Ver tema anterior :: Ver tema siguiente |
Autor |
Mensaje |
AURORA Invitado
|
Publicado:
Mie Sep 20, 2006 1:25 am Asunto:
Discurso completo del Santo Padre
Tema: Discurso completo del Santo Padre |
|
|
QUERIDOS HERMANOS , me ha sugerido evangelina poner el discurso completo del Papa , a lo mejor muchas personas que nos leen no lo conocen en su totalidad .
Encuentro con los representantes de la ciencia en el Aula Magna de la Universidad de Ratisbona
(12 de septiembre de 2006)
Fe, razón y universidad
Recuerdos y reflexiones
Eminencias, Magnificencias, Excelencias,
ilustres señoras y señores:
Es emocionante para mí estar nuevamente en la cátedra de la universidad y poder dar nuevamente una lección. Mi pensamiento regresa a aquellos años en los que, tras un hermoso periodo en el Instituto Superior de Freising, inicié mi actividad de profesor académico en la Universidad de Bonn. Era aún –1959- la época de la antigua universidad ordinaria. Para las cátedras individuales no existían ni asistentes ni dactilógrafos, pero en compensación había un contacto muy directo con los estudiantes y sobre todo también entre los profesores. Se daban encuentros antes y después de las lecciones en las salas de profesores. Los contactos con los historiadores, los filósofos, los filólogos y naturalmente también entre las dos facultades teológicas eran muy estrechos. Una vez cada semestre había un así llamado dies academicus , en el que los profesores de todas las facultades se presentaban ante los estudiantes de toda la universidad, haciendo posible una verdadera experiencia de universitas –algo que también Ud. Magnífico Rector acabó de mencionar- la experiencia, en otras palabras, de que nosotros, no obstante nuestras especializaciones, que a veces nos hacen incapaces de comunicarnos entre nosotros, formamos un todo y trabajamos en el todo de la única razón con sus varias dimensiones, estando así también juntos en la común responsabilidad por el recto uso de la razón; lo convertía en experiencia viva. La universidad, sin duda, estaba orgullosa también de sus dos facultades teológicas. Era claro que también ellas, interrogándose sobre la racionalidad de la fe, desarrollan un trabajo que hace necesariamente parte del “todo” de la universitas scientiarum , incluso si no todos podían compartir la fe, por cuya correlación con la razón común se esfuerzan los teólogos. Esta cohesión interior en el cosmos de la razón tampoco fue perturbada cuando se supo que uno de los colegas había dicho que en nuestra universidad había algo extraño: dos facultades que se ocupaban de algo que no existía: de Dios. Que también frente a un escepticismo así de radical permanece necesario y razonable interrogarse sobre Dios por medio de la razón, y que aquello deba ser hecho en el contexto de la tradición de la fe cristiana, era una convicción indiscutida en el conjunto de la universidad.
Todo esto vino a mi mente cuando recientemente leí la parte editada por el profesor Theodore Khoury (Münster) del diálogo que el docto Emperador bizantino Manuel II Paleólogo, tal vez en el campamento de invierno en 1391 en Ankara, sostuvo con un persa culto sobre el Cristianismo y el Islam, y la verdad de ambos. Fue probablemente el Emperador mismo quien anotó, durante el asedio de Constantinopla entre 1394 y 1402, este diálogo, lo cual nos hace entender la razón por la que sus argumentos estén referidos mucho más detalladamente que las respuestas del erudito persa. El diálogo trata el ámbito de las estructuras de la fe contenidas en la Biblia y en el Corán y se detiene sobre todo en la imagen de Dios y del hombre, pero necesariamente también en la relación entre las “tres Leyes”: Antiguo Testamento –Nuevo Testamento- Corán. Quisiera tocar en esta lección solo un argumento –un tanto marginal en la estructura del diálogo– pero que, en el contexto del tema “fe y razón” me ha fascinado y sirve como punto de partida para mis reflexiones sobre este tema.
En el séptimo coloquio (– controversias) editado por el profesor Khoury, el emperador toca el tema de la jihad (guerra santa). Seguramente el emperador sabía que en la sura 2, 256 se lee: “Ninguna constricción en las cosas de la fe”. Es una de las suras del periodo inicial en el que Mahoma mismo aún no tenía poder y estaba amenazado. Pero, naturalmente, el Emperador conocía también las disposiciones, desarrolladas posteriormente y fijadas en el Corán, acerca de la guerra santa. Sin detenerse en los particulares, como el trato diferenciado entre aquellos que poseen el “Libro” y los “incrédulos”, él, en modo sorprendentemente brusco, va directo a su interlocutor con la pregunta central por la relación entre religión y violencia principalmente, diciendo: “Muéstrame también aquello que Mahoma ha traído de nuevo, y encontrarás solamente cosas malvadas e inhumanas, como su directiva de difundir por medio de la espada la fe que él predicaba”. El Emperador explica luego minuciosamente las razones por las cuales la difusión de la fe mediante la violencia es una cosa irracional. La violencia es contradictoria a la naturaleza de Dios y la naturaleza del alma. “Dios no se goza con la sangre”, dice él; “y no actuar según la razón () es contrario a la naturaleza de Dios. La fe es fruto del alma, no del cuerpo. Quien por lo tanto quiere conducir a otro a la fe, necesita la capacidad de hablar bien y de razonar correctamente, no de la violencia ni de la amenaza… Para convencer a un alma razonable no es necesario disponer ni del propio brazo, ni de instrumentos para golpear, ni de ningún otro medio con el que se pueda amenazar de muerte a una persona …”.
La afirmación decisiva en esta argumentación contra la conversión mediante la violencia es: no actuar según la razón es contrario a la naturaleza de Dios. El editor, Theodore Khoury, comenta que para el emperador, como bizantino crecido en la filosofía griega, esta afirmación es evidente. Para la doctrina musulmana, en cambio, Dios es absolutamente trascendente. Su voluntad no está ligada a ninguna de nuestras categorías, incluso a aquella de la racionalidad. En este contexto Khoury cita una obra del conocido islamista francés R. Arnaldez, que a destaca a Ibh Hazn quien va hasta el punto de declarar que Dios no estaría ligado ni siquiera por su misma palabra y que nada lo obligaría a revelarnos la verdad. Si fuese su voluntad, el hombre debería practicar también la idolatría.
Aquí se suscita un dilema, en lo concerniente a la comprensión de Dios y por lo tanto a la práctica concreta de la religión, que hoy nos desafía muy directamente. La convicción de que actuar contra la razón está en contradicción con la naturaleza de Dios, ¿es algo apenas válido para el pensamiento griego o vale siempre por sí mismo? Pienso que en este punto se hace claramente evidente la profunda concordancia entre aquello que es griego en el mejor sentido y la fe en Dios fundada en la Biblia. Modificando el primer versículo del Génesis, el primero de la Sagrada Escritura , Juan ha iniciado el prólogo de su Evangelio con las palabras: “Al principio era el logos”. Es justamente ésta la palabra que usa el emperador: Dios actúa ““, con logos. Logos significa tanto razón como palabra, una razón que es creadora y capaz de comunicarse, pero precisamente como razón. Juan con aquello nos ha donado la palabra conclusiva sobre el concepto bíblico de Dios, la palabra en la que todas las vías frecuentemente fatigosas y tortuosas de la fe bíblica alcanzan su meta, encontrando su síntesis. En principio era el logos , y el logos es Dios, nos dice el evangelista. El encuentro entre el mensaje bíblico y el pensamiento griego no era una simple casualidad. La visión de San Pablo, a quien se cerraban los caminos de Asia y que vio en sueños a un macedonio cuya súplica escuchó: “¡Ven a Macedonia y ayúdanos!” (Hch 16,6-10), puede ser interpretada como una “condensación” de la necesidad intrínseca de un acercamiento entre la fe bíblica y el interrogarse griego.
En realidad, este acercamiento se venía dando desde hace larguísimo tiempo. Ya el nombre misterioso de Dios de la zarza ardiente, que separa a Dios de las divinidades con múltiples nombres, que afirma de sí apenas el “Yo soy”, su existencia, es un enfrentamiento al mito, un enfrentamiento con el que la tentativa de Sócrates de vencer y superar al mito mismo está en íntima analogía. Desde el interior del Antiguo Testamento, el proceso iniciado en la zarza llega a una nueva madurez durante el exilio, donde el Dios de Israel, ahora privado de tierra y culto, se anuncia como el Dios del cielo y de la tierra, presentándose con una simple fórmula que prolonga las palabras de la zarza: “Yo soy”. Este nuevo conocimiento de Dios va de la mano de una especie de iluminismo, que se expresa en modo drástico en la mofa de las divinidades que son apenas obra de las manos del hombre (Sal115). Así, durante la época helenística, la fe bíblica, no obstante el duro conflicto con los soberanos helenísticos, que querían por la fuerza adecuarla al estilo de vida griego y a su culto idolátrico, salía desde lo profundo al encuentro de la mejor parte del pensamiento griego, hacia un contacto recíproco, que se ve especialmente realizado en la tardía literatura sapiencial. Hoy nosotros sabemos que la traducción griega del Antiguo Testamento, realizada en Alejandría – la Biblia de los “Setenta” –, es más que una simple traducción del texto hebreo (por evaluar en modo tal vez poco positivo): de hecho es de por sí un testimonio textual, y un específico e importante paso de la historia de la Revelación , en el cual se ha realizado este encuentro de un modo tal que para el nacimiento del cristianismo y su divulgación tuvo un significado decisivo. En el fondo, se trata del encuentro entre fe y razón, entre auténtico iluminismo y religión. Partiendo verdaderamente desde la íntima naturaleza de la fe cristiana y, al mismo tiempo, desde la naturaleza del pensamiento helenístico fusionado ya con la fe, Manuel II podía decir: No actuar “con el logos” es contrario a la naturaleza de Dios.
