: Consulta por temas paranormales, ovni y halucinaciones
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Hola Juan José:
porqué separas la posesión de la parapsicología?
Acaso la parapsicología no la estudia como una manifestación o fenómeno paranormal más, más allá de que tenga componentes religiosas (no necesariamente cristianas pues también al parecer hay posesión en grupos que practican otras religiones (especialmente afro))?
Me parece bien hacer un diagnóstico diferencial entre la posesión y los trastornos mentales pero aún así no me queda muy claro si es que existen casos mixtos en los cuáles el proceso de manifestación de la posesión vaya mostrando en un principio algunos trastornos mentales (quizás propios de la posesión o quizás como parte de una persona que además de estar siendo afecta de la posesión también tiene ciertos trastornos mentales))!
No olvides que técnicamente en los contactados con seres relacionados a ovnis o a fantasmas o lo que sea también se desarrolla la canalización la cuál en caso de ser técnicamente real pasaría a ser parte de una posesión, o me equivoco?
saludos
Michel
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esiomajb
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Registrado: 20 Ago 2006
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MensajePublicado: Lun Ago 28, 2006 12:09 pm    Asunto:
Tema: Consulta por temas paranormales, ovni y halucinaciones
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Adjunto el siguiente material adicional:

http://www.elliberal.com.ar/secciones.php?nombre=home&file=ver&id_noticia=06082274I&seccion=Santiago (Un exorcismo en San Isidro trae el recuerdo del P. Pierre)
http://www.elliberal.com.ar/secciones.php?nombre=home&file=ver&id_noticia=060822BU1 (La psiquiatría acepta)

saludos
Michel
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kunkel
Constante


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Ubicación: España

MensajePublicado: Lun Ago 28, 2006 4:43 pm    Asunto: Posesion y y trastorno mental
Tema: Consulta por temas paranormales, ovni y halucinaciones
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Los estudios de los trasotornos mentales tienen varios siglos d einvestigación (y aún mas si nos remontamos a la antigua grecia). No conozco ni un solo texto "serio" de psiquiatria donde se recoga la aparición de trastorno mental inducido por posesión. Se que existen textos no psiquiatricos escritos por exorcistas sobre la posesión diabolica, pero que yo sepa esta tiene rasgos diferentes al trastorno mental (p.e la capacidad de hablar lenguas antiguas como el arameo ajenas al aprendizaje del poseido). Creo que ambas entidades son distintas, y así creo que lo reconoce la iglesia.

El campo habitual de la parapsicología ha sido el estudio de los fenomentos paranormales englobados en fenomenos de capacidad sensitiva especial (percepción extrasensorial) o volitiva especial (telequinesia), asi como fenómenos mixtos (p.e los fenomenos llamados de viaje astral o experiencia extracorporal). La posesión, salvo en las peliculas, no ha sido fenomenos de estudio habitual de los parapsicologos; por ello la diferencio de la parapsicologia; pero si alguién quiere englobarla, yo no me voy a molestar. Por cierto, me gustaria me informara, si lo conoce, de textos actuales y serios que hablen de trastorno mental inducido por posesión diabolica; que no digo que no sea posible sino que en mi experiencia con la salud mental desde hace 20 años no conozco, ni en casos reales ni en textos; por lo que le quedaria muy agradecido si me indica fuentes bibliográficas sobre este último particular. Lo que conozco de la psiquiatria es la frecuencia mas alta, antaño, de delirios de posesión diabolica (desarrollo paranoides, esquizofreniam trasotrnos esquizoafectivos, psicosis tóxicas, otras psucosis... y de cuadros conversivos y disociativos (la histeria clasica) perfectamente explicables desde la psiquiatria y la psicología clínica. Como digo no me consta (lo cual no lo niega) esos casos mixtos que alude, ¿o son casos muy escasisimos?. Yo si diferencio como distintos la posesión, los llamados trasotrnos mentales y las experiencias-capacidades paranormales. Sobre estas últimas tengo muchas dudas y escepticismo; así sobre esos supuestos trastornos mentales inducidos por posesión a los que los psiquiatras mas famosos de la historia (incluidos los católicos) no khan hecho referencia alguna, que conozca. Gracias

Juan José
Psicólogo Clínico
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kunkel
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Registrado: 08 Ene 2006
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MensajePublicado: Lun Ago 28, 2006 4:58 pm    Asunto:
Tema: Consulta por temas paranormales, ovni y halucinaciones
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Por cierto uno de los textos a los que me remite afirma lo siguiente:

“Cuando no podemos manejar el cuadro y se trata de una cuestión de fe, lo enviamos a los sacerdotes, sabiendo que no es el diablo que está dentro de ellos, sino aceptando los exorcismos como una terapia más”, dijo el presidente de la Asociación de Psiquiatras Argentinos (APSA), Hugo Lande, para quien los exorcismos que practican los sacerdotes funcionan como una terapia de sugestión. Lande considera que esos tratamientos espirituales son efectivos porque ha visto pacientes que se curaron después de las intervenciones en la Iglesia. "

Es decir apoyas sus argumentos debilmente remitiendome a estos textos. Mi creencia como católico es que existe la posesión (aunque mo haya tenido experiencia con la misma, ni ganas, la verdad sea dicha), pero que esta es distinta al trastorno mental. El hablar perfectamente lenguas arcaicas reales en un estado de posesión no forma parte de ningún trastorno mental; por lo que sigo afirmando que ambas entidades son bien distintas y que hay que discriminarlas mediante el diagnóstico diferencial. El texto al que me remite lo que viene a afirmar es que en esas personas el trastorno mental remite mejor con el sacerdote al ser sugestionables por sus creemcias, lo que indirectamente alude a la sugestión, la histeria y el curanderismo. Lo repito con esas fuentes hace un flaco favor a sus posición. La mia es que ambos fenomenos son reales, pero distintos.
Gracias
Juan José
Psicólogo Clínico
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kunkel
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MensajePublicado: Lun Ago 28, 2006 5:15 pm    Asunto:
Tema: Consulta por temas paranormales, ovni y halucinaciones
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Les remitos textos del famoso psiquiatra español (católico) Polaino Lorente que pude esclarecer estes asunto (y que comparto de cabo a rabo)