Honestamente es necesario anotar, que en el tardío medioevo, se han desarrollado en la teología tendencias que rompen esta síntesis entre espíritu griego y espíritu cristiano. En contraste con el así llamado intelectualismo agustiniano y tomista, se inició con Duns Scoto una impostación voluntarista, la cual al final llevó a la afirmación de que nosotros conoceríamos de Dios solamente la voluntas ordinata . Más allá de ésta existiría la libertad de Dios, en virtud de la cual Él habría podido crear y hacer también lo contrario de todo aquello que efectivamente ha hecho. Aquí se perfilan posiciones que, sin lugar a dudas, pueden acercarse a aquellas de Ibn Hazn y podrían llevar hasta la imagen de un Dios arbitrario, que no está ligado siquiera a la verdad o al bien. La trascendencia y la diversidad de Dios son acentuadas en modo tan exagerado, que también nuestra razón, nuestro sentido de lo verdadero y de lo bueno no son más un verdadero espejo de Dios, cuyas posibilidades abismales permanecen para nosotros eternamente inalcanzables y escondidas tras sus decisiones reales. En contraste con ello, la fe de la Iglesia ha sostenido siempre la convicción de que entre Dios y nosotros, entre su eterno Espíritu creador y nuestra razón creada, existe una verdadera analogía, en la que ciertamente las desemejanzas son infinitamente más grandes que las semejanzas, pero no al punto de abolir la analogía y su lenguaje. Dios no se hace más divino por que lo arrojemos lejos de nosotros en un voluntarismo puro e impenetrable, sino que el Dios verdaderamente divino es aquel Dios que se ha mostrado como el logos y como logos ha actuado y actúa lleno de amor por nosotros. Ciertamente, como dice Pablo, el amor “sobrepasa” el conocimiento y es por esto capaz de percibir más que el simple pensamiento (Ef 3,19), sin embargo permanece como el amor de Dios – logos , por el cual, como dice nuevamente Pablo, el culto cristiano es un culto que concuerda con el Verbo eterno y con nuestra razón.
El aquí mencionado recíproco acercamiento interior, que se ha dado entre la fe bíblica y el cuestionamiento filosófico griego, es un dato de importancia decisiva no solo en el plano de la historia de la religión, sino también en el de la historia universal –un dato que nos obliga también hoy. Considerado este encuentro, no es sorprendente que el cristianismo, no obstante su origen e importante desarrollo en Oriente, haya encontrado su huella históricamente decisiva en Europa. Podemos expresarlo también inversamente: este encuentro, al cual se suma luego el patrimonio de Roma, ha creado a Europa y permanece como fundamento de aquello que, con razón, podemos llamar Europa.
A la tesis de que el patrimonio griego, críticamente purificado, sea una parte integrante de la fe cristiana, se opone el pedido de la deshelenización del cristianismo, un pedido que desde el inicio de la edad moderna domina de modo creciente los círculos teológicos. Visto más de cerca, se pueden observar tres olas en el programa de la deshelenización: si bien relacionadas entre sí, son claramente distintas la una de la otra en sus motivaciones y objetivos.
La deshelenización surge primero ligada a los postulados fundamentales de la Reforma del siglo XVI. Considerando la tradición de las escuelas teológicas, los reformadores se veían ante una sistematización de la fe totalmente condicionada por la filosofía, es decir, a una articulación de la fe desde lo externo a través de un modo de pensar que no procedía de ésta. Así, la fe no aparecía más como palabra históricamente viva, sino como elemento insertado en la estructura de un sistema filosófico. La Sola Scriptura busca por el contrario la pura forma primordial de la fe, como se encuentra presente originariamente en la Palabra bíblica. La metafísica apareció como un presupuesto derivado de otra fuente, de la que debe uno liberar la fe para que pueda volver totalmente a ser ella misma. Kant ha actuado en base a este programa con una radicalidad imprevisible para los reformadores. Con ello él ha anclado la fe exclusivamente a la razón práctica, negándole el acceso a la totalidad de la realidad.
La teología liberal de los siglos XIX y XX acompaña la segunda ola del proceso de deshelenización, con Adolf von Harnack, como su máximo representante. En mis épocas de estudiante, como en mis años iniciales de docencia, este programa también actuaba con fuerza en la teología católica. Tomó como punto de partida la distinción que Pascal hace entre el Dios de los filósofos y el Dios de Abraham, Isaac y Jacob. En mi discurso inaugural en Bonn en 1959 traté de referirme a este asunto. No repetiré aquí lo que dije en aquella ocasión, pero me gustaría describir, al menos brevemente, la novedad de esta segunda ola de deshelenización respecto a la primera. La idea central de Harnack era volver al simple hombre Jesús y a su mensaje simple, que se destacan sobre toda teologización y helenización: este mensaje simple representaba el verdadero cúlmen del desarrollo religioso de la humanidad. Se decía que Jesús le había puesto fin al culto en favor de la moralidad. En último término, era presentado como el padre del mensaje moral humanitario. Lo que básicamente le importaba a Harnack era hacer que el Cristianismo estuviera nuevamente en armonía con la razón moderna, al punto de liberarlo de elementos aparentemente filosóficos y teológicos, como la fe en la divinidad de Cristo y en Dios Uno y Trino. En este sentido, la exégesis histórica-crítica del Nuevo Testamento pone a la teología nuevamente en su lugar dentro del cosmos de la universidad: Para Harnack, la teología es algo esencialmente histórico y por lo tanto estrictamente científico. Lo que se puede decir críticamente de Jesús, es por así decir, expresión de la razón práctica y consecuentemente sostenible por la totalidad de la Universidad. Por tras de este concepto yace la moderna auto delimitación de la razón, clásicamente expresada en las “Críticas” de Kant, pero en ese momento aún más radicalizada por el impacto de las ciencias naturales. Este concepto moderno está basado, para decirlo brevemente, en la síntesis entre el Platonismo (Cartesianismo) y el Empirismo, una síntesis confirmada por el éxito de la tecnología. Por un lado presupone la estructura matemática de la materia, y su intrínseca racionalidad, que hace posible entender cómo funciona la materia y cómo usarla eficientemente: esta premisa básica es, por así decirlo, el elemento platónico en el entendimiento moderno de la naturaleza. De otro lado, se trata de la capacidad de la naturaleza de ser utilizada para nuestros fines, en la que solo la posibilidad de verificación o falsificación a través de la experimentación proporciona la certeza decisiva. El peso entre los dos polos puede, dependiendo de las circunstancias, cambiar de un lado al otro. Un pensador fuertemente positivista como J. Monod, se definió a sí mismo como un platónico convicto.
Esto conlleva dos decisivas orientaciones básicas para nuestro asunto. Solo el tipo de certeza derivada de la combinación de la matemática con la empírica puede considerarse científica. Cualquier disciplina que quisiera exigir estatus de ciencia debe ser medido con este criterio. De ahí que las ciencias humanas, como la historia, psicología, sociología y filosofía, no puedan conformarse a este canon de cientificidad. Un segundo punto importante para nuestras reflexiones, es que el método como tal excluye la pregunta de Dios, haciéndola aparecer como no científica o precientífica. Consecuentemente, nos enfrentamos a una reducción del radio de ciencia y razón, que debe ser cuestionado.
Volveremos luego al asunto. Mientras tanto, ha de observarse que desde este modo de ver, cualquier intento de la teología por mantener su estatus de “científica”, nos dejaría del cristianismo apenas un mísero fragmento. Pero tenemos que decir más: Si solamente esto fuese la totalidad de la ciencia, se reduciría por ella incluso al propio hombre, pues las preguntas propiamente humanas sobre nuestro origen y nuestro destino, las preguntas acerca de la religión y la ética, ya no encuentran lugar en el espacio de la razón común delimitado por la así entendida “ciencia” y deben ser relegadas al espacio de lo subjetivo. Es el sujeto quien decide entonces, basado en su experiencia, lo que puede considerar religioso, y la “conciencia” subjetiva se convierte finalmente en la única instancia ética. Pero así la ética y la religión pierden su poder comunitariamente conformado para incurrir en lo meramente facultativo. Este es una situación peligrosa para la humanidad, como podemos ver en las amenazantes patologías de la religión y de la razón, que irrumpen necesariamente cuando la razón se reduce tanto, que las preguntas de la religión y la ética ya no le corresponden más. Lo que queda de los intentos de construir la ética a partir de las reglas de la evolución o de la psicología, es simplemente insuficiente.
Antes de llegar a las conclusiones finales a las que quiero llegar con todo esto, tengo que referirme brevemente a la tercera ola de deshelenización, que se difunde en este tiempo. Ante el encuentro con la diversidad de culturas, se dice mucho en nuestros días que la síntesis con el Helenismo alcanzada por la Iglesia en sus inicios fue una primera inculturación de lo cristiano, a lo que no debe determinarse a otras culturas. Debería ser su derecho poder regresar al mensaje simple del Nuevo Testamento, que antecede a esta inculturación, para inculturarlo nuevamente en sus respectivos ambientes particulares. Esta tesis no es apenas falsa, sino grosera e imprecisa. Pues el Nuevo Testamento fue escrito en griego y trae consigo la impronta del espíritu griego, que ha madurado en el precedente desarrollo del Antiguo Testamento. Ciertamente, hay etapas en el proceso de plasmación de la antigua Iglesia por los que no todas las culturas deben pasar. Sin embargo, las decisiones fundamentales que por cierto atañen a la cohesión de la fe con la búsqueda de la razón humana, pertenecen propiamente a esta fe y constituyen desarrollos consecuentes de la misma.