Psiquiatría y posesión diabólica
________________________________________
Prof. Dr. Aquilino Polaino-Lorente
Catedrático de Psicopatología de la Universidad Complutense
IntroducciónLa convocatoria de esta reunión científica me parece muy puesta en razón. Se ha dicho que estamos en la "sociedad de la comunicación" y, sin embargo, hay muchos sectores en el ámbito disciplinar que no se han abierto al profundo, fecundo y necesario diálogo con los especialistas en otras materias. A causa de esta incomunicación, nadie gana y todos pierden.
No se piense que la incomunicación en este caso se limita sólo al posible diálogo interdisciplinar entre psiquiatras y sacerdotes. Hay otros muchos ámbitos, lamentablemente, que también están afectados por esta incomunicación. Este es el caso sin ir más lejos, por ejemplo, de lo que sucede entre psiquiatras y jueces. Por eso juzgo muy conveniente el hecho de que se haya organizado esta sesión científica para debatir una cuestión que, aunque se nos ofrezca como muy problemática y excepcional en el ámbito de la clínica, no obstante, puede plantearse en algunas ocasiones: las supuestas "posesiones diabólicas" y las manifestaciones psicopatológicas de los enfermos psiquiátricos.
El silencio respecto de estas cuestiones no suele ser buen compañero de viaje para encontrar soluciones. Es más, ese silencio puede ser causa de injusticias o del tratamiento inadecuado de ciertas personas en temas, por otra parte muy delicados, que afectan gravemente a su intimidad personal.
Estas situaciones ya se repitieron con anterioridad, aunque con un signo muy diferente. En los albores de la Edad Media es harto probable que ciertos comportamientos se atribuyeran, entonces, a la acción del diablo o de los espíritus malignos, cuando probablemente se trataba tan sólo de manifestaciones psicopatológicas, que de haberlos, debieron haberse remitido a los adecuados especialistas. La inexistencia de la psiquiatría como especialidad en aquella etapa histórica, además de otras variables relevantes de tipo cultural propias de la época, consintieron en una hermenéutica errónea, de consecuencias muy lamentables.
Algo parecido a lo que aconteció entonces, puede suceder hoy. En la actualidad, el importante desarrollo experimentado por la psiquiatría y su cada vez más poderosa eficacia en la solución de determinados trastornos de conducta y manifestaciones sintomáticas, condicionan poderosamente el que hagamos atribuciones de índole exclusivamente psiquiátrica a la hora de explicar determinados comportamientos. Si a ello añadimos que las convicciones y creencias religiosas están hoy a la baja en algunos contextos culturales, es lógico que trate de explicarse cualquier acontecer psicopatológico apelando a la psiquiatría y no a la religión.
Es muy probable, no obstante, que la mayoría de esas actuales atribuciones, en al marco de la moderna psicopatología, sean razonablemente justas y muy puestas en razón.
Pero, lo que no parece que sea conveniente, sin embargo, es interrumpir el diálogo entre psiquiatras y pastores. Pues si en la Edad Media probablemente se incurrió en un exceso al magnificar las atribuciones de tipo religioso para la "explicación" de estos comportamientos, es muy posible que hoy se esté incurriendo también en otro exceso: el de apelar únicamente a la psiquiatría, al mismo tiempo que se vuelve la espalda a cualquier fenómeno de naturaleza religiosa.
De otra parte, muchas de las manifestaciones que, según parece, comparecen en las personas supuestamente poseídas por el demonio constituyen, por su propia naturaleza, una situación muy compleja, ambigua y harto difícil de resolver.
De aquí que ninguna ciencia pueda configurarse o entenderse como omnipotente, especialmente, cuando hay que dilucidar la compleja naturaleza de ciertos comportamientos, que ocupan un ámbito fronterizo entre la psicopatología y al religión.
En síntesis, me parece una iniciativa muy afortunada tratar de recuperar el diálogo entre pastores y psiquiatras, diálogo que nunca debió interrumpirse. Entre otras cosas, porque para el esclarecimiento de estas cuestiones límite -al menos, cuando comparecen con ciertas posibles implicaciones psicopatológicas, lo que es muy excepcional-, se precisa no sólo de la concurrencia de especialistas en ambas materias (pastores y psiquiatras), sino, lo que es todavía más importante, del establecimiento de un diálogo fecundo, abierto y, de ser posible, sin prejuicios, de manera que puedan entenderse entre ellos salvando las diferencias ontonómicas de cada una de las ciencias cultivadas por ellos.
Otras causas concurrentes en esta incomunicación