Y así llego a la conclusión. Este intento de auto crítica de la razón moderna, hecho a grandes líneas, no supone en absoluto la idea de tener que regresar en el tiempo a la época anterior al iluminismo y descartar las convicciones de la edad moderna. La grandeza del desarrollo del espíritu moderno se reconoce sin reservas. Todos agradecemos las grandes posibilidades que ha abierto a los hombres y por los progresos en humanidad que se nos han dado. El ethos de la cientificidad, - al que se ha referido Ud. Magnífico Rector- debe ser además obediente a la verdad, y, como tal, es expresión de una actitud fundamental propia de la esencial decisión del espíritu cristiano. No se trata de un volver atrás, ni de crítica negativa, sino de ensanchar nuestro concepto de razón y su utilidad. Puesto que junto a toda alegría por las nuevas posibilidades del hombre, vemos también las amenazas que surgen de estas posibilidades, y debemos preguntarnos cómo hacer para dominarlas. Solo conseguiremos dominarlas, cuando la razón y la fe se salgan al encuentro mutuamente de un modo renovado; cuando superemos la limitación que se ha auto impuesto la razón a lo empíricamente verificable, y abrimos la razón nuevamente a toda su extensión. En este sentido, la teología forma parte de la universidad, no apenas como disciplina histórica o humano-científica, sino propiamente como teología, como pregunta por la razón de la fe, y debe encontrar su lugar en ella y en el amplio diálogo de las ciencias.
Solo así nos hacemos capaces de un verdadero diálogo de culturas y religiones, del cual necesitamos hoy urgentemente. En el mundo occidental domina ampliamente la opinión de que solo la razón positivista y las formas de la filosofía derivadas de ella son universalmente válidas. Pero las culturas profundamente religiosas del mundo ven precisamente en la exclusión de lo divino de la universalidad de la razón, un ataque a sus convicciones más profundas. Una razón que es sorda a lo divino y que relega la religión al ámbito de las subculturas es incapaz de entrar en diálogo con las culturas. Y más aún, la razón moderna propia de las ciencias naturales, con su intrínseco elemento platónico, porta en sí, como he tratado de demostrar, una pregunta que la trasciende lo mismo que a sus posibilidades metódicas. Ésta debe simplemente aceptar la estructura racional de la materia y la correspondencia entre nuestro espíritu y la estructura racional operante en la naturaleza como algo dado de hecho, sobre el cual se basa su vía metódica. Pero la pregunta del por qué esto es así, de hecho existe y debe ser transmitida por las ciencias naturales a otros niveles y modos de pensamiento – a la filosofía y a la teología. Para la filosofía, y de modo diverso para la teología, el escuchar las grandes experiencias y convicciones de las tradiciones religiosas de la humanidad, especialmente aquella de la fe cristiana, constituye una fuente de conocimiento, negar la cual significaría una reducción inaceptable de nuestra escucha y respuesta. Aquí recuerdo algo que Sócrates le dijo a Fedón. En los diálogos anteriores, se habían vertido muchas opiniones filosóficas falsas, y por eso Sócrates dice: “Sería muy comprensible si uno, por la irritación ante tantas cosas equivocadas, odiase y despreciase por el resto de su vida toda conversación sobre el ser”. Pero de este modo perdería la verdad del ser y sufriría un enorme daño. Desde hace mucho tiempo, el occidente se ha visto amenazado por esta negación a las preguntas fundamentales de la razón y podría así infligirse un grave daño. Valor para ensanchar la razón, no renunciar a su grandiosidad –ese es el programa con el que una teología comprometida con la fe bíblica entra en el debate de nuestro tiempo. “No actuar razonablemente, no actuar con el logos, es contrario a la naturaleza de Dios” dijo Manuel II, desde su entendimiento cristiano de Dios, a su interlocutor persa. Es a este gran logos, a esta amplitud de la razón, a la que invitamos a nuestros interlocutores en el diálogo de las culturas. Redescubrirla continuamente es la gran tarea de la Universidad.
Nota: El Santo Padre desea proporcionar una versión posterior de este texto, complementado con notas a pie de página. Por lo tanto, el presente texto debe considerarse como provisional.
Texto original en alemán.
Fuente: Oficina de Prensa de la Santa Sede.
Traducción: ACI Prensa. |
|
Volver arriba |
|
 |
Albert + Moderador

Registrado: 03 Oct 2005 Mensajes: 27940 Ubicación: Puerto Rico
|
Publicado:
Mie Sep 20, 2006 2:04 am Asunto:
Tema: Discurso completo del Santo Padre |
|
|
Hermana Aurora:
¡Paz y bien!
Muchas gracias. Leido todo no veo el insulto al Islam, solo veo una cita sobre la apreciación del Emperador bizantino Manuel II de la jihad a un persa culto. Cuyo diálogo en ese sentido para el Santo Padre es un tanto marginal, y solo lo concidera pertinente en el contexto de fe y razón. Esto no significa que esté necesariamente de acuerdo con lo expresado por el Emperador Manuel II, que ha sido más que corroborado por las reacciones totalmente desproporcionadas de los extremistas musulmanes. No obstante, el Papa trataba de indicar la relación entre fe y razón para discipar los prejuicios sobre la razón en el sentido limitado de la palabra de modo que abierta a la verdadera expansibilidad de sí misma, ésta no sea opuesta a la fe mas si vistas ambas como parte del logos. Dios te bendiga. _________________

Transfíge, dulcíssime Dómine Jesu
Albert González Villanueva, OFS |
|
Volver arriba |
|
 |
waldo79 Esporádico
Registrado: 25 Ago 2006 Mensajes: 93 Ubicación: now Puerto Rico
|
Publicado:
Mie Sep 20, 2006 2:41 am Asunto:
Tema: Discurso completo del Santo Padre |
|
|
Hola Hna. Aurora, en verdad he aprendido muchas cosas sobre la razon y la fe, soy hombre de ciencia y a eso me remito.
Por otro lado, aqui en el uso de la razon pueden caver varios... hasta el propio Bush..., pero como dicen bien... "Uno escucha lo que quiere escuchar..."
Lei muchas noticias da pena... pero somo Catolicos y hay estar tranquilos... si nosotros mismos con nuestros errores a lo largo de la historia no hemos podido destruirla... pues menos ahora.
Dios nos cuide y a incar rodillas por el Papa, Obispos, Sacerdotes, Laicos todos aquellos que estan haciendo un trabajo pastoral en Oriente Medio las necesitan, que la sangre preciosisima de Cristo los proteja y nuestra Santa Madre siga intercediendo por nosotros, como lo ha hecho a lo largo de tantos siglos.
Dios nos cuide siempre. |
|
Volver arriba |
|
 |
Sitibundo Asiduo
Registrado: 25 Dic 2005 Mensajes: 345
|
Publicado:
Mie Sep 20, 2006 4:08 am Asunto:
Tema: Discurso completo del Santo Padre |
|
|
Muchas gracias Aurora. _________________ Quieren abnegar su Gracia |
|
Volver arriba |
|
 |
Inés Constante
Registrado: 12 Nov 2005 Mensajes: 702
|
Publicado:
Mie Sep 20, 2006 12:20 pm Asunto:
Tema: Discurso completo del Santo Padre |
|
|
Hola Aurora, es una autocrítica a la razón moderna cientifista en un contexto académico. En verdad la cita sobre la apreciación del Emperador bizantino Manuel II de la jihad a un persa culto es más bien un hecho secundario en todo el desarrollo destinado a cuestionar la negación de Dios en el pensamiento cientifista moderno.
Pero bueno, es una prueba más de cada uno interpreta de lo que lee o escucha lo que su propia mente le permite evocar.
Por otra parte las reacciones violentas a las cuales dió lugar este discurso parecen querer convalidar lo que dijo el Emperador bizantino y no lo que dijo el Papa.
Entre los estudios de la sociedad hay un lema que más o menos dice que el efecto de las palabras no tienen que ver con las intenciones del que las dice sino con las posibilidades prexistentes en el contexto donde se enuncian.
Por eso el Señor le dice a Santa Faustina que El no toma en cuenta los resultados de nuestro obrar sino las intenciones.
Bendiciones. Inés _________________ "Pide la gracia de la compunción. Por el acto de compunción, el alma es conducida a una verdadera metanoia".
<Pagar el mal con el bien> |
|
Volver arriba |
|
 |
AURORA Invitado
|
Publicado:
Mie Sep 20, 2006 3:49 pm Asunto:
Tema: Discurso completo del Santo Padre |
|
|
despues de leer este discurso , yo creo que el verdadero problema y de dificil solucion , no esta en lo que ha dicho el Papa .
mas halla de que su intencion no ha sido ofender , no habra disculpa que alcance a los musulmanes .
porque el problema , no es el que lo expresa o lo que expresa , es el que escucha .
y en este caso , tenemos gente que no dialoga , solo se maneja con violencia , piensa con violencia y responde con violencia .
por eso todo esto es tan grave.
espero que el Papa , no viaje a Turquia . |
|
Volver arriba |
|
 |
Danielita Esporádico
Registrado: 19 May 2006 Mensajes: 42 Ubicación: B.C.México
|
Publicado:
Mie Sep 20, 2006 5:19 pm Asunto:
Tema: Discurso completo del Santo Padre |
|
|
AURORA escribió: |
espero que el Papa , no viaje a Turquia . |
Una de las cosas mas graves es que desgraciadamente el Papa no necesita ir a Turquia para estar en peligro.
Basta y sobra con que esté en la mira de personas que todos sabemos perfectamente que no se tientan el corazón para destruir a todos y todo lo que ellos consideran un enemigo de su fe.
Tanto el Papa como todos los católicos debemos acogernos al amparo del Espíritu Santo, ya que es el único que puede destruir corazones duros y abrir oídos sordos.
Debemos hacer oración, hermanos, mucha oración. _________________ Daniela.
Nos hiciste, Señor, para ti y nuestro corazón
estará insatisfecho hasta que descanse en tí......
San Agustín. |
|
Volver arriba |
|
 |
AURORA Invitado
|
Publicado:
Mie Sep 20, 2006 5:24 pm Asunto:
Tema: Discurso completo del Santo Padre |
|
|
JESUS , golpea en la puerta de nuestro corazon , y entra solo donde es aceptado .
hasta ese punto nos ama , para eso nos dio el libre albedrio .
no creo que los musulmanes acepten ese llamado . |
|
Volver arriba |
|
 |
Danielita Esporádico
Registrado: 19 May 2006 Mensajes: 42 Ubicación: B.C.México
|
Publicado:
Mie Sep 20, 2006 5:50 pm Asunto:
Tema: Discurso completo del Santo Padre |
|
|
AURORA escribió: |
no creo que los musulmanes acepten ese llamado . |
Yo tampoco hermana, pero la oración por los demás hace que Dios vaya preparando esos corazones para recibirlo.
Sabemos perfectamente que para romper corazones duros se debe sufrir y bastante y que estas personas son un hueso muy duro de roer, pero nuestra confianza en el poder de la oración y nuestra esperanza en que este mundo cambiará debe ser lo último que muera. _________________ Daniela.
Nos hiciste, Señor, para ti y nuestro corazón
estará insatisfecho hasta que descanse en tí......
San Agustín. |
|
Volver arriba |
|
 |
Franklin Matias Asiduo
Registrado: 21 Dic 2005 Mensajes: 225
|
Publicado:
Jue Sep 21, 2006 12:09 am Asunto:
Tema: Discurso completo del Santo Padre |
|
|
Estimados hermanos despues de leer el discurso, se ve claramente que nuestro Santo Padre jamas ha insultado a los mahometanos, hace una cita de un emperador respecto a los musulmanes y luego reflexiona sobre la fe y la razon que han de estar en concordancia y eso significa una renuncia a la violencia. Creo yo falta madurez en los dirigentes musulmanes, salvo que por su situación particular que estan viviendo sus pueblos guerras, etc, esten pretextando para animar a la violencia a sus pueblos, creyendo que su actitud violenta los ayudara, todavía no aprenden de lo que le ocurrio a Japon en la guerra mundial. Que Dios nos ilumine hermanos, pero sobretodo protega a nuestro Santo Padre cabeza visible de la familia catolica, oremos por el Papa. _________________ Que Dios los bendiga hermanos |
|
Volver arriba |
|
 |
Luis Arturo Huerta Asiduo
Registrado: 04 May 2006 Mensajes: 183 Ubicación: Jalisco, México
|
Publicado:
Jue Sep 21, 2006 3:15 am Asunto:
Tema: Discurso completo del Santo Padre |
|
|
Iva a agradecerle a LucasGabriel su punto de vista analítico, que además me pareció de gran valor, pero ya no lo veo, ojalá lo puedan recuperar.
Definitivamente, entre más creamos que los demás son ignorantes, manipulables y violentos, razones de más para ser cuidadosos cuando nos expresamos de ellos. _________________ -Siempre dispuesto a compartir con ustedes mi bastísima ignorancia-
"No importa tanto donde estás, sino hacia donde te diriges" |
|
Volver arriba |
|
 |
LucasGabriel Constante
Registrado: 07 Dic 2005 Mensajes: 723 Ubicación: Argentina - Córdoba
|
Publicado:
Jue Sep 21, 2006 5:15 am Asunto:
Tema: Discurso completo del Santo Padre |
|
|
Gracias Luis por tus palabras.
Lo bueno de analizar un poquito más profundo de una situación crítica como esta, es poder ver al otro dos segundos. Esos dos segundos en sus zapatos. Tan sólo para ver que ven de mi, y cómo ven el mundo.
Así se puede ver el porqué aunque sean cosas totalmente ilógicas o aberrantes, al menos así podemos ver con los ojos de otros. Y eso nos acerca más a entender "por que ve lo que ve" y a buscar corregirlo o ayudarlo y así atraerlo como hermano.
Tal vez hubiese sido sencillo vivir el siglo 13 cuando tan sólo tenía que ir a una cruzada con espada y muchas ganas y fervor para recuperar Tierra Santa. Más difícil físicamente, seguro, pero más fácil espiritual e intelectualmente. Hasta el martirio hubiese sido más fácil.
No tendría que tomar demasiadas decisiones. Avanzar y ya.
Pero hoy es distinto, la Iglesia nos propuso otro modo más arduo, una tarea más difícil, ahora tengo que acercame, dominarme, renunciar a mi mismo, dialogar con voluntad, pensar con voluntad, repensar, sacrificarme, amar con voluntad, recordando "que todos lleguen a la salvación", "que todos sean uno"... Es más difícil, más complejo, y se prueba a fuego en el tiempo...
Y eso después de 25 años de trabajo Juan Pablo II sembró y cosechó, y poco a poco lo hará a través del tiempo también Benedicto XVI. Y aún me emociona al recordar las palabras "nuestros hermanos mayores en la fe" refiriéndose al pueblo judío. Y miren que teníamos traumas fuertes en otros tiempos. Y allí se sembró... y se seguirá cosechando!.
Por eso creo que esta situación es una "dura", pero brillante oportunidad.
Aún me deja pensando todo esto, y mucho. _________________
Carmelitas Descalzos Seglares |
|
Volver arriba |
|
 |
Luis Fernando Veterano
Registrado: 04 Dic 2005 Mensajes: 1072
|
Publicado:
Jue Sep 21, 2006 7:54 am Asunto:
Tema: Discurso completo del Santo Padre |
|
|
Esta traducción del discurso del Papa es mucho mejor que la primera:
Cita: |
Discurso de Benedicto XVI en la Universidad de Ratisbona
Una nueva relación entre fe y razón para permitir el diálogo entre culturas y religiones
RATISBONA, miércoles, 13 septiembre 2006 (ZENIT.org).- Publicamos el discurso que pronunció Benedicto XVI este martes en la tarde en el encuentro que mantuvo con representantes alemanes del mundo de la ciencia en Aula Magna de la Universidad de Ratisbona, de la que había sido catedrático y vicerrector. El Papa se ha reservado la posibilidad de publicar en un segundo momento una versión de este texto definitiva con notas al pie de página. Por este motivo se trata de una redacción provisional. El Santo Padre ha dado por título a esta conferencia: «Fe, razón y universidad. Recuerdos y reflexiones».
«Fe, razón y universidad. Recuerdos y reflexiones»
¡Ilustres señores, gentiles señoras!
Para mí es un momento emocionante estar nuevamente en la cátedra de la universidad y poder impartir una vez más una lección. Mi pensamiento vuelve a aquellos años en los que, tras un hermoso periodo en el Instituto Superior de Freising, inicié mi actividad de profesor académico en la Universidad de Bonn. En el año 1959 se vivían todavía los viejos tiempos de la universidad en que había profesores ordinarios. Para las cátedras individuales no existían ni asistentes ni dactilógrafos, pero en compensación se daba un contacto muy directo con los estudiantes y sobre todo entre los profesores.
Se daban encuentros antes y después de las lecciones en los cuartos de los docentes. Los contactos con los historiadores, los filósofos, los filólogos y también entre las dos facultades teológicas eran muy cercanos. Una vez al semestre había un «dies academicus», en el que los profesores de todas las facultades se presentaban delante de los estudiantes de toda la universidad, haciendo posible una verdadera experiencia de «universitas» --algo a lo que también ha aludido usted, señor rector, hace poco--: el hecho que nosotros, a pesar de todas las especializaciones, que a veces nos impiden comunicarnos entre nosotros, formamos un todo y trabajamos en el todo de la única razón con sus diferentes dimensiones --estando así juntos también en la común responsabilidad por el recto uso de la razón--, hacía que se tratase de una experiencia viva. La universidad, sin duda, estaba orgullosa también de sus dos facultades teológicas. Estaba claro que también ellas, interrogándose sobre la racionalidad de la fe, desarrollan un trabajo que necesariamente forma parte del «todo» de la «universitas scientiarum», aunque no todos podían compartir la fe, por cuya correlación con la razón común se esfuerzan los teólogos. Esta cohesión interior en el cosmos de la razón tampoco quedó perturbada cuando se supo que uno de los colegas había dicho que en nuestra universidad había algo extraño: dos facultades que se ocupaban de algo que no existía: Dios. En el conjunto de la universidad era una convicción indiscutida el hecho de que incluso frente a un escepticismo así de radical seguía siendo necesario y razonable interrogarse sobre Dios por medio de la razón y en el contexto de la tradición de la fe cristiana.