A las anteriores causas relativas a la incomunicación existente hay que añadir otras, no menos importantes. Me refiero, claro está, a la escasa sensibilidad existente entre muchos creyentes respecto de ciertos factores relacionados con lo demoníaco. De hecho, hoy en el demonio se cree muy poco y por poca gente. Esta insensibilidad afecta no sólo a los sacerdotes en general, sino también a los obispos. De hecho, la figura del exorcista es casi inexistente en la mayoría de las diócesis españolas o, de existir, es desconocida por casi todos.
Se comprende - aunque ello no lo justifica- que haya cierto silencio de unos y otros sobre este particular. En primer lugar, porque muy probablemente su incidencia es en realidad muy excepcional en la población general. Pero, también, en segundo lugar, porque su contenido puede ser con toda justicia calificado hoy con el etiquetado de lo "políticamente incorrecto".
En unas circunstancias así, es hasta cierto punto lógico que unos y otros evitan o huyan de los problemas cuando estos se presentan. Entre otras cosas, porque tampoco se dispone de la suficiente sensibilidad social como para que los temas de esa naturaleza tengan cabida en los mas media, y se informe acerca de ellos con el mayor respeto.
Por eso, se comprende también la tardanza y pasividad en su afrontamiento, por quienes de ello deberían ocuparse, puesto que cualquier error - dada la complejidad que posiblemente caracteriza a cada caso en particular- puede ser una excelente ocasión para que los medios de comunicación susciten un cierto "escándalo" entre sus lectores, con lo que el conflicto estaría servido y resultasen impune e injustamente descalificadas personas con rigor que han de ser respetables.
Pero tanto a la ciencia psiquiátrica como a la ciencia teológica, les importa - o debiera importarles-llegar a una firme y esclarecedora conclusión, cuando estos problemas se presentan. Cierto que estas ciencias han de enfrentarse a un grave hecho demasiado rico en complejidad, pero no es menos cierto que, si se pretende avanzar y progresar, las ciencias aquí implicadas no deberían rehusar el afrontar aquellos problemas que son de su incumbencia, por complejos y difíciles que sean.
Ninguna ciencia ha de tener miedo a la verdad. Cuando una disciplina experimenta ese miedo a la verdad, entonces es que está poniendo en cuestión su propia naturaleza científica. De otro lado, allí donde no hay ciencia suele haber ideología. Por eso, si la ciencia rehúsa afrontar y resolver los problemas que son de su incumbencia, entonces la ideología le sustituirá, con lo que el problema no sólo no se resolverá como es debido, sino que se enmascarará y su solución se aplazará hasta devenir en una cuestión todavía más difícil de resolver que, además, se deja siempre para un futuro que tarda mucho en llegar.
Un breve recuerdo de la psicopatología clínica
No son muy numerosas las manifestaciones clínicas, hoy diagnosticables, en las que los supuestos comportamientos o manifestaciones de posesión diabólica tengan cabida en el perfil sintomático que les caracteriza y en los criterios diagnósticos que les definen.
No obstante, la abigarrada y multiforme sintomatología psicopatológica que puede llegar a presentarse en algunos casos excepcionales, sí que puede plantear -y de hecho plantea- la necesidad de establecer un pertinente diagnóstico diferencial entre lo que es estrictamente psicopatológico y lo que habría de ser considerado, al menos, como un fenómenos extraño, por ejemplo a la sintomatología psiquiátrica conocida.
Al psiquiatra, y al psicopatólogo, considerados como peritos, no hay que solicitarles un juicio acerca de si las manifestaciones sintomáticas que comparecen en una determinada persona tienen su causa o no en la posesión diabólica. Esta petición excede con mucho el ámbito restringido de su especialidad, por lo que no ha de responderse a esta cuestión, dado que tal petición es completamente ajena al ámbito de las disciplinas psiquiátricas.
Esto quiere decir que el especialista no puede juzgar acerca de fenómenos que son completamente ajenos a la ciencia por él cultivada. Lo que, en cambio, sí es pertinente pedirles es que se pronuncien acerca de si ésta o aquéllas manifestaciones en concreto pueden ser razonablemente explicadas desde los actuales y bien fundados conocimientos psicopatológicos. Esta última cuestión está puesta en razón y es del todo pertinente; la otra, por el contrario, no es pertinente y ha de silenciarse en el dictamen del especialista.
Entre los numerosos trastornos psicopatológicos que hoy conocemos -y que están acreditados en la actual comunidad científica- hay algunos que acaso por su propia naturaleza y cuando se manifiestan en su máxima intensidad, sí que pudieran exigir la necesidad de establecer un diagnostico diferencial entre psicopatología y posesión diabólica.
Este es el caso, por ejemplo, del desdoblamiento de personalidad, la personalidad múltiple, el trastorno histriónico de la personalidad, ciertos síndromes delirantes, algunas psicosis agudas, la esquizofrenia y los comportamientos alterados como consecuencia del consumo de drogas. Para todos ellos disponemos de criterios diagnósticos bien establecidos que permiten, cuando se satisfacen, individuar y singularizar, con cierto rigor, la presencia o ausencia de estas enfermedades.
El exorcista no debiera solicitar al experto lo que el experto no tiene capacidad para definir. Es decir, el exorcista no debe trasladar su problema al especialista, para que éste se lo resuelva. El exorcista puede y debe solicitar su ayuda, pero sólo allí donde ésta sea necesaria. Por su parte, el psiquiatra no puede sustituir al exorcista en la decisión que a este último le pertenece, porque ni debe ni sabe hacerlo, además de que en la mayoría de los casos, tampoco quiera hacerlo.
De otra parte, así como el psiquiatra dispone de unos criterios clínicos rigurosos y bien definidos para establecer si un hecho o fenómeno es psicopatológico o no, también el exorcista dispone de otros criterios para determinar si está o no ante manifestaciones de posesión diabólica. Es pues, la criteriología pastoral y religiosa la que ha de iluminar y desde la que se ha de decidir con todo rigor la pertinencia o no de incluir determinar manifestaciones comportamentales a la posesión diabólica.
Por lo general, el psiquiatra desconoce los criterios del pastor a la hora de juzgar si un comportamiento determinado está relacionado o no con el maligno. Su misión acaba allí donde los conocimientos psicopatológicos actuales se lo permiten. Cualquier afirmación que vaya más allá de estos últimos le rebasa y desborda y, por consiguiente, no debiera formularla, puesto que pondría en un grave aprieto a su propio saber como experto y a la ciencia que cultiva.
Por consiguiente, corresponde al exorcista, y sólo a él, emitir el último juicio acerca de la "cosa juzgada". Corresponde en cambio al psiquiatra decidir si la cosa juzgada tiene o no una explicación psicopatológica, es decir, si puede o no ser explicada desde el horizonte de la clínica psiquiátrica. En caso negativo, bastará con que sostenga que las manifestaciones estudiadas por él en una determinada persona, no reúnen los suficientes y necesarios requisitos como para que sean explicadas desde la perspectiva psiquiatría. Esto y sólo esto, es lo que debe concluir el psiquiatra respecto de la peritación que se le ha solicitado.

Dos casos, psicopatológicamente inexplicables
Respecto de mi experiencia profesional en el ámbito de las manifestaciones psicopatológicas en los casos de posesión diabólica, he de informar que es muy excepcional y limitada. Después de casi treinta y seis años ejerciendo la psiquiatría clínica, he de afirmar que sólo en dos ocasiones me he visto en la necesidad de dictaminar que, tras la observación y exploración de dos supuestos pacientes, los comportamientos manifestados en ellos no podían explicarse desde la perspectiva de la nosología psiquiátrica.
El primer caso tuve la oportunidad de estudiarlo hace ya más de diez años, a fin de realizar el dictamen que se me solicitaba. Se trataba de un adulto ya anciano, que residía en un país centroeuropeo. Era una persona de un alto nivel sociocultural que, a los 53 años de edad, abandonó toda (su familia, su profesión, su país) para marcharse con una prestigiosa bailarina de ballet, a la que le llevaba casi treinta años. Dos décadas después regresó a su país empobrecido y deteriorado y con manifestaciones que supuestamente permitían calificarle como un enfermo psiquiátrico.
La exploración psicopatológica puso de manifiesto en esta persona un perfil sintomático compatible con el diagnóstico de trastorno de inestabilidad emocional de la personalidad. Sin embargo, la solicitud que se hacía en la peritación no se dirigía sólo a que informase acerca de las manifestaciones clínicas que hubiera podido encontrar en esta persona sino que, principalmente, debía pronunciarme acerca de si las manifestaciones expresadas por ella, precisamente en el contexto de las sesiones de exorcismo a las que el paciente estaba sometido, podían o no ser calificadas como psicopatológicas.
En favor de la brevedad aquí exigida, me ocupare de sólo dos de las manifestaciones que presencié en esta persona durante una sesión de exorcismo. La primera de ellas consistió en que, sin haber tenido ningún contacto a lo largo de su vida con el arameo ni con ninguna otra persona que lo hablase, era capaz de comprender y hablar esta lengua, cuando "estaba en trance", durante la sesión de exorcismo. En esas circunstancias, esta persona sabía discernir el significado de las preguntas que se le hacían y de las afirmaciones que en esa misma lengua oía.
Cuando esas afirmaciones tenían un contenido religioso o se le mandaba con cierto imperio, en nombre de Dios, que alabara a Dios o besara un crucifijo, respondía con palabras blasfemas a las que seguía un comportamiento radicalmente agresivo y, desde luego, hasta lesivo para las tres personas que le acompañaban. Por el contrario, cuando el exorcista le hablaba en esa misma lengua aramea de otros temas no religiosos cuyo contenido era más bien indiferente o neutro, el supuesto paciente no respondía en absoluto, sino que guardaba silencio y adoptaba el comportamiento normal que en él era el habitual.
La otra manifestación observada consistía en que era capaz de predecir, sin ningún error, si en el lugar en el que estábamos había o no algún objeto que tuviera alguna connotación religiosa o cristiana (un crucifijo, un rosario, etc.). Las circunstancias en que acontecía esta segunda manifestación aseguraban la imposibilidad de que esta persona se percatara de la presencia o ausencia de tales objetos, puesto que estaba echado sobre una camilla, con los ojos continuamente cerrados y las personas salían y entraban de la habitación sin hacer ningún ruido, llevando o no los objetos referidos en sus bolsillos, sin que ninguna de las personas allí presentes fueran capaces de detectarlos.
En este paciente concurrían, pues, las dos cosas: un conjunto de síntomas compatibles con el diagnóstico a que ya se aludió y ciertos comportamientos para los que la actual psicopatología no dispone de ninguna explicación.
Años más tarde fui informado de el paciente pidió la ayuda al demonio, a los 53 años, para conseguir su fin de "enamorar y marcharse con la bailarina", a cambio de lo cual juró servirle de por vida.
El otro caso excepcional lo he estudiado en fecha reciente. Se trataba de una joven, estudiante universitaria, que venía padeciendo de dolores incurables, a pesar de haber visitado a varios especialistas, con malestar generalizado, fracaso en los estudios, imposibilidad de concentrarse, y que se comportaba de forma muy extraña en las sesiones de exorcismo que le estaban practicando. También en este caso fui consultado a fin de emitir un informa acerca de las manifestaciones que justamente se presentaban en ella en el transcurso de las sesiones de exorcismo. Sólo mencionaré un hecho pues entiendo que no disponemos de más tiempo.
En el curso de la sesión que fui invitado a presenciar, además de otras muchas manifestaciones de evidente oposición en todo lo que se refiriese a la piedad y al culto divino, opté por tratar de explorar si era sensible, en ese estado, a la recepción comprensiva de una lengua que, según me constaba, en absoluto conocía.
En esas circunstancias, me atreví a ordenarle que repitiese ciertas frases, en alemán, relativas al culto a Dios. Sus respuestas no se hicieron de esperar, si no que, de forma súbita, arqueaba todo su cuerpo en disposición de ataque, profería insultos y hacía gestos de una violencia incontenible, de la que forzosamente tuve que apartarme a fin de no ser fatalmente alcanzado por ella.
En cambio, cuando en esa misma lengua alemana, le formulaba preguntas de contenido no religioso o sobre temas irrelevantes, jamás se produjo en ella ninguna respuesta.
En opinión de la madre de esta chica, a la que entrevisté a solas, los síntomas de su hija habían comenzado a presentarse en ella a raíz de que una compañera blasfema le formulara un maleficio.
La entrevista que mantuve con la supuesta paciente, fuera del contexto de la sesión de exorcismo, no me permitió en este caso, tras un afinado y extenso diálogo exploratorio, llegar a conclusión alguna respecto de la identificación, apresamiento y comprobación de signos, señales o síntomas de naturaleza psicopatológica. De donde inferí y sostuve que no disponía de ninguna explicación psiquiátrica para las conductas antes relatadas.
Los anteriores casos ponen de manifiesto la conveniencia e incluso de necesidad de que psiquiatras y sacerdotes estudiemos conjuntamente estos acontecimientos, lo que redundará en beneficio de la psiquiatría y también de la pastoral de estas personas.

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esiomajb
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MensajePublicado: Lun Ago 28, 2006 6:03 pm    Asunto:
Tema: Consulta por temas paranormales, ovni y halucinaciones
Responder citando

Estimado Juan José
Muchas gracias nuevamente por tus respuestas.

De paso te coemnto que soy chileno, ingeniero civil electricista y trabajo algo en neurología aplicada.

Pero aquí he tratado de contactarlos porque creí interesante intentar saber la opinión de psicólogos o psiquiatras católicos que de serlos 100% significa que estos guardan respeto por la autoridad "intelectual" de la iglesia en cuanto al hecho de la existencia del diablo y de sus manifestaciones (por ejemplo en el caso supuesto de las posesiones). Vale decir, como psicólogos o psiquiatras siguen el método científico pero cuando se trata de casos de posesión no lo aplican generalmente (aunque obviamente así quisieran) porque hay que dejarle parte de la tarea mística a los sacerdotes católicos expertos en el exorcismo.

Estoy de acuerdo con que existen estudios de trastornos mentales de varios siglos de investigación. Es parte de la historia, lo que no significa que la interpretación sea necesariamente la correcta o la adecuada, si es que fuese necesario re-interpretar los hechos (o las narraciones).

Antes de responder a tu cita respecto a tu desconocimiento de texto alguno que cite "la aparición de trastorno mental inducido por posesión." habría que ponerse de acuerdo en qué es para tí una posesión (o cuándo estamos frente a una posesión), qué es para mí una posesión, qué es para un sacerdote exorcista y qué para el público (incluyendo el show mediático en TV).

Creo que puedo ser muy ignorante en varios aspectos de la posesión especialmente porque no conozco casos similares a los que se exhiben en TV pero si conozco casos que tienen características muy similares y en donde aún no siendo especialista médico me cuesta saber si estoy ante un caso de un trastorno psicosomático o ante un caso de posesión en proceso o hasta en un caso mixto.