Me acordé de todo esto cuando recientemente leí la parte editada por el profesor Theodore Khoury (Münster) del diálogo que el docto emperador bizantino Manuel II Paleólogo, tal vez durante el invierno del 1391 en Ankara, mantuvo con un persa culto sobre el cristianismo y el islam, y la verdad de ambos. Fue probablemente el mismo emperador quien anotó, durante el asedio de Constantinopla entre 1394 y 1402, este diálogo. De este modo se explica el que sus razonamientos son reportados con mucho más detalle que las respuestas del erudito persa. El diálogo afronta el ámbito de las estructuras de la fe contenidas en la Biblia y en el Corán y se detiene sobre todo en la imagen de Dios y del hombre, pero necesariamente también en la relación entre las «tres Leyes» o tres órdenes de vida: Antiguo Testamento, Nuevo Testamento, Corán. Quisiera tocar en esta conferencia un solo argumento --más que nada marginal en la estructura del diálogo-- que, en el contexto del tema «fe y razón» me ha fascinado y que servirá como punto de partida para mis reflexiones sobre este tema.
En el séptimo coloquio (controversia) editado por el profesor Khoury, el emperador toca el tema de la «yihad» (guerra santa). Seguramente el emperador sabía que en la sura 2, 256 está escrito: «Ninguna constricción en las cosas de la fe». Es una de las suras del periodo inicial en el que Mahoma mismo aún no tenía poder y estaba amenazado. Pero, naturalmente, el emperador conocía también las disposiciones, desarrolladas sucesivamente y fijadas en el Corán, acerca de la guerra santa. Sin detenerse en los particulares, como la diferencia de trato entre los que poseen el «Libro» y los «incrédulos», de manera sorprendentemente brusca se dirige a su interlocutor simplemente con la pregunta central sobre la relación entre religión y violencia, en general, diciendo: «Muéstrame también aquello que Mahoma ha traído de nuevo, y encontrarás solamente cosas malvadas e inhumanas, como su directiva de difundir por medio de la espada la fe que él predicaba». El emperador explica así minuciosamente las razones por las cuales la difusión de la fe mediante la violencia es algo irracional. La violencia está en contraste con la naturaleza de Dios y la naturaleza del alma. «Dios no goza con la sangre; no actuar según la razón es contrario a la naturaleza de Dios. La fe es fruto del alma, no del cuerpo. Por lo tanto, quien quiere llevar a otra persona a la fe necesita la capacidad de hablar bien y de razonar correctamente, y no recurrir a la violencia ni a las amenazas… Para convencer a un alma razonable no hay que recurrir a los músculos ni a instrumentos para golpear ni de ningún otro medio con el que se pueda amenazar a una persona de muerte…».
La afirmación decisiva en esta argumentación contra la conversión mediante la violencia es: no actuar según la razón es contrario a la naturaleza de Dios. El editor, Theodore Khoury, comenta que para el emperador, como buen bizantino educado en la filosofía griega, esta afirmación es evidente. Para la doctrina musulmana, en cambio, Dios es absolutamente trascendente. Su voluntad no está ligada a ninguna de nuestras categorías, incluso a la de la racionalidad. En este contexto Khoury cita una obra del conocido islamista francés R. Arnaldez, quien revela que Ibh Hazn llega a decir que Dios no estaría condicionado ni siquiera por su misma palabra y que nada lo obligaría a revelarnos la verdad. Si fuese su voluntad, el hombre debería practicar incluso la idolatría.
Aquí se abre, en la comprensión de Dios y por lo tanto en la realización concreta de la religión, un dilema que hoy nos plantea un desafío muy directo. La convicción de que actuar contra la razón está en contradicción con la naturaleza de Dios, ¿es solamente un pensamiento griego o es válido siempre por sí mismo? Pienso que en este punto se manifiesta la profunda concordancia entre aquello que es griego en el mejor sentido y aquello que es fe en Dios sobre el fundamento de la Biblia. Modificando el primer verso del Libro del Génesis, Juan comenzó el «Prólogo» de su Evangelio con las palabras: «Al principio era el logos». Es justamente esta palabra la que usa el emperador: Dios actúa con «logos». «Logos» significa tanto razón como palabra, una razón que es creadora y capaz de comunicarse, pero, como razón. Con esto, Juan nos ha entregado la palabra conclusiva sobre el concepto bíblico de Dios, la palabra en la que todas las vías frecuentemente fatigosas y tortuosas de la fe bíblica alcanzan su meta, encontrando su síntesis. En principio era el «logos», y el «logos» es Dios, nos dice el evangelista. El encuentro entre el mensaje bíblico y el pensamiento griego no era una simple casualidad. La visión de San Pablo, ante quien se habían cerrado los caminos de Asia y que, en sueños, vio un macedonio y escuchó su súplica: «¡Ven a Macedonia y ayúdanos!» (Cf. Hechos 16, 6-10), puede ser interpretada como una «condensación» de la necesidad intrínseca de un acercamiento entre la fe bíblica y la filosofía griega.
En realidad, este acercamiento ya había comenzado desde hacía mucho tiempo. Ya el nombre misterioso de Dios de la zarza ardiente, que separa a Dios del conjunto de las divinidades con múltiples nombres, afirmando solamente su ser, es, confrontándose con el mito, una respuesta con la que está en íntima analogía el intento de Sócrates de vencer y superar al mito mismo. El proceso iniciado hacia la zarza alcanza, dentro del Antiguo Testamento, una nueva madurez durante el exilio, donde el Dios de Israel, entonces privado de la Tierra y del culto, se presenta como el Dios del cielo y de la tierra, con una simple fórmula que prolonga las palabras de la zarza: «Yo soy». Con este nuevo conocimiento de Dios va al mismo paso una especie de ilustración, que se expresa drásticamente en la mofa de las divinidades que no son más que obra de las manos del hombre (Cf. Salmo 115). De este modo, a pesar de toda la dureza del desacuerdo con los soberanos helenísticos, que querían obtener con la fuerza la adecuación al estilo de vida griego y a su culto idolátrico, la fe bíblica, durante la época helenística, salía interiormente al encuentro de lo mejor del pensamiento griego, hasta llegar a un contacto recíproco que después se dio especialmente en la tardía literatura sapiencial. Hoy nosotros sabemos que la traducción griega del Antiguo Testamento, realizada en Alejandría --la Biblia de los «Setenta»--, es más que una simple traducción del texto hebreo (que hay que evaluar quizá de manera poco positiva): es de por sí un testimonio textual, y un paso específico e importante de la historia de la Revelación, en el cual se ha dado este encuentro que tuvo un significado decisivo para el nacimiento del cristianismo y su divulgación. En el fondo, se trata del encuentro entre fe y razón, entre auténtica ilustración y religión. Partiendo verdaderamente desde la íntima naturaleza de la fe cristiana y, al mismo tiempo, desde la naturaleza del pensamiento helenístico fusionado ya con la fe, Manuel II podía decir: No actuar «con el "logos"» es contrario a la naturaleza de Dios.
Honestamente es necesario anotar, que en el tardío Medioevo, se han desarrollado en la teología tendencias que rompen esta síntesis entre espíritu griego y espíritu cristiano. En contraposición al así llamado intelectualismo agustiniano y tomista, con Juan Duns Escoto comenzó un planteamiento voluntarista, que al final llevó a la afirmación de que sólo conoceremos de Dios la «voluntas ordinata».
Más allá de ésta existiría la libertad de Dios, en virtud de la cual Él habría podido crear y hacer también lo contrario de todo lo que efectivamente ha hecho. Aquí se perfilan posiciones que, sin lugar a dudas, pueden acercarse a aquellas de Ibn Hazn y podrían llevar hasta la imagen de un Dios-Árbitro, que no está ligado ni siquiera a la verdad y al bien. La trascendencia y la diversidad de Dios se acentúan de una manera tan exagerada, que incluso nuestra razón, nuestro sentido de la verdad y del bien dejan de ser un espejo de Dios, cuyas posibilidades abismales permanecen para nosotros eternamente inalcanzables y escondidas tras sus decisiones efectivas. En contraposicio'n, la fe de la Iglesia se ha atenido siempre a la convicción de que entre Dios y nosotros, entre su eterno Espíritu creador y nuestra razón creada, existe una verdadera analogía, en la que ciertamente las desemejanzas son infinitamente más grandes que las semejanzas --como dice el Concilio Lateranense IV en 1215--, pero que no por ello se llegan a abolir la analogía y su lenguaje. Dios no se hace más divino por el hecho que lo alejemos en un voluntarismo puro e impenetrable, sino que el Dios verdaderamente divino es ese Dios que se ha mostrado como el «logos» y como «logos» ha actuado y actúa lleno de amor por nosotros. Ciertamente el amor «sobre pasa» el conocimiento y es por esto capaz de percibir más que el simple pensamiento (Cf. Efesios 3,19); sin embargo, el amor del Dios-Logos concuerda con el Verbo eterno y con nuestra razón, como añade san Pablo es «lógico» (Cf. Romanos 12, 1).
Ese acercamiento recíproco interior, que se ha dado entre la fe bíblica y el interrogarse a nivel filosófico del pensamiento griego, es un dato de importancia decisiva no sólo desde el punto de visa de la historia de las religiones, sino también desde el de la historia universal, un dato que nos afecta también hoy. Considerado este encuentro, no es sorprendente que el cristianismo, no obstante su origen e importante desarrollo en Oriente, haya encontrado su huella históricamente decisiva en Europa. Podemos expresarlo también al contrario: este encuentro, al que se une sucesivamente el patrimonio de Roma, ha creado Europa y permanece como fundamento de aquello que, con razón, se puede llamar Europa.