Creo que la dificultad del diagnóstico radica quizás en el hecho de que muchos casos que puedan estar en proceso (posesión en proceso) nunca llegen a manifestarse completamente (osea, que la posesión no se manifiesta de la manera evidente, suficiente y necesaria para que la identifiquemos con un fenómeno o evento paranormal llamado posesión.

Para los casos en los que la posesión se manifestó completamente de esa forma mínima, los testigos (especialmente los especialistas tratantes (profesionales y sacerdotes) pueden ir descubriendo los trastornos que van desarrollándose a través del tiempo en el poseso (ex potencial paciente "psicosomático")!

Pero la pregunta es, qué pasa con aquellos casos en los que la posesión no se ha manifestado aún en su etapa final (o que lo hicieron sin que se supiera de este estado). Qué pasa con esos casos de personas ex-poseídas en relación a los cuáles los médicos psiquiatras o psicólogos desconocen su historia? Quedan traumas o recuerdos de la experiencia de posesión en el ex-poseso? Es posible decir que una persona dejó de ser posesa para ser definida como ex-posesa? Cómo verificar tal estado?

Voy a un punto más delicado aún: si la iglesia dice que el diablo existe, y por ello sus manifestaciones tales como la posesión, y si existen católicos fieles (por ejemplo psicólogos o psiquiatras) que aceptan tal hecho, cómo saben ellos cuando un caso ya no es posible tratarlo por vías relacionadas al método científico?

Del mismo modo de pronto me sorprende ver la liviandad o facilismo de ciertas afirmaciones de ciertos representantes de la iglesia católica en donde tratan de generar una separación entre el mundo científico y el mundo espiritual. Si el diablo mete la cola en donde se le ocurre, entonces porqué debería ser ilógico pensar que una persona puede tener un enfermedad (por ejemplo un resfrío o una psicopatía) debido a un accionar o influencia del diablo?

Es cuantificable el diablo o la fuerza del diablo en términos unitarios (watt, gauss, etc) del método científico?

Un comentario así podría invitar a que ambos sectores traten de cruzar las fronteras de los demás y creo que si lo hacen de buena forma podrían descubrir que hay cosas que cada sector ha dejado de hacer correctamente más que nada por cuidad su parcela o territorio, pero esto va en desmedro de personas que pueden estar siendo diagnosticadas según suposiciones incorrectas. Puede ser que el tema de las posesiones (que llegan a manifestarse de manera concreta como posesión, especialmente la diabólica) sea algo muy escaso, pero creo que en una de esas existe mucha más gente que vive procesos de semi-posesión (por decirlo de algún modo) y que muchos no consideran como tal sólo por el hecho de que no cumplen con el show sintomático exorcístico!

Doy un ejemplo: en el mundo de los chicos que van al colegio existe un buen grupo de chicas que practica el juego de ouija (que en parte es un ejercicio de mediumnidad). Existen otros que desarrollan la canalización con seres suprafísicos o quizás hasta físicos pero en otra "dimensión". Acaso aquí no se ven pequenos aspectos relacionados al proceso de la posesión? Acaso una persona que está en trance en un rito budú no lo está? Mi pregunta es, qué pasa con esas personas (en términos de trastornos de la personalidad) luego de esos ejercicios o prácticas o costumbres? Nótese que no estoy considerando siquiera los casos de auto-lavado de cerebro o autoprogramación relacionados con personas que luego de esas prácticas tratan de entender lo que les ocurrió y en la búsqueda de esa asimilación van generando modos de relacionar esas experiencias con situaciones concretas o hasta con el desarrollo de nuevas estrategias para las próximas prácticas!

Por ello, y volviendo a la pregunta de si existen o no textos psiquiatricos que mencionen este aspecto, habría que partir redefiniendo los casos en caso que se acepte que si el diablo es capaz de influir en personas llevándolas a eventos de posesión, porqué no habría de tener influencia en el cuerpo humano (sistema neuronal u otros) y generar una enfermedad? La sola aceptación de la existencia del diablo por parte de los profesionales de la psiquiatría y la psicología implica darle nombre al "azar", y eso que aún no consideramos aquí los casos benignos relacionados a eventos milagrosos en donde seres tienen experiencias de manifestación divina! En relación a las posesiones, las "inspiraciones divinas" (con o sin presencia de más seres físicos) son técnicamente lo mismo, aunque unas experiencias son no benignas y las otras son benignas.


Otra cosa: la capacidad de hablar otras lenguas no necesariamente sea algo exclusivo de personas relacionadas a la acción de seres divinos o maléficos (diablos), sino que puede resultar (creo yo) de una memorización inconsciente de frases típicas escuchadas en TV o en radio que se emiten en programas de otros países! Acaso uno no puede repetir como loro, y acaso no existe gente que tiene una inteligencia linguística especial? Obviamente este es una característica puntual dentro de un conjuntode características que conforman la posesión.

Entiendo que el campo habitual de la parapsicología "científica" ha sido el estudio de los fenómenos paranormales englobados en fenomenos de capacidad sensitiva especial (percepción extrasensorial) o volitiva especial (telequinesia), asi como fenómenos mixtos (p.e los fenomenos llamados de viaje astral o experiencia extracorporal). Pero en realidad creo que la parapsicología es una ciencia general que se dedica al estudio de los fenómenos paranormales y esto abarca mucho.

Por ejemplo, y basándonos en lo que aparece en http://www.onelook.com/?w=parapsychology&ls=a al rescatar por ejemplo:
- http://cancerweb.ncl.ac.uk/cgi-bin/omd?parapsychology aparece

parapsychology
Branch of psychology that deals with paranormal behaviour and events such as telepathy, precognition, and clairvoyance, which are not explicable by present day "natural laws".

Aquí, si considera a la telepatía, los contactismos por canalización (por ejemplo en grupos platillista u OVNI por contacto mental) podrían ser teoricamente relacionados a la telepatía.

- http://www.mercksource.com/pp/us/cns/cns_hl_dorlands.jspzQzpgzEzzSzppdocszSzuszSzcommonzSzdorlandszSzdorlandzSzdmd_p_05zPzhtm#12614313
presenta algo similar con
parapsychology (para·psy·chol·o·gy) (par”ə-si-kol´ə-je) [para- + psychology] the study of psychical effects and experiences which appear to fall outside the scope of physical law, e.g., telepathy and clairvoyance.