A la tesis, según la cual, el patrimonio griego, críticamente purificado, forma parte integrante de la fe cristiana, se le opone la pretensión de la deshelenización del cristianismo, pretensión que desde el inicio de la edad moderna domina de manera creciente en la investigación teológica. Si se analiza con más detalle, se pueden observar tres oleadas en el programa de la deshelenización: si bien están relacionadas entre sí, en sus motivaciones y en sus objetivos, son claramente distintas la una de la otra.
La deshelenización se da primero en el contexto de los postulados fundamentales de la Reforma del siglo XVI. Considerando la tradición de las escuelas teológicas, los reformadores se veían ante a una sistematización de la fe condicionada totalmente por la filosofía, es decir, ante un condicionamiento de la fe desde el exterior, en virtud de una manera de ser que no derivaba de ella. De este modo, la fe ya no parecía como una palabra histórica viviente, sino como un elemento integrado en la estructura de un sistema filosófico.
La «sola Scriptura», en cambio, busca la forma pura primordial de la fe, tal y como está presente originariamente en la Palabra bíblica. La metafísica se presenta como un presupuesto derivado de otra fuente, de la que tiene que liberarse la fe para hacer que vuelva a ser ella misma. Kant siguió este programa con una radicalidad que los reformadores no podían prever. De este modo, ancló la fe exclusivamente en la razón práctica, negándole el acceso al todo de la realidad.
La teología liberal de los siglos XIX y XX acompaña la segunda etapa del proceso de deshelenización, con Adolf von Harnack, como su máximo representante. Cuando era estudiante y en mis primeros años como docente, este programa influenciaba mucho incluso a la teología católica. Tomó como punto de partida la distinción que Pascal hace entre el Dios de los filósofos y el Dios de Abraham, Isaac y Jacob. En mi discurso inaugural en Bonn, en 1959, traté de referirme a este asunto. No repetiré aquí lo que dije en aquella ocasión, pero me gustaría describir, al menos brevemente, lo que era nuevo en este proceso de deshelenización. La idea central de Harnack era volver simplemente al hombre Jesús y a su mensaje esencial, sin los añadidos de la teología e incluso de la helenización: Este mensaje esencial era visto como la culminación del desarrollo religioso de la humanidad. Se decía que Jesús puso punto final al culto sustituyéndolo por la moral. En definitiva, se le presentaba como padre de un mensaje moral humanitario.
La meta fundamental era hacer que el cristianismo estuviera en armonía con la razón moderna, es decir, liberarle de los elementos aparentemente filosóficos y teológicos, como la fe en la divinidad de Cristo y en Dios uno y trino. En este sentido, la exégesis histórico-crítica del Nuevo Testamento restauró el lugar de la teología en la universidad: Para Harnack, la teología es algo esencialmente histórico y por lo tanto estrictamente científico. Lo que se puede decir críticamente de Jesús, es por así decir, expresión de la razón práctica y consecuentemente se puede aplicar a la Universidad en su conjunto.
En el trasfondo se da la autolimitación moderna de la razón, expresada clásicamente en las «críticas» de Kant, que mientras tanto fue radicalizándose ulteriormente por el pensamiento de las ciencias naturales. Este concepto moderno se basa, por decirlo brevemente, en la síntesis entre el platonismo (cartesianismo) y el empirismo, una síntesis confirmada por el éxito de la tecnología. Por un lado presupone la estructura matemática de la materia, y su intrínseca racionalidad, que hace posible entender cómo funciona la materia funciona como es posible usarla eficazmente: esta premisa básica es, por así decirlo, el elemento platónico en el entendimiento moderno de la naturaleza. Por otro lado, se trata de la posibilidad de explotar la naturaleza para nuestros propósitos, y en ese caso sólo la posibilidad de la verificación o falsificación a través de la experimentación puede llevar a la certeza final. El peso entre los dos polos puede, dependiendo de las circunstancias, cambiar de un lado al otro. Un pensador tan positivista como J. Monod declaró que era un convencido platónico.
Esto permite que emerjan dos principios que son cruciales para el asunto al que hemos llegado. Primero, sólo la certeza que resulta de la sinergia entre matemática y empirismo puede ser considerada como científica. Lo que quiere ser científico tiene que confrontarse con este criterio. De este modo, las ciencias humanas, como la historia, psicología, sociología y filosofía, trataron de acercarse a este canon científico. Para nuestra reflexión, es importante constatar que el método como tal excluye el problema de Dios, presentándolo como un problema acientífico o precientífico. Pero así nos encontramos ante la reducción del ámbito de la ciencia y de la razón que necesita ser cuestionada.
Volveré a tocar el problema después. Por el momento basta tener en cuenta que cualquier intento de la teología por mantener desde este punto de vista un carácter de disciplina «científica» no dejaría del cristianismo más que un miserable fragmento. Pero tenemos que decir más: si la ciencia en su conjunto no es más que esto, el hombre acabaría quedando reducido. De hecho, los interrogantes propiamente humanos, es decir, «de dónde» y «hacia dónde», los interrogantes de la religión y la ética no pueden encontrar lugar en el espacio de la razón común descrita por la «ciencia» entendida de este modo y tienen que ser colocados en el ámbito de lo subjetivo. El sujeto decide entonces, basándose en su experiencia, lo que considera que es materia de la religión, y la «conciencia» subjetiva se convierte en el único árbitro de lo que es ético. De esta manera, sin embargo, la ética y la religión pierden su poder de crear una comunidad y se convierten en un asunto completamente personal. Este es un estado peligroso para los asuntos de la humanidad, como podemos ver en las distintas patologías de la religión y la razón que necesariamente emergen cuando la razón es tan reducida que las preguntas de la religión y la ética ya no interesan. Intentos de construir la ética a partir de las reglas de la evolución o la psicología terminan siendo simplemente inadecuados.
Antes de esgrimir las conclusiones a las que todo esto lleva, tengo que referirme brevemente a la tercera etapa de deshelenización, que aún está dándose. A la luz de nuestra experiencia con el pluralismo cultural, con frecuencia se dice en nuestros días que la síntesis con el Helenismo lograda por la Iglesia en sus inicios fue una inculturación preliminar que no debe ser vinculante para otras culturas. Esto se dice para tener el derecho a volver al simple mensaje del Nuevo Testamento anterior a la inculturación, para inculturarlo nuevamente en sus medios particulares. Esta tesis no es falsa, pero es burda e imprecisa. El Nuevo Testamento fue escrito en griego y trae consigo el contacto con el espíritu griego, un contacto que había madurado en el desarrollo precedente del Antiguo Testamento. Ciertamente hay elementos en la proceso formativo de la Iglesia antigua que no deben integrarse en todas las culturas, Sin embargo, las decisiones fundamentales sobre las relaciones entre la fe y el uso de la razón humana son parte de la fe misma, son desarrollos consecuentes con la naturaleza misma de la fe.
Y así llego a la conclusión. Este intento, hecho con unas pocas pinceladas, de crítica de la razón moderna a partir de su interior, no significa que hay que regresar a antes de la Ilustración, rechazando las convicciones de la era moderna. Los aspectos positivos de la modernidad deben ser conocidos sin reservas: estamos todos agradecidos por las maravillosas posibilidades que ha abierto para la humanidad y para su progreso que se nos ha dado. La ética científica, además, debe ser obediente a la verdad, y, como tal, lleva una actitud que se refleja en los principios del cristianismo. Mi intención no es el reduccionismo o la crítica negativa, sino ampliar nuestro concepto de razón y su aplicación. Mientras nos regocijamos en las nuevas posibilidades abiertas a la humanidad, también podemos apreciar los peligros que emergen de estas posibilidades y tenemos que preguntarnos cómo podemos superarlas. Sólo lo lograremos si la razón y la fe avanzan juntas de un modo nuevo, si superamos la limitación impuesta por la razón misma a lo que es empíricamente verificable, y si una vez más generamos nuevos horizontes. En este sentido la teología pertenece correctamente a la universidad y está dentro del amplio diálogo de las ciencias, no sólo como una disciplina histórica y ciencia humana, sino precisamente como teología, como una profundización en la racionalidad de la fe.
Sólo así podemos lograr ese diálogo genuino de culturas y religiones que necesitamos con urgencia hoy. En el mundo occidental se sostiene ampliamente que sólo la razón positivista y las formas de la filosofía basadas en ella son universalmente válidas. Incluso las culturas profundamente religiosas ven esta exclusión de lo divino de la universalidad de la razón como un ataque a sus más profundas convicciones. Una razón que es sorda a lo divino y que relega la religión al espectro de las subculturas es incapaz de entrar al diálogo con las culturas. Al mismo tiempo, como he tratado de demostrar, la razón científica moderna con sus elementos intrínsecamente platónicos genera una pregunta que va más allá de sí misma, de sus posibilidades y de su metodología.
La razón científica moderna tiene que aceptar la estructura racional de la materia y su correspondencia entre nuestro espíritu y las estructuras racionales que actúan en la naturaleza como un dato de hecho, en el que se basa su metodología. Incluso la pregunta ¿por qué esto tiene que ser así? es una cuestión real, que tiene que ser dirigida por las ciencias naturales a otros modos y planos de pensamiento: a la filosofía y la teología. Para la filosofía y, si bien es cierto que de otra forma, para la teología, escuchar a las grandes experiencias y perspectivas de las tradiciones religiosas de la humanidad, de manera particular las de la fe cristiana, es fuente de conocimiento; ignorarla sería una grave limitación para nuestra escucha y respuesta. Aquí recuerdo algo que Sócrates le dijo a Fedón. En conversaciones anteriores, se habían vertido muchas opiniones filosóficas falsas, y por eso Sócrates dice: «Sería más fácilmente comprensible si a alguien le molestaran tanto todas estas falsas nociones que por el resto de su vida desdeñara y se burlara de toda conversación sobre el ser, pero de esta forma estaría privado de la verdad de la existencia y sufriría una gran pérdida».