- http://www.mdani.demon.co.uk/para/paraglos.htm#Parapsy
ofrece una variante distinta según la cual
Parapsychology Index
Term coined by J.B. Rhine to refer to the experimental and quantitative study of paranormal phenomena. Now generally used instead of "psychical research" to refer to all scientific investigation of the paranormal. Cf. transpersonal psychology.

También hay algunos aportes interesantes en
http://en.wikipedia.org/wiki/Parapsychology

según la cual
Parapsychology is the study of mental awareness or influence of external objects without interaction from known physical means. Most objects of study fall within the realm of "mind-to-mind" influence (such as extra-sensory perception, folie a deux and telepathy), "mind-to-environment" influence (such as psychokinesis) and "environment-to-mind" (such as hauntings). Collectively, these abilities are often referred to as "psionics". Another definition of parapsychology is the scientific study of paranormal phenomena.

- http://www.askoxford.com/concise_oed/parapsychology?view=uk
propone
parapsychology

• noun the study of mental phenomena which are outside the sphere of orthodox psychology (such as hypnosis or telepathy).

vale decir, el asunto es mental.

- http://skepdic.com/parapsy.html
hace una apreciación más escéptica del tema

Con esto llegamos a un punto crítico que es volver al fenómeno de estudio y no a la ciencia que lo estudia, es decir, volver al fenómeno paranormal!

En este sentido, antes de volver a lo paranormal quiero citar brevemente lo sgte. que aparece en http://www.mdani.demon.co.uk/para/paraglos.htm#Transpersonal

Transpersonal Psychology Index
The study of experiences, beliefs and practices that suggest that the sense of self can extend beyond our personal or individual reality. The subject matter of transpersonal psychology overlaps to some extent with parapsychology, but the two disciplines tend to have different approaches and emphases. Parapsychology is primarily concerned to investigate evidence for and against the reality of paranormal phenomena. Transpersonal psychology, on the other hand, is more interested in investigating the transpersonal significance of such phenomena (i.e., the ways in which they may give people a sense of connectedness with a larger, more universal or spiritual reality). See also mysticism.

Ahora bien, volvamos entonces al estudio de lo paranormal, y viendo en http://www.onelook.com/?w=paranormal&ls=a encontramos

paranormal)


adjective: not in accordance with scientific laws (Example: "What seemed to be paranormal manifestations")
adjective: seemingly outside normal sensory channels

y de allí se derivan los sgtes. términos:

- http://en.wikipedia.org/wiki/Paranormal indica

Paranormal is an umbrella term used to describe a wide variety of purported anomalous phenomena. According to the Journal of Parapsychology (Parapsychology Association), the term paranormal describes "any phenomenon that in one or more respects exceeds the limits of what is deemed physically possible according to current scientific assumptions." [1] The term is derived from the Latin use of the prefix "para", meaning "against, counter, outside or beyond the norm."

Many see the term paranormal as synonymous with parapsychology, which deals with psychical phenomena like telepathy, ESP, and survival studies like ghosts. However, the paranormal also includes subjects considered to be outside of the scope of parapsychology, including UFOs, cryptozoology, the Bermuda Triangle and many other non-psychical subjects. [2]

Esto es más coherente con una sana extención de la significación básica de la palabra paranormal y de paso la ciencia que lo estudia.

Veamos lo que aparece en
- http://www.mercksource.com/pp/us/cns/cns_hl_dorlands.jspzQzpgzEzzSzppdocszSzuszSzcommonzSzdorlandszSzdorlandzSzdmd_p_05zPzhtm#12613678

paranormal (para·nor·mal) (par”ə-nor´məl) beyond the normal or natural; said of phenomena such as extrasensory perception.


- http://encarta.msn.com/encnet/features/dictionary/DictionaryResults.aspx?refid=1861723723
impossible to explain scientifically: unable to be explained or understood in terms of scientific knowledge

- http://skepdic.com/paranormal.html plantea una visión más escéptica del asunto


Bueno, después sigo con el tema pero quisiera saber si me explico un poco más en relación de si estamos hablando del mismo fenómeno o no?

saludos y muchas gracias por leer

Michel
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elizabeth ramirez
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Registrado: 28 Ago 2006
Mensajes: 2

MensajePublicado: Lun Ago 28, 2006 8:15 pm    Asunto:
Tema: Consulta por temas paranormales, ovni y halucinaciones
Responder citando

Estuve leyendo lo que se ha dicho aquí referente al tema de la existencia de los Ovnis y me parece muy curioso los planteamientos que he podido leer.

En primer lugar quisiera decir que según mi opinión la Iglesia no tendría obligación de pronunciarse a favor o en contra de la llamada fenomenología Ovni, también quisiera mencionar que el tema de los extraterrestres es un área que se ha visto polemizada durante mucho años y que la existencia o no de estos seres no pueden hacer tambalear la fe, es decir la confianza que cada hombre tiene hacia Dios.

En mi calidad de Católica y Mariana, realizo investigaciones en el área de la ufología desde hace mucho tiempo y nunca mis convicciones y creencias se ha visto afectada, por una razón muy simple, estoy segura de lo que creo. Es por ello que me preocupa que los católicos le teman a hablar de esto. Si, temor puesto que al negarlo en forma inmediata o al ridiculizarlo solo reflejan temor y esa fe solo demuestra debilidad, situación que no creo le agrade mucho a Dios, ya que ¿Qué haría Dios con hombres tan frágiles y débiles que se atemorizan a la primera prueba?. La fe me ha enseñado que está constantemente llena de pruebas y esas mismas pruebas son las que fortalecen o terminan por debilitar completamente, eso no depende de Dios, eso solo depende de nosotros. Escondernos detrás de Dios para querer escuchar sobre un determinado tema o no aceptar posibilidades es a mi juicio menoscabar la obra entera de Dios y a Dios mismo.

Nosotros simples mortales, pero hijos espirituales de Dios no somos quienes para juzgar hechos que no conocemos, creo que estamos llamados a saber, el mismo Espíritu Santo en uno de sus siete dones refleja sabiduría, esa sapiencia que nos hace falta para saber realmente que ocurre en nuestro mundo; mundo personal, mundo real, mundo físico, mundo espiritual. Nos hemos transformado en hombres incapaces de superar nuestros temores, miedos y el temor más grande de todos, el temor a la soledad.