Occidente ha estado en peligro durante mucho tiempo a causa de esta aversión, en la que se basa su racionalidad, y por lo tanto sólo puede sufrir grandemente. Hace falta valentía para comprometer toda la amplitud de la razón y no la negación de su grandeza: este es el programa con el que la teología anclada en la fe bíblica ingresa en el debate de nuestro tiempo. «No actuar razonablemente (con «logos») es contrario a la naturaleza de Dios» dijo Manuel II, de acuerdo al entendimiento cristianos de Dios, en respuesta a su interlocutor persa. En el diálogo de las culturas invitamos a nuestros interlocutores a encontrar este gran «logos», esta amplitud de la razón. Es la gran tarea de la universidad redescubrirlo constantemente.
[© Copyright 2006 - Libreria Editrice Vaticana]
ZS06091325
|
_________________ Sólo la Iglesia Católica puede salvar al hombre ante la destructora y humillante esclavitud de ser hijo de su tiempo.
G.K. Chesterton |
|
Volver arriba |
|
 |
AURORA Invitado
|
Publicado:
Jue Sep 21, 2006 11:56 am Asunto:
Tema: Discurso completo del Santo Padre |
|
|
una de las hermosas cualidades de nuestra religion , la catolica , es que podemos disentir, dialogar , tener distintas visiones , siempre en el mismo marco , y no llegar nunca a una guerra ,ni competencia por ello.
nuestra fe y nosotros somos lo suficiente maduros para esto .
ojala algun dia , no se tarde para que los musulmanes puedan darse cuenta . |
|
Volver arriba |
|
 |
AURORA Invitado
|
Publicado:
Jue Sep 21, 2006 12:00 pm Asunto:
Tema: Discurso completo del Santo Padre |
|
|
Cita: | Por eso creo que esta situación es una "dura", pero brillante oportunidad.
Aún me deja pensando todo esto, y mucho.
|
estimado lucas , de corazon te digo , con mucha pena , "que no habra otra oportunidad "
DIOS CONTIGO |
|
Volver arriba |
|
 |
Luis Arturo Huerta Asiduo
Registrado: 04 May 2006 Mensajes: 183 Ubicación: Jalisco, México
|
Publicado:
Jue Sep 21, 2006 12:17 pm Asunto:
Tema: Discurso completo del Santo Padre |
|
|
AURORA escribió: | una de las hermosas cualidades de nuestra religion , la catolica , es que podemos disentir, dialogar , tener distintas visiones , siempre en el mismo marco , y no llegar nunca a una guerra ,ni competencia por ello.
nuestra fe y nosotros somos lo suficiente maduros para esto .
ojala algun dia , no se tarde para que los musulmanes puedan darse cuenta . |
Aurora, sí ha habido guerras por causa de las distintas visiones de la fé en las que han estado metidos los católicos.
Si algo le llegara a pasar a Benedicto XVI por causa de algún musulmán, ¿no crees que habría muchos felices de hacerle la guerra al Islam? _________________ -Siempre dispuesto a compartir con ustedes mi bastísima ignorancia-
"No importa tanto donde estás, sino hacia donde te diriges" |
|
Volver arriba |
|
 |
AURORA Invitado
|
Publicado:
Jue Sep 21, 2006 6:03 pm Asunto:
Tema: Discurso completo del Santo Padre |
|
|
Luis Arturo Huerta escribió: | AURORA escribió: | una de las hermosas cualidades de nuestra religion , la catolica , es que podemos disentir, dialogar , tener distintas visiones , siempre en el mismo marco , y no llegar nunca a una guerra ,ni competencia por ello.
nuestra fe y nosotros somos lo suficiente maduros para esto .ojala algun dia , no se tarde para que los musulmanes puedan darse cuenta . |
Aurora, sí ha habido guerras por causa de las distintas visiones de la fé en las que han estado metidos los católicos.
Si algo le llegara a pasar a Benedicto XVI por causa de algún musulmán, ¿no crees que habría muchos felices de hacerle la guerra al Islam? |
mi respuesta esta en esta clave : ser catolicos maduros en la fe . |
|
Volver arriba |
|
 |
Inés Constante
Registrado: 12 Nov 2005 Mensajes: 702
|
Publicado:
Dom Sep 24, 2006 2:45 pm Asunto:
Tema: Discurso completo del Santo Padre |
|
|
Autor: Renato Raffaele Martino | Fuente: www.vanthuanobservatory.org
Los discursos de Benedicto XVI en Baviera
La quaestio de veritate, el cristianismo y las demás religiones
El cardenal Renato Raffaele Martino, presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz, ha redactado una profundización en los discursos del Papa recientemente pronunciados en Baviera, «que tanto ruido han suscitado en el mundo islámico», apunta Stefano Fontana.
Éste dirige el Observatorio Internacional Cardenal Van Thuân sobre Doctrina Social de la Iglesia, a través del cual se difunde la citada aportación –dada su importancia- del purpurado italiano, previamente publicado en la edición del domingo del diario de la Santa Sede «L’Osservatore Romano».
http://es.catholic.net/ecumenismoydialogointerreligioso/786/2604/articulo.php?id=31337
( en este enlace están activos los enlaces a los discursos del Papa)
La quaestio de veritate, el cristianismo y las demás religiones
LOS DISCURSOS DE BENEDICTO XVI EN BAVIERA
Muchas de las intervenciones del Santo Padre Benedicto XVI durante su viaje a Baviera del pasado 9 al 14 de septiembre han estado dedicadas a la verdad, a partir de una pregunta varias veces presente en los discursos y en las homilías del Pontífice: ¿el cristianismo puede resultar todavía razonable a los ojos del hombre de hoy? ¿La fe «es algo razonable»?, se preguntó en la homilía en el Islinger Feld la mañana del 12 de septiembre. De hecho Occidente parece tener un «defecto de oído» y lo que se dice de Dios «parece pre-científico, ya no parece adecuado a nuestro tiempo», dijo en la explanada de la Neue Messe en Munich [Nueva Feria de Munich] durante la misa del domingo 10 de septiembre.
Según Benedicto XVI, aclarar la relación del cristianismo con la verdad, y por lo tanto con la razón, es importante ante todo para poder evangelizar de nuevo Occidente –Europa sobre todo-, pero es igualmente importante para una relación con todas las religiones en una relación de diálogo, de recíproco respeto y de tolerancia. Los dos aspectos hay que afrontarlos separadamente, si bien están unidos entre sí.
El Cristianismo comporta la fe en la Razón Creadora y no en la Irracionalidad. En el Islinger Feld el Santo Padre se hizo una pregunta -«¿Qué existió primero?»- e indicó las dos posibles repuestas: «La Razón creadora, el Espíritu que obra todo y suscita el desarrollo, o la Irracionalidad que, carente de toda razón, produce extrañamente un cosmos ordenado matemáticamente, al igual que el hombre y su razón». Esta segunda respuesta es, sin embargo, ilógica, en cuanto que nuestra razón sería sólo el fruto casual de la evolución y, por lo tanto, fruto de un proceso irracional. La fe cristiana, concluye Benedicto XVI, cree «que en el origen está el Verbo eterno, la Razón y no la Irracionalidad».
El mismo concepto es subrayado en la Lectio magistralis en la Universidad de Ratisbona, una lección universitaria rica, compleja y dirigida a personas cultas, de la cual no se deben extrapolar ni descontextualizar frases, so pena de incomprensibilidad de todo el discurso. «No actuar según la razón es contrario a la naturaleza de Dios»: esta afirmación del Santo Padre tiene como polo polémico la auto-reducción de la razón occidental. El cristianismo ya no es racional a los ojos del hombre occidental porque éste ha elaborado una razón reductiva, positivista, que considera verdadero sólo lo que es matemático y experimental. En el Discurso a los hombres de ciencia en la Universidad de Ratisbona, el Papa describió este tipo de racionalidad y denunció sus límites. Si actualmente en Occidente «sólo la certeza que resulta de la sinergia entre matemática y empirismo puede ser considerada como científica», entonces se comprende dónde nace el «defecto de oído» respecto a la llamada de Dios. La razón positivista occidental circunscribe de manera drástica nuestra relación con la realidad y es incapaz de abrirse a la racionalidad de la fe, que implica un impulso metafísico. En el Aula Magna de la Universidad de Ratisbona, de hecho, el Papa dijo que hay necesidad de «ampliar nuestro concepto de razón».
Esto es de crucial importancia también para el diálogo con las religiones, porque la razón positivista y las formas de filosofía de ella derivadas presumen de ser universales y, por lo tanto, de imponerse, mediante el desarrollo técnico, a toda la tierra. Actuando así, sin embargo, impiden el verdadero diálogo entre las culturas y entre las religiones. Nace de ahí «un cinismo que considera la mofa de lo sagrado un derecho de la libertad y eleva la utilidad a criterio supremo para los futuros éxitos de la investigación»; así se expresó el Papa en la Neue Messe de Munich el 10 de septiembre. Criticando la «mofa de lo sagrado» el Santo Padre no se refiere sólo al escarnio del cristianismo, sino de toda religión. «La tolerancia que necesitamos con urgencia –continuó Benedicto XVI en aquella ocasión- incluye el temor de Dios, el respeto de lo que es sagrado para el otro».