Debo recordarles queridos hermanos en Dios, que el negarse al conocimiento es un grave pecado contra el Espíritu Santo y el que no lo sepa, le recomiendo leer en forma muy relajada la Biblia, libro que expresa que el pecado más grave es el que se comete en contra del Espíritu Santo, ¿pero cual es?, me imagino que solo podría ser el negarse a conocer lo que él nos quiere entregar, pero ello no solo pasa por el entendimiento de las escrituras, sino también pasa por el entendimiento de la vida misma, vida que es dada por el único que la tiene en su totalidad, Dios.

El Espíritu Santo no solo nos confirma en fe, sino además nos da como regalo el entendimiento, sabiduría, consejo, inteligencia, mesura, para poder avanzar en este mundo y entender todo lo que se desarrolle en este mundo físico.

Referente a los relatos de “Supuestos” encuentro de personas con los llamados seres extraterrestres, les pediré algo que es fundamental y necesario para aprender algo más de lo que ocurre y eso es RESPETO. Respeto por el relato mismo, no importa que estemos de acuerdo o no en este, no importa que no creamos que sea así, pero como católicos e hijos de un Dios en el cual creemos, debemos primero que todo demostrar los valores que la Iglesia y nuestras familias nos han inculcado, es decir, caridad, humildad e impartir el maravilloso don del Consejo.

Las experiencias que estas personas dicen y aseguran haber vivido son ya extremadamente traumática, como para que nosotros, supuestos dueños de la verdad que no sabemos, los ridiculicemos o los tratemos de fantasioso, mentirosos, esquizofrénicos y demás. Debo recordarles queridos hermanos en Dios que nuestros hermanos en el pasado, los primero cristianos también fueron ridiculizados por creer en un Dios y no solo eso también fueron apresados y asesinados. Hasta el día de hoy la historia los recuerda como locos.

Bueno, estas personas que no desean para nada cambiar a Dios y poner otra entidad en su lugar, simplemente comunican, y buscan ayuda para saber que ocurre y en muchas casos, para que no les ocurra más. Estas experiencias Ovnis han dejado mas traumas que alegrías en los perceptores, pero creo que eso se debe a que el ser humano teme y teme mucho. Pero ¿`porque temer, es que acaso la creencia en Dios es solo para el papel o para momentos de tranquilidad?, Si creemos realmente en Dios entonces lo que debemos hacer es no temer a saber, escuchar o conocer. El que está conmigo, dice Jesús no debe temer, ¿entonces, no defendamos a Dios, el se defiende solo, defendamos y preocupémonos de nuestros hermanos que tiene experiencias que resultan para ellos extremas y sufridas y si no las aceptamos, al menos respetémoslos por el solo hecho de ser hijos del mismo Padre.

Dejemos que las investigaciones y los resultados posteriores a los relatos, arrojen si había o no una patología en el individuo afectado. De ser así, esperamos que Dios los proteja y ayude, pero no nos anticipemos a juzgar eso no es digno de un hijo de Dios.

Cariños a todos agradezco el haber leído a esta latosa investigadora, que Dios los bendiga a todos y que Madre Celestial los acompañe.

Elizabeth Ramírez
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kunkel
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MensajePublicado: Lun Ago 28, 2006 9:04 pm    Asunto:
Tema: Consulta por temas paranormales, ovni y halucinaciones
Responder citando

Estimado Michel:

Sus reflexiones son muy interesantes y está muy bien documentadas. El problema que veo es como descifrar esos casos "fronterizos". En esto estoy de acuerdo con el profesor Polaino. Primero recurrir a la ciencia (con sus limites que los tiene) y después si no existe explicación a otras perspectivas.

Evidentemente para los catolicos (psicologos y psiquiatras) existe la dimensión espiritual, y no todo puede ser reducido a lo material, a la conducta y a redes neuronales. Ahora bien, la mayoria de las investigaciones parapsicologicas (incluidas las del famoso psicologo experimental Hans Eysenck, y sobretodo los seguidores de Rhine) se basan en la estadistica, y no tienen rango, aún hoy en día, de cientificidad (lo que no necesariamente indica que esos fenomenos no exista pero si que es dificil de replicar por otros investigadores). Es decir la parapsicologia, aún la experimental tiene rango de preciencia o pseudociencia mas bien que de ciencia, al menos experimental.
Creo de otro lado que diagnosticar de fenomeno paranormal lo que puede ser explicado psicologicamente o psiquiatricamente es una postura errónea y hasta peligros para la persona implicada.
Por supuesto que existen errores diagnosticos (no solo en psiquiatria sino en todas las ciencias y hasta en computación).
Por otrol lado yo tambien le preguntaria, ¿qué entiende usted por trastorno mental?. Vera que la respuesta no es facil.

Tambien es dificil diagnosticar una propensión al trastorno mental ,como lo es en los casos pre-posesión. Por cierto yo entiendo por posesión la influencia de fuerzas diabolicas sobre la persona con una serie de manifestaciones concretas (no reducibles a trastorno mental)

Una aclaración, el hecho de aprender frases sueltas de un idioma desconocido y soltarla en plan papagayo, es muy distinto a mantener una conversación coherente en ese idioma; y a eso se refiere el texto de A. Fernandez; y ese fenomeno parece hoy por hoy inexplicable cientificamente (al menos por la ciencia actual al uso).
Aún sigo manteniendo lo mismo, que es lo afirmado por el profesor A. Ferandez, que me parece coherente con el método cientifico, y de paso con la postura de la iglesia. Pretender conocer a ciencia cierta los casos fronterizos, de los que habla, lo veo muy arriesgado, y hasta peligroso.
En resumen para aclarar mi postura:

A-Los trastornos mentales son identificables y diagnosticables (aunque exista divergencia clasificatoria y etiologica).
B-La posesión diabolica tiene características distintas al trastorno mental.
C-Los casos foronterizos son resultado del desconocimiento del psiquiatra o del exorcista o de ambos.
D-No existen evidencias suficiente de trastorno mentales inducidos diabolicamente, o bien si se afirma esto se está hablando de fenomenos que no son trastornos mentales.
E-Los casos fronterizos que no tienen nada de paranormal, por cierto, pueden ser explicados desde la elección de valores consciente e inconscientemente del sujeto, que pueden llevarle a desarrollar una personalidad ajena a la voluntad divina (y hasta contrapuesta), donde la maldad tiene cabida. Que estas personas esten mas o menos expuestas a la acción diabolica, no lo sé; dado que parece haber casos de posesión en personas tambien bondadosas, y no solo con tendencia al mal. La psicologías de Rudolf Allers (famoso psicologo católico muy influido por Aldler) trata del desarrollo del caracter como elección de valores.