De esta manera, Benedicto XVI critica la arrogancia de una razón occidental reducida a técnica y subraya la tolerancia y el diálogo fundados en el respeto recíproco entre las religiones. De hecho, también en la Universidad de Ratisbona, el Santo Padre dijo que «las culturas profundamente religiosas del mundo ven esta exclusión de lo divino [exclusión provocada por la razón positivista] de la universalidad de la razón como un ataque a sus más profundas convicciones. Una razón que es sorda a lo divino y que relega la religión al ámbito de las subculturas es incapaz de entrar en el diálogo de las culturas». En Munich, el 10 de septiembre, el Papa había expresado el mismo concepto: «Las poblaciones de África y de Asia ciertamente admiran las realizaciones técnicas de Occidente y nuestra ciencia, pero se asustan ante un tipo de razón que excluye totalmente a Dios de la visión del hombre». Y concluía: «La verdadera amenaza para su identidad no la ven en la fe cristiana, sino en el desprecio de Dios».
Ninguna religión tiene nada que temer de la Religión católica y de su Papa, porque el verdadero enemigo de todas, el más insidioso y solapado, es el paradigma ético-cultural de una razón sin Dios que, aún fascinando por sus éxitos científicos y técnicos, amenaza –favorecido en esto por los actuales procesos de globalización–, con su forma de proponerse a partir del etsi Deus non daretur [«como si Dios no existiera». Ndt.], el patrimonio religioso de toda la humanidad. Este paradigma hay que afrontarlo sin cultivar pensamientos o proyectos de enemistad ni violencia, con serena y consciente calma y con argumentos persuasivos de una razón que encuentra la verdad de su expresión en la relación con la fe en Dios. Ninguna religión tiene, por lo tanto, nada que temer de la Religión católica ni de sus miembros, que, fieles al Amor Trinitario, diariamente se dedican a la oración, a cultivar la esperanza para sí y para los hombres y mujeres de nuestro tiempo, que viven un amor incondicional con innumerables obras de caridad a favor de la inmensa humanidad marcada por la injusticia social, por la pobreza y por la falta de dignidad, que aman y cultivan el encuentro, el diálogo y la amistad con los creyentes de las otras religiones y con todos los hombres y mujeres de buena voluntad. No siempre este testimonio suyo de amor a Dios y al prójimo es aceptado y acogido: todos pueden constatar fácilmente que muchos cristianos, de manera creciente y en distintas partes del mundo, son, al día de hoy, obstaculizados y perseguidos hasta el martirio, pero felices de dejarse matar antes que renunciar a Dios y a Su amor.
Con el discurso en la Universidad de Ratisbona, del todo centrado en la relación entre la fe y la razón por cómo se ha desarrollado en el contexto histórico de la cultura moderna de Occidente, el Santo Padre no sólo se ha hecho defensor de las buenas razones del cristianismo, sino, de hecho, también de las de todas las religiones y del patrimonio religioso más auténtico de la humanidad. Si, bajo la presión mediática e instrumentalizaciones políticas e ideológicas orquestadas que han proporcionado interpretaciones desviadas del discurso de Benedicto XVI en la Universidad de Ratisbona, algún creyente de otra religión se ha sentido ofendido, a estos se les ofrece la plena seguridad de que las intenciones y la voluntad del Papa estaban y siguen estando inspiradas por los sentimientos del respeto y de la amistad cristianos para todos los fieles sinceros de las otras religiones.
Haber recalcado, por parte del Santo Padre, la relación entre el cristianismo y la verdad, por lo tanto, no cierra, sino que abre un diálogo más profundo con las demás religiones porque –retomando aquí un pasaje de un libro escrito por el actual pontífice cuando era cardenal- «cuando la verdad se hace don, todos quedamos fuera de las alineaciones, de aquello que separa: se presenta entonces un criterio común que no violenta ninguna cultura, sino que lleva a cada una a su propio corazón, porque cada una, en última instancia, es expectativa de la verdad» (J. Ratzinger, Fede Verità Tolleranza. Il cristianesimo e le altre religioni, Cantagalli, Siena 2003, p. 69). _________________ "Pide la gracia de la compunción. Por el acto de compunción, el alma es conducida a una verdadera metanoia".
<Pagar el mal con el bien> |
|
Volver arriba |
|
 |
Wendy_1626 Constante
Registrado: 13 Sep 2006 Mensajes: 598 Ubicación: Panamà
|
Publicado:
Mar Sep 26, 2006 4:20 am Asunto:
RE:Discurso completo del Santo Padre
Tema: Discurso completo del Santo Padre |
|
|
Lo que pasa es que el discurso es adecuado para lo que èl querìa decir entonces si resalto algo de las historias de Europa con el Medio Oriente es bueno que lo resalte en el discurso pero si dijo algo que tiene que ver con el problema actual es correcto entonces el mundo entero y los medios de comunicaciòn cristianos alejados del Vaticano no debieron poner lo que no era en el discurso porque igualmente ellos violan el derecho de autor aunque sea un discurso que diga un lìder o no sea lìder pero es alguien que tiene que ver con el respeto a los demàs.
Todo lo que quiero decir es que el medio de comunicaciòn secular si eres para aumentar el raiting es falta de ètica profesional por ellos al menos tenìa entendido que hasta los medios de comunicaciòn amarillistas tuviera respeto al menos por la iglesia catòlica que ellos dicen ser y profesar su religiòn al menos eso tiene que tomarlo en cuenta todo lo que han designado como discursos que dijo el Papa que hablaba en contra de los musulmanes. _________________ Bueno parece que el intento que hacen por sacarme es algo que no va pasar porque esto es algo que no tiene sentido. |
|
Volver arriba |
|
 |
Wendy_1626 Constante
Registrado: 13 Sep 2006 Mensajes: 598 Ubicación: Panamà
|
Publicado:
Jue Sep 28, 2006 6:05 pm Asunto:
RE:Discurso completo del Santo Padre
Tema: Discurso completo del Santo Padre |
|
|
Javier_abcd, lo que dice es algo que es la pura verdad que escribe pero lo que pasa es que toma esa postura por tanto rechazo que han tenido o por otros problemas personales que nunca sabremos. _________________ Bueno parece que el intento que hacen por sacarme es algo que no va pasar porque esto es algo que no tiene sentido. |
|
Volver arriba |
|
 |
isgabriel1 Nuevo
Registrado: 02 Oct 2006 Mensajes: 1
|
Publicado:
Lun Oct 02, 2006 1:35 am Asunto:
Los invito a que se unan
Tema: Discurso completo del Santo Padre |
|
|
Nota de Moderación
3g. Está terminantemente prohibido hacer publicidad o propaganda de tipo comercial y tampoco se pueden hacer links a otras webs que no están relacionadas con el tema del mensaje o que llevan a sitios contrarios a la moral cristiana y a la Doctrina de la Iglesia. |
|
Volver arriba |
|
 |
Wendy_1626 Constante
Registrado: 13 Sep 2006 Mensajes: 598 Ubicación: Panamà
|
Publicado:
Lun Oct 02, 2006 3:03 pm Asunto:
RE:Discurso completo del Santo Padre
Tema: Discurso completo del Santo Padre |
|
|
Nota de Moderación
1f. Queda prohibido cuestionar en el foro las decisiones del moderador. Cualquier queja, duda o reclamación acerca de la aplicación de las reglas, se deberá dirigir al director de los foros, a la dirección participa@catholic.net _________________ Bueno parece que el intento que hacen por sacarme es algo que no va pasar porque esto es algo que no tiene sentido. |
|
Volver arriba |
|
 |
Xoán Xulio Nuevo
Registrado: 31 Jul 2006 Mensajes: 14
|
Publicado:
Mie Oct 04, 2006 10:15 pm Asunto:
Discurso completo del Santo Padre
Tema: Discurso completo del Santo Padre |
|
|
AURORA escribió: |
QUERIDOS HERMANOS, me ha sugerido evangelina poner el discurso completo del Papa , a lo mejor muchas personas que nos leen no lo conocen en su totalidad.
|
Es absurdo que se haya montado la que se montó por una cita que es históricamente cierta. Creo que los islamistas están plan de conquistar Europa (ya se habla de Eurabia) y aprovechan cualquier pretexto para hacer proganda a su manera ciertamente no muy honesta.
+++ _________________ Xoán Xulio
GALICIA LIBRE
http://galicialibre.blogspot.com
FORO GALICIA LIBRE
http://forogalicialibre.euro.tm |
|
Volver arriba |
|
 |
Wendy_1626 Constante
Registrado: 13 Sep 2006 Mensajes: 598 Ubicación: Panamà
|
Publicado:
Sab Oct 07, 2006 3:52 am Asunto:
RE:Discurso completo del Santo Padre
Tema: Discurso completo del Santo Padre |
|
|
Pues, es que todo lo que tiene que ver el problema que todos estàn en contra de el papa que tiene ese tipo de cosas màs grande del mundo con todos ustedes. _________________ Bueno parece que el intento que hacen por sacarme es algo que no va pasar porque esto es algo que no tiene sentido. |
|
Volver arriba |
|
 |
HugoreiElRegreso Veterano
Registrado: 27 Jun 2006 Mensajes: 2276 Ubicación: BUENOS AIRES - ARGENTINA
|
Publicado:
Vie Oct 20, 2006 2:24 am Asunto:
Tema: Discurso completo del Santo Padre |
|
|
TOTALMENTE DE ACUERDO CON TODO LO EXPRESADO POR EL SANTO PADRE - |
|
Volver arriba |
|
 |
|