Sigo afirmando que ambos casos son distintos, y no comparto su teoria de errores diagosticos que nos retrae erroneamente a las posturas espiritualistas de las culturas arcaicas donde los trastornos mentales eran reducidos a fenomenos de posesión espiritual y donde el chaman y le ritual eran el tratamiento (por no decir en otras epocas la confesión forzada o la hogera). Desde entonce sla psiquiatria a avanzado algo. El otro extremo es reducirlo todo a la ciencia al uso, error tambien apuntado.

Creo que la postura tan "aristotelica" por llamarla de alguna manera, de diferenciar ambos fenomenos está bien documentada y a ella abogo. Los extremos de reducirlo todo a trastorno mental o a posesión pueden ser peligrosos.

De todas maneras, su texto está lleno de matices que son discutibles y dan para mucho.

Por otro lado creo que estamos de acuerdo en muchas cosas; eso me parece. Yo enumeraria las siguientes:

1-Ambos admitimos la existencia de la posesión diabolica

2-Ambos admitimos que no todo puede ser explicado y reducido a la ciencia al uso (incluida la psicologia y la psiquiatria)

Creo que esos dos puntos son esenciales. Gracias


Juan José
Psicólogo Clínico
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kunkel
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Registrado: 08 Ene 2006
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Ubicación: España

MensajePublicado: Lun Ago 28, 2006 9:28 pm    Asunto:
Tema: Consulta por temas paranormales, ovni y halucinaciones
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Con respecto a los comentarios de la hermana Elisabeth:

1º-Por supuesto que usted y quién lo desee puede dedicarse a investigar el tema que le parezcam y que no por ello ha de incurrir en contradiciones con la fé, ni mucho menos.

2º-Pero no estoy de acuerdo con lo que podría deducirse de lo que afirma de pasada de que muchas personas que dicen haber constatado con extraterrestres han sido clasificadas de fantásticas o esquizofrenicas alegremente y a la ligera (no s epor quiém pero no parecen profesionale smuy serios). Vuelvo a reiterarme en lo mismo. Las psicosis tienen unas caractericticas específicas, un curso, y una evolución concreta, y no deriva de experiencias traumáticas. Hay que comocer el tema y no hacer aformaciones tan a la ligera, que parece retraernos a psiquiatras malevolos o de dudosa ética. Por lo que conozco del tema las personas que dicen haber tenido experiencias de rapto extraterrestres o encuentros no son esquizofrenicas en su immensa mayoria, ni enfermos mentales graves. Lo que si parecen es tener algunas síntomas identificables de trastorno por estrés postraumático, lo que indicaria al menos que se han encontrado con una experiencia grave. Lo que si afirmo es que algunas personas interesadas por temas paranormales y que paralelamente tienen problemas para relacionarse socialmente (tiene que darse estas dos características conjuntamente) tiene probables rasgos esquizoides o esquizotipicos de personalidad, y estan cerca del trastorno mental grave. Con lo que no es cierto lo siguiente:
1-Todos los interesados por temas paranormales tienen trastorno mental (esto es del todo falso)
2-Todos los que relatan haber sido afectados por experiencias paranormales son enfermos mentales o mentirosos (tambien es falso)

3-Un diagnostico psiquiatrico habitual es diagnosticar de psicotico o enfermo mental a todo el que dice haber experimentado fenomenos extraños o no explicados racionalmente, sin tener en cuenta le funcionamiento habitual de esta persona en otros aspectos de su vida (también esto es falso).

Juan José
Psicólogo Clínico
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kunkel
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Registrado: 08 Ene 2006
Mensajes: 582
Ubicación: España

MensajePublicado: Lun Ago 28, 2006 9:37 pm    Asunto:
Tema: Consulta por temas paranormales, ovni y halucinaciones
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Resumen:

Lo que si afirmo es que algunas personas interesadas por temas paranormales y que paralelamente tienen problemas para relacionarse socialmente (tiene que darse estas dos características conjuntamente) tienen probables rasgos esquizoides o esquizotipicos de personalidad, y estan cerca del trastorno mental grave.

Pero no es cierto lo siguiente:

1-Todos los interesados por temas paranormales tienen trastorno mental (esto es del todo falso)

2-Todos los que relatan haber sido afectados por experiencias paranormales son enfermos mentales o mentirosos (tambien es falso)

3-Un diagnostico psiquiatrico habitual es diagnosticar de psicotico o enfermo mental a todo el que dice haber experimentado fenomenos extraños o no explicados racionalmente, sin tener en cuenta el funcionamiento habitual de esta persona en otros aspectos de su vida. (también esto es falso).
[b]Esto último es psiquiatria silvestre no algo serio.

[/b]

Juan José
Psicólogo Clínico
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elizabeth ramirez
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Registrado: 28 Ago 2006
Mensajes: 2

MensajePublicado: Lun Ago 28, 2006 11:13 pm    Asunto:
Tema: Consulta por temas paranormales, ovni y halucinaciones
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Estimado José

Creo saber bien lo que escribo y en ningún momento dije que los profesionales médicos fueron de dudosa reputación, simplemente dije que se suele juzgar en forma inmediata los casos Ovnis sin realizar un estudio mas profundo y eso es cierto.

Las personas que han sido víctimas de ciertas experiencias, muchas de ellas no deseadas, se encuentran con trágicas consecuencias tanto físicas como mentales, pero muchas de ellas no habían presentado antecedentes médicos anteriores y en la familia tampoco los había y entonces ¿es posible, le pregunto a usted que tales experiencias derivaran en patologías, transformándose algo así como un escape a lo vivido?

Son preguntas que necesitan respuestas para avanzar en la investigación.

Y el comentario que hice referente a que las personas son catalogadas por la mayoría como mentirosos y esquizofrénicos es verdad, la sociedad temerosa así los cataloga, no digo que lo hagan profesionales específicos, aunque la ciencia no ha ayudado mucho.

Elizabeth Ramírez
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kunkel
Constante


Registrado: 08 Ene 2006
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Ubicación: España

MensajePublicado: Mar Ago 29, 2006 6:32 am    Asunto:
Tema: Consulta por temas paranormales, ovni y halucinaciones
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Pues entonces estoy de acuerdo con usted, Elisabeth.
